Está en la página 1de 7

Reflexiones sobre el crecimiento Número 2, mayo de 2004

Avance del proceso de entrada en tropas mediante visitas a los hogares

Las visitas a los hogares se han demostrado un enfoque efectivo en la promoción tanto
de la expansión como de la consolidación en diferentes medios y niveles del desarrollo de las
agrupaciones. Inicialmente, el concepto de las visitas a los hogares fue sugerido por la Casa
Universal de Justicia como medio para establecer el proceso de instituto en las agrupaciones en
donde se había registrado un crecimiento a gran escala en años anteriores. En estas zonas
existían listas de creyentes que, con el paso del tiempo, habían dejado de participar en las
actividades bahá’ís. Las visitas a los hogares se convirtieron en el modo de restablecer el
contacto con amigos potencialmente bien dispuestos, «entablar conversaciones productivas» e
introducir gradualmente la idea de los cursos de instituto. Incluso en los casos en los que no
llegaba a establecerse contacto con los antiguos creyentes, solían darse oportunidades para
enseñar la Fe a otros miembros de la familia, amigos y vecinos. El enfoque de las visitas a los
hogares ha tenido igualmente éxito en las agrupaciones que carecían de un historial similar de
enseñanza en masa. En este caso, las visitas a los creyentes que no habían participado en
actividades bahá’ís durante un tiempo daba lugar a reavivar la llama de su fe y atraerlos a los
círculos de estudio.

La realización de visitas a los hogares a fin de promover la expansión y consolidación


pronto se relacionó con el Libro 2 del Instituto Ruhí. El curso prepara a los estudiantes para
ofrecer temas de profundización, invitándoles a practicar esta destreza mediante la realización
de presentaciones a otros bahá’ís. Las campañas de visitas a los hogares se basan en las
personas que han completado el curso, a las que se anima a emprender actividades de
profundización y enseñanza, y a invitar a los contactos a participar en las tres actividades
básicas. Por ejemplo, en una campaña de cuatro días celebrada en Daidanaw, un pueblecito de
Myanmar, los maestros de visita se sentían como si actuaran de forma incómoda, «como si
fueran magnetófonos», sin «contacto visual, sin pausas y casi sin respiración». La interacción
con el interlocutor era escasa y había cierta tendencia a sermonear. Con la práctica y la
experiencia, los maestros se sintieron menos tensos, volviéndose más capaces y seguros,
logrando una buena relación con las 88 personas con las que se tuvo contacto. Sus esfuerzos
dieron lugar a que hubiera nuevos participantes en las actividades básicas, y tres nuevas
declaraciones. En Turquía, en la agrupación Hatay 1, los participantes del Libro 4 que cursaron
visitas hogareñas fueron capaces, fundándose en la formación recibida, de compartir historias
sobre la vida del Báb y Bahá’u’lláh. En la ciudad de Estambul se establecieron cinco círculos
de estudio nuevos tras una campaña breve pero efectiva. En la agrupación Kharagpur de la
India, la Asamblea Espiritual Local de Satrapur puso en marcha un equipo para emprender
visitas a los hogares durante el Ayuno. Visitaron a 32 familias, repartidas en cuatro
poblaciones, a las que invitaron a una fiesta de unidad, la cual atrajo a 70 bahá’ís y 26 personas
más, la mayoría de las cuales expresaron su compromiso de participar en futuras actividades
básicas.

Las campañas de visitas a los hogares pueden adaptarse al nivel de desarrollo de la


agrupación, bien para ayudar a establecer el proceso de instituto, multiplicar las actividades
básicas, o prestar apoyo a los programas de crecimiento intensivo. Los casos de estudio que
incluimos a continuación ilustran los diferentes factores que contribuyen a la eficacia de las
visitas a los hogares en una amplia gama de circunstancias. En todas las situaciones, la
preparación se ha demostrado sumamente valiosa, en tanto que la reflexión tras la experiencia
fue fundamental para aprender cómo mejorar el aprovechamiento. En todos los casos, la
valentía y la sabiduría parecen haber sido ingredientes necesarios para el éxito.
A todos los Consejeros Continentales 12 de mayo de 2004
página 2

La importancia de la práctica al estudiar el Libro 2: El Reino Unido

Un tutor del Reino Unido describía elocuentemente las ventajas de practicar la


presentación de los temas de profundización mediante las visitas a los hogares, todo ello
aprendido mediante el estudio del Libro 2.

Cuando emprendimos nuestra travesía por los cursos, [utilizando] los [materiales del]
Instituto Ruhí, la mayoría de nosotros sabíamos muy poco acerca de los aspectos
prácticos de los cursos. En realidad, muchos sentíamos que, al ser europeos, en cierto
modo diferentes de los seres humanos de otras partes del planeta, estos elementos de los
cursos «no eran para nosotros». Quizás fueran «culturalmente inapropiados» o
simplemente «no de nuestro especial agrado».

¡Cuán equivocados estábamos! Con la experiencia hemos aprendido que los elementos
prácticos son una parte vital de los cursos del instituto de capacitación. Si la práctica no
se realiza, los cursos no pueden considerarse completos. [...]

Estamos aprendiendo acerca de la enseñanza de la Fe y cómo fomentar una vida


comunitaria mediante estas prácticas sencillas. Cuando visitamos a nuestros contactos o
los nuevos creyentes y entablamos conversación sobre asuntos espirituales, formamos
un vínculo más estrecho de amistad. Podemos compartir la Palabra de Dios en un
entorno en el que nuestros anfitriones se sienten, literalmente, en casa. Pueden
plantearnos preguntas que no serían capaces de plantear en otras circunstancias. Su
familia también puede sumarse al grupo, y esto sucede así a menudo […]

[...] Sin duda constituye algo maravilloso aprender sobre la Fe en familia. Si, por la
gracia de Dios, los miembros de la familia aceptan la Fe, pueden reforzarse y apoyarse
mutuamente.

Llevar a cabo una visita a un hogar por primera vez no siempre es sencillo. A veces los
participantes del curso del instituto carecen de la confianza para verse con otros creyentes o
simpatizantes. Los tutores necesitan hallar vías creativas de ayudar a los participantes de los
círculos de estudio para dar el paso al campo de la acción. Así por ejemplo, un tutor escribía:

En un círculo más bien pequeño del Libro 2, todo el grupo estaba formado por nuevos
creyentes, un tanto nerviosos sobre la realización de las visitas. Tras animarles durante
un tiempo, comprendí que debía ayudarles un poco más, de modo que sugerí que para la
primera visita podría invitar a algunas personas a mi casa donde podríamos compartir
uno de sus temas en un ambiente de grupo, donde sentirían mayor apoyo.

Esto dio lugar a algo realmente hermoso, puesto que lo que surgió fue una
dramatización breve según un guión acerca de la vida de Bahá’u’lláh. La escena se
dispuso de una forma realmente bella y dio lugar, en nuestro hogar, a una atmósfera
mágica que recordaba los días de Bahá’u’lláh en Bagdad. La historia de Bahá’u’lláh fue
compartida con un grupo de bahá’ís y simpatizantes.

Aprovechando la oportunidad esa misma noche, dispusimos la realización de visitas a


los hogares para la semana siguiente para compartir el tema de la «Alianza» con algunos
de los amigos en sus hogares.
A todos los Consejeros Continentales 12 de mayo de 2004
página 3

Un tutor de Londres observaba:

En mi experiencia, el Libro 2 nos enseña realmente cuán fácil es realizar presentaciones


y ayudar a que otros profundicen (y nosotros, en el proceso) en las Enseñanzas de
Bahá’u’lláh. Ya no es preciso dejárselo a miembros elocuentes de nuestra comunidad.
Se nos invita a adquirir la elocuencia por nosotros mismos: todo lo que necesitamos es
pronunciar una minúscula porción de una «gota de rocío» a fin de experimentar lo
verdaderamente gratificante que es. Pero el secreto reside en compartir el material con
los demás. Si no se hace así, quizá uno se sienta inclinado a creer que el Libro 2 es
tedioso e irrelevante. «¡Oh Caminante en el Sendero de Dios! Toma tu porción del
océano de Su gracia y no te prives de las cosas que yacen ocultas en sus profundidades.
Sé de aquellos que han participado de sus tesoros.» ¡Debes compartir tu porción para
recibir el tesoro!

Un creyente veterano observó cómo las visitas a los hogares podrían desempeñar un
papel importante en la profundización de los nuevos bahá’ís:

Se nos dijo que debíamos tener un encuentro con un creyente que se había declarado
bahá’í hacía un año. También habíamos oído que este creyente poseía un conocimiento
profundo de la Fe. Por tanto, acudimos con la intención más bien de practicar para
aprender a cómo presentar la Fe, sin demasiadas esperanzas de enseñar nada nuevo. [...]
¡La ocasión fue magnífica! El creyente sabía poco acerca de la historia de la Fe, pero
¡podía recitar pasajes enteros de memoria! De hecho, nuestra visita era justamente lo
que el creyente necesitaba en esos momentos. Todo ello me trajo al recuerdo mi propio
comienzo como creyente, cuando sentí que era tanto lo que había descubierto durante la
travesía, más que de una forma sistemática. ¡Es un gran alivio para mí comprender que
se nos está formando para profundizar a los nuevos creyentes de una forma sistemática!

Sigue a esto el punto de vista expresado por un no bahá’í que recibió una visita
hogareña. El autor de este relato había estado estudiando la Fe, y, en realidad, había llegado
incluso a completar el Libro 1. Recibió la visita de dos jóvenes que participaban en el Libro 2.

Me ofrecieron a través de una reunión tutorial un resumen sobre las creencias bahá’ís y
la historia, un montón de explicaciones muy interesantes, detalladas, razonables y
argumentadas. Disfruté mucho de ello y de su compañía, y me beneficié de sus
conocimientos [...]

Mi recuerdo durante los demás días fue el de la belleza de las almas de los bahá’ís [...]
muchas gracias a todos vosotros.

Este simpatizante declaró su Fe en Bahá’u’lláh una semana después de aquella visita

Aprender sobre las campañas de visitas a los hogares: Mongolia

Los amigos de Mongolia comenzaron a emprender las visitas hogareñas inicialmente


como medio de realzar las destrezas de los tutores. Se organizó un repaso de una semana de los
Libros 1 y 2 para unas veinte personas que estaban ocupadas activamente como tutores. Lo que
sigue es un informe sobre la forma como avanzaron.
A todos los Consejeros Continentales 12 de mayo de 2004
página 4

Tras completar el repaso del Libro 1, los participantes se dividieron en 10 equipos y


visitaron a más de 40 familias bahá’ís, antiguas y nuevas, así como a algunas familias
no bahá’ís de dos distritos de Ulan Bator, la mayoría del barrio donde se enclava el
Instituto Wade. Durante estas visitas, sostuvieron conversaciones amistosas sobre
asuntos espirituales, ofreciéndose para recitar oraciones. Luego, tras los rezos,
estudiaban con las familias varias citas relativas a la importancia de celebrar en el
propio hogar reuniones devocionales. La consulta sobre las citas llevó a algunas
familias a comprometerse a tener reuniones devocionales regulares en sus hogares. Los
miembros de la familia también fueron invitados a sumarse a los círculos de estudio, [y]
en consecuencia, se iniciaron varios círculos de estudio en los hogares de estas familias
así como algunas clases de niños. Esta actividad resultó aleccionadora para todos,
puesto que vimos que no era difícil multiplicar las actividades básicas mediante las
visitas a las casas de los creyentes, tanto activos como menos activos, si conseguimos
ser recibidos en sus hogares. Si bien con anterioridad intentábamos que las personas
vinieran a nuestras casas o a los centros bahá’ís, ahora hemos podido comprobar que es
mucho más efectivo iniciar actividades en los hogares de las personas. Nuestro punto
de interés anterior se centraba en la transformación de la persona, dando por hecho que
cuando la persona se vuelve creyente activo, permanecerá en esa condición para siempre
y que ello contribuirá a cambiar a las personas de su entorno, pero a menudo hemos
descubierto que una persona activa después de cierto tiempo puede volverse inactiva
debido a las diferentes circunstancias de la vida. El enfoque consistente en las visitas a
los hogares lleva a la transformación de las familias. [...]

[...] De las 80 familias que pretendíamos visitar, menos de la mitad pudieron ser
localizadas. Para conseguir que la primera experiencia fuese positiva, los organizadores
mezclaron las direcciones de bahá’ís antiguos sin posibilidad de contacto […] con las de
nuevos bahá’ís, así como con las de algunos bahá’ís activos. Descubrimos que incluso
cuando visitábamos un hogar bahá’í supuestamente activo el hecho resultaba
beneficioso también puesto que muchas de estas familias no celebraban reuniones
devocionales regulares en sus hogares y tampoco respondían con gran interés a los
llamamientos realizados en las Fiestas o en las reuniones de reflexión.

De este modo, como consecuencia de las campañas de dos días tras el Libro 1 y 2, se
celebraron 42 reuniones devocionales, se establecieron ocho reuniones devocionales
regulares, y [se formaron] catorce círculos de estudio y seis clases de niños.

Tras este éxito inicial, los amigos de esta comunidad de Mongolia descubrieron no
obstante que resultaba difícil mantener lo ya logrado:

Así descubrimos [...] que es bastante sencillo iniciar gran número de reuniones
devocionales regulares, círculos de estudio y clases de niños en los hogares de las
personas. Sin embargo, [es] mucho más difícil contar con recursos humanos
comprometidos, que de forma voluntaria y responsable acudan de continuo a la familia
hasta que la actividad se mantenga de forma regular y sostenida. Cuando se puso en
marcha el movimiento juvenil supimos que quizá dirigiéndonos a los más jóvenes—que
están abiertos al aprendizaje—y trabajando de forma continuada con ellos, a título
personal y en grupos, ésa podía ser la respuesta al desafío que nos planteaba la falta de
recursos humanos.
A todos los Consejeros Continentales 12 de mayo de 2004
página 5

De este modo, después de esta experiencia, se inscribieron jóvenes para llevar adelante
las visitas a los hogares. De ahí continuaron surgiendo nuevas percepciones como resultado de
la reflexión sobre la acción.

Dentro de la campaña de instituto llevada a cabo al comienzo, hubo una participación en


los cursos sobre los Libros 1-3 de un total de 46 jóvenes, actividad que se combinó
alternando con las campañas de dos días de visitas a los hogares de los creyentes
nuevos, antiguos y aquellos con los que no se podía establecer contacto, para llevar a
cabo reuniones devocionales, compartir temas de profundización, emprender círculos de
estudio y clases de niños. La experiencia resultó sumamente positiva, si bien ésta era la
primera vez en que el instituto organizaba un curso especialmente dirigido a los jóvenes
de edades comprendidas entre 15 y 22 años. [...] En Ulan Bator, los jóvenes se
repartieron el primer día en trece parejas, cada una de las cuales para asegurar la
continuidad contaba con un joven de Ulan Bator. El primer día empezaron con las
familias bahá’ís, [mezclando] ... a familias activas y otras inactivas así como a familias
no bahá’ís; la experiencia resultó sumamente positiva. El día siguiente estuvo repleto
de dificultades al tener que comenzar con nuevas familias. Algo que aprendimos fue
que los preparativos para estas visitas deben realizarse bien por adelantado pues
experimentamos varios reveses en la coordinación. También comprendimos que puesto
que la mayoría de los jóvenes son bastante jóvenes en el servicio a la Fe, es muy
importante que al principio vayan acompañados de un maestro experimentado y que no
se les deje a su aire. De lo contrario, sus primeras experiencias pueden ser negativas y
si no cuentan con apoyo, pueden desanimarse.

Las visitas a los hogares se han convertido ahora en una parte integral de las labores de
la Fe en Mongolia.

Desde enero hemos experimentado un período intensivo de actividad con cierto número
de campañas de instituto y de enseñanza en Ulan Bator y en la Agrupación Murun de
Khovsgol. Nos complace poder informar que durante la campaña en la agrupación
Murun, 45 personas declararon su fe en Bahá’u’lláh. Se completaron 32 círculos de
estudio. Dieciocho grupos visitaron a 87 familias. Hay 47 reuniones devocionales
regulares y 28 clases regulares de niños. [...]

Como consecuencia de la campaña celebrada en la agrupación de Ulan Bator, en la


actualidad se celebran en casas particulares 24 reuniones devocionales, 15 clases
regulares de niños y 11 grupos visitan a los bahá’ís inactivos para celebrar reuniones
devocionales con sus familias. Hasta la fecha, 34 familias han sido visitadas por estos
grupos. En la actualidad existen 14 círculos de estudio en Ulan Bator, y ahora hay
cuatro clases para prejóvenes.

La importancia de ser sistemáticos al emprender las visitas a los hogares: Kazajistán

La agrupación Almaty de Kazajistán fue una de las primeras en valerse de las visitas a
los hogares de modo sistemático para ampliar la comunidad de interés, es decir, el círculo de
personas que han demostrado interés en algún aspecto de la Fe. Durante el año 2003, esta
audaz agrupación adoptó la meta de contactar con unas 500 personas en el plazo de seis meses.
Para lograrlo, los amigos de la agrupación se propusieron una meta preliminar de alcanzar a 150
personas mediante visitas a los hogares. Confiaban en aprender de esta primera campaña de
visitas a los hogares y lograr nuevas oportunidades de crecimiento.
A todos los Consejeros Continentales 12 de mayo de 2004
página 6

La campaña comenzó con la preparación de los participantes. Se dispuso un curso de


refresco centrado en la unidad 2 del Libro 2 y la unidad 3 del Libro 6, con una duración de dos
días. Los participantes se valieron de las dramatizaciones para explorar el modo en que habrían
de interactuar con las personas a las que visitarían. Esto no sólo les ayudo a considerar algunos
de los desafíos que probablemente habrían de afrontar, sino que generó entusiasmo en torno a
las visitas. Los participantes también decidieron qué documentación deberían llevar consigo
para las visitas.

Veintiún creyentes realizaron una o más visitas en el curso de las siguientes semanas,
poniéndose en contacto con 101 personas, incluyendo aquí 47 bahá’ís menos activos, 44
personas que habían expresado interés en la Fe o eran contactos recientes, y 10 prejóvenes o
niños. Los participantes se reunían semanalmente durante la campaña para reflexionar,
prepararse y consultar; estas reuniones se demostraron vitales para el proceso de aprendizaje.
Las visitas variaban considerablemente.

• Veintidós de ellos presentaron un tema de profundización similar al que se describe


en el Libro 2.
• A cinco personas se les presentó la Fe del modo descrito en el Libro 6.
• Veintitrés personas recibieron al visitante de forma cálida y participaron en los actos
devocionales, pero no recibieron ninguna otra información sobre la Fe.
• Dieciocho visitas no llegaron a ser más que visitas de cortesía.
• Catorce personas recibieron documentación bahá’í después de una breve
conversación.
• Seis personas se mostraron remisas a recibir al visitante, sin mostrar señales de
interés.
• Cinco de los creyentes menos activos declararon que no se consideraban bahá’ís.

Entre los resultados tangibles de las visitas figuran los siguientes:

• Tres reuniones devocionales regulares para un total de nueve participantes


• Una clase para jóvenes y prejóvenes
• Cinco círculos de estudio del Libro 1, incluyendo siete contactos nuevos y uno
relacionado con un creyente anteriormente menos activo, durante el curso de los
cuales tres se declararon bahá’ís
• Dos círculos de estudio del Libro 2, incluyendo 4 bahá’ís anteriormente menos
activos
• Siete personas que comenzaron a asistir a otras actividades, incluyendo a la Fiesta
de Diecinueve Días y la observancia de los Días Sagrados

Al reflexionar sobre las visitas, los participantes expresaron que encontraban mucho
más difícil realizar las presentaciones de lo que habían pensado en principio al estudiar los
libros; pero las visitas reforzaron la importancia de aprender a hacerlo. Asimismo,
comprendieron la importancia de visitar a nuevos creyentes y simpatizantes en sus hogares para
reforzar los vínculos de amistad, antes que dejarlos a sí mismos. Además, se aprendió que
algunos creyentes necesitan contar con una persona más experimentada que las acompañe hasta
que de forma gradual adquieran confianza antes de emprender las visitas por su propia cuenta.
Los participantes observaron que las visitas de seguimiento eran a menudo más difíciles que la
primera visita, frecuentemente debido a razones prácticas como la distancia, el calendario
laboral y otras consideraciones por el estilo. Claramente, podía llegarse a un mayor número de
A todos los Consejeros Continentales 12 de mayo de 2004
página 7

personas mediante visitas a los hogares sólo cuando numerosas personas de la comunidad
participaban en las campañas.

Preparado bajo los auspicios del Centro Internacional de Enseñanza para la institución de los Consejeros. Puede reproducirse
cualquier parte de esta publicación o distribuirse dentro de la comunidad bahá’í sin el permiso expreso previo del Centro Internacional
de Enseñanza.

También podría gustarte