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A falta de libertad, viento para cantar y fuego para depurar.

Tras el sin número de manifestaciones culturales que expresan nuestra variedad y


emociones se esconde detrás de las líneas de esta novela el aliento de la raza
negra como claves perpetuas sobre la cual descansan las intenciones de un negro
que solo buscaba ser “hombre nada más”, no es solo la voz que narra cómo ha
sufrido desde su infancia el padecimiento de los tantos que vivieron dominados,
sino que además es el sonido de las gaitas que siente lo que se sufre en una
sociedad sin oportunidades, narra y aliviana su dolor, su angustia la vuelve
canción y la desesperación se marcha mientras el son de los tambores golpean
sin perdón, alzando en viva voz el duro dolor de poseer un oscuro color en su piel,
distrayendo sus ocios como higiene salvadora que inmortaliza el sufrir, purificando
el sentir, con su mezcla africana los componentes de la raza negra destrozan la
sensibilidad y sedan la realidad, se le acusa de usar magia solo por saber llevar
embrujo en su garganta, su música, su baile y su risa le dan al personaje ficción y
realidad para ser digno de no ser olvidado, por cuyo esfuerzo el cual logro
cuestionar, sobreponer y además interpretar su pasado sin perder la voluntad de
salir de su miseria para seguir volando, danzando como clarinete llenando
espacios con sonidos, buscando propósito para la vida, notas chocando con
sentimientos, como si perdieran la batalla, pulmones en desesperación, música
convirtiéndose en ruido y en liberación.

La raza su único propósito es tejer un hilo conductor con la música, con la única
intención de acercarse a todos los sectores para así aprovechar y proyectar
encuentros para promover series de valores que estamos todos destinados a
cumplir y ejercer, siendo la máxima expresión de vida frente a la muerte,
acompañada de sonido, canto y movimiento, las personas tan distintas, tan
incompatibles se identifican entre si, estando la música muy por encima de
nosotros, este fue entonces su legado para simbolizar y crear el sentido de la vida
que se puede comunicar con otros.
Pero hay una voz que emerge como instrumento de purificación, es el calor de la
llama que aparece para dar valor, que cuida, sana y destruye con su intención,
tras cantar y alivianar deseaba también huir y escuchar crujir las llamaradas
acompañadas de cabelleras de humo negro que le recordaban las cicatrices de su
caminar, el mismo humo que tambalea con el viento y se alejan como el
sufrimiento, tenía 8 años cuando aprendió que las fogatas purifican y por entre los
velos de las lágrimas supo que el incendio podía dárselo a los que pecan también,
porque les remordía la conciencia y luego su madre que le acariciaba frente al
fuego y le recordaba su calor interior, para luego su padre quemar las mismas
mientras veía como su carne renegrida se desprendía, sobrevive y resiste como el
oro, a pesar de ser catalogado barro de carne morena, su única intención es
buscar el orden en el caos junto a la veneración al fuego y el culto al sol,
recibiendo de sus llamas purificación o venganza, con sus bestias que luchan por
poseer el paisaje con esa resistencia amenazante que configura su conciencia
moral, soy un hombre nuevo repite, el día que empieza es el día de mi
resurrección, luego con su voz firme y sonora pronuncio el discurso del cual lo
tachan de loco pero no es más que un hombre nada más, alegre y vivaz.

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