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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE INGENIERÍA

NÚCLEO EXPERIMENTAL ARMANDO MENDOZA

INGENIERÍA DE PROCESOS INDUSTRIALES

Alegoría de la Caverna de
Platón

Bachiller:

Jhonler Palencia

26.460.445

Noviembre, 2019
La alegoría de la caverna (Platón)

La alegoría de la caverna es un diálogo de la obra platónica República, en el que


Sócrates invita a imaginar, a su vigoroso oyente Glaucón, tres hombres que desde antaño
habían vivido en una caverna sujetos desde sus extremidades y cuellos por fuertes
cadenas. Frente a ellos no residía más que un gran paredón, única visión posible desde su
perspectiva, dadas sus ataduras. A sus espaldas reposaba una suerte de tabique y, detrás
de éste, un fuego ardía constantemente. A diario circulaban y hablaban un enjambre de
personas, en un punto medio entre el fuego y el tabique, que transportaban figuras y
esculturas de animales y otros individuos de modo que, por la luz que emitía la llama, sus
sombras se proyectaban frente a los encadenados en los confines de la caverna; no así la
de los transeúntes, que eran interceptadas por el tabique. La Alegoría de la caverna, es
una historia muy famosa por su metafórica forma de ver la vida ante la sociedad que
desde aquella época se refleja desde la ignorancia hasta más allá del conocimiento. Es la
más popular entre los filósofos, reflejándonos específicamente la vida exacta en cuestión
de visión a lo que ha sido de muchas personas incluyendo en la actualidad.

En esta representación simbólica Platón explica sobre una caverna en donde se


encuentran varios hombres prisioneros desde el día que nacieron, encadenados desde el
cuello hasta las piernas, en una posición a la que solamente puedan mirar hacia la pared
del fondo de la caverna, sin lograr girar en ningún momento la cabeza por la forma en la
que estaban apresados. La descripción de la caverna donde se encuentran estos hombres
encadenados, están apoyados a sus espaldas por un muro compuesto de un pasillo, en
donde están por orden de cercanía otros hombres con unas varas largas que en la punta
poseen figuras de diferentes formas, seguido esta la hoguera que refleja la sombra en la
pared de las figuras, y al final la entrada de la caverna que da al exterior.

Estos hombres al ver esas sombras reflejadas en la pared, desde el inicio de sus
vidas ya que desde siempre han estado allí, las consideran como su única verdad, no creen
en nada más de lo que las sombras le puedan mostrar, sin dejar a un lado por la forma en
la que están encadenados no se les permite conocer nada más, solo lo que se refleja en la
pared es todo lo que entienden y aceptan. Ignorantes por completo lo que sucede a sus
espaldas, Platón continua explicando su metáfora alegórica sobre lo que ocurrirá si uno de
estos hombres encadenados fuera liberado, logrando observar lo que ocurre a sus
espaldas iniciando por la luz que irradia la hoguera, sorprendiéndose aprendiendo a ver
otra realidad de la que estaba acostumbrado y creía su única verdad.

De inmediato su cerebro analiza una realidad más completa, formada de un


cuerpo, con color, movimiento, aceptando la primera visión que siempre tuvo como una
simple apariencia a su sensibilidad. Ya al asimilar por completo la información, este
hombre se ve impulsado por el conocimiento y curiosidad de saber que hay más allá de lo
que solo puede mirar.

Sócrates concluye, entonces, que los presidiarios habrían de creer que dichas
voces correspondían en realidad a las figuras de los animales, pues no accedían a otras
sombras más que a las de aquellas esculturas, que incluso daban por reales. Luego
consideremos que uno de ellos es liberado y arrastrado forzosamente a la superficie.
Llegado allí, por haber permanecido durante eones en las tinieblas, indudablemente la luz
del sol lo encandilaría y enceguecería temporalmente, de modo que no podría percibir un
mundo que desconocía. Por esta misma razón, querría volver de inmediato a su antigua y
oscura morada, en donde su visión permanecía intacta. No obstante ello, fue obligado a
habitar en la superficie hasta tanto sus ojos se hayan acostumbrado y se encuentren aptos
para percibir con claridad los objetos a plena luz del día. Llegado este momento,
reflexionaría y concluiría que todas las cosas que creía conocer no eran más que sombras
e imitaciones de un mundo que había permanecido oculto para él y sus congéneres. Sus
grandes ansias de regresar a aquella caverna se habrían esfumado, y recordaría con
aflicción a sus antiguos compañeros que, creyendo conocer algo, discutían y deliberaban
en una completa ignorancia.

Si hubiese de regresar e intentase convencer a los demás presidiarios que sus


conocimientos eran meras proyecciones, lo creerían un mentiroso y, si pudiesen, lo
matarían. No solo eso sino que lo tomarían por loco, pues su visión adepta a la luz se
habría obnubilado entre tanta oscuridad, y no podría siquiera observar las sombras que
antaño claramente contemplaba.

La enseñanza capital de la alegoría radica en que aquel hombre es el individuo


con facultades filosóficas, que logra desembarazarse de las cadenas de las meras
opiniones del vulgo, en fin, de la ignorancia, para contemplar las verdades absolutas: los
conceptos de bien, justicia, belleza, etc. Por esta razón el filósofo, según la teoría política
de Platón, es necesariamente quien debe gobernar la polis. La educación y La Alegoría de
la caverna ayuda logra en el ser humano una serie de hilos de información importante
para así poder enfrentar al mundo, como también la serie de obstáculos que se
desarrollan todos los días de alguna manera u otra. El conocimiento es vida tal y como
decía Platón ¨El mundo nos depara de muchos problemas pero tienes que seguir la luz que
te da el conocimiento¨

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