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INTEGRANTES:
FACULTAD:
ESCUELA:
Derecho
CURSO:
NRC:
7168 - 7169
FECHA DE ENTREGA:
29/12/2020
AÑO LECTIVO:
2020
INTRODUCCIÓN
Es importante resaltar los diferentes puntos que vamos a tocar en nuestro trabajo
monográfico, los ítems son los siguientes: El Derecho a la prohición de reformatio in peius,
El principio acusatorio y El principio de legalidad penal, asimismo es de gran importancia
señalar que a cada tema se le aumentado el marco teórico, marco normativo y la
jurisprudencia, además hemos considerado indispensable añadir casos para que sea más
entendible en el momento de sustentar nuestro trabajo monográfico.
A nuestros padres, porque a pesar de todo, están con nosotros sin importar las
circunstancias, por su apoyo emocional como económico, nos instan a seguir adelante.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ……………………………………….
DEDICATORIA …………………………………………….
CAPITULO I: DERECHO A LA PROHICIÓN DE REFORMATIO IN PEIUS………
1.1. MARCO TEORICO ………………………………………
1.1.1. ¿EN QUÉ CONSISTE?………………………………….
1.1.2. ¿PARA QUÉ SIRVE? ………………………………………
1.2. MARCO NORMATIVO……………………
1.2.1. DERECHO A LA DEFENSA ………………………………….
1.2.2. EL REENVIO A JUICIO………………………………
1.3. ANALISIS JURISPRUDENCIAL ……………….
CAPITULO 2: PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL ………………
2.1. MARCO TEORICO…………….
2.1.1. ¿EN QUÉ CONSISTE?…………………………….
2.1.2. ¿PARA QUÉ SIRVE? …………………………………………………
2.2. MARCO NORMATIVO …………………………….
2.2.1. PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN LA CONSTITUCIÓN…………………….
2.2.2. PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN EL ARTÍCULO II DEL TÍTULO PRELIMINAR
DEL C.P………………
2.3. ANALISIS JURISPRUDENCIAL ………………………………
CAPITULO III: PRINCIPIO ACUSATORIO ………………………………
3.1. MARCO TEORICO………………………………………………
3.1.1¿EN QUÉ CONSISTE?…………………………………………………………
3.1.2. ¿PARA QUÉ SIRVE?....................................................................
3.2. MARCO NORMATIVO………………………………………………….
3.4. ANALISIS JURISPRUDENCIAL …………………………….
CONCLUSIONES ………………………………………………………
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………….
ANEXOS…………………………………………………………………….
CAPITULO I: DERECHO A LA PROHICIÓN DE REFORMATIO IN PEIUS
1.1MARCO TEORICO
Consiste en la situación que se produce cuando la situación jurídica de la parte procesal que
interpone un recurso resulta empeorada exclusivamente como consecuencia de un recurso,
es decir, sin que medie impugnación directa o incidental de la contraparte y sin que el
empeoramiento sea debido a los poderes de actuación de oficio del órgano jurisdiccional.
JUSTIFICACIÓN
La reformatio in peius. Tiene que encontrar una justificación jurídica por cuanto no se
puede sin motivo alguno limitar a capacidad decisoria del ad quem (hace referencia al juez
superior (tribunal en este caso) frente al que se interpone el recurso o la apelación).
Para el Doctor Carlos Alfonso Silva Muñoz, la justificación responde más a la lógica pues
señala “si una parte recurre de una decisión judicial es obviamente pretendiendo que el
superior en grado ampare su pretensión impugnatoria dándole la razón, pero en ningún caso
para que agrave su situación. Por otro lado, si se permitiese la indicada reforma, sería irse
contra la voluntad del no impugnante, pues si no cuestionó la decisión judicial fue porque
consideró que la decisión del a quo tal, era la más justa para su parte.
La reforma peyorativa (in peius) está identificada de manera íntima con el derecho a la
defensa, pues agravar una pena para condenar por un ilícito que no haya sido materia de
acusación, importa una grave afectación del derecho a la defensa. Y al sostener esto
básicamente lo que estamos diciendo es que no se puede extralimitar la capacidad decisoria
tomada por el tribunal (ad quem), más allá de los extremos expresamente cuestionados por
las partes, ya que ello puede ocasionar en el recurrente la indefensión, lo cual esta legal y
constitucionalmente proscrita.
Existen casos en los que el recurso es interpuesto con la finalidad de que se celebre un
nuevo juicio, recursos que en buena cuenta denuncian vicios en el procedimiento, que
invalidan de algún modo la decisión al punto de hacerla caer. Declarado esto se tendrá que
realizar un nuevo juicio, lo cual nos dice tácitamente que “todo” se repetirá, con lo cual las
partes, incluso el tribunal, recobraran la plenitud de sus derechos y facultades para así
libremente ejercer su criterio y su discrecionalidad, este y su derecho de defensa, aquellos.
Dos posibilidades:
a) Si nos atenemos al hecho de que el nuevo juicio presupone plena libertad de los
intervinientes estos podrán actuar sin ningún tipo de limitación o atadura proveniente del
hecho de haber existido un juicio anterior (hipotéticamente anulado).
b) Si, por el contrario, damos prioridad al hecho de que le nuevo juicio es producto de un
recurso, interpuesto solo por la d e f e n s a ¸ debemos admitir que la nueva sentencia que se
dicta no podrá empeorar la situación del recurrente en comparación con la sentencia que
sólo el recurrió
Con las palabras del propio tribunal constitucional peruano “este es el espíritu que subyace
en la ley Nº 27454 que modifica el artículo 300° del código de procedimientos penales, esta
ley es clara en definir que, si solo el sentenciado solicita la nulidad de la sentencia
condenatoria, entonces el ius puniendi del estado, cuyo poder se expresa en la actuación de
la instancia decisoria, ha encontrado un límite: el quantum de la pena no podrá ser
aumentado. Distinto como es lógico, será el caso en que el propio estado haya mostrado su
disconformidad con el establecimiento de la pena, a través de un recurso impugnatorio,
pues en tal circunstancia el juez de segunda instancia queda investido incluso de la facultad
de aumentar la pena, siempre que ello no importe la afectación del derecho de defensa, esto
es, siempre que no se sentencie sobre la base de un supuesto que no haya sido materia de
acusación, como ha quedado dicho”.
1.- Si el recurso de nulidad es interpuesto por uno o varios sentenciados la corte suprema
solo puede confirmar o reducir la pena impuesta y pronunciarse sobre el asunto materia de
impugnación.
2.- Las penas o las medidas de seguridad impuestas a los sentenciados que no hayan sido
objeto de recurso de nulidad, solo podrán ser modificadas cuando les sea favorable.
3.- Si el recurso es interpuesto por el Ministerio Publico, la Corte Suprema podrá modificar
la pena o la medida de seguridad impugnada, aumentándola o disminuyéndola, cuando esta
no corresponda a las circunstancias de la comisión del delito.
4.- Si el recurso de nulidad se refiere a la reparación civil, la Corte Suprema en todos los
casos solo podrá decidir en los estrictos ámbitos de la pretensión impugnatoria.
-En este sentido se declara que debe entenderse como una garantía que proyecta sus efectos
también en el procedimiento administrativo sancionador y en general en todo
procedimiento donde el Estado ejercite su poder de sanción y haya establecido un sistema
de recursos para su impugnación.
-EL recurso de nulidad fue interpuesto por ende solo se puede confirmar o reducir la pena
impuesta, por lo que no se pudo modificar la sentencia en contra del acusado dando como
resultado que el caso de que el sentenciado decida interponer el recurso impugnativo se
podrá varias el grado de consumación del delito, grado de participación, pena de principal a
accesoria (o viceversa) y el tribunal de revisión no puede integrar el fallo e imponer una
pena omitida aun cuando la ley penal lo establezca, entonces podemos decir que no se le
modifico la sentencia por el principio de prohibición reformatio in peius el cual limita al
juez haciendo que no pueda empeorar la situación del apelante.
-Se propuso una sanción mayor al actor basado en la decisión del jefe de la ODICMA el
cual decidió utilizar la medida disciplinaria de suspensión, la cual actuó dentro de las
funciones contraloras conferidas por la ley orgánica del poder judicial, expresado esto se
puede estimar que se hubiere vulnerado el principio de prohibición de la rejormatio in peius
generando así la desestimación de esta demanda para posteriormente ser declarada
infundada además de ser improcedente respecto al principio ne bis in ídem el cual consiste
en la prohibición de que un mismo hecho resulte sancionado más de una vez, es decir,
supone que no se imponga duplicidad de sanciones.
El principio de legalidad penal postula que el delito se define sólo por mandato legal
(reserva de ley); pero no por cualquier mandato con rango de ley, sino sólo por una ley que
reúna cuatro condiciones de validez constitucional (reserva absoluta de ley). Este principio
liberal contiene dos manifestaciones normativas que se esquematizan de la siguiente forma:
A ningún sujeto se le puede enjuiciar o condenar por un hecho que realizo que en ese
momento no se encontraba tipificado como delito, es decir, la ley no tiene una pena para
aquel sujeto que actuó en contra de las normas.
Es importante destacar que todos los delitos deben estar descritos o tipificados en la ley.
Con esto queremos decir que el principio de legalidad penal sirve para que se pueda
condenar a un sujeto o individuo que infringió la ley, esto se da para que pueda haber un
juicio, debido a que, si no hay una ley descrita en el ordenamiento jurídico, el estado no
puede juzgar a un individuo por un hecho típico que cometió.
Pongamos por caso a María, ella tiene una amiga llamada Rosa. Esta joven sale a
escondidas con el novio de María, llamado Juan.
María al verse traicionada por su amiga, decide prenderle fuego, por lo que quema a Rosa,
hasta causarle la muerte.
Es condenada por homicidio calificado que se encuentra tipificado en nuestro código penal
en el art 108, el cual nos manifiesta que la persona que utilice fuego, explosión o cualquier
otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de otras personas. Sera reprimido con
pena privativa de libertad no menor de quince años el que mate a otro concurriendo en
cualquiera de esas circunstancias.
María es condenada por 15 años, sin embargo, a los dos días sale una ley afirmando que el
individuo que es acusado por homicidio calificado tendrá que estar en prisión no menos de
20 años, por lo tanto, María no logra ser condenada por esa ley debido que en el momento
que ella ejecuto el delito no estaba en vigencia, asimismo la ley no es retroactiva, salvo en
materia penal, pero tiene la condición de favorecer al reo.
Se encuentra regulado en el artículo 2, inciso 24. El cual establece “Nadie será procesado ni
condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado
en la ley de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena
no prevista en la ley”.
El texto constitucional no hace referencia en forma expresa a las medidas de seguridad, por
lo que una ligera interpretación conduciría a la conclusión errónea de considerar que el
principio de legalidad constitucional no abarca a las medidas de seguridad.
Por su importancia se aplica tanto a la parte general como a la parte especial del C.P.
Dentro de la parte general, tiene vigencia en las causas de acción, las reglas de autoría y
participación, las condiciones objetivas de punibilidad, las leyes penales en blanco, las
reglas de la tentativa, los delitos culposos y dolosos.
Se aplica también a las faltas. Es totalmente lícito y legítimo sostener que si el principio de
legalidad protege al ciudadano frente al estado. A pesar que pueda haber puesto en peligro
bienes jurídicos fundamentalmente que están tutelados por el Dº Penal, con mayor razón
aún, este principio debe proteger al ciudadano cuando su conducta no es tan grave.
El caso nos presenta como resultado declarar fundada la presente acción de amparo exigida
por Gonzalo Antonio Costa Gómez Martha Elizabeth Ojeda Dioses en contra del alcalde de
la Municipalidad Provincial de Tumbes manifestando que se vulneraron sus derechos
constitucionales a la igualdad ante la ley, a la legítima defensa, a la libertad de trabajo y al
debido proceso.
Lo que se alega como recurso de principio de legalidad en el presente es que este principio
exige no sólo que por ley se establezcan los delitos, sino también que las conductas
prohibidas estén claramente delimitadas por la ley, prohibiéndose tanto la aplicación por
analogía, como también el uso de cláusulas generales e indeterminadas en la tipificación de
las prohibiciones.
Para empezar, el principio acusatorio es calificado como una de las garantías indispensables
para nuestro ordenamiento jurídico debido al gran impacto que tiene en el derecho, es decir,
el objetivo de esta garantía es poder conocer la acusación manifestada por el fiscal y la
sentencia emitida por un juez, asimismo necesita haber una relación en dichos procesos.
Pongamos el caso de José, él es un joven que es acusado del delito de robo, este individuo
robo una laptop a una joven estudiante de la “Universidad Privada Antenor Orrego”
(UPAO), José ha confesado su delito y dice estar arrepentido, en efecto, el sujeto le
devuelve la laptop y le pide disculpas por el gran susto que le hizo pasar debido a que este
utilizo la fuerza para apoderarse del bien ajeno, en consecuencia, el juez lo condena a 9
años de prisión.
Respecto al caso, es importante señalar que José es acusado de robo, es decir, el juez debió
de darle una pena entre 3 a 8 años de prisión, sin embargo, el operador del derecho le dio
una condena de 9 años, dicho de otra manera, no existe ninguna relación entre la acusación
formulada por el fiscal y la sentencia expresada por el juez.
Es por eso que existe el principio acusatorio para poder determinar si hay una correlación
en el proceso judicial de un sujeto.
Consideramos que ha llegado el momento de preguntarnos: ¿En qué consiste el principio
acusatorio?
El principio acusatorio informa aquel proceso que no va a poder dar inicio sin un previo
ejercicio de un sujeto que no es el juez.
La consecuencia más cercana y deseada, es poder contar con una equidad, imparcialidad, y
rectitud, asimismo busca que el individuo no alcance condena por hechos distintos de los
acusados.
Estamos de acuerdo con Arana Morales, ya que el principio acusatorio transmite un orden
en el derecho penal debido a que la visión de esta garantía es buscar la imparcialidad y
equidad en un proceso judicial, es decir, aspira a un proceso justo y equitativo para ambas
partes.
CARACTERÍSTICAS
En definitiva, debemos distinguir que, por principio acusatorio, la única alternativa para
que se pueda dar un juicio en contra de un sujeto por la comisión de un delito es que se
encuentre una acusación por parte del ministerio público.
El principio acusatorio sirve en el ámbito del proceso penal peruano, es decir, es esencial
para nuestro sistema procesal penal, debido a que exige una variedad de condiciones
procesales, así como la inviabilidad de generar un juicio oral sin una acusación anticipada,
asimismo el principio acusatorio sirve para poder corroborar la sentencia emitida por un
juez y la acusación formulada por un fiscal.
Se da esas condiciones para que pueda existir un juicio justo, equitativo e imparcial.
Es importante destacar la correlación que debe tener una acusación y una sentencia, puesto
que, esta relación ayuda que pueda existir un proceso justo para ambas partes, asimismo
hace referencia a la necesidad de respetar el derecho de defensa; es decir, a no poder
condenar por hechos frente a los que, el acusado no haya podido defenderse.
En resumen, por tanto, el principio acusatorio sirve como una garantía indispensable para
que pueda existir un juicio imparcial en ambas partes, es decir, el principio acusatorio nos
brinda aquellas condiciones para que pueda existir un juez equitativo.
En el año 1940 entró en vigencia la Ley N° 9024, Código de Procedimientos Penales 18,
que estableció el llamado «proceso ordinario». Este proceso consistía en dos etapas: la
instrucción, fase de investigación realizada por el juez, y el juzgamiento, fase en la cual, el
órgano jurisdiccional superior realiza el juicio oral y emitía sentencia. Como podemos
apreciar, el proceso ordinario tenía una mixtura de dos sistemas (inquisitivo y acusatorio).
En el Perú está previsto por el inciso 1 del art. 356" «El juicio es la etapa principal del
proceso. Se realiza sobre la base de la acusación, sin perjuicio de las garantías procesales
reconocidas por la Constitución y los Tratados de Derecho Internacional de Derechos
Humanos aprobados y ratificados por el Perú».
Consiste en la potestad del titular del ejercicio de la acción penal de formular acusación
ante el órgano jurisdiccional penal, con fundamentos razonados y basados en las fuentes de
prueba válidas, contra el sujeto agente del delito debidamente identificado.
Se reconoce la separación de poderes para el inicio del proceso penal, el ministerio público
le corresponde la función persecutoria del delito, por ello es titular del ejercicio de la acción
penal y publica de la carga de la prueba, asume la conducción desde el inicio y está
obligado a actuar con objetividad indagando los hechos del delito que acrediten
responsabilidad. Al órgano jurisdiccional le corresponde la función decisoria, es decir la
función del fallo; dirige la etapa intermedia y la etapa del juzgamiento y resolver los
conflictos del contenido penal expidiendo las sentencias y demás resoluciones previstas en
la ley. Todo esto está previsto por los artículos IV y V del título preliminar.
Se vulnera el principio acusatorio si la Sala Penal Superior condena por una conducta que
no fue materia de acusación. Esto es así porque una de las exigencias planteadas por el
principio acusatorio es la correlación entre la acusación y sentencia.
La Corte también ha señalado que “debe existir congruencia fáctica, por ende, el juzgador
no puede introducir en la sentencia ningún nuevo hecho que sea perjudicial para el acusado,
que no figurara previamente en la acusación”.
El principio acusatorio debe ser entendido como una garantía constitucional del proceso
penal actual, lo que importa, conforme ya lo ha señalado el propio Tribunal Constitucional,
las siguientes características : " Que no puede existir juicio sin acusación, debiendo ser
formulada ésta por persona ajena al órgano jurisdiccional sentenciador, de manera que si ni
el fiscal ni ninguna de las otras partes posibles formulan acusación contra el imputado, el
proceso debe ser sobreseído necesariamente; Que no puede condenarse por hechos distintos
de los acusados ni a persona distinta de la acusada; Que no pueden atribuirse al juzgador
poderes de dirección material del proceso que cuestión en su imparcialidad.
PRINCIPIO ACUSATORIO:
El enunciado de este principio, tanto a nivel constitucional como a nivel legal, podemos
concluir que el mismo tiene un doble fundamento; por un lado, se muestra como una
exigencia de seguridad jurídica que requiere la posibilidad de conocer de manera previa los
delitos y las penas; y, por otro lado, es una garantía política de que el ciudadano no podrá
verse sometido a comportamientos arbitrarios provenientes del Estado. El desarrollo de
dicho principio no ha sido ajeno a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, el cual en
innumerables ocasiones ha señalado que el principio de legalidad tiene una doble acepción,
siendo por un lado un principio de carácter constitucional que informa y limita los
márgenes de actuación de los que dispone el Poder Legislativo al momento de determinar
cuáles son las conductas prohibidas, así como sus respectivas sanciones; y por otro lado un
derecho fundamental que garantiza a toda persona que es sometida a un proceso o
procedimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre previsto en una norma previa,
estricta y escrita. Como se ha podido apreciar en los considerandos precedentes, una de las
exigencias que se derivan de este principio es que la conducta que se imputa como punible
o pasible de sanción, se encuentre previamente descrita como tal en una norma jurídica,
caso contrario el Juez o la autoridad administrativa que apliquen las consecuencias jurídicas
previstas en ellas no podrán concretizarlas.
El principio acusatorio constituye un elemento del debido proceso que "imprime al sistema
de enjuiciamiento determinadas características: Que no puede existir juicio sin acusación,
debiendo ser formulada esta por persona ajena al órgano jurisdiccional sentenciador, de
manera que si ni el fiscal ni ninguna de las otras partes posibles formulan acusación contra
el imputado, el proceso debe ser sobreseído necesariamente; Que no puede condenarse por
hechos distintos de los acusados ni a persona distinta de la acusada; Que no pueden
atribuirse al juzgador poderes de dirección material del proceso que cuestionen su
imparcialidad."
CONCLUSIONES
3.El principio de legalidad es acorde con los Estado de Derecho, ya que limita el ius
puniendi del cual gozan los Estados a través de sus aparatos jurisdiccionales. Este principio
lo puedo entender de dos maneras, la primera es que el ciudadano al saber las
consecuencias que puede generar su actuar desiste de realizar tales actos delictivos
(prevención general positiva), pero también puede positiva), pero también puede darse que
el Estado mediante la sobre criminalización intente intimidad a la ciudadanía (prevención
general negativa), pero en ambos casos se sabrá qué es lo prohibido y que es es lo prohibido
y que es lo permitido, quedando a lo permitido, quedando al arbitrio de cada uno el a
arbitrio de cada uno el actuar personal.
4.El principio de legalidad se debe aspirar cumplir, ya que, de esta manera, se consigue que
la ciudadanía vuelva a confiar en su aparto jurisdiccional, ya que muchas veces las
decisiones no tienen sólo un respaldo objetivo, sino también una fundamentación subjetiva
por parte de los jueces, más aún en esta época en la que el Cuarto Poder -medios de
comunicación social- dominan la mente humana.
6.la prohibición de la reformatio in peius es una institución procesal que incorpora para el
sujeto que recurre (y que ha resultado condenado) una ventaja añadida, un omatiz de
predicción en la fase del recurso, lo que sin duda contrasta con la característica que, por
antonomasia, acompaña al proceso: la incertidumbre de su resultado. a través de la
prohibición de la reformatio in peius una parte procesal (que impugna en solitario) ve
asegurado un concreto resultado instantes antes de proceder a impugnar la resolución que le
infringe gravamen.
BIBLIOGRAFÍA
Con respecto al principio de legalidad, cabe indicar que implica utilizar el instrumento legal
idóneo previsto constitucionalmente. Este principio constituye una garantía esencial en el
Derecho Tributario en cuya virtud se requiere que todo tributo sea sancionado por ley,
entendida esta como la disposición que emana del órgano constitucional que tiene la
potestad legislativa conforme a los procedimientos establecidos por la Constitución para la
sanción de las leyes, y que contiene una norma jurídica, en este caso consiste en la
imposibilidad de requerir el pago de un tributo si una ley o norma de rango equivalente no
lo tiene regulado.
De este modo se sostiene que las normas mencionadas no explican los costos de los
servicios públicos a la vez que no cuentan informe técnico-financiero que sustente el
respectivo plan operativo, en este caso sin la debida justificación.
CRÍTICA GENERAL
Respecto a ambas prohibiciones concluyo que se puede aprender distintas cosas referentes a
la teoría general del proceso y cabe recalcar que es muy basto y arduo el conocimiento que
se emplea para el entendimiento de documentos jurídicos siendo estos más un trabajo de
investigación debido a los diferentes términos empleados, que al ser comprendidos facilitan
lectura de estos, hablando más concretamente de las prohibiciones en sí, puedo decir que
son interesantes y expresan muy bien con pocas palabras conceptos que si bien no son muy
extensos, pueden llegar a confundir nuestra capacidad de entendimiento referente al
material jurídico al cual estemos comprendiendo.