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Unidad 2

10. Benveniste, Émile. “La comunicación [fragmento: El aparato


formal de la enunciación]”.
Unidad 2
11. Kerbrat - Orecchioni, Catherine. “La problemática de la
enunciación”

L A PROBLEMATICA DE L A ENUNCIACION

1. LA COMUNICACION LINGUISTICA 1

1.1. E L ESQUEMA DE JAKOBSON

"Los diferentes factores inalienables de la comunicación verbal pue-


den representarse esquemàticamente de la siguiente manera:
CONTEXTO
DESTINADOR MENSAJE DESTINATARIO
CONTACTO
CODIGO
Cada uno de estos seis factores da origen a una función linguistica
diferente . . .".
Se ha hecho tradicional comenzar cualquier reflexión sobre el problema de
la comunicación verbal recordando còrno Jakobson (1963, p. 214) encara su
funcionamiento a partir de la enumeración de sus diferentes elementos consti-
tutivos. Es igualmente frecuente proseguir —el precio de su notoriedad— con
una critica mas o menos radicai y fundamentada del esquema que acabamos de
mencionar, al que Kuentz tacha un poco ligeramente de "regresivo" . Es asi 2

que se ha podido cuestionar a Jakobson con motivo de la extensión que le da al


termino "código", el cual, aplicado a las lenguas naturales, no denota evidente-
mente, corno lo hace en cibernètica, un conjunto de reglas de correspondencias

1. La expresión debe entenderse aqui en un sentido relativamente amplio -mas amplio en


todo caso que en Lyons (1978, p. 33), que la define corno una "transmisión intencional de
informaciones, con la ayuda de un sistema de senales preestablecido "- y que puedc des-
bordar el cuadro estrecho de lo que Mounin llama la "semiologia de la comunicación"
(frente a la "semiologia de la signitìcación").

2. Cf. 1972, p. 25: "También el esquema elaborado por Jakobson y ampliamente difun-
dido hoy corno un resultado seguro de la linguistica aparece cada vez mas corno un mo-
delo regresivo" -pero £ e n relación a qué?
No entraremos aqui en los detalles de una explicación de la génesis de este esquema
(que adapta a la comunicación verbal algunos elementos de la teoria de la información),
ni de una comparación con otros esquemas anteriormente propuestos (Buhler, Shannon y
Weaver): sobre esto puede consultarse Eco, 1972, pp. 39-54.

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LA ENUNCIACION
LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACIÓN

estables y biuni'vocas entre signifìcantes y significados. Siguiendo a Mounin, cesidades de su causa, las ambigùedades, de las que la comunicación
Ducrot ataca también, pero por otro camino , el termino de "código" (1972 a puede hacer uso intencionalmente pero que puede también evitar, re-
pp. 2-3 y 4-5): chaza el hecho empirico que es el uso cotidiano de la lengua, y elio
"Sucede a menudo que se restringe el sentido de la palabra 'comuni- en nombre del ideal mitico del que ella hace mal en alejarse" {Le
cación' forzandola a designar un tipo particular de relación intersubje- Monde, 7 de julio de 1973).
tiva: la transmisión de la información. Comunicar seria ante todo hacer Por ùltimo, sucede a veces que a està concepción del intercambio verbal se le
saber, poner al interlocutor en posesión de conocimientos de los que reprocha ser ideològicamente sospechosa e influida por una cierta vision sobre
no disponfa antes." la circulación de bienes semejantes a la que funciona en economia de mercado.
Ahora bien, para Ducrot tal concepción es demasiado reductora, corno lo Pero ademàs de que nunca se dijo claramente si està critica se dirige a la comu-
demuestran los "filósofos de Oxford", quienes "estudianlos actos de lenguaje nicación linguistica misma y a su funcionamiento en un sistema econòmico de-
corno prometer, ordenar, interrogar, aconsejar, elogiar, etc. [. . . ] , consideràn- terminado, o al modelo que intenta explicarla - y està confusión de los niveles
dolos tan intrinsecamente lingùfsticos corno el acto de hacer saber". Conclu- linguisticos y metalingùi'sticos es frecuente entre aquéllos que pretenden desmi-
sión: tificar los modelos lingui'sticos-, ella supone demasiado fàcilmente que entre la
infraestructura econòmica y la superestructura simbòlica existen relaciones de
"Se dejarà, pues, de definir a la lengua, a la manera de Saussure, co- analogia y de determinación inmediatas, concepción simplista que Stalin mis-
rno un código, es decir, corno un instrumento de comunicación. Se la rno denunciò en 1950: fingir creer que, segùn el tipo de sociedad en que se in-
considerare, en cambio, corno un juego o, mas exactamente, corno dan- serta, habn'a comunicaciones de trueque, comunicaciones librecambistas, co-
do las reglas de un juego, y de un juego que se confunde en gran parte
municaciones colectivas (?), etc, es recaer en las peores simplezas del "marris-
con la existencia cotidiana."
mo". E l ùnico problema es saber si està concepción del intercambio verbal, que
No hay duda de que la idea es justa. Pero nos podemos preguntar por qué constituye efectivamente un "modelo de realidad" desfasado respecto del
razón, si no es por un decreto terminologico arbitrario, Ducrot restringe de esa objeto empirico que pretende explicar (y fundamentalmente inadecuado a ese
manera el sentido de "código" (puesto«que las reglas que rigen el "juego" lin- objeto) da de él, no obstante, una "esquematización" relativamente satisfac-
guistico también estàn "codifìcadas", y el de "comunicación": estas considera- toria.
ciones, sin cuestionar en forma fundamental el modelo comunicacional, invitan
Por nuestra parte, creemos que la constatación que hacia Roland Barthes ha-
simplemente a integrar en la competencia linguistica un componente pragmàti-
blando de su propio status enunciativo en el "seminario", " L o quiera o no, es-
co y a admitir entre las significaciones susceptibles de inscribirse en el mensaje toy colocado en un circuito de intercambio", vale también, si bien en menor
a los valores ilocutorios. En todo caso, nada hace pensar que para Jakobson grado, para la actividad escrituraria; y que todos los elementos que Jakobson
(y el hecho misrno de que él admita al lado de la función referencial otras cinco considera corno "factores inalienables de la comunicación verbal" lo son efec-
funciones, y especialmente la función conativa, probari'a mas bien lo contrario) tivamente, y en particular el emisor y el receptor, que si bien no son siempre
sean solamente informaciones las que se intercambian en el curso del acto co- identificables, participan siempre virtualmente del acto enunciativo: " L a doble
municativo. Tampoco se dice e xpl {ertamente, si bien de una cierta manera està actividad de producción/reconocimiento instala las dos funciones de emisor y
presupuesto (y sobre este punto volveremos dentro de poco) por su concepción de receptor, complicadas por el hecho de que todo emisor es simultàneamente
del código, que para él los dos actantes de la enunciación "intercambian in- su propio receptor y todo receptor un emisor en potencia; es por esto que A .
formaciones correctamente codifìcadas y uni'vocas a propòsito de un objeto Culioli prefiere designarlos comò enunciadores: '[. . .] los dos sujetos enuncia-
de referencia" (Kuentz, 1975, p. 25), informaciones que debido a elio "pasan" dores son los términos primitivos sin los cuales no hay enunciación' "(C. Fuchs
en su totalidad; y M . Halle tiene razón en protestar contra la actitud de aque- y P. Le Goffìc, 1979, p. 132): la actividad del habla implica la comunicación y
llos que a la fòrmula "una lengua es un instrumento de comunicación" le dan la la comunicación implica que algo pasa entre dos individuos (que no obstante 3

interpretación extrapolada de "una lengua es un instrumento perfecto de co-


municación", y al comprobarque no lo es expresan exactamente lo contrario en
una fòrmula mas discutida aùn: 3. En el caso del soliloquio, el emisor y el receptor estàn substancialmente confundidos,
pero permanecen funcionalmente distintos. Ademàs, "con respecto a esto, es notable que
" 'La lengua no es un medio de comunicación. Existen demasiadas las sociedades repriman por la burla el soliloquio {...] Aquel que quiera expresarse sin te-
ambigùedades, redundancias y rasgos especificos para ser un buen me- mor a ser censurado detterà encontrar un publico delante del cual representarà la come-
dio de comunicación'. Pero <,quién pretende que sea un buen medio? dia del intercambio linguistico (Martinet, citado por Flahault (1978, p. 24): emitir un
<,Cuàl es ese paralogismo que comprobando las "imperfecciones" eviden- mensaje sin destinatario es un comportamiento que se considera patològico (y el habla
tes de un hecho humano que tiene una historia y privilegiando, por las ne- verbal se opone en este aspecto al canto, que puede muy "normalmente" ser una actividad
solitaria).

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LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION
nosotros preferimos diferenciar terrninológicamente: emisor frente a receptor, Semejante optimismo (el código comùn seria asi el del destinatario, del cual se
hablante frente a oyente, locutor frente a alocutario, enunciador frente a en lin- apropian'a el emisor mimèticamente) deja de lado con demasiada facilidad las
cia tario. . .) ambigùedades, las dudas y los fracasos de la comunicación. Otros, por el con-
trario, demasiado atentos a esos fracasos proponen un solipsismo radicai, corno
lo hace Lewis Carroll cuando declara en el apéndice a la Lògica simbòlica:
1.2. CRITICA DE ESTE ESQUEMA " Y o sostengo que es absolutamente el derecho de todo escritor atri-
buir el sentido que quiera a toda palabra o toda expresión que desee
Dicho esto, podemos sin embargo reprochar a Jakobson no haber considera- emplear. Si encuentro un autor que al comienzo de su libro declara:
do suficientes elementos y no haber intentado hacer un esquema algo mas com- 'Quede bien entendido que con la palabra 'negro' querré siempre decir
plejo con el fin de que "el mapa" dé mejor cuenta del "territorio" . 4 'bianco', y que con la palabra 'bianco' interpretare siempre 'negro',
aceptan'a humildemente esa regia, aùn cuando la juzgara, por cierto, ca-
rente de buen sentido." 6
1.2.1. El código.
Regiaexph'cita y simple (de sustitución por antònimo), cuya aplicación pérmite
Dentro de este esquema, el "código" aparece formulado en singular y sus- sin demasiadas dificultades compensar lo arbitrario del decreto semàntico. Pero
pendido en el aire entre el emisor y el receptor. Lo cual plantea dos problemas nada de eso se da en Humpty Dumpty, cuyo idiolecto se propone ser irreduc-
y sugiere dos cn'ticas: tible:
"Cuando empieo una palabra f.. .], està significa lo que yo quiero
que signifique, ni mas ni menos" . 7
(a) Problema de la homogeneidad del código
Actitud provocativa, tirànica, jocosa y desesperada a la vez en la que se basa
Es inexacto, ya lo hemos dicho, que los dos participantes de la comunica-
una conciencia aguda de los equivocos que Alicia sufre en el pais de las maravi-
ción, aùn si pertenecen a la misma "comunidad linguistica", hablen exactamen-
llas. Nunca llegamos a hacernos comprender por los otros: que podamos, al me-
te la misma "lengua", y que su competencia se identifique con "el archiespa-
nos, hacernos comprender por nosotros mismos.
nol" de un "archilocutor-alocutorio". <,Qué amplitud pueden tener las diver-
Mounin condena en 1951, corno reaccionaria y burguesa, esa actitud solip-
gencias existentes entre los dos (o mas) idiolectos presentes? Respecto de este
sista:
punto se dan dos actitudes rigurosamente antagónicas: por un lado, la de Ja-
kobson, quien afirma (1963, p. 33): "Esos simples camaradas parisienses [. ..] sabi'an por instinto que,
entre las propiedades de la lengua, se contaba, por una parte, su gran es-
"Cuando se habla a un interlocutor nuevo, siempre se trata, delibera- tabilidad y, por otra, su unidad, ambas necesarias para que la lengua siga
da o involuntariamente, de descubrir un vocabulario comùn, sea para siendo un medio de comunicación entre los hombres. En tanto que to-
agradar, sea simplemente para hacerse comprender, sea, en fin, para des- das las manipulaciones formalistas que la burguesfa decadente inflige a
embarazarse de él, se emplean los términos del destinatario. En el domi- su lengua hacen de ella, segùn sus mismos teóricos —los Paulhan, los
nio del lenguaje, la propiedad privada no existe: todo està socializado 8
Blanchot, los Sartre — un medio de soledad entre los hombres."
[.. .]; al fin de cuentas, el idiolecto no es mas que una ficción un tanto
Bourdieu (1975) estima, por el contrario, que el empieo de ese artificio teó-
perversa" :5
6. Citado por Jean Gattégno en su introducción a Logique sans peine ["Lògica sin es-
Incluso en las pràcticas glosolàlicas, el hablante (que declara no comprenderse a si mis- fuerzo"] de Lewis Carrol, Hermann, 1966, p. 32.
mo) postula en general la existencia de un destinatario divino (susceptible, él si, de desti -
frar las producciones discursivas del glosolàlico). 7. De l'autre coté du miroir ("Del otro lado del espejo"l, Marabout, 1963, p. 245.
4. Alusión a este adagio que repite incansablemente Korzybski y que vale para todo tipo 8. Curiosamente, en està declaración de Mounin (citada por D. Baggioni, 1977, p. 106),
de producción discursiva: "El mapa no es el territorio." no acude Michel Leiris al llamado, no obstante ser quien da en el prefacio del Glosario
la fòrmula mas radicai de la tesis solipsista:"Una monstruosa aberración hace creer a los
hombres que el lenguaje nació para facilitar sus relaciones mutuas. Es con esa meta de utili-
5. El subrayado es nuestro. Observemos que en 1961, Jakobson (citado por Revzin, 1969,
dad que redactan los diccionarios, donde las palabras se catalogan dotadas de un sentido
n. 17, p. 29) consideraba que "las tentativas de construir un modelo del lenguaje sin tornar
bien definido (creen ellos), basado sobre la costumbre y la etimologia. Ahora bien, la eti-
en cuenta al hablante o al oyente" amenazan transformar el lenguaje en una "ficción esco-
mologia es una ciencia completamente vana que no informa nada sobre el sentido verda-
lastica": en diez anos la ficción cambiò completamente de campo . . . Palinodia notable y
dero de una palabra, es decir la signifìcación particular, personal, que cada uno debe asig-
reveladora de esa "mutación" de la que hablàbamos en el pròlogo.
narle, segùn complazca mas a su espiritu. "
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LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

rico que es la noción de "lengua comùn" desempena un papel ideològico bien tario legi'timo del "buen" sentido). Es verdad, "toda palabra quiere decir lo que
preciso: sirve para enmascarar bajo la apariencia euforizante de una armonia yo quiero que signifique", pero al mismo tiempo "toda palabra quiere decir lo
imaginaria la existencia de tensiones, enfrentamientos y opresiones muy rea- que quiere decir" (hay un sentido en la lengua). Hablar es precisamente procu-
les; negar la existencia de esas tensiones y mecerse en "la ilusión del comunis- rar que coincidan esas dos intenciones significantes, esos dos "querer decir".
mo linguistico", significa de hecho un intento de conjurar, por el desvio del Pero los dos enunciadores, aun si estàn dispuestos a conformarse al sentido-
lenguaje, las diferencias sociales. en-la-lengua, no tienen necesariamente de e'1 la misma concepción. Por està ra-
Vemos, pues, que las opiniones difieren, tanto respecto del fenòmeno mis- zón, despue's de haber admitido en primer lugar que la comunicación verbal au-
mo corno de su interpretación ideològica. Nos guardaremos muy bien de tornar torizaba una intercomprensión parcial, a continuación debemos insistir sobre el
posición sobre el segundo punto. Eh cuanto al primero, diremos prudentemen- hecho de que esa intercomprensión no puede ser sino parcial. Hay que tornar
te que la verdad està en el medio. Por un lado, para tornar el caso del compo- partido : la intercomunicación (los dialectólogos lo han mostrado hace mucho y
nente léxico en el que se reùnen mas masivamente las divergencias idiolectales, lo que es verdad de las confrontaciones de dialectos lo es también, guardando
es, sin embargo, innegable que se establece un cierto consenso sobre las signi - las debidas proporciones, de las confrontaciones de idiolectos)es un fenòmeno
fìcaciones que hace posible una intercomprensión al menos paretai (y la for- relativo y graduai. No hay ninguna razón para favorecer los casos de comunica-
mulación de los articulos de diccionario); y que las palabras tienen, en la len- ción "lograda" y considerar comò "rebabas" fenómenos tan frecuentes comò
10

gua, un sentido, o mas bien sentidos relativamente estables e intersubjetivos: los malentendidos, los contrasentidos, los quid prò quos. Bien por el contra-
11

"si ubicamos mil personas delante de mil sillas", declara un poco imprudente- rio, corno lo afirman C. Fuchsy P. Le Goffic (1979, p. 133) siguiendo a Antoi-
mente B. Pottier (puesto que nosotros mismos hemos constatado algunas des- ne Culioli,
viaciones denominativas respecto de esto, que son todavia mas espectaculares
"la disimetrfa entre producción y reconocimiento, la falta de coinci-
cuando se trata de otros tipos de campos semànticos), "podemos obtener un dencia entre los sistemas de los enunciadores obligan a colocar en el
millón de veces el termino 'siila'. En linguistica, està coincidencia de subjetivi- centro de la teoria linguistica fenómenos hasta allora rechazados corno
dad es lo que se llama objetividad." Està observación, en todo caso, sefiala el 'fallas' de la comunicación".
hecho de que los signos son "necesarios" al mismo tiempo que arbitrarios: 9
Desde un punto de vista metodològico elio quiere decir que està "idealiza-
aunque no haya ninguna razón "naturai" para llamar a un gato "un gato", los ción teòrica que implica el hecho de identificar la competencia del hablante
usuarios de la lengua espanda aceptan jugar el juego de las denominaciones, y con la del oyente" (postulado del "m'odelo neutro") no es tan "legitima" co-
la historia no nos depara ningùn ejemplo de Humpty Dumpty (cuando Alicia, rno lo estima Lyons (1978, p. 71); y que, por el contrario, es preciso admitir
ante el enunciado de la "paradoja" antes citada, protesta, desconcertada, que que la comunicación (dual: no hablamos por el momento mas que del caso mas
"la cuestión es saber si usted puede hacer que las mismas palabras signifiquen sencillo) se funda sobre la existencia, no de un código, sino de dos idiolectos;
tantas cosas diferentes", Humpty Dumpty replica con soberbia: " L a cuestión por consiguiente, el mensaje mismo se desdobla, al menos en lo que concierne a
es saber quién es el amo, eso es todo", fòrmula que enuncia inmejorablemente su significado. En efecto, si se define a la competencia comò un conjunto de re-
el hecho de que en el intercambio verbal se juegan relaciones de poder y de que glas que especifican "còrno los sentidos se aparean a los sonidos" (Chomsky) y
muy a menudo es el mas fuerte quien impone al mas débil su propio idiolecto. si asumimos que esas reglas de correspondencia Ste-Sdo van'an de un idiolecto
Sin embargo, esto no impide que nadie lieve nunca su dominio hasta pretender a otro, y dado que el significante de un mensaje permanece invariable entre la
liberarse de la tirania de las normas y de los usos y cohsiderarse ùnico deposi-

10. Estas expresiones connotan el ideal de una comunicación total y transparente (restitu-
9. Defendiendo una tesis próxima a la de Humpty JJtfmpty, la Lògica de Port-Royal re- ción integra) en la decodificación de los significados). Pero, <,por qué seria grave o lamenta-
conoce (p. 129) que la intercomunicación se funda sobre la "necesidad" de los signos: l e que fuese de otra manera? Por el contrario, se puede aplicar a todos los lenguajes es-
"A cada uno le es permitido servirse del sonido que le plazca para exprèsar sus ideas, con tà verdad que Barthes descubre durante una sesión del I.R.C.A.M. (cf. Le Monde, 2 de
•tal que lo haga saber. Pero corto los hombres no son duenos rtàs que de su lenguaje y no marzo 1978, p. 15): "Pensàbamos tener que afrontar una dificuttad, la de tener que
del de los otros, cada uno tièrtè dèrècho de hacer un diccionario para si, pero no tiene de- aproximar lenguajes considerados diferentes, provenientes de competencias desiguales. Pe-
recho de hacerlo para otro, ni de explicar sus palabras por las significaciones que les habràn ro creo que io que hemos afrontado es sólo nuestro miedo de sentirnos excluidos del len-
, sido atribuidàs. Es por eso què cuando no se tiene la intención de hacer conocer simple- guaje del otro: lo que hemos comprendido es que este miedo es en gran parte ilusorio:
mente en qué sentido se toma una palabra, sino que se trata de explicar aquéì en el cual es la separación de los lenguajes deja de ser fatai, a partir del momento en que no se le pide al
usada comùnmentè, las dèfiniciones que se dan no son de ninguna manera arbitrarias, sino habla que lieve a cabo toda la comunicación, "
que estan ligadas y sujétas a representar, no la verdad de las cosas, sino la verdad del uso"
(observemos que aqui "arbitrario" Se opone a "necesario", y no a "motivado" corno en 11. Este concepto, asi c o m ò el de "decodificación aberrante" (U. Eco) tiene, por supuesto,
la tradición saussuriana). relación con el proyecto significante* del emisor.

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LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION
codificación y la decodificación, es preciso admitir que en el intervalo que sepa- 1.2.2. El universo de) discurso
ra ambas operaciones el sentido sufre muchos avatares:
Es inexacto, en efecto, representarse al emisor corno alguien que para con-
Ste dei mgnsaje feccionar su mensaje elige libremente tal o cual item léxico, tal o cual estructu-
SdOi codificado——— 2
—Sdo reconstruido en la ra sintàctica, tomàndolos del stock de sus aptitudes linguisticas y abreva en es-
te inmenso depòsito sin otra restricción que "lo que tiene que decir". Aparecen
decodificación
limitaciones suplementarias que funcionan corno otros tantos filtros que res-
No es verdad, pues, corno parece decirlo Jakobson (siempre segùn Fuchs tringen las posibilidades de eleccìón (y orientan simétricamente la actividad de
y Le Goffic) que el mensaje pase en su totalidad "de mano en mano sin sufrir decodificación); filtros que dependen de dos tipos de factores:
alteraciones en la operación".
(1) las condiciones concretas de la comunicación;
(2) los caracteres tema'ticos y retóricos del discurso, es decir,grosso modo,
(b) Problema de la exterìorìdad del código
las restricciones de "gènero".
Aun cuando la modafidad de existencia del código en la conciencia de los Por ejemplo: para analizar el discurso de un profesor de linguistica hay que
enunciadores sigue siendo misteriosa, es seguro —y la presentación chomskyana tener en cuenta:
mejora en este punto la de Saussure y là de Jakobson— que sólo funciona corno
(1) la naturaleza particular del locutor (donde entran en juego numerosos
"competencia implicita" de un sujeto (conjunto de aptitudes que e'ste ha inter-
paràmetros); la naturaleza de los alocutarios (su nùmero, su edad, su "niver";
nalizado).
su comportamiento); la organización material, politica y social del espacio en
Habiéndose asi multiplicado por dos el constituyente "código" los genera-
que se instala la relación didàctica, etc;
dores individuales que se obtienen deben insertarse uno en la esfera del emisor
(2) el hecho de que se trata de un discurso que obedece a las siguientes res-
y el otro en la del receptor. Se podri'a incluso considerar que cada uno de los
dos idiolectos incluye dos aspectos: competencia desde el punto de vista de la tricciones: discurso didàctico (restricción de gènero) que se refiere al lenguaje
producción frente a competencia desde el punto de vista de la interpretación 12
(restricción temàtica).
(con la primera incluida en la segunda ya que nuestras aptitudes de codificación Del mismo modo, para analizar las producciones infantiles es necesario con-
13
son mas restringidas que nuestras aptitudes de decodificación ), pero es nece- siderar:
sario especificar que la primera es la que figura en la esfera del emisor, en tanto (1) si se trata de enunciados orales o escritos, monologados o dialogados,
que la segunda lo hace en la del receptor (el mismo sujeto hace funcionar una
emitidos en situación escolar o no, etc;
u otra de sus dos competencias segùn su papel enunciativo). Pero nosotros pre-
ferimos la siguiente presentación: llamaremos "competencia de un sujeto" ala (2) si se trata de enunciados narrativos, descriptivos, poéticos (naturaleza
suina de todas sus posibilidades lingiiisticas, al espectro completo de lo que es de la consigna estilistico-temàtica).
susceptible de producir y de interpretar. Està competencia, concebida muy ex- Llamaremos "universo del discurso" al siguiente conjunto:
tensivamente, se encuentra restringida en el caso en el cual el sujeto, cuando (1) (situación de comunicación); (2) (limitaciones estili'stico-tcmàticas).
funciona la comunicación, se encuentra en posición de codificador, y también Finalmente proponemos, con respecto al modelo de Jakobson, las dos me-
por la acción de diversos filtros. 14 joras o, mas modestamente, los dos principios siguientes de enriquecimiento:
1.2.3.Las competencias no lingiiisticas
12/Que a veces se Uaman "competencia activa" frente a "pasiva" -pero la expresión es A las competencias estrictamente lingiiisticas (y paralingùfsticas), en las dos
bastante desafortunada, pues la operación de decodificación està lejos de reducirse al regis- esferas del emisor y del receptor, agregamos:
tro puro y simple de significaciones evidentes (éstas, por el contrario, son reconstruidas al
termino de un trabajo sobre el significante). - sus determinaciones psicológicas y psicoanah'ticas, que desempefian evi-
dentemente un papel importante en las operaciones de codificación/dccodifi-
13. A » , "Koko el gorila" posee activamente 300 palabras; pero passamente 200 o 300 cación, pero de las cuales hablaremos poco por falta de competencia en la ma-
mas. teria (el funcionamiento de los dei'cticos nos darà sin embargo un ejemplo de la
15
incidencia del factor "Psi-" sobre las opciones lingùisticas);
14, Por ejemplo, supongamos el caso de un sujeto que maneje una lengua extranjera mas
fàcilmente en el laboratorio que en la vida real. Llamaremos "competencia" linguistica de
ese sujeto a su competencia de laboratorio y diremos que la situación de comunicación 15.1'stc morfema (obtenido por la intersección de sus significantes) funciona corno un ar-
normal funciona corno un filtro que limita sus aptitudes lingùfsticas. l'hllcxema que neutraliza còmodamente (intersección correlativa de los significados) la
oposición semàntica existente entre psicológico/psicoanalitico/psiquiàtrico . . .
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LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

- sus competencias culturales (o "enciclopédicas", el conjunto de los cono- 1.3. R E FOR M UL A CION D E L ESQUEMA DE L A COMUNICACIÓN
cimientos imph'citos que poseen sobre el mundo) e ideológicas (el conjunto
de los sistemas de interpretación y de evaluación del universo refercncial) que Presentamos a continuación, tras estos comentarios anticipados, la refor.
mantienen con la competencia linguistica relaciones tan estrechas corno os- mulación del esquema de Jakobson que aqui proponemos: 17

curas y cuya espccificidad contribuye todavi'a mas a acentuar las divergencias


idiolectales.
competencias competencias
1.2.4.Los modelos de producción y de interpretación linguistica y REFERENTE linguistica y
paralinguistica paralinguistica
Los modelos de competencia linguistica explicitan el conjunto de conoci-
mientos sobre su lengua que tienen los sujetos; pero cuando esos conocimientos
se movilizan con vistas a un acto enunciativo efectivo, los sujetos emisor y re- codifi- MENSAJE- decodi-
EMISOR RECEPTOR
ceptor hacen funcionar reglas gencrales quo rigen los procesos de codificación y cación canal ficación
decodificación y cuyo conjunto, una vez explicitado (lo que todavia dista de
ser el caso), constituin'a los "modelos de producción y de interpretación". Ad-
competencias competencias
mitimos provisoriamente la hipótesis de que, a diferencia del modelo de compe-
ideològica ideològica
tencia linguistica, esos modelos son comunes a todos los sujetos hablantes, va-
y cultural y cultural
le decir que todos utilizan los mismos procedimientos cuando emiten/reciben
los mensajes (procedimientos que incluso serian, segùn J, Pohl, universales y
pancrónicos). Mencionemos ademàs, entre esos dos tipos de modelos, las si- determinaciones
determinaciones
guientes diferencias: "psi"
"psi"
- En el modelo de competencia, el orden de las reglas no es en principio
relevante; por el contrario, en los modelos de producción/interpretación ese
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orden desempena un papel primordial, puesto que se trata de describir proce- restricciones restricciones
sos genéticos efectivos y efectivamente ordenados en el tiempo. del universo del universo
- Los modelos de producción/interpretación se apoyan sobre el modelo de del discurso del discurso
competencia y su propòsito es hacerlo funcionar. Pero todos los hechos que
son pertinentes en la competencia no son recuperados de la misma manera por
aquellos dos modelos. Por ejemplo, en tanto todos los sujetos poseen una modelo de modelo de
"competencia sinonimica" y una "competencia polisémica" (conciencia de la producción interpretación
existencia de esos fenómenos y conocimiento de los casos en los que aparecen),
el problema de la sinonimia (opción en la bùsqueda onomasiològica) es esen- Observaciones:
cialmente de naturaleza "productiva", en tanto que el problema de la polisemia
(opción en la. bùsqueda semasiològica) es esencialmente de naturaleza interpre- (a) Nos parece imposible disociar las competencias linguistica y paralinguis-
tativa. tica (mimica y gestos) en la medida en que, por lo menos oralmente, la comu-
—. A la inversa, otros factores, distintos de la competencia linguistica, en- nicación es "multicanal": para transmitir las significaciones, los apoyos fone-
tran en juego en la constitución de los modelos de producción/interpretación: màticos y paralingùisticos -que-por lo demàs se intersectan a nivel de los he-
competencia cultural e ideològica, datos situacionales, etc. chos prosódicos- se prestan mutuamente su concurso. En un estudio que tiene
el merito de partir de la observación de hechos concretos (y en particular de
peiturbaciones patológicas), consagrado al funcionamiento del circuito de la
comunicación, A . Borrell y J. L . Nespoulous comprueban que hablar es, en pri-
mer lugar,

16. Se sabe que es sobre esto que Chomsky funda su argumentación tendiente a probar que 17. E sta presentación incluye la "competencia ideològica" de Slakta y las diferentes "ba-
la semàntica generativa no es mas que una "variante notacional" del modelo standard. scs" (ideologica, linguistica, analitica, textual) de D. Maldidier, C. Normand y R. Robin,
1972.

26 27
LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

- Las restricciones temàtico-retóricas que pesan sobre el mensaje que se va


"proceder a la selección de las diversas categorias de apoyos formales de
la comunicación (lengua, gesto, mimica . . . ) . Està operación no se pro- a producir. 19

pone favorecer uno de los sistemas semióticos en detrimento de los


otros; por el contrario, nos parecen posibles distintas disposiciones. Es Estos diferentes factores, tal corno lo muestra Philippe Hamon (1974, p.
por elio que observamos a veces la co-ocurrencia de los diferentes sis- 119), tienen un caràcter relativamente restrictivo, caràcter que, dice él,
20

temas en el marco del discurso. Ej.: Mensaje linguistico +Gesto +Mi-


"los nihos [. . .] conciben muy pronto, cuando se dan cuenta de que su
mica. En otros casos, esos elementos aparecera'n alternativamente, to-
construcción de un mensaje està mediatizada (filtrada, predeterminada)
rnando està vez un gesto el lugar de una palabra o de un sintagma"
(1975, p. 103). * por una serie de imàgenes implicitas o explicitas que ellos se forman,
retomando el esquema hexafuncional de Jakobson,
La importancia de los comportamientos paraverbales se manifiesta, entre de eU.os mismos;
otros, en el hecho de que es la dirección de la mirada del hablante lo que de-
18
de su discurso
fine prioritariamente al oyente en la comunicación orai y aùn de manera mas del soporte de su discurso ;
de la lengua que utilizan;
decisiva que el empieo del " t ù " linguistico, pues los pronombres personales
del destinatario;
pueden dar lugar a usos "desfasados" (es el problema de los "tropos" particu-
de la realidad social y fisica.
lares que consideraremos mas adelante bajo el termino de "enàlages"). Cuando Estas imàgenes pueden estar ademàs, mas o menos desmultiplicadas:
a una persona presente en la situación de comunicación se la denota mediante yo escribo en función de la imagen que mi pùblico se hace de mi mismo
un pronombre de tercera persona, llegamos, en efecto, a la conclusión. -problema de la "imagen de marca" del escritor, que funciona igual-
- de que esa persona està excluida de la relación de alocución, si la mirada mente corno una norma restrìctiva [. . .] A cada imagen corresponderà
del hablante no se dirige hacia ella; una serie de restricciones o de servidumbres (de normasj que orientaràn
- de que esa persona tiene efectivamente el papel de oyente, en el caso con- el trabajo del emisor".
trario (la tercera persona se explica entonces corno un "tropo", que aparece en
los enunciados "hipocon'sticos" del tipo " ; Q u é elegante que està mi chiquita 1.4.(AUTO)CRITICAS
hoy! . . .").
Nos parece que nuestro modelo de la comunicación verbal, al darle un lugar
(bj Llamamos "universo del discurso" a algo extremadamente complejo a las otras competencias a las cuales se incorpora la competencia linguistica, y a
y heterogéneo, que abarca: los diferentes factores que mediatizan la relación lengua/habla y permiten la
conversión de una en otra, hace ciertos arreglos positivos al modelo de Jakob-
- Los datos situacionales, y en particular la naturaleza escrita u orai del son. Pero aùn no es mas que un esquema -demasiado esquemàtico y demasiado
canal de transmisión, y la organización del espacio comunicacional, objeto de la estàtico.
reflexión "proxémica" (Hall, Moscovici). Conviene precisar que todos estos da-
tos no son pertinentes mas que bajo la forma de "imàgenes", de representacio- 1.4.1. Las propiedades de la comunicación verbal
nes, que los sujetos enunciadores construyen a partir de ellos, y que es necesa-
Està presentación no muestra ciertas propiedades caracten'sticas de la comu-
rio en particular admitir en su competencia cultural las imàgenes (I) que el emi-
sor (A) y el receptor (B) se forman de ellos mismos y de su interlocutor, es
decir, los cuatro elementos que Michel Pécheux(I969) simboliza de la siguien- 19. Es decir que este componente da cuenta a la vez de lo que Todorov (1973, p. 135) Ila-
te manera: ma restricciones "enunciativas" y "discursivas", por oposición a las restricciones estricta-
mente lingiiisticas.

I A (A) (Imagen de A para A): "^quie'n soy yo para hablarle asi?" 20. Relativamente, pues las restricciones situacionales permiten, sin embargo, en espanol
I A (B) (Imagen de B para A): "^Quién es él para que yo le hable asi?" un "juego" bastante fluido, a diferencia de la lengua Dyirbal hablada en North Queenland,
de la cual Dixon (1971, p. 437) nos ensena que comprende dos variantes con vocabularios
Ij3 ( ) "iqulén soy yo para que él me hable asi?"
B :
totalmente diferentes: el Guwal, habla cotidiana no marcada, y el Dyalnuy, lengua espe-
IR (A): "^quién es él para que él me hable asi?" dul usada obligatoriamente en presencia de ciertos parientes "tabù": "The use of one
language or the other was entirely determined by whether or not someone in proscribed
relation to the speaker was present or nearby; there was never any choice involved. " ["Lo
18. Sobre las reglas que rigen el "contacto ocular" (eye-contact), ve'anse los trabajos de quo determinaba enteramente el uso de una lengua o la otra, era el hecho de que alguien,
Hall y de Schegloff. on relación prohibida con el hablante, estuviese o no presente o próximo; u n a e l e c c i ó n no
crii posible nunca"].

28 29
LA ENUNCIACION
LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

nicación verbal (y que permiten oponerla a otros tipos de comunicaciones se-


mióticas), a saber:
21
Rtitntoi paraverbales, pues los usos conversacionales requieren, por el contra-
i l o , que mlcntras que H habla, 0 reaccione en forma mimica y gestual (mimica
- la reflexividad: el emisor del mensaje es al mismo tiempo su primer re- é l Iprobación, mueca escéptica, etc), reacciones cuya ausencia total y prolon-
ceptor; d l acaba por inhibir completamente el discurso de H . Para dar cuenta de ese
R
22

— la simetn'a: el mensaje verbal pide generalmente una respuesta, es decir nclonamiento, el esquema deberia, pues, afinarse de la siguiente manera:
que todo receptor funciona al mismo tiempo corno un emisor en potencia (es- • del lado del emisor, entran en funcionamiento:
tà propiedad se aplica sobre todo a los mensajes orales, si bien algunos de ellos IU competencia verbal de codificación;
excluyen el derecho de respuesta: ciertos tipos de discurso profesoral, el dis- 23
Iti competencia paraverbal de codificación y decodificación (de los compor-
curso teatral- el pùblico puede por cierto "responder" mediante ciertos com- tamientos "activos" del receptor);
portamientos verbales o mimico-gestuales, pero la simetria implica que la res- t del lado del receptor:
puesta se efectùe con la ayuda del mismo código; inversamente, la comuni-
2 4
tu competencia verbal de decodificación ("pasiva")
cación epistolar, aunque de naturaleza escrita, autoriza y solicita una respuesta IU competencia paraverbal de decodificación y ciertos elementos de su com-
diferida). petencia de codificación (unidades de función "fatica");
Observación: Nuestro esquema supone que cuando uno habla el otro escu-
la transitividad: consiste en que si un emisor x transmite a un receptor y
cha en silencio y viceversa, es decir que los dos enunciadores desempefian alter-
una Información /, y tiene la posibilidad de transmitir a su vez i a z, sin ha-
nativamente los papeles de emisor y de receptor. Està simplificación abusiva
ber experimentado él mismo la validez de i. Està propiedad fundamental per-
(pues ocurre frecuentemente que los diversos participantes de una conversa-
inlte al lenguaje humano (a diferencia, por ejemplo, del de las abejas) funcionar
ción "hablen todos a la vez") es en rigor aceptable en lo que concierne a los
conio ci instrumento privilegiado de la transmisión del saber.
comportamientos verbales propiamente dichos en los que tal situación suele ser
la mas normal. Pero es en cambio inadmisible cuando se trata de comporta-
25

1.4.2. La complejidad de las instancias emisora y receptora


l'or otra parte, està presentación sólo da cuenta del caso mas simple, y final-
21. Por ejemplo, la comunicación entre abejas no es ni simétrica, ni transitiva, ni reflexi- mente ci mas raro, de la comunicación: el de la comunicación dual ("cara a ca-
va (?); lo mismo ocurre con los mensajes que se leen en los carteles de sefialización de las
rutas: un cartel no se habla a si mismo, y el receptor no responde al emisor mediante el
ra"). Allora bien, sin hablar siquiera del caso espinoso del discurso literario, en
mismo código. el cimi las instancias emisora y receptora se encuentran desdobladas (autor/na-
rrmlor, por una parte; lector/narratario, por otra), numerosos casos de comuni-
22. Es incluso el mas importante para A . Tomatis, quien repite y demuestra enL'Oreille et cación "coniente" se desvian de este esquema canònico, y seria urgente esta-
le langage ["El ofdo y el lenguaje"] que "hablar es ante todo escucharse hablar". hlccor una tipologia de las situaciones de alocución que tome en cuenta el nù-
23. Es interesante constatar que, aplicada a un alumno, la fòrmula "contesta" arroja sobre
mero y el status de los miembros del intercambio verbal:
él el descrédito y connota insolencia: ciertamente hay muchas maneras de "contestar", pe-
ro la polisemia de la expresión atestigua el hecho de que, fundamentalmente, la comunica- (aj En la fase de emisión, se pueden encontrar superpuestos muchos niveles
ción didactica se concibe corno obligatoriamente asimétrica. de cnunciación (problemas del discurso refendo, de la transcodificación, etc), 26

El hombre, en efecto està constituido de tal manera que està "por naturaleza" mas do-
y Jakobson mismo es bien consciente de elio, al declarar a propòsito de un
tado para la escucha muda que para ponerse a hablar. Zénon de Eleas nos lo demuestra de
manera irrefutable: "La naturaleza nos ha dado una lengua y dos orejas para que escuche- "fragmento de conversación" escuchado en el tren: "Hay una cadena de emiso-
mos mas y hablemos menos". rea y de receptores, tanto reales corno ficticios, de los cuales la mayor parte tie-
ne una simple función de relevo y se contenta con citar (en gran parte volunta-
24. Es, por cierto, el caso del happening, que corresponde precisamente a la preocupación riiimcnte) un solo y ùnico mensaje que (al menos para un cierto nùmero de
por hacer simétrica la comunicación teatral.
rllos) cs conocido desde hace tiempo" (1973, p. 206). A s i , cuando un anun-
25. Durante una emisión de Apostrophes ["Apóstrofes", ciclo de la T . V . francesa], consa- cluntc cncarga a una agencia una campana publicitaria, el esquema de la comu-
grada al problema de la "modernidad" en literatura (8 de diciembre de 1978), corno la ulcución se complejiza de la siguiente manera:
confusión de las voces trababa el debate por su "ruido" excesivo, Bernard Pivot restableció
el orden mediante està oportuna ocurrencia (lo citamos en forma aproximada): "Escu-
chen, sé bien que en la literatura moderna hay a menudo varias voces mezcladas, no se sabe
26.Sobre este problema ver J . Poni (1968, p. 50), quien propone una clasificación de los
bien quién habla y eso, por otra parte, no tiene ninguna importancia, pero en la televisión
•lll'crentcs tipos de "intermediarios humanos": mensajero, escribano pùblico, secretano,
estamos todavia en la edad clasica, hay uno que habla y los otros que escuchan . . . " '
telegrafista, intèrprete, traductor, divulgador, etc.

30
31
LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

^ anunciante -» agenda ^ -* mensaje -> "bianco" (objetivo) - El emisor puede preocuparse, ademàs, por la presencia en el circuito de la
comunicación de destinatarios indirectos que, sin estar integrados en la rela-
emisor compiejo ción de alocución propiamente dicha, funcionan corno "testigos" del intercam-
bio verbal e influyen a veces en él de manera decisiva (ejemplos de chistes, dis-
(la agencia misma comprende di- cursos polémicos, defensas de tesis, etc.).
ferentes roles emisores: jefe
de publicidad, redactor creativo, -- Es necesario, finalmente, admitir para todo mensaje la existencia de re-
fotògrafo, diagramador . . .). ceptores adicionales y aleatorios, cuya naturaleza el emisor no podrà prever ni
tumpoco, en consecuencia, la interpretación que daràn al mensaje producido.
Es asi que una carta puede cacr en otras manos que las de su destinatario inten-
Otro ejemplo: también la comunicación teatral obliga a admitir la existencia
cional, o que un curso puede ser escuchado en el vano de una puerta por al-
de una cadetta de emisores, en la que el emisor originai (el autor) es reemplaza-
guicn que pasa ; sobre elio el emisor no tiene posibilidades de actuar para con-
do por una serie de emisores "interpretantes" (director, decorador, luminotéc-
solar la manera en que "pasa" su mensaje.
nico, actores. ..).
(2) Para cada una de esas tres categon'as de receptores, es extremadamente
(b) En cuanto a la categoria del receptor conviene también afinarla, hacien- variable el nùmero de elementos que pueden comprender y, en consecuencia,
do intervenir un cierto nùmero de ejes distintivos. vun'an las propiedades internas del mensaje.

(3) Los destinatarios directos e indirectos pueden estar fisicamente presen-


(1) Introduciremos primero la siguiente distinción: les en la situación de comunicación o bien estar ausentes (estando por defi-
29

niciòn excluidos de està situación los receptores adicionales).


receptor
(4) Pueden tener o no la posibilidad de responder (comunicación simétrica/
alocutario no alocutario unilateral), y este eje (que domina a otro: la respuesta puede ser inmediata o di-
fenda, corno en el intercambio epistolar) no se superpone con el precedente, de
alias: previsto por L : no previsto por L : itili' la posibilidad de fundar sobre los ejes (3) y (4) cuatro clases de receptores:
• "addresse" 21 • "auditorio" • • receptores presente + "locuente" (intercambio orai cotidiano) ;
30

o "audiencia" 27 adicionales presente + no-locuente (conferencia magistral);


"receptor apuntado" 28 • destinatario ausente + locuente (comunicación telefònica);
destinatario directo indirecto - ausente + no-locuente (en la mayon'a de las comunicaciones escritas).

(5) En ciertos casos complejos de comunicación, los destinatarios se clasifi-


can en varios "estratos" de recepción que no tienen el mismo status enuncia-
— E l destinatario propiamente dicho, o alocutario (que puede ser singular o tivo, es decir que este eje precisa e ilustra las distinciones introducidas en (1).
plural, nominai o anònimo, real o fìcticio), se define por el hecho de que es ex-
ph'citamente considerado por el emisor L (lo que atestigua el empieo del pro- Véansc algunos ejemplos :
nombre de segunda persona y/o la dirección de la mirada) comò su compatterò En el transcurso de entrevistas radiofónicas a personalidades poli'ticas o
en la relación de alocución. Por lo tanto, las operaciones de codificación estàn
parcialmente determinadas por la imagen de ellas que se construye L .
29. E.» por esto que es importante no confundir (1) la situación de comunicación con (2)
In relación de alocución:
el alocutario forma parte por definición de (2), pero no necesariamente de (1) (co-
27. En Fillmore ("Deixis I", p. 3) se encuentra està oposición de "addresse" frente a "au- immlcación esenta o telefònica);
diencia", deflniéndose està ùltima corno "persona que puede considerarse parte del grupo inversamente, el no-interlocutor (délocutéj excluido de (2), puede ser incluido
conversacional pero que no es miembro del par. Speaker/addresse. <MI(1).

28. Es la expresión que utiliza Lyons (1978, p. 34). 111.Tomnmos este termino de M . Maillard, 1974.

32 33
LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

cientifìcas, se constata que los apelativos puntùan el discurso con una frccuen- - Analizando en una revista femenina el dispositivo enunciativo en el que
ci'a inusitada. Es que, ademàs de sus funciones conativa y fatica corrientes, sir- U Inicribe ci correo de lectoras, Chabrol observa (1971, p. 100), sin explicitar
ven para informar a los oyentes, cuyo conjunto no cesa de renovarse en el curso ||m»ntableente las modalidades de su inscripción en el enunciado, que en reali-
de la emisión, de la identidad del entrevistado. No se puede, pues, dcscribir ade- dld Marcelle Segai se dirige a la "lectora ideal" mas que a una corresponsal par-
cuadamente el funcionamiento de esos tcrtninos, que acumulan las funciones tioular:
apelativa y designativa, si no se tiene en cuenta la superposición de dos niveles " L a lectora 'ideal' està inserita en el discurso. Ese rasgo explica el
distintos y heterogéneos de alocución. caràcter 'sesgado' de las respuestas de Segai. No es a la corresponsal a
- En la comunicación teatral, el actor dialoga con otros actores, presentes quien le habla, sino a la lectora ideal. La corresponsal se convierte en la
en la escena y capaces de responder, y tambie'n, en otro nivel-, con el pùblico tercera persona de ese diàlogo".
egualmente presente, pero en la sombra y en sìlencio; y puede, segùn los ca-
31
Ultimo eiemplo de la pluralidad posible de los niveles de recepción: La
sos, privilegiar la relación intra-escénica, o la relación con la concurrencia. Couleur orange ["El color naranja"], novela de Alain Gerber (Laffont, 1975)
Llamcmos n y n respcctivamente a los dos niveles de recepción. Si se acep-
a p
l i t i dedicada a una cierta Maria José, a la que se interpela desde la primera
ta la oposición terminologica que propone P. Lavorcal (1973- pp. 146-147), y frue ( " L o que yo amaba era, sabés, el color naranja"). Pero sin duda Gerber es-
ira otros lectores fuera de ese interlocutor privilegiado: conviene, pues, tam-
se admite que ci "monòlogo" còmico y mclodramàtico se efeetùa, a espaldas
del locutor, con la presencia en el escenario de un receptor indiscreto, micntras
que en el "soliloquio" tràgico el actor no tiene otro receptor mas que ci pùbli-
E Mn aqui', tener en cuenta, en la descripción del dispositivo alocutorio que en-
CUlllru este texto, dos niveles heterogéneos de receptores.
co, se puede describir asi el funcionamiento enunciativo de esas dos catcgorias Obicrvación: Sucede a veces (y esto es particularmente claro en el ejemplo
retóricas: do Marcelle Segai, y es un recurso còmico suinamente explotado por Molière)
• existencia en los dos casos del nivel n ; p
que In jorarquia efectiva de los niveles de recepción se invierte en relación con
Il |eriirqufa esperada, es decir que aquél que se inscribe literalmente en el enun-
• en cuanto a n , se trata de un conjunto vacio en el caso del soliloquio y
Olmlo corno su destinatario indirecto funciona de hecho corno el verdadero alo-
a

consistente en uno o muchos "receptor(es)adicional(es)" en el caso del mo-


nòlogo. Ulllnrlo: en este caso se puede hablar de tropo comunicacional.

Notemos que: (6) El receptor puede también ser real, virtual o ficticio -se convierte en
flutlclo gracias al subterfugio que consiste en prestar al lector virtual las apa-
• Fuera de esos dos casos, toda tirada admite en n uno (o varios) destina-
a
rlandus y los poderes exclusivos de un ser real, corno el don de la palabra.
tarios(s) directo(s), duplicado(s) eventualmente por destinatarios indirectos. r u t i l i l o Diderot supone objeciones, cansancio, incertidumbre, de parte dellec-
• E l nivel n puede asimilarse a la categoria de los destinatarios indirectos
p
lor ( " Y o lo entiendo a usted, ya tiene bastante, y su consejo seria el de reunir-
(que se convierten en directos en el caso de dirigirse al pùblico). iliiH con nuestros dos viajeros") le conserva su status real de ser virtual. Pero
• Cuando en el teatro un actor habla con alguien que se supone està entre lipide ci momento en que toma la palabra ("Mientras que le contaba està histo-
bastidores (existencia, pues, en n de un destinatario directo, pero ausente del
a
rln, 1(110 usted toma por un cuento . . . - <Y la del hombre de librea que tocaba
espacio escénico), vale decir que habla sin que parezea dirigirse precisamente a p| cunlrubajo? -Lector, yo te lo prometo"), 32 el lector, accediendo a la exis-
nadie, nos encontramos ante la ausencia de destinatario directo, pero ante la toiiclii se encuentra al mismo tiempo arrojado a la ficción. Mas alla de ciertos
presencia de destinatarios indirectos. liiultes lu inscripción del otro en el enunciado del " y o " cae en una irrealidad
iwricctamcntc asumida, por otra parte, por Diderot, segùn S. Lecointre y J.
\v (iulllot.
3 L E I discurso filmico se opone desde este punto de vista a la comunicación teatral, y es
por eso que las interpelaciones al espectador (que se encuentran, por ejemplo, en Pierrot le
Fou ["Pierrot elloco"] de Godard) estan ahi mas claramente "marcadas". (7) I n la definición del receptor conviene, por fin, hacer intervenir la rela-
Observación anexa: en una secuencia de està obra, Marianne y Ferdinand-Pierrot, sen- I'IOIIsocial y afectiva que mantiene con el locutor. Està relación se define a par-
tados juntos en el asiento delantero de un auto, dialogan amorosamente:
ili de diferentes paràmetros (segùn el grado de intirnidad que exista entre los
" - Pongo la mano sobre tu rodilla.
- Yo también Marianne.
do» mie mbros del intercambio verbal, la naturaleza de las relaciones jeràrquicas
- Te beso todo . . . " (pero no hacen nada).
Y ese tropo de comportamiento produce un efecto mas violento que el "un beso" con-
vencional de la comunicación telefònica: la diferencia residc, con toda seguridad, en el 1J l'MiiK'U)» do Jacques Le Fataliste (Ouvres de Diderot, Gallimard, 1951, pp. 528 y
status del destinatario (presente/ausente -> posibilidad/imposibilidad de pasar al acto). M4) illudo» por S. Lecointre y J. Le Galliot, 1972.

34 35
LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

que eventualmente los separen y la del contrato social que los una), pero se re- t é t t i " postulando la existencia de una "competencia comunicacional" (Lakoff :
ducirà segùn Delphine Perret (1968) a un archi-eje graduai. •Onoloncia de la existencia de ciertas variaciones "-lectales"), o incluso de una
distancia/no distancia M m*tlCompetencia" (Wunderlich, 1972, p. 47):
que subsumina a la vez el eje de la intimidad y el de la dominación social " F o r m a igualmente parte de la competencia linguistica una especie
(y que interviene, por ejemplo, de manera determinante en la utilización de los de metacompetencia, es decir, la capacidad de reorganizar una gramàti-
pronombres "usted" frente a "tu" o "vos"). ca ya interiorizada, de modificar las reglas existentes de producción de
oraclones y de percepción linguistica, de admitir nuevos elementos en
1.4.3. Las interacciones que se dan entre estos diversos componentes el léxico, etc. Esto se produce cada vez que un oyente [convendn'a
Pero el inconveniente esencial de nuestro esquema es que no ubica, en sus «gregar: . . . ' y que un emisor'] acepta la competencia linguistica di-
ferente de uno de sus interlocutores en la comunicación y trata de asi-
respectivas casillas, mas que términos (en los dos sentidos de està palabra):
milarla."

(a) No son mas que palabras a las que se trata de dar un contenido referen- Cualqtiiera sea el lugar que uno le conceda en el modelo a este fenòmeno (y
cial preciso. iQué realidad abarcan exactamente esas etiquetas descriptivas? E l i l Uio de los deicticos nos proporcionarà el ejemplo) es de todos modos seguro
ùnico elemento que hasta el momento ha sido objeto de investigaciones deteni- que todo acto de habla exige un cierto gasto de energia para "colocarse en el
das es la competencia linguistica (concebida, por otra parte, en forma bien res- lugar del o t r o " (gasto que en general, corno nos lo demuestra también el fun-
trictiva). En cuanto a los otros componentes de la comunicación, siguen siendo lionamlcnto de los deicticos, es considerablemente mayor para el receptor que
tierras desconocidas o casi desconocidas. para el emisor), y que
"la comunicación se basa en este ajuste mas o menos logrado, mas o me-
(b) Son términos de relaciones: los diferentes elementos de este modelo es- nos anhelado, de los sistemas de referencia de los dos enunciadores" 33

tàn yuxtapuestos los unos a los otros y fijados en el lugar que se les ha destina- (A.Culioli, 1973, p. 87).
do, corno si entre ellos no existiera ningùn problema de definición de h'mites ni
ninguna clase de interacción. Algunos ejemplos mostraràn que la situación es (2) El problema de la competencia ideològica sera retomado mas adelante.
otra: l»»ro dlgamos desde ya que la ideologia, aunque constituya un sistema de
oontenldos autònomo y susceptible de manifestale en toda clase de compor-
(1) En este esquema el emisor y el receptor se enfrentan y sus "esferas" res-
Umlontos semiológicos, inviste en todas partes y en forma preferencial los
pectivas son corno dos burbujas impermeables que se cuidan bien de intersec-
oonlenidos lingùisticos, y que el limite entre las dos competencias, que he-
tarse. Ya hemos introducido algunas correcciones a està presentación diciendo
IIIOi representado por una linea llena, es en realidad "porosa".
que todo receptor es al mismo tiempo un emisor en potencia, y que en la com-
petencia cultural de los dos miembros de la comunicación es necesario incorpo-
(,\ El status del referente es igualmente complejo. Por una parte, es exte-
rar la imagen que se forman de ellos mismos, que se hacen del otro y la que se tlnr ul mensaje y envuelve a la comunicación. Pero al mismo tiempo se inserta
imaginan que el otro se hace de ellos: no se habla a un destinatario real, sino a \\\\ en la medida en que una parte de ese referente està concretamente presen-
aquello que se cree saber de él, mientras que el destinatario decodifica el men- to y es pcrccptiblc en el espacio comunicacional, y esto es en generai lo que se
saje en función de lo que él cree saber del emisor. Mhtiendc por situación de discurso. Se inserta también en h medida en que
Pero estas reservas son aùn demasiado débiles. Pues los dos interlocutores no olru parte del referente, que puede coincidi! parolai mente, en el "discurso de
se contentan con tornar por turno la palabra, temendo en cuenta las imàgenes alttiucion", con la precedente, se convierte en contenido de! mensaje. Finalmen-
que se han formado de una vez para siempre el uno del otro: hay una modifi- te NC ivllcja en la "competencia ideològica y cultural" de los sujetos, es decir,
cación reciproca de los protagonistas del discurso a medida que se desarrolla lo
que ciertos teóricos corno Watzlawick denomihan justamente una "interac-
ción". Por otra parte, aùn cuando sus competencias no sean tan perfectamente ,t 1, )wl(e\ila <!e Jean Schmidt Gomme les an^ u-t ,s < la p ne t Sa nt Michel [Co-
mu l<munitflfs.aidos del pianeta San Miguel"{(d^ n i - 1 < ri ro yoiiossub-
idénticas corno lo supone Jakobson, presentarlas corno totalmentedisyuntases ftfoMurlos urbanos) nos proporciosa un cpmplu <^ h ei t £ 1 »" que, bajo
caer en el exceso inverso: se interseccionan tanto mas cuanto que tienden a l i n i » ilo quedar inomprendido ("y la luoha qu 1 an ' ai"idn < * 1 odificado
adaptarse una a la otra en el curso del intercambio verbal, cada una modelando, U Immilli que te liaci'as de los inmigrantes?'' - " l a q i , „ ui
t 9 ^ormaneii-
es cierto que en proporciones extremadamentc variables, su propio código so- ( « i n p i i t r mibi'c un doble teclado y se cree obligauf a tT ».ti o ^ o las fòr-
s

mula* quo le vionen espcntàneamente a los lab -~. i> > p tjwnojo, p i d u o » - ' E l p r o -
bre el que, segùn presume, posee el otro. Por otra parte, algunos generativistas tilunm e» quo ustedes estàn completamente fu; m * tos orcmtos de p r o d u c c i ó n - buono,
lo reconocen y tratan de ajustar la concepción standard del "hablante-oyente i|Hi< no liihimin, eli").

36 37
A ENUNCIACION
LA PROBLEMATICA DE LA ENUNCIACION

en el conjunto de conocimientos que poseen y de representaciones que se han


2.1. CONSIDERACIONES SEMANTICAS SOBRE L A P A L A B R A
construido de él. Su lugar de inserción es pues mùltiple.
"ENUNCIACION"
(4) E l canal es ante todo el soporte de los significantes, soportes éstos a su
vez de las significaciones. Pero al mismo tiempo funciona corno un filtro suple- 2.1.1. Sentido originai
mentario puesto que la naturaleza del canal no carece de incidencia sobre las No obstante, todos los lingùistao cstin de acuerdo cn el sentido "propio"
elecciones lingùisticas. Es un hecho bien sabido que en publicidad la naturaleza quo conviene atribuir a este termino:
del "mensaje" varia con la del "soporte". 34 • Benveniste (1970, p. 12): " L a enunciación es esa puesta cn funciona-
miento de la lengua por un acto individuai de utilización".
(5) En cuanto al "universo del discurso", integra a la vez, ya lo hemos di- • Anscombre y Ducrot (1976, p. 18): " L a enunciación seri para nosotros
cho, los datos situacionales y las restricciones de genero. Ahora bien, sus limi- la actividad linguistica ejercida por el que habla en ci momento en que habla"
tes internos son tan borrosos corno sus h'mites externos, dado que: [pero también por ci que cscucha cn ci momento en que cscucha].
- las restricciones retóricas estàn en parte determinadas por los datos si- Dircmos, pues, qus la enunciación cs cn principio ci conjuiit? de los fenóme-
tuacionales; nos obscrvabiea cuando se pene cn movtmicnto, durante un acto particular de
- se puede considerar que el emisor y el receptor son parte integrante de la comunicación, el conjunio de Ics riemsnios qua hemo3 previamente esquema-
situación de comunicación: tizado.
- finalmente, la situación integra una parte del referente. Pero ^cuàl? ^Lo Pero Anscombre y Ducrot continibn de este modo: "[La enunciación] es,
que ven el hablante y el oyente? ^Lo que pueden ver si modifican su campo vi- pues, por escncia histórica, es un acontccimicnto y, corno tal, j-imas se repiten
sual sin desplazarse?• desplazàndose? Pero entonces, £dónde fijar el referen- dos veces en forma identica." Si entre los linguistas hay acuerdo acerca de su
te de la situación? "verdadcra" naturaleza, también hay unanimidad cn reconocer h imposibilidad
No podn'amos responder a todas estas preguntas. Nuestro esquema (puesto de hacer un objeto de estudio de la enunciación concebida en esa forma: es, en
que "modelo" seria una palabra demasiado importante, tratàndose de un obje- efecto "el arquetipo mismo de lo incognoscible", pues "nunca conoceremos
to tan débilmente estructurado) tiene al menos el merito de plantearlas, de mas que enunciaciones enunciadas" (Todorov, 1970, p. 3).
mostrar que los diferentes paràmetros extralingùfsticos no ocupan aqui de nin-
gùn modo un lugar marginai, y de permitir circunscribir las tareas que le espe- 2.1.2. Primer deslizamiento semàntico
ran a la linguistica "de segunda generación", comò dice Benveniste: investigar Es por elio que el termino sufre corricntemente, a partir do su valor origi-
còrno se a'niculan entre ellas las diferentes competencias; còrno actùa, en la co- nai, un primer deslizamiento semàntico, de orden metonimico, deslizamiento
dificación y en ia decodificación, ese filtro complejo que es el universo del dis- que se explica a la vez por la imposibilidad metodològica de tratar la enuncia-
curso; còrno se efectùa, en una situación determinada, la puesta en referencia
ción en sentido propio y por la motivación del significante (el sufijo - c i ó n de-
del mensaje verbal; tratar, en fin, de elaborar esos modelos de producción y de
nota en castellano [corno -tion en francés] polisémicamente el ceto y el pro-
interpretación que permiten la conversión de la lengua en discurso.
ducto del acto): si bien en su origen la f>nunr.jflción se opone al enunciado
corno un acto a su producto, un proceso dinàmico a su resultado estàtico, el
denotado del termino se ha ido petrificando progresivarnente. Asi, un texto es
2. L A ENUNCIACION tratado comò "enunciación", a pesar de que el sentido p :nero se convierte en
r

marcado respecto del derivado, o sea que està remoti',; :,c bajo la forma de "ac-
Ya es hcra de clrcunscrltir ci campo da nuastro estudio, es decir de dar una lo de enunciación".
respuesta'a la pregunta iqvé e* puss la enimeiarión? ^cuàl dsbe ser, cual puede Podemos entonces preguntarnos cn qué madida la enunciación se opone to-
ser, el objeto de ur>a "lin&ifr;~a de la enunciación"? Es ahora cuando se ma- « la via al final de tal evolución semàntica, al enunciado. Antcs de responder a
nifìesta la éWtrrJì c~z « n a t a ess "podar" do ese "deber", y la ambigùsdad csla pregunta, quisicramos primero senalar ràpidamente que el termino "enun-
L'gada d x;: S i ? tnunciadén. timlo" es también polisémico. Podemos asi distinguir los siguientes usos termi-
noló|',icos:

34.1"g ccr.ccàda la c«ii&.» *Ls;. 1 Mac Lukan: "El mensaje es ci medio". Para un ejem- enunciado 1 = oración actuaiizada (Ruwet, 1967, p. 368; Lyons, 1976,
jlo («1 di la " e o ^ u n b a d ó n cb » t.-^, . .* la Incidencia del caod sobre las propiedades in- pp. 42 y 102; Sperber, 1975, p. 389);
tsnas dei menile, v m e E C D , 1972, p. y..
enunciado 2 = unidad transoraciona), secuencia cstructun-da de oraciones

38 39
LA PROBLEMA TIC A DE LA ENUNCIACION

(Kuentz, 1969, p. 86). la cual puede considerane tanto en E i a sera también nuestra problemàtica: no pudiendo estudiar directamente
la IcrfjUi comò en el hubh; •1 «cto de producción, trataremos de identificar y de describir las huellas del
enunciado 3 = secv.cr.tia <le oi&ciont& ^. • "siderada en la lengua (frente a §Cto en el producto, es decir, los lugares de inscripción en la trama enunciativa
"discurso": Guespin, 1971, p. 10); de los diferentes constituyentes del marco enunciativo (M.E.)
enunciado 4 = secuer.cia de oraciones actualizada (Duboisy Sumpf, 1969,
P- 3). 2.1.3. Segundo deslizamiento semantico
En està polisemia hay, pues, dos ejes involucrados: el eje de la oposición
35

lengua/habla, y el eje del "rango" (dimcrsión de la unidad considerada). Para Entre estos diferentes constituyentes, hay uno que a menudo privilegian los
eclarar lo situación se podri'a sugerìr oponcr rsgularmcnt? segùn el eje del rango teórlcos de la enunciación, y la cita anterior de Anscombre y Ducrot lo ejem-
los términos "oración" y "enunciado", y utilizarlos corno arehilexemas, neu- pllflca claramente ("La enunciación sera para nosotros la actividad linguistica
traltesndo la oposición Ic-.gua/hahls. Se dispcr.dria asi de un conjunto termino- «Jercida por el que habla . . . " ) : es el emisor del mensaje ; privilegio que connota
logico que comprenderla seis elementos: e Implica a la vez el termino no muy afortunado de "enunciación", pues aun
Oliando el uso linguistico pretenda hacer de él un archilexema que neutralice la
oración or?ción oración frente a enunciado enunciado enunciado * 3 oposición codificación/decodificación, el uso comùn ("enunciar" es producir
a stracta
s £ctu?.li??da abrtracto actualizado mds bien que interpretar un mensaje) tiende obstinadamente a contaminarlo. 37

E i por esto que el termino "enunciación", ademàs de la transferencia metoni-


En este laberinto terminologico nos interesa menos tornar posición que in- mica seflalada, se ve frecuentemente afectada por otro tipo de deslizamiento se-
tentar piecisar dónde està el limite entte ci enunciado y la enunciación a partir mantico, que se debe a la "especializaeión" (reducción de la extensión): en
del momento en que la segunda deja de scr concebida corno ci acto de produc- lugur de englobar la totalidad del trayecto comunicacional, la enunciación se
ción del primcro, y en el que ambos por lo tanto se aproximan. deflne entonces corno el mecanismo de producción de un texto, el surgimiento
Dircmcs que de hecho se trata del mismo objeto y que la diferencia reside en el enunciado del sujeto de la enunciación, la inserción del hablante en el se-
en la perspectiva con que se mira ese objeto: no de su habla.
" E l enunciado concebido corno objeto-evento, totalidad exterior al
sujeto hablante. que lo ha producido, es sustituido [en la perspectiva de 2.2. L A ENUNCIACION "RESTRINGIDA" FRENTE A L A
una litgiij'stica de 'a enunciación] por el enunciado objeto-fabricado, en ENUNCIACION " A M P L I A D A "
que el sujeto hablante se inscribe permanentemente en el interior de su
propio discurso, al mismo tiempo que inscribe alli al 'otro' por las Segùn que la perspectiva adoptada admita o no està restricción del concep-
marcas emmeiativas" (G. Provost-Chauveau, 1971, p. 12). to, se hablarà de linguistica de la enunciación "restringida" o "ampliada".
Lucile Courdesscs exprcsa cn términos parecidos una idea similar: dice que, (a) Concebida en forma amplia, la linguistica de la enunciación tiene corno
una vez quo se ha rcnunciado a considerar la enunciación corno el acto de pro- meta describir las relaciones que se tejen entre el enunciado y los diferentes
ducción del enunciado,
elementos constitutivos del marco enunciativo, a saber:
"el problema que se plantea es el de descubrir las leyes de la enuncia- - los protagonistas del discurso (emisor y destinatario(s));
ción paiticiìdo del enunciado realizado. ^Existen estructuras especfficas
de la enunciación, elementos discrctos analizables que permitan estable- — la situación de comunicación
ccr claramenie ci proceso de enunciación en el interior del enunciado • circunstancias espacio-temporales
comò un hilo de trama invisible pero presente en una tela?" (1971, p.
23). • condiciones generales de la producción/recepción del mensaje: naturaleza
del canal, contexto socio-histórico, restricciones del universo del discurso, etc.
35.Se Mata, en efecto, de polisemia y no de homraimia: Uamaremos "hechos enunciativos " a las unidades lingiiisticas, cualquiera
e2/e3: relación de dominio (hiperónimo/hipónimo) ; uva su naturaleza, su rango, su dimensión, que funcionan corno indices de la
e2/e4: lo mismo; inscripción en el seno del enunciado de uno y/u otro de los paràmetros que aca-
e3/c4: relación de contratte;
el/e4: relación de parie a todo entre los denotados correspondientes.
bamos de ennumerar, y que son por esa razón portadoras de un archi-rasgo
semàntico especifico al que llamaremos "enunciatema ".
36.Puctot, por su parte, adepta el siguiente sistema terminologico:
orición / enunciado frente a texto / dfeijrso
37.Del mismo modo c o m ò dice bien Culioli: "el enunciador" de un mensaje es, ante todo,
(afcstracta) (realizado> (abstracto) (realizado)
tradlelonalmeme, su emisor.

40
41
LA ENUNCIACION LA PROBLEMATICA DE LA ENUNClACIOh

A la linguistica de la enunciación le corresponde identificar, describir y es- 2.3. RECAPITULACION


tructurar el conjunto de esos hechos enunciativos, es decir:
Acabamos de mostrar que, a partir de su valor originai, el termino "enun-
- hacer el inventario de sus soportes significantes y de sus contenidos sig-
nificados. OUclón" sufrió dos tipos de deslizamiento semàntico y, correlativamente, la.
problemàtica de la enunciación sufre dos tipos de desplazamiento, de los cuales
- elaborar una grilla que permita clasificarlos.
uno nos parece ineluctable (estamos metodològicamente restringidos a la pro-
El principio mas naturai de clasificación parece ser el siguiente :
blemàtica de las huellas), mientras que el otro no es mas que coyuntural y pro-
(1) enunciado referido al locutor;
vliorlo; por el momento adoptaremos, pues, està reducción, pues ella permite,
(2) enunciado referido al alocutario;
ti limitar el campo de investigación, no perderse demasiado en él.
(3) enunciado referido a la situación enunciativa.
Al termino de esa doble distorsión del concepto, podemos definir del si-
Adoptaremos este principio, si bien no es enteramente satisfactorio :
guiente modo la problemàtica de la enunciación (la nuestra): es la bùsqueda
- En efecto, se puede considerar que el locutor y el alocutario son partes
integrantes de la situación de comunicación. de los procedimientos linguisticos (shifters, modalizadores, términos evaluati-
vos, etc.) con los cuales el locutor imprime su marca al enunciado, se inscribe
- Algunos hechos enunciativos, corno los que reflejan la relación que el
m el mensaje (implicita o explicitamentej y se situa en relación a él (problema
emisor mantiene, a través del enunciado, con el receptor, no se ubican en nin-
guna de estas tres nibricas. de la "distando enunciativa"). Es un intento de localización y descripción de
lai unidades, cualesquiera sean su naturaleza y su nivel, que funcionan corno in-
- Otros, en cambio, estàn imbricados en varios de ellos. Es asi, por ejem-
dice* de la inscripción en el enunciado del sujeto de la enunciación.
plo, que el funcionamiento de los deicticos abarca: el locutor + el alocutario
(secundariamente) + la situación espacio-temporal de L (y eventualmente de E n un primer tiempo, lo que practicaremos sera una lexologia restringida:
A). Pero lo que prevalece en su definición es que permiten al locutor apropiarse "lexologia", pues tal es el neologismo (formado sobre el griego "lexis") por
del aparato de la enunciación y organizar alrededor de sus propias coordenadas medio del cual Roland Barthes (1978a, p. 9) propone bautizar la linguistica de
temporales y espaciales el conjunto del espacio discursivo. Los dei'cticos seràn, la enunciación; "restringida", pues de los diferentes paràmetros que pueden
pues, considerados en la perspectiva del b.3blante-escritor: es el valor dominante considerarse relevantes en el cuadro de està problemàtica, retendremos sola-
del fenòmeno considerado lo que determinarà su pertenencia a tal o cual ru- mente el primero, y concentraremos nuestra reflexión en las huellas del hablan-
brica.38 te-escritor en el enunciado ; restringida también porque nuestro estudio se limi-
(b) Considerada en sentido restrictivo, la linguistica de la enunciación no se tara a las manifestaciones mas triviales, en el discurso mas "coniente", de la
interesa mas que por uno de los paràmetros constitutivos del M E : elhablante- subjetividad linguistica, y porque las sofisticaciones del discurso literario, que
escritor. Està es la actitud descriptiva que adoptaremos aqui, al menos en lo «(ertamente mencionaremos varias veces, no ocuparàn jamàs la escena princi-
que concierne a la mayor parte de nuestro estudio. Dentro de està perspectiva pal de nuestra reflexión, que de esa manera podrà parecer un tanto burda.
restringida consideraremos corno hechos enunciativos las huellas linguisticas de Nuestra hipótesis y nuestro mètodo de trabajo seràn, sin embargo, los mis-
la presencia del locutor en el seno de su enunciado, los lugares de inscripción y mos que adoptan, aplicàndolos a un texto literario (Jacques le Falatiste), Si-
las modalidades de existencia de lo que con Benveniste llamaremos "lasubjetivi- mone Lecointre y Jean Le Galliot (1972, pp. 222-223):
dad en el lenguaje". Sólo nos interesaremos, pues, por las unidades "subjeti-
vas"(caso particular de enunciatema). "Es importante distinguir rigurosamente lo que se dice ~el enuncia-
Està subjetividad es omnipresente: todas sus elecciones implican al hablante do- y la presencia del hablante en el interior de su propio discurso - l a
pero en diversos grados. Nuestra hipótesis de trabajo sera la de que ciertos enunciación. Si està presencia se sustrae a un enfoque objetivo, la dis-
hechos linguisticos son desde este punto de vista mas pertinentes que otros; tinción que precede se revelarà corno poco operativa. Ahora bien, suce-
nuestra meta, la de localizar y circunscribir esos puntos de anclaje mas visibles de que una serie cuyo repertorio [.. .] de formas linguisticas està bien
de la subjetividad linguistica. establecido traduce efectivamente esa apropiación de su propio discur-
so por parte del hablante. En estudios de este tipo, pues, nos vemos
38.La actitud descriptiva que adoptamos aqui se basa, pues, en la hipótesis (admitimos llcvados a aislar los sistemas de indices entre los cuales se encuentran los
que discutible) de que incluso si los diferentes constituyentes del ME coexisten necesaria y pronombres personale», las formas verbales, los informantes espaciales
dialécticamente en todo acto comunicacional, no es completamente ilegitimo, desde un y, en general, el conjunto de modalidades en las que se basan las rela-
punto de vista metodològico, disociarlos (toda la empresa linguistica reposa, por otra par- ciones entre los interlocutores y el enunciado".
te, sobre tales operaciones de disociación -asi los dos planos del contenido y de la expre-
sión, que son, sin embargo, corno todos saben, tan "indisociables" c o m ò e] derecho y el re-
verso de una hoja de p a p e l . . . ) .

42 4?
LA tlMUNCIACION

De manera semejante, y tratàndose sólo del locutor, son esos lugares de anclaje
(los mas manifiestos de la subjetividad linguistica) (Lecointre y Le Galliot ha-
blan incluso de "puntos perceptibles") los que se tratarà de inventariar.
Después de haberla restringido tan severamente, elegiremos en un segundo
tiempo la perspectiva descriptiva: reintegraremos los paràmetros enunciativos
previa e injustamente eliminados y mencionaremos un cierto nùmero de traba-
jos que por diferentes vi'as contribuyen igualmente al desbroce del campo lexo-
lógico.

LA SUBJETIVIDAD EN E L LENGUAJE:
ALGUNOS LUGARES EN LOS QUE SE INSCRIBE

AttUl de Intentar hacer el inventario de las unidades "subjetivas" es necesa-


pffViiniento ocuparnos del caso de las unidades linguisticas cuya observa-
l l U en la rai'z de la reflexión "lexológica", a las que llamamos "deicticos"
fUrl" . Definidos provisoriamente comò "clase de palabras cuyo sentido
1

eoo !• iltuación", los deicticos exigen, en efecto, para dar cuenta de la


2

Qlfloldml de su funcionamiento semàntico-referencial, que se tomen en con-


sWn ulgunos de los paràmetros constitutivos de la situación de enuncia-

| , K M UEICTICOS

Ili, PROHLEM AS DE DEFINICION

i l i PUlJieo del problema: los tipos de mecanismos referenciales

OtWilll Ducrot sciìalaba:

"l'uosto que la comunicación lingfstica tiene a menudo por objeto la


IVilidid extralingiii'stica, a los hablantes debe serles posible designar los
ohjetoi que la constituyen: està es la función referencial del lenguaje (el
0 loi objetos designados por una expresión forman su referente). No
((bitinte, està realidad no es necesariamente 'la' realidad, 'el' mundo.
L i l lenguas naturales, en efecto, tienen el poder de construir el universo
•I que se refieren; pueden, pues, darse un imaginario universo del discur-
«>, (.a Illa del tesoro es un objeto de referencia tan posible comò la es-

li lift* »l «I firmino que utiliza Jakobson, a veces traducido c o m ò "embragues", francés


*%MlkM,f M<r* ", poro quo se mantiene sin traducción tanto en el originai francés c o m ò en
MM VMllAn eupnfUilu. Podemos senalar de paso los equivalentes terminológicos "ìndice"
IfrÙM) i "#»i|»rP(il<'>ii indexical" o "indicial" (Bar-Hillel).

Il Wi H> ÌM|wricn, Language, Londres, 1922, pp. 123-124.

44
45
Unidad 2
12. Filinich, M. I.: “El sujeto de la enunciación”
Unidad 2
13. Escandell Vidal, María Victoria. “Conceptos básicos de
pragmática” y “La pragmática”.
Unidad 2
14. Zecchetto, Victorino. “La irrupción del lenguaje corriente”.

7
LA IRRUPCIÓN DEL LENGUAJE CORRIENTE
Pragmática lingüística

El lenguaje es la máscara del pensamiento.


Arnold Hauser

En las últimas décadas del siglo XX nas. Debemos citar, sobre todo, dos ver-
hubo una evolución en el modo de enfo- tientes de indagaciones que han tenido un
car el conjunto de problemas relativos a particular influjo en la pragmática. La pri-
las ciencias del lenguaje. Se fueron dejan- mera es la Filosofía del lenguaje cuyos es-
do de lado los modelos teóricos globales y tudios han marcado con su sello filosófico
bastante encerrados sobre sí mismos también las reflexiones pragmáticas. La
(funcionalismo, estructuralismo, marxis- otra vertiente es la etnografía de la comu-
mo...) que pretendían abarcar todas las nicación y la sociolingüística, disciplinas
explicaciones acerca de la comunicación. que estudian y analizan los factores socia-
Fue emergiendo una visión más pluridis- les que intervienen en la práctica del len-
ciplinar de la investigación y se acentua- guaje. Sus aportaciones se basan en estu-
ron las tendencias que preferían paradig- dios de campo, cuyos datos se organizan
mas más abiertos en sintonía y en colabo- para construir principios teóricos de con-
ración con otras disciplinas. En este con- ducta comunicativa. En este capítulo, no-
texto se ubica la corriente de la “pragmá- sotros tomaremos en cuenta ambas ver-
tica del lenguaje humano” -llamada tam- tientes.
bién “pragmática interaccional” -que apa-
rece como una nueva perspectiva del estu- 1. Sobre las huellas de la filosofía
dio del lenguaje en general, porque en sus del lenguaje
investigaciones toma en cuenta los apor-
tes de disciplinas afines como la etnolin- A inicios del siglo XX en el campo de
güística, la etnografía de la comunicación, la filosofía volvió a plantearse el “proble-
la kinésica y la proxémica, la antropología ma del conocimiento”. La llamada “filoso-
cultural... etc. La variedad y las ambigüe- fía analítica del lenguaje” abordó el tema
dades que a veces se hallan en la termino- con una nueva postura teórica. Consideró
logía empleada en la pragmática del len- que -en último análisis- los problemas
guaje, derivan del hecho de que en ella reales son problemas lingüísticos relativos
confluyen reflexiones de diversas discipli- a las formas del lenguaje y a las palabras
118 / Victorino Zecchetto

en las que está planteado cada problema de la escuela de Berlín, que también ha-
real. bían huido de la dictadura nazi, dieron
origen a un nuevo y brillante movimiento
a) El hablar neopositivista neopositivista al que se unieron algunos
estudiosos norteamericanos. El grupo
Uno de los supuestos filosóficos del creció y se desarrolló hasta implantarse en
neopositivismo de las primeras décadas algunas universidades, logrando conquis-
del siglo XX, fue que la realidad puede so- tar una nutrida audiencia.
meterse a un reducido número de princi- Entre las varias iniciativas asumidas
pios y conceptos esenciales, enunciados por este movimiento cabe mencionar el
con un lenguaje exacto en virtud del cual ambicioso programa de unificar el saber
los fenómenos se explicarían en forma co- sobre bases científicas, y que se concretó
rrecta y adecuada. La pretensión del neo- con la creación de la “Enciclopedia inter-
positivismo era construir una “semántica nacional de las ciencias unificadas” publi-
veritativa” que lograra armonizar el len- cada en Chicago en 1938 bajo la dirección
guaje con la realidad del mundo; con ra- de O. Neurath, R. Carnap y W. Morris. A
zón se denominó “esencialismo semánti- pesar de cierta disparidad de enfoque, es-
co” la postura de esta corriente. Pero ¿có- ta enciclopedia muestra una visión co-
mo nació y se desarrolló el movimiento mún de entender el saber y el rigor con
neopositivsta? ¿Cuál fue su marco teórico que debe ser expresado a través del len-
y el contexto de sus indagaciones? guaje, su claro propósito era dar cuerpo a
El grupo neopositivista más represen- una precisa metodología del saber.
tativo fue el que surgió en Austria, al for- El postulado fundamental del neopo-
marse el llamado “Círculo de Viena” en sitivismo afirma que se deben formular
1923, organizado por Moritz Schlick que los problemas de manera empírica, de
reunió a estudiosos de matemáticas, física, modo que puedan ser objeto de las cien-
filosofía, entre los que se contaban nom- cias experimentales. Los neopositivistas
bres conspicuos como Otto Neurath, Ru- distinguían dos tipos de enunciados, los
dolf Carnap, Karl Popper, entre varios “enunciados observables” y todos los de-
otros. En 1928 una asociación con un en- más. Sólo los primeros pueden ser asumi-
foque similar es creada en Berlín por dos como base para la creación del un sa-
Hans Reichenbach que publicaba la im- ber sólido y firme. “El metafísico, el teólo-
portante revista de filosofía Erkenntnis go creen -sin razón- poder afirmar algo y
(Conocimiento). representar estados de hecho mediante
Después que Austria cayó bajo el po- sus proposiciones. Al contrario, el análisis
der del nazismo alemán (1939), varios es- muestra que semejantes proposiciones no
tudiosos de Viena emigraron a Estados dicen nada, expresan sólo actitudes emo-
Unidos, y allí junto con otros exponentes tivas (...). Hablar significa recurrir a con-
La danza de los signos / 119

ceptos, recurrir a estados de hecho delimi- condujo a eliminar cualquier formulación


tables científicamente.”1 metafísica. Pero su “construcción” del
Otra tesis filosófica del Círculo de Vie- mundo resultó ser endeble, porque en el
na afirma que no se debe hablar de con- fondo era de tipo psicológico y trascen-
ceptos generales (por ejemplo: “ser”, “rea- dente al lenguaje que él pretendía utilizar.
lidad”), sino sólo de aquellos que pueden La posición de O. Neurath es más
incluirse en el cuadro general de la expe- equilibrada. Su tesis de fondo sostiene que
riencia empírica. El conocimiento cientí- la ciencia es puro lenguaje y está com-
fico debe poder ser reducido a proposicio- puesta de enunciados lingüísticos unidos
nes analíticas de la lógica y de la matemá- entre sí por estrictas reglas lógicas. Las ve-
tica, a afirmaciones elementales sobre da- rificaciones y comparaciones científicas
tos sensibles. La lectura “realista” de la pri- no advienen entre “afirmaciones y he-
mera obra de L. Wittgenstein (Tractatus), chos”, sino sólo entre “proposiciones y
condujo a Moritz Schlitck a decir: “El sig- proposiciones”. Con ello quería desligar el
nificado de una proposición es el método significado de los signos lingüísticos de
de su verificación del contexto y una cier- una excesiva referencias objetiva, y vincu-
ta técnica de definición del significado. larlos más al contexto lingüístico, a las re-
Schlitck dice que una definición del signi- glas empíricas de su uso. Hay, pues, una
ficado no debe ser teórica, sino “ostensi- cierta reivindicación de las circunstancias
ble”, es decir, relacionada con lo que indi- y del contexto en que el lenguaje es em-
ca y muestra concretamente el objeto del pleado.
cual se habla. Otro integrante del grupo, el nortea-
El neopositivismo, sin embargo, mos- mericano Charles Morris, trabajó en la
tró claramente sus límites al pretender confección de la citada Enciclopedia, y es-
abarcar toda la realidad sólo desde el án- cribió un importante capítulo sobre el sig-
gulo de un lenguaje estructurado y lógico. no que después fue publicado también
R. Carnap (1891-1970) en su obra “La como obra independiente bajo el título de
construcción lógica del mundo” (1928) “Fundamentos de la teoría de los signos”.2
trata de elaborar un sistema de conceptos Uno de los aportes significativos de Ch.
con los cuales se pueda expresar científi- Morris fue el haber distinguido los tres
camente el mundo, con asertos precisos, campos abarcativos de la semiótica:
organizados y bien estructurados. Esto lo

1 El manifiesto teórico del Círculo de Viena se titula: La concepción científica del mundo, y fue publicado
en 1929. Nuestra cita corresponde al Nº II.
2 Existen numerosas ediciones de la obra de Ch. Morris. Nosotros consultamos : Fundamentos de la teo-
réa de los signos.Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, 1994
120 / Victorino Zecchetto

La Semántica: “Pueden estudiarse las está determinado por reglas sintácticas,


relaciones de los signos con los objetos a semánticas y pragmáticas.”4
los que son aplicables...; el estudio de esta Al observar la dimensión pragmática
dimensión se denominará semántica.” del lenguaje, también Ch. Morris se ha
preguntado si es posible admitir una
La Pragmática: “.. el objeto de estudio pragmática pura como una reflexión to-
puede ser también la relación de los sig- talmente teórica de la praxis de los len-
nos con los intérpretes...; el estudio de es- guajes. Hasta el presente los especialistas
ta dimensión recibirá el nombre de prag- aún discrepan sobre este punto. Por ahora
mática.” la opinión más aceptada es aquella que
afirma que la pragmática, aunque debe
La Sintáctica: “Una importante rela- formularse con referencias teóricas, per-
ción de los signos ...(es) la relación formal manece sobre todo como un estudio des-
de los signos entre sí. (...) Esta tercera re- criptivo.
lación se denominará dimensión sintácti- A continuación, nos detendremos fu-
ca de la semiosis... y su estudio recibirá el gazmente en la figura del filósofo analíti-
nombre de sintaxis.”3 co más original, que tuvo un ascendiente
en la futura pragmática del lenguaje, se
Según Morris la perspectiva pragmáti- trata de L. Wittgentein, que fue también
ca toma en cuenta la estructura eminente- precursor e integrante de la corriente neo-
mente social de los sujetos y sus continuas positivista vienesa a la que influyó con las
interrelaciones. Por este motivo él define ideas de su primera obra.
una lengua como sistema social de signos,
un instrumento que usan los miembros b) Ludwing Wittgenstein (1889 -1951)
de una comunidad para comunicarse. La
lengua, pues, se ubica en un contexto es- Este filósofo austríaco emigrado a In-
pecíficamente pragmático, en función del glaterra, escribió pocas obras y sólo una se
comportamiento de los individuos, pero publicó estando él aún en vida: el “Tracta-
tomando en cuenta al mismo tiempo las tus Logico-Philosoficus” (1918) que es un
tres dimensiones de la semiosis: “La carac- conjunto de aforismos. Buena parte de la
terística global de un lenguaje puede ex- doctrina del “Tractatus...”, la abandona
presarse ahora de la siguiente manera: Un Wittgenstein en su segunda obra “Investi-
lenguaje, en el sentido semiótico total del gaciones filosóficas” escrita en la década
término, es un conjunto cualquiera de ve- de 1940, pero publicada en 1953 después
hículos sígnicos, intersubjetivos cuyo uso de su muerte. Es sobre todo en este último

3 Cfr. Fundamentos..., 2
4 Ib. 5.2
La danza de los signos / 121

trabajo donde expone Wittgenstein su verdad de las proposiciones”- depende de


concepción original del lenguaje. la verdad o falsedad de las proposiciones
Veamos brevemente su pensamiento elementales que las integran.
en cada una de esas dos etapas. El significado de alguna afirmación
sólo puede derivar de alguna proposición
El “Tractatus” elemental o compleja en cuanto represen-
tación de hechos: “La proposición puede
Uno de los temas centrales de esta obra ser verdadera o falsa sólo en cuanto es una
es la exposición de la teoría de la represen- figura de la realidad (4.06).5
tación del lenguaje. Wittgentein quería Existen además otras proposiciones,
elaborar una doctrina objetiva del lengua- por ejemplo, las lógicas, que no describen
je descriptivo del mundo, sin que estuvie- hechos, y no representan fenómenos, sino
ra contaminada por la intencionalidad que sólo se representan a así mismas, son
subjetiva. El obstáculo y la dificultad que tautologías porque carecen de algún signi-
constituían los signos lingüísticos, consis- ficado extra lingüístico, y por este motivo
tía en que son entidades o cosas diversas siempre son verdaderas: “En lógica no po-
de otras entidades, hechos o fenómenos demos equivocarnos.” (5.473). “Las pro-
del mundo. Para hallar una solución ideó posiciones de la lógica son tautologías”.
la teoría de la representación. En síntesis (6.1) “La proposición muestra aquello
consiste en lo siguiente que dice; la tautología y la contradicción
La realidad en cuanto totalidad de los muestran que no dicen nada”. (4.461).
hechos, se puede representar mediante En continuidad con esta idea de la va-
dos tipos de proposiciones: las proposi- nidad del lenguaje, Wittgentein afirma
ciones elementales o atómicas y las pro- que los problemas y las cuestiones filosó-
posiciones complejas o moleculares . Las ficas, caen fuera de cualquier significado
proposiciones elementales describen he- lingüístico porque no representan hechos,
chos simples o estados sencillos del mun- y por consiguiente no tienen solución: “La
do. Una representación es verdadera sólo mayor parte de las proposiciones y cues-
si lo que afirma corresponde efectivamen- tiones que se han escrito sobre materia fi-
te a algo real y existente, en caso contrario losófica no son falsas, sino sin sentido”
es falsa. Las proposiciones complejas (4.003). El ámbito de todo aquello que el
constituyen la mayor parte de nuestra lenguaje no puede describir ni analizar, es
proposiciones verbales. Su verdad o false- lo “inefable”, es el espacio de los misterios
dad -Wittgentein habla de “función de

5 Las citas son del Tractatus Lógico-Philosophicus. Alianza Editorial, Madrid, edición de 1985.
122 / Victorino Zecchetto

e interrogantes que no pueden ser repre- - En primer lugar el lenguaje es una


sentados, ni dichos, por tanto: “de lo que actividad humana que responde a las ne-
no se puede hablar, mejor es callarse”(7). cesidades y exigencias de relación, com-
prensión y manejo de la vida. Por consi-
“Investigaciones filosóficas” y los juegos guiente, la comprensión de una expresión
del lenguaje lingüística no depende sólo de la estructu-
ra preestablecida de un idioma, sino que
En esta segunda obra Wittgentein revi- está integrada a múltiples factores extra
sa y cambia profundamente su postura lingüísticos.
anterior expresada en el Tractatus. Admi- - Esto presupone aceptar que la lengua
te que la comprensión de la realidad y del no es una simple nomenclatura. Las pala-
mundo, no proviene únicamente del len- bras o los términos, no son sólo “nom-
guaje reglamentado por la lógica y las ma- bres” o etiquetas que designan cosas, obje-
temáticas, sino también del lenguaje coti- tos o cualidades, sino verdaderos instru-
diano y ordinario que posee igualmente mentos dinámicos y vivos que la gente
sus propias reglas. Existen múltiples tipos utiliza para comunicarse con la realidad.
de lenguajes así como hay gran cantidad y De aquí surgen las múltiples formas de
clase de juegos: “(...) Hay innumerables usos del lenguajes y la diversidad de “jue-
géneros diferentes de empleo de todo lo gos lingüísticos” que se crean, según los
que llamamos «signos», «palabras», «ora- significados que los individuos quieran
ciones». Y esta multiplicidad no es algo fi- darle. Nosotros usamos el idioma libre-
jo, dado de una vez por todas; sino que mente para construir realidades según los
nuevos tipos de lenguaje, nuevos juegos contextos humanos en que nos toca ac-
de lenguaje, como podemos decir, nacen y tuar. “¿Cuántas clases de proposiciones
otros envejecen y se olvidan.6 existen? Por ejemplo: aserciones, pregun-
Este nuevo enfoque condujo a Witt- tas, órdenes? De tales tipos existen innu-
genstein a proponer un análisis más an- merables; hay innumerables tipos de em-
tropológico y pragmático del lenguaje, y a pleo de todo lo que denominamos ‘sig-
explicar la novedosa teoría de los juegos nos’, ‘palabras’, ‘proposiciones’. Y esta mul-
del lenguaje, ciertamente la idea más sa- tiplicidad no es algo de fijo, dado una vez
liente y digna de ser tomada en cuenta. para siempre, sino nuevos tipos de len-
Sus principales conceptos al respecto, son guaje, nuevos juegos lingüísticos -como
los siguientes. podríamos llamar- algunos surgen y otros
envejecen y se olvidan.”7

6 Wittgenstein Ludwing: Investigaciones filosóficas. Ed. Crítica, Madrid 1988; nº 23


7 Ib. nº 23
La danza de los signos / 123

Dado que las situaciones de la vida co- los utilizan. El lenguaje no es un asunto
tidiana son variadas, utilizamos el idioma privado, sino que pertenece al patrimonio
para elaborar significados prácticos de público.
acuerdo con las circunstancias. Nuestras Allí los vocablos y los significados es-
expresiones verbales pueden ser exclama- tán sujetos a la evolución y a los cambios
ciones, preguntas, ruegos, retos, narracio- de las épocas y de los contextos. Las pala-
nes, chistes, elencos, saludos, ... etcétera. bras evolucionan, algunas crecen y otras
- El punto de vista de los juegos lin- se gastan y mueren, para dejar paso a
güísticos, conduce a un cambio profundo otras expresiones según las necesidades de
en el modo de pensar del lenguaje: los grupos humanos. La mayor o menor
Ante todo varía la consideración sobre eficacia (propiedad / corrección) lingüís-
el significado de los términos y de las ora- tica está dada por el uso que se instala en
ciones. El lenguaje expresa los pensamien- la comunidad. En definitiva es ella la que
tos humanos mediante la actividad reali- genera el lenguaje, la que crea modelos y
zada por signos, por tanto es el uso de és- establece las normas de su uso.
tos el que califica los significados de nues-
tro hablar. Wittgenstein formuló este 2. Hacia nuevos enfoques de la
principio: “el significado de una palabra pragmática
es su uso en el lenguaje.” O sea, el sentido
de un término depende de su ubicación Después de los estudios más estrecha-
dentro de cada juego lingüístico, no sólo mente vinculados al campo de la filosofía
de la noción formal de las palabras. del lenguaje, han surgido otras investiga-
Por tal motivo, y en segundo lugar, el ciones que abordaron temas específicos
lenguaje no es una entidad fija, sino flexi- de pragmática lingüística, aún sin desli-
ble, se construye y se desmonta a partir de garse completamente de la visión filosófi-
las variables cotidianas, de las costumbres ca. Para percibir el horizonte que abarcó
y circunstancias que hacen variar los usos el desarrollo y la investigación de la len-
y sentidos de los signos lingüísticos. Aquí gua en su desplazamiento hacia la prag-
se nota la estrecha vinculación de la prag- mática, creemos oportuno mencionar de
mática con la semántica. El significado de paso, a dos pensadores teóricos del len-
un discurso no puede desligarse de la di- guaje.
mensión práctica del uso de los signos y
a) Componiendo las piezas del lenguaje
lenguajes.
Finalmente, otra consecuencia de los Noam Chomsky (nacido en Filadelfia
juegos lingüísticos es que ellos circulan en 1928), es conocido como uno de los
bajo consignas comunitarias, es decir, es- principales investigadores contemporá-
tán sujetos al consenso de la sociedad que neo de lingüística. Propuso una línea de
124 / Victorino Zecchetto

indagación que se inspira en el neopositi- cuya tarea consiste en autorregular las


vismo, para detectar las leyes que compo- normas, que luego se configuran con las
nen la estructura fundamental del lengua- estructuras mentales. La de Chomsky es,
je humano. Su teoría de la “gramática ge- pues, una postura biologista, y con ella
nerativa” explica la lengua mediante ope- trata de explicar el complejo mecanismo
raciones de transformación de frases nu- del lenguaje. Sin embargo, las investiga-
cleares simples a otras frases complejas ciones de la ciencias biológicas no parecen
derivadas de aquéllas, siendo la gramática confirmar mucho su teoría.
misma la que genera dichos cambios.8
Chomsky constata dos niveles en el len- Luis Prieto (argentino nacido en 1926).
guaje, uno más abstracto regulado por la Su enfoque teórico es distinto y crítico
gramática, y otro nivel más concreto rela- frente al de Chomsky.
cionado con el uso concreto de la lengua. Trató de ensanchar la perspectiva re-
También propone la distinción entre duccionista del investigador norteameri-
“competencia lingüística”, o sea, la aptitud cano, que considera la lengua como un
de los hablantes que usan las reglas gene- correlato de alguna estructura biológico-
rales del idioma para comunicarse, y la natural. Prieto hizo valiosos aportes teóri-
“ejecución del idioma” que es el uso efec- cos en semiología, pero además llevó sus
tivo que hace una persona del mismo, en reflexiones al campo práctico del lengua-
situaciones concretas y con capacidad de je, que lo consideró como un instrumento
crear cantidades infinitas de mensajes.9 de valor pragmático. Su postulado central
Según Chomsky la competencia y el com- afirma que toda persona incorpora social-
portamiento hablante, supone la presen- mente el lenguaje en función comunicati-
cia, en cada individuo, de estructuras lin- va y referida a contenidos sociales y a las
güísticas innatas y universales que le per- exigencias prácticas de los sujetos. Por
miten aprender y desarrollar el idioma so- consiguiente, una lengua más que una es-
bre la base de estímulos y respuestas. Las tructura fija, es una actividad con dimen-
personas disponen de una función interna sión histórica, cultural, diversificada y
del lenguaje, una “gramática universal”, práctica.10

8 Noam Chomsky: Estructuras sintácticas. (1957). Edit. Siglo XXI, México, 1974
9 Esta temática la expone Chomsky en su obra Aspectos de la teoría de la sintaxis (1965). Edit. Aguilar, Ma-
drid 1976. Aquí Chomsky usa los términos competence y performance para designar lo que se ha tradu-
cido como competencia y ejecución. En 1986 hizo nuevos aportes publicando: El conocimiento del len-
guaje, origen y uso. Edit. Alianza, Madrid, 1989.
10 Luis Prieto trabajó en París y allí produjo sus escritos más significativos. Cabe señalar sobre todo los si-
guientes: Mensajes y señales. (1966) Ed. Seix Barral, Barcelona 1967; y Pertinencia y práctica. Ensayo de
semiología. (1975) Ed. Gustavo Gili, Barcelona 1977
La danza de los signos / 125

En la actualidad la Pragmática del len- sintaxis o de la semántica, para abocarse al


guaje humano corriente o “Pragmática in- modo y uso de la lengua en la vida de los
teraccional”, no mira tanto los problemas grupos y de los ciudadanos en sus contex-
filosóficos del lenguaje, sino que busca en- tos físicos, geográficos, económicos, polí-
tender los mecanismos que forman parte ticos y culturales.11
de las conversaciones y usos cotidianos de
la lengua. Se basa, pues, en el planteo con- b) Dos postulados pragmáticos
textual de los problemas, ensanchando así
el campo de su perspectiva. Esta pragmá- La pragmática tiene su teoría, no es un
tica se revela capaz de llenar el vacío que estudio desbocado y ajeno a la rigurosi-
deja el estudio demasiado teórico de los dad científica. Posee algunas nociones bá-
discursos enunciativos. Sabemos que el sicas que constituyen su andamio teórico
enfoque del “análisis de los discursos” es y que le dan base y coherencia a sus prác-
muy rico en estudios sobre los textos y ticas científicas. Fundamentalmente la
analiza asiduamente lo que quiere decir el Pragmática del lenguaje humano asume
emisor, sus intenciones y formas de emi- dos postulados epistemológicos:
tirlas. Es una posición científica legítima,
La comunicación humana es y se desarrolla
centrada en los discursos formales y, de
como una construcción social
modo especial, escritos, pero dice poco
sobre la práctica discursiva conversacional Las diversas formas de lenguaje, empe-
y cotidiana. Al abrirse esta nueva ventana zando del más importante que es el len-
de la pragmática interaccional, hubo una guaje verbal, son sistemas colectivos de
nueva mirada sobre el panorama del len- comunicación creados por las sociedades
guaje, una mirada -precisamente- “prag- humanas, y su finalidad apunta a poner
mática”. ¿Qué significa esto? Comúnmen- en relación a las personas, fomentar sus
te se entiende que un problema es “prag- vínculos y su interacción.
mático” cuando no depende sólo del len- Se ha investigado el influjo y la impor-
guaje -éste es sólo un problema lingüísti- tancia de los contextos sociales en las for-
co- sino del empleo concreto que se le da mas, en los giros y evoluciones de las len-
a dicho lenguaje. Por tanto, estudiar el guas. Éstas no se pueden desligar de la vi-
lenguaje humano pragmáticamente quie- da de la gente que las usa diariamente y
re decir apartarse del enfoque únicamente que le aplica aquellas variaciones semánti-
abstracto y teórico de los códigos, de la cas inherentes al proceso dinámico de to-

11 Un trabajo relevante sobre la interacción del lenguaje humano es el de Kerbrat-Orecchioni Catherine:


Les interactions verbales. Ed. Armand Colin, Paris, 1990, 1992, 1994 (tres tomos).
126 / Victorino Zecchetto

da comunicación humana. De hecho, las mas simultáneas de las conversaciones


fuerzas sociales y la vida ciudadana rigen diarias, de las potencialidades de la inte-
y gobiernan, en gran parte, el uso de los racción dialógica donde el lenguaje es ac-
sistemas lingüísticos, la práctica de los tivo y creativo, evoluciona y se enriquece.
idiomas y de los signos en general. Los La comunicación humana se desenvuelve
medios de difusión masiva asumen el len- en un contexto dinámico de construcción
guaje popular y pretenden reflejar así el permanente por parte de los actores que
modo como la gente se comunica en sus participan en ella. La pragmática interac-
sociedades. cional acuñó la noción de “competencias
Los seres humanos vivimos en perma- comunicativas” para referirse a las habili-
nente conexión comunicativa, participa- dades que utilizan los individuos al enca-
mos de la vida familiar, comunitaria y pú- rar adecuadamente las complejas situa-
blica que exigen el uso del lenguaje habla- ciones en las que se desarrolla la comuni-
do, pero también del cuerpo, de las vesti- cación humana.
mentas, de las expresiones no verbales de
la cara, de las manos y de otros recursos c) Descripción de las tareas pragmáticas
proxémicos. A menudo las circunstancias
y los eventos comunitarios de todo tipo, La Pragmática es una disciplina joven
son una fuente creativa de nuevas pala- si se la compara con el largo historial de
bras y signos, a causa de los nuevos códi- otras ciencias como la lingüística. La lin-
gos psicosociológicos que se imponen. En güística ciertamente influenció a la prag-
fin, nuestros discursos no son monólogos, mática y ésta, a su vez, tiene impotantes
sino el resultado de una constante partici- repercusiones en la lingüística. Pero es
pación en la vida con los demás. Somos preciso reconocer que los límites de la
seres dialógicos metidos en una corriente pragmática del lenguaje no están aún bien
comunicativa social, ya que es en la socie- definidos, y por este motivo son numero-
dad donde se construye el lenguaje. sas las definiciones o descripciones que se
le han dado. Ello demuestra la incerti-
La comunicación humana es dinámica dumbre en que está envuelta aún la discu-
y abierta, no una estructura estática sión científica. De todos modos, ya existe
consenso sobre algunos puntos considera-
El tradicional esquema: “Emisor dos rasgos constitutivos del perfil y del
-Mensaje- Receptor”, se elaboró en su objetivo de esta disciplina.
tiempo, para “detener” el flujo continuo La pragmática es el estudio relaciona-
de la comunicación y estudiarlo mejor en do con la práctica y los contextos del len-
sus componentes físicos. Pero teórica- guaje. Ella trata de comprender el funcio-
mente no sirve para dar cuenta de la dina- namiento y la estructura de los procesos
micidad de la comunicación, de las for- comunicativos de la lengua, y en conse-
La danza de los signos / 127

cuencia, tiene que ver con el análisis de las lan sus sentimientos o su modo de hablar
normas y principios que rigen la práctica tal como se producen en la vida cotidiana,
de las conversaciones, la forma interactiva en las conversaciones comunes y/o en si-
del lenguaje que mantienen los actores tuaciones discursivas similares reproduci-
humanos. Por tanto, el objetivo de esta das por los medios audiovisuales de co-
disciplina consiste en lograr una descrip- municación social (radio, televisión, ci-
ción pertinente de los fenómenos de co- ne...). En el centro de toda la investigación
municación interpersonal y comunitaria, pragmática, está la lengua oral o bien la
en sus múltiples aspectos y formas. Busca escrita, pero en sus formas dialógicas y en
investigar los hechos de la lengua en ac- un contexto de intercambio comunicativo
ción, los procesos comunicativos prácti- ordinario y familiar para darle sentido a lo
cos. En una palabra, se ocupa del idioma que nos pasa.
en movimiento, mientras se usa en forma La “pragmática” -de este modo- se
viva, y los efectos que él produce cuando une, a la semántica en busca de las “condi-
funciona en los grupos, y las interpreta- ciones de verdad” que el mundo de la co-
ciones que le da la gente a los enunciados tidianidad nos impele conocer. El campo
en determinados contextos. de los estudios pragmáticos es vasto, abar-
La pragmática tiene como clave de sus ca desde los actos lingüísticos hasta los
investigaciones la observación del mundo problemas de la pertienecia, de la inferen-
cotidiano, del conjunto de estados de co- cia, de la argumentación, de la verdad de
sas y nuestras reacciones frente a él a tra- los enunciados, del uso aproximativo de
vés del lenguaje. Ante la realidad busca- los términos, de la comprensión de los
mos y utilizamos el lenguaje que mejor contextos, las leyes del discurso, de la me-
nos dicta el sentido común, aquel que táfora y de la ficción. Por la extensión que
ayuda para dilucidar dudas, para adquirir denota, la pragmática tiene aplicaciones e
conocimiento, para comunicarnos, para implicaciones en otros contextos de cien-
describir, para entender y resolver proble- cias cognitivas, en informática, en psico-
mas. Las prácticas comunicativas ordina- logía, en filosofía.
rias y comunes, se presentan como una
red social en la que se entretejen múltiples Si resumimos lo explicado hasta aquí,
elementos que conforman el desarrollo de debemos decir que lo propio de la Prag-
la comunicación interaccional. Allí los su- mática es, entonces, el enfoque, el punto
jetos expresan sus formas mentales y de vista o ángulo desde el cual ella analiza
competencia simbólicas, usan dialectos o y se aproxima al lenguaje, y que consiste,
formas lingüísticas locales, utilizan estra- precisamente en prestar atención a las si-
tegias de persuasión, asumen roles y regu- tuaciones contextuales y prácticas del
128 / Victorino Zecchetto

idioma. Mientras los estudios lingüísticos existan miembros pertenecientes a varias


sintácticos y semánticos se ocupan gene- comunidades de habla, los cuales van
ralmente de cuestiones teóricas, la prag- adaptando y utilizando normas y conduc-
mática con ayuda de la sociolingüística, de tas lingüísticas según la comunidad en la
la etnografía de la comunicación y del que se mueven. Cuando los individuos de
análisis del lenguaje, analiza las estructu- una comunidad del habla entran en co-
ras que se instalan en la práctica de la co- municación, es posible observar la pre-
municación interpersonal. Busca descri- sencia de tres fenómenos de interacción:
bir las reglas que usan los hablantes al en- - La situación del habla: es aquel even-
tablar sus diálogos y conversaciones. to o situación donde no hay uso del habla
En cualquier caso no hay que olvidar (un desfile, unas ceremonias, juegos, actos
dos elementos que siempre están presen- oficiosos etc...).
tes en la pragmática del lenguaje y que la - El suceso del habla: es la comunica-
especifican claramente: ción lingüística que se verifica en una si-
tuación dada, y que constituye el marco
- En primer lugar el empleo del len- general donde acontecen acciones concre-
guaje tal como la sintáctica y la semántica tas de habla, por ejemplo, una clase, una
lo proponen a un grupo humano que reunión de familia, etc.
comparte un idioma. Esto quiere decir
que se asume el dato de la existencia del Podemos ejemplificar esto con un
sistema formalizado de una lengua. ejemplo. Un grupo de hinchas argentinos
- En segundo lugar las referencias a (= comunidad del habla) está ante el tele-
contextos o informaciones extralingüísti- visor mirando un partido de fútbol de su
cas que conducen a estudiar los sentidos selección (= situación de habla que como
conversacionales más allá de los límites tal no está sujeta a reglas del habla, si bien
estrictamente gramaticales de la lengua. ellas están como trasfondo). De pronto se
La instancia lingüística formal es interpre- produce un gol y la gente comienza a ha-
tada en la situación comunicativa. cer comentarios (= suceso del habla, es un
hecho que ocurre dentro de la situación
Complementarias a estas dos caracte- del habla) La toma de palabra de cada
rísticas de la pragmática, resulta útil men- persona para expresar su parecer consti-
cionar igualmente las siguientes nociones: tuye un acto de haba.
Estos conceptos son aplicables a cual-
- Comunidad del habla, expresión que quier experiencia humana de comunica-
indica a un grupo o comunidad humana ción, y tienen por finalidad distinguir los
que comparten las mismas formas y reglas componentes que integran la práctica de
para hablar. Es un hecho corriente que las conversaciones.
La danza de los signos / 129

3. Algunos investigadores ficos. Austin, en cambio, prefirió ocuparse


del lenguaje ordinario con otro estilo de
El estudio del lenguaje ordinario es trabajo, más ceñido a problemas particu-
deudor del esfuerzo de algunos investiga- lares, buscando clarificar cada aspecto de
dores que han clarificado conceptos y una cuestión, con rigor y método, y criti-
ayudaron a ubicar mejor ciertos proble- cando la tendencia de ciertos filósofos, de
mas. Nombraremos algunos autores, es- querer simplificar demasiado los proble-
pecialmente de la vertiente anglosajona mas.
que en este campo, han contribuido al co- Su obra principal y la más conocida es
nocimiento de la pragmática con aportes “How to do things with words” editada en
significativos. Oxford en 196212 En ella Austin plantea la
cuestión ¿qué hacemos con el lenguaje co-
a) John. L. Austin (1911-1960) mún y cotidiano? ¿por qué lo usamos de
una manera o de otra? A esta preguntas
El ingles John L. Austin se formó y en- trata de responder analizando las formas
señó en Oxford. Sus escritos sobre el tema corrientes de hablar.
del lenguaje cotidiano y ordinario, fueron
pocos, y sin embargo -a través de charlas, Planteo inicial
seminarios, conferencias- la influencia
que ejerció en el estudio de la pragmática Para entender las ideas de Austin es
ha sido enorme. Parece que las ideas del preciso conocer el modo como abordó el
último Wittgenstein no influyeron mucho tema del lenguaje ordinario. Su convic-
en Austin, ya que aquél, de la escuela de ción era que se debía superar la posición
Cambridge, tenía otra línea inspiradora estrecha de toda una tradición lógica y fi-
de pensamiento, ya que sus formulaciones losófica que sólo privilegiaba el lenguaje
tendían a satisfacer otros intereses filosó- descriptivo o declarativo, es decir, aquel

12 La publicación de esta obra ocurrió dos años después de la muerte del autor, y corresponde a la com-
pilación hecha por J.O.Urmsonde de una serie de conferencias dadas por Austin entre 1951 y 1955. Una
traducción española apareció en 1971 con el titulo “Palabras y acciones” (Edic. Piadós, Buenos Aires). En
1982, la misma editorial hizo una reimpresión titulada: “Como hacer cosas con palabras”, y es la que ci-
tamos nosotros aquí. Otro trabajo importante de Austin, pero menos conocido y en el que habla de la
distinción entre enunciados descriptivos y realizativos, es el artículo Performatif – Constatatif, que leyó
en 1958 en un simposio de Royaumont, y que luego fue publicado en la revista La Philosophie Analiti-
que. Cahiers de Royaumont, Philosophie IV. Paris, Les Editions de Minuit. 1963.
130 / Victorino Zecchetto

que describía sucesos o estados de cosas siones, la doctrina de los Infortunios”.14


del mundo. Con ese enfoque se atribuía a Para una justa valoración de las expresio-
toda expresión lingüística un carácter de nes verbales deben tomarse en cuenta las
“verdad o falsedad”. Sin embargo, esta di- circunstancias y la posición de los hablan-
visión de las expresiones en “verdadero / tes.
falso” es insuficiente para comprender la
dinámica del lenguaje. Austin, por tanto, Los enunciados realizativos
considera esa postura una falacia, porque
hay expresiones y frases que no son ni ver- En las modalidades lingüísticas Austin
daderas ni falsas, ya que no describen na- hace la distinción entre oraciones y enun-
da. Y pone este ejemplo: “Sí, juro, expresa- ciados. La oración es de estructura grama-
do en el curso de la ceremonia de asun- tical, por tanto abstracta porque es una
ción de un cargo. (...) Te apuesto cien pe- entidad formal no realizada. Los enuncia-
sos que mañana va a llover”. (...) Ninguna dos corresponden a la emisión concreta
de las expresiones mencionadas es verda- de oraciones por parte de un hablante. Es
dera o falsa.”13 El hecho de que haya fra- la realización efectiva de proposiciones en
ses que no expresan ni verdad ni mentira, un contexto específico y determinado. A
quiere decir que es necesario considerar- su vez, los enunciados pueden ser:
las desde otro ángulo. Para Austin algo es
falso no porque no corresponda a un no- - Constatativos: si se trata de “asercio-
hecho, sino porque corresponde incorrec- nes descriptivas”; Ej.: “El perro está en el
tamente a ese hecho”. Las expresiones patio”; “El cielo se está nublando”. Estos
“inadecuadas”, es decir, las que no son ni enunciados cumplen una función cogniti-
verdaderas ni falsas, Austin las denomina va ya que al relatar hechos, expresan si
infortunios, especialmente si se trata de ellos son verdaderos o falsos.
formalidades sociales mal ejecutadas o - Performativos o realizativos: si se tra-
transgredidas. En este caso la frase o la ex- ta de enunciados realizativos; éstos no tie-
presión lingüística mal dicha “no es en nen necesariamente la categoría de “ver-
verdad falsa sino, en general, desafortuna- daderos o falsos”, como ya explicamos
da. Por tal razón, llamaremos a la doctri- arriba. Por ejemplo, decirle a una persona:
na de las cosas que pueden andar mal o “¡Discúlpeme!”, es una expresión realizati-
salir mal, en oportunidad de tales expre- va que al mismo tiempo que dice, también

13 «Como hacer....” p. 46.


14 Ib. p. 55. Y a continuación Austin dedica extensas páginas para explicar todos los casos de “infotunios”.
La danza de los signos / 131

ejecuta. Se trata, pues, de enunciados no el lenguaje debemos asumir como unidad


cognitivos que sirven para manifestar de- práctica del mismo, los actos del habla.
seos o decisiones del sujeto que habla, o
destinados a influir sobre el oyente. En de- Los tres aspectos del “decir algo”
finitiva estas formas de oración o de
enunciados representan acciones no sólo Inherente al lenguaje está su propie-
palabras. Decir: “Me voy. Adiós”, o bien, dad activa. En ella fundamenta Austin la
“Ahora mismo te pago lo que debo”, son distinción de tres clases de actos lingüísti-
todos enunciados que expresan un tipo de cos:
acción. Por tal motivo afirma Austin: “el - El acto locutivo (locutionary act): es
acto de expresar la oración es realizar una la acción de hablar, la producción de “de-
acción ... es enunciar lo que estoy hacien- cir algo”. Este acto “equivale a expresar
do: es hacerlo”. Realizativo... deriva de rea- cierta oración con un cierto sentido y re-
lizar, que es el verbo usual que se antepo- ferencia, lo que a su vez es aproximada-
ne al sustantivo acción. Indica que emitir mente equivalente al significado en el sen-
la expresión es realizar una acción y que tido tradicional.”16 Es un acto locutivo,
ésta no se concibe normalmente como el por ejemplo, la expresión: “Ella me dijo:
mero decir algo.”15 ¡Acompáñalo!”.
Según Austin, la distinción entre - El acto ilocucionario (illocutionary
“enunciados realizativos” y “enunciados act): es lo que realizamos al decir algo, por
constatativos” no tiene límites definidos, ejemplo, cantar, aconsejar, pedir, interro-
porque todos los enunciados, por su pro- gar, explicar, ordenar, amenazar. “Pode-
pia dinámica de acción, tienden a desli- mos decir que realizar un acto locuciona-
zarse hacia el terreno de los realizativos. rio es, en general y por lo mismo, realizar
Está claro entonces, que el lenguaje no po- un acto ilocucionario, (...) es llevar a cabo
see sólo la función de informar, describir un acto al decir algo, como cosa diferente
o decir el estado de cosas, sino que cum- de realizar el acto de decir algo.” 17 La
ple también otras funciones, como por fuerza ilocutiva de un enunciado se mani-
ejemplo, realizar una acción. Para Austin fiesta a través del verbo (llamado perfor-
resulta esencial tomar en cuenta este fenó- mativo), ya que cada vez que cuando ha-
meno, porque en definitiva, para analizar blamos, de un modo u otro “realizamos

15 Ib. Confer.I p. 46, 47


16 Confer. IX p. 153. La traducción española de estas clases de actos ha sido doble: algunos autores prefie-
ren decir locucionarios, ilocucionarios, perlocucionarios. Otros han optador por los términos locutivo, ilo-
cutivo y perlocutivo.
17 I p. 143, 144
132 / Victorino Zecchetto

actos ilocutivos, tales como informar, or- varse). “Decir algo producirá ciertas con-
denar, advertir, comprometernos, etcéte- secuencias o efectos sobre los sentimien-
ra, esto es, actos que tienen una cierta tos, pensamientos o acciones del audito-
fuerza (convencional).”18 rio, o de quien emite la expresión, o de
- El acto perlocutivo (perlocutionary otras personas”. Pero quede claro que
act): se refiere a los efectos del decir algo. “Existe una diferencia entre lo que consi-
Por ejemplo, la mamá que le dice al chico: deramos la producción real de efectos rea-
“Andá a lavarte ahora mismo”, realiza un les y lo que consideramos como meras
acto lingüístico que consiste en una locu- consecuencias convencionales.19
ción (los términos dichos), una ilocución La importancia que han tenido en la
(una orden), y una perlocución (la inten- pragmática estos distingos de Austin, me-
ción de la mamá de inducir al chico a la- rece resaltarla en el siguiente esquema:

Actos de habla

Son enunciados pragmáticos que utilizamos en las comunicaciones ordinarias,


para expresar nuestro modo de estar en el mundo y en la sociedad.
El “acto de habla” es la unidad mínima del lenguaje conversacional
de la práctica verbal.
Hay tres aspectos en los Actos de habla:

Locutivo : Ilocutivo : Perlocutivo :


Es lo que hacemos al decir Son los efectos de decir
Algo: preguntar, pedir,, etc. Algo. Ej. “¡Ponte de pie!”

Es el acto mismo a!
¡Dame un ¡ T om
de hablar.
Es el decir algo ejemplar!

18 Ib. Confer. IX p. 153


19 Ib. p. 145, p. 147
La danza de los signos / 133

Austin observa que la distinción entre En conclusión, las investigaciones de


estos tres tipos de actos lingüísticos es me- Austin sobre los enunciados realizativos y
ramente teórica, porque en la práctica se su triconomía de los actos lingüísticos,
usan mezclándolos simultáneamente. Lo pusieron de manifiesto los vínculos exis-
cierto es que, en la práctica, “la que pare- tentes entre el lenguaje y la acción. Esta
ce crear más dificultades es la distinción idea fue un innegable avance para la prag-
entre ilocuciones y perlocuciones.”20 En mática del lenguaje corriente.
nuestro uso cotidiano, va implícita la in-
tención realizativa de lo que estamos di- b) Los Actos de habla en la teoría
ciendo y, al mismo tiempo, buscamos al- de J. L. Searle
gún tipo de efecto de las palabras que
emitimos. Pero es claro que lo que mani- John.L.Searle (1932) fue sobre todo un
fiesta el carácter ilocutivo o perlocutivo de filósofo del lenguaje. Antes de ocuparse de
un enunciado, depende del contexto en pragmática se interesó por el estudio so-
que se emite, referido a lugares y tiempos bre la “inteligencia artificial”, y en general
determinados. por las ciencias cognitivas. En la década de
Notemos la relevancia que tienen estos 1960 publica sus primeros trabajos si-
conceptos en el momento de estudiar el guiendo la línea filosófica de Austin y del
lenguaje ordinario, o cuando se analiza el segundo Wittgenstein. Su giro lingüístico
que reproducen los medios de comunica- hacia la pragmática adviene con el análisis
ción social. Los tres aspectos del habla se de los “speech acts“ (actos de habla). En
entretejen y manifiestan su fuerza de mo- 1969 publicó “Speech acts. An essay in the
do conjunto: los actos locutivos muestran philosophy of lenguage” (Cambridge). Y
los contenidos semánticos de las palabras en 1976 escribe “A Taxonomy of Illocutio-
y enunciados, la dirección ilocutiva los nary Acts”.21 Aún permaneciendo en la lí-
amplían con sus operaciones de afirmar, nea de la filosofía del lenguaje, Searle
amenazar, indagar... y finalmente el lado abrió caminos para una nueva investiga-
perlocutivo señala las repercusiones que ción pragmática, y reelaboró la teoría de
pueden producir tales actos: serenidad, Austin relativa a los actos lingüísticos.
miedo, fuga, alegría, envidia, ira, compa- Aquí explicaremos brevemente tan sólo
sión, etcétera. Se trata, por lo tanto, de los puntos centrales de su teoría de los ac-
prestar atención a la situación comunica- tos de habla, y dejamos de lado sus refle-
tiva en sus factores reguladores prácticos y xiones más filosóficas sobre el lenguaje.
teñidos de contextualidad.

20 Ib. Confer. IX p. 154


21 En castellano puede verse J. Searle: Actos de habla. Ed. Cátedra, Madrid – 1980. Los textos que citare-
mos a continuación corresponden a la edición de 1994.
134 / Victorino Zecchetto

El lenguaje: una actividad que tiene reglas Por esto, los modos de los acto del habla,
es decir, la emisión de una oración hecha
El punto de partida de Searle es el re- en condiciones apropiadas de acuerdo a
conocimiento del lenguaje como una ac- las normas establecida, pueden ser identi-
ción, como una actividad humana. Searle ficados mediante su diversidad ilocutiva.
percibió los límites que producía una ex- Hablar resulta ser el uso que hacemos de
cesiva atención por la sintaxis lógica de los los enunciados como una actividad con-
enunciados, era preciso, entonces, enfati- trolada por reglas: “Hablar un lenguaje es
zar la dimensión pragmática de la lengua. participar en una forma de conducta go-
Mediante los “actos lingüísticos” la bernada por reglas.”22 Representa, enton-
persona realiza actividades con el propó- ces, una forma compleja de actuar.
sito de alcanzar ciertos objetivos. En con- Searle reconoce que no se han estudia-
secuencia, el lenguaje no es tanto una for- do suficientemente las reglas de juego del
ma de presentar objetos, sino una manera lenguaje “Hemos aprendido a jugar el jue-
viva y múltiple de actuar. El mismo Witt- go de los actos ilocucionarios, pero, en ge-
genstein pensaba que los usos del lengua- neral, lo hemos hecho sin ninguna formu-
je son ilimitados, y que existen infinitas lación explícita de las reglas...”23 Se pro-
posibilidades expresivas, un abanico lin- pone formular dichas reglas para el uso
güístico universal y general, sin embargo del dispositivo indicador de fuerza ilocu-
no logró detenerse en el análisis de las de- cionaria. Las normas subyacentes que ma-
terminaciones propias que asumen las nejan y regulan la ejecución de todo acto
formas concretas del lenguaje. J. Searle, de habla con sus proposiciones literales o
por el contrario, sostiene que no existen estándar son:
innumerables formas de los usos lingüís-
ticos, sino que todo puede ser clasificado y - De contenido proposicional: prescri-
formalizado a partir de las finalidades ilo- ben las restricciones referidas al contenido
cutorias. Esta tarea es posible sobre la ba- de los enunciados con el fin de conectar
se del supuesto de que existe una relación las condiciones de análisis con la semánti-
de fondo entre significado literal y fuerza ca formal veritativa.
ilocutiva. Searle considera - al igual que - Preparatorias: son las reglas que deli-
Austin - que las oraciones son sólo frases mitan la situación en que los actos de ha-
abstractas hasta tanto no se concretizan bla tienen sentido, dictando los rasgos del
en actos de habla, que son las verdaderas contexto que están implicados por los ac-
unidades de la comunicación humana. tos de habla.

22 Actos de habla, p. 31
23 Ib. p.63
La danza de los signos / 135

- De sinceridad: tiene que ver con los está sometido a un ordenamiento: “...ha-
sentimientos y creencias del hablante y su blar una lengua consiste en realizar actos
intención de ejecutar lo que dice en el ac- de habla, actos tales como hacer afirma-
to lingüístico. Esta regla deriva del signifi- ciones, dar órdenes, hacer preguntas...; en
cado de los enunciados y de su fuerza ilo- segundo lugar... se realizan de acuerdo
cutiva. con ciertas reglas para el uso de los ele-
- Esencial: es la regla que corresponde mentos lingüísticos.”25
a la definición esencial del enunciado y en Según Searle, los actos de habla deben
la que se incluye la intención ilocutiva. Ya analizarse en términos de condiciones de
que el lenguaje proporciona a los hablan- éxito, y considerar el significado de cada
tes las formas adecuadas para expresarse, una de esas unidades analíticas compues-
esta regla corrobora el principio según el tas de dos elementos:
cual el significado del lenguaje correspon-
de a la intención del que lo usan. - un indicador proposicional: es el
contenido expresado en las proposiciones
A continación Searle cita un elenco de que se emiten;
géneros de actos ilocuionarios de acuerdo - un indicador de fuerza ilocutiva: que
a esos tipos de reglas: pedir, aseverar, muestra la dirección en que debe inter-
enunciar que, afirmar, preguntar, dar las pretarse la oración, es decir, señala el acto
gracias, aconsejar, avisar, saludar, felici- ilocutivo que se está realizando.
tar.24 Digamos que esta clasificación ma-
nifiesta un modelo más bien idealizado “Desde el punto de vista semántico
del lenguaje, en el que hay poco espacio podemos distinguir dos elementos (no
para el manejo de los contextos no predi- necesariamente separados) en la estructu-
cibles. Se nota aún mucho apego al signi- ra sintáctica de la oración, que podríamos
ficado literal de los enunciados. denominar el indicador proposicional y el
indicador de la fuerza ilocionaria.”26
Análisis de los actos del habla Véase en el siguiente ejemplo, la varie-
dad de fuerza ilocutiva que asume cada
En los actos de habla se produce la forma: Cecilia juega. ¿Juega Cecilia? ¡Que
convergencia o enlace entre el significado juegue Cecilia! Prometo que jugará Ceci-
de un enunciado y las formas verbales lia.
performativas. Esto surge del carácter La representación de la fuerza ilocuto-
convencional del lenguaje, que como tal ria de cada unidad mínima de la comuni-

24 Ib. p.74, 75
25 Ib., p.
26 Ib. p. 39
136 / Victorino Zecchetto

cación lingüística, es el punto central de convergen o cuando los enunciados utili-


las reflexiones de Searle, por eso le intere- zan formas que incluyen verbos perfor-
sa decir: “Estoy distinguiendo entre el ac- mativos explícitos (decir por ejemplo: «te
to ilocucionario y el contenido proposi- prometo…», «juro que…», «te sugiero
cional del acto ilocucionario”.27 que …», etc.). Searle insiste en no separar
La tarea analítica de los actos de habla, las condiciones ilocucionarias de su es-
es posible, porque hay una estrecha rela- tructura lingüística, es decir, de las reglas
ción entre los significados literales de los de juego sintáctico formal, de donde deri-
enunciados y su fuerza ilocutiva. En la va el sentido y la dirección de los enuncia-
práctica, al hablar emitimos palabras para dos. Si la forma es un condicional (por
expresar contenidos y con cierta forma de ejemplo: “Sería conveniente que fueras”),
dirección ilocutiva. el enunciado resulta ser un deseo; si la
“Los actos ilocucionarios y proposi- oración es un imperativo (“¡Salgan de
cionales consisten característicamente en aquí!”), el acto de habla es un mandato; si
emitir palabras dentro de oraciones, en la oración es una interrogación, el acto de
ciertos contextos, bajo ciertas condiciones habla será una pregunta. La fuerza ilocuti-
y con ciertas intenciones.”28 va está dada y depende de la forma lin-
Aquí nos encrontramos con la llamada guística, es parte constitutiva de la estruc-
hipótesis realizativa inherente al acto de tura sintáctica.
habla, según Searle. Si a semejanza de un De acuerdo con este punto de vista la
juego, el lenguaje está sometido a reglas, interpretación cotidiana de los enuncia-
quiere decir que el uso del idioma a través dos indirectos no literales, depende del
de actos de habla está íntimamente rela- proceso de traducción que se hace de la
cionado con la forma lingüística. Arriba fuerza literal que ellos tienen. Un acto lin-
observamos como Searle subrayó la rela- güístico sólo es posible descifrarlo si se da
ción que existe entre el significado de un la relación de uno a uno entre su forma li-
enunciado y su fuerza ilocutiva. Ahora teral estandarizada y la fuerza ilocutiva.
bien, esta relación permite establecer la Dicho de otro modo, la explicación for-
primacía de los actos verbales literales, malizante es la clave de interpretación del
puros o estándar, aquellos que ocurren significado del enunciado, porque cuando
cuando el significado del enunciado (por alguien profiere una oración intenta esta-
ejemplo una aserción, una pregunta o una blecer una correspondencia entre la es-
orden) y el significado de la oración (de- tructura sintáctica y la finalidad ilocutoria
clarativo, interrogativo o imperativo) del enunciado. La hipótesis realizativa

27 Ib. p. 38
28 Ib. p. 33
La danza de los signos / 137

sostiene entonces, que se da una identifi- hijo: “¿Podrías venir un momento a ayu-
cación entre ambos elementos de modo darme a mover la mesa?”, la expresión for-
que la forma sintáctica de la proposición mal del enunciado es la de una pregunta,
coincide con la fuerza ilocutiva que le se- sin embargo su fuerza ilocutiva es un
ñala el hablante. Prevalece por tanto, el mandato que corresponde a decir: “Ven
significado literal que es el responsable de acá y ayúdame”. En consecuencia, las ex-
imprimirle rumbo al significado del presiones literales contenidas en las cons-
enunciado. Existe, pues, una fuerza ilocu- trucciones gramaticales, pueden adquirir
tiva encerrada en la misma representación variadas fuerzas ilocutivas según los con-
sintáctica. En esto se fundamenta lo que textos en que se emiten.
Searle denomina condiciones de felicidad Searle no se detuvo mayormente en el
de los enunciados. Pongamos dos enun- análisis de los contextos lingüísticos. Hay
ciados: “Yo no sé si esta tarde vendrá Emi- que reconocer, sin embargo, que su teoría
lio” y “¿Pensará venir Emilio esta tarde?”. sobre los “Actos de habla” ha despertado
En ambos casos la fuerza ilocutiva es la interés entre los estudiosos del lenguaje
misma, y su sentido ya se halla implícito corriente, abrió nuevas y amplias perspec-
en la misma estructura sintáctica de las tivas en las investigaciones pragmáticas,
oraciones. enfatizando la competencia del sujeto en
Searle llega a la conclusión de que la las acciones lingüísticas. Además reafirmó
diferencia entre la semántica y pragmática el sentido del lenguaje, como una activi-
es bastante artificial y debería superarse o dad mental que surge de la conciencia del
eliminarse, porque -en definitiva- cada sujeto, y evitó la confusión conceptual de
acto de habla es convencional y depende separar el problema filosófico del proble-
de las reglas lingüísticas. ma científico, la existencia de fenómenos
Es preciso aclarar, sin embargo, que la mentales como si fuesen independientes
hipótesis realizativa resulta difícil de en- del mundo físico. 29
tender cuando se trata de actos lingüísti- Respecto a la valoración global de su
cos indirectos, cuya fuerza ilocutiva no es pensamiento, Searle pide que se haga exa-
dependiente sólo de componentes sintác- minando de modo serio el conjunto de su
ticos, sino que su valoración brota de los teoría: “El modo de valorar la teoría es
contextos en que se producen los inter- examinarla en términos de la teoría gene-
cambios verbales. Si un papá le dice a su ral de los actos de habla.”30

29 Es reveladora su obra escrita en 1992: The Rediscovery of the Mind. MIT Press.
30 Ib. p. 163
Unidad 2
15. Austin, John. “Conferencia I”.
jueves, 18 de agosto de 2016
11:33 p.m.

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Notas sin archivar página 5
Notas sin archivar página 6
Notas sin archivar página 7
Unidad 2
16. Barthes, R.: “De la obra al texto”
Unidad 2
17. Ducrot -Todorov, “El texto como productividad”

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