Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
1 Aquéllas que todos y cada uno de nosotros llevamos para ubicarnos en el mundo (ibid).
132 Cartografía Social …
2 Sack, Robert, 1986. Human territoriality. Its theory and history. Cambrigde University Press.
Antropológica 114 133
representación que se objetivan, entre otras, en las mochilas que tejen las
mujeres, por ejemplo. Estas manufacturas se constituyen en “mapas” en
sí, donde diseños geométricos y abstractos significan caminos, rozas, ríos
y territorios. Son mapas que se elaboran y actualizan permanentemente,
incorporando la dimensión temporal en el tejer.
Así, “el espacio territorial se representa a sí mismo… así lo vemos en
los rituales, en el cuerpo, en los mitos”. El carácter relacional entre cultu-
ra y territorio implica que éste y su representación se actualicen en varias
manifestaciones de la vida social. Esta postura epistemológica evidencia
algunos límites del trabajo en cartografía social, así como sus desafíos,
toda vez que el acto de “cartografiar” puede realizarse en acciones como
“tejer el territorio en el pensamiento y la acción”, o caminar “en las
marchas y luchas para exigir los derechos, en las mingas”. Estas activi-
dades son en suma “formas de sintetizar el pensamiento del territorio”. En
contraste, la utilización de las tecnologías SIG – para conocer el territorio
“no pasan de ser un asunto mecánico que no implica pensamiento de
cambio dinámico” (intervención de Martín Vidal).
El territorio está inscrito, así, en el cotidiano de muchas comunidades
locales, no como algo externo, sino como parte constitutiva del ser indivi-
dual y colectivo. La identidad está ligada a la apropiación del espacio
como puede apreciarse en los rituales afrocolombianas. Adith Bonilla
(Consejo Comunitario Mayor de Comunidades Negras del Medio Atrato-
COCOMACIA, Colombia), representante de las comunidades negras del
Chocó en el Pacífico colombiano, resalta que, para ellas, el territorio está
incorporado a la persona desde de su nacimiento. Cada niño es
“ombligado” con el territorio a partir de un ritual en el que el ombligo, una
vez se ha desprendido, es enterrado junto a un árbol que será reconocido
por el niño y adulto como “su ombligo”, y el lugar donde éste fue enterrado
será parte constitutiva e identitaria de su ser. La identidad de la persona
está ligada al árbol y al lugar. Este acto ritual establece una estrecha
relación entre personas y territorios, que pasa por lo sagrado.
En el caso de los mapuche, la investigadora suiza Irène Hirt, desde su
experiencia con el territorio de Chodoy Lof Mapu3 en las provincias de
Valdivia y Cautín, destaca la importancia de los sueños en la orientación
y localización territorial. Los sueños como forma de comunicación espiri-
4 La proclamación de la Ley 28 es percibida todavía como una aspiración; hay todavía exclu-
sión y discriminación de mujeres, jóvenes y niños por razones de lengua, etnia y sexo,
incluso a nivel interétnico. Segun Edwin Taylor, la situación de las Regiones Autónomas es
de extrema pobreza. El índice de desarrollo humano es el más bajo del país con un 0.5 %,
el desempleo en un 90%, y se registra más del 50% de analfabetismo con menos del 1% de
las escuelas del país. La RAAN, por ejemplo, no tiene un solo kilómetro de carretera pavi-
mentada. Sólo el 20% de la población tiene acceso a un servicio deficiente de agua potable.
5 En la Región Autónoma Norte, por ejemplo, se encuentran los importantes yacimientos
mineros: oro, cobre y hierro. La RAAN también es una zona de importancia ecológica, donde
está la Reserva BOSAWAS, la reserva de Cola Blanca, la Reserva del Cerro Banacruz; los
bosques de pino de la Sabana de los Miskitu, zonas húmedas y extensas áreas de manglar
del delta del río Pinzapolka, así como los arrecifes de coral de Cayo Miskitu. Es en esta
región donde se encuentran las 60 islas que forman los Cayos Miskitus, las reservas
marítimas más importantes de Nicaragua.
Antropológica 114 143
6 Antes de la promulgación de la ley 70 de 1993 sólo las comunidades indígenas tenían dere-
chos colectivos sobre el territorio. Según Adith Bonilla, la ley 70 en su capítulo 3 y el su
decreto reglamentario 1745 de 1995, procedió a establecer el procedimiento del Estado para
el reconocimiento ancestral del territorio. Las áreas geográficas susceptibles de recono-
cimiento para las comunidades negras comprendieron todo el departamento del Chocó, y
parte de los departamentos de Cauca, Valle del Cauca, Risaralda y Antioquia.
7 Las comunidades negras representan el 85% de las comunidades ubicadas en el departa-
mento del Chocó. El área del departamento es de 46.530 km2, donde los territorios colecti-
vos corresponden en un 21% a resguardos indígenas, y las tierras de las comunidades
negras están representadas en 58 títulos colectivos hasta ahora entregados, cubriendo un
área de 3.166.920 ha, correspondiendo al 75% del territorio. 158.000 ha corresponden a
las áreas de tres parques naturales: Utría, Tatamá y Katíos, las cuales representan una
afectación del territorio por ser declarados como reserva forestal, desde la ley segunda de
1959.
144 Cartografía Social …
A modo de conclusión