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Occidente no podía rivalizar: vidrios, porcelanas, sedas, rasos, alfombras, tapices y metal
HISTORIA MODERNA DE EUROPA EXPANSIÓN ECONÓMICA CAPÍTULO II-HAYES
A cambio de los múltiples productos de Oriente, Europa sólo podía dar el paño burdo de
lana, arsénico, antimonio, mercurio, estaño, cobre plomo y coral; y había siempre, por tanto,
una diferencia para el mercader europeo, que tenía que pagar en plata y oro, con lo que las
monedas de estos metales empezaron a escasear en Occidente. Fueron las ciudades de los
Países Bajos las únicas que mostraron una vitalidad comercial duradera y, al consolidar su
posición bajo los príncipes de la casa de Habsburgo en el XVI, se hizo patente que el centro de
gravedad del comercio y la industria europeos se iba trasladando, gradualmente, desde el
Mediterráneo y el Báltico, a la costa atlántica. El desarrollo de fuertes monarquías nacionales
en la Europa occidental, que coincidió con este traslado, lo apresuró indudablemente. Las
monarquías nacionales de la costa atlántica se dedicaban a combatir el feudalismo y fomentar
la burguesía, y por razón de la expansión territorial el gobierno centralizado se hallaban en
mejor posición para proteger y aumentar el comercio de sus ciudadanos burgueses, castigar a
los piratas y bandoleros, conservar los caminos y reprimir los excesos de peaje y portazgos.