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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR DE INTERIOR, JUSTICIA Y PAZ


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
ACADEMIA NACIONAL DEL C.I.C.P.C
AMBIENTE 6- I-2019

CRIMINOLOGÍA

Profesor(a) : Discentes:
Reinaldo Andrade Mirabal Yulians V-22.846.230 #02
Salgado Juan V-25.058.179 #06
Daivis Brazon V-26.124.287 #12
Rivera José V-27.458.330 #23

UNES CEFO-ANZOÁTEGUI-MAYO 2020

1
Introducción……………………………………………………………………………Pág. 03
Psicopatología criminal……………………………………………….…….......Pág. 04
La personalidad…………………………….…………………………..…………….Pág. 10
Trastornos por uso de sustancias psicotrópicas y delito...………..Pág. 14
Diagnósticos tratamientos utilizados en psicopatología...………..Pág. 15
Los sistemas de clasificación de enfermedades mentales…….…..Pág. 16
Los trastornos de personalidad………………………………………...………Pág. 21
Conclusión……………………………………………………………………………...Pág. 23

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
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La psicopatología criminal estudia la relación existente entre el crimen y los
trastornos psicológicos. El vínculo que tienen estos dos términos cuenta con una larga
historia, se remonta al inicio de la psicología como ciencia. Su relación ha sido
controvertida debido a las diferentes características patológicas de la persona que
cometía el crimen, no obstante, en la actualidad, parece haber mayor consenso. Los
trastornos psicológicos que más se suelen relacionar con el crimen son: el Negativista
Desafiante, el Explosivo intermitente, el de Conducta, el de Personalidad Antisocial y
algunas Parafilias. Sin embargo, el psicópata es considerado por la criminología como
el actor de los crímenes más crueles y presenta unas características definitorias más
allá del Trastorno de la Personalidad Antisocial, aunque en los manuales de psiquiatría
no se diferencia.

Psicopatología Criminal.

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Trastornos de personalidad y delincuencia.

Trastornos de personalidad del Grupo A: Apenas se modifican a lo largo de la


biografía del sujeto, declinan en intensidad en la edad madura y vuelven a agudizarse
en los últimos años de la vida.

Trastorno paranoide.
Los que lo padecen acaban viviendo solos Nunca establecen relaciones que les
comprometan. Sus dificultades para relacionarse hacen que familiares les abandonen
En el ámbito laboral la falta de flexibilidad hace que se enemisten con los compañeros
y litiguen contra la empresa Si cometen delitos son, habitualmente, contra las
personas.
Trastorno esquizoide.
Suelen estar aislados y vivir a margen de la estructura sociofamiliar Su
incapacidad para las relaciones sociales le predispone a vivencia autorreferenciales,
fobias, evitación y disconformidad con su autoimagen Vulnerables a la distimia,
presentan reacciones des adaptativas y abuso de drogas. Cuando comenten delitos,
son delitos contra las personas

Trastorno esquizotípico.
Suelen ser hospitalizados por presentar ideación paranoide y autorreferencial
Suelen atravesar periodos distímicos (depresivos) o episodios psicóticos breves. Es
frecuente entre mendigos, vagabundos, marginados y afiliados a sectas. Los delitos
cometidos suelen ser contra las personas: lesiones, homicidio, asesinato, daños.

Trastornos de personalidad del grupo B: Suelen tener frecuentes problemas


sociales-legales por su tendencia a chocar contra las normas. Suelen ser considerados
ingobernables desde la infancia.

Trastorno Límite.

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Posiblemente el más grave de todos los trastornos por aglutinar síntomas
histriónicos, obsesivos, antisociales y psicóticos. Aunque en general no toleran la
soledad su descontrol hace muy difícil la convivencia. Cada “explosión” va seguida de
arrepentimiento y súplicas de ayuda, cuando no amenazas de suicidio por temor al
abandono Tiende a ir mejorando con el transcurso del tiempo. Se da más en mujeres y
entre menores de 20 años

Trastorno Histriónico.
Se expresa en clínica a través de distímias, intentos de suicidio instrumentales y
trastornos conductuales. Suelen tener conflictos con todo el mundo Son ambivalentes,
dan un intenso significado afectivo a todo lo que les ocurre.

Trastorno Narcisista.
Envueltos en fantasías de grandeza no aceptan la realidad, ni sus propios
defectos y limitaciones. Acaban tiranizando a los que les rodean, considerándoles
responsables de sus problemas y frustraciones. Presumidos, fatuos y egoístas terminan
por vivir a solas con sus fantasías

Trastorno Antisocial.
Ya desde la infancia expresan conflictos con las normas. Aparece en personas
que de niños mienten, roban, se escapan de casa, faltan a la escuela. Seducidos por lo
novedoso, su falta de miedo les hace conducirse de manera poco sensata ante los
problemas. Es el trastorno de personalidad que más se relaciona con la delincuencia.

Los sujetos con trastornos de personalidad del clúster C no suelen tener


problemas legales.

La prevalencia de trastornos de personalidad entre delincuentes La


investigación en distintos países señala una prevalencia del 10-15% de trastornos de
personalidad entre delincuentes como diagnostico primario. Esto no es extraño ya que
el rasgo hostilidad, frecuente entre los delincuentes, está presente en la mayor parte
de los trastornos de personalidad descritos por el DSMIV. Si se tiene en cuenta el

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trastorno de personalidad como trastorno secundario a un trastorno principal de
abuso de sustancias o psicosis la prevalencia oscila entre el 50-90% entre delincuentes.
Existen trabajos de investigación que relacionan el diagnóstico de trastorno de
personalidad (sin contar psicopatía/trastorno antisocial de personalidad) y
probabilidad de cometer delitos en el futuro.

Los delincuentes con graves trastornos mentales Son los llamados “enfermos
mentales” y popularmente “locos”. Jurídicamente lo más significativo es que con
frecuencia tienden a ser considerados inimputables. Para ello hay que demostrar que
el trastorno mental estaba influyendo sobre la conciencia y voluntad del sujeto en el
momento de cometer el delito. En estos casos los enfermos son procesados y en lugar
de aplicárseles, en su caso, una pena se les impone una medida de seguridad y se les
ingresa en un centro asistencial (casi siempre en régimen cerrado) para ser tratados de
su trastorno mental. Posiblemente el manejo de este tipo de delincuentes,
especialmente cuando abandonan el centro penitenciario, después del cumplimiento
de la medida de seguridad, necesite un mayor apoyo en medios materiales y humanos.

Aspectos evaluativos (I).


Evaluar delincuentes con trastornos mentales supone integrar 2 tareas:
 Analizar la peligrosidad del individuo atendiendo al riesgo de
reincidencia.
 Estudiando su conducta, afectividad y cogniciones.
 Perfilando una serie de objetivos de tratamiento.
 Revisando periódicamente la administración del programa.
 Valorar el trastorno mental y los problemas asociados para tratarlos.
 Evaluando la intensidad, duración de la sintomatología, grado de
afectación, secuelas, deterioro.
 Analizando las características del individuo y como se relacionan con su
conducta violenta.

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Ambas tareas tienen el propósito de establecer un programa de tratamiento
individualizado utilizando diferentes fuentes de información:

 Entrevistas con el sujeto y personas significativas.


 Administración de pruebas para analizar el funcionamiento cognitivo,
afectivo o conductual.
 Información anterior proveniente del sistema sanitario y judicial.
 Observación de su conducta en el contexto institucional.

Aspectos evaluativos (II).


Evaluación del riesgo de reincidencia.
Objetivos del proceso: Valorar si el sujeto necesita tratamiento para disminuir
el riesgo de volver a delinquir. Determinara el escenario donde ha de llevarse a cabo la
intervención.
 En medio comunitario
 En medio residencial

Método de evaluación.
Históricamente se han utilizado dos métodos:

Juicio clínico: Basado en la predicción formulada a partir de apreciaciones


subjetivas provenientes de la experiencia (ojo clínico) del experto.

Actuarial: Son escalas que ponderan cuantitativamente los factores de la


historia personal y delictiva. (HCR-20; SVR; SARA...).

Aspectos evaluativos (III).


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Evaluación de las necesidades de tratamiento. Las necesidades de tratamiento
son de 2 tipos:
 Las derivadas del trastorno que presenta el sujeto.
 Las necesidades criminógenas (Los factores asociados a la conducta
delictiva).
Una vez identificadas se deben operativizar como objetivos de tratamiento
Entre los delincuentes con problemas mentales graves suelen aparecer diversos
problemas:
 Déficits neuropsicológicos.
 Errores de procesamiento cognitivo.
 Creencias erróneas o desviadas relacionadas con su delito.
 Los tratamientos pueden variar según se busque.
 Compensar carencias en habilidades sociales.
 Modificar pautas distorsionadas en la interpretación de hechos.
 Aliviar al paciente de sufrir delirios y alucinaciones.
 Reducir o hacer desparecer el abuso de sustancias (posible patología
dual o comorbilidad enfermedad mental-consumo de sustancias).

Aspectos evaluativos (IV).


Problemas de frecuente aparición en relación con las necesidades derivadas del
trastorno:
 La escasa motivación del paciente.
 Las carencias intelectuales producidas por una historia deprivación
sociocultural o por el deterioro que causa la enfermedad.
 El intento de ocultar o falsear la evaluación para obtener beneficios
penales.
 La presencia de 2 o más trastornos asociados (esquizofrenia y consumo
de drogas; o esquizofrenia y deficiencia intelectual; trastorno de
personalidad antisocial o límite y deficiencia intelectual).

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 Problemas que dificultan actuar sobre las necesidades criminógenas:
actitudes, creencias y valores que apoyan los actos delictivos amigos
antisociales y familia inadecuada.
 Impulsividad y falta de autocontrol baja inteligencia verbal y escasa
habilidades académicas o profesionales falta de habilidades de
resolución de problemas necesidad de estimulación/ búsqueda de
sensaciones abuso de sustancias.

Los delincuentes con psicosis afectivas.


Se trata de enfermos que padecen alteraciones afectivas graves y cuya
enfermedad ha tenido una relación directa con su delito. Hablamos de: Depresión
mayor o unipolar y Trastorno bipolar (antes psicosis maniacodepresiva).

 Depresión mayor.
 Elementos centrales.
 Bajo estado de ánimo constante.
 Pérdida de interés por lo que antes era satisfactorio (anhedonia).
 Reducción de la energía o actividad disminuida.

Otros síntomas
 Pobre concentración y atención.
 Baja autoestima y escasa autoconfianza.
 Ideas de culpabilidad y falta de valía.
 Visión pesimista del futuro.
 Ideas suicidas y/o tentativas suicidas.
 Alteraciones del sueño, conducta alimentaria y sexual

El trastorno bipolar
Alteración afectiva en la que se alternan periodos en los que el sujeto
manifiesta una elevación del estado de ánimo, con expansividad e irritabilidad con
otros de matiz depresivo.

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Síntomas centrales
 Grandiosidad y omnipotencia.
 Desinhibición.
 Incontinencia verbal.
 Gran actividad motórica.
 Insomnio.

Fases.
Se alternan fases o ciclos maniacos con otros en los que predominan los
síntomas depresivos (bi-polar).Los que padecen un trastorno bipolar presentan una
peor condición mental que los deprimidos y desarrollan ideas de persecución, de
grandeza y referencia produciendo delirios muy sólidos y bien estructurados.

Violencia y trastornos afectivos.

Etiología: Los trastornos afectivos pueden aparecer por: Afecciones orgánicas


(alteraciones químicas en el cerebro). Consumo de sustancias Asociación con un
trastorno de personalidad (límite o antisocial).

La personalidad.
Es el patrón característico de comportamiento, actitudes, ideas, motivaciones y
emociones que definen a una persona a lo largo del tiempo y a través de distintas
situaciones. Este patrón está compuesto por rasgos: que son maneras o características
específicas que describen la forma habitual de comportarse, pensar o sentir de alguien.

Delincuencia.
La delincuencia a lo largo de la historia no ha sido uniforme, ni lo es hoy en día
ni lo será en un futuro, de modo que está en continua evolución, al igual que el delito.
Es un problema real que varía en intensidad, gravedad, tipología y cuantía según el tipo
de sociedad, pero existe en todas ellas. Cada época y cada sociedad ha tenido y tiene
sus propios delitos y sus propios delincuentes porque en cierto modo, la delincuencia

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es construida a partir del rechazo social de determinadas conductas o
comportamientos.

Ha ido variando el bien jurídico protegido (honra familiar, patrimonio, vida,


infancia, honor e intimidad, propia imagen), el modus operandi y los medios para
cometer delitos (violentos, insidiosos, planificados, organizados, intimidantes,
tecnológicos) e incluso los tipos de delincuentes y el espacio dónde delinquir
(Ciberdelincuentes).

Existen muchas clasificaciones que provienen de diferentes estudios e


investigaciones sobre los diferentes tipos de delincuencia que existen, podemos
distinguir dos tipos:

 Delincuencia convencional: Se da en cualquier tipo de sociedad y


supone la infracción de reglas jurídicas tradicionales: homicidios, robos,
agresiones sexuales, integridad física, libertad, coacciones, amenazas,
etc.

 Delincuencia no convencional: Vinculada al uso corrupto del poder


político y económico y al tráfico de influencias. A finales de los años 30
Sutherland denominó a este tipo de delincuencia White Collar
Criminality o delincuencia de cuello blanco y se incluyen delitos como el
blanqueo de capitales, corrupción, delitos fiscales y financieros,
contrabando, delincuencia organizada, etc.

Delincuentes.
El delincuente es el sujeto activo del ilícito penal, es quién comete el delito o
crimen en un momento y en un lugar determinado. El concepto de delincuente ha ido
cambiando según variaba el concepto de delito y la ley penal estando ambas
directamente relacionadas con las estructuras sociales y la política criminal de cada
momento.

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1. Delincuente ocasional: sujeto que comete un ilícito penal actuando ante
estímulos externos, provocaciones ocasionales del medio o por
oportunidad para la apropiación de bienes ajenos.

2. Delincuente habitual: aquella persona que hace del delito su modus


vivendi. La conducta delictiva que lleva a cabo es el medio para lograr
dinero y bienes materiales, tratándose de una delincuencia
instrumental.

3. Delincuente habitual profesional: Llevan una vida aparentemente


normal y consideran las actividades delictivas como su profesión, su
trabajo. Implica una carrera delictiva que necesita aprendizaje,
especialización y profesionalidad, actuando con una cuidadosa
planificación. La actividad delictiva o criminal que llevan a cabo tiene
gran impacto social: Trata de personas, narcotráfico, corrupción, tráfico
de armas, delincuencia financiera, crimen organizado, etc.

4. Delincuente habitual asocial: carecen de cultura, de conocimientos


avanzados y llevan a cabo planes muy básicos. Suelen actuar solos o en
pequeños grupos. Tienen problemas para integrarse en la sociedad y el
origen de su conducta delictiva viene determinada por factores sociales
vinculados a grupos humanos proclives a la delincuencia mostrando
cierta hostilidad hacia el orden establecido. Cometen delitos menos
graves, pero muy numerosos.

5. Delincuente habitual reincidente: Aquellos detenidos y condenados por


delitos anteriores.

6. Delincuente por convicción: Delincuencia cometida con base en un


imperativo moral del autor. Son aquellas personas que cometen un
delito en base a su ideología o a sus creencias. Consideran que su misión
en el mundo está por encima de cualquier norma moral o legal

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sintiéndose legitimado para llevarla a cabo. Estaríamos ante delitos
como el terrorismo, delitos de odio y la delincuencia expresiva que trata
de llamar la atención sobre la identidad de personas o grupos a través
de las conductas delictivas.

7. Delincuente juvenil: Conducta delictiva determinada por la edad de los


sujetos activos. La responsabilidad penal del menor comienza a los 14
años y termina a los 18. Por debajo de esta edad los jóvenes son
inimputables.

8. Delincuentes violentos: Sujetos a patologías (como los trastornos de la


personalidad o enfermedades mentales) que pueden asesinar a una o a
varias víctimas: sociópatas, psicópatas y psicóticos. Sus crímenes
reflejan rabia, ira o frustración siendo desproporcionado el crimen
cometido, ya que si el fin es matar a una persona no es necesaria
apuñalarla 32 veces, torturarla durante horas, o mutilarla.

9. Ciberdelincuentes: Sujetos pertenecientes a un colectivo muy


específico, con conocimientos informáticos que llevan a cabo conductas
delictivas en internet: a) Ataques a sistemas informáticos y piratería; b)
Fraudes y falsificaciones; c) Publicación de contenidos ilegales y d)
Ataques a la intimidad, al honor y a la propia imagen.

10. Delincuentes de cuello blanco: Aquellos sujetos que cumplen dos


condiciones: a) Sujeto respetable que disfruta de posición de dominio
social y que genera un importante perjuicio económico y b) Desempeña
las actividades delictivas en su ámbito profesional.

Delito.
El delito es un fenómeno social, ya que es la propia sociedad la que determina
que conductas son lícitas y cuáles no y para que exista es necesario que la acción u
omisión llevada a cabo, esté recogida como punible en el Código Penal. Estamos ante

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una conducta típica, antijurídica y culpable que tiene una sanción penal, en el
ordenamiento jurídico del país donde se produce, ya que una conducta puede ser
delictiva en un lugar y en otro no.

Trastornos por uso de sustancias psicotrópicas y delito

El estudio de la relación entre el consumo de drogas y la delincuencia puede


resultar muy fructífero, tanto para comprender cada una de estas conductas, como
para diseñar estrategias eficaces de prevención y tratamiento de ambas conductas.
Tradicionalmente se han venido distinguiendo dos grandes tipologías de criminalidad
relacionadas con las drogas, la delincuencia funcional y la delincuencia inducida. La
delincuencia funcional alude a la criminalidad tendente a la consecución de la droga.
Los elevados costes de las drogas llevan al drogodependiente a realizar delitos que le
generen los ingresos necesarios para mantener su nivel de consumo y evitar los
efectos indeseables que le ocasiona la ausencia del consumo. La delincuencia inducida
se refiere a los delitos que se cometen bajo los efectos de una sustancia psicoactiva. El
punto de partida es que el consumo de algunas de estas sustancias anula o debilita sus
facultades intelectivas y/o volitivas, lo que produce la pérdida del control de su
conducta y/o la imposibilidad de valorar correctamente sus actos y sus consecuencias,
lo que disminuye los efectos motivadores del comportamiento que la norma penal
persigue. En ambos casos de criminalidad, la funcional e inducida, la causa de la
delincuencia es el consumo de drogas. Trastornos por uso de sustancias psicotrópicas:

 Intoxicación aguda.
 Uso perjudicial y/o nocivo.
 Síndrome de dependencia.
 Síndrome de abstinencia.
 Estado de abstinencia con delirio.
 Trastorno psicótico Síndrome amnésico.
 Trastorno psicótico residual de comienzo tardío.

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Diagnósticos tratamientos utilizados en psicopatología.

Diagnóstico.
Tienes las siguientes opciones para determinar un diagnóstico y verificar si hay
complicaciones relacionadas:

 Una exploración física. Tu médico tratará de descartar problemas físicos


que podrían causar tus síntomas.
 Análisis de laboratorio. Estos pueden incluir, por ejemplo, un chequeo
de tu función tiroidea o un examen para la detección de alcohol y
drogas.
 Una evaluación psicológica. Un médico o profesional de la salud mental
hablará contigo sobre tus síntomas, pensamientos, sentimientos y
patrones de conducta. Es posible que te pida que completes un
cuestionario para ayudar a responder estas preguntas.

Tratamiento.
El tratamiento depende del tipo de enfermedad mental que tengas, la gravedad
y lo que sea más efectivo en tu caso. En muchos casos, combinar tratamientos es lo
que mejor funciona. Si tienes una enfermedad mental leve con síntomas bien
controlados, el tratamiento del proveedor de atención primaria puede ser suficiente.
Sin embargo, en ocasiones, el enfoque de equipo es más adecuado para asegurar la
respuesta a todas tus necesidades psiquiátricas, médicas y sociales. Esto es
particularmente importante para las enfermedades mentales graves, como la
esquizofrenia.

Medicamentos.
Si bien los medicamentos psiquiátricos no curan la enfermedad mental, con
frecuencia pueden mejorar los síntomas en forma significativa. Los medicamentos
psiquiátricos pueden ayudar, además, a la efectividad de otros tratamientos, como la
psicoterapia. Los medicamentos más adecuados para ti dependerán de tu situación
particular y de la forma en que el cuerpo responda a la medicación.

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Los sistemas de clasificación de enfermedades mentales.

Los sistemas diagnósticos actuales.


Sigue sin conocerse la etiología de la mayor parte de los trastornos mentales
por ello las clasificaciones vigentes han adoptado un enfoque descriptivo. Las dos
clasificaciones de los trastornos mentales más utilizadas actualmente en salud mental
son:
 La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10)
 El Manual Diagnostico y Estadístico (DSM-IV-R-TR)

Ambos utilizan criterios operativos de diagnóstico, es decir, definiciones


formales de las categorías diagnósticas con criterios estrictos de inclusión Para
codificar una enfermedad específica en un sistema se utiliza:

 La historia clínica.
 Los síntomas actuales del paciente.
 Y una confrontación de esos síntomas con los criterios diagnósticos para
esa enfermedad.

Los sistemas de clasificación de los trastornos mentales: DSM y CIE (II).

Las funciones específicas de la clasificación.

 Organizar la información clínica, facilitando la codificación,


memorización y evocación de la misma
 Facilitar la comunicación, entre profesionales proporcionando un marco
teórico compatible.
 Favorecer la fiabilidad, suministrando información descriptiva de cada
una de las entidades clínicas básicas.

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 Proporcionar una estimación del pronóstico del sujeto, permitiendo
predecir el curso clínico y la respuesta al tratamiento
 Orientar el tratamiento más indicado (el diagnóstico ha demostrado ser
de entre otras variables: sexo, edad, estatus económico, social, raza... la
más significativa en la determinación del tratamiento de un trastorno)
 Clarificar la etiología de la alteración, posibilitando, mediante la
comparación de grupos de sujetos, el estudio de vías y nexos comunes
en el desarrollo de los trastornos
 Orientar la investigación facilitando el desarrollo teórico (al
proporcionar la distinción de grupos y subgrupos de trastornos,
favorece el descubrimiento de los procesos fisiológicos y psicológicos
subyacentes.

El DSM-IV es una herramienta de diagnóstico, que propone una descripción del


funcionamiento actual del paciente a través de 5 "ejes", con el objeto de contar con un
panorama general de diferentes ámbitos de funcionamiento:

 Eje I: Donde se describe el o los trastornos psiquiátricos principales o


sintomatología presente, si no configura ningún trastorno. (Por ejemplo:
trastorno depresivo, demencia, dependencia de sustancias,
esquizofrenia, etc.)
 Eje II: Donde se especifica si hay algún trastorno de personalidad a la
base (o rasgos de algún trastorno), algún trastorno del desarrollo, o
retraso mental (Por ejemplo: trastorno de personalidad límite, trastorno
autista, retraso mental moderado, etc.)
 Eje III: Donde se especifican afecciones médicas que presente el
paciente (si es que existen).
 Eje IV: Donde se describen tensiones psicosociales en la vida del
paciente (desempleo, problemas conyugales, duelo, etc.)
 Eje V: Donde se evalúa el funcionamiento global del paciente
(psicológico, social y ocupacional), a través de la Escala de
funcionamiento global (EAG).
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Las principales categorías del DSM-IV en el eje I.

 Trastornos de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia (se excluye


el retraso mental, que se diagnostica en el Eje II).
 Delirium, demencia, trastornos amnésicos y otros trastornos
cognoscitivos.
 Trastornos mentales debidos a una enfermedad médica.
 Trastornos relacionados con sustancias.
 Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
 Trastornos del estado de ánimo.
 Trastornos de ansiedad.
 Trastornos somatomorfos.
 Trastornos facticios.
 Trastornos disociativos.
 Trastornos sexuales y de la identidad sexual.
 Trastornos de la conducta alimentaria.
 Trastornos del sueño.
 Trastornos del control de los impulsos no clasificados en otros
apartados.
 Trastornos adaptativos.
 Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica.

Las principales categorías del DSM-IV en el eje II.

 Trastorno paranoide de la personalidad.


 Trastorno esquizoide de la personalidad.
 Trastorno esquizotípico de la personalidad.
 Trastorno antisocial de la personalidad.
 Trastorno histriónico de la personalidad.
 Trastorno narcisista de la personalidad.
 Trastorno de la personalidad por evitación.

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 Trastorno de la personalidad por dependencia.
 Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.
 Trastorno de la personalidad no especificado.
 Retraso mental.

Las principales categorías del DSM-IV en el eje IV (Problemas psicosociales y


ambientales)

 Problemas relativos al grupo primario de apoyo.


 Problemas relativos al ambiente social.
 Problemas relativos a la enseñanza.
 Problemas laborales.
 Problemas de vivienda.
 Problemas económicos.
 Problemas de acceso a los servicios de asistencia sanitaria.
 Problemas relativos a la interacción con el sistema legal o con el crimen.
 Otros problemas psicosociales o ambientales.

Las principales categorías del DSM-IV en el eje V.

Evaluación de la actividad global. Se realiza mediante la Escala de evaluación de


la actividad global (EEAG).

100...91.Actividad satisfactoria en una amplia gama de actividades, nunca


parece superado/a por los problemas de la vida, es valorado/a por los demás a causa
de sus abundantes cualidades positivas. Sin síntomas.

90...81.Síntomas ausentes o mínimos (por ej., ligera ansiedad antes de un


examen), buena actividad en todas las áreas, interesado/a e implicado/a en una amplia
gama de actividades, socialmente eficaz, generalmente satisfecho/a de su vida, sin más
preocupaciones o problemas que los cotidianos (por ej., una discusión ocasional con
miembros de la familia).

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80....71.Si existen síntomas, son transistorios y constituyen reacciones
esperables ante agentes estresantes psicosociales (por ej., dificultades para
concentrarse tras una discusión familiar); solo existe una ligera alteración de la
actividad social, laboral o escolar (por ej., descenso temporal del rendimiento escolar).

70......61.Algunos síntomas leves (por ej., humor depresivo e insomnio ligero) o


alguna dificultad en la actividad social, laboral o escolar (por ej., hacer novillos
ocasionalmente o robar algo en casa), pero en general funciona bastante bien, tiene
algunas relaciones interpersonales significativas.

60...51.Síntomas moderados (por ej., afecto aplanado y lenguaje circunstancial,


crisis de angustia ocasionales) o dificultades moderadas en la actividad social, laboral o
escolar (por ej., pocos amigos, conflictos con compañeros de trabajo o escuela).

50......41.Síntomas graves (por ej., ideación suicida, rituales obsesivos graves,


robos en tiendas) o cualquier alteración grave de la actividad social, laboral o escolar
(por ej., sin amigos, incapaz de mantenerse en un empleo).

40......31.Una alteración de la verificación de la realidad o de la comunicación


(por ej., el lenguaje es a veces ilógico, oscuro o irrelevante) o alteración importante en
varias áreas como el trabajo escolar, las relaciones familiares, el juicio, el pensamiento
o el estado de ánimo (por ej., un hombre depresivo evita a sus amigos, abandona la
familia y es incapaz de trabajar; un niño golpea frecuentemente a niños más pequeños,
es desafiante en casa y deja de acudir a la escuela).

30......21.La conducta está considerablemente influida por ideas delirantes o


alucinaciones o existe una alteración grave de la comunicación o el juicio (por ej., a
veces es incoherente, actúa de manera claramente inapropiada, preocupación suicida)
o incapacidad para funcionar en casi todas las áreas (por ej., permanece en la cama
todo el día; sin trabajo, vivienda o amigos).

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20......11Algún peligro de causar lesiones a otros o a sí mismo (por ej., intentos
de suicidio sin una expectativa manifiesta de muerte; frecuentemente violento;
excitación maníaca) u ocasionalmente deja de mantener la higiene personal mínima
(por ej., con manchas de excrementos) o alteración importante de la comunicación
(por ej., muy incoherente o mudo).

10......1.Peligro persistente de lesionar gravemente a otros o a sí mismo (por ej.,


violencia recurrente) o incapacidad persistente para mantener la higiene personal
mínima o acto suicida grave con expectativa manifiesta de muerte.

Los trastornos de personalidad.

Sujetos del grupo B: Los excéntricos.


Características comunes al todo el grupo A: En este grupo se incluye a personas
con poca capacidad para establecer y mantener relaciones interpersonales debido a:

 Su acusada introversión.
 Su falta de sintonía y calidez.
 Su dificultad para aprender habilidades sociales elementales.

Se trata de personas que:

 Suelen ser raras e impenetrables.


 Viven socialmente aislados.
 Carecen de sentido del humor e intereses afiliativos.
 Suelen ser fríos e inexpresivos.
 Son muy vulnerables a la patología psiquiátrica; especialmente a la
esquizofrenia y los trastornos afectivos.
 Con frecuencia abusan de las drogas lo que hace menos penosos, para
ellos, los contactos sociales.

Sujetos del grupo B: Los inmaduros.


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Características comunes a todo el grupo: En este grupo se incluye a personas
que poseen:
 Una gran labilidad afectiva.
 Una peculiar y ambivalente emotividad acompañada de conductas
descontroladas o socialmente inadaptadas.
 Coloquialmente se les etiqueta como malcriados, déspotas o
caprichosos.
 Resultan poco fiables por su dificultad para comportarse según las
reglas y normas sociales.

Sujetos del grupo C: Los temerosos.


Características comunes a todo el grupo:
 Experimentan un miedo patológico que determina y marca su biografía.
 Temen ir a la escuela, hacer el ridículo, relacionarse con los demás,
fracasar en sus cometidos y o cualquier incertidumbre o novedad.
 Son extraordinariamente sensibles a las señales de castigo.
 Sus miedos provocan reacciones emocionales que interfieren en su
aprendizaje y llegar a desorganizar su conducta.
 La falta de estrategias de afrontamiento provoca conductas explosivas y
mal dirigidas que se alternan con retraimiento e inhibición.

CONCLUSIÓN

El tratamiento psicológico con los delincuentes pretende promover cambios en


sus conductas, cogniciones y emociones para ofrecerles nuevas habilidades de vida,
nuevos modos de encarar su mundo y unas estructuras emocionales más equilibradas
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que eviten la agresión y resulten más solidarias. En los servicios de justicia criminal, el
tratamiento debe asentarse sobre el concepto de rehabilitación; el ajuste del
comportamiento desde un patrón delictivo antisocial a otros más respetuosos de la ley
o prosociales. A pesar que el tratamiento de los delincuentes gravemente perturbados
es manifiestamente mejorable, en los últimos años se han producido algunos avances.
Desde los inicios de la historia de la psicología y de la criminología se ha relacionado la
psicopatología con crimen, aunque las características definitorias de la primera para
acometer tal acto de crueldad han ido variando. En la actualidad parece estar claro, al
menos dentro de la criminología, la diferencia entre psicópata y otros trastornos
psicológicos, atribuyéndosele al psicópata los crímenes más graves, aunque si bien no
todos los psicópatas son criminales. No obstante, en la psicología se sigue utilizando
indistintamente el término psicópata en el Trastorno de la Personalidad Antisocial, tal
y como queda recogido en el DSM-V. Toda persona puede cometer, atendiendo al
modelo de Redondo (2008), un delito, pero será aquella con mayor cantidad de
factores de riesgo la que mayor probabilidad tenga, y dentro de esos factores de riesgo
incluiríamos los trastornos psicológicos.

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