La sociedad Samsung Electronics, fue constituida en el año 1969 con el objeto de fabricar aparatos de televisión en blanco y negro. A finales de 2004, la compañía tenía unas ventas netas de 78.500 millones de dólares, unos activos de 66.000 millones de dólares y una plantilla de 113.000 empleados. El valor de la marca de la empresa aumentó de 5.200 millones de dólares en 2000 a 12.600 millones de dólares en 2004 En 2005, Samsung estaba formada por cinco divisiones de negocio, la unidad de Semiconductores, la unidad de Medios Digitales, la unidad de Telecomunicaciones, la unidad de Pantallas LCD y la unidad de Electrodomésticos Digitales. En 1974, una joven y pequeña empresa denominada Korea Semiconductor Company comenzó a fabricar obleas de silicio, sin ambargo, poco tiempo después no tardó en encontrarse con problemas financieros y fue comprada por Kun Hee Lee. En aquella época, la propia Samsung Electronics fabricaba aparatos electrónicos de consumo de gama baja, Kun Hee Lee fusionó las dos empresas con la intención de crear un gigante mundial de los semiconductores y de los aparatos electrónicos de consumo. El primer semiconductor que desarrolló la joven empresa fue el “chip para reloj”. Entre los años 1983 y 1985, Samsung asignó más de cien millones de dólares para el desarrollo de las memorias DRAM. En aquel momento, el coste de producir un microprocesador sencillo de memoria DRAM de 64K era de 1,30 dólares, mientras que los precios de mercado del momento estaban por debajo de un dólar. A mediados de los ochenta, Samsung estaba construyendo su primer gran centro de fabricación, la empresa pretendía completar esa misma tarea en sólo seis meses en lugar de los 18 meses que se tenían como el plazo normal. En 2004 las exportaciones totales de semiconductores de este país alcanzaron los 25.100 millones de dólares. Con el fin de diseñar y fabricar sus primeras memorias DRAM de 64 K en los años ochenta, Samsung tuvo que recurrir a tecnología externa, los directivos buscaron por todo el mundo una empresa que pudiera conceder a Samsung la licencia para utilizar su tecnología DRAM Descubrieron que la empresa Micron estaba dispuesta a aceptar un pago en metálico a cambio de enseñar a Samsung cómo fabricar memorias DRAM de 64 K En el año 2005, la empresa se enfrentaba a nuevas amenazas por la incorporación de los nuevos competidores chinos que estaban irrumpiendo en el mercado de las memorias DRAM de una forma muy similar a como lo hiciera Samsung hacía veinte años. Al igual que Samsung en los años ochenta, estos fabricantes chinos estaban dispuestos a soportar años de pérdidas para lograr una cuota de mercado significativa. China carecía de la infraestructura fundamental que le permitiera mantener un sector de semiconductores que incorporara las últimas tecnologías, pero el gobierno se había comprometido firmemente a subvencionar todas las infraestructuras necesarias en los alrededores de Shangai y Beijing. El gobierno chino estaba en disposición de ofrecer financiación barata, suelo en abundancia, suministros públicos baratos, ingenieros cualificados, incentivos fiscales y otros recursos fundamentales para cualquiera que quisiera construir una instalación de semiconductores con las últimas tecnologías con un socio chino. Una de las posibilidades con las que contaban los directivos de Samsung en 2005 era colaborar de forma activa con un socio chino. Se esperaba que en 2010 China se convirtiera en el segundo mayor comprador mundial de semiconductores, detrás de Estados Unidos. Los principales fabricantes se contuvieron a la hora de hacer nuevas inversiones de importancia en China. Los analistas de Nikkei Electronics Asia preveían que los principales fabricantes de memorias DRAM recurrirían a socios chinos para desarrollar inversiones conjuntas. El riesgo de trabajar con fabricantes chinos era que los derechos de propiedad intelectual aún no contaban con una protección completa, por lo que compartir proyectos y conocimientos expertos con un socio chino podía llevar a que en algún momento el socio se convirtiera en rival. Muchos pensaban que Samsung no debía enseñar a los competidores chinos cómo lograr costes más bajos y ser más productivos. Samsung debía posiblemente ceder el segmento más bajo del mercado a los chinos al tiempo que intentaba desarrollar otros productos de nichos de mercado de valor más elevado. Problemas
La entrada de China en el mercado de los semiconductores amenaza la pérdida de la ventaja
competitiva de Samsung.
Alternativas
Buscar desarrollar nuevas tecnologías que sigan manteniendo a Samsung como empresa líder en investigación y desarrollo