Está en la página 1de 3

CONMEMORACIÓN DE LOS 150 AÑOS DE NUESTRO QUERIDO MUNICIPIO

DE SOCHA

Apenas se disponía la comunidad a entrar a la iglesia, cuando cerca de éste lugar


se escuchaba el galope de caballos y pasos de personas que se acercaban a
curiosear de quienes se trataba. Estos, al ver que venían personas humildes, que
reflejaban en su rostro cansancio, con sus cuerpos casi desnudos, temblando de
hambre y de frío y muy débiles al andar, decidieron dar parte al sacerdote del
pueblo, quienes le dieron a conocer que se trataba del ejército del Libertador
Simón Bolívar. Entonces, todos los allí presentes, no dudaron en recibirlos,
atenderlos y servirles con alimentos, ropa y algunas medicinas propias de la
región para curar sus heridas en sus frágiles cuerpos y en esos destrozados pies
descalzos, queriendo así fortalecer a la tropa que debía continuar su marcha.

El sacerdote del pueblo, muy comprometido con la causa, de inmediato pidió a


sus feligreses ayudar cada quien de acuerdo con sus posibilidades y de la misma
forma, pidió al sacristán el repique de campanas, estas sonando cada vez más
extrañamente y de manera tan apresurada, lo cual hacía que cercanos y lejanos
de aquel lugar, corrieran a saber de tal acontecimiento.

Al entrar Simón Bolívar y sentir tan importante acogida para él y los suyos, mostró
un gran gesto para con toda ésta población, lo cual dio origen a detener el viaje,
aceptando quedarse al menos una noche para descansar allí, recobrando fuerzas
y poder así continuar la marcha hacia el tan anhelado triunfo.

Fue justo, en esos precisos momentos, cuando de entre la multitud, se acercaba


presurosamente una niña de apenas 13 años de edad, quien heroicamente de su
propia voluntad y sin reparo alguno, se despojó de su bonito vestido para arropar
a uno de los caminantes de la patria.

MATILDE, es el nombre de tan admirable niña quien, dirigiéndose a Simón


Bolívar, le dijo: Mi amo Bolívar, éste es mi vestido de frisa, hecho con éstas
manitas que seguramente abrigará a uno de sus hombres en la larga travesía que
les espera. El Libertador SIMÓN BOLÍVAR, con un gesto de admiración, abraza a
la niña y lo recibe con tanta satisfacción y guardando entre sí aquel gesto tan
significativo de aquella pequeña.

Este acto tan ejemplar fue la muestra y la marca indeleble en la historia de


Colombia, y que hace realce de nuestras mujeres y hombres sochanos, que
desde aquel tiempo nos ha caracterizado como gente admirable, deprendidos y
siempre listos a acoger y a servir desinteresadamente a propios y a extraños en
nuestra tierra.

Ante tanta solidaridad, ya más animado y tranquilo Bolívar, junto a su tropa,


sintieron el calor humano de los sochanos, quienes, a su vez, festejaron éste gran
paso y como un bonito y tradicional gesto de agrado al observar las buenas
intenciones de esta maravillosa gente, junto a ellos comieron, saciaron su sed y
con tanta dicha y regocijo, no pudo faltar la alegría de una buena danzadita,
disipando por un momento las hazañas y sufrimientos vividos desde el inicio de
ésta travesía y sobre todo, por el duro páramo de Pisba, pero siempre firme,
dispuesto, fuerte y cada vez más decidido a ganar y triunfar en esta batalla.

Es así comunidad sochana, que una vez más, hoy el frío, el miedo y la presencia
de una pandemia, nos acompaña, pretendiendo intimidarnos y aislarnos, sin
embargo como en tantas otras ocasiones, resistimos, nos cuidamos haciendo lo
posible por salir adelante, y aunque un poco atemorizados pero con mucho más
ánimo, queriendo ganar otra nueva batalla, hoy nos encontramos celebrando y
recordando con un gran sentimiento patrio, parte de algunos de los
acontecimientos que han hecho resonar el nombre de nuestra gloriosa: SOCHA
NODRIZA DE LA LIBERTAD, terruño hermoso, tan reconocido y enmarcado
en la gesta libertadora y por siempre en la historia de Colombia. Seguimos
siendo los sochanos, ese mismo tipo de gente, emprendedora, pujante y
aguerrida y con ese mismo carácter y calor humano con el siempre y en cualquier
parte de la tierra nos identifican, y que como aquella humilde pastorcita MATÍLDE
ANARAY, para orgullo y honor de nuestra tierra, hoy en éste bello acontecimiento
de los 150 años de nuestro pueblo, proclamamos a viva voz, QUE VIVA SOCHA,
LA TIERRA QUE VISTIÓ A LA PATRIA Y QUE, SI FUESE NECESARIO, NO
DUDARÍAMOS EN VOLVERLO A HACER. Una vez más… QUE VIVA SOCHA
NODRIZA DE LA LIBERTAD. VIVA, VIVA, VIVA.

Maresh/2020
RESEÑA HISTORICA DE LA LLORONA

Cuenta la historia de la cultura popular que en tiempos pasados aun cuando


no existía el instituto colombiano de bienestar familiar que algunas mujeres
cuando tenían hijos no deseados se sometían a todos los trabajos del
parto solas y que después abandonaban a sus hijos en los zanjones para que
nadie se enterara de su existencia.

Con el tiempo aparecía el arrepentimiento de la madre por su hijo, cuentan


que la mujer regresaba a la quebrada para buscarlo y que su presencia se
notaba por el llamado de DONDE ESTA MI HIJOOOOO y por unos llantos y
vertidos aterradores, aunque el diablo es amigo de las cosa malas en este
caso no le perdona a la llorona y las castiga con una garrotera para que
nunca regresará a buscar la cría.

Así nace la historia de la llorona soraca que según nuestra cultura en nuestra
vereda se ha escuchado por los caminos y zanjones causando miedo a los
novios nocturnos, mujeriegos y los borrachitos.

También podría gustarte