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Bruque C.
Cine
y
museo:
estrategias
de
una
relación
para
la
mediación
cultural
y
educativa
El
cine,
como
expresión
artística
y
cultural,
ha
sido
concebido
desde
dos
importantes
aspectos:
como
entretenimiento,
ligado
a
las
salas
de
exhibición
y
al
consumo
de
un
espectáculo
masivo
de
distintas
características,
y
como
un
recurso
comunicativo
de
carácter
testimonial,
con
una
intención
archivística,
y
con
diversos
espacios
de
divulgación.
Ahora,
que
existen
museos
dedicados
al
cine,
una
programación
de
cine
en
varios
museos,
y
recursos
cinematográficos
implementados
de
forma
museográfica,
vale
pensar
en
las
formas
en
las
que
ambos
ámbitos
se
relacionan,
así
como
sus
alcances
desde
la
perspectiva
de
la
mediación
cultural
y
educativa.
Elisenda
Ardévol
y
Nora
Muntañola,
coordinadoras
de
la
publicación
Representación
y
cultura
audiovisual
en
la
sociedad
contemporánea,
declaran
que
“las
imágenes
no
sólo
nos
rodean,
también
nos
configuran;
no
sólo
las
interpretamos,
sino
que
las
construimos,
las
creamos.”1
En
este
sentido,
el
lenguaje
audiovisual
forma
parte
de
nuestro
universo
simbólico
y
de
nuestros
procesos
culturales.
Es
por
lo
tanto
evidente
que
el
museo,
como
institución
que
se
ha
ido
adaptando
a
las
formas
contemporáneas
de
relacionamiento
con
la
sociedad,
incorpore
la
representación
cinematográfica
en
su
discurso.
Cuando
pensamos
en
la
relación
cine-‐museo,
quizás
lo
que
nos
resulta
más
evidente
es
la
forma
en
la
que
el
museo
de
arte
se
ha
apropiado
del
lenguaje
cinematográfico
desde
el
reconocimiento
de
la
producción
de
la
imagen
audiovisual,
su
interpelación
y
su
re-‐significación.
El
llamada
cine
de
exposición
permite
la
convergencia
del
cine
y
las
artes
plásticas,
como
evidencia
de
la
permeabilidad
de
los
fenómenos
culturales.
La
sala
de
exposición
reemplaza
entonces
a
las
salas
de
cine
como
el
lugar
idóneo
para
la
divulgación
de
estas
obras.
Desde
las
videoinstalaciones
de
Douglas
Gordon,
hasta
las
muestras
de
cine
en
el
MoMA,
constatamos
como
la
cinematografía
se
ha
convertido
en
recurso
de
mediación
cultural.
Vale
mencionar
además
el
caso
de
la
exposición
Cineplástica,
realizada
en
el
Museo
de
Arte
Moderno
de
México,
en
2015.
En
ella,
se
establecían
diversas
conexiones,
dejando
en
claro
la
articulación
entre
cine,
arte
y
museo,
que
se
dio
a
partir
del
siglo
XX.
Ana
Sedeño
Valdellós
y
Rafael
Marfil
Carmona,
autores
del
artículo
La
representación
audiovisual
en
el
museo,
mencionan
que
tanto
cine
como
museo
“se
basan
en
la
mediación
y
en
la
representación,
aunque
el
museo
aporta
factores
de
interactividad,
y
la
comunicación
audiovisual
está
convirtiéndose
en
un
lenguaje
1
Ardévol,
Elisenda,
Nora
Muntañola
(coord..),
Representación
y
cultura
audiovisual
en
la
sociedad
investigador
en
sí
mismo
(…),
superando
su
papel
testimonial
y
complementario.”2
Esta
mediación
también
se
vincula
con
los
fines
educativos
del
museo,
y
posibilita
desde
un
criterio
pedagógico
el
accionar
de
procesos
de
reflexión
y
participación
crítica
a
partir
de
la
apropiación
del
lenguaje
cinematográfico
desde
su
dimensión
cultural
y
social.
En
Iberoamérica
las
iniciativas
más
visibles
al
respecto
se
encuentran
en
España.
El
Museo
del
Prado
es
en
este
sentido
un
caso
emblemático,
pues
además
de
actividades
de
exhibición,
cuenta
actualmente
con
un
proyecto
de
formación
para
docentes,
vinculando
cine
y
educación.
Ya
en
Latinoamérica,
se
podría
analizar
ciertas
iniciativas
que
ameritan
ser
conocidas.
En
Ecuador,
por
ejemplo,
Yaku
Parque
Museo
del
Agua,
institución
perteneciente
al
Municipio
de
Quito,
cuenta
con
un
proyecto
anual
de
actividades
que
ha
permitido
la
gestión
de
un
festival
de
cine
sobre
el
agua,
el
desarrollo
de
una
metodología
de
cine
–foros
para
niños,
y
otras
iniciativas
que
vinculan
al
cine
con
su
modelo
educativo.
Las
estrategias
de
mediación
cultural
y
educativa
en
la
relación
cine-‐museo
trascienden
por
lo
tanto
un
determinado
campo
o
área.
No
se
trata
entonces
de
pensar
estos
vínculos
exclusivamente
desde
lo
artístico
o
etnográfico.
Se
trata
de
incorporar
al
lenguaje
cinematográfico
en
el
discurso
museológico
y
museográfico,
desde
la
comprensión
y
reflexión
de
las
dinámicas
de
la
sociedades
contemporáneas.
Stephen
Bruque
Comunicador
y
Gestor
Cultural.
Especialista
en
Museos
y
Patrimonio
por
la
UASB-‐
Ecuador.
Ha
formado
parte
del
equipo
de
apoyo
en
varios
festivales
de
cine
del
país,
y
en
actividades
vinculadas
con
la
generación
de
una
oferta
cultural
en
distintos
espacios
de
la
ciudad.
En
2016
fue
Director
Técnico
del
Consejo
Nacional
de
Cinematografía
del
Ecuador,
a
cargo
de
procesos
y
mecanismos
de
gestión
vinculados
al
fomento,
la
difusión
y
la
promoción
del
cine
nacional.
Actualmente
desarrolla
de
manera
independiente
proyectos
de
curaduría,
investigación
y
gestión
en
el
campo
de
los
museos.
2
Sedeño
Valdellós,
Ana,
Rafael
Marfil
Carmona,
“La
representación
audiovisual
en
el
museo:
etnografía
y
lenguaje
cinematográfico
como
esencia
discursiva
de
la
exposición
contemporánea”,
mus-‐A
Revista
de
los
museos
de
Andalucía,
Año
IX,
No.
13,
abril
2012,
41.