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Modelos de Evaluación Psicológica.

Marta Martín

Dada la diversidad de técnicas y estrategias que se usan en la evaluación psicológica,


resulta difícil para el psicólogo determinar cuáles usará y por qué. En muchas ocasiones, se
“echa mano” a la prueba que se puede conseguir o a la última que apareció en el mercado,
y los objetivos de la evaluación se subordinan a los instrumentos disponibles. Esta
situación, por otra parte no es nueva. Hace más de 20 años L. J. Cronbach (150, p.110)
retrataba el panorama de la evaluación psicológica con colores bastantes sombríos, con las
siguientes palabras: " En Psicología Clínica y en Orientación Profesional continuamente
están brotando las modas. A causa de su rápido crecimiento, la historia de la Psicología
Clínica ha sido, hasta hace muy poco tiempo, una algarada. Las noticias de un test
valioso servían, como las noticias del hallazgo de un pozo petrolífero, para arrastrar a los
psicólogos de los antiguos pozos recién descubiertos y rápidamente se formaba una nueva
élite de persona que se especializaban con ese test. Las técnicas pasaban inmediatamente
a aplicarse sin una labor científica previa suficiente... Muchas de estas modas se
desvanecían rápidamente, pero algunas de ellas, de ningún valor, continuaron siendo un
best - seller durante una generación..."

Otros colegas, por el contrario, adoptan la postura de rechazar todas las pruebas y como
únicos procedimientos usan la entrevista y la observación, el “viejo y probado” método
clínico que si bien no hay dudas de que es útil para labores de psicodiagnóstico en
Psicología Clínica y Psiquiatría, no es suficiente para abordar la complejidad de la
evaluación psicológica en otros contextos.

Desde mediados de la década de los 70 los autores se han interesado por reflexionar sobre
los problemas teóricos y metodológicos propios de la evaluación psicológica. Con el fin de
encontrar una manera de orientarse en el atiborrado mundo de los tests y procedimientos de
evaluación, se han propuesto diferentes modelos para agrupar las técnicas de evaluación
psicológica, en este libro se presentan el Modelo propuesto por R. Fernández Ballesteros
(2003) y el G. Witzlack (1989) pues desde perspectivas diferentes, ayudan a profundizar la
comprensión de la complejidad del proceso de evaluación psicológica. En este capítulo
pretendemos a partir del modelo y los conceptos propuestos por Fernádez Ballesteros,
profundizar en la comprensión de los aportes y limitaciones de los diferentes
procedimientos, métodos y modelos de evaluación.

Fernández Ballesteros (2003) propone una serie de criterios que resultan útiles
para evaluar los modelos de evaluación que ella plantea y las técnicas que se
adscriben a los mismos. Estos criterios se refieren a las formulaciones teóricas de
base, al tipo de variables que estudian, a la naturaleza de los métodos y técnicas
que utilizan, a los niveles de inferencia que permiten y los objetivos y ámbitos de
aplicación.

Formulaciones teóricas: Según Fernández Ballesteros, las teorías psicológicas


pueden agruparse en dos polos: las que consideran que el comportamiento está
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determinado por factores “internos” (POLO ENDÓGENO) ya sean estas


características psicológicas como rasgos de personalidad, procesos psíquicos,
mecanismos de autorregulación, etc. o por factores biológicos como la herencia o
el funcionamiento de órganos como el cerebro, las glándulas, etc; y las que
consideran que se explica por factores “externos” (POLO EXÓGENO) como las
características de la situación concreta, la educación o el medio social. En
estrecha relación con esos polos están las teorías que consideran que el
comportamiento es estable a lo largo del tiempo (POLO ENDÓGENO
generalmente) y las que consideran que es variable porque depende de las
circunstancias (POLO EXOGENO generalmente). Enfoques actuales como el
cognitivo conductual y el histórico cultural pretenden trascender esta polarización,
dando importancia a la dialéctica de lo interno y lo externo en la determinación del
comportamiento.

Las teorías que se enmarcan en el polo endógeno-estable han planteado como


objetos del diagnóstico psicológico atributos como los rasgos de personalidad o la
inteligencia (factorialismo), conceptos dinámicos como los mecanismos de
defensa o estructuras de la personalidad como el superyo (psicodinámicos) , o
estructuras internas mentales como las creencias, las representaciones o el locus
de control (cognitivo-conductuales). En el polo exógeno-situacional están los
conductistas, que plantean que el objeto de la evaluación son los
comportamientos y los factores del ambiente (estímulos, reforzamientos, etc,) que
los determinan.

Los métodos que fundamentalmente han influido en el desarrollo de la evaluación


psicológica han sido:

 el correlacional, en el que se basa la construcción de los tests y cuestionarios


psicológicos
 el experimental, que se desarrolló originariamente en los laboratorios y que
los conductistas y cognitivistas han tratado de adaptar a los contextos
prácticos como la clínica, la educación y las organizaciones
 y el método clínico, que proviene de la Medicina, pero que ha influido en el
desarrollo de la Psicología Clínica.

Las técnicas pueden clasificarse en:

 tests (construidos a partir de estrategias correlacionales y estadísticas) ,


 pruebas proyectivas, que se basan en el constructo teórico “proyección”,
propuesto por el psicoanálisis
 autoinformes, entre los que se incluiyen múltiples y muy disímiles
procedimientos como cuestionarios, escalas, autobiografías, composiciones,
los cuales tienen en común el que se basan en lo que refiere el sujeto acerca
de sí mismo
 la observación que se ha nutrido de la tradición clínica y también de la
experimental.
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Los niveles de inferencia se refieren a qué tipos de interpretaciones nos permiten


las diferentes pruebas y procedimientos de evaluación. Ballesteros (2003) señala
4 niveles posibles:

Nivel 1: el procedimiento permite valorar un comportamiento o conjunto de


comportamientos que se consideran que son una muestra representativa de la
variable que pretendemos medir. Ejemplo, si observamos que un niño de 12 años
se orina en la cama durante quince noches consecutivas diagnosticamos que tiene
enuresis. Si una persona registra en un diario que fuma un cigarrillo después de
comer durante 1 mes, decimos que la comida es un estímulo que desencadena la
respuesta de fumar.

Nivel 2: el procedimiento de evaluación supone que los comportamientos


investigados correlacionan con otros comportamientos más generales. Por
ejemplo, el IDARE - E contiene 20 comportamientos cuya ausencia o presencia se
consideran representativos de la ansiedad estado.

Nivel 3. El procedimiento de evaluación se dirige a identificar o medir conductas


que se consideran que son la expresión externa de un atributo subyacente.
Ejemplo: la calificación del Raven se considera por sus autores que mide la
inteligencia como un factor general libre de influencias culturales.

Nivel 4: El procedimiento se dirige a identificar o medir comportamientos que se


explican por una teoría determinada. Ejemplo: La escala de afrontamiento de
Lazarus a partir de las respuestas del sujeto a un conjunto de ítems (buscar
información, buscar apoyo, hacer algo para resolver el problema) dice que el
sujeto tiene un estilo de afrontamiento activo.

La evaluación en cualquier disciplina se hace para clasificar, predecir, explicar y


controlar, por ejemplo, el médico ante un enfermo con tos, fiebre y dolores en los
huesos realizará un exámen físico, un interrogatorio e indicará investigaciones
radiológicas y de laboratorio para arribar a un diagnóstico de gripe (clasificar y
explicar) que le permite saber que el paciente debe mejorar en quince días
(predecir) e indicar sólo analgésicos y antipiréticos para aliviar los síntomas y
evitar complicaciones (controlar). Igualmente, en los diferentes ámbitos de
aplicación de la evaluación psicológica (la escuela, las organizaciones, la clínica y
el laboratorio de investigación) se busca diagnosticar (o clasificar) a las personas,
por ejemplo: niño con necesidades educativas especiales, paciente con trastorno
de pánico; o se cumplen tareas de selección, por ejemplo, individuo que mejor
desempeñará el cargo de relaciones públicas en una empresa, el enfermero más
apto para trabajar en una unidad de cuidados intensivos. También la evaluación
psicológica se usa para la orientación, por ejemplo la orientación vocacional; y
para modificar ya sea comportamientos, eliminar síntomas, etc.

F. Ballesteros plantea que los procedimientos de evaluación pueden agruparse, a


partir de los criterios antes mencionados, en los cinco modelos siguientes:
 Modelo de atributos
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 Modelo dinámico
 Modelo médico
 Modelo cognitivo-conductual
 Modelo cognitivo

Dada la incomunicación histórica que a habido entre la Psicología desarrollada en


Occidente y la Psicología que se desarrolló en los antiguos países socialistas, la
autora deja fuera de su análisis importantes aportes a la evaluación psicológica
como los que hiciera B. W. Zeigarnik con el enfoque patopsicológico, que fue un
intento de aplicar los principios de la psicología marxista a la evaluación
psicológica de las alteraciones de la actividad psíquica. Así mismo, incluye los
aportes de la Neuropsicología en el modelo médico pues se centra más en el
ámbito de aplicación tradicional de esta disciplina (la Clínica neuropsiquiátrica) .
Sin embargo, la Neuropsicología y la Patopsicología podrían ser consideradas
como representativas de un sexto modelo de evaluación psicológica pues se
distinguen de los anteriores en sus formulaciones teóricas, en los métodos y
técnicas y sobre todo, en la manera como aborda el tema de los niveles de
inferencia, que desde estas disciplinas se fundamenta en la teoría del
conocimiento de la filosofía marxista. Dado que para la comprensión de estos
enfoques se requiere de sólidos conocimientos en Psicopatología y que
ciertamente, ambos están centrados en el contexto clínico, no se incluirán en este
análisis. Centraremos el análisis en los diferentes modelos propuestos por
Fernández Ballesteros y los principales problemas metodológicos relacionados
con cada uno de ellos, ya que estos incluyen el grueso de los procedimientos de
evaluación que se usan no sólo en el ámbito clínico, sino también en el escolar y
el organizacional.

Modelo de atributos.

En el modelo de atributos se enmarcan muchos de los instrumentos que se usan


habitualmente en la práctica asistencial, instrumentos tan diferentes como el
WAIS, el 16 PF o el IDARE. Todos ellos tienen en común que parten de
formulaciones teóricas que consideran que el comportamiento está determinado
por factores internos como pueden ser una cualidad como la inteligencia, un
conjunto de factores de personalidad o dimensiones como la ansiedad rasgo, que
por ser determinados por factores internos, son relativamente estables. Así se
pueden enmarcar en la fórmula C (conducta) = F (función) de P (persona).
Todos ellos también han sido construidos a partir de estrategias correlacionales y
permiten hacer interpretaciones correspondientes a los niveles de inferencia II
(conducta que correlaciona con constructos o con otras conductas) y III (conducta
como expresión de atributos) (cuadro 1)

Los procedimientos de evaluación que se enmarcan en este modelo se utilizan


con objetivos de descripción (por ejemplo, el 16 PF para decir cuales son los
principales rasgos del carácter de una persona), predicción (por ejemplo, el
IDARE-R para predecir el nivel de ansiedad ante una situación estresante como la
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cirugía) o explicativos (el WAIS para explicar el rendimiento académico deficitario


de un estudiante).

Cuadro 1: Resumen del Modelo de atributos

 Formulación teórica: Endógeno - Estable


C = fP

 Fuentes:
Fuentes: Psicología diferencial, factorialismo

 Variables:
Variables: factores, dimensiones, rasgos

 Métodos:
Métodos: correlacionales

 Técnicas:
Técnicas: Cuestionarios de personalidad, tests de inteligencia

 Niveles de inferencia:
inferencia: II y III

 Objetivos:
Objetivos: Descripción, Predicción, Explicación

 Ambitos:
Ambitos: Escolar, organizaciones, clínico.

Dado que parten de formulaciones teóricas que pueden clasificarse en el polo


endógeno- estable, las estrategias de evaluación derivadas de este modelo
(cuestionarios y tests tipificados) pretenden controlar la influencia de los factores
circunstanciales externos en las respuestas de los sujetos y en la interpretación de
los resultados a partir de procedimientos de tipificación o estandarización (tipificar
la calificación, la forma de aplicación, la interpretación, escalas para evaluar la
sinceridad de los sujetos, etc..). Sin embargo, la investigación ha demostrado que
factores contextuales como el motivo de peritaje, el aprendizaje y el recuerdo, las
condiciones de ruido e iluminación de la aplicación, etc. pueden influir en los
resultados (Trull y Phares, 2003)

Una crítica severa que han recibido estos procedimientos es que las normas se
han elaborado a partir de poblaciones que no siempre incluyen a todos los sujetos
posibles (por ejemplo nativos, negros, mujeres, ancianos) por esta razón muchas
veces se han fundamentado acciones discriminatorias contra grupos minoritarios o
desfavorecidos a partir de los resultados de estos tests. En el punto de mira están
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las pruebas de inteligencia para diagnosticar el llamado “cociente intelectual” pues


múltiples estudios han mostrado que afronorteamericanos, nativos indios , mujeres
y latinos obtienen puntuaciones inferiores a los varones blancos americanos.

Otro problema es que en muchas ocasiones no están claros los supuestos


teóricos y filosóficos subyacentes a los constructos que se pretende evaluar.
Muchos cuestionarios y tests han sido construidos a partir de un “pool” de ítems
que no tienen un sustrato teórico claro , por ejemplo en el MMPI hay preguntas
como Trabajo sometido a una gran tensión que entra en la calificación de la escala
D como resultado de los análisis estadísticos efectuados para la construcción de la
prueba, sin embargo, no hay evidencias que permitan afirmar que hay relación
entre trabajar sometido a tensión y tener una depresión. El problema está en que
las técnicas estadísticas son auxiliares útiles para la investigación psicológica,
pero no pueden sustituir el análisis teórico, tendencia que sin embargo, fue
defendida por autores de corte positivista y que todavía deja su impronta en el
campo de la evaluación psicológica.

Por último, atributos que por definición teórica son “estables” como la concepción
del factor G de inteligencia han demostrado que varían en largos períodos de
tiempo, con lo que se afecta la validez predictiva o peor aún, el desconocimiento
de este hecho puede dar lugar a prácticas inadecuadas como por ejemplo,
basarse en los resultados del Raven de una alumno de 8vo. Grado para predecir
que tendrá un desempeño exitoso en Licenciatura en Matemáticas. Sin embargo,
en muchos países como Estados Unidos, el otorgamiento de becas, la admisión a
centros de estudios de excelencia y a programas de doctorado todavía se basa en
mayor o menor medida en datos como el CI (Trull y Pharnes, 2003)

A pesar de los problemas señalados, los procedimientos basados en este modelo


tienen la ventaja de que, si están bien construidos y claramente definidos los
supuestos teóricos en que se basan, nos permiten obtener información confiable
acerca de cuánto se parece o se diferencia una persona de un grupo de sujetos
con los que se compara, lo cual a primera vista podría parecer que es poco. Sin
embargo, pensemos en un ejemplo concreto: un psicólogo tiene que establecer un
programa para controlar la ansiedad pre-quirúrgica. En esta situación, poder
identificar a las personas que tienen mayor propensión de sufrir ansiedad ante
situaciones amenazantes (personas con alta ansiedad rasgo) probablemente le
resultará de utilidad para diseñar su programa, así mismo, contar con un
instrumento sensible a los cambios en la ansiedad estado, le permitirá obtener un
indicador de la eficacia de su intervención.

Modelo dinámico.

Roscharch, TAT, la prueba del dibujo de la figura humana: son ejemplos de


técnicas que se adscriben al Modelo dinámico, cuyo fundamento teórico es
fundamentalmente el psicoanálisis y sus derivaciones. Las formulaciones teóricas
subyacentes a estas pruebas se ubican en el polo endógeno-estable, pues
consideran el comportamiento como una función de la persona, pero en este caso
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se trata de constructos teóricos como estructuras, mecanismos de defensa,


complejo de Edipo, etc.

Las pruebas proyectivas tienen su fuente en el método clínico. Se basan en el


concepto de proyección que originariamente fue descrito por Freud como el
mecanismo de defensa que consiste en proyectar en otras personas o
acontecimientos, problemas, conflictos y creencias propias, sin embargo, no todas
las técnicas comparten el enfoque psicoanalítico acerca de la proyección, pues en
varios casos se parte de un enfoque más amplio que considera la proyección
como la manifestación, no necesariamente inconsciente, de contenidos de la
personalidad. Para estimular la proyección, se suele utilizar estímulos o tareas
más o menos estructuradas.

Permiten un alto nivel de inferencia, ya que por ejemplo, algunas de las


interpretaciones que se proponen del dibujo de la figura humana son tan
especulativas como plantear que el sujeto que pinta ojos grandes tiene rasgos
paranoides. Su uso se ha circunscrito fundamentalmente al ámbito clínico,
incluyendo la psicología forense, aunque algunas técnicas como el Rorschach se
han usado en selección de personal (cuadro 2)

Cuadro 2. Resumen del Modelo dinámico

 Formulación teórica: Endógeno - Estable


C = fP

 Fuentes:
Fuentes: Psicoanálisis

 Variables:
Variables: constructos teóricos, estructuras

 Métodos:
Métodos: observación clínica

 Técnicas:
Técnicas: proyectivas

 Niveles de inferencia:
inferencia: III, IV

 Objetivos:
Objetivos: Explicación, comprensión

 Ambitos:
Ambitos: clínico.

Al igual que los procedimientos basados en el modelo de atributos, los del modelo
dinámico descuidan la importancia de los factores ambientales y sociales en la
determinación del comportamiento, pero a diferencia del anterior, salvo
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excepciones, no se preocupan por tomar medidas para tratar de controlar esta


influencia.

Muchos procedimientos adscritos a este modelo son acusados de ser poco


confiables y válidos porque se basan más en datos anecdóticos que en la
investigación empírica. Aunque esto no es totalmente cierto para algunos casos
como el Rorschach, en general las pruebas proyectivas han sido insuficientemente
estudiadas y validadas. Por esta misma razón, adolecen del grave problema de
que no existe una alta coincidencia entre diferentes evaluadores ante los mismos
resultados, lo que ha hecho que autores de influencia positivista las lleguen a
catalogar de no ser científicas.

A pesar de estas limitaciones, estos tienen utilidad y valor en la evaluación


psicológica. Como plantea A. Alonso (2003) estas técnicas permiten encubrir el
objetivo de la evaluación, conseguir respuestas menos influidas por la
deseabilidad social y proporcionan un enfoque global y dinámico para estudiar la
personalidad.

Modelo Médico.

Desde el modelo médico, se usa la evaluación psicológica para contribuir al


diagnostico positivo y diferencial de síntomas o entidades nosológicas. Utiliza
variadas técnicas con este fin, como son los tests (por ejemplo, los tests de
inteligencia para apoyar el diagnóstico de RM), cuestionarios autodescriptivos
(MMPI para establecer perfiles psicopatológicos), escalas como el IDARE para
apoyar el diagnóstico de un trastorno de ansiedad y procedimientos
específicamente diseñados como el Hamilton que es una entrevista estructurada
para el diagnóstico de la ansiedad y la depresión, o las baterías neuropsicológicas
para el diagnóstico de lesiones focales del cerebro.

Los resultados de estas técnicas se interpretan como correlatos de trastornos o


síntomas (IDARE estado alto es un correlato de múltiples trastornos de ansiedad
como las fobias, los trastornos de pánico, etc.) o como manifestaciones externas
de determinados atributos que pueden ser de carácter psicológico (bajo CI) o de
carácter biológico (presencia de una lesión en una zona del cerebro) de ahí que se
ubiquen en el polo endógeno- estable donde la conducta es una función de la
persona o del organismo (O) (cuadro 3)
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Cuadro 3: Resumen del Modelo Médico

 Formulación teórica: Endógeno - Estable


C = fP, C= fO

 Fuentes:
Fuentes: Psicopatología

 Variables:
Variables: entidades, síntomas

 Métodos:
Métodos: correlacionales

 Técnicas:
Técnicas: Tests, cuestionarios, escalas, baterías neuropsicológicas y
patopsicológicas

 Niveles de inferencia:
inferencia: II y III

 Objetivos:
Objetivos: Descripción, Clasificación, Pronóstico, Explicación

 Ambitos:
Ambitos: clínico.

Recién ahora el modelo médico comienza a prestar atención al hecho de que los
síntomas están influidos culturalmente (por ejemplo, la idea delirante de creerse
Napoleón es poco frecuente entre los cubanos de la segunda mitad del siglo XX) ,
así como al hecho de que las entidades nosológicas o enfermedades son
constructos teóricos determinados entre otros, por factores culturales y sociales
(por ejemplo, la aparición intermitente del diagnóstico de personalidad múltiple en
los sistemas de clasificación).

Los sistemas de clasificación como el DSM o la CIE-10 tienen muchas críticas que
se estudiarán en la asignatura Psicopatología, ahora es suficiente saber que de
hecho, son poco utilizados en la práctica asistencial por los psicólogos.

Otro problema es que el modelo médico está asociado a problemas profesionales


como el rol subordinado del psicólogo como un “auxiliar” o “psicometrista” del
psiquiatra, el cual no se ha resuelto en muchos países.

Por último, la profusión de teorías para explicar un mismo problema, como la


depresión, e incluso, el hecho de que existan múltiples definiciones de depresión a
veces hasta contradictorias, genera complicaciones adicionales a este modelo.

Modelo conductual
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Aunque Fernández Ballesteros une al enfoque conductual y al cognitivo


conductual como uno solo por razones históricas, con fines didácticos considero
conveniente separarlos.

La evaluación conductual surgió del intento de extender el análisis funcional de las


conductas que se hacía originalmente en los laboratorios, a contextos de la
práctica (análisis funcional aplicado) como la clínica, la escuela y las
organizaciones. El Modelo conductual se basa en el conductismo y es la expresión
clásica del polo exógeno- situacional. Así el diagnóstico se centra en la
descripción de las conductas que se quieren estudiar y de los factores ambientales
contingentes a la misma. Usa técnicas como la observación, los autoregistros (que
es una variante de la auto-observación) e impulsó el uso de registros fisiológicos

Aunque pretende hacer inferencias mínimas (como el ejemplo citado de la


enuresis) en realidad en muchas ocasiones las conductas observadas se
interpretan como correlatos de otras conductas más complejas (por ejemplo una
persona que llora, duerme mal y tiene dolores de espalda durante 15 días
consecutivos) puede diagnosticarse como deprimida (nivel II). (cuadro 4)

Cuadro 4. Resumen del Modelo conductual

 Formulación teórica: Exógeno - Situacional


C= fA

 Fuentes:
Fuentes: Conductismo

 Variables:
Variables: ambientales, conductuales (Análisis funcional)

 Métodos:
Métodos: correlacionales y experimentales

 Técnicas:
Técnicas: Observación, autoregistros, registros psicofisiológicos

 Niveles de inferencia:
inferencia: I y II

 Objetivos:
Objetivos: Explicación funcional, Control

 Ambitos:
Ambitos: laboratorio, clínico, escolar, organizaciones

El conductismo fue duramente criticado por negarse a estudiar los llamados


“eventos encubiertos” (creencias, emociones, experiencias). Diversos autores
fueron fisurando el conductismo clásico con conceptos como el de aprendizaje
vicario (Bandura), o técnicas como la desensibilización sistemática (Wolpe).
Por otra parte, el análisis funcional aplicado es muy difícil de implementar en
contextos prácticos, en los que no puede controlarse las variables como en el
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laboratorio. Además, aunque pretende ser “objetivo” no hay nada tan poco objetivo
como negarse a reconocer la importancia de los procesos y estados mentales en
la determinación del comportamiento; de ahí que diera paso al llamado enfoque
cognitivo-conductual que a lo largo de la segunda década del siglo XX ha ido
tratando de superar las deficiencias señaladas al modelo conductual.

Modelo cognitivo-conductual

El modelo cognitivo conductual pretende escapar de la polarización endógeno


-exógeno, situacional - estable. Así considera que la conducta es una función de la
interacción entre la persona y el ambiente y estudia no solo las carácterísticas del
comportamiento y las variables ambientales contigentes, sino también variables
“cognitivas” que van desde las creencias hasta los estados de ánimo y estilos de
afrontamiento, y variables fisiológicas que pueden estar involucradas. Para ello
utiliza un vasto arsenal de técnicas y de acuerdo a la postura teórica particular, se
realizan inferencias en los 4 niveles descritos. Al igual que el modelo conductual
pretende explicar el comportamiento y controlarlo o modificarlo y se usa
actualmente en casi todos los ámbitos de aplicación de la psicología (cuadro 5)

Cuadro 5: Resumen del Modelo cognitivo-conductual

 Formulación teórica: Interacción entre exógeno-endógeno, situacional -


estable
C= fP x A

 Fuentes:
Fuentes: Enfoque cognitivo-conductual

 Variables:
Variables: ambientales, conductuales (Análisis funcional), cognitivas,
fisiológicas

 Métodos:
Métodos: correlacionales y experimentales

 Técnicas:
Técnicas: Observación, autoregistros, registros psicofisiológicos y
autoinformes

 Niveles de inferencia:
inferencia: I, II , III y IV

 Objetivos:
Objetivos: Explicación funcional, Control
Ambitos:
Ambitos: laboratorio, clínico, escolar, organizaciones

Uno de los principales problemas que tiene este modelo es que bajo el rótulo de
cognitivo conductual se engloban múlitples teorías que van desde las que
sustituyen el clásico esquema cinductual E- R por otro que incluye un mediador
interno E - C (cogniciones) - R (como la teoría cognitiva de la depresión de Beck o
la TRE de Ellis); hasta el enfoque transaccional que propugna Lazarus que
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considera el carácter activo e histórico social de la naturaleza humana (aunque lo


dice con otros términos) y trata de integrar constructos tradicionalmente
rechazados por el conductismo como el de inconsciente, mecanismos de defensa,
etc. Aunque desde estas últimas variantes del enfoque cognitivo.conductual, se
esté intentando construir una teoría psicológica integracionista que tenga su
correlato metodológico y metódico en la evaluación, esto es todavía más una
intención que una realidad.

Modelo Cognitivo

El modelo cognitivo tiene sus fuentes en la Psicología Cognitiva que se ha nutrido


de la analogía mente-ordenador , la psicolinguística y la psicología genética de
Piaget. Con una muy reciente y aun escasa incorporación al ámbito clínico y
escolar, se ha centrado más en el laboratorio, donde la evaluación no está tan
dirigida al diagnóstico de las diferencias individuales, como a la identificación de
las fuentes de variación de estas diferencias (psicológicas, sociales, contextuales,
etc.)

Utiliza fundamentalmente técnicas experimentales como la ejecución de tareas


cognitivas, aunque también se usan autoinformes (por ejemplo, descripciones de
procesos cognitivos mientras transcurren)
El nivel de inferencias a partir de los resultados de estas tareas puede ser muy
alto, por ejemplo, el concepto de icón que estudiaron en la asigantura Cognición y
Comportamiento.

La Psicología Cognitiva ha descuidado el estudio de la relación entre lo afectivo y


lo cognitivo y hasta ahora, los datos derivados de la evaluación tienen una
aplicación limitada en los contextos prácticos, aunque hay intentos recientes que
resultan prometedores , como por ejemplo, el de instrumentar la evaluación de la
zona de desarrollo próximo (cuadro 5)

Cuadro 5: Resumen del Modelo Cognitivo

 Formulación teórica: Endógeno - Estable


C= fP

 Fuentes:
Fuentes: Psicología Cognitiva

 Variables:
Variables: representaciones, procesos, estrategias

 Métodos:
Métodos: correlacionales y experimentales

 Técnicas:
Técnicas: ejecución de tareas cognitivas, autoinformes

 Niveles de inferencia:
inferencia: III y IV
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 Objetivos:
Objetivos: Descripción, explicación, control

 Ambitos:
Ambitos: laboratorio, clínico, escolar

Conclusiones

Es posible notar que todos los modelos tienen a sobredimensionar la importancia


de alguna de las múltiples dimensiones que determinan el comportamiento.
Además, tienden a ver al sujeto de la evaluación como pasivo, sin prestar atención
al hecho de que, como plantea Wizlack (1989, p. 23) “ el sujeto y el psicólogo no
se encuentran por casualidad sino que se hallan reunidos en la práctica social
común, en relación con un hecho relevante social e individualmente sobre el que
deben tomar una decisión...la interrelación entre los psicólogos y los sujetos no
constituye un proceso unilateral de obtención de información por los
psicólogos...el sujeto también obtiene informaciones sobre los psicólogos, lo que
no deja de influir en el proceso diagnóstico”. Los modelos neuro y pato
psicológicos que estudiarán en el próximo semestre, tratan de superar esta
limitación.

De todo lo analizado hasta aquí podemos extraer algunas conclusiones:

En primer lugar, que detrás de cada técnica, método o modelo hay una teoría que
explica parcialmente, con mayor o menor precisión y validez, algunas pero no
todas las facetas del comportamiento humano. Como los psicólogos se han dado
cuenta de esto desde hace bastante tiempo, en la práctica muchas veces se
combinan técnicas provenientes de los diferentes modelos, lo que se hace a
través de dos posturas no siempre premeditadas y conscientes: una postura
ecléctica que implica una renuncia a valorar y adscribirse a una teoría
determinada, y una postura integradora que parte de los niveles de inferencia que
permite cada procedimiento para intentar integrarlos a partir de una teoría más o
menos elaborada sobre el comportamiento y la personalidad. Esta última postura
integracionista se encuentra sobretodo en los psicólogos adscritos a los enfoques
más recientes del modelo cognitivo- conductual y también es posible desarrollarla
a partir del enfoque histórico cultural. Lamentablemente el trabajo teórico y
metodológico que se necesita para arribar a una postura verdaderamente
integracionista está todavía en ciernes, cuando más pueden plantearse algunos
principios metodológicos generales como los señalados por Witzlack (1989) que
pueden ayudar en la selección de los procedimientos de evaluación y en la
integración de los resultados obtenidos en las diversas etapas del proceso de
diagnóstico, tema que se abordará con mayor profundidad en la asignatura
Psicodiagnóstico Clínico.
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Resumiendo entonces lo analizado hasta aquí podemos concluir que para valorar
los aportes y limitaciones de cada modelo, método o técnica a la evaluación
psicológica se debe tener en cuenta:

• para qué se va a usar (qué decisiones se tomarán a partir de la información


recolectada) EJEMPLO: colaborar en el diagnóstico diferencial de la depresión
• cuales son las formulaciones teóricas subyacentes y como ellas se insertan
en el enfoque teórico del psicólogo sobre el problema en cuestión. EJEMPLO:
teorías actuales sobre la depresión
• Validez y fiabilidad a partir del enfoque teórico sobre el problema
EJEMPLO: validez del MMPI para el diagnóstico de la depresión, evidencias a
favor y en contra.
• consecuencia entre teoría, métodos y técnicas. EJEMPLO: si considero que
la depresión es un estado, o un síntoma, o un síndrome o todas.
• Supuestos filosóficos subyacentes. EJEMPLO: bases filosóficas del factor G
de inteligencia general
• características de los ámbitos de aplicación. EJEMPLO: utilidad del MMPI
para evaluar la depresión en pacientes ingresados en UCI.

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