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Universidad Nacional de Colombia.

Facultad de Ciencias Humanas.


Departamento de Filosofía.
SFA. Inteligencia Animal.
Paola Andrea Quiñones Rico.

Libro VIII H.A.: gradualidad, función y fin.


Para profundizar en el libro VIII de Investigación sobre los animales y su relación con la inteligencia animal, la
siguiente ponencia la voy a dividir en cuatro partes. Primero, voy a hablar de la relación entre libro I y libro
5VIII, en concreto expondré i) cómo plantea Aristóteles el panorama general de la clasificación de los animales
en el libro I y ii) cuál es el aspecto de ese panorama que toma el autor para ser desarrollado en el libro VIII, a
saber, los modos de vida de los animales. Segundo, abordaré, a partir de lo expuesto anteriormente, la escala de
la vida que se propone en ambos libros, exponiendo la gradualidad que hay entre los seres vivos según unos
criterios específicos que mencionaré más adelante (en esta sección haré unas precisiones sobre la relación que
10guardan estos libros con la inteligencia animal). En un tercer momento, voy a esbozar dos casos que, según veo,
podrían guardar alguna continuidad con los temas de gradualidad, función y fin, esto con el propósito de
evidenciar cómo la gradualidad en la escala de los seres vivos tiene una influencia directa en la función y el fin
del animal. El primer caso será hacer un paralelo entre el gusto de la serpiente por el vino y su no control del
deseo y, por otro lado, las personas cuyo modo de vida está enfocado en el placer 1. El segundo caso, y quizá
15forzando demasiado la lectura de este texto, es sobre por qué el pulpo no puede comerse a sí mismo, no
hablando en términos de evidencia empírica que lo demuestra sino en términos de no tener cabida en el corpus
aristotélico. Por último, haré unos comentarios finales en los que pienso realizar una transición entre lo dicho en
el libro VIII y lo que vendrá en el libro IX.
Introducción.
20Aristóteles en el libro I de Investigación sobre los animales examina las características que componen la vida
animal y, de acuerdo con esto, realiza una taxonomía de ella. Dicho examen muestra cuáles serían algunos de
los criterios por los que sería adecuado realizar la taxonomía animal, es decir, expone en qué sentido se puede
hablar de distinciones entre las especies y, a su vez, puntualiza cómo es posible decir que hay similitudes entre
las especies. El autor señala por lo menos cuatro puntos claves para examinar estos rasgos, a saber, las partes de
25los animales, los modos de vida, las actividades que realiza y el carácter del animal (Cf.HA.487b 11 – 13). Hago
énfasis en que son rasgos que destaca y no una clasificación pues, apoyándome en Depew, no parece posible
que Aristótetes quiera dar una clasificación exhaustiva de las clases de animales (Cf.Depew.162). Ahora bien,
las distinciones entre especies que, en gran medida, nos ayudarán a entender los capítulos VIII y IX de este texto
serán, por un lado, los modos de vida y, por otro, el carácter.
30Para Aristóteles, en el libro I, la clasificación según el modo de vida en el animal refiere a la forma en que
respiran, el lugar donde viven, la forma se desplazan, aquello de lo que se alimentan, si son animales gregarios,
mixtos o solitarios, la manera en que se reproducen, etc. Por esto vemos en estas secciones, las referentes a los
modos de vida, que las diferencias son de tipo, por así decirlo, biológico. Sin embargo la clasificación que
refiere al carácter no parece ser de este tipo, según las descripciones dadas en el libro I el carácter tiene un tinte
35más psicológico que biológico2. Lo anterior lo podemos evidenciar en 488b 11 – 29 de Investigación sobre los

1
Este tema se desarrolla en Ética a Nicómaco I, capítulo 5.
2
Esta distinción de lo biológico y lo psicológico lo baso en el trabajo hecho por Ross. Si bien no hace la distinción en la que diga
qué partes refieren a lo biológico y qué partes a los psicológico, considero que es posible separarla de esta forma, por lo menos,
en libro I y libro VIII.
5 1
animales, allí podemos ver que una forma en que se diferencian los animales es por medio de rasgos del carácter
que distinguen a la especie, por ejemplo, la zorra es astuta y malvada o los leones son nobles, bravos y bien
nacidos3. Sin embargo, este tema corresponde directamente al libro IX, lo que nos ocupa para esta sesión, el
libro VIII, tiene como tema principal el modo de vida de los animales.
40El libro VIII de Investigación sobre los animales desarrolla cómo la alimentación y las costumbres son los
factores que permiten la variabilidad entre el comportamiento y los modos de vida de los animales ( Cf.HA.588b
16-18). Por esto Aristóteles dedica todo este libro a examinar las diferencias que hay en la alimentación de los
animales terrestres y los acuáticos, el lugar donde comen y el lugar donde permanecen, las migraciones,
llegando al punto de describir qué enfermedades podrían padecer los distintos animales. Sin embargo en este
45trabajo no me voy a centrar en los aspectos netamente biológicos de los animales, voy a desarrollar dos puntos,
a saber, la escala de los seres y la relación gradualidad, función y fin entre los animales –este segundo punto no
se trata de forma explícita en este capítulo pero es posible rastrear los temas en él.
La escala de los seres.
Quizá uno de los elementos más valiosos de este libro es la gradualidad que dice Aristóteles se presenta desde
50los seres inanimados a los seres animados. Para él hay una especie de continuidad entre ambos grupos pasando
de los inanimados a las plantas, de ellas a un cierto tipo de animales que no presentan movilidad o no son
independientes de otros objetos o animales para sobrevivir y así sucesivamente. Cabe aclarar que todos estos,
tanto plantas como animales, compartirían un primer “estadio” en la escala de la vida que sería la facultad
nutritiva; sin embargo si nos enfocamos en la gradualidad que hay dentro de los animales, podemos notar que
55aun cuando todos comparten la facultad sensitiva, aquellos animales que se ubican en partes superiores en la
escala tienen mayores niveles de sofisticación en lo que se referiría la facultad sensitiva que los que se
encuentran en partes inferiores (Cf.HA.588b 5 - 29)4. Ahora, esta continuidad permite dar cuenta de cómo las
diferencias entre los hombres y los animales también son graduales, como explicaré a continuación.
En un primer momento Aristóteles habla de una cierta diferenciación entre la notoriedad de los estados
60psicológicos de los animales y de los humanos, siendo los primeros menos notorios que los segundos. De esta
forma podríamos identificar docilidad o ferocidad, temor u osadía, en un plano intelectual una especie de
sagacidad. Todos estos estados psicológicos que hay en el animal tienen una cierta analogía con los estados
psicológicos del hombre, por ejemplo: la ferocidad en el animal es análoga a la ferocidad del hombre en el
mismo sentido en que una garra es análoga a una mano (Cf.HA.588ª 16 - 24). Ahora, es posible decir que esa
65analogía que plantea Aristóteles tenga como trasfondo una gradación entre el animal y el hombre, el que se
hable de notoriedad podría referirse a una limitación en los animales que no permite que el carácter de ellos se
desarrolle de forma distinta a la establecida en la especie, mientras que en el humano si nos es posible hablar de
lo distinto que es el carácter si pasamos de una persona a otra. Por esto podríamos decir que en el animal el
carácter no varía entre individuos de la misma especie y en el hombre si hay una variación entre los individuos
70de la especie.

El segundo momento, y quizá lo que más relevancia tenga en este seminario, es la relación análoga y la
gradualidad que hay entre las cualidades de los animales y las cualidades de los hombres, pues como plantea el
autor unas cualidades se presentan más en los animales y otras más en los hombres. Ahora, aquello que nos
interesa para dar cuenta de la inteligencia animal está en la analogía entre el arte, la sabiduría y la inteligencia
75que se presenta en el hombre y una facultad natural que se presenta en algunos animales (Cf.HA.588ª 29 - 31).
3
Hago énfasis en que son rasgos distintivos de la especie pues, por lo menos en los libros I y VIII, los ejemplos dados no parecen
referir a un miembro particular de una especie, lo que por el momento nos permite sostener que solo en los hombres es posible
tener una gradación interna de la especie.
104 Aclaro que en ningún momento se habla de facultad nutritiva o sensitiva en esta parte del texto, pero teniendo en cuenta que ya
vimos estas divisiones del alma me pareció conveniente empatar lo dicho aquí con lo que veníamos viendo.
Desde este punto se abre paso a una posible facultad análoga en el animal que permita hablar de inteligencia,
cabría mirar a qué tipo de inteligencia se refiere aunque posiblemente se refiera a una inteligencia práctica.
Hago esta sugerencia por lo que aparece en el pasaje 588 b 28, luego de señalar algunos comportamientos que
tienen los animales en lo que respecta al parto, crianza y alimentación de su prole, Aristóteles menciona que
80aquellos animales que son más inteligentes y que poseen la capacidad de recordar son los que suelen ser los
animales más sociales. Ahora, si ponemos todo lo que hemos visto en el transcurso del seminario en términos de
premisas con aquello que está sugerido en este libro, podemos decir que:
A) El animal no presenta facultad intelectiva, los hombres sí.
B) Solo los dioses y los hombres pueden acceder a la sophia.
85 C) Hay una facultad análoga en el animal a la inteligencia en el humano.
D) El que sea una facultad análoga mostraría que, al igual que con el carácter, podría haber una cierta
limitación en la inteligencia animal.
E) La inteligencia parece ser una de las condiciones necesarias para que algunos animales sean sociales.
Estos cinco puntos parecen vitales para poder defender que hay tipo de inteligencia animal, uno que apunta a la
90inteligencia práctica como aquello a lo que la facultad análoga podría acceder. Sin embargo me gustaría que
esto que acabo de mencionar se discuta en el seminario.
Un último momento de esta escala, pero no por eso el menos importante, tiene que ver, de forma implícita, con
el fin y la función de los animales. Ya habíamos visto en Ética a Nicómaco que el fin del hombre es la
eudaimonía, es decir, vivir bien y obrar bien. Ahora, en el libro VIII, si bien no se dice cuál es el fin de los
95animales de forma explícita, señala que los dos objetivos a los que se dirige el animal son a la reproducción y a
la alimentación. Si a eso le sumamos que se ha venido planteando en el seminario que posiblemente los
animales no puedan vivir bien, ellos solo podrían asegurar su supervivencia, este podría ser su fin. Podemos,
con todo lo anterior, hacer ya una hay una jerarquía teleológica donde en fin de los animales se ubicaría en una
posición inferior a nuestro fin ya que el nuestro, por lo expuesto en la ética, va más allá de la mera
100supervivencia. Si lo planteamos en términos de continuidad, podría decirse que el fin de los animales, la
supervivencia, es condición necesaria pero no suficiente para conseguir nuestro fin, vivir y obrar bien. Habría
aquí una continuidad y no una mera separación tajante entre los fines. Luego de intentar mostrar, en todo lo
anterior, la escala de la vida, considero conveniente pasar al estudio de casos y su relación con la gradualidad,
función y fin.
105Estudio de casos.

Como expuse en la parte anterior, el libro VIII no muestra el carácter de los animales y tampoco muestra rasgos
en los modos de vida que se puedan asociar a inteligencia animal, sin embargo sí muestran cierta relación entre
los modos de vida del animal y un posible paralelo con los modos de vida del hombre5. De esa relación intentaré
sacar el estudio de casos para exponer gradualidad, función y fin.
110El primero de los casos es el de la serpiente que es incapaz de dominar su inclinación por el vino ( Cf.HA.594ª 9
- 12). En Ética a Nicómaco se vio como habían modos de vida en que se consideraba a la felicidad como el
placer, como la vida entregada a la gratificación. Se dijo que este modo de vida era propio de las bestias pues
son ellas quienes procuran vivir de acuerdo al placer que les provoquen ciertas actividades. Podríamos decir que
en el caso de la serpiente ella no tiene la capacidad para contener ese deseo y por eso muere ahogada en un vino
115–literalmente-. El alcohólico, por el contrario, tiene la capacidad de contener el deseo por el alcohol pero aun así
no lo hace y muere ahogado en el vino -literal o figurativamente-. Ahora bien, en la serpiente no parece claro

5
En la sección final plantearé una conexión entre la inteligencia animal y el carácter de los mismos.
3
15
que se pueda establecer una continencia a esa apetencia que tiene frente al vino, su modo de vida es tal que no le
da esa opción, sin embargo el hombre si puede contenerse de vivir una vida de gratificación.
Aquí me gustaría sugerir como discusión para el seminario examinar hasta qué punto se puede decir que en la
120ética a Nicómaco, por un lado, y en la Investigación sobre los animales, por otro, el término ‘modo de vida’
tiene la misma significación. 'Modo de vida' en ética a Nicómaco se puede tomar como una vida que se puede
elegir, 'modo de vida en' Investigación sobre los animales no parece permitir elección. Ahora, a partir de lo
anterior surge otra duda con los animales y el modo de vida. En alguna sesión se comentó que el elefante
contiene su deseo sexual si la elefanta está embarazada y pareciera que fuera con miras a proteger la cría , sin
125embargo en este libro no vemos que haga mención de esto. Es posible que se muestre en el libro IX que trata
sobre el carácter. Si nos preguntamos cómo se da la continencia en animales, debemos preguntarnos si hay una
relación entre la continencia y el carácter, de ser así hay que saber cómo se da. Más aún, falta preguntarnos por
la relación que tiene el modo de vida con el carácter en el animal, en principio uno pensaría que dependiendo
del modo de vida se da un carácter pero por el momento no nos es posible responder a esta cuestión . Una última
130pregunta refiere al gusto de la serpiente por el vino. Si tomamos que el fin de los animales es la supervivencia,
cómo podemos entender casos como este donde el gusto por el vino llevó a la serpiente a ahogarse. ¿Cómo
podemos hablar de alcanzar fines en los animales si tomamos como su fin la supervivencia cuando se nos
presenta el caso de la serpiente, prefiere el vino hasta el punto de ahogarse en él? ¿La serpiente cumplió su fin
incluso cuando se ahogó en el vino?
135El segundo caso es un poco más problemático de desarrollar. El anterior caso tiene un fundamento, puedo pasar
de la ética a este texto y podría hacer un contraste en los planteamientos aristotélicos de ambos textos, sin
embargo el siguiente quizá es una mera especulación de por qué el pulpo no se come a sí mismo. Aristóteles en
591ª 1 – 7 menciona que el pulpo no se puede comer a sí mismo, que pese a la opinión común lo que realmente
sucede es que el pulpo al combatir con otros animales hacen que él pierda tentáculos. Ahora, en Ross vemos que
140muchos de los ejemplos contados por Aristóteles en este libro se tratan de historias contadas por pescadores,
cazadores y demás (Cf.Ross.118). Sin embargo esta opinión particular, que se encuentra en trabajos y días 525
de Hesiodo, se rechaza sin mucha argumentación.
Uno podría decir que hay dos vías para decir esto; la primer, Aristóteles tuvo un acercamiento al estudio de los
pulpos y determinó empíricamente que no podrían comerse sus propios tentáculos o, la segunda, el que se coma
145sus tentáculos no parece que sea algo posible si miramos que el pulpo debe asegurar su supervivencia y el
comerse a sí mismo no parece un acto de supervivencia. Actualmente se sabe que el pulpo si lo hace y que ese
comerse los tentáculos es un comportamiento que efectivamente asegura su supervivencia. Pero en el caso de
Aristóteles, si no es un dato empírico, ese tipo de comportamiento animal podría tomarse como algo que va en
contra de la función del animal y por eso ni siquiera lo considera posible. Podría interpretarse que el que el
150pulpo se coma a sí mismo atentaría con el fin del animal de sobrevivir 6. Dentro del corpus aristotélico no es
válido pensar que un animal no logra su fin, pero en el humano esto es posible si el hombre no lleva una vida
conforme a la virtud. Esto de nuevo nos remonta al caso de los humanos, los humanos pueden no cumplir su
función, pueden vivir una vida que no sea vivir bien y obrar bien. La pregunta sería si el caso del pulpo
mostraría que el pulpo no puede no cumplir su función y en el caso del humano si puede no cumplirla, además
155de preguntarse hasta qué punto uno puede decir que el humano no puede cumplirla.

Comentarios finales.
Admito que resultó ser un reto hacer el estudio de casos en este libro, no hay mucha referencia al
comportamiento inteligente del animal pero eso puede tener una razón de ser. Lo que voy a plantear a

6
si no se tiene el dato de que lo hace para sobrevivir.
continuación es un tanto arriesgado y está basado en una intuición vaga, pero quizá sea posible plantear que no
160hay referencia al comportamiento inteligente en este libro porque esto no haría parte del modo de vida del
animal sino, por otro lado, al carácter del mismo. Puede que las circunstancias en las que se encuentran los
animales sean las mismas, que tengan una alimentación y un habitad similar y aun así unos se comporten de una
forma y otros de otra; el caso de la sepia, que es sagaz, y el pulpo, que es estúpido, planteado por Aristóteles en
el libro IX. Ahora, cabría mirar qué consecuencias tiene el hecho de ver al comportamiento inteligente como
165parte del carácter y no como un modo de vida, lo cual dejaría como un posible tema de discusión. Primero, se
debe mirar si es posible pensar la inteligencia como parte del carácter del animal y de ser así, segundo, hay que
buscar cuáles serían las consecuencias trae esto.
Ahora, hay una parte que no quedó mencionada en la sección de escala de los seres refiere a la semejanza en el
carácter que hay entre los animales y los niños, mostrando que el carácter de un hombre puede ser idéntico,
170parecido o equivalente al de los animales (Cf.HA.588ª 31 - 588 b 4). La razón por la cual no mencioné nada de
esta parte es porque será tocada en la siguiente sesión con el libro IX, sin embargo una duda que surge es cuál es
la relación entre el modo de vida y el carácter. ¿Por qué separar modo de vida de carácter? Si recordamos ética
a Nicómaco en nosotros el carácter estaría asociado con el modo de vida, en el animal esto no es tan claro.
Bibliografía.

175  Aristóteles. Investigación sobre los animales, introducción de Carlos García Gual, traducción y notas de
Julio Pallí Bonet. Madrid: Gredos, 1992.
 W.K.C. GUTHRIE. Historia de la filosofía griega. Tomo VI. Traducción Alberto Medina González. Madrid:
Gredos, 1993
 Ross, David. Aristotle Biology. Capítulo 4. Londres y Nueva York, Routledge. 1995.

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