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La argumentación

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LECCIÓN 1 de 3

La argumentación

¿Por qué argumentar?

Antes de comenzar a tratar el tema especifico de la argumentación, será necesario hacer un breve repaso sobre otras
cuestiones relativas a la importancia del lenguaje, sus usos e influencia.

Este sistema simbólico llamado lenguaje tiene una relevancia fundamental en nuestra vida, nos proporciona las
objetivaciones indispensables, configura el orden donde adquiere sentido nuestra existencia y la de toda la red de
relaciones humanas que llevamos adelante, es un depósito objetivo de acumulación de significados y experiencias,
que perduran en el tiempo y se transmiten a través de las generaciones.

Debemos tener en cuenta que el lenguaje, como facticidad externa, ejerce un efecto coercitivo, ya que genera que nos
adaptemos a él, a sus pautas.

Vale resaltar que es imposible existir sin poder comunicarnos ni interactuar; es la nota distintiva del hombre, único
con capacidad del habla. La relación con nosotros mismos y el mundo que nos rodea debe pasar ineludiblemente por
la pantalla de las palabras.

Figura 1. La comunicación
Fuente: www.benitojuarez.buap.mx.lenguaje.jpg (30/07/2008)

Siguiendo a Copy (pág. 47) podemos expresar que el lenguaje puede llegar a conformar un instrumento sutil, la
mayoría de las veces perdemos de vista la multiplicidad de usos y propósitos a veces no muy claros o encubiertos,
dada la tendencia a simplificar la mirada o no ver más allá de lo que las palabras dicen. Por ejemplo, cuando luego de
hablar un largo rato con alguien pensamos: “¡tanta charla para decir tan poco!” o “me preguntó ¿cómo estaba?,
¿cómo si eso le preocupara?”. Se ve claramente que hay una incomprensión de propósitos, tal vez la pregunta: ¿cómo
está?, es más un saludo amistoso que un pedido de informe médico.

Debemos resaltar que la comunicación de ideas no tiene un único fin, sino varios, entre los que podemos mencionar:

Despertar un sentimiento, pasión, sensación.

Propiciar o impedir alguna acción.

Colocar una determinada disposición.


Entre otros.

En cuanto a los usos, por fines didácticos, podemos clasificarlos de la siguiente manera:

INFORMATIVO: pretende la formulación, afirmación o negación de proposiciones.

EXPRESIVO: el ejemplo típico es la poesía, en donde se expresan sentimientos del autor que
pretende despertar en el lector similares experiencias.

DIRECTIVO: se utiliza para originar o impedir una acción manifiesta. Suelen ser órdenes y pedidos,
ante los cuales podemos estar o no de acuerdo, situación por la cual nunca afirmamos que son
verdaderos o falsos.

Esta división nunca es mecánica sino que en toda comunicación utilizamos los tres juntos, por ello, decimos que son
funciones más bien de tipo mixto.

Figura 2. Funciones del lenguaje


Fuente: http://centros5.pntic.mec.es/cpr.de.ciudad.real/lengua/Funcleje.gif

El cuadro anterior refleja las distintas funciones del lenguaje entre ellas tenemos la referencial: que tiene por objeto
informar, la emotiva que busca expresar sentimientos, sensaciones, etc. La conativa llamada también apelativa que
intenta lograr que el otro sujeto actúe, la fática o de contacto que esta orientada al canal de comunicación entre el
emisor y el receptor, la función poética o estética que no le interesa tanto lo que se dice sino como se dice para
llevarle al receptor sensaciones de belleza, creatividad, etc., Por último se encuentra la metalingüística: se centra en
el propio código de la lengua la cual y se utiliza para hablar del propio lenguaje, aclara el mensaje.
La argumentación

Figura 3. Aristóteles

Fuente: http://www.biografiasy vidas.com/biografia/fotos/aristoteles.jpg (28/03/2010)

Aristóteles

(Estagira, Macedonia, 384 a. C. – Calcis Eubea, Grecia, 322 a. C.)

Es posible remontar el origen de la argumentación a los griegos, por el desarrollo que ellos hicieron de los conceptos

de Retórica y Oratoria. La primera, para Aristotéles1, es el arte de la persuasión, del buen decir, poder comunicar con
eficacia y moralidad. Implicaba la relación con el “método dialéctico” (diálogo) que sirve para razonar sobre asuntos
opinables en donde no hay una sola verdad sino que debemos buscar la mejor de ellas, con motivos a favor y en
contra, comparando los argumentos que la sustentan. El poder de la retórica entra en juego cuando quienes intentan
convencer sobre sus tesis, deben construir sus argumentos para fortalecer sus posiciones y debilitar al contrario.

[1] Hoy significa la elaboración de discursos gramaticalmente correctos y persuasivos.


La oratoria es definida como el arte de hablar con elocuencia, la misma se aplica en todos los procesos
comunicativos hablados.

Para algunas personas, argumentar es sólo exponer sus prejuicios bajo una nueva forma, por eso es muy corriente la
idea de que los argumentos son inútiles, desagradables o conflictivos, lo asimilamos a una discusión verbal, como
sinónimo de disputa. Pero en realidad esta visión no es representativa de lo que significa en verdad su concepto.

En “Las claves de la argumentación” Anthony Weston2 dice que “dar un argumento significa ofrecer un conjunto de
razones o pruebas que apoyan a una conclusión”, a partir de esto vemos que un argumento no es simplemente la
afirmación de ciertas opiniones, o una disputa, sino más bien los enfocamos como intentos de apoyar ciertas
opiniones con razones. Destacamos así el carácter esencial que poseen los mismos, en contraposición de la visión que
los considera como inútiles.

[2] Weston, Anthony. Las claves de la argumentación. Ariel, Barcelona 2001. (Introducción y Cap. 1)

Esa importancia que puntualizamos radica en que es una manera de tratar de informarse acerca de qué opiniones son
mejores que otras, dado que no encontraremos puntos de vista idénticos, veremos que algunas conclusiones pueden
apoyarse en buenas razones y otras tendrán un sustento de carácter mucho más débil. Cotidianamente, desconocemos
cuál es cuál, por lo tanto, tenemos que brindar argumentos a favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos
para considerar cuán fuertes son realmente. Desde este punto de vista un argumento viene a ser un medio para
indagar.

Otro motivo que evidencia su relevancia es que, al momento de arribar a una conclusión sustentada en razones, la
explicamos y defendemos mediante argumentos. Un buen argumento nunca es una reiteración de conclusiones, sino
más bien una posibilidad óptima de encontrar pruebas y razones, para que otras personas puedan formarse sus
propias opiniones por sí mismas. Por ejemplo, si tengo una convicción clara acerca del impacto perjudicial que
ejercen las papeleras en el medio ambiente, debo usar argumentos para explicar cómo llegué a esa conclusión para
poder convencer a otros, ofreciendo las pruebas y razones que a mí me convencieron. Podemos decir de este modo,
que no es un error en absoluto tener opiniones, el error es no tener nada más.

El debate es un medio para solucionar problemas en el campo político, jurídico, científico, etc., tiene un efecto
enriquecedor por la confrontación de distintos puntos de vista. Sin duda tienen mayor necesidad de argumentar
quienes ejercen el poder, porque deben justificar los actos que realizan, de esta manera quien condena, libera o gasta
fondos públicos debe explicar sus actos, lo que conforma a la vez una posibilidad de controlar la administración de la
cosa pública. Tendremos distintos procedimientos de argumentación que conllevan a distintas clases de resolución, a
saber:

NEGOCIACIONES ENTRE
FORO JUDICIAL C A M P O A RT Í S T I C O
S I N D I C AT O . . .

Es de base adversativa, una acción es presentada ante la corte, hay dos partes opuestas, y el procedimiento será
concluido cuando se emita un veredicto a favor de una u otra.

NEGOCIACIONES ENTRE
FORO JUDICIAL C A M P O A RT Í S T I C O
S I N D I C AT O . . .

Su meta es opuesta al anterior ya que pretende lograr un compromiso consensuado aceptado por ambas, una posición
intermedia que sea satisfactoria para las partes.

NEGOCIACIONES ENTRE
FORO JUDICIAL C A M P O A RT Í S T I C O
S I N D I C AT O . . .

La función principal de la argumentación será la clarificación. Por ej.: nos preguntan sobre una película que vimos
explicaremos la significación de nuestra afirmación más que probar que la misma es correcta, podrán discutir otros
la validez de nuestras interpretaciones. No se pretende establecer lo correcto o incorrecto del tema debatido.
Argumentar desde la lógica es encadenar proposiciones de tal manera que algunas de ellas (premisas) le sirven de
fundamento a otras (conclusión), por ejemplo:

Todos los hombres son mortales

Sócrates es hombre

Por lo tanto, Sócrates es mortal

Si aceptamos la verdad de las dos primeras proposiciones aceptaremos la verdad de la tercera. Lo que justifica la
conclusión son las premisas, ellas son razones que sirven de validación a la conclusión

Figura 4. Esquema de representación de los elementos de una argumentación


Fuente: www.liccon.edu.uy/bedelia/cursos/metodos/argumentacion

Comprender los ensayos basados en argumentos

Al momento de argumentar muchas veces transcribimos opiniones elaboradas que son afirmaciones de nuestras
opiniones, pero no llegamos a ofrecer ninguna auténtica razón para pensar que las mismas son correctas; al escribir
un ensayo no lo hacemos basándolo en argumentos, esto configura un error típico y natural, como expone Weston.

Cuando se requiere realizar un trabajo escrito interesado en los fundamentos de nuestras creencias, las cuales puedan
ser sometidas a prueba para luego ser defendidas como puntos de vista, necesitamos aprender a pensar por nosotros
mismos, a formar nuestras propias opiniones de manera responsable.

Para poder escribir un buen ensayo basado en argumentos, debemos utilizar razones tanto como medio para indagar,
como para explicar y defender las propias conclusiones. Se debe pensar el trabajo examinando los argumentos
contrincantes y luego escribir el ensayo mismo con un argumento, defendiendo los puntos de vista propios como
argumentos y valorando críticamente los postulados por la parte contraria.

Los puntos principales de un ensayo

Supongamos que llegamos a una conclusión que pensamos que es posible defender adecuadamente, debemos:

Preparar un esquema.

Explicar el problema.

Preguntarnos ¿Por qué es importante? ¿Qué es lo que depende de la respuesta? ¿Por qué otros
deberían preocuparse por el tema o interesarse en un cambio? ¿Qué nos llevó a interesarnos por la
cuestión?

Debemos considerar a la audiencia, que tome conciencia de la gravedad del problema para justificar el interés propio
en la cuestión, apelar a valores o pautas compartidas.

Formular una propuesta o afirmación definitiva.

Ser específico y concreto .

Desarrollar argumentos de un modo completo.


Una vez aclarada la importancia de la cuestión y decidido que es lo que no proponemos, el trabajo
estamos en condiciones de desarrollar el argumento principal.

Planificar es importante. Un argumento bien desarrollado es mejor que tres argumentos tan sólo
esbozados. No debemos usar cualquier argumento que consideremos que favorece a nuestra tesis.
Concentrémonos en uno o dos de los mejores.

Argumentar acerca de causas y efectos, mediante ejemplos, etc .

Examinar las objeciones.

Examinar qué desventajas puede tener la propuesta. Sacar las desventajas y responderlas.

Anticiparse a las objeciones.

Seleccionar las críticas más fuertes y comunes y tratar de responderlas.

Examinar las alternativas.

Si defendemos una propuesta debemos mostrar que es mejor que las otras maneras.

Escribir el ensayo (el último paso).

Seguir un esquema.

Formular una introducción breve.

Exponer argumentos de uno en uno.

Regla general: argumento por párrafo.

Exponer intenciones con claridad.

Un buen ensayo primero explica la importancia de la cuestión, luego formula la conclusión y


finalmente dedica un párrafo (o varios) a defender cada una de las premisas.
Utilizar los términos de un modo consistente.

Claridad.

Explicar las conexiones entre sus ideas.

Explicar el uso de términos clave.

Apoyar las objeciones con argumentos.

No afirmar más de lo que ha probado.

Reglas generales

Distinguir entre premisas y conclusión3 :

[3] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba. Buenos Aires, 1994. Pág 6 a 10

Primeramente especificaremos el carácter proposicional tanto de las premisas como de la conclusión. Éste hace
alusión a la posibilidad de ser verdadero o falso diferenciándolo de las preguntas, órdenes y exclamaciones. La
diferencia con las oraciones es que, por ejemplo, dos distintas pueden tener igual significado:

Juan ama a María

María es amada por Juan


Se ve claramente que ambas son distintas, pero tienen significado idéntico.

Las premisas son afirmaciones por medio de las cuales damos razones a favor de la conclusión; la misma no es más
que una afirmación que tiene su fundamento en las premisas. Debemos tener en cuenta que son términos relativos,
esto quiere decir que un enunciado puede ser premisa en un razonamiento y en otro ser conclusión. Por ejemplo:

Todos los seres vivos son mortales

Todos los hombres son seres vivos

Por lo tanto, todos los hombres son mortales

Luego veremos:

Todo ser vivo nace y muere

Todo el que nazca y muera es mortal

Por lo tanto, todos los seres vivos son mortales

Esto nos hace ver que tomadas aisladamente ninguna proposición es premisa o conclusión; puede suceder que nos
encontremos con la conclusión al principio del razonamiento y las premisas al final, como observamos en el ejemplo
de la Política de Aristóteles que aparece a continuación:
En una democracia
los pobres tienen Conclusión
más poder que los
ricos.

Porque son más Premisa

Y la voluntad de la mayoría es
Premisa
suprema
Puede ocurrir que la conclusión esté entre las premisas:

Todo héroe es valiente, aunque algunos soldados no son héroes porque


algunos no son valientes.

Si lo reformulamos quedaría:

Todo héroe es valiente

Algunos soldados no son valientes

Por lo tanto, algunos soldados no son héroes

Es importante resaltar la presencia de indicadores de conclusión como: por lo tanto, por ende, por consiguiente,
luego, podemos inferir, etc. entre los indicadores de premisa tenemos: porque, pues, en tanto, por la razón de que,
etc. aunque no podemos asegurar que un razonamiento contenga necesariamente esas palabras o frases. En el caso
siguiente se evidencia tal situación:
No es necesario en modo alguno que el Poder Legislativo funcione de manera permanente; pero sí es absolutamente
necesario que el Poder Ejecutivo funcione permanentemente, porque no siempre hay necesidad de elaborar nuevas
leyes y siempre se necesita poner en práctica las leyes elaboradas.

Puede ocurrir que encontremos proposiciones afirmadas en forma de pregunta retórica como en la siguiente
situación:

Si el Código Penal prohíbe el suicidio; esto no es un argumento valido para la Iglesia ¿Qué pena de muerte puede
tener una persona que no le teme a la muerte misma?

Atender a la existencia de las premisas implícitas (entimemas)4

[4] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág. 254

Esta situación es muy frecuente en particular en el razonamiento judicial, donde se suele dar por sobrentendida una
de las premisas llamada entimema (generalmente la normativa), expresando sólo una parte del contenido del
silogismo. Logra sintetizar la argumentación pero se debe actuar con prudencia ya que sino es conocida la premisa el
discurso se torna confuso. Dicho contexto resulta más peligroso para los jueces porque deben hacer explicitas todas
las razones que los llevaron a tomar el veredicto para que posteriormente puedan ser conocidas, controladas y
criticadas, generándose así un vínculo entre argumento y ética profesional.

La mayoría de las inferencias se expresan de esta forma, en el lenguaje cotidiano y aún en la ciencia, porque se
presume que estas proposiciones son de conocimiento común. Puede ser retóricamente poderoso y persuasivo, quizás
en mayor medida que cuando es expresado con todo detalle.

Observemos un ejemplo:

La conclusión “Juan es ciudadano” puede darse sólo con la premisa “Juan es argentino nativo”. Este razonamiento se
completaría de la siguiente forma:
Todos los argentinos nativos son ciudadanos

Juan es argentino nativo

----------------------------------------------------------

Juan es ciudadano

Presentar las ideas en orden natural

Lo anterior es una condición que refiere a la necesidad de entrelazar naturalmente las premisas y luego sea
fácilmente inteligible la conclusión, además para que sea posible discernir cuáles son las premisas que justifican una
afirmación.

Partir de premisas fiables

Significa que si partimos de premisas débiles la conclusión tendrá el mismo vicio. Notemos la diferencia en los
siguientes argumentos:

Todos los hombres son mortales


Sócrates es hombre

Por lo tanto, Sócrates es mortal

La mayoría de las mujeres de Italia le son fieles a sus esposos

Anabela es de Italia

Por lo tanto, Anabela le es fiel su esposo

Sin duda el primer argumento nos ofrece una mayor certeza que el segundo debido a que en este último las premisas
justificadoras no alcanzan a ser fiables.

Evitar usar un lenguaje emotivo5

[5] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág. 47

Como expresamos en párrafos anteriores, el lenguaje puede tener diferentes usos, uno de ellos es el expresivo o
emotivo, el cual es recomendable desestimar su incorporación en la argumentación ya que las palabras generaran
sugestión o impacto emotivo. Dicho uso tiene por función influir en las emociones y sentimientos pero no conforma
una manera racional ni seria de dar razones.
Cabe recordar la independencia del significado literal y emotivo que ellas manifiestan, el siguiente ejemplo
clarificara esta idea:

A) Burócrata – B) Empleado del gobierno – C) Servidor


público

Las tres palabras poseen un significado literal igual pero el de carácter emotivo es diferente:

A) Expresa resentimiento y desaprobación

B) Expresa neutralidad

C) Expresa simpatía y aprobación

Queda claro cómo el mismo hecho u objeto puede describirse por palabras con impactos disimiles. El impacto
emotivo puede entrar en relación con las propiedades que posee a lo que hace alusión y también puede adquirir esta
significación por asociación, no es necesario que se produzca directamente con el objeto denotado por la palabra.
LECCIÓN 2 de 3

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
LECCIÓN 3 de 3

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LECCIÓN 1 de 2

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Utilizar términos consistentes y con un único significado para ellos

Ello significa que debemos utilizar un solo conjunto de términos para cada idea, para que no se contradigan o tengan
significados diferentes además de perder la conexión entre premisas y conclusión. Si atribuimos un único significado para
cada término, evitaremos la falacia de ambigüedad que luego desarrollaremos. Por ejemplo:

El fin de una cosa es su perfección

La muerte es el fin de la vida

La muerte es la perfección de la vida

En este caso se evidencia que el término “fin” está utilizado de manera distinta en las premisas del razonamiento.

Síntesis conceptual

Dar un argumento significa ofrecer un conjunto de razones o pruebas que apoyan a una conclusión, no
significa simplemente la afirmación de ciertas opiniones, sino como intentos de apoyar ciertas opiniones con
razones; tienen un el carácter esencial. Un buen argumento es una posibilidad óptima de encontrar pruebas y
razones, para que otras personas puedan formarse sus propias opiniones por sí mismas.

Para poder escribir un buen ensayo basado en argumentos debemos usar razones tanto como medio para
indagar, como para explicar y defender las propias conclusiones. Resulta necesario examinar los argumentos
contrincantes y luego escribir el ensayo mismo con un argumento defendiendo los puntos de vista propios
como argumentos y valorando críticamente los postulados por la parte contraria.

Reglas generales:

Distinguir entre premisas y conclusión.

Atender a la existencia de las premisas implícitas, llamadas entimemas.

Presentar las ideas en orden natural.

Partir de premisas fiables.

Usar un lenguaje concreto evitando términos abstractos o vagos.

Evitar usar un lenguaje emotivo.

Usar términos consistentes y con un único significado para ellos, con lo que se evita la falacia de ambigüedad.

Argumentos deductivos y no deductivos1

[1] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág.25 a 28

Los argumentos deductivos



Son los que pretenden que sus premisas ofrezcan fundamentos concluyentes, la verdad de sus premisas, son prueba
suficiente para garantizar la verdad de sus conclusiones, ellas se encuentran lógicamente implicadas por las premisas. La
relación de deductibilidad es una relación de tipo lógico que no depende del contenido informativo de las proposiciones sino
de la forma lógica. Veamos un ejemplo:

Si hoy es lunes, entonces mañana es martes


Hoy es lunes
Por lo tanto, mañana es martes

La primera proposición es un enunciado condicional o hipotético en donde encontramos la un antecedente y un consecuente


(si p entonces q). Él nos ofrecerá certeza si las premisas son verdaderas:

Si hoy es lunes, entonces mañana es miércoles


Hoy es lunes
Por lo tanto, mañana es miércoles

En este caso tenemos un procedimiento válido pero la conclusión es falsa debido a que la primera premisa es falsa. En la
vida real rara vez son ciertas, razón por la cual debemos tomar con cuidado este tipo de silogismos, ellos nos ofrecen una
forma adecuada de organizar argumentos pero deben ser controlados con precisión.

Los razonamientos inductivos



No nos ofrecen fundamentos concluyentes para asegurar la verdad de la conclusión solo nos dan algún motivo o razón,
pueden ser mejores o peores pero no válidos o inválidos. Ellos tendrán un grado de probabilidad o verosimilitud que
verificaremos en las premisas encargadas de conferir tal carácter a la conclusión.

Sócrates es hombre y mortal


Platón es hombre y mortal
Aristóteles es hombre y mortal
Por lo tanto probablemente todos los hombres sean mortales

La conclusión de carácter universal se deriva de premisas particulares, este hecho también es una nota recurrente de este tipo
de enunciados, aunque puede haber casos contrarios de igual forma. Por ello, no es conveniente creer que los razonamientos
deductivos son aquellos en donde obtendremos una conclusión particular a partir de premisas generales; en caso de los
inductivos el correlato seria afirmar que únicamente derivan las conclusiones de carácter general a partir de premisas
particulares.
En el primer caso es más acertado estipular que la conclusión se desprende con absoluta necesidad (DEDUCCIÓN) y en el
segundo la misma se sigue con alguna probabilidad (INDUCCIÓN).

Argumentos deductivos típicos

Argumentos categóricos2

[2] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág. 167 a 175

Las proposiciones categóricas son aserciones acerca de clases que afirman o niegan que una de ellas este incluida en otra de
manera total o parcial.

Encontramos cuatro formas típicas:

TODO S ES P NINGÚN S ES P ALGUN S ES P ALGUN S NO ES P

(S: sujeto y P: predicado)

La misma se denomina universal afirmativa la relación de inclusión es de carácter completo o universal. Un ejemplo sería:
“Todos los políticos son mentirosos”.

TODO S ES P NINGÚN S ES P ALGUN S ES P ALGUN S NO ES P

(S: sujeto y P: predicado)


Llamada universal negativa, la primera clase está excluida de la segunda, niega que exista una relación de inclusión y lo hace
universalmente. “Ningún político es mentiroso”.

TODO S ES P NINGÚN S ES P ALGUN S ES P ALGUN S NO ES P

(S: sujeto y P: predicado)

De tipo particular afirmativa, significa que “al menos uno” entra en la clase, no lo afirma universalmente sino parcialmente.
“Algún político es mentiroso”.

TODO S ES P NINGÚN S ES P ALGUN S ES P ALGUN S NO ES P

(S: sujeto y P: predicado)

Particular negativa, en ella al menos un miembro está excluido de la clase que designa el predicado. “Algún político no es
mentiroso”.

Todos los razonamientos deductivos pueden afirmarse en base a estas formas, no siempre son simples ya que pueden ser
expresiones más complejas y no palabras aisladas.

Debemos diferenciar calidad de cantidad, la primera hace mención al carácter afirmativo o negativo de la proposición, y la
segunda al hecho de ser “universal” o “particular”, refiriéndose a todos, alguno o ninguno, los mismos toman el nombre de
cuantificadores. Como vimos en los ejemplos presentados, entre los términos S y P aparece algún tiempo del verbo ser, esto
se denomina cópula.
Distribución

En el caso de la proposición universal afirmativa: todos los diputados son ciudadanos, se produce la distribución del término
S, esto quiere decir que todos los miembros de la clase que designa S no incluye a todos los miembros que designa P. Por lo
tanto, concluimos que la proposición distribuye un término si se refiere a todos los miembros de la clase designada por él.
En el caso de la universal negativa se distribuye tanto el sujeto como el predicado. Por ejemplo: ningún atleta es vegetariano,
esto afirma de cada atleta que no es vegetariano, que son todos los miembros de la clase S, es decir está distribuida. A la vez
afirma que toda la clase de los vegetarianos está excluida de los atletas, de esta forma distribuye la clase P.
La particular afirmativa como sería “algunos soldados son cobardes” no afirman nada de la totalidad de los soldados ni de
los cobardes, por lo tanto ambas clases no están excluidas ni incluidas totalmente, por ello no distribuye ni S ni P.
La proposición particular negativa por ejemplo: algunos caballos no son de pura raza, en ella vemos que no se dice nada
acerca de todos los caballos sino de algunos, quienes están excluidos de la totalidad de la clase pura raza (P). Cuando
decimos que algo está excluido de una clase hacemos referencia a la totalidad de ella por lo tanto se distribuye el predicado.
Podemos concluir que la cantidad de una proposición determina que el sujeto esté distribuido o no, las universales son las
encargadas de hacerlo. En cambio la calidad de una proposición determina que el predicado sea distribuido, quienes lo
realizan son las negativas solamente.

Silogismo categórico

Silogismo categórico3
Es un razonamiento deductivo del cual se infiere la conclusión a partir de la premisa. Posee tres proposiciones categóricas y
tres términos de los cuales el que aparece como predicado de la conclusión se llama término mayor en cambio el sujeto de la
conclusión es el término menor, el restante se denomina término medio. Las premisas que los contengan adquieren el
nombre de mayor y menor respectivamente.

[3] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág.205 a 212

Observamos que el término mayor y menor aparece en premisas diferentes del razonamiento. La forma típica de
este silogismo es que encontremos la premisa mayor primero luego la menor y por último la conclusión. Pueden
diferir por la posición de los términos medios, quienes pueden ser sujeto de la premisa mayor, predicado de la
menor, predicado de ambas o sujeto de ambas.

Figura 1
Fuente: Elaboración propia
Naturaleza formal

La forma del razonamiento desde el punto de vista de la lógica es su aspecto más importante. Tanto que la validez del mismo
depende de ella, independientemente del contenido específico.

Todo M es P
Todo S es M
Por lo tanto, todo S es P

Este razonamiento es válido en virtud de su forma, por lo tanto otro que tenga la misma también lo será. Podremos
demostrar la incorrección de un silogismo presentando otro que posea la misma forma pero que de antemano conozcamos la
verdad de sus premisas y la falsedad de su conclusión.

Todos los conejos son veloces


Algunos caballos son veloces
Por lo tanto, algunos caballos son conejos

Esta forma puede tener limitaciones propias de nuestro pensamiento, ya que si no es posible lograr hacer una analogía con
premisas verdaderas y conclusión falsa, no significa que la forma sea válida, sino que necesitamos un método más eficaz
para determinar la validez.

Modus ponens

Significa “poner”, puesto “P” se sigue “Q”, en este razonamiento se afirma el antecedente y como conclusión se afirma el
consecuente.
Si P entonces Q

Por lo tanto Q

Un ejemplo sería:

Si los optimistas tienen más posibilidades de éxito que los pesimistas, entonces
Ud. deberá ser optimista.

Los optimistas tienen más posibilidades de éxito que los pesimistas.

Por lo tanto, deberá ser optimista.

Con este tipo de silogismo es posible incurrir en la falacia de afirmar el


consecuente.4

[4] Las cuales serán tratadas en el apartado correspondiente a la temática: Falacias.

Modus tolens

Viene de “tollere” que significa quitar, en este modo realizamos la negación del antecedente para poder en la conclusión
negando el antecedente.

Su forma lógica es la siguiente:


Si P entonces Q

No Q

Por lo tanto no P

Si un perro no conoce bien al visitante, entonces ladra

El perro no ladra

Por lo tanto, el perro conoce bien al visitante

A través del uso de este argumento se puede caer en la falacia de negar el antecedente y no el consecuente.5

[5] Las cuales serán tratadas en el apartado correspondiente a la temática: Falacias.

Silogismo Hipotético6

[6] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág 263 a 266

En este caso, la condición para que se evidencie el tipo de razonamiento, es que el consecuente de una premisa sea el
antecedente de la siguiente y que luego en la conclusión se enlace el primer antecedente con el último consecuente.

Como vimos en párrafos anteriores, una proposición condicional está conformada por dos proposiciones componentes, el
antecedente (“si”) y el consecuente (lo que sigue a entonces).
Forma lógica:

Si P entonces Q

Q entonces R

Por lo tanto P entonces R

Ej.: Si Ud. estudia otras culturas, entonces comprenderá que existe una diversidad
de costumbres humanas.

Si Ud. comprende que existe una diversidad de costumbres humanas, entonces


pone en duda sus propias costumbres.

Si Ud. pone en duda sus propias costumbres, entonces será más tolerante.

Por lo tanto, si Ud. estudia otras culturas, entonces será más tolerante.

Silogismo disyuntivo

También llamado alternativo, este caso no afirma la verdad de una u otra de sus opciones, sino que al menos una es verdadera
o ambas pueden serlo.

Es importante mencionar que el “o “puede tener 2 sentidos:

I N C L U S I VO E X C L U S I VO
En este caso p o q son verdaderas o bien ambas. Su forma lógica es:

PoQ
No P
Por lo tanto Q

Un ejemplo del siguiente razonamiento puede ser:


Esperamos el progreso mediante el perfeccionamiento de la moral o lo esperamos mediante el perfeccionamiento de la
inteligencia.
No podemos esperar el progreso mediante el perfeccionamiento de la moral.
Por lo tanto, debemos esperar el progreso mediante el perfeccionamiento de la inteligencia.

I N C L U S I VO E X C L U S I VO

Aquí nos encontramos con que una de las posibilidades es verdadera pero no las dos
PoQ
P
Por lo tanto no Q
Ej.: Sólo Carlos o Roberto pudieron haber sustraído el libro
Roberto lo hizo
Por lo tanto, Carlos no lo hizo

La validez de esta clase de silogismo, se evidencia cuando la premisa categórica contradice una de las disyuntivas y la
conclusión afirma la otra, la misma se sigue de manera entimemática.

Dilema7

[7] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág 270 a 274
Esta es una forma de razonamiento bastante común en lenguaje ordinario, ha sido heredada a través del tiempo de la mano de
la Lógica y la Retórica, disciplinas que sin duda estaban más entrelazadas y conectadas que en la actualidad. La última de
ellas toma al dilema como un elemento poderoso e impactante en la persuasión, como arma devastadora en una discusión.

Significa elegir entre dos alternativas que son malas o desagradables, se suele decir que se está “atrapado entre los cuernos
de un dilema” y por ello sea cual fuera la solución estamos obligados a llegar a una conclusión desagradable. Pretende
arrinconar al contrincante y allí aniquilarlo, por decirlo de alguna manera adversarial. Su forma lógica:

p o q.

Si p entonces r.

Si q entonces s.

Por lo tanto r o s.

Ej:

Si dices lo que es justo, los hombres te odiarán

Si dices lo que es injusto los dioses te odiarán

Debes decir lo que es justo o lo que es injusto

Por lo tanto, en ambos casos serás odiado

Para refutarlo es posible transitar distintos caminos:


“Escapar entre los cuernos” siguiendo la terminología de la metáfora empleada. Esto se logra rechazando la
premisa disyuntiva, es el método más fácil para eludir la conclusión de un dilema, no significa demostrar que
la misma es falsa sino simplemente mostrar que el razonamiento no constituye base suficiente para aceptarla.

Tomarlo o asirlo por los cuernos, esto implica rechazar la premisa constituida por la conjunción, para ello
basta con negar una de sus partes, se trata de mostrar que al menos uno de los condicionales es falso.

Replicar con un contradilema, la cual es la manera más entretenida, ya que es necesario construir otro dilema
cuya conclusión debe ser opuesta a la original. Puede ocurrir que las dos conclusiones sean verdaderas, sin
haber refutación alguna, pero en la controversia el público pensara que la réplica demuele el razonamiento
original. Pero puede ser simplemente que direcciona la atención a un aspecto diferente de la misma cuestión,
por ejemplo un optimista diría:

Si trabajo, gano dinero y si estoy ocioso, me divierto

O bien trabajo o estoy ocioso

Luego o gano dinero o me divierto

Un pesimista podría refutar con el siguiente contradilema:

Si trabajo, no me divierto y si estoy ocioso no gano dinero. O bien trabajo o bien estoy ocioso. Luego
o no gano dinero o no me divierto.

Estas situaciones nos muestran maneras distintas de considerar los mismos hechos, no llegan a configurar un desacuerdo de
cuales son los hechos. Otra estrategia muy usada en especial en el análisis del Derecho, es la reducción al absurdo, que viene
a ser una versión del modus tollens.

Su forma lógica es:

Para probar P

Se asume no P (que P es falso)


Se deriva Q

Se muestra que Q es falso

Conveniencia de aceptar P

Veamos un caso:

El mundo tiene un creador que no tiene parecido alguno con el creador de viviendas.

El mundo tiene un creador que es parecido al creador de viviendas.

Si fuera así, él tendría los mismos defectos que los creadores de viviendas. Afirmamos que Dios es imperfecto.

El creador del mundo no tiene parecido alguno con el creador de viviendas.

Para seguir afianzando los conocimientos, te propongo la siguiente lectura obligatoria sobre los "Problemas sobre la
distinción entre razonamientos deductivos e inductivos y su enseñanza".

Problemas sobre la distinción entre razonamientos.pdf


278.1 KB
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Dorantes Parra Roberto y Ortiz Hernández Hector. (2013). Problemas sobre la distinción entre razonamientos deductivos
e inductivos y su enseñanza. Universidad del Caribe. Innovación Educativa vol. 13, número 63.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
Falacias

Falacias

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Falacias

Falacias formales y no formales1

Una falacia en sentido general significa toda idea equivocada o creencia falsa; en lógica se la utiliza desde una óptica más restringida, haciendo alusión a un error de
razonamiento, aquí sucede una particularidad, que tiene que ver con que algunos no son obviamente incorrectos y se usan comúnmente por ser altamente persuasivos
(principalmente en la argumentación jurídica). Su estudio es provechoso y necesario dado que a medida que adquiramos mayor familiaridad con ellas evitará que seamos
engañados por las mismas.

No existe una clasificación que haya sido universalmente aceptada, digamos que ha sido una preocupación constante establecer una que las contenga todas, asimismo la más
adecuada para su estudio es la que distingue en: formales y no formales.

Las primeras debemos analizarlas en conexión con esquemas de razonamiento válido, ya que son errores evidenciados desde la lógica. En cambio las no formales no cumplen
con las reglas no formales (del contenido y fiabilidad de las premisas, que ya repasamos en apartados anteriores) son errores de razonamiento en los que podemos caer por
inadvertencia o falta de atención, a la vez ellas se subdividen en falacias de atingencia y ambigüedad.

Las falacias de atinencia

Tienen la particularidad que sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus conclusiones, son incapaces de establecer una verdad, utilizadas para estimular
emociones como temor, hostilidad, piedad, entusiasmo, terror, etc. Ellas son:

1. Apelación a la fuerza (ad baculum)

Este razonamiento es usado para provocar la aceptación de una conclusión cuando fracasan las pruebas o argumentos racionales, se amenaza con el uso de fuerza o violencia
para doblegar a los opositores, es muy común en política.

Un ejemplo en el ámbito internacional de esta clase es cuando luego de la Segunda Guerra Mundial, Churchill informa a los demás que el Papa sugería un determinado curso de
acción, dicen que Stalin manifestó su desacuerdo aduciendo: “y cuántas divisiones dice Ud. que tiene el Papa para el combate”.

2) Argumento dirigido contra el hombre (ad hominem)

A la vez se clasifica en
Ofensivo: en este caso en vez de refutar la verdad de lo que se dice se ataca a quien lo afirma, por esto equivaldría decir que la filosofía de Bacon es indigna por fue desposeído
del cargo de canciller por deshonesto. Se observa su carácter falaz ya que lo personal carece de importancia lógica para establecer la verdad o falsedad de un enunciado.

Circunstancial: refiere a la relación entre la persona y las circunstancias que lo rodean, por ejemplo la réplica del cazador al que se le acusa por sacrificar animales inofensivos
por diversión y él pregunta ¿por qué se alimenta de carne de ganado inocente? Vemos que no trata de demostrar que es correcto sacrificar vidas de animales para el placer de los
humanos, sino más bien le reprocha a su crítico que no sea vegetariano. Con este argumento atacamos a la persona que nos discute, acusándola de contradicción entre sus
creencias y prácticas. Vale resaltar que a menudo logran su propósito, ya que son muy persuasivos, también se lo denomina “envenenar la fuente” las razones de ellos son
evidentes.

Fuente: http://es.wikipedia.org/falacias (28/08/2010)

Caricatura de Charles Darwin como un simio, en la revista Hornet. Se puede observar que lo representaban con características propias de la rama de los simios, como manera de

burla a su observación de la evolución del simio al hombre actual. Evidencia la falacia comentada.

3) Argumento por la ignorancia (ad ignoratiam)

Sería puesto en práctica si expreso la aserción que deben existir los fantasmas ya que nadie ha podido demostrar que no los hay. La proposición sería verdadera porque no se
pudo demostrar su falsedad.

Cabe hacer una excepción en el caso del derecho, ya que allí existe un contexto especial en donde no es falaz: la Corte de Justicia; con la presencia del principio rector que
supone la inocencia de la persona hasta que no se demuestre su culpabilidad.

Siguiendo en el marco judicial, otro caso sería si una investigación no dio pruebas que la persona X es comunista, es erróneo concluir que la investigación no aportó
conocimiento alguno, al contrario la misma estableció que X no es comunista.

4) Llamado a la piedad (ad misericordiam)

Este recurso es utilizado para conseguir que se acepte determinada conclusión, lo encontramos con frecuencia en los tribunales de justicia, cuando un abogado defensor deja de
lado los hechos específicos que atañen al caso y pretende generar piedad en los miembros del jurado y ponerlos a su favor.
Un ejemplo algo sutil es la defensa que hizo Sócrates de si mismo durante su juicio:

“Quizá haya alguno entre vosotros que pueda experimentar resentimiento hacia mi al recordar que él mismo, en una ocasión similar y hasta, quizá, menos grave, rogó suplicó
a los jueces con muchas lágrimas y llevó ante el tribunal a sus hijos, para mover a compasión (…) yo en cambio aunque corra peligro mi vida, no haré nada de eso. El
contraste puede aparecer en su mente, predisponerlo en contra de mi e instarlo a depositar su voto de ira, debido a su disgusto conmigo por esta causa (…) claro yo soy un
hombre, una criatura de carne y sangre, y tengo familia, y tres hijos, ¡oh atenienses! Uno casi hombre y dos aún pequeños, sin embargo no traeré a ninguno de ellos para que
os pida mi absolución”.

Esta forma de argumentar puede usarse en tono hasta ridículo si vemos el caso, por ej, de un joven que luego de asesinar brutalmente a sus padres, frente a pruebas abrumadoras
que lo comprometían seriamente, hacia un pedido de piedad al jurado por haber quedado huérfano.

5) Llamado al pueblo (ad populum)

Este método puede ser utilizado para ganar consentimiento, despertar pasiones y entusiasmo de la multitud, es utilizado por los políticos demagogos que pretenden mover el
sentimiento del público a favor o en contra de medidas determinadas. Lo que evita la labor de reunir pruebas y argumentos.

Si la medida provoca cambios y se está en contra, arrojará sospechas de innovaciones arbitrarias y elogiará al “orden existente”, pronunciarán términos difamatorios, sin intento
racional de argumentación; si está a favor de ella hablará de progreso oponiéndose a los “prejuicios anticuados”. Sobrados ejemplos invaden nuestra historia nacional, muchas
veces imposibilitando el sustento de una oposición fuerte y enraizada en la convicción republicana.

También en técnicas de publicidad y de ventas se suele manifestar la presencia de este llamado al pueblo; allí producen la asociación del producto con un resultado/
efecto/sensación/situación etc. que alcanzaremos si lo consumimos; es como si hechizaran sus productos y nos vendieran sueños e ilusiones.

El político en su campaña electoral argumenta que él debe recibir nuestros votos porque “todo el mundo “vota por él, de igual manera se nos dice cuál marca de automóviles o
cigarrillos es la mejor, porque es la que más se vende en el país. Debemos considerar que la aceptación popular de una actitud no demuestra que sean razonables, ni verdaderas.

Fuente: http://www.biografiFuasyevntidea: s.com (Octubre 2004)

En esta imagen vemos a Adolf Hitler (1889-1945) aclamado por el pueblo alemán, al cual supo convencer luego de la devastadora derrota de la Primera Guerra Mundial que

debía levantarse para reivindicar la nacionalidad; hábilmente utilizaba técnicas discursivas para instarlo a seguir sus disposiciones. Lo llevarían a la segunda guerra y un saldo

más desfavorable aún que la primera.

6) Apelación la autoridad (ad verecundiam)


Tiene que ver con el sentimiento de respeto que siente la gente por personas famosas para tener asentimiento a una conclusión. No siempre es falaz porque nos puede ayudar a
sustentar la misma, pero si la citamos fuera del ámbito de su especialidad si se convierte en falacia: por ejemplo apelar a Darwin (quien es una grana autoridad en biología) para
una discusión religiosa o a Einstein (quien es un gran físico) para una de índole política.

7) Accidente

Incurrimos en el toda vez que aplicamos una regla general a un caso particular, cuyas circunstancias hacen inaplicable la regla. Por ej.: la regla general sostiene que una persona
debe pagar sus deudas, puede suceder que la misma esté en estado de insolvencia y no pueda hacerlo. Lo que es verdad en general puede no serlo universalmente y sin reservas,
porque las circunstancias modifican los casos

8) Accidente inverso

También denominado generalización apresurada al comprender y caracterizar todos los casos de una especie, se puede prestar atención solo algunos de ellos. Los casos deben
ser típicos, no atípicos, porque estos últimos son los que nos pueden llevar a realizar una falacia de esta clase. Por ej: al ver el valor de los narcóticos que son administrados por
los médicos para los enfermos graves, con lo que se alivian sus dolores, podemos proponer que los narcóticos estén a disposición de cualquiera. Estaríamos argumentando vía
accidente inverso.

Fuente: http://es.wikipedia.org/falacias (28/08/2010)

Un niño de Palestina sostiene un cartel que dice: «No somos terroristas». No todas las personas que viven en Oriente Medio son terroristas, presunción extendida a consecuencia

de la propaganda estadounidense en la llamada "Guerra contra el terrorismo”.

9) Causa falsa

Esta falacia ha recibido distintas denominaciones como: non causa pro causa y “post hoc ergo propter hoc”2 . La primera es caer en el error de tomar como causa de un efecto
algo que no es su causa real, y la segunda sería la inferencia de que un acontecimiento es causa de otro sólo porque el primero es anterior al segundo. Una creencia de pueblos
antiguos que relacionaban el hacer sonar sus tambores como causa de reaparición el sol luego de un eclipse., ofreciendo como prueba que cada vez que se hicieron sonar los
tambores durante el eclipse el sol apareció.

[2] Significa después de esto, por lo tanto, a consecuencia de esto.


Fuente: http://es.wikipedia. org/supersticion (23/06/2010)

La esencia justificativa de las supersticiones se avala mediante este argumento falaz, la imagen nos muestra una herradura colocada en la puerta de la vivienda con el propósito

de atraer la buena suerte.

Significado de causa
Ya advertimos la importancia del conocimiento de las conexiones causales, pero debemos diferenciar las condiciones necesarias de las suficientes; las primeras son
circunstancias que si no están el fenómeno no se produce, por ej.: el humo es la consecuencia necesaria del fuego.A es necesario para que B se produzca, donde quiera que
exista B ahí existe A. El fuego no puede ocurrir sin que exista humo; tener 18 años es necesario para obtener la licencia de conducir, es posible aseverar que una condición
necesaria puede ocurrir por sí sola ya que hay formas de generar humo sin fuego.En cambio las segundas son aquellas circunstancias en cuya presencia el fenómeno debeo
currir, es lo justo o lo adecuado para que la otra cosa exista: A no puede ocurrir sin B, no puede suceder sin aquello para lo que es condición, no puedes tener una licencia sin 18
años.

Es muy frecuente que usemos el término causa tanto como condición suficiente, cuando queremos que se produzca algo deseable, como necesaria la cual tiene un carácter aún
más usual.

Otro sentido que se le puede atribuir es por él, en el caso de una compañía de seguros que envía a investigar un incendio misterioso. Ella no está interesada en buscar o
diferenciar entre condiciones necesarias o suficientes, si pretende descubrir la acción que marque la diferencia entra la aparición y la no aparición del acontecimiento. Aquí
entra en juego otra distinción: causas remotas y próximas.

CAUSA PRÓXIMA C A U S A S R E M O TA S

En este ejemplo será la acción de encender el fuego por el titular de la póliza.

CAUSA PRÓXIMA C A U S A S R E M O TA S

La persona fue instado por su mujer para que gane más dinero.

Exigencias de ella de tener más ropa.

Dado que la vecina se compró un valioso tapado.

Por la especulación en los cereales del marido de la vecina.


Favorecido por el aumento de precios.

Pérdida de cosecha en India, ésta última sería la causa más remota del hecho.

Nunca encontraremos ni lograremos definir una única causa que se ajuste a todos los requerimientos. Puede haber una pluralidad de causas, en el caso de una muerte
puede darse por una ataque al corazón, envenenamiento, bala, accidente, etc., no podemos hacer aquí inferencias que vayan desde los efectos a las causas, pero
especificaciones posteriores (autopsia) aclararan el panorama disminuyendo el número de ellas.
Toda vez que usemos la palabra causa estamos relacionándola con efecto, debido a que están conectados uniformemente: una circunstancia particular causa un
efecto particular, causas similares producen efectos similares.
Las causas que producen ciertos efectos es un caso de ley causal general ya que van siempre acompañadas de tales fenómenos, no es una relación lógica ni
deductiva, sino que debe descubrirse a priori.
El diagrama causa-efecto o también llamado espina de pescado sirve para ayudarnos a graficar las causas del problema que queremos analizar, incluye los siguientes
elementos:

El problema principal que se desea analizar.

Las causas principales que han originado el problema.

Las causas secundarias de cada causa principal.

En el siguiente ejemplo observamos un diagrama de Causa-Efecto en la fabricación de mayonesa.

Figura 1. Causas principales

Fuente: http://img56.images.us/img565153dadca4bn1 (08/08/2005)

Figura 2. Causas secundarias - Correspondientes a cada causa principal

Fuente: http://img56.images.us/img565153dadca4bn1 (08/08/2005)


10) Petición de principios

Al establecer la verdad de una proposición buscamos premisas aceptables de las que podemos deducir la conclusión, tomamos como premisa la misma conclusión que se
pretende probar, por lo cual adquiere carácter circular este razonamiento. En el caso de alguien que quiere probar la existencia de Dios y expresa: “Dios existe porque así lo dice
la Biblia, lo cual es verdad porque la Biblia la escribió Dios”.

No se esta dando razones que justifiquen conclusiones, sólo se usa la conclusión para justificarla a sí misma.

11) Pregunta compleja

Exponer una pregunta o cuestión de manera que no se pueda acordar con un sí o con no en forma directa. Tiene como efecto ratificar o confirmar la respuesta implícita en la
pregunta formulada. Por ej., en un interrogatorio un abogado puede plantearlas para confundir o acusar a un testigo: ¿qué hizo con el dinero que robó?

Lo que se debería hacer en estos casos, es analizar a la pregunta compleja en sus partes componentes, así cuando respondamos la parte implícita la explícita es posible que sea
diluida simplemente

12) Conclusión inatinente (ignotario elenchi)

Se trata de una falacia donde se usa un razonamiento que está dirigido a establecer una conclusión particular es usado para una diferente; sus premisas se dirigen a otra
conclusión de aquella a la que se supone establecida por ella.

Por ej: probar que el acusado de asesinato es culpable argumentando que el asesinato es un horrible delito para despertar horror y desaprobación. Cabe resaltar que puede usarse
un lenguaje neutro y frío asimismo caer en este tipo de error argumental.

Falacias de ambigüedad3

[3] 6 Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág 104 a 113

Son razonamientos cuya formulación contiene palabras o frases ambiguas; si retomamos las reglas del lenguaje que vimos paginas atrás, recordaremos que debe utilizarse un
único significado para cada término.

Las siguientes están clasificadas según las distintas maneras en que pueden presentarse sus ambigüedades:

El equívoco

La mayoría de las palabras tienen más de un significado literal, si distinguimos estos diferentes sentidos no tendremos inconveniente alguno, pero si los usamos dentro del mismo contexto con
distintos sentidos, entonces caemos en el equívoco. El ejemplo tradicional de este tipo de argumentos es:

El fin de una cosa es su perfección


La muerte es el fin de la vida
La muerte es la perfección de la vida

Aquí se confunden dos sentidos distintos del término “fin”, uno como objetivo y otro como último acontecimiento, ambos son legítimos pero lo ilegitimo es confundirlos. Genera que la
conclusión no sea deducida de las premisas.
Hay una clase de equívoco que se relaciona con los términos relativos, es decir los que tiene diferentes significados en contextos distintos. Por ej. la palabra “bueno” se la usa con frecuencia
equívocamente, cuando decimos que debe ser una buena persona porque es un buen matemático.

La anfibología

Cuando se argumenta con premisas cuyo significado es confuso debido a la manera descuidada en que sus palabras están combinadas; son premisas peligrosas, raramente las encontramos en
discusiones serias; suelen aparecer en epígrafes o títulos de periódicos como el siguiente: “un granjero se saltó la tapa de los sesos después de despedirse afectuosamente de su familia con un
revolver”.
Mi padre fue al pueblo de José en su coche (Texto anfibológico) ¿En el coche de quién?

Composición

Esta falacia se aplica a dos tipos de razonamientos muy vinculados entre si; el primero se define como llevar el razonar falazmente desde las propiedades de las partes de un todo, a las
propiedades del todo mismo. Un ejemplo sería: si todas las partes de una maquina determinada son livianas la máquina “como un todo” es liviana. El error lo vemos cuando consideramos una
máquina muy pesada que puede estar compuesta por partes livianas.
El segundo tipo de razonamiento, procede a partir de las propiedades de los miembros individuales de una colección para pasar a las propiedades poseídas por la colección. Equivaldría decir que
si un ómnibus gasta más nafta que un automóvil, todos los ómnibus gastan más nafta que los automóviles; lo que se confunde en esta clase es el sentido distributivo y el sentido colectivo de
términos generales.
Ambos cosas aunque son semejantes la diferencia radica en la distinción entre simple colección de elementos y el todo construido a partir de esos elementos. Por ello una mera colección o clases
de partes no es máquina; una mera colección de ladrillos no es una pared. Una totalidad (máquina/ pared) tiene sus partes organizadas de cierta manera definida

División

Es la inversa de la anterior, se presenta la misma confusión pero la inferencia procede en la dirección opuesta. Tenemos dos géneros de falacia de división, el primero consiste en argumentar
falazmente que lo que es cierto de un todo, debe serlo también de cada una de las partes. Por ej. si sostenemos que un equipo de futbol es bueno decimos que cada uno de sus jugadores lo es.
El segundo subtipo consiste en deducir de las propiedades de una colección de elementos las propiedades de los elementos mismos. Argüir que dado que los estudiantes universitarios estudian
Medicina, Derecho, Ingeniería, Odontología y Arquitectura, por lo tanto cada uno de ellos o algunos estudian Medicina, Derecho, Ingeniería, Odontología y Arquitectura. Es verdad que
colectivamente estudian esas disciplinas, pero es falso que lo hagan distributivamente.

 Ambigüedades en publicidad

En Argentina, un famoso shampoo anticaspa tenía por eslogan «Para la caspa». Cuando se lo usaba en televisión, el locutor lo decía de tal modo
que todos se preguntaban si se refería al verbo parar o a la preposición. Se trata de un ejemplo de ambigüedad positiva.

La doble interpretación siempre tendría que remitir a algo bueno para el producto, sin que quede lugar para las dudas.

El extremo opuesto, una ambigüedad negativa: «Televisores Mega. Son lo que tú ves». ¿Qué habrá querido decir el redactor con esta frase?
¿Qué son lo que se ve? ¿Qué no son nada más que eso? ¿Qué son los televisores que ve todo el mundo? ¿Dónde los ven? ¿En sus casas, en los
avisos o en las vidrieras?
El manejo de la ambigüedad es un arte complejo. Si se lo utiliza, es preciso asegurarse de que la ambigüedad vaya en un solo sentido, se la tome
como se la tome. Si no, es aconsejable volver al seguro terreno de lo directo y sencillo.

Falacias formales4

[4] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág 224 a 231

Caemos en ellas al tomar la verdad de sus proposiciones como garantía de la validez del razonamiento, son fallas de sintaxis lógica, su número es extenso, pero tiene en común
que si abstraemos su forma lógica es posible una nueva interpretación con premisas verdaderas y conclusión falsa.

Falacia de afirmar el consecuente en el modus ponens y no el antecedente como es debido:

Ej: Si Bacon escribió Hamlet, entonces, Bacon era un gran escritor

Bacon era un gran escritor

Por lo tanto, Bacon escribió Hamlet.

Conclusión absurda.

Si llueve, entonces me mojo

Me mojo

Por lo tanto, llueve.

Es posible mojarse por otra causa.

Falacia de negar el antecedente en el modus tollens y no el consecuente

Ej: Si Carlos mató a su amigo, entonces cometió un grave delito

Carlos no mató a su amigo

Por lo tanto, no cometió un grave delito.

Puede haber cometido otro delito.

Falacia de cuatro términos: un silogismo categórico debe contener sólo tres términos, puede que uno esté usado en dos formas distintas. La conclusión
sólo puede justificarse si las premisas muestran la relación de los términos de la conclusión con el tercer término.

El término medio debe estar distribuido en una premisa al menos, observemos el siguiente caso:

Todos los perros son mamíferos


Todos los gatos son mamíferos

Por lo tanto, todos los gatos son perros.

El término medio mamíferos no está distribuido, las premisas deben mostrarnos como los dos términos están conectados con un tercero

Falacia de premisas excluyentes: cuando son negativas, generan que no sea válido el silogismo.

Falacia de extraer conclusión afirmativa de premisas negativas: conforma un error ya que la misma no puede decir más o ir más allá que ninguna premisa.

Falacia existencial: extraer una conclusión particular cuando ambas premisas son universales.

Ej: Todos los animales mimados son animales domésticos.

Ningún unicornio es un animal doméstico

Por lo tanto, algunos unicornios no son animales domésticos

Para implicar una conclusión afirmativa ambas premisas deben afirmar una inclusión de clases. La conclusión afirmativa sólo se deduce de premisas
afirmativas, si una es negativa la conclusión es negativa sí o sí.

Para profundizar los conceptos centrales de la lectura, te propongo la siguiente lectura obligatoria sobre "Falacias y verdades en las justificaciones actuales de los derechos
fundamentales".

Falacias y verdades en las justificaciones actuales.pdf


220.5 KB

Fuente: Herrera Daniel Alejandro. (2010). Falacias y verdades en las justificaciones actuales de los derechos fundamentales. Colombia: Universidad de La Sabana.

Síntesis conceptual

Los argumentos deductivos son los que pretenden que sus premisas ofrezcan fundamentos concluyentes, la verdad de sus premisas, son prueba suficiente
para garantizar la verdad de sus conclusiones, ellas se encuentran lógicamente implicadas por las premisas.

Los razonamientos inductivos no nos ofrecen fundamentos concluyentes para asegurar la verdad de la conclusión solo nos dan algún motivo o razón,
pueden ser mejores o peores pero no válidos o inválidos.

Argumentos categóricos las proposiciones categóricas son aserciones acerca de clases que afirman o niegan que una de ellas esté incluida en otra de
manera total o parcial. Tenemos cuatro formas típicas:

TODO S ES P
NINGÚN S ES P

ALGÚN S ES P

ALGÚN S NO ES P

Debemos diferenciar calidad de cantidad, la primera hace mención al carácter afirmativo o negativo de la proposición, y la segunda al hecho de ser “universal” o “particular”.

Silogismo categórico: Es un razonamiento deductivo del cual se infiere la conclusión a partir de la premisa. Posee tres proposiciones categóricas y tres
términos de los cuales el que aparece como predicado de la conclusión se llama término mayor en cambio el sujeto de la conclusión es el término menor,
el restante se denomina término medio

Modus ponens: Significa “poner”, puesto “P” se sigue “Q”, en este razonamiento se afirma el antecedente y como conclusión se afirma el consecuente.

Modus tolens: Viene de “tollere” que significa quitar, en este modo realizamos la negación del antecedente para poder en la conclusión negando el
antecedente.

Silogismo hipotético: la condición es que el consecuente de una premisa sea el antecedente de la siguiente y que luego en la conclusión se enlace el primer
antecedente con el último consecuente.

Silogismo disyuntivo: también llamado alternativo, este caso no afirma la verdad de una u otra de sus opciones, sino que al menos una es verdadera o
ambas pueden serlo.

Dilema: significa tener que elegir entre dos alternativas que son malas o desagradables, es un elemento poderoso e impactante en la persuasión, como
arma devastadora en una discusión.

La inducción se basa en razonamientos que no aspiran a mostrar la verdad de sus conclusiones como derivación necesaria de las premisas, sino que tienen
cierta Síntesis conceptual 14 probabilidad; la misma no demuestra como ciertas las leyes a las que conduce sino más bien como altamente probables.

Razonamiento por analogía es muy usado en la vida cotidiana, se encuentra el fundamento por medio de la experiencia pasada que nos permite discernir el
futuro

Estimación de razonamientos analógicos

Número de entidades entre las cuales se afirman por analogía.

Número de aspectos en los que se establecen analogías.

Fuerza de las conclusiones con respecto a las premisas.

Número de desemejanzas o diferencias entre los ejemplos mencionados en las premisas y el ejemplo de la conclusión

Atinencia de las premisas.

Significado de causa
Es frecuente que usemos el término causa tanto como condición suficiente como necesaria.

Nunca encontraremos ni lograremos definir una única causa que se ajuste a todos los requerimientos.

Toda vez que usemos la palabra causa estamos relacionándola con efecto, debido a que están conectados uniformemente: una circunstancia particular
causa un efecto particular.

Las causas que producen ciertos efectos es un caso de ley causal general ya que van siempre acompañadas de tales fenómenos, no es una relación lógica
ni deductiva, sino que debe descubrirse a priori.

Inducción por enumeración simple

Es similar a los razonamientos por analogía, se usa a menudo para establecer relaciones causales, tiene los mismos criterios que los anteriores, a mayor número de casos
mencionados habrá una mayor probabilidad de conclusión. Debe tenerse precaución porque no son capaces de distinguir entre ejemplos de leyes causales y meros accidentes o
coincidencias

Falacias formales y no formales

Una falacia significa toda idea equivocada o creencia falsa; en lógica se la utiliza, haciendo alusión a un error de razonamiento. Aquí sucede una
particularidad, algunos no son obviamente incorrectos y se usan comúnmente por ser altamente persuasivos (principalmente en la argumentación jurídica).

No existe una única clasificación la más adecuada para su estudio es la que distingue en: formales y no formales.

Las primeras deben ser analizadas en conexión con esquemas de razonamiento válido, ya que son errores evidenciados desde la lógica. En cambio, las no
formales, no cumplen con las reglas no formales (del contenido y fiabilidad de las premisas, que ya repasamos en apartados anteriores) y a la vez se
subdividen en falacias de atingencia y ambigüedad.

Las falacias de atinencia

Apelación a la fuerza

Argumento dirigido contra el hombre

Argumento por la ignorancia

Llamado a la piedad

Llamado al pueblo

Apelación la autoridad

Accidente

Accidente inverso

Causa falsa
Petición de principios

Pregunta compleja

Conclusión inatinente

Falacias de ambigüedad

Equívoco

Anfibología

Composición

División

Falacias formales

Falacia de afirmar el consecuente en el modus ponens y no el antecedente

Falacia de negar el antecedente en el modus tollens y no el consecuente

Falacia de cuatro términos

Falacia existencial

Falacia de premisas excluyentes

Falacia de extraer conclusión afirmativa de premisas negativas

El término medio debe estar distribuido en una premisa al menos


LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Herrera Daniel Alejandro. (2010). Falacias y verdades en las justificaciones actuales de los derechos fundamentales. Colombia: Universidad de La Sabana.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
La inducción

La inducción

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

La inducción

Como ya se mencionó, al momento de distinguir el proceso de la deducción del de la inducción, éste tiene que ver con los razonamientos que no aspiran a mostrar la verdad de
sus conclusiones como derivación necesaria de las premisas, sino que tienen cierta probabilidad.

Con referencia a la misma podemos esbozar que no demuestra como ciertas las leyes a las que conduce sino más bien como altamente probables. Por ej.: la probabilidad de que
si tiramos una moneda al aire salga cara es ½, o también podemos decir que es altamente probable la teoría de la Darwin en relación al relato de la creación del Génesis de la
Biblia.

La Teoría de la Probabilidad comienza con Blas Pascal y la siguen entre otros Laplace, De Morgan, Keynes, etc.; ella siempre mide el grado de creencia racional, es el resultado
del conocimiento parcial y la ignorancia parcial; si se conociera el movimiento exacto de los dedos al lanzar la moneda, sumado a la posición inicial, más las dimensión y
distribución del peso de la moneda, podríamos predecir la trayectoria y posición final con toda seguridad. Esto es imposible porque contamos con información limitada, sólo
sabemos que la moneda tiene dos lados, que caerá y que hay dos posibilidades, cara es una de ellas de ahí surge que tengamos ½ de probabilidad que salga cara.

La probabilidad indica lo fácil que es que algo pase. Se puede usar una línea para representarla

Figura 1. Probabilidad

Fuente: http://www.disfrutalasmatematicas.com/imagen/probability.line.gift

Podemos decir que la probabilidad de que algo pase está entre imposible y seguro.

Además de usar palabras se pueden usar fracciones o decimales para indicar la probabilidad de que algo pase. Imposible es cero y seguro es uno.

Figura 2. Línea de probabilidad


Fuente: http://www.disfrutalasmatematicas.com/imagen/probability.line.gift

El razonamiento que acabamos de realizar conforma una teoría a priori de la probabilidad porque lo conseguimos solo con el conocimiento de condiciones necesarias sin
realizar un ensayo o examinar una muestra. Otra visión toma a la probabilidad como medida de frecuencia relativa para justificar investigaciones estadísticas, como es el caso
de la determinación de la tasa de mortalidad:

Figura 3. Investigación sobre tasa de mortalidad

Fuente: Elaboración propia

Ningún acontecimiento tiene una probabilidad intrínseca sólo puede asignarse probabilidad sobre la base de datos de que se dispone.

Figura 4. Razonamiento
Fuente:http://4.bp.blogspot.com/_Kj-xvqNacw/SApVEaPW3bI/AAAAAAAAAA8/Mpa4yW_5AV0/s320/ Dibujo.bmp (19/04/2008)

Razonamiento por analogía

Es muy utilizado en la vida cotidiana, se encuentra el fundamento por medio de la experiencia pasada que nos permite discernir el futuro. De esta manera si me compré un par
de zapatos sé que me darán buen resultado si los comparo con otros que tuve de la misma marca y la misma tienda. La mayoría de nuestras inferencias las hacemos por
analogía, partiendo de experiencias pasadas en donde comparamos resultados y procesos a partir de similares condiciones a las actuales. No pretenden ser matemáticamente
seguros. Volviendo a la situación mencionada de los zapatos vemos que podemos hallar tres puntos de analogía, los mismos son:

Figura 5. 3 puntos de analogía

Fuente: Elaboración propia

A través de la presencia de la similaridad de dos cosas, una de ellas tiene una tercera característica de la cual extraemos la conclusión, que la otra la tendrá también.

La forma lógica sería:

A, B, C y D tienen todos, las propiedades P y Q

A, B y C tienen todos la propiedad R

D tiene la propiedad R

Presentamos otro ejemplo:

La 1° Revolución Industrial, significó la desvalorización del brazo humano por al competencia de las maquinas. De manera similar, la moderna Revolución Industrial, está
destinada a desvalorizar el cerebro humano, al menos en sus decisiones más simples y rutinarias. Así como el carpintero, el mecánico y la modista hábiles han sobrevivido a la
1° Revolución, de igual modo el científico y el administrativo hábiles pueden sobrevivir a la 2°.

Estimación de razonamientos analógicos


Número de entidades entre las cuales se afirman por analogía:

Por ejemplo aconsejo no enviar camisas a determinada lavandería porque mandé sólo una y volvió arruinada. Así estoy sacando conclusiones apresuradas,
en cambio si doy el mismo ejemplo pero lo justifico relatando cuatro situaciones iguales y además le agrego testimonios de dos amigos también similares,
la proposición tendrá más fuerza, apuntalada por una mayor cantidad de hechos.

Número de aspectos en los que se establecen analogías:

Retomando el ejemplo de los zapatos, tendremos mayores probabilidades si fueran manufacturados por la misma fábrica, se vendieran al mismo precio,
fueran del mismo tipo, los usara para la misma actividad y en las mismas circunstancias.

Fuerza de las conclusiones con respecto a las premisas:

Si Juan tiene un auto nuevo que gasta 3 litros de nafta cada 20 km, Pedro puede inferir que su auto nuevo de la misma fábrica, de igual modelo también
tendrá buen rendimiento. Además puede elaborar otros razonamientos, usando con las mismas premisas pero llegará a distintas conclusiones, a saber:

Número de desemejanzas o diferencias entre los ejemplos mencionados en las premisas y el ejemplo de la conclusión.

Esta situación debilita el razonamiento y reduce la probabilidad de la última, ya que tornará dudosa.

Notemos lo que sucede si al argumento que venimos analizando le agregamos que: Juan conduce a escasa velocidad, en cambio Pedro lo hace a más de 80
km (recordemos que a una mayor velocidad tendremos un mayor consumo de combustible).

Atinencia de las premisas:

Se trata de un requisito fundamental. Debemos explicarla en función de la causalidad, es decir que las analogías que importan son aquellas que se refieren
a circunstancias relacionadas causalmente. Esto hará que los razonamientos sean altamente probables cuando van de la causa al efecto o del efecto a la
causa, lo cual exige el conocimiento de las conexiones causales, lo cual solo puede llevarse delante de manera empírica.

Si un médico dice que el Sr. X mejorará porque el Sr. Y mejoró, se hizo un análisis de sangre que verificó la presencia de gérmenes idénticos a los que
tienen el Sr. X; es más coherente la analogía que si expresa que el Sr. A, B y C mejorarán porque son clientes de la misma marca de ropa, tienen igual
modelo de auto, la misma cantidad de hijos, signo de zodiaco en común, etc.

Como es evidente los puntos de semejanza citados carecen de relación con la conclusión en el último ejemplo citado, lo que no sucede en el primero.

Inducción por enumeración simple


Este tipo de inducción es similar a los razonamientos por analogía que acabamos de explicar, se usa a menudo para establecer relaciones causales, tiene los mismos criterios que
los anteriores, a mayor número de casos mencionados habrá una mayor probabilidad de conclusión. Pero debe tenerse precaución, porque no son capaces de distinguir entre
ejemplos de leyes causales y meros accidentes o coincidencias, es lo que sucede en el ejemplo subsiguiente:

Juan rompió un espejo y se cortó, lo cual fue mala suerte

Pablo rompió un espejo y luego perdió la billetera, lo cual fue mala suerte

Carlos rompió un espejo y luego se enfermó, lo cual fue mala suerte

Por lo tanto romper un espejo trae mala suerte.

Si a lo anterior le sumamos un único ejemplo negativo, será suficiente para derribar la ley causal que se pretendía establecer. Si lo analizamos vemos que apela a tres ejemplos
confirmatorios, ante lo cual podríamos decir que ellos fueron coincidencia y no obedecen a una ley causal. Estas inducciones son muy frecuentes y sugerentes a pesar de su
debilidad mencionada. Debido a que si queremos construir esta clase de argumentos veremos que solo buscaríamos ejemplos confirmatorios y habría una tendencia a ignorar
cualquier ejemplo negativo. Por esta razón las inducciones por enumeración simple no son todas adecuadas como confirmación de leyes causales.

A continuación, te propongo la siguiente lectura obligatoria "La abstracción formal y la validación".

La abstraccion formal y la validacion.pdf


3 MB

Fuente: Burgoa, Lorenzo Vicente. (2007). La abstracción formal y la validación. España: Universidad de Murcia.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Burgoa, Lorenzo Vicente. (2007). La abstracción formal y la validación. España: Universidad de Murcia.

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Derecho y argumentación

El texto de Atienza1 comienza subrayando que la práctica del Derecho se ve dimensionada claramente por la argumentación, y la misma viene a definir la cualidad que
mejor describe a un buen abogado, siempre en relación a la posibilidad para idear y manejar argumentos con habilidad. A su vez, destaca que no todos los juristas tienen
presentes los avances que ha realizado la Teoría de la Argumentación Jurídica, y hasta algunos ignoran su existencia.
[1] Atienza, Manuel “Las razones del derecho”, capitulo primero: derecho y argumentación, UNAM, México, 2003.

Los interrogantes a plantear vienen dados por la consigna de qué significa argumentar jurídicamente y cómo se ha procurado contestar dicha pregunta. Ante ello es
posible que nos encontremos con alguien que posea una gran capacidad argumentativa, y tenga pocos fundamentos para contestar tales interrogaciones, pero más allá de
ello, la importancia de este análisis radica en la posibilidad de generar una reflexión acerca de conceptos básicos de la misma teoría y delimitar la noción de argumento
deductivo.

Derecho y argumentación

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Derecho y argumentación

El ámbito de la argumentación jurídica

La Teoría de la Argumentación Jurídica2 tiene como objeto de estudio las argumentaciones manifestadas en contextos jurídicos. Básicamente podemos diferenciar tres campos
de lo jurídico, en donde las mismas se evidencian:

[2] Surge partir de la segunda mitad del siglo XX, trata racionalmente cuestiones de la conducta humana, normas y valores; podemos señalar por su importancia la Tópica de Viehweg, la

Retórica de Perelman y más tarde la Teoría Integradora de la Argumentación Jurídica de Mac Cormick. Estos autores revalorizan la dialéctica y la retórica que habían caído en desuso, a la vez

muestran la insuficiencia de la lógica formal para la resolución de problemas de razonamiento en este ámbito, ya que la conducta voluntaria y libre se encuentra guiada por valores

básicamente.

Contexto de producción de normas jurídicas el cual, a su vez, puede subdividirse en fase pre-legislativa y legislativa. La primera clarifica la existencia de
un problema social cuya solución puede estar basada en la adopción de una medida del ámbito legislativo. En ella participan todos los miembros de la
comunidad y las organizaciones representativas, se genera un debate de carácter informal basado en argumentos políticos y morales más que técnicos y
jurídicos. A través de la decantación de ideas, de la crítica y argumentación en base a razones, se van logrando consensos generales sobre el sentido a
atribuir a la conducta intersubjetiva. Como ejemplo podemos tomar las discusiones sobre la despenalización del aborto, la eutanasia o del tráfico de
drogas.

Figura 1. Manifestante

Fuente: http://pcepuertollano.files.wordpress.com/2008/02/manifestante_pro_aborto_mexico_24abr 07_1.jpg (06/07/2010)


La imagen muestra una manifestante a favor de la despenalización del aborto, este tema ha sido muy debatido en diversas poblaciones y ciudades, mostrando la
adhesión de muchos grupos como así también la oposición de otros ligados a la Iglesia Católica.

En la fase legislativa, las cuestiones de tipo técnico-jurídico pasan a un primer plano, nos encontramos con condicionamientos procedimentales
(formales) y argumentativos (del contenido). Podemos definir la labor del legislador en base a su tarea de establecer las conductas deseables como
normas, enlazando las consecuencias adecuadas para lograr tal fin. Se nutre de las valoraciones vigentes, dado que sino su producción carecerá de
aceptación, las mismas se exteriorizan por medio de los usos y costumbres, los medios de comunicación, el reclamo que realizan distintos sectores, etc.
En una democracia sustancial está entre sus objetivos el arribo a un consenso racional, es decir que éste sea válido no sólo para quienes participan del
diálogo sino para todos las personas; muchas veces sucede que la realidad no ofrece las condiciones ideales para llegar al mismo y los encargados de tal
tarea deben tomar sus decisiones optando por aquella que consideren mejor.

Figura 2. Congreso de la Nación Argentina

Fuente: http://www.mdzol.com/files/image/43/43797/47fc39a75d747.jpg (29/07/2010)

El segundo campo en que se evidencia la presencia de esta clase de argumentos es el de aplicación de las normas jurídicas a la resolución de casos
(llamados razonamientos forenses o judiciales), es decir, la actividad de los jueces en sentido estricto, los órganos administrativos en el amplio sentido de
la expresión o simples particulares. Por lo tanto, nos encontramos con la actividad de los jueces, quienes son los encargados de decidir cual de las partes
en conflicto tiene razón y prescribir la conducta a realizar, y también la de los abogados, que deben defender los derechos e intereses de su cliente y
convencer al juez de su razón, apoyado como ya expresamos en buenos argumentos.

En esta órbita podemos distinguir entre argumentaciones en relación con problemas concernientes a los hechos o bien al derecho, estos últimos suelen
denominarse problemas de interpretación.

Es oportuno especificar que el razonamiento del juez, se identifica con el silogismo práctico-prudencial, por medio de el se ocupa de la conducta real y
concreta en interferencia subjetiva, su objeto será conocer como debe ser la conducta de las personas sometidas a juicio para tomar luego la decisión.3

[3] Más adelante ampliaremos este tema en el apartado correspondiente.

La Teoría de la Argumentación dominante se centra en las cuestiones (los casos difíciles) relacionados a la interpretación del derecho que son planteados
en los órganos superiores de la administración de justicia. Resulta importante destacar que la mayoría de los problemas sobre los que deciden los órganos
encargados de tal tarea, son más bien concernientes a los hechos, por ello algunos argumentos esbozados en tal instancia caen fuera de la órbita del campo
de estudio de tal disciplina.

El tercer y último aspecto es el de la dogmática jurídica, ella es una actividad compleja en la cual se observan las siguientes funciones:

Figura 3. Justicia
Fuente: 3.bp.blogspot.com/.../s320/80nnces.jpg

Suministrar criterios tanto para la producción como para la aplicación del derecho, en las diversas instancias.

Determinar normas vigentes y asignarles significado

Mostrar las consecuencias de las distintas interpretaciones

Ordenar y sistematizar sectores del sistema jurídico.

Esta área se ocupa del contenido material de las normas, es decir para describir de forma clara y coherente las soluciones previstas para los distintos casos que se puedan
presentar.

Las teorías más usuales de la argumentación, en este ámbito, suelen desarrollar puntualmente la función de suministro de criterios para la aplicación del derecho; con la
intención de facilitarles la toma de decisión tendiente a aplicar una norma a un caso. La diferencia que existe entre los procesos que realizan los órganos aplicadores y el

dogmático, es que los primeros resuelven un caso concreto4 , en cambio el segundo toma casos abstractos, como sería la determinación de los límites entre el derecho a la vida y
la libertad personal, y cual de ellos debe prevalecer.

[4] Atienza menciona el ejemplo de los presos de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO), quienes declararon, en 1989, huelga de hambre como medida para conseguir

determinadas mejoras en su situación carcelaria. Diversos jueces y audiencias se pronunciaron acerca de si cabía o no la alimentación por la fuerza de dichos reclusos. La solución fue

autorizarla cuando estuvieran en estado de plena consciencia; otros entendieron que sólo lo podían hacer estando inconscientes.

Figura 4. Afiche

Fuente: www.politica21.org/grapo_archivos/image008.jpg
El anterior es uno de los tantos afiches y panfletos que adherían a la posición del grupo de los GRAPO, en el módulo siguiente describiremos en profundidad todo lo que generó
esta huelga de hambre que los mismos llevaron adelante, en aquel momento en España.

Debemos resaltar que nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico necesitará recurrir a criterios brindados por la dogmática, dado que no siempre un tribunal
resuelve un caso concreto, puede situarse por ej. ante la controversia de si una ley es inconstitucional, si así enfrentarse con un caso de los que trata la dogmática y por otro lado
ésta deberá apoyarse en casos concretos de igual manera.

A continuación, te propongo la siguiente lectura obligatoria "Las cargas del juez frente a los desafíos".

Las cargas del juez frente a los desafios.pdf


338.4 KB

Fuente: Galvis María, Mendoza Hernández Williams Mesney y Caballero Luis Alejandro. (2016). Las cargas del juez frente a los desafíos del precedente constitucional a propósito de la

motivación y argumentación de los fallos. Revista de la Facultad de Derecho. Derecho PUCP, N° 77 .

Contexto de descubrimiento y de justificación: explicar y justificar

En la filosofía de la ciencia es frecuente hacer la distinción, entre el contexto de descubrimiento y de justificación, de las teorías científicas. Por ello encontraremos en primer
término, la actividad relativa a la enunciación de una teoría, que no es susceptible de análisis lógico, puede mostrar cómo se genera el conocimiento científico, tarea propia del
historiador de la ciencia o el sociólogo. En el otro extremo, nos encontramos con el procedimiento que consiste en justificar o validar una teoría, es decir, hacer que la misma
confronte con los hechos para que muestre su validez, para lo cual necesitaremos emprender un análisis de tipo lógico, y además regirnos por los principios del método
científico, que consecuentemente, no se aplican en el contexto de descubrimiento, desarrollado anteriormente. Vale aclarar que ambos contextos se influyen recíprocamente y
que la distinción es útil para fines claramente didácticos.

Esta distinción también puede trasladarse al campo de la argumentación en general y en particular, de esta manera tendremos el procedimiento para llegar a establecer una
premisa o conclusión, y otro será el consistente en la justificación de tales enunciados. Si analizamos la conclusión que a los presos del GRAPO se les debe alimentar por la
fuerza, podremos diferenciar móviles psicológicos, contexto social, perspectivas ideológicas, y demás que condujeron al juez a dictar tal resolución, y las razones dadas para
aseverar que su decisión está justificada. Por lo tanto, si expresamos que la decisión del juez fue tomada basada en sus creencias religiosas, es enunciar una razón explicativa, y
si lo tomamos como una interpretación de determinado artículo de la Constitución, esbozamos una razón justificativa.

Los órganos jurisdiccionales generalmente deben justificar sus decisiones más que explicarlas. Según Mac Cormick una decisión será justificada si cumple con los siguientes
requisitos:

Universalidad, es decir que una de las premisas sea expresión de normas o principios.

Coherencia normativa.

Consistencia de la decisión, es decir que las premisas no entren en contradicción con las normas, debido a que es obligación de los jueces n o infringir el
derecho vigente.
Argumentos consecuencialistas: se deben tener en cuenta las consecuencias que generaran las decisiones, validas para la ejecución de la justicia, el bien
común, etc.

Figura 5. Juicio a Galileo acusado de hereje

Fuente: www.fiqus.unl.edu.ar/galileo/images/Juicio.jpg (05/08/2004)

“Las razones explicatorias se identifican con los motivos. Ellas están constituidas por estados mentales que son antecedentes causales de ciertas acciones.
El caso central de razón explicatoria o motivo dado está dado por una combinación de creencias y deseos (…) las razones justificatorias u objetivas no
sirven para entender por qué se realizó una acción o eventualmente para predecir la ejecución de una acción, sino para valorarla, para determinar si fue

buena o mala desde distintos puntos de vista.”5

[5] Nino, Carlos. Introducción a la filosofía de la acción humana”. EUDEBA, Buenos Aires, 1985. Pág. 126

La distinción entre estos contextos analizados no es coincidente con la de discurso descriptivo y prescriptivo, ya que en relación a uno u otro contexto podemos adoptar una
actitud descriptiva o prescriptiva. Por ejemplo, podemos describir cuáles fueron los móviles que llevaron a un juez a tomar una decisión (como vimos en el ejemplo anterior), lo
que significaría explicar su conducta y también se puede prescribir determinados cambios para evitar que la ideología del mismo, tenga un peso excesivo en las decisiones a
tomar.

De todas maneras esta diferenciación de ambos, nos llevará a distinguir dos perspectivas de análisis de las argumentaciones:

1 La de algunas ciencias, como la Psicología social, que diseñaron modelos para explicar el proceso de toma de decisiones al que se llega por medio de
argumentos. En el Derecho, Kaplan propuso el de “información integrada”, según el mismo el proceso de toma de decisión judicial es una combinación de
valores de información y de impresión inicial, esto último significa los prejuicios del juez o jurados, pueden ser resultado de condiciones situacionales
(estado de humor) o asociadas a su personalidad (prejuicios raciales). Tal modelo además de explicar cómo se decide y argumenta, sugiere que hacer para
disminuir el peso de los prejuicios, otorgando más relevancia a otros elementos; o bien bajo que condiciones los juicios con jurados, pueden ser tan fiables
como los que se componen de jueces profesionales. Con respecto a este tema se han realizados estudios que evidencian que el arribo a una decisión varia
si el grupo que compone el jurado es homogéneo y coherente, es factible que se pongan de acurdo de una manera casi prematura, sin examinar de forma
consistente la información de la que disponen, un grupo minoritario estimula la reflexión sobre la situación, brinda soluciones nuevas que podrían haber
pasado desapercibidas otro punto a tomar en cuenta es si la toma de decisiones con voto mayoritario o por unanimidad. Este es el caso de Francia y de
EEUU el segundo, lo que implica el acuerdo de todos los miembros, a diferencia del caso francés en donde al llegar a la mayoría se detienen la
deliberaciones. en general la valoración que se hace de este tipo de decisiones es que reflejan el interés colectivo, el examen y confrontación de las
opiniones conduce a que el veredicto pueda ser considerado como justo dado este proceso y su conformación.

Figura 6. Juicio por jurados


Fuente: http://guillermoberto.wordpress.com/2010/03/11/%C2%BFjuicio-por-jurados-en-neuquen/ (11/03/2010)

2 En otro extremo encontramos la visión de otras disciplinas que analizan bajo que condiciones un argumento puede considerarse justificado. Podemos
hablar de justificación formal de los argumentos (cuando éste es formalmente correcto) y de justificación material (cuando puede considerarse que un
argumento resulta aceptable); lo que nos permite distinguir además entre lógica formal deductiva y lógica informal (tópica y retórica).

La teoría estándar de la argumentación jurídica se ubica en esta última visión, es decir, en el contexto de justificación de los argumentos y con
pretensiones tanto descriptivas como prescriptivas. Parten del hecho de que las decisiones deben ser y pueden ser justificadas se oponen tanto al:

Determinismo metodológico: que expone que las decisiones jurídicas no necesitan justificación porque proceden de una
autoridad legítima y /o son el resultado de simples aplicaciones de normas generales.

Decisionismo metodológico: para el que las decisiones jurídicas no se pueden justificar porque son puros actos de
voluntad.

La primera de estas posturas parece imposible de aplicar en el contexto actual del derecho moderno, dado que la obligación de justificar las decisiones,
contribuye a su aceptación, y también a que el derecho pueda realizar su función de guía de la conducta humana.

Con respecto a la segunda podemos mencionar la visión del realismo americano que postula lo mencionado allí, concluyendo que las decisiones del juez,
no son más que el basamento en sus impulsos y no en las leyes o principios.

Manuel Atienza manifiesta su oposición a estas posturas, ya que ve como imposible que el proceso mental del juez vaya de la conclusión a las premisas y
que la decisión sea fruto de perjuicios; ello no anula la necesidad de justificar la decisión ni convierte esta tarea en algo imposible.

El concepto de validez deductiva

La lógica formal o deductiva se ocupa de los argumentos desde el punto de vista de la corrección formal de estos. No sólo se argumenta en contextos jurídicos, sino también en
el ámbito de los diversos conocimientos especializados y en el de la vida cotidiana. También en la literatura nos encontramos con argumentaciones aunque, desde luego, la
función principal de las obras literarias no es la de registrar argumentos, sino más bien la de expresar sentimientos, narrar historias, etc. Sin embargo, hay un género literario

denso en argumentaciones; se trata del género policiaco, su inventor habría sido Edgard Allan Poe6 uno de los más conocidos es La carta robada, y en el mismo se narra la
siguiente historia:

[6] La carta robada y otros relatos de misterio; los crímenes de la rue morgue; el misterio de Marie Roget . Poe, Edgar Allan. 1° Edición, Barcelona, 2008. Pág. 33

 “Auguste Dupin (el precursor de Sherlock Holmes, el padre Brown, Hércules Poirot, etc.) recibe un día la visita del prefecto de la policía de París,
que le consulta sobre el siguiente problema. Un documento de la mayor importancia ha sido robado de las habitaciones reales. Se sabe que el autor
del robo es el ministro D., quien usa la carta como instrumento de chantaje contra la dama que la redacta. El ministro debe tener la carta oculta en
algún lugar de su casa, pero el prefecto, a pesar de haber efectuado un minucioso y sistemático registro, no logra dar con ella. Dupin consigue
hacerlo merced a un proceso de razonamiento, que, grosso modo, es el siguiente: si la carta hubiese estado al alcance de la búsqueda, los agentes la
habrían descubierto, y, como la carta tiene que encontrarse en el domicilio del ministro, ello quiere decir que la policía ha buscado mal. Dupin sabe
que el ministro es una persona audaz e inteligente y que, además, posee no solamente una inteligencia matemática, sino también—si se puede
llamar así— una inteligencia poética. El ministro pudo prever, por tanto, que su casa iba a ser registrada por la policía y que los hombres del
prefecto buscarían en todos aquellos sitios en donde se supone que uno puede dejar un objeto que desea ocultar. De ahí infiere Dupin que el
ministro tuvo que dejar la carta en un lugar muy visible pero, precisamente por ello, inesperado. Y, en efecto, Dupin encuentra la carta en una
tarjeta de cartón que colgaba de una cinta azul sobre la chimenea arrugada y manchada (como si se tratara de algo sin importancia) que exhibía un
tipo de letra en la dirección y un sello de características opuestas a las de la carta robada (pues la misma había sido dada la vuelta como un guante).
Dupin explica así el fracaso del prefecto: “La causa remota de su fracaso es la suposición de que el ministro es un imbécil porque ha logrado fama
de poeta. Todos los imbéciles son poetas; así lo siente el prefecto e incurre en una non distributio medii al inferir que todos los poetas son
imbéciles.”

De acuerdo con el relato, el prefecto ha cometido un error de tipo lógico, una falacia, ya que de la afirmación: Todos los imbéciles son poetas, no se infiere lógicamente: Todos
los poetas son imbéciles. A partir de esta afirmación, el prefecto ha efectuado un argumento lógicamente válido, pero con una premisa falsa:

Todos los poetas son imbéciles.

El ministro es un poeta.

Por tanto, el ministro es un imbécil.

Ahora estamos, podemos entender mejor la noción de argumento lógico definiéndola así: una implicación o una argumentación es válida (deductivamente), cuando la
conclusión necesariamente es verdadera si las premisas son verdaderas.

Figura 7. Caricatura Edgar Allan Poe

Fuente: http://fterrazas.wordpress.com/club-de-lectura/03-narraciones-extraordinarias/ (17/02/2010)


Caricatura que muestra al célebre escritor Edgar Allan Poe, creador del texto que acabamos de comentar.

Corrección formal y material de los argumentos

Si trasladamos la caracterización de un argumento deductivo al campo de la vida cotidiana o del derecho nos encontraremos con motivos de insatisfacción. Uno de ellos será
que la lógica deductiva sólo nos suministra criterios de corrección formales, se desentiende de cuestiones materiales o de contenido que importan de sobremanera cuando
argumentamos en contextos de ciencias no formales. A partir de premisas falsas podemos argumentar correctamente desde la lógica, y es posible que un argumento sea
incorrecto desde la lógica y su conclusión o premisas sean verdaderas o plausibles. En unos casos la lógica aparece como instrumento necesario pero insuficiente, para el control
de los argumentos, ya que su carácter óptimo estará regido desde lo formal como lo material. En otros casos es posible que un argumento no lógico sea un buen argumento.

En otras palabras, la cuestión de la corrección de los argumentos significa plantearse el problema de cómo distinguir los argumentos correctos de los que no lo son. Aquí

podemos distinguir los que son manifiestamente inválidos de los que parecen válidos, pero que no lo son y se denominan falacias7 . La lógica formal deductiva sólo nos provee
instrumentos adecuados para hacerle frente a las falacias formales, y como ya analizamos las de carácter no formal son frecuentes y usuales en la argumentación.

[7] En el módulo 1 se desarrolló el tema falacias.

Generalmente, un argumento puede ser correcto desde la lógica, aunque en su premisas lo que se diga sea irrelevante, en relación a lo que enuncia la conclusión, dado el
carácter meramente sintáctico que tiene la inferencia de este modo. Para subsanar este conflicto ha surgido lo que se denomina lógicas relevantes, que buscan en la relación de
consecuencia, generar una entre los significados de los enunciados.

Silogismo teórico y práctico

Entre los motivos de insatisfacción mencionados con antelación podemos añadir la definición de argumento válido deductivamente, que comúnmente encontramos en todo libro
de lógica, referidas a proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas. Lo que sucede es que en el derecho, la moral, etc. los argumentos versan sobre un tipo de enunciados de
los que no es relevante predicar su verdad o falsedad (por ej. las normas). De ello se derivó el problema sobre si la lógica es aplicable o no a las normas, ante lo cual Kelsen
sostuvo que la misma no lo era; tales reglas son aptas para el silogismo teórico, basado en un acto de pensamiento, y no al práctico o normativo, en el que una de las
proposiciones esbozadas es una norma.

Siguiendo a Ross una inferencia práctica sería:

Debes mantener tus promesas

Ésta es una de tus promesas

Por lo tanto, debes mantener esta promesa

Como vemos, carece de validez lógica, ya que no es necesario que un sujeto que establece la regla deba también establecer la aplicación particular de tal regla; no resulta raro
que alguien formule una regla general y evite su aplicación cuando el mismo se vea afectado. Si A acepta como moralmente obligatoria la regla que se deben mantener las
promesas (todas y en cualquier circunstancia) y acepta como verdadera la promesa que le hizo a B de acompañarlo al cine, y sin embargo sostiene que, a pesar de ello, no
considera que deba acompañar a B al cine ese día, su comportamiento resulta irracional. Pero hay que tener en cuenta que la lógica es una disciplina prescriptiva: no dice como
los hombres razonan de hecho, sino cómo deberían hacerlo.

En la vida cotidiana atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las teóricas. Con todo esto podemos expresar que si la lógica no se aplica al derecho estamos
incurriendo en una confusión de los términos del problema, debemos desglosarlo en dos preguntas, por un lado:

La relación que guardan entre sí las normas válidas,



¿son relaciones de tipo lógico?

La respuesta es obviamente negativa ya que es posible que a un mismo sistema pertenezcan normas contradictorias. Por ej. pueden coexistir en un mismo sistema las siguientes normas: se deben
cumplir todas las promesas y no tengo por que cumplir la promesa que le hice a B.

¿Se puede inferir válidamente una norma de otra?



La respuesta será independiente de la anterior y no hay motivo para que no sea afirmativa. El problema con el que nos encontraremos aquí es que en la definición de argumento deductivo, que
vimos anteriormente, se contemplaban los elementos calificados como verdaderos o falsos y esta nota no la tienen las normas. Esto nos lleva a la necesidad de corregir tal definición que podría
reformularse así: tenemos una inferencia lógica o argumentación válida cuando la conclusión necesariamente es verdadera (correcta, justa, válida, etc.) si las premisas son verdaderas, (correctas,
justas, válidas, etc.).
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Galvis María, Mendoza Hernández Williams Mesney y Caballero Luis Alejandro. (2016). Las cargas del juez frente a los desafíos del precedente constitucional a
propósito de la motivación y argumentación de los fallos. Revista de la Facultad de Derecho. Derecho PUCP, N° 77

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Silogismo judicial

Silogismo judicial

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Silogismo judicial

Entre los motivos de insatisfacción mencionados con antelación podemos añadir la definición de argumento válido deductivamente, que comúnmente encontramos en todo libro
de lógica, referidas a proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas. Lo que sucede es que en el derecho, la moral, etc. los argumentos versan sobre un tipo de enunciados de
los que no es relevante predicar su verdad o falsedad (por ej. las normas). De ello se derivó el problema sobre si la lógica es aplicable o no a las normas, ante lo cual Kelsen
sostuvo que la misma no lo era; tales reglas son aptas para el silogismo teórico, basado en un acto de pensamiento, y no al práctico o normativo, en el que una de las
proposiciones esbozadas es una norma.

Siguiendo a Ross una inferencia práctica sería:

Debes mantener tus promesas

Ésta es una de tus promesas

Por lo tanto, debes mantener esta promesa

Como vemos, carece de validez lógica, ya que no es necesario que un sujeto que establece la regla deba también establecer la aplicación particular de tal regla; no resulta raro
que alguien formule una regla general y evite su aplicación cuando el mismo se vea afectado. Si A acepta como moralmente obligatoria la regla que se deben mantener las
promesas (todas y en cualquier circunstancia) y acepta como verdadera la promesa que le hizo a B de acompañarlo al cine, y sin embargo sostiene que, a pesar de ello, no
considera que deba acompañar a B al cine ese día, su comportamiento resulta irracional. Pero hay que tener en cuenta que la lógica es una disciplina prescriptiva: no dice como
los hombres razonan de hecho, sino cómo deberían hacerlo.

En la vida cotidiana atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las teóricas. Con todo esto podemos expresar que si la lógica no se aplica al derecho estamos
incurriendo en una confusión de los términos del problema, debemos desglosarlo en dos preguntas, por un lado:

1 La relación que guardan entre sí las normas válidas, ¿son relaciones de tipo lógico?

La respuesta es obviamente negativa ya que es posible que a un mismo sistema pertenezcan normas contradictorias. Por ej. pueden coexistir en un mismo
sistema las siguientes normas: se deben cumplir todas las promesas y no tengo por que cumplir la promesa que le hice a B.

2 ¿Se puede inferir válidamente una norma de otra?

La respuesta será independiente de la anterior y no hay motivo para que no sea afirmativa. El problema con el que nos encontraremos aquí es que en la
definición de argumento deductivo, que vimos anteriormente, se contemplaban los elementos calificados como verdaderos o falsos y esta nota no la tienen
las normas. Esto nos lleva a la necesidad de corregir tal definición que podría reformularse así: tenemos una inferencia lógica o argumentación válida
cuando la conclusión necesariamente es verdadera (correcta, justa, válida, etc.) si las premisas son verdaderas, (correctas, justas, válidas, etc.).
Silogismo judicial y sus límites

Quienes realizaren actos de tráfico de drogas en una cantidad que sea de notoria importancia, deberán ser castigados de acuerdo con el artículo 344 y 344 bis a) 3º del Código
Penal con la pena de prisión mayor.

A y B han efectuado este tipo de acción

Por lo tanto A y B deben ser castigados con la pena de prisión mayor

Este tipo se denomina usualmente silogismo judicial o jurídico y sirve al mismo tiempo como esquema para el silogismo práctico o normativo que tratamos anteriormente. La
primera premisa enuncia una norma general y abstracta de un hecho que es la condición para una consecuencia jurídica (obligación, permisión o prohibición) que debe seguirse
cuando se realiza el supuesto de hecho. La segunda premisa es la situación en que se produjo el hecho, cayendo bajo el supuesto de hecho de la norma. Y por último la
conclusión establece que se debe anudar la consecuencia jurídica prevista por la norma.

Este esquema nos plantea algunos inconvenientes, el primero que podemos esbozar es que hay supuestos en que la conclusión del silogismo no muestra el fallo de la sentencia
sino un paso previo a al misma. En el caso analizado no queda establecido que A y B deben ser condenados a prisión mayor, sino a la pena concretan de ocho años y un día de
prisión mayor.

Podríamos reforzar el argumento con otro como el siguiente:

A y B deben ser condenados a la pena de prisión mayor.

En la ejecución del expresado delito no concurrieron circunstancias modificativas de la responsabilidad


criminal.

Cuando no concurren circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, los tribunales


impondrán la pena en grado mínimo o medio atendiendo a la gravedad del hecho y a la personalidad del
delincuente (artículo 61.4º del Código Penal).

Por tanto, A y B deben ser condenados a la pena de ocho años y un día de prisión mayor (es el mínimo de
pena permitido por la ley).

Figura 1. Justicia
Fuente: http://www.geekool.com/399-La_justicia_cierra_algunas_puertas_a_la_SGAE_.htm (12/11/2008)

Si prestamos atención veremos que aun no conforma un tipo de razonamiento deductivo, ya que el tránsito de la las premisas a la conclusión no tiene carácter necesario, si lo
será si le añadimos la siguiente premisa:

“La escasa gravedad del hecho y la personalidad no especialmente peligrosa del delincuente hacen que se deba imponer el mínimo de la pena permitido por la ley.”

Esta última nos muestra el fundamento en juicios de valor ya que “gravedad del hecho” y “personalidad del delincuente” no son términos referentes a hechos objetivos y
verificables; sin duda alguna el arbitrio judicial tiene un papel fundamental en esta determinación. Como vimos, el silogismo judicial no nos permite hacer una reconstrucción
satisfactoria del proceso de argumentación porque las premisas de las que se parte pueden necesitar a su vez justificación, sumado a que la argumentación en tal ámbito es
entimemática. Dicha característica obliga a añadir premisas a las explícitas para reconstruir un proceso argumentativo.

Otra distinción que podemos realizar en este tipo de silogismo es en lo que hace a “enunciado normativo” y “enunciado performativo”, éste tiene que ver con el acto lingüístico
de la condena, en cambio el primero expone que Ay B deben ser condenados. Con ellos se lleva a cabo un paso del plano del discurso al de la acción, un paso que cae ya fuera

de la competencia de la lógica, tal como expone Atienza1.

[1] Atienza, Manuel. “Las razones del derecho”, capítulo primero: Derecho y argumentación. UNAM, México, 2003. Pág. 16

“Es interesante poner de manifiesto que en la redacción de la parte dispositiva de las sentencias, se emplea una cláusula de estilo que recoge precisamente esta distinción:
“Fallamos que debemos condenar y condenamos...”, o “... debemos absolver y absolvemos...”.

Este silogismo denominado también “práctico prudencial”, evidencia las distintas etapas que transita el juez para poder decidir en el litigio. La determinación de las premisas
conlleva al control de la legalidad y razonabilidad de las sentencias, esto es, que las sentencias sean producto de la razón y no de caprichos personales, se exige que las
resoluciones sean fundamentadas.

La premisa menor tiene carácter débil y se la considera materia opinable, ella se deriva de los hechos y debe ser reforzada con argumentos, los jueces deben guiarse por reglas
de la experiencia, según el orden las cosas y el sentido común, para que las valoraciones de prueba no sean absurdas o descabelladas. En este momento es auxiliado por peritos
que poseen conocimientos técnicos, científicos, artísticos, etc. que contribuirán a fijar los hechos. Al mismo tiempo los califica jurídicamente por subsunción, es decir, inserta el
hecho en un caso universal para comprobar si tiene las características. Como vemos la determinación de las premisas termina siendo simultánea; de esta manera se va ir
perfilando el caso, una vez que se cuenta con las premisas la conclusión fluye sola a partir de las mismas.

El paso siguiente será el mandato, es decir que teniendo en cuenta los datos y normas aplicables establece la conducta para cada una de las partes. Cabe mencionar que las
premisas normativas dejan un margen a la discrecionalidad del juez quien debe fundamentar y justificar sus decisiones.

Aspectos normativos y fácticos de la argumentación jurídica


Acabamos de analizar como el establecimiento de la premisa menor del silogismo judicial puede resultar de un razonamiento no deductivo, y también puede suceder con la de
tipo normativo que debamos recurrir a los mismos instrumentos.

Comúnmente se utiliza el razonamiento por analogía al cual hay quienes lo consideran prototipo de argumento jurídico.

Veamos un caso:

La vivienda de una persona individual es inviolable.

El domicilio social de una empresa es semejante al de una persona individual.

Por tanto, el domicilio social de una empresa es inviolable.

Como es notable la conclusión, no es derivada deductivamente de las premisas, pero el argumento puede convertirse en deductivo si se añade una nueva premisa que exponga
que: tanto la vivienda de una persona individual como lo que es semejante a ello es inviolable; de esta forma dimos un paso en el sentido de extender a casos no expresamente
previstos la norma establecida legalmente.

Otra clase de argumentos usados con frecuencia para establecer la premisa normativa es la reducción al absurdo. Este argumento de la manera que la utilizan los juristas, suele
ir más allá de una simple deducción, debido a las siguientes razones:

Es importante comprender que determinadas premisas están simplemente implícitas (y sin ellas no tendríamos la forma deductiva del argumento).

El concepto de absurdo que manejan los juristas no coincide exactamente con la de contradicción lógica, sino más bien con la de consecuencia
inaceptable.

Un ejemplo nos aclarará mejor el panorama al respecto:

Según la sentencia del Tribunal constitucional 160/1987, declara la constitucionalidad de la ley de objeción de conciencia, durante el transcurso de la argumentación, uno de los
magistrados discrepantes sostuvo que el derecho de objeción de conciencia no podía considerarse simplemente como una exención del servicio militar (por tanto, simplemente
como un derecho autónomo, pero no fundamental), y lo justificó de esta manera:

“Si bien el derecho de objeción de conciencia puede ser y de hecho es una causa de exención del servicio militar, no es sólo eso, porque si así fuera sería una desmesura
calificarlo de fundamental”.

Si a esto le agregamos premisas implícitas podríamos presentarlo de la siguiente manera:

1 Supongamos que el derecho de objeción de conciencia es sólo una causa de exención del servicio militar.

Pero si es sólo eso, entonces sería una desmesura calificarlo de fundamental (o sea, no puede calificarse como fundamental).
2
3 Ahora bien, el derecho de objeción de conciencia es un derecho fundamental, de acuerdo con lo establecido por la Constitución.

4 De la premisa 1 y 2 se desprende que el derecho de objeción de conciencia no puede calificarse como fundamental.

5 Las premisas 3 y 4 enuncian una contradicción.

6 Por tanto, no cabe suponer que el derecho de objeción de conciencia sea sólo una causa de exención del servicio militar.

Justificación interna y externa

Ya tratamos el tema en otros apartados sobre cómo se podía justificar deductivamente el paso de una premisa normativa y una premisa fáctica a una conclusión normativa. En
los casos simples la labor argumentativa del juez radica en efectuar una inferencia de este tipo generalmente termina complicando el esquema dado que en cualquier caso
jurídico que se trata de resolver se aplica un número muy elevado de normas y que, por ejemplo en derecho penal, hay que dar el paso de la solución parcialmente
indeterminada contenida en el Código (prisión mayor) a la solución plenamente determinada (ocho años y un día) contenida en la sentencia.

Además de casos simples hay también casos difíciles de quienes se ocupa especialmente la teoría de la argumentación jurídica; en ellos la tarea de establecer la premisa fáctica
y/o la premisa normativa requiere nuevas argumentaciones que pueden o no ser deductivas. Wróblewski (1971 y 1974) ha llamado al primer tipo de justificación “interna”
haciendo alusión a la validez de una inferencia a partir de premisas dadas. Al segundo tipo de justificación, la cual somete a prueba el carácter fundamentado de sus premisas, la
denominó justificación externa.

La primera refiere a una cuestión de lógica deductiva, pero en la justificación externa hay que ir más allá de la lógica en sentido estricto. Las teorías de la argumentación
jurídica se ocupan fundamentalmente de este segundo tipo de justificación.

Síntesis conceptual

La argumentación es la cualidad que mejor describe a un buen abogado, como la posibilidad para idear y manejar argumentos con habilidad.

Tres campos de lo jurídico en donde se evidencia:

1) Producción de normas jurídicas: lo podemos subdividir en fase pre-legislativa y legislativa. La primera muestra la existencia de un problema social
cuya solución sea una medida del ámbito legislativo. En ella participan todos los miembros de la comunidad.

En la segunda, las cuestiones de tipo técnico- jurídico pasan a un primer plano, existen condicionamientos procedimentales (formales) y argumentativos
(del contenido).

2) Aplicación de las normas jurídicas a la resolución de casos: la actividad de los jueces, los órganos administrativos o simples particulares. Los
primeros son los encargados de decidir cuál de las partes en conflicto tiene razón y prescribir la conducta a realizar. Los abogados defienden los derechos
e intereses de su cliente y deben convencer al juez de su razón, apoyado en buenos argumentos.

3) Dogmática jurídica: tiene funciones tales como:

Suministrar criterios para la producción y la aplicación del derecho.

Determinar normas vigentes.

Ordenar y sistematizar sectores del sistema jurídico.


Nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico necesitará recurrir a criterios brindados por la dogmática y viceversa, cuestión que nos habla
de la interconexión de dichos contextos.

Contexto de descubrimiento y de justificación el primero refiere a la enunciación de una teoría, no susceptible de análisis lógico, muestra cómo se
genera el conocimiento científico.

En cambio el de justificación, al procedimiento de justificar o validar una teoría, es decir hacer que confronte con los hechos para que muestre su validez.
Aquí sí necesitaremos un análisis de tipo lógico, y regirnos por los principios del método científico, que no se aplican en el contexto de descubrimiento.

Si trasladamos esta distinción al campo de la argumentación en general y en particular, tendremos el procedimiento para establecer una premisa o
conclusión, y el consistente en la justificación de los enunciados.

La distinción no coincide con la de discurso descriptivo y prescriptivo, ya que en relación a uno u otro contexto podemos adoptar una actitud descriptiva o
prescriptiva.

Perspectivas de análisis de las argumentaciones

La de algunas ciencias (Psicología social) que diseñaron modelos para explicar el proceso de toma de decisiones. En el Derecho, Kaplan propuso el de
“información integrada”, para él la toma de decisión judicial es una combinación de valores de información y de impresión inicial, resultado de
condiciones situacionales (estado de humor) o asociadas a su personalidad (prejuicios raciales).

Otras disciplinas analizan bajo que condiciones un argumento puede considerarse justificado:

justificación formal de los argumentos (formalmente correcto)- lógica formal deductiva.

justificación material (resulta aceptable)- lógica informal (tópica y retórica).

La teoría estándar de la argumentación jurídica se ubica en el contexto de justificación, con pretensiones descriptivas y prescriptivas. Postulan que las
decisiones deben ser y pueden ser justificadas.

Corrección formal y material de los argumentos significa plantearse el problema de cómo distinguir los argumentos correctos de los que no lo son.

La lógica deductiva sólo da criterios de corrección formales, se desentiende de cuestiones contenido que importan en contextos de ciencias no formales.
Un argumento puede ser correcto desde la lógica, aunque en sus premisas lo que se diga sea irrelevante, en relación a la conclusión; dado el carácter
sintáctico que tiene esta inferencia. Para subsanar el conflicto surgieron las lógicas relevantes

Silogismo teórico y práctico en el derecho, la moral, etc. los argumentos versan sobre un tipo de enunciados de los que no es relevante predicar su verdad
o falsedad (por ej. las normas). La relación que guardan entre sí las normas válidas, no son de tipo lógico.

La lógica es una disciplina prescriptiva porque expresa como los hombres deberían razonar.

Comúnmente atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las teóricas

Silogismo judicial una premisa enuncia una norma general y abstracta de un hecho condición para una consecuencia jurídica que debe seguirse cuando se
realiza el supuesto de hecho. La segunda premisa es la situación en que se produjo el hecho y la conclusión establece que se debe anudar la consecuencia
jurídica prevista por la norma. Las premisas de las que se parte pueden necesitar justificación dado que la argumentación en tal ámbito es entimemática, lo
cual obliga a añadir premisas a las explícitas a reconstruir el proceso argumentativo.

Enunciado normativo y performativo (éste como acto lingüístico de la condena) paso del plano del discurso al de la acción cae fuera de la competencia de
la lógica.

El establecimiento de la premisa menor y mayor del silogismo judicial puede resultar de un razonamiento no deductivo:
Razonamiento por analogía: considerado prototipo de argumento jurídico la conclusión, no es derivada deductivamente
de las premisas, pero puede convertirse en deductivo si se añade lo faltante.

Reducción al absurdo: los juristas lo utilizan más como consecuencia inaceptable.

Justificación interna y externa: la primera es la validez de una inferencia a partir de premisas dadas una cuestión de lógica deductiva, en cambio la otra
somete a prueba el carácter fundamentado de sus premisas, es necesario ir más allá de la lógica en sentido estricto.

A continuación, te propongo la siguiente lectura obligatoria: "Sobre la critica de Kant a la doctrina aristotélica".

Sobre la critica de Kant a la doctrina aristotelica.pdf


312.9 KB

Fuente: Rovira Rogelio. (2010). ¿Es una “falsa sutileza” la división lógica de las figuras del silogismo? Sobre la crítica de Kant a la doctrina aristotélica del silogismo categórico. Teorema:

Revista internacional de filosofía.


LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.

Rovira Rogelio. (2010). ¿Es una “falsa sutileza” la división lógica de las figuras del silogismo? Sobre la crítica de Kant a la doctrina aristotélica del silogismo categórico.
Teorema: Revista internacional de filosofía.
Lógica de los sistemas normativos

En los últimos tiempos, la Filosofía se ha interesado considerablemente en los problemas


relacionados a la acción humana. Lo expuesto, se muestra en la lógica materializada en
investigaciones sobre conceptos relacionados con la acción de tipo normativo, valorativo,
etc. lo que derivó en el surgimiento de sistemas lógicos que podemos denominar “modales”.

La lógica deóntica se ocupa de los conceptos normativos (permisión, obligación,


prohibición, etc.) y de los usos normativos del lenguaje, ocupa un lugar importante entre
ellas. Si bien ella es una disciplina relativamente nueva, se realizaron importantes estudios
que iluminan diversos aspectos del fenómeno normativo.

Lógica de los sistemas normativos

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Lógica de los sistemas normativos

La Deontología es la rama de la ética que estudia los fundamentos del deber y las normas morales, junto con la
axiología son las ramas principales de la ética normativa; supone obrara de acuerdo a un código definido de
antemano, si nos apartamos del mismo la actitud se calificaría de no- ética. La lógica deóntica utiliza normas como
son “prohibido el paso “o “todo ser humano es libre para expresar su pensamiento”, en base a ellas utiliza un
lenguaje simplificado, en el último caso sería:

Permitido el acto de expresar pensamiento

Gottfried Leibniz es el precursor de esta disciplina, observa la analogía de los conceptos normativos “justo”,
“injusto” y “facultativo” con los conceptos modales “necesario”, “posible” e “imposible”. Por ejemplo, postula que
todo lo que es obligatorio es necesario para quien ama a todo el mundo.

Figura 1. Georg Heinrik von Wright


Fuente: www.wikipedia.org.es/vonwrigt (27/05/2010)

El sistema fundador de la lógica deóntica contemporánea es obra del filósofo finlandés Georg Heinrik von Wright, en
su artículo “Deontic Logic” publicado en 1951. Por su parte, el llamado sistema estándar es una interpretación modal
de dicho sistema fundador en términos de la semántica de mundos posibles.

La interpretación modal significó el abandono del llamado axioma de contingencia deóntica presente en el sistema
fundador de von Wright, que tiene que ver con considerar a un acto tautológico, como no necesariamente obligatorio
y una contradicción no necesariamente prohibida.

Una de las objeciones recurrentes que se le hacen al sistema estándar es dicha pérdida de contingencia, pues, por
ejemplo, si bien es verdad que 2 + 2 = 4 ¿por qué este hecho tiene que ser considerado como obligatorio? La
respuesta posible a dicha objeción seria que un hecho que es verdadero en todos los mundos posibles lo será también
en los mundos que son considerados como obligatorios (suponiendo que 2 + 2 = 4 sea verdad en TODO mundo
posible, entonces también será verdad en cualquiera de los mundos posibles que un legislador ordene que eso
ocurra).

Todo el resto de su vida, Von Wright abrió nuevas líneas de investigación en lógica deóntica. En particular, en
materia de lógica de la acción y lógica deóntica con modalidades condicionales o relativas.

Aporte latinoamericano
Si bien podría pensarse que la lógica deóntica contemporánea nació como una creación escandinava (dada la
nacionalidad de los padres fundadores Von Wright y Kanger, inspirados por la escuela realista escandinava de
filosofía del derecho), otras importantes contribuciones han surgido en los Estados Unidos, en el resto de Europa y en
América Latina. En esta última región, destacan los trabajos pioneros de los argentinos Carlos Alchourrón y Eugenio

Bulygin1 así como los trabajos del primero de ellos en lógica no monotónica.

[1]En esta oportunidad trataremos el texto: Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las

ciencias jurídicas y sociales”. Introducción, primera parte y capítulo primero.

Pero dicha regla no es válida en lógica no monotónica, pues una premisa puede derrotar una conclusión que era
válida. Ejemplo:

“Si es obligatorio pagar impuestos, es obligatorio enviar la declaración


de impuestos.”

“Es obligatorio pagar impuestos y, en el caso de ciertos trabajadores al


servicio del Estado, estos no están obligados a enviar su declaración
porque el Estado retiene directamente sus impuestos.”

-----------

“Por lo tanto, es obligatorio enviar la declaración de impuestos”.

Como resulta evidente intuitivamente, el conyunto Pr en la segunda premisa (que hace las veces de una excepción)
altera la validez general de la conclusión Oq. Sin embargo, en lugar de exigir que la primera premisa contenga una
lista exhaustiva de excepciones, las lógicas no monotónicas admiten que existen premisas derrotables.
Estos autores proponen el modelo de ciencia sistematizadora, trabajan con la categoría de norma, sistema normativo
y sistema jurídico. Ven al derecho como un sistema normativo o deductivo de enunciados que son consecuencias
lógicas, las normas correlacionan soluciones con casos. Evidencian el deseo de conectar el derecho con la lógica, que
se desprenda de postulados axiológicos (el primero) haciendo posible la determinación empírica del contenido de
cierto sistema jurídico. Para ello proponen primeramente la determinación de la base del sistema jurídico y luego la
operación lógica de sistematización por medio de inferencias de consecuencias lógicas y la reformulación del
sistema; poniendo mayor énfasis en las que desarrollan su noción de sistema jurídico. Luego reemplazar la base
original por un conjunto “más económico” de principios generales, lógicamente equivalentes a los primeros
enunciados de la base original. Se emplea un procedimiento inductivo, limitando la operación a un cierto universo de
cosas. El planteamiento de un caso genérico considerado relevante, obteniendo consecuencias lógicas que se deducen
de ese sistema normativo para el caso en cuestión.

Veamos un ejemplo:

Las personas de 18 años nacidas en la Argentina deberán hacer el


servicio militar. Las mujeres están eximidas de cumplir el servicio
militar.

Los extranjeros que adquieren la ciudadanía después de los 18 años no


están obligados a cumplir el servicio militar.

Sistematización

Los ciudadanos argentinos de sexo masculino de 18 años deben hacer el servicio militar.
La proliferación de las lógicas deónticas genera la dificultad de decidir cual de los sistemas reconstruye mejor los
conceptos normativos y cuales más útil. Debemos considerar la falta de una base pre analítica para las
investigaciones formales. Generalmente cuando hablamos de obligaciones, permisión o prohibiciones pensamos en
normas morales, pero ellas tomadas como fundamento pre analítico para construcción de una lógica de normas nos
presenta algunos inconvenientes según Alchourrón y Bulygin. Tales son:

Ausencia de ciencia moral bien constituida.

Dificultad para identificar el objeto de ciencia moral.

Falta de formulación y sistematización en un texto.

Por ello, es evidente resaltar las virtudes de las normas jurídicas con respecto a las morales, ellas son:

Mayor facilidad para identificarlas, por ser creadas en actos conscientes de los hombres y registradas
en forma escrita (derecho positivo).

Existencia de disciplina científica que se ocupa de la descripción y sistematización de las mismas.


Carácter científico de la jurisprudencia.

Problemas lógicos y metodológicos (completitud, coherencia, independencia) de los sistemas


normativos han sido analizados fehacientemente por juristas y filósofos.

Figura 2. Esquema sobre la ética


Fuente:
http://1.bp.blogspot.com/_TMQXAcOzZGY/SC5ar2ZhlII/AAAAAAAAABc/lVltJBXVrAQ/S760/
Copia%2Bde%2BEsquema%2BEtica.jpg (12/04/2010)

Este divorcio entre la Lógica y el Derecho ha traído graves consecuencias para la última de las ciencias mencionadas,
ya que no ha prestado atención a las investigaciones de conceptos normativos de los últimos tiempos, como así
también de estudios metodológicos y de fundamentación de las ciencias formales y empíricas. La Ciencia Jurídica
sigue trabajando con las herramientas tradiciones. Cabe mencionar que ella no puede clasificarse como ciencia
empírica o formal, tiene sus rasgos peculiares que la ubican dentro de las ciencias normativas como categoría
autónoma.

Se ha considerado que el Derecho tiene orden sistemático, ya que la ordenación de sus disposiciones es una tarea que
compete al legislador como al científico jurídico. Debe adecuarse a pautas de racionalidad, coherencia interna de
normas, compatibilidad mutua, etc. son algunos ejemplos de exigencias básicas; de esta forma veremos como la
eliminación de las contradicciones en las normas jurídicas es uno de los objetivos más importante de esta ciencia.
La idea de completitud ocupa también un lugar privilegiado, muy debatida en el tiempo bajo el rotulo de “lagunas del
derecho”; sumado a la eliminación de redundancias y la independencia de disposiciones legales.

Resumiendo

Las ideas de:

Fuente: Elaboración propia

A partir de un problema concreto del derecho esbozamos un modelo simplificado de sistema jurídico, para mostrar el
funcionamiento del concepto de laguna (completitud) en esta ciencia. Ella posee una estructura relacional entre un
conjunto de normas, un conjunto de circunstancias fácticas o casos posibles (universo de casos) y un conjunto de
respuestas posibles (universo de soluciones).

Con esto se supone que todo análisis del problema de lagunas requiere la determinación de cada uno de los tres
términos de la relación. La omisión de esta tarea se ve en el fracaso de los teóricos de la materia en sus intentos de
solucionar este problema. La noción de sistema jurídico como conjunto de normas validas cuya validez es derivada
de laguna fuente común: el soberano (Austin), la norma básica (Kelsen) o la regla de reconocimiento (Hart).Según
Alchourrón y Buligyn reviste poca utilidad para la ciencia jurídica, ya que no analizan los problemas de completitud
o coherencia en relación a todo el ordenamiento.

Figura 3. Pirámide de Kelsen


Fuente: http://wladimirmartinez.blogspot.com/2008/06/piramide-kelseniana.html

Proponen el concepto de sistema normativo que expone Tarski: un conjunto de enunciados que tiene consecuencias
normativas para algún Universo de Casos y algún Universo de Soluciones. Este énfasis puesto en las consecuencias
hace posible desentenderse de cuestiones como el número o el origen de los enunciados que conforman el sistema.
De esta manera la concepción de normas como entidades lingüísticas (enunciados que correlacionan casos con
soluciones) y del sistema normativo como conjunto de enunciados se encuentra en franca oposición con una larga
tradición de pensamiento. Y se podrá decir que este tipo de análisis puede resultar más eficaz, ofreciendo ventajas
desde el ámbito metodológico sin caer en un juicio del status ontológico.

Muchos de los problemas típicos de la ciencia jurídica pueden reconstruirse como temas referidos a la
sistematización de los enunciados; las ideas de completitud, coherencia e independencia, desempeñan un papel muy
importante siendo la más controvertida la primera sin duda alguna.
Caeríamos en un error si creemos que este proceso sistematizador tiene que ver con la tarea que los juristas hacen,
sino más bien está centrada en la reconstrucción de algunos ideales de la Ciencia del Derecho; ellos son
fundamentales para realizar un estudio racional de esta disciplina.

El postulado de la plenitud hermética del derecho fracasa en su intento de aseverar que todo sistema jurídico es
completo. Cabe hacer una diferenciación entre el postulado de la plenitud, de acuerdo a él todos los sistemas
jurídicos son de hecho completos, con la exigencia que lo sean. El primero representa una ilusión, pero cumple un rol
ideológico en el personamiento jurídico, en cambio la segunda es un ideal racional independiente de toda actitud
política.

Consideraciones metodológicas

La explicación de un concepto es un método por el cual un concepto inexacto es transformado en uno más exacto,
sería una sustitución de uno vago por otro de carácter riguroso. El que se quiere explicar se llama EXPLICANDUM
y el nuevo que lo va a sustituir: EXPLICATUM.

Etapas del proceso de explicación:

Elucidación informal del EXPLICANDUM



Etapa muy importante a veces subestimada, para sustituir un concepto por otro es necesario clarificar el significado
del término que se usa para designarlo. Podemos usar como procedimiento para ello la ejemplificación, la
descripción de los usos del mismo, etc.

Construcción del EXPLICATUM



Debe tener las siguientes condiciones:
Ser lo más exacto posible.

Útil para la formulación del mayor número posible de enunciados universales.

Posible de utilizar en las ocasiones que se empleaba el explicandum (no total la similitud porque sino el
explicatum no sería más exacto que el primero).

Simplicidad, siempre se prefiere un concepto más simple a otro más complicado, aunque es posible que en
pos de una mayor exactitud o fecundidad sea sacrificado este requisito.

Los conceptos de sistema normativo, completitud, coherencia e independencia aparecen con frecuencia en el discurso
jurídico, con un papel muy importante, siendo debatidos con frecuencia. El concepto de laguna nos servirá para la
elaboración de un explicatum correspondiente a la noción de completitud normativa. En adelante será nuestro hilo
conductor.

Para explicar el concepto de sistema normativo llevaremos adelante la construcción de un modelo que reproduzca un
problema real tomado de Derecho Civil. Éste no posibilitará la formulación de definiciones de conceptos claves tales
como sistema normativo, completitud, laguna, coherencia, redundancia, etc.

Encontramos pensadores que consideran que el método de reconstrucción racional no es capaz de captar todos los
fenómenos y conocer la realidad, porque en definitiva conduce a un empobrecimiento del método usado. Los autores
del texto analizado consideran que esta concepción, termina confundiendo lo que sería la abstracción en general y el
método de reconstrucción racional en particular, el cual refleja un aspecto importante de todo pensamiento racional.

“Un modelo abstracto no puede reproducir toda la realidad, pero no hay ningún aspecto de la realidad que no

pueda ser reproducido por algún modelo”.2

[2] Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”. Introducción,

primera parte y capítulo primero. Pág. 19

Para todo aspecto del concepto que nos interesa especificar, puede construirse un explicatum adecuado.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
Problemas normativos

Problemas normativos

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Problemas normativos

Para construir el modelo elegimos un problema normativo debatido en Derecho Civil argentino, el mismo tiene que ver con la reivindicación de cosas inmuebles contra terceros
poseedores. Cuando una persona que posee un inmueble (su propiedad no le pertenece) la trasfiere a un tercero. Los autores plantean las siguientes interrogaciones:

¿En qué circunstancias el propietario del inmueble puede reivindicarlo contra el tercero poseerlo?

¿En qué circunstancias el tercero adquiriente está obligado a restituir el inmueble a su propietario y cuándo le está permitido retenerlo?

Para clarificar el panorama necesitamos saber si una acción (restitución del inmueble en este caso) es obligatoria o no, es decir, el status normativo de la misma; la misma se

realiza dentro de un conjunto de situaciones denominadas Universo de Discurso. Los1 estados de cosas que pertenecen a este universo son los elementos, ellos comparten
propiedades en común que conforman una propiedad definitoria. Por lo tanto, podremos definir al universo de discurso como el conjunto de todos los elementos identificados
por una determinada propiedad.

[1] Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”. Introducción, primera parte y capítulo primero. Pág. 19

Siguiendo el ejemplo citado, la propiedad definitoria es la de ser una enajenación del inmueble que pertenece a un tercero. Todo elemento del universo de discurso es una
situación en que el enajenante transfiere al adquiriente la posesión de algo que pertenecen a un tercero.

Según Alchourrón y Bulygin “un problema normativo puede ser considerado como una pregunta acerca del status deóntico de ciertas acciones o conductas, es decir, su

permisión, prohibición u obligatoriedad”.2 Las acciones básicas son las que hacen que todas las demás sean compuestos veritativo-funcionales de las mismas. En consecuencia
el conjunto de acciones básicas conformará lo que se llama el Universo de Acciones. Según el caso planteado tenemos una sola acción básica que es la restitución del inmueble
a su propietario.

[2] Alchourron Carlos y Bulygin Eugenio. “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”. Introducción, primera parte y capítulo primero. Pág. 21

Los dos universos que comentamos enmarcan el ámbito del problema, si se registra una variación en alguno de ellos influirá en que varíe de igual forma el problema.

Ej.:

Variación en el universo de acciones



Si nos preguntamos por la apropiación del pago del impuesto inmobiliario.

Variación en el universo de discurso



Si la cosa fuese mueble.

Ámbito fáctico del problema

Retomando la pregunta original acerca de ¿qué circunstancias determinan que el tercero adquiriente este obligado a restituir el inmueble? y en cuáles no, encontraremos que la
respuesta está supeditada a nuestra valoración de distintas circunstancias que deberán ser tenidas en cuenta; la selección de las que sean relevantes configura un problema de
valoración.

Algunas parecerán irrelevantes como por ej. el color de piel del propietario, dado que existe un consenso unánime acerca de determinados valores. Las que son relevantes en
este caso son las siguientes:

1 Buena fe del adquiriente.

2 Buena fe del enajenante.

3 Título oneroso del acto de enajenación.

Aclaremos que buena fe tiene que ver con la ignorancia de que el dominio de inmueble pertenece a un tercero, por ende el conocimiento de tal situación conforma su polo
opuesto o mala fe.

Estas tres circunstancias mencionadas son las propiedades de los elementos del universo del discurso. Ellas lo dividen por un lado, la clase en los que la propiedad está presente
y la que no. Por ello, el conjunto de propiedades que pueden estar presentes o ausentes en los elementos del universo mencionado, se denomina Universo de Propiedades.

Toda propiedad de un universo de propiedades y todo compuesto veritativo-funcional de tales propiedades define un caso. El conjunto de todos los casos elementales se llama
Universo de Casos. Por consiguiente el conjunto de todos los casos posibles determina lo que llamamos el ámbito factico del modelo. Debemos hacer una distinción de los
casos elementales que son las propiedades más fuertes y no son susceptibles de división en otros casos; esto contribuye a que todo elemento del universo de discurso pertenezca
a un caso elemental y no a más de uno.

El ámbito normativo del problema

Ya que nuestra pregunta es de carácter normativo al referirse al status normativo de ciertas acciones, el ámbito de las respuestas posibles a la misma podemos denominarlo
ámbito normativo del problema, por ende una respuesta satisfactoria a la pregunta planteada es una solución al problema. Las respuestas posibles conformaran el conjunto de
soluciones posibles.

Cuando la solución determina todos los contenidos que corresponden a un universo de acciones se llama Solución Maximal, el conjunto de ellas es el Universo de Soluciones
Maximales. El mismo reúne todas las soluciones completas a la pregunta formulada. El carácter completo hace alusión a todas las acciones posibles están deónticamente
determinadas en ese caso. Las que no son maximales se llaman parciales, pero para la construcción de un modelo necesitamos tomar las de carácter maximal.

Finalmente consideramos que el conjunto de todas las soluciones maximales posibles determina el ámbito normativo del problema, como lo exponen los autores de la temática.

Reconstrucción de un sistema normativo

Tomemos como ejemplo el siguiente enunciado “si el adquiriente es de mala fe, entonces está obligado a restituir el inmueble al propietario.” Dicho enunciado es una norma
porque correlaciona una solución con un determinado caso. Todo conjunto de normas forma un sistema normativo.

Como ya dijimos el problema tomado está regulado por el Código Civil argentino en los art. 2777 y 2778. Los mismos tienen como fuente el proyecto de Código Civil del
jurista brasileño Freitas; los artículos relevantes del mismo son:

Art. 3877, inc. 29: “Compete la reivindicación, cuando la cosa demandada fuere inmueble... contra el actual poseedor, aunque la hubiese de buena fe
por título oneroso, si la hubo de enajenante de mala fe...”

Art. 3878: “Compete la reivindicación, ya sea mueble o inmueble la cosa demandada:...”

Inc. 2º: “Contra el actual poseedor, que de mala fe la hubo de enajenante obligado a restituirla al reivindicante.”

Inc. 3º: “Contra el actual poseedor, aunque la hubiese de buena fe de enajenante de buena fe, si la hubo por título
gratuito...”

Art. 3882, inc. 1º: “Tampoco compete la reivindicación, ya sea mueble o inmueble la cosa demandada, contra el poseedor de buena fe que la hubo por
título oneroso de enajenante de buena fe...”

A partir del análisis de los mismos es posible realizar un gráfico o matriz que represente el sistema, con los casos elementales posibles del mismo, las normas y las soluciones
inferidas de las mismas. Para una mayor ilustración recurrir al material bibliográfico obligatorio.

Es oportuno esbozar una serie de definiciones:

Un sistema normativo es incompleto si tiene por lo menos una laguna, aquel que no posee ninguna es completo.

Por otro lado, es incoherente si figuran dos o más soluciones diferentes e incompatibles para un caso.

Un sistema reviste el carácter de Redundante si la misma solución figura más de una vez en la misma línea, además las normas serán independientes si
no hay casos en el cual el sistema sea redundante.

Variaciones de modelo

De las definiciones anteriores podemos concluir que nuestro sistema que hemos construido y analizado es completo, coherente y redundante, esto último dado que varios casos
están solucionados de la misma manera y por normas distintas.
Si queremos eliminar la redundancia preservando la completitud, debemos tener precaución porque es posible generar alguna laguna en el sistema: lo que podría, mitigar este
efecto sería reformular las normas para restringir su alcance.

Es importante resaltar la diferencia entre casos de laguna (ausencia de solución) y de incoherencia (superabundancia de soluciones); muchos autores tienden a asimilarlos, a
veces las consecuencias prácticas de ambas pueden resultar parecidas, son dos fenómenos diferentes.

Figura 1. Procedimientos

Fuente: Elaboración propia

Encontramos autores que estipulan que la posibilidad de solucionar todos los casos por medio del uso del argumento a contrario, esto tiene carácter injustificado ya que puede
suceder que el mismo argumento no conduzca a soluciones incompatibles. Sin dudas el resultado dependerá de las normas que elijamos como premisas del argumento.

La mayoría de los ordenamientos contemporáneos se basan en principios:

1 Principio de jerarquía normativa.

2 Principio de temporalidad o de sucesión de normas, la ley posterior deroga a la anterior.

3 Principio de especialidad, la que prevalece de la general.

4 Principio de competencia.

5 Principio de aplicación analógica.

6 Principio de supremacía de la Constitución.

7 Principio de sujeción al sistema de fuentes.


8 Principio de publicidad normativa.

9 Principio de estabilidad de las normas.

10 Principio de generalidad y permanencia de las normas.

11 Principio de imperatividad.

Un ejemplo de lagunas en el Código Civil argentino

Nuestro código posee dos artículos referidos al problema que estamos tratando ellos son:

A RT. 2 7 7 7 A RT. 2 7 7 8

“Compete también [la reivindicación] contra el actual poseedor de buena fe que por título oneroso la hubiere obtenido de un enajenante de mala fe...”

A RT. 2 7 7 7 A RT. 2 7 7 8

"Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicación compete... contra el actual poseedor, aunque de buena fe, si la hubo por título gratuito...”

Estableciendo una comparación con los artículos de Freitas notamos un empobrecimiento. El sentido del art. 2777 está dado en que la reivindicación es procedente cuando se
dan la mala fe del enajenante, la buena fe del adquiriente y el título oneroso. Esto nos lleva a ver que es un sistema incompleto (el conformado por estos dos artículos),
coherente e independiente. Para graficar más la temática es recomendable observar los gráficos del material bibliográfico obligatorio.

Cabe mencionar que esto ha generado una larga discusión acerca de la solución correspondiente, no enumeraremos los argumentos esgrimidos no resaltaremos el
reconocimiento explícito o no, de la existencia de laguna en este caso.

Algo que debemos resaltar es que la existencia de lagunas es siempre relativa a un sistema normativo, es decir que un mismo caso puede tener soluciones distintas en sistemas
disimiles. Además la idea de completitud requiere no solo que todos los casos tengan solución (implica que sepamos cuales son todos los casos posibles), también que las
soluciones sean completas, es decir que todas las acciones posibles estén normativamente determinadas.

Como ya expresamos anteriormente vale resaltar que el concepto de completitud normativa tiene una estructura relacional, y como tal sólo puede ser definido en virtud del:

universo de casos.
universo de soluciones maximales

sistema normativo.

Síntesis conceptual

La lógica deóntica se ocupa de los conceptos normativos (permisión, obligación, prohibición, etc.) y de los usos normativos del lenguaje, utiliza normas
como son “prohibido el paso “o “todo ser humano es libre para expresar su pensamiento”.

El sistema fundador de la lógica deóntica contemporánea es obra del filósofo Von Wright quien realiza una interpretación modal de dicho sistema.

En América Latina se destacan los trabajos de los argentinos Carlos Alchourrón y Eugenio Bulygin en materia de aplicación de la lógica deóntica al
Derecho.

Alchourron y Bulygin proponen el modelo de ciencia sistematizadora, utilizan la categoría de norma, sistema normativo y sistema jurídico. El derecho es
un sistema normativo de enunciados que son consecuencias lógicas, por ello las normas correlacionan soluciones con casos.

Desean conectar el derecho con la lógica, para que se desprenda de postulados axiológicos (el primero) haciendo posible la determinación empírica del
contenido de cierto sistema jurídico. Proponen la determinación de la base del sistema jurídico y la sistematización por medio de inferencias de
consecuencias lógicas y la reformulación del sistema; poniendo énfasis en las que desarrollan su noción de sistema jurídico. Luego hay que reemplazar la
base original por un conjunto “más económico” de principios generales, equivalentes a los primeros enunciados de la base original

Es difícil decidir cuál sistema reconstruye mejor los conceptos normativos y es más útil.

Generalmente pensamos en normas morales pero éstas, tomadas como fundamento para la construcción de una lógica de normas, presentan algunos
inconvenientes como:

La dificultad para identificar el objeto de ciencia moral y

Falta de formulación y sistematización en un texto.

En cambio las normas jurídicas:

Presentan facilidad para identificarlas.

Cuentan con una disciplina científica que se ocupa de la descripción y sistematización de las mismas. Carácter científico
de la jurisprudencia

Este divorcio entre la lógica y el derecho ha traído graves consecuencias para la última ciencia.

El Derecho tiene orden sistemático, ya que la ordenación de sus disposiciones es una tarea que compete al legislador como al científico jurídico. Debe
adecuarse a pautas de racionalidad, coherencia interna de normas, compatibilidad mutua, eliminación de redundancias y la independencia de disposiciones
legales. La idea de completitud ocupa un lugar privilegiado.

El concepto de laguna posee una estructura relacional entre un conjunto de normas, un conjunto de circunstancias fácticas o casos posibles (universo de
casos) y un conjunto de respuestas posibles (universo de soluciones). La omisión de esta perspectiva se ve en el fracaso de los teóricos de la materia en
sus intentos de solucionar este problema.

Sistema normativo: conjunto de enunciados que tiene consecuencias normativas para algún Universo de Casos y algún Universo de Soluciones.

Normas: entidades lingüísticas (enunciados que correlacionan casos con soluciones).


Explicación: un concepto inexacto es transformado en uno más exacto.

El que se quiere explicar se llama EXPLICANDUM y el nuevo que lo va a sustituir:

EXPLICATUM.

Etapas del proceso de explicación:

Elucidación informal del EXPLICANDUM.

Construcción del EXPLICATUM.

Para construir el modelo elegimos un problema normativo, necesitamos conocer el status normativo de la acción; la misma se realiza dentro de un
conjunto de situaciones denominadas Universo de Discurso.

El conjunto de acciones básicas conformará el Universo de Acciones.

El conjunto de propiedades que pueden estar presentes o ausentes se denomina Universo de Propiedades.

El conjunto de todos los casos elementales se llama Universo de Casos.

El conjunto de todos los casos posibles determina el ámbito factico del modelo.

Cuando la solución determina todos los contenidos que corresponden a un universo de acciones se llama Solución Maximal, el conjunto de ellas es el
Universo de Soluciones Maximales.

Un sistema normativo es incompleto si tiene por lo menos una laguna es incoherente si figuran dos o más soluciones diferentes y es redundante si la
misma solución figura más de una vez en la misma línea.

Existe una diferencia entre los casos de laguna (ausencia de solución) y de incoherencia (superabundancia de soluciones) pero muchos autores tienden a
asimilarlos.

La existencia de lagunas es siempre relativa a un sistema normativo. Un mismo caso puede tener soluciones distintas en sistemas disimiles.

A continuación, te propongo la siguiente lectura obligatoria "La analogía, una fuente y un principio de interpretación".

La analogia, una fuente y un principio de interpretacion.pdf


57.4 KB

Fuente: Rodríguez Mancini, Jorge. (2016). La analogía, una fuente y un principio de interpretación. Ed: Thomson Reuters.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.

Rodríguez Mancini, Jorge. (2016). La analogía, una fuente y un principio de interpretación. Ed: Thomson Reuters.
Derecho a la vida

Derecho a la vida

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Derecho a la vida

Texto bibliográfico: “Tras la justicia, una introducción al Derecho y al razonamiento jurídico” Atienza, Manuel.
Cap. 4.

La huelga de hambre de los presos del GRAPO

A finales de 1989, presos de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) declararon huelga de hambre
para poder conseguir mejoras en su situación carcelaria. Deseaban la reunificación en un mismo centro de los
miembros de su grupo, lo que comportaba una modificación de la política de dispersión de presos por delitos de
terrorismo que se evidenciaba.

Figura 1. Símbolo del GRAPO


Fuente: http://terroristasnogracias.blogspot.com/2009/03/okupas-y-terrorismo-del-grapo.html
(11/03/2009)

Este conflicto hizo que debieran pronunciarse tanto jueces como Audiencias provinciales, en base a evaluar si cabía o
no autorizar la alimentación forzada de dicho reos, en el momento que se viera amenazada su salud, dada la
prolongación de esta medida de reclamo. Sin duda todo esto, trascendió y generó arduos debates en la opinión
pública; aunque no fue posible arribar a una misma conclusión, sino a tres de carácter incompatible entre si, ellas
son:

1 La administración está autorizada a alimentar a los presos por la fuerza, aún cuando ellos manifiesten
su negativa a hacerlo.

2 Sólo se pueden tomar medidas de esta clase cuando la persona esté inconsciente.

3 No hay potestad para tomar este tipo de medidas.

Las soluciones judiciales

Derecho a vivir y obligación de mantener la vida

Tiene que ver con la defensa de la primera de las soluciones, en ella encontramos a la vez tres líneas de
argumentación:

LA PRIMERA OTRA LÍNEA UNA TERCERA POSICIÓN


La esboza un auto del juez de vigilancia penitenciaria de Cádiz, tiene que ver con el carácter sagrado de la vida,
tenida en cuenta como un bien del que no es posible disponer libremente y que es preponderante en relación a
cualquier otro, por ello como expresa Atienza “el derecho a la vida debe prevalecer siempre frente a cualquier otro
derecho con el que entre en conflicto” (Atienza: 2000,89). Este derecho implica además la obligación de
conservarla, debido a que nadie es dueño absoluto de su propia vida, dado que no la crea sino la recibe.
Cabe agregar que también dos autos de la Audiencia Provincial de Zaragoza, poseen fundamentos similares al
expuesto. Definen a la vida como algo más que un derecho, es una especie de estado de la persona humana
inmanente a ella misma. Por su status ontológico este derecho es el fundamental se ubica por sobre los demás, ya
que éstos no existirán sin él. Por configurar el origen y fin de todos ellos. Esta declaración de principios tiene su base
justificativa en el Derecho natural y sus criterios superiores e inmanentes al ser humano. Encontramos la influencia
presente en el espíritu de nuestra Constitución que a la vez refleja lo expuesto en la Declaración Universal de
Derechos Humanos.

LA PRIMERA OTRA LÍNEA UNA TERCERA POSICIÓN

De argumentación que también postula la prioridad del derecho a la vida frente a los demás, basa su justificación en
términos más bien positivos que metafísicos como la anterior. Tal como lo muestra el Auto de la Sala segunda de la
Audiencia Provincial de Madrid. A grandes rasgos exponen que cualquier recluso tiene derecho a la huelga de
hambre, lo cual no significa que no pueda actuarse sobre él. Si su vida corre peligro se debe intervenir para evitar la
muerte del mismo, ya que de otro modo cometería el delito de omisión del deber de socorro o auxilio al suicidio en
comisión por omisión. La razón de esto es que el bien jurídico protegido1 , es la solidaridad humana irrenunciable.
Por lo tanto el bien se lesiona de igual manera si el sujeto en peligro pone fin a su vida voluntariamente. La
obligación de actuar y los derechos del huelguista (al libre desarrollo de la personalidad, a la vida, la libertad
ideológica, etc.) son conciliables. Esto se logra como expone el autor estudiado con el “respeto absoluto a la
manifestación del sujeto de no alimentarse cuando de forma libre y consciente así lo haya asumido (…) cuando esa
situación llegue a poner en peligro su vida, surgirá la obligación de la administración penitenciaria de
asistirle” (Atienza: 2000,95).
[1] Son los valores que pretenden tutelar las normas penales: vida propiedad, honor, etc.
Esta asistencia no tiene que estar relacionada con la obligación de consumir alimentos por vía bucal, ya que el sujeto
prologara su postura rebelde
LA PRIMERA OTRA LÍNEA UNA TERCERA POSICIÓN

Tiene que ver con considerar a la huelga de hambre como un abuso de un derecho fundamental. Esto lo podríamos
explicar considerando que el problema planteado tiene que ver con el ejercicio del derecho a la vida y no del derecho
de huelga o libertad ideológica o de expresión. Esta facultad fundamental que venimos analizando, es un auténtico
derecho subjetivo, su contenido atañe a vivir o dejar de vivir, situación similar a la que ocurre con los otros derechos.
El Estado no puede intervenir en tal contenido, por ello sería un absurdo exponer que el gobierno debe preservar la
vida de los presos.
Por otro lado todo derecho está limitado en cuanto a su ejercicio, es decir que se lleve a cabo por medio de una
actividad lícita y siguiendo fines avalados en el ordenamiento jurídico. En definitiva la huelga de hambre no
conforma un acto lícito porque intenta presionar, abusando de los derechos fundamentales. El ejercicio del derecho a
la vida y el libre desarrollo a la personalidad de los huelguistas esa limitado hasta hacerlo compatible con los bienes
contenidos en la Constitución. Por ello es legítimo imponer (siempre que no se atropelle la dignidad de la persona)
su alimentación obligatoria.

Derecho a vivir y autonomía del individuo: la obligación de mantener la vida en


estados de inconsciencia

Esta segunda postura la encontramos plasmada en distintos autos de los jueces de vigilancia penitenciaria de
Valladolid, Zaragoza y Madrid, entre otros. La Ley Orgánica Penitenciaria establece el deber de la administración de
velar por la vida, salud e integridad de los internos. Debido a la situación especial en la que ellos se encuentran, ya
que su privación de la libertad imposibilita cuidar por si mismos de su salud, concurriendo a los mecanismos
asistenciales ordinarios.

Esta obligación que posee la institución carcelaria debemos tomarla desde un ámbito garantista ya que tiene que ver
con la oferta de prestaciones sanitarias y alimentarias pero sin implicar la imposición contra la voluntad del recluso.
El mismo goza de los mismos derechos que una persona libre, siempre que sean compatibles con el cumplimiento de
la pena. El deber de asistencia que tiene la administración debe ceder ante el derecho del reo a que se respete su
decisión libre y voluntaria.
La alimentación forzada iría en contra la dignidad humana, conformando un trato degradante, prohibido y tipificado
como delito de coacciones hasta podría configurar un delito de tortura. Es necesario velar por la salud de los internos
cuando pierden la conciencia, más allá que los rebeldes hubiesen manifestado su negativa al consumo de alimentos
llegada esta situación. Por lo tanto la alimentación en este estado posibilita el respeto a la huelga de hambre, debido a
que su capacidad de presión se mantendrá sino se tolera la muerte del huelguista.

En otro orden esto también evita que surjan razones de Estado que tiendan a desembarazarse por esta vía de reclusos
considerados indeseables, como sucedió con huelguistas del IRA en el gobierno de Thatcher.

Figura 2. Margaret Thatcher

Fuente: http://eltriangular.info/es/Historia/article/margaret-thatcher-la-dama-de-hierro (02/03/2010)

 Fue Primer Ministro de Reino Unido durante el periodo 1979-1990 y líder del Partido
Conservador, ocupó por más tiempo y en forma continua el poder, que casi todos los que
tuvieron idénticos puestos. La apodaron la “Dama de Hierro” debido a sus políticas
implementadas.

Figura 3. Mural conmemorativo


Fuente: www.portalplanetasedna.com.ar/grupo01.htm

 Un mural conmemorando a NICRA (asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte).
El movimiento por derechos civiles había infiltrado por elementos de IRA en los años 60.

La situación de riesgo no basta para justificar la limitación de la libertad de los reclusos en huelga de hambre, porque
de lo contrario seria legitimo prohibir cualquier actividad que contenga un grave riesgo para la vida.

Posición crítica

Por qué es equivocada la primera solución


La manera más determinante para defender la tesis que la administración está autorizada a alimentar a los presos por
la fuerza, sin considerar su estado de conciencia, sino sólo el peligro que corre su vida, es apelando al Derecho
Natural. Recordemos que este alude a un conjunto de normas que no han sido creadas por los legisladores y que son
válidas para todos los tiempos y lugares. El mismo se encuentra en oposición directa con la concepción positivista
del derecho, cuya fuente de legitimación proviene de la emanación de la voluntad legislativa. Sin embargo, es
controvertido invocar al derecho natural entre las fuentes de nuestro ordenamiento, más allá que es común referirse a
los principios generales del derecho como una alusión a los principios de la primera postura.

Además según el autor esta invocación resultaría inútil y alcanzaría con remontarse a los principios del
iuspositivismo, presentes en la constitución y en otros textos legales. Sería necesario demostrar que existe un
principio del derecho natural que establece que el derecho la vida:

Tiene un carácter de preeminencia frente a cualquier otro derecho.

Su ejercicio es obligatorio ya que es titular no es libre de optar entre vivir y morir.

Cabe recordar que entre los autores iusnaturalistas no hay unanimidad al respecto y que la apelación de esta postura
hace intuir que la argumentación jurídica en los casos difíciles tiene un importante contenido moral.

Según Atienza, el razonamiento que analizamos en el primer apartado es falaz, porque: “es cierto que si no se esta
vivo no se puede ejercer ningún derecho, pero de ahí no se deduce en absoluto que el derecho a la vida goce de
preeminencia frente a cualquier otro derecho” (Atienza: 2000,102). Si X es condición necesaria para Y no implica
que X (siendo un acto, una situación, etc.) sea superior en un sentido axiológico o normativo con respecto a Y. Por
ejemplo: alimentarse es una condición necesaria para generar una obra de arte, pero esto no quiere decir que lo
primero implique un mayor valor que lo segundo.

Por otro lado, la creencia esgrimida de que no podemos disponer de la vida porque no la hemos creado sino recibido,
tiene que ver con caer en una falacia sin duda estamos acostumbrados a sentirnos dueños de bienes que no hemos
producido; tampoco somos menos dueños de algo que hemos recibido en herencia.

En el texto se compara al primer caso (postura partidaria de la alimentación forzada) con el derecho a la educación en
donde el titular tiene derecho a ser educado pero no a no serlo, no es posible elegir entre ir o no ir a la escuela.
En el segundo caso (posición en contra de la alimentación forzada) el derecho a la vida sería análogo al libre acceso a
la cultura, que tengamos ese derecho supone que somos libres de acceder a él o no. Observándose de parte del autor
como la opinión más acertada de las expuestas.

La argumentación que expresa la licitud de la alimentación forzada de los presos, se trata de un planteamiento
original que según el autor no posee un sustento sólido, ya que parte de lo que considera, es una errónea idea del
derecho subjetivo en general y del derecho a la vida en particular, debido a que encontramos derechos subjetivos en
donde el contenido no es una acción que sea facultativa para el titular, por ej.: los niños no tienen derecho a educarse
o no educarse. De esta forma el derecho a la vida no sería similar al de la educación ni al libre acceso a la cultura,
sino al la libertad de expresión, seremos libres de expresarnos en un sentido o en otro y los demás no podrán impedir
esta facultad. De igual manera podemos vivir o dejar de vivir, y el estado no tiene un deber positivo de preservar
nuestra vida.

Por otro lado la idea de huelga que presentan como “lícita si lo que pretenden es morir no si lo que desean es
presionar”, se basa en un error al no diferenciar entre resultado de una acción y sus consecuencias. La huelga se
distingue del suicidio porque la muerte para el suicida es el resultado y para el huelguista sólo una consecuencia. Se
la estaría considerando como nunca lícita a esta protesta, dado que quienes la llevan a adelante, están dispuestos a
morir para lograr su objetivo, aquél que lo movilizó a esa toma de decisión.

Es interesante rescatar el concepto de Dworkin para quien tener un derecho significa tener un triunfo frente a la
mayoría, de este modo ninguna directriz política ni objetivo social colectivo puede prevalecer frente a él. Por ello, si
el derecho a la libertad de expresión, puede ejercerse para presionar en las políticas gubernativas, sin dudas puede
hacerse lo mismo con el derecho a la vida.

Cómo las soluciones a medias no suelen servir como solución

Habiendo analizado el apartado que contiene las tesis, en la que una niega la alimentación por la fuerza de los presos
y la otra afirma la posibilidad, una vez perdida la conciencia; es evidente que no estamos ante un supuesto de riesgo
de muerte sino de muerte segura, ya que no se conocen muchos casos en donde se haya sobrevivido después de
determinado número de días sin ingesta de comida.
En otro orden, el huelguista se diferencia de quien acepta realizar una actividad riesgosa para su vida (por ej. un
corredor de moto), ya que el primero sabe que se va a morir no así el segundo. Existe una conexión de la necesidad
entre la actividad y la consecuencia que no se evidencia en el segundo ejemplo planteado.

Figura 4. Acróbatas

Fuente: www.estilemawordpress.com

Figura 5. Motociclismo

Fuente: www.mundoveloztv.com
Según Atienza, de estas visiones, la que juzga errada es la que expone la obligación de alimentar a los presos por la
fuerza en estados de inconsciencia. Porque si se aceptara esto se debería alimentar por la fuerza también a los
huelguistas que no estén recluidos en prisión, ya que esta instancia no justifica una trato distinto en uno y otro caso.

Figura 6. Mahatma Gandhi

Fuente: http://www.zumacaya.com/Gandhi1.jpg (03/02/2008)

 Fue uno de los líderes espirituales y politicos más respetados del siglo XX, luchó en forma
pacifica por la independencia de su país de la corona britanica. Varias veces en su vida
recurrió a los ayunos como medio de presión contra el poder, para detener la violencia,
conciliar las partes beligerantes, llamar la atención de las masas etc. Sin duda los objetivos
que inspiraron su protesta fueron muchos, llegó a considerar el ayuno como un acto
espiritual sinónimo de oración.

En 1948 a los 78 años comenzó un nuevo ayuno para detener el derramiento de sangre de su
pueblo, compuesto por hindúes y musulmanes. Logró que los líderes de ambas facciones
detuvieran la lucha, dias más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a la
tolerancia religiosa.
Si negamos que una persona pueda tomar decisiones para los casos de pérdida de consciencia habría que rechazar el
testamento vital. Este documento expresa la voluntad de una persona que no desea ser mantenida con vida si llegara
a verse en una situación de enfermedad terminal, con graves padecimientos, etc. Persigue con ello que el individuo
pueda determinar la forma en que quiere vivir y también morir.

Figura 7. Eutanasia

Fuente: http://blogs.cope.es/diosesprovidente/files/2010/03/eutanasia.jpg (22/11/2009)

 La eutanasia2 ha generado amplios debates en los últimos tiempos, quienes la defienden


sostienen que el fin del acto es evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial
de la vida del enfermo, presentándole situaciones contrarias a la dignidad.

[2] Etimológicamente significa una muerte dulce sin sufrimientos atroces.

Otros creen que el posicionamiento a favor está en contraposición con los ideales que utiliza,
van más allá de las condiciones de vida o la voluntad del individuo implicado.
Si analizamos en profundidad esta cuestión, veremos claramente como el concepto de
Dignidad Humana se invoca tanto para defender como para repudiar la eutanasia.

Figura 8. Problemática del aborto

Fuente: www.galeriasobrepont.com

 La cuestión del aborto también genera debates entorno a la primacía del derecho a la vida
contrapuesto a la elección particular. Entre los argumentos que figuran en contra del mismo,
se suele mencionar la idea de protección de la vida humana inserta en Tratados
Internacionales como el de San José de Costa Rica. Por otro lado como el bien jurídico
protegido es la vida del feto, lo que se protege es la vida, que aunque se desarrolla en las
entrañas de la madre, merece una protección independiente de la vida misma de ésta.

En contraposición está la visión que hace hincapié en los derechos sexuales y reproductivos de
todo ser humano, a la libre disposición de la madre de su propio cuerpo, esperar a poseer los
medios necesarios para traer un hijo al mundo, no llevar a término un embarazo fruto de una
violación, que acarrearía un niño no deseado por su padres, etc.
Es una temática muy compleja para la cual es necesario hacer un posicionamiento ideológico
y así ver cual de los derechos tiene primacía sobre otro, lo que configuraría un caso difícil,
para la órbita de la argumentación jurídica, como los que venimos tratando.

El autor observa que esta consideración además supone tomar una medida paternalista injustificada según su juicio,
porque se establece para obtener un bien para una persona sin contar con su aceptación. No pone en duda que haya
casos en donde se justifique este accionar, considera que deben darse para ello los siguientes supuestos:

Que la medida esté encaminada hacia la consecución del bien objetivo de una persona o grupo.

Los miembros a quienes se destina la medida no puedan prestar consentimiento por poseer una
incapacidad básica.

Si no estuvieran en esa condición aceptarían la intervención potencial.

El argumento que venimos analizando, presupone una concepción algo discutible de los derechos fundamentales,
debido a que si alguien tiene un derecho fundamental (vivir o morir) quiere decir que contra el mismo, no es posible
hacer prevalecer consideraciones de interés general o conveniencia pública.

Derecho a vivir y a morir

La posición de Atienza, con respecto a esta problemática, es la de no autorizar a alimentar por la fuerza a los presos,
más allá de su estado de inconsciencia, si su decisión de prolongar el reclamo hasta las últimas consecuencias fue
tomada libremente.

El estado de inconsciencia no es justificativo para alimentar por la fuerza a una persona (privada de la libertad o no)
que previamente haya manifestado su voluntad en sentido contrario. No significa que nunca sea lícito hacerlo, ya que
en los supuestos que analizamos en el apartado anterior si lo seria y conformaría un ejemplo de paternalismo
justificado, como también si en el caso de los huelguistas la decisión fuera inducida por la presión de la organización,
ausente de libertad.

En lo concerniente al derecho a la vida, éste implica que tenemos derecho a vivir o morir y que los demás (en este
caso el Estado) tienen deberes negativos y positivos en orden de garantizarnos la vida. Supone también la opción de
no vivir, lo que no quiere decir que sea un derecho de libre disposición en el sentido fuerte de la expresión, por esto
lo asemeja al derecho de voto o a elegir una determinada creencia religiosa.

El derecho a la vida de los presos sólo podría limitarse si su ejercicio afectase a otros derechos fundamentales de
otros o trajera consecuencias extremas poniendo en peligro el funcionamiento de las instituciones penitenciarias, por
ej. como no se evidenciaron estos supuestos en el caso, considera errónea el autor la decisión tomada por los jueces
de alimentar por la fuerza a los manifestantes.

La posición del Tribunal Constitucional

Esta última frase no fue la posición que adoptó el Tribunal, ya que se mostró partidario de la primera de las
soluciones que comentamos. Centró su argumentación en el derecho a la integridad física y moral garantizada en el
texto constitucional. Por ello la alimentación forzada de los presos constituye una limitación de este derecho
fundamental, pero la considera justificada por la necesidad de preservar la vida humana.

Al aparecer el conflicto entre la vida y el valor de la autonomía persona, el tribunal se inclina a favor de la primera
basando en lo siguiente:

El derecho a la vida tiene un contenido de protección positiva que no hace posible ubicarlo como un
derecho de libertad, abarcativo éste del derecho a la propia muerte.

Los presos no hacen uso de la libertad tutelada constitucionalmente, para conseguir fines lícitos sino
objetivos no amparados por la ley.
La relación especial de sujeción, en que se encuentran los presos permite imponer limitaciones a los
derechos fundamentales, de internos que conducen actos que puedan poner en riesgo su vida. Esto
podría considerarse contrario al derecho si fueran personas libres. La administración penitenciaria está
obligada a velar por la vida y salud de los internos sometidos a su custodia.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
Teoría de la argumentación jurídica

Teoría de la argumentación jurídica

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Teoría de la argumentación jurídica

Derecho y argumentación

Como ya vimos en el módulo anterior, encontramos tres contextos de argumentación: el de la producción de normas, el de la aplicación de las mismas y el de la dogmática
jurídica.

Es notable que la mayoría de las teorías esbozadas al respecto no han focalizado su interés en el primero de ellos, quizá por considerarlo más de índole político que jurídico. Sí
se concentraron en el segundo, que lleva adelante la resolución de los casos jurídicos. Con respecto al tercero podemos decir que juega un papel muy importante, ya que su
actividad principal consiste en producir argumentos para la resolución de casos individuales o genéricos, reales o ficticios.

Argumentar configura la actividad central de los juristas, muchas veces ha sido visualizada como modelo, ante ello Toulmin expuso que “la lógica entera debía considerarse
como jurisprudencia generalizada” (Toulmin, 1958: 7).

¿Qué significa argumentar?

Como ya estudiamos, un argumento es un encadenamiento de proposiciones, ubicadas de tal forma que de unas de ellas (premisas) se sigue la otra que configura la conclusión.
Si observamos la sentencia del Tribunal la podríamos ubicar en forma silogística o deductiva:

Otra forma:
Las premisas son razones que sirven de justificación a la conclusión. Un argumento no conforma sólo una cadena de proposiciones sino más bien una acción que efectuamos a
través del lenguaje. Ya estudiamos que el mismo tenía diferentes usos, el de tipo argumentativo significa que las emisiones lingüísticas no consiguen sus propósitos
directamente dado que además debemos producir razones adicionales; a favor de lo que decimos, mostrar cuáles son importantes, y por qué, desechar otras que llevarían a una
conclusión diferente. No es una tarea para nada fácil como se infiere.

Todo esto nos hace pensar y realizarnos muchos interrogantes como plantea Atienza: ¿es posible que un rol tan complejo se resuelva simplemente con un silogismo? Sumado a
si ¿es el método de la lógica el que debe seguir el jurista para resolver los problemas que le atañen a su orbita?

Lógica formal y argumentación

Si realizáramos un sondeo al respecto de los interrogantes, tal vez la mayoría respondería negativamente a ellos. Existen distintos posicionamientos referidos al silogismo
judicial (también analizado en el módulo anterior) hay quienes creen que la decisión del juez no esta basada en la lógica sino más bien en sus impulsos, a la vez determinados
por una serie de factores políticos-económicos-sociales, etc. Otros sitúan el eje en la tópica y no en la lógica, aquella es una técnica para inventar premisas y no para mostrar
cuando es justificado el paso de las premisas a la conclusión.

Estas consideraciones terminan siendo erradas porque se pretende contraponer la lógica y la argumentación jurídica. Sin distinguir, por un lado lo que significa explicar y

justificar, y por otro lo que se denomina justificación interna y externa1.

[1] Temática expuesta también en el módulo 2.

Sin extendernos demasiado podemos decir que la lógica deductiva es suficiente para justificar casos rutinarios, pero en los difíciles (de los que particularmente se ocupa la
teoría de la argumentación jurídica) en ellos el establecimiento de alguna de las premisas resulta una cuestión problemática. Es útil presentar argumentos adicionales a favor de
las premisas, para mostrar su carácter más o menos fundado, aquí actúa la justificación externa.

Cómo se argumenta frente a un caso difícil

Para lograr esto es importante tener en cuenta:

Identificar cuál es el problema a resolver; existen cuatro tipos de problemas jurídicos:


1 Problemas de relevancia: cuando se duda acerca de cuál es la norma aplicable a cada caso.

2 Problemas de interpretación: si el interrogante es cómo se entenderá la norma aplicable al caso. Por ej. que significa el derecho a la vida.

3 Problemas de prueba: se duda acerca de si un determinado hecho tuvo lugar. Ej.: si fue voluntaria o no la decisión de los presos al declarar la huelga de
hambre.

4 Problemas de calificación: cuando no es certero si un hecho cae o no bajo el campo de aplicación de determinado concepto contenido en la norma. Ej.: si
la alimentación forzada puede calificarse como trato inhumano degradante.

Luego que determinamos la clase de problema que tenemos deberemos, por ej. si se trata de uno de interpretación, ver si éste surge por una insuficiencia de información (la
norma aplicable no cubre el caso discutido) o por un exceso de la misma (la norma es pasible de entenderse de varias maneras incompatibles entre sí).

Seguidamente necesitaremos construir una hipótesis para solucionarlo, a través de nuevas premisas. Luego habrá que justificarlas buscando argumentos en favor de la
interpretación. Por último deberemos pasar de las premisas a la conclusión, es decir justificar internamente la misma.

¿Puede equivocarse el Tribunal Constitucional?

La Teoría de la Argumentación Jurídica cumple una función de reconstrucción racional, ya que brinda un entramado conceptual para que analicemos los procesos de
argumentación y de justificación de decisiones. No tiene sólo un fin analítico-descriptivo, sino también prescriptivo, porque muestra también cómo deben argumentar los
juristas, cuando un argumento es correcto y cuando no, etc.

Cabe diferenciar que mientras en ciencias como la Filosofía por ej. las discusiones pueden extenderse indefinidamente, en el Derecho está limitada ya que existen instituciones
que le adjudican un final a la discusión, como la labor de los órganos de última instancia.

Esto se asienta en la base que dichas instituciones buscan resolver los conflictos, su objetivo no es de tipo cognoscitivo sino más bien práctico, lo cual no significa que la
decisión sea infalible ni correcta. A propósito de ello, señala el teórico estudiado, que con respecto a la huelga de los GRAPO, la decisión fue definitiva pero equivocada; no
quiere decir que el tribunal cometió un error de tipo lógico, porque si se aceptan las premisas de las que el parte su decisión estará justificada. Lo que sucede es que las premisas
no parecen estar bien fundamentadas, falla la justificación externa.

Como ya vimos, la justificación que emitió este órgano fue:

Con respecto a 1) esta visión no tiene en cuenta que entre una libertad negativa y un derecho-deber (es aquel cuyo ejercicio es obligatorio como la educación) existen clases
intermedias en la que se podrían incluir al derecho a la vida.
En cuanto a 2) si el ejercicio de un derecho implica un freno a alguna política pública, esto no puede ser una razón para limitar tal facultad, además habría que limitar también la
libertad de expresión, de manifestación, etc.

El último de los postulados cae, al considerar que las personas privadas de la libertad tienen los mismos derechos que alguien libre, siempre que éstos sean compatibles con el
cumplimiento de la pena.

¿Existe siempre una respuesta correcta? Los límites de la racionalidad práctica

Con todo lo que hemos revisado, podemos observar que ante un mismo problema tenemos más de una respuesta que busca ser la adecuada. Si apelamos a la comunidad jurídica
la misma se encuentra dividida, es decir que no podemos estar seguros de la opinión de la mayoría se haya configurado de manera plenamente racional. Y es probable que
necesitemos apelar a alguna instancia ideal como la comunidad ideal de diálogo de Habermas.

Entonces, como dice Atienza:

“La respuesta correcta sería aquella a la que llegaría un ser racional o el conjunto de todos los seres racionales, o los seres humanos si respetasen las reglas del discurso
racional” (Atienza: 2000,136).

Si quisiéramos indagar acerca de que es la racionalidad práctica en la toma de decisiones jurídicas es necesario que nos acotemos a los siguientes principios:

Principio de universalidad o justicia formal: que establece que los casos iguales deben tratarse de la misma manera.

Principio de consistencia: las decisiones deben basarse en premisas que no se contradigan con las normas vigentes.

Principio de coherencia: las normas deben subsumirse bajo principios generales aceptables que configuren una forma de vida satisfactoria.

Estos requisitos ponen límites al momento de la toma de decisión pero son insuficientes ya que su cumplimiento no determina una única respuesta. La razón práctica no puede
llevar a cabo juicios absolutos sobre fines últimos; solo juicios con pretensión de validez objetiva, en cambio, en la racionalidad ética la dimensión crítica predomina sobre la
constructiva.

Concluyendo, si la razón no nos puede asesorar en cuanto a que decisión tomar en un caso difícil, necesitaremos contar con alguna otra herramienta. Aquí entran en juego las
emociones, otras cualidades que podríamos enumerar:

Buen juicio

Perspicacia

Perspicacia

Sentido de justicia

Humanidad

Valentía, etc.
Por lo tanto una teoría de la razón práctica debería ser complementada por una correlativa de las pasiones.

Para profundizar los conceptos estudiados, te propongo la siguiente lectura obligatoria "Un concepto normativo de coherencia".

Un concepto normativo de coherencia.pdf


255.8 KB

Fuente: Günther, Klaus. (1995). Un concepto normativo de coherencia para una teoría de la argumentación jurídica. Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho.

Síntesis conceptual

A finales de 1989, presos de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) declararon huelga de hambre para poder conseguir mejoras en su
situación carcelaria. Se pronunciaron jueces y Audiencias provinciales y evaluaron si cabía o no autorizar la alimentación forzada.

Arribaron a conclusiones diferentes:

1. Es posible a alimentar a los presos por la fuerza, aún cuando ellos manifiesten su negativa a hacerlo.

2. Sólo se puede cuando la persona esté inconsciente.

3. No se admiten este tipo de medidas.

Las soluciones judiciales:

Derecho a vivir y obligación de mantener la vida

Hubo tres líneas de argumentación:

La primera considera el carácter sagrado de la vida tenida, como un bien del que no es posible disponer libremente e implica la obligación de conservarla;
nadie es dueño absoluto de su propia vida, dado que no la crea sino la recibe. Es un derecho fundamental que se ubica sobre los demás, ya que estos no
existirán sin él.

La segunda también postula la prioridad del derecho a la vida frente a los demás, basa su justificación en términos positivos. Cualquier recluso tiene
derecho a la huelga de hambre, pero si su vida corre peligro se debe intervenir para evitar la muerte del mismo, sino se cometería el delito de omisión del
deber de socorro o auxilio al suicidio en comisión por omisión.

La tercera tiene que ver con considerar a la huelga de hambre como un abuso de un derecho fundamental. No es un acto lícito porque intenta presionar,
por eso es legítimo imponer su alimentación obligatoria.

Derecho a vivir y autonomía del individuo


Debido a la situación especial en la que los presos se encuentran es necesario velar por la salud de los internos cuando pierden la conciencia, más allá que
hubiesen manifestado su negativa al consumo de alimentos llegada esta situación.

Por qué es equivocada la primera solución

La creencia que no podemos disponer de la vida porque no la hemos creado sino recibido es una falacia.

Atienza compara al primer caso (postura partidaria de la alimentación forzada) con el derecho a la educación en donde el titular tiene derecho a ser
educado pero no a no serlo.

En el segundo caso (posición en contra de la alimentación forzada) el derecho a la vida sería análogo al libre acceso a la cultura, que tengamos ese
derecho supone que somos libres de acceder a él o no. Para él es la opinión más acertada.

El tercero que ve como lícita la alimentación forzada de los presos, es un planteamiento original pero que no posee un sustento sólido. Parte de una
errónea idea del derecho subjetivo en general y del derecho a la vida en particular.

Cómo las soluciones a medias no suelen servir como solución

El autor cree errada la visión que expone la obligación de alimentar a los presos por la fuerza en estados de inconsciencia, porque si se aceptara esto se
debería alimentar por la fuerza también a los huelguistas que no estén recluidos en prisión.

Si negamos que una persona pueda tomar decisiones para los casos de pérdida de consciencia habría que rechazar el testamento vital.

Supone una medida paternalista injustificada.

Es una concepción discutible de los derechos fundamentales, ya que si alguien tiene un derecho fundamental, contra el mismo no es posible hacer
prevalecer consideraciones de interés general o conveniencia pública.

Derecho a vivir y a morir

La posición de Atienza, al respecto de esta problemática, es la de no autorizar a alimentar por la fuerza a los presos, más allá de su estado de
inconsciencia, si su decisión de prolongar el reclamo hasta las últimas consecuencias fue tomada libremente.

Tenemos derecho a vivir o morir y los demás (en este caso el Estado) tienen deberes negativos y positivos en orden de garantizarnos la vida.

El derecho a la vida de los presos sólo podría limitarse si su ejercicio afectase a otros derechos fundamentales de otros o trajera consecuencias extremas.

La posición del Tribunal Constitucional

La posición que adoptó fue la primera de las soluciones.

Al aparecer el conflicto entre la vida y el valor de la autonomía persona, el tribunal se inclina a favor de la primera.

La relación especial de sujeción, en que se encuentran los presos permite imponer limitaciones a los derechos fundamentales.
Derecho y argumentación

Argumentar configura la actividad central de los juristas.

Tres contextos de argumentación: el de la producción de normas, el de la aplicación de las mismas y el de la dogmática jurídica.

La mayoría de las teorías no se han focalizado en el primero de ellos, quizá por considerarlo más de índole político que jurídico. Si se concentraron en el
segundo que lleva adelante la resolución de los casos jurídicos. el tercero juega un papel muy importante.

¿Qué significa argumentar?

Un argumento es un encadenamiento de proposiciones, ubicadas de tal forma que de unas de ellas (premisas) se sigue la otra que configura la conclusión.

Las premisas son razones que sirven de justificación a la conclusión. Un argumento no conforma sólo una cadena de proposiciones sino más bien una
acción que efectuamos a través del lenguaje.

¿Es posible que un rol tan complejo se resuelva simplemente con un silogismo?

Lógica formal y argumentación

Los distintos posicionamientos referidos al silogismo judicial suelen ser erróneos porque pretenden contraponer la lógica y la argumentación jurídica. Sin
distinguir, por un lado lo que significa explicar y justificar, y por otro lo que se denomina justificación interna y externa.

La lógica deductiva es suficiente para justificar casos rutinarios, pero no en los difíciles (de los que particularmente se ocupa la Teoría de la
Argumentación Jurídica) en ellos el establecimiento de alguna de las premisas resulta una cuestión problemática.

Cómo se argumenta frente a un caso difícil

Identificar cuál es el problema a resolver:

Problemas de relevancia.

Problemas de interpretación.

Problemas de prueba.

Problemas de calificación.

Construir una hipótesis para solucionarlo, a través de nuevas premisas.

Justificarlas buscando argumentos en favor de la interpretación.


Pasar de las premisas a la conclusión, es decir justificar internamente la misma.

¿Puede equivocarse el Tribunal Constitucional?

Existen instituciones que le adjudican un final a la discusión, como la labor de los órganos de última instancia. No significa que la decisión sea infalible ni
correcta.

Atienza considera con respecto a la huelga de los GRAPO, que la decisión fue definitiva pero equivocada. No quiere decir que el tribunal cometió un error
de tipo lógico, porque si se aceptan las premisas de las que el parte su decisión estará justificada. Lo que sucede es que las premisas no parecen estar bien
fundamentadas, falla la justificación externa.

La justificación que emitió este órgano fue:

La no disponibilidad del derecho a la vida.

La calificación de la protesta como actividad que persigue fines ilícitos.

Sujeción especial del preso con respecto a la institución penitenciaria.

Ninguno de los tres argumentos reviste un carácter sólido.

¿Existe siempre una respuesta correcta? Los límites de la racionalidad práctica

Ante un mismo problema tenemos más de una respuesta que busca ser la adecuada. No podemos estar seguros, que la opinión de la mayoría, se haya
configurado de manera plenamente racional.

Principios de la racionalidad práctica en la toma de decisiones jurídicas:

Principio de universalidad o justicia formal.

Principio de consistencia.

Principio de coherencia.

Ellos ponen límites al momento de la toma de decisión pero son insuficientes, no determinan una única respuesta

Necesitaremos contar con alguna otra herramienta, como son las emociones.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Günther, Klaus. (1995). Un concepto normativo de coherencia para una teoría de la argumentación jurídica. Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Razones para la acción

La Filosofía Jurídica contemporánea ha centrado su mirada en torno a la idea de deber y su importancia


para la acción, lo cual se evidencia en el debate de problemas en donde el foco de atención es el carácter
práctico del Derecho. Éste conforma el objeto de reflexión de la Filosofía Moral y la Teoría de la
Acción, ellas han aportado visiones del significado de deber, su justificación y vinculación con la
acción. Parten de la idea de razón para la acción, el concepto de razón configura un elemento básico
para poder comprender la relación entre norma y acción, además para explicar la existencia de las
normas junto a su incidencia práctica.

Razones para la acción

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Razones para la acción

Texto bibliográfico: “La noción de razón para la acción en el análisis jurídico”, Redondo, María Cristina.
Presentación.

Para poder indagar en esta temática necesitaremos abordar algunos temas clásicos de la Teoría del Derecho como
son:

Significado de razón

Comúnmente utilizamos esta palabra en diferentes sentidos, a través de los cuales se han conformado distintas
reflexiones filosóficas:
Esta clasificación debe ser considerada como clases intervinculadas entre si; un ejemplo que muestra dicha relación
es que los enfoques de las razones para la acción están condicionados por la concepción que se posea sobre la razón
como capacidad humana.

Sin dudas, a los fines de nuestro abordaje científico, necesitaremos explorar los conceptos de razón para la acción y
razón como remisa de un argumento práctico.

La razón como facultad

La razón como capacidad teórica y epistémica

Con respecto a ella encontramos diversas posiciones ideológicas, una de las mismas la califica como la función capaz
de relacionar ideas por medio de la aplicación de reglas, hace posible la obtención del conocimiento a priori. Para
poder especificarlo debemos tener en cuenta tres distinciones:
Sin profundizar demasiado en esta distinción, tomaremos en cuenta la primera de ellas que postula la diferencia entre
el conocimiento que apoyado en la experiencia y aquel que viene vía inferencia, por la verdad de otras proposiciones.
Nos muestra como la razón y la experiencia como fundamentos del conocimiento, revisten un carácter
tradicionalmente opuesto.

Como consecuencia a la razón le compete el ámbito de validez argumental y la verdad a priori, en cambio los
sentidos intervienen en la capacidad de acceso a la experiencia (conocimiento empírico). Por tanto, la concepción de
la razón como facultad epistémica la describe como una capacidad formal que puede relacionar proposiciones
siguiendo reglas; las mismas establecen cuando una proposición puede obtenerse a partir de otras. Sin duda los
elementos que serán susceptibles de relación serán entidades abstractas, proposiciones y no los hechos a los que ellas
hacen mención.

La verdad será factible de garantizar dadas las relaciones formales que la razón establece entre ellas y no en su

correlato con los hechos. Las proposiciones pueden ser analíticas o sintéticas1 , ya que no debemos confundir el
carácter formal de la razón, con la clase de proposiciones a utilizar. Con respecto a estas últimas, podemos destacar,
que su verdad es condicional dado que depende de la verdad de los enunciados de los cuales se parte.
[1] Son aquellas que agregan nueva información ya que el predicado no esta contenido en el sujeto, son juicios universales y

necesarios.

Figura 5. Immanuel Kant

Fuente: zoltec.blogspot.es/img/Kant.jpg

 Immanuel Kant

En su obra principal “Crítica a la razón pura”, analiza en profundidad toda esta


problemática, realiza una indagación trascendental acerca de las condiciones epistémicas del
conocer humano. Esta autor desea trascender la gnoseología de Hume, y superar su crítica al
principio de causalidad. Con este pensador prusiano la Filosofía experimenta un giro
copernicano; postula a la razón como facultad formadora de principios, distingue dos usos de
la misma: uno teórico y otro práctico. Con el primero de ellos será posible conocer la realidad
y generar juicios (se ocupa del ser). En cambio el siguiente tiene por fin la dirección de la
conducta, configurando imperativos o mandatos (deber ser), a ella le interesan los principios
que mueven el obrar humano para que una conducta sea considerada moral y racional.

Figura 6. Placa con conclusiones de Kant


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Immanuel_Kant (04/09/2010)

 Placa en una pared de Kaliningrado en alemán y ruso con palabras tomadas de la conclusión
de la “Critica a la Razón Práctica” de Kant

Por lo tanto podemos concluir:

La razón es una capacidad pasible de establecer relaciones formales conforme a reglas. Las entidades
que utiliza son proposiciones.

El tipo de conocimiento que brinda en esta faceta es el denominado a priori.

El conocimiento que otorga es siempre condicional.

Su función es detectar y demostrar la verdad de ciertas proposiciones.


A modo de cierre, te propongo la siguiente lectura obligatoria "La razón práctica a partir del iuspersonalismo".

La razon practica a partir del iuspersonalismo.pdf


1.6 MB

Fuente: López Muñoz, Gerardo. (2017). La razón práctica a partir del iuspersonalismo. Revista jurídica de investigación e

innovación educativa. Universidad de Málaga.


LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

López Muñoz, Gerardo. (2017). La razón práctica a partir del iuspersonalismo. Revista jurídica de investigación e
innovación educativa. Universidad de Málaga.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
Razón como facultad práctica

Razón como facultad práctica

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Razón como facultad práctica

Los ámbitos práctico y teórico

Como ya vimos, en el ámbito teórico es usual la contraposición entre razón y experiencia, en cambio en el práctico es
posible la confrontación entre razón y voluntad, lo cual configura un criterio de distinción entre estos dos escenarios
que venimos analizando.

La razón como facultad teórica pretende responder a la pregunta ¿qué es el caso? A diferencia de la práctica que
busca desentrañar el interrogante de ¿qué debe hacerse?, por lo tanto, la posibilidad de atribuir dicho carácter a la
razón estará en función de la capacidad de dar respuesta a tal cuestión, lo cual cobrará sentido, siempre y cuando,
exista una respuesta susceptible de conocerse, ya que vimos a la razón como una capacidad epistémica.

Este ejercicio supone la integración del discurso práctico al ámbito teórico, reconociendo la existencia de hechos
normativos, que dan el tinte de verdadero o falso a las proposiciones. De esta manera si negamos el carácter práctico
rechazaremos los presupuestos que posibilitan la función teórica, es decir que pasaremos por alto la existencia de
hechos normativos y que la pregunta prescriptiva de la acción tenga una respuesta verdadera o falsa.

Como expone Redondo “decir que la razón es una facultad práctica implica la aceptación de una concepción
metaética cognoscitivista, según la cual es posible conocer la verdad de los enunciados de deber” (Redondo:
1996,20). Esto no conforma una ampliación de las funciones de la facultad estudiada, sino una ampliación de su
carácter ontológico. Desde este punto de vista no estamos desafiando la concepción epistémica, sino ejerciendo la
misma capacidad, dado que este carácter (teórico o práctico) tiene directa relación con el objeto de conocimiento más
que con la razón.
La función normativa y motivacional de la razón

Este enfoque difiere del anterior, ya que la calificación práctica no la entiende como un reflejo de los tipos de
contenidos con los que ella opera. Sino que se fundamenta en la función que la razón desempeña vinculada con la
acción.

Para ello tomamos el aporte de Audi, quien distingue que la razón puede ser:

Epistémicamente práctica: cuando brinda conocimiento de verdades normativas.

Legislativamente práctica: al estatuir verdades como estándares de conducta.

Constitutivamente práctica: cuando sus pronunciamientos crean estándares normativos.

Si observamos con atención en todos los casos que presentamos el carácter práctico de la razón se configura en una
relación indirecta con la acción, ya sea por medio del conocimiento, la adopción o creación de normas que deben
guiarla.

Lo novedoso de este aporte radica en que en el segundo caso la razón señala que verdades deben ser tomadas como
guías para el comportamiento y en el tercero promulga los principios que deben regir la acción. Por lo tanto, se
evidencia como la virtud práctica de la razón, está dada por poder responder a la pregunta ¿cómo se debe actuar?

Según esta propuesta metodológica es útil rescatar la distinción de la función motivacionalmente práctica de la
razón. La misma se refiere a una capacidad de tipo empírico, es decir la intervención de la razón en el proceso que da
lugar a la acción por medio de estados mentales.

En los casos anteriores, que corresponden a la tipología normativamente práctica de la razón, dicho carácter
práctico se asienta en la capacidad epistémica y legislativa; lo que significa el conocimiento y/o establecimiento de
verdades normativas.
En cambio, en la otra distinción de carácter motivacional, su basamento está en la relevancia causal, es decir en la
posibilidad de influir en las condiciones para la realización de la acción.

Para aclarar el panorama podremos distinguir las distintas funciones de la razón de esta manera:

Como facultad teórica o epistémica.

Como facultad normativamente práctica.

Como facultad motivacionalmente práctica.

Al exponer a la razón como normativamente práctica, estamos expresando que ella puede acceder al conocimiento de
proposiciones normativas, o que los estados mentales tienen relevancia causal en la producción de la acción, por lo
cual, siguiendo a Redondo, esta calificación resulta ambigua, porque alude a funciones epistémicas y motivacionales,
además se corre el riesgo de superponer problemas lógicos, morales y psicológicos subyacentes.

La razón vista desde su capacidad epistémica, conforma el establecimiento de relaciones lógicas entre entidades
abstractas (contenidos significativos); en cambio desde la visión motivacional, da lugar a estados de cosas empíricos
susceptibles de vincularse en una relación causal.

Perspectivas de análisis

La concepción de razón como motivacionalmente práctica nos lleva a la reflexión de los conceptos de motivo y
acción humana.

Tenemos diversas formas de ver como la razón motiva la acción, generalizando podremos tener dos sentidos de esta
cuestión:
1 Sentido débil: la razón interviene en la conformación de estados cognoscitivos necesarios en el
proceso que genera la acción.

2 Sentido fuerte: la razón funciona como garantía de las condiciones suficientes para producir la
acción.

Esta distinción es importante ya que quienes rechazan el carácter práctico de la razón no niegan que sea capaz de
constituir motivos en el primer sentido esbozado. La discrepancia radica en si los estados cognoscitivos producto de
la razón, pueden configurar condiciones suficientes.

Cabe mencionar que los estados cognoscitivos son los que se refieren a contenidos normativos, algunos autores creen
que la fuerza motivacional de la razón se evidencia cuando puede conocer este tipo de contenidos, sin tener en cuenta
su carácter moral, en cambio otros la circunscriben sólo a las creencias de este último tipo. Más allá de esto, como
expresa Redondo “es unánime la opinión que no pueden constituir condiciones suficientes para la realización de la
acción” (Redondo: 1996,26).

Hay que rescatar que la capacidad motivacional se vincula, como ya vimos, con el sentido psicológico y explicativo
de “razón para la acción”, en cambio su capacidad epistémica lo hace con el aspecto normativo y justificativo de la
misma.

Esto nos lleva a concluir y exponer la separación entre los problemas empíricos, que se relacionan con la noción
motivacional y los de tipo ético que se vinculan con la epistémica. La primera clase es relevante para el ámbito
descriptivo de la explicación de la acción, en cambio la segunda lo es para la esfera normativa de la justificación.

Estas clarificaciones nos muestran nuevamente la ambigüedad de la noción de razón que ya habíamos expuesto,
mientras se relacione con la idea de razón para la acción tendrá una doble significación:

Como concepto descriptivo: al predicar la racionalidad de una acción informamos que la misma está
basada en motivos.

Como concepto normativo: la acción se justifica por medio de razones.


Por lo tanto, actuar racionalmente en el sentido explicativo del término, no implica actuar racionalmente en el sentido
justificativo del mismo.

Figura 1. Motivación

Fuente: http://educaccioncritica.wordpress.com/2010/05/22/sobre-la-motivacion-una-vez-mas/
(22/05/2010)

Síntesis conceptual

La Filosofía Jurídica contemporánea ha centrado su mirada en torno a la idea de deber y su


importancia para la acción. Parten de la idea de razón para la acción, el concepto de razón configura
un elemento básico para poder comprender la relación entre norma y acción.

Significado de razón, diferentes sentidos.

Razón como facultad humana: teórica y práctica.

Las razones para la acción: explicación y justificación.


Las razones como premisas de un argumento: práctico, teórico y como expresiones lingüísticas.

La razón como capacidad teórica y epistémica

Es capaz de relacionar proposiciones siguiendo reglas; las mismas establecen cuando una proposición
puede obtenerse a partir de otras. Los elementos que serán susceptibles de relación serán entidades
abstractas, proposiciones y no los hechos.

El tipo de conocimiento que brinda en esta faceta es el denominado a priori.

La razón como facultad práctica

La razón como facultad teórica pretende responder a la pregunta ¿qué es el caso? A diferencia de la
práctica cuyo interrogante es ¿qué debe hacerse?

La posibilidad del carácter práctico a la razón estará en función de la capacidad de dar respuesta a tal
cuestión, lo cual cobrará sentido, siempre que exista una respuesta susceptible de conocerse.

Esto muestra una integración del discurso práctico al ámbito teórico.

Si negamos el carácter práctico rechazaremos los presupuestos que posibilitan la función teórica.

No conforma una ampliación de las funciones de la facultad estudiada, sino una ampliación de su
carácter ontológico.

La función normativa y motivacional de la razón


La calificación práctica se fundamenta en la función que la razón desempeña vinculada con la acción:

Epistémicamente práctica

Legislativamente práctica

Constitutivamente práctica

Resulta útil rescatar la distinción de la función motivacionalmente práctica de la razón. Se refiere a


una capacidad de tipo empírico, es decir, la intervención de la razón en el proceso que da lugar a la
acción por medio de estados mentales.

Se basa en la relevancia causal, es decir, en la posibilidad de influir en las condiciones para la


realización de la acción.

En cambio, la concepción normativamente práctica de la razón, se asienta en la capacidad


epistémica y legislativa, lo que significa el conocimiento y/o establecimiento de verdades normativas.

Al exponer a la razón como normativamente práctica se observa que la misma resulta ambigua, porque
alude a funciones epistémicas y motivacionales, además se corre el riesgo de superponer problemas
lógicos, morales y psicológicos subyacentes.

Perspectivas de análisis

La concepción de razón como motivacionalmente práctica nos lleva a la reflexión de los conceptos de
motivo y acción humana.

Dos sentidos para analizar como la razón motiva la acción.

Sentido débil: la razón interviene en la conformación de estados cognoscitivos necesarios en el


proceso que genera la acción.
Sentido fuerte: la razón funciona como garantía de las condiciones suficientes para producir la
acción.

Los estados cognoscitivos son los que se refieren a contenidos normativos.

Debemos establecer la separación entre los problemas empíricos, que se relacionan con la noción
motivacional y los de tipo ético que se vinculan con la epistémica.

La idea de razón para la acción tiene una doble significación:

Como concepto descriptivo: al predicar la racionalidad de una acción informamos que la misma está
basada en motivos.

Como concepto normativo: la acción se justifica por medio de razones.


LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
La acción

Texto bibliográfico: “La noción de razón para la acción en el análisis jurídico”, Redondo,
María Cristina. Presentación.

Para discutir el concepto de razón para la acción, debemos desarrollar una tarea de tipo
metalingüística, ya que lo emplearemos para analizar otros conceptos. Primeramente
revisaremos todos los significados con que dicha expresión se utiliza y luego evaluaremos
cuál contribuye mejor para que comprendamos temas como: las normas, la noción de
aceptación de la existencia de un sistema jurídico y la justificación de decisiones judiciales.
Cabe distinguir que no lo es lo mismo usar que mencionar una expresión, en el primer
supuesto su referencia la forman otros objetos o relaciones que se mencionan bajo ese
nombre. En cambio en el segundo su referencia es la propia palabra que aparece entre
comillas.

La acción

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

La acción

Comúnmente esta palabra hace alusión a un determinado resultado o cambio en el mundo, que se lleva a cabo
intencionalmente, por ello intención y resultado son dos elementos integrantes de la misma. Con esto, es evidente
que descartamos todos aquellos cambios que son generados de manera involuntaria.

En cuanto al resultado, suele indicar la realización de un cambio externo al agente, aunque también podremos tener
la posibilidad de resultados internos al mismo, quienes son denominados “actos mentales”. Por ej. la acción de nadar
no es solo un movimiento corporal sino también requiere una actitud psicológica de la persona que lo realiza,
vinculada a tales movimientos. Como expresa Redondo “el aspecto interno es el que permite comprender las
manifestaciones externas, como una determinada acción intencional del individuo (…) toda acción esta compuesta de
una intención y un resultado causalmente vinculados” (Redondo: 1996, pág. 33).

Existen acciones genéricas e individuales, las primeras son un predicado aplicable a distintas situaciones particulares
(ej. nadar), serían como el nombre de una clase de acciones particulares. Estas en cambio son eventos situados en el
espacio y el tiempo que ejemplifican una acción genérica, por ej. Juan está nadando en éste momento y en esta
piscina.

Figura 1. Mujer nadando


Fuente: www.fitnesszona.com/noticias/imagenes/nadar.jpg (01/07/2010)

Un mismo hecho individual lo podemos describir de diversas maneras, es decir que podría identificar más de una
acción genérica. De todas maneras es posible que el agente no haya alcanzado con su intención, todas las acciones
genéricas ejemplificadas. Lo que sucede cuando hacemos cosas por error, queremos algo pero realizamos otra cosa
distinta. Ej. alcanzo la sal en la mesa y vuelco el vaso de vino de mi vecino.

Como expone Von Wright que un acto tipo sea intencional es una condición mínima y esencial para identificar
acciones individuales de esa clase. Ya que la falta de intención impide su identificación como tal. Hay que mencionar
que la distinción entre un comportamiento intencional y no intencional no es del todo clara, ante lo cual imputar una
acción seria imputar una intención, aun cuando no esté claramente demostrada.

Reglas definitorias de acciones - tipo e identificación de acciones


individuales

Tenemos reglas lingüísticas y de conducta que guían la imputación de una acción individual a un determinado
agente. Las de tipo lingüístico definen una palabra a través de otras palabras, delimitando su significado. Primero
necesitaremos definir la noción de acción en general y luego las distintas acciones - tipo que se le adjudican al
agente. Por ejemplo: votar, es siempre relativo a y presupone el conocimiento de las pautas lingüísticas que rigen en
determinada comunidad. Esto es importante dado que no es lo mismo el concepto de acción, a las reglas concretas
que definen las distintas acciones genéricas. Generalmente no son elaboradas por una teoría, sino que se establecen
espontáneamente.
Podemos expresar que:

Fuente: Elaboración propia.

Hay acciones que son imputables por el solo hecho de la producción de un resultado por parte del agente. Debido a
que se presupone la intención y se torna irrelevante si existe o no. Por ej. la acción de votar, una vez realizada esa
acción se le imputará al sujeto, aun cuando intente demostrar que se equivocó o que deseaba elegir a otro candidato.

Figura 2. Voto

Fuente: www.viax.cl/wp-content/uploads/2010/01/voto.jpg (14/06/2009)

En cambio encontramos situaciones que exigen la demostración de la intención sumado a la prohibición de la


imputación de la acción cuando haya ausencia de demostración. Ej. el asesinato o cualquier figura jurídica que
requiera dolo.
Las reglas que rigen la aplicación de las acciones genéricas no son explícitas en relación a la prueba de intención, es
decir que no la impiden o exigen. Es decir que la imputación puede condicionarse a la demostración de la intención o
realizarse directamente ante la verificación de ciertos acontecimientos. Por ej. la acción de insultar se asocia a
manifestaciones externas determinadas, es controvertido si es necesario probar la intención o es suficiente haber
producido un resultado ofensivo; ya que es posible que argumentemos tanto a favor como en contra, en estos casos
no hay un único uso correcto del término en cuestión.

Dos clases de acciones: acciones normativas y no normativas

Como ya se esbozó anteriormente, las reglas lingüísticas son distintas de las de conducta, estas últimas permiten,
prohíben o impiden determinados comportamientos. Ambas conforman bases para distinguir dos clases de acciones:
normativas y no normativas.

Una acción tiene un resultado normativo cuando da lugar a la creación de una norma o hace aplicable las existentes.
Aquí es importante distinguir el resultado de una consecuencia de una acción; el primero es una parte vinculada
intrínsecamente a la acción, en cambio las consecuencias son efectos de un resultado. Tanto una como otra pueden no
ser empíricos, como en el caso de dar lugar a efectos normativos (creación de nueva norma de conducta o aplicación
de las existentes).

Según Redondo “una norma de conducta es aquella que regula comportamientos estableciendo obligaciones,
prohibiciones o permisiones” (Redondo: 1996, pág. 40). Para que estemos frente a una acción normativa es
fundamental un acto-tipo, es decir un concepto de recorte determinado tramo de comportamiento y lo ubique por un
efecto normativo.

Las acciones individuales pueden poseer diversas propiedades, dadas por la forma en que se llevan a cabo o por los
atributos deónticos que tienen. Por ej. la acción de fumar en determinado lugar tiene la propiedad de estar prohibida.
Lo cual no es ni resultado ni consecuencia de la acción de fumar, en realidad es el resultado de otra acción, la que
prohíbe fumar en ese lugar.

Figura 3. Señal que prohíbe fumar


Fuente: www.soloepis.com/images/senal-prohibido-fumar.gif

Una acción genérica es normativa, si las reglas semánticas que la conforman las definen por sus efectos normativos.
De igual manera una acción individual tendrá el mismo carácter al ser identificada por sus efectos normativos; lo que
nos interesa son los efectos normativos que pueda tener un comportamiento, ellos se toman como esenciales, son
identificados con su resultado y utilizados para individualizar la acción. No debemos confundir esto con la
imputación de una acción, ya que supone la atribución de la intención al agente, interpretándolo como un hecho
propio del mismo.

Veamos este ejemplo, que cita Redondo:

“La acción de contraer matrimonio se realiza mediante la firma de un documento ante una autoridad determinada.
El mismo hecho puede describirse como la acción de firmar o la de contraer matrimonio: ¿cuál es la diferencia que
hay entre estas dos acciones?” (Redondo: 1996, pág. 42).

Podemos decir al respecto que en este caso, firmar no es una acción normativa, dado que la aplicación de ciertas
normas es solo una consecuencia posible de ella; no siendo un resultado necesario, en cambio casarse si configura

una acción institucional1 . Esto se debe a que se define por sus efectos normativos, como ya venimos comentando; en
el caso aludido, da lugar a la aplicabilidad de determinadas normas.

[1] Algunos autores denominan a las acciones no normativas y normativas: hechos brutos e institucionales respectivamente.

Es necesario distinguir que las propiedades normativas que forman el resultado del acto de contraer matrimonio, no
las debemos confundir con la calificación deóntica que ellas tengan en determinados momentos (estar permitida,
prohibidas, etc.) porque suponen propiedades de las acciones pero no efectos de ellas.

Figura 4. Matrimonio por civil

Fuente: http://www.lapaginadelosnovios.cl/content/view/304637/Los-pasos-del-matrimonio-civil.html
(22/10/2008)

Concluyendo, como expone Redondo, “toda descripción de una acción particular individualiza como resultado
aquello que se toma como su propiedad esencial (…) en las acciones normativas el resultado es siempre
consecuencia de una acción natural” (Redondo: 1996, pág. 43).

Con todo esto no queremos decir que es necesario multiplicar ontologías, sino que hay que entender que el mismo
comportamiento individual ejemplifica más de una acción genérica.

Como dijimos al comienzo, estas distinciones refieren a la clasificación de reglas de tipo:

SEMÁNTICO D E C O N D U C TA

Quienes delimitan el vínculo entre las palabras y las cosas.


SEMÁNTICO D E C O N D U C TA

Su lenguaje se vincula con la realidad, prohíben, permiten y obligan, la realización de determinados


comportamientos.

La estructura de las acciones

Es común utilizar la estructura del silogismo práctico para mostrar los elementos de la acción y su componente
teleológico. Según este enfoque el primer elemento es el estado mental que guía la obtención del fin (premisa
mayor). El segundo es la creencia de los medio suficientes para obtener dicho objetivo (premisa menor). Finalmente
el resultado seria el enunciado que ocupa el lugar de la conclusión.

Esta visión nos muestra la estructura de la acción de tipo instrumental es decir de medios a fines. Lo que
normalmente suele ser discutido en cuanto al tema es:

La caracterización de los estados mentales involucrados.

Su estipulación como necesarios o suficientes en la generación de la acción.

La relación con el resultado, etc.


Los deseos y creencias se los entiende como estados intencionales, esto consiste en la capacidad de dirigirse o ser
acerca de, objetos y estados de cosas del mundo. Podemos discernir, asimismo, su contenido representativo (ej. la
existencia de determinado servicio) y el modo psicológico en el que se tiene el mismo (la creencia o deseo que
exista).

La dirección de ajuste es una nota clave, que nos servirá para diferenciar el sentido de los deseos y las creencias. En
el caso de los deseos es el mundo el que debe corresponderse, con ellos; sucede a la inversa con las creencias quienes
deben corresponderse con el mundo. Al respecto Redondo afirma “la creencia en p es un estado que tiende a
desaparecer ante la percepción de no p, mientras que el deseo de p tiende a refirmarse” (Redondo: 1996, pág. 47).

Existen estados intencionales que buscan adecuarse a lo que la realidad dispone, si ello no ocurre se pretenderá
modificar dicho estado, por existir algo erróneo en él; hablamos en tal caso de estados con dirección de ajuste
mundo- mente, como vimos el ejemplo mas nombrado será el de las creencias. Con los deseos ocurre lo contrario ya
que si la situación mencionada ocurre, se tenderá a buscar los cambios necesarios en el mundo para que éste se
corresponda con el contenido de dicho estado (deseos ajuste mundomente).
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
Motivación de la acción

Motivación de la acción

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

Motivación de la acción

Primeramente hay que intentar precisar la noción de motivo, la cual en general se refiera a los elementos internos de la acción, es decir estado psicológicos relacionados al
actuar de un sujeto que lo podemos identificar como acción o explicarlo teleológicamente.

En el primer sentido el resultado es producto de la intervención del agente y configura la fase final de su acción. En base a esto, se genero un debate sobre cuales son las
actitudes psicológicas del agente, los factores causales necesarios para suscitar el cambio, etc.

Una postura identifica el concepto de motivo con el deseo, quien cumpliría una función activa en la producción del comportamiento.

Otra ve al mismo concepto como conjunto de creencias y deseos que dieron lugar al cambio propiciado por el agente en determinada situación. Esta visión
estipula que toda acción intencional tiene un motivo, ya que son una fase necesaria de ella.

En el segundo sentido mencionado, hallamos una caracterización distinta que los vincula de manera teleológica con la acción. Lo cual entra en contradicción con la postura
anterior, debido a que como no toda acción tendrá una explicación teleológica o intencional (como el caso de una conducta que es un fin en si misma y no representa un medio
para alcanzar otra finalidad), no todas tendrán un motivo.

Resumiendo, la idea de motivo designa estados intencionales internos al sujeto. En momentos refieren al aspecto volitivo, en el que se ubica la fuerza motora de la acción según
Hume, y en otros abarca además el elemento cognoscitivo para que se de el comportamiento. En ambos casos hallamos al motivo vinculado causalmente con su resultado.

Diferente es la postura en donde representan fines mediatos, los motivos siguen siendo estados internos al individuo pero no a la acción, son independientes de ella y hacen que
se pueda explicar de manera teleológica.

En un sentido más amplio se los suele definir como un conjunto de estados psicológicos del agente independiente de sus acciones, aplicable a todas las actitudes subjetivas, más
allá que configuren o no propósitos de alguna acción.

Dos concepciones sobre la motivación de la acción

La primera que analizaremos es la de David Hume que expone que tanto un deseo como creencia son necesarios para la acción. El primero conforma el motor de la motivación,
mientras que las creencias son estados inertes. Como es evidente, este autor realiza una diferenciación clara entre ambos estados. En cuanto a los deseos los califica de no
cognoscitivos, a diferencia de las creencias que sí revisten este carácter. Asumir esta visión condición las posiciones que deban tomarse en cuanto a la clase de entidades que
puedan constituir razones para la acción y cómo explicar la relevancia práctica de los enunciados normativos.

Figura 1. David Hume


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/David_Hume (31/08/2010)

 David Hume (Edimburgo,1711-1776) fue un filósofo, economista e historiador escocés y constituye una de las figuras más importantes de la
filosofía occidental y de la Ilustración Escocesa.

Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras percepciones, pueden dividirse en dos categorías: ideas e
impresiones. Estas últimas se hacen presentes, cuando oímos, vemos, sentimos, etc. En cambio las ideas son impresiones menos vívidas de las
que somos conscientes, cuando reflexionamos sobre alguna de las sensaciones aludidas.

Expone con firmeza que todas nuestras ideas son copias de nuestras impresiones, siendo de esta manera, imposible pensar en nada que no
hayamos advertido anteriormente, a través de nuestros sentidos.

En el otro extremo encontramos teorías que no comparten la visión de Hume. Como la que considera a las creencias condiciones suficientes para la acción, al igual que los
deseos. Como es el caso de Raz para quien las creencias representan el mundo y se dirigen a modificarlo también, por ello tienen una actitud epistémica y práctica. En este
enfoque se identifican creencias que se comportan como los deseos, en donde el sujeto no los quiere abandonar aun cuando la realidad los contradiga. De todas maneras la
acción no pierde su tinte teleológico, ya que siempre la podremos identificar como un comportamiento en pos de lograr un fin. Nagel afirma la existencia de deseos motivados
que serian a los que se llega por medio de una decisión luego de una deliberación.

En cuanto a la posición que admite a las creencias como fuente motivante de la acción, resulta difícil establecer una clasificación ya que entre ellas mismas existe acuerdo sobre
determinas cuestiones y no hay consenso acerca de otros puntos. En términos generales posicionan a las creencias como suficientes para explicar una acción, aunque agregan
que para que ella se produzca necesitarán además un estado intencional con dirección de ajuste mundo-mente, al ser teleológica la acción se pretende generar un cambio para
llegar a la meta.

Figura 2. Thomas Nagel (Belgrado, 1937)


Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Thomas_Nagel_teaching_Ethics.JPG (28/04/2008)

 Filósofo estadounidense, actualmente Profesor de Filosofía y Derecho en la Universidad de Nueva York (NYU).

Sus trabajos se han centrado en filosofía de la mente, filosofía política y ética. Se ha especializado en las diferencias entre la subjetividad y la
objetividad, planteándose la pregunta ¿es posible adquirir un punto de vista puramente objetivo y si no, hasta qué grado de objetividad se
puede llegar?

Recientemente junto con otros filósofos como John Rawls, Ronald Dworkin y Robert Nozick escribió un documento dirigido a la Suprema
Corte de Justicia de Estados Unidos abogando por la permisibilidad legal y moral de la eutanasia.

Razones para la acción

Al abordar este tema nos preguntamos que significa se una razón para la acción, en cuanto a esto tendremos distintos posicionamientos.

EL PRIMERO EL SEGUNDO EL TERCERO

Se ocupa de distintos géneros de estados internos que pueden ser razones para la acción.

EL PRIMERO EL SEGUNDO EL TERCERO

Cuestiona si pueden ser entidades internas o externas al agente.

EL PRIMERO EL SEGUNDO EL TERCERO

Indaga la posibilidad dada por la función que cumplan: explicativa o justificativa.


Las razones ¿deseos o creencias?

Según Williams para que algo sea razón para la acción tiene que poder motivar, es decir que alguien actúe por ese tipo de entidad. Se observa la vinculación con el concepto de
motivo. Como ya vimos la propuesta de Hume ubica solo a los deseos como los capaces de promover la acción, como único estado intencional motivante. En contraposición de
lo que menciona el primer autor citado en el apartado, para quien las creencias cumplirían ese rol, siendo ellas ser razones por sí mismas.

Tal como presentamos esta polémica la discrepancia radica en el poder motivador de los estados intenciones. En lo que existe acuerdo es que una acción no se produce sin un
estado que apunte a la consecución de un fin. Si bien este es un rasgo típico de los deseos también pueden tenerlo otras actitudes internas.

La posición opuesta a Hume expone que existen hechos externos al agente, que conforman razones para la acción (por poseer capacidad motivante), dicha visión pone en duda
que solo los elementos internos al individuo revistan este carácter.

Las razones ¿internas o externas?

Como ya mencionamos, Williams se sitúa en contra de la idea de factores externos que puedan constituir razones para la acción, dado que si alguien cree que un hecho externo
lo es, esta motivado por una creencia que configura un hecho interno psicológico.

Si observamos este ejemplo, veremos la incidencia de los hechos externos:

La propuesta teórica de Williams expone que los factores externos poseen relevancia motivación indirecta, porque configuran las razones internas (quienes permiten explicar a
la acción teleológicamente) y las razones externas participan en la explicación de la acción.

Otra postura para analizar esta temática es la que enuncia el carácter racionalizador de la acción, como deliberación consciente que modifica el conjunto subjetivo de
motivaciones, a ella se arriba a través de la reflexión.

Si analizamos el enunciado:

“X es una razón para la acción de A”

Veremos que es de carácter ambiguo, ya que puede expresar que solo X es un factor capaz de motivar la acción o que es el que debería motivarlo si A reflexionara
racionalmente. Claramente hemos pasado de un terreno descriptivo a uno normativo, en este último, las razones son factores que deberían ser tenidos en cuenta por un sujeto
que pretende actuar de manera racional.
Aquí se produce el transito de una razón que explica a otra que justifica, por ello el ser que actúa por medio de una razón escogida racionalmente cree estar justificado para
actuar conforme a la pauta de racionalidad que sigue.

Razones ¿explicativas o justificativas?

En la primera de las opciones nos preguntaríamos porqué se realiza determinada acción, y en la segunda porqué debería realizarse. Entre ellas encontraremos diferentes maneras
de relación:

Prioridad de la primera sobre la segunda: promueve una reducción del significado de los términos normativos a la proyección de deseos o creencias
individuales y/o compartidas.

Prioridad de los elementos normativos: solo serán razones aquellas que justifiquen la acción, siendo las de tipo explicativo dependientes de las mismas

Vinculación entre ambas concepciones: las razones para la acción sirven tanto para explicar como para justificar un comportamiento.

Todo lo expresado hasta aquí nos permite resumir que las razones internas siempre aluden a causas mentales y motivos, no debemos confundirlas con las Razones para la
acción, que viene a significar algo objetivo, externo al sujeto. Su función principal es guiar y justificar la acción.

Como se deduce es innegable el carácter ambiguo de ésta concepción por ello, si atribuimos una mayor importancia al concepto justificativo de la acción, necesitaremos recurrir
a las razones externas, diferente lo que sucede con la de tipo explicativa que alude básicamente a los deseos como único factor motivante.

Síntesis conceptual

La acción alude a un determinado resultado o cambio en el mundo, que se lleva a cabo intencionalmente. Intención y resultado son dos elementos se
descartan los cambios generados de manera involuntaria.

El resultado indica la realización de un cambio externo al agente, aunque también puede haber resultados internos al mismo.

Existen acciones genéricas e individuales, las primeras son un predicado aplicable a distintas situaciones particulares (ej. nadar), serían el nombre de una
clase de acciones particulares. Estas en cambio son eventos situados en el espacio y el tiempo que ejemplifican una acción genérica.

Un mismo hecho individual lo podemos describir de diversas maneras, es decir que podría identificar más de una acción genérica.

Que acto tipo sea intencional es una condición mínima y esencial para identificar acciones individuales de esa clase. Ya que la falta de intención impide su
identificación como tal.

Existen reglas lingüísticas y de conducta que guían la imputación de una acción individual a un determinado agente. Las de tipo lingüístico definen una
palabra a través otras palabras, delimitando su significado.

Las de conducta permiten, prohíben o impiden determinados comportamientos. Hay que distinguir dos clases de acciones: normativas y no normativas.

Una acción tiene un resultado normativo cuando da lugar a la creación de una norma o hace aplicable las existentes.
Las acciones individuales pueden poseer diversas propiedades, dadas por la forma en que se llevan a cabo o por los atributos deónticos que tienen.

Una acción genérica es normativa, si las reglas semánticas que la conforman las definen por sus efectos normativos.

El mismo comportamiento individual ejemplifica más de una acción genérica.

Los deseos y creencias son estados intencionales, esto consiste en la capacidad de dirigirse o ser acerca de, objetos y estados de cosas del mundo. La
dirección de ajuste en los deseos es el mundo-mente; sucede a la inversa con las creencias quienes deben corresponderse con el mundo.

Noción de motivo: refiere a los elementos internos de la acción, es decir estados psicológicos relacionados al actuar de un sujeto.

Una postura identifica el concepto de motivo con el deseo. Otra posición toma a dicho concepto, como conjunto de creencias y deseos. En sentido más
amplio se los suele definir como un conjunto de estados psicológicos.

Para Hume tanto un deseo como creencia son necesarios para la acción. El primero conforma el motor de la motivación, mientras que las creencias son
estados inertes.

A los deseos los califica de no cognoscitivos, a diferencia de las creencias que sí revisten este carácter.

Otros ven a las creencias como condiciones suficientes para la acción, al igual que los deseos (Raz).

Razón para la acción

¿Deseos o creencias?

Hume ubica solo a los deseos como los capaces de promover la acción, como único estado intencional motivante. En contraposición de lo que menciona
Williams, para quien las creencias cumplirían ese rol.

¿Internas o externas?

Williams se sitúa en contra de la idea de factores externos.

Porque si alguien cree que un hecho externo lo es, esta motivado por una creencia que configura un hecho interno psicológico.

Los hechos externos para él, poseen relevancia motivación indirecta, porque configuran las razones internas.

Posición sobre el carácter racionalizador de la acción: como deliberación consciente que modifica el conjunto subjetivo de motivaciones.

Se pasa de un terreno descriptivo a uno normativo, de una razón que explica a otra que justifica.

¿Explicativas o justificativas?

Prioridad de la primera sobre la segunda.

Prioridad de los elementos normativos.

Vinculación entre ambas concepciones.

Tener en cuenta que las razones internas siempre aluden a causas mentales no debemos confundirlas con las Razones para la acción, que viene a significar
algo objetivo, externo al sujeto.
LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Razones explicativas y justificatorias

Razones explicativas y justi catorias

Referencias

Video conceptual
LECCIÓN 1 de 3

Razones explicativas y justificatorias

El significado de una palabra, depende de su uso pero no consiste en él. Sino más bien en las propiedades genéricas que sirven
de criterio para usar la palabra, que identifican su alcance y delimitan la clase de objetos a los cuales refiere.

Como analizamos anteriormente no hay un único significado de Razones para la acción sumado a que los distintos usos hacen
relevantes diferentes propiedades de tal concepto.

Para el uso de tal concepto podremos recurrir a tres finalidades:

Explicación.

Justificación.

Análisis.

El uso descriptivo nos servirá para dar una explicación y el normativo para una justificación.

Explicar y justificar

Ya venimos enunciando la diferencia que existe entre estos dos posicionamientos, en el primero llevamos adelante la acción
de “expresar” y en el otro “dar una razón de porque se hizo algo”.
Esto posee, como bien expresa Redondo, una ambigüedad “proceso – producto”, ya que por un lado designan el ACTO de
expresar las causas y razones del apoyo a la explicación o justificación; y por el otro se refieren al RESULTADO del acto.

Debemos distinguir tres aspectos del acto de explicar o justificar:

1 La pronunciación de las palabras: acto locucionario.

2 Las acciones realizadas a través de estas locuciones o la intención-finalidad de ellas: acto ilocucionario.

3 El estado de cosas que se produce como consecuencia de lo anterior: acto perlocucionario.

Figura 1. Actos del habla

Fuente: http://aliciaahumadag.blogspot.com/2010/01/actos-de-habla.html (10/01/2010)

La acción de explicar y justificar nos son acciones básicas porque se realizan a través de otras. Por ej. presentar una secuencia
de enunciados (verbales o escritos) es un medio para realizar alguna de estas acciones que venimos estudiando.

Figura 2. John Langshaw Austin


Fuente: http://jornadafilosofica.blogspot.com/2007_08_01_archive.html (13/08/2007)

 Esta distinción proviene de la teoría elaborada por John Langshaw Austin (1911-1960), filósofo británico,
probablemente la figura más relevante en lo que se ha dado en llamar filosofía del lenguaje. A él se debe el
concepto de acto de habla.

También los divide en directos: aquellos que expresan directamente la intención o sea coincide el aspecto
locutivo e ilocutivo e indirectos: en donde el fin de la oración es distinto de lo que se expresa.

A su vez las podemos usar para justificar o explicar una acción como seria convencer a un juez sobre determinado punto de
vista.

Cada contexto nos brinda factores relevantes para brindar una explicación o justificación, por eso las mismas pueden variar
según sea el ámbito donde sean generadas. Por ello esto determina su carácter parcial, en el sentido de ser relativos a un
ámbito de interés determinado, porque lo que es relevante en un contexto tal vez no lo será en otro.

La noción de razón-premisa alude, a que los actos de explicar y justificar, se realizan por medio de otras acciones, es necesario
la formulación oral y/ o escrita de los enunciados, como ya vimos.

Otra cuestión importante digna de destacar, es la distinción de la justificación en sentido formal y sustantivo, si bien ambas
revelan la presencia de un conjunto de enunciados, la intención y resultado varían en cada una de ellas.

En la primera las razones son vistas como contenidos que cumplen el rol de premisas que son el fundamento de una
conclusión. Su intención es la articulación correcta de las secuencias de enunciados.
En cambio el sentido sustantivo, la concepción de razón esta fundada en la teoría normativa (religiosa, ética, política, jurídica,
etc.) que se escoja. No necesita formar parte de ningún argumento.

La explicación y la justificación como actos ilocucionarios

Estas acciones, tal como venimos expresando, poseen una intención y resultado diferentes. En la explicación el propósito es
descriptivo con interés cognoscitivo (hacer inteligible la acción) y su dirección de ajuste es palabra-mundo, ya que debe
adecuarse a la realidad. Por el contrario en la acción justificativa el propósito es evaluativo, con interés práctico (pretende
evaluar la acción) y la dirección de ajuste es a la inversa: mundopalabra, común a los actos directivos.

En el primer caso es necesaria la aceptación de las proposiciones en las que se apoya, a diferencia del segundo caso, al estar
fundado en la permisión o deber de realizar algo lo que se debe aceptar son las pautas normativas.

Por todo esto podemos decir, que explicar y justificar suponen una relación entre razón y acción, por la vinculación de dos
términos:

Uno que sustenta la explicación o justificación (razón para la acción).

Y otro que es la acción justificada o explicada.

De esta manera comprobamos que estas acciones que tratamos, sólo comparten un vocablo porque en cada caso hay una
relación diferente.

Enunciados explicativos de una acción

La explicación teleológica tiene sus restricciones porque presume la realización de un evento que intenta hacer inteligible. En
un marco de propósitos que el agente cree poder alcanza por medio de ella. Nos muestra una vinculación medio-fin que es una
conexión de tipo causal. La verdad de los enunciados de la explicación dependerá de que los estados intencionales sean los
que el sujeto perseguía al actuar.

El paradigma utilizado generalmente se basa en las disposiciones involuntarias del agente, visto como no responsable de lo
que hace, sus actitudes son adoptadas no conscientemente.

Enunciados justificativos de una acción

Hemos estudiado que esta actitud significa calificar una acción como debida o permitida. Ahora si tomamos este ejemplo:

“Pedro debe devolver el libro a María”

Notaremos su ambigüedad:

Por un lado es posible observar su tinte descriptivo



Ya que enuncia la existencia de la norma y la califica de verdadera o falsa. Como resultado de un acto lingüístico de
aseveración, acepta la existencia de la norma que la califica como debida

En cambio el aspecto justificativo



Que califica la acción de Pedro es enunciado normativo que carece de valor de verdad. Es una calificación de una acción
como debida, lo cual dependen de la teoría normativa de la que emane.
Como dice Redondo “Aceptar el deber de realizar la acción prevista por la norma, supone aceptar una teoría normativa, por
cual dicha norma es una pauta adecuada de comportamiento”. (Redondo: 1996, pág. 88).

El desarrollo de la justificación lleva dos pasos:

1 Formulación de enunciados individuales que califican al acto como debido.

2 Muestra de la razón que justifica tal enunciado normativo.

Algo más a tener en cuenta en la justificación en sentido formal y sustantivo, es su aspecto interno. Porque en la primera se
suponen las normas como fundamento del argumento, en cambio en el que sigue se aceptan las pautas que invocan se adopta
un compromiso de coherencia respecto al contenido aceptado.

A la vez en este carácter sustantivo podemos hallar:

U N S E N T I D O S U B J E T I VO U N S E N T I D O O B J E T I VO

En donde la justificación la da el sujeto sobre la base de normas que acepta como razones para la acción

U N S E N T I D O S U B J E T I VO U N S E N T I D O O B J E T I VO

Es independiente la aceptación del individuo para la calificación de las normas como razones para la acción.
No debemos olvidar que cuando afirmamos que algo “es” no se sigue de esto que tal acto este justificado, es decir que “deba
ser”; para esto es necesario reconocer dos tipos de significados el descriptivo y justificativo. Ambos conceptos son
independientes, si los unificamos en la noción de razón para la acción estaríamos negando esa duplicidad e independencia.

¿Un tipo especial de enunciados de razón?

Enunciados explicativos no teleológicos

Hasta aquí hemos visto dos tipos de razones para la acción:

1 Los motivos que la explican.

2 Normas que la califican como debida.

Existen otros enunciados que no se refieren a ninguna de estas clases, son los que aluden a hechos externos al individuo, que
no son estados mentales ni normas de conducta.

Por ej.

La razón por la cual Juan fue a visitar a María es que ella estaba enferma.
Este enunciado presupone datos que pueden formar parte de una explicación o de una justificación. Porque si vemos que Juan
quiso ser atento con María: explicamos el propósito de ser atento, además de la creencia que la visita seria un medio para
satisfacer tal objetivo. Esto estaría dentro de la órbita descriptiva.

Por otro lado si pensamos que acto como debía porque es un deber acompañar a los enfermos (norma que establece un deber)
nos centramos en lo justificativo.

Redondo expresa que “cuando existe una práctica de conductas, ya sea que constituyan o no una regla social, se generan
expectativas sobre los comportamientos establecidos” (Redondo: 1996, pág. 95).

Pensemos en el ejemplo de la regla social que exige formar fila para el pago de algún servicio público, por orden de llegada.
Con esto es esperable que al llegar todas las personas se coloquen detrás de la ultima de la fila, y además que quien esta
cobrando atienda a quien está en el primer lugar. Con esto vemos como la práctica existente apoya una generalización.

Figura 3. Fila

Fuente: http://www.elblogdelcontable.com/ (29/01/2009)

Enunciados de razón para una acción futura

Ellos tendrán que ver con la conducta en el caso anterior, que la persona que este primero en la fila sea la razón para ser
atendido. Presuponen normas, deseos o aceptación de normas. Pueden limitarse a informar que un determinado hecho es una
razón para la acción sin otro fin.

La existencia de reglas de conducta da un valor predictivo al suceder de los estados de cosas. Ser una pauta en si mismo
funciona como base para la justificación de la acción.

En síntesis es posible enunciar las siguientes conclusiones:

Razón para la acción se refiere a un término de una relación, el otro siempre es una acción de tipo intencional.
Podemos asumir diversas clases de vínculo entre razón y acción, una de carácter empírico (explicación) y otra
normativa (justificación).

La razón puede aparecer en contextos de explicación y justificación. En los primeros bajo la forma de estados
mentales teleológicos vinculados a la acción, y en el otro como normas o hechos normativos.

La clasificación de razón explicativa y justificativa se entrecruza con la de sentido forma y sustantivo.

La justificación la podemos tomar desde dos planos: uno subjetivo, como acción de un agente quien realiza la
acción y uno objetivo que depende de la teoría lógica o normativa.

Síntesis conceptual

Explicar y justificar: poseen ambigüedad proceso – producto designan el ACTO de expresar las causas y se
refieren al RESULTADO del acto.

Aspectos del acto de explicar o justificar: locucionario, ilocucionario y perlocucionario.

La acción de explicar y justificar no son acciones básicas porque se realizan a través de otras.

Cada contexto nos brinda factores relevantes para brindar una explicación o justificación, por eso las mismas
pueden variar en uno u otro.

Justificación en sentido formal y sustantivo: ambas revelan la presencia de un conjunto de enunciados, pero la
intención y resultado varían en cada una de ellas.
En la primera las razones premisas fundamento de una conclusión. Su intención es la articulación correcta de
las secuencias de enunciados.

En cambio el sentido sustantivo, la concepción de razón esta fundada en la teoría normativa (religiosa, ética,
política, jurídica, etc.) que se escoja.

En la explicación el propósito es descriptivo con interés cognoscitivo.

En la justificación el propósito es evaluativo.

En el primer caso es necesaria la aceptación de las proposiciones en las que se apoya, a diferencia del segundo
caso que no lo es.

La explicación teleológica tiene sus restricciones porque presume la realización de un evento que intenta hacer
inteligible, muestra la vinculación medio-fin.

En los enunciados justificativos de una acción encontramos tinte descriptivo un aspecto justificativo que
califica la acción como debida o permitida.

En el carácter sustantivo de la justificación podemos hallar:

Un sentido subjetivo: la justificación la da el sujeto.

Uno objetivo: es independiente la aceptación.

Existen enunciados que aluden a hechos externos al individuo, que no son estados mentales ni normas de
conducta. Ellos presuponen datos que pueden formar parte de una explicación o de una justificación.

En los enunciados de razón para una acción futura, la existencia de reglas de conducta da un valor predictivo
al suceder de los estados de cosas.

Razón para la acción se refiere a un término de una relación, el otro siempre es una acción de tipo intencional.

Hay distintos vínculos entre razón y acción, una de carácter empírico (explicación) y otra normativa
(justificación).

La razón puede aparecer en contextos de explicación y justificación.


LECCIÓN 2 de 3

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
LECCIÓN 3 de 3

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El argumento práctico

En este apartado tomaremos el concepto de razón como premisa de un argumento, conforma los enunciados que se articulan en la estructura del
mismo. Este es el centro de atención principal de la lógica, disciplina que estudia, como hemos visto, las formas de argumentos validos, y busca
distinguir los correctos de los incorrectos.
Así podremos definir un argumento como la secuencia de proposiciones, en donde una se deriva de las demás por medio de la aplicación de las reglas
de inferencia. Debido a ellas la verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión, y preserva la verdad del silogismo.

El argumento práctico

Referencias
LECCIÓN 1 de 2

El argumento práctico

Argumento teórico y argumento práctico

Las estructuras lógicamente válidas son formas correctas de presentar un argumento y justificar una proposición. Los elementos que las componen son entidades lingüísticas.
Ante ello debemos diferenciar que la conclusión de un argumento teórico será un enunciado de contenido teórico, distinto de lo que sucede con el práctico donde es una acción
o toma de decisión quien representa la conclusión (contenido práctico).

EL CRITERIO DE LA CONCLUSIÓN EL CRITERIO PRAGMÁTICO EL CRITERIO TIPO DE RELACIÓN

Para comenzar a distinguirlos debemos analizar sus características particulares, entre ellas tenemos que el argumento teórico representa enunciado del ser, expresa
proposiciones con predicado cognoscitivo. En cambio el practico, del deber ser, su contenido es no proposicional y no busca hallar la verdad ni falsedad de los
mismos.
En lo que hace a la conclusión, los teóricos rebelan que es el caso, a diferencia de los otros que responde a que debe hacerse.
Como expresión de hechos normativos, el argumento práctico expresa una proposición, que se basa en hechos morales normativos no reductibles a hechos
empíricos.

EL CRITERIO DE LA CONCLUSIÓN EL CRITERIO PRAGMÁTICO EL CRITERIO TIPO DE RELACIÓN

Este afirma que no es posible considerar a los argumentos como teóricos o prácticos en si mismos, sino que tal carácter viene dado por la función que satisface. Es
decir que es relevante la intención de quien desarrollo el argumento y la función que este cumple.
EL CRITERIO DE LA CONCLUSIÓN EL CRITERIO PRAGMÁTICO EL CRITERIO TIPO DE RELACIÓN

En esta visión los argumentos prácticos establecen una relación de tipo sustantiva entre los contenidos. Buscan una relación entre determinados estados de cosas
concebidos como medios otros como fines. Estableciendo una relación causal, dando una explicación intencional de la acción. La validez de los enunciados no se
apoya en la relación formal en cuanto a las premisas, lo que si sucede en los teóricos.

Argumento práctico: diversos significados y aplicaciones

Es viable establecer un sentido no lógico de los argumentos prácticos en donde esta relación entre enunciados no es una implicación, sino una conexión empírica-moral y
conceptual, con propósitos explicativos, reconstructivos y éticos normativos.

Un argumento práctico posee un sentido no lógico cuando es propuesto como modelo teórico (de una explicación o reconstrucción) y también como patrón para fundamento de
enunciados concluyentes de deber.

La forma en que se relacionan los procesos psicológicos o verbales de una argumentación con los modelos abstractos varia en cada caso. Si por ej. un juez al fundamentar su
decisión no se adecua a una estructura deductiva, su justificación debe considerarse inválida y descartada como argumento lógico.

Resumiendo encontramos diferentes usos de la noción de argumento práctico:

Sentido lógico.

Dos restantes conjuntos de enunciados que representan relaciones independientes de las de tipo lógico, susceptibles de establecerse entre argumentos.

Otra cuestión interesante para reflexionar, como plantea la autora del texto, es que “una cosa es el proceso psicológico que culmina con la extracción de la conclusión y otra es
el proceso psicológico que termina con la manifestación externa de la acción” (Redondo: 1996, pág. 116). Según ella ambos son argumentos en sentido psicológico y difieren
del sentido lógico significativamente.

Argumento práctico en sentido lógico

Las estructuras deductivas

Al respecto encontramos numerosas interpretaciones acerca de la distinción aristotélica entre silogismo deductivo y práctico. Según Von Wright, el último, tiene una estructura
en la que un estado de cosas individual se subsume bajo la regla general de la acción.
La estructura sería la siguiente:

La premisa mayor o universal conforma un enunciado de deber, conveniencia o deseabilidad de determinado estado de cosas o acción.

La menor es donde el término universal se indica a una persona concreta o cosa particular.

La conclusión enuncia el deber, la intención o la realización de la acción.

A través de la aplicación del modelo se lleva a cabo la tarea más importante del jurista, dado que él expone los distintos sectores del sistema jurídico mostrando las
consecuencias que se pueden extraer a partir de un conjunto determinado de normas. Ellos deben resolver los conflictos por medio de decisiones justificadas, y la sentencia debe
ser una decisión fundamentada en las normas generales, debe poder reconstruirse con la estructura de un argumento válido.

La validez de un argumento práctico en este sentido, es la de un argumento deductivo, y requiere la aplicación de cualquiera de las reglas de inferencia admitidas por la lógica.

Las razones premisas que justifican la conclusión pueden ser: proposiciones normativas o normas o enunciados de hecho que describen un estado de cosas o acción. En el
primero de los casos puede ser razón en sentido sustantivo que ya analizamos en apartados anteriores. Solo recordaremos al respecto que razón-premisa y razón sustantiva de
acción presuponen dos sentidos diferentes de justificación.

Las estructuras de la lógica de satisfacción y de la satisfactoriedad

Ambas conforman dos criterios para evaluar la validez de las inferencias teleológicas que parten de un enunciado deóntico. Según la primera de las mencionadas son válidas las
condiciones causalmente necesarias del estado de cosa propuesto por la premisa mayor. El enunciado de deber está justificado si la realización de esa acción es necesaria para
alcanzar los objetivos.

Quienes la critican proponen la de satisfactoriedad, en la cual se justifican las acciones suficientes para alcanzar un fin, aun cuando no sea necesario. Ya que no se justifica hacer
todo aquello, que si bien es necesario, es imposible de completar para dar lugar a condiciones suficientes de los objetivos propuestos.

A partir de un enunciado de deseo para alcanzar cierto fin, no se sigue la verdad del enunciado que afirma para satisfacer el deber o fin propuesto. Hace falta una premisa
general que presupone la existencia del deseo de efectuar lo necesario para cumplir el deber admitido. Esta premisa es la que suma las lógicas de satisfacción y satisfactoriedad.
Una vez que se admite nuestro argumento se convierte en la estructura deductiva estándar.

Argumento práctico como modelo teórico- reconstructivo

La idea de argumento práctico es usada demás como modelo teórico aplicable a diferentes objetos, allí podemos distinguir dos estructuras: una como medio-fin y otra de
carácter comparativo.

El argumento tiene como función mostrarnos los rasgos importantes del objeto a que hace alusión, para poder contribuir a su mejor comprensión. En el de tipo práctico lo
referente a su mayor o menor corrección se juzga en cuanto a su adecuación para poder hacer inteligible o representar lo que pretende captar

El argumento práctico como modelo reconstructivo de la acción intencional


Este uso ya lo hemos analizado, el patrón teleológico es aceptado como el molde reconstructivo de la acción humana. El nos mostrara las acciones con todos sus elementos
constituyentes, los de tipo cognoscitivos y volitivos de la intención sumado también al resultado. Como dice Redondo “el elemento interno volitivo queda representado en la
premisa mayor, el cognoscitivo en la menor y el resultado se enuncia en la conclusión” (Redondo: 1996, pág. 130).

El argumento práctico como modelo de la explicación intencional de la acción

El esquema teleológico se utiliza para la explicación de la acción en términos de razones internas al sujeto, para mostrar los fines que pretendía alcanzar. Los estados
intencionales a los que se refieren las premisas son parte de la acción, de la intención o su aspecto interno. Toda acción tiene un motivo en sentido de intención.

El argumento práctico como modelo reconstructivo del concepto de deber.

En este caso debemos entender al último en términos de necesidad práctica de realizar una acción.

Por esto es de utilidad distinguir entre:

Inferencia práctica primaria



En donde partir de un fin se concluye en una necesidad práctica de realizar lo que lleva a la satisfacción de una acción, seria la necesidad objetiva en relación a un fin.

Inferencia práctica secundaria



En la conclusión se menciona un deber derivado de uno primario. Es un deber en sentido técnico o instrumental. Por ej. calentar mi casa es un deber derivado de uno básico propuesto que seria
hacerla habitable. Cabe acotar que es este esquema es rechazado por la interpretación kantiana de la noción, ya que el deber seria algo querido por si mismo y no un medio para alcanzar un fin.

A continuación, te propongo la siguiente lectura obligatoria "Inferencias prácticas".

Inferencia práctica.pdf
199.3 KB

Fuente: von Wright, Georg Henrik. (2008). Inferencia práctica. Praxis Filosófica.
El argumento práctico como modelo del proceso de resolución de conflicto de razones

En esta clase, el agente sopesa sus deseos, creencias y razones motivacionales a favor y en contra de la acción a la luz de los principios de conducta. Por ende en el argumento
práctico se produce un balance en el que las razones se evalúan y compran con otras, indicando que se debe hacer en sentido concluyente.

El argumento práctico como modelo normativo

Según este modelo, el argumento no se propone como esquema de inferencia en sentido lógico, ni como modelo teórico, es un procedimiento para justificar el deber o permisión
de realizar una acción. Su implementación se considera justificada como una conducta debida, siendo el contenido de una norma regulativa.

Para la aplicación del modelo debe requerirse la implementación de este tipo en contextos jurídicos, políticos y religiosos. Variando en ellos el criterio para la selección de
razones que entran en evaluación, ya que el peso de las mismas varía según la concepción normativa que se asuma.

La validez se identifica con la corrección material de los contenidos justificables, tema que ya hemos tratado, no puede ser relativa o parcial ya que no tendremos un argumento
válido desde lo jurídico, por ej. y no desde lo moral.

Síntesis conceptual

La conclusión de un argumento teórico será una proposición de contenido teórico y cognoscitivo, representa un enunciado del ser, distinto de lo que
sucede con el práctico donde es una acción o toma de decisión, del deber ser, su contenido es no proposicional y no busca hallar la verdad ni falsedad.

La conclusión del práctico muestra enunciados de acción, expresión de hechos normativos.

El criterio pragmático considera que dicho carácter viene dado por la función que satisface.

El argumento práctico establece una relación de tipo sustantiva entre los contenidos. Buscan una relación entre determinados estados de cosas concebidos
como medios y otros como fines. Estableciendo una relación causal, dando una explicación intencional de la acción. La validez de los enunciados no se
apoya en la relación formal en cuanto a las premisas, lo que si sucede en los teóricos.

En los argumentos en sentido no lógico la relación entre enunciados no es una implicación, sino una conexión empírica-moral y conceptual, con
propósitos explicativos, reconstructivos y éticos normativos.

Argumento práctico en sentido lógico.

La premisa mayor conforma un enunciado de deber, conveniencia o deseabilidad de determinado estado de cosas o acción. La menor es donde el término
universal se indica a una persona concreta o cosa particular. La conclusión enuncia el deber, la intención o la realización de la acción.

A través de la aplicación del modelo se lleva a cabo la tarea más importante del jurista. quien debe resolver los conflictos por medio de decisiones
justificadas, y la sentencia debe ser una decisión fundamentada en las normas generales, debe poder reconstruirse con la estructura de un argumento
válido.

Las estructuras de la lógica de satisfacción y de la satisfactoriedad: son dos criterios para evaluar la validez de las inferencias teleológicas que parten de
un enunciado deóntico.
Según la primera: son válidas las condiciones causalmente necesarias del estado de cosa propuesto por la premisa mayor. El enunciado de deber está
justificado si la realización de esa acción es necesaria para alcanzar los objetivos.

La de satisfactoriedad, justifica las acciones suficientes para alcanzar un fin, aún cuando no sea necesario

Argumento práctico como modelo teórico-reconstructivo.

Si vemos al argumento como modelo teórico aplicable a diferentes objetos, podemos distinguir dos estructuras: una como medio-fin y otra de carácter
comparativo.

El argumento tiene como función mostrarnos los rasgos importantes del objeto a que hace alusión, para poder contribuir a su mejor comprensión.

Lo podemos clasificar de la siguiente manera:

El argumento práctico como modelo reconstructivo de la acción intencional.

Como modelo de la explicación intencional de la acción.

Como modelo Reconstructivo del concepto de deber.

Proceso de resolución de conflicto de razones.

Como modelo normativo.


LECCIÓN 2 de 2

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

von Wright, Georg Henrik. (2008). Inferencia práctica. Praxis Filosófica.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.

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