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Territorios 29 / Bogotá, 2013, pp.

17-37
ISSN: 0123-8418
ISSNe: 2215-7484

La vigencia de Henri Lefebvre en la investigación socio-territorial

Realidades y utopías de una ciudad


en la periferia del mundo globalizado.
Un relato lefebvriano*
Realities and Utopias of a City in the Periphery
of the Globalized World. A Story Lefebvrian
Realidades e utopias de uma cidade na periferia
do mundo globalizado. Um relato lefebvriano * Este trabajo es resultado
de un conjunto de investi‑
gaciones realizadas desde
Jorge Próspero Roze** la cátedra de Sociología
Urbana, de la Facultad de
Arquitectura de la Univer‑
sidad Nacional del Nordes‑
te Argentina entre 1993 y
2001.
** Arquitecto, magíster en
Sociología Rural, doctor de
la Universidad de Buenos
Aires y especialista en Cien‑
Recibido: septiempre 4 de 2013 cias Antropológicas. Inves‑
tigador adjunto del Consejo
Aprobado: octubre 15 de 2013 Nacional de Investigacio‑
nes Científicas y Técnicas
(Conicet). Docente inves‑
tigador, profesor titular de
Sociología en la Facultad de
Humanidades, Universi‑
dad Nacional del Nordeste.
Correo electrónico: jorgero‑
Para citar este artículo: ze45@hotmail.com
Roze, J. P. (2013). Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado. Un relato lefeb-
vriano. Territorios, 29, pp.17-37.

17
Resumen
Palabras clave Nos proponemos compartir una reflexión y analizar algunas variables que se conjugan en la con-
Utopía, inundaciones, Re‑ figuración urbana de una ciudad —Resistencia—, una afectación recurrente que aparece como un
sistencia, Chaco, Lefebvre. castigo de la naturaleza —la inundación— y un estado de conciencia que impide al pensamiento
generar cierto orden de ideas.
Intentamos mostrar cómo la ciudad se desarrolla en una total ajenidad con el medio en donde
se inserta, cuya concepción de “lo urbano”, fundada en un modelo de ciudad a imagen y semejanza
de la ciudad pampeana, desempeña un papel preponderante en su configuración.
Dicho modelo supone no solo aspectos formales o estructurales, sino también una práctica le-
gitimada y legalizada de transformación de la tierra urbana en mercancía.
Las inundaciones recurrentes mostraron, a quien quisiera ver, la crisis profunda del modelo; no
obstante todas las nuevas propuestas urbanas, de defensas y ordenamiento, no se puede escapar al
destino de la ciudad contra natura.
Rescatamos como propuesta la ruptura de esa no‑conciencia, en la que la relación con el am-
biente es el elemento articulador a partir de la que puedan materializarse, en hechos, las armas de
la crítica.

Abstract
Keywords We intend to invite to share a reflection about a city: Resistance; a recurrent involvement appears
Utopia, floods, Resistencia, as a punishment of nature: the flood, and a state of consciousness that prevents thinking generate
Chaco, Lefebvre. some order thoughts.
We try to show how the city develops in total alienation with the environment in which is inser-
ted where a concept of “urban” based on a model city in the image and likeness of Pampas town,
plays a role in their configuration.
This model assumes, not only formal or structural aspects but also legitimized and legalized
practice of urban land transformation into merchandise.
The recurring floods showed anyone who would see the profound crisis of the model, however,
all new proposals urban defenses, sorting, etc. cannot escape the fate of city against nature.
Rescued as proposed, the rupture of that consciousness is not where the relationship with the
environment is the linchpin, and from which they can materialize into action, the weapons of cri-
ticism.

Resumo
Palavras-chave Propomos-nos compartilhar uma reflexão e analisar algumas variáveis que se conjugam na configu-
Utopia, inundações, Resis‑ ração urbana de uma cidade (resistência), uma afetação recorrente que aparece como um castigo da
tência, Chaco, Lefebvre. natureza (a inundação) e um estado de consciência que impede ao pensamento gerar certa ordem
de ideias.
Tentamos mostrar como a cidade se desenvolve em uma total estranheza com o meio onde se
inserta, cuja concepção “do urbano”, fundada em um modelo de cidade a imagem e semelhança
da cidade pampeana, desempenha um papel preponderante em sua configuração.
territorios 29
18 Jorge Próspero Roze
Dito modelo supõe não só aspectos formais ou estruturais, más também uma prática legitimada
e legalizada de transformação da terra urbana em mercadoria.
As inundações recorrentes mostraram, para quem quiser ver, a crise profunda do modelo; não
obstante todas as novas propostas urbanas, de defensas e ordenamento, não podem se escapar ao
destino da cidade contra natura.
Destacamos como proposta a ruptura dessa “não consciência”, na que a relação com o ambiente
é o elemento articulador a partir da que podam se materializar em fatos as armas da crítica.

Desde el momento que hay movimiento hay den de pensamientos y los quehaceres pro- 1
Situada al nordeste de
Argentina, cerca de la ri‑
utopía. ¿Cómo un movimiento real, social pios de un nuevo orden de pensamiento.
bera oeste del caudaloso río
y político no propondría, en el camino que Isotopías, heterotopías y utopías nos Paraná. Es la capital de la
conduce a lo posible, sus representaciones conducirán en la reflexión sobre los espa- provincia del Chaco.
de lo posible y lo imposible? La unidad y cios que conformaron este asentamiento.
el conflicto dialéctico entre posible e im-
posible forman parte del movimiento real. Isotopías: lugares de lo idéntico, idénticos lu-
En la medida en que los “revolucionarios” gares. Orden próximo. Heterotopías: el otro
condenen la utopía, habrán formulado y ra- lugar y el lugar del otro, excluido e implicado
tificado su propio estancamiento (Lefebvre, a la vez. Orden lejano. Entre ambos espacios
1972c, p. 58). neutros, encrucijadas, lugares de tránsito,
lugares que no son nulos, sino indiferentes
(neutros) [...]. Los grupos anómicos forjan
La propuesta heterotópicos, que, tarde o temprano, son
asimilados por la praxis dominante [...]. La
Inicialmente, proponemos un juego en el utopía no es legible ni visible, y sin embargo
ámbito del pensamiento, a partir de tres allí está claramente; es el lugar de la mirada
momentos que se articulan en la cotidiani- que domina la gran ciudad; lugar mal termi-
dad de los habitantes de un asentamiento nado, pero bien concebido y bien imaginado
en la periferia de la globalización. (lleno de imágenes); lugar de la conciencia,
El primero, compartir una reflexión y es decir, de una conciencia de la totalidad
analizar estrategias que se conjugaron en (Lefebvre, 1980, pp. 134-136).
una equívoca configuración urbana de una
ciudad: Resistencia;1 luego, una afectación La tensión entre la centralidad inicial,
recurrente, una amenaza que se hace pre- trabajosamente sostenida al conservar una
sente —en el imaginario social— como un isotopía deseada y un complejo juego de
castigo de la naturaleza: la inundación; por heterotopías: unas, generadas por la avi-
último, un estado de conciencia que impide dez de los mercaderes inmobiliarios, que
pensar, en particular generar un nuevo or- inventan suelo urbano —inclusive donde territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 19
2
Las utopías que se plan‑ no había suelo—; otras, por las políticas de tratamos aquí de renovar la imagen revolu-
tean los guardianes del
viviendas del Estado; una tercera, original cionaria del futuro restituyendo a la utopía
orden tienden a realizar‑
se. Michel Foucault (1976, y contrahegemónica, como la ocupación su realismo y su empuje, imaginando una
p. 199) nos muestra un sin‑ masiva de tierras y la creación de nuevas ba- estrategia de lo posible” (Lefebvre, 1972b,
gular ejemplo en relación rriadas, determinaron un asentamiento que p. 58).
con los reglamentos aplica‑ calificamos como “ciudad contra natura”.
bles a las ciudades apestadas
(Roze, 1995, p. 20). De allí nuestra necesidad, de la mano
de Henri Lefebvre, de hacer operante una Primer movimiento, la tesis:
utopía, pensamiento que, en general, se al buscar la isotopía se crea
realiza cuando ayuda a potenciar el orden una ciudad contra natura
dominante o aparece como ilusiones, sue-
ños, conciencia enferma, cuando lo nuevo Cuando, a fines del siglo XIX, un grupo
escapa al sistema de acumulación vigente.2 de esforzados inmigrantes fundó la colonia
que denomina Resistencia traía lo mejor
En verdad, hay actualmente dos formas o de sí: el esfuerzo laborioso, el tesón y el
tipos de Utopías. Cuando uno imagina una espíritu de progreso, todas ellas virtudes
ciudad cibernética, construida según los para hacer grande esta tierra, excepto una:
imperativos de la circulación, tenemos una el ingenio necesario para fundar un asen-
utopía de derecha, una locura reaccionaria. tamiento en un paisaje donde operaba un
Cuando uno imagina un salto inmediato de sistema hídrico complejo.
la vida cotidiana hacia la fiesta, es un mito de Sentaron las bases de la colonia en una
la revolución, una utopía de izquierda. Su estrecha llanura entre dos ríos tributarios
sentido no es el mismo (Lefebvre, 1972b, del Paraná, rodeado de lagunas, donde
p. 58). cualquier nativo podía indicarles que, por
pertenecer al valle fluvial del gran río Para-
Entre la ciudad que ha crecido contra- ná, las aguas ensanchaban de manera perió-
natura y el flagelo convocamos a una utopía dica las lagunas, a expensas de las áreas secas
de nuevas armonías con la naturaleza para y ocupaban grandes espacios de sus costas.
constituir un perfil desde donde lo posible Como era norma en América Latina,
no se limite a las mezquindades del orden a partir del Libro 4 de las Leyes de Indias
que ese discurso esconde, en el que nues- el trazado fue una cuadrícula, con su pla-
tros postulantes a estadistas rinden culto a za, sus cuadras y sus quintas que se mal
los poderosos. acomodaban a las discontinuidades cons-
Junto con Henri Lefebvre postulamos tituidas por los espejos de agua que aquí y
que la utopía posible determinada por la allá aparecían para interrumpir la prolijidad
autonomía de las multitudes es aquella del plano.
que, desde los saberes, potencia el cambio Por razones diversas, esta colonia pros-
territorios 29 y convoca al enfrentamiento. “Nosotros peró muy rápido en lo que es el tiempo
20 Jorge Próspero Roze
de las ciudades y creció con su cuadrícula, No crecieron las cercanas ciudades 3
La llamada Área Metro‑
politana del Gran Resisten‑
haciendo tabla rasa de los accidentes natu- como Puerto Vilelas —“ciudad fabril”—
cia está compuesta por los
rales (lagunas, riachos, esteros) inmediatos o Barranqueras —“puerto del progreso municipios de Resistencia,
al trazado original que se expandía a los chaqueño”—, como tampoco las vecinas Barranqueras, Tirol, Fon‑
cuatro costados. El costo de sostener la ciudades tanineras de Fontana o Tirol. Re- tana, Puerto Vilelas, Mar‑
isotopía del espacio lo pagaba la naturaleza, sistencia creció hasta convertirlas en barrios garita Belén y Colonia Be‑
nítez. Los municipios que
degradada como paisaje, pero también en de la capital, delimitadas organizativamente forman un continuo con
su estructuración, sistema de equilibrios por alguna calle no por todos conocida o el Resistencia —inscritos en
que regulaban los ritmos de las crecientes recorrido de un colectivo suburbano. la linealidad N0‑SE— han
del caudaloso río Paraná y sus tributarios. ¿Cómo creció? Con la inercia de la crecido a la par del núcleo
central, resignados al pa‑
Coexistían allí dos tipos de habitantes expansión de la cuadrícula y de las calles pel de áreas suburbanas. En
en Resistencia (¿resistencianos?): rectilíneas, a cualquier costo. No importó cambio, aquellos apartados
tapar espejos de aguas para hacer tierra por el río Negro y fuera de
a) Aquellos que, situados en las márgenes, edificable ni terminar con el río Arazá que, la linealidad señalada
—Margarita Belén y Colo‑
debían coexistir de y con su medio. si bien aparecía y desaparecía en lagunas, nia Benítez— apenas cre‑
b) Los nuevos citadinos, individuos ur- zanjones o pequeños esteros, configuraba cen o decrecen.
banos que ocupaban el centro —aten- la topografía entre cuyos límites habíase
tos a la imagen de las ya consolidadas fundado Resistencia: el río Negro al nor-
ciudades pampeanas— y proyectaban deste, el río Arazá al sudoeste.3
esos espacios isotópicos en su génesis El precio puesto a la tierra que se ur-
y expansión. Eran portadores de un banizaba a bajo costo, las altas ganancias
proyecto expansivo acorde con el or- y los nuevos vecinos migrantes deseosos
den y el progreso y de una existencia de construir su cotidianidad, fundaron los
sin la espectacularidad del entorno que barrios, donde una parroquia, un almacén
va siendo acorralada por su deseo de y una comisión que demandaba servicios
apropiación de cosas, cuerpos y natu- ensanchaban a Resistencia.
raleza. Así, de la mano de la ambición, Se avanzaba sobre las aguas próximas,
el capital y el trabajo, Resistencia fue la a pesar de que muchas de ellas sirvieron
“ciudad del progreso”. de balnearios durante los tórridos veranos
chaqueños. Se trató de ganar tierras para
La equívoca locali­zación, desde el pun- la especulación y, en otros casos, para de-
to de vista ecológico, fue una excelente pósito de basuras o conexión de sistemas
elección pensada en términos de comuni- cloacales caseros.
caciones: centro de provisión del conjunto Crece a la sombra de sucesivas crisis de
de ciu­dades que constituían el llamado la produ­cción rural que la sostenía: en la
nordeste argentino y su vincula­ción con década del cuarenta, la crisis de los enclaves
los vecinos países. forestales que producían tanino y, a partir
de la década del sesenta, las crisis del cultivo territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 21
4
La existencia de un mo‑ de algodón; se conformaron anillos margi- recía a la cabeza en la estadística sobre rit-
vimiento agrario de pro‑
nales y villas, cuyo ordenamiento siempre mo y cantidad de viviendas en construcción
testa influido luego por las
organizaciones armadas pasaría por el amanzanamiento, para ganar con los fondos de Secretaría de Vivienda.4
populares situaron al Cha‑ tierras a los bajíos naturales (Roze y Pratesi, Se construye mucho; unos dicen que para
co como área potencial de 2004). paliar la desocupación de los expulsados
conflictos subversivos, lo que La deseada isotopía de los recientes rurales; otros, con terceras intenciones,
motivó la ocupación militar
del territorio y un conjun‑ urbanícolas implicaba no alejarse del “cen- exhiben pruebas del enriquecimiento de
to de medidas destinadas tro”, del macadam, de las luces y de los funcionarios civiles y militares. En fin, se
a “erradicar las causas de negocios que exhiben en sus vidrieras la construye mucho, pero ¿qué se construye?
la subversión” en el plano gama de deseos a la medida de cada uno. ¿Y dónde?
de la producción; la cons‑
trucción masiva de vivien‑ Pavimentación y mejoras edilicias extien- ¡No importa dónde!, dicen los busca-
das fue uno de los elementos den el centro y nuevos barrios se vuelven dores del lucro y proyectan sobre lagunas
destinados a llevar la paz a residenciales, pero sin alejarse mucho de las urbanizadas, tras alegar diversas razones de
la provincia (Roze, 2007). cuatro avenidas que delimitan la centrali- Estado ante la demanda de algo tan fútil
dad heredada de las Leyes de Indias. como el certificado de no inundabilidad
Los conflictos de la década del setenta que pedía la Secretaría de Vivienda. Otros
en Argentina mostrarían la resistencia de los pensaban que sí importaba y compraron
productores agrarios chaqueños a la expo- terrenos baratos, altos, donde pudieran
liación capitalista, que pusieron al Chaco en hacer muchas, muchas viviendas. El precia-
el discurso de los militares como “área de do centro empezaba a estar lejos, pero eso
acciones subversivas” y, tras el golpe cívico también era una consecuencia del progreso.
militar, la ocupación militar del territorio y Así, a pesar de haberse diezmado la
una política de la intervención orientada a naturaleza, la mayor parte de los resisten-
revertir “las causas de la subversión” (Roze, cianos vive lejos, en barrios de viviendas Fo-
2007), definió —con los Gobiernos milita- navi, que empiezan a configurar sus propios
res (1976-1983)— una nueva heterotopía pequeños centros.
fundada ahora en la plusvalía de los obreros
de la construcción, de la especulación con “¡Cambiar la vida!”. Esta idea, venida de los
la tierra y los sobreprecios de las viviendas poetas y de los filósofos, formulada como
del Estado y la obra pública, en particular una utopía negativa, ha llegado hace poco al
la construcción masiva de urbanizaciones ámbito público, es decir político. Se difunde
financiadas por el Estado nacional median- degradándose: en consignas políticas. “Vi-
te lo que se conocería como Planes Fonavi vir mejor…”, “Vivir de otra manera”, “La
(Fondo Nacional de la Vivienda). calidad de la vida…”, “El marco de vida…”.
Durante el período conocido como De ahí se pasa naturalmente a las conta-
“El Proceso” —dictadura militar, genoci- minaciones, al respeto de la Naturaleza, al
dio y orden, sobre todo, el orden del terror
territorios 29 y el silencio—, la provincia del Chaco apa-
“medio ambiente”. Y ya se pegó el cambiazo:
quedan escamoteadas la presión del mercado

22 Jorge Próspero Roze


mundial, la transformación del mundo, la “La inundación más grande del siglo” 5
Llevamos a nuestros visi‑
tantes a pasear por la cos‑
producción de un espacio nuevo (Lefebvre, empezó a preocupar a los chaqueños y a los
tanera de Corrientes, ciu‑
1974, p. 212). resistencianos les vuelve imprescindible ha- dad en la costa opuesta del
cer realidad una idea de grandes defensas, Paraná.
Algunos tienen macadam y las villas que también constituía una utopía del or- 6
Se refiere a propuestas de
quedan todavía al borde de algunas lagunas den de unos pocos técnicos visionarios con crecimiento y expansión de
que están cada vez más lejos y más conta- la consigna ¡hay que defender a Resistencia Resistencia que contempla‑
ban el control de las crecidas
minadas y sucias. Resistencia se constituye de las aguas! periódicas de los ríos (Roze,
como una ciudad cuyas tipicidades revelan Se resucitan y se habla de los planes 2003).
la pobreza de quien quiere parecerse sin existentes —Cota y Sanidtex6— y de que 7
Se trata de los conflictos
poderlo, a la par que esconder lo propio las obras que se emprendan tengan como y movimientos sociales co‑
como vergonzante.5 premisa defender la ciudad. nocidos como de “Las ligas
agrarias” entre 1971 y
Se exhibe la plaza “más grande de la El agua llegó hasta la plaza y se fue. En 1975 (Roze, 1992; 2010).
República” con sus cuatro manzanas or- el Chaco quedó el gusto de la solidaridad,
ganizadas como jardines versallescos y la propia y ajena, que apareció como la cons-
proli­feración de estatuas organizada por tante en todo el tiempo de esa afectación.
amigos del arte chaqueño. Para los amigos En la década que siguió se construyeron
del orden, la prolijidad de su trazado. algunos caminos que operarían como obs-
La utopía del orden es un sueño de los táculos al avance de las aguas y Resistencia
poderosos de Resistencia que parece haber- siguió creciendo al ritmo enloquecido de
se cumplido. Los chaqueños tenemos una constantes crisis algodoneras; como camino
ciudad como muchas de las ciudades pam- alternativo a la migración a las ciudades, los
peanas, como algún pedacito de la capital pobladores rurales eligieron expresarse en
o del gran Buenos Aires. el conflicto.7
“Mejor aún, porque, no tan lejos, te- En el año 1976, tras agitados intentos
nemos el río y la naturaleza”, afirman los de construir un nuevo orden social, un gol-
optimistas. pe y un Gobierno militar preocupados por
los visos “subversivos” de los chaqueños
irrumpieron con planes económicos, que
Segundo movimiento, la antítesis: pretendían revolucionar todo lo conoci-
catástrofes y el flagelo del orden do (Roze, 2007, p. 119). A principios de
1977, una nueva gran inundación amena­
El año 1966 se perfila lluvioso y, poco des- zaba con superar todas las marcas estable-
pués de su inicio, crecen los grandes ríos y cidas.
sobreviene la gran inundación. El Chaco y “¡Que nadie intervenga! ¡Las inunda-
Resistencia fueron noticia y objeto de soli- ciones son asunto del Gobier­no!” (Roze,
daridad de la comunidad. 2003, p. 37), afirmaba el entonces gober-
nador militar Serrano. Con la eficiencia territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 23
8
Fusilamiento de presos de la corporación sin control y el pago de en una cadena de desplazamientos que
políticos, disfrazado de en‑
contado se construyó, en muy pocos días, cerraba con la construcción de viviendas
frentamiento. Se identifi‑
caron como víctimas veinti‑ un muro de contención alrededor de Re- financiadas por el Estado. La pequeña bur-
dós militantes de diferentes sistencia, con lo que las aguas no llegaron guesía urbana y algunos antiguos habitan-
organizaciones populares, a la plaza y hubo pingües ganancias para tes marginales recibían esas viviendas, en
entre ellos, de las Ligas propios y amigos. tanto los nuevos recreaban barrios a orillas
Agrarias.
La “gente decente” del Chaco, con de las lagunas que estaban cada vez más
9
En 1979 había en cons‑
trucción alrededor de 5.000 distintos grados de convicción, agradeció lejos y densificaban las zonas de antigua
viviendas financiadas por la protección de su ciudad y sus bienes a ocupación.
el Fonavi. quienes pocos meses antes habían perpe- Las tierras situadas en las márgenes del
trado la masacre de Margarita Belén8 y, en río Negro, cercanas al centro, se convir-
muchos casos, alcanzó el consenso que es- tieron en barrios residenciales, en las áreas
tos gober­nantes buscaban a los efectos de en donde la naturaleza todavía se manifes-
su política, imprescin­dible para las alianzas taba en la imperfección del trazado de las
con sectores locales. costas del río, del agua que corría a cielo
Ese consenso conseguido con la catás- abierto y de la disponibilidad del paisaje
trofe se sostuvo con la construcción de las aún no domado por el trazado de cuadras
defensas de Gran Resistencia y, con fondos y el macadam.
de la Nación, se inició el cierre del río Ne- Las crisis agropecuarias resultantes del
gro, como arranque de una serie de obras reordenamiento productivo y otras priori-
cuyo objetivo era encerrar a la ciudad en dades no hicieron imprescindible que se
una gran olla en donde se regularían las continuaran las defensas, aunque Resisten-
aguas. En un año se construyó el dique cia se mejoraba y embellecía con nuevos ac-
regulador del río Negro. cesos, puentes y una permanente extensión
Como parte de su campaña de consen- de la urbanización que, en buen romance,
so, el Gobierno militar traía bajo el brazo significaba la extensión de la cuadrícula
una nueva variable para el progreso y la sobre espacios “vacíos”, lagunas, esteros
configu­ración de la ciudad: grandes cupos y riachos.
de viviendas del Fonavi.9 Entre los años 1978 y 1979 se elabora
Casi hasta el final del Gobierno de los en Resistencia un diagnóstico y el Códi-
militares, producto del golpe de Estado go de Ordenamiento Urbano Ambiental
de 1976, no hay inundación, de modo del Gran Resistencia, donde aparece una
que no se interrumpen las preocupaciones preocupación â la mode por los temas vin-
cotidianas de gobernantes, instituciones, culados con los aspectos ambientales y se
vecinos, etc. plantea el aprovechamiento del paisaje na-
Los problemas de alojamiento de los tural para la inserción de ciertas actividades
emigrados de los nuevos procesos de mo- acordes con el perfil del área fluvial lacustre
territorios 29 dernización agropecuaria se solucionaban próxima.
24 Jorge Próspero Roze
[…] la informática y la cibernética penetran, Casi como una despedida al Gobierno
con creciente fuerza en la práctica social, en militar, en 1982 Resistencia sufrió la inun-
la gestión más que en la producción. Pulula el dación más larga de la historia y una de sus
cibernantropo. ¿No será el “último hombre” primeras consecuencias fue la rotura del
anunciado por Nietzsche? En el pensamiento dique en el río Negro, por lo que se generó
teórico (o, para decirlo de otro modo, en la una situación de crisis hídrica que alcanzó
“práctica teórica”), la investigación urbanís- tanto a pobres como a no tan pobres.
tica suplanta, utilizándolos, a la lingüística, Las defensas provisorias de 1977
el psicoanálisis y la economía política. Dichas —simples terraplenes— fueron devastadas
ciencias tuvieron su apogeo y declinan ahora, por el uso de la tierra para relleno de parti-
mientras que “lo urbano” está en ascenso culares y, a veces, de obras financiadas por
[…] (Lefebvre, 1972b, p. 9). el Estado.
Pasada la guerra de Malvinas, otro Go-
El plan suponía a Resistencia encerrada bierno militar no podía ya imponer el orden
en un gran recinto donde se podría regu- del cuartel y hacer de la inundación una
lar la entrada de aguas desde el río Paraná cuestión exclusiva del Gobierno y convocó
en sus picos de crecida y la evacuación de a los desplazados dirigentes políticos, quie-
aguas de lluvias procedentes de la cuenca nes esperaban la oportunidad de volver a
del río Negro que también engrosaban las estar con el pueblo.
inexistentes lagunas, es decir, inundaban las Las agrupaciones polí­ticas funcionaban
prolijas calles asfaltadas de los nuevos asen- como llamadoras al orden, a la desmovili-
tamientos. Expresaba de algún modo una zación de todos y a esperar el Gobierno
nueva centralidad, una potenciada isoto- democrático. El agonizante Gobierno mi-
pía de lo urbano determinaba un adentro litar aposta­ba otra vez a la eficiencia de las
con todas las cualidades de lo urbano y un obras con sus asociados, las empresas en la
afuera depositario del desorden, lo ajeno, construcción de muros de contención, que
las heterotopías. aislaran a Resistencia de la catástrofe.
Además del dique, un resultado de la
Solo al llegar la época burguesa pudo nacer amenaza fue el colapso del Código de Or-
el movimiento contrario: la expulsión de denamiento Urbano Ambiental y la crea-
los elementos populares del centro hacia las ción e implementación de un organismo
heterotopías periféricas, aun rurales, conver- que se ocupara específicamente del tema
tidas desde entonces en “afueras”, receptácu- denominado Plan de Defensas y una pro-
los de la zona de habitación y dotadas de una puesta urbana para solucionar el flagelo.
isotopía particularmente legible. Así, pues, Se trataba de la construcción de una mu-
la heterotopía corresponde, aunque solo en ralla alrededor de la ciudad y una serie de
cierta medida a la anomia de los sociólogos obras complementarias (canales, diques
(Lefebvre, 1980, p. 135). territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 25
10
La alternativa “óptima” ­ eriva­dores, cierre del río Negro, infraes-
d del lucro: amigos empresarios que llevarían
para defender a la ciudad
tructura, etc.). adelante las grandes obras.
costaría sesenta millones de
dólares. Calculaban un cos‑ Algunos arquitectos del equipo “ur- Lo que queremos destacar como cons-
to de amortización y man‑ banizaron” la propuesta y el conjunto se tante de cuanta propuesta y discusión se
tenimiento de dos millones lanzó a la búsqueda de fondos para la cons- generaba alrededor del tema es una serie
de dólares anuales. trucción de las “defensas definitivas de de aspectos que configuran la idea de la
11
En una palabra, la “pseu‑ Resistencia”.10 defensa-recinto, que es la concepción de la
donecesidad” es un fenóme‑
no corriente en los primeros “Los urbanistas se dividen en técnicos ciudad y su inserción ambiental:
niveles de la génesis del co‑ de la circulación y en estetas que manejan,
nocimiento y expresa la di‑ en planes masivos, contraste de líneas, vo- 1. En todos los casos hay que cerrar la
ficultad de imaginar otros lúmenes y colores, como si el “habitar” se ciudad con un muro (con río o sin él),
posibles, diferentes de aquel
que es actualizado en una definiera por el consumo de esos contrastes con un “adentro” a salvo de las aguas
realidad dada. Como tal, espectaculares” (Lefebvre, 1972b, p. 19). y un resabio “afuera”, extramuros.12
constituye una fase de indi‑ La aceptación popular de la defensa, 2. La ciudad crece en el adentro, al ur-
ferenciación entre lo real, lo fue un largo proceso de creación de una banizar las zonas bajas mediante la
posible y lo necesario (Piaget
y García, 1985, p. 81).
pseudonecesidad:11 extensión de infraestructura o definir-
12
Que, en pocos años, deja
las como zonas de expansión, reserva,
de delimitar el asentamien‑ Quienes tuvieron y tienen la decisión y el paisajística, etc.
to superado por la construc‑ saber para paliar sus efectos, han fundado 3. El todo o nada de una gran obra con
ción espontánea de lugares su acción en un conjunto de falacias que una gran financiación —en lo posible
de vida de los más pobres.
estructuraron socialmente la pseudonecesi­ internacional—, dividida en pequeñas
dad de la ciudad encerrada en un recinto al obras que, independientes, no deter-
que denominaron “defensas definitivas”. minan soluciones de consideración.
Ellas fueron: 4. Entretanto, a cada conato de inunda-
ción se refuerzan las maltratadas defen-
• Las defensas definitivas como única alter- sas provisorias, se cierra el río Negro
nativa; con cantidades espeluznantes de tierra
• el dominio en la reflexión del saber técnico que se lleva la corriente y... ¡se reza!
acerca de la inundación y
• la idea de que no existen soluciones sur- Con el nuevo siglo se llegó a un cierre
gidas de lo local (Roze, 1997, p. 2). relativo que, con cierta eficiencia, regula las
aguas de los ríos crecientes o de las lluvias
El desarrollo de dicho plan es una his- del campo, a condición de que a cada llu-
toria de idas y vueltas en el marco de Go- via Resistencia padezca de calles inundadas
biernos institucionales constitucionales y producto de la dificultosa evacuación de
de discusiones “democráticas” entre legis- las aguas. De igual forma, los bordes de las
ladores que buscaban ingresar a las fuentes áreas protegidas son todos los días supe-
territorios 29 radas por diversas formas de ocupaciones.
26 Jorge Próspero Roze
Tercer movimiento, la síntesis: Con regularidad, grupos antes hacinados 13
En el área urbanizada,
la superficie destinada a
las heterotopías paralizantes toman tierras y construyen urbanizaciones
espacios verdes es de 1,10%.
—siempre más lejos y aislados— que, ape-
Producto de una inusual expansión, inicial- nas consolidados, demandan infraestructu-
mente de promisorios horizontes de nego- ra y transporte. En peores situaciones, otros
cios, sin solución a la crisis de los sistemas se ubican al lado de lagunas de oxidación
productivos y sacudida periódicamente por de aguas negras, con lo que se facilita una
la naturaleza apenas controlada, la ciudad ceguera activa a peligros y consecuencias de
de Resistencia resulta un lugar cargado de líquidos altamente contaminantes.
problemas para la cotidianidad de quienes Los que se jugaron a la proximidad
la habitamos. al agua deploran la contaminación del río
El área central,13 con su pavimento y Negro, cuyo entierro es un largo proceso
su cuadrícula triunfante, es más calurosa que tratan de detener. Donde hubo lagu-
que las áreas aledañas a los restos de paisa- nas, cada lluvia produce una temporaria
je natural donde las brisas son enfriadas y inundación que pone en crisis al tránsito;
humedecidas por los espejos de agua. Sus en el mejor de los casos, el agua no sube a
calles están casi permanentemente rotas a la vereda y, en otros, obliga a los habitantes
causa de la resistencia de las aguas subte- a armar diquecitos en sus puertas y a cerrar
rráneas a permanecer bajo tierra, del calor los desagües pluviales.
que dilata las planchas de hormigón y sus Y persiste la espada de Damocles de las
juntas de expansión tapadas, de la especu- probables inunda­ciones por el desborde de
lación de las empresas que los construyeron los ríos: el Paraná que crece y el agua entra
y de los malos desagües que estancan aguas por el río Negro y las lagunas, las lluvias en
y carcomen su basamento. los campos que entran por el río Negro con
Los nuevos barrios de viviendas están igual consecuencia o ambos que arman el
lejos, hacia las zonas altas —más secas y cá- gran zafarrancho.
lidas—, “apretadas” sus casas por el uso del Existe, sí, un discurso sobre el am-
suelo y los costos al límite de lo permitido biente que, como el de las áreas de restric-
por las normas. ción queda, en los enunciados que a veces
El “centro” empezó a estar lejos de resultan en resoluciones municipales. Al
la mayoría y los minicentros barriales no momento opera una sordera activa por
terminan de definirse, porque el modo de parte de los técnicos; con ella, los grupos
vida Fonavi todavía es una etapa transito- “de decisión”, de allí políticos y punteros
ria de las familias pequeñoburguesas con y de allí “la opinión pública”.
ambiciones de saltar al centro o a alguna
urbanización ambientada para unos po- Sobre la técnica misma, podemos afirmar que
cos. Del otro lado están los pobres de los
terrenos bajos o los propietarios riesgosos.
simultáneamente:
territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 27
a) tiende a cerrar la sociedad, a tapar el ho- el “gran proyecto”, ajeno, donde el obje-
rizonte [...]. La técnica se vuelve obsesio- tivo del conjunto es conseguir la limosna
nante y, en consecuencia, determinante. de algún prestatario externo, cuyas divisas
Invade el pensamiento y la acción y, por contribuirían a enriquecer a los más pode-
lo tanto, les fija su línea (Lefebvre, 1972b, rosos. Para el resto de la sociedad, empleos
p. 170). temporales poco calificados. El resultado,
el encierro de todos en un gran recinto
Es la concepción de que es un proble- donde vivir defendido va a tener su costo
ma del Estado y, por ende, no debe impor- y, por consiguiente, la exclusión de los más
tar a nadie. Quienes manifiestan preocupa- pobres.
ción son considera­dos como románticos o
como grupo de intereses disfrazados. Sus
campañas, propuestas y críticas ocupan es- La solución de los tecnócratas
pacios resi­duales, marginados en la soledad bloqueando el pensamiento
de la emisión de discursos poco legitima- de lo nuevo o diferente
dos. Intentar pensar, por ejemplo, en el
mantenimiento de las defensas provisorias Entre la gente de izquierda, los más realistas
con el mejoramiento de situaciones pun- esperan realizar los proyectos de la tecnocra-
tuales a bajo costo implicaría un concepto cia: planificación, racionalización merced a
diferente a escalas más puntuales que el una detención de la vida social, organización
conjunto —barrios, villas, sec­tores, etc.—, en nombre de la nación y del Estado. ¡Como
donde las estrategias propias de la defensa si esta organización no haya sido alcanzada
podrían confi­gurar especificidades, expe- por el capitalismo! ¡Como si la superorgani-
riencias organizativas, nuevas formas ur- zación de lo cotidiano en el capitalismo y la
banas y control ambiental por el conjunto, satisfacción de un gran número de necesida-
entre otras y es, desde todo punto de vista, des elementales no obligara al pensamiento
una herejía al orden. a nuevas tareas, a la elaboración de nuevos
Pensar que pudimos —y en parte aún conceptos! (Lefebvre, 1972a, p. 162).
podemos— tener una ciudad con canales
por avenidas, un paisaje extendido y con- ¿Cuál es la constante en las conside-
centración edilicia que juegue con nuevas raciones de la ciudad en la totalidad de
articulaciones con lo natural y los ríos, ca- propuestas, planes y diagnósticos acerca de
nalizados y limpios, que crucen la ciudad, las soluciones, acciones o ideas frente a la
escapa a la cordura del “buen pensar” de inundación? En principio, debemos seña-
nuestra aldea. lar varios momentos en los que la reflexión
Otras alternativas que implican creativi- respecto a la ciudad en que vivimos se torna
dad, participación y la sociedad activa en posible, necesaria o queda suspendida por
territorios 29 su defensa están enajenadas, sumidas por la necesidad de la acción.
28 Jorge Próspero Roze
Frente a la catástrofe, vimos que, a pe- no resueltas y el soñado inversor externo 14
El Plan de Ordenamiento
Ambiental que señalamos
sar de constituir un fenómeno recurrente, que no aparece.
cae en algunas trampas del
en forma constante se recomienza con un Lo que dramáticamente también po- pensamiento propias de una
proyecto, el inicio de una obra, un organis- demos verificar, a lo largo de la historia, es ciudad contra natura. Por
mo ad hoc, pero, en todos los casos, la sín- la imposibilidad de concebir la ciudad y el ejemplo, se incorpora el am‑
tesis es una gran olla cuyo adentro es Resis- fenómeno natural como elementos propios biente con cierto exotismo
ajeno a la ciudad. Por un
tencia y el afuera es tierra de nadie. Detrás de un mismo sistema que sintetizan la crisis lado, lo “urbano”, su zoni‑
del discurso, la especulación inmobiliaria. que el proceso adaptativo impuso al sistema ficación, lineamientos, ex‑
ecológico ambiental.14 pansión, etc. y, por el otro
[El capitalismo] ha encontrado una nueva las áreas “naturales”.
inspiración en la conquista del espacio, en El capitalismo y el estatismo modernos han
términos vulgares, en la especulación inmo- aplastado la capacidad creadora de obras.
biliaria y en las grandes obras (fuera y dentro Este aplastamiento acompaña el de lo social,
de las ciudades), en la compra y la venta del atrapado entre lo económico y lo político.
espacio: y esto es a escala mundial [...]. La es- Inmensas fuerzas creadoras son rechazadas,
trategia tiene mucho más alcance que la sola marginadas. Contra ellas se establecen y se
venta del espacio, parcela por parcela. No se fortalecen las potencias dominantes. La es-
limita a introducir el espacio en la producción tructura económica y política, a la vez opre-
de plus-valía; pretende operar una completa siva y petrificada, estimula la producción y los
reorganización de la producción subordina- productos; sustituye la capacidad creadora
da a los centros de urbanización y decisión. por representaciones: la creatividad, el inven-
El urbanismo oculta esta gigantesca opera- tario, la exposición, el museo generalizado.
ción, disimula sus rasgos fundamentales, su El producto se separa de la obra, la desplaza
sentido y su finalidad. Bajo una apariencia y la remplaza por sofisticaciones técnicas.
positiva, humanista y tecnológica esconde Relegadas a las periferias, creyendo a veces
la estrategia capitalista: el dominio del espa- encontrar allí su lugar favorable, las fuerzas
cio, la lucha contra la disminución progre- creadoras se condenan al fracaso: impotencia,
siva de los beneficios, etc. (Lefebvre, 1980, esterilidad (Lefebvre, 1972b, p. 170).
pp. 161-162).
Pensar en una ciudad encerrada en una
Podríamos verificar una progresividad muralla es correr a tapar un gran agujero
entre una inundación y otra y, en todos mediante la ampliación de otros muchos,
los casos, el abandono y la protesta fren- pues, en principio, el problema a solucionar
te a nuevas amenazas. Esta situación de y la decisión son, sin duda, cómo doblegar
movimiento y parálisis tiene su origen en las condiciones que impuso la propia in-
la falta de fondos, las prioridades de la co- serción, entre ellas, cómo sacar las aguas
yuntura que dificultan inversiones para el servidas cuando los niveles entre la ciudad
acaso, las prioridades urbanas inmediatas y el río son casi negativos, cómo evitar que territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 29
15
Es estúpidamente mali‑ el agua surja naturalmente a partir de la localidad y de los afectados que suelen ser
cioso pensar que esta lógica
saturación de las napas freáti­cas, cómo evi- la clientela de un proyecto sustenta­do por
tecnocrática tenga sus raí‑
ces exclusivamente en las tar el deterioro ambiental que produce su algún partido que, con diversas mediacio-
múltiples formas de cohe‑ creciente contaminación, etc. nes, refleja el interés de grupos empresaria-
cho. Con diversos grados de En esa trampa del pensamiento, los les que contribuyen “para la campaña”.15
convicción y honestidad, los campeones de la dialécti­ca parlanchina son Así, la inundación produce una sola
técnicos muestran la necesi‑
dad de la obra y la sostienen. los técnicos de la ingeniería, en quienes se verdad —la de la obra— y un solo lenguaje
El fenómeno que queremos depositan las esperanzas de las defensas y inteligible —el de los técnicos de la ingenie-
evidenciar es que no se crean sus problemas. ría—; en ese marco debate la ciudad frente
espacios para otro tipo de Esta melodía monotemática y mono- a la catástrofe.
pensamiento. Nadie estu‑
dia sistemas alternativos ni corde está sustentada en el enlazamiento
se escuchan esas propuestas; entre los intereses de quienes, más allá de
quienes las piensan, se ca‑ sus concepciones, operan en el ámbito de Una acción original, impensada,
llan o son silenciados por los contratos de obras y que, a lo largo de la desafía el orden y los saberes
el coro del “buen sentido”,
instaurado e instalado en historia, han definido el papel de la obra enajenados: las tomas
la esfera de los saberes “ne‑ pública, las características de las viviendas
cesarios” y “posibles”. en que va a pasar su vida una parte impor- Habitar, para el individuo o para el grupo,
tante de la población y otras pequeñeces es apropiarse de algo. Apropiarse no es tener
semejantes, donde el parámetro fundamen- en propiedad, sino hacer su obra, modelarla,
tal se expresa en las ganancias empresariales formarla, poner el sello propio. Habitar es
por metro cuadrado construido, el monto apropiarse un espacio [...] el conflicto entre
de los contratos, etc. apropiación y constreñimiento es perpetuo
El modelo de obra pública que debe a todos los niveles, y los interesados los re-
verse para que el gober­nante de turno la suelven en otro plano, el de lo imaginario
inaugure y debe tener gran volumen para (Lefebvre, 1971a, p. 210).
que la empresa lucre, invadió la concien-
cia de la sociedad, donde más vale lo feo Sin duda, las inundaciones recurrentes
—parecido a lo conocido— que lo nuevo traerán un hecho singular a la vida de los
posible, original, diferente. chaqueños: la toma de viviendas —termina-
En la concepción de la ciudad defen- das o no— de los planes del Estado, donde,
dida, la discusión tuvo y tiene un solo pa- sin mucha discusión, se atrincheraron los
rámetro: la gran obra. Se discuten detalles, propietarios y los Gobiernos, en cada caso
cambios en el trazado, si por aquí o por allá, y en diferentes momentos, tuvieron que
pero no se puede pensar en otra. coexistir con el fenómeno, a veces con la
La participación popular es, en la ma- represión abierta a los pobres ocupantes;
yoría de los casos, la expresión de cor- aclaro: solo a los pobres.
poraciones incipientes que manifiestan su No obstante, un sentido particular
territorios 29 real preocupación por la situación de su respecto a la propiedad se establece en el
30 Jorge Próspero Roze
imaginario de los chaqueños y, desde prin- y se articula como suma de intereses a la 16
La gran paradoja en to‑
do esto es la gran distancia
cipios de la década del noventa, se inauguró gran corporación del Estado. Es la nueva
entre lo deseable —por ejem‑
una práctica de toma de terrenos —priva- condición posmoderna y la política del plo, los planes y la instru‑
dos o públicos—. De la noche a la mañana neoliberalismo. mentación propuesta— y
se levantaban asentamientos que se con- En efecto, la fuerza de lo existente y la las formas posteriores como
solidaron muy rápidamente y los poderes vección de lo posible que impone el juego se realice, así como entre
los objetivos planteados y
locales debían escoger entre la represión o de intereses que articulan el Estado no pa- las propuestas resultantes,
la cooptación; la última mediante la compra recen dejar espacios para lo nuevo y aquí subordinadas al viejo “or‑
de sus simpatías electorales con la provisión hay unas acotaciones a favor de lo posible: den”.
de infraestructura y servicios. Lo nuevo existe. La inercia de lo que
Se nos hace presente una nueva hete- sabemos actúa como obstáculo epistemo-
rotopía “lugares que se oponen a todo lo lógico apela a similitudes y construye inte-
demás y que están destinados a borrarlos, graciones que anulan lo nuevo, al destruir
compensarlos, neutralizarlos o purificar- su observabilidad.
los”, nos señala Foucault (2010, p. 64). Se manifiesta en todos aquellos que
Heterotopos aquí y allá, que configuran desean una nueva ciudad y luchan para
lugares, democracia arrancada, cargada de que cambie; por ejemplo, grupos como
la inmediatez de lo presente, sin otra pro- los defensores del ambiente, los que acti-
yección que la necesidad satisfecha. vamente buscan integrarse a lo que queda
El paso no dado nos lo sugiere Lefeb- de naturaleza sin depredarla, desean un
vre a lo largo de su obra. cambio en ese sentido y no lo pueden per-
cibir; los que ponen en juicio la propiedad
privada y se asumen autoconstructores de
La salida como síntesis: sus hábitats.16
una nueva utopía Lo nuevo puede crecer a partir de mos-
trar que es posible.
“Distingo entre los utopistas y los utópicos. Lo nuevo siempre es ámbito de lucha,
Los utopistas son soñadores abstractos, los en la medida en que se opone a lo que, para
utópicos elaboran proyectos concretos”. existir, debió reprimirlo.
(Lefebvre, 1976, p. 246). Lo nuevo subyace como deseo que se
Una acotación que puede desprender- articula en decisiones alternativas de los
se de una línea de razonamiento que parta que pueden o no ser expresiones de futuros
de lo tangible se referiría a que todo cambio quehaceres.
de rumbo es una utopía de soñadores, en La mayor resistencia a cualquier cam-
la medida en que la sociedad funciona, bio es lo que todos los días se hace como
en última instancia, en la materialidad de se hizo ayer y se piensa como se pensó ayer.
sus necesidades que se expresan como el “No es posible revertir cien años de
interés de los particulares (corporativos) expansión contra natura”. Este ar­gumento territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 31
tiene la falacia de suponer que un cambio Nuestro camino hacia
de rumbo pequeño es un no cambio. Que una nueva utopía
hay que cerrar toda polémica y materiali-
zar un “fin de historia” urbana. Es el con- Se trata de fundar una propuesta nueva so-
cepto que subyace en el Gran Proyecto de bre la ciudad, que contenga la potencia de
Defensas. canalizar todas las vecciones de lo posible,
El espacio posible de una propuesta: por lo que debe abarcar todos los ámbitos.
¡Debemos refundar una utopía! En cuanto al ámbito del pensamiento, sus
posibilidades y condiciones pasan por las
Actualmente, el socialismo no puede reno- siguientes acciones:
varse sin volver a formularse y no puede for-
mularse, sin renovarse. Debe volver a tomar [...] he abordado algunas cuestiones ponien-
en cuenta las Utopías que ya no son Utopías do en práctica esta particularísima metodo-
sino posibilidad y programa. La razón más logía. Tomar un concepto, extraerlo de su
alta, más madura, absorbe el utopismo de los contexto, llevarlo hasta las últimas conse-
precursores (Fourier) y de los filósofos (desde cuencias. Sirvan de ejemplo los conceptos
Platón hasta Hegel) que parecían irraciona- de alienación, diferencia, espacio, Estado; es
les. Aquello que abre lo posible introduce, lo que yo llamo metafilosofía [...] un trabajo
por su intermedio, un movimiento dialéc- no perfectamente acabado, pero iniciado [...]
tico: “posible-imposible”. Ese movimiento (Lefebvre, 1976, p. 133).
se desenvuelve dramáticamente entre el ab-
soluto, siempre vislumbrado, y la muerte, Iniciar una ruptura de los mode­los
jamás evitada. urbanos, edilicios y ambientales a partir de
quienes instrumentan propuestas: los pro-
La comunicación, la participación, el amor, fesionales arquitectos.
el reposo, el conocimiento, el juego, son
siempre imposibles (como totalidad) y po- […] la ideología urbanística exagera la im-
sibles (como momentos). La Utopía de hoy portancia de las acciones llamadas “concerta-
será mañana lo racional y lo urgente. Lo das”, cuya realización autoriza. Da la impre-
imposible se transforma cada día en posible. sión a los que utilizan estas representaciones
El pensamiento socialista volvería a ser ente- de manejar igualmente a las personas y las
ramente racional y dejaría de ser utópico si cosas y de una forma innovadora y positiva.
tuviera en cuenta plenamente la realización Con gran ingenuidad, fingida o no, mucha
de las Utopías, puesto que tiene ya el poder gente cree decidir y crear. ¿Qué? Vida social,
de los medios de acción. Dicha racionalidad relaciones sociales (humanas). En este punto,
se daría un programa a largo plazo, es decir, la ilusión urbanística despierta la mitología

territorios 29 una estrategia (Lefebvre, 1972b, p. 167). del arquitecto un poco soñolienta. En la nue-

32 Jorge Próspero Roze


va ideología, los nuevos mitos se ajustan y se ¿Qué estamos haciendo? 17
Es alarmante la aliena‑
sostienen (Lefebvre, 1969, p. 161). ción respecto a las condicio‑
nes de diseño y ambiente. En
En el campo de la lucha teórica18 concen- el plano de un sector urba‑
Y este proceso debe iniciarse a partir tramos los esfuerzos en mostrar, por una no de Resistencia se desta‑
de los estudiantes. parte, la distancia entre las palabras y las caba el amanzanamiento
¿Un camino? (probablemente inexistente
cosas y, por otra, que cuando los discursos,
aún), cuadrícula perfecta;
Un espacio en los talleres de diseño. La las teorías y sus consecuencias operacionales en ella, como elementos aje‑
creatividad potenciada de un conjunto sin tienen como punto de partida condiciones nos, aparecían delimitadas
la totalidad de las limitacio­nes mercantilis- fundadas en el dominio de saberes exóticos las lagunas. Tras señalar a
tas puede poner en marcha un nuevo pro- los estudiantes la enormi‑
basados en intereses diferentes a los de las
dad de esa concepción, la
ceso, que no pasa solo por un conjunto de poblaciones que demandan soluciones, no ampliaron y mostraron que
imágenes, sino de complejas soluciones.17 contribuyen a la solución, sino que poten- eso solo era una parte de lo
cian el problema. no visto de la naturaleza,
* Mostrar que las dificultades tienen una por ejemplo, no se habían
Señalamos la existencia de dos ámbitos
visto masas arbóreas.
sola objetividad: la resistencia al cam- de la reflexión: la investigación y el hacer 18
“[Si los conceptos] hacen
bio a partir de intereses concretos o experto. nacer algo, es para que ese
de la ceguera activa que esos intereses algo sea recuperado. Creo
instalaron en las conciencias. Caracterizamos como “investigación nor- en la capacidad del pen‑
* Hacer observable que las acciones par- mal” por su carácter extendido y dominante, samiento teórico y concep‑
tual para no mantenerse
ciales en favor del ambiente deben ar- aquella que se produce y reproduce en las en los límites del modo de
ticularse y formar parte de la necesidad estructuras fuertemente formalizadas, donde producción como totalidad,
de refor­mular nuevamente nuestra ciu- conceptos y teorías aplicables a las realidades de transgredir por el pen‑
dad. locales tienen, en general, su origen en lo samiento [...] y abrirá el
camino a la ruptura real”
* Mostrar a cierto ámbito de intereses que se puede denominar los maestros de las (Lefebvre, 1976, pp. 250-
que una nueva conciencia sobre una disciplinas, mayoritariamente provenientes 251).
nueva ciudad no es incompatible con de los caracterizados como centros de exce-
las buscadas tasas de ganancia. Que se lencia del saber: Universidades y centros de
trata de repensar en favor de la vida. investigación dominantemente americanos y
* Mostrar a los sectores críticos, los par- europeos estrechamente vinculados con las
tidos, las agrupaciones, etc. que el am- grandes editoriales que alimentan sin crítica
biente no es solo una cuestión discursi- los saberes de nuestros maestros locales y el
va, sino un ámbito de lucha económica conjunto de discípulos sostenidos con becas
y política donde se enlazan intereses de las agencias, universidades, fondos de
que definen las condiciones de vida de programas.
un conjunto muy amplio de población,
cuyas armas no son únicamente las de Esta investigación normal, consume la casi
la crítica. totalidad de los fondos para investigación
y formación, en tanto los miembros de las territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 33
19
1989 Espacio y poder. Las Comisiones Evaluadoras son tributarios de Empero, en ambos estilos investigativos hay
inundaciones recurrentes este estilo de investigación donde el éxito que añadir ciertas prácticas “bamboleantes”
en el nordeste argentino.
de las propuestas está asegurado por las lí- entre uno y otro, según convenga a los co-
1992 Menores en la calle y
sus familiares. neas trazadas en el largo proceso de coloni- misarios del saber. Estos teóricos olvidan
1996 Crecimiento urbano, zación —que podríamos caracterizar como la riqueza inagotable de la realidad; y olvi-
necesidades sociales y ac‑ horizontal—, al interior de las disciplinas en dan que toda cosa es una totalidad de mo-
ción municipal. El caso de Argentina. mentos y de movimientos que se envuelven
la ciudad de Resistencia.
profundamente, y cada uno de los cuales
1999 Crisis, vulnerabili‑
dad y desastres. La globa‑ Al otro estilo de búsqueda de explicación contiene otros momentos, otros aspectos,
lización en regiones perifé‑ de la realidad lo denominaremos como de otros elementos provenientes de su historia
ricas de América Latina. “crítica conceptual”, compuesto por un con- y de sus relaciones” (Núñez y Roze, 2011,
2001 La morfología socio- junto de herejes que intentamos desafiar esos pp. 193-194).
espacial de la globalización
saberes estructurados, lo que nos lleva a la
en las áreas periféricas a la
dinámica metropolitana. búsqueda de nuevas explicaciones a través Desde la década del ochenta, iniciamos
2002 Globalización, crisis de métodos, instrumentos, marcos teóricos un programa de investigaciones, cuyo ob-
y disolución de territorios y conceptuales. En general, el punto de par- jetivo fue consecuente con la investigación
en regiones periféricas de tida es la crítica de los saberes operativos en crítica. Trabajamos el problema de las inun-
América Latina.
el conjunto de la sociedad y la convicción, daciones recurrentes, la privatización de los
2002 Políticas públicas y
cambio social. Transforma‑ además, que esos saberes actúan como obs- servicios urbanos, los conflictos sociales, la
ciones alrededor del recurso táculos epistemológicos en la posibilidad de estructura urbana, los sistemas productivos
hídrico en el nordeste argen‑ una explicación acorde con las condiciones locales y las identidades sociales.19
tino. Impactos de la privati‑ de existencia de nuestras poblaciones ope- “Hacer observable lo que es social-
zación del servicio de agua y
saneamiento urbanos. rantes en nuestras sociedades. mente inobservable”.
2005 Los efectos de la coac‑ Tratar de producir, por medio del tra-
ción en la configuración de En el ámbito de la práctica social, los saberes, bajo científico, nuevos parámetros de “ver-
la dinámica social en las en distintos niveles de estatalidad, definen lí- dad” para una discusión que ni siquiera
provincias del nordeste ar‑
gentino (1966-2005).
neas de acción a través de programas, planes, está abierta. En fin, brindar algún sustento
2011 Procesos productivos, políticas, que afectan de forma directa las material a una utopía, a partir de hacer
formas coactivas y violen‑ condiciones de vida —y la vida misma— de visibles las consecuencias de la mirada del
cia en la dinámica social grandes grupos de población. Los saberes realismo extremo que han conducido a las
de Corrientes entre 1966 y del hacer de los funcionarios, siempre deri- situaciones sin salida.
2010. Un estudio sincrónico
con el Chaco.
vados de la investigación normal, es decir, En síntesis, asumir el ámbito de lucha
de las teorías de las verdades indiscutidas, se teórica y crear elementos para una nueva
transforman de un simple juego ético en la conciencia.
práctica profesional a dar curso y reproducir En tiempos de crisis, el insumo más
las formas más inhumanas devenidas de un preciado y necesario debe ser el pensamien-
orden social esencialmente injusto. to sin límites.
territorios 29
34 Jorge Próspero Roze
[Si los conceptos] hacen nacer algo, es para Lefebvre, H. (1976). Espacio y política. El
que ese algo sea recuperado. Creo en la ca- derecho a la ciudad II. Barcelona: Pe-
pacidad del pensamiento teórico y concep- nínsula.
tual para no mantenerse en los límites del Lefebvre, H. (1976). Tiempos equívocos. Bar-
modo de producción como totalidad, de celona: Kairos.
transgredir por el pensamiento [...] y abrirá Lefebvre, H. (1980). La revolución urbana.
el camino a la ruptura real (Lefebvre, 1976, Madrid: Alianza.
pp. 250-251). Municipalidad de la ciudad de Resistencia,
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proceso social de conocimiento. Aprehen‑ Graduação em Ciências Sociais, VII,
diendo el movimiento de las Ligas Agra‑ 143-163.

territorios 29
36 Jorge Próspero Roze
Figura 1. Anexo VI: Resolución N˚ 1111/98.
Restricciones al uso del suelo en Gran Resistencia

RÍO
Sistema hidrico río Tragadero

PA
RA

Ris
cho
Bar
río Isla

ran
Negro Santa Rosa

que
ras
PROVINCIA DEL CHACO
Zona 2: Gran resistencia
Zona Línea de ribera Resticción Resticción Zona de
severa leve advertencia Administración Provincial del Agua
2.A Resoluc. 326/97 L.R. – < 50,5m 50,5m – 51,5m > 51,5m REFERENCIAS Presidente: DIG. Oscar R. Bonfanti
2.B Resoluc. 59/94 L.R. – < 50m 50m – 51m > 51m ÁREA ESTUDIOS BÁSICOS
Vocales: LIC. Julio C. Burgos
2.C Resoluc. 59/94 No tiene L.R. – 51m > 51m Zona prohibida Restricción severa LIC. Ramón Vargas
2.D Resoluc. 326/97 Si tiene 45.5m – 50m > 50m Restricción leve Restricciones al uso del
2.E Resoluc. 326/97 L.R. – < 49m 49m – 50m > 50m Zona de advertencia Director: ING. Hugo R. Rohrmann
suelo gran resistencia

Zona prohibida Resticción severa Resticción leve


Los sectores en blanco o con escasa información
se definen por los estudios topográficos específicos (estimada) (estimada) (estimada)
Cadista: José D. Costas Fecha: Agosto/95

territorios 29
Realidades y utopías de una ciudad en la periferia del mundo globalizado 37

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