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CARGAS Y DEUDAS DE LA HERENCIA

Desde el momento de la muerte de una persona, se originan efectos jurídicos en cuanto a la


sucesión, pues la herencia está compuesta de activos y pasivos configurados como un
patrimonio autónomo que pueden estar sujetos a cargas y deudas, siendo relevante para el
estudio, definir ambos conceptos para evitar futuras confusiones.

I. CARGAS DE LA MASA HEREDITARIA


Se consideran cargas de la sucesión las obligaciones originadas por el fallecimiento del
causante. Dichas cargas no resultan materia de transmisión porque no eran obligaciones
previas del causante, constituyendo únicamente para los herederos.

Para mayor abundamiento, es indispensable citar el Artículo 867 del Código Civil que establece
lo siguiente:

Art- 869. Son de cargo de la masa hereditaria:

1. Los gastos del funeral y, en su caso, los de incineración, que se pagan


preferentemente.
2. Los gastos provenientes de la última enfermedad del causante.
3. Los gastos  de administración. 

a) Gastos de funeral y, en su caso, los de incineración, que se pagan prefentemente:

Ello quiere decir que no solo tiene prioridad respecto de las deudas, sino de las demás cargas
que pudiesen existir. Pues tal como lo define el Dr. JORGE EUGENIO CASTAÑEDA: 1 "Es  deuda
que debe ser  solucionada antes de la partición. Tiene privilegio o preferencia no obstante que
recién nace con la muerte del heredado, aun frente a obligaciones anteriores. Dar  sepultura es
un acto de solidaridad humana"

b) Gastos provenientes de la última enfermedad del causante

Es preciso señalar, que dicha carga es aquella contraída por el mismo causante mientras vivía,
por lo que no se consideraría carga, sin embargo constituye un pasivo que la ley dispone deba
ser pagada en forma preferente.

Si el causante formó parte de una sociedad conyugal, esta no se podrá considerar deuda
personal pues dentro de las cargas del hogar se encuentra la salud de la familia, debiéndose en
defecto liquidar la sociedad de bienes del matrimonio, una vez hecho esto se podrá recién
determinar el patrimonio (activos y pasivos) del causante que constituirá la masa hereditaria.

c) Gastos de administración

En este apartado, están incluidos los inherentes a la administración (gastos judiciales, cuidado
de los bienes, honorarios del abogado, inventariarían de los bienes, etc) como los
concernientes a la remuneración del albacea.

1
Castañeda Jorge Eugenio. “Derecho de sucesión”. Editorial e imprenta Bautista. Lima. 1975
En este caso, honorarios del abogado y albacea, se reputarán como cargas si su gestión ha sido
realizada en interés de todos los herederos a fin de prever contingencias de la sucesión a
futuro.2

II. DEUDAS DE LA MASA HEREDITARIA

Es de resaltar que las deudas se transmiten por causa de la muerte del sujeto deudor, tales
obligaciones deben ser pasibles de ser transmitida, por lo que se excluye las inherentes a la
persona, contraídas en función de las cualidades personales del deudor, las prohibidas
expresamente por ley o las deudas sobre cuya transmisión se haya pactado en contrario.

De acuerdo a lo establecido en el Art. 871 del código civil:

Art. 871. Deudas que gravitan sobre la masa hereditaria.

Mientras la herencia permanece indivisa, la obligación de pagar las deudas del


causante gravita sobre la masa hereditaria; pero hecha la partición, cada uno de los
herederos responde de esas deudas en proporción a su cuota hereditaria. 

Dentro de las deudas, debemos distinguir 2 tipos:

a) Deudas hereditarias: Son aquellas contraídas por el causante en vida, y luego de su


deceso son transmitidas a sus herederos.
b) Deudas testamentarias: Son aquellas originadas de la última voluntad del testador,
“legados”.

Dicho ello, las deudas solo alcanzarán la masa hereditaria, más no podrán ser asumidas con el
patrimonio personal de los herederos.

Ahora, si bien el citado artículo solo hace mención a las deudas, ello también incluye a las
cargas. La regla básica es que cuando la masa hereditaria permanezca indivisa, si existen
activos suficientes, los acreedores de las deudas sucesorias podrán exigir el cobro con
cualquier bien que forme parte de la masa hereditaria.

Sin embargo, si los herederos ya se distribuyeron todo o parte de los activos, las obligaciones
serán fraccionados, por lo que la responsabilidad sería solidaria pudiendo entonces cualquier
acreedor hacerse cobro con el patrimonio de cualquier heredero. En este caso, cada uno
responderá en proporción a su cuita, dividiendo la deuda en partes y solicitando al acreedor
exigir a cada heredero un monto de la deuda equivalente al porcentaje que este adquirió en el
herencia.

2
Gitrama González, Manuel. “La administración de herencia en el Derecho español”. Madrid, Editorial
Revista de Derecho Privado. 1950.
III. CONCLUSIONES

a) Tomamos en consideración que tanto las cargas como las deudas de la herencia,
deben ser asumidas por los herederos a título universal.
b) Actualmente nuestro sistema adopta el sistema de la responsabilidad “intravires
hereditatis”, los herederos solo responden hasta donde alcance el valor de los bienes
integrantes de la masa hereditaria.
c) En caso existan varios herederos, estamos frente a una obligación mancomunada
pues todos están obligados al pago de las cargas y deudas en proporción a su cuota
heredada.
d) Si un heredero recibió bienes cuyo valor resulte inferior a su cuota, dicha cuota de
responsabilidad se verá reducida en proporción a lo que tome en ella con el fin de
salvaguardar su proporción de masa hereditaria.

IV. BIBLIOGRFÍA

 Castañeda Jorge Eugenio. “Derecho de sucesión”. Editorial e imprenta Bautista. Lima. 1975
 Jimenes Vargas Machuca, Roxana. “Cargas y Deudas de la herencia”. Tomo IV. De “Derecho de
Sucesiones” - Código Civil comentado – Gaceta Jurídica.
 Ferrero Costa, Augusto. “El Derecho de Sucesiones en el nuevo código civil peruano”. Fundación
M.L Bustamente de la Fuente. Lima. 1987
 Echecopar García, Luis. “Derecho de Sucesiones”. Gaceta Jurídica. Lima. 1999
 Gitrama González, Manuel. “La administración de herencia en el Derecho español”. Madrid,
Editorial Revista de Derecho Privado. 1950.
 Antonio Zannoni, Eduardo. “Manuel de derecho de las sucesiones”. 4° edición
actualizada y ampliada. Astrea. Buenos Aires. 1999

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