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Por Debajo de Maldonado Resultados de La
Por Debajo de Maldonado Resultados de La
RESPONSABLE CIENTIFICA
POR DEBAJO DE
EQUIPO 2008. ANTROPÓLOGA SOCIAL CARLA
PEÑA. ESTUDIANTES DE ARQUEOLOGÍA:
LORENA VILAS, MERCEDES SOSA, SOLEDAD
IROLDI, ANA MALVAR, IGNACIO EXPÓSITO,
MALDONADO
CAMILO COLLAZO.
EQUIPO 2014. ASISTENTE, IVANNA VIAZZO.
HISTORIADORA ADELA LLADÓ. ANTROPÓLOGO
SOCIAL RICHARD DETOMASI. TÉCNICO EN
Resultados de la
MUSEOLOGÍA LUIS BERGATTA. ESTUDIANTES
DE ARQUEOLOGÍA: CAMILO COLLAZO, JOANNA
VIGORITO, CELESTE MARTÍNEZ, MALENA
investigación realizada
MARTÍNEZ, AGUSTINA CABRERA, LUCÍA
NÚÑEZ.
sobre construcciones
subterráneas
PRESENTACIÓN
LA ENTRADA AL TUNEL
una degradación en la conducta de los seres humanos (v.gr. Hesíodo, Los Trabajos y los
Días (ed. 1979); Libro I (Génesis) del Antiguo Testamento
(https://www.lds.org/scriptures/ot/gen/1?lang=spa). Tenemos una percepción
pesimista del hoy añorando siempre el ayer, idealizándolo y queriendo conocerlo,
aproximarnos a él, quizás hasta revivirlo para disfrutarlo.
En relación con el tema que aquí nos ocupa, muchos contextos urbanos
alimentan el imaginario, creando leyendas urbanas, uno de cuyos temas es la creación
de lugares: “una leyenda enmarcada parte de una conversación (porque ese sitio lo
llaman de…) y sigue como una ficción” (Martos Núñez 2010:134).
conocimiento –el delos túneles- sobre el cual se entiende que ha habido omisión; y por
otra parte, y de hecho, genera la recuperación de información sobre los lugares que la
memoria física maneja como reales -las diferentes estructuras que los informantes
reconocen haber visto o visitado- y su consecuente visibilización para la población
actual. La representación del pasado aparece claramente ante nosotros a través de los
objetos. La permanencia que ante nuestros dos principales sentidos: el tacto y la vista,
tiene el mundo que llamamos material es, según autores que ya han reflexionado sobre
el tema (Ballart 1997; Prats 1998) la conexión más fuerte con la realidad que nos rodea
y con ella el pasado.
Otras memorias, ligadas a otros estímulos que podemos percibir con los demás
sentidos, requieren de procesos de memoria y transmisión que son más efímeros y
permiten más cambios. Los objetos muebles íntegros o deteriorados, pero su presencia
nos traslada al pasado y lo instala nuevamente en el presente. Lo hace convivir con la
cotidianeidad, traslada la imaginación a su contexto y lo devuelve a la realidad. La
invisibilidad de los objetos los sume en el olvido; la invisibilidad de las acciones, de los
ritos, de las festividades, los hace desaparecer y acaso permanecen en la memoria de
una o dos generaciones a través de la tradición oral, pero ello no provoca los mismos
sentimientos que su existencia real. Ese es el espíritu del concepto de patrimonio
cultural: preservar, conservar objetos y acciones para el futuro. Ello implica hacerlos no
solamente visibles en buenas condiciones sino además lograr que se conserven para el
futuro.
5
“La protección del pasado refleja la valoración social del mismo y la importancia
que la sociedad le asigna” (Cabrera Pérez 2011:10).
forman parte de la dinámica cultural natural donde unos bienes culturales se van
perdiendo por disfuncionales, o perimidos en el contexto sociocultural y se van
sustituyendo por otros. Y lo patrimonial en esos casos, surge de la recuperación
hegemónica, quizás nostalgiosa, de que determinados comportamientos u objetos del
pasado deben recuperarse, y eso muchas veces lleva al desarrollo de acciones de “re
construcción” para lograr la supervivencia de una festividad por ejemplo, o de un oficio,
o de un edificio. En estas condiciones, la re construcción se logra a partir de un hiato en
la memoria, en el contexto del desconocimiento, el desinterés o la sustitución de roles
del bien cultural. No siempre la sociedad acompaña. Estas decisiones suelen bajar de la
voluntad de individuos o grupos que están apropiados del concepto de patrimonio y que
por su rol social, en los grupos de toma de decisiones y económicamente decisores,
toman las decisiones y generan nuevos usos, significados y roles para los bienes
culturales involucrados. Que muchas veces pasan a ser nuevos, con una lejana
reminiscencia para la sociedad actual, de su significado en el pasado. Quedan de lado
las diferencias naturalmente presentes en la sociedad.
1
Cuando se juntan intereses comunes provenientes de saberes diferentes –sociedad y academia- y todos
los individuos trabajan en conjunto para resolver un problema y lograr un fin común.
2
Entendemos a la cultura –comportamiento cultural- como un conjunto de símbolos, cuyos significados
son creados/comprendidos por una sociedad. Este conjunto de símbolos y significados caracteriza a
sistemas socioculturales y dentro de ellos a diversos grupos sociales. Estas diferencias son las que dan
lugar a la diversidad cultural.
9
subterráneo que, partiendo del pozo existente en la Casa del Gobernador (estaría
ubicada sobre la calle Sarandí entre Florida e Ituzaingó) habría ido a dar a la Iglesia y a
la Comandancia. El autor reconoce que no existen planos españoles que indiquen la
proyección de túneles. En ese sentido, no hay datos posteriores al período colonial
sobre la existencia de un pasaje subterráneo como el sugerido por Seijo, ni durante la
Guerra Grande o en eventos ulteriores. Asimismo, la estructura subterránea descripta
por Seijo para el pozo de la casa del gobernador y su mecanismo de acceso, corresponde
a una estructura subterránea, adyacente al cuerpo del pozo, destinada a conservar
alimentos. La iglesia, iniciada en 1801, demoraría muchos años en terminar de
construirse3 y las obras se interrumpieron en 1806 con las invasiones inglesas (Díaz de
Guerra 1988). Todo ello indica que no habría sido posible, teniendo en cuenta estos
hechos, la construcción de túneles. Los estudios con georradar4 a lo largo del frente del
templo, realizados en 2009, no arrojaron resultados positivos en relación con la
propuesta de Seijo. Por otra parte, la existencia de manantiales subterráneos en el área
central de Maldonado, sobre los cuales el propio Seijo cita documentación, dificultan la
construcción de estructuras bajo tierra. Un oficial español que pasó por Maldonado en
1781 observó e informó que "En la plaza hay unas cachimbas que dan agua en
abundancia, muy gustosa, clara y saludable” (Diario del Plata, 21 de febrero de 1929 en
Seijo 1930:237).
El Prof. Francisco Mazzoni también refiere al tema de los túneles expresando sus
dudas sobre la existencia de construcciones subterráneas hechas para ese fin. Más
interesante aún es su reflexión sobre la aparición cíclica del imaginario acerca de ellos.
Reflexiona Mazzoni (1947) que
3
Se inauguró en 1895.
4
Informe en Anexos.
12
Tanto el Ing. Capurro como el Prof. Mazzoni, a pesar de dejar clara la inexistencia
de túneles, aseguran que sí fueron proyectados pero que nunca llegaron a realizarse
(Capurro 1947:51; Mazzoni 1947:47). Sin embargo, no existe ninguna documentación
ni escrita ni objetual, que pruebe tal proyecto (v.g. Arredondo 1929).
La realización de las obras de saneamiento a principios de la década de 1940 y
las canalizaciones necesarias para ella en el área de la plaza, le permitieron a Capurro
reconocer que no había “rastros de ninguna especie de obra subterránea” (1947:51).
Igualmente sucede con Mazzoni para quien, a pesar de haber hecho registros
cuidadosos durante las obras, para observar la posible aparición de desniveles o
cualquier otro indicador de pasadizos subterráneos, afirma contundente que “no han
existido los comentados subterráneos en el perímetro que se había señalado” /se refiere
a la Plaza de Maldonado y alrededores/ (Mazzoni 1947:46).
La lectura crítica de las publicaciones que hacen referencia a túneles en
Maldonado, deja claro que su existencia responde al imaginario popular y no a datos
concretos provenientes de documentos o de construcciones reales (Arredondo 1929).
Solo Seijo (1930) deja planteada la posibilidad de su existencia, aunque sin demasiado
énfasis, y los datos recogidos por Capurro y Mazzoni ya expuestos, niegan esa
posibilidad.
Tanto Seijo (1930) como Mazzoni (1947) coinciden en observar que su existencia
podría ser objeto de atractivo turístico si se les pusiera la iluminación conveniente.
Expectativa similar encontramos en el impulso de 2006.
La Comisión de Construcciones Subterráneas (en adelante CCS) surgió en el año
2006, en el seno de la Comisión Pro Festejos de los 250 Años del Proceso Fundacional
de Maldonado. Se constituyó por impulso de vecinos fernandinos que desde tiempo
atrás habían planteado su interés en los túneles, habiendo ya realizado personalmente,
algunos de ellos, estudios sobre el tema. Su constitución se realizó en julio de 2006 y
carece de personería jurídica. El vínculo con la Intendencia, fue a través del Área de
13
5
Obran en nuestro poder documentos escritos y orales sobre el hecho.
15
hicieron mención a más de una construcción subterránea, por lo tanto, los lugares
referidos como posibles túneles, no son equivalentes a la cantidad de informantes.
A partir del análisis interpretativo de estas entrevistas, a las que se sumaron
luego las encuestas realizadas por el equipo de la FHUCE6, llegamos a diversos
resultados. En primer lugar, analizamos los datos brindados por los informantes para
entender la estructura a la que hacían referencia. Ello implicó crear una ficha de análisis
que nos permitiera reconocer grupos de datos y llegar a su interpretación en términos
de objetualidad. Pudimos reconocer los diferentes tipos de construcciones subterráneas
referidas en las entrevistas, a partir de la comprensión, fundamentalmente de dos
variables: la ubicación y las características arquitectónicas. De esta forma reconocimos:
las cámaras sépticas correspondientes al Cuartel de Dragones; el polvorín
correspondiente a la Batería del Medio; las cámaras de aljibe y séptica de la Torre del
Vigía; el cuarto de los torreros también en la Torre; diversas cisternas de aljibe en varios
puntos de la ciudad; el cuarto existente bajo el altar mayor de la catedral; un depósito
de balas en la Plaza de Maldonado posiblemente correspondiente a la Guerra Grande7.
En segundo lugar generamos categorías para los datos provistos por los informantes,
en relación con el origen de los mismos.
La primera categoría es la que llamaremos RELATOS DE LA MEMORIA. Están
comprendidas en ella las vivencias que involucran la relación perceptual directa de los
entrevistados:
Los que vieron
Los que entraron
Hay una tercera situación que comprende a aquellos que oyeron sobre
construcciones subterráneas pero no las conocieron directamente.
La segunda categoría se basa en lo que llamaremos RELATOS DE LA
INTERPRETACION IMAGINATIVA y que corresponden a las diferentes interpretaciones
realizadas por los informantes, sobre sus percepciones de las construcciones. En este
sentido tenemos: 1. Las interpretaciones del significado de los materiales de
6
En este mismo informe se encuentran los resultados de la investigación en Antropología Social que
completó datos sobre el imaginario de túneles en Maldonado realizada por el Mg. Richard Detomasi.
7
La planilla de análisis se adjunta en los Anexos.
16
8
No fue objetivo de este trabajo realizar la investigación exhaustiva documental sobre los procesos de
uso y transformación de la Torre o del Cuartel que formarían parte de otro tipo de investigación. Pero
siendo los protagonistas para la investigación de la existencia de túneles debemos referirnos a su historia
de vida por lo menos a partir de la historiografía que los menciona.
18
En 1877 un temporal
“y una granizada tan grandes (…) no dejó más que las barandas
de los balcones” (Seijo 1945:50). Por este motivo se aconsejaba
refaccionar la Torre, que estaba ubicada en la entonces denominada
Plaza del Recreo, a la que se agregaría una alameda. Los arreglos
consistían “en una baranda para su escalera, construcción de un piso
para sus balcones y puertas para los mismos” (loc.cit.). (Fig. 5)
Su entorno ha sido varias veces modificado. La última reforma, que dio lugar al
aspecto actual de la Plaza del Vigía, ocurrió entre 1992 y 1995 (Fig. 6 y 7). Sin embargo,
hay cambios, sobre todo en el interior de la Torre, tales como el ocurrido en el piso de
la entrada que originalmente era de madera con una trampilla para ingresar al cuarto
19
inferior o la escalera interna, que solo a través de oralidad pueden ser reconocidos.
Otros cambios se perdieron de la memoria escrita y oral. De todas formas, si bien ha
estado sometida a modificaciones y refacciones, la Torre no ha sido utilizada para
ninguna otra función ni modificada para realizar en ella actividades diferentes a las que
inicialmente tuvo: una atalaya.
Por su parte, el Cuartel de Maldonado ya mostraba signos de ruina total hacia
1826 (Díaz de Guerra 1988:234). Hacia fines del siglo XIX se construye una escuela sobre
la que fuera la cara norte del antiguo Cuartel de Maldonado, que ya no cumple con la
función inicial pero el edificio aún existe con otras funciones. Asimismo, durante el siglo
XX se construyeron casas de familia y otros edificios, en otras partes de la misma
manzana, sobre todo sobre la calle 18 de Julio y en la esquina de Dodera y Francisco
Pérez del Puerto.
En el año 1968 se crea la Comisión del Cuartel de Dragones e Isla Gorriti
dependiente del Ministerio de Defensa, y comienzan las obras de recuperación del
Cuartel (Fig. 8). Ellas terminaron en la década de 1990, con una reconstrucción casi “a
nuevo” del edificio, con un dudoso respeto por las normas internacionales –que nuestro
país ha aceptado cumplir- referidas al tratamiento de estructuras arquitectónicas en lo
que hace a su conservación y restauración9. A modo de ejemplo, no se cumplió con la
recomendación de que toda restauración debe quedar bien señalizada, para que el
espectador pueda reconocer las partes originales de las reconstruidas, sin romper el
equilibrio visual de la estructura (Carta de Venecia 1964). Como consecuencia, es
frecuente ver que los visitantes confunden la estructura actual con la original. De todas
formas, el Cuartel de Dragones es un ícono patrimonial indiscutido en la ciudad, igual
que la Torre del Vigía. Forman parte del paisaje cultural, les da vida su pasado heroico
que llena de orgullo a la ciudad y su presente vivo asociado a diferentes actividades
cotidianas y al turismo cultural.
9
A pesar de nuestros esfuerzos para ubicar documentación relativa a estas obras en la Comisión de
Patrimonio Nacional no existen en sus archivos, planos o memorias referidas a las decisiones, reformas y
acciones realizadas en el Cuartel de Dragones y al estado final del mismo.
20
3. EL CUARTEL DE MALDONADO
10
Nos referimos a los vestigios de fundaciones visibles en el ángulo noreste de la construcción y los restos
de las estructuras visibles en el área central.
21
En noviembre de 1768
“El entonces comandante Cap. de Regimiento de Mallorca don
Bartolomé Ferro, le da la noticia /al Gobernador de Buenos Aires/ de
que el viento ha derribado dicha barraca de palo a pique, razón por la
que tienen en obra dos cuarteles de ‘adobe’, uno para alojar a la
infantería y el otro destinado para los Dragones” (Fajardo Terán
1972:15).
Existen tres planos conocidos del Cuartel de Maldonado. Uno sin fecha11 (Fig. 9),
otro de 179312 (Fig. 10) y el tercero fechado en 179713 (Fig. 11).
Proponemos que el plano sin fecha conocida fue el primero de todos,
posiblemente directamente relacionado con el proyecto del Ing. Howell. El ejemplar
que manejamos y que manejaron los historiadores ya citados, fue dibujado luego de
haber comenzado las obras o, coloreado en algún momento entre 1771 y 1792 –
momento en que la documentación asienta que estaba en ruinas- (v.g. Fajardo Terán
1972). Presenta muchas partes proyectadas y solo algunas terminadas, lo cual se
traduce en la coloración utilizada –amarillo para lo construido, rosa para lo proyectado-
Fundamentamos esta interpretación en los siguientes argumentos: 1. La planta del
cuartel en el plano ocupa una “manzana en cuadro” como proyectó el Ing. Howell y por
11
Plano del quartel que se proyecta haser en Maldonado pª alojar seiscientos hombres. Sin lugar ni fecha.
12
Plano perfil y elevación del Cuartel de Maldonado. 23 de agosto de 1793, Buenos Aires.
13
Plano del Quartel de Maldonado. Responsable: Josef García Martínez de Cáceres. 18 de febrero de 1797,
Buenos Aires.
23
“Que los muros que dividen los Pavellones uno de otro deven
ser del grueso del largo de un ladrillo; y los demas del ancho del mismo
ladrillo, y que en cada cozina al lado del Fogon deve haver su letrina
con su conducto a la Calle donde se hara un pozo p.a la inmundicia.” 14
14
Plano perfil y elevación del Cuartel de Maldonado. 23 de agosto de 1793, Buenos Aires. Copia del original
de C. Natiello. Nº de inv. L2/1/3. Museo Cabildo, Archivo de la Intendencia de Montevideo.
24
15
La nomenclatura para la identificación se refiere a la calle y la ubicación cardinal relativa, en este caso
la cámara más al sur sobre la calle 18 de Julio (18S) – 18 de Julio cámara al sur.
16
Tomados al límite de la cuadra.
25
punto medio del arco. Las juntas entre las paredes y el arco de la bóveda, están rellenas
con fragmentos de tejas de media caña (Fig. 20 y 21). El techo tiene una abertura
cuadrangular en el punto medio central, enmarcada por grandes piezas de granito gris
canteado, perfectamente tallados para alinear con la curva de la bóveda, sobre los que
asientan dos losas de granito que tapan la abertura que permite el acceso desde afuera
(Fig. 22 y 23).
La parte inferior/interior de la boca de los ductos se encuentra a los 1,80m del
suelo de la cámara, mientras que la exterior se encontraba con la parte inferior a ras del
suelo de la cocina en este caso. Son de figura cuadrancular, tanto en el exterior como
en el interior y tienen 0.60m de lado (Fig. 24 y 25).
Cuando se planificó su investigación en 2008, la entrada a la cámara era invisible
en la vereda. Para ello hubo que calcular su ubicación desde adentro del cuartel y a
través de los ductos, tarea que realizó la Comisión de Construcciones Subterráneas con
una precisión de relojería. Ello permitió romper el área de vereda y calle necesarias para
ubicar la tapa de la entrada. Para acceder al interior se removió solo una de las losas.
La primera tarea a realizar era desagotar el agua que colmataba la cámara. Esta
agua proviene de las corrientes subterráneas ya descriptas para el subsuelo de la ciudad
de Maldonado, que desplazándose sobre la arcilla que conforma el suelo, cuya principal
propiedad es la de ser hidrófuga, rellenan las oquedades que quedan a su paso. Para el
desagote se recurrió a una empresa barométrica a la que se le solicitó que tirara el agua
en un lugar que pudiera luego ser revisado por el equipo, previendo que con la llegada
de la toma al fondo, podrían irse materiales culturales, lo cual ocurrió. Se recuperó la
totalidad de los materiales dentro de la cámara y mediante recolección dirigida, parte
de lo expulsado por la barométrica.
En el interior de la cámara se efectuó un registro pormenorizado y completo de
la estratigrafía muraria, así como de la tecnología de construcción empleada y de las
particularidades de la cámara en general. No fue posible ni lo sería, dejar el suelo de la
cámara totalmente seco, debido a que el agua fluye lenta y constantemente hacia
adentro (Fig. 26). Por esta razón, los materiales se recuperaron de forma asistemática
por debajo del nivel de agua lodosa y completamente oscura pero cubriendo toda la
superficie. En este sentido nos aseguramos de haber recuperado la totalidad de los
materiales que quedaron en el interior (Fig. 27).
26
17
Hasta el momento de entrega de este informe no estamos seguros sobre la morfología de esta pieza.
Está deformada y a pesar de que se asemeja a una cazoleta de sable, el análisis de Fluorescencia de Rayos
X dispersiva en Energía (EDXRF) arrojó resultados poco específicos en cuanto a la composición de la
aleación. De acuerdo a ella no se puede considerar latón y tampoco peltre. Debido a que la muestra
tomada correspondió a la superficie del objeto es posible que los anómalos porcentajes de los elementos,
sobre todo el Ca, estén relacionados a su prolongada inmersión en el agua de la cámara. Se están
proyectando otros análisis para recuperar la morfología mediante tecnologías digitales.
18
En Anexos se agregan las tablas correspondientes al análisis de los materiales.
27
19
Con el plano de 1797 en la mano, es posible recorrer los vestigios correspondientes a cimientos que
están expuestos en el área noreste del Cuartel de Dragones y reconocer las habitaciones del comandante,
así como los cuartos, áreas de estar y letrinas del resto de los oficiales.
29
Torre del Vigía por debajo del piso al que se accede por una escalinata exterior. Dato
que también surge de la memoria de los vecinos. Observar y diagnosticar la afectación
sobre la construcción colonial, de las palmeras que existían sobre el lado oeste de la
Torre. Fue un diagnóstico considerado necesario y acordado con el Director de la Unidad
de Patrimonio de la IDM, Prof. Gabriel Di Leone. Se trataba de dos ejemplares de
Phoenix canariensis, especie alóctona que se encontraban muy cerca de la construcción.
Como se comprobó en excavación, sus componentes –sobre todo las raíces- habían
afectado seriamente la estructura de la fundación de la Torre20 (Fig. 36 y 37).
20
El informe sobre la extracción de las palmeras está en Anexos.
31
La superficie de suelo donde se encuentra la Torre era irregular, sobre todo hacia
el oeste con una pendiente de 13%. La superficie del suelo fue horizontalizada por las
obras realizadas entre 1992 y 1995 (IMM 1992).
A partir de las excavaciones recuperamos la siguiente superposición de estratos
–capas-. De abajo hacia arriba21.
Capa 1. Sedimento franco arcilloso, color beige oscuro. De origen natural local,
corresponde a los horizontes B y C del suelo.
Capa 2. Sedimento arcillo limo arenoso, color marrón oscuro. De origen natural
local corresponde al horizonte A del suelo y constituyó el piso de ocupación. En él
encontramos la ocupación de los grupos originarios y las que siguen hasta la década del
’90 en el siglo XX.
Capa 3. Sobre la capa 2 fue depositada arena de color marrón grisáceo con
nódulos de arcilla color ocre amarillento y valvas de conchillas y caracoles de agua
salada. Procede de áreas costeras, es de origen antrópico y cumple función de relleno.
Contiene fragmentos de vidrio (0.005x0.005m) de alta diversidad; envoltorios de
caramelos; tanques de lapicera Bic© de plástico entre otros artefactos, todos ellos
correspondientes a la década de 1980-90.
21
La descripción detallada de las Unidades Estratigráficas –sedimentarias y murarias- por excavación y
perfil as así como su correlación, se adjuntan en el Anexo. Aquí presentamos una simplificación, para
hacerla más comprensible.
32
Capa 4. Sigue una capa de arena limpia, color blanco, de origen antrópico.
Procede del área costera y también cumple función de relleno. En esta capa, en la T1,
se recuperó una moneda de N$ 100, acuñada en 1989, República Oriental del Uruguay.
Capa 5. Sobre la anterior, finalmente, apoya la vereda compuesta por losas de
granito. Tienen diferentes tamaños con un espesor constante de aproximadamente
0.25m. (Fig. 42).
Como consecuencia de los rellenos, desaparecieron los desniveles del piso de
ocupación original identificados en el desarrollo de las capas 1 y 2 –buzamiento hacia
el noroeste de 13%- que justificaba –y facilitaba- por ejemplo, la pendiente de la
canaleta de desagüe de aguas pluviales hacia el aljibe. Por otra parte, la deposición de
las capas 3 y 4 entre 1992 y 1995, produjeron que la hilera perimetral de ladrillos, la
primera zapata de la fundación y un trozo de pared que originalmente estaban
expuestos, queden ahora invisibles para nosotros y la altura del piso se haya elevado en
0.30m sobre el piso de ocupación original.
Los eventos de actividad humana reconocidos en el predio de la Torre son:
CONSTRUCCIÓN DE LA TORRE
1797 – 1803
La Torre formó parte de las previsiones de fortificación y actividades militares
que España desarrolló en la región este del Plata. Fue el último edificio militar que se
construyó en Maldonado y en la región, ya a fines del siglo XVIII. No se conoce
exactamente en qué momento fue levantada, pero sí es conocida la orden para
construirla.
parcial registrado para uno de ellos es de 0.80m de largo por 0.40m de alto22. La parte
superior de estos sillares sobresalía 0.20m por encima del piso de ocupación23 y
conforma la primera zapata de la estructura. Tomando esta primera zapata como límite
vertical de la fundación, la altura total de ésta es de 0.60m de los cuales 0.40m
quedaban por debajo de la superficie. A partir de esta primera zapata que tiene 0.21m
de ancho, se levanta la pared del plinto, también de sillares de granito asentados en
barro, imposibles de reconocer totalmente debido al revoque y pinturas (Fig. 44 y 45).
El cuerpo de la torre es de ladrillo asentado con cal y arena. Tiene techo de
azotea24. Por debajo, el piso de la garita era de tablones, daba a cuatro puertas ventana
resueltas en arco escarzano en el cabio superior, característica que se reconoce a partir
de fotografías históricas (Fig. 46). A este piso se accedía desde la azotea mediante una
trampilla de madera y desde abajo, posiblemente por una escalera de madera adosada
a la pared –la actual es moderna-. El plinto encierra una habitación con piso de ladrillo
y una cámara séptica. Servía para el descanso alternado del grupo de torreros que
debían cumplir la guardia. El techo de este cuarto lo constituye el piso de la planta baja
que originalmente fue de tablones con una puerta-trampa para acceder al interior.
Desde afuera se accedía a la Torre a través de una rampa de 75% de pendiente.
Contra la pared oeste había un colector de agua de lluvia proveniente del desagüe de la
azotea, que la trasladaba por una canaleta de ladrillo hacia el aljibe que servía a los
torreros.
La Torre, originalmente, era de ladrillo visto. A lo largo del tiempo se le modificó
el acceso, sustituyendo la rampa por el tipo de escalera que tiene actualmente. También
se modificaron la escalera interna; los pisos internos; las puertas ventana; se le agregó
el balcón que la circunvala en la parte superior; se revocó; se agregaron molduras, y
últimamente se la ha pintado con pinturas plásticas impermeables. Es difícil atribuir
tiempos a estos cambios ya que no hay documentación que los precisen y tanto Seijo
22
No fue posible medir entero alguno de ellos debido a que no tuvimos ninguno totalmente expuesto.
Para hacerlo habría que haber abierto más área de excavación y no se consideró pertinente.
23
Piso de ocupación hace referencia a la altura de la superficie del suelo sobre el cual se desarrollaron las
ocupaciones hasta las obras de 1992-95 se vertieron rellenos que lo elevaron 0.30m (IMM 1992).
24
La cubierta de azotea se construye con vigas de madera dura, cruzadas por alfajías de madera que
sostienen dos hiladas de ladrillos colocados a tabla. Sobre la hilada superior se revoca con una capa de
mortero o se termina con baldosas de cerámica.
35
(1945) como Capurro (1947) que hacen alusiones a algunos de ellos, no citan
documentación probatoria. De nuestras investigaciones se desprende que las
modificaciones se inician tan temprano como en las décadas de 1810 y 20.
Siguen a continuación, las estructuras asociadas a la Torre que se encuentran
ahora en el subsuelo y fueron recuperadas por la investigación arqueológica.
El acceso a la Torre
25
Ver el subtítulo que le corresponde más adelante.
26
Manejando fuentes analógicas indirectas es posible proponer a nivel interpretativo, que dicha
remodelación se pudo haber realizado durante la invasión luso brasileña. Durante su ocurrencia se
reactivaron, con intervenciones arquitectónicas suficientes y necesarias, las fortificaciones de la Bahía
que habían sido destruidas por los ingleses y la Isla Gorriti era un punto clave de ocupación y sede de
la oficialidad lusitana primero y luego brasileña (Cabrera y Curbelo 1993). La comunicación con ella
debía ser importante, y para ello la Torre, con una Bahía dominada completamente por la escuadra
invasora, podía cumplir funciones que no requerían de su inexpugnabilidad.
38
27
El empleo de técnicas arqueológicas de excavación para hallarla no estaban previstas y requerirían de
intervenciones costosas porque se ubica bajo parte de la caminería actual. Se prevé en el futuro el uso
de georradar para la identificación del lugar.
40
Entre 1575 y 1578, cuando Vespasiano Gonzaga es Virrey del Reino de Valencia,
se impulsa una reforma arquitectónica de las torres con el objetivo de hacerlas más
prácticas, proponiendo proveerlas de garitas de piedra, aljibes para agua, establos para
caballos y, dentro de las reformas más importantes, aumentar el número de hombres
destinados para ellas (Silva 1986).
En la primera mitad del siglo XVII, desaparecen los Guardas de la mar y se da
origen al cuerpo de “Infantes del pie de la costa”. Formaban parte del mismo, tanto las
dotaciones de los castillos como las milicias de las poblaciones. Los torreros dejan de ser
civiles y pasan a considerarse infantes28 (Silva 1986).
Las vigías fueron torres destinadas a la observación, propuestas sin armamentos
y desprovistas de elementos dinámicos de defensa. Ubicadas dentro del ámbito de
influencia de la costa, su función era la de vigilancia marítima defensiva y transmisión
de señales. Secundariamente pudieron ejercer funciones disuasorias o de refugio
(Valdecantos 1996). Por definición son construcciones militares, no son fortificaciones.
A lo largo del día, la defensa consistía en dominar visualmente áreas estratégicas
de territorio y durante la noche se trataba de percibir cualquier ruido o señal sospechosa
con el objetivo de que en caso de ataque la población no estuviera desprevenida.
El Rey Carlos III, en el marco de una reorganización de las milicias, crea distintos
cuerpos para el servicio de la costa siendo parte de ellos “Las compañías de Inválidos”
destinadas a la guarnición de castillos, torres y casas fuertes, y elabora un Reglamento
para el funcionamiento de las Torres Vigía que fue publicado en 1764. Bajo esa
reglamentación también se encontraba la Torre Vigía de Maldonado. En él se establece
que las torres de uso exclusivo para señales debían ser dotadas de un cabo y dos
torreros. Que el cabo ganaría tres reales diarios y los torreros dos reales y diecisiete
maravedís. Que la admisión de los torreros dependía de un examen en el que se
evaluaba robustez, agilidad, buena vista, buenas costumbres y que estuviesen
comprendidos entre las edades de 20 y 40 años. Finalmente, que en cada torre, al menos
uno de los torreros, debía saber leer y escribir (Silva 1986).
Respecto a las normas con las que debían regirse las torres, el reglamento
indicaba que:
28
“5. m. Soldado que sirve a pie” (R.A.E. http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=infanta).
41
1. Los torreros debían residir en las torres, sólo podía salir uno para ir a la población más
inmediata para abastecerse utilizando el tiempo preciso para el caso y esta ausencia no
debía ser diaria ni de noche.
2. Encima de cada torre debería haber constantemente un centinela de día y de noche a
cuyo cargo estaba dar las señales de seguridad o rebato29 (Fig. 66).
3. La señal de rebato consistía en encender el hacho30 y que éste pudiera distinguirse por
las torres colaterales31 Se haría de día en las ocasiones en que descubrieran
embarcaciones sospechosas acercándose a tierra o persiguiendo barcas de pescadores
o de comercio, y de noche, cuando se acercara una embarcación a tierra.32
4. La primera señal de seguridad se daría por la mañana luego que el torrero pudiera divisar
la costa de su jurisdicción y la segunda antes de salir el sol, cuando ya descubriera la
extensión de mar a la que pudiera dar alcance con la vista. Por la noche se haría la señal
de seguridad después de ponerse el sol. Para dar la señal de seguridad debería
encenderse el hacho manteniéndolo firme su hachero33 (Silva 1986).
Esto nos permite comprender la estructura reconocida de la Torre de
Maldonado: con una habitación dentro del plinto, su cámara séptica y el aljibe externo,
al servicio de los torreros que, siguiendo el reglamento ya mencionado debían ser un
cabo y dos torreros. Que éstos conformaban una guardia fija, exceptuando las breves
salidas a proveerse de comestibles y buscar agua fresca al aljibe ubicado al oeste de la
29
“1. m. Convocación de los vecinos de uno o más pueblos, hecha por medio de campana, tambor, alme-
nara u otra señal, con el fin de defenderse cuando sobreviene un peligro” (R.A.E. http://bus-
con.rae.es/drae/srv/search?id=fNjqIprYdDXX2hXllVE0).
30
“1. m. Manojo de paja o esparto encendido para alumbrar. 2. m. Leño resinoso o bañado en materias
resinosas, que se usaba para el mismo fin. 3. m. Geogr. Sitio elevado cerca de la costa, desde donde se
descubre bien el mar y en el cual solían hacerse señales con fuego. El hacho de Ceuta” (R.A.E. http://bus-
con.rae.es/drae/srv/search?id=Pl1GXzpCqDXX2skfZCqf|Gu5uPz4HDDXX2GBcA0n4).
31
Esto refiere a que la existencia de Torres Vigía difícilmente respondía a la existencia de una sola, sino
que formaban parte de sistemas de torres que abarcaban a distancias variables, extensas áreas costeras.
El aviso de una debía ser visto por las otras y éstas a su vez repetirlo mediante encendido del hacho hasta
que la novedad llegara al lugar donde se encontraban las autoridades militares.
32
Este punto agregaba que: Si de día se descubrieran embarcaciones de moros que siguen su rumbo, solo
se haría humo como aviso a las embarcaciones de comercio, y a las del corso para que sepan a qué paraje
han de enderezar su rumbo (Silva 1986). Lo colocamos a pie de página para no perder información para
el lector y permitirle reconocer el contexto en el cual se genera el Reglamento de Carlos III, pero no es
aplicable a Maldonado.
33
Vigía que hacía señales desde un hacho. (R.A.E.
http://buscon.rae.es/drae/srv/search?id=RGIG0M86BDXX2LxzOQE8|eu28MVRglDXX2Hk6K8OF).
42
torre. También conocemos que el acceso a la torre no era la escalera a la que estamos
acostumbrados, sino una empinadísima rampa, que hacía prácticamente inaccesible, la
entrada para cualquiera que no debiera estar allí, tal como era usual.
EL BASURERO
1830ca. – 1850ca.
período, que utilizara el predio como área de descarte. Como ya señalamos antes, este
basurero se generó después que se reformara el acceso a la Torre, cambiando la rampa
original por la escalera.
Vereda perimetral
qué momento pasan a formar parte del contexto de la Torre y cómo, nos es
desconocido. La identificación de dos losetas que se encuentran enterradas en
diferentes lugares cercanos a la Torre, nos permite reconocer que anteriormente el
conjunto pudo haber estado ubicado de forma diferente a la actual y sobre todo, que
no todas las losetas procedentes de la batería y trasladadas a la Plaza del Vigía, forman
parte de la vereda actual.
En la T1 se destapó parte de una vereda de ladrillos modernos, colocados a tabla
y unidos por mezcla de portland, ubicada a la altura del piso de ocupación, por lo tanto,
anterior a 1992, pero no conocemos su fecha de construcción. Su destrucción parcial,
claramente realizada para colocar la vereda actual de losetas y reforzar con mezcla de
portland los cimientos de la escalera -relleno exterior de juntas-, ocurrió como parte de
las reformas del período 1992-95. Asimismo, en las dos excavaciones, en los niveles
correspondientes a la remoción de sedimentos, ocurrida entre 1992 y 1995, se
recuperaron fragmentos de baldosas de hormigón, labradas, de las utilizadas en las
aceras y exteriores. Ninguna fue recuperada in situ, por lo tanto, pudieron formar parte
de una vereda asociada a la Torre en el pasado, o formar parte de desechos provenientes
de otro lugar.
CONCLUSIONES
Una de las primeras observaciones que surge del análisis de las entrevistas es
que ninguno de los informantes entró y salió por lugares diferentes. Todos ellos, y
fundamentalmente los que entraron, lo hicieron por una abertura, se desplazaron
distancias que no pueden precisar y volvieron a salir por el mismo lugar. Algunos
informantes describen características de las paredes, sensaciones al tacto, sensaciones
al olfato, objetos, cerramientos, entre otras cosas. Los que solo vieron, observaron
pozos, huecos en el subsuelo que por hondos, oscuros, daban pie a imaginar su
continuación más allá de la visión del observador que a su vez, no reconoce a través de
las características constructivas, el tipo de función a la que estaba destinada la
estructura. Por ejemplo: cisternas de aljibes, pozos negros, polvorín. Hay que destacar
que un porcentaje mínimo de informantes no acepta que estas construcciones
45
34
Ver capítulo de la Prof. Adela Lladó en este informe.
47
BIBLIOGRAFIA
Deagan, K. 1988 A Guide to the Identification of Post Contact Period Ceramics in St.
Augustine. Florida.
Manrique, Jorge 2003 Coplas Edición de Amparo Medina-Bocos. Biblioteca EDAF, S.L.
Madrid.
Martínez, Luis 1999 Crónicas de la costa: Punta del Este, Maldonado, Piriápolis,
Naufragios, Corsarios y Piratas. Banda Oriental. Montevideo.
Sánchez, María. 2013 Torres del vigía y defensa del litoral valenciano (VI). De la Torre del
Gerro a la Torre del Descubridor. Proyecto final de grado. Escuela Técnica Superior de
Ingeniería de Edificación. UPV, Valencia.
Silva, E. 1986 Las defensas de la costa de Almería en los siglos XVIII y XIX. En Boletín
del I.E.A. L (6): 181-202, Almería.
Valdecantos, R. 1996 Las torres de almenara del litoral de la Provincia de Cádiz (las
torres de marina). En Estudios tipológicos y consideraciones terminológicas. Estudios de
historia y Arqueología medievales XV 481- 501. Universidad de Cádiz.
Fuentes cartográficas
Plano del quartel que se proyecta haser en Maldonado pª alojar seiscientos hombres. Sin
lugar ni fecha. Original. Nº de inv. L1/34/6. Museo Cabildo, Archivo de la Intendencia de
Montevideo.
Plano perfil y elevación del Cuartel de Maldonado. 23 de agosto de 1793, Buenos Aires.
Copia del original de C. Natiello. Nº de inv. L2/1/3. Museo Cabildo, Archivo de la
Intendencia de Montevideo.
Plano del Quartel de Maldonado. Buenos Aires. Original. Nº de inv. L1/34/6 en Museo
Cabildo, Archivo de la Intendencia de Montevideo. Fajardo Terán (1972:23) provee la
fecha y el nombre del responsable que no aparecen en el ejemplar archivado en la IMM.
18 de febrero de 1797, Responsable: Josef García Martínez de Cáceres.
Inéditos
Sitios WEB
www.mijas.es/portal/es/patrimonio-arquitectonico-mijas/torres-vigia/torres-vigia2
(Consultado 4.11.2015)
http://hispanoamericaunida.com/2013/11/09/las-primeras-milicias-populares-de-la-
era-napoleonica/ (Consultado 4.11.2015)
Maldonado-Montevideo, 2015
53
INDICE DE FIGURAS35
35
Algunas de las figuras están compuestas por dos imágenes.
54
Figura 2 – Vista del ángulo sureste del Cuartel de Dragones en su estado actual.
55
Figura 4 – Ubicación del Cuartel de Dragones y la Torre del Vigía en el contexto urbano.
57
Figura 5 – Dibujo de la Torre del Vigía de Maldonado, de origen desconocido. Estimado por
nosotros para el último tercio del siglo XIX. Tomado de
http://hispanoamericaunida.com/2013/11/09/las-primeras-milicias-populares-de-la-era-
napoleonica/
58
Figura 7 – Anfiteatro. Resultado de las reformas en la Plaza del Vigía entre 1992 y 1995.
Figura 8 – Plano del quartel que se proyecta haser en Maldonado pª alojar seiscientos
hombres. Sin lugar ni fecha. El agregado del norte es nuestro.
60
Fig. 10 - Plano del Quartel de Maldonado. Buenos Aires. Original. 18 de febrero de 1797,
Responsable: Josef García Martínez de Cáceres. El agregado del norte es nuestro.
61
Figura 11 – Superposición de plano sin fecha con la imagen satelital de la planta actual.
Figura 12 – Superposición del plano de 1793 con la imagen satelital de la planta actual.
62
Figura 13 – Superposición del plano de 1797 con la imagen satelital de la planta actual.
Figura 19 – Pared oeste interna de la cámara. Encastre de la bóveda sobre la pared de piedra.
67
Figuras 20 y 21 – Pared norte. Unión del arco de la bóveda con la pared lateral. Obsérvense los
fragmentos de tejas rellenando la junta.
68
Figura 35 – Vestigios de las cocinas en el área sur del Cuartel, tal como se ven actualmente.
75
Figura 39 – Trinchera 1
78
Figura 40 – Trinchera 3
79
80
Figura 46 - Dibujo de la Torre del Vigía de Maldonado, de origen desconocido. Estimado por
nosotros para el último tercio del siglo XIX. Tomado de
http://hispanoamericaunida.com/2013/11/09/las-primeras-milicias-populares-de-la-era-
napoleonica/
Figuras 49 a 52 – Desagüe (robador) de la cámara séptica que se encuentra dentro del plinto
de la Torre. Obsérvese los alrededores manchados de anaranjado, debido al alto contenido de
óxido de hierro arrastrado por el constante manar de agua desde el interior. Puede deberse
al deterioro de los ladrillos o de elementos de metal. Angulo entre paredes norte de la Torre
y oeste del acceso. La superficie del sillar de granito donde apoyan la escala y el indicador del
norte, corresponde a la altura del suelo original cuando la Torre estaba siendo utilizada.
82
83
84
Figura 65 - Torre de Castilnovo construida entre 1518 y 1558 - Costa andaluza – España
Tomado de https://www.flickr.com/photos/manuel-acebedo/8207150742
Figura 66 - Plano del funcionamiento de una Torre Vigía, señal de rebato. Tomado de
http://www.mijas.es/portal/es/patrimonio-arquitectonico-mijas/torres-vigia/torres-vigia2
92