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Su trabajo era el de formar a promotores que tendrían contacto con la comunidad, es decir que

llevaran lo que el gobierno quería, pero a ello lo llamaban autonomía, un simple termino
cosmético y engañoso, una forma mas de imponer el deseo individual, imponían solo una
autonomía del estado y pasaban por alto la autonomía del pueblo, imponiendo sin siquiera
conocer las leyes del mismo pueblo o su cultura.

Este proyecto no buscaba indagar los por qué de la violencia, ni se cuestionaba acerca las
estructuras de dominación y control en las comunidades desde siglos atrás, entonces el autor de
este relato creyó desde su ingenuidad que podía mejorar todo desde su propio concepto de
autonomía, como aprovechando las gritas del programa, quería dar una autonomía política para
todos los que trabajaban en esta propuesta, todo esto fue fallido, pero de allí empezó a
reflexionar, pues se dio cuenta que mientras trataban de modificar la propuesta, más cumplían
con la agenda que les habían impuesto porque debían cumplir.

Cuántas veces el docente se ciñe tanto los lineamientos curriculares y deja de lado la pasión
misma enseñar por cumplir lo que se le pide olvidando las capacidades de cada estudiante

El proyecto se desarrollaba en tres comunidades, una era completamente zona de agricultura y


que desde hace un tiempo proveía de alimento a todas las zonas y prestaba mano de barata a la
zona industrial cercana. Estas comunidades tenían en común que se presentaban fenómenos de
marginalidad, venta obligada de las tierras, la perdida de disminución alimentaria, la calidad de
vida se vio disminuida, migración a la ciudad o estados unidos.

la autonomía del Estado es la obediencia al pueblo

Todo constantemente y suavizado en este trabajo era ver cómo el mismo estado llevaba a
cometer todos los horrores que estaban viviendo las personas de dicho pueblo y estos eran visto
simplemente como cuerpos para la comercialización . se degrada al pueblo por la posesión del
poder llevando una comercialización de la vida, alejándose de los principios kantianos y viendo al
ser como un peldaño para construir la pirámide capitalista precio sostiene por el modelo
neoliberal que empuja a competir por la vida misma y esto lleva a una lógica Mercantil donde todo
de tener un precio incluso los derechos básicos como la vida y la libertad.

además en este periodo de tiempo mientras se llevaba a cabo el programa casualmente


comenzaron a ocurrir acontecimientos en la zona donde se estaba implementando el proyecto
como era la desaparición de mujeres jóvenes asesinatos por parte de la policía desmanes por
parte de los grupos de las comunidades vecinas y todo ello llevó a generar un clima de miedo en
medio de los pobladores, así nos percatamos que aquel que puse y el poder es capaz de formar
desde el miedo bajo un conductismo sucio por lo cual el primer objetivo de un docente es enseñar
a manejar el miedo y hacer críticos frente a cada situación para descubrir cuál es la realidad.

pudimos comprender que la maquinaria de horror y muerte funciona con nuestra participación
activa en ella y nosotros quienes hacíamos parte de este programa estábamos ayudando los
actuar pero desconociendo que incluso nuestras vidas o muertes iban a ser usadas como materia
prima para la acumulación del capital de aquellos que nos pagaban para trabajarle .
entonces la pregunta es cómo hacer para generar o crear una estrategia colectiva de lucha contra
esta maquinaria de guerra y de horror que cotidianamente nos incluye en esta problemática

Espejo 2. Aprender de los pueblos que sembraron y siembran vida: resistir desde el nosotrxs

¿se imaginan a un pueblo de pescadores sin la mar y sin sus playas?, ¿se imaginan cómo vivían las
madres y los padres de muchxs, de los trabajadorxs de este hotel apenas hace un par de décadas?,
¿las historias que contaban en la madrugada al salir en sus lanchas y sobre la inmensidad del mar
turquesa? Nunca sabremos qué se contaban y qué aconsejaban para cultivar la vida. ¿O sí?

-Frantz Fanon

Incluso del imaginario. Desde la resistencia argelina se aporta a la memoria colectiva que la
dignidad no puede existir ante una realidad donde solo somos

combustible para una máquina de guerra, donde para tener pan se nos exige ser funcional y para
ser funcional se nos exige dejar de ser seres humanos.

Considero que, entre muchas otras posibilidades, nos dice dos cosas:

1) la necesidad de incluir en nuestras estrategias de manera urgente, la recuperación de la tierra y


la mar, hoy ocupados, y,

2) la confrontación real contra lxs que las están ocupando, desde una ética por la vida.

Hay que ser rebeldes

en Chiapas (México) se construyen autogobiernos zonales, tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales…


zapatistas, que abarcan una treintena de municipios autónomos que han sido capaces de levantar
una estrategia política, económica y social contra la guerra.

“¿qué vamos a hacer en esta tierra donde vivimos y donde estamos?, ¿para quién le va a servir
todo lo que se construya encima de nuestra madre tierra?”, porque mucho de lo que hay solo le
sirve a unos cuantos, tenemos esa tarea de ver, ir a pensar, ir a estudiar, ir a analizar, ir a discutir,
irse a proponer, luego, organizarse, porque sin la organización, no se puede hacer nada”, “[…]

Volver a ser siendo nosotrxs

(pág 204)

“con hambre, con humillación, no es posible luchar”

Espejo 3. Aprender desde el desafío

Visibilizar de manera concreta que existe una maquinaria de guerra y muerte; escudriñar nuestra
participación activa en ella desde la vergüenza; resaltar el aprendizaje histórico, político, ético,
estratégico de distintos pueblos en lucha contra el sistema capitalista, colonial, patriarcal; NO nos
coloca en una situación distinta a la que comenzamos si no ocurre una ruptura y desplazamiento
del lugar epistémico, político, ético, estratégico en el que hoy estamos, una ruptura y
desplazamiento colectivos y no en soledad, si no resuenan en cada actividad concreta cotidiana,
cada quien a su modo, en sus tiempos, en sus lugares PERO con el objetivo concreto de sembrar
vida donde está la muerte. Este es apenas un punto de partida.

Si lo que platicamos aquí, en este territorio ocupado, entre

Las pedagogías de la resistencia, las pedagogías decoloniales, la

cuestión de los cómo no pueden ser gestos o cosas solamente, sino su potencial está en el cómo
son lo que son, están pues, encarnadas, situadas, confrontan, obligan a desplazarse. En ellas no
caben las manifestaciones que no manifiestan ni los combates que no combaten la maquinaria de
guerra y horror. Direccionan a lo que resuena en algunos círculos franceses como “la huelga
humana” contra la máquina que difumina la separación entre consumir y sobrevivir, que convierte
en mercancía lo que consideramos luchar e incluso y sobre todo lo que uno es. La huelga humana
es la huelga que, allí donde se esperaba tal o cual reacción previsible, tal o cual tono apenado o
indignado, prefiere no. Se oculta del dispositivo. Lo satura o lo estalla. Se recobra, prefiriendo otra
cosa. Otra cosa que no esté circunscrita en los posibles autorizados del dispositivo (Tiqqun, 2015).

La huelga humana intenta hacer “comprender a los ciudadanos

pasmados que si no entran en la guerra están en ella de cualquier forma. Que allí donde se nos
dice que es tal cosa o morir, es siempre en realidad tal cosa y morir” (Tiqqun, 2015).

La historia de los procesos de luchas, sobre todo los urbanos, es la historia de la decepción, porque
generalmente a nombre de la autonomía se encubre el autoritarismo, a nombre de la
horizontalidad se encubre una construcción de participación que impide a quiénes tienen menor
experiencia y capacidad hablar en vez de que hablemos todos, se dan robos, se dan un montón de
cosas, porque asumimos en principio que ya estamos en otra parte [en ese otro mundo posible] y
no aquí [en un mundo capitalista, colonial y patriarcal] (Rozental, 2014)

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