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Universidad Catolica Tecnologica del Cibao

Maestra:

Alumna: Bellaniris Valenzuela Ortiz

Matricula: 2018-1362

Materia:
Tema:
Fecha de entrega: -02-2021
LA ANSIEDAD, ESPECIALMENTE LA ANSIEDAD QUE SIENTEN LOS ALUMNOS EN AULAS
DE CLASES.

¿Cómo afecta la ansiedad en el aprendizaje de los alumnos?


Altos niveles de ansiedad reducen la eficiencia en el aprendizaje, ya que
disminuyen la atención, la concentración y la retención, con el consecuente
deterioro en el rendimiento escolar. Los muy ansiosos tienen dificultades
para poner atención, se distraen con facilidad.

¿Qué es la ansiedad en el aula?


A veces la ansiedad es fácil de identificar, como cuando un niño se siente
nervioso antes de un examen escolar. Otras veces, la ansiedad en el salón
de clases puede lucir como algo completamente diferente: un malestar
estomacal, una conducta problemática o agresiva, TDAH o incluso un
trastorno del aprendizaje.

Estudios con universitarios han mostrado algunos de los factores que


más motivan a los estudiantes, como el entusiasmo del profesor, el
material de trabajo y su nivel apropiado de dificultad, la organización
de la asignatura, la participación activa de los alumnos, la variedad en
el uso de tecnologías docentes, y la conexión entre el profesor y los
estudiantes.

El autor sugiere, a continuación, algunas técnicas precisas para


motivar a los chicos en el aula.

Empezar por conocer a los estudiantes. La presentación inicial de todos los miembros
del grupo no sólo es necesaria para intentar conectar con los chicos, sino también para
conocer sus fortalezas y debilidades. Sancho recomienda, para el primer día de clases,
pedir que hagan fichas con su nombre y el interés que tienen por la asignatura y dejar
que lo expongan.
Demostrar entusiasmo. “Si estás apático o aburrido, los estudiantes también lo
estarán. Dicho entusiasmo viene muchas veces del gusto por la materia o por el
genuino placer de enseñar. Se nota cuándo a un profesor le gusta enseñar”, escribe el
autor.
Dedicar tiempo a cada alumno. Hay que recordar que cada alumno tiene necesidades
y competencias distintas. En la medida de lo posible, intentemos individualizar la
enseñanza: reconocer a cada estudiante, checar su trabajo regularmente, apoyar su
aprendizaje, e informarle de manera individual sobre su proceso.
Mantener altas expectativas. Es deseable mostrar confianza en los estudiantes con
frases de motivación (“puedes hacerlo”) y consejos prácticos (tiempo de estudio,
realización de problemas). “Animarlos no sólo a aprobar, sino a aprender”, dice el
autor.
Señalar la importancia de la asignatura. Explicar por qué la materia es importante y
cómo puede ser de utilidad en su vida profesional.
Variar los métodos de enseñanza. Por todos los medios hay que evitar el aburrimiento
y la rutina: intentar que cada clase sea una aventura nueva. Escuchar es importante,
pero recordemos que el alumno aprende más haciendo, construyendo, diseñando,
creando, resolviendo. “El aprendizaje mejora si se obliga al alumno a utilizar varios
sentidos”. Entre las herramientas que se pueden utilizar están la clase magistral con
discusión, la lluvia de ideas, el panel de expertos, los videos, la discusión en pequeños
grupos, el análisis de casos o prácticas de laboratorio.
Fomentar la participación de los estudiantes con preguntas. Ello aumentará su interés
y aprendizaje. Sancho recomienda realizar preguntas relacionadas con el
conocimiento, pero también de comprensión (interpretar, describir con sus palabras),
de aplicación (resolución de problemas, poner ejemplos), de análisis (identificar
motivos, separar el todo en sus partes), y de evaluación (dar opiniones, juicios de
valor).
Recurrir al humor. Interrumpir las clases con anécdotas o hacer chistes relacionados
con el tema, crea una atmósfera más relajada que favorece el aprendizaje de los
alumnos.
Organizar el material de estudio. Un material claro, legible y atractivo motiva al
aprendizaje. Unos apuntes desfasados, no actualizados, señalan poca preocupación del
profesor.
Contar historias redondas. Que cada clase tenga un comienzo, un desarrollo y un
final. Es frustrante para los alumnos dejar las cosas a medias. Dedicar siempre un
tiempo al final para hacer un resumen de todo lo visto.

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