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OPINIÓN

Carta de un profesor peronista a sus


alumnos que apoyan el aborto
¿No les hace ruido, no les dice nada que Perón, Evita, Carrillo, Kirchner, Chávez y Correa
estuvieran en contra de su legalización?

Por Marcelo Gullo 24 de Diciembre de 2020


Doctor en Ciencia Política. Profesor de la Escuela Superior de Guerra

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(Shutterstock)

Mis queridos Manuel Sofía Adilio Telma Federico Nicolás Carolina hoy ustedes descalifican -y
Mis queridos Manuel, Sofía, Adilio, Telma, Federico, Nicolás, Carolina… hoy ustedes descalifican -y
tildan de conservadores, retrógrados, católicos nacionalistas y hasta fascistas- a los que se oponen
al aborto.

Permítanme con mucho respeto y por el cariño que les tengo que les haga unas preguntas. ¿A
ustedes no les hace ruido, no les dice nada que Perón, Evita, Carrillo, Kirchner, Chávez y Correa
estuvieran contra el aborto y que Kissinger, Rockefeller, Soros, Bill Gates y muchos grandes
medios de comunicación a los que ustedes tanto critican estén a favor?

Si les hace ruido -si no, ni vale la pena que sigan leyendo esta carta- podemos repasar juntos la
opinión sobre el aborto de aquellos que construyeron nuestra historia grande.

Antes de realizar ese repaso, aunque sea demodé hablar de la doctrina peronista, permítanme
recordarles que en lo que se refiere a la defensa de la vida humana dicha doctrina es contundente.
Para el doctor en medicina Ramón Carrillo, el más grande sanitarista de la historia de América
Latina, el aborto constituía un delito que debía ser castigado, no tanto en la mujer que abortaba,
sino en los profesionales y enfermeras que se prestaban a su implementación. Fue Ramón Carrillo
el que mandó que, en los libros donde se divulgaba la doctrina peronista se escribiera “convencido
que el aborto criminal constituye una práctica amoral y delictuosa, aun cuando la tomen a su cargo
profesionales en el arte de curar, (es que el Estado) ha orientado sus esfuerzos hacia la meta de
desterrarla para siempre de entre nosotros”.

¿Saben ustedes que el 12 de diciembre de 1950 nuestra Evita, con esa fuerza que le salía del alma,
les gritó, tremendamente enfadada, a un grupo de enfermeras que habían ayudado a algunos
médicos gorilas de la pequeña burguesía porteña a terminar con la vida de niños por nacer:
“Compañeras el aborto es un capricho gorila y burgués.. compañeras, cada aborto que ustedes
permiten es un servicio a los poderes coloniales…”

¿Han reflexionado serenamente en el hecho histórico que, en 1974 en la Conferencia de Bucarest,


Kissinger fue el principal promotor de la instauración mundial del aborto y Perón el principal
opositor a esa iniciativa? ¿Saben que Perón planificó cuidadosamente durante meses su
enfrentamiento con Kissinger, el más importante estratega geopolítico de la estructura hegemónica
del poder mundial?

“ Siguiendo las precisas instrucciones de Perón, la Argentina frustró en


Bucarest la instauración mundial del aborto propuesta por Kissinger

Preciso recordarles que a Perón lo sorprende la muerte antes de la Conferencia pero el embajador
Preciso recordarles que a Perón lo sorprende la muerte antes de la Conferencia pero el embajador
argentino, con coraje e inteligencia, siguiendo las precisas instrucciones de Perón frustró en
Bucarest la instauración mundial del aborto propuesta por Kissinger. ¿Cómo se entiende que
muchos de ustedes que se sienten nacionales y populares, entre Kissinger y Perón, hayan elegido
hoy a Kissinger? ¿Tienen dudas? ¿Creen que exagero? Lean, entonces, por favor el libro del
compañero Paulo Ares titulado Perón versus Kissinger.

Algunos jóvenes formados en el progresismo relativista me preguntan: ¿pensaría lo mismo Eva o


Perón hoy? Y yo les repregunto ¿por qué deberían cambiar? ¿El mal deja de ser un mal por el simple
paso del tiempo? ¿Hay alguna nueva evidencia científica que contradiga la afirmación de Ramón
Carrillo de que cuando una mujer está embarazada en su seno late el corazón de una vida -no un

“fenómeno” como sostiene Ginés Gonzales García- y que el aborto por lógica consecuencia es un
asesinato?

Acercándonos un poco más a nuestros días recuerdan ustedes la admiración que Néstor Kirchner
sentía por Ramón Carrillo. Saben que el 26 de noviembre del 2004, fiel a su estilo frontal, el
presidente Kirchner enfurecido tiró a la basura el proyecto de legalización del aborto que le había
presentado Ginés González García. Cuando le preguntaron sobre ese episodio Néstor enfurecido
declaró a los medios: “Siempre fue claro mi rechazo al aborto”.

“ Díganme conservador, pero no estoy de acuerdo con el aborto para detener un


parto (Hugo Chávez)

No menos enfático fue Hugo Chávez en el debate que sostenía con Henrique Capriles, cuando éste
último se manifestó a favor del aborto en los casos de niños con síndrome de Down. En esa
ocasión, el 15 de septiembre del 2012, si no me falla la memoria, Chávez le espetó a Capriles: “En
otras partes, aplican el aborto. Califíquenme de conservador, pero no estoy de acuerdo con el
aborto para detener un parto. Sencillamente nació el niño con un problema, ahora hay que darle
amor”. Habló del amor e introdujo la palabra clave que hay que introducir en este debate que nos
ha impuesto la oligarquía financiera internacional. Nosotros predicamos una doctrina de amor, de
amor por los más indefensos, por eso nos oponemos al aborto porque hemos visto cómo con sus
manitos y sus patitas el bebé se defiende de la pinza que quiere descuartizarlo. Por eso Rafael
Correa, cuando el parlamento ecuatoriano se aprestaba a legalizar el aborto el 14 de octubre del
2013, afirmó tajantemente: “Jamás aprobaré la despenalización del aborto”.

¿Yo les pregunto ahora, con el corazón en la mano, eran Néstor Kirchner, Hugo Chávez o Rafael
Correa conservadores de derecha retrógrados que se oponían a los derechos de las mujeres?
Co ea co se ado es de de ec a et óg ados que se opo a a os de ec os de as uje es?

“ ¿Qué se proponen los herederos de Malthus sino matar a todos los próximos


mendigos antes que nazcan? (Eduardo Galeano)

Puedo seguir haciéndoles otras preguntas. ¿Sabían ustedes que la izquierda latinoamericana,
cuando no vivía del dinero de las ONG financiadas por Soros, se oponía en bloque al aborto? Por
eso fue que Eduardo Galeano escribió en su famoso libro Las venas abiertas de América Latina:
“¿Qué se proponen los herederos de Malthus sino matar a todos los próximos mendigos antes que
nazcan? (...) El Banco Mundial otorgará prioridad, en sus préstamos para el control de la Natalidad”.

Si me permiten, me parece oportuno también recordarles el pensamiento de un hombre de la


izquierda europea a quien creo nadie en su sano juicio podría acusar de fascista, me refiero a Pier
Paolo Passolini, quien cuando se discutió la legalización del aborto en Italia con mucho dolor
afirmó: “Estoy traumatizado con la legalización del aborto porque, como muchos, la considero
como una legalización del homicidio… Que la vida es sagrada, eso es obvio: es un principio más
fuerte todavía que el de la democracia, y es inútil repetirlo”.

Ustedes se preguntarán, mucho ya me lo han preguntado, si para mí el aborto es una cuestión


religiosa. Y estoy dispuesto a contestarles. Para mí el aborto es un crimen, es un asesinato, el más
vil de todos, la fe católica tiene como piedra fundamental de su doctrina el amor al prójimo, el
aborto es atacar al ser más indefenso, el que no puede gritar, el que no puede defenderse, al que le
quitan el latido del corazón. Pero además de ello, es un tema religioso, porque detrás del aborto se
esconde también el odio al cristianismo y a lo que representa.

Les voy a dar un argumento más -para aquellos que no tienen fe o no comparten mi fe- desde el
punto de vista estrictamente geopolítico: está comprobado que la legalización del aborto ha
llevado siempre a una catástrofe demográfica y para un país con grandes extensiones y sin
población aprobar el aborto equivale a suicidarse geopolíticamente. Tan cierto es lo que acabo de
afirmar que en 1936 las autoridades soviéticas, ante la comprobación de la catástrofe demográfica
que había provocado la legalización del aborto a partir de la revolución bolchevique, decidieron
considerar legalmente al aborto como un crimen y como un acto antirrevolucionario.

Perón sabía que necesitábamos poblar el país para ser soberanos y tener un importante mercado
interno, por eso se opuso frontalmente al aborto y a todo intento de control de la natalidad. Por eso
los enemigos de la Patria quieren reducir los nacimientos. Para entregarnos más fácilmente a los
que ambicionan nuestras riquezas. Perdón, quizás Patria sea una palabra muy fascista o
políticamente incorrecta.
“ Ustedes se sienten jóvenes nacionales y populares, pero están apoyando el


aborto promovido por los dueños de las finanzas del mundo

Ustedes se sienten jóvenes nacionales y populares y sé, porque los conozco, que ese sentimiento
es sincero, pero están apoyando el aborto promovido por los dueños de las finanzas del mundo, y
financiado por los mismos usureros que condenan al pueblo argentino a la esclavitud del pago de la
deuda externa. ¿No ven en ese hecho ninguna contradicción? Lean por favor los libros de los
compañeros José Arturo Quarracino y Pablo Yurman que demuestran científicamente que el aborto
es una orden de los dueños de las finanzas del mundo. Permítanme por último, recordarles aquello
que muchas veces dije en mis clases: la oligarquía financiera internacional, que es hoy el gran actor
de las relaciones internacionales, fomenta como ideologías de colonización y sometimiento tanto
al neoliberalismo como al progresismo, que son las dos caras de una misma moneda. El
neoliberalismo pulveriza a nuestras fábricas y el progresismo aniquila nuestras familias. Sin
fábricas no hay trabajo sin familia no hay Nación. Sin trabajo y sin familia, los obreros, nuestros
“cabecitas negras”, nuestros “grasitas”, como los llamaba cariñosamente Evita, están solos frente al
poder mundial, solos frente a los buitres del capital financiero internacional. Por favor, vuelvan al
pensamiento de Perón y Evita, porque Perón es el futuro, porque en su pensamiento se encuentran
las claves para que volamos a tener una Patria Grande y un Pueblo Feliz. Les envío un muy fuerte
abrazo peronista.

Seguí leyendo:

¿Aborto o Interrupción del Embarazo? El lenguaje como transmisor de cultura

Las siete mentiras capitales del Gobierno para justificar su insistencia en legalizar el aborto

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