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2.

JAMÁS ACEPTARÉ
EL TEMOR Y
LA PREOCUPACIÓN

Multitud de personas viven con el temor del


cáncer, temor de perder su trabajo; temor de lo
que sus hijos puedan hacer o les pueda suceder;
temor de fracasar en el matrimonio; temor de
quedarse solos. ¡Temen morir y temen vivir!

1. Los Médicos y la Preocupación

El Dr. W. C. Álvarez, un especialista


gastrónomo de la Clínica Mayo, dice: “El 80% de
los desórdenes estomacales que llegan a la
clínica no son orgánicos, sino funcionales…
La mayoría de nuestras enfermedades son el
resultado de la preocupación y el temor, y yo sé
por experiencia que a Fe es más importante que
la alimentación para la sanidad de las ulceras
estomacales”.

El renombrado Dr. Charles Mayo afirmó: “La


preocupación afecta la circulación, el corazón, las
glándulas, todo el sistema nervioso, y afecta
profundamente la salud”.

Otro médico agrega: “La preocupación


desencadena una desorganización general del
sistema; produce y libera toda clase de
sustancias tóxicas del organismo, descarrila las
glándulas y sus funciones y reduce la existencia
hasta el mismo límite dela flacidez… las fuertes
preocupaciones demasiado prolongadas, pueden
significar una posible crisis nerviosa, flacidez del
corazón, endurecimiento de las arterias, senilidad
prematura y parálisis de la voluntad, que en
última instancia puede resultar en el suicidio”.

2. La Palabra de Dios y la Preocupación

En la Sagrada Escritura Dios nos exhorta


más de 350 veces a no tener temor.

PAZ: RECONCILIACIÓN CON


DIOS Y UN SALUDABLE
ESTADO MENTAL

Uno de los significados de la palabra “paz” es


“la ausencia del conflicto o guerra con Dios”.
Según Efesios 2:11-13, todos vivíamos en
enemistad contra Dios y sin esperanza; pero
ahora “Él es nuestra paz” (v. 14). La guerra ya
terminó por la obra de Cristo en la cruz y ya
hemos sido reconciliados.

“Justificados, pues por la fe, tenemos paz


para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo”. Romanos 5:1

Como resultado de la reconciliación, ahora


podemos experimentar un bienestar total, una
paz interior, tranquilidad y ausencia de afán.

Medite en estas hermosas promesas y


permítales llegar a ser parte de su vida diaria:

1.Filipenses 4:6,7

“Por nada estéis afanosos, sino se han


conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús”.
2.Isaías 26:3

“Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo


pensamiento en ti persevera; porque en ti a
confiado”.

Cuando esté preocupado por su salud o la


salud de su familia, piense en Yavé Rafah, el
Sanador.

3.Salmo 119:165

“Mucha paz tienen los que aman tu ley”.

Llénese con la palabra de Dios, y sus afanes


y preocupaciones serán menos.

4.Juan 14:27

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la


doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo”.

La paz que Cristo da no depende de


circunstancias externas; entonces no es afectada
por las noticias.
5.Romanos 14:17

“Porque el reino de Dios no es comida ni


bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo”.

Ser cristiano no es cuestión de “cumplir


reglas”, es un cambio interior; es vivir en paz y
gozo que sólo puede dar el Espíritu Santo.

¡Dé gracias a Dios porque


El es nuestra paz!

Usted no puede darse el lujo de ser una


persona llena de preocupaciones.

La persona que ha hecho a Dios su Pastor,


puede declarar:

“… No temeré mal alguno, porque tú estarás


conmigo…” Salmo 23:4

“Busqué al Señor y El me oyó, y me libró de


todos mis temores”. Salmo 34:4
3.
JAMÁS ACEPTARÉ
LA INCREDULIDAD

Porque la Escritura dice que los incrédulos


“tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre” (Apocalipsis 21:8), porque también dice
que la persona que duda, al pedir a Dios, no
“Recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago
1:6,7); entonces YO JAMÁS ACEPTARÉ LA
INCREDULIDAD.

Los incrédulos estarán en el infierno,


apartados del Señor para siempre, porque “Sin fe
es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6).
Llegamos a Él y alcanzamos su favor únicamente
a través de la fe.

Una vez salvos, todo lo que recibimos de Él


viene a través de la fe.

“Conforme a vuestra fe os sea hecho”.


Mateo 9:29

“Oh, mujer grande es tu fe; hágase contigo


como quieres”. Mateo 15:28
“Cualquiera que dijere a este monte: Quítate
y échate en el mar, y no dudare en su corazón,
sino creyere que será echo lo que dice, lo que
diga le será echo. Por tanto, os digo que todo lo
que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os
vendrá”. Mateo 11:23,24

1.¿Qué es la fe?

“Tener fe es tener la plena seguridad de


recibir lo que se espera; es estar convencidos de
la realidad de cosas que no vemos”.
Hebreos 11:1 (versión Dios Habla Hoy).

La fe no es sólo creer que Dios existe; aun


los demonios creen esto. Tampoco es sólo creer
en Dios, sino es creer a Dios. Es creer lo que
Dios dice por encima de nuestro sentir, nuestro
pensar, nuestras tradiciones o cualquier otra
cosa.

2.¿Cómo se logra obtener a fe?

Romanos dice que Dios reparte a cada uno


una medida de fe y a la vez que la fe viene por
oír la Palabra de Dios. (Romanos 12:3;10:17).
Entonces nosotros mismos no podemos
producirla aparte de Dios y Su Palabra.

El declarar cien veces “yo creo, yo creo, yo


creo”, no va a producir fe bíblica. Este no es el
resultado de pensar positivamente. No se
engañe; el enemigo es muy sutil y en la
actualidad es muy común utilizar “técnicas” de la
mente para entrar en un nivel más alto y así
alcanzar “poder espiritual”.

La persona que dice “Yo tengo mucha fe”


pero es ignorante de la Palabra escrita de Dios,
está auto-engañada. No es posible tener la fe
bíblica sin conocer a Dios y su Palabra.

“Nunca se apartara de tu boca este libro de


la ley (la Palabra de Dios), sino que de día y de
noche meditarás en él, para que gourdes y
hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino y
todo te saldrá bien”. Josué 1:8

Pase tiempo meditando en la Palabra de


Dios y su fe crecerá.
“No perdáis, pues, vuestra confianza que
tiene grande galardón”. Hebreos 10:35.

4.
JAMÁS ACEPTARE
LA DEBILIDAD

Algunos creen que es una marca de


humildad decir: “soy tan débil”, o “Todos somos
muy débiles”. No es marca de espiritualidad creer
y decir tal cosa; al contrario, revela ignorancia y
le robará de la provisión de fuerza que el Señor
tiene para su vida.

“… diga el débil: fuerte soy”. Joel 3:10

Cuando el Señor dijo a San Pablo que su


poder se perfecciona en la debilidad, se refiere a
que nuestra carne no somos nadie y que Él no es
glorificado por las habilidades humanas y el
esfuerzo humano. Sin embargo, cuando
entregamos a Él estos esfuerzos y estas
habilidades, sean muchas o pocas, El las torna
en algo fructífero y maravilloso. Usted no tiene
que estar limitado por sus debilidades.
“Yavé, es la fortaleza de mi vida”. Salmo 27:1

“Yavé, es mi fortaleza y mi cantico”. Éxodo 15:2


“Yavé, es mi roca mi fortaleza y mi libertador”.
2 Samuel 22:2

“Yavé, es la fortaleza de su pueblo”. Salmo 28:8

“Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra”.


Salmo 81:1

“… Nadie será fuerte por su propia fuerza”.


1 Samuel 2:9

“Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del


búfalo”. Salmo 92:10

“Mayor es el que está en mí que el que está en el


mundo”. 1 Juan 4:4

No acepte la debilidad. Crea y afirme con


certeza: El Señor es la fortaleza de mi vida, El
aumentará mis fuerzas como las del búfalo. Yo
soy fuerte en Su fuerza.
5.
JAMÁS ACEPTARÉ
LA DERROTA

Algunas personas escucharon desde niños


frases como: “No sirves para nada”; “Eres un
fracaso”; “Nada te sale bien”. Tales personas han
sido programadas para esperar la derrota y no es
de sorprender que viven derrotadas.

Algunos cristianos ignoran el poder espiritual


que hay en la declaración de las promesas de
Dios, y sus vidas son como un sube y baja (el
juego de niños). Así fue mi vida hace años: un
día vivía en victoria por encima de las
circunstancias; otro día me sentía derrotado;
luego arriba y después desanimado otra vez.

¿Cómo sucedió la transformación en mi


vida? Al comprender quien soy en Jesucristo y
poner en práctica lo que estoy enseñando en
este breve librito es decir, creer y declarar con mi
boca lo que Dios dice. Eso produjo grandes
cambios en mí y lo hará en usted también.
¿Y qué dice Dios acerca de mí? Poniéndolo
en forma personal, Él dice lo siguiente:

“Soy más que vencedor por medio Aquél que


me amó”. Romanos 8:37

“Dios me lleva siempre en triunfo en Cristo


Jesús”. 2 Corintios 2:14

“Ninguna arma forjada contra mi prosperará”.


Isaías 54:17

“Yavé derrotará a mis enemigos que se


levantaren contra mí”. Deuteronomio 28:7

“Me pondrá Yavé por cabeza y no por cola;


estaré encima solamente, y no estaré debajo…”.
Deuteronomio 28:13

He hecho mías todas estas escrituras; las he


declarado tantas veces, que ya son parte de mi
ser.

Físicamente somos lo que comemos. Las


proteínas, vitaminas y otras sustancias que
ingerimos, forman nuestro cuerpo.
Espiritualmente somos lo que leemos, oímos
y creemos. Yo escucho lo que digo de mí mismo
de manera que ¡No confesaré derrota! Expresaré
lo que Dios dice. Hágalo usted también, hasta
que esté plenamente seguro que jamás será
derrotado. Viva usted por lo que cree, no por lo
que siente, y su vida será transformada.

6
JAMÁS ACEPTARÉ
LA MISERIA

Hay muchos pensamientos erróneos en


cuanto al dinero y las riquezas. Algunos creen
que entre más pobre sea uno, es más espiritual.
Y cuando alguien tiene un fracaso económico, la
gente dice: “Así lo quiso Dios”.

Sin embargo, la Biblia dice que satanás es el


ladrón y Dios el que bendice.

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado


en todas las cosas y que tengas salud, así como
prospera tu alma”. 3 Juan 2
Deuteronomio 28 promete que el Seños hará
sobreabundar en vienes a los que oyen
atentamente la voz de Dios y que guardan sus
mandamientos.

Para que usted reciba la bendición de la


abundancia debe CREER que la voluntad de
Dios es prosperarle.

Cree que el Señor desea darle prosperidad


económica es solo el primer paso. Como
cualquier otra promesa, existen requisitos para
que uno la reciba.

1.Honrar a Dios con tus Bienes

“Honra a Yavé con tus vienes y con las


primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus
graneros con abundancia, y tus lagares
rebozarán de mosto”. Proverbios 3:9, 10

No hay duda de que el Señor quiere


prosperarnos porque usas las palabras “llenos
tus graneros” (cuenta bancaria), “abundancia y
rebozarán”.
Pero es importante resaltar la condición:
“Honra a Yavé con la primicia de tus frutos”.

Malaquías dice que el pueblo le había robado


a Dios al no pagar diezmos y ofrendas, por lo
tanto estaban bajo maldición. Luego dice:

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya


alimento en mi casa; y probadme ahora en esto,
dice Yavé de los ejércitos, si no os abriré las
ventanas de los cielos y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por vosotros al devorador y
no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid
en el campo será estéril, dice Yavé de los
ejércitos”. Malaquías 3:10, 11

El cimiento o el fundamento de la
prosperidad es el diezmo. Allí es donde empieza;
es el primer paso. Uno no puede subir una
escalera sin pisar el primer escalón.
2.Ser Dador y Generoso con Otros

“Hay gente desprendida que recibe más de


lo que da, y gente tacaña que acaba en la
pobreza. El que es generoso, prospera; el que
da, también recibe”. Proverbios 11:24, 25
(versión Dios Habla Hoy)

Dios es un padre generoso y espléndido con


sus hijos y nosotros mostramos la misma
naturaleza de El cuándo somos generosos.

3.Ayudar a los Pobres

“El que da al pobre no tendrá pobreza…”


Proverbios 28:27

4.Ser Trabajador

“La mano negligente empobrece; más la


mano de los diligentes enriquece”. Proverbios
10:4

Toda la Biblia, y especialmente el libro de los


Proverbios, habla mucho sobre la diligencia y de
que Dios no va a bendecir al perezoso.
Hay otros factores que nos impiden llegar a
la abundancia; cosas como el despilfarrar y
endeudarnos por no vivir dentro de nuestro
presupuesto. Pero el factor más importante, del
lado negativo, es el peligro del amor al dinero.
Vez tras vez, las Escrituras nos advierten de
guardarnos de la evidencia, porque es una
trampa muy efectiva del enemigo. Si él no puede
mantenernos en ignorancia de que la voluntad de
Dios es prosperarnos, entonces él tratará de
engañarnos con el amor a las riquezas. Pero no
son necesarios ni la pobreza ni el amor al dinero.

“Riquezas, honra y vida son la remuneración


de la humanidad y del temor de Yavé”.
Proverbios 22:4

“El que confía en Yavé prosperará”.


Proverbios 28:25

Dios quiere darle riquezas; pero al mismo


tiempo no que El desee que busque las riquezas.
Búsquele a Él ¡Y no acepte la miseria!
7
JAMÁS ACEPTARÉ
LA ENFERMEDAD

Una vez oí a un gran maestro bíblico decir


que cuando él aceptó a Cristo fue una persona
muy enfermiza, además tenía una enfermedad
incurable. Entonces empezó a leer la Biblia con
una pluma azul, y cada vez que encontraba un
pasaje tocante a la sanidad, la salud, la medicina
o el cuerpo, él subrayaba el texto. Al terminar su
lectura, tenía una Biblia azul, y al cabo de poco
tiempo, sanó totalmente y ha servido al Señor por
más de 50 años.

Es sorprendente cuanto habla Dios de este


tema. Haga a un lado todo prejuicio y tradición de
hombres en cuanto a la sanidad y salud y
permitía a la Palabra de Dios renovar su mente y
crear fe para recibir esta parte de su herencia.

Cuando va con un médico y él le da una


receta para cierta medicina, usualmente él dice:
“Tomar tres veces al día”. Proverbios dice que su
Palabra es como medicina; sin embargo, para
que nos haga efecto hay que tomarla en forma
consistente.
1.La Medicina de Dios

Para que su fe crezca en esta área, medite y


confiese tres veces al día: “Pongo atención a la
palabra de Dios y es medicina a mi cuerpo y
refrigerio a mis huesos”. Proverbios 3:8, 4:22

Añada otras promesas como “Bendice, alma


mía a Yavé, y no olvides ninguno de sus
beneficios. Él es quien perdona todas tus
inquietudes; el que sana todas tus dolencias. El
que sacia de bien tu boca de modo que te
rejuvenezcas como el águila”. Salmo 103:2, 3, 5

Hágalo personal “El sana todas mis


dolencias de modo que me rejuvenezca como el
águila”.

“El que habita al abrigo del Altísimo morará


bajo la sombra del Omnipotente; no temerás al
terror nocturno, ni pestilencia que ande en
oscuridad, ni mortandad que en medio del día
destruya”. Salmo 91:1, 5, 6
“Confieso que habito al abrigo del Altísimo, y
camino con El; así que no temeré ni pestilencia
(enfermedades), ni mortandad (plagas)”.
“…a su amado dará Dios el sueño”.
Salmo 127:2

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado


en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma”. 3 Juan 2

“Y por haber oído estos decretos y haberlos


guardado y puesto por obra, Yavé tu Dios
guardará contigo el pacto y la misericordia que
juró a tus padres, y quitará Yavé de ti toda
enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto,
que tú conoces, no las pondrá obre ti, antes las
pondrá sobre todos los que te aborrecieren”.
Deuteronomio 7:12, 15

“El mismo (Jesús) tomó nuestras


enfermedades y llevó nuestras dolencias”. Mateo
8:17

Alguien podría decir: “Pero muchos de los


textos se encuentran en el Antiguo Testamento”.
Hebreos declaran que el Nuevo Pacto de Cristo
es mejor que el Antiguo.

Si así es ¿Cree usted que Dios daría más


beneficios a sus hijos del Antiguo Testamento y
menos a nosotros ahora?

2.Lo que Dios Dice Sobre Nuestro Cuerpo

Algunas religiones enseñan que el cuerpo es


de poca importancia ante los ojos de Dios, y que
Él se interesa únicamente en el alma y el espíritu.
Pero la Biblia no enseña eso Si, este cuerpo que
está maravillosamente hecho, es temporal, y
algún día tendremos un cuerpo nuevo y eterno;
pero mientras tanto, nuestro cuerpo es el templo
del Espíritu Santo, por lo cual Él nos dice:

“Glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en


vuestro espíritu”. 1 Corintios 6:19, 20

Nuestros cuerpos son importantes para Dios


porque sus propósitos divinos aquí en la tierra
serán logrados a través de ellos. Al Señor le
interesa su salud espiritual, mental, emocional y
física.
Por muchos años mi familia y yo sufrimos el
robo de esta parte de nuestra herencia,
precisamente por nuestra ignorancia e
incredulidad. Usted no permita ser robado.
¡No acepte la enfermedad!

CONCLUSIÓN

Alguien pudiera preguntarme: “Si es la


voluntad de Dios sanarme, prosperarme llenarme
de paz, de confianza, de fuerza y de victoria,
entonces ¿Por qué tengo tantas luchas y por qué
no recibo más de estas bendiciones más rápido?”

Es una buena pregunta y hay una respuesta


muy sencilla: Tenemos un enemigo real
(Satanás) cuyo propósito es precisamente
robarnos, atacarnos y destruirnos.

“El ladrón (Satanás) no ha venido sino para


robar, matar y destruir”. Juan 10:10

Aunque el propósito de Satanás es alejarnos


y robar nuestra herencia, no estamos indefensos
“Mayor es el (Cristo) que está en vosotros, que el
que está en el mundo (Satanás)”. 1 Juan 4:4

Hebreos dice que uno hereda o recibe as


promesas a través de la fe y la paciencia.
Hebreos 6:12

Entonces no se desanime si requiere tiempo


para entrar en posesión de su herencia total; no
se desanime si requiere una lucha cuando
empiece a reclamar lo suyo.

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