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Proceso y Constitución:
1. Introducción.
“Por unanimidad. Establecer que existen diferencias entre prueba ilícita y prueba
irregular. Para comprender a plenitud las diferentes teorías sobre ilicitud de la
prueba, es necesario distinguir entre obtención de la prueba (fuente) e
incorporación de la prueba (medio de prueba). La primera se da cuando en la
obtención de la fuente de prueba se transgrede un derecho fundamental
del imputado. La segunda se produce cuando se viola una norma de
carácter procesal al momento de la incorporación de la prueba al
proceso (…)” (Lo resaltado es nuestro).
Del referido Pleno Jurisdiccional se desprende que es prueba ilícita aquella que
se obtiene vulnerando algún derecho constitucional; en tanto que prueba
irregular aquella que se produce vulnerando una norma procesal al momento de
su incorporación al proceso.
“De este modo, en nuestro ordenamiento jurídico una prueba será considerada
prohibida cuando se obtenga mediante la violación directa o indirecta de
algún derecho fundamental, más no de los derechos de rango legal o
infralegal” (Lo resaltado es nuestro).
Para que la fuente de prueba pueda ser excluida del proceso es necesario que
exista una relación de causalidad entre el derecho fundamental conculcado
(causa) y la prueba prohibida (efecto). Es decir, no basta la lesión del derecho
fundamental sino que ésta debe ser producida para obtener una fuente de
prueba que, de otra manera, no se hubiera obtenido.
La teoría del fruto del árbol prohibido se aplica a las pruebas derivadas; es
decir, a aquellas otras que se originan u obtienen de una prueba prohibida y
persigue que las mismas –al igual que la prueba prohibida- sean excluidas del
proceso y no sean valoradas por el Juez.
La teoría del fruto del árbol prohibido se sustenta en que la prueba prohibida no
sólo debe ser excluida y no valorada en el proceso sino que, además, la misma
no debe ser utilizada en lo absoluto en el proceso. De esa manera todo
elemento probatorio (sean objetos tangibles, declaraciones o información) que
se origine o se obtenga como consecuencia de la prueba prohibida debe quedar
excluida del proceso y tampoco ser valorada por el Juez.
Para que un elemento probatorio sea considerado fruto del árbol prohibido es
necesario exista una conexión o relación de causalidad entre la prueba prohibida
y la derivada. La prueba prohibida debe ser motor o causa de la derivada de
forma tal que, sin la prueba prohibida no se hubiera tenido acceso o conocimiento
de la prueba derivada.
Por cierto, cuando se excluye del proceso una fuente de prueba se excluirá,
también, el medio probatorio que la incorporó, pero ello no nos puede llevar a
concluir que es prueba prohibida también el medio probatorio.
Los medios probatorios típicos que existen en materia civil son cinco: declaración
de parte, declaración testimonial, documentos, pericia e inspección judicial ([8] ).
La prueba prohibida no está referida a ellos pues todos son lícitos y sólo sirven
de instrumentos para incorporar la fuente de prueba al proceso.
En caso una de las partes ofreciera una prueba prohibida en el proceso civil. La
parte contraria estará facultada para formular oposición a la admisión de la
misma, debiendo ésta ser resuelta previo traslado a la parte contraria, en la
sentencia.
Esta regla de excepción tuvo su origen en el caso Nix vs. Williams (1984) en el
que, durante el interrogatorio ilegal el acusado se declaró culpable de un
homicidio y condujo a la policía al lugar donde había enterrado el cadáver. El
Tribunal Supremo Norteamericano excluyó del proceso la confesión ilegal del
acusado pero no el cuerpo de la víctima por cuanto consideró que, éste habría
sido encontrado inevitablemente por la policía horas después dado que la policía
estuvo buscando el cadáver en la misma zona que fuera encontrado.
11.2 Excepción de la conexión de antijuridicidad. Es una excepción
aplicable a la Teoría del Fruto del Árbol Podrido o en otras palabras, a la prueba
derivada de una prohibida.
Conclusiones.
Bibliografía.
[2] En realidad la denominación correcta de este tipo de prueba debió ser -como
se verá más adelante- prueba inconstitucional y no prueba prohibida por cuanto,
en su sentido gramatical, tan prohibida lo es la una o la otra, la obtenida
vulnerando la constitución o la obtenida vulnerando la ley; sin embargo, su
correcta denominación no es objeto de este artículo ni amerita, en mi opinión,
hacerlo por el momento dado el reconocido arraigo de dicho concepto en la
doctrina y jurisprudencia.
[3] El Código Procesal Penal adoptó un criterio aún más restringido señalando
que la prueba prohibida es la fuente o medio de prueba obtenido con vulneración
del contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona. El
concepto del contenido esencial surgió para evitar que las limitaciones que se
pudieran imponer vacíen el contenido normativo de los derechos
fundamentales. De acuerdo con dicho concepto el contenido normativo de los
derechos fundamentales tiene una parte accesoria o contingente y un núcleo fijo
e inmutable, duro. Por contenido esencial el Tribunal Constitucional entiende: “el
núcleo mínimo e irreductible de todo derecho subjetivo, indisponible para el
legislador y cuya afectación supondría que el derecho pierda su
esencia” (Sentencia del T.C. del 30 de noviembre de 2000 – Expediente No.
1100-2000-AA/TC). Es decir, según el concepto adoptado por el Código
Procesal Penal será prueba prohibida aquella que se tuviera vulnerando el
contenido esencial de los derechos fundamentales y no lo será, y por ende
deberá ser admitida, actuada y valorada en el proceso, aquella que se obtenga
vulnerando la parte accesoria o contingente del mismo. Al respecto, el artículo
159 del Código Procesal Penal dispone lo siguiente: “El Juez no podrá utilizar,
directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba obtenidos con
vulneración del contenido esencial de los derechos fundamentales de la
persona” (Lo resaltado es nuestro).
[8] Nos referimos a los regulados en el artículo 192 del Código Procesal Civil.
[11] Al respecto, el último párrafo del artículo 301 del Código Procesal Civil
dispone lo siguiente: “El medio probatorio cuestionado será actuado, sin perjuicio
que su eficacia sea resuelta en la sentencia, salvo decisión debidamente
fundamentada e inimpugnable.