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Lucas 14:25-33 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y
no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no
puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después
que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer
burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al
marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente
con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía
lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que
no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Mateo 8:20 Jesú s le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; má s el Hijo del
Hombre no tiene dó nde recostar su cabeza.
Mateo 16:24 Entonces Jesú s dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Lucas 18:22 Jesú s, oyendo esto, le dijo: Aú n te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo
a los pobres, y tendrá s tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Juan 6:66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrá s, y ya no andaban con él.
Motivaciones
Juan 6:26 Respondió Jesú s y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscá is, no porque
habéis visto las señ ales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
Hechos 8:18-21 Cuando vio Simó n que por la imposició n de las manos de los apó stoles se
daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que
cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu
dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No
tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazó n no es recto delante de Dios.
Lucas 10:20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que
vuestros nombres está n escritos en los cielos.
Juan 3:27-30 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del
cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado
delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado
y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Es
necesario que él crezca, pero que yo mengü e.
Lucas 18:10-12 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no
soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adú lteros, ni aun como este publicano; ayuno
dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mateo 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipó critas; porque ellos aman el orar en pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que
ya tienen su recompensa.
Obligaciones
1Cor. 9:16-18 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y !!ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena
voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisió n me ha sido encomendada.
¿Cuá l, pues, es mi galardó n? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio
de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.
Mateo 6:19-21 No os hagá is tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde
ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí
estará también vuestro corazó n.
Colosenses 3:23-24 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazó n, como para el Señ or y no para los
hombres; sabiendo que del Señ or recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el
Señ or servís.
Recompensas
Mateo 25:21 Y su señ or le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho
te pondré; entra en el gozo de tu señ or.
1 Corintios 15:58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la
obra del Señ or siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señ or no es en vano.
Gá latas 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos.
Lucas 18:29-30 Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o
padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho má s
en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.
Marcos 9:41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo,
de cierto os digo que no perderá su recompensa.