Está en la página 1de 4

La lógica combinatoria 

es una notación para eliminar la


necesidad de variables cuantificadas en lógica
matemática . Fue introducido por Moses
Schönfinkel [1] y Haskell Curry , [2] y más recientemente se ha
utilizado en informática como modelo teórico
de computación y también como base para el diseño
de lenguajes de programación funcionales . Se basa
en combinadores que fueron introducidos por Schönfinkel en
1920 con la idea de proporcionar una forma análoga de
construir funciones y eliminar cualquier mención de variables,
particularmente en la lógica de predicados.. [3] Un combinador
es una función de orden superior que usa solo la aplicación de
función y combinadores definidos anteriormente para definir
un resultado a partir de sus argumentos

    

¡Error! Nombre de archivo no especificado.

Se suele decir que el 70 % del polvo doméstico que tanto nos afanamos en
limpiar con el plumero o que nos provoca continuos estornudos está
formado por piel humana. Pero lo cierto es que tal cifra es una exageración.

Hay piel humana, naturalmente, pero las fuentes más habituales de


polvo son la arena, la harina o los deshechos de insectos. Toda la piel
muerta que perdemos llenaría un paquetito de harina, es decir, que
perdemos bastante, sin embargo es un alimento muy suculento para
los ácaros del polvo, por eso no hay tanta por nuestra casa. Gran parte
de nuestra piel muerta también se marcha por el desagüe de la bañera
cuando nos duchamos.
Los ácaros del polvo, que pertenecen a la familia de las arañas, son
diminutos. Tanto que una cucharadita de polvo puede contener hasta
mil ácaros… y 250.000 de sus cacas o deposiciones. Sí, exacto,
cerrando todos los conductos de entrada a mi cuerpo a la señal de ya.

En otras palabras, la mayoría de alérgicos al polvo en realidad lo son a


las cacas de los ácaros del polvo. Las encimas que excretan los
intestinos del ácaro atacan las vías respiratorias y provocan síntomas
asmáticos o parecidos a la fiebre del heno.

Con todo, la composición exacta del polvo doméstico es un dato muy


esquivo, porque depende de muchísimos factores: depende del país
que estudiemos, la casa, la habitación, la estación del año, el estilo de
vida de sus habitantes, la frecuencia con que se limpia, si se suelen abrir
las ventanas o no… Si queréis más datos al respecto, os recomiendo
echar un vistazo al artículo que publiqué hace tiempo al respecto: el
polvo que nos rodea.

Otro mito que hay que desterrar a propósito de los ácaros es


que constituyen la mitad del peso de una almohada. Es decir, que
nuestra cara descansa cada noche en el equivalente al Manhattan de
los ácaros (o de su cementerio, porque la mayoría, según el mito,
estarían muertos). Tranquilos, el dato es falso, algo que se empeñan en
recordar continuamente los fabricantes de ropa de cama. Ya podéis
imaginar la razón.

De todas formas, los ácaros no son motivo de preocupación (aparte de


las alergias)… más que nada porque ahora mismo, en la piel de vuestra
cara, ya vive una vibrante comunidad de ácaros. Son los
llamados ácaros foliculares (Demodex folliculorum) y vive solo en los
seres humanos. Miden dos centésimas de centímetro, así que pueden
encajar holgadamente en un folículo de vuestra piel.

Además tienen garras y una boca con la que pueden atravesar las
células de la piel. Pero respirad tranquilos, si bien los excrementos de
los ácaros son todo un engorro (además que produce un ecs
unánime), los ácaros foliculares apenas generar excrementos. Ni
siquiera tienen ano. Es todo un alivio, ¿no creéis?

Se suele decir que el 70 % del polvo doméstico que tanto nos afanamos en
limpiar con el plumero o que nos provoca continuos estornudos está
formado por piel humana. Pero lo cierto es que tal cifra es una exageración.

Hay piel humana, naturalmente, pero las fuentes más habituales de


polvo son la arena, la harina o los deshechos de insectos. Toda la piel
muerta que perdemos llenaría un paquetito de harina, es decir, que
perdemos bastante, sin embargo es un alimento muy suculento para
los ácaros del polvo, por eso no hay tanta por nuestra casa. Gran parte
de nuestra piel muerta también se marcha por el desagüe de la bañera
cuando nos duchamos.

Los ácaros del polvo, que pertenecen a la familia de las arañas, son
diminutos. Tanto que una cucharadita de polvo puede contener hasta
mil ácaros… y 250.000 de sus cacas o deposiciones. Sí, exacto,
cerrando todos los conductos de entrada a mi cuerpo a la señal de ya.

En otras palabras, la mayoría de alérgicos al polvo en realidad lo son a


las cacas de los ácaros del polvo. Las encimas que excretan los
intestinos del ácaro atacan las vías respiratorias y provocan síntomas
asmáticos o parecidos a la fiebre del heno.

Con todo, la composición exacta del polvo doméstico es un dato muy


esquivo, porque depende de muchísimos factores: depende del país
que estudiemos, la casa, la habitación, la estación del año, el estilo de
vida de sus habitantes, la frecuencia con que se limpia, si se suelen abrir
las ventanas o no… Si queréis más datos al respecto, os recomiendo
echar un vistazo al artículo que publiqué hace tiempo al respecto: el
polvo que nos rodea.
Otro mito que hay que desterrar a propósito de los ácaros es
que constituyen la mitad del peso de una almohada. Es decir, que
nuestra cara descansa cada noche en el equivalente al Manhattan de
los ácaros (o de su cementerio, porque la mayoría, según el mito,
estarían muertos). Tranquilos, el dato es falso, algo que se empeñan en
recordar continuamente los fabricantes de ropa de cama. Ya podéis
imaginar la razón.

De todas formas, los ácaros no son motivo de preocupación (aparte de


las alergias)… más que nada porque ahora mismo, en la piel de vuestra
cara, ya vive una vibrante comunidad de ácaros. Son los
llamados ácaros foliculares (Demodex folliculorum) y vive solo en los
seres humanos. Miden dos centésimas de centímetro, así que pueden
encajar holgadamente en un folículo de vuestra piel.

También podría gustarte