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Arquidiócesis de Valencia

Seminario Mayor Arquidiocesano


“Nuestra Señora del Socorro”
Afiliado a la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá

TEORIA DEL CONOCIMIENTO: EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO EN SAN


AGUSTíN DE HIPONA

Autor: Yolbert Rodríguez


C.I: 26447703
yolbert000@gmail.com
Prof. José T. Morales
Teoría del conocimiento
II Filosofia
San Diego, Enero de 2017
El Conocimiento: San Agustín de Hipona

San Agustín, filósofo nacido en el siglo IV d. C. retoma las ideas de planteadas por
Platón y lo que él hace es re articular lo que ya había hecho dicho filosofo presocrático, llegando
a cristianizar su teoría. Aunque sin llegar a crear una teoría del conocimiento (algunos filósofos
dicen que Agustín no elaboro una teoría del conocimiento) sin embargo se encargaría del
problema.
Pero comenzar con la epistemología de san Agustín, es pues, dar el sentido que tiene la
palabra o su significado en universal. Ahora bien, para tener un acercamiento a la epistemología
agustiniana sería necesario en primer lugar, hacer una precisión del término en su concepción
general. El concepto “epistemología” proviene de dos palabras griegas que significan
conocimiento y tratado; por tanto, podría definirse como tratado sobre el conocimiento o
doctrina del saber, equiparable al término gnoseología, pero también se le dan diferentes
nombres a esta materia en específico.

F. Copleston (1971), diría al respecto: esa sería, sin embargo, una impresión errónea, ya
que Agustín nunca se dedicó a desarrollar una teoría del conocimiento para luego, sobre la base
de una teoría realista del conocimiento, construir una metafísica sistemática.1
San Agustín ve varios tipos de conocimiento: el conocimiento sensible y el
conocimiento intelectivo (al igual que Platón); deduciendo que el conocimiento racional, es a su
vez, inferior y superior. El conocimiento en su actividad racional, en su modo inferior, se
muestra en todo lo universal y lo necesario en la realidad temporal, y es el ejemplar de
pensamiento que se puede llamar ciencia, como paradigma: los conocimientos matemáticos.
Según Agustín esto es producido por el alma, pero en también es producido por el contacto con
el mundo sensible, entonces esto es lo que permite que la razón llegue a estos conocimientos
universales. Ahora bien, el conocimiento en su actividad superior, es llamado por dicho filosofo
“sabiduría”; llegando a ser el conocimiento autentico, el filosófico. Donde llegamos a las
verdades universales y necesarias, como las ideas, siguiendo a Platón. De tal modo, hay muchos
conocimientos desde los niveles más bajos, sensibles, hasta el nivel más elevado, lo inteligible,
la idea: donde se hallan contenidas en la inteligencia divina.2
Ferrater J (1964), la "teoría del conocimiento" de San Agustín representa, con ello, la
mezcla de dos ingredientes aparentemente en conflicto: por un lado, la afirmación de la realidad

1
Cf. Copleston. Frederick. “Historia de la filosofía II de Agustín a Escoto” Barcelona: Ediciones Ariel,
1971. pg. 60.
2
Cf. León Rúgeles. F. (2013) Teoría del conocimiento. Valencia: Biblioteca de las Ciencias de la
Educación.
del alma como sed de las verdades; por el otro, la afirmación de la realidad de la Verdad
suprema como foco y origen de estas verdades.3
Para García P. (1981), Agustín, en cuanto al conocimiento sensible es el grado más bajo
del conocimiento y, aunque realizado por el alma, los sentidos son sus instrumentos; este tipo
de conocimiento se genera en el sujeto una opinión, es un tipo de conocimiento sometido a la
modificación, dado que versa sobre lo mudable (puede observarse la clara dependencia de
platónica del pensamiento agustiniano); al depender del objeto (mudable) y de los sentidos (los
instrumentos) cualquier diferencia en ellos se transmitirá al conocimiento que tiene el alma de lo
sensible.4
Entonces para Agustín, el verdadero objeto no es lo mudable, sino lo inmudable, donde
reside la verdad, y el conocimiento sensible no puede ofrecernos esa verdad.
Así pues, este autor de la filosofía medieval coloca en el conocimiento “la Verdad”
como punto de partida, la Verdad necesaria y eterna no es ni puede ser otra cosa que el ser
legítimo, verdadero, al que no le falta nada ni puede cambiar: sólo el Ser infinito e inmutable
realiza la Verdad.
Tirso (2004) resalto sobre san Agustín que la esencia se identifica con la Verdad. Ahora bien,
el Ser que verdaderamente es, la Esencia, se equipara con la bondad suprema que realiza en sí la
unidad y la belleza infinita. Todo lo que existe fuera de la Verdad subsistente no puede ser sino
copia de aquellas formas principales o “razones eternas”, que no han sido formadas y según las
cuales ha debido ser configurado todo lo demás. En ese sentido agustiniano, en la verdad se
contienen todos los ejemplares de los seres existentes posibles. La esencia de Dios en cuanto es
Verdad única y suprema, se despliega internamente en ideas o formas, que no destruyen la
unidad esencial íntima: la multiplicidad de ideas o formas eternas resulta al pasar su luz por el
prisma de la inteligencia creada.5
José Galindo (2002), aporta que el conocimiento humano, según Agustín, manipula dos
formas de sujetar la realidad, que compone grados diferentes de habilidad para captar unos u
otros seres: razonar y entender. La mente humana está dotada por naturaleza de razón e
inteligencia, donde la razón es el movimiento de la mente capaz de discernir y relacionar las
cosas que se conocen y que nos pueden conducir al conocimiento de Dios, mientras la
inteligencia o la razón superior que es lo mismo que el entendimiento es la función más elevada
del conocimiento humano; en ellas se realiza la iluminación por parte de ese ser Superior que es
Dios.6

3
Ferrater. J. (1964) Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.
4
García. P. Historia de la filosofía. Barcelona: Herder. 1981.
5
Alesanco Reinares, Tirso. Filosofía de san Agustín. Síntesis de su pensamiento.
Madrid: Augustinus, 2004. P. 108-111.
6
Cf. Galindo, José Antonio. Pedagogía de san Agustín. Madrid: Augustinus, 2002. P. 126-
127.
Teoría de la iluminación en el conocimiento
Esta teoría es muy conocida, propuesta por san Agustín; donde nos enseña que el
entendimiento humano solo puede llegar a la verdad del conocimiento mediante Dios, pues las
ideas están o se encuentran en la mente de Dios, entonces dado a su alejamiento de lo sensible,
realidad en la que se encuentra el hombre, las ideas solo se pueden conocer mediante una
iluminación especial que Dios le concede al alma, así plantea Franklin León en su aporte. 7 En
primera instancia hay que decir que el obispo de Hipona utiliza con frecuencia un lenguaje
metafórico para referirse a la presencia y a la acción de Dios en el alma humana. Le coloca dos
nombres, lo llama: El Maestro interior y la luz porque él es quien ilumina nuestro
entendimiento, quien nos ayuda a “reconocer” las verdades. Estas Verdad está presente en el
alma y trae con ella las verdades, entonces es el preconocimiento que el hombre necesita para
“recordar” (anamnesis).
En este mismo orden de ideas esta teoría del conocimiento agustiniana, nos propone tres
elementos: objeto que es conocido, sujeto que conoce y Dios que ilumina.
No se trata de la Reminiscencia platónica, pues san Agustín no admite la preexistencia
del alma, pero sí toma del filósofo griego el concepto fundamental de las ideas eternas y las
“rebautiza” con el nombre de verdades eternas.

Asi pues, el obispo de Hipona va a fundamentar que el conocimiento proviene de Dios,


que para el es lo unico que es estable y permanece para siempre. En que la realidad concreta que
nosotros creemos que conocemos, no es capaz de sustentar un conocimiento real o verdadero.
Con esto bautiza la teoria de las ideas de Platon y hace cristiano al "Hiperuranio", es decir el
llamado mundo de las ideas de Platon. ¿donde se origina este conocimieno? pues, en el
recogimiento, en la intimad, en la interioridad, alli se origina dicho conocimiento, cuando el ser
humano se interioriza con su alma. Cuya funcion es estructurar el conocimiento en el hombre.
En conclucion el hombre para poder conocer debe buscar y necesita ayuda divina, a
Dios que le ilumine el entendimiento. entonces esta concepcion dualista del conocimiento como
ya habia sido explicado, que uno es sensitivo y el otro intelectivo, alli se da el proceso de
iluminacion de Dios a quienes se esfuerzan por la practica del sumo bien, tal cual lo
recomendaba el mismo Platon. Ahora bien la razon humana no puede llegar a estas ideas porque
son divinas (ejemplo la idea de Dios de la creacion), por eso es que en el ser humano interviene
la iluminacion.

7
León Rúgeles. F. (2013) Teoría del conocimiento. Valencia: Biblioteca de las Ciencias de la Educación.
Pg. 50.
Bibliografía

ALESANCO REINARES, TIRSO (2004) Filosofía de san Agustín. Síntesis de su pensamiento.


Madrid: Augustinus.

COPLESTON. FREDERICK (1971) “Historia de la filosofía II de Agustín a Escoto”


Barcelona: Ediciones Ariel.
FERRATER. JOSE. (1964) Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.

GALINDO, JOSÉ ANTONIO (2002) Pedagogía de san Agustín. Madrid: Augustinus.

GARCÍA. P (1981) Historia de la filosofía. Barcelona: Herder.

LEÓN RÚGELES. F (2013) Teoría del conocimiento. Valencia: Biblioteca de las Ciencias de la
Educación.

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