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“AÑO DE LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA SALUD”

UNIVERSIDAD CIENTÍFICA DEL PERU

Facultad de Ciencias e Ingeniería


Escuela Profesional de Ingeniería Civil

Catedrático:
Ing. Jefree Arévalo Mg.

Cátedra:
Deontología Profesional

Tema:
Crimen Organizado y Terrorismo en el Perú

Estudiante:
Guzmán Bardales, Ruy Alberto

San Juan – Iquitos


Perú
2020
INTRODUCCIÓN

Una de las principales banderas del nuevo gobierno en materia de lucha contra la
inseguridad ciudadana ha sido el combate frontal al crimen organizado.
Actualmente la administración de Basombrío ha desplegado 65 megaoperativos
contra el crimen organizado en todos los departamentos del país. Más allá del
impacto mediático que han tenido estos operativos, es necesario analizar el
fenómeno al que el país se está enfrentando a fin de entender en qué medida esta
política responde a sus características e identificar los retos que le quedan por
superar al gobierno actual. (2019)

I. CRIMEN ORGANIZADO

Si bien las formas de delincuencia organizada no son nuevas, su tipificación en el


ordenamiento jurídico internacional y nacional datan recién del siglo XXI.
Normativamente, el punto de partida para la implementación de políticas
específicas y transnacionales sobre este tema es la Convención de las Unidas
contra la Delincuencia Organizada transnacional, conocida también como la
Convención de Palermo. En el Perú las disposiciones de la Convención fueron
retomadas por la Ley 30077 (Ley contra el Crimen Organizado), la cual detalla los
21 delitos comprendidos en esta categoría y dispone la implementación de
técnicas especiales de investigación para desarticular organizaciones criminales
dedicadas a estas actividades. Los delitos relacionados al Crimen Organizado
pueden clasificarse, de acuerdo a la literatura internacional (Naylor, 2000) en al
menos tres tipos generales de actividades: crimen predatorio, mercados ilegales y
delitos comerciales (o corporativos). El primer tipo está relacionado principalmente
a delitos patrimoniales en los que se depreda la riqueza de un territorio (como en
el caso de la extorsión, la usurpación o el robo); el segundo se relaciona con la
producción y comercio de bienes o servicios ilegales; y el tercero tiene que ver con
crímenes de naturaleza corporativa para reducir gastos empresariales (como por
ejemplo disposición ilegal de desechos tóxicos, entre otros). En el Perú, el Estado
se ha focalizado principalmente en combatir los dos primeros tipos.
La literatura internacional tiene como consenso señalar que el crimen organizado
es de naturaleza económica, con un lógico empresarial que lo que busca es
maximizar las ganancias de la actividad ilegal. En ese sentido, es necesario
comprender esta lógica económica para poder combatirlo exitosamente, así como
identificar las manifestaciones especificas en el país. El crimen predatorio ha
asentado su presencia principalmente en la franja costera entre Tumbes e Ica, a
pesar de que existen organizaciones dedicadas a esta actividad en el resto del
país, el modus operandi de estas organizaciones asociados al uso de armas de
fuego, amenazas y sicariato ha causa preocupación en la opinión pública. Las
tasas de homicidio de la franja costera han sido significativamente superiores a la
tasa promedio nacional (por ejemplo, la ciudad de Tumbes registró en 2015 una
tasa de 44.5, en contraste con la tasa de 7.2 a nivel nacional, según el INEI). Sin
embargo, su visibilidad mediática no significa necesariamente que sean las
actividades ligadas al crimen organizado más extendidas en el territorio nacional.

Desde hace varias décadas, el Perú afronta diversas dificultades para


contrarrestar la expansión de los mercados ilegales en el país. Así, Perú continúa
siendo el segundo productor mundial de derivados cocaínicos (UNODC, 2016),
además de presentar diversos problemas ligados a la minería ilegal, la tala ilegal y
la trata de personas. La expansión de estos fenómenos es más extensa, y afecta a
la costa, sierra y especialmente selva. Si bien en algunos casos se han asociado a
actividades violentas, como en el caso del terrorismo en el VRAEM o la minería
ilegal en Mazuko, los mercados ilegales no necesariamente se caracterizan por su
violencia (Andreas y Wallman, 2009). Por el contrario, la violencia atrae la atención
de las autoridades y en varios casos perjudica el negocio.

En el Perú se calcula que la economía subterránea representó entre 50% y 80%


del PIB entre los años 1980 y 2005 (Escobar, 2008), además de que existen
indicios razonables de que las economías ilegales representa una fracción
importante de esta economía subterránea (Jungbluth, 2013). ¿Qué pasaría si
efectivamente se controlasen los mercados ilegales en el país? En otros contextos
como en Colombia, los estudios señalan que las economías del tráfico ilícito de
drogas han ayudado al país a sobrellevar las crisis económicas internacionales
(referencia). A diferencia del crimen predatorio, los mercados ilegales pueden
llegar a desarrollar redes de soporte, en las cuales las personas no rechacen su
presencia, sino por el contrario la defiendas. Tanto el crimen predatorio como los
mercados ilegales son retos para el país en materia seguridad. Así las estrategias
para su persecución y sanción deben adaptarse a sus características específicas.
Sin embargo, hay un denominador común: la necesidad de fortalecer la
inteligencia y la investigación criminal.

ACCIONES TOMADAS POR EL ESTADO PERUANO

 MEGA OPERATIVOS.

Los mega operativos son un conjunto de acciones coordinadas que realiza


el equipo de inteligencia policial, con el fin de identificar el modus operandi de
las organizaciones criminales, así como a los implicados a capturar.

Pasos de los mega operativos.

1. Recolección de información

El equipo de inteligencia capta a los informantes y colaboradores, y se


identifica la organización criminal (miembros, modus operandi, zonas de
acción, recursos).

2. Apertura de carpeta fiscal

Exponen el caso al Ministerio Público, se investiga a los implicados a


través de instituciones como: RENIEC, SUNARP, empresas operadoras,
etc.

3. Procedimientos especiales de investigación

Se despliegan las técnicas especiales de investigación como agentes


encubiertos, agentes especiales, etc. Se realizan las interceptaciones
telefónicas y geolocalizaciones por mandato judicial; se ubican a los
miembros de la organización criminal y se les da seguimiento y,
finalmente, se obtienen las órdenes de detención luego de sustentar
ante el Poder Judicial los elementos de convicción.

4. Ejecución del mega operativo

Se realiza la operación con equipos especiales en cumplimiento estricto


de las medidas limitativas de derechos otorgadas por el Poder Judicial,
así como los derechos humanos de los implicados.

II. TERRORISMO EN EL PERÚ

La época del terrorismo en el Perú, conocida por el Estado


peruano como Conflicto Armado Interno del Perú, Guerra contra el
terrorismo o Lucha contra el terrorismo, fue un periodo ocurrido entre 1980 y
2000 durante la escala armada de grupos subversivos establecidos en el centro y
sur del país que buscaba destruir al Estado democrático e instaurar un Estado
socialista. Esta época es considerada la más brutal de la historia peruana por el
número de víctimas. Según la estimación de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación, cerca de 70 000 personas habrían fallecido en el fuego cruzado
entre los subversivos y las fuerzas del estado; la mayoría de estas víctimas fueron
campesinos, personas humildes, mendigos; también fueron perseguidos por el
gobierno minorías étnicas, religiosas y sexuales o personas de acuerdo a su
condición social o económica. Un estudio de 2019 cuestionó las cifras de víctimas
de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, estimando en cambio "un total de
48.000 asesinatos, sustancialmente inferior a la estimación de la CVR" y
concluyendo que "el Estado peruano tiene una participación significativamente
mayor que Sendero Luminoso". Tras la captura de los principales líderes
terroristas (Abimael Guzmán, Víctor Polay Campos y Óscar Ramírez Durand), el
accionar de los grupos subversivos se ha limitado al control de la zona
del VRAEM en alianza con el narcotráfico, originando escaramuzas y atentados
contra las fuerzas armadas y la policía, así como intentos de ingresar a la política
a través de organizaciones como el “Movimiento por Amnistía y Derechos
Fundamentales”.
El Terrorismo en el Perú se encuentra dividido en periodos, los cuales son:

 Primeros atentados y emboscadas (mayo de 1980-enero de 1983).


 Escalada y pico de la violencia: masacres y atentados (enero de 1983-junio
de 1986).
 Despliegue nacional del terrorismo (junio de 1986-marzo de 1989).
 Crisis extrema: Equilibrio estratégico y nueva estrategia antisubversiva
(marzo de 1989-setiembre de 1992).
 Declive (setiembre 1992-noviembre 2000).

El conflicto se inició cuando el incipiente grupo político Sendero Luminoso atacó e


incendió unas urnas electorales en el poblado de Chuschi en las elecciones
generales de 1980, posteriormente el Estado peruano declara en estado de
emergencia en el departamento de Ayacucho poniéndolo bajo mando militar e
iniciando una constante tensión entre la población; la posterior aparición
del MRTA desencadenaría en todo el Perú un periodo de inestabilidad política que
daría como respuesta una dura represión por parte de los gobiernos peruanos de
turno. Desde el ámbito internacional países como España a pesar de su
inestabilidad política mostró su apoyo al gobierno, el gobierno de los Estados
Unidos mandaría apoyo táctico, Cuba y China, países de sistemas comunistas
darían su respaldo condenando todo acto terrorista ante civiles sin importar la
ideología que sea. Después de la caída de Alberto Fujimori en el país se instaura
un gobierno provisorio liderado por Valentín Paniagua el cual crearía la Comisión
de la Verdad y Reconciliación para investigar a las víctimas del terrorismo
generalizado en el Perú.

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