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MIRADAS Y DIÁLOGOS QUE NOS TRANSFORMAN SALUD MENTAL


COMUNITARIA

Book · November 2017

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2 authors:

Miryam Rivera-Holguin Germán Vargas Farías


PUCP; KU Leuven 1 PUBLICATION   0 CITATIONS   
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El Grupo de Trabajo de Salud Mental (GTSM)
Miryam Rivera Holguín y Germán Vargas Farías, Editores está conformado por instituciones de la

SALUD
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
(CNDDHH) y por profesionales que comparten
su misión y principios. Se formó en abril de
2004, luego de la entrega del Informe Final

SALUD MENTAL COMUNITARIA: Miradas y diálogos que nos transforman


de la Comisión de la Verdad y Reconciliación,
con la misión de aportar en la elaboración e
GTSM implementación de políticas públicas en salud

MENTAL mental frente a las consecuencias del conflicto


armado interno y a procesos generadores de

COMUNITARIA:
violencia.
En sus años de funcionamiento ha contribuido
a que el tema de salud mental en nuestro país
MIRADAS Y DIÁLOGOS integre metodologías, estrategias y acciones
QUE NOS TRANSFORMAN que favorezcan el respeto a los derechos
humanos de los peruanos y peruanas, a fin de
que la población pueda ejercer su derecho a la
salud mental.
El GTSM además de producir un documento
conceptual denominado “Salud mental
comunitaria: aportes para el trabajo con
poblaciones” que ha sido material referente
en las capacitaciones para el personal de
salud de las regiones Ayacucho, Apurímac,
Cusco y Huancavelica, ha contribuido con el
Ministerio de Salud en acciones de capacitación
y discusión sobre temas relacionados con la
salud mental en el Perú. Asi tambien, elaboró
GRUPO DE TRABAJO DE SALUD MENTAL
los contenidos y marco conceptual del Proyecto
Y UNIDAD DE RESPONSABILIDAD
de Ley de Salud Mental, en coordinación con el
SOCIAL DEL DEPARTAMENTO DE
IDEHPUCP, y ha producido el documento“Juicio
PSICOLOGIA DE LA PUCP
a Fujimori: Subjetividades, negación y juegos del
poder” en el que se reflexiona sobre el impacto
de un proceso judicial clave en la construccion
de la democracia en nuestro pais.
“Salud mental comunitaria: miradas y
diálogos que nos transforman” es su tercera
publicacion.

GTSM
SALUD MENTAL COMUNITARIA:
Miradas y diálogos que nos transforman

Miryam Rivera Holguín y German Vargas Farías, editores

Primera edición: Lima, Perú, enero 2017

© Grupo de Trabajo de Salud Mental


Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
José Pezet y Monel 2467, Lima 14, Perú
Teléfono: 4191111
SALUD MENTAL COMUNITARIA:
Pontificia Universidad Católica del Perú Miradas y diálogos que nos transforman
© Unidad de Responsabilidad Social del Departamento
de Psicología Miryam Rivera Holguín y German Vargas Farías (editores)
© Dirección Académica de Responsabilidad Social
Avenida Universitaria 1801, Lima 32, Perú
Carmen Aldana
Teléfono: 6262000
Nélida Baca
Diseño: Roger Hiyane Martha Laberiano
Óleo de la Portada: “Paseo nocturno” de Angel Pernia Añazgo Elena Peña
Cuidado de la edición: Victoria Cavero Huapaya César Pezo Del Pino
Fotos: URS-Psi PUCP Tesania Velázquez

Tiraje: 500 ejemplares

Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio,


total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores

1a. edición, enero 2017.


Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2017-00992
ISBN: 978-612-47215-3-3.

Impreso en: R&F Publicaciones y Servicios S.A.C.


Manuel Cándamo 350-356, Lima 14, Perú
SALUD MENTAL COMUNITARIA:
Miradas y diálogos que nos transforman
4

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN
Página 7

CAPÍTULO UNO:
LOS ENCUENTROS COMO ESPACIO
GENERADOR DE CONOCIMIENTO
Por César Pezo Del Pino y Tesania Velázquez
Página 11

CAPÍTULO DOS:
SALUD MENTAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS
Por Martha Laberiano y Germán Vargas
Página 21

CAPÍTULO TRES:
¿CÓMO SE HACE EL TRABAJO
COMUNITARIO EN NUESTRO MEDIO?
Por Carmen Aldana
Página 43

CAPÍTULO CUATRO:
EL AUTOCUIDADO Y CUIDADO DE LOS EQUIPOS
Por Nélida Baca y Elena Peña
Miradas y diálogos que nos transforman

Página 71
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

CAPÍTULO CINCO:
MODELO DE SALUD MENTAL COMUNITARIA
Por Miryam Rivera Holguín y Tesania Velázquez
Página 95
6 7

Introducción

A
sí como hay hábitos que favorecen la salud, particularmente la salud mental de las personas,
hay prácticas que hacen bien a la salud mental comunitaria en nuestro país. Una de esas bue-
nas prácticas, es la que iniciamos hace años un grupo de docentes del Departamento de Psi-
cología de la PUCP y otro grupo de activistas y profesionales de la salud mental integrantes de varias
organizaciones de derechos humanos. Nos referimos a la generación de un espacio que llamamos
Encuentros de discusión sobre clínica comunitaria, donde personas de diversas profesiones e insti-
tuciones se reúnen en torno a una preocupación compartida: la salud mental comunitaria en el Perú.

El año del primer encuentro, 2003, no fue casual. Acabábamos de conocer el Informe Final de
la Comisión de la Verdad y Reconciliación y nos sentíamos interpelados por las dimensiones de la
tragedia ocurrida entre 1980 y 2000. La violencia, la exclusión, el dolor, la desesperanza se habían
enraizado en nuestro país, agudizado durante ese periodo, y seguían latentes, convocándonos a par-
ticipar.

Desde entonces nos propusimos aportar, haciéndolo desde la salud mental comunitaria que es,
para quienes concebimos y participamos en este proceso, la mejor manera, desde los derechos hu-
manos, para proteger y promover la dignidad y bienestar de las personas.

Han sido trece años en los que hemos visto crecer y madurar la comprensión de la salud mental
comunitaria en el país, con la satisfacción de haber acompañado ese proceso y reconocer que se ha
Miradas y diálogos que nos transforman

ido superando la incertidumbre y que cada vez son más claras las rutas por donde transitar, y más la
gente involucrada.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Un libro como este, es una importante contribución, pues da cuenta de la evolución y del de-

Grupo de Trabajo de Salud


sarrollo del trabajo en salud mental comunitaria en el Perú, al punto que en los Encuentros y otros
espacios hoy hablamos de propuestas, modelos y políticas.
8 9

Carmen Aldana, Nélida Baca, Martha Laberiano, Elena Peña, César Pezo, Miryam Rivera, Germán
Vargas y Tesania Velásquez, autoras y autores de este libro, son solo una parte de esas cientos de
personas que participaron en los Encuentros, y han procurado recoger en sus textos, las reflexiones,
debates, experiencias y aprendizajes compartidos por los participantes a los largo de todos estos
años de Encuentros.

Lo que nos presentan es fruto de la reflexión que se aportó desde el trabajo en el campo, desde
el sentir de la gente, desde el reconocimiento de sus problemas, luchas, fortalezas y recursos, desde
todo aquello que es y constituye comunidad.

Nada de lo expresado en el libro puede ser leído como discusiones acabadas, son más bien una
invitación a participar, a sumarse a nuestros Encuentros, analizando estos aportes, difundiéndolos,
discutiéndolos con otros y otras.

Celebramos con este libro las buenas prácticas, el ejercicio y la reflexión constante, las buenas
relaciones, es decir aquellas que se construyen con equidad, paciencia, respeto y memoria. Celebra-
mos que a través de lo que se ha expresado en los Encuentros se hayan afirmado compromisos y el
sentido de todo esto que es proteger y promover la dignidad y bienestar de las personas.

Al Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, y a


Miradas y diálogos que nos transforman

la Unidad de Responsabilidad Social del Departamento de Psicología de la PUCP, nuestro recono-


cimiento por este importante aporte que hoy a través de sus miembros realizan; a la DARS nuestro
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

agradecimiento por haber respaldado la publicacion de esta sistematizacion fruto del dialogo entre

Mental Comunitaria y URSpsi


sociedad civil, academia y Estado.

Grupo de Trabajo de Salud


Los editores
10 11

César Pezo del Pino Tesania Velazquez Castro


Psicólogo clínico, psicoterapeuta psicoanalítico Directora de la Dirección Acádemica de
y docente del Departamento de Psicología, Responsabilidad Social y Docente del
miembro de la Unidad de Responsabilidad Departamento de Psicología de la Pontificia
Social (URSpsi-PUCP). Supervisa equipos Universidad Católica del Peru.

CAPÍTULO UNO
que trabajan con poblaciones afectadas Magister en Evaluacion Psicologica y forense
por violencia o desastres. Formado en la por la Universidad de Salamanca de España.
Pontificia Universidad Católica del Perú, en Coordinadora del Grupo de Investigación en
el Centro de Psicoterapia Psicoanalítica de Psicología Forense y Penitenciaria y miembro
Lima (CPPL) y en el Instituto de la Sociedad
Peruana de Psicoanálisis (SPP). Miembro de
del Comite Asesor de la Maestria en Psicología
Comunitaria de la PUCP.
LOS ENCUENTROS COMO
las Asociaciones Peruanas de Psicoterapia Miembro del Grupo de Trabajo de Salud Mental
Psicoanalítica de Niños y Adolescentes
(APPPNA) y de Grupo (APPPG). Al inicio
de la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos, miembro fundador y Ex-Directora
ESPACIO GENERADOR
de su carrera fue miembro investigador
del Centro de Estudios y Promoción del
de la Red Latinoamericana de Formacion en
Psicología Comunitaria. DE CONOCIMIENTO
Desarrollo (DESCO), promovió la formación Ha obtenido el Premio Anual de Psicología
de experiencias de educación popular, acción Comunitaria y el Premio Anual de Psicología
cultural y desarrollo humano, y publicó sobre Peniteniciaria otorgado por el Colegio de
temas de educación de adultos, sindicalismo Psicólogos del Perú.
magisterial y la condición del maestro. Más Experta en temas de género, violencia, salud
adelante gestó la Asociación para la Salud mental comunitaria y desastres.
Integral (ASI) en San Juan de Lurigancho
(programa de atención individual, familiar y tvelazq@pucp.pe
Miradas y diálogos que nos transforman

de prevención comunitaria); años después, la


Asociación para la Salud Mental (comunidad
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

terapéutica para personas con sufrimiento

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
psíquico severo y sus familias). En todos los
proyectos que ha participado, siempre fue
como parte de un equipo de colegas.

cdpezo@pucp.edu.pe
12 13

LOS ENCUENTROS COMO


ESPACIO GENERADOR DE
CONOCIMIENTO

César Pezo del Pino y Tesania Velázquez1

E
XI Encuentro “A 10 años de la CVR: Un balance desde la salud” n diciembre de 2008, para el VI Encuentro de discusión sobre clínica comunitaria, preparamos
una publicación sobre los cinco anteriores encuentros (Pezo del Pino, Velázquez, Valz-Gen, &
Pareja, 2008). En la primera parte, Balance y perspectivas de los Encuentros, hicimos una sis-
tematización del rico material producido por el conjunto de participantes en todos esos encuentros.
Pudimos hacerlo a partir de los registros grupales y de los testimonios individuales que recibimos
cada año y que archivamos con diligencia pues manifestaban la libertad, espontaneidad y frescura
de cada grupo. Todo este valioso material nos permitió reflexionar sobre el sentido de los encuen-
tros, sobre la semblanza afectiva de los pequeños grupos y sobre los temas que emergieron en los
diálogos grupales. Esa reflexión nos permitió subrayar algunas características comunes a los traba-
jos que realizan las personas participantes. En la segunda parte de esa publicación reprodujimos las
ponencias que sirvieron de punto de partida para cada Encuentros.

En el transcurso de esos años se fue acumulando experiencias y saberes compartidos, por eso
en aquel texto damos cuenta de un proceso de aprendizaje y de reformulación de las maneras de
XI Encuentro. Ponentes: Gloria Cueva y Nélida Baca acercarse al dolor social, expresado en situaciones existenciales, en personas con rostro propio, en
Miradas y diálogos que nos transforman

familias, en grupos más o menos cohesionados, en algunos casos con sentido de comunidad, y en
poblaciones vulnerables.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Consideramos que lo más relevante de estos espacios de encuentro ha sido el proceso de apren-

Grupo de Trabajo de Salud


dizaje que esta dinámica metodológica ha generado. Es decir, buscar reflexionar sobre los diferentes
enfoques que abordan la problemática de salud mental desde una perspectiva comunitaria, enfo-

1 Agradecemos la colaboración de nuestras jóvenes colegas en la elaboración de este texto: Olenka Retiz Flores y Geraldine
Guzmán Huayhuameza. Ex-alumnas del curso Intervención clínica comunitaria y activas colaboradoras en la realización de los
últimos Encuentros.
14 15

ques que facilitan procesos de recuperación psicosocial de personas, familias, colectivos y comu- Estos elementos que están en el tejido social de nuestro país, también están presentes entre
nidades. Las condiciones de existencia de la mayoría de los peruanos demandan nuevas miradas colegas que trabajamos desde instituciones de la academia o de cualquier otra de la sociedad civil y
de sujeto, de salud mental, de bienestar y de malestar. Miradas que implican considerar que el ser desde el Estado. Las problemáticas de centro y periferia, de mundo urbano y mundo rural, de diver-
humano es parte inseparable de la sociedad y de la cultura en la que vive. Las problemáticas sobre sidad de lenguas maternas, se repiten a distinta escala. Solo como ejemplo, tomemos en cuenta la
las que hay que incidir no son sólo de orden psicológico, son también problemáticas de salud pública división política territorial: relaciones estructurales de distrito y provincia, de provincia y región, de
y por tanto de orden político y social (Pezo del Pino et al., 2008). región y país. La exclusión es un elemento, junto con la pobreza estructural, que está en el trasfondo
de nuestros sufrimientos mentales, como bien se señala en un texto fundamental de consenso entre
Los Encuentros de discusión sobre clínica comunitaria se llevan a cabo de modo ininterrumpido quienes trabajan en salud mental (Ministerio de Salud, 2004).
desde el año 2003 hasta la actualidad, surgió como una iniciativa del curso de Intervención clínica
comunitaria2, y usualmente se realizan el primer sábado de diciembre. Los/las docentes miembros Por eso, la convocatoria a los Encuentros lo que busca desde el inicio es que las y los colegas, sea
de la Unidad de Responsabilidad Social del Departamento de Psicología (URSpsi–PUCP), asumimos que trabajen en la academia, en la sociedad civil o en el Estado, tengan un espacio para conocerse, inter-
el reto de propiciar un espacio desde la Universidad que permitiera estrechar vínculos con colegas cambiar experiencias, compartir afectos, satisfacciones y frustraciones, y para reflexionar en conjunto
e instituciones con intereses similares. Para la organización de los Encuentros decidimos convocar construyendo confianza y vínculos que podrían ser muy importantes para complementar trabajos o, algo
a tres organizaciones, ensayando una cogestión interinstitucional. Hasta el año 2008 lo trabajamos que a veces no es valorado y es importante, contar con colegas con los cuales se pueda hablar de lo que
con DEMUS (Estudio para la Defensa de los Derechos de las Mujeres), el CAPS (Centro de Atención nos pasa en el trabajo, constituyéndonos en socios dispuestos a brindarnos soporte y compañía.
Psicosocial) y Wiñastin (Atención y Promoción en Salud Mental – Ayacucho). Después de la publica-
ción del libro sobre los primeros cinco Encuentros, evaluamos que estas instituciones, así como la Ese propósito fue lo que delineó la metodología que usamos en la realización de los Encuentros.
mayoría de las/los profesionales comprometidos con los Encuentros, son miembros del Grupo de El encuadre básico se mantiene en estos catorce años porque tiene su sentido y da sus frutos. Como
Trabajo de Salud Mental de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (GTSM), decidimos en saben quienes han participado, la mañana la partimos en dos. Se empieza con una mesa redonda,
conjunto que desde el año 2009 los Encuentros serían organizados, evaluados y sistematizados por con dos o tres ponentes que exponen sus puntos de vista y dialogan sobre algún tema de coyuntura
la URSpsi-PUCP y el GTSM. que tiene implicancias en la salud mental. El tema de cada Encuentro, es elegido y anunciado con an-
ticipación. Terminada la mesa redonda, se da pase a la participación de los asistentes con preguntas
Desde el inicio aspirábamos congregar en estos Encuentros a colegas que trabajan en salud mental o comentarios, se hace una pausa para compartir una merienda y propiciar la confraternización. De
desde distintas disciplinas (psiquiatría, psicología, enfermería, trabajo social, educación, derecho, an- ahí pasamos al trabajo en grupos donde se conversa amplia y abiertamente sobre el tema planteado
tropología, comunicación social, entre otras). Sabíamos que son muchas las iniciativas de este tipo, sin en la mesa redonda y se profundiza según la construcción del diálogo grupal. Ahí se encuentra gran
embargo, queríamos aportar, creando este espacio de encuentro y diálogo, dándole continuidad anual. parte de la riqueza de estos Encuentros, porque la dinámica de los pequeños grupos, al favorecer el
cara a cara, propicia que las y los colegas construyan una cercanía particular para ese momento. Y en
Partíamos de una constatación subrayada por el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Re- esa proximidad, espontáneamente, se comparten vivencias, problemáticas comunes y reflexiones
Miradas y diálogos que nos transforman

conciliación (2003) y que hace referencia al desconocimiento que los peruanos y peruanas tenemos sobre el sentido de sus trabajos. Se trata de una experiencia breve pero genuina.
respecto a otras y otros peruanos, a la diversidad étnica, cultural, regional, inclusive de clase. Este
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

desconocimiento es incomunicación y conduce a que prevalezcan prejuicios, malentendidos, falta En los Encuentros utilizamos una metodología muy parecida a la que usamos en jornadas de trabajo

Mental Comunitaria y URSpsi


de respeto por el otro, desconocimiento de la alteridad y el peligro de un rápido deslizamiento a la con grupos, comunidades y poblaciones. Metodología que es al mismo tiempo cognitiva y afectiva. Pen-

Grupo de Trabajo de Salud


discriminación que es una forma de violencia social. samos, discutimos, permitiéndonos expresar lo que sentimos y acogiéndonos en esa comunicación. Ahí
está la riqueza de este tipo de encuadres o metodologías de trabajo que engranan grupos grandes (tipo
asamblea) con grupos pequeños, y por tanto promueven cercanía y confianza. Usar entre nosotros lo que
2 Intervención clínica comunitaria es un curso electivo de la mención Clínica del Plan de Estudios 2003 (Especialidad de Psi- utilizamos con otros, es parte de nuestra práctica ética profesional, además de resultarnos útil.
cología de la Pontificia Universidad Católica del Perú), fue incluido en la malla curricular por la profesora Tesania Velázquez en el
año 2001, con el objetivo de ofrecer a las/los estudiantes un espacio de reflexión y acercamiento a la realidad nacional desde una Las publicaciones que hemos producido, la de los primeros cinco Encuentros (2003-2007) y la
perspectiva comunitaria. que presentamos ahora sobre los seis siguientes (2008-2013) son evidencia de que estos Encuentros
16 17

constituyen espacios de generación de conocimiento. Sin embargo, no restrinjamos esta afirmación Tabla 1.
a los textos escritos que estas publicaciones presentan, sino que el aprendizaje entre unos y otros es
recíproco y se alimenta de la reflexión conjunta que se elabora. Los Encuentros de 2003 a 2016

En estos catorce años de encuentros (ahora, en 2016 estamos realizando el XIV Encuentro) se ha Encuentro Tema
reflexionado mucho sobre salud mental, bienestar y malestar, sobre las condiciones de vida de no-
Encuentro I Una mirada al trabajo clínico en el ámbito
sotros y de las personas con quienes trabajamos, y un aspecto que cada vez ha sido más subrayado sábado 13 de diciembre de 2003 comunitario
es la necesidad de tener un enfoque holístico sobre la familia, el grupo y la comunidad, inclusive, en
Encuentro II (Re-)pensando el encuadre en nuestras
las necesarias atenciones individuales. Así se ha ido fortaleciendo la importancia de tener un acer-
sábado 4 de diciembre de 2004 intervenciones
camiento comunitario a las diversas problemáticas de salud mental, sobre todo en todas aquellas
básicas que tienen que ver con estilos de vida, formas de tratar la agresión y la violencia en la casa, Encuentro III
La importancia de lo comunitario en salud mental
sábado 26 de noviembre de 2005
el barrio o la escuela. La necesidad de entender la simbología y las representaciones mentales y so-
ciales que fluyen en determinados contextos grupales o comunales, y la importancia de considerar Encuentro IV
Proyectos de salud mental comunitaria
sábado 2 de diciembre de 2006
la diversidad como punto de partida para vincularse desde la necesidad y el lenguaje del otro, son
afirmaciones que cada vez se notan más entre quienes participan en estos Encuentros. Encuentro V
Pensando nuestras intervenciones post-terremoto
sábado 1 de diciembre de 2007
En catorce años de Encuentros se ha buscado congregar a profesionales con diferentes forma- Encuentro VI Reflexiones sobre la propuesta de ley de salud
ciones que trabajan temas de salud mental en espacios que trascienden la atención individual, fami- sábado 6 de diciembre de 2008 mental
liar y grupal para situarlos en la comunidad y en su problemática psicosocial. Se ha convocado a una Encuentro VII Lo interdisciplinario en la intervención clínica
diversidad de personas que trabajan con poblaciones ya sea desde instituciones públicas, asociacio- sábado 12 de diciembre de 2009 comunitaria
nes civiles e instituciones académicas de Lima y de otras regiones. Encuentro VIII Violencia social, percepción de inseguridad y salud
sábado 4 diciembre de 2010 mental
En los diálogos e intercambios suscitados a propósito del tema de cada Encuentro, surgen aso-
Encuentro IX La inclusión de criterios de salud mental en las
ciaciones, discrepancias y acuerdos, aspectos complementarios, dificultades, inclusive, a veces, con- sábado 3 de diciembre de 2011 políticas y acciones de desarrollo humano y social
flictos. En nuestros registros lo que resalta, con brillo, es la vitalidad con que son enunciadas, según
Encuentro X Intervenciones comunitarias y psicosociales en
lo que con absoluta libertad cada quien siente, piensa y hace. Aquí hay un aprendizaje acumulado sábado 15 de diciembre de 2012 contextos de conflictos socio ambientales
que esta publicación trata de recoger. Mientras que en los primeros Encuentros se emprendían las
Encuentro XI A 10 años de la CVR: un balance desde la salud
primeras discusiones sobre nociones de salud mental comunitaria y las representaciones que cada
Miradas y diálogos que nos transforman

sábado 7 de diciembre de 2013 mental


quien tenía sobre la misma, en los últimos Encuentros se evidencia que las y los participantes ya
comparten un marco de referencia común y estas ideas, ahora más consolidadas, se aplican a estra- Encuentro XII El cuidado y auto-cuidado en los equipos de salud
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

sábado 6 de diciembre de 2014 mental


tegias y acciones concretas en el marco de sus trabajos con poblaciones.

Mental Comunitaria y URSpsi


Encuentro XIII

Grupo de Trabajo de Salud


Preparándonos para el Fenómeno El Niño
sábado 5 de diciembre de 2015
Cada vez más, hay una mirada incluyente de las diferencias que están en relación directa a la diver-
sidad de nuestro país. Hay consciencia de las diferencias culturales y regionales, traducidas en formas y Encuentro XIV
Los Centros de Salud Mental Comunitaria. Un nuevo
niveles de acercamiento e intervención. Hay cada vez más consideración y respeto a la subjetividad del enfoque que contribuye a las políticas públicas
sábado 3 de diciembre de 2016
sobre salud mental
otro. Las diferencias se convierten en riquezas cuando se las puede reconocer y aprender de ellas. Los
participantes a los Encuentros muestran cómo esta diversidad caracteriza el trabajo en salud mental Fuente: Elaboración propia, a partir de los registros de la URSpsi-PUCP
en nuestro país, donde hay la posibilidad de sentirse incluido. Asimismo, plantean un cuestionamiento
a los supuestos desde los cuales se parte, poniendo énfasis en la necesidad de construir el vínculo entre
18 19

los trabajadores de la salud mental y las personas con las que se va a interactuar. Su discurso prioriza la Referencias
experiencia emocional y transformación personal a partir del trabajo con las personas y comunidades.
Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003). Informe final de la Comisión de la Verdad y Reconci-
Los Encuentros se iniciaron luego de la entrega del Informe Final de la CVR y han acompañado el liación. Lima: Comisión de entrega de la CVR.
proceso de una década en la que las instituciones y sus distintos profesionales de salud mental han ido
apostando por adoptar el enfoque comunitario en sus normativas, programas y proyectos. El proceso Ministerio de Salud (2004). Lineamientos para la acción en salud mental. Lima: Ministerio de Salud.
evolutivo de dicho enfoque se visibiliza en las temáticas elegidas cada año y también en los distintos con-
sensos a los que han llegado los participantes durante estos años. Dichos consensos han sido propiciados Pezo del Pino, C., Velázquez, T., Valz-Gen, V., & Pareja, V. (2008) Encuentros de discusión sobre inter-
por el clima afectivo que se genera en los Encuentros, el cual permite que se cree un espacio cálido para vención clínica comunitaria. Reflexiones en torno al trabajo en salud mental comunitaria.
compartir y pensar acerca de lo vivido en el marco del quehacer laboral, inclusive para tener la confianza Personas que trabajan con personas en comunidad. Lima: Departamento de Psicología de
necesaria de hacer críticas constructivas al trabajo realizado y pensar juntos cómo mejorarlo.
la PUCP.
Lo consensuado acerca de las intervenciones profesionales estipula que éstas siempre deben
respetar la dignidad de la persona y de las comunidades a fin de incidir de una manera positiva en
ellos para que por sí mismos puedan procurarse un bienestar integral, cuidar su propia salud mental,
consoliden su identidad y sean flexibles a los cambios que conlleva la vida moderna. Todo esto sin
manipular ni adoctrinar, sin paternalismos ni dependencias, apuntalando el crecimiento subjetivo
individual y la construcción de lazos y redes de solidaridad. El contar con un marco de referencia
común sólo ha sido posible a partir del fortalecimiento de formas de diálogo que acercan y admiten
dar soporte profesional, el cual ha sido fomentado de manera sostenida por los Encuentros y su
propuesta de intercambio democrático e incluyente, que fomenta la participación de todos. Esto ha
permitido, a su vez, que se integren distintas perspectivas sin que unas anulen a otras, sino, más bien,
se complementen. De este modo, encontramos en los Encuentros la integración de discursos en los
que afloran experiencias diversas que integran lo personal con lo social, lo racional y emocional.

Los participantes señalan que la construcción de la salud mental comunitaria en nuestro contex-
to avanza conforme se van sumando esfuerzos, se reconocen las iniciativas del otro y se trabaja en
conjunto. Los Encuentros suelen ser espacios en los que se forjan redes de trabajo que se consolidan
Miradas y diálogos que nos transforman

con el pasar del tiempo, cosa que permite generar recursos compartidos para hacer frente a distin-
tas situaciones. También señalan el enriquecimiento profesional que consiguen participando en los
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Encuentros y suelen referirse a éstos en términos bastante afectivos. Muchas veces, estos espacios

Mental Comunitaria y URSpsi


son experimentados como espacios de acompañamiento y contención, en donde cada quien puede

Grupo de Trabajo de Salud


expresarse sabiendo que otro, que puede ser el facilitador u otro participante, lo acogerá. En este
sentido, los Encuentros se constituyen también como espacios de cuidado para los participantes,
quienes al mirar al otro se miran a sí mismos, se reconocen y se cuidan.

Los Encuentros constituyen, también, un espacio de generación de conocimiento, porque al fa-


vorecer la reflexión colectiva se incentiva la formulación de preguntas y la búsqueda de respuestas,
incluso más allá del Encuentro. Esa trascendencia, lo hace particularmente valioso. ●
20 21

Martha Laberiano Agüero Germán Vargas Farías


Psicóloga Clínica y Comunitaria, egresada de Abogado por la Universidad Nacional Mayor
la Maestría en Psicología Comunitaria por la de San Marcos.
Pontificia Universidad Católica del Perú, y de Desde 1988 trabaja ininterrumpidamente
la Maestría en Psicología Clínica y de la Salud en la defensa y promoción de derechos

CAPÍTULO DOS
por la Universidad Ricardo Palma. humanos en el Peru, a través de proyectos
Ha sido responsable de salud mental para la desarrollados en Ayacucho, Apurímac,
Comisión Episcopal de Acción Social-CEAS Huánuco, San Martín y Lima.
con experiencia en contextos post conflicto, Es miembro del Grupo de Trabajo de
conflictos socioambientales y sistema
penitenciario, en Ayacucho, Junín, Amazonas,
Salud Mental de la Coordinadora Nacional
de Derechos Humanos, y ha sido su co-
SALUD MENTAL Y
Lima. Ha realizado acompañamiento coordinador durante un periodo.
psicojurídico y peritaje en juicios por
violaciones de derechos humanos. Ha sido
En 1996 participó en la fundación de la
Asociación Paz y Esperanza, habiendo sido su
POLÍTICAS PÚBLICAS
docente de Diplomados de Posgrado de la director ejecutivo (2009-2012), y director de
Maestria de Psicología Comunitaria de la políticas e incidencia desde 2013 a la fecha.
PUCP con el Ministerio de Educacion y de
Programas en las regiones del Perú. gvargas@pazyesperanza.org
Es coordinadora del Grupo de Trabajo de
Salud Mental de la Coordinadora Nacional
de Derechos Humanos. Actualmente trabaja
en el acompañamiento social comunitario
de Soporte Pedagógico para la Secundaria
Rural-SPSR del Ministerio de Educación-
Miradas y diálogos que nos transforman

MINEDU.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

melaberiano@gmail.com

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
22 23

SALUD MENTAL Y POLÍTICAS


PÚBLICAS

Martha Laberiano y Germán Vargas Farías

Colaborador: Sebastián Bouroncle

L
as mejoras en las intervenciones comunitarias implican un fortalecimiento articulado en los
sistemas de leyes y políticas públicas (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1991; Minis-
terio de la República Federativa de Brasil, Organización Panamericana de la Salud, OPS & Or-
ganización Mundial de la Salud, OMS, 2005; OPS & OMS, 1990). En Sudamérica, contamos con los
ejemplos de Brasil, Chile y Paraguay, países que han promulgado, con aciertos y dificultades, medi-
das de carácter político en torno a la salud mental (SM) (Berlinck, 2009; Minoletti & Zaccaria, 2009;
Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay & OPS, 2011).
XI Encuentro. Ponente: Eliaflor Cazorla de Ayacucho
En nuestro país, fue significativo el esfuerzo realizado por el Grupo de Trabajo de Salud Mental
(GTSM) de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, de elaborar un proyecto de Ley de
Salud Mental, pues implicó poner en conocimiento público el funcionamiento del sistema de salud,
donde se identificaron, principalmente, problemáticas ligadas a la salud mental. La elaboración de
dicho proyecto demandó una constante discusión de la propuesta con grupos de psicólogos/as,
psiquiatras, usuarios/as de los servicios, representantes de organizaciones de afectados/as por la
violencia política, entre otros, experiencia que permite al GTSM reconocer las dificultades de par-
Miradas y diálogos que nos transforman

ticipar en el debate para construir un marco legal y, más aun, de incidir en la sensibilización de los
funcionarios públicos.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Resulta importante recordar, por el título del presente capítulo, que una política pública es una

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medida promulgada por una autoridad legalmente constituida en base a las necesidades de las per-
sonas (Gonzales, 2006). Así, podemos observar, a través de los diferentes “Encuentros de discusión
sobre clínica comunitaria”, la inquietante desarticulación entre Estado y sociedad civil, así como la
lejanía de las instituciones públicas con sus usuarios, la población, así como con sus propios servido-
res. Los Encuentros también han puesto en evidencia la necesidad de incrementar la reflexión sobre
la salud mental, todo ello, con el propósito de mejorar la atención a las consecuencias dejadas por
el conflicto armado interno (CAI) o por los desastres derivados de la falta de previsión ante fenóme-
24 25

nos naturales. Ante todo lo mencionado, los participantes de los Encuentros presentan información Salud Mental, un Derecho Ciudadano
sobre el estado de la cuestión: bajo presupuesto destinado a la SM; percepción deshumanizadora
de las poblaciones más alejadas de la capital; necesidad de capacitación, formación y soporte de los En los discursos registrados, las personas participantes de los Encuentros mencionan la respon-
profesionales; desarticulación de abordajes; y poca investigación, lo cual se asocia con un escaso sabilidad del Estado de velar por la salud mental (como parte de la salud integral) de las poblaciones3.
consenso de indicadores para el trabajo comunitario. Todo ello, en un marco de derechos humanos que trascienda cualquier distinción cultural, racial, de
religión o de género (GTSM, 2006). Por lo tanto, se ha identificado en los discursos de los participan-
Por otro lado, también podemos apreciar avances y potencialidades: mayor comprensión e inte- tes a los Encuentros una suerte de reclamo hacia las autoridades estatales. Ante ello, nos parece
rés en el enfoque comunitario; más capacidad de crítica y de propuesta; reconocimiento de la impor- adecuado tener en cuenta las legislaciones vigentes para contrastarlas con los discursos de los y las
tancia del trabajo preventivo y promocional; experiencias específicas y adecuadas para replicar en el participantes, no con el propósito de restarles valor, sino de poner sobre la mesa las diferencias entre
sistema estatal; formulación y aprobación de lineamientos y estrategias sanitarias en salud mental; y el marco legal y la realidad plasmada en el imaginario colectivo respecto a lo que el Estado debe
mayor conciencia sobre la importancia de trabajar más cerca de la población. asumir en términos de salud mental.

Si ubicásemos los discursos en temas que debieran plasmarse en políticas públicas específicas, El derecho a la salud mental se encuentra reconocido en la legislación peruana y en los instru-
podríamos organizar en cuatro rubros, lo que ha sido sugerido por los participantes en los Encuentros mentos internacionales de protección de derechos humanos suscritos por nuestro país, los cuales
deben orientar las políticas públicas de salud mental. A nivel nacional, el derecho a la salud mental
• Aspectos normativos: Hay avances como los planes existentes, pero sigue pendiente la for- se encuentra respaldado por la Constitución Política del Perú y la Ley General de Salud. En el artículo
mulación de una ley de salud mental con enfoque de derechos, intercultural y psicosocial. 7° de la Constitución, se señala que toda persona tiene derecho a la protección de su salud y las que
presentan condiciones físicas y mentales especiales tienen derecho al respeto de su dignidad y a un
• Aspectos formativos: Incidencia en la capacitación del personal de salud y en la formación régimen legal de protección, atención, readaptación y seguridad (Gobierno del Perú & Defensoría del
universitaria, donde se enseñe salud mental y se promueva y difunda el enfoque psicosocial Pueblo, 2009). De la misma manera, la Ley General de Salud reconoce, en su artículo III, el derecho a
y comunitario. la protección y promoción de la salud de toda persona, así como de tratamiento y rehabilitación para
las que requieran (Gobierno del Perú & Defensoría del Pueblo, 2009).
• Sinergias: Mayor promoción y énfasis del trabajo intersectorial e interdisciplinario. Trabajo
en redes. Entre los instrumentos internacionales que protegen el derecho a la salud tenemos el Pacto Interna-
cional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 12° inciso 1) y el Protocolo Adicional a la
• Recursos: Mayor presupuesto, cuidado del personal, estabilidad/continuidad de los profesio- Convención Americana sobre Derechos Humanos, en materia de Derechos Económicos, Sociales y Cul-
nales y valoración de los recursos de la comunidad. turales (artículo 10°). Ambos instrumentos señalan el derecho al disfrute máximo de salud física y mental.
Respecto a las personas con alguna condición especial en los referidos aspectos, la Convención sobre los
Miradas y diálogos que nos transforman

Los Encuentros han facilitado, a partir de los temas discutidos, que los y las participantes Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce, en su artículo 25°, que tienen derecho a gozar del
compartan sus emociones, experiencias, aprendizajes, demandas y propuestas en relación a los más alto nivel posible de salud sin discriminación (Gobierno del Perú & Defensoría del Pueblo, 2009).
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

principales aspectos de salud mental. A continuación, revisaremos sus discursos e intentaremos

Mental Comunitaria y URSpsi


a partir de ellos hacer una organización que sistematice las principales ideas para generar un Sin embargo, aun con estas normativas nacionales e internacionales, es menester insistir en la

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diálogo crítico y constructivo referente a las políticas públicas en salud mental. En ese sentido, exigibilidad del derecho a la salud mental, como también en su vigilancia y supervisión. Un ejemplo
estamos organizando el contenido en cuatro ejes: salud mental, un derecho ciudadano; salud de ello es lo realizado por la Defensoría del Pueblo al supervisar la atención del Centro de Rehabilita-
mental, el trabajo realizado desde las instituciones públicas; salud mental, aportes y sugerencias ción del Enfermo Mental de Iquitos-Cremi, donde se constató la vulneración de los derechos huma-
desde los participantes a los Encuentros; y, salud mental, incidencia en políticas públicas desde nos de las personas psiquiátricas internadas, y que, tras su Informe N° 140, se procedió al cierre del
la sociedad civil.

3 Notas del XI Encuentro, 2013


26 27

mismo el día 12 de diciembre del 2015. Esta experiencia marcó un hito importante en el proceso de la nal de Salud Mental y Cultura de Paz (2004); y el tercero es el Plan Nacional de Salud Mental 2005-2010.
reforma de salud mental hacia un modelo de atención comunitaria. Estos instrumentos de política recogen lineamientos internacionales y recomendaciones formuladas por
la Defensoría del Pueblo en el Informe Defensorial N° 102, donde se abarca un enfoque integral de la salud
Por otro lado, es responsabilidad del Estado contribuir con los procesos de reparación desde la mental para el desarrollo nacional (Defensoría del Pueblo, 2005). Sin embargo, conviene advertir que se
comunidad, así como también, es derecho de los ciudadanos gozar de una adecuada salud mental trata de tres instrumentos cuyo horizonte temporal ya feneció, es decir, debiera actualizarse.
(como parte de la salud integral) (Castellón & Laplante, 2005). Todo ello, en un marco de derechos
humanos que trascienda cualquier distinción cultural, racial, de religión o de género (GTSM, 2006). Entonces, podemos observar un marcado contraste entre la realidad política y legal de la salud
Como veremos más adelante, el enfoque de derechos humanos en el trabajo desde el Estado, así mental con las experiencias de trabajo que han sido evocadas por los y las participantes a los En-
como el psicosocial y de interculturalidad, aparece ocasionalmente como referente de salud mental cuentros (en las zonas desfavorecidas de nuestro pais). La primera, a pesar de tener carencias como
comunitaria. Sin embargo, la realidad informa de brechas y vacíos que contrarían esa orientación. la falta de una ley de salud mental, no se encuentra muy alejada de un modelo de trabajo preventivo
y comunitario, y como política no ha sido oportunamente monitoreada ni supervisada a través de
indicadores de impacto en la salud mental de la población. En el contexto argentino, Marin (1999)
sostiene que la transgresión de normas, realizada por autoridades políticas, se ve facilitada por una
Salud Mental, Trabajo realizado desde las Instituciones Públicas anomia social, entre otros factores. La anomia social consiste en el rechazo hacia el cumplimiento de
normas por parte de una sociedad, incluidas sus autoridades políticas (Sabucedo, como se citó en
En este apartado rescatamos los dichos de los y las participantes a los Encuentros referentes a Muratori, Delfino & Zubieta, 2013). Por lo tanto, podemos inferir que lo encontrado por Marin (1999)
las labores del Estado en salud mental. De manera general, podemos señalar que se identifica una es cercano a nuestro contexto nacional, que aun contando con un respaldo socio-político en favor de
mayor cantidad de dificultades como la ausencia de la salud mental en los planes de trabajo, la per- la salud mental, no es llevado a la práctica.
cepcion devaluada de las poblaciones con menos recursos, los daños generados por las practicas
asistencialistas, las cuales son sopesadas por algunas buenas practicas en salud mental que pueden Por otra parte, podemos también reflexionar sobre la complejidad de trabajar con un modelo di-
servir como modelos de réplica en ciertos contextos. ferente al acostumbrado. Puede ser que las autoridades locales, encargadas de gestionar las medidas
preventivas para fortalecer la salud mental de sus comunidades, no reciban capacitación ni monitoreo
Ausencia de la salud mental en los planes de trabajo. constante ni cuenten con un espacio de reflexión para cumplir con las demandas de un nuevo enfoque
(como el comunitario). Por ende, de acuerdo con Bouroncle (2016), se recomienda facilitar espacios de
Los participantes a los Encuentros identifican una ausencia de la salud mental en las agendas del reflexión y supervisión por entidades estatales, ONG o cualquier otra institución encargada de ejecutar
Estado4, lo cual tiene una mayor repercusión en las zonas más alejadas de la capital5. Se privilegia programas sociales. Todo ello, en miras a fortalecer y rescatar los recursos para asimilar la inserción de
invertir los recursos económicos en actividades de construcción civil más que en servicios para la un nuevo paradigma y evitar el rechazo de lo considerado como “nuevo”.
salud mental, pues se ve a esta como algo poco asible, o de difícil abordaje.
Miradas y diálogos que nos transforman

Percepción devaluada de las poblaciones con menos recursos.


En ese sentido, cabe preguntarnos nuevamente (así como lo hicimos en el acápite anterior) ¿cuál es
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

el marco legal y político frente a la demanda planteada por los y las participantes a los Encuentros? Para Otro señalamiento importante realizado por los y las participantes de los Encuentros ha sido

Mental Comunitaria y URSpsi


responder a este cuestionamiento, podemos concentrarnos en los tres instrumentos de políticas públicas la denuncia de una ausencia de reconocimiento hacia las poblaciones desfavorecidas por el Es-

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que buscan integrarse en el Modelo de Atención Integral de Salud (MAIS), adoptado por el MINSA como tado, y hacia personas de otras culturas diferentes a la occidental6. Incluso, señalaron haber
uno de sus lineamientos de gestión para el período 2002-2012. El primero corresponde a los Lineamien- identificado casos en los que las condiciones de seres humanos habían sido ignoradas y no se
tos para la Acción en Salud Mental (2004); el segundo es el Plan General de la Estrategia Sanitaria Nacio- valoraba la salud, el dolor, el sufrimiento, la pérdida y el duelo7. Ante ello, podemos inferir que

4 Notas del XI Encuentro, 2013 6 Notas del XI Encuentro, 2013


5 Notas del XI Encuentro, 2013 7 Notas del XI Encuentro, 2013
28 29

el enfoque intercultural, basado en el reconocimiento y respeto del otro como parte de nuestra del alcoholismo en las comunidades, pues los programas asistencialistas brindan dinero a los
identidad personal y colectiva (GTSM, 2006), tampoco es llevado de la teoría a la práctica en los pobladores y algunos lo gastan en alcohol8
planes de acción del Estado.
Con respecto al consumo de alcohol, resulta pertinente remembrar lo encontrado por Theidon
Frente a lo señalado por los participantes de los Encuentros, vale recordar que, en el marco (2004), si bien el alcohol es un medio social con vigencia histórica desde siglos atrás, pareciera que
del CAI, las personas afectadas expresaron sentirse despojadas de sus cualidades como seres las frecuencias (pasar de consumir en solamente fiestas a incorporar el consumo a las rutinas agrí-
humanos durante el despliegue de matanzas (Comisión de la Verdad y la Reconciliación, CVR, colas) y los medios de consumo (pasar de consumir alcohol natural al industrializado) tuvieron un
2003), en ese sentido, podemos cuestionar que las normas y políticas públicas en salud, las cua- punto de quiebre con el conflicto armado interno.
les deben reconocer y proteger al ser humano como fin supremo de la sociedad y con derecho
al máximo bienestar integral, no estarían dando cuenta de la existencia de un reconocimiento Resulta, entonces, importante comprender la repercusión perjudicial del asistencialismo para el
real y por igual de todas las personas. Esto respondería a la existencia de una valoración dife- fortalecimiento de poblaciones afectadas por la pobreza y la violencia política. Este se concentra en
renciada de las personas en un país atravesado por la discriminación, exclusión y pobreza his- un enfoque de victimización para cualquier labor social con ausencia o desconocimiento de uno
tórica (CVR, 2003). Como bien señala Butler (2010), existen “sujetos que no son completamente comunitario, el cual sí contempla la necesidad de trabajar por el fortalecimiento de la autonomía y
reconocibles como sujetos, y hay vidas que no son del todo -o nunca lo son - reconocidas como la optimización de recursos para salir adelante en cualquier población desfavorecida (Carrasco &
vidas” (p. 17). Esta situación tiene un correlato con las 69 mil víctimas asesinadas y desapare- Patiño, 2010). Sin embargo, y en complemento con lo mencionado por los y las participantes de los
cidas durante el CAI (1980-2000), de las cuales el 79% vivían en zonas rurales, y el 75% tenían Encuentros, vale tomar en cuenta la definición de Alayón (1980), quien lo considera como una prác-
el quechua u otra lengua nativa como idioma materno (CVR, 2003). Asimismo, más de 15,000 tica inequitativa de bienes para mantener un orden social en favor de lo hegemónico.
personas desaparecidas aún no han sido ubicadas, y probablemente muchas de ellas estén en
los más de 6.000 sitios de entierro que se han registrado. Por lo tanto, no se les ha brindado un En el país las prácticas asistencialistas están asociadas a propósitos electorales, de compra de vo-
entierro digno, como si dichas personas no lo merecieran y no tuvieran derecho a ser lloradas. tos, que evidencia la precariedad de nuestra institucionalidad democrática, y el modo utilitario como
Como nos vuelve a señalar Butler (2010) “las distintas formas de racismo, instituido y activo al se concibe y hace política desde agrupaciones, que no vacilan en aprovecharse de las condiciones
nivel de la percepción, tienden a producir versiones icónicas de unas poblaciones eminente- de pobreza extrema en la que sobreviven muchas/os peruanos).
mente dignas de ser lloradas y de otras cuya pérdida no constituye una pérdida como tal al no
ser objeto de duelo” (p. 44). Casos específicos de buenas prácticas en salud mental.

Ello nos puede llevar a pensar, si tomamos en cuenta los discursos de los y las participantes de los A pesar de las dificultades mencionadas en la labor de salud mental desde el Estado, los y las
Encuentros, que el escenario no ha cambiado mucho. El Perú rural e indígena es el menos reconoci- participantes de los Encuentros mencionaron buenas prácticas que integran aspectos propios de un
do y valorado (CVR, 2003), sobretodo en un país donde cuesta admitir la existencia de desigualdad enfoque comunitario9. Resaltamos la importancia de tener una mirada psicosocial para comprender
Miradas y diálogos que nos transforman

social (Portocarrero, 1993). las problemáticas y las subjetividades de la población, lo cual conduce a un abordaje no patológico,
de respeto hacia la comunidad (GTSM, 2006) y con un énfasis en fortalecer las redes de soporte que
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Daños generados por prácticas asistencialistas. propician un desarrollo futuro. Asimismo, vale también resaltar la importancia de considerar a las

Mental Comunitaria y URSpsi


personas como sujetos en vez de objetos de derecho, lo cual se presta para relacionarnos intercul-

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La presencia y repercusión negativa de las prácticas asistencialistas, es referida por los partici- turalmente a través del reconocimiento y respeto por la subjetividad del otro (enfoque de derechos
pantes de los Encuentros con expresiones como la siguiente: humanos e intercultural) (GTSM, 2006; Muller, 2009).

El asistencialismo por parte del Estado ha ocasionado mucho daño. En Ayacucho, hay perso-
nas que se rehúsan a trabajar, que siempre esperan recibir. Esto ha facilitado la agudización
8 Notas del X Encuentro, 2012
9 Notas del XI Encuentro, 2013
30 31

En esta línea, es representativo el trabajo articulado en Ayacucho. Respecto a esto, en ciertas do desde algunos sectores la dación de una ley de salud mental, y la implementación de políticas pú-
comunidades el Ministerio de Economía y Finanzas ha obligado al Ministerio de Salud (MIN- blicas con enfoque comunitario para el trabajo preventivo, promocional, y abordaje de los problemas
SA) a articular esfuerzos: pautas de crianza, hábitos de convivencia familiar, alimentación […]. psicosociales.
Los niños ya no son objeto, sino sujetos de derecho, ese es el enfoque con el que se traba-
ja. Entonces, los municipios a nivel local están apostando por trabajar familia y comunidad
saludable, como con los centros de vigilancia monitorizadas por el MINSA, el Ministerio de
Desarrollo e Inclusión Social y la Dirección Regional, lo cual facilita que el gobierno local y la Salud Mental, Aportes y Sugerencias desde los Participantes a los Encuentros
comunidad se vayan empoderando10.
A pesar de las limitaciones señaladas por los participantes a los Encuentros, en torno al trabajo
En los Encuentros se resalta, también, la constitución de mesas intersectoriales de salud mental comunitario en salud mental, podemos constatar un esfuerzo por pensar en las experiencias y ex-
en diversas ciudades, donde convergen representantes de instituciones de la sociedad civil y del Es- presar críticas constructivas para mejorar los abordajes de acción en salud mental comunitaria. Es
tado, y se reflexiona y dialoga sobre la realidad de la salud mental y la importancia de enfrentar sus así como se rescatan necesidades que implican capacitación, seguimiento y un monitoreo constante
desafíos para contribuir al desarrollo de sus regiones. Desde estos espacios se han realizado campa- en el cumplimiento de las políticas públicas en la realidad, además de un trabajo conjunto con la
ñas y otras acciones de incidencia pública, y proyectos que han comprometido la participación de la academia y la sociedad civil.
población y sus autoridades.
En ese sentido, los participantes a los Encuentros, pudieron esbozar algunos aportes a fin de con-
En esa línea de buen práctica, es importante señalar que el Estado, desde el 2015, viene imple- tribuir a la implementacion de políticas en salud mental que permitan ofrecer servicios que tengan
mentando 22 Centros de Salud Mental Comunitarios en seis regiones de nuestro país. Dichos estable- un impacto positivo en la salud de las personas. Los aportes han sido organizados en tres ejes: Inte-
cimientos responden al nuevo modelo de atencion en salud mental comunitaria, enmarcado en los gración e interdisciplinariedad, Formación y capacitación de profesionales vinculada con la realidad,
procesos de reforma de la salud mental. La implementación se desprende de la aprobación de la Ley y Desafío de medir la recuperación de la salud mental comunitaria. Los describimos a continuación.
N° 29889, la cual modifica el artículo 11 de la Ley 26842 (Ley General de Salud) (MINSA, 2015). Esta ley
busca reforzar la atención primaria en salud, así como aproximar el servicio a la comunidad y facilitar Integración e interdisciplinariedad.
la reinserción de la persona con enfermedad mental a su contexto familiar y social (MINSA, 2015).
Todo ello, desde la participación y protagonismo de las familias y las redes de apoyo de la comunidad Se propone la posibilidad de trabajar de manera integral. A pesar de las diferencias que conllevan
(MINSA, 2015). a una incomunicación entre profesionales, se rescata la importancia de engranar los conocimientos.
Los abordajes, principalmente considerados por los participantes de los Encuentros, son lo preventi-
Este nuevo modelo de salud mental comunitaria tiene como antecedentes y fuentes eventos in- vo y lo comunitario.
ternacionales que generaron declaraciones para la reestructuración de la atención psiquiátrica con-
Miradas y diálogos que nos transforman

vencional. La primera de ellas es la Declaración de Alma Ata de la Conferencia Internacional sobre La problemática social no es abordable desde una sola mirada y el abordaje debe ser inte-
Atención Primaria de Salud, realizada el 12 de septiembre de 1978; y la segunda es la Declaración de gral, desde varios enfoques como el preventivo emocional, que es un enfoque desde la salud.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Caracas, generada en la Conferencia sobre la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica en Améri- Aunque se reconocen los cuatro enfoques en salud mental comunitaria (género, derechos

Mental Comunitaria y URSpsi


ca Latina dentro de los Sistema Locales de Salud (SILOS), convocada por la Organización Mundial de humanos, intercultural y psicosocial), la realidad es distinta. En las estrategias del Estado que

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la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) y realizada el 14 de noviembre de 1990. he podido revisar, estos enfoques no aparecen11.

En ese sentido, hay avances en la legislación y su implementación para la atención de personas


con diagnósticos de patología clínica desde el modelo comunitario. Sin embargo, se sigue reclaman-

10 Notas del XI Encuentro, 2013 11 Notas del XI Encuentro, 2013


32 33

Por lo tanto, resulta importante comparar algunos elementos de ambos paradigmas. Si bien uno mentos, modelos, recomendaciones internacionales o políticas públicas). Se trata de una brecha por
de los abordajes preventivos se utiliza para contrarrestar los malestares insertos en las poblaciones cubrir, y que nos informa sobre el tipo de formación recibida.
(a través de la prevención primaria) (OMS, 2004), los enfoques de intervención en salud mental co-
munitaria también trabajan con problemáticas presentes en las comunidades desde tiempo atrás Enseñan muy poco de salud pública y ese es el campo que se debe aprender…. El MINSA
(como las secuelas psicosociales del conflicto armado interno, por ejemplo). En la misma línea com- debería proponer que en el currículo existan este tipo de modelos preventivo-promocional,
parativa, el enfoque de derechos humanos (propio del comunitario) comparte los mismos principios dejando de lado los modelos con enfermos. Con la formación en la actualidad, uno sólo ve
de muchas medidas de prevención efectivas, basadas en la equidad social, de oportunidades y de enfermos, entonces, el sistema de salud peruano debería apostar por el sistema preventivo, y
atención para las comunidades olvidadas por el Estado (GTSM, 2006; OMS, 2004). eso debería trabajarse en las universidades14.

Es por ello que, al tener elementos similares, podemos hablar de un enfoque integral e interdis- A pesar de las demandas mencionadas por los y las participantes, sí existe un reglamento en
ciplinario (competente no solo para la psicología). Es en dicho punto en el que los y las participantes salud mental que integra a la formación de futuros profesionales y capacitación de profesionales ya
de los Encuentros señalan un aporte: vigentes con los enfoques de salud mental comunitaria. Este es el Reglamento de la ley N° 29889,
Ley que modifica el artículo 11 de la Ley N° 26842, Ley General de Salud, y garantiza los derechos de
La participación de distintos profesionales es necesaria, porque las políticas sociales deben las personas con problemas de salud mental (artículo 27). Sin embargo, de acuerdo con algunos es-
engranar diversos esfuerzos. Para facilitar este engranaje se necesita un enfoque interdisci- tudios realizados en instituciones psiquiátricas específicas de nuestro capital, pareciera que todavía
plinario. Hasta ahora no sucede ese engranaje. En el caso del municipio, este tiene formas de se representa a la salud mental como ausencia de enfermedad por parte de los profesionales y no
abordaje que dificultan el trabajo de los operadores de salud mental, lo cual se traduce en la como un proceso dinámico (Moll, 2013). Además, resuena el estigma experimentado de los usuarios
pérdida de recursos, de tiempo y de esfuerzo. Están trabajando en lo mismo, pero no se jun- de instituciones psiquiátricas, alimentado por los mismos trabajadores de salud mental (Maza, 2015).
tan, cada uno va por su parte sin coordinar con los demás. Si unificamos criterios, si hacemos Por lo tanto, cabría monitorear la calidad de formación y capacitación en la realidad y fuera de los
un trabajo multidisciplinario, sería más efectivo12. reglamentos. Esta inferencia nos podría dar pie para reflexionar sobre los avances académicos en
salud mental, tal como veremos en el siguiente punto.
Estos aportes invitan a debatir las normas y políticas públicas, las cuales buscan ser consecuen-
cias concretas, integrales e interdisciplinarias13. A pesar de que el Modelo de Atencion Integral en Sa- Desafío de medir la recuperación de la SM comunitaria.
lud del MINSA tiene un énfasis especial en el abordaje preventivo y promocional de la salud, todavía
llama la atención la paradoja previamente descrita entre el marco político, parcialmente optimista en Otra recomendación levantada consiste en formular indicadores estandarizados que cuantifi-
cuanto al trabajo de salud mental, frente a las experiencias recogidas en los Encuentros. Inclusive, en quen o validen académicamente el trabajo comunitario. En ese sentido, resultaría propicio tomar
el informe sobre los servicios de saud mental en el Perú, llevado a cabo por el MINSA y la OMS (2008), en cuenta los significados y aproximaciones en torno a la salud mental desde el contexto (Arenas &
se recomienda explícitamente potenciar el enfoque comunitario utilizado parcialmente hasta ese Custodio, 2015). Sin embargo, al todavía tener vigencia la asociación de salud mental con la ausencia
Miradas y diálogos que nos transforman

momento. de morbilidad y enfermedades psiquiátricas (MINSA, 2006), los y las participantes de los Encuentros
hacen mención de conflictos en sus trabajos con el Estado por el tiempo que demanda aproximarnos
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Formación y capacitación de profesionales vinculada con la realidad. y comprender las subjetividades de las poblaciones (es decir, trabajar desde un enfoque cualitati-

Mental Comunitaria y URSpsi


vo)15. También por el desentendimiento del Estado hacia los enfoques comunitarios15.

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En el registro de las intervenciones de los participantes de los Encuentros se advierte la desvin-
culación entre la información y los discursos que expresa el común de los profesionales de la salud En otras palabras, podemos inferir que las demandas de las poblaciones son diferentes al mo-
mental, con los instrumentos legales existentes y pertinentes para el trabajo de salud mental (regla- delo de trabajo utilizado hegemónicamente, muy basado todavía en lo médico. Por ende, resulta

12 Notas del XI Encuentro, 2013 14 Notas del XI Encuentro, 2013


13 Notas del VI Encuentro, 2008 15 Notas del VIII Encuentro, 2010
34 35

importante, a partir de las notas registradas, proponer una convergencia entre los indicadores cuan- Es solo un paso. Lo que la propuesta plantea es abrir un camino para luego entender la salud
titativos y los cualitativos de una población para lograr abordajes con sustento académico (Zautra & mental de modo diferente y luego poder hacer planes nacionales, multisectoriales, con el
Bachrach, 2000) y pertinentes a las diversidades del contexto nacional. MINSA y otros sectores, que acojan esta mirada que tiene más atención en el bienestar de la
persona. Lo importante es que este proyecto de ley abre un camino17.

Rol político del profesional de salud mental.


Salud Mental, Incidencia en Políticas Públicas desde la Sociedad Civil
Los y las participantes de los Encuentros, frente a la necesidad de implementar un nuevo mo-
El proyecto de ley de salud mental. delo de salud mental que va más allá de la enfermedad y de un abordaje médico, proponen tras-
cender el rol del psicólogo/a en la esfera política. También plantean la inserción de psicólogos/as
Como se mencionó anteriormente, nuestro país no cuenta con una ley de salud mental. Sin em- en espacios de toma de decisiones para generar cambios inmediatos en las políticas públicas. Todo
bargo, desde la sociedad civil y a través del GTSM, se hizo una importante contribución cuando se ello, porque perciben un escaso interés y pocos avances del Estado en temáticas relacionadas a la
coloca en la agenda y se elabora un proyecto de ley como el mencionado. Dicho proyecto se genera salud mental.
desde el diálogo entre diversos sectores sobre el funcionamiento del sistema de salud y, principal-
mente, en relación a problemáticas vinculadas a la salud mental. El contenido del proyecto de ley Preocupa que el psicólogo no vea el ámbito político, que nosotros no hagamos nada para
desarrolla un concepto de salud mental que va más allá de la ausencia de enfermedad y de una ganarnos ese campo. Me gustaría ver en un tiempo psicólogos como ministros de salud para
intervención médica y clínica, así como también integra la perspectiva comunitaria y los enfoques cambiar más rápido esos paradigmas. En Brasil, poseen un enfoque de resiliencia y en Perú
psicosocial, de derechos humanos, de género y de interculturalidad. me gustaría ese giro en las políticas de salud mental, que sean bien trabajadas18.

En ese sentido, los y las participantes en uno de los Encuentros hacen mención del gran aporte Sin embargo, cabe mencionar la práctica existente sobre acciones de incidencia política, elabo-
de la propuesta de ley que puso en diálogo las diversas miradas y enfoques del quehacer en la ración de anteproyectos y proyectos sociales y de ley de salud mental que intentan responder a las
salud mental. Asimismo, sostienen la necesidad de integrar y unificar un concepto de SM consen- secuelas de la violencia política vivida en nuestro país de 1980 al 2000. Estas acciones se han reali-
suado, que guíe y oriente el trabajo de las instituciones para responder a las necesidades reales de zado a cargo de un colectivo de instituciones, psicólogos/as y profesionales de otras disciplinas que
la población. asumen el enfoque de derechos humanos. Como ejemplos, tenemos a la Mesa de Trabajo en Salud
Mental con Población afectada por la violencia política (1993-2003) y al GTSM.
El espíritu de la propuesta de ley ha sido poner en diálogo múltiples visiones y maneras
de discutir la salud mental. Puede quedarse corta, pero el tema está en mantener una mi- En ese sentido, la Mesa de Trabajo en Salud Mental con Población afectada por la violencia políti-
rada crítica con el tiempo. Se trata de hacer lo mejor que se puede hacer por el paciente. ca (1993-2003), a partir de encuentros regionales, reunió los aportes de organizaciones de personas
Miradas y diálogos que nos transforman

Además, es importante ahora incorporar una mirada a nivel de todas las instancias del afectadas, instituciones públicas y privadas y profesionales vinculados al tema. De esta manera,
Estado y saber qué es salud mental16. elaboró un documento base para un marco normativo en salud mental con población afectada por
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

la violencia política en el Perú. En éste identifican aspectos centrales para un anteproyecto de ley: la

Mental Comunitaria y URSpsi


Adicionalmente, señalan la necesidad y los beneficios de contar con una ley de salud mental, recuperación de la memoria histórica, justicia y reparación de la población afectada por la violencia

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cuyos principios, conceptos y enfoques, centrados en la salud y bienestar, orienten los planes y polí- política; y también el incorporar el componente de salud mental y la promoción de los derechos hu-
ticas públicas. Estas también deberán ser asumidas por todos los sectores del Estado para un trabajo manos en los proyectos de desarrollo con la población afectada.
articulado en miras a impactar los determinantes sociales de la salud mental.

17 Notas del VI Encuentro, 2008


16 Notas del VI Encuentro, 2008 18 Notas del VI Encuentro, 2008
36 37

Asimismo, en el documento de la Mesa propusieron la creación de una Red Interinstitucional de la realidad. Si bien los resultados son importantes en cualquier intervención social, la inmediatez de
Salud Mental con Población Afectada por la Violencia Política, conformada por el Estado, las ONG, los mismos puede resultar perjudicial para los trabajadores de salud mental y las poblaciones. Por
las organizaciones de Base y la Iglesia, y recomendaron que dichas entidades realicen programas de otra parte, existen muchas iniciativas de profesionales en formación y/o que recién empiezan. Por lo
promoción, prevención y atención psicosocial para esta población a través de propuestas comunita- tanto, una necesidad que requerirá integrarse consiste en plantear un eje central de práctica e inves-
rias (Mesa de Trabajo de Salud Mental con Poblaciones Afectada por la violencia política, 2002). tigación en los currículos.

Como señalamos en el rubro anterior, años después el GTSM elaboró los contenidos del proyecto Finalmente, es menester que la sociedad civil, los profesionales y las autoridades insistan en la
de ley de salud mental que fue alcanzado al Congreso de la República. Estas acciones muestran un integración de conocimientos y experiencias que puedan plasmarse en una ley de salud mental y
quehacer activo, y político, de profesionales pertenecientes a colectivos como la Mesa de Salud Men- en otras normas y directrices. Si bien hemos podido constatar avances en el ámbito normativo, que
tal con Población Afectada por la violencia política y al GTSM. En consecuencia, asumimos un rol que, no necesariamente es percibido por los y las participantes en la realidad, es importante contar con
en palabras de Montero (1991), “es fundamentalmente el de agente de cambio social, comprometido una legislación ordenada que enmarque todas las recomendaciones nacionales e internacionales, y
con un proyecto social que busque la libertad, la justicia, la igualdad, la democracia y el respeto de oriente las políticas públicas sobre SM. ●
los derechos humanos” (p. 38).

Sin embargo, la demanda de los y las participantes es mayor al señalar que el psicólogo/a debe
asumir un rol de agente de cambio dentro del sistema para efectivizar oportunamente la implemen-
tación de políticas públicas con enfoque comunitario, en un contexto político donde se prioriza otros
aspectos. Para ello, se hace necesario que el psicólogo/a tenga mayor acercamiento y manejo de
estrategias en incidencia política, como también conocimiento e implementación de la legislación,
del tema presupuestal y un trabajo de lobby con las autoridades gubernamentales para impulsar un
cambio. Son retos y pendientes para seguir en tarea.

Aportes y Sugerencias

En el camino recorrido, hemos podido constatar la presencia de una paradoja entre el marco po-
lítico-legal de la salud mental y las experiencias rescatadas en los Encuentros, las cuales dan cuenta
Miradas y diálogos que nos transforman

de las necesidades todavía muy presentes para fortalecer los vínculos de los trabajadores de salud y
el Estado. Si bien hemos podido inferir, desde la academia, algunas explicaciones para esta particula-
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

ridad, faltaría llevar a la práctica una medida que la afronte. Por lo tanto, pensamos en la importancia

Mental Comunitaria y URSpsi


de generar espacios de reflexión, como los Encuentros, pero implementados desde el Estado. De esta

Grupo de Trabajo de Salud


manera, las diferencias pueden encontrar puntos de convergencia para ir entretejiendo un modelo
de trabajo integral y cohesionado.

Es así como también resulta importante fortalecer la investigación y sus vínculos con el Estado.
Un conflicto mencionado por los participantes de los Encuentros es el poco involucramiento de las
instituciones públicas con los abordajes cualitativos, los cuales pueden ser la base para formular
indicadores estandarizados y comprensibles, así como políticas públicas pertinentes y sensibles con
38 39

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42 43

Carmen E. Aldana Arrieta


Terapeuta de artes expresivas y psicóloga
con enfoque comunitario. Con estudios de
post grado en antropología, comunicación
y maestría en proceso en terapia de artes

CAPÍTULO TRES
expresivas. Participa en talleres de danza
moderna.
Ha sido integrante de la Mesa de Trabajo en
Salud Mental con Población afectada por la
violencia política, y consultora en la Comisión
de la Verdad y Reconciliación y en proyectos
¿CÓMO SE HACE EL
de salud mental comunitaria. Fue docente en
la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Es coordinadora del Grupo de Trabajo de
TRABAJO COMUNITARIO
Salud Mental de la Coordinadora Nacional de
Derechos Humanos. EN NUESTRO MEDIO?
Es supervisora en el centro de formación
TAE-Perú. Profesora en la Universidad
Antonio Ruiz de Montoya.

carmenaldanaa@gmail.com
Miradas y diálogos que nos transforman
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
44 45

¿CÓMO SE HACE EL TRABAJO


COMUNITARIO EN NUESTRO
MEDIO?19

Carmen Aldana

VIII Encuentro. Ponentes: Gino Costa, Betty Olano, Colaboradoras: Miluska Maza y Olenka Retiz
Luis Gutiérrez y Tesania Velázquez.

P
ara los trabajadores de salud mental comunitaria es de vital importancia el rol protagónico de
las comunidades así como el vínculo que establecen con ellas. Este es un vínculo de respeto,
equidad, empatía, comunicación, mutualidad. En su trabajo con las poblaciones en las ciuda-
des o en el área rural reconocen sus aspectos constructivos, así como también constatan experien-
cias límites de pobreza, violencia, marginación. Al estar las comunidades tan “lejos” -física y/o sim-
bólicamente-, no se las suele percibir; salvo cuando los conflictos las visibilizan (Vásquez & Villapolo,
1999). Son los trabajadores de salud mental quienes, con su trabajo cara a cara con las poblaciones,
establecen una cercanía emocional y fortalecen sus capacidades.

En consecuencia, las experiencias vividas por los trabajadores de salud mental comunitaria re-
querirán ser comprendidas y visibilizadas. En este capítulo nos acercamos a su labor a partir de sus
VIII Encuentro “Violencia social, percepción de inseguridad y experiencias, y visiones. En los Encuentros de discusión sobre clínica comunitaria los participantes
salud mental” reflexionaron sobre las dificultades en su trabajo, y sobre aspectos que les preocupan y que dan
Miradas y diálogos que nos transforman

cuenta del contexto de su labor. También emergieron sus recursos, estrategias y logros, aspectos
valiosos que caracterizan su trabajo. Se ha tratado de hilar los contenidos compartidos y ha sido un
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

reto el procesar la diversidad de experiencias y aprendizajes de tanto tiempo de cada participante. El

Mental Comunitaria y URSpsi


propósito de reunirlos es que estas experiencias valiosas no queden dispersas, y que el trabajador de

Grupo de Trabajo de Salud


salud mental comunitaria cuente con un material más completo sobre su trabajo, así como llegar a
algunas recomendaciones.

19 Queremos agradecer a la Lic. Marisol Vega, Lic. Yanín Baca y Mg. Patricia Luque, quienes hicieron una lectura aguda del
capítulo y aportaron sugerencias valiosas para mejorarlo.
46 47

Por otro lado, este capítulo no recoge el nivel de detalle y particularidades de cada quehacer, el • Incluyen el aspecto personal: las subjetividades, las historias individuales, las particularidades
cual sería imprescindible que esté sistematizado. Será necesario que las instituciones y la academia de cada uno, las maneras de percibir, sentir y entenderse y lo que ocurre en las relaciones que
apoyen en esto. Los Encuentros a futuro pueden plantearse cómo ir sistematizando los trabajos en establece.
salud mental comunitaria.
Cada experiencia es diferente en el encuentro cotidiano con las personas y grupos con los que
En este capítulo se responde a la pregunta ¿cómo se hace el trabajo de salud mental comunitaria se trabaja o según los espacios en que se realiza. Sea por ejemplo en el hospital o la comunidad, en
en nuestro medio? Lo abordaremos a partir de tres ejes: la labor comunitaria desde la diversidad; ámbitos urbanos o rurales. Asimismo, lo diverso emerge desde las metodologías y técnicas que cada
afrontando adversidades a partir de los recursos; y generando aportes para las comunidades, insti- quien elige en su trabajo. Recordemos que esta diversidad es análoga a lo que sucede en nuestro
tuciones, academia y para los propios trabajadores de salud mental. De esta manera conoceremos territorio geográfico, cultural y social. En un ambiente de respeto, en los Encuentros cada uno co-
cómo los trabajadores de salud mental comunitaria contribuyen a la construcción de una sociedad menta sus vivencias, pero, a primera vista, las experiencias aparecen atomizadas. Podría parecer que
más justa y humana. compiten entre sí porque no hay mucho tiempo para explayarse. Por otro lado, al hablar de nuestro
país, puede ser agobiante escuchar discursos y experiencias con diferentes niveles de problemas y
situaciones de tensión. En este contexto, inicialmente los problemas y la diversidad aparecen como
aspectos que no permiten articular y construir un camino conjunto.
El quehacer comunitario desde la diversidad
El tema del poder y la supuesta superioridad de un saber sobre otro.
La población con la que trabajamos es diversa, como son diversas las formas de trabajo y quie-
nes nos involucramos en esta labor (M. Vega, comunicación personal, 6 de agosto del 2016). En los Los participantes a los Encuentros señalan que las diferencias en las formas de trabajo se cruzan
Encuentros, a primera vista lo que emerge es que hay numerosas experiencias de salud mental co- con las relaciones de poder. Cada quien se aferra a su posición, enfoque o círculo de acción. Hay
munitaria y se requiere conocerlas mejor. Un elemento común es la diversidad que aparece en estas dificultad para ceder pues podría entenderse como una pérdida de legitimidad o espacio de trabajo.
intervenciones, la cual se aprecia en los siguientes aspectos20: Se da entre instituciones y diferentes profesionales. En algunos casos lleva al aislamiento, buscando
evitar conflictos, pero se afecta el trabajo en equipo y coordinación.
• Toman en cuenta la particularidad de cada población, sus características, su cultura y contex-
to21. Están ubicadas en la capital, las regiones, y especialmente aquellas ubicadas en lugares Los participantes reiteradamente abordan el tema del manejo de las diferencias y la valoración
de muy difícil acceso. que se hace de éstas. Señalan que la actitud de superioridad se puede dar según la procedencia
regional, entre instituciones y al interior de éstas, entre las diversas disciplinas, entre profesionales
• Existen diferentes enfoques para realizar la labor, como el intercultural, de género, biopsico- y los demás trabajadores de salud mental, entre las comunidades y, en general, dentro de cada uno.
social, de derechos, médico, espiritual, etc. que pueden complementarse. Relacionan esta supuesta superioridad con aspectos culturales, con la valoración de la formación
Miradas y diálogos que nos transforman

universitaria, y en general parece corresponder a un imaginario instituido socialmente. Así estas re-
• Se trabaja desde diferentes disciplinas y formaciones. Profesionales y promotores comunitarios; laciones de dominio de nuestro contexto también se presentan a nivel subjetivo, se han incorporado
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

cada cual aporta su visión, que además surge dentro de diversos contextos laborales, sea en una paulatinamente de manera no consciente a través de mucho tiempo. Lo cierto es que esta “superiori-

Mental Comunitaria y URSpsi


comunidad, hospital, institución educativa, ministerio, instituciones sin fines de lucro, etc. dad” dificulta que emerja el deseo de conocer y apreciar al otro22, integrar conocimientos, y más bien

Grupo de Trabajo de Salud


establece una barrera e incomunicación, sesgos o sometimiento.
• Tienen diferentes formas y niveles de intervención, desde la prevención que ha sido prioriza-
da, así como la promoción, y la atención de casos. Asimismo, los participantes hacen alusión a una relación de dominio del mundo occidental sobre
las tradiciones locales; del saber “científico” sobre el saber “empírico” y “espiritual”; de la capital res-

20 Notas del VI Encuentro, 2008 y XI Encuentro, 2011.


21 Notas del XI Encuentro, 2011. 22 Notas del X Encuentro, 2012.
48 49

pecto a las de otras regiones; así como de los que tienen mayor educación formal sobre la sabiduría escuchar las visiones de cada persona y grupo, visiones que pueden ser distintas a las propias24. Ello se
popular. Igualmente el copiar modelos externos sin adecuarlos a nuestra realidad también implicaría puede dar en un ambiente de interés, respeto y diálogo. El requerimiento que se hace es articular las
este tipo de criterio. experiencias partiendo de poder valorarlas y acogerlas sin exclusión alguna. Se entiende, entonces, la
importancia y necesidad de escuchar a las regiones. Cuando se realiza una propuesta de salud mental
Se queda todo en Lima pero en otras regiones los promotores trabajan sin tener formación. sin tomar en cuenta a todos los actores, se genera una serie de resistencias y cuestionamientos -ver el
Ellos son la primera línea. Hay dificultad para integrar, pues acá se cree que está la sabiduría. vaso medio vacío-, pues no se ha considerado el aporte que cada uno puede dar desde su especifici-
Pero es complicado integrar las visiones, la de ellos que están ahí y la de nosotros23. dad. En ese sentido, la participación de todas y todos es clave para hacer una propuesta sostenible.

Los participantes a los Encuentros señalan que no es tan fácil entender culturas y poblaciones Lo diverso puede parecer una dificultad porque requiere de un gran esfuerzo para poder conec-
diversas ni integrar conocimientos. Implica reconocer el no saber. Se requiere tener la disposición a tarlo, pero a la vez permite entender la realidad sin necesidad de homogeneizarla. Hay que reconocer
conocerlas y valorarlas, dada la inaceptable relación histórica de humillación que se ha intentado im- que realizar esta labor es un desafío, puesto que requiere de mucha escucha, tolerancia, paciencia,
poner en las culturas originarias en nuestro país. Por situaciones como éstas, el trabajador de salud comprensión, reflexión crítica; procesos que conllevan tiempo. No sólo consiste en aceptar las dife-
mental comunitaria advierte sobre la necesidad de reflexionar a nivel personal sobre sus prejuicios, rencias, sino que en un proceso de comunicación nos vamos dejando afectar por éstas y transfor-
estereotipos, creencias. mándonos en el vínculo con el otro25.

Por otro lado, la falta de continuidad en las propuestas también puede relacionarse a esta supues-
ta superioridad. No se incorpora lo que se hizo bien antes, y todo tendría que empezar desde cero,
porque va a ser mejor que lo anterior. Implica una falta de reconocimiento al otro, pero se reclama Afrontando adversidades desde los recursos
que sí se considere lo que cada quien hace. Vemos un círculo vicioso.
Luego de haber reflexionado sobre la diversidad, es importante también señalar que el trabajo de
Es necesario que el manejo de estas diferencias sea analizado personalmente, en los equipos y salud mental y particularmente de salud mental comunitaria es difícil en nuestro país. Este se inserta
con la población. Las relaciones de dominio y sometimiento aparecen latentes en las interacciones dentro de un sistema de salud que está permanentemente en reconfiguración, con recursos restringidos
y es importante esclarecerlas y entenderlas para encontrar nuevas formas de relación. Diferencias y problemas de continuidad a distintos niveles (en la estructura, en los programas e intervenciones y en
y equidad pueden ir juntas, y cuando hay esta horizontalidad es posible que las diferencias puedan el personal). En este contexto es difícil el logro de metas y cuidar a los trabajadores en salud mental.
complementarse.
En un primer momento vamos a señalar las adversidades que afrontan las personas que trabajan
¿Cómo puede articularse la diversidad? en salud mental comunitaria a diferentes niveles. Sin embargo, y vale la pena reiterarlo, se cuenta
con una serie de recursos para afrontar las dificultades, los cuales iremos esbozando y detallando a
Miradas y diálogos que nos transforman

En los Encuentros surge la inquietud de los trabajadores de salud mental: ¿cómo hacer para construir través del capítulo.
una visión común cuando cada uno tiene una manera diferente de percibir y entender, que se ha forjado
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

en base a experiencias de trabajo muy distintas unas de otras? En nuestro país las necesidades son múlti- A nivel social.

Mental Comunitaria y URSpsi


ples y requerimos de la diversidad de respuestas para atenderlas. Entonces lo que puede verse como una

Grupo de Trabajo de Salud


dificultad, también puede ser aporte que genera diversos conocimientos y formas de hacer las cosas. La problemática social del país implica a poblaciones que viven en situaciones de pobreza, con
altos niveles de violencia, siendo una sociedad post conflicto armado interno. Estos aspectos socia-
La manera de participar de los trabajadores de salud mental comunitaria en los Encuentros nos les son transversales a la vida de las familias peruanas, que en su cotidianeidad enfrentan la inse-
permite entender cómo se procesan las diferencias. Los participantes advierten sobre la necesidad de

24 Notas del VI Encuentro, 2008.


23 Notas del VI Encuentro, 2008. 25 Notas del XI Encuentro, 2013.
50 51

guridad ciudadana, violencia familiar, falta de oportunidades, exclusión, discriminación, entre otros conocen el trabajo en salud mental comunitaria. En todos los casos, el crear un vínculo toma un
problemas. Estas situaciones son afrontadas desde sus capacidades, no obstante, afectan o ponen mediano plazo, e implica el respeto, coordinación y mucha coherencia en las acciones (GTSM, 2006).
en riesgo su calidad de vida. Este proceso de establecer una relación positiva con la población, pasa por un período de acepta-
ción en el cual muchas veces el trabajador puede enfrentarse a pruebas, a la hostilidad o rechazo
En este contexto, quienes trabajan en salud mental se encuentran con realidades y problemáticas de la población. Por ejemplo, los pobladores pueden no asistir a las reuniones, no participar, intentar
difíciles de abordar. Pueden sentir que llevan sobre sus hombros la responsabilidad de resolver pro- imponer demandas, etc. Asimismo, se puede recibir el resentimiento que tiene la población ante el
blemas que requerirían respuestas políticas integrales de mediano y largo plazo. Se aprende a reco- abandono social. De esta manera, los trabajadores de salud mental comunitaria recogen todos estos
nocer que toda intervención tiene límites y que aun esforzándose y siendo sumamente eficientes en malestares, apareciendo como el “representante” de las instituciones y del Estado.
su trabajo, es probable que no puedan solucionar los graves problemas que afronta la población. La
dedicación, el compromiso, generará sin duda espacios de intercambio y transformación, valorarlo Además, tendrán que reflexionar sobre sus propias expectativas respecto a su trabajo para tratar
es importante para evitar sentimientos de impotencia. de sintonizar con la comunidad. Se subraya que es la relación de empatía, comunicación, fomento de
capacidades de las poblaciones y respuesta a necesidades la que le permitirá al trabajador generar un
¿Cómo ser realista y soñador?, ¿cómo aprender a poner límites saludables respecto a la entrega en el vínculo de confianza. Así, le será posible apreciar y relacionarse con la población desde los recursos
trabajo y sobreponerse a la culpa que puede surgir al trabajar con personas en situaciones de vulnerabi- que las caracterizan. Encontramos estudios que puntualizan estos recursos en relación a mujeres afec-
lidad? Los participantes comentaron sobre la participación política, el trabajo en redes, la incidencia26 y el tadas por la violencia política. Estos resaltan la capacidad organizativa, relaciones de reciprocidad y
cuidado del cuidador como soportes necesarios del trabajo comunitario. Son espacios y estrategias por ayuda mutua, contar con redes de apoyo sociales, sentido de protección a sus familias, sentido de per-
seguir desarrollando como formas para acceder a cambios más amplios en nuestro entorno. tenencia a sus comunidades e identidad cultural, y sus rituales y costumbres (Laberiano, 2013; Aldana,
Ballón, Hernández, & Yarlequé, 2003). Como características personales encuentran: “responsabilidad,
Podemos tener en cuenta que en nuestra sociedad las profesiones que implican el cuidado de inteligencia, capacidad de trabajo, tenacidad para enfrentar la adversidad, optimismo y orientación al
personas, los trabajadores de salud mental entre ellos, no tienen el reconocimiento social que mere- futuro, sinceridad, humildad (…)” (op. cit., 2003, p. 49). Asimismo, identifican como recursos sus sueños,
cen. Esta valoración es necesaria para brindar un soporte a quienes se dedican a estas labores. Fren- su experiencia dirigencial y lucha por sus derechos, su afirmación frente a relaciones de poder y su
te a esto, la salud mental comunitaria ha ido ganando un espacio en el discurso social, y paulatina- sentido de trascendencia (M. Laberiano, comunicación personal, 7 de noviembre del 2016, 2013).
mente se ha contemplado su aporte y necesidad para el bienestar común. Por ejemplo, actualmente
se convocan a estos profesionales en proyectos del sector público. En este contexto, las personas se abrirán a contar situaciones de extrema vulnerabilidad, violencia,
situaciones traumáticas y de humillación. Si bien esto refleja confianza por parte de la población, son expe-
Es así que los trabajadores de la salud mental comunitaria –nos referimos a promotores, líde- riencias con una fuerte carga emocional, y es difícil procesarlas. Su impacto queda también en las vivencias
res comunitarios, usuarios, miembros de organizaciones, técnicos o profesionales- se van abriendo del trabajador. Enfrentarse de manera reiterada a estas situaciones de vulnerabilidad y violación de dere-
un espacio reconocido en la sociedad. La academia ha realizado una labor importante en esto. Sin chos, sin contar necesariamente con un espacio de soporte emocional, dificulta seriamente la capacidad
Miradas y diálogos que nos transforman

embargo, se requiere que el trabajo en salud mental comunitaria desarrolle una organización y es- de integración de las vivencias y experiencias. En el siguiente capítulo se detallarán estos aspectos.
tructura. Congregar lo disperso y, por ejemplo, contar con una Asociación Nacional de Salud Mental
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Comunitaria a través de la cual tener un mayor impacto social. A pesar de las dificultades, el estar en contacto con los recursos constructivos de las poblaciones, así

Mental Comunitaria y URSpsi


como su motivación y compromiso, alienta a los participantes a seguir adelante y continuar con su labor.

Grupo de Trabajo de Salud


A nivel del trabajo comunitario.
A nivel institucional.
Los trabajadores de salud mental establecen una relación con las comunidades como conjunto,
con sus organizaciones y pobladores. Sin embargo, existen comunidades que no necesariamente Desempeña arduas tareas que pueden ser invisibles para las instituciones.

Existen aspectos en la labor comunitaria que no necesariamente son visibilizados a nivel institu-
26 Estos aspectos serán ampliados en el IV capítulo: Salud Mental y Políticas Públicas. cional. Uno primero sería el tener que desplazarse al lugar donde se encuentran los grupos con los
52 53

que se va a trabajar. No es lo mismo ir a trabajar a una oficina o consultorio, que ir a una comunidad trabajo comunitario. Esto también implica que no existe capacitación suficiente ni seguimiento
alejada y/o en condiciones de riesgo. apropiado a las actividades que realizan. El trabajador de salud mental va haciendo una crea-
ción heroica de su práctica. También esta construcción puede ser idiosincrática, y ser difícil
Por otro lado, al llegar a la comunidad el trabajador puede entrar simbólicamente en un “pro- llegar a consensos. Y sin embargo, ya la formación comunitaria va cobrando importancia y di-
ceso de migración” (Aldana & Kreimer, 1998). Esto porque implica vincularse con las personas y su fundiéndose.
contexto, y sólo es posible si hay de alguna manera una convivencia. En ésta uno pasa por un dejar
temporalmente lo que conoce, incluyendo muchas veces la identidad profesional estrictamente. Se Así durante los Encuentros hemos visto que hay diferentes nociones y metodologías. Hay
da una deconstrucción del sistema de creencias anterior del trabajador para ir construyendo uno preguntas sobre la definición de conceptos, formas de intervenir, niveles de intervención. En este
nuevo en la relación con la población. Esto implica mucha empatía cultural y ser capaz de entrar en contexto no parece haber una concepción común respecto a lo que es salud mental comunitaria,
el código cultural del otro, entenderlo y poder manejarse interculturalmente en ese contexto, con la promoción de la salud, prevención. Las nociones pueden variar según el ámbito de trabajo. Dada
capacidad también de volver a lo propio (Benett, como se citó en GTSM, 2006). Todo lo mencionado la carencia de nociones compartidas alrededor de estos conceptos, su abordaje en la práctica se
conlleva mucha energía emocional, adaptación a las condiciones que se presentan, y compromiso dificulta, considerándose complejo consensuar entre los profesionales. Esto también lleva a un
con lo que uno está promoviendo. trabajo aislado o con poca coordinación. En un intento de ubicarse frente a lo complejo de las
situaciones se acude también a categorizar la realidad, sin embargo, desde las categorías pode-
Otros aspectos no tomados suficientemente en cuenta son el desgaste físico, la escasa coordi- mos estigmatizar y tener apreciaciones sesgadas. A veces prima la necesidad de intelectualizar, y
nación entre equipos, no contar con los viáticos y materiales necesarios, presupuestos insuficientes queda en un segundo plano lo afectivo, corporal, intuitivo y las prácticas concretas que involucran
o que no continúan, etc. Las arduas características de este tipo de trabajo requieren condiciones todos estos aspectos.
óptimas de cuidado por parte de las instituciones. Ante ello queremos alertar que observamos que
existe una sobrecarga laboral de horas de trabajo en salud mental. Tampoco están establecidos de Lo cierto es que abrir trocha y hacer camino en relación a los conceptos, formas de interven-
manera imprescindible los espacios de soporte emocional para quienes realizan este trabajo. ción, miradas respecto al trabajo, puede ser también desgastante. Es como trabajar al ensayo y error.
¿Cómo aprender del camino hecho por otros?, ¿cómo contar con lineamientos y que estos se cum-
Crea puentes para las brechas entre las instituciones y la población. plan? Sin embargo, también observamos que cada vez más se apuesta por el trabajo en diálogo y en
redes para ser más efectivos. En ese sentido, el espacio de los Encuentros contribuye a la construc-
El trabajo comunitario muchas veces se realiza desde un enfoque personalizado a nivel micro o por ción de un marco de referencia común a partir de las diferencias, integrando los aspectos emociona-
el contrario desde un enfoque macro. En el primer caso hay mucha demanda y necesidades difíciles les con los profesionales.
de cubrir, y por el otro se corre el riesgo de ser despersonalizado atendiendo sólo a metas y números,
descuidando la calidad de la atención a personas. Las instituciones sean públicas o privadas suelen Problemas de comunicación y coordinación institucional e interinstitucional.
priorizar alguno de estos enfoques, que son complementarios y deberían dialogar entre sí.
Miradas y diálogos que nos transforman

Existen diferentes problemas de comunicación en las instituciones. En los Encuentros, los parti-
Las brechas entre el sistema social y los grupos o comunidades en riesgo constituyen un gran cipantes mencionaron la desinformación y falta de coordinación como algo que se puede mejorar.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

desafío y demandan mayor esfuerzo para el trabajador comunitario. Cubrir y disminuir esas brechas, Antes de entrar a trabajar en una localidad es importante conocer qué instituciones u organizaciones

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implica reconocerse como representante del sistema, del cual puede ser bastante crítico. Así es el están presentes y qué labor realizan, para que no haya duplicidad de acciones. La duplicidad con-

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puente de algo que no está construido. Cuenta también con el establecimiento de redes de trabajo funde a la población, retrasa los proyectos, y no se logra que los servicios sean accesibles para las
como eje para crear estos puentes. comunidades.

Crea un marco de referencia para su labor. Los participantes se lamentan sobre las grandes dificultades para trabajar intra e intersectorial-
mente con el fin de articular su labor; y la poca voluntad o interés en descentralizar los recursos con
Los trabajadores señalan que mucho de lo aprendido ha sido a través de su propia práctica. los que se cuenta. Asimismo, perciben falta de comunicación y resistencias, como si aisladamente
Las instituciones no necesariamente cuentan con directrices claras respecto a cómo realizar el encontraran mayores beneficios que abrirse a la posibilidad de coordinar con otros:
54 55

Cada director trabaja como una isla. Hay 8 programas nacionales y no hay ninguna voluntad el impacto emocional de las vivencias traumáticas. Estas dificultades han sido afrontadas con los
para integrar esos programas en un esfuerzo conjunto. No hay comunicación. Y hay mucha recursos de los trabajadores de salud mental y son un aprendizaje acumulado muy importante.
resistencia para el trabajo intra-sectorial, y peor intersectorialmente27.
El desafío desde la salud mental comunitaria es fortalecer las formas de impactar en la sociedad;
Por otro lado, los trabajadores señalan que las relaciones entre colegas pueden estar cargadas y contribuir en la construcción de organizaciones saludables en función al trabajo comunitario, así
la comunicación ser inadecuada. Aspectos como la envidia, los celos, la desvalorización, la compe- como promover la responsabilidad personal y estatal por el cuidado de la salud mental.
tencia, pueden ser recurrentes en los equipos de trabajo. Lo anterior deviene en dificultades que se
traducen en desconfianza y poca motivación para trabajar en conjunto, compartir e intercambiar al
interior de las instituciones.
Generando aportes desde el trabajo en salud mental comunitaria
Es claro que la comunicación en las instituciones es necesaria para el trabajo comunitario. Por
ello es importante reconocer las dificultades, analizarlas, comprenderlas y que las instituciones cuen- En el acápite anterior hemos revisado las principales dificultades señaladas por los participantes,
ten con estrategias para transformarlas, valorando el diálogo y el trabajo colaborativo. las cuales no los amilanan. Es importante mencionar que el trabajo en salud mental comunitaria en
nuestro medio está en proceso de cambio. De realizar las intervenciones en la comunidad, se entien-
A nivel personal como trabajador en salud mental comunitaria. de ahora que los proyectos y trabajos se hacen con la comunidad. La relación del trabajador con las
personas y realidad de las comunidades va cuestionando y transformando su perspectiva (N. Baca,
Los y las participantes señalan la importancia de la mirada que les devuelve el otro, una mirada que comunicación personal, 4 de noviembre del 2016). Haciendo esta consideración, a continuación nos
los instituye como trabajadores de la salud mental con recursos y limitaciones. Una mirada crítica por concentraremos más bien en los aportes y recursos de los trabajadores, a partir de las estrategias
parte de la población hacia el profesional, genera resistencias. Los participantes opinan que exponerse efectivas y logros obtenidos en el quehacer comunitario.
a la mirada de otros es complicado, más aún cuando la mirada se percibe inquisidora o negativa:
Estrategias que funcionan.
La dificultad para comprender la visión del otro está en hacerse cargo de cómo el otro nos
mira. En el caso de las autoridades, no se hacen cargo de cómo los indígenas los están viendo A continuación especificaremos las estrategias más importantes que les han permitido a los par-
como los “malos”, y procesarlo es difícil. Hacerse cargo de la visión negativa que el otro tiene ticipantes realizar su labor.
de uno mismo implica una madurez muy grande: asumir y no reaccionar violentamente cuan-
do nos devuelve una visión negativa; tratar de sostener esa mirada es difícil28. Interculturalidad e interdependencia.

Sin embargo, la mirada de reconocimiento de la población también es una fuente de aliento para Los participantes han tomado en cuenta el contexto histórico y cultural de las poblaciones al mo-
Miradas y diálogos que nos transforman

el trabajador de salud mental. Por otro lado, otra dificultad es el repetir en uno mismo el no reconocer mento de intervenir a nivel comunitario. Conocer el origen de determinada comunidad les permite
los propios recursos ni la necesidad de autocuidado. Una actitud extremadamente crítica, que puede entender cómo se constituyó, qué vivencias y recursos son parte de su conformación, y cómo se ha
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

partir de un agotamiento profesional, no permitirá ver sus propios recursos. ido transformando. Les ayuda a rescatar la “semilla comunitaria” que está en las culturas originarias

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y en el desarrollo de relaciones de cooperación, así como valorar a sus líderes y las instancias que

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A partir de todo lo expuesto sobre cómo se van afrontando adversidades desde los recursos de los organizan. Asimismo, esta reflexión les permite reconocer cómo “las diferencias” han implicado
los trabajadores, vemos que es una labor agotadora porque son muchas dificultades: situaciones tradicionalmente inequidades y desconocer a las poblaciones. De ahí que trabajar desde la inter-
sociales de inequidad y exclusión; dificultades institucionales; de orden conceptual y profesional; culturalidad tenga un cariz político (GTSM, 2006), y exista la necesidad de esclarecer y transformar
las relaciones de dominación y violencia que las poblaciones han pasado, pues son relaciones que
atentan contra su salud mental. Se trabaja estos aspectos desde los vínculos de confianza y hori-
27 Notas del VIII Encuentro, 2010. zontalidad que se establecen, pero también se requiere expresar, explicitar y simbolizar las formas
28 Notas del VIII Encuentro, 2010. históricas injustas que se han vivido para poder transformarlas.
56 57

Los participantes reconocen que las comunidades tienen su cosmovisión, percepciones, creen- de los cuales los trabajadores son facilitadores. En ese sentido, la relación comunidad-trabajadores
cias, y prácticas; una cultura rica en conocimientos. Para acercarse a las culturas de las poblaciones implica paridad, respeto y conciencia de la necesidad de trabajar unidos para lograr objetivos en
desarrollan una empatía cultural, la cual se manifiesta en el interés en conocer y respetar las culturas, conjunto, ya que cada uno tiene algo para aportar al otro.
intentar comprenderlas, incorporar saberes y dialogarlos con los conocimientos académicos (Aldana
& Kreimer, 1998). Esto favorece una relación saludable en la medida que no se desconoce un aspecto Este enfoque no implica dejar los saberes de la cultura occidental, sino ponerlos en relación, dia-
central de la identidad de las poblaciones. Es más, los participantes señalan que lo intercultural se logando con los saberes de las poblaciones. Somos los trabajadores de salud mental los que de-
relaciona con el poder apreciar al otro, comprenderlo y reconocer sus anhelos y voluntad. Para el bemos entrar en contacto con nuevas formas de comunicación para entender las culturas de las
trabajador de salud mental comunitaria implica una interpelación: poblaciones con las que trabajamos, sus rituales y formas de relación con la naturaleza. Sin embargo,
los participantes también son conscientes de las distancias que se manifiestan en el trabajo con las
Uno debe detenerse y hacerse este tipo de preguntas: para comenzar ¿ese grupo, población, comunidades. Distancia que se expresa en términos sociales y culturales. Ellos cuestionan que la
realmente quiere trabajar contigo? ¿Están entendiendo lo mismo que tú? Primero se debe co- formación profesional no necesariamente toma en cuenta la realidad de las poblaciones de nuestro
nocer, ya eso es importante. Pero no se le da la relevancia que merece, no le da la importancia país. Esa es la gran brecha que hay entre la formación tradicional y la realidad.
a conocer qué es lo que quiere el otro y cómo lo entiende. Lo intercultural es mirar al otro. 29
Empatía, reconocimiento y mutuo aprendizaje como base del vínculo.
En este contexto, los participantes advierten que es importante no caer en reduccionismos. Para
ello plantean la necesidad de reflexionar acerca de nuestros propios puntos de vista para no perpetuar Los trabajadores de salud mental comunitaria realizan un largo camino para lograr cercanía con
prejuicios y la estigmatización de personas a las que nos aproximamos30. Cuestionan las categorías las poblaciones. Para comprenderlas y promover su bienestar, establecen una relación de empatía,
utilizadas, especialmente aquellas diagnósticas y clínicas. En esta misma línea, consideran importante que como señalamos, incluye también la empatía cultural. En este contexto, el trabajador de salud
respetar las maneras de sanar propias de cada comunidad y sus modelos de salud tradicionales. mental comunitaria tiene como herramienta principal su dimensión subjetiva. Es decir, su propia
experiencia, su manera particular de ver las cosas, de sentir, pensar y actuar. Los sentimientos que se
En Huachipa, un niño no podía ir a la posta porque tenía fiebre, pero no lo podían llevar antes manifiestan en las relaciones con la población son fuente de conocimiento, le permiten al trabajador
de que le pasen el huevo. Lo que hice fue acompañarle a que le pasen el huevo y de ahí a la comprender al otro y a sí mismo (Ruiz & Vega, 2014).
posta. ¿Cuánto aceptamos lo que es parte de sus vivencias?31
El vínculo con la población también se caracteriza por la generación de confianza, equidad y
Mencionan que el diálogo se dificulta también por el desconocimiento de la lengua originaria de las reconocimiento.
poblaciones, para lo cual es necesario plantear propuestas que incluyan tener como idioma el de las po-
blaciones, usar traductores y aprender su idioma32. Por otro lado, la relación respetuosa posibilita que no Relación que implica una apuesta y compromiso por la transformación y mejora en las condiciones
haya paternalismos ni asistencialismo con la población, sino intercambio en los encuentros. Ir encontran- de vida concretas, emocionales y sociales de las poblaciones. Asimismo se advierte que hay que respe-
Miradas y diálogos que nos transforman

do juntos puntos de coincidencia, evitando ante todo la imposición y la polarización del dialogo.33 tar a los líderes de la comunidad y sus organizaciones para generar un buen vínculo con la población.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Así se puede observar la interdependencia entre las poblaciones y los trabajadores de salud Una comunidad es su casa, imagínense que alguien desconocido venga y toque la puerta, no

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mental. Esta interdependencia conlleva apreciar a las comunidades como protagonistas del cambio, lo vas a dejar entrar. Si su rostro me comunica una buena intención hasta de repente me dejo

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encuestar, pero sino uno desconfía. Siempre miras el rostro y qué te comunica. Eso les pasaba
a ellos y nos pasa a nosotros. Es su casa y la autoridad es parte de su contexto. Si tienes la
29 Notas del X Encuentro, 2012. confianza de mi presidente de la comunidad podemos conversar34.
30 Notas del IX Encuentro, 2011.
31 Notas del IX Encuentro, 2011.
32 Notas del XI Encuentro, 2013.
33 Notas del X Encuentro, 2012. 34 Notas del XI Encuentro, 2013.
58 59

El reconocimiento es central y parte del respeto a los derechos fundamentales de las poblacio- En esta línea, la mirada al otro es planteada desde un enfoque entre iguales. No se anteponen roles
nes. Los participantes señalan que conlleva la conciencia del otro como igual en tanto ser humano y de poder que distancian, sino todos aportan, a partir de la comunicación y el trabajo concreto con la
sujeto de derechos. Este razonamiento constituye un principio fundamental, sin embargo, no ha sido comunidad.
asumido así en nuestro país, y el conflicto armado interno lo demuestra de forma clara. Por ello, plan-
tean un aspecto más directamente ligado al enfoque intercultural. El vernos en los otros, siendo dife- Los Encuentros como espacios de comunicación han sido incluyentes al ser contenedores de las
rentes en los rasgos culturales y dejándonos afectar por estas diferencias, conlleva el visualizarnos diferencias. Integrar no ha significado mezclar o sintetizar, sino acoger los aportes de todos y poder
como un “nosotros”35. Es decir, estas relaciones nos van moldeando y nos permiten reconocernos sostener esto. Ha permitido resaltar la singularidad de cada quien, y tomar conciencia de lo nuevo
como parte de una misma colectividad. que emerge en la relación. No obstante, los esfuerzos por el diálogo, es posible que algunos aspec-
tos no sean acogidos. A través de la reflexión podemos tratar de entender lo que no fue escuchado
Asimismo, los participantes valoran los conocimientos, capacidades y recursos de la población. y encontrar alternativas. La comunicación fluida puede ser un indicador de que el trabajo en salud
Plantean no victimizar a las comunidades por sus condiciones de vulnerabilidad ni tener una visión mental comunitaria está bien encaminado.
asistencial; más bien, reconocen a las poblaciones como agentes de su propio desarrollo. Además,
resaltan que su trabajo busca activar los recursos y fortalezas, no girar alrededor de las dificultades. Participación y protagonismo de las comunidades.
Así se refuerza la seguridad de las poblaciones en sí mismas, y las empodera como actores. Subrayan
que las comunidades conocen su realidad, pueden encontrar alternativas viables y luchar por ellas. Las comunidades tienen sus propios objetivos y dinámica. Es así que se establece un trabajo con-
certado con las comunidades y con ellas se construyen las propuestas de trabajo. Para ello lo primero
Por otro lado, los trabajadores de salud mental comunitaria logran que las comunidades confíen es, precisamente, acordar con la comunidad el poder realizar este trabajo conjunto, siendo un paso
en ellos como facilitadores. Sin embargo, este proceso conlleva tiempo y puede ser muy difícil, pues previo presentarnos y conocer a sus autoridades y líderes. Este proceso de concertación implica la
en la comunidad se despiertan temores a ser engañados. Es ahí donde despliegan sus capacidades transformación de las propuestas que podamos tener adecuándose a las características, necesida-
para compartir la vida de la comunidad, adaptarse y relacionarse positivamente. Como parte de este des y requerimientos de la comunidad. Ello implica para los equipos usar al máximo su capacidad de
proceso, la desconfianza de la población puede ser abordada, esclarecida y simbolizada para ayudar adaptación y flexibilidad. Estar abiertos a escuchar. Los planteamientos de las poblaciones entran en
a transformarla. diálogo con los nuestros, y se trata de llegar a consensos. Así la participación no significa que la po-
blación participa en nuestro proyecto, sino que se da forma a un proyecto a partir de la comunicación
Reconocemos también que el intercambio con la comunidad conlleva a un mutuo aprendiza- con la comunidad (GTSM, 2006).
je (Peña, Revilla, Ruiz, Valz-Gen, & Vega, 2010); es decir, que las personas con las que trabajamos
nos enseñan, nos sorprenden y transforman. Esto nos habla de un vínculo de mutualidad. En cada Asimismo, la participación conlleva establecer un trabajo en equipo comunidad-trabajadores de sa-
encuentro uno deviene en otra persona y se nutre de la mirada del otro, dejándose impactar. lud mental comunitaria. Para lograrlo se atraviesa por diferentes momentos y procesos integrados. Una
etapa de “familiarización”37 (Custodio, 2015), es decir el proceso de lograr la confianza y el diálogo res-
Miradas y diálogos que nos transforman

Diálogo y perspectiva incluyente. petuoso con la población, coordinando con sus líderes y organizaciones. Implica necesariamente el in-
volucrar sus códigos culturales y valorarlos; acercamiento en el que se sientan reconocidos y motive su
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Los participantes señalan que es importante crear una cultura de diálogo36 y la perspectiva inclu- participación creativa (Aldana, 1996). La sensibilización es importante: comunicar de manera efectiva por

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yente en el trabajo comunitario. Consideran que la comunicación desde un espacio de intercambio diversos medios a instituciones, autoridades y a la comunidad los contenidos a trabajar. Igualmente las

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seguro, uno puede plantear sus ideas y su sentir, ampliando perspectivas. Se trata de no excluir a respuestas efectivas a las necesidades de las comunidades, favorece la relación con la comunidad.
nadie. El diálogo parte del poder mirarnos, “vernos al rostro”, establecer cercanía, y lograr darnos
cuenta quién es el otro, conocer su identidad. Es algo que se tiene que realizar en todo momento. La participación y el fortalecer los recursos de las poblaciones empoderan a las comunidades
reforzando su sentido de pertenencia y logro. Las relaciones de poder se transforman, el trabajador

35 Notas del XI Encuentro, 2013.


36 Notas del X Encuentro, 2012. 37 Notas del IX Encuentro, 2011.
60 61

de salud mental ya no es el experto. El centro deja de ser el profesional o el proyecto, siendo la comu- lo micro y lo macro de forma integradora. Plantean tener en cuenta todos los espacios, los interlocutores,
nidad protagonista de sus cambios. Esto implica el fortalecimiento de sus instancias organizativas. los procesos, las diferentes aristas de las problemáticas y los recursos y agencias. Concierne a las comuni-
dades, a los equipos, las instituciones, así como a las redes, universidades, iglesias, instituciones privadas
Se pueden hacer los proyectos sin esta perspectiva de participación, pero se generarán múltiples con- y públicas, poderes del Estado y política en general. De esta manera, el trabajador de salud mental comu-
flictos o la comunidad no accederá a utilizar aquello que está implementado (Kreimer, 1993). Un aspecto nitaria ve su trabajo de manera integral, lo ubica en relación con otros, articulado con las redes existentes,
esencial del trabajo participativo, es como señala el GTSM (2006) incluir a todos los actores dentro de la pues el trabajo en salud mental comunitaria nos compromete a todos (GTSM, 206).
comunidad, especialmente a los grupos más vulnerables, cuyos derechos son generalmente transgre-
didos. Pensemos en las personas con diagnósticos de patologías mentales o personas víctimas de vio- Asimismo, se trata de tener una mirada y accionar amplio en campos que trascienden la salud
lencia. En una investigación con personas con diagnóstico de esquizofrenia e internadas en un hospital mental. No sólo importa el aspecto psicológico, sino incorporar las miradas de otros campos como el
psiquiátrico en Lima (Maza, 2016), se encontró que los usuarios no se sentían incluidos en la toma de presupuesto público, la legislación, la política.
decisiones con respecto a su tratamiento y experimentaban situaciones de estigma. Es así que es impor-
tante fomentar el respeto por sus derechos en acciones que no los aíslen o estigmaticen en su contexto, A veces pensamos individualmente, y no en lo multi, no tenemos el trabajo en red y éste es
favoreciendo su protagonismo e incluyendo sus estrategias de participación y sus organizaciones. un reto. Siempre tengo la sensación de que las instituciones como el Colegio de Psicólogos
deberían estar más en escuchar y promover estos cambios38.
La estrategia participativa tiene a la recreación y el arte, en diálogo con las culturas locales, como
acciones importantes para impulsar y apoyar la participación y la promoción de la salud mental en El trabajo en redes es clave para la mirada sistémica. No sólo es valioso por lo estratégico sino por
las comunidades. La creatividad, el humor y la alegría, los rituales, las celebraciones, la simbología, el compartir experiencias que llevan a cuestionar, plantear y replantear lo que se va haciendo y por
las artes son recursos propios de las comunidades y al compartirlos nos renuevan, a la misma pobla- lo tanto, mejorar39. Durante la década entre los años 90 y 2000 las redes de salud mental tuvieron la
ción así como a los trabajadores de salud mental. De otro lado, los participantes señalan que también capacidad para unir esfuerzos y ser redes de soporte socio emocional para las instituciones, frente
se pueden encontrar formas creativas de trabajo participativo “cumpliendo” los requerimientos de a las secuelas del conflicto armado en diferentes partes del país (Mesa de Trabajo en Salud Mental
las instituciones, que solicitan dinámicas más estructuradas. con Población afectada por la violencia política, 2002). Actualmente, por ejemplo, los participantes
se preguntan cómo articular la atención en el centro de salud con la atención de salud mental co-
En esta misma línea, el diagnóstico participativo también es parte de esta estrategia efectiva. Es la munitaria. Se observa que pese a las intenciones, todavía no están suficientemente articulados los
manera de trabajar en conjunto con la población para identificar sus necesidades y problemas, pero prin- niveles de intervención (la promoción, con la prevención y la atención de casos y diferentes formas
cipalmente sus recursos y agencias. Es importante saber de manera cuantitativa y cualitativa sobre los de recuperación). Se necesita un sistema integrado.
problemas que existen, así como también conocer los recursos y e incorporar las iniciativas comunales
que son efectivas para plantear intervenciones en base a lo que sí está funcionando en la comunidad. También es importante que la formación académica básica con una perspectiva sistémica brinde
preparación respecto a la salud pública y social. Se requiere conocer cómo funciona el Estado en
Miradas y diálogos que nos transforman

También se requiere conocer qué iniciativas se han llevado a cabo, y la calidad de relaciones que las relación a la salud y sus leyes. Las universidades tienen el desafío de vincularse y responder a las
instituciones han establecido con las comunidades. El fin es potenciar resultados y no dejar de lado a las demandas de las regiones y del país.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

instituciones, lo cual incluye de manera importante a las instituciones estatales. Reconociendo los esfuerzos

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y cambios logrados, se puede establecer un plan concertado para el trabajo de salud mental comunitaria. Trabajo interdisciplinario y enfoque transversal de salud mental.

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Mirada sistémica. El trabajo interdisciplinario resulta beneficioso al responder de manera más efectiva a las ne-
cesidades de la población. La salud mental no es sólo tarea de psicólogos, dado que en la realidad
El trabajo comunitario abarca tanto las relaciones sociales al interior de la comunidad, así como al
contexto social más amplio. Todos los niveles están conectados: el sistema social, la comunidad, la familia
y el individuo y requiere que todos sean abordarlos de manera relacionada (Aroche & Coello, 1994). Los 38 Notas del IX Encuentro, 2011.
participantes de los Encuentros dan cuenta de la necesidad de tener una mirada sistémica que involucre 39 Notas del XI Encuentro, 2013.
62 63

distintos profesionales y personas en las comunidades la abordan desde sus saberes y metodologías. de marcos que amparen e impriman continuidad al trabajo, y la labor muchas veces aislada y poco
Esto contribuye a des-categorizar ciertos padecimientos y abordarlos desde diferentes niveles, es reconocida. Es comprensible la sobrecarga emocional que recae en los trabajadores de salud mental
decir apuntando más directamente al bienestar de la persona y de la comunidad. Cada disciplina comunitaria.
puede verse como una cultura distinta, y es necesario que haya un “diálogo intercultural” a nivel de
las profesiones40. Implica acercarse al profesional de distinta área, conocer su trabajo y sus métodos. A fin de mejorar el abordaje en salud mental comunitaria, los participantes señalan que contar
Y hacer más eficiente el trabajo, sin duplicar esfuerzos. Para conformar estos equipos, el personal de con un espacio para compartir sus vivencias respecto al trabajo les es significativo porque se sien-
atención primaria es un colaborador clave. ten escuchados, sostenidos emocionalmente y retroalimentan sus experiencias. Señalan que los
Encuentros cumplen esa función, y los perciben como una experiencia muy satisfactoria. El cuidado
Los equipos interdisciplinarios van creando un marco de referencia común, que contempla la es- emocional de los trabajadores de salud mental comunitaria y los equipos es un deber de las institu-
pecificidad de cada disciplina. Sin embargo, el trabajo entre diferentes profesionales puede atravesar ciones públicas como privadas.
problemas de competencia, jerarquías. Tomará tiempo pero los resultados positivos lo ameritan. Por
otro lado, observamos que es un desafío para los trabajadores de salud mental comunitaria entrela- Logros.
zar los aspectos de salud mental con la resolución de dificultades en las condiciones de vida material.
En ese sentido, los participantes de los Encuentros proponen que los programas de salud mental Identificamos muchos logros en el trabajo que realizan los participantes a los Encuentros.
sean transversales a los proyectos de desarrollo41 (Mesa de Trabajo en Salud Mental con Población
afectada por la violencia política, 2002). Así se viabilizaría el desarrollo integral y sostenible de las En relación a la comunidad.
comunidades. Podría estar en la agenda de las mismas comunidades solicitar estos programas, al
entender cuál es su rol en generar bienestar y vincularlo con sus propias nociones de salud mental. Los trabajadores de salud mental comunitaria generan un impacto positivo en las comunidades
Ello también implica todo un trabajo de comunicación, que permita ver la salud mental en términos al reconocer sus agencias, conocimientos y rol activo. Les devuelven una imagen revalorada de sí
precisamente de salud y no ligada a la enfermedad mental. mismas. Las poblaciones pueden sentirse reconocidas y alentadas a seguir desarrollándose desde
sus capacidades. Asimismo, es un logro la relación de confianza que se establece con la comunidad.
El cuidado del cuidador. Esto es valioso porque se transforma la percepción negativa tanto de la comunidad como de los tra-
bajadores comunitarios. Se tiene así un precedente positivo sobre el cual se pueden realizar nuevas
El trabajador está implicado en las relaciones que establece con las poblaciones. Como había- intervenciones.
mos mencionado, sus sentimientos son una fuente de conocimiento sobre sí mismo y las poblacio-
nes con las que trabaja. En este sentido, es central atender a lo que siente como vía para conocer y Otro logro de la labor comunitaria es que favorece una relación entre pares: comunidad e insti-
comprender a la comunidad y también como una forma de cuidar su salud emocional y fortalecer tución. En ese sentido, la comunidad vive una relación distinta a las jerarquías sociales de supuesta
sus capacidades (Ruiz & Vega, 2014). Esto se complejiza aún más cuando se acompaña a personas superioridad –por lugar de procedencia, institución, profesiones, etc. Asimismo, se contribuye a cam-
Miradas y diálogos que nos transforman

y comunidades que han atravesado una serie de situaciones traumáticas, las cuales pueden dejar biar las relaciones de poder que generan desigualdad al interior de las comunidades. La comunidad
huellas profundas. desarrolla una experiencia de relaciones equitativas, de respeto y consideración, y se conectan es-
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

fuerzos entre los mismos pobladores, integrándolos no sólo a nivel social sino también emocional.

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Por otro lado, en este contexto podemos retomar también las adversidades que el trabajador de Así el trabajo en salud mental comunitaria contribuye a las transformaciones en las condiciones de

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salud mental afronta de la mejor manera para sacar adelante su labor. El compromiso es evidente, vida y fortalecimiento de las relaciones comunitarias. Al reforzarse las redes de soporte social y emo-
sin embargo es agotador estar todo el tiempo lidiando con problemas como la falta de respuesta y cional, cuentan con un recurso central para el bienestar de la comunidad.
apoyo de parte de los gobiernos, vicisitudes en la comunidad; restricciones de recursos, ausencia
En relación a la sociedad.

40 Notas del XI Encuentro, 2013. El trabajo comunitario tiene un impacto en las personas, grupos y comunidades, pero también
41 Notas del IX Encuentro, 2011. es importante el trabajo activo a nivel de la sociedad. Los trabajadores de salud mental comunitaria
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ayudan a articular el tejido social fragmentado. Establecen puentes entre instituciones y comunida- característica resiliente en los trabajadores de salud mental comunitaria42. Por un lado, no decaen
des; y entre diversos organismos sean públicos y privados. frente a las adversidades que afrontan, y por otro lado despliegan una serie de capacidades para
continuar en su trabajo y crecer personalmente. Entre sus recursos destacan su capacidad creativa,
Desde el quehacer comunitario se establecen redes de trabajo que favorecen el intercambio perseverancia, flexibilidad, autonomía, proactividad, así como su empatía. Asimismo, las experien-
de experiencias, la incidencia pública y el apoyo mutuo entre las instituciones. También permite la cias de trabajo les permiten tener una cercanía con las diversas realidades del país, y amplían su
integración de propuestas y acciones, así como generar un enfoque compartido. Son espacios de la mirada sobre los fenómenos sociales logrando aproximarse con mayor empatía y destreza.
sociedad civil que se desarrollan en base a objetivos comunes, compartiéndose recursos e insumos
para mejorar la labor. Un logro de un proceso de años del trabajo en salud mental comunitaria es que
se ha podido reconocer la importancia de la salud mental y salud mental comunitaria. Es un tema
que se ha ido posicionando en la agenda social y política del país (Velázquez, Cueto, Rivera, & Moro- Camino recorrido y recomendaciones
te, 2011). Existen políticas públicas al respecto que dan cuenta del trabajo realizado. Son esfuerzos
de décadas de muchos trabajadores de salud mental e instituciones. Por otro lado, los participantes “ En esta fría tierra siembro quinua de cien colores, de cien clases, de semilla poderosa.
observan que para concretar mayores cambios en las condiciones de vida de las poblaciones, se Los cien colores son también mi alma, mis infaltables ojos ”.
requiere de mayor institucionalidad así como del rol político del trabajador.
Arguedas, 196643
En relación al mundo laboral.

La mayoría de participantes tiene muchos conocimientos y experiencia logrados en su trabajo


con diversas poblaciones. Han desarrollado estrategias de trabajo efectivas, habiendo contribuido Reconocemos el aporte de las diferencias como un aspecto central en la construcción de una
a resolver conflictos y afrontar dificultades en su trabajo con comunidades. No obstante, hace falta propuesta conjunta de salud mental comunitaria. Está hecha juntando los esfuerzos múltiples
sistematizar estos aprendizajes. y de larga data de tantos trabajadores de salud mental comunitaria. Es así que un modelo “arco
iris” de salud mental comunitaria está formándose. Con éste nos referimos a la posibilidad de
Los participantes mencionaron que el trabajo con comunidades es realizado tanto por profe- convivencia, a través del diálogo, entre las diferentes maneras de hacer salud mental comuni-
sionales de diversos campos, como por promotores y otros miembros de la comunidad. Se busca taria, constituyendo una totalidad. Esto quiere decir que al reunirse las experiencias no se des-
trabajar en equipo, lo cual es un logro, al trascender la “hiper-especialización” que fragmenta, y más dibujan entre sí, sino que cada particularidad suma44. La capacidad de incluir lo distinto, que
bien fomentar la complementariedad. responde a cada contexto y situación, contribuye a mejorar las propuestas. El trabajador de sa-
lud mental comunitaria sabe que en su trabajo congrega, mirando a los ojos y poniéndose en el
En relación al trabajador de salud mental comunitaria. lugar del otro, generando procesos de comunicación y fortalecimiento de capacidades. Por otro
Miradas y diálogos que nos transforman

lado, la imagen de arco iris como puente también nos remite a la posibilidad de unir y conectar
La labor comunitaria fortalece a los trabajadores. Encuentran una pasión en su trabajo, así como escenarios que se sentían lejanos.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

un vínculo constructivo con la población que contribuye a su crecimiento profesional y personal. Las

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historias de resiliencia de las poblaciones para afrontar dificultades son una inspiración. La mirada Pero todavía hay mucho que hacer. A través de los Encuentros hemos apreciado los deseos de

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de la población le brinda el sentido humano a la labor de servicio y fortalece su sentido de propósito unir esfuerzos, el despliegue de capacidades, estrategias y logros obtenidos, pero también dificul-
o trascendencia.

Asimismo, encontramos en los participantes de los Encuentros discursos que hacen alusión al 42 Esta afirmación se relaciona a lo encontrado por una investigación con organizaciones comunitarias que trabajan en base a
compromiso y amor por lo que hacen. A partir de todo lo descrito en este capítulo, apreciamos una metodologías artísticas en contextos de vulnerabilidad psicosocial de Lima (Retiz, 2016).
43 Fragmento de poema “Llamado a algunos doctores”, En: Katatay y otros poemas (1972).
44 Una experiencia que ejemplifica esto es lo alcanzado en la gastronomía peruana en los últimos años.
66 67

tades de integración, que pueden llevar a un trabajo aislado y solitario. Todo esto se observa en las vive, siente y piensa, su capacidad de integración se potenciará. Recomendaciones más específicas
relaciones entre las instituciones, al interior de éstas, entre profesionales y equipos, entre diferentes se realizarán al respecto en el siguiente capítulo.
visiones y metodologías, y al interior de los mismos trabajadores. Advertimos la necesidad urgente
de mayores conexiones y vínculos en el trabajo en salud mental comunitaria. A partir de esta cons- Es crucial también que se reconozca la labor de los trabajadores de salud mental comunitaria.
tatación señalamos algunas recomendaciones: Visibilizar los diferentes niveles de su trabajo y el esfuerzo que implica llevarlo a cabo. Esta es una
tarea tanto de las instituciones públicas y privadas como de la sociedad civil y las universidades.
En relación a las instituciones, es importante que funcionen como organizaciones “saludables”
con buenos niveles de comunicación, trabajo en equipo, con enfoque sistémico y diversas líneas de Finalmente, se recomienda seguir desarrollando este modelo “arco iris”, a partir de la reflexión y
acción que actúen de manera sinérgica, con continuidad en las propuestas y cuidando a sus trabaja- el intercambio, en los siguientes encuentros de discusión sobre clínica comunitaria. El arco iris llega
dores. Urge que la psicología organizacional se vincule con el trabajo comunitario para que las insti- después de la lluvia. Puede parecer un ideal, pero aparece por momentos. Los Encuentros han sido
tuciones públicas y privadas cuenten con las mejores condiciones para realizar su labor de servicio. una muestra de ello. ●

Para posibilitar el trabajo interconectado, también es importante que se haga realidad el trabajo
interdisciplinario y la cooperación entre las instituciones públicas y privadas. Para ello, se requiere
desarrollar estrategias y metodologías específicas que lo permitan y trascender los conflictos trata-
dos en este capítulo.

A fin de tener un impacto mayor a nivel macro, sería importante apostar por el fortalecimiento
del trabajo en redes donde todas las regiones estén representadas; promover que el trabajo en salud
mental comunitaria pueda ser un eje transversal de las intervenciones y proyectos a realizar; así
como que los trabajadores se articulen en torno a una institución que los represente. Por ejemplo,
contar con una asociación de salud mental comunitaria a nivel nacional, que incluya las redes por re-
giones y también las instituciones relacionadas. Asumir el rol político de la salud mental comunitaria.

Existen expectativas respecto a que la academia pueda contribuir a profundizar en la investiga-


ción sobre las características positivas de los trabajadores de salud mental comunitaria, así como
ayudar a que los mismos trabajadores puedan sistematizar sus estrategias y métodos de trabajo.
Es importante recoger y articular las diferentes prácticas y avanzar sobre lo que funciona, apoyar
Miradas y diálogos que nos transforman

su continuidad y que puedan ser acogidas por las instituciones públicas. Se sugiere también con-
tribuir a que se establezcan pautas para promover el trabajo integrado entre los diferentes niveles
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

de intervención. En cuanto a la formación, la academia puede fortalecer a los promotores comuni-

Mental Comunitaria y URSpsi


tarios como formadores de estudiantes y de otros promotores. Asimismo, incluir en la formación de

Grupo de Trabajo de Salud


estudiantes la realización de proyectos en salud mental comunitaria, que se realicen trabajando en
equipos interdisciplinarios e inter-sectoriales.

Los trabajadores de salud mental plantean que si el trabajo comunitario promueve redes de so-
porte social y emocional, también los equipos e instituciones pueden funcionar así para mejorar su
trabajo y bienestar. Asimismo, es importante que los trabajadores puedan tener espacios para inte-
grar sus vivencias y de esta manera las puedan procesar. Si el trabajador está conectado con lo que
68 69

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70 71

Nélida Baca Soto Elena C. Peña Romero


Psicóloga comunitaria de la Universidad Psicóloga clínica y comunitaria, Maestrista en
Nacional Mayor de San Marcos, con estudios Estudios de Género, Diplomada en derechos
de Maestría en Salud Mental en Poblaciones humanos y salud mental comunitaria, y
por la Universidad Peruana Cayetano participante en talleres de danza y artes

CAPÍTULO CUATRO
Heredia. expresivas.
Ha trabajado en programas de reparación en Con experiencia en proyectos de salud
salud mental con comunidades afectadas por mental comunitaria en contextos post
el conflicto armado interno de Ayacucho, en conflicto (Wiñastin Ayacucho), atención
violencia escolar, violencia de género y niñez
desde la Asociación Paz y Esperanza. Ha
en desastres (UNFPA) y conflictos
socioambientales (GTSM).
EL AUTOCUIDADO
participado y coordinado redes y colectivos Fue miembro y co-coordinadora de la Red de
de salud mental en Lima y Ayacucho como
la Red de Salud Mental de Ayacucho y
Salud Mental y del Movimiento de Derechos
Humanos de Ayacucho. Es miembro del
Y CUIDADO DE LOS
el Grupo de Trabajo de Salud Mental de
la Coordinadora Nacional de Derechos
Grupo de Trabajo de Salud Mental de
la Coordinadora Nacional de Derechos EQUIPOS
Humanos. Ha sido docente de Diplomados Humanos.
de Posgrado de la Maestria de Psicología Trabaja en el Programa Nacional Contra la
Comunitaria de la PUCP con el Ministerio de Violencia Familiar y Sexual -MIMP.
Educacion y de Programas en las regiones
del Perú. elenanueve2@gmail.com
Es consultora en temas de violencia, salud
mental, género y niñez.
Miradas y diálogos que nos transforman

nelidarb@yahoo.es
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
72 73

EL AUTOCUIDADO Y CUIDADO
DE LOS EQUIPOS*

Nélida Baca y Elena Peña

“Curaré tu fatiga que a veces te nubla como bala de plomo; te recrearé


con la luz de las cien flores de quinua, con la imagen de su danza
al soplo de los vientos; con el pequeño corazón de la calandria
en que se trata el mundo; te refrescaré con el agua limpia
que canta y que yo arranco de la pared de los abismos
que tiemplan con su sombra a nuestras criaturas”

XI Encuentro. Ponente: Tesania Velázquez Arguedas, 196645

E
n este capítulo desarrollaremos el tema del Autocuidado y Cuidado de los equipos desde la
perspectiva de la salud mental comunitaria, la cual maneja algunos enfoques, como veremos
más adelante, que marcan la labor de los trabajadores o profesionales que promueven el bien-
estar psicosocial de las personas.

En todos los Encuentros de discusión sobre clínica comunitaria, las y los participantes plantearon la
Miradas y diálogos que nos transforman

importancia de cuidar de sí mismas, de ser escuchadas y de compartir cómo se sienten en sus organiza-
ciones y en la labor que realizan. En los pequeños grupos de diálogo se trataron diversos temas, y aunque
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

no se tratara específicamente el tema del autocuidado, es un tema que emergía en sus preocupaciones.

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
Hablar de autocuidado y cuidado de los equipos, implica volver la mirada a los que cuidan a otras
personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o violencia; ya que muchas veces desa-
tienden el propio cuidado de su bienestar. En ese sentido, como lo plantean Arón y Llanos (2004), es

* Agradecemos a la Lic. Olenka Retiz por su colaboración en este capítulo


45 Fragmento de poema “Llamado a algunos doctores”
74 75

un reconocerse como profesionales y como equipo en riesgo y desarrollar estrategias que permitan interviene buscando la reparación, la superación de la pobreza, la exclusión social”46, otro partici-
amortiguar el efecto nocivo y contaminante que puede tener el trabajo cuando se acompaña a per- pante señalaba: “miedo de que mis deseos de cambiar la sociedad, se vean truncados por la reali-
sonas en situaciones de vulnerabilidad. dad”47.

Una aclaración importante sobre el autocuidado y cuidado de los equipos en el campo de la salud En relación a lo anterior, se abordó el tema de la posición política del profesional comunitario, y
mental comunitaria, es que se diferencia de la corriente de autoayuda con una orientación individualista. cómo el asumir un compromiso con las personas, considerando las situaciones sociales de desigual-
Cuando hablamos del autocuidado entendemos que éste se desarrolla en varios niveles: desde el perso- dad, es importante y necesario. “Nos tenemos que involucrar, hacer ciudadanía, incidencia políti-
nal, el cuidado mutuo en los equipos y la responsabilidad de cuidado que recae en las instituciones. ca”48. Pero también se trató sobre el riesgo de pretender solucionar todos los problemas o todas las
demandas y sentirse responsable por ello, o de sobre-identificarse, lo cual puede llevarles a perder
Las personas que participaron en los Encuentros, al plantear sus inquietudes sobre el enfoque su rol como facilitadores de procesos. Los riesgos mencionados son fuentes del agotamiento profe-
y la práctica que desarrollan, nos revelan la esencia de su trabajo con una visión y un compromiso sional, que puede llevar a sentir experiencias de traumatización, parecidas a las experimentadas por
especifico en su comunidad. En el cual su persona, con sus motivaciones, sentimientos y fortalezas; las personas con las que se trabaja.
son el medio fundamental para brindar la ayuda, más allá de los recursos técnicos o materiales nece-
sarios. Por ello, se requiere cuidar también a los que cuidan. En este punto, los participantes de los Encuentros también plantearon las formas de referirse a
las personas afectadas: ¿son ‘los otros’ los afectados, y ‘nosotros’ los facilitadores somos los no afec-
Teniendo en cuenta este marco, nos encaminamos reconociendo primero la labor del profesional tados? o asumimos que todos como peruanos/as fuimos afectados/as. Esto también nos muestra
con enfoque comunitario; seguidamente, puntualizaremos la importancia del autocuidado y cuidado cuán involucrados estamos cuando trabajamos temas psicosociales, no sólo con las personas, sino
de los equipos; luego se verán los riesgos y afectaciones emocionales en los profesionales, así como con las propias problemáticas que abordamos, tanto porque formamos parte de ellas, como por el
las respuestas y recursos que manejan y que pueden fortalecerse. También trataremos la atención al compromiso personal y político que asumimos.
impacto de la violencia en los profesionales, los niveles de responsabilidad en el autocuidado y, final-
mente, plantearemos algunas conclusiones y retos que surgen de las reflexiones de los participantes Barudy (1999) plantea que el compromiso personal del profesional debe ser entendido como una
de los Encuentros. implicación emocional en la que la vivencia política es una de sus fuentes principales, y es entendida
como un compromiso con el otro, sobre todo si este se encuentra sometido y en condición de abuso
Labor del profesional con enfoque comunitario en una relación de poder y asimetría. Este concepto nos interesa para el tema del autocuidado, en
particular por la implicación emocional que significa ese compromiso político y, por lo tanto, la im-
Quienes trabajan en salud mental con poblaciones vulnerables dan cuenta de un desarrollo del portancia de reconocerlo para un mejor manejo.
enfoque comunitario con una perspectiva intercultural y un posicionamiento político. Y nos revelan
un especial involucramiento en el cual sus afectos y motivaciones personales están comprometidos Al tratar sobre las prácticas de interculturalidad, también se hizo referencia al impacto afectivo
Miradas y diálogos que nos transforman

en la labor que realizan. Este involucramiento es importante y positivo para el trabajo comunitario, del trabajo en salud mental comunitaria, pues los participantes de los Encuentros consideran que
pero también les expone a situaciones complejas o duras, que, sin algún tipo de soporte afectivo-so- el aproximarnos al otro implica un afectarse a sí mismos49 (dejarse afectar por las diferencias) y
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

cial, puede terminar afectándole en varios niveles. Por ello es importante considerar este punto al “hacerse cargo de cómo el otro nos mira”50. En estas comprensiones vemos cómo la aproximación

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trabajar el autocuidado. o el encuentro con la otra persona o comunidad, implica una vivencia subjetiva que involucra,

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Con respecto al enfoque comunitario, a partir de lo desarrollado en los Encuentros, podemos
ver cómo las personas que trabajan con este enfoque, se posicionan con una perspectiva social 46 Notas del X Encuentro, 2012
y buscan cambios que tienen que ver también con situaciones estructurales. El desarrollar esta 47 Notas del X Encuentro, 2012
visión, puede llevarles a plantearse metas que están más allá de sus propias posibilidades y esto 48 Notas del XI Encuentro, 2013
conducir a situaciones de frustración y malestar, como se registró en uno de los Encuentros: “se 49 Notas del X Encuentro, 2012
50 Notas del X Encuentro, 2012
76 77

influyendo en la propia vivencia de los trabajadores de salud mental comunitaria; lo cual también comentario alude la posibilidad de no poder dar un buen servicio o no poder darlo. En ese sentido,
es importante tener en cuenta cuando nos acercamos al trabajo de autocuidado y cuidado de los Barudy, (1999) afirma que hay que cuidar la persona del trabajador, pues no solo es el instrumento
equipos. fundamental de los servicios de protección de las instituciones, sino que son la pieza clave para ase-
gurar el éxito de dichos servicios. “Los administradores de las instituciones privadas y del Estado
Importancia de trabajar el autocuidado. deben tomar conciencia sobre esto, y cuidar a los profesionales, reconociendo que es importante
pensar en las personas que trabajan con la violencia, pues no es fácil”54. La importancia se basa en
Los diálogos grupales en los Encuentros cada año abordan una temática seleccionada, y alrededor el reconocimiento del derecho a la salud mental, y en la relación que esto tiene con la calidad de los
de ella se incluyen opiniones y sentires desde la experiencia laboral de sus participantes; este marco nos servicios, sin embargo, esto no ocurre en la mayoría de instituciones.
conecta de manera espontánea al tema del autocuidado, como algo inherente a la vivencia de los profe-
sionales de ayuda. La cuestión del cuidado y autocuidado de los profesionales es un tema sensible para Concepto de cuidado de los equipos.
los participantes.
Para los participantes en los Encuentros, el autocuidado y cuidado de los equipos tiene que ver
Tenemos profesionales cuya responsabilidad es contribuir en la recuperación, bienestar y desa- con la programación e implementación de acciones encaminadas a la recuperación de su salud men-
rrollo de las personas, particularmente de aquellas que han sufrido o sufren alguna forma de violen- tal, afectada por el contacto directo con el sufrimiento de las personas. Es una responsabilidad y
cia o injusticia. Ante esto, responden no solo con sus capacidades, sino con un compromiso especial compromiso con la salud del trabajador y de los equipos de trabajo.
que se caracteriza por tener una opción por la justicia, una posición a favor de los usuarios. Esto es
resaltado por una participante que ha observado: “Fui a un proyecto… y yo me pregunté, por qué van, Olabarría y Mansilla (2007), señalan el autocuidado como el conjunto de estrategias protectoras
qué les motiva, de dónde nace su esperanza frente a todo lo que yo veía. Hasta ahora no he encontra- para hacerle frente al burnout. Y otros autores como De Lima y colaboradores (como se citó en Can-
do una respuesta”51. tera & Cantera, 2014), incorporan el factor preventivo, para tomar las medidas necesarias y eliminar
o atenuar el impacto emocional.
Maturana (como se citó en Barudy, 1999) afirma que este compromiso está en sentido de la “emo-
cionalidad del amor”, o lo que nos resume la palabra “prójimo” que en su traducción griega implica El cuidado y autocuidado de los equipos incluye entonces, considerar acciones de preven-
el amor a otro ser humano sin que medie algún tipo de relación, el tipo de amor que ayuda a alguien ción y protección, lo cual se hace pensando tanto en las personas facilitadoras como en la po-
que está en problemas, y ayuda sin que importe lo que el uno piense del otro. blacion con la que se trabaja, pues este cuidado redundará en beneficio de todos los actores
(Valz-Gen, 2015).
Pero, siendo ésta una loable labor, a los participantes de los grupos les llama la atención que
no se consideren las necesidades ocasionadas por su práctica profesional. Varios de ellos advierten El cuidado puede hacerse buscando crear espacios para pensar y reflexionar respecto al im-
afectaciones emocionales en sí mismos y en algunos de sus colegas de trabajo. Motivo por el cual pacto que genera la violencia en las propias vidas y relaciones de las personas que trabajan con
Miradas y diálogos que nos transforman

reiteradamente mencionan que es importante cuidar a los trabajadores que cuidan a personas y la salud mental, en poder entender y comprender como la violencia deja huellas no solo en la
comunidades afectadas. “Es importante pensar en las personas que trabajan con la violencia, no es persona que la experimento sino tambien en los equipos de trabajo (Velazquez, Rivera, & Custodio,
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

fácil”52. 2015).

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Grupo de Trabajo de Salud
Otro asunto que se expone en los Encuentros es la preocupación de que un profesional con car- En los Encuentros se afirma que la responsabilidad de protección del profesional corresponde
gas emocionales pueda afectar también su servicio: “¿Cómo yo que estoy mal ayudo a otro?”53 , este a las instituciones, al trabajador y principalmente al Estado. Por ello al hablar del cuidado también
hacemos referencia al mutuocuidado y al autocuidado.

51 Notas del VIII Encuentro, 2010


52 Notas del VIII Encuentro, 2010
53 Notas del IX Encuentro, 2011 54 Notas del VIII Encuentro, 2010
78 79

Considerando los riesgos en el trabajo. experiencias y sus recursos personales y profesionales. Por ello, no todos los trabajadores expuestos
ante un mismo riesgo, experimentarán los mismos efectos. En los relatos no encontramos referen-
Las personas participantes de los Encuentros afirman que hay una relación directa entre los te- cias a estas infuencias. Más bien se reconoce que las tensiones laborales pueden agravar sus propios
mas de trabajo y la afectación de la salud mental. El riesgo de trabajo es la probabilidad de que uno o problemas personales o familiares, como fue señalado en uno de los Encuentros, trabajar estos te-
más factores del ámbito laboral causen daño a la integridad y salud de los trabajadores. mas trae muchos problemas, tantos y más de los que ya llevan consigo56.

El análisis, evaluación y monitoreo de los factores de riesgo en la seguridad y salud de los pro- El compromiso del profesional.
fesionales de salud mental comunitaria, son asuntos que deben revisarse de manera continua en el
plan de cuidado de los equipos. Este factor está ligado al anterior, lo distinguimos solo para notar las perspectivas de la exposi-
ción al sufrimiento y la respuesta del profesional. Como hemos mencionado en acápites anteriores
Factores de riesgo. de este capítulo, el compromiso de los profesionales que cuidan de otros no solo es ético y político,
sino que también involucra sentimientos como la indignación, el afecto, la esperanza, la empatía,
Las personas participantes de los Encuentros han señalado tres factores que ocasionan impactos entre otros. Este hecho debiera conllevar la implementación estrategias de cuidado para minimizar
emocionales: la exposición directa con el sufrimiento de los beneficiarios, el sobre involucramiento los riesgos de afectación psicológica.
personal y político del trabajador de salud mental comunitaria y las dificultades de carácter laboral e
institucional. En ese sentido, el profesional deberá considerar el reflexionar sobre sus propias ideas y posicio-
nes personales o políticas respecto a las necesidades y demandas de los usuarios. Quizás esté en
Exposición con el sufrimiento. conflicto con ellas, pero debería estar preparado o dispuesto a entender los principios que sustentan
los derechos de las personas y apoyar a su recuperación. De modo que esta toma de conciencia
Los participantes de los Encuentros refieren que su práctica profesional es de alto riesgo para su implica no perder de vista el propósito de su servicio de apoyo y acompañamiento a personas y
salud mental, pues sus temas de trabajo están asociados a la violencia, como las agendas post con- comunidades para el reencuentro con su bienestar. El principio de no dañar no debe perderse en el
flicto armado interno, la violencia de género, la violencia escolar, el trabajo en cárceles, la violencia camino, como fue señalado en los Encuentros:
hacia la niñez, la trata de personas, los derechos de comunidades campesinas y pueblos originarios,
los conflictos socioambientales, falta de acceso a los derechos de las personas con discapacidad, Respecto el tema de inclusión y equidad siempre es bueno empezar a vernos nosotros mis-
entre otros. mos en nuestras relaciones interpersonales, ya que muchas veces incluso nosotros mismos
traemos dentro el trato diferenciado57
En la mayoría de casos, la exposición de los profesionales al sufrimiento de personas y comunida-
des es continua y el número de usuarios es alto. Además, muchos de los problemas que afrontan los Poner atención a la protección del trabajador, para que su compromiso no se convierta en
Miradas y diálogos que nos transforman

usuarios son estructurales. Es así que el trabajador no solo se contacta con un sufrimiento, sino con sobreinvolucramiento, es tan importante como apoyarle para que esté atento y no afecte a las
un contexto signado por la exclusión social. Uno de los participantes nos acerca a esta experiencia: personas que atiende por sus propias posiciones.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

“es difícil la labor del psicólogo comunitario… el riesgo de identificarse con el lado más frágil del otro,

Mental Comunitaria y URSpsi


con su sufrimiento”55. Dificultades laborales e institucionales.

Grupo de Trabajo de Salud


Según un informe sobre factores de riesgo psicosocial en Lima Metropolitana (Ministerio de Tra- Los profesionales de salud mental afirman que las inadecuadas condiciones laborales también
bajo y Promoción del Empleo, MINTRA, 2014), el trabajador tiene determinadas características que son factores de riesgo para la salud mental (Palmer, Gómez, Cabrera, Prince, & Searcy, 2005). Entre
pueden influir en la afectación de su salud mental, tales como sus actitudes, motivación, percepción,

56 Notas del VIII Encuentro, 2010


55 Notas del X Encuentro, 2012 57 Notas del IX Encuentro, 2011
80 81

los problemas que exponen tenemos: la escasez de recursos humanos, materiales o técnicos para Aun pudiendo captar estados reales o incluso duraderos, los diagnósticos siguen siendo imágenes
hacer un buen trabajo; el incumplimiento de los derechos laborales como el reconocimiento de li- recortadas de la parte más agrietada de la vida de una persona que, sin embargo, pueden ocasionar
cencias, respeto a las ocho horas, sueldos justos, seguro de salud y estabilidad laboral; así mismo la repercusiones permanentes en su salud.
atención al clima organizacional, la gestión de conflictos, el trabajo en equipo y la recuperación de
la misión institucional sobre el servicio a las personas, entre otros temas. Las afectaciones por estos En los Encuentros, registramos entonces las aflicciones, estremecimientos, recursos y esperan-
problemas deben resolverse en el marco de los derechos laborales, la gestión organizacional, el cli- zas que los profesionales van sintiendo en su experiencia de campo. Están integradas porque así es
ma laboral y, de ser necesario, con programas de apoyo emocional. como las relatan, y porque son procesos complejos, y tanto afectaciones como resistencias no están
intactas ni estáticas, coexisten y transitan.
Los problemas laborales e institucionales perjudican la salud emocional del trabajador y la cali-
dad de su servicio: “No se tiene cuidado de cuidar a los trabajadores para que den un mejor servicio. Afectaciones individuales.
Los tratan mal en su centro de trabajo, luego ellos tratan mal a los clientes y los clientes a ellos”58.
En este punto recogemos las emociones y sentimientos que fueron mas frecuentemente alu-
Así mismo, los profesionales de distintas regiones del país participantes en los Encuentros men- didos por los participantes de los Encuentros. Los relatos incluyen afectaciones por exposición al
cionan particularidades y dificultades en el trabajo de algunos de ellos. Sueldos más bajos, trabajo en sufrimiento de los usuarios y por problemas en las condiciones laborales. Se mencionan: presión
zonas de difícil acceso, de riesgo, en contextos de inseguridad, conflicto, o vulnerables a los efectos interna por hacer un buen trabajo, frustración e impotencia por no hacer más por la población y no
climáticos: “Al estar en provincia, uno se siente solo, hay poco apoyo al psicólogo”59. hallar soluciones a sus diversos problemas, sobrecarga laboral, etc. Estos sentimientos se acentúan
cuando los recursos son insuficientes o cuando no saben cómo enfrentar tales situaciones. Descu-
Otro de los temas que perturba la salud y el trabajo de los profesionales y que tiene que resolver bren así que en su formación profesional no fueron preparados para trabajar en temas nuevos y con-
el Estado y la sociedad es la corrupción, principalmente en entidades del Estado como las institucio- textos socioculturales diferentes. Todo esto puede acarrear sentimientos de desánimo y pesimismo.
nes educativas, los penales, comisarías, el sistema de administración de justicia, y hasta en el sector El contacto con el sufrimiento de personas y comunidades afectadas por violencia puede provocar
salud, como reveló el escandaloso comportamiento de un asesor presidencial, a poco de instalarse tristeza, desaliento y sentimiento de soledad. En algunos, incluso, llega a manifestarse una suerte de
el nuevo gobierno, pero sucede en todos los niveles y conspira contra la salud de la población en naturalización de la violencia, una indignación bloqueada, una desesperanza aprendida.
general y de los trabajadores del sector.
La mirada hacia sí mismos, y hacia la responsabilidad institucional, les pone en una situación muy
Afectaciones, resistencia y recursos60. complicada y lo reflejan con palabras como: “Atrapados en el día a día… no hay espacios para la re-
flexión, el autocuidado, y dejamos que estos sucesos pasen y va dejando heridas”61. Se dice, también,
El propósito de esta sección es tomar nota de los procesos de afectación y resistencia de los que frente al dolor de las víctimas, el profesional puede llegar a responder con subjetividad heroica
profesionales de ayuda, y del rol relevante de sus recursos. Cuando los profesionales de salud mental (De la Aldea, 2004), es decir, intentar entrar en una relación de héroe salvador y víctimas, y terminar
Miradas y diálogos que nos transforman

hablan de su malestar psicológico utilizan frases como: estar colapsados, desbordados, cargados frustrándose por no lograr sus metas “… quiero cambiarlo todo y ya nada puedo hacer”62 .
emocionalmente, afectados en su salud mental. Muy poco mencionan categorías diagnósticas como
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

los síndromes de agotamiento profesional o de burnout. Por eso, hemos preferido no abordar este También refirieron malestares cuando la demanda excede los recursos de los profesionales: “Hay

Mental Comunitaria y URSpsi


punto a través de esas categorías diagnósticas, en primer lugar porque los Encuentros no están di- tanto por hacer que a veces uno se abruma y terminamos paralizándonos”63. Algunos participantes

Grupo de Trabajo de Salud


señados como espacios de diagnóstico clínico, y en segundo lugar porque creemos que los diagnós- de los Encuentros sugieren prevenir la sobreidentificación con los sufrimientos o problemas de los
ticos suelen patologizar sentimientos y detenerlos en el tiempo, disocian, diferencian a la persona. usuarios. Es posible que el profesional llegue a pasar la línea, de la empatía a la de identificación y

58 Notas del VIII Encuentro, 2010 61 Notas del X Encuentro, 2012


59 Notas del VI Encuentro, 2008 62 Notas del VIII Encuentro, 2010
60 Por recursos entendemos a los elementos de los que se dispone para lograr objetivos y afrontar dificultades. 63 Notas del IX Encuentro, 2011
82 83

experimentar un sufrimiento semejante al de la víctima. O puede ser que la situación del usuario le El trabajo como experiencia transformadora.
recuerde su propia historia de dolor, y sienta y actúe como si fuera la víctima. Es así que la afectación
emocional no solo es por palpar el sufrimiento de las personas, sino porque, al hacerlo, ha palpado Este recurso requiere que el profesional se autorice a ceder, en formas de trabajo que quizás no
su propio dolor. Se reconoce, sin embargo, que algunos profesionales pueden ser partícipes en actos se adecúen a determinados grupos o personas, ello puede llevarle a encontrar en su trabajo un pro-
de maltrato hacia personas y comunidades vulnerables que acuden a los servicios. A pesar de ello, ceso transformador de personas, ideas, métodos, realidades, y de sí mismo.
el deseo y compromiso por cambiar esta situación sigue presente, esto ha sido referido “Los que
trabajan también son agresores, y re-victimizan cuando deberían dar protección y apoyo”64 , El aprendizaje en la experiencia.

Afectaciones grupales. Cuando la frustración por no saber cómo apoyar detiene, el compromiso impulsa y se aprende
mientras se ayuda.
En los registros de los participantes de los Encuentros, existen, también, referencias a las sobre
afectaciones grupales o institucionales. Un trabajador de un establecimiento penitenciario pudo Los resultados del trabajo.
identificarlo con claridad: “La violencia está totalmente naturalizada, a todo nivel… hacia las internas,
inter-internas, internas-alcaidía, etc. La gente está colapsada, no se reconoce ni valora su trabajo (…) Algo que recompensa y reanima a los profesionales es ver el impacto y los cambios logrados en
¡Es desbordante!” las personas y comunidades, como producto de sus esfuerzos.

Por su parte, los profesionales que trabajan en el sistema educativo tambien lo identifican: “la Activismo.
escuela no promueve la amistad y confianza sino las relaciones humanas están muy impregnadas de
violencia entre alumnos, profesores”65 . Asumen que su trabajo es una vocación por lo que es justo, y están atentos para responder a la
afectación de los derechos de los usuarios desde el trabajo que realizan o participando en la mo-
Una profesional participante en los Encuentros cuenta que volvió su mirada a sus colegas y en- vilización social, redes y colectivos. “Hemos estado muchos años en este tema, siempre han sido
tendiendo que las afectaciones que sufrían eran a causa de su trabajo, se planteó una iniciativa de motivos de lucha y movilizaciones en el ámbito político y público…”67.
ayuda mutua:
Por otro lado, en gran parte de los registros de los participantes de los Encuentros no encon-
Tengo la preocupación por la salud mental de los periodistas,…tengo la preocupación de ha- tramos la existencia de problemas de salud mental, pero ciertamente son profesionales muy con-
cer algo con los colegas, ya que la basura que tenemos que ver es algo con lo que tenemos movidos. Por ello, es necesario plantear programas de cuidado y atención de la salud mental de
que luchar, nos hemos tenido que hacer una coraza, desde el conflicto interno66. los trabajadores de salud mental comunitaria en los que se considere el fortalecimiento de sus
recursos.
Miradas y diálogos que nos transforman

Recursos que les fortalecen.


Finalmente, encontramos sistemas donde la interacción obliga a encontrar equilibrios, entre
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Hasta aquí hemos expuesto algunas de las fortalezas que los profesionales disponen ante los carencias, afectaciones, resistencias y recursos, para funcionar y avanzar. En palabras de un par-

Mental Comunitaria y URSpsi


riesgos y afectaciones emocionales, a continuación destacamos otros recursos que también fueron ticipante de los Encuentros: “Pero aun así no hay que despreciar el impacto que tenemos en las

Grupo de Trabajo de Salud


mencionados en los Encuentros: personas a pesar de que pensemos que no hemos logrado hacer grandes cambios. Yo creo que sí
hay un efecto”68.

64 Notas del VIII Encuentro, 2010


65 Notas del VIII Encuentro, 2010 67 Notas del IX Encuentro, 2011
66 Notas del VIII Encuentro, 2010 68 Notas del X Encuentro, 2012
84 85

Reacciones ante problemas laborales. Algunas representaciones sobre la situación de la gente eran fatalistas, proyectando el propio
pesimismo, ya que las situaciones de violencia y desamparo, también son vividas por los trabajado-
Las grandes dificultades en el plano laboral suscitan reacciones, pasivas en unos y asertivas en res. Como cuando se referían a la violencia en las cárceles: “esta gente se ve obligada a vivir en este
otros. Los participantes de los Encuentros no plantearon reacciones agresivas o violentas. medio, no pueden hacer nada, son impotentes”72.

La pasividad es revelada por el desánimo, por una visión concentrada en los obstáculos y las También dan cuenta de una violencia que está “entretejida en la sociedad”, y se manifiesta en la
carencias. Sin embargo, no es totalmente pasiva pues la demanda de programas de cuidado está falta de reconocimiento y respeto al otro: “todos los días hay unos medios (prensa) donde el otro pide
presente, así como está presente un sentido de esperanza. respeto atención, y no se les da”73. Situaciones que viven las personas a quienes atienden, pero tam-
bién ellos mismos, cuando no son escuchados en sus instituciones y se les maltrata laboralmente.
Las reacciones asertivas exponen las carencias tanto como las afectaciones pero con actitud de
afronte, usan sus recursos para mejorar y avanzar. Y suelen exhortar a sus colegas, y a los mismos No obstante, los participantes de los Encuentros no sólo señalan los impactos de la violencia en
usuarios: “¿Qué hacemos nosotros mientras tanto (mientras llega la acción del Estado)? Hagamos la gente, también hablan de sus capacidades de afronte: “Hay gente que ha encontrado recursos (…)
algo”69. ¿qué hacen las personas y cómo aprovechar lo que las personas traen para tratar de encontrar alter-
nativas a las situaciones de violencia?”74 .
El impacto de la violencia en los profesionales.
Son preguntas que podríamos hacerle a los propios trabajadores, reconociendo todo lo que vie-
Después de habernos ocupado de las afectaciones y recursos de los profesionales de la salud nen haciendo para trabajar en contextos tan duros, sin que la impotencia o el conformismo los parali-
mental, miramos particularmente el impacto de la violencia, tema presente en los diversos testimo- ce. En los Encuentros se han compartido experiencias muy valiosas que demuestran lo que se puede
nios de los participantes. Esto debido al tipo de problemática al que están dedicados y a contextos de hacer para protegerse de la violencia, e incluso revertirla. “Pintarla”, por ejemplo.
violencia de los que también son o han sido parte, como el conflicto armado interno en nuestro país.
Considerando esto, es importante reconocer y atender el impacto que pueda tener la violencia en la En San Juan de Lurigancho, en una zona considerada violenta, se trabajó con niños, niñas y ado-
subjetividad de los profesionales y en sus vínculos, donde se puede reproducir o llegar a naturalizar. lescentes pintando murales y haciendo grafitis en las calles. Son prácticas que fortalecen a la comu-
“En la experiencia como terceros, la violencia también nos puede afectar a nosotros mismos…”70 , nos nidad y a ellos mismos; pero también podemos ver así el autocuidado, como espacios que permitan
decían los participantes, y por ello hacen falta espacios para procesarlo. resignificar las experiencias y transformarlas; que potencian las capacidades y recursos que tienen
los profesionales; y en los que nos fortalecemos mutuamente.
Los participantes de los Encuentros transmitían sus percepciones y proyectaban su propio sen-
tir sobre la violencia, cuando narraban las experiencias de las poblaciones afectadas. A veces, al Niveles de responsabilidad en el autocuidado.
describir a esas personas y su problemática, se referían indistintamente a sí mismos, revelando una
Miradas y diálogos que nos transforman

identificación con esas experiencias; también había una proyección de las propias vivencias en sus En esta seccion vamos a esbozar los niveles de responsabilidad que fueron planteadas por los
entornos, incluso laborales; y además, una necesidad de encontrar posibilidades y recursos al valorar participantes de los Encuentros, se propuso la responsabilidad del Estado en las politicas públicas,
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

la experiencia de la gente. La siguiente expresión nos muestra la identificación: “Es importante ver lo la responsabilidad institucional del cuidado, la responsabilidad colectiva y el mutuocuidado, y final-

Mental Comunitaria y URSpsi


que hacen las personas para sobrellevar la violencia, somos personas afectadas pero vamos encon- mente, la responsabilidad personal.

Grupo de Trabajo de Salud


trando salidas…”71.

69 Notas del VI Encuentro, 2008 72 Notas del VIII Encuentro, 2010


70 Notas del IX Encuentro, 2011 73 Notas del VIII Encuentro, 2010
71 Notas del VIII Encuentro, 2010 74 Notas del VIII Encuentro, 2010
86 87

Responsabilidad del Estado en las políticas públicas. Responsabilidad institucional en el cuidado.

El Estado es el principal garante de los derechos, y como tal le corresponde aprobar, implementar Por desconocimiento de las normas, por razones administrativas, o por falta de una cultura de
y monitorear las políticas de seguridad y salud dirigidas a la protección de los trabajadores. La Ley seguridad y salud en el trabajo, pocos son las instituciones que toman la iniciativa de cuidar a sus
de Seguridad y Salud en el Trabajo es un importante avance, pero debe implementarse y difundirse, trabajadores, menos aún de su salud mental. En estos tiempos, se trata de una omisión inexcusable,
particularmente entre los trabajadores. como ha sido señalado en los Encuentros “Uno se carga emocionalmente al trabajar con ciertos te-
mas y no puede haber instituciones sin nadie que se haga cargo del personal”76. El descuido se da
Por primera vez en su historia el Perú tiene una ley de seguridad y salud en el trabajo, la cual tanto en el sector público como privado, pero hay instituciones donde, por las características de su
fue promulgada por el presidente Ollanta Humala en agosto del 201175, y es la ley 29783, Ley de servicio, el trabajador debería ser especialmente protegido.
Seguridad y Salud en el Trabajo. El principio IX, Principio de Protección de la ley menciona que
“Los trabajadores tienen derecho a que el Estado y los empleadores aseguren condiciones de En los Encuentros se refirieron a algunas organizaciones que implementan programas de cuida-
trabajo dignas que les garanticen un estado de vida saludable, física, mental y socialmente, en do basados en ejercicios de relajamiento, sin que eso implique conciencia sobre la razón y necesidad
forma continua”. Así mismo, el principio IV, Principio de Información y Capacitación determina de la protección. Tales iniciativas no han demostrado resultados eficientes.
que los empleadores deben informar sobre los riesgos a los que se verá expuesto el trabajador.
De igual modo, menciona el deber de las entidades contratantes de proporcionar a los trabajado- Finalmente, en la línea de la afirmación de Barudy (1999), se recomienda que las institucio-
res los seguros obligatorios, el entrenamiento y equipamiento apropiado para el cumplimiento nes despierten, promuevan, mantengan y protejan la implicación emocional, ética y política
de sus funciones. de los trabajadores, hacerlo no solo asegurará la calidad de los servicios, sino que evitará el
queme77 de los profesionales, además ellos son el instrumento fundamental de los servicios
Un estudio sobre los factores de riesgo psicosocial en Lima Metropolitana (MINTRA, 2014), rea- de ayuda.
lizado en el 2014 menciona que los factores de riesgo psicosocial no son atendidas por las institu-
ciones públicas ni privadas, pese a su reconocida importancia. Pero, como hemos visto hasta aquí, Responsabilidad colectiva y el mutuocuidado.
el trabajador en salud mental considera que su bienestar psicosocial sí es una prioridad, y espera
que sea abordado como un derecho laboral por las instituciones empleadoras. Esto aun es un reto, Los Encuentros, así como otros espacios que propicien la reflexión y el diálogo entre los profesio-
y se debe insistir en la exigibilidad de este derecho. nales de la salud mental, muchas veces permite reconocer lo que la nube de problemas no deja ver:
sus recursos y aportes. Una breve, pero importante experiencia de mutuocuidado, se dio a conocer
Los participantes de los Encuentros proponen que las políticas públicas sobre protección del en uno de los Encuentros, como fue señalado:
profesional de salud mental deben complementarse con mejoras en los presupuestos que permitan
contar con más profesionales de la salud mental en las regiones, capacitaciones de acuerdo a las de- Vamos conociendo la mirada de cada uno y enriqueciendo nuestra propia mirada. Y vamos
Miradas y diálogos que nos transforman

mandas de los nuevos escenarios sociales, y todos los recursos materiales necesarios para la imple- cambiando lo que vamos sintiendo, porque eso también marca nuestro quehacer, desde la
mentación de las políticas. Sobre los recursos técnicos, se propone sistemas de registro, evaluación y desesperanza, la indignación, la polarización. Lo que he visto y sentido hoy es que nos hemos
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

monitoreo que se ajusten al enfoque de salud mental comunitaria. Los actuales no son considerados escuchado mucho78 .

Mental Comunitaria y URSpsi


adecuados.

Grupo de Trabajo de Salud


76 Notas del VI Encuentro, 2008
77 Esta palabra viene de la traducción de la palabra en inglés “burn out” (quemarse) o síndrome de tensión y agotamiento
75 La ley fue promovida principalmente por el sector construcción debido a la alta incidencia de accidentes y fallecimientos en profesional
los últimos años. 78 Notas del XI Encuentro, 2013
88 89

El mutuocuidado se puede organizar en diversas modalidades, con pares (profesionales de salud mental está en la sociedad, en los profesionales y en las personas que buscan atención especia-
la misma especialidad y experiencias de trabajo semejantes) o grupos de pares, con equipos lizada: en todos nosotros se encuentra activo el continuo salud y enfermedad81. Este reconocimiento
institucionales e interinstitucionales, redes, colectivos, entre otros. Los que participan en expe- implica conocer las propias motivaciones y las emociones que se movilizan en el trabajo comunita-
riencias de mutuocuidado tienen en común la necesidad de apoyo como la disposición de darlo, rio. Los participantes de los Encuentros reconocieron que la violencia no solo proviene de afuera,
generan empatía, se permiten acercarse a diversas vivencias, a retroalimentarse, desafiarse y sino que también se puede dar contra uno mismo, cuando se desatienden el cuidado, o cuando no se
aprender juntos. toma precaucion por la propia salud82.

Son espacios de aliento, un tiempo para hablar de uno mismo y para escuchar al colega. Se Mayor atención al tema de la violencia en nuestras vidas.
comparten frustraciones y esperanzas y la grata sensación que deja la tarea cumplida. Es com-
partir experiencias en comunidad, como se dijo en otro de los Encuentros: “siempre venir a los La violencia en nuestro contexto es fuerte, se da en diversos niveles y sobre todo el trabajador
Encuentros es un espacio inspirador, me hace encontrarme con raíces comunitarias aprendidas en de salud mental se encuentra expuesto. Por ello es necesario reconocer cómo la violencia nos afecta
el trabajo”79. y hacer algo para enfrentarlo. Este reconocimiento nos ayudará a evitar reproducir esa violencia en
nuestro entorno, incluso en nuestro trabajo comunitario. Es importante ver cómo nos toca la violen-
Responsabilidad personal. cia, como está presente en cada uno de nosotros; confrontarse uno mismo para evitar devolver la
agresión cuando se trabaja con estos casos.
El cuidado propio, o autocuidado, es una tarea que el propio profesional debe atender en bien de
su salud, pero se puede convertir en una carga emocional, e incluso económica, si es el único que se Se plantea el reto respecto a qué hacer con lo que uno tiene, o con la violencia que tenemos
responsabiliza de ello. Muchos participantes relataron que no tuvieron otra alternativa que hacerse alrededor. Se vive una violencia en las instituciones, pero podemos trabajar para que éstas se con-
cargo de sus afectaciones, usando sus propios recursos, “si yo no hubiera trabajado mis propias co- viertan en espacios de transformación de nuestros modos de relación, de tratarnos mutuamente.
sas, no podría soportar el trabajo con los testimonios en casos de violencia”80.
Reconocimiento y valoración del trabajo y los aprendizajes realizados.

Muchas veces hay una sobre exigencia que no permite reconocer el trabajo y el compromiso
Reflexiones y Retos que asumimos, y sentimos malestar y frustración. Es importante valorar nuestros recursos, y re-
flexionar sobre cómo enfrentamos las situaciones que vivimos, en ese sentido los participantes
Los Encuentros no sólo propician que los profesionales de la salud mental compartan sus expe- de los Encuentros plantearon que debemos preguntarnos con qué recursos contamos nosotros y
riencias, sino que estimulan la reflexión, su elaboración, y plantear propuestas y retos. A partir cómo encaminamos nuestras experiencias que vivimos día a día.
de las reflexiones de los participantes en los Encuentros, y nuestro propio análisis, hacemos
Miradas y diálogos que nos transforman

este ejercicio que nos lleva a ciertas conclusiones, que presentamos a modo de reflexiones y Los trabajadores hacen uso de su creatividad y varios otros recursos para desarrollar su labor
retos: en medio de limitaciones, y son conscientes que tienen que aprender a identificar y reconocer los
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

recursos de la población para su propia recuperación, para no caer en actitudes de sobre-protección

Mental Comunitaria y URSpsi


Importancia de reconocerse como personas con sus propias necesidades de salud mental. o de omnipotencia. La experiencia de la gente enriquece la experiencia de los profesionales, en los

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Encuentros se resaltó que el trabajo permite ver cómo vamos transformándonos, y cómo los otros
Muchas veces es difícil identificar esto, ya que el profesional comunitario está enfocado en sus también se transforman83 .
tareas y no cuenta con los espacios para ello. Sin embargo, en los Encuentros se pudo valorar que la

81 Notas del VI Encuentro, 2008


79 Notas del XI Encuentro, 2013 82 Notas del VIII Encuentro, 2010
80 Notas del VIII Encuentro, 2010 83 Notas del IX Encuentro, 2011
90 91

Capacidad de transformar afectaciones en fortalezas. Una participante señalaba sobre estos espacios: “un espacio para pensar y no seguir en este rit-
mo en el que todo va rápido y en el que casi nunca tenemos tiempo para pensar y menos para conec-
Reconocemos la complejidad de los procesos subjetivos de los profesionales en los contextos tar con nosotros mismos o los otros”85.
que trabajan. Manifestaron los impactos de las problemáticas, del contacto con el sufrimiento, de la
violencia impregnada en muchos niveles; pero hemos visto que junto con ello, coexisten la fuerza Es indudable que la promoción y desarrollo del personal comunitario, sería más factible si con-
del trabajador, su compromiso y su esperanza en seguir trabajando por cambiar las condiciones de tarán periódicamente con estos espacios de encuentro, de diálogo y cuidado mutuo; a nivel de
salud mental en nuestra población. Todo lo cual también le ha permitido con sus propias estrategias las organizaciones, y en encuentros o colectivos interinstitucionales que fortalecen y enriquecen
protegerse, cuidar de sí y de los otros. tanto. ●

Necesidad de fortalecer el soporte institucional.

Hay que sensibilizar más a las autoridades y organizaciones respecto al autocuidado y a la atención
a las personas, más allá de una mera aplicación de técnicas, acciones o protocolos. Que las acciones que
se plantean para mejorar el trabajo y las acciones de autocuidado, sean pensadas desde las experiencias
de los equipos, para que sean útiles y tengan sentido. Los participantes de los Encuentros señalaron que
hace falta fortalecer las políticas de cuidado del personal. En el sector público, indicaron que por la verti-
calidad en las políticas y decisiones, no son escuchados. Manifiestan que opinan, aportan, pero no se les
toma en cuenta. Esto afecta al personal, pues se siente frustrado, y repercute en la calidad de su servicio.

Incorporación del autocuidado en las políticas públicas.

El Estado debe brindar mayor atención a la protección de los trabajadores de salud mental, a
través de leyes y otras políticas laborales que incluyan, en las condiciones de trabajo, el enfoque de
autocuidado. Los participantes de los Encuentros plantearon con mucho énfasis que se hace esperar
una ley que proteja también a los profesionales y que vaya en línea con la necesidad de una ley de
salud mental para el trabajo en salud mental comunitaria84.

Espacios de acompañamiento y mutuo cuidado como soporte y oportunidad de creci-


Miradas y diálogos que nos transforman

miento.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

La discusión desarrollada en los Encuentros ha mostrado la importancia del trabajo de acompa-

Mental Comunitaria y URSpsi


ñamiento y apoyo mutuo para el fortalecimiento y promoción del profesional comunitario. En la di-

Grupo de Trabajo de Salud


námica de los Encuentros se desarrollaron y pusieron en práctica los fines del autocuidado y cuidado
mutuo. Se motivó el fortalecimiento personal y grupal, promoviendo un sentido de comunidad que
permitió elaborar las experiencias con los aportes de todos; y se ampliaron perspectivas asumiendo
mensajes o retos para mejorar en el ámbito de sus trabajos.

84 Notas del VI Encuentro, AÑO 85 Notas del X Encuentro, AÑO


92 93

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Mental Comunitaria y URSpsi


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Grupo de Trabajo de Salud


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94 95

Miryam Rivera Holguín Tesania Velazquez Castro


Docente del Departamento de Psicología de Directora de la Dirección Acádemica de
la Pontificia Universidad Católica del Perú y Responsabilidad Social y Docente del
de la Facultad de Psicología de la Universidad Departamento de Psicología de la Pontificia
Nacional Mayor de San Marcos. Directora Universidad Católica del Perú.

CAPÍTULO CINCO
de la Maestría en Psicología Comunitaria y Magister en Evaluacion Psicologica y forense
Coordinadora del Grupo de Investigación por la Universidad de Salamanca de España.
en Psicología Comunitaria de la Pontificia Coordinadora del Grupo de Investigación en
Universidad Católica del Perú. Psicología Forense y Penitenciaria.
Ha sido Coordinadora de salud mental de
la Comisión de la Verdad y Reconciliación
Miembro del Comite Asesor de la Maestria en
Psicología Comunitaria de la PUCP.
MODELO DE SALUD
en Ayacucho, Asesora de salud mental Miembro del Grupo de Trabajo de Salud
comunitaria del Proyecto AMARES (Unión
Europea y Ministerio de Salud).
Mental de la Coordinadora Nacional de
Derechos Humanos, miembro fundador y
MENTAL COMUNITARIA
Ha sido miembro fundador de la Red de Ex-Directora de la Red Latinoamericana de
Salud Mental de Ayacucho, del Grupo de Formacion en Psicología Comunitaria.
Trabajo de Salud Mental de la Coordinadora Ha obtenido el Premio Anual de Psicología
Nacional de Derechos Humanos, y de la Red Comunitaria y el Premio Anual de Psicología
Latinoamericana de Formación en Psicología Peniteniciaria otorgado por el Colegio de
Comunitaria. Psicólogos del Perú.
Ha obtenido el Premio Anual de Psicología Experta en temas de género, violencia, salud
y Desastres otorgado por el Colegio de mental comunitaria y desastres.
Psicólogos del Perú.
Ha sido Perito ante la Corte Interamericana tvelazq@pucp.pe
Miradas y diálogos que nos transforman

de Derechos Humanos de San Jose de Costa


Rica.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Es consultora internacional en temas de

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
violencia, salud mental, derechos humanos y
emergencias humanitarias.

mriverah@pucp.pe
96 97

MODELO DE SALUD MENTAL


COMUNITARIA

Miryam Rivera Holguín y Tesania Velázquez

Colaboradora: Elba Custodio

E
XI Encuentro. Ponentes y participantes de Ayacucho: Edith l Plan Regional de Salud Mental 2015-2020 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS,
del Pino, Maritza Rodriguez, Eliaflor Cazorla, Leonel Cohaila, 2011) plantea que la salud mental está vinculada con la búsqueda de un estado de bienestar en
Karina Barrientos, Lucinda Muñoz el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones nor-
males de la vida, trabaja de manera productiva y goza de bienestar emocional, así como de bienestar
físico y social. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2006) señala que la salud
mental depende de la realización de otros derechos fundamentales como son: el derecho a la salud,
a la no discriminación, a la educación, el trabajo y la participación. La salud mental se sustenta en los
principios de derechos humanos, equidad de género y el diálogo intercultural (OPS, 2012).

En los últimos años, en el Perú se viene ampliando la concepción de salud mental, para transi-
tar de una basada solamente en la atención de la enfermedad y el malestar (enfoque asistencial),
hacia una en la cual se considera el proceso salud-enfermedad en un contexto sociocultural. En ese
sentido, Saforcada y Castellá (2008) plantean la necesidad de incorporar enfoques en los cuales el
proceso de enfermedad se entienda como parte del ciclo vital, y que además incorpore propuestas
del modelo comunitario, el cual es más eficiente pues presta un servicio más oportuno y de amplia
Miradas y diálogos que nos transforman

cobertura con la participación de los diferentes actores sociales que se encuentran involucrados
(Rodríguez, 2009). Además, el Ministerio de Salud (MINSA, 2015) añade que una persona con salud
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

mental es capaz de contribuir a su comunidad.

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
Desde estas definiciones, se identifica que el concepto de salud mental tiene una dimensión in-
dividual indesligable de una dimensión comunitaria y colectiva. De allí que la denominación “salud
mental comunitaria” se utilice para evidenciar esta doble dimensión y hacer énfasis en la imposibili-
dad de abordar la una sin considerar la otra (Rivera, 2010). En los últimos años se ha ido construyen-
do desde la praxis un nuevo modelo de salud mental comunitaria, el cual viene siendo institucionali-
zado como política pública en el Perú. Este modelo ha sido sistematizado a partir de las experiencias
prácticas en diferentes regiones del país así como también con en los diálogos temáticos realizados
98 99

por diversos profesionales de organizaciones de la sociedad civil (Escribens, Portal, Ruiz, & Veláz- dejarse de lado para analizar los hechos y el impacto que genera en la vida de las personas, así tam-
quez, 2008; Grupo de Trabajo de Salud Mental Comunitaria, GTSM, 2006; Grupo Impulsor de la Re- bién, los conceptos de enfermedad deben ser explorados, tanto como las formas de saber popular
forma de la Salud Mental, GIR, 2011; Neira & Escribens, 2010; Pérez & Jibaja, 2009), la academia (Pezo, que puedan mantener un estado de bienestar en la población. Este modelo que ya se viene trabajan-
Velázquez, Valz-Gen, & Pareja, 2008; Rivera & Velázquez, 2015; Velázquez, 2007) y el Estado (Bazán, do en América Latina (Montero y Gonçalves, 2011) ha sido descrito por Del Cueto (2014), quien plan-
2004; MINSA, 2006). tea la idea de la salud mental comunitaria desde la concepción del sujeto no sólo como ser individual
sino en estrecha relación con su entorno social, su historia y la política que modifica y origina sus
El GTSM resalta que la salud mental comunitaria consiste en la mejora de las condiciones de vida modos de pensar, sentir y actuar.
de los miembros de una comunidad mediante actividades integradas y planificadas de protección,
promoción, prevención, atención a las necesidades en salud mental (GTSM, 2006); así como, la recu-
peración y reparación de los vínculos personales, familiares y comunales dañados y quebrados por
diferentes situaciones de vulneración como la pobreza, las relaciones de inequidad y dominación, Componentes de la Salud Mental Comunitaria
o por daños producidos por situaciones disruptivas como el conflicto armado interno o desastres
(Departamento de Psicología, 2008). En contextos en los que la pobreza, la violencia, la discriminación y la marginación son situa-
ciones cotidianas que afectan las relaciones entre las personas, y generan desigualdad y malestar,
La conceptualización de la salud mental comunitaria supone una forma diferente de compren- se necesitan promover diferentes estrategias de trabajo en salud mental para la promoción de
der los problemas, se trata de una mirada integral del ser humano, con énfasis en las condiciones vínculos saludables y democráticos. Sin embargo, en nuestra sociedad actual, en la que prima el
culturales, sociales, económicas y políticas que lo constituyen. Para Pezo et al. (2008) las premisas individualismo y el aislamiento social, este abordaje plantea constantes espacios de búsqueda, de
del trabajo en salud mental comunitaria son: 1) la comunidad como sujeto de la intervención, 2) creación, de hallazgos de nuevos tipos de solidaridad y de nuevas formas de ser y estar con los
buscar la participación no sólo de los líderes sino de toda la comunidad, 3) establecer normas y grupos (Bang, 2014).
acuerdos en las relaciones que se van desplegando, 4) tener conocimiento sobre el contexto so-
cial, y 5) construir vínculos de confianza y credibilidad con la población a través de relaciones cara El modelo de salud mental comunitaria parte de las concepciones de salud y enfermedad que lo
a cara, el respeto por el cumplimiento de los acuerdos, una comunicación fluida y la familiarización plantean como un continuum en el que se integra la construcción social de la realidad con la com-
con el mundo local. prensión de la cultura local, donde se entiende que la realidad se construye a partir de las interaccio-
nes de las personas dentro de un contexto cultural específico y que ésta puede conocerse a través
Entonces, el trabajo en salud mental comunitaria incluye los enfoques de derechos humanos, del análisis de los procesos que generan dichas interacciones (Berger & Luckmann, 2003). A este
psicosocial, género e interculturalidad (GTSM, 2006), enfoques que implican el reconocimiento de concepto se añade el carácter activo de sus protagonistas, quienes realizan aportes y construyen
las diferencias y el diálogo con la diversidad en un marco de respeto, inclusión, justicia y equidad. nuevos saberes en la promoción, prevención e intervención en salud mental, se va más allá de la
noción tradicional del tratamiento, y más bien se trabaja con la comunidad (Montero, 2010a; Winkler,
Miradas y diálogos que nos transforman

Por lo tanto, el trabajo en salud mental comunitaria no sólo implica trabajar a través del vínculo Alvear, Olivares, & Pasmanik, 2012).
personal, sino también del vínculo social (Velázquez, 2007). Esta perspectiva prioriza la atención
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

a los signos y símbolos compartidos por un colectivo de personas que tienen similares referentes En el proceso se debe tomar en cuenta los conceptos como poder, apoyo social, participación y

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identitarios y que son fundamentales para sustentar la acción colectiva, así como para el manteni- compromiso para alcanzar el bienestar (Hincapié, 2010). El trabajo a partir de estas nociones facilita

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miento del bienestar y la salud (GTSM, 2006). Desde esta perspectiva, se pone énfasis en promover el reconocimiento de recursos, capacidades y competencias de cada individuo, permitiendo caminar
las relaciones horizontales entre las partes, se habla de intersubjetividad, confianza recíproca, mutuo hacia la identificación de oportunidades y el logro de acuerdos para iniciar procesos de cambio que
aprendizaje, intercambio y diálogo, todo esto, basado en el respeto y reconocimiento a las diferen- puedan impactar de manera positiva en la salud mental en las comunidades (Bang, 2014; Stolkiner, &
cias, a los tiempos de cada actor y a los procesos de la propia comunidad (Neira & Escribens, 2010). Solitario, 2007).

En ese sentido, la comunidad y el colectivo son fundamentales para el proceso de recuperación y Este trabajo tiene mayor perspectiva si se plantea desde plataformas interdisciplinarias, integra-
sanación (Martín-Baró, 2000; Montero, 2010b), pues existe una dimensión psicosocial que no puede das y planificadas que permitan espacios para un análisis de los malestares y necesidades en salud
100 101

mental existentes. Se busca crear condiciones para el desarrollo de un pensamiento creativo, colec- desarrollo de un vínculo sano y democrático que permita a la comunidad visibilizar sus problemáti-
tivo, crítico y dirigido a la acción. Esto es de fundamental importancia, teniendo en cuenta que una cas en relación con su salud mental, recursos y fortalezas para generar sus propias propuestas para
comunidad con pensamiento creativo compartido colectivamente, se encuentra en mejores condi- alcanzar bienestar (Errázuriz et al., 2007; Rivera & Velázquez, 2015).
ciones de ser actores de transformación de sus propias realidades, lo cual es considerado como indi-
cador de salud mental comunitaria (Bang, 2014; Maj, 2010). Para alcanzar estos objetivos, es necesario tomar en cuenta cinco componentes como constitu-
yentes de la salud mental comunitaria, los cuales presentamos a continuación.
Estos espacios de encuentro permiten el reconocerse, el diálogo y el establecimiento de vínculos
que afianzan el compromiso con el cambio, a partir del reconocimiento del lugar en el que viven. En El desarrollo del bienestar (la promoción del buen vivir).
este momento se transita del concepto de territorialidad (en donde la relación con él puede ser lejana
o inexistente) al de pertenencia e identidad (en el que existe un vínculo compartido y hay posibilidad Las prácticas y acciones comunitarias abordan problemáticas de salud mental desde una pers-
de un hacer colectivo), en el que se da el encuentro con una persona diferente pero con necesidades pectiva de prevención y promoción integral fuera del sistema de salud formal (Bang, 2013). De este
y recursos y otras cosas en común, con quien se puede hacer acciones en conjunto para mejorar la modo, se enfocan en los diversos niveles de bienestar antes de identificar enfermedades o patolo-
salud mental de un nosotros (Barrault, 2007). En estos vínculos colectivos se da un proceso de sos- gías. Se necesita actuar teniendo en cuenta los recursos, individuales o colectivos, determinantes
tenimiento subjetivo, frecuente en las comunidades (con encuentros y desencuentros), en los que se de la salud mental que han sido recuperados a través del reconocimiento de sus propios saberes.
resignifican las pertenencias sociales y las implicancias de estas en las mismas comunidades (Flores, Esta estrategia permite crear una vía facilitadora para la transformación hacia una comunidad más
2011). inclusiva.

Se busca que todos los actores se encuentren comprometidos en una relación libre, incluyente, El abordaje comunitario genera oportunidades y fortalezas desde una propuesta que trabaja
respetuosa, con objetivos compartidos y cuya consecución produce transformaciones en la comuni- desde las prácticas de salud (Stolkiner & Solitario, 2007). La valorización del conocimiento popular
dad (Hincapié, 2010). Para alcanzar esta meta, los agentes externos ingresan en un proceso de obser- y de la participación social es la base para el fortalecimiento de la capacidad colectiva para abordar
vación, aprendizaje y planificación. Ellos y los agentes internos deben trabajar en conjunto haciendo las diferentes problemáticas vinculadas con la salud y, de esta manera, mejorar la calidad de vida. Se
aportes según sus saberes en la promoción del bienestar y la prevención de la enfermedad (Rivera & busca ir más allá de la colaboración, se trata de alcanzar la organización para el abordaje del propio
Velázquez, 2015). proceso de salud-enfermedad-cuidados (Bang, 2010).

Las alternativas de trabajo en salud mental comunitaria se basan en la recuperación de saberes Estas acciones se realizan desde los enfoques de derechos humanos, psicosocial, género e in-
previos que constituyen conocimientos prácticos con niveles de comprensión éticos que permiten terculturalidad a través de la generación de espacios de encuentros para realizar actividades inter-
dar respuesta a una situación de malestar y que genera la construcción de conocimiento compar- disciplinarias basadas en la participación y en el reconocimiento para la prevención de factores de
tido (Barúa, 2010). Con ello, se busca reforzar el compromiso que se adquiere por parte de todos los riesgo y la promoción de conductas saludables. Todo ello constituye una propuesta de salud mental
Miradas y diálogos que nos transforman

actores al iniciar procesos comunitarios en los cuales se construye un camino más democrático, en comunitaria desde la posibilidad de que los participantes tengan un rol dentro de la toma de decisio-
donde la estructura social sea más justa y necesaria fomentando la cohesión de la comunidad (Safor- nes conjuntas (GTSM, 2006).
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

cada & Castella, 2008; Rivera, Velázquez, & Morote, 2014). Esto, en la práctica, se comienza a gestar

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cuando se da una mayor participación de la población, quienes proponen ideas, estrategias y validan Sin embargo, para alcanzar este objetivo es necesario realizar tareas específicas que incluyen

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las decisiones en favor del bienestar de la comunidad. la reflexión crítica y la capacidad de generar propuestas desde los participantes lo cual fortalecería
el compromiso y la participación activa de la comunidad en la co-gestión de las propuestas para la
Por lo señalado anteriormente, se entiende que la Salud Mental Comunitaria comprende un mejora de la calidad de vida (Kendall, Mattos, & Cabra, 2006) lo cual impacta en su bienestar.
conjunto de acciones orientadas a abordar los problemas de salud y sus determinantes de manera
integral para alcanzar un bienestar y calidad de vida a nivel individual, familiar y comunitario. La Es importante el desarrollo de investigaciones que reconozcan diferentes nociones de salud
promoción, prevención, intervención y atención desde esta mirada es un proceso donde la base es mental que implican concepciones del buen vivir. En nuestro país, las distintas cosmovisiones influ-
la participación activa de la comunidad para alcanzar el bienestar, y esto se consigue a través del yen en cómo se concibe la relación bienestar-malestar. En el modelo occidental es percibido como
102 103

conceptos dicotómicos mientras que investigaciones sobre el mundo andino lo plantean como un La idea es que los profesionales sean facilitadores de procesos y colaboren en la identificación y
continuo no excluyente (Arenas, 2016; Escribens, et al., 2008; Zurita, 2014). Una amplia concepción valoración de los recursos y fortalezas para generar un cambio dentro de lo que la misma población
de lo que es salud mental, debe ser incorporada en la problematización, así como en el diseño y for- determina como problema (Wiesenfeld & Sánchez, 2012).
mulación de políticas públicas en salud mental comunitaria, tal como ha sido planteado por varios
participantes de los “Encuentros de discusión sobre clínica comunitaria”: Al reconstruir la memoria, conocerla y apropiarse de ella se comienza a sentir parte de una his-
toria, de las costumbres y tradiciones que ya no son ajenas sino forman parte de la identidad del
Me llamó la atención que la definición de salud mental pareciera estar más sobre el déficit, individuo que vive en la comunidad (Jelin, 2012). Al mismo tiempo, teniendo en cuenta que las co-
que en la salud misma, como es visto desde la enfermedad. Así, aunque pensemos desde la munidades tienen características singulares, las intervenciones comunitarias requieren de períodos
psicología comunitaria, que el enfoque más que atender la enfermedad está en rescatar los prolongados de trabajo que permitan generar vínculos de confianza y conocimiento acerca de las
recursos, aún no se logra86 necesidades y problemáticas de las personas (Bang, 2014). De este modo, resultaría útil promover
el aprendizaje recíproco entre los profesionales y la comunidad para generar puentes de entendi-
El reconocimiento y el establecimiento del vínculo para la transformación social. miento que ayuden a la comunidad y a los profesionales a abordar y entender la realidad de manera
integral.
Las situaciones de desigualdad, marginación y pobreza llevan a tener contextos en los que mu-
chas veces los lazos de confianza se han visto vulnerados desde el interior de las familias, las comuni- Los proyectos o programas de salud mental implican un elemento de cambio para fomentar el
dades y la misma sociedad, generando una violencia estructural (GTSM, 2006). Por ello, es prioritario desarrollo individual y colectivo (Flores, 2011), considerando que estos cambios incluyen el involu-
que desde los agentes externos o los facilitadores comunitarios se establezcan vínculos “reales” con cramiento de la población y una construcción conjunta. Sólo desde el diálogo abierto que fomenta la
la comunidad, con los “otros” (Castillo & Winkler, 2010); el acercamiento debe caracterizarse por la independencia del individuo y el colectivo desde el reconocimiento de recursos/fortalezas se puede
empatía y una legítima preocupación por mejorar la situación en la cual se está trabajando; se hace llegar a compromisos a largo plazo que pueden hacer sostenible la transformación social.
necesario establecer un vínculo de confianza y una alianza de trabajo que incorpore las diferencias
culturales y sociales (Bang, 2014), como ha sido señalado en los Encuentros: El crear un espacio para atreverse a pensar y entender lo que ocurre en la realidad en la cual
se vive y participa, ayuda a que los conflictos disminuyan y se visibilice una necesidad de cambios
Pero no podemos descuidarnos, tenemos que trabajar con los profesionales, involucrarlos. como herramienta para la promoción y sostenibilidad; se busca establecer nuevas formas de rela-
Médicos que recetan y no les importa qué le pasa afuera al paciente, al igual que el profesor. ción en donde la jerarquía vertical se rompe para dar paso a una comunicación horizontal (Arango,
Pero eso pasa porque no tienen idea de los que es la salud mental. Ahí debemos aprove- 2008).
char87.
Participación.
Entonces, el desafío de los facilitadores de salud mental no es sólo promover condiciones de vida
Miradas y diálogos que nos transforman

digna para los “otros”, sino contribuir a modificar comportamientos, ideas y creencias que promue- Una de las características fundamentales del modelo comunitario es la participación de todos los
ven situaciones de violencia y exclusión social para que de esta forma se contribuya al bienestar y a actores que componen la sociedad (Custodio, Rivera-Holguín, Seminario, Arenas, & Urruchi, 2015).
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

la salud mental de toda la sociedad. Es así que se hace importante la relación desde la aparición del En este sentido, se considera que la responsabilidad de los problemas de salud mental no recae sola-

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otro en toda su dimensión, esto implica el reconocimiento de los individuos como existentes en sus mente en los profesionales y en el Estado, sino también en la sociedad, en las comunidades y en las

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semejanzas, alteridad y diferencia, lo cual permitirá resignificar las exigencias psíquicas, sociales en familias. Un problema considerable con éstas últimas, es que el rechazo hacia la enfermedad mental
la construcción permanente sobre las situaciones y sobretodo las problemáticas (Saforcada & Caste- es tan significativo que optan por abandonar a las personas en las calles o en centros hospitalarios
llá, 2008). (Robillard, 2010). De esta manera, al trabajar desde el modelo comunitario es importante hacerlo
desde una perspectiva transversal, teniendo en cuenta aspectos sociales, familiares e individuales.

86 Notas del IX Encuentro, 2011. La participación puede ser definida en relación con el estar involucrado en algún acto o fenó-
87 Notas del VI Encuentro, 2008. meno social, informar de alguna forma de conocimiento y/o compartir con otras personas ciertas
104 105

circunstancias y emociones (Montero, 2004). Pero, la participación en intervenciones comunitarias co-responsabilidad de otros para mayor control, sostenibilidad y la toma de decisiones para el futuro
implica un largo proceso de aprendizaje en los cuales se pasa de la asistencia a las reuniones, a la (Rivera, Velázquez, & Morote, 2014).
proposición de acciones y la toma de decisiones (Villasante, 2006). En los contextos de desigualdad
y pobreza, una de las características es la desconfianza y la ruptura de los lazos comunitarios, por lo Montero (2010) nos plantea que para el fortalecimiento de capacidades existen estrategias
que es necesario pensar en una metodología que rompa la estructura de jerarquía vertical y el miedo relacionadas con la decisión y acción a cargo de la comunidad, el compromiso participativo, el
a relacionarse con el “otro” (Rivera & Velázquez, 2015). control y poder en la comunidad y el desarrollo del poder político y del sentido de eficacia polí-
tica de las comunidades interesadas en producir cambios dentro de ellas. Estas se encuentran
Otro punto importante es la inclusión de todos los miembros de la comunidad de forma cons- en relación con implementar actividades que impliquen la reflexión crítica, el diálogo abierto,
ciente y voluntaria en todos los procesos que les afectan directa o indirectamente, en donde, des- la información oportuna acorde a la necesidad; para esto será necesario desarrollar habilida-
de el mismo grupo se elige las opciones que más le convienen, según sus intereses y capacidades des de escucha activa por parte de todos los actores y empatía y acogida con la opinión dife-
(Balcázar, Suárez-Balcázar, Willis, & Alvarado, 2010), como ha sido también planteado en los En- rente.
cuentros:
De igual modo, además de capacitar a los propios trabajadores de salud (Minoletti & Zaccaria,
Es integrar a la comunidad, integrar a la población en lo que es la salud mental. El conflicto 2005), es necesaria la capacitación sistemática y constante en temas de salud mental comunitaria
armado interno, nos ha mostrado cómo el impacto de lo social afecta a las personas, y nos a trabajadores de atención primaria, maestros, voluntarios, agentes comunitarios y asistentes socia-
plantea cómo hay que tener esta mirada de atención de salud mental basada en la comuni- les, dado que al recibir adiestramiento y orientación, suponen un recurso valioso para el proceso de
dad, y no necesariamente en los especialistas.88 intervención (Rodríguez, La Torre, & Miranda, 2002).

En ese trabajo colectivo se transforma y se es transformado desde la toma de decisiones, ac- La salud mental no es exclusiva de psiquiatras y psicólogos. Hay grupos no psicólogos o psiquia-
ciones, derechos, deberes y logros (Montero, 2004). Esto permitirá que la comunidad recupere los tras que se interesan en la salud mental, entonces hay que involucrar a todos los profesionales sin
saberes con los cuales antes resolvió dificultades y permita entrar en diálogo con los conocimientos excepción, reiterando lo del trabajo multisectorial. Se debe involucrar a la comunidad, a las organi-
actuales (Argueta, Corona, & Hersch, 2011). zaciones como vaso de leche, comedores, etc.89

Para atender esta realidad, es central establecer alianzas de trabajo con autoridades y organi- El desarrollo de estas actividades permitirá generar una valoración positiva de los miembros de
zaciones de la comunidad, respetar las instancias propias, actuar potenciando acciones que forta- la comunidad contribuyendo al sentido de pertenencia y a la cohesión del grupo impactando directa-
lezcan el tejido social, y promuevan una convivencia social integrada, en el que la población sea mente en el fortalecimiento de la identidad individual y colectiva de cada uno de los miembros. Bang
protagonista de sus procesos de transformación a través de las redes comunitarias (GTSM, 2006; (2014) afirma que además se promueve un conjunto de valores colectivos como: solidaridad, equi-
Bang, 2014). dad, democracia, ciudadanía, desarrollo, participación y asociación, entre otros (Czeresnia & Freitas,
Miradas y diálogos que nos transforman

2006).
Fortalecimiento y protagonismo de la comunidad.
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Cuidando a los que cuidan.

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El fortalecimiento y protagonismo es un proceso mediante el cual la comunidad se pueden orga-

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nizar para generar y lograr un cambio respecto a una situación disruptiva o que les afecta (Montero, Los diferentes programas psicosociales que se implementan, desde la psicología comunitaria,
2010). El fortalecimiento requiere la toma de conciencia de las dinámicas del poder que se ejercen para mejorar la salud mental, buscan promover cambios en las comunidades desde el reconocimien-
desde los diferentes actores, el desarrollo de habilidades socio emocionales para lograr un control to de sus propias capacidades y recursos. Por lo tanto, la intervención y las posteriores evaluaciones
razonable sobre la vida, el ejercicio del control sin dañar a los demás y el apoyo para la participación y se orientan hacia la población. Sin embargo, hay otro actor no siempre visibilizado que se encuentra

88 Notas del VI Encuentro, 2008. 89 Notas del VI Encuentro, 2008.


106 107

en un proceso de transformación y que muchas veces se afecta profundamente por el impacto de su a largo plazo. El modelo de salud mental comunitaria radica en la comprensión de la salud mental
trabajo: el equipo de profesionales o promotores que realizan las acciones comunitarias. como componente central del desarrollo humano y, por lo tanto, del desarrollo de los Estados. Efecti-
vamente, hablar de salud mental es también hablar de pobreza y desigualdad en el Perú (Velázquez,
Cada psicólogo atiende a mucha gente, y tiene que preparar a los demás profesionales sobre 2007). Este modelo permite responder de forma diferente a la demanda de salud mental, una pro-
ciertos temas, de violencia. Es un trabajo bien recargado. También con temas de promoción. puesta inclusiva, comunitaria y participativa en el marco de la defensa de los derechos humanos y en
A veces somos llamados, y es un desgaste, entonces propongo capacitar, porque si yo entro diálogo con el enfoque de género (Robillard, 2010) e interculturalidad (Theidon, 2004).
a todas las aulas, es muy difícil…90.
A pesar de que todavía falta camino por recorrer, es importante reconocer que las personas con
Las experiencias de trabajo al lado de poblaciones vulnerables han presentado retos en cuanto a problemas de salud mental y el respeto hacia sus derechos humanos se han comenzado a incluir en
las estrategias de abordaje que permitan no sólo asegurar que los objetivos del trabajo de cambio y las políticas de Estado. De este modo, estos avances y transformaciones en la manera de pensar la
transformación social lleguen a consolidarse, sino también para que tales estrategias aseguren que salud mental en el Perú van incorporando una participación activa de las comunidades y familias
los propios equipos de trabajo comunitario tengan espacios para revisar los conceptos y modelos (MINSA, 2015). En nuestro país se visibiliza cada vez más la salud mental y se va entendiendo que si
teóricos que están implementando, o para revisar cómo se movilizan sus emociones a lo largo de logramos avanzar en la salud y el bienestar de la población, mejorarán los indicadores de desarrollo
la experiencia (Montero, 2006). Olivares, Messerer, Rodríguez y Guerra (2010) señalan que trabajar y crecimiento.
con las distintas manifestaciones de la violencia implica desgaste profesional. Dadas las temáticas y
el sufrimiento implicado, se propone el cuidado a los equipos de profesionales y promotores como No obstante, aún quedan varios desafíos pendientes, se requiere consolidar el modelo comunita-
elemento ético, pues se considera que no incluir esta dimensión afectará de modo directo la calidad rio y colocar el tema de la salud mental como prioritario en la agenda pública. Las políticas públicas
de trabajo con las personas y comunidades afectadas (Thorne, Corveleyn, Pezo, Velázquez, & Valdéz, de salud mental, deben incorporar problemas asociados al malestar social y a la violencia. Es nece-
2011). sario pensar la violencia social como un problema de salud mental y colocar el énfasis no solo en los
servicios de salud sino en la participación activa de la comunidad, se requiere promover ciudadanía,
El trabajo con este tipo de situaciones genera una carga adicional en los equipos de trabajo (Ve- y reconocer la importancia de los afectos, y el encuentro. De este modo, el objetivo del modelo de
lázquez, Rivera y Custodio, 2015); por ello, es importante tomar conciencia de los efectos que tiene el salud mental comunitaria es promover el bien común en las personas y en las comunidades, y no
trabajo con personas en situación vulnerable. Este tipo de situaciones es importante reflexionarlas solo llevar servicios a la comunidad. Se trata, de una apuesta por generar transformación social. La
y procesarlas para evitar reproducir las relaciones de poder con quienes se trabaja (De Lima, Lerch, exclusion no solo perjudica a las personas en el lugar de la exclusión, afecta la salud mental de toda
Lerch, Devos, & Silva, 2014). Además, se ha evidenciado que la violencia no sólo impacta en las rela- la sociedad, pues aprendemos a vivir y construir una sociedad escindida.
ciones, sino también en la comprensión del problema, la elaboración de estrategias y en el bienestar
de las y los profesionales que trabajan directamente con las personas y comunidades (GTSM, 2006; La salud mental implica pensarnos de modo global, reconocernos en nuestra ciudadanía, poder
Pezo, et al., 2008). Por ello, se ha planteado este cuidado de los equipos desde la generación de espa- ser capaces de ver al otro como semejante, y por tanto promover su inclusión como un camino para
Miradas y diálogos que nos transforman

cios para pensar la experiencia, analizar y reflexionar el impacto de la violencia en sus propias vidas construir una mejor sociedad en la cual podamos sentirnos mejor. Por tanto, la responsabilidad no re-
y reconocer que la violencia deja huellas en las propias relaciones interpersonales de los equipos de cae solamente en los profesionales y en el Estado, sino también en la sociedad, en las comunidades,
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

trabajo. en las familias y en cada uno de nosotros. ●

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
A modo de cierre.

Entonces, tomando en cuenta los ejes fundamentales en las acciones comunitarias que buscan
mejorar la salud mental de las poblaciones más vulnerables se podrán generar transformaciones

90 Notas del VI Encuentro, 2008


108 109

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Lima: CIES, CARE y PCS.
114 115

› Agradecemos a las personas que año tras año participan en los Encuentros de discusión sobre
clínica comunitaria, gracias por compartir con nosotras sus vivencias y aprendizajes, y permi-
tirnos contribuir en la construcción colectiva de una propuesta de salud mental comunitaria para
nuestro país.

Nuestro reconocimiento especial a las personas invitadas y participantes de los Encuentros de


discusión sobre clínica comunitaria realizados entre los años 2008 y 2013, que son los Encuentros
que hacen parte de esta sistematización:

Luis Abarca, Abraham Abramovitz, Máximo Aguirre, Gina Agurto, Ernesto Alaiza, Patricia Alar-
cón, Carla Alarcón, Rossemary Alaya, María Rosa Alayza, Marina Albañil, Ruth Alcázar, Carmen
Aldana, Shirley Almeyda, Patricia Altuna, Cery Alvarado, Elizabeth Alvarado, Eduardo Álvarez, So-
ledad Álvarez, Jennifer Álvarez, Bernardo Amao, Lilian Amorín, Augusto Amorós, Adhara Ampue-
ro, Agustina Anchanti, Alicia Ángeles, Myrta Anicama, María Antezana, Haydee Anton, José Luis
Aparcana, Jennifer Aquino, Luz Aragonés, Yohanna Aranda, Niria Arce, Delilda Arenas, Doris Argu-
medo, Jaime Arnao, Flor Arroyo, Viola Arrunategui, Susana Aspillaga, José Avendaño, Mercedes
Ayarza, María Edith Baca, Nélida Baca, Elsa Ballón, Ximena Ballón, Angélica Ballón, Gloria Barba,
María del Carmen Barboza, Olga Bárcenas, Eduardo Bautista, Mariela Bazán, Martín Beaumont, Ca-
rolina Benavides, Vanessa Benavides, Liliana Blaustein, Teresa Bolaños, Sebastián Bouroncle, Lucia
Bracco, Carlos Bravo, Graciela Burkley, Pamela Burmester, Elsa Bustamante, Ricardo Bustamante,
Adriana Bustamante, José Cabrejos, Rocío Cáceda, Adriana Cairo, Rita Caldas, Jorge Calderón, José
Calderón, José Miguel Calderón, Denisse Calonge, Roberto Calván, Misael Campos, Chaska Canal,
Julio Cano, Amelia Capcha, Leopoldo Caravedo, Fernando Carballo, Claudia Carcelén, Samira Car-
Miradas y diálogos que nos transforman

nos transforman
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

TrabajoCOMUNITARIA:
y URSpsi
de Salud
y diálogos que
Mental Comunitaria
Grupo deMENTAL
Miradas
SALUD
116 117

lín, Juan Carlos Contreras, Juan Carlos Taxca, Ricardo Caro, Ana Caro, Diana Carrasco, Humberto Gretna Jugo, Miguel Jugo, Cecilia Juscamaita, Johan Kempny, Andrés Kobashigawa, Rocío La Torre,
Castillo, Karina Castillo, Patricia Castrillón, Martín Castro, Eliaflor Cazorla, Lily Cedrón, Julio Cé- Martha Laberiano, Ricardo Lama, Hans Landolt, Maria Pía Lanfranco, Lisa Laplante, Inés Lazarte,
sar Cerna, Prysca Cersso, Ruth Céspedes, Oscar Chacón, Rosalía Chauca, Carmela Chávez, Tatiana Natalia Lecca, Claudia Lema, Elsa León, Lenin León, Titi Levy, Alejandro Llanos, Alejandro Llata,
Chávez, Edith Chero, Segundo Chiroque, Ada Chuecas, Maria Isabel Cifuentes, Rebeca Cobo, Pilar María Elena Loayza, Alejandro Loli, Lourdes López, Liliana López, Carmen Lora, Gladis Luy, Carlos
Coll, Gabriela Conde, Patricia Congrains, Silvana Contreras, Julio Cordero, Elizabeth Córdova, María Macasana, Enrique Macher, Sofía Macher, Mina Madalengoitia, Vivian Malamud, Miguel Maldona-
Coronel, Gino Costa, María Pía Costa, Alejandro Cotera, Miryan Cruz, Erika Cuba, Rosa María Cue- do, Oscar Maldonado, Rafaela Maldonado, Manuel Mallqui, Carla Mantilla, Luz Marcos, Francesco
to, Gloria Cueva, Elba Custodio, Raúl Cutien, Jennie Dador, Andrea Dam, Violeta Dávila, Danna De Marinelli, Juan Luis Martín, Marcos Martínez, Christian Martínez, Carmen Masías, Luis Matos, Ana-
Col, María Leonor De La Torre, Diego De Pomar, Rafael Delgado, Karina Dianderas, Francisco Diez bella Matute, Bibiana Maza, Miluska Maza, Patricia Meceth, Ivon Mego, Leslie Mejía, María Luisa
Canseco, Pilar Documet, Giannina Domecq, Violeta Dongo, Roxana Dubreuil, Mariana Dupuy, Cris- Mendivil, Julia Mendoza, María Mendoza, Pedro Mendoza, Rosario Mendoza, Karem Meza, Karen
tina Eguiguren, Gonzalo Elías, José Luis Encinas, Manuel Escalante, Silvia Escobar, Lídem Escobar, Meza, Lucía Miranda, Milena Miranda, Martín Modonese, Sarah Moll, Renzo Montani, Víctor Monte-
Paula Escribens, Gloria Espinoza, Patricia Espinoza, Víctor Espinoza, Laura Esquivel, Deivi Farfán, ro, Carmen Montes, Elvira Montes, Pedro Morales, Rosa Morón, Jorge Moscol, Maria Luisa Mujica,
Daniel Farro, Diego Fernández, Adriana Fernández, Ana Cecilia Ferreira, Graciela Flores, Miguel Flo- Lucinda Muñoz, Carmen Murguía, Liliana Nakamura, Claudia Neyra, Héctor Núñez, Pamela Núñez
res Galindo, Sigfredo Florian, Luis Ernesto Fodale, Katherine Fourment, Jacqueline Fox, Rocío Fran- del Prado, Stuart Oblitas, Betty Olano, Beatriz Oré, Adriana Origgi, Stephany Orihuela, Carla Orre-
co, Agnes Friant, Sandra Fuentes, Giovanna Galarza, Karina Gallegos, Adriana Gallegos, Lupe Gar- llana, Humberto Ortiz, Margot Osorio, Mirtha Osso, Diego Otero, Victoria Oviedo, Jonathan Padilla,
cía, Maria Fernanda García, Maricela García, Antonio Gazis, Camila Gianella, Elisa Gianonni, Bruno Karina Padilla, Jessica Palacios, Iris Palomino, Liliana Panizo, Lilian Pantoja, Felipe Pardo, Benjamín
Giusti, Katia González, Álvaro González, Macarena González, Percy Grandes, Diego Graña, Marcela Paredes, Cecilia Paredes, Giannina Paredes, Miryam Pareja, Victoria Pareja, Carlos Pastor, Rocío
Guerrero, Margarita Guevara, Víctor Guevara, Ana Cecilia Gutiérrez, Gabriela Gutiérrez, Luis Gutié- Paz, María Paz Paredes, Elena Peña, Juan Manuel Peña, Alberto Perales, Yanet Pérez, Yovana Pérez,
rrez, Percy Guzmán, Yasmin Hamideh, Joan Hartley, Inés Haya De la Torre, Elizabeth Haworth, Flor Katherinne Pérez, César Pezo, Jeanette Pezúa, Marina Piazza, Leticia Piscoya, Jorge Pizarro, María
Henostroza, Aurora Hermoza, Ángela Hernández, Alonso Herrera, Dora Herrera, Catalina Hidalgo, Elena Planas, Rebeca Podesta, Jean Podleskis, Robert Poma, Roger Potokar, Alicia Quintana, Gisel
Marycell Hidalgo, Victor Hijar, Adriana Hildenbrand, Rosmary Hinojosa, Carol Hoyle, Patricia Hua- Quintana Tello, Maria Luz Quintero, Angélica Quispe, Luis Quispe, Marilia Quispe, Wilfredo Quispe,
chillo, Carmen Huamán, Mylene Huanqui, Liz Huatay, Gino Huerta, Miguel Huerta, Wilfredo Hupiu, Cecillia Ráez, María del Carmen Raffo, Pilar Raffo, Adrián Ramírez, Florabel Ramos, Cristina Ramse-
Samantha Ibañez, Manuel Ige, Natalia Incio, Nelly Ingaroca, Maria Elena Iglesias, Daniele Ingratoci, yes, Gian Rasmussen, Norma Reátegui, Ana María Rebaza, Olenka Retiz, Silvia Revilla, Lucía Rey, Ta-
Vivian Jacoby, Carolina Janto, Alina Jara, Lupe Jara, Mercedes Jesús, Carlos Jibaja, Gabriela Joo, lía Rey, Grimaldo Ríos, Jorge Rivas, Gonzalo Rivera, Max Rivera, Miryam Rivera, Edgar Riveros, Gla-
Miradas y diálogos que nos transforman
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
118 119

dis Robles, Marita Roca, Ronald Rodríguez, Maritza Rodríguez, Milton Rojas, Pablo Rojas, María Inés
Romero, Rocío Romero, Luisa Rosales, Stefany Rosemberg, Sandra Rospigliosi, Emma Rubio, Ivette
Ruiz, Silvia Ruiz, Wuille Ruiz, Olga Ruiz, Rosa Ruiz, Hugo Salazar, Olga Salazar, Roberto Sánchez,
Laura Sánchez, Laura Sánchez-Manrique, Fryné Santisteban, Merle Santos, Clemencia Sarmiento,
Patricia Scheuch, Martín Scurrah, Ángela Sebastián, Beatriz Seclén, Segundo Seclén, Edgardo Segil,
Margarita Segura, Elizabeth Selem, Evelyn Seminario, Hilda Serpa, Alí Shupingahua, Carmen Silva,
Emilia Soria, José Sotelo, Elvira Soto, Maritza Soto, Sandra Soto, Gloria Stiglich, Martha Stornaiuo-
lo, Natalia Streuli, Ana Surichaqui, Sandra Taipe, Claudia Tapia, Luis Tapia, Shirley Temple, Magaly
Tenor, Elberta Ticona, Meir Tintaya, Jorge Tizza, Patricia Tori, Andrea Torres, Guadalupe Torres,
María del Carmen Torres, Pamela Torres, Cecilia Tovar, Héctor Tovar, Gisella Trillo, Jackeline Trujillo,
Fidel Tubino, Andrea Ugarte, Javier Urbina, Matilde Ureta, Rita Uribe, Patricia Urteaga, Carolina
Valderrama, Carmen Valdez, Raúl Valdez, Guadalupe Valera, Viviana Valz-Gen, Germán Vargas, Ro-
cío Vargas, Gabriela Vásquez, Norma Vásquez, Ismael Vega, Eduardo Vega, Marisol Vega, Oscar
Velásquez, Walter Velásquez, Tesania Velázquez, Carlos Vigil, Gladis Vigo, Carmela Villarán, Jime-
na Villarán, Rosa Villarán, Valeria Villarán, Rosa Villavicencio, Andrea Wakeham, Rodney Warthon,
Alfonso Wieland, Cecilia Wong, Yenny Wort, Carmen Wurst, Jenny Yamamoto, María Luisa Yarán,
Vilma Yarleque, Carolina Zapata, Úrsula Zapata, Irma Zárate, Zarela Zariquiey, Oswaldo Zevallos,
Luis Alberto Zúñiga, Adriana Zumarán.
Miradas y diálogos que nos transforman
SALUD MENTAL COMUNITARIA:

Mental Comunitaria y URSpsi


Grupo de Trabajo de Salud
Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos
Calle José Pezet y Monel # 2467, Lima 14, Perú
Teléfono: 4191111

• Asociación Paz y Esperanza


Jr. Hermilio Valdizán 681, Jesús María 51-1-463 3300
gvargas@pazyesperanza.org

• CAAAP. Centro Amazónico de Antropología y


Aplicación Práctica
Av. Gonzáles Prada 626, Magdalena 51-1-460 0763

• CAPS. Centro de Atención Psicosocial


Jr. Caracas 2380, Jesús María 51-1-462 1600

• CEAS. Comisión Episcopal de Acción


Av. Salaverry 1945, Lince 51-1 471 0790

• Unidad de Responsabilidad Social del Departamento de


Psicologia de la Pontificia Universidad Catolica del Peru.
Av. Universitaria 1801, San Miguel
tvelazq@pucp.pe, mriverah@pucp.pe

• WIÑASTIN. Proyecto de Atención y


Promoción de Salud Mental
elenanueve2@gmail.com, msolvega@amauta.rcp.net.pe,
vivivalzgen@gmail.com

• Carmen Aldana Arrieta carmenaldanaa@gmail.com

• Nélida Baca Soto nelidarb@yahoo.es

• Martha Laberiano Agüero melaberiano@gmail.com

• Vilma Yarlequé vilma_ym@hotmail.com



Cuando lo
escribas voy a
sentir que han
tomado en
cuenta mi idea

Nombre Xxxxx, cargo xxxxx

Departamento de Psicología de la Pontificia


Universidad Católica del Peru
Avenida Universitaria 1801, San Miguel
Telefono 626 2000 anexo 4589

La Unidad de Responsabilidad Social del


Departamento de Psicología de la Pontificia
Universidad Católica del Perú constituye un
espacio colectivo creado por docentes del
Departamento en el 2001, con el propósito de
articular distintas iniciativas, conjugando el
quehacer de docentes, estudiantes y egresados.
En su función formativa favorece procesos
de colaboración y mutuo enriquecimiento
con nuestra sociedad diversa, consolidando
conocimientos previos, abriendo nuevas
interrogantes, cuestionando nuestra realidad, a
la vez, que se realizan acciones que nos ponen
en contacto con situaciones singulares, con
rostro y nombre propios.
El Grupo de Trabajo de Salud Mental (GTSM)
Miryam Rivera Holguín y Germán Vargas Farías, Editores está conformado por instituciones de la

SALUD
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
(CNDDHH) y por profesionales que comparten
su misión y principios. Se formó en abril de
2004, luego de la entrega del Informe Final

SALUD MENTAL COMUNITARIA: Miradas y diálogos que nos transforman


de la Comisión de la Verdad y Reconciliación,
con la misión de aportar en la elaboración e
GTSM implementación de políticas públicas en salud

MENTAL mental frente a las consecuencias del conflicto


armado interno y a procesos generadores de

COMUNITARIA:
violencia.
En sus años de funcionamiento ha contribuido
a que el tema de salud mental en nuestro país
MIRADAS Y DIÁLOGOS integre metodologías, estrategias y acciones
QUE NOS TRANSFORMAN que favorezcan el respeto a los derechos
humanos de los peruanos y peruanas, a fin de
que la población pueda ejercer su derecho a la
salud mental.
El GTSM además de producir un documento
conceptual denominado “Salud mental
comunitaria: aportes para el trabajo con
poblaciones” que ha sido material referente
en las capacitaciones para el personal de
salud de las regiones Ayacucho, Apurímac,
Cusco y Huancavelica, ha contribuido con el
Ministerio de Salud en acciones de capacitación
y discusión sobre temas relacionados con la
salud mental en el Perú. Asi tambien, elaboró
GRUPO DE TRABAJO DE SALUD MENTAL
los contenidos y marco conceptual del Proyecto
Y UNIDAD DE RESPONSABILIDAD
de Ley de Salud Mental, en coordinación con el
SOCIAL DEL DEPARTAMENTO DE
IDEHPUCP, y ha producido el documento“Juicio
PSICOLOGIA DE LA PUCP
a Fujimori: Subjetividades, negación y juegos del
poder” en el que se reflexiona sobre el impacto
de un proceso judicial clave en la construccion
de la democracia en nuestro pais.
“Salud mental comunitaria: miradas y
diálogos que nos transforman” es su tercera
publicacion.

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