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Calidad de educación sexual dentro de las instituciones educativas según las cifras de
embarazos en adolescentes entre 15 y 19 años.
La educación es una de las bases fundamentales de un correcto crecimiento y desarrollo como
ciudadanos, es un elemento esencial para el desenvolvimiento de la vida misma de un sujeto con él
mismo y con la sociedad, y esta educación resulta ser aún más indispensable tratándose de niños y
jóvenes, para que a partir de los conocimientos que estos adquieran tanto en el hogar como por medio
del sistema educativo del país, puedan discernir entre lo que es correcto y lo que no, además de
también poder desarrollar un pensamiento crítico ante las realidades a las que se enfrente. Un
elemento más que necesario en el desarrollo educativo del sujeto es la sexualidad y reproducción,
pues son más que relevantes para que aquel pueda apropiarse de estos, identificarse con estos y
ponerlos en práctica futuramente; de esta forma poder evitar situaciones que le pongan fin o pausa
temporal significativa a sus procesos de educación. Es aquí donde el embarazo no deseado en
adolescentes pasa a tomar un papel decisivo en cuanto a la identificación de la calidad educativa
impartida a los jóvenes, pues se supondría que es a partir de una educación sexual íntegra mediante la
cual se contrarrestarían estas tasas de embarazos tan elevadas. Esto nos lleva a preguntarnos ¿hay una
buena calidad educativa sexual en Colombia? Porque las cifras de estos embarazos siguen hablando
por sí solas.
Entrando un poco en los números, según la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud
(ENDS), el 17,4% del total de mujeres adolescentes entre los 15 y 19 años se encuentran embarazadas
o son madres de su primer hijo. Siendo mayor el número de estos casos en zonas rurales en donde los
servicios de salud y de educación se encuentran restringidos. En estas zonas el 24,8% de las mujeres
adolescentes quedan embarazadas, a comparación de las mujeres adolescentes de la urbanidad que
cuentan con un porcentaje de embarazos menor, con un 15,1% respectivamente.
Para el año de 2015, el 66,4% de los embarazos registrados en mujeres menores de 20 años fueron
reportados como no deseados o no planeados, y el 47,4% de los nacimientos fueron reportados por
parte de la madre como un “lo quería más tarde” (se entienden que fueron por causas de
anticoncepción erróneas, inadecuadas o nulas). Por estos embarazos no deseados las jóvenes tienden a
abandonar sus procesos educativos y a acudir a centros de salud no autorizados para practicarse
procedimientos en los que puedan afectar su vida. Según estos datos proporcionados por Profamilia,
en conjunto con el ICBF, uno de los principales factores para que se den estas elevadas cifras de
embarazos en jóvenes adolescentes es la educación, en cuanto a calidad y la accesibilidad que puedan
llegar a tener a esta… Entre menor es el nivel de escolarización, se presenta así una mayor cantidad
de adolescentes embarazadas o que ya tuvieron a su primer hijo.
A pesar de que las cifras dictadas por estas instituciones son alentadoras en cuanto a la educación
sexual recibida por los estudiantes, pues el 97,2% de las mujeres entre 15 y 19 años ha recibido una
educación a cerca de sexualidad, sus derechos sexuales y reproductivos y los métodos de
anticoncepción, se contra resta con la alta cifra de hombres y mujeres que desconocen a cerca de las
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), con un 30% respectivamente. Por lo tanto, a partir de este
punto es donde podemos dar por entendido que el acompañamiento por parte de los colegios en estos
temas de sexualidad es muy limitado y suelen no profundizarlos mucho, pues algo que sabemos es
que la sexualidad se entiende también como los riesgos que puedan llegar a causar prácticas dentro de
la vida sexual del sujeto, pero que podemos observar que estos no son tratados de una manera amplia
y detallada.
Es claro que esta situación social no sólo compete a las instituciones educativas y a los afectados por
estos niveles de educación, sino que la identificación de los sujetos va un poco más allá. El Estado es
uno de los principales implicados, pues este es el que más responsabilidad posee en cuanto a proveer
un ambiente propicio a todos sus ciudadanos para que a estos se les hagan efectivos sus derechos
fundamentales, y que de igual forma estos cuenten con unas herramientas eficaces para hacer valer
sus derechos. En una mirada menos ampliada, el Ministerio de Educación es la entidad a través de la
cual actúa el Estado y mediante la que se ponen en discusión las estrategias y políticas públicas para
lograr conseguir unos objetivos y metas referentes a la calidad educativa brindada a los adolescentes.
Además, los colegios y las instituciones de educación privada y pública también cuentan con un
amplio grado de responsabilidad dentro de esta problemática, ya que son las encargadas de aplicar las
políticas comunicadas por el Ministerio, y podemos determinar que una no calidad en cuanto a los
modelos de educación, y los planes de clases adoptados por los colegios, afectan directamente a los
jóvenes comprendidos entre los 15 a 19 años, que en su mayoría se encuentran en el bachillerato.
Anexo a esto, también podemos ver cómo la no accesibilidad a una educación de calidad fomenta
inconvenientes a futuro en cuanto a las reducidas posibilidades que podría llegar a tener en cuanto al
mercado laboral y su sustento económico.
Sin embargo, para el objeto de estudio de esta problemática también mencionaremos algunas
opiniones de jóvenes entre los 15 y 19 años, y su satisfacción informativa, a cerca de la educación
sexual que estos recibieron durante su proceso educativo. También teniendo presente la
obligatoriedad de cumplimiento del Programa Nacional de Educación Sexual y Construcción de la
Ciudadanía (PNESCC); en el cual entraremos a detalle más adelante.
Es acá donde traemos a la mesa el caso de Zaira Guzmán, una muchacha que quedó embarazada a la
edad de 17 años; estudió en varios colegios públicos y también privados y ella relata que la educación
sexual que recibió en estas instituciones no fue ni buena ni mala. Le hablaban de los temas de manera
general. Manifiesta que en un año recibió alrededor de diez clases en total sobre esa temática.
Además, manifiesta que tiene presente el programa de Educación para la Sexualidad y Construcción
de la Ciudadanía impulsado por el Ministerio, sin embargo, dentro de este no se encuentra estipulado
las sesiones exactas que se deben realizar sobre la educación sexual, pero ella considera que no
fueron suficientes esas diez clases que ella recibió en los colegios que estuvo.
El siguiente de los casos es el de Luisa, quien quedó embarazada cuando tenía 17 años y su pareja 16.
Ella se encontraba cursando undécimo grado y no se dio cuenta que estaba embarazada hasta cuando
tenía tres meses. Luisa dice que su educación sexual fue escasa, en su colegio distrital no recibió
ningún tipo de orientación sexual y en su hogar se trató muy poco el tema. Solo conocía el condón
como método anticonceptivo y lo supo por conversaciones con sus amigas. Además, a la joven
tampoco le ofrecieron ningún método anticonceptivo gratuito.
Próximamente tenemos el caso de Harold. Su novia de 19 años, quien estaba estudiando en la
universidad, quedó embarazada en el 2016 cuando él tenía 17 años y cursaba décimo grado de
bachillerato en un colegio del Distrito en Mártires. El joven cuenta que el único método
anticonceptivo que utilizó con su pareja fue el condón. El colegio donde Harold estudiaba no le
brindó apoyo para entender el momento que estaba viviendo. Asegura que nunca recibió educación
sexual en la institución. Sin embargo, sí recibió el apoyo de su familia. No sucedió lo mismo en la
familia de su pareja. “Allí no hubo apoyo. La echaron de la casa y todo”, situación que luego cambió.
Tomando en cuenta las experiencias anteriormente mencionadas, podemos ver que los derechos
afectados no son solo los sexuales y reproductivos, como el acceso a la información acerca de las
del o la joven en torno a la creación de ambientes propicios para una educación íntegra en el hogar
con aquellos temas que vayan siendo tratados dentro de las aulas de clases. Y como próximo punto y
último, me dirigiría directamente al Estado para que tenga aún mucha más presencia en zonas rurales
y de difícil acceso, para que les brinden a estos sistemas educativos de calidad y así formar
ciudadanos íntegros con conocimientos plenos en cuanto a sus deberes y derechos fundamentales,
sexuales y reproductivos.
REFERENCIAS