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IMPORTANTE:

Este documento contiene la metodología y resultados de la Zonificación


Socioeconómica Ambiental y los Lineamientos de Política para la Gestión Ambiental.
Este corresponde a la última fase de investigación del estudio “DETERMINANTES
SOCIOECONÓMICOS Y FÍSICO-ESPACIALES PARA EL ORDENAMIENTO
AMBIENTAL TERRITORIAL DE LA JURISDICCIÓN DE CORANTIOQUIA”.

Si se desea acceder al documento completo que hace referencia a de todo el estudio,


este se encuentra disponible en Centro de Información Ambiental de Corantioquia en
Medellín o en la oficina de la Corporación Académica Ambiental de la Universidad de
Antioquia.

1
7. ZONIFICACIÓN SOCIOECONÓMICA INTEGRADA

La Zonificación Socioeconómica Integrada identifica las áreas homogéneas que expresan


la dinámica e integración territorial existente entre los diferentes elementos constitutivos
del medio socioeconómico y físico-espacial en el territorio de la jurisdicción de
CORANTIOQUIA.

Aunque los conceptos de Paisajes Productivos Dominantes, Configuración


Socioeconómica Territorial, Capacidad Funcional Urbano Rural y Accesibilidad, ya fueron
abordados respectivamente en su metodología, producción y análisis en los capítulos
No.3 y 4 de Dimensión Socioeconómica y Dimensión Físico Espacial (Ver Documento 1,
Enfoque Técnico y Dimensiones del Estudio), en este texto será necesario enunciarlos y
presentarlos para efectos de claridad metodológica de la ZSEI.

7.1 VARIABLES PARA LA ZONIFICACIÓN

7.1.1 Configuración Socioeconómica


Esta es una síntesis que resulta de la lectura y análisis de las siguientes cinco variables:
“Síntesis de Calidad de Vida”, “Tensión Ambiental del Hábitat Rural”, “Concentración de la
Propiedad Rural”, “Índice de Capacidad Funcional Urbano Rural” y “Accesibilidad Rural”,
que de acuerdo a lo planteado en el Subcapítulo 3.6.3., del capítulo de la Dimensión
Socioeconómica, son las más representativas por cada categoría de análisis. Para
construir el análisis central de la configuración socioeconómica territorial, se planteo
agrupar las cinco “variables síntesis”, ya mencionadas, en una tabla que permite
organizarlas con el fin de hacer los cálculos necesarios para su calificación posterior.

Por esto se recomienda leer y revisar este Subcapítulo, el cual aborda el Análisis de la
Configuración Socioeconómica Territorial, que asume “variables síntesis”, que tienen
como soporte metodológico y analítico el calculo y combinación de 79 variables iniciales
(véase Documento Enfoque Técnico y Metodológico, en lo referente a la información
consignada en la ficha metodológica de cada categoría empleada), lo cual garantiza que
estas variables síntesis se pueden considerar resultados consistentes, que expresan un

2
estado de configuración socioeconómica territorial de los municipios de la jurisdicción (Ver
Mapa: Configuración Socioeconómica Territorial).

Este análisis síntesis permitió inicialmente dividir el territorio de la jurisdicción de la


Corporación en 4 unidades básicas de acuerdo al nivel de criticidad, así como el número
de municipios que poseen cada uno de dichos valores, tal como se muestra en la
siguiente tabla:

Tabla 59. Rangos de calificación *

CONFIGURACIÓN (%) Jurisdicción de


COLOR No. MUNICIPIOS
SOCIOECONÓMICA Corantioquia
Muy Crítica 36 45
Crítica 26 32.5
Aceptable 12 15
Buena 3 3.75
TOTAL 77 96.25

* Ver Análisis Síntesis de la Configuración Socioeconómica Territorial

En esta tabla, se muestra cómo el 77.5% de los municipios de la Corporación se


encuentran en una situación socio-económica crítica o muy crítica, mientras sólo el
18.75% se encuentra en situación buena o aceptable, el 3.75% no tiene dato (Medellín,
Itaguí y Remedios). Este hecho, implica que la Corporación debe evaluar la prioridad de
promover procesos de planificación ambiental territorial, encaminados a mejorar las
condiciones de desarrollo local y regional, como una estrategia en el manejo y
conservación de los recursos naturales y en la propia capacidad institucional de
administración y gestión ambiental, toda vez que, como se ha constatado en Colombia,
territorios deprimidos y con escaso desarrollo convergen hacia una mayor dependencia y
presión de los recursos naturales disponibles; con esto se constata la frase que expresa
que “la crisis de la naturaleza es la crisis de la sociedad”.

En el Mapa 9, que se muestra a continuación, se evidencian espacialmente los municipios


en cada uno de estos cuatro rangos, pero adicionalmente se contempla una nuevo rango

3
para el caso de Medellín, el cual se define con una configuración socioeconómica muy
buena:

Mapa 9. Configuración Socioeconómica Territorial. Jurisdicción de Corantioquia

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

En el anterior mapa, se puede observar que las territoriales de Panzenú, Zenufaná,


Hevéxicos y Citará tienen la totalidad de sus municipios en situación muy crítica y

4
crítica, lo que coincide, en parte, con los bajos índices de calidad de vida que reportaron
estas territoriales. Adicionalmente, se trata por lo general de municipios que se
encuentran en una relativa situación de aislamiento a través de vías que no proporcionan
las mejores condiciones de accesibilidad.

La situación socioeconómica que ha sido considerada como aceptable, tiene una


distribución espacial que coincide, como se mencionó anteriormente, con aquellos
municipios del altiplano norte donde se lleva a cabo la ganadería de leche con mayores
niveles tecnológicos, que a su vez requieren de una mayor oferta de servicios lo que se
refleja en una mayor capacidad funcional de sus centros urbanos. Esta capacidad
funcional responde en parte, a la dinámica generada por el establecimiento de industrias
de lácteos y cárnicos, lo que sugiere a su vez un sistema vial acorde a los requerimientos
del mercadeo.

De otro lado, las territoriales Aburrá Norte y Aburrá Sur tienen ubicados la mayoría de sus
municipios en condiciones socio-económicas buenas y/o aceptables, en parte debido a
que hacen parte del centro urbano dominante (Área Metropolitana del Valle Aburrá), que
ofrece más y mejores oportunidades socioeconómicas, alta convergencia urbano-regional,
acceso y estructura metropolitana físico-espacial, posición dominante en la geografía
urbano-regional, lo que se traduce en una mejor localización de oportunidades y calidad
de vida. Es el caso de Amagá y Caldas que actúan como lugares de residencia de
trabajadores urbanos.

El caso de los municipios de Medellín, Itagϋí y Remedios no presentan calificación,


debido a la ausencia de datos oficiales. Sin embargo, para efectos de ajuste
metodológico de la Zonificación Socioeconómica Integrada (ZSEI) y de acuerdo a los
parámetros de calificación que el presente estudio ha venido trabajando, se asume que
para el caso de Medellín, este municipio presenta la máxima valoración respecto al resto
de los municipios de la jurisdicción y establece una nueva categoría que denominamos
“muy buena configuración socioeconómica territorial” y a la cual se le asignó una
calificación de cinco (5).
Para el caso de Itagϋí, se asume que este municipio tiene una “buena configuración
socioeconómica territorial” y a la cual se le asignó una calificación de cuatro (4), que es

5
compartida con los municipios vecinos de Envigado, Sabaneta y Copacabana en el Valle
de Aburrá.

En Remedios se asumió que este municipio posee una “muy crítica configuración
socioeconómica territorial”, a la cual se le asignó una calificación de uno(1), ya que su
situación es similar a la de municipios cercanos como Yondó, Yalí y Amalfi.

7.1.2 Paisajes Productivos Dominantes


Los paisajes productivos dominantes se pueden definir como una unidad de amplia
cobertura territorial, caracterizada por el dominio de un sistema de producción, con una
específica disposición ecogeográfica y unas condiciones de relativa homogeneidad en su
dinámica socioeconómica y ambiental.

En la jurisdicción de Corantioquia se lograron establecer un conjunto dominante de 24


paisajes productivos, que corresponden a grandes porciones del territorio en las que
existe una predominancia de un paisaje asociado a una determinada actividad económica,
sin que por ello signifique que no se encuentren otras actividades y usos de la tierra
distintos al dominante en ese paisaje.

Se recomienda leer y revisar el Capítulo 3.5 que aborda el Análisis de los Paisajes
Productivos Dominantes en la jurisdicción de Corantioquia, de los cuales cinco de ellos
se valoraron cuantitativamente para determinar su importancia e incidencia económica al
interior de la Corporación y los restantes ocho paisajes productivos se valoraron
cualitativamente, sin realizar un análisis comparativo que indicara la importancia de cada
paisaje productivo en relación a los otros. Estos cinco paisajes dominantes valorados
cuantitativamente a su vez, se subdividieron respectivamente en tres tipos de paisajes
que dependen de las condiciones topográficas, agrológicas, nivel tecnológicos y de
productividad.

Los paisajes productivos dominantes definidos en este estudio y que aparecen


referenciados en el Mapa 8, son los siguientes: Ganadería de Carne Extensiva con Altos
Niveles Tecnológicos (PGC1), Ganadería de Carne Extensiva (PGC2), Ganadería de

6
carne extensiva marginal (PGC3), Ganadería de Leche Extensiva con Altos Niveles
Tecnológicos (PGL1), Ganadería de Leche Extensiva (PGL2), Ganadería de leche
extensiva marginal (PGL3), Cafetero Tecnificado (PC1), Cafetero Semi Tecnificado
(PC2), Cafetero Marginal (PC3), Cañero Semi Tecnificado (PCÑ1), Cañero Tradicional
(PCÑ2), Cañero Tradicional Marginal (PCÑ3), Economías mixtas de Colonización (EMC),
Arrocero (PAr), Frutícola Altamente Comercial (PF1), Frutícola Comercial (PF2), Frutícola
Marginal (PF3), Hortícola (PHo), Bosque Natural Intervenido (BNI), Bosque Natural poco
intervenido declarado (BNPD) y no declarado (BNPND), Plantaciones Forestales (PFo),
Ocio con fines Recreativos y Turísticos (POC), Minero (PMi).

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Mapa 8. Paisajes Productivos Dominantes. Jurisdicción de Corantioquia.

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

La espacialización de estos 24 paisajes productivos dominantes reconocidos al interior de


la jurisdicción de Corantioquia, son representados en el mapa anterior. Cada paisaje es
identificado con un color propio que ubica de manera tendencial el área que ocupa una
determinada actividad económica predominante en un territorio particular y que se
evidencia en la fisonomía propia que esta le otorga al paisaje (Ver Mapa 8. Paisajes
Productivos Dominantes. Jurisdicción de Corantioquia).

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Para la construcción de este mapa, se recurrió a tres insumos básicos que fueron: el
mapa de coberturas vegetales homologado por Corantioquia a partir de los POT (Planes
de Ordenamiento Territorial) municipales escala 1:100.000, los esquemas o mapas
veredales dibujados con cada uno de los funcionarios de Umatas visitados en municipios
y por último la información restituida a partir del trabajo de campo realizado en el territorio
de la jurisdicción de Corantioquia.

Para efectos de usar el mapa de paisajes productivos en la construcción de la Síntesis de


la Dinámica Socioeconómica, fue necesario asignarle un valor subjetivo que permitiera la
comparación entre paisajes productivos según la importancia por productividad, la cual se
obtuvo a partir del consenso agropecuario del año 2003, y por integración económica, en
base al mapa de accesibilidad. Estos resultados se consignaron en la Tabla 6; donde el
mayor valor (5) corresponde a aquellos paisajes que fueron identificados como los de
mayor consolidación, estabilidad y organización socioeconómica, mientras que los menos
valorados (1), corresponden a paisajes con mayores condiciones de marginalidad
productiva y socioeconómica, y menor integración económica.

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Tabla 60. Valoración de los Paisajes Productivos Dominantes

PAISAJE PRODUCTIVO VALORACIÓN


Hortícola (PHo)
Ganadería de Carne Extensiva con Altos Niveles Tecnológicos
(PGC1)
Ganadería de Leche Extensiva con Altos Niveles Tecnológicos
5
(PGL1)
Cafetero Tecnificado (PC1)
Cañero Semi Tecnificado (PCÑ1)
Frutícola Altamente Comercial (PF1)
Plantaciones Forestales (PFo)
Ocio con fines Recreativos y Turísticos (POC) 4
Minero (PMi)
Ganadería de Carne Extensiva (PGC2)
Ganadería de Leche Extensiva (PGL2)
Cafetero Semi Tecnificado (PC2) 3
Cañero Tradicional (PCÑ2)
Frutícola Comercial (PF2)
Arrocero (PAr) 2
Economías mixtas de Colonización (EMC)
Ganadería de leche extensiva marginal (PGL3)
Ganadería de carne extensiva marginal(PGC3)
Cafetero Marginal (PC3) 1
Cañero Tradicional Marginal (PCÑ3)
Frutícola Marginal (PF3)
Bosque Natural Intervenido (BNI)

A los paisajes Forestales definidos en las unidades de Bosque Natural poco intervenido
declarado y no declarado, no se les asignó ninguna valoración por considerar que la
sociedad aún no le ha dado un valor en términos monetarios y de productividad
económica a este tipo de paisajes. Esta ausencia de valoración determina que estas
áreas no fueran consideradas en el momento de cruzar la información socioeconómica y
físico espacial, con la cual se produjo el mapa de Zonificación Socioeconómica Integrada
(ZSEI). Sin embargo estas unidades se tendrán en cuenta al momento de integrar las
Áreas de Interés Ambiental de Corantioquia, con el objeto de generar el mapa de
Zonificación Socioeconómica Ambiental (ZSEA).

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7.1.3 Capacidad Funcional Urbano Rural
Los asentamientos urbanos hacen parte integral del territorio, y de la forma como se
distribuyen, sus características funcionales y sus relaciones, depende significativamente
la estructura, la funcionalidad y el desarrollo territorial; este concepto de “integración
funcional espacial” hace referencia a un sistema articulado e integrado de centros de
crecimiento de diferentes tamaños y características funcionales que facilita la difusión del
desarrollo regional.

El análisis da capacidad funcional permite identificar un gradiente claro frente a la


intensidad del uso del territorio, interpretados en 6 niveles o valores que diferencian área
con muy alta capacidad funcional como el Área Metropolitana en la cual se encuentran
casi todas las funciones de servicios analizadas en este estudio, destacándose funciones
especializadas en cuanto a actividades financieras, comerciales, industriales, clase de
hospitales y nivel de atención; así mismo funciones de tipo cultural, recreativas, de
educación a nivel superior, como también servicios administrativos y religiosos, hasta
centro poblados básicos que manifiestan altos grados de marginalidad y desintegración
territorial.

En seis rangos diferentes según su capacidad funcionaI o cobertura de servicios urbanos


podemos distribuir el territorio de la jurisdicción, este gradiente de 1 a 6 o de rojo a verde
interpreta los niveles diferenciales de complejidad funcional que colorea de forma activa y
cambiante sobre el territorio, el sistema de ciudades.

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Tabla 61. Rangos de capacidad funcional

VALORACIÓN CARACTERÍSTICAS

6
Ejerce funciones diversificadas en Polariza centros y espacios geográficos de la estructura urbana
servicios financieros, comerciales, Se constituye como centro receptor de población proveniente de otras
industriales y especializados ciudades
Su influencia alcanza niveles nacionales
Suministra a las subregiones los servicios que estas carecen
Ofrece toda gama de servicios propios de una gran ciudad
Posee los equipamientos más numerosos y especializados
Concentra servicios financieros y comerciales
En ella se emplazan grandes empresas de transporte de carga y
pasajeros
Su Industria es de trascendencia nacional
Ofrece servicios médicos y universitarios especializados

Función predominantemente Son centros de apoyo a los centros subregionales


económica de impacto subregional Poseen funciones polarizantes (Concentran sobre si).
con apoyo financiero, servicios En ellos confluyeran relaciones ciudad – campo
administrativos, comerciales y Son fundamentalmente ejes económicos de sus áreas de influencia
sociales. respectivas
Prestan importantes servicios de salud, administración de justicia,,
circulo judicial y de telecomunicaciones
Son centros de expansión agrícola subregional, desde donde se
organiza la producción, se acopia, se asegura la compra y la
redistribución
4
Función económica con énfasis en Dependen de un centro de relevo principal, de un centro subregional
lo agropecuario, servicios o inclusive de una metrópoli regional, según la cercanía geográfica y
administrativos, comerciales y la accesibilidad
sociales de influencia próxima. La función de relevo es principalmente la agrícola
Su tipología funcional se centra en el manejo de actividades
agrícolas, diferenciándose con los centros de relevo principal en su
volumen
Poseen los equipamientos urbanos indispensables para el servicio de
su población y de las proximidades inmediatas
Poseen menor desarrollo cultural que los centros de relevo principal

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3

Funciones económicas y Presentan un carácter más urbano que los centros locales secundarios
comerciales de apoyo a Sus equipamientos permiten servir a comunidades vecinas de centros
centros de nivel superior; menores
servicios básicos en lo No polarizan a su alrededor otros asentamientos
publico y social local Su producción surte los centros de relevo que se encuentran en sus
proximidades
Están dotados de los servicios mínimos necesarios para atender a la
población residente en su núcleo o proximidades inmediatas
Poseen los equipamientos básicos necesarios para su categoría urbana, y
algunos esporádicos que incrementan su importancia
Aunque sus servicios tienen una marcada función para sus habitantes
locales, tiene la tendencia a servir fuera de su jurisdicción
2

Funciones económicas y Son de menor importancia que la de los centros locales principales
comerciales básicas; Sirven a núcleos pequeños de población circundante
abastece poblaciones Abastecen a centros urbanos de mayor importancia que le son próximos
próximas de mayor No poseen equipamientos para el servicio de gente que proceda de las
importancia, posee servicios afueras.
básicos locales. Presentan un carácter más rural que los centros locales principales
Su equipamiento urbano se limita a la población local
1

Funciones de Son producto de agrupaciones de personas con carácter predominantemente


autoabastecimiento, agrícola
comercio y servicios Su actividad comercial es de supervivencia
elementales e insuficientes Sus servicios de que disponen son realmente escasos
Sus equipamientos urbanos son elementales para la vida cotidiana y se
limitan a servir a su propia población

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Mapa 13. Capacidad Funcional Urbano Rural. Jurisdicción de Corantioquia

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

7.1.4 Accesibilidad Regional


La accesibilidad es calculada con base al índice de trazado velocidad y se estableces 6
rangos diferenciales, identificando de forma alarmante la baja capacidad de respuesta que
posee la infraestructura de comunicación y transporte que soporta las relaciones y
tensiones socioeconómicas de nuestro territorio, permitiendo o mejor provocando la
presencia de áreas con altos grados de marginalidad y desintegración territorial.

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Los 6 rangos del mapa de accesibilidad se valoran como se expresa en el siguiente
cuadro.

Tabla 62. Rangos de Accesibilidad Regional

COLOR ACCESIBILIDAD VALOR

Muy Baja 1

Baja 2

Media Baja 3

Media Alta 4

Alta 5

Muy Alta 6

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Mapa 18. Accesibilidad por Trazado Velocidad. Jurisdicción de Corantioquia

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

7.2 METODOLOGÍA PARA LA ZSEI

La construcción de la Zonificación Socioeconómica Integrada surge a partir de la


combinación de las cuatro variables mencionadas en el numeral 2.1, a las cuales se les
otorgó una ponderación a cada variable, de acuerdo al peso específico de cada una de
ellas (Ver Tabla 63). A las variables CSE y SCF se les asigno un porcentaje de 30%

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respectivamente, por considerar que estas tienen un gran número de datos incorporados
en su construcción y por tanto ofrecen un mayor nivel de confiabilidad.

Tabla 63. Variables que componen las unidades de dinámica e integración


territorial

DINÁMICA INTEGRACIÓN
TERRITORIAL TERRITORIAL D+I Territorial
CSE 30% SPP 20% SCF 30% SAC 20% Rangos Calificación
1 0.3 1 0.2 1 0.3 1 0.2 0.0 - 1.7 Marginal
2 0.6 2 0.4 2 0.6 2 0.4 1.7 -2.2 Muy Baja
VALORES

3 0.9 3 0.6 3 0.9 3 0.6 2.2 - 2.7 Baja


4 1.2 4 0.8 4 1.2 4 0.8 2.7 - 3.4 Media
5 1.5 5 1 5 1.5 5 1 3.4 - 4.1 Alta
6 1.8 6 1.2 4.1 - 5.5 Muy Alta

CSE: Síntesis configuración socioeconómica territorial; SPP: Síntesis de paisajes


productivos dominantes; SCF: Síntesis capacidad funcional urbano-rural; SAC: Síntesis
de accesibilidad regional.

El mapa de Zonificación Socioeconómica Integrada (ZSEI), es el producto de la


combinación, mediante una sumatoria de algebra de mapas en “ArcMAP”, de los mapas
de Configuración Socio-Económica Territorial, Paisajes Productivos Dominantes,
Capacidad Funcional Urbano-Rural y Accesibilidad Regional, teniendo en cuenta que
cada valor absoluto corresponde a un determinado polígono para cada mapa
considerado, los que al integrarlos dan como resultado nuevos polígonos o unidades
socioeconómicas diferenciables por los rangos que calcula el Sistema de Información
Geográfica. Esta combinación arroja como resultado el Mapa 19, el cual recoge las
unidades en términos de dinámica e integración territorial de la jurisdicción de
Corantioquia.

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La Dinámica Territorial esta asociada a las manifestaciones que sobre el territorio
traduce la relación entre la Configuración Socioeconómica y los Paisajes Productivos
Dominantes. Por tanto el concepto de dinámica territorial como su nombre lo indica,
permite realizar una radiografía rápida del comportamiento actual de la situación
socioeconómica del territorio de la Corporación, lo que muestra distintos niveles de
desarrollo territorial que se manifiesta en niveles de calidad de vida y distribución de la
propiedad de la tierra rural, al tiempo que combina los usos predominantes de la tierra
donde se destacan las actividades productivas que mayor incidencia en la vida económica
local y regional.

La Integración Territorial está asociada a las manifestaciones que sobre el territorio


traduce la relación entre la Capacidad Funcional Urbano-Rural y los diferentes niveles de
Accesibilidad Regional. Por tanto el concepto de integración territorial como su nombre lo
indica, permite realizar una radiografía de los gradientes de mayor dominio en el sistema
de ciudades (Área Metropolitana del Valle de Aburra), hasta las zonas más apartadas del
desarrollo territorial, donde los servicios urbanos no alcanzan a tener incidencia y las
posibilidades de accesibilidad son muy bajas y hasta inexistentes.

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Mapa 19. Zonificación Socioeconómica Integrada. Jurisdicción de Corantioquia

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

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7.3 UNIDADES HOMOGENEAS POR DINÁMICA E INTEGRACIÓN TERRITORIAL

Tal y como se muestra en la Tabla 9 y en el Mapa.5, se definieron seis(6) unidades


homogéneas teniendo en cuenta la dinámica e integración territorial, las cuales permiten
especializar distintos niveles y jerarquías de la estructura socioeconómica y físico-espacial
de la jurisdicción de Corantioquia. A continuación se definen cada una de las seis
unidades homogéneas:

Espacios Marginales
Estos espacios corresponden a aquellos territorios que presentan una configuración
socioeconómica muy crítica, unos paisajes productivos muy marginales, unos centros
urbanos básicos y una muy baja accesibilidad regional.

Estos espacios se encuentran localizados de modo disperso en varias regiones de la


jurisdicción de Corantioquia, de los cuales se destacan los siguientes: El cañón del Cauca
a la altura de Buriticá, Sabanalarga, Toledo, Ituango y Briceño, el cual tiene continuidad
espacial al norte con la cuenca alta del río Tarazá, San Jorge y Sinú en el Parque
Nacional Natural de Paramillo y al oriente con las vertientes medias superhúmedas de los
ríos Anorí y Nechí; Además se destaca las vertientes medias del Cauca en los municipios
de Betulia, Concordia, Anzá, Ebéjico y Armenia Mantequilla y en las vertientes altas de los
municipios de Caicedo y Santa fe de Antioquia. En la jurisdicción de la Corporación
existen otros espacios marginales en lugares puntuales, tales como el entorno de las
cabeceras de Yondó, Caracolí, Gómez Plata, Hispania, Betania y Caramanta, y al oriente
del municipio de Nechí. Estas localizaciones indican que estos espacios no están
articulados actualmente a la estructura productiva del territorio, tanto por sus precarios
niveles de inserción a la vida económica del departamento como a su aislamiento
funcional como prestadores de servicios urbanos de sus respectivos entornos rurales.

Espacios de muy baja dinámica e integración territorial


Estos espacios corresponden a aquellos territorios que presentan una configuración
socioeconómica crítica, unos paisajes productivos marginales, unos centros locales
secundarios y una baja accesibilidad regional.

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Estos espacios también se encuentran localizados de modo disperso en varias regiones
de la jurisdicción de Corantioquia, de los cuales se destacan las áreas que coinciden en
parte con las reservas de la Ley 2ª y Bajo Cauca – Nechí; además del interior de la
jurisdicción del municipio de Yondó, la cuchilla de los farallones de Citará en el municipio
de Andes y Ciudad Bolívar.

Espacios de baja dinámica e integración territorial


Estos espacios corresponden a aquellos territorios que presentan una configuración
socioeconómica aceptable, unos paisajes productivos medianamente integrados, unos
centros locales principales y una medianamente baja accesibilidad regional.

Regiones como el nordeste antioqueño en parte de los municipios de Yolombó, Amalfi,


Maceo, Vegachí y el suroccidente de Yondó y el oriente de Puerto Nare en el magdalena
medio, presentan una unidad caracterizada por tener una vida productiva frágilmente
insertada a la estructura regional del departamento, debido principalmente a una regular
conexión con el resto del territorio antioqueño. Otras áreas con estas mismas condiciones
son el centro y norte del municipio de Nechí, la cuenca baja del río Grande en
inmediaciones de Donmatías y Santa Rosa; las vertientes del río Medellín en
inmediaciones de Barbosa; alrededores de Santa Fe de Antioquia; el corredor de la nueva
conexión entre el cañón del río Cauca y Valle del Aburrá; los municipios de Montebello,
Valparaíso y Jardín; la cuenca alta del río Frío en Támesis y el norte de Tarazá.

Espacios de media dinámica e integración territorial


Estos espacios corresponden a aquellos territorios que presentan una configuración
socioeconómica buena, unos paisajes productivos integrados, unos centros de relevo
secundarios y una medianamente alta accesibilidad regional.

En esta unidad se encuentran algunas áreas más definidas espacialmente y compactas


que las anteriores, ya que son espacios con unas condiciones más favorables de
conexión con el resto del territorio y por tanto con garantías de localización e inserción a
la economía regional del departamento más provechosas para fomentar su desarrollo
local. Tal es el caso de las serranías y llanuras de Puerto Berrio y Puerto Nare; el área de
influencia de la vía Caucasia-Zaragoza; Los Llanos de Cuiba y la cuenca alta del Río

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Grande en el altiplano norte; además del entorno no inmediato de la cabecera de Andes,
Támesis, Santa Fe de Antioquia y San Jerónimo; en las cuencas medias de los ríos
Piedras en Jericó, Poblanco en Fredonia, Man en Cáceres y la quebrada Sinifaná en
Venecia.

Espacios de alta dinámica e integración territorial


Estos espacios corresponden a aquellos territorios que presentan una configuración
socioeconómica buena, unos paisajes productivos muy integrados, unos centros de relevo
principales y una alta accesibilidad regional.

A diferencia de las anteriores unidades, estas áreas son claramente espacializables al


interior de la jurisdicción de Corantioquia, ya que poseen unas condiciones de vida
buenas, que son garantizadas por tener asociados unos centros poblados funcionales que
sirven como apoyo al resto de su territorio, lo cual es un soporte a la sostenibilidad de las
diferentes actividades productivas. Por eso, se puede hablar específicamente del entorno
inmediato de Puerto Berrio, Caucasia, Santa Fe de Antioquia, Andes, Támesis, Fredonia,
San Pedro de los Milagros, Santa Rosa de Osos y Yarumal.

Espacios de muy alta dinámica e integración territorial


Estos espacios corresponden exclusivamente al municipio de Medellín el cual presenta
una configuración socioeconómica muy buena, además de ser una metrópoli regional con
una muy alta accesibilidad regional.

Estas características reafirman la centralidad y la hegemonía que continua manteniendo


la ciudad de Medellín sobre el resto del territorio antioqueño con respecto a los niveles de
calidad de vida, funcionalidad, importancia económica y productiva en el contexto
regional, lo que afianza mucho más la inequidad y el desequilibrio territorial a nivel
socioeconómico en Antioquia. Por reflejo y dinámica territorial, esta misma unidad es
compartida por parte de los municipios de Envigado, Itagϋí, Sabaneta, Bello y
Copacabana en el Valle de Aburrá.

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8. SÍNTESIS BIOFÍSICA

8.1 UNIDADES ECOGEOGRÁFICAS

Las unidades ecogeográficas son un instrumento espacial, que permite georefenciar las
diferentes regiones que conforman la jurisdicción de la Corporación. Los criterios que
permiten hacer esta diferenciación son las macrounidades geomorfológicas y el sistema
de Zonas de Vida de Holdrigde asociados a las grandes cuencas hidrográficas que
estructuran cada una de estas regiones.

De acuerdo con lo anterior, esta diferenciación regional esta soportada sobre una lectura
biofísica del territorio como tal, ya que esta aproximación geográfica contempla variables
biofísicas pertenecientes a las zonas de vida, tales como la humedad relativa, la
precipitación y la altura sobre el nivel del mar, además de diferentes geoformas del
diverso y variado relieve antioqueño.

A continuación se muestra en la Tabla 64, las 14 unidades ecogeográficas iniciales, pero


que con sus respectivas subdivisiones generan en total 23 subunidades, las cuales están
caracterizadas por rangos de altura y biotemperatura, zonas de vida, clase agrológica y
cuenca hidrográfica estructurante. Además estas mismas unidades son representadas
espacialmente en el Mapa 20, el cual corresponde a toda la jurisdicción territorial de
Corantioquia.

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Tabla 64. Caracterización Unidades Ecogeográficas

Rango Rango de Cuenca


Unidad Zona de Clase
No. Altitudinal Biotemperatura Hidrográfica
Ecogeográfica Vida Agrológica
(m.s.n.m.) (°C) Estructurante
1 Altiplano norte de 2000-3200 6-18 bmh-M; VIes-8; IIIes- Ríos Chico y
frente de erosión bmh-MB 6; VIIes-4 San Andrés
muy húmedo y
superhúmedo
2 Altiplano norte de 2000-2800 12-18 bmh-MB VIIes-4; Ríos Nechí,
frente erosivo muy VIIes-3; Dolores y
húmedo VIes-5; VIes- Guadalupe
7; IIIsh-2
3 Altiplano conservado 2300-2600 12-18 bmh-MB; VIes-7; Ríos Grande y
húmedo y muy bh-MB VIIes-4 Guadalupe
húmedo
4.1 Vertientes frías 2400-3900 6-18 bmh-MB; VIIes-4, IIIsh- Río Cauca
húmedas y muy bp-M 2; VIII
húmedas de la
cordillera occidental
4.2 Vertientes frías 2000-3000 12-18 bmh-MB VIIes-4, IIIsh- Río Medellín
húmedas y muy 2
húmedas de la
cordillera central
5.1 Vertientes medias 1000-1800 18-24 bp-PM VIIes-3; Río Mata
superhúmedas río VIes-5;
Mata - Porce VIIes-2
5.2 Vertientes medias 1000-1800 12-24 bp-PM VIIes-3; Río Anorí
superhúmedas río VIes-5;
Anorí - Nechí VIIes-2
5.3 Vertientes medias 1000-2200 12-24 bp-PM; VIIes-3; Río Valdivia
superhúmedas río bp-MB VIes-5;
Valdivia - Cauca VIIes-2
5.4 Vertientes medias 1000-3000 12-24 bp-M; bp- VIIes-3; Río Tarazá
superhúmedas río MB; bp- VIes-5;
Tarazá PM VIIes-2
5.5 Vertientes medias 1000-2000 18-24 bp-PM VIIes-3; Ríos Sinú y
superhúmedas Alto VIes-5; San Jorge
Sinú – San Jorge VIIes-2

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Rango Rango de Cuenca
Unidad Zona de Clase
No. Altitudinal Biotemperatura Hidrográfica
Ecogeográfica Vida Agrológica
(m.s.n.m.) (°C) Estructurante
6.1 Vertientes medias 1000-2000 18-24 bmh-PM VIIes-3 ; Río Nechí
húmedas y muy VIes-5 ; IIIs-3
húmedas del Porce
6.2 Vertientes medias 1000-2000 18-30 bmh-PM; VIIes-3 ; Río Cauca
húmedas y muy bh-T VIes-5 ; IIIs-3
húmedas del Cauca
6.3 Vertientes medias 1000-2000 18-24 bmh-PM VIIes-3 ; Ríos San
húmedas y muy VIes-5 ; IIIs-3 Bartolomé y
húmedas del Porce
Magdalena
7 Vertientes y 200-1000 24-30 bmh-T; VIIes2 ; VIes- Río Cauca
serranías calidas bmh- 2
muy húmedas del PM(tc);
Cauca bh-T
8.1 Vertientes de colinas 600-1000 24-30 bh-T; VIIes-2; VIIe- Río Magdalena
bajas cálidas muy bmh- 1; VIec-2;
húmedas del PM(tc); VIes-2; IIIs-3
Magdalena bmh-PM
8.2 Vertientes de colinas 200-1000 24-30 bh-T; VIIes-2; VIIe- Río Cauca
bajas cálidas muy bmh- 1; VIec-2;
húmedas del Cauca PM(tc); VIes-2; IIIs-3
bmh-PM
9 Vertientes cálidas 100-600 24-30 bh-T; IIIh-2 ; IIIh-1, Río Magdalena
onduladas muy bmh- IIIes-3 ; IIIs-
húmedas del PM(tc) 3 ; Vh-1
Magdalena
10 Vertientes y 400-1000 24-30 bs-T IVes-1; Río Cauca
cañones cálidos VIIes-1;IIIes-
secos del Cauca 3
11 Planicie aluvial 450-800 24-30 bs-T IVsc-2; VIes- Río Cauca
cálida seca cañón 3; VIIes-1
del Cauca
12 Planicies de colinas 50-200 24-30 bh-T; VIIes-2; IIIes- Ríos Cauca y
bajas cálidas muy bmh- 3; IVec- Nechí
húmedas del Bajo PM(tc) 3;VIes-2; IIIs-
Cauca 2; IIIs-3

25
Rango Rango de Cuenca
Unidad Zona de Clase
No. Altitudinal Biotemperatura Hidrográfica
Ecogeográfica Vida Agrológica
(m.s.n.m.) (°C) Estructurante
13.1 Llanura de 0-200 24-30 bh-T; IIIs-2; VIec-2; Río Magdalena
inundación cálida bmh- VIes-2;
húmeda del PM(tc), VIIes-2;
Magdalena bmh-T IVes-3
13.2 Llanura de 0-100 24-30 bh-T; Vh-1; IIIh-2; Ríos Cauca y
inundación cálida bmh- IIIh-1 Nechí
húmeda del Cauca PM(tc)
14 Valle y Vertientes 1400-2000 18-24 bmh-PM; IVes-5; VIes- Río Medellín
medias húmedas y bh-PM 7; VIIes-
muy húmedas – 3;VIIes-4
Área Metropolitana
del Valle de Aburrá

26
Mapa 20. Unidades Ecogeográficas. Jurisdicción de Corantioquia

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

Con el propósito de utilizar las unidades ecogeográficas como instrumento de carácter


biofísico para la Zonificación Socioeconómica Ambiental, es necesario retomar los
planteamientos que sobre uso potencial de la tierra rural definió el Estudio Nacional de
Aguas (Op. Cit.) en términos de capacidad máxima de uso por Zona de Vida. Por esto, a
cada una de las unidades Ecogeográficas se les asigna un criterio de manejo que
responde a los usos potenciales de aquellas Zonas de Vida que la conforman.

27
Las unidades ecogeográficas están caracterizadas en su interior, por una o varias Zonas
de Vida, las cuales tienen planteadas implícitamente unos usos potenciales del suelo, que
para efectos de la ZSEA, se asocian directamente a unos criterios de manejo que no son
aplicados a la Zona de Vida directamente, sino a la unidad ecogeográfica que es la
contenedora de una o varias zonas de vida.

A continuación se hace una pequeña reseña por zona de vida, extraído del estudio
anteriormente mencionado, en la cual al final se plantean los usos potenciales para cada
una de estas zonas de vida:

bh-T, bosque húmedo tropical:


Los cultivos permanentes son quizás los más característicos para esta zona de vida
cuando las condiciones de suelo lo permiten como por ejemplo, plantaciones de banano,
palma africana, caucho, cacao entre otros. En suelos relativamente pobres se
recomienda cultivos arbóreos como el marañón. También se pueden considerar otros
sistemas agroforestales que permitan una mayor diversidad y estabilidad de los
agroecosistemas.

El pastoreo debe limitarse a los suelos planos, bien drenados y moderadamente fértiles.
El aprovechamiento forestal si las condiciones de accesibilidad lo permiten, es quizás el
uso más adecuado para la mayor parte de esta zona de vida, sin embargo se requiere de
la investigación previa sobre la dinámica del bosque, los diversos sistemas de
regeneración natural y de manejo silvícola.

Esta zona de vida, por su extensión y sus características climáticas, merece especial
atención en el ordenamiento de uso de la tierra. Normalmente se ha tratado de usar esta
zona de vida en la misma forma que la zona de vida subhúmeda tropical, dedicándola
principalmente al pastoreo en las áreas de colonización y desaprovechando la alta
productividad biológica de los ecosistemas forestales.

bmh-T, bosque muy húmedo tropical:


En esta zona de vida, el bosque primario ocupa la mayor parte de su área y presenta la
mayor variabilidad en cuanto a número de especies. La capacidad de uso de la tierra está

28
limitada principalmente a los bosques de producción, sin embargo no se conocen aún
muy bien los sistemas silvícolas que permitan un posible aprovechamiento, tratamiento y
manejo.

Los cultivos permanentes están también muy restringidos por las condiciones climáticas,
no sólo por las características de los suelos sino por la incidencia de plagas y
enfermedades. El pastoreo en estas áreas, es una actividad que normalmente destruye la
capacidad productora de los suelos y deteriora el medio ambiente.

Los policultivos permanentes en los diques aluviales podrían ser una de las pocas
utilizaciones agrícolas de la tierra en esta zona de vida y debe tratar de mantenerse bajo
cubierta forestal para la producción de madera y otros productos forestales y para su
protección. La alteración ocasionada por la colonización, puede producir graves
problemas ecológicos, económicos y sociales como ya se evidencian en algunas regiones
del país.

La producción de agua es uno de los usos más importantes de esta zona de vida aunque
ella se encuentra localizada en partes bajas. Sin embargo, hay posibilidad de ciertas
formas de aprovechamiento de este potencial hídrico, no sólo para la navegación sino
para la producción hidroeléctrica.

bs-T, bosque seco tropical:


Esta zona de vida incluye cuencas hidrográficas importantes, no porque allí se originen
sino porque pasan por ella. Debido al déficit estacional de humedad, se hace necesario el
riego suplementario para algunos cultivos.

La vegetación natural primaria ha sido casi completamente destruida. Las especies no


crecen muy rápidamente y por lo tanto la reforestación con fines industriales, excepto para
algunas pocas especies como la Teca (Tectona grandis), no es muy recomendable.
Debido a la falta de protección de algunas áreas con vegetación, a la marcada y
prolongada estación seca y al uso de la tierra, especialmente el pastoreo, se pueden
producir condiciones de erosión extremadamente severas en las áreas quebradas y
escarpadas.

29
Esta zona de vida presenta condiciones climáticas favorables para el uso agropecuario de
la tierra. La capacidad de uso de estas tierras pueden ser los cultivos limpios, con
cualquier sistema de manejo agrotecnológico. El pastoreo está limitado a los suelos
menos profundos en las partes planas; se considera que en términos generales, la
fertilidad de los suelos es alta a moderadamente alta, debido a las condiciones climáticas
que no han permitido una excesiva lixiviación de los mismos. Aquellas áreas con
pendientes más fuertes, deben mantenerse bajo protección con la vegetación natural.

bh-PM, bosque húmedo premontano:


El bosque natural ha desaparecido debido a sus condiciones climáticas favorables para
los asentamientos humanos y para el establecimiento de un buen número de cultivos
como el café, caña de azúcar, plátano, fríjol, maíz, yuca y frutales, en un tipo de
agricultura denominada de ladera, con muchos problemas de erosión y sistemas
tradicionales de manejo. El pastoreo es extensivo y debido a la topografía, resulta
muchas veces marginal.

Por sus condiciones climáticas, esta zona de vida ofrece una capacidad de uso muy
amplia así como la posibilidad de establecer un gran número de cultivos tanto limpios
como permanentes. Sin embargo dicha capacidad está limitada por las pendientes tan
fuertes que se presentan en la mayor parte del área. El pastoreo es posiblemente uno de
los principales factores de erosión y deterioro del suelo; las áreas planas deben
aprovecharse para el pastoreo y las quebradas para pastos de corte.

La protección para conservación de suelos y aguas es el uso más indicado en las áreas
que presentan una topografía más quebrada. Es posible considerar la reforestación con
especies nativas (Nogal – Cordia alliodora) en combinación con el café.

bmh-PM, bosque muy húmedo premontano:


En esta zona se encuentran todavía remanentes del bosque primario en sitios poco
accesibles o en terrenos pendientes y de poca fertilidad. Sin embargo el bosque está en
proceso de tala para el establecimiento de pastos. La vegetación natural se ha ido
reemplazando por cultivos como café, caña y en mayor proporción, pastos.

30
La capacidad máxima de uso de la tierra está limitada por las condiciones climáticas y
topográficas, excepto en los suelos de cenizas volcánicas con cultivos permanentes. En
suelos de pendientes moderadas, profundos bien drenados y con moderada fertilidad se
pueden tener cultivos limpios.

El pastoreo debe restringirse en la mayor parte de esta zona de vida; en las áreas
quebradas y onduladas este uso puede producir un fuerte deterioro de los suelos y en
general del medio ambiente.

El bosque posee especies de importancia comercial, muchas de las cuales se extraen


para suplir madera a los mercados locales al igual que otras especies secundarias de
rápido crecimiento. Tanto la vegetación primaria como la secundaria, se deben
considerar como un uso en protección, debido a la importancia para la producción de
agua.

Se debe evitar la tala de los bosques que aún queda y reestablecer la cubierta forestal
protectora, bien sea mediante regeneración natural o mediante el establecimiento de
especies nativas. El bosque natural puede manejarse para producción de madera en una
forma sostenida pero atendiendo primordialmente el aspecto de protección.

bp-PM, bosque pluvial premontano


El bosque natural primario ha sido poco alterado, excepto en las áreas cercanas al paso
de las carreteras en donde se ha tratado de establecer algunos cultivos y pastos que
debido a dificultades ecológicas se abandonan permitiendo el reestablecimiento de la
vegetación secundaria.

El uso actual es la protección con la vegetación natural, no porque se le haya pretendido


dar tal uso, sino por las dificultades que se tienen para establecer otro tipo diferente de
uso.

Si la cobertura vegetal protectora llega a desaparecer, la erosión y los movimientos en


masa pueden llegar a adquirir proporciones catastróficas; esto es más grave aún cuando
se construyen carreteras.

31
En esta zona se debe mantener la vegetación natural primaria y evitar la construcción de
vías de comunicación por los costos de dicha construcción y de su mantenimiento.

bh-MB, bosque húmedo montano bajo:


El bosque natural primario ha desaparecido en su mayoría para dedicar la tierra a la
agricultura y al pastoreo. Predominan cultivos como el maíz, papa, fríjol, hortalizas, flores
y algunas especies frutales como el tomate de árbol. En los suelos pobres, con altas
pendientes y baja fertilidad, la capacidad de uso está restringida a la producción forestal;
en suelos con mejores condiciones físico químicas, es posible tener una agricultura
intensiva en combinación con ganado de leche. Es necesario considerar la protección de
las tierras no aptas para cultivos, pastoreo o producción forestal ya que ésta zona de vida
posee cuencas hidrográficas importantes y la producción de agua es significativa.

bmh-MB, bosque muy húmedo montano bajo:


El bosque natural primario ha sido destruido en buena parte del área y se han sembrado
pastos. El pastoreo es para ganado bovino y principalmente producción de leche.

Los cultivos son restringidos debido a las condiciones climáticas y edáficas; en los suelos
volcánicos se cultiva maíz, papa y fríjol. La reforestación con especies exóticas,
especialmente coníferas, ha tomado notable incremento en los últimos años.

Una especie característica de esta zona de vida es la palma de cera y el roble en las
partes altas de las cordilleras en áreas más restringidas.
Solo en los suelos excepcionalmente buenos puede llegar a tenerse cultivos limpios con
sistemas de manejo agrotecnológico avanzado artesanales. Entre los cultivos
permanentes se pueden considerar las plantaciones forestales y los pastos de corte. El
pastoreo debe limitarse a suelos con pendiente suave y moderada fertilidad.

El bosque nativo puede mejorarse para la producción comercial, en combinación con la


protección de aguas y de la fauna silvestre.

32
bp-MB, bosque pluvial montano bajo:
El bosque primario está prácticamente intacto, excepto en aquellas áreas de influencia de
las carreteras que las atraviesan.

La capacidad de uso de la tierra está limitada por condiciones climáticas, fisiográficas y


edáficas a la protección con la vegetación natural primaria. Dicha protección está
destinada principalmente a la producción de agua, protección del suelo y a la
conservación de la flora y fauna.

Se debe evitar en lo posible la construcción de carreteras y en caso de realizarse, se


deben tener el máximo cuidado con la construcción de las obras así como en la
localización y protección de desagües de la carretera.

bmh-M, bosque muy húmedo montano:


El bosque natural primario no ha sido destruido en su totalidad. En algunas zonas se
cultivan pastos para lechería, papa y cebolla principalmente.

La capacidad de uso de la tierra está limitada por condiciones climáticas, fisográficas y


edáficas. Sólo en pequeñas áreas con buenos suelos en pendientes moderadas es
posible tener pastoreo, principalmente para producción de leche. De los bosques se
puede obtener leña y carbón vegetal y postes para cerca u otros usos locales.

Esta zona de vida no es muy extensa con muy bajo potencial agropecuario y con una alta
capacidad de producción de agua, cuyo manejo debe estar dirigido a este fin.

bp-M, bosque pluvial montano:


La vegetación natural primaria se encuentra poco alterada. Se presentan algunas plantas
herbáceas y arbustivas bajas, entre ellas ciertas especies de Espeletia (Frailejón) y
gramíneas.

La capacidad de uso de la tierra está limitada por las condiciones climáticas, fisiográficas
y edáficas únicamente a la protección, especialmente para la producción de agua y debe
mantenerse la vegetación natural.

33
8.2 ÁREAS DE INTERES AMBIENTAL DE CORANTIOQUIA

El mapa de Áreas de Interés Ambiental de la jurisdicción de CORANTIOQUIA, producido


por el equipo técnico de la Subdirección de Planeación de la Corporación, se construyó
considerando una serie de variables biofísicas y antrópicas como son: pendientes y
precipitación, clasificación de cuencas hidrográficas, amenaza por movimientos en masa y
por inundación, cobertura de bosques naturales y plantados, áreas degradadas, la reserva
de Ley 2ª, propiedades de Corantioquia y comunidades indígenas.

Para efectos de la Zonificación Socioeconómica Ambiental (ZSEA), consideramos tener


en cuenta las siguientes variables del mapa de Áreas de Interés Ambiental:

Áreas de amenaza por inundación lenta, alta torrencialidad y movimientos en masa.

Reservas regionales, reservas locales (Sic), humedales y bosques (para este último se
consideró el polígono correspondiente al mapa de Paisajes Productivos Dominantes).

Áreas Degradadas por condiciones climáticas más intervenciones humanas, así como las
áreas degradadas por minería de oro en terrazas y llanura aluvial.

Estas áreas de interés ambiental, están seleccionadas del mapa original y representadas
en el Mapa 21.

34
Mapa 21. Áreas de Interés Ambiental Seleccionadas para la Zonificación

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

35
9. ZONIFICACIÓN SOCIOECONÓMICA AMBIENTAL

9.1 CRITERIOS DE MANEJO Y GESTIÓN PARA LA ZONIFICACIÓN

En términos de la actuación ambiental para el desarrollo territorial, es necesario

comprender que la base de políticas – [ Respuestas ] gubernamentales, institucionales,

intersectoriales, colectivas e individuales- dirigidas a atenuar, adaptar o prevenir los

efectos indeseables sobre el ambiente, a detener o reparar los daños ambientales ya

causados, y a potenciar otros modelos de valoración y uso sostenible de los recursos

naturales, depende de la base de conocimientos e información existente sobre:

• Las condiciones [ Estado ] de cantidad y calidad de los recursos naturales y calidad

del medio ambiente, es decir, de la estructura y organización de las dinámicas

naturales y ambientales en el territorio.

• Los procesos de intervención de las actividades humanas [ Presión ] que modifican

las cualidades y calidades de los recursos naturales y estado del medio ambiente,

esto es, de las modalidades de transformación del territorio ejercidas por las

dinámicas antrópicas.

Además de esta base de conocimientos e información disponible sobre la configuración

territorial de los niveles de [ Estado ] y [ Presión ], es igualmente necesario tener en

37
cuenta las condiciones de Gobernabilidad Ambientales
16
existentes en una determinada sociedad –
nacional, regional, local- como base para la gestión ambiental territorial.

Conocimientos, gestión y gobernabilidad ambiental son, por tanto, una base para construir
las capacidades de mediación de las tensiones existentes entre dinámicas humanas y
dinámicas de la naturaleza, tensiones que se expresan territorialmente en demanda de
espacios para el Habitar y el Producir y en la necesidad de espacios para Conservar y
garantizar viabilidades ecológicas, económicas y culturales de una sociedad.

Las relaciones sistémicas entre las modalidades del Habitar – Producir – Conservar no se
resuelven automáticamente y sin generar distorsiones y desequilibrios en el territorio, por
lo que dichas capacidades de mediación [ Respuestas ] son un asunto de políticas
debidamente orientadas y generadoras de desarrollo sostenible.

Ahora bien, la orientación de los procesos de ordenación ambiental del territorio supone
un avance en el conocimiento que permita identificar, representar y comprender la
organización diferencial de dinámicas naturales y humanas en el espacio, pues proyectar
políticas de ordenación parte de esa diferenciación para establecer un marco apropiado y
diverso de actuaciones ambientales.

16
Entendida esta gobernabilidad como lo plantea el Banco Interamericano de Desarrollo BID, como
el “proceso que armoniza políticas, instituciones, procedimientos, herramientas e información en
una manera que hace posible la participación de un mayor rango de actores, sean públicos o
privados en manejo de conflictos, construcción de consensos y toma de decisiones, aceptando la
responsabilidad por sus iniciativas. Estos asuntos son manejados no por un grupo individual,
sector o institución, sino por todos los involucrados, sobre la base de normas claramente
establecidas, participación informada, responsabilidades claramente definidas, asumiendo
empoderamiento a los territorios, seguridad jurídica y trasparencia” (1992).

38
Por ello, las políticas de ordenación tienen que ver con un procedimiento de adopción de
criterios de manejo y gestión ambiental territorial que están basados en las
situaciones que para la jurisdicción presenta el sistema de relaciones entre la estructura
[ Estado ] de los recursos naturales, las actividades [ Presiones ] ejercidas por la
intervención humana y las necesidades de fortalecimiento e innovación desde la gestión
[ Respuesta ] ambiental territorial.

Precisamente, cuando se construye una imagen territorial actual a partir de determinantes


socioeconómicos y físico-espaciales, cuando se toman en cuenta consideraciones
biofísicas y ambientales presentes en la jurisdicción –de acuerdo con los avances que
hasta ahora se tienen en los conocimientos de la estructura ecológica y de la situación
ambiental-, y cuando se pueden avizorar tendencias en la reorganización del modelo de
organización urbano-regional, es posible avanzar en la comprensión de las necesidades
de manejo y gestión territorial del conjunto de relaciones existentes entre las condiciones
de los recursos naturales y la presión ejercida por las dinámicas antrópicas en la
jurisdicción.

En este sentido, los criterios de manejo y gestión ambiental permiten identificar los
territorios donde es imperativo actuar con políticas y estrategias de diverso contenido,
intensidad, gradualidad y prioridad, adaptadas a las necesidades de Gestión de los
espacios para Habitar, Producir y Conservar, existentes en la jurisdicción. El siguiente
gráfico es elocuente en la representación de las ideas expresadas.

39
Gráfico 56. Esquema de la Gestión Ambiental Territorial

Con base en este planteamiento conceptual, el procedimiento metodológico asumido es el


del establecimiento de los siguientes criterios de manejo y gestión, con el propósito de
identificar las unidades socioeconómicas ambientales que permiten zonificar la
jurisdicción bajo un enfoque de política ambiental territorial.

El estudio definió seis criterios que están orientados a dar respuesta a situaciones
territoriales que van desde aquellos escenarios con una alta dinámica antrópica (valor de
1), hasta escenarios de un alto dominio natural (valor de 6), los cuales se enuncian y
definen en la siguiente tabla:

40
Tabla 65. Criterios de manejo y gestión ambiental territorial

Valor Criterio Descripción


De los espacios de alta concentración de asentamientos
humanos en estructuras urbanas continuas y en estados de
conurbación y fuerte expansión. Muy alta dependencia de
1 SOSTENIBILIDAD bienes y servicios ambientales, de recursos productivos y de
servicios al desarrollo. Muy alta exigencia y complejidad de
los sistemas de planeación, gestión y seguimiento ambiental.
De los espacios de interacción urbano-rural, con estructuras
urbanas dominantes y en desarrollo, relacionadas con una
alta heterogeneidad de procesos de intervención y de estado
2 DESARROLLO de los recursos naturales en los espacios rurales. Alta
dependencia de bienes y servicios ambientales, de recursos
productivos y de servicios al desarrollo. Alta exigencia y
relativa complejidad de los sistemas de planeación, gestión y
seguimiento ambiental.
De los espacios de producción agraria y de servicios histórica
y recientemente consolidados, en estructuras urbano-rurales
de relativo equilibrio e integración, relacionadas con una
3 CONSOLIDACIÓN relativa mayor especialización funcional de las actividades
humanas en los espacios rurales. Mediana exigencia y
complejidad de los sistemas de planeación, gestión y
seguimiento ambiental.
De los espacios de producción agraria de menor desarrollo,
en estructuras de predominio rural, con baja capacidad
funcional urbana y menor integración territorial, relacionadas
con procesos de inestabilidad entre las actividades humanas
4 MEJORAMIENTO y la capacidad de soporte natural del medio. Alta demanda
de procesos de desarrollo territorial rural sostenible. Alta
exigencia de los sistemas de planeación, gestión y
seguimiento ambiental.
De los espacios naturales con demanda activa de bienes y
servicios ambientales, sometidos a procesos de intervención
5 PROTECCIÓN en condiciones territoriales marginales y de frontera con
espacios de dominio natural. Alta demanda de procesos de
estabilización natural. Alta exigencia de los sistemas de
planeación, gestión y seguimiento ambiental.
De los ecosistemas naturales en mayor estado de
6 PRESERVACIÓN conservación y de frontera. Alta demanda de conocimiento,
desarrollo científico-tecnológico y de usos intangibles.
Mediana exigencia de los sistemas de planeación, gestión y
seguimiento ambiental.

41
9.2 DETERMINACIÓN DE UNIDADES DE MANEJO SOCIOECONÓMICO AMBIENTAL

La metodología utilizada para la definición de las unidades socioeconómicas ambientales,


parte de la adopción de los criterios de manejo y gestión planteados anteriormente. Estos
criterios fueron usados mediante una escala de valoración de 1 a 6, con el fin de
diferenciar cada criterio para sus respectiva identificación y aplicación a las Unidades
Homogéneas por Dinámica e Integración Territorial (ver numeral 2.3), a las Unidades
Ecogeográficas (numeral 3.1) y a las Áreas de Interés Ambiental de Corantioquia
(numeral 3.2).

De acuerdo a la valoración de los seis criterios y aplicándolos a las tres unidades síntesis
mencionadas, se puede observar en la Tabla 66 la ilustración y explicación gráfica de
esta metodología de zonificación, que da la posibilidad de generar 162 combinaciones
diferentes de unidades socioeconómicas ambientales.

La aplicación de cada uno de los criterios en la tabla se expresa mediante el color que
tiene asignado cada criterio, tal como se muestra en el siguiente esquema:

Tabla 66. Criterios de Manejo y Gestión Ambiental Territorial

CRITERIOS DE MANEJO Y GESTIÓN AMBIENTAL


TERRITORIAL
1 Sostenibilidad
2 Desarrollo
3 Consolidación
4 Mejoramiento
5 Protección
6 Preservación

En la tabla, se puede apreciar la frecuencia y la distribución que tienen los seis colores,
que representan los respectivos criterios de manejo, en cada una de las unidades
síntesis, es decir, en las 23 unidades ecogeográficas, las 6 unidades socioeconómicas
integradas y las 7 unidades o áreas de interés ambiental de la Corporación.

42
En la Tabla 67, se da especial interés a las unidades ecogeográficas por tener una
expresión geográfica definida bajo criterios ambientales, por la naturaleza misma de
dichas unidades y por ser espacialmente confiables y continuas.

43
Tabla 67. Unidades Síntesis para la ZSEA.

NDA:
AM: Áreas de Amenazas ER: Ecositemas y Reservas AD: Áreas Degradadas
IL+AT: Inundación Lenta + Alta Torrencialidad RR+RL: Reservas Regionales + Reservas Locales CC+IH: Condiciones Climáticas + Intervenciones Humanas
MM: Movimientos en Masa B: Bosques MT+MLL: Minería de Oro en Terrazas + Minería en Llanura Aluvial
H: Humedales

44
Estás unidades permiten espacializar distintos niveles y propósitos de manejo
socioeconómico ambiental en la jurisdicción de Corantioquia. En la anterior tabla
aparecen referenciadas las unidades que fueron consideradas para este cálculo:
Unidades Ecogeográficas, Unidades Homogéneas por Dinámica e Integración Territorial y
Áreas de Interés Ambiental.

Estas unidades fueron definidas con sus respectivos rangos y valores otorgados por la
aplicación de los seis (6) criterios de manejo y gestión, posteriormente fueron combinadas
mediante la sumatoria de algebra de mapas, y finalmente se adoptaron como resultado
ocho unidades de manejo socioeconómico ambiental, en la medida en que se crearon dos
(2) unidades adicionales que dieran cuenta de la transición, de un lado, entre unidades de
gestión urbana y de producción – convergencia urbano-rural - y entre unidades de
producción y de gestión para la conservación – reconversión territorial -, puesto que su
consideración e inclusión está acorde con dinámicas territoriales no tan consolidadas, es
decir, en relativa insinuación y proceso de configuración, comportándose como espacios
de transición que es necesario diferenciar, en tan representan situaciones territoriales
existentes e identificadas en la jurisdicción, de acuerdo con los análisis establecidos
durante el trabajo de campo y en el tratamiento temático e integrado de datos y mapas.

En consecuencia, asumiendo el modelo conceptual y metodológico empleado en el


proceso de determinación de unidades socioeconómicas ambientales, estos espacios son
representados en el siguiente esquema gráfico, a partir de los diferentes umbrales de
gestión territorial.

45
Gráfico 57. Unidades Socioeconómicas Ambientales para la Gestión Territorial

TERR ITO RIAL


Espacios de conservación para
la preservación ecológica
GC
Conservación Espacios de conservación para
la protección ambiental

Espacios de reconversión territorial


Reconversión

Espacios de mejoramiento y
A M BIENTAL desarrollo territorial rural
GP
Produccción Espacios de consolidación productiva
y enriquecimiento ambiental

Espacios de convergencia urbano-rural


Convergencia
G ESTIÓN

Espacios de desarrollo urbano

GH
Habitar Espacios de sostenibilidad metropolitana

A continuación se enuncian las Unidades de Manejo Socioeconómico Ambiental


establecidas, las que son referenciadas espacialmente en el Mapa 22 de Zonificación
Socioeconómica Ambiental, unidades a las que están asociados los lineamientos
estratégicos de política territorial ambiental descritos en el numeral 10.

ƒ Espacios de sostenibilidad metropolitana


Son aquellos espacios que corresponden al epicentro regional, a la mayor consolidación y
continuidad urbana y donde se concentra la mayor funcionalidad territorial en la

46
habitabilidad. Se trata del centro urbano dominante, el núcleo metropolitano del Valle
Aburrá, y como tal presenta la más alta dinámica e integración territorial, ofrece, en el
contexto espacial de toda la jurisdicción, más y mejores posibilidades de integración social
y económica, por lo que la mayoría de los centros urbanos conturbados en los municipios
de este valle, se encuentran en condiciones socio-económicas buenas y/o aceptables.

La posición dominante en la geografía urbano-regional, plantea una alta convergencia de


procesos de localización de actividades, producción, inversión y de desarrollo territorial
urbano, lo que se traduce en una relativa mejor configuración de oportunidades y calidad
de vida.

Dados los intensos procesos de urbanización presentes en esta unidad, se requiere de


una muy coordinada y exigente política de ecoeficencia en la gestión ambiental, mediante
procesos que involucran la eficiencia del crecimiento y el funcionamiento urbano, el
mejoramiento ambiental del espacio público y de los relictos naturales, la preservación de
ecosistemas estratégicos para la ciudad, la gestión ambiental del riesgo y el control
efectivo de la calidad ambiental, dentro de otros procesos de gestión ambiental sostenible
de los espacios de centralidad metropolitana.

ƒ Espacios de desarrollo urbano


Comprende aquellos espacios en los cuales la dinámica e integración territorial es alta y
sobre los que se han venido presentando transformaciones de mayor expansión urbana,
que implican un rápido crecimiento del entramado físico-espacial. Corresponden a
territorios en los que el crecimiento de relaciones metropolitanas y de habitabilidad está
activo, con una fuerte competencia urbano-rural por el uso de la tierra. Las posibilidades
de inserción social y económica son relativamente más altas, por la diversificación de
empleos urbanos y rurales, presentando una situación socio-económica aceptable y una
accesibilidad alta, ya que se encuentran cerca al epicentro urbano dominante, en
municipios cercanos a Medellín y en aquellos centros urbanos que por tratarse de
centralidades de carácter regional, son receptores de población de centros urbanos de
menor jerarquía y de zonas rurales más periféricas y de relativo menor desarrollo
socioeconómico.

47
La política territorial está orientada a que su crecimiento y desarrollo contemple procesos
de ecoeficiencia urbana, a que se mejore la ocupación sostenible del territorio, que se
posible la incorporación sostenible de áreas de borde y frontera, la gestión ambiental de
usos extractivos, teniendo en cuenta que aún es posible definir espacios que deben ser
conservados e integrados a un sistema de protección ambiental y patrimonial, donde la
estructura urbana responda a una relación equilibrada con su territorio periurbano y rural.

ƒ Espacios de convergencia urbano-rural


Se trata de espacios transicionales de una gran significación territorial en la medida en
que actúan como tendencias en la configuración de nuevas relaciones urbanas y rurales,
dada su posición en la dinámica urbano-regional actual y tendencial de la jurisdicción, lo
que determina su razón de ser e importancia. Se trata de espacios que relacionan
territorios rurales con cierto grado de especialización productiva y centros urbanos que
vienen adquiriendo importancia funcional y convergencia regional. Se destacan, además
de aquellos territorios con una tradición cultural agrícola y pecuaria, cercanos a Medellín
por el suroeste y el norte, otros centros como Caucasia y Puerto Berrío, cada vez con
mayor protagonismo y centralidad.

La política territorial comprende una adecuada combinación entre estrategias que


propenden por una habitabilidad urbana sostenible y las que proponen una consolidación
de los sistemas productivos, con mejoramiento de la biodiversidad, de modo que se logre
un equilibrio en las relaciones urbano-rurales. Por ser zonas con tendencia a la
recolectividad y relativa mayor accesibilidad regional e interregional, constituyen espacios
en los que la ordenación ambiental tiene una importante función planificadora y
preventiva.

ƒ Espacios de consolidación productiva y enriquecimiento ambiental


Hace referencia a aquellos espacios rurales históricamente más consolidados en los
cuales se llevan a cabo actividades agrarias con ciertos niveles de especialización
productiva, constituyendo territorios rurales que actúan como despensa de alimentos,
materias primas, bienes y servicios ambientales, paisajes productivos de alta significación
económica, cultural y patrimonial, y áreas de mayor potencialidad para el agro y
ecoturismo regional.

48
Como políticas que deben orientar su desarrollo, se considera la consolidación territorial
mediante el mejoramiento y eficiencia de los procesos productivos, la diversificación y
ampliación de la oferta agraria, el desarrollo de proyectos agroindustriales sostenibles, la
innovación con una fuerte capacidad de aplicación de tecnologías ambientales y
desarrollo de nuevos productos competitivos y sostenibles. Así mismo, uno de los fines
principales de la gestión es el enriquecimiento ambiental de estos paisajes, de tal modo
que mejore la base biológica y de la biodiversidad, el establecimiento de sistemas de
producción integrados e intensivos, la implementación de sistemas agroecológicos y la
producción limpia ecocertificada. Además plantea una consolidación de los niveles de
funcionalidad territorial, especialmente en la provisión de servicios urbanos apropiados
para la habitabilidad rural, así como en la integración mediante una mayo y mejor
accesibilidad, con desarrollos viales y de conectividad sostenibles.

ƒ Espacios de mejoramiento y desarrollo territorial rural


Se trata de espacios rurales no consolidados que no obstante tener una relativa actividad
agrícola y pecuaria, presentan niveles de marginalidad y aislamiento que impiden que sus
habitantes tengan mejores condiciones de vida y de desarrollo humano, con paisajes de
producción poco eficientes como proveedores de alimentos y materias primas, y de baja
capacidad en la fijación estable de su población. En estos espacios es insuficiente la
oferta y calidad de los servicios provistos por los centros urbanos, la accesibilidad
requiere ser mejorada, con una especial atención por las áreas de conservación, las que
proveen no pocos bienes y servicios ambientales a sus pobladores. Aspirar a que sea
mejorada la crítica situación socio-económica de estos territorios, pasa por un gran
esfuerzo en estabilización y desarrollo.

Por ello la política general se debe dirigir a implementar un proceso de desarrollo territorial
que debe ser integral y con énfasis en la sostenibilidad de los espacios rurales, en la
medida en que no sólo se busca mejorar los procesos productivos, sino que se deben
elevar los niveles en la calidad de vida de la población y el acceso a servicios sociales y a
la producción.

49
ƒ Espacios de reconversión territorial
Se trata de espacios cuya transformación está activa debido a procesos de reciente o no
muy lejana colonización y roturación de la tierra, donde no obstante predominar
limitaciones biofísicas para la producción agropecuaria tradicional, su uso está
relacionado con estas actividades, haciéndolas ecológicamente ineficientes y
estableciendo una tendencia a la configuración de conflictos en el uso del suelo, ya que
las intervenciones antrópicas que se practican, ocasionan un deterioro de los ecosistemas
naturales y hacen igualmente poco sostenibles económica y culturalmente estos sistemas
de producción, los cuales se expanden reproduciendo un modelo de ocupación de baja
eficiencia, en tanto se enfrentan a condiciones naturales restrictivas y frágiles, como altas
pendientes, condiciones climáticas extremas, suelos muy pobres, en los que habita una
población en condiciones socio-económicas muy críticas y con un alto nivel de aislamiento
y marginalidad.

Como política se propone una reconversión territorial, que implica uno de los más
exigentes retos en la configuración de un modelo de ocupación sostenible del territorio,
donde los patrones de uso del suelo deben ser de la mayor innovación para implementar
agroecosistemas intensivos, aunque la realidad en la capacidad de soporte natural de
estas áreas, hace recomendar la necesidad de desestimular o revertir la producción
agrícola y pecuaria, hacia actividades ecológicamente sostenibles, en la medida en que
se consulte con la vocación forestal y de protección que tienen muchos de estos
territorios, en los que será necesario intensificar la ordenación de los procesos extractivos
y de la biodiversidad, la reconectividad biológica y física de los ecosistemas
fragmentados, los procesos de investigación para la aplicación de tecnologías
ambientales y la generación de nuevos productos sostenibles, así como el manejo y
seguimiento estratégico a los impactos negativos de las actividades antrópicas.

ƒ Espacios de conservación para la protección ambiental


Las zonas destinadas a la protección ambiental, corresponden a aquellos ecosistemas de
que presentan cierto grado de intervención antrópica, producto de incursiones
colonizadoras dispersas y de la expansión de actividades muy marginales de producción
agrícola y usos ganaderos ineficientes. Son áreas amenazadas y vulnerables a la presión
y degradación por cuenta de un modelo cultural de desarrollo agropecuario depredador de

50
los recursos naturales, que ha caracterizado históricamente la incorporación de tierras no
aptas para usos productivos convencionales en Colombia. Estos espacios deben ser
ordenados y restaurados en dirección a la preservación, a través de la rehabilitación
ecológica y de su biodiversidad, con el propósito de reestablecer los valores
ecosistémicos y la generación de servicios ambientales que deben tener los sistemas
naturales de la jurisdicción.

Por tanto, la política territorial de esta unidad de manejo debe restringir acciones y
funciones que sean diferentes a la conservación ambiental, admitiendo solamente como
uso sostenible, además de la investigación básica y aplicada, actividades de ecoturismo
muy controladas. En algunos casos debido a la presión antrópica ejercida por la frontera
agrícola, será necesario contemplar el aprovechamiento de productos maderables y no
maderables, a partir de un adecuado manejo silvicultural del bosque, en concertación con
las comunidades y minorías étnicas a ellos asociadas, para una ordenación y control de
impactos en las actividades de extracción.

ƒ Espacios de conservación para la preservación ecológica


Los espacios identificados y destinados a la preservación ecológica corresponden a
aquellas áreas con ecosistemas relativamente en mejor estado de conservación y
maduración, que por su valor y singularidad deben ser guardadas y puestas bajo cubierta
con anticipación y decisión, para evitar que sufran algún deterioro o peligre su existencia
hacia el futuro. Es decir, son los espacios de la jurisdicción de mayor continuidad
ecogeográfica que contienen los remanentes de ecosistemas boscosos mejor
conservados y que aún permanecen en estado clímax, sin evidencia o inexistente
intervención humana, debido a que se encuentran en zonas de difícil acceso, por las
condiciones restrictivas de la topografía.

La política territorial debe buscar preservar la estructura, función y composición de


aquellos remanentes de páramo, subpáramo, bosques altoandinos, de vertientes y
serranías mejor conservados en la jurisdicción, lo que implica la protección más estricta
frente a cualquier uso o actividad alteradora, de modo que estas áreas puedan
autorregular su dinámica natural, manteniendo sus condiciones biofísicas y su calidad
paisajística.

51
Por ello en estos espacios se debe aplicar un proceso de gestión ambiental que garantice
la permanencia y existencia en el tiempo de sus condiciones naturales y autoecológicas.
La ordenación sólo debe estar dirigida a conocer la original composición de estos
ecosistemas, a desarrollar una alta capacidad de investigación in situ de la conservación,
la biodiversidad, la biotecnología y el establecimiento y uso sostenible de bancos de
germoplasma.

Una especial política para los espacios de preservación ecológica es no permitir el


desarrollo de procesos de asentamiento humano y de accesibilidad territorial, todavía si
se tiene en cuenta que estos ecosistemas tienden a estar localizados en fronteras donde
el modelo de organización socioeconómico regional no es dinámico ni recomendable de
transformar, por lo que dichos espacios deben estar siempre articulados en su función
inapreciable de reservorios naturales de alto valor patrimonial para la región y el país,
proveedores de base genética y servicios ambientales que es necesario compensar.

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Mapa Base de Zonificación Socioeconómica Ambiental. Jurisdicción de
Corantioquia

Este Mapa por ser un insumo para la construcción del Mapa de Zonificación Socioeconómica Ambiental, no se
presenta en el atlas Cartográfico.

53
10. COROGRAFÍA DE LA ESTRUCTURA URBANO REGIONAL

De acuerdo a las categorías operativas utilizadas en la dimensión urbano regional, como


son la caracterización regional del sistema de asentamientos humanos, la dinámica del
sistema de movilidad y funcionalidad del centro urbano regional, la configuración de las
infraestructuras viales y megaproyectos para la producción de hidroenergía, y
conjuntamente, con las síntesis de las dimensiones físico espacial y socioeconómica, fue
posible hacer un análisis e interrelaciones de información y datos, con los cuales construir
una representación corográfica de la estructura urbano regional.

La dinámica del sistema de movilidad y funcionalidad del centro urbano regional de


Medellín, se analizó a partir de relacionar la capacidad funcional que tiene el epicentro
urbano con relación al sistema de asentamientos localizados en el territorio de la
jurisdicción, donde se tuvo en cuenta también, el sistema de infraestructura vial por ser el
medio para establecer las relaciones y dinámicas con los demás centros urbanos de las
periferias subregionales.

Las tendencias y configuración de los escenarios futuros se realizó a partir de los


proyectos de infraestructura relacionados en el “Plan 2500 del Ministerio de Transporte-
INVIAS” y los de la Secretaría de Infraestructuras del Departamento de Antioquia, que
tienen que ver con la conectividad a nivel regional y nacional. Igualmente, para el caso de
los megaproyectos del sector hidroenergético, se tuvieron en cuenta los relacionados en
el “Plan de Expansión de Referencia. Generación – Transmisión 2004 – 2018” que
influirán en forma directa en la ordenación del territorio de la jurisdicción, por ser un
sistema de generación de energía regional al servicio de la interconexión eléctrica
nacional.

55
La conectividad tanto interna como externa de la región Medellín – Antioquia, se
estructura a partir de la Troncal Occidental que pasa de sur a norte por todo el epicentro
urbano regional, y todas las demás vías primarias y secundarias convergen en Medellín
formando una punto cero que se bifurca en distintas direcciones, que tienen como destino
en algunos casos, las fronteras funcionales que sirven para la articulación con los demás
centros urbano regionales a nivel nacional, como son La Pintada, Puerto Berrio, Caucasia
y Puerto Triunfo; y otros más regionales como son Ciudad Bolívar, Segovia y Turbo. Las
vías que están integradas a la Troncal de Occidente, son las siguientes: Medellín – Puerto
Berrío, Medellín – Puerto Triunfo, Medellín – Turbo, Medellín – Ciudad Bolívar, Medellín –
Sonsón y Medellín – Segovia, todas con punto de conexión en Medellín.

El sistema de movilidad y conectividad territorial de Medellín - Antioquia, se configuró a


partir de un modelo de producción urbano industrial que se desarrolló en el transcurso del
siglo XX, en el cual la ciudad de Medellín alcanzó los primeros niveles de productividad en
varios sectores, entre los que se encontraba el textil, hasta finales de la década de 1980
donde el proceso de industrialización y el sistema de organización productivo entró en
crisis.

Desde el punto de vista de la conectividad, la cual esta soportada en la eficiencia


operativa y eficacia técnica de la infraestructura vial, nos encontramos ante una situación
de estancamiento y pérdida de capacidad competitiva, producido en parte por el trazado y
recorrido que tienen las vías en Antioquia, en las cuales muchas de ellas pasan por áreas
topográficas altamente restrictivas, poseen bajas especificaciones técnicas y tienen una
alta vulnerabilidad a las amenazas naturales, y también, recorren trayectos por zonas
inestables y ambientalmente inviables para este tipo de infraestructuras localizadas en la
cordillera Occidental y Central, lo que genera un conjunto de restricciones para la
interacción de dinámicas funcionales, entre las subregiones y los centros a escala local,
regional y nacional.

Para solucionar los problemas de la Troncal Occidental, las demás vías que están
integradas a este eje, y al sistema concéntrico, se tienen proyectadas las siguientes vías:
la Troncal Occidental ya cuenta con una variante La Pintada – Bolombolo - Santa Fé de
Antioquia o vía Marginal del Cauca, vía secundaria que cumpliría un nivel de funcionalidad

56
adecuado, si se construye la continuación de la misma, siguiendo el cauce del Río Cauca,
Santa Fé de Antioquia – Puerto Valdivia. Esta vía reemplazaría por eficiencia operativa el
tramo de la Troncal Occidental, La Pintada – Medellín - Caucasia, considerada hoy
inviable por ineficiencia operativa y por problemas geotécnicos. Se prevé también el
proyecto que reemplazaría el tramo La Pintada – Santa Bárbara – Medellín, para hacer un
nuevo acceso La Pintada - Valle del río Poblanco y ascender la cordillera hasta el sector
de Primavera en Caldas.

La articulación de las vías Nordeste y de la Paz, se convierte en el corredor vial para la


conectividad de Medellín con Caucasia, y la salida de la ciudad al sistema de puertos del
Atlántico, la vía Medellín – Puerto Berrío para la comunicación con Bogotá, y de esta
misma a través del Puente de Yondó sobre el Río Magdalena, para la comunicación con
el nororiente del país y con Venezuela.

La vía Nordeste - La Paz, tiene como función vincular los centros urbano regionales del
centroriente, nororiente del país y Venezuela, produciendo en Caucasia un punto de
intercambio nodal para la conectividad con el Golfo de Urabá, y continuar con el futuro
empalme de la vía al Mar en el sitio Barranquillita con la vía Panamericana e integración
con Centroamérica y Norteamérica, y también, con el sistema de puertos del Atlántico.

Otro escenario vial que convergiría en el nodo de Caucasia, sería la vía marginal del
Cauca, La Pintada – Bolombolo - Santa Fé de Antioquia – Caucasia, que serviría para la
comunicación del Eje Cafetero, el suroccidente del país y el sur del continente a través de
la vía Panamericana.

La Vía Panamericana y conexión con Centroamérica a través de Panamá, sería el


proyecto de infraestructura vial más importante, no solo para la región Medellín –
Antioquia por estar localizada en el noroccidente colombiano, sino también para el país, y
los países suramericanos integrados en la Comunidad Andina de Naciones CAN y
MERCOSUR, y lo mismo con los países centroamericanos.

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El Túnel de la conexión Aburrá – Cauca sería el enlace de las vías proyectadas, para la
articulación de las vías Medellín – Puerto Berrío y Medellín – Yondó con la vía
Panamericana.

El desarrollo de los proyectos hidroenergéticos que se tienen programados para entrar en


operación en el territorio de la jurisdicción, cerrarían el ciclo del aprovechamiento
hidráulico que se realiza en el altiplano norte localizado en la Cordillera Central, donde se
hace un aprovechamiento para la generación de energía con los ríos Grande – Chico, la
cadena hidroenergética de Troneras y de Guadalupe, para continuar con otra fase de
aprovechamiento del modelo, en las vertientes de la cordillera y el fondo de los valles,
prolongando y extendiendo la cadena de embalses, que pasarían de un gradiente
altitudinal que va entre los 2.200 m.s.n.m. del altiplano, a los 1.000 m.s.n.m
aproximadamente del valle que forma el río Porce y las vertientes del río Nechí.

El proyecto Porce III, se integrará a la cadena de Porce II y el aprovechamiento del


altiplano norte anteriormente descrito. El Proyecto Nechí, represaría el caudal en la
cuenca media del río Nechí en las estribaciones nororientales de la cordillera central. El
proyecto Pescadero – Ituango aprovecharía el potencial de energía que representa el
caudal del Río Cauca, embalsado en el valle estrecho y angosto que forma la Cordillera
Occidental y Central en el sitio de Pescadero.

Estos tres proyectos cierran el ciclo de la oferta hidroenergética del noroccidente


colombiano. Es precisamente en esta región donde encontramos la mayor confluencia de
proyectos viales e hidroenergéticos, que de ser realizados, cambiarán el modelo de
organización y funcionamiento urbano regional de Medellín y Antioquia.

Para el caso de Porce III, el proyecto está integrado en forma directa con el mejoramiento
de las especificaciones técnicas de la vía del nordeste Medellín – Porce – Amalfi -
Vegachí. El Proyecto Nechí se articularía a la vía Troncal de la Paz y del Nordeste, y el
Proyecto Pescadero – Ituango con la vía marginal del Cauca Santa Fe de Antioquia –
Puerto Valdivia.

58
De acuerdo a los planes y proyección de nuevos escenarios territoriales futuros, que
contemplan los planes de expansión hidroenergética y viales del orden nacional con
incidencia en el territorio regional, podemos constatar que los primeros tienen lugar sobre
las vertientes, estribaciones y el fondo de los valles de los ríos Porce, Nechí y Cauca; y
los segundos, conexos a los primeros, sobre las planicies aluviales, terrazas y colinas
bajas y medias, y fondo de valles de los ríos Porce, Nechí, Cauca y Magdalena.

Lo anterior nos avizora un nuevo modelo de organización urbano regional para Medellín –
Antioquia, por medio del cual se pasará de la actual estructura cerrada y concéntrica
dominada por el mayor centro urbano que tiene como eje la Troncal Occidental, y
desarticulada de las subregiones y periferias, a otra estructura abierta y periférica donde
jugarán un papel muy importante los nuevos ejes y corredores de conectividad, como son
la vía marginal del Cauca entre La Pintada – Puerto Valdivia – Caucasia, la vía del
Nordeste – La Paz con punto de convergencia en Caucasia, y la vía hacia Puerto Berrio y
Yondó, que formarán un circuito periférico e integración subregional, al conectar al
suroeste, el occidente, el bajo cauca, el nordeste y el magdalena medio.

Todo el análisis planteado anteriormente sobre la estructura territorial de la Corporación,


es explicado gráficamente y condensado en la Corografía de la Estructura Urbano
Regional.

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Gráfico 58. Corografía de la Estructura Urbano Regional

En la Corografía de la Estructura Urbano Regional, se visualizan unas áreas, polígonos y


líneas, que representan diferentes unidades que se definen a continuación:

Sistemas ambientales de frontera


En esta unidad encontramos un sistema de bosques naturales en la parte alta de las
vertientes occidentales de la cordillera Occidental, alineados de sur a norte y con un

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dominio general de los Farallones del Citará, conformado por el Pico Bolívar, San Nicolás,
San Fernando, Paramillo, Caramanta y Cerro Plateado como los más representativos, e
integrado a esta misma unidad en dirección norte esta localizado el Páramo de Frontino, y
como remate en el noroccidente el Nudo de Paramillo.

Integrado al anterior eje longitudinal que corresponde a la frontera occidental del territorio
de la jurisdicción, encontramos un eje horizontal con un sentido noroccidente – nororiente,
conformado por una continuidad boscosa que va desde la parte alta de las cuencas de los
ríos Sinú, San Jorge, Man y Tarazá, al que se suman las grandes extensiones de bosques
en la parte central que se encuentran en la Reserva Bajo Cauca Nechí, y los de la
Reserva conocida como Ley Segunda en el extremo nororiental de la jurisdicción, hasta la
Serranía de San Lucas.

En el interior, encontramos un sistema de bosques localizados en las vertientes altas de la


cordillera Central, que a su vez delimitan la bifurcación de las vertientes del Valle de
Aburrá, donde encontramos por un lado, los que se encuentran en la parte alta de la
Cuchilla Romeral, el Cerro del Padre Amaya, la Cuchilla Las Baldías, la Cuchilla de la
Lana, y por el ramal oriental, los que se encuentran en las partes altas del Alto de Minas,
el Alto de San Miguel, el Alto La Romera, el Alto el Toldo y el Alto de Medina en el Plan
Alto de Santa Elena, donde se divide en parte la divisoria de aguas de las cuencas del
Cauca y el Magdalena.

Integrado a esta misma subunidad tenemos el sistema de páramos altoandinos del


noroccidente colombiano en la cordillera Central, como son Belmira, Santa Inés y
Sabanas.

Finalmente, encontramos en esta unidad, el corredor que forma el fondo cálido seco del
Cañón del río Cauca que va desde Bolombolo hasta Puerto Valdivia, que además de
dividir la cordillera Occidental de la Central, es el río que ejerce mayor dominio en la
estructura y ordenación biofísica del territorio.

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Espacio peri y metropolitano
Es el espacio donde tiene lugar el epicentro urbano regional y donde se concentran las
funciones de los municipios de Medellín, Caldas, Itagüí, La Estrella, Sabaneta, Envigado,
Bello, Copacabana, Girardota y Barbosa, emplazados y distribuidos a lo largo del Valle de
Aburrá.

Integrados al Valle de Aburrá encontramos unos corredores espacialmente continuos,


denominados espacios perimetropolitanos con capacidades funcionales intermedios,
buenos niveles de accesibilidad y actividades productivas integradas al centro de
producción y consumo como es Medellín y el Área Metropolitana.

Al eje vial de la troncal Occidental, que recorre el Área Metropolitana de sur a norte, y en
el mismo sentido longitudinal se extiende el área perimetral al sur hasta la Pintada y norte
hasta Santa Rosa de Osos; al occidente se integra por medio de la vía al Mar hasta Santa
Fe de Antioquia.

Sistema integrado de expansión hidroenergética


La estructura del modelo hidráulico regional para la generación de hidroenergía en el
territorio de la jurisdicción de CORANTIOQUIA, la tenemos inicialmente en el altiplano
norte con una serie de transvases que van del río Nechí, al Pajarito, al Dolores, el
Concepción, el Tenche que son conducidos al embalse de Miraflores, y toda esta cadena
al río Guadalupe y terminar en el Embalse de Troneras, con aprovechamientos en Central
Troneras y Guadalupe IV, que depositan finalmente en el río Porce.

Por otro lado y en el mismo altiplano, tenemos la cuenca de los ríos Grande y Chico que
son embalsados en Río Grande II, con aprovechamiento en Tasajera y Niquía, que
depositan los caudales en el río Aburrá – Porce.

Integrado a este sistema de generación, tenemos a Porce II que recibe el


aprovechamiento de todo el rosario de embalses del altiplano norte, siguiendo el
aprovechamiento en serie de la cadena de generación de hidroenergía, y al que se
integraría en un futuro Porce III.

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El río Nechí, nuevamente será aprovechado en la cuenca media, donde será embalsado
aprovechando el superávit hídrico, producto de las condiciones ecológicas y el
escalonamiento altitudinal del relieve al pasar del altiplano norte al valle del río Porce.

Finalmente, la expansión del sistema hidroenergético tendrá lugar, según el Plan de


Expansión, en el río Cauca con el embalse de Pescadero – Ituango, donde se pretende
aprovechar el caudal de la cuenca, producto de condiciones geotécnicas que poseen la
cordillera Occidental y Central en el trayecto que va entre Sabanalarga e Ituango, que
forman un relieve disectado en forma de cañón estrecho, altamente favorable y resistente
para almacenar grandes cantidades de agua para el aprovechamiento hidroenergético.

Según la localización y orientación que tienen los embalses proyectados en el territorio de


la jurisdicción de Corantioquia, podemos concluir que hacen parte de un aprovechamiento
en cadena, donde los nuevos embalses se integran al rosario de embalses localizados en
el altiplano Norte, que poseen las condiciones geotécnicas favorables por estar sobre un
batolito, un sistema de páramos en el extremo noroccidental del altiplano, unas
condiciones ecológicas óptimas para la producción de agua, y una densa red de
escorrentía que es aprovechada para la generación de hidroenergía a partir de un servicio
ambiental, que se integra y distribuye por medio del Sistema de Interconexión Eléctrico
Nacional.

Como también, integrado a la cuenca del río Cauca, tenemos el aprovechamiento del río
Piedras en la parte alta y media, en el descenso por la cordillera Occidental, antes de la
desembocadura al río Cauca.

Zona de convergencia centro y nordeste del país


La zona formada en la frontera oriental de la jurisdicción, está conformado por un corredor
funcional conformado por Puerto Berrío y en el corto plazo se integrará Yondó. En estos
dos centros intermodales se concentrará la articulación y conectividad de los centros
urbanos regionales de Bogotá – Cundinamarca por Puerto Berrío por un lado, y el
nororiente y Venezuela por Yondó por el otro. Además, será la zona donde se darán los
intercambios de los flujos y comunicaciones de Medellín con el centroriente y nororiente
del país, y viceversa.

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Zona de convergencia norte y noroccidental del país
La zona formada en la frontera norte de la jurisdicción, está conformado por un área
funcional con epicentro en Caucasia. En este centro se concentrará la articulación y
conectividad de los centros urbanos regionales de Bogotá – Cundinamarca, el nororiente
y Venezuela, por que será el punto de contacto entre las troncales Occidental y Oriental;
también, será una de las salidas de Medellín hacia los puertos del Atlántico; y confluencia
del suroccidente del país y el eje cafetero, en el caso de habilitarse y construirse la vía
marginal del Cauca.

Espacios periféricos y de desarticulación urbano regional


Están integrados a los sistemas ambientales de frontera periféricos, corresponden a las
fronteras ambientales de la Corporación, donde encontramos en el límite occidental el
contacto con la región biogeográfica del Pacífico, la divisoria de aguas entre la cuenca del
Atrato y el Cauca, el Parque Nacional Natural de las Orquídeas y donde confluyen las
autoridades ambientales de Codechocó y la Unidad de Nacional de Parques Naturales; en
el noroccidente, tenemos el Nudo de Paramillo, la Serranía de Abibe y Ayapel, y el Parque
Nacional Natural de Paramillo, donde confluyen las autoridades ambientales de
Corpourabá, la Corporación Autónoma Regional de los Valles Sinú y San Jorge, y La
Unidad Nacional de Parques Naturales; en el norte, tenemos el sistema de humedales de
la planicie aluvial del río Cauca; en el nororiente, tenemos la Serranía de San Lucas
donde confluye la autoridad ambiental Corporación Autónoma Regional del Sur de
Bolívar; al oriente, tenemos el sistema de humedales de la planicie aluvial del río
Magdalena, y los bosques naturales y áreas de reserva del oriente antioqueño, donde
confluyen las autoridades ambientales de Corpoboyacá, la Corporación Autónoma
Regional de Santander y Cornare.

Estas fronteras naturales se caracterizan por ser espacios de contención frente a las
modalidades de expansión más dinámicas del sistema urbano-regional, como son los
cetros urbanos, el desarrollo vial primario y el establecimiento de infraestructura de
aprovechamiento, constituyen los lugares más apartados y desarticulados de los centros
de producción y consumo regionales, localizados en el noroccidente, centroriente y
nororiente de la Jurisdicción.

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Centros de convergencia Urbano regional
Los conforman Puerto Berrío y Caucasia por ser los nodos de las troncales Occidental y
del Magdalena respectivamente, y en menor nivel La Pintada y Santa Fe de Antioquia, y
por último, Yondó que se incorporará una vez este en funcionamiento el puente que unirá
a Barrancabermeja con esta localidad.

Estos son los centros de convergencia y de conectividad para los intercambios viales de
los centros urbanos regionales, que prestarán servicios funcionales por ser punto de
entrada y salida para la articulación del centro urbano regional de Medellín con el resto del
país, y viceversa.

Corredores de reconectividad territorial


Está compuesto por la unión en un solo tramo de la vía nordeste con la troncal de la Paz,
en un radio que interconectará a Medellín con Caucasia por el nordeste antioqueño, y
Caucasia con Puerto Berrío y Yondó para la conectividad del centroriente y nororiente del
país.

También, con el futuro corredor de comunicación por la vía marginal del Cauca desde la
Pintada hasta Puerto Valdivia y llegada a Caucasia, ambos formarán un perímetro de
circulación y comunicación intraregional, e integración con los demás centros urbano
regionales a nivel nacional, e internacional con la vía Panamericana y comunicación de
Suramérica y Centroamérica.

Otra reconectividad de carácter intrarregional lo constituye la nueva accesibilidad al


occidente medio antioqueño, por la nueva vía hacia Santa Fé de Antioquia y el túnel
“Fernando Gómez Martínez”, la cual permite reconfigurar el proceso de expansión
metropolitana y la generación más intensiva de economías de ocio, dadas las
características ecogeográficas del fondo plano del cáñón del río Cauca.

Espacio peri y metropolitano oriental


Corresponde al espacio geográfico que está integrado por el oriente al Área metropolitana
formando un espacio continuo de centros poblados, con capacidades funcionales
intermedios, buenos niveles de accesibilidad y actividades productivas integradas al

65
centro de producción y consumo como es Medellín y los demás municipios localizados en
el Valle de Aburrá. Al eje vial de la carretera Medellín – Bogotá encontramos al subcentro
regional de Rionegro y demás municipios del oriente antioqueño.

Zona de convergencia urbano regional centro – occidente del país


Corresponde al túnel de la Línea, que unirá las troncales del Magdalena y Occidental en
el centro del país, y servirá para la conectividad del mayor centro urbano de regional que
corresponde a Bogotá - Cundinamarca, con el puerto de Buenaventura y en un futuro con
el puerto de Triganá en el Pacífico.

Luego de plantear la corografía de la estructura urbano-regional de la jurisdicción de


Corantioquia, metodológicamente se procede a superponer esta corografía al Mapa base
de ZSEA para obtener finalmente el Mapa 22 de Zonificación Socioeconómica Ambiental
de la jurisdicción de Corantioquia.

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Mapa 22. Zonificación Socioeconómica Ambiental Jurisdicción de Corantioquia

Ver mapa en Documento 4: Atlas Cartográfico

De esta manera, se lograron obtener las unidades socioeconómicas ambiéntales que


definen los ámbitos territoriales en los que es necesario asumir estrategias de actuación
en el ordenamiento ambiental territorial. Cada estrategia recomendada, está asociada
con diferentes unidades de la Zonificación Socioeconómica Ambiental, de tal manera que
tienen una georeferenciación de acuerdo con la especificidad de los territorios a los que
están dirigidas las políticas de gestión ambiental territorial.

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De acuerdo con este instrumento de zonificación, que tiene la importancia de estar
basado en un cuerpo complejo de datos, mapeos y análisis de la jurisdicción, es posible
contribuir al proceso de ordenamiento ambiental territorial, mediante la formulación básica
–no exclusiva- de lineamientos estratégicos de política territorial, tomando en contexto
once principios esenciales de la gestión ambiental territorial, los que sirven de
orientación para la adopción de cuatro objetivos estratégicos del desarrollo territorial
sostenible, objetivos que a su vez permitieron contemplar un conjunto inicial de siete
políticas generales para la gestión, dentro de las que están identificadas las cuarenta
estrategias de gestión ambiental territorial con las que este estudio concluye su
propósito, cual es el de aportar recomendaciones generales de manejo territorial
ambiental, soportadas en un modelo analítico debidamente sustentado, documentado,
representado y formalizado.

68
11. LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS DE POLÍTICA TERRITORIAL AMBIENTAL

11.1 ENFOQUE Y PRINCIPIOS DE POLÍTICA

El estudio sobre determinantes socioeconómicos y físico-espaciales para el


Ordenamiento Ambiental del Territorio en la jurisdicción de Corantioquia, asumió como
enfoque central la orientación de los procesos de sostenibilidad ambiental del
desarrollo territorial. Esta perspectiva adopta la idea de avanzar en la comprensión de
la compatibilidad ecológica del uso de la tierra y la coherencia entre usos y la
configuración espacial del desarrollo, y advierte sobre la necesidad de determinar las
funciones ambientales estratégicas que deben cumplir las actividades socioeconómicas,
la organización físico-espacial, los procesos de habitabilidad y ocupación, los espacios de
preservación ecológica y de protección ambiental, el avance en las capacidades de
conocimiento científico, y los fortalecimientos culturales, institucionales y organizativos
requeridos para un desarrollo territorial sostenible.

Las consecuencias de esta perspectiva del desarrollo en la que se considera actuar con
todos los medios, capacidades e innovaciones posibles, para propiciar mejores
condiciones en la sostenibilidad de espacios destinados a la conservación, producción y
habitabilidad, conduce a la reafirmación y visibilidad de principios insustituibles de la
política territorial ambiental.

Para efecto de las recomendaciones de este estudio, que giran en torno a sumar nuevos
avances en la concepción y manejo del proceso de ordenamiento ambiental del territorio
de la jurisdicción, se contemplan algunos principios de política que configuran el cuerpo
central de propósitos para el desarrollo territorial sostenible.

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Estos principios asumen la preeminencia de intereses corporativos que le dan orientación
y sentido estratégico a su rol como actor institucional ambiental en el desarrollo integral
del territorio. Por ello reafirma la significación del desarrollo humano sostenible como
principio de los principios, y razón inajenable de la gestión ambiental. A esta prioridad
contribuye la persistencia social por privilegiar en dicha gestión el interés colectivo, es
decir, el valor público que tiene la interacción con los recursos –de toda índole- existentes
en el territorio.

Por otra parte, se considera que el territorio es un sistema complejo de dotaciones y


relaciones, lo que le da razón a su existencia como un sistema diverso que debe estar
estructurado en torno a sus especificidades y naturalezas, incluyendo sus escalas de
integración. La política debe contribuir a articular la diversidad de sub-sistemas
territoriales, fortaleciendo el carácter vocacional propio y la calidad ambiental de cada
sub-sistema, para procurar un territorio con relativa estabilidad en sus riquezas y
particularidades. A este propósito debe contribuir, igualmente, que los procesos de
ocupación y uso antrópico sean acordes con un modelo de sostenibilidad con los ciclos de
la naturaleza, la producción, la transformación y/o enriquecimiento ambiental de los
paisajes y de la habitabilidad.

Es indudable que estas aspiraciones de política territorial ambiental dependen de la


generación de mayores y mejores capacidades institucionales y sociales, sobre todo en
una época en que el conocimiento, y todo lo que de él se deriva en términos sociales y
económicos, representa uno de los medios más poderosos para comprender, enriquecer y
proyectar nuestro patrimonio cultural y natural.

Dentro de estos principios de política, será necesario continuar y avanzar en la


generación de procesos de compensación por el uso de bienes y servicios ecosistémicos,
en que los sistemas de producción sean ambientalmente viables, las funciones urbano-
rurales provean condiciones de sostenibilidad, los asentamientos urbanos tengan la
habitabilidad y calidades ambientales necesarias, y sea posible una mayor capacidad de
prevención y tratamiento integral frente a condiciones de amenaza y riesgo para la
población.

70
En consecuencia, los principios de política territorial ambiental adoptados para estos
lineamientos, se enuncian a continuación:

• Calidad ambiental para el desarrollo humano sostenible

El mejoramiento de la calidad de vida de la población es uno de los fines


fundamentales del desarrollo. La gestión ambiental territorial debe contribuir a que
existan oportunidades para un desarrollo humano positivo, basado en un medio
saludable y proveedor de bienestar, con actividades de producción y habitabilidad
respetuosas de los entornos, y con una adecuada incorporación social de las
potencialidades que propicia la diversidad cultural y natural. La sostenibilidad es a la
vez una condición previa y un componente integral de la calidad de vida, en tanto ésta
es un derecho generacional y un deber con sentido intergeneracional.

• Valor prioritario de lo público y el interés colectivo

El desarrollo sostenible es una aspiración social que se basa en la primacía del interés
colectivo, en tanto este interés promueve decisiones que deben concertar
responsabilidades y beneficios de valor público. La gestión ambiental debe propiciar
que las conductas individuales y sociales sean mediadas por códigos culturales
favorecedores de un desarrollo viable, duradero e incluyente, privilegiando los efectos
positivos de los pactos públicos.

• Integración y articulación de sistemas territoriales

Con el propósito de planear y gestionar la diversidad de sub-sistemas territoriales de


la jurisdicción, de acuerdo con la especificidad y vocación de uso del territorio,
acordada y definida por el proceso de ordenamiento ambiental territorial que la
Corporación viene implementando. Este principio plantea la necesidad de establecer
políticas de estímulo y favorecimiento a la integración territorial, como también
profundizar en las políticas de manejo y gestión de los espacios para la conservación,
la producción sostenible y la habitabilidad urbano-rural. Se debe procurar la
consistencia de programas de gestión ambiental territorial que fortalezcan y visibilicen

71
la vocación de uso de las áreas de preservación, protección y reconversión territorial,
en el marco de un desarrollo sostenible e integral del territorio. Los avances en la
gestión ambiental de los espacios metropolitanos, de interacción urbano-rural y de
convergencia del desarrollo territorial, deben ser complementados con nuevas
estrategias, programas y proyectos de gestión ambiental para el desarrollo sostenible,
de tal suerte que la Corporación pueda establecer una capacidad institucional de
mayor peso en los modelos de uso y aprovechamiento del territorio.

Por otra parte, la accesibilidad regional y local debe ser un instrumento de ordenación
que puede contribuir a la conectividad e integración de los territorios con mayor
demanda de consolidación, bajo un contexto de equilibrio con ecosistemas y espacios
que brindan capacidad ambiental para el desarrollo y articulación física. La
implantación de sistemas multimodales de menor impacto, como transportes fluviales,
férreos e infraestructuras de cableado aéreo, deben contar con las mayores
voluntades y propósitos políticos de carácter intersectorial.

• Configuración de un modelo de ocupación territorial sostenible

Para estimular procesos de consolidación en los que son sostenibles las modalidades
de intervención humana y aprovechamiento del territorio, al mismo tiempo que se
deben desestimular procesos de ocupación en los que por condiciones bío-físicas,
urbano-regionales y de inviabilidad en la formación de paisaje antrópicos y uso de
recursos naturales, sea necesario fortalecer procesos de conservación para proteger
espacios relativamente transformados y preservar ecosistemas que aún cuentan con
una estructura y organización natural. Se trata que los diferentes asentamientos
humanos, establecidos en patrones de configuración metropolitana, urbana, rural, en
áreas de tránsito de la colonización a la estabilización, así como en poblamientos que
tienen una connotación étnico-territorial, cuenten con mejores condiciones de vida, en
medio de la diversidad territorial existente, la cual permite balances de ocupación
positivos, si se orientan modelos de uso, integración, articulación y capacidad
funcional del territorio, en virtud de sus vocaciones e imperativos de sostenibilidad.

72
• Desarrollo de capacidades para la construcción social del territorio

Estas capacidades tienen que ver con el manejo del proceso de administración
ambiental, teniendo en cuenta iniciativas de desconcentración y descentralización de
actividades de autoridad ambiental y de actuación en el desarrollo sostenible del
territorio. Igualmente supone avanzar en el establecimiento de los mecanismos de
gestión regional de la política territorial, establecer agendas de trabajo intersectoriales
para la construcción integral de programas, propiciar la participación y reafirmación de
pactos institucionales y comunitarios, de diversa naturaleza territorial, en torno al
desarrollo sostenible. Se deben mejorar capacidades para contribuir a la generación
de conocimientos, información, innovaciones y aplicación de tecnologías, que
contribuyan a una gestión territorial ambiental estratégica, soportada en investigación
pertinente, con efectos en la competitividad de sistemas de producción sostenibles.
La formación de capacidades también está basada en el establecimiento de
estrategias de gestión de recursos para apoyar procesos de ordenación, y propiciar
modalidades de cooperación nacional e internacional que aporten conocimientos
técnicos y de ciencia y tecnología ambiental.

• Sostenibilidad territorial del patrimonio natural y cultural

La sostenibilidad de los recursos naturales contribuye no sólo a una autorregulación


de los ecosistemas, sino que igualmente es base de valores paisajísticos, recreativos
y de calidad de vida. La conservación y valoración del patrimonio ecológico es una
tarea central de la ordenación ambiental, de tal modo que la existencia de actividades
con potencial transformador de los paisajes, especialmente los procesos productivos y
el establecimiento de intervenciones físico-espaciales, deben procurar la protección y
conservación de las ventajas ambientales del territorio, las que en su desempeño
estable, esto es, sin deterioro, generan capacidades de soporte para paisajes más
diversos e integrados a sistemas económicos y culturales persistentes y creativos.
Precisamente el uso sostenible del territorio y los recursos naturales en áreas
transformadas por actividades económicas, tiene el potencial de adoptar una
significación cultural patrimonial, algo que se constituye en factor endógeno de riqueza
y desarrollo y, sobretodo, en razón de identidad local y regional. La ordenación

73
ambiental de los espacios de habitabilidad, producción, extracción, conservación y
usufructo público, debe consolidar las interacciones positivas que ha establecido
históricamente la gente con el medio, generando los estímulos de sostenibilidad
necesarios y las posibilidades de mejoramiento hacia acervos simbólicos y materiales,
es decir estilos de vida, culturalmente resistentes.

• Compensación por el uso de bienes y servicios ecosistémicos

Hoy se reconoce que una noción tradicional de pago por estricta conservación tiene
un enfoque territorial limitado. Conservar grandes globos de tierra, expandirlos o
amortiguarlos con áreas adyacentes relativamente protectoras, que incluso suponen
programas de reconectividad biológica, conduce a que los mecanismos de
compensación sean orientados de manera sesgada hacia la preservación del bosque
o a garantizar procesos de sucesión ecológica secundaria. Bien sabemos que la
existencia de naturalezas “puras” es un concepto territorialmente inexacto, pues todo
entorno natural está asociado y relativamente integrado con culturas y asentamientos
humanos, como en el caso de sociedades rurales y de los espacios rurales en los que
buscan sus medios de vida, donde coexisten de manera compleja entramados de
ecosistemas naturales y ecosistemas intervenidos, es decir, interacciones paisajísticas
de la diversidad de usos y estados del medio.

De esta manera los servicios ambientales se generan y distribuyen a través de una


gran variedad de usos del suelo, no son exclusivos de ecosistemas naturales
“deshumanizados” y cada vez más son producto de paisajes heterogéneos. De ahí la
importancia de considerar todos los factores y elementos del paisaje, sus
particularidades y las interacciones que impactan positiva o negativamente en la
capacidad de generar servicios ambientales. Pues así evitamos desenfocarnos al
asumir servicios ambientales aislados, que terminan contribuyendo a la minimización
funcional, haciendo irrelevante la heterogeneidad de los paisajes y de las
interacciones biofísicas y sociales que son cruciales para generar y mantener los
distintos servicios. Así las cosas, un principio de retribución por uso diverso del
territorio debe conducir al diseño de estrategias integrales de manejo y compensación
por servicios ambientales, generados a partir de la existencia de comunidades
asociadas a mosaicos de uso e influencia de paisajes complejos.

74
Para la política ambiental territorial es importante reconocer que la generación y
conservación de los servicios ambientales demanda esquemas integrados de gestión
que incluyan, armonicen y valoren todos los componentes presentes en el paisaje.
Aunque la compensación por servicios ambientales no es una panacea para
solucionar los niveles de pobreza y degradación de los recursos naturales, sí
representa una oportunidad para revalorizar el papel de los espacios y las
comunidades rurales. En esta perspectiva, esquemas de compensación por servicios
ambientales pueden convertirse en instrumentos valiosos para introducir prácticas de
producción y manejo más sostenibles, un medio útil para promover estrategias que
asuman con sentido de innovación las necesidades de desarrollo rural, ambiental y
cultural.

• Sostenibilidad ambiental de sistemas de producción

Los sistemas de producción en ambientes urbanos y rurales constituyen un soporte


indiscutible para obtener niveles deseables de calidad de vida. La política de gestión
ambiental debe respaldar las prácticas agrarias, extractivas y de implantación
industrial que sean efectivamente no perjudiciales para el ambiente, bajo estándares y
parámetros sólidos, verificables y comparables.

Uno de los propósitos fundamentales del ordenamiento territorial ambiental es


consolidar la frontera agraria y estabilizar los procesos de colonización activa y de uso
extractivo, los que expanden modelos de ocupación y uso de la tierra ineficientes y de
muy baja sostenibilidad. La aplicación de nuevas tecnologías y la producción de
bienes derivados de la investigación ambiental aplicada, representan opciones de
fortalecimiento de estos sistemas, especialmente en zonas donde es necesario
generar alternativas de producción y biocomercio competitivas, insertadas e mercados
de orden regional, nacional e internacional, con beneficios visibles para la población y
como garantía de una menor movilidad humana permanente por la búsqueda de
recursos. Hablar de la sostenibilidad de sistemas de producción, es referirse a la
riqueza integral del paisaje,

75
Además del enriquecimiento ambiental de los sistemas de producción y de los
paisajes que les confieren contexto territorial, es necesaria la continuidad de
estrategias de mejoramiento de la biodiversidad, incorporar ciclos ambientales en los
sistemas de producción y ecocertificarlos, aumentar las capacidades de protección de
ecosistemas asociados a entornos de producción, favorecer la regulación
hidroecológica tanto para el consumo humano como para la disponibilidad de recursos
con calidad, al igual que orientar la implantación y localización de procesos
industriales.

No es de menor prioridad tener en cuenta como requerimiento estratégico, la


satisfacción de la demanda alimentaria, especialmente en cuanto al suministro viable
de bienes agroecosistémicos básicos, lo que incide en la calidad de vida de la
población. Además, se debe buscar fortalecer los servicios a la producción de bienes
agrícolas básicos en espacios integrados a los centros de consumo, propiciando y
afianzando el asentamiento y estabilización de pequeños y medianos productores en
esos espacios, con lo cual, se contribuye a la configuración de nuevos patrones de
asentamiento en beneficio de la revaloración económica, social y política de territorios
de menor o inexistente aglomeración urbana. De acuerdo con las vocaciones
ambientales de los suelos, es necesario profundizar en el estímulo de los usos que se
les debe asignar, contemplando incluso, en casos adversos, la aplicación de medidas
de control como cargas fiscales y acciones de desestímulo por uso inapropiado de
recursos.

• Mejoramiento de las funciones urbano-rurales

Las funciones de nivel metropolitano, urbano y periurbano, deben contribuir a la


facilitación de servicios a sus diferentes entornos rurales, permitiendo la sostenibilidad
territorial de dichos entornos. Un sistema de asentamientos y centros poblados
complementario y equilibrado contribuye en primacía a la a la funcionalidad de los
paisajes, a la conectividad de los servicios, a la diversificación económica, al
desarrollo de usos de esparcimiento y valoración recreativa y, por qué no, a las
necesidades de conservación y protección del patrimonio natural y cultural. Específica
importancia tiene el acceso a los servicios de información para el soporte en los

76
procesos de difusión y adquisición de conocimientos, especialmente los integrados a
la gestión ambiental, a la generación de tecnologías ambientales, al establecimiento
de proyectos económicos y culturales que generen sinergias para el desarrollo
territorial.

Las funciones urbanas son ambientalmente importantes en la medida que construyen


oportunidades de estabilidad socioeconómica a los espacios rurales, los incorporan a
partir de sus potencialidades, de acuerdo con los valores paisajísticos que tienen
sistemas de producción patrimoniales, ambientes naturales singulares y arreglos
culturales irrepetibles.

• Ecoeficiencia de la forma urbana

El ideal de sistemas urbanos ecoeficientes desde el punto de vista físico-espacial, está


en reconocer las geoformas y los procesos ecológicos de su entorno, para integrarlos
como contenido y naturaleza de su forma urbana, con el propósito de fortalecer la
diversidad ambiental y las posibilidades de desarrollo de sus habitantes. Por otra
parte, la ecoeficiencia de los centros poblados potencia y vincula los sistemas de
producción, las modalidades de habitabilidad, la industria periurbana y los mercados
locales a las ventajas económicas de la escala urbana, y facilita su integración según
su aporte al mantenimiento del nivel y forma de vida de los distintos grupos humanos
que componen la ciudad y la región. La configuración físico-espacial urbana debe
orientarse hacia la armonización de su transformación biofísica, sociocultural y
económica, para la generación de oportunidades al desarrollo humano sostenible. Los
sistemas urbanos deben asegurar la viabilidad económica y ecológica de los entornos
que actúan como dispensarios de recursos naturales, deben tener una racionalidad en
la incorporación ecoeficiente de bordes y fronteras rurales, sostener la organización de
espacios públicos de incidencia local y regional, fomentar la prestancia patrimonial de
formas constructivas y arquitectónicas, contribuir a evitar la formación de
asentamientos marginales, elevar la capacidad de respuesta institucional, cultural y
social frente al manejo de multi-residuos, fortalecer, en última instancia, la calidad
ambiental de los recursos que tienen un ciclo de transformación urbana.

77
• Gestión del riesgo y la amenaza

La gestión del riesgo ambiental es uno de los principios centrales en la organización


de procesos de ocupación sostenible del territorio. Se pretende evitar la ocurrencia de
eventos catastróficos y accidentes biofísico-antrópicos que perjudiquen vidas,
condiciones de salud, sistemas productivos, asentamientos urbanos y formaciones
paisajísticas. Se busca prevenir, mitigar y corregir riesgos producto de la interacción
de dinámicas de uso y ocupación del territorio con procesos ecológicos que les sean
adversos. Esta gestión supone, igualmente, controlar los riesgos provenientes de la
introducción, tráfico o manipulación genética de organismos vivos o productos
derivados de los mismos, en virtud a la normatividad nacional e internacional
existente.

11.2 OBJETIVOS ESTRATÉGICOS, POLÍTICAS GENERALES Y ESTRATEGIAS DE


ORDENAMIENTO TERRITORIAL AMBIENTAL

De acuerdo con el enfoque de una perspectiva de ordenamiento cuya finalidad central es


contribuir al desarrollo territorial sostenible, y teniendo en cuenta los anteriores principios,
cuyo fin último es favorecer un desarrollo humano sostenible17 se recomiendan cuatro
grandes Objetivos Estratégicos, que fundamentan el papel de la Corporación como
promotora de una gestión territorial para la calidad ambiental de los espacios de
Conservación, Producción y Habitabilidad.

17
El “desarrollo humano sostenible” se concibe como un desarrollo que: no sólo genera crecimiento
económico sino que distribuye sus beneficios equitativamente; conserva y regenera el medio ambiente en
lugar de destruirlo; y potencia a las personas en lugar de marginarlas. Es un desarrollo que otorga prioridad
para la creación de oportunidades a los grupos más pobres de la población, ampliando sus opciones, y a la
vez hace aportes para la participación del mismo en las decisiones que afecten su vida. PNUD, 1994.

78
En consecuencia, estos Objetivos son “Capacidad Institucional para el Desarrollo
Territorial Sostenible”, “Conservación para el Desarrollo Territorial Sostenible”, “Sistemas
Productivos para el Desarrollo Territorial Sostenible”, y “Habitabilidad para el Desarrollo
Territorial Sostenible”. En cada uno de estos objetivos se despliegan las Políticas
Generales para el Ordenamiento Ambiental Territorial, las que a su vez contienen las
cuarenta Estrategias sugeridas por este estudio, estrategias que están asociadas con las
Unidades Socioeconómicas Ambientales obtenidas mediante un riguroso proceso de
indagación de determinantes socioeconómicos, físico-espaciales y urbano-regionales,
debidamente soportado y metodológicamente formalizado en el tratamiento con datos,
análisis, representaciones y mapeos, de las distintas categorías operativas asumidas por
esta investigación.

Para visualizar la aplicación de dichas estrategias de gestión ambiental territorial a las


Unidades Socioeconómicas Ambientales, se recomienda ver al final en el numeral 11.3 de
este documento la “Matriz de Estrategia Territorial Ambiental”, con la que se
representa una síntesis de la memoria explicativa del Mapa de Zonificación
Socioeconómica Ambiental.

11.2.1 Capacidad institucional para el desarrollo territorial sostenible [I]


Este Objetivo Estratégico comprende avances tanto en una política de fortalecimiento
institucional para el desarrollo territorial sostenible, con el fin de impulsar mejores
capacidades en la planificación y gestión ambiental territorial, como en la contribución con
un desarrollo pertinente del conocimiento, mediante un mayor apoyo a la política de
investigación para la sostenibilidad.

I.A Fortalecimiento Institucional

Esta política busca contribuir a la adaptación estratégica y perfil de la Corporación de cara


a una planeación y gestión ambiental territorial en el mediano y largo plazos, de acuerdo
con los principios de política territorial enunciados anteriormente, con el fin de orientar el
accionar institucional en un conjunto de estrategias en las que sobre algunas se tienen

79
avances significativos, y sobre otras será necesario impulsar nuevas capacidades para el
desarrollo territorial sostenible.

Junto con la política de una mayor participación en estrategias de investigación ambiental


y generación de tecnologías y productos ambientales, el fortalecimiento institucional para
la ordenación del territorio busca reforzar los procesos de gobernabilidad ambiental –
como sistema participativo, intersectorial y concertado- y el establecimiento de agendas
programáticas de incidencia en la consecución de mejores condiciones de calidad
ambiental del desarrollo humano, teniendo en cuenta el valor prioritario de lo público y el
interés colectivo de la gestión ambiental.

El aporte corporativo al desarrollo territorial sostenible, mediante un trabajo por la


integración y articulación de sistemas territoriales, la configuración de un modelo de
ocupación ambientalmente viable, el fomento de capacidades para la construcción social
del territorio, la sostenibilidad del patrimonio natural y cultural, el establecimiento efectivo
de alternativas de compensación por el uso de bienes y servicios ecosistémicos, el
mejoramiento de las funciones ambientales de sistemas productivos y de los servicios
urbano-rurales, así como por la consecución de mejores condiciones ambientales en la
habitabilidad y organización de los asentamientos humanos, tiene como soporte avanzar
en un modelo concertado de centralidad-descentralización de la gestión ambiental, en la
concepción y puesta en marcha de procesos de regionalización y reorganización espacial
de la gestión ambiental de la Corporación, en iniciativas para la obtención de recursos
propios y para las comunidades y productores, acordes con el destino y vocación
ambiental de los sub-sistemas territoriales, en la integración de procesos de cooperación
locales e internacionales que contribuyan al fortalecimiento de la acción técnica
institucional, del trabajo en red, y al mejoramiento de la calidad de vida de la gente
asociada a los paisajes de la jurisdicción, población que es sujeto esencial de la toma de
decisiones y base de la formación de una cultura para el desarrollo sostenible.

I.A.1 Gobernabilidad y agenda ambiental

La base de la gestión ambiental territorial está en promover y aplicar criterios de


gobernabilidad ambiental, entendida como el “proceso que armoniza políticas,

80
instituciones, procedimientos, herramientas e información en una manera que hace
posible la participación de un mayor rango de actores, sean públicos o privados, en
manejo de conflictos, construcción de consensos y toma de decisiones, aceptando la
responsabilidad por sus iniciativas. Estos asuntos son manejados no por un grupo
individual, sector o institución, sino por todos los involucrados, sobre la base de normas
claramente establecidas, participación informada, responsabilidades claramente definidas,
asumiendo empoderamiento a los territorios, seguridad jurídica y trasparencia”.18

Gobernabilidad ambiental, conocimiento y gestión ambiental, constituyen una base para


construir las capacidades de mediación de las tensiones existentes entre dinámicas
humanas y dinámicas de la naturaleza, con el fin de garantizar viabilidades ecológicas,
económicas y culturales de una sociedad. Las relaciones sistémicas entre las
modalidades del Habitar – Producir – Conservar no se resuelven automáticamente y sin
generar distorsiones y desequilibrios en el territorio, por lo que dichas capacidades de
mediación son un asunto de políticas, estrategias, programas y proyectos debidamente
orientados y socialmente construidos.

En este sentido, es necesario concebir y aplicar modelos eficientes de planificación


territorial participativa, descentralizados y democráticos, que consideren los aspectos del
desarrollo productivo, social, cultural y ecológico de los diferentes espacios de la
jurisdicción y sus múltiples interrelaciones con centros urbanos, con el sistema
interregional y el espacio internacional.

Es decir, se requiere construir nuevas capacidades institucionales para responder a un


“marco integral de desarrollo”, o sea, a un desarrollo sostenible que está basado en la
articulación de sectores y actores con incidencia en la organización del territorio, la
utilización de recursos y la modelación de los paisajes.

18
Banco Interamericano de Desarrollo BID, 1992.

81
En particular, en el ámbito de la sociedad civil, la discusión se abre también a la
necesidad de empoderamiento de los actores del desarrollo. Este empoderamiento
significa el fortalecimiento y relacionamiento horizontal de organizaciones de gente que
transforma y construye su propia realidad, es decir, la recuperación de maneras de
relacionarse, históricamente reconocidas y ampliamente aceptadas.

Esto supone el reforzamiento de una institucionalidad articuladora y gestora de procesos


de transformación que exige una perspectiva de desarrollo territorial sostenible.
Específicamente, se requiere, por una parte, de una institucionalidad estatal que impulse
políticas y programas con la visión múltiple que ofrece la complejidad de sub-sistemas
territoriales existentes y que garantice, entre otros aspectos, el desarrollo de una acción
fuerte, dinámica y oportuna de las localidades en apoyo a estas políticas. También es
preciso reconocer la participación y el desarrollo organizativo de las fuerzas sociales
territoriales, en función de hacer dinámicas nuevas actividades económicas, articuladas a
procesos de participación amplia en el ámbito económico, social, político, ambiental y
cultural. Todo ello intrínsecamente vinculado al desarrollo del capital humano y al rescate
y fortalecimiento del capital social.

La naturaleza heterogénea de la sociedad regional, de sus sistemas productivos, entorno


ecológico y de su cultura, plantean la necesidad de formular políticas diferenciadas que
reconozcan las condiciones particulares y las potencialidades de cada localidad y den
respuestas a las demandas de desarrollo del capital humano y social. Para ello será
necesario continuar teniendo presentes los intereses, potencialidades y medidas
orientadas a los grandes, pequeños y medianos empresarios agropecuarios y forestales,
la empresa familiar campesina, la industria y los servicios que se ubican en los diferentes
niveles de organización urbana y rural.

Desde el punto de vista socioeconómico, es necesario ejecutar acciones explícitas hacia y


en favor de las mujeres, los jóvenes, las etnias y otros grupos más vulnerables y
excluidos, favoreciendo el desarrollo de sus potencialidades y considerando aspectos de
equidad, perspectiva de género, respeto a la diversidad cultural, diferencias de edades,
desigualdad de condiciones socioeconómicas, entre otros. Sin desconocer la importancia
de todos los grupos, poblaciones y expresiones productivas existentes y la pertinencia de

82
políticas diferenciadas para cada uno de ellos, es necesario focalizar acciones que
potencien el papel de jóvenes, mujeres, empresas familiares, microempresas urbanas y
rurales existentes en la jurisdicción.

Por otra parte, uno de los asuntos estratégicos en la renovación del proceso de
gobernabilidad ambiental, que compete a las localidades y a su empoderamiento en la
perspectiva de una futura mayor descentralización de la gestión ambiental corporativa,
está en atender las recomendaciones internacionales para mejorar la acción municipal
medioambiental, a partir de la formulación y gestión de Programas 21 Locales, con
participación de la comunidad y de las autoridades locales.

Como se reconoce, en la implantación de la Agenda 21 Local, es importante partir de la


consideración de que cada una de las Agendas posee sus propias características y
estructura, puesto que un hecho que no hay que olvidar es que cada comunidad local es
única y tiene sus propias peculiaridades históricas, culturales, geográficas, paisajísticas,
económicas, sociales, y a estas especificidades son a las que la propia Agenda ha de
adaptarse.

Una Agenda Local 21 se construye en el marco de un “buen gobierno local”, capaz de


posibilitar la integración de sus ciudadanos, la participación más extensa y la
transparencia absoluta de sus actos. Pero la Agenda Local no es tan solo dimensión
ambiental: es actividad económica y bienestar social a través del diálogo y la
participación. El proceso de su implantación comporta: una voluntad política de adhesión
a sus principios, la elaboración de un diagnóstico ambiental intersectorial y un plan de
acción riguroso y participativo, fortalecimiento de los cauces de consulta y seguimiento y
evaluación del proceso mediante indicadores transparentes y eficaces.

La Corporación puede actuar como un Agente Externo impulsor de la misma, en


contribución con Gobernación, Ministerio de Vivienda Ambiente y Desarrollo Territorial, lo
que sería un ejercicio piloto en Colombia, que puede tener apoyo de la cooperación
técnica internacional, teniendo en cuenta que nuestras localidades ya cuentan con
insumos de planes de desarrollo y de ordenamiento territorial, así como estudios
sectoriales, que debidamente integrados pueden contribuir a que sea de mayor prioridad

83
el establecimiento de pactos y procesos de mayor innovación en la gestión ambiental
territorial local y subregional.

La Agenda interpreta la situación y el funcionamiento del Municipio con un enfoque


sistémico, con el objeto de identificar las áreas problema y especialmente, las debilidades
o necesidades en los que hay que incidir para tender hacia un modelo sostenible de
desarrollo territorial. Esto con el fin de acordar un Plan de Acción Local realista, en el que
se definen las acciones y proyectos que han de posibilitar el avance hacia situaciones de
mayor sostenibilidad.

I.A.2 Descentralización de la gestión ambiental

En el panorama latinoamericano y colombiano son pocos los municipios que hacen las
veces de autoridad ambiental. La competencia para establecer regulaciones ambientales,
otorgar licencias y permisos ambientales, así como para ejercer las funciones de control
propias del proceso orientado a hacer cumplir estas regulaciones, siguen descansando
principalmente en autoridades de mayor nivel, regionales y nacionales. Frente a la
gestión ambiental, el proceso de descentralización ha tenido un ritmo lento, en muchos
casos como consecuencia de que los niveles intermedios, y en particular los municipios,
no están preparados para recibir muchas de las responsabilidades de la gestión ambiental
en virtud de dificultades técnicas y financieras. Se señalan como factores limitantes para
la gestión municipal, la insuficiencia jurídica, las restricciones presupuestarias, la falta de
estructuras administrativas y la ausencia de personal capacitado.

Con referencia a los municipios y centros urbanos pequeños, se sabe que se requiere de
un fuerte proceso de desarrollo de capacidades de gestión a este nivel. No obstante se
registran experiencias particulares, como son, por ejemplo, las relacionadas con la puesta
en marcha de las Agendas 21 Locales, muchas veces con el apoyo de agencias
internacionales, y las expresiones de gestión vinculadas a asociaciones municipales.

Es sabido que en los foros internacionales, se reconoce que las experiencias positivas de
la gestión ambiental a nivel subnacional en el marco de procesos de descentralización,
evidencian la pertinencia de ir en esta dirección. Se argumenta cómo la descentralización

84
es una forma de hacer más eficaz y eficiente la protección ambiental al acercar los
procesos decisorios al ciudadano y a los escenarios en los cuales se juega la calidad
ambiental.

En escenarios técnicos y políticos multilaterales, se percibe la descentralización de la


gestión ambiental, como una de las prioridades de los próximos años, en materia de
fortalecimiento institucional. En particular, se advierte sobre la necesidad de realizar
esfuerzos para fortalecer el papel de los entes territoriales y los municipios como agentes
fundamentales en la orientación, promoción y fiscalización de la sostenibilidad del
desarrollo. Sin embargo, igualmente se reconoce que en el caso del nivel regional se
requieren establecer marcos particulares de organización de competencias centralizadas
a dicho nivel y de competencias delegadas a nivel local. Es en este punto donde se
plantean combinaciones entre procesos de descentralización y de desconcentración de
las funciones de gestión ambiental, proponiéndose criterios para mantener uno procesos
de regulación y control ambiental centralizados en autoridades nacionales y regionales.

Así, la descentralización debe tener un enfoque estratégico y territorial. Debe contar con
criterios como la permanencia de la jurisdicción ambiental en niveles y/o entidades
territoriales de mayor capacidad, cuando se deben planificar y gestionar espacios con
alto riesgo o vulnerabilidad de pérdida de sus funciones ambientales, donde existen
ecosistemas que son de escala regional estratégica, en aquellas situaciones que ponen
en peligro la vida y la salud, o que afectan gravemente la base ecológica del desarrollo
económico actual potencial, como ocurre con la pérdida de la biodiversidad o de los
suelos.

Debido a la heterogeneidad ambiental, diversidad biológica y la riqueza de ecosistemas,


del país, la problemática ambiental es sumamente diversa y compleja. Lo anterior
conlleva a la necesidad de establecer diversos grados de participación de los diferentes
niveles de gobierno. Algunos problemas no podrán ser resueltos sin la participación
nacional o regional, ya sea por la magnitud del problema, las necesidades de personal
científico o técnico calificado o de infraestructura y recursos materiales y económicos. Sin
embargo, se sabe que en esencia, desde el punto de vista territorial, los problemas son
locales y de absoluta posibilidad de resolución local.

85
La descentralización sólo será viable si efectivamente aumenta la eficiencia de la gestión
ambiental, si es el resultado de acuerdos de coordinación, si se cuenta con una capacidad
no sólo institucional de los receptores de funciones y atribuciones, sino también de una
sociedad civil local participativa, si fomenta las relaciones intergubernamentales, si define
criterios de permanencia y centralidad de funciones debido a un enfoque estratégico y
territorial de las prioridades en materia de protección ambiental y aprovechamiento
racional de los recursos.

Ahora bien, se reconoce cada vez más que una descentralización de recursos y de
competencias, es viable si va acompañada del establecimiento de una estructura de
incentivos que estimulen la eficiencia en el uso de los recursos que se transfieren y la
generación de recursos propios a nivel local. Además las transferencias deben cumplir no
sólo un papel de "nivelar" desigualdades territoriales sino también el de premiar el uso
eficiente de recursos públicos.

Dentro de este contexto, la actuación de un actor regional como la Corporación toma un


importante sentido estratégico, si su papel como cofinanciador está asociado a estimular
cada vez más la cultura del proyecto local y del proyecto subregional o de gestión
asociada de ecosistemas y situaciones ambientales. Así se propiciarían incentivos para
estimular la generación de recursos propios a nivel local, por la vía, por ejemplo, de las
compensaciones ambientales, y además se promocionarían proyectos con externalidades
subregionales.

No sobra reafirmar que el proceso de descentralización y el fortalecimiento de las


instituciones territoriales y de la participación constituyen aspectos estratégicos para la
gobernabilidad ambiental y la eficiencia de los programas de desarrollo territorial.

I.A.3 Regionalización de la gestión ambiental

Aunque esta estrategia debe ser producto de un alto consenso intra-institucional y de la


Corporación con los diversos actores gubernamentales, sociales, económicos, culturales y
académicos de la jurisdicción, vale la pena llamar la atención sobre la necesidad de
contemplar el examen acerca de una posible reorganización de la división administrativa

86
territorial para la gestión y planificación ambiental, en virtud de cambios de situación que
se han producido en el propio territorio jurisdiccional –una más evidente expansión
metropolitana, pero a la vez una más evidente identificación de espacios socio-
económicamente marginales, desintegrados y rezagados, con dificultades de soporte a la
sostenibilidad ambiental-, así como en la perspectiva de la consolidación y mejoramiento
de estrategias de trabajo corporativo para el desarrollo territorial sostenible.

La efectividad de una modificación en la división espacial de la administración de


funciones de Corantioquia, tiene mucho que ver con las ideas expuestas en la anterior
estrategia - Descentralización de la gestión ambiental- sobre la eficiencia, pertinencia y
estímulos que ella debe contemplar. Una regionalización es igualmente estratégica para
recomponer la capacidad de inserción de programas y proyectos, de acuerdo con el
modelo de ordenación ambiental territorial y de desarrollo territorial sostenible que se
busque, mediante una visión y esfuerzo concertado y co-dirigido por la sociedad regional
y sus diversos sectores. No es un tema inocuo a futuro, sino que puede permitir
innovaciones en la manera de hacer las cosas, que sean coherentes con las
concepciones que se tengan frente a las oportunidades y potencialidades del desarrollo
ambiental de la jurisdicción.

Lo cierto es que desde el punto de vista de la planificación ambiental territorial, surgen


escenarios de gestión ambiental que rompen con las división administrativa existente,
máxime si se tienen en cuenta más que actividades distribuidas y desconcentradas de
regulación y control ambiental, actividades de gestión del desarrollo sostenible de acuerdo
con la especificidad de paisajes y condiciones de socioeconómicas, físico-espaciales
urbano-regionales y físico-bióticas de los sub-sistemas territoriales que configuran la
jurisdicción, los cuales contienen diferencias en sus composiciones y funcionalidades que
advierten sobre la necesidad de evaluar y, si es del caso, adecuar la funcionalidad de la
división espacial y administrativa para la gestión ambiental territorial.

I.A.4 Recursos para la gestión de la ordenación ambiental

La perspectiva de recursos para la gestión de la ordenación ambiental territorial está


centrada en el hecho de que sólo es posible si se establece la internalización económica

87
de los procesos de conservación y producción sostenibles, mediante una amplia variedad
de modalidades e instrumentos de generación de dichos recursos, al igual que de actores
y beneficiarios. En tras palabras, la gestión ambiental para la conservación, la producción
y habitabilidad sostenibles es, en última instancia, insostenible financieramente, dado no
sólo el largo plazo de sus ciclos, sino, especialmente, si no cuentan con la capacidad de
auto-generación de recursos virtuosos para su sostenimiento.

La ordenación ambiental territorial está profundamente relacionada con un modelo


complejo y heterogéneo de ocupación y uso del territorio, adaptado a las vocaciones y
equilibrios necesarios para su viabilidad, pero, a su vez, esta viabilidad sólo es posible si
el propio modelo de ocupación y uso es recompensado por ciclos económicos que cubren
sus externalidades, de tal manera que un ordenamiento de determinado paisaje
sostenible territorialmente, es proyectable en el tiempo si recibe las compensaciones y
retribuciones por su papel en la estabilización de tensiones y desequilibrios en la relación
entre conservación, producción y habitabilidad, resuelta de manera ecosistémica, la cual
debe ser recompensada, igualmente, como factor de soporte integral, donde son
indivisibles, como es en la realidad, los hechos culturales, ecológicos, económicos y
sociales que le dan contexto y contenido a un ecosistema, agroecosistema, hábitat rural o
periurbano, en la generación de bienes y servicios ambientales.

La perspectiva de paisaje nos permite reconocer que los servicios ambientales se


generan y distribuyen a través de una gran variedad de usos del suelo y que las
interacciones entre los diversos componentes de los mosaicos son también importantes.
No son exclusivos de ecosistemas “naturales” y cada vez más se generan desde paisajes
heterogéneos. De ahí pues, la importancia de considerar todos los elementos del paisaje,
sus características particulares y las interacciones que impactan positiva o negativamente
en la capacidad de generar servicios ambientales.

El pago por servicios ambientales se brinda como retribución por los servicios que
proporciona la conservación de un ecosistema, el establecimiento de sistemas de
producción favorables a la protección ambiental y la propia sostenibilidad de paisajes
patrimoniales, como casos más conocidos se tiene el pago por la preservación de
bosques y las plantaciones forestales, dada la mitigación de gases de efecto de

88
invernadero, la protección de agua para uso urbano, rural o hidroeléctrico, la protección
de la biodiversidad, el uso científico y farmacéutico, la investigación y mejoramiento
genético, la protección de ecosistemas, formas de vida y belleza escénica natural para
fines turísticos y científicos, y la protección del suelo.

Una visión de paisaje se vuelve importante, no sólo si nos interesan estrategias integrales
de manejo y compensación por servicios ambientales que buscan incorporar
estratégicamente a las comunidades asociadas con diversidad de recursos transformados
y no transformados, sino también desde una perspectiva estrictamente ambiental, porque
crecientemente lo que se debe gestionar en la realidad para generar servicios
ambientales son territorios heterogéneos.

Sin embargo, en el sentido de que estos servicios tienen características de propiedad


común, la disposición de pago depende de que exista confianza en la eficacia de las
acciones que se llevan a cabo para asegurar la entrega y al acceso continuo de estos
bienes y servicios a los consumidores

La compensación por servicios ambientales, por si misma, resulta insuficiente como una
estrategia para fortalecer significativamente los medios de vida de las comunidades
indígenas y campesinas, pero pueden agregar valor a las estrategias existentes de
medios de vida. La implicación es que las estrategias de compensación deben insertarse
dentro de estrategias más amplias, pues de lo contrario se puede fracasar o crear
expectativas irrealizables.

Bajo esa lógica, los esquemas de compensación por servicios ambientales pueden
convertirse en instrumentos valiosos para diversificar las estrategias comunitarias
existentes. Dichos esquemas pueden catalizar esfuerzos locales y territoriales para
introducir prácticas de producción y manejo más sostenibles, pueden facilitar la
construcción de una visión compartida entre una gran diversidad de actores que revalorice
los diferentes paisajes, especialmente los manejados por comunidades rurales indígenas
y campesinas.

89
Dentro de los instrumentos de pago por servicios ambientales, existen pagos de usuario,
pagos directos, sistemas de venta permitidos, convenios voluntarios contractuales, venta
de derechos de desarrollo, y certificación y rotulamiento de productos. Las iniciativas
individuales pueden consistir en una mezcla de mecanismos basados en incentivos de
mercado, de regulación, y de política. En general, los beneficios son más tangibles, y los
convenios contractuales más factibles, en escalas menores, donde los vínculos entre
causas y efectos puedan ser más fácilmente establecidos, donde los derechos de
propiedad y los interesados puedan ser mejor definidos, y los acuerdos puedan ser
hechos de manera más específica y consistente con las condiciones locales. En las
escalas mayores, donde es más difícil vincular causas y efectos, y derechos y
responsabilidades, y las definiciones son más trabajosas de establecer porque los
recursos tienen características de propiedad común, habrá una mayor necesidad de que
el gobierno se involucre, con instrumentos más complejos, de mayor funcionalidad y
operatividad en el recaudo y con una gran dosis de viabilidad política y trasparencia de
aplicación y uso, algo en lo que ya se ha avanzado en nuestro medio.

I.A.5 Cooperación técnica para el desarrollo sostenible

Esta estrategia está orientada a complementar el fortalecimiento institucional, ahondando


en el diseño, formulación, negociación, ejecución y seguimiento de programas y proyectos
de cooperación al desarrollo, bajo diferentes modalidades –cooperación técnica,
financiera no reembolsable, descentralizada, sur-sur, triangular-, con fuentes y/o redes de
trabajo locales, regionales, nacionales e internacionales, y focalizados en temas, grupos
de beneficiarios y territorios de alta sensibilidad social para el desarrollo humano
sostenible.

De manera especial, la cooperación técnica nacional e internacional, tanto en calidad de


demanda como de oferta, debe ser un frente intensivo de trabajo por un periodo de tiempo
razonable –por ejemplo, un programa quinquenal-, de tal manera que se concentre en las
necesidades y capacidades técnicas estratégicas, con qué enriquecer la gestión
ambiental y el ordenamiento ambiental del territorio.

90
Como es un mandato de la cooperación internacional contribuir con el aumento de las
capacidades nacionales y endógenas relacionadas con el desarrollo sostenible, es obvia
la participación coordinada del gobierno, academia, empresa privada y organizaciones
pertinentes de la sociedad. En este sentido, sabemos que los actores internacionales
deben y están interesados en apoyar la formulación participativa de proyectos que los
países presentan a la cooperación y banca internacional, además para fortalecer una
dinámica económica y comercial que favorezca la apertura de nuevos mercados, el
desarrollo de nuevos productos y servicios, el establecimiento de mecanismos novedosos
de comercialización para un mayor beneficio del productor y consumidor.

Ahora bien, esto sólo es posible con adecuados niveles de capital social, es decir, con
apropiados niveles de organización de una sociedad. Existe una relación directa entre los
grados de asociacionismo, de confianza y de cooperación alcanzados por una sociedad
organizada desde un punto de vista de ciudadanía y de buena gobernabilidad y mejoestar
económico. Tal relación puede concebirse como capital social. Bajos niveles de capital
social indican bajos niveles de desarrollo local. Esto es tan importante como que el
capital social constituye un elemento crítico para la gestión ambiental de paisajes y la
provisión de servicios ecosistémicos, ya que en muchos casos el área implicada excede la
parcela, la finca, o un grupo de unidades productivas. Por lo tanto, los actores presentes
en el paisaje -productores, propietarios, usufructuarios- necesitan actuar de una forma
concertada para asegurar una gestión adecuada.

Finalmente, la estrategia global de gestión de las políticas de ordenación ambiental es


una agenda técnico-política de desarrollo territorial sostenible, por lo que se requiere tener
en cuenta una más compleja visión programática de las capacidades de cooperación, en
la que intervienen procesos de información, comunicación, formulación descentralizada de
programas y proyectos, investigación básica y aplicada, modelos de innovación de
iniciativas de sostenibilidad, sistematización de experiencias, actividades de seguimiento y
evaluación y, especialmente, una perspectiva de negociación y generación de acuerdos y
compromisos, que clarifique los intereses intersectoriales, interinstitucionales y de los
actores pertinentes, de cara a la construcción de una agenda ambiental de mediano y
largo plazos.

91
I.A.6 Participación y educación ambiental

El desarrollo territorial sostenible es un proceso de transformación de las sociedades


locales y de sus unidades territoriales, centrado en las personas, participativo, con
políticas específicas dirigidas a la superación de los desequilibrios sociales, económicos,
institucionales, ecológicos y de género, que busca ampliar las oportunidades de desarrollo
humano.

En este contexto, incluye acciones que posibiliten el empoderamiento de la sociedad civil


y la adecuación del marco institucional que le dé soporte. La consecución de un
desarrollo sostenible exige la participación real y activa de pobladores y organizaciones,
incluidas las mujeres, los jóvenes, los pueblos indígenas y sus comunidades, las
comunidades locales, las organizaciones no gubernamentales, los agricultores, las
autoridades locales, los trabajadores y sus organizaciones, el comercio y la industria y la
comunidad científica y tecnológica.

Se trata de propiciar la creación y el fortalecimiento de espacios y mecanismos de


participación, desde el nivel local al regional, en la formulación, ejecución y seguimiento
de políticas, estrategias y programas de desarrollo para incidir en la construcción de
nuevas institucionalidades y, a la vez, asegurar la permanencia de aquellas que favorecen
y promueven un desarrollo sostenible.

La planificación y gestión participativa de planes de diversa índole, en manos de las


autoridades, instituciones, organizaciones y actores locales, se considera un elemento
esencial del desarrollo sostenible local y del fortalecimiento y ejercicio de la democracia.
Por otra parte, es necesario transitar hacia un desarrollo sostenible que implica cambios
de actitud y desarrollo de nuevas capacidades. La educación -formal y no formal- para el
desarrollo sostenible, especialmente referida a comunidades con menores oportunidades,
es un medio esencial en el logro de los propósitos de este desarrollo, que permite a los
seres humanos y a las sociedades locales el conocimiento de la realidad y el
desenvolvimiento de sus capacidades latentes. Es necesario aportar a la educación y la
capacitación ambiental los objetivos y contenidos sobre los alcances del desarrollo
territorial sostenible en el medio nacional, regional y local, con especial énfasis en líderes

92
que por su capacidad de relacionamiento técnico, social y político, pueden tener una
mayor proyección e incidencia educativa.

El papel de la construcción de procesos locales como el de la Agenda 21, está


estrechamente ligado con las posibilidades de relanzar procesos participativos y
educativos relacionados con objetivos globales de la gestión ambiental, en el marco de los
cuales otras localidades del planeta han establecido sus planes de acción y de trabajo
concertado por un desarrollo conciente frente a las calidades ambientales del medio.

I.B Investigación para la Sostenibilidad

Para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas naturales, los procesos productivos y


los espacios habitables por el ser humano, es necesario contribuir al desarrollo de
estrategias de investigación, orientada por una agenda regional e intersectorial de ciencia
y tecnología. En este esfuerzo conjunto deben estar presentes las instituciones
académicas, gubernamentales y el sector productivo.

Una de las estrategias a fortalecer es la investigación ambiental básica dirigida a explorar


y determinar el valor real, de los servicios ambientales que ofrecen a la sociedad aquellos
espacios de conservación para la preservación ecológica y la protección ambiental y en
menor medida los espacios de reconversión territorial. Esta estrategia está
fundamentada en la esperanza de conocer a profundidad las potencialidades de los
ecosistemas naturales como poseedores de bienes aprovechables en procesos
farmacológicos, biotecnológicos y bioindustriales, así como prestadores de servicios
ambientales a la sociedad, algunos relacionados con la eco-regulación de los recursos,
otros con funciones de valor paisajístico integral. Esta iniciativa sería la base para
aprovechar de manera sostenible los espacios que deben ser destinados a la
conservación.

Otra estrategia de una política de investigación para la sostenibilidad debe encaminarse a


hacer investigación ambiental aplicada a todos los niveles, es decir en aquellos espacios
para la conservación, la producción y la habitabilidad del ser humano. Este tipo de
investigaciones aplicadas deben estar dirigidas a generar nuevas tecnologías y productos

93
ambientales que contribuyan a la competitividad, al mejoramiento de la calidad de vida y a
un desarrollo ambientalmente más apropiado.

Por otra parte es importante avanzar en la capacidad de uso y aplicación de sistemas de


información e indicadores que profundicen el conocimiento sobre el impacto de la gestión
ambiental territorial, sobre el estado de las dinámicas y situaciones ambientales
territoriales a las que es necesario hacer monitoreo y seguimiento, sobre los procesos de
presión antrópica ejercidos en los recursos naturales de la jurisdicción, así como el
seguimiento que permita conocer los avances y logros obtenidos por las estrategias de
investigación.

Todo lo anterior no será viable sin la participación y el concurso de universidades, centros


de investigación especializados, entes y dependencias gubernamentales de nivel
municipal, departamental y nacional, que trabajen conjuntamente en función de una
política común y de integración sectorial, con el objeto de fortalecer la investigación para
la sostenibilidad, a través de una estrategia intersectorial, endógena y exógena, como lo
es la cooperación nacional e internacional en ciencia y tecnología ambiental.

I.B.1 Investigación ambiental básica

Debemos avanzar en nuevos conocimientos como el valor real -de mercado e intangible-
de los servicios ecosistémicos. Si se tuviera un mejor panorama de cuánto realmente
valen los servicios ecológicos que los ecosistemas proveen a la sociedad, muchas
prácticas que son aparentemente justificables desde el punto de vista económico ya no se
percibirían como tales, por ejemplo, la expansión de fronteras agrícolas bajo modelos
insostenibles.

Debemos entender cuáles son los niveles aceptables de deterioro que permitan tener un
tiempo de respuesta apropiado para conducir, con un manejo adaptativo, a un uso
sostenible de los ecosistemas o a su conservación. A esto se suma comprender cuáles
son los costos en términos de diversidad, servicios ecosistémicos, disponibilidad de agua
y ciclos biogeoquímicos de plantaciones para secuestrar carbono, propuestas dentro del
marco de medidas globales de mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero.

94
Necesitamos comprender cómo se relacionan las dinámicas económicas y distributivas
con la energía, la materia y los ciclos bióticos del medio ambiente, en las distintas escalas
como espacios locales y subregiones. Se requiere realizar investigaciones que provean la
información que nos permita tener cada vez mejor idea sobre los umbrales, límites y
vulnerabilidad de los ecosistemas prioritarios, de acuerdo a la resiliencia y capacidad de
carga de los mismos.

Para la Corporación es fundamental avanzar en un conocimiento con relativo mayor


detalle sobre la estructura, composición, diversidad, distribución y estado de los
ecosistemas existentes en su jurisdicción, conocimiento que debe estar rigurosamente
formalizado en sistemas de información y de georreferenciamiento, que permitan soportar
una mayor precisión en el seguimiento de dinámicas territoriales físico-bióticas y
socioeconómicas, lo que permite, en consecuencia, contar con instrumentos de mayor
profundidad y alcance para el proceso de gestión ambiental territorial.

La promoción de investigación ambiental básica es una de las tareas más exigentes para
un territorio con alta diversidad y riqueza biológica. A las actividades de inventario,
clasificación, registro genético de nuestros recursos, se suman las de bioprospección,
análisis sociocultural, investigación de propiedades y umbral de aplicaciones, así como los
procesos de laboratorio y fundamentación científica para posibles usos, tangibles e
intangibles. No es posible desligar la investigación ambiental aplicada sin una sólida
investigación ambiental básica, ambas son esenciales si se quiere, finalmente que el
conocimiento de nuestros recursos potenciales conduzca a un desarrollo en que la ciencia
y la tecnología pueden brindar posibilidades para reestructurar nuestro modelo de
producción, generar competitividad y, especialmente, propiciar mejores condiciones para
el bienestar de la población.

I.B.2 Investigación ambiental aplicada y tecnología ambiental

Debemos movilizar el conocimiento científico y tecnológico para lograr nuevas formas de


inserción en la economía mundial, considerando la innovación tecnológica como aporte al
desarrollo sostenible.

95
Será necesario saber cómo transformar la heterogeneidad ecológica, característica de
muchos ecosistemas de la jurisdicción, de obstáculo a la producción a una oportunidad,
diseñando nuevos sistemas de producción, comercialización y acopio que garanticen una
adecuada regularidad en la disponibilidad de los productos para el consumidor final. Esto
significa también avanzar en el manejo de la pluralidad tecnológica y productiva,
combinando cuando corresponda, tecnologías de punta, modernas y tradicionales.

Los esfuerzos por impulsar la innovación tecnológica, la generación y aplicación de


conocimientos en la búsqueda de una producción ambientalmente sostenible y la
formación y capacitación de la fuerza laboral, las comunidades y las familias rurales,
adquieren su mayor eficacia en la escala local. Es en el plano del desarrollo territorial
sostenible, en el cual destaca el papel central del conocimiento para impulsar
modalidades renovadas de servicios y de producción de bienes. No se trata de la
tradicional transferencia de paquetes tecnológicos generados en los centros creadores de
conocimientos a los productores en el campo. Por el contrario, se trata de impulsar
procesos de generación de conocimientos, de sistematizar las experiencias productivas y
tecnologías sostenibles -desarrolladas secularmente por las comunidades rurales-, de
adaptar la tecnología a las condiciones ecológicas, productivas, culturales y sociales de
los espacios locales y de impulsar la innovación en el trabajo desarrollado en cada
espacio, buscando elevar, de manera sostenible, la calidad de vida de las familias.

La importancia creciente de la producción limpia, la inocuidad de los alimentos y las


regulaciones ambientales en el comercio internacional y en las preferencias de los
consumidores de los más diversos países, amplia la relevancia del desarrollo de
tecnologías que respondan a las características, necesidades y posibilidades de los
productores asociados con la diversidad del paisaje.

96
En el proyecto “Agenda de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico para Medellín
y Antioquia”19, , se identificaron tecnologías y productos de futuro para cada sector objeto
del proceso de definición de la Agenda, buscando dar referentes sobre los campos
científicos a abordar en un corto y mediano plazo, necesarios para la creación de
capacidades que permitan tener una dinámica de oferta de conocimiento para la
innovación en productos y servicios en esos sectores. Innovaciones que ayudan a la
creación de nuevas actividades económicas, reforzar las ya existentes en la región, todo
en función de una mayor de inserción de Antioquia en cadenas internacionales de valor.

Dentro de la investigación tecnológica ambiental aplicada y el desarrollo de productos de


naturaleza ambiental, se identificó la necesidad y potencialidad para trabajar en la
generación de tecnologías de mejoramiento genético, bosques cultivados, nuevas
especies, especies autóctonas, mejoramiento de semillas, de plántulas, y en un complejo
de desarrollos biotecnológicos. Igualmente, en tecnologías de implementación de la
calidad, certificación y sanidad. En capacitación en manejo ambiental, diseño de
manufacturas de madera, técnicas silvícolas. En mecanismos de análisis y capturas de
CO2 y O2. En procesos de lavado que generen menos desperdicios y menos consumo
de agua. En desarrollo de colorantes naturales y ecológicos. Usos de químicos y
auxiliares ecológicos. Desarrollo de fibras biodegradables. Innovación en telas
funcionales: antibacteriales, protección U.V., terapéuticas, médicas, anti-insectos,
cosméticas, anti-stress, con innovación en olor y color. Trabajo en fuentes de energía y
formas no convencionales de energía. En sistemas de almacenamiento de energía y
sistemas alternativos de transporte ambientalmente amistosos. Generación de productos
de energía inteligentes para el consumidor: iluminación fotosensible, detectores de
movimiento y calor para un hogar inteligente. Tecnologías para la eficiencia y de energía

19
Este proyecto contó con la financiación y el apoyo permanente en su concepción, ejecución y difusión de
Colciencias, la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia y los gobiernos municipal y departamental.
Su desarrollo estuvo a cargo del Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia - CT A – y contó con el apoyo
conceptual y logístico del Centro de Estudios en Economía Sistémica, - ECSIM.

97
renovable en edificios: calefacción solar pasiva, luz de día, refrigeración natural, sistemas
solares. Diseños de eco-estructuras livianas de construcción.

Además en técnicas analíticas de calidad del agua “in situ”, bioensayos rápidos y fiables,
tecnologías de control analítico, tecnologías de caracterización de suelos. Monitorización
y control a tiempo real de caudales. Control de los vertidos, de la captación, tratamientos
avanzados, abastecimiento y distribución del agua. Desarrollo de técnicas analíticas de
medición en continuo de la contaminación de suelos, aire, agua y materiales. Redes
integradas de vigilancia y control de la contaminación basadas en Sistemas de
Información Geográfica (SIG). Desarrollo de protocolos de comunicación y transmisión de
datos medioambientales seguros, on line y en tiempo real. Técnicas de detección y
seguimiento vía satélite de contaminantes. Desarrollo de herramientas de simulación que
ubiquen en tiempo real los focos de contaminación y predigan su posible evolución y
consecuencias. Equipos para la corrección ambiental del ruido. Equipos para la
obtención de combustibles derivados de residuos. Equipamientos para el tratamiento de
la contaminación atmosférica que generen subproductos valorizables. Equipos y sistemas
de recogida selectiva de residuos. Tecnologías de gasificación y aprovechamiento
energético de residuos orgánicos (industriales y agropecuarios). Tecnologías y equipos
para el aprovechamiento de residuos de la construcción. Incineración e inertización de
residuos peligrosos no valorizables

Por otra parte, las líneas de investigación identificadas desde el Cátedra del Agua, buscan
desarrollar metodologías y actividades de prevención para el cuidado y descontaminación
del recurso hídrico. Estas líneas son Inventario general de aguas y sus calidades en
Antioquia, métodos biológicos de descontaminación, crecidas, torrentes y asentamientos
humanos, interacciones suelo-agua-vegetación, generación, transporte y depositación de
lodos y sedimentos.

Este es un panorama posible, si los esfuerzos son coordinados, si cada institución y actor
de la región está integrado, de manera ajustada a sus especificidades, con un propósito
tan estratégico como el de hacer del conocimiento sobre nuestros recursos territoriales,
un factor de poderoso desarrollo endógeno sostenible.

98
I.B.3 Consolidación de sistemas de información e indicadores ambientales

La consolidación de un sistema de información ambiental tiene como propósito establecer


la integración y accesibilidad a la información relativa a la gestión, monitoreo,
seguimiento, representación cartográfica, avances técnicos, desarrollo normativo e
investigación ambiental existente para la jurisdicción. El registro y difusión de esta
información es útil en la sustentación de los conceptos y en la adopción de decisiones de
política e iniciativas sobre desarrollo territorial sostenible.

Un sistema de monitoreo de la gestión ambiental debe contar con los indicadores básicos
relativos a la sostenibilidad de las decisiones tomadas, desempeño y capacidad de
gestión, además de indicadores de política fiscal ambiental relacionados con diversos
instrumentos económicos. Se trata de maximizar las capacidades reales de una gestión
ambiental eficiente, eficaz y efectiva.

Igualmente, para fortalecer el sistema de información se debe ahondar en la naturaleza de


las relaciones entre las entidades y los niveles de intercambio de la información
ambiental. El sistema de información ambiental produce y procesa información
construyendo el escenario territorial de los procesos y de las dinámicas territoriales en
curso y, en especial, de la demanda u oferta de gestión ambiental, que se expresa por
medio de los proyectos ofrecidos y los proyectos demandados. Con ello las instituciones
(públicas o privadas) pueden acceder a su propio “paquete” de información, además, del
acceso público por parte de la comunidad, de acuerdo con una estrategia de buen
gobierno.

La importancia de un sistema de información ambiental está en aportar a la construcción


del escenario territorial de la jurisdicción, especialmente para tener incidencia a nivel
intersectorial, poniendo de manifiesto la existencia de los nudos críticos en el proceso de
ordenamiento territorial ambiental.

La construcción de bancos de datos accesibles dentro del sistema de información


ambiental, busca impulsar una mayor transparencia en los procesos de decisión, así

99
como generar nuevos espacios de gestión intersectorial de los programa y proyectos en
curso y favorecer de esta forma las acciones de control reciproco. Esto tiene que ver con
relaciones entre técnicos de las entidades públicas, entre las entidades públicas y las
privadas y entre las entidades y los ciudadanos.

El sistema de información ambiental debe articular los componentes del Plan Estratégico
de Gestión, debe permitir, a futuro, la captura de la información para la construcción de
Agendas Locales; para la formulación actualizada de diagnósticos y, de acuerdo con las
indicaciones del sistema de seguimiento, para la revisión de los indicadores de gestión y
calidad de los recursos humanos y naturales de la jurisdicción. Además, debe facilitar
procesamiento de la información solicitada por los diferentes usuarios, analizar y construir
la información con un valor agregado y por medio de un sistema de divulgación difundir la
información a todos los niveles.

Finalmente, se debe contar con una mayor integración de productos del Sistema de
Información Geográfico corporativo, con espacial énfasis en productos ligados a las
políticas y estrategias de actuación en la ordenación ambiental del territorio. Es
recomendable que el uso del sistema de monitoreo de la gestión ambiental sea coherente
con el modelo de presión-estado-respuesta de la estrategia de la OCDE, sugerido en el
1997 en Desarrollo sustentable: estrategia de la OCDE para el siglo XXI.

I.B.4 Cooperación en ciencia y tecnología ambiental

La cooperación en ciencia y tecnología ambiental supone la integración de capacidades


nacionales y de la región, con el aprovechamiento de las oportunidades existentes en el
contexto internacional, especialmente con fuentes bilaterales y multilateras de
cooperación técnica y científica. Esta última es más viable y posible si existe una efectiva
red de trabajo interinstitucional e intersectorial en la región, con entidades de diverso
origen y cobertura, que permita un trabajo continuo y orientado en programas de
desarrollo ambiental territorial, teniendo en cuenta proyectos de alivio sostenible a la
pobreza, empoderamiento de las comunidades beneficiarias, oportunidades para mujeres
y jóvenes, apropiación local de conocimientos, rendición de cuentas y alta transparencia
de los mismos.

100
Establecer un proceso de cooperación tiene que ver con la claridad de nuestros
requerimientos estratégicos en ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible, así como
en la existencia de capacidades de gestión y trabajo interinstitucional y programático. De
esta manera explicitamos sobré qué campos y estrategias generamos procesos de
cooperación endógenos e internacionales, y cómo logramos llevar a cabo, mediante el
uso de sinergias y complementariedades institucionales, los propósitos de un desarrollo
efectivo de proyectos con incidencia en el mejoramiento de esta capacidades y, con
impactos sociales y territoriales, visibles y verificables.

En efecto, dado que el desarrollo territorial sostenible es un proceso en construcción, por


tanto, exige un desarrollo de las capacidades de su población y de sus organizaciones
que incluye el potencial humano, científico, tecnológico, organizativo, institucional y de
recursos de la comunidad local, regional, nacional e internacional. Existe conocimiento,
opciones y experiencias, aún insuficientes, para enfrentar el reto. La gran parte del
camino no se ha recorrido. De allí, la necesidad de promover el intercambio entre la gente
y fortalecer las redes locales, nacionales e internacionales de cooperación para la difusión
y transferencia científica, tecnológica, de experiencias y apoyo recíproco entre
organizaciones públicas y privadas, profesionales e instituciones académicas y
organizaciones de productores, campesinos, indígenas, mujeres, jóvenes, interesados en
promover el desarrollo sostenible. De esta manera, estas redes ofrecen sustento a las
acciones regionales de cooperación y apoyo a las negociaciones internacionales con
fuentes técnicas y financieras bilaterales y multilaterales.

11.2.2 conservación para el desarrollo territorial sostenible [II]


Este Objetivo Estratégico se centra en la política de ordenación de la biodiversidad y de
los ecosistemas especiales que hacen parte del patrimonio natural de la jurisdicción.

II.A Ordenación de la Biodiversidad y de Ecosistemas Especiales

Esta política se enmarca en un objetivo preciso del ordenamiento ambiental territorial, que
es la conservación para el desarrollo sostenible. Pero antes de emprender acciones hacia

101
la ordenación de la biodiversidad y de los ecosistemas especiales, se deben encausar los
esfuerzos hacia el conocimiento del potencial estratégico de la biodiversidad para evitar
que esta sea una de las causas indirectas de la pérdida continua de la biodiversidad. Es
necesario advertir y recomendar que este propósito sólo es posible, si se adopta una
estrategia real y clara de investigación ambiental básica y aplicada en los espacios de
conservación para la protección ambiental y la preservación ecológica, además de los
espacios de reconversión territorial.

La primera acción a emprender en esta política de ordenación de la biodiversidad y de


ecosistemas especiales es ejecutar un programa territorial de reconversión para la
protección ambiental, es decir que aquellos espacios que han sido objeto de una
relativamente reciente ampliación de la frontera agrícola y pecuaria sean ordenados con
énfasis en la protección ambiental, ya que el actual modelo de implantación de las
actividades productivas es inviable ambientalmente, dado que las condiciones climáticas
extremas, edafológicas y de relieve no soportan otro uso diferente a espacios con
procesos agroecológicos intensivos, donde deben predominar los ecosistemas especiales
que originalmente estaban presentes allí, como son los humedales, las zonas paramunas,
los bosques de alta montaña y los ecosistemas naturales asociados a los bosques
tropicales y de vertiente que aun persisten. Por eso esta estrategia tiene una intención
preventiva para evitar la afectación de aquellos espacios de conservación para la
preservación ecológica, pues su accionar se debe concentrar exclusivamente en los
espacios de reconversión territorial y en los espacios de conservación para la protección
ambiental.

La estrategia anterior abonaría el terreno para emprender una integración del sistema de
áreas protegidas, al reconvertir aquellos ecosistemas especiales modificados como
potenciales espacios de amortiguamiento, aunque actualmente hayan sido intervenidos y
presenten una vulnerabilidad a seguir siendo modificados por la amenaza constante de un
modelo de ampliación de la frontera agrícola que es improcedente económica y
ambientalmente. Si se toman medidas en estos espacios se garantizaría que el sistema
de áreas protegidas permanezca en el tiempo, al disminuir la presión externa que ellas
soportan.

102
En esta misma dirección apunta la estrategia de reconectividad biológica de ecosistemas
regionales, porque al iniciar un proceso de ordenación y conocimiento de la biodiversidad
que presentan estos ecosistemas especiales que poseen un gran valor a nivel regional,
se estarían dando las bases primero para garantizar la permanencia de estos
ecosistemas regionales y luego se podría pensar en promover la reconectividad biológica
entre diferentes espacios destinados a la conservación ambiental y ecológica.

Una estrategia muy importante para abordar el conocimiento de la biodiversidad de los


ecosistemas naturales y su consecuente preservación ecológica y protección ambiental
mediante un criterio claro de conservación, sería a través de la promoción de
investigaciones encaminadas a generar conocimientos en biotecnología de aquellos
bienes y servicios que potencialmente podría brindar la biodiversidad. Y canalizarlos
desde la perspectiva del desarrollo sostenible, a través de procesos de escalonamiento
bioindustrial, que le otorgarían inmediatamente un valor tangible a los ecosistemas
especiales.

Muchos de los bienes y servicios ambientales de estos ecosistemas especiales no han


sido investigados y aun es subjetivo definir su valor intangible y menos preciso su valor
tangible. A partir de la investigación ambiental tanto básica como aplicada, se debe
promover el conocimiento de las potencialidades de la biodiversidad, para aprovechar
aquellos bienes y servicios ambientales que pueden redundar en la promoción y adopción
de unas prácticas de producción sostenible a través del biocomercio. Por eso esta
estrategia de trabajar un biocomercio sostenible comienza desde aquellos ecosistemas
productivos representados en los espacios de consolidación productiva y enriquecimiento
ambiental hasta los ecosistemas naturales presentes en los espacios de conservación
para la preservación ecológica.

II.A.1 Programa territorial de reconversión para la protección ambiental

La Corporación debe emprender esta estrategia como una medida de revertir aquellos
procesos de degradación que han sufrido algunos ecosistemas naturales al ser
destinados y transformados a la práctica de actividades antrópicas que siempre serán
ineficientes e inviables tanto en términos productivos y económicos como ambientales.

103
Por lo cual la vocación territorial de estos espacios depende de estímulos en la gestión
ambiental para consolidar su naturaleza como áreas de protección, teniendo en cuenta
que son paisajes intervenidos en los que necesariamente se debe intensificar la aplicación
de programas de evaluación estratégica de impactos, mejoramiento agroecológico y
compensación por la generación de servicios ambientales. Esta estrategia es muy
sensible dentro de la política territorial y consolidación de un modelo de ocupación
sostenible del territorio. La reconversión para la protección ambiental es una estrategia
de gestión para la conservación, dirigida a actuar con énfasis en los espacios de rurales
donde la competencia urbana y de sistemas de producción por el uso de la tierra
desfavorece los ecosistemas y la propia formación de espacios de biodiversidad.

En la medida en que se generen mosaicos de conservación de recursos naturales, sean


mayores las posibilidades de la diversidad ecológica, y los enriquecimientos ambientales
de las áreas relativamente improductivas sean pactados, la reconversión de tierras para la
protección tendrá un efecto positivo en la generación de paisajes sostenibles que pueden
contribuir a la generación de ciclos socioeconómicos de mayor bienestar para sus
habitantes.

II.A.2 Integración de sistemas de áreas protegidas

El fortalecimiento del sistema de áreas protegidas de Corantioquia parte de la integración


del mismo con las iniciativas y procesos de planeación dados dentro del sistema nacional
de áreas protegidas (SINAP), así como los propósitos de gestión integral de estas áreas
establecidas en una agenda permanente con las entidades locales, metropolitana y
departamental. De esta manera se diseñan y definen políticas coordinadas de manejo y
gestión para cada uno de estos lugares, especialmente para contar con una visión de
recolectividad biológica regional. Además, se busca garantizar la permanencia de estas
áreas naturales en correspondencia con los sistemas de frontera y continuidad territorial
de estas áreas protegidas que dependen de la jurisdicción de las Corporaciones
Autónomas Regionales con las que se comparten estos espacios. Iniciativas que den
contexto regional al conjunto de áreas protegidas de la jurisdicción no sólo son
convenientes –especialmente si cuenta con voluntad política-, sino que contribuyen a la

104
necesidad de coordinar e integrar los modelos de ordenación, manejo y conservación de
estas áreas en el departamento.

II.A.3 Reconectividad biológica de ecosistemas regionales

Los más importantes ecosistemas naturales presentes actualmente en la Corporación


están fragmentados ecológicamente entre sí. Para recuperar la biodiversidad propia de
estos espacios, la cual surge de la interacción entre diferentes ecosistemas regionales, es
necesario establecer y estimular la creación de corredores de conectividad biológica que
permitan la reintegración en un sistema de gestión debidamente formalizado desde el
punto de vista jurídico, institucional y de competencias administrativas. Esta estrategia es
preeminente en la gestión de las nuevas conectividades viales y en la integración con el
desarrollo de nuevas infraestructuras que buscan establecer otras opciones de integración
territorial, en el marco de los procesos de desarrollo urbano-regional existentes para
Antioquia y en particular para la jurisdicción de la Corporación. Especial mención se
hacen de los procesos de reconectividad territorial que se proyectan y convergen al Bajo
Cauca antioqueño, tanto por la subregión del nordeste y el magdalena, como por el cañón
del río Cauca al norte de la subregión occidente.

II.A.4 Biotecnología y escalonamiento bioindustrial

Una estrategia importante para garantizar la conservación de los ecosistemas naturales


es a través del valor agregado que la sociedad pueda darle a la biodiversidad propia de
estos espacios. Para ello es fundamental, estimular y promover la aplicación de
conocimientos e investigaciones aplicadas en biotecnología, para desarrollar alternativas
productivas y competitivas de uso de los bienes y servicios ofrecidos por los ecosistemas
especiales en beneficio del desarrollo territorial sostenible, con énfasis en el mejoramiento
de la calidad de vida y oportunidades para el desarrollo humano. Esta estrategia debe
conducir a programas intensivos de bio-prospección, en los que la aplicación de
tecnologías de producción, escalamiento y difusión de los procesos bioindustriales,
permitan aprovechar de manera sostenible los reservorios naturales e integrar estos
ecosistemas a programas de valor agregado e innovación en la gestión ambiental
sostenible de la biodiversidad.

105
II.A.5 Biocomercio sostenible

Esta estrategia es una herramienta de apoyo para el aprovechamiento sostenible de la


biodiversidad, mediante alternativas productivas en áreas tales como agricultura,
productos maderables, productos no maderables y ecoturismo, permitiendo un uso
adecuado de la biodiversidad de los ecosistemas especiales presentes en la jurisdicción
de Corantioquia, implementando procesos de producción limpia, tecnologías y técnicas de
gestión ambiental del ciclo de producción, programas de certificación y aseguramiento de
la calidad ambiental de los productos de biocomercio sostenible y programas de co-
gestión para el eco-mercadeo y la inserción a mercados nacionales e internacionales.

El biocomercio sostenible también debe ser una de las fases que dan efectividad y
visibilidad a los procesos de investigación ambiental aplicada, especialmente en cuanto al
escalamiento de desarrollos biotecnológicos, a la aplicación fabril de la bio-prospección, al
escalonamiento tecnológico de agroecosistemas, a la generación de servicios culturales
del paisaje y de la biodiversidad, de suerte que su fortalecimiento e impulso, constituye
uno de los pilares en el proceso de integración socioeconómica de espacios urbanos de
relativa menor jerarquía, espacios de producción agraria en entornos rurales y espacios de
conservación que proveen servicios como el ecoturismo y que, a mayor, preservación,
constituyen reservorios de material genético y recursos naturales de potencial para la
investigación básica y aplicada, y la generación de productos con tecnologías ambientales,
que deben contribuir a fortalecer los usos de conservación y el desempeño
socioeconómico y estilo de vida de las comunidades y etnias asociadas a estos territorios.

11.2.3 sistemas productivos para el desarrollo territorial sostenible [III]


Este Objetivo Estratégico comprende avances tanto en la política de ordenación de los
aprovechamientos y usos extractivos, como en la política de sosteniblidad de los sistemas
territoriales rurales y periurbanos.

106
III.A Ordenación de Aprovechamientos y Usos Extractivos

El desarrollo de estrategias que conduzcan un proceso de ordenación del territorio de la


jurisdicción de Corantioquia, se constituye en la herramienta fundamental para la
planificación y la gestión ambiental, con el fin de orientar las acciones y programas que
regulen los aprovechamientos y usos extractivos de los recursos naturales. El
ordenamiento de los aprovechamientos y usos extractivos, incluye una amplia gama de
actividades económicas dependiendo del producto que se extrae, desde actividades de
extracción de recursos biológicos (explotaciones forestales, pesquera, captura de fauna y
caza, entre otros), pasando por los aprovechamientos hidroenergéticos a gran escala, los
actuales con predominio en los altiplanos, los futuros con predominio en los valles y
cañones, hasta la extracción de minerales, donde se destacan la minería de oro tanto de
beta como de aluvión en el Nordeste y Bajo Cauca y la explotación de carbón en la
cuenca carbonífera de Amagá, Angelópolis, Fredonia y Venecia, entre muchas otras que
se encuentran en el territorio antioqueño.

Dentro de las estrategias ambientales territoriales que se deben implementar en las áreas
de aprovechamiento y extracción, se propone un programa de integración territorial de los
modelos de ordenación ambiental de usos extractivos, intensificar las acciones y pactos de
recomposición y mejoramiento de paisajes, consolidar un sistema estratégico y
permanente de evaluación y seguimiento de impactos, establecer un programa de
compensación territorial por el uso de los recursos, garantizar procesos de producción
limpia y la ecocertificación de las actividades extractivas.

III.A.1 Integración territorial de modelos de ordenación ambiental de usos


extractivos

Los megaproyectos correspondientes a la infraestructura hidroenergética a construirse en


el corto, mediano y largo plazo, como son Porce III, Nechí y Pescadero – Ituango,
indudablemente producirán un nuevo ordenamiento ambiental y territorial, porque se
pasará del actual modelo donde los aprovechamientos hidroenergéticos están localizados

107
en los altiplanos de la cordillera Central en la región central antioqueña, a valles y
regiones periféricas del territorio jurisdiccional de la Corporación. Es decir, se producirá
un nuevo modelo de ordenación ambiental producto del aprovechamiento de los ríos
Porce, Nechí y Cauca en regiones fronterizas, que hasta el momento han tenido una baja
integración a dinámicas territoriales regionales.

La construcción de estos megaproyectos están articulados al mejoramiento de las vías,


que servirán para la conectividad de subregiones como el Magdalena Medio, el Nordeste
y el Bajo Cauca, a través de un corredor vial que unirá a Puerto Berrío – Yondó –
Remedios – Segovia -Zaragoza – Caucasia, y que en un fututo se integraría al corredor
La Pintada – Santa Fe de Antioquia - Puerto Valdivia – Caucasia. Las relaciones y
dinámicas de estos territorios, ya no serán concéntricas con punto de partida y llegada en
Medellín, sino, policéntricas con nodos en las fronteras territoriales de la jurisdicción.

Este nuevo escenario territorial necesita ser manejado con especial atención y tener un
lugar protagónico en el proceso de planificación y gestión ambiental de los próximos 10
años de la Corporación, y demás instrumentos que se formulen, porque tienen como
punto de partida el aprovechamiento del recurso agua para la producción de energía a
gran escala, los cuales suplirán demandas y consumos a centros urbanos y de producción
a nivel nacional e internacional.

Por otra parte, además de los espacios de aprovechamiento hidroenergético y de


extracción maderera, las áreas de extracción de recursos mineros, relacionados con
explotaciones auríferas, carboníferas y de minerales no metálicos, deben estar integradas
a un programa coordinado de ordenamiento y gestión ambiental para el aprovechamiento
de recursos naturales, el cual debe ser estructurado de manera coherente, mediante
estrategias de manejo territorial que actúan con un tratamiento integral a los impactos,
tales como recomposición ambiental de paisajes, un sistema estratégico y articulado de
monitoreo y atención de impactos, el establecimiento de compensaciones para la
restauración ambiental y una más efectiva producción limpia.

108
III.A.2 Recomposición y mejoramiento de paisajes

La política ambiental para todo tipo de aprovechamiento de los recursos naturales, debe
estar conformada por un acuerdo político y técnico de viabilidad y manejo de impactos,
donde se estipule el cumplimiento de las normas y los criterios técnicos de manejo bajo
parámetros ambientales, en el que todos los usos extractivos deben considerar la
implementación de un plan de recomposición y mejoramiento de paisajes, que contemple
tanto sistemas de extracción artesanales, como sistemas industriales o de mayor
refinamiento tecnológico para la intervención de recursos naturales –por ejemplo, los
aprovechamientos hidroenergéticos a diferentes escalas de generación-, los cuales deben
estar monitoreados mediante una estrategia integrada de evaluación y seguimiento de
impactos, que igualmente tiene en cuenta un programa de retribución por usos extractivos
y de desarrollo tecnológico ambiental en proyectos de restauración, recomposición y
mejoramiento de paisajes intervenidos.

III.A.3 Sistema estratégico de evaluación y seguimiento de impactos

Se hace necesario desarrollar un sistema estratégico de evaluación y seguimiento de


impactos ambientales, en el que se normalice y homologue a nivel institucional los
instrumentos de medición, por medio de la aplicación de un sistema de indicadores que
dé cuenta de los niveles de presión sobre los recursos naturales que ejercen las
actividades extractivas, el estado de partida, transformación y ciclos desarrollados durante
el proceso de aprovechamiento, y la capacidad de respuesta institucional a través de
programas de gestión ambiental dirigidos a restablecer, mitigar y/o compensar los
impactos generados.

Es conveniente incorporar análisis integrados que consideren la sinergia entre impactos


generados por la multiplicidad de proyectos localizados en un determinado territorio. La
promoción de la evaluación ambiental estratégica permitiría incorporar análisis integrados
de los impactos sinérgicos y acumulados. La aplicación de este tipo de evaluación
requiere ante todo de la decisión de incorporar el análisis de las consecuencias
ambientales de las acciones humanas en la planificación, implementación y seguimiento

109
de las políticas públicas con incidencia territorial, lo que constituye un tema clave de
agenda y negociación intersectorial.

III.A.4 Programa territorial de compensación por uso de recursos

La identificación y clasificación de los ecosistemas localizados en el territorio que


transfieren bienes y servicios ambientales a nivel nacional, regional, metropolitano y local,
es una prioridad inmediata para la Corporación, por ser un instrumento técnico que define
las rutas y niveles de compensación que se deben considerar para la conservación de los
recursos naturales que cumplen una determinada función ecológica, en relación con la
sociedad que los usa, consume y depende de ellos.

Según lo dispuesto en los Planes de Ordenamiento Territorial POT municipales, que rigen
la política territorial a nivel local, los ecosistemas buscan contribuir al desarrollo de la
función ecológica, la productividad ambiental y agropecuaria de las zonas urbanas y
rurales, el crecimiento ordenado de los suelos urbanos y la conservación de los suelos
protectores. Además, dentro las economías locales y regionales, son un renglón
importante por la oferta de servicios y bienes ambientales, lo que los convierte en vitales
para el mantenimiento de los sistemas de asentamientos humanos y el sistema de
ciudades.

En esta perspectiva, encontramos diversas escalas de actuación en que las ciudades se


proveen de insumos y recursos naturales que se encuentran por fuera de su territorio, y
que son imprescindibles para el funcionamiento urbano, como son los represamientos de
agua para la producción de hidroenergía; el manejo de cuencas hidrográficas y el
tratamiento de agua potable para suplir demandas urbanas; la explotación de minerales y
de hidrocarburos para posibilitar el funcionamiento continuo de la industria y los sistemas
de transportes que utilizan esta base de energía; la producción agrícola, avícola, pecuaria
y bovina indispensable para garantizar las condiciones alimentarias de la población
urbana; el aprovechamiento de los bosques para extracción de madera utilizada en
artículos masivos de amoblamiento urbano; la relocalización industrial y de equipamientos
regionales e infraestructura en territorios estratégicos y funcionales por fuera de la ciudad;

110
y el desplazamiento de la sociedad hacia paisajes externos para fines de ocio, recreación,
contemplación, lúdica, descanso y esparcimiento.

Todos estos factores han generado un desbalance entre los sistemas naturales y los
construidos, en donde la degradación de los sistemas naturales se manifiesta en términos
de desequilibrios que se presentan entre la oferta y la demanda de bienes y servicios
ambientales, por lo que se debe implementar un programa integral de compensación que
la sociedad debe contribuir y cooperar por el uso y consumo de los recursos naturales,
para garantizar el manejo y la sostenibilidad de los ecosistemas de los cuales depende.

III.A.5 Producción limpia y ecocertificación de actividades extractivas

Es imprescindible contar con una política integral que agrupe todos los sectores
productivos, de servicios y tipos de actividades extractivas, que dependen de recursos
naturales e insumos que son transformados en procesos productivos. Dicha política debe
consolidar un portafolio de programas de gestión ambiental, con las líneas base de los
diferentes cluster de cadenas productivas y de servicios, donde la Corporación pueda
contar con unos instrumentos eficaces para la implementación de medidas de control, con
las cuales se pueda evaluar y monitorear los límites y rangos permisivos, como también,
los que se registran por fuera de dichos rangos, que afectan e impactan los recursos
naturales.

Producto del intercambio y comercialización de bienes y servicios en mercados


globalizados, como también las exigencias establecidas en acuerdos y tratados
internacionales que rigen el sector comercial, se hace necesario la participación y
acompañamiento de la Corporación al sector productivo, en el proceso de certificación
que garanticen procesos y manejos sostenibles de los recursos naturales.

También, se requiere de programas estratégicos para el posicionamiento de productos


inscritos bajo el código de biocomercio, la definición de estrategias de cooperación para la
co-financiación de programas de certificación, la creación de programas de
reconocimiento social y público, y la conformación de agremiaciones certificadas, entre
otros.

111
III.B Sostenibilidad de Sistemas Territoriales Rurales y Periurbanos

Esta política reconoce el hecho de que son numerosas y diversas las actividades
productivas que se practican en las áreas rurales y periurbanas e igualmente diferentes las
interacciones territoriales a las que están asociadas estas actividades, algunas de las
cuales tienden a ser muy consolidadas, con relativo menor impacto ambiental, mientras
que otras producen efectos insostenibles y degradantes sobre el medio, por lo que es
necesario aplicar estrategias de sostenibilidad que orienten espacialmente las
intervenciones de la Corporación, para construir sistemas de producción más diversos,
enriquecidos ecológicamente, tratados como agroecosistemas susceptibles de
mejoramiento, proveedores de condiciones de seguridad alimentaria, en los que la gestión
cultural y el aprovechamiento intangible del paisaje hacen parte de su valoración, con un
adecuado uso y manejo racional de los recursos naturales, integrados territorialmente, con
inmejorables condiciones de accesibilidad y de servicios urbano-rurales, articulados con
implantaciones industriales y espacios urbanos de menor complejidad que en los
asentamientos metropolitanos..

Como estrategias ambientales, encaminadas a la sostenibilidad de los sistemas de


producción en las áreas rurales y periurbanas, se tienen:

III.B.1 Enriquecimiento ambiental y de la biodiversidad en sistemas de producción

Se trata de enriquecer la base ecológica que soporta todo sistema de producción para
aumentar su grado de heterogeneidad o de diversidad agroecosistémica, la cual tiene que
ver con procesos de diversidad vertical (capas horizontales diferentes), con diversidad
horizontal (patrón de distribución espacial de los organismos), diversidad estructural
(nichos en la organización del sistema), diversidad funcional (complejidad de la
interacción, del flujo de energía y del ciclo de materia entre los componentes del sistema)
y diversidad temporal o grado de heterogeneidad de los cambios cíclicos.

La diversidad ecológica de los agroecosistemas, puede incrementarse de diversas


maneras, por ejemplo utilizando cultivos intercalados o en franjas adyacentes, cercas
vivas, cultivos de cobertura, labranza mínima, rotación, períodos de descanso, aplicando

112
insumos orgánicos y reduciendo agroquímicos. Es de resaltar la importancia de la
vegetación secundaria presente en cercas vivas, huertos caseros, sistemas agroforestales
(por ejemplo en agroecosistemas con caficultora de sombra) y áreas de pastizales
improductivos o muy marginales, dedicadas al avance de estado de sucesión vegetal
secundaria.

En la medida que una estrategia de enriquecimiento ambiental de sistemas de producción


sea adoptada y visible, se tiene una mejor posibilidad de establecer estrategias de pago
por servicios ambientales y de valoración externa de estos paisajes.

III.B.2 Integración y diversificación de sistemas productivos

Esta estrategia está asociada a dos perspectivas complementarias, una la de integración


de diferentes agroecosistemas –diversificación en unidad productiva-, y otra, la de
diversificación productiva del territorio –escalamiento agroecológico local. Como todo
ecosistema incluye seres humanos, variedad de plantas, diferentes especies animales,
suelos con diverso uso, uso y disposición de agua, arbustos y árboles que juegan un
papel ecológico clave, una mayor integración agroecológica en finca contribuye a formar
distintas “naturalezas” productivas.

Esta es una manera de fomentar espacios productivos ambientalmente sostenibles en las


zonas rurales, de modo que se combinen no sólo distintas opciones productivas, mediante
arreglos agroecológicos de distinto tipo (agroforestales, silvo-pastoriles, multi-agrícolas,
pecuarios y pesqueros, etc), sino y sobre todo, que se integren procesos productivos, de
protección ambiental y de enriquecimiento de la biodiversidad de paisajes productivos, una
combinación que garantiza en el largo plazo la sostenibilidad de las actividades
económicas, la conservación de la naturaleza y el uso cultural del paisaje como factor de
producción de bienes y servicios ambientales.

Por otra parte, esta estrategia supone un avance en el escalonamiento –o difusión social-
de tecnologías de enriquecimiento ambiental, para construir mosaicos territoriales socio-
económicamente distinguibles y funcionales, en los que se crean “cuerpos” culturales de
paisajes con agroecosistemas integrados tecnológica y territorialmente, que a la postre se

113
convierten en huellas tangibles de modos de uso y aprovechamiento singular de la tierra,
como una base que sustenta el carácter distintivo y la personalidad cultural que le da
identidad y valor a una localidad.

No es ajeno pensar que a mayor integración y diversificación productiva, se fortalecen los


intercambios comerciales campo-ciudad y campo-campo, se mejoran los canales de
distribución de los productos agrícolas y pecuarios y, además, se genera un mayor
protagonismo de los productores en las formaciones de los precios y en los ciclos de los
productos del campo.

III.B3. Producción limpia y mejoramiento de agroecosistemas

Se trata de racionalizar al máximo los procesos productivos haciéndolos más eficientes y


menos contaminantes, de tal manera que los desechos, residuos o subproductos que se
generan en un proceso sean reciclados o utilizados en otros que estarían encadenados.
Igualmente se trata de entender la dinámica de los ecosistemas en los que se encuentran
las actividades productivas, de modo que éstas se acoplen a su dinámica natural y no
estén en contraposición a esta, mejorando y ampliando las prácticas agroecológicas. La
intensificación en procesos agrarios de producción limpia tiene que ir de la mano con la
ampliación de usos biológicos y orgánicos, una menor aplicación de insumos
ambientalmente contaminantes y perjudiciales a la salud y, especialmente, ante las
exigencias de un mercado nacional e internacional que en la medida que aumenta en
capacidad de demanda y en manejo de información, no tolerará racionalmente la compra
de productos agrarios que no tengan en cuenta ciclos integrales de producción limpia y
esté debidamente ecocertificados.

III.B.4 Consolidación de programas de salud pública y seguridad alimentaria

Este es uno de las estrategias más sensibles al mejoramiento de las condiciones de vida y
de desarrollo humano de la población, tanto la que está asociada con los sistemas de
producción, como la que habita en los espacios urbanos y de demanda de bienes agrarios.
La salud pública integral es unos de los factores de mayor capacidad de fijación sostenible
de población en un territorio, por ello la contribución con el mejoramiento de las

114
condiciones ambientales que hacen parte del mejoramiento de las condiciones de salud de
la población, representa uno de los mayores aportes a la calidad de vida. Por otra parte,
la seguridad alimentaria es una cuestión indisolublemente ligada al bienestar y salud de la
población localizada en áreas de producción agraria, pues sin esta condición sería muy
difícil estimular la habitabilidad de estos espacios y, en consecuencia, la seguridad
alimentaria de su propia población y la de los habitantes de sistemas urbanos cercanos o
de mayor jerarquía, lo que genera complicaciones a un modelo de bienestar basado en un
relativo e importante autoabastecimiento alimenticio, una cuestión que es cada vez más
considerada como de seguridad estratégica por diferentes sociedades y países del mundo.

III.B.5 Protección hidro-ecológica para el consumo humano

La protección para el consumo humano y social del agua, la categorización como


ecosistemas estratégicos y sitios de interés colectivo a las áreas que intervienen en el
proceso de regulación y capacidad hidro-ecológica, hace que en la mayoría de los
espacios donde habitan comunidades urbanas y rurales de la jurisdicción, las cuencas
hidrográficas abastecedoras constituyan una unidad integrada y esencial de planificación y
ordenamiento ambiental territorial, que debe ser, por tanto, gestionada de manera integral,
lo implica considerarla como unidad especial que debe recibir tratamientos desde
información especializada, hasta procesos de inversión y contabilidad ambiental
específica. Esto es más importante, en tanto son ecosistemas que están en el mayor nivel
de efectos e impactos negativos, si la competencia entre usos protectores y usos
productores es a favor de estos últimos, socavando, así mismo, la sostenibilidad de los
paisajes rurales y periurbanos, paisajes que contribuyen al equilibrio ecosistémico de todo
un territorio y sus diferentes densidades de habitabilidad, dada la capacidad de integración
que tiene el agua como servicio público, dispensada por ecosistemas que van desde una
escala y valor regional, hasta los de valor estratégico local.

III.B.6 Valoración y gestión del patrimonio paisajístico

La diversidad natural y cultural existente en nuestros territorios, se convierten en un factor


de riqueza ambiental y paisajística que requiere de una resignificación y valoración de
estos espacios como patrimonio humano colectivo, lo que permite crear nuevos vínculos

115
afectivos con los lugares, generando sentido de pertenencia y de arraigo territorial, lo que
a su vez, se traduce en un potencial para la valoración y gestión del patrimonio
paisajístico, y en beneficios para los pobladores a ellos asociados, sea porque generan
confort y riquezas escénicas, o porque, además, propician bienes y servicios ambientales.

La importancia de esta valoración está en gestionar la escala de paisaje, como un espacio


acotable en el que existen mosaicos y múltiples combinaciones de patrones de
habitabilidad, uso productivo de los recursos, sistemas técnico-culturales, condiciones
ecológicas, posiciones eco-geográficas, nivel y disposición de servicios, niveles de
integración físico-espacial, entre otros atributos que, al ser comprendidos como contenidos
de unidades territoriales específicas, dan lugar a una administración integral del paisaje,
como construcciones humanizadas sujeto de desarrollo, integración cultural y
sostenibilidad ambiental.

III.B.7 Gestión y promoción de un turismo de calidad y sostenible

Como una alternativa a las áreas rurales y dada la riqueza natural que se posee, el
ecoturismo es una opción válida y deseable para territorios rurales que tengan sitios de
interés histórico, ambiental y paisajístico, lo que plantea la necesidad de intensificar la
gestión y promoción de un turismo de calidad y sostenible, donde se genere un equilibrio
entre infraestructura para el turismo y lugares que ameriten ser visitados. El ecoturismo es
una estrategia que se viene adoptando bajo muy diferentes opciones, modalidades,
destinos y “operadores”. De esta alternativa debemos aprender de otras regiones de
Colombia y países que han construido industrias de “ocio ecológico”, especialmente en
cuanto a hacerlas propicias –dotando y enriqueciendo la oferta-, y viables ecológica y
económicamente –educando y estimulando la demanda.

Por otra parte, es necesario insistir en el potencial de los recursos agroturísticos, los
cuales si se saben aprovechar adecuadamente, pueden significar ingresos adicionales a
los productores, a los agroindustriales y a los pequeños empresarios rurales y contribuir, y
en algunos casos dar respuesta a muchos de los problemas económicos que están
experimentado los productores agrícolas y agroindustriales, a causa de factores como la

116
baja de los precios internacionales que están sufriendo el café, la caña de azúcar y
algunas frutas tropicales.

Existen numerosos casos de agroindustrias, que por su relativa antigüedad, por el tipo de
productos que elaboran, por la naturaleza de la propiedad, por el uso de técnicas
tradicionales y por estar ubicadas en un entorno rural de gran belleza paisajística,
resultarían de interés para los turistas. Sin embargo, la principal traba al desarrollo del
agroturismo es que hay poco personal entrenado para interpretar en forma atractiva y con
suficientes conocimientos científicos y técnicos aquellas prácticas más llamativas que
atraen a los turistas. Este es, por tanto, un potencial para un programa de apoyo
educativo ambiental, del cual hay posibilidades de recibir cooperación técnica
internacional, tal como se ha hecho en otras regiones del país.

Los proyectos agroturísticos deben ser gestados y administrados por las familias
propietarias de las fincas y/ o plantas agroindustriales, a fin de que el valor agregado
quede en el lugar y se conserven las tradiciones agroindustriales, gastronómicas y
culturales que son la razón de ser del turismo rural. La mujer campesina puede tener una
alta participación en la prestación de los diferentes servicios.

Los proveedores de servicios agroturísticos deben conocer la actividad turística o tener la


disponibilidad de capacitarse ampliamente en el tema. Además, deben plantear el
desarrollo de los servicios turísticos como un complemento a sus actividades productivas
tradicionales y no como un eje único de ingresos.

III.B.7 Planificación de la implantación industrial y producción limpia

El proceso de planificación obedece a las necesidades de relocalización de las


instalaciones fabriles existentes en las estructuras urbanas metropolitanas, así como al
agotamiento de suelos con vocación de uso industrial dentro de las mismas áreas urbanas
de la metrópoli.

La tendencia es, por tanto, a la demanda de espacios peri-urbanos localizados entre la


frontera metropolitana y las áreas rurales que están relativamente integradas como

117
entornos del epicentro dominante. De hecho se trata de la articulación de los POT
municipales de las localidades relativamente vecinas al Valle de Aburrá, en los que se han
definido suelos con vocación para la implantación industrial, en un proceso que debe
aprovechar este tipo de dinámica característica de la expansión de actividades
económicas hacia zonas urbano-rurales, que deben contar, además de los servicios
básicos, con condiciones adecuadas de habitabilidad, con el cumplimiento de procesos de
producción más limpia, para atenuar los impactos sobre el ambiente de manera preventiva
y planificada.

11.2.4 Habitabilidad para el desarrollo territorial sostenible [IV]


Este Objetivo Estratégico comprende avances tanto en la política de ocupación sostenible
del territorio, como en la política de ecoeficiencia de los sistemas territoriales urbanos.

IV.A Ocupación Sostenible del Territorio

Esta es una de las políticas más esenciales de la ordenación ambiental, como quiera que
hace énfasis en modelos socio-espaciales de poblamiento, uso, aprovechamiento,
estructuración, organización, valoración y desarrollo sostenible del territorio. Tiene que
ver con procesos de estímulo y desestímulo a diversas modalidades de configuración
paisajística, de acuerdo con las vocaciones y el funcionamiento potencial de los territorios
para la conservación, la producción y la habitabilidad.

Plantea acciones en estrategias como el desestímulo a la transformación negativa de


ecosistemas naturales de la jurisdicción, el establecimiento sostenible de infraestructuras
de comunicación y transporte, la consolidación y estabilización de zonas de colonización,
la contribución al ordenamiento ambiental y planes de vida de minoría étnicas asentadas
en la jurisdicción, el mejoramiento de la conectividad urbano-regional y de las funciones
ambientales de los servicios urbano-rurales, así como el manejo y gestión preventiva de
amenazas naturales.

118
IV.A.1 Desestímulo a la transformación negativa de ecosistemas naturales

Supone una mayor restricción a modelos de poblamiento basados en usos tradicionales


agrícolas y pecuarios, y al establecimiento de accesibilidades viales hacia zonas donde
las necesidades de conservación ambiental de ecosistemas y recursos naturales son
territorialmente significativas. Esta estrategia requiere de una mayor capacidad de
planificación, gestión, regulación y control en unidades socioeconómicas ambientales
como los espacios de mejoramiento y desarrollo territorial rural, los espacios de
reconversión territorial, los espacios para la protección ambiental y, especialmente, en los
espacios para la preservación ecológica. A medida que se expanda el proceso de
poblamiento y el modelo tradicional de “articulación” disfuncional de estos espacios,
mayor será la transformación negativa de los mismos, sobre todo porque la mayoría de
ellos están asociados a fronteras donde la dinámica de integración urbano-regional actual
y tendencial no es operativa y viable, por lo que no se deben permitir nuevas y mayores
roturaciones y aperturas de tierras en las áreas en que se localizan ecosistemas naturales
de relativa continuidad eco-geográfica.

IV.A.2 Desarrollo sostenible de infraestructuras de comunicación y transporte

Al contrario de la anterior estrategia, será necesario contribuir a que el establecimiento de


infraestructuras de comunicación y transporte aporten al desarrollo territorial de una
manera sostenible, especialmente en cuanto a la implantación de proyectos viales
terciarios y secundarios en la mayor parte de las unidades socioeconómica ambientales
identificadas, a excepción de los espacios para la protección ambiental y para la
preservación ecológica. Existen dos situaciones de gran interés para la política de
ocupación sostenible del territorio, y son la necesidad de estabilizar los espacios de
mejoramiento y desarrollo territorial rural y los espacios de reconversión territorial,
mediante alternativas de comunicación y transporte que favorezcan un modelo más
equilibrado de integración, además de tener en cuenta la necesidad de propiciar un
ordenamiento ambiental más preciso para las áreas de conservación y reconversión
territorial por donde se establecerán los rehabilitamientos o nuevos desarrollos viales para
la re-conectividad urbano-regional de la jurisdicción.

119
Desde el punto de vista urbano regional, el sistema de movilidad y conectividad territorial
de Medellín - Antioquia, inicia una nueva fase de desarrollo de la infraestructura vial y de
transporte, inaugurando un nuevo modelo de comunicación e integración regional,
nacional e internacional.

Se pasará en el corto y mediano plazo, de un trazado concéntrico de la infraestructura vial


regional a uno policéntrico, con la articulación de las vías Nordeste y de la Paz, formando
un corredor de comunicación de las subregiones del Magdalena Medio, el Nordeste y el
Bajo Cauca; además, a nivel nacional e internacional, servirá para establecer la
conectividad de los centros urbano regionales del centroriente, nororiente del país y
Venezuela, produciendo en Caucasia un punto de intercambio nodal para la conectividad
con el Golfo de Urabá, y continuar con el futuro empalme de la vía al Mar con la vía
Panamericana e integración con Centroamérica y Norteamérica.

Otro escenario vial que convergiría en el nodo de Caucasia, sería la vía marginal del
Cauca, La Pintada – Bolombolo - Santa Fé de Antioquia – Caucasia, que serviría para la
comunicación del Eje Cafetero, el suroccidente del país y el sur del continente a través de
la vía Panamericana.

La Vía Panamericana y conexión con Centroamérica a través de Panamá, sería el


proyecto de infraestructura vial más importante, no solo para la región Medellín –
Antioquia por estar localizada en el noroccidente colombiano, sino también para el país, y
los países suramericanos integrados en la Comunidad Andina de Naciones CAN y
MERCOSUR, y lo mismo con los países centroamericanos.

El Túnel de la conexión Aburrá – Cauca sería el enlace de las vías proyectadas, para la
articulación de las vías Medellín – Puerto Berrío y Medellín – Yondó con la vía
Panamericana.

El desarrollo de la infraestructura de comunicaciones proyectado para la región, amerita


un alistamiento técnico para la Corporación, por tratarse de proyectos que tendrán lugar
en la jurisdicción, la cual debe cualificar las políticas del OAT para este tipo de
intervenciones e impactos que genere la infraestructura vial y de transporte, y también,

120
con la participación en agendas intersectoriales a nivel regional y nacional, que le
permitan orientar un desarrollo sostenible a partir de la infraestructura vial, que
reconfigurará el nuevo modelo de comunicación y articulación urbano regional.

IV.A.3 Estabilización de zonas colonización

Comprende los espacios mejoramiento y desarrollo territorial rural y los de reconversión


territorial, en tanto son los escenarios actuales o relativamente recientes en el proceso de
colonización activa de la jurisdicción. La estabilización socioeconómica y territorial de
estas zonas supone uno de los mayores retos para el modelo de ocupación sostenible de
la jurisdicción, pues es precisamente en ellas donde más se concentran los desequilibrios
socioeconómicos y los impactos ambientales, por lo que requieren un manejo especial y
atender con orden prioritario la configuración de alternativas de asentamiento y uso, como
adecuados programas para solucionar los problemas de capacidad funcional,
accesibilidad, infraestructura vial, tecnologías de comunicación, integración de
agroecosistemas, conservación y monitoreo de áreas de protección, atención ambiental
de procesos extractivos, que garanticen el funcionamiento, la operatividad y la movilidad
de la población en zonas aisladas y fragmentadas, y que tienen limitadas posibilidades de
implementar un desarrollo endógeno y autosostenible.

IV.A.4 Ordenamiento y planes de vida de minorías étnicas

La Corporación viene desarrollando un programa de acompañamiento socioambiental a


grupos étnicos, correspondientes a población afrocolombiana e indígenas, que se
encuentran en el proceso de titulación, ampliación, alinderamiento y saneamiento de
territorios, ante el INCODER.

Por las transformaciones territoriales que se realizarán en el corto y mediano plazo, en


territorios donde tienen presencia y están concentrados la mayoría de dichos
asentamientos, como son el Nordeste y Bajo Cauca, donde se desarrollarán gran parte de
los proyectos viales regionales y nacionales, y donde tendrá lugar el nuevo modelo de
organización territorial urbano – regional, se considera de importancia fortalecer y

121
consolidar el programa, por las presiones que ejercerán los proyectos y la población que
se relocalizará en los entornos de los corredores viales.

Otra acción prioritaria, tiene que ver con el apoyo a los procesos de formulación de los
Planes de Vida y de ordenamiento de los territorios de comunidades indígenas y negras,
para el fortalecimiento, integración y sostenibilidad de los grupos en los territorios
asignados, y también, para la interacción social, política, económica y cultural con el
mundo exterior.

IV.A.5 Mejoramiento de la conectividad urbano-rural

La construcción del sistema vial periférico por el territorio de la jurisdicción, es condición


indispensable para asegurar una accesibilidad más equilibrada en los territorios de
frontera, la integración territorial de los nodos subregionales, y por supuesto la generación
de un nuevo modelo urbano regional integrado con los demás a nivel nacional.

Estos corredores de conectividad vial no deben ser considerados solamente como


espacios territoriales dotados con infraestructura vial y de transporte. Las relaciones de la
infraestructura vial con los sistemas de asentamientos, y también con las áreas de
conservación y preservación ecológica, deben ser supervisados por la Corporación, la
cual debe participar decididamente en agendas intersectoriales que tienen competencias
sobre las infraestructuras urbano-regionales, con el objetivo de introducir un manejo
especial para establecer mecanismos de conectividad biológica de dichas áreas,
asociados al impacto de la infraestructura vial, y demás proyectos asociados a esta
infraestructura.

IV.A.6 Mejoramiento de la capacidad de servicios urbano-rurales

De acuerdo al modelo urbano regional, encontramos una ciudad que se caracteriza por
tener un alto nivel de desarrollo y consumo de bienes y servicios, un segundo segmento
de municipios que se extienden por el Valle de Aburrá articulados espacialmente a la
ciudad de Medellín, y a continuación una estructura centros subregionales que se
prolongan por todo el territorio de la jurisdicción de la Corporación.

122
Según lo anterior, tenemos un centro urbano regional con la mayor capacidad funcional,
lugar donde se concentra el mayor número de población, con buena accesibilidad,
infraestructura vial y tecnologías de comunicación que garantizan el funcionamiento, la
operatividad y la movilidad de bienes y servicios disponibles para la población urbana que
habita en la ciudad de Medellín, y por otro lado, tenemos en una gran extensión territorial,
sociedades locales aisladas y fragmentadas, con limitadas posibilidades de implementar
un desarrollo endógeno y autosostenible.

Los centros subregionales que poseen una capacidad funcional intermedia que prestan
servicios urbano-rurales, se encuentran distribuidos en diferentes ejes de poblamiento a lo
largo y ancho de la jurisdicción, son ellos: Andes, Ciudad Bolívar, Fredonia, Santa Fe de
Antioquia, Santa Rosa de Osos, Yarumal, Caucasia y Puerto Berrío. Estos centros,
establecen relaciones de interdependencia y complementariedad subregional con el
epicentro regional, y a su vez, prestan los servicios administrativos, bancarios,
comerciales, públicos, sociales y culturales, en el propio radio de acción local y en la zona
rural del entorno geográfico.

Las decisiones y las inversiones con efectos territoriales deben basarse en un modelo de
desarrollo policéntrico a nivel regional. Esto es particularmente importante para cetros
aislados y periféricos que poseen grandes extensiones rurales. Para su logro, estos
centros subregionales y los municipios, con el acompañamiento de la Corporación,
deberían desarrollar una capacidad técnica de llevar a cabo una política activa de
ordenación territorial, basada el uso y consumo del patrimonio natural y cultural.

Para lo cual, deben promoverse prioritariamente formas de turismo sostenible y de


calidad, ejerciendo políticas de desarrollo territorial con funciones específicas para este
sector. Es fundamental un conocimiento profundo de los ecosistemas y de la capacidad
de carga turística o número de visitantes que los espacios pueden soportar. Las diferentes
formas que puede contener un portafolio de turismo adaptado a las condiciones
regionales y locales, representan para estos centros de servicios subregionales, una
importante oportunidad de desarrollo que debe ser explotada en el futuro.

123
IV.A.7 Manejo y gestión preventiva de amenazas naturales

Con mayor frecuencia e impactos de magnitud creciente, los desastres naturales están
ocasionando pérdidas de vidas humanas, degradación y pérdida de los recursos
productivos, en medios urbanos y rurales. En estricto sentido, el manejo de riesgos
naturales es una cuestión de armonización entre los procesos ecológicos regionales y los
de ocupación y construcción.

Es necesario, entonces, fortalecer la consideración de este tema en las políticas,


estrategias y programas de gestión. Concretamente, destinar recursos orientados a la
superación de las capacidades regionales y locales en materia de predicción, prevención,
mitigación y manejo de los desastres naturales y accidentes ambientales y sus impactos
en la población, ecosistemas y en la economía.

De acuerdo a las normas vigentes y los desarrollos institucionales para el manejo y


gestión preventiva de amenazas naturales, la Corporación, por el conocimiento que posee
y de acuerdo a los estudios adelantados de amenazas, debe avanzar en los procesos de
conocimiento y manejo de los niveles de vulnerabilidad y riesgo, incluyendo todas las
acciones de coordinación interinstitucional, en el marco de los Sistemas Locales y en el
Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres.

La Corporación, en coordinación con las entidades que conforman los Sistemas para la
Prevención y Atención de Desastres, debe identificar y priorizar el componente de
prevención de desastres, y especialmente, estar alerta con las disposiciones relacionadas
con el ordenamiento territorial urbano, las zonas de riesgo, la expansión urbana, los
proyectos viales, estableciendo medidas de control y la implementación de políticas
ambientales, que permitan prevenir eventos y catástrofes naturales, tales como:
inundaciones, avalanchas y movimientos en masa, que producen en la gran mayoría de
casos, considerables pérdidas y consecuencias negativas para la vida y la salud de las
personas, como también, para los sistemas productivos, comercial y de servicios a nivel
local y regional.

124
IV.B Ecoeficiencia de Sistemas Territoriales Urbanos

La constante evolución de la ciudad en el interior y hacia el exterior del perímetro urbano,


debe asumirse desde la gestión ambiental como la construcción de un sistema
balanceado y ecoeficiente, desde la adecuada incorporación de los elementos y funciones
naturales del territorio, hasta el aprovechamiento racional del espacio, el tiempo y los
recursos naturales. Todo esto con un propósito fundamental; generar una estructura
urbana que facilite la aplicación de las demás políticas ambientales, la provisión de
vivienda y espacio público de alta calidad ambiental y medie el acceso equitativo a los
servicios ambientales y los beneficios del desarrollo.

- La ciudad ecoeficiente reconoce las geoformas y los procesos ecológicos de su


entorno y los incorpora a su forma urbana, enriqueciendo la heterogeneidad ambiental
y las posibilidades de desarrollo de sus habitantes, al tiempo que permite a los flujos
regionales permearla y continuarse a través del territorio.
-
- La ciudad ecoeficiente asimila el capital social y la riqueza cultural del tejido social
que la conforma, permitiéndoles evolucionar con identidad dentro de la trama urbana.

La ciudad ecoeficiente potencia y vincula la industria y los mercados locales a las ventajas
económicas de la escala urbana y facilita su integración según su aporte al mantenimiento
del nivel y forma de vida de los distintos grupos humanos que componen la ciudad y la
región.20

El desarrollo urbano debe orientarse a través de la armonización espacial y funcional de


su transformación biofísica, sociocultural y económica, más que al logro o mantenimiento
de determinadas situaciones, hacia la generación, en cada momento de su evolución, de
condiciones adecuadas para el desarrollo integral del ser humano.

20
Plan de Gestión Ambiental 2001-2009. Bogotá Distrito Capital.

125
Esta política atiende a funciones urbanas claves cuyo manejo incide de manera
importante, en la funcionalidad del ecosistema urbano buscando optimizar la utilización de
recursos como el espacio, el tiempo y algunos de los varios circuitos energéticos que
transcurren por la ciudad. Su desarrollo debe articularse a los mecanismos operados
desde las estrategias generales de intervención física, la educación ambiental y la
investigación.

IV.B.1 Ecoeficiencia en la gestión ambiental urbana

Esta estrategia tiene como objetivo enfocar el flujo de recursos y espacios a través del
metabolismo urbano-regional, es decir, la relación fundamental entre entradas,
transformaciones y salidas, en relación con parámetros de eficiencia del crecimiento y el
funcionamiento urbano, posibilitando la medición útil de la sostenibilidad.

El uso eficiente del espacio, del tiempo, del agua, de la energía y de los materiales son
objetivos esenciales de la gestión ambiental. El espacio es un recurso limitado, de cuyo
manejo depende tanto la generación de condiciones internas a la ciudad, como la
definición de parámetros de relación con el entorno regional, determinando importantes
características dentro del sistema urbano-regional. La gestión ambiental en el espacio
urbano atenderá a variables determinantes como: el crecimiento urbano, la densidad de
ocupación, la heterogeneidad funcional y la calidad de los espacios.

Asegurar las posibilidades de acceso de la comunidad a los diferentes bienes y servicios


ambientales es prioritario para un desarrollo equitativo del sistema urbano-regional, la
regularidad, accesibilidad y equidad en la distribución del recurso hídrico, la
racionalización del consumo energético y del uso de materiales de extracción son garantía
para un desarrollo humano integral.

IV.B.2 Mejoramiento ambiental del espacio público

Esta estrategia consiste en conservar, recuperar e incrementar la calidad del ambiente


percibido a través de los sentidos en el espacio público, para salud y bienestar de la

126
ciudadanía, así como para estimular su desarrollo psicosocial y la generación de
identidad, arraigo y apropiación sobre el ambiente urbano-regional.

Dada la preeminencia de lo visual y lo sonoro en la percepción humana, es objetivo de la


gestión ambiental el mejoramiento de la calidad visual y sonora. Incrementar la calidad
visual y el valor escénico del medio urbano y rural, preservando y fomentando el
predominio paisajístico de formas y elementos naturales y construidos que contribuyan al
disfrute estético, la generación de identidad y arraigo y la simbolización de los valores y
objetivos colectivos, enfatizando la significación del espacio público urbano como ámbito
de la vida y el hombre.

Lo sensorial representa el aspecto ambiental más difícil de traducir a normas y estándares


cuantitativos. Tratándose de calidad ambiental percibida, está estrechamente ligado a la
subjetividad de los actores y sus determinantes histórico-culturales.

IV.B.3 Gestión ambiental del riesgo

Esta estrategia pretende generar y mantener las condiciones ambientales de seguridad


para la vida y bienes de la ciudadanía, en especial de los grupos social o fisiológicamente
más vulnerables, en relación con amenazas generadas por procesos ecológicos,
tecnológicos o biológicos. Tres líneas de acción se pueden implementar, según la
amenaza: Prevenir, mitigar y corregir la generación de riesgos resultante de la
interferencia de los procesos de ocupación y aprovechamiento del territorio con los
procesos ecológicos esenciales y asegurar la apropiación de las áreas bajo amenaza
mediante usos y formas acordes con su dinámica física.

Controlar la mezcla de usos y actividades, así como las medidas de aislamiento y manejo,
de modo que se prevenga la generación de riesgos tecnológicos sobre la población
humana, en especial sobre el tejido residencial, el espacio público y los grupos humanos
vulnerables. Controlar los riesgos sobre la salud humana, los sistemas productivos y la
biodiversidad de los ecosistemas, derivada de la introducción, tráfico o manipulación
genética de organismos vivos o productos derivados de los mismos, conforme a las
normas nacionales e internacionales al respecto. En lo que se refiere a los riesgos

127
naturales, como se expresó, se trata de una cuestión de armonización entre los procesos
ecológicos regionales y los de ocupación y construcción.

Por tanto, la gestión considerará tres variables determinantes del problema: disminuir el
porcentaje de población que habita en áreas de alto riesgo no mitigable, aumentar en las
zonas de alto riego mitigable la aplicación de medidas técnicas de mitigación, y aplicar
medidas tendientes a disminuir la probabilidad de ocupación de áreas de alto riesgo.

En relación a los riesgos tecnológicos la gestión enfatiza la responsabilidad de los


particulares generadores de amenazas o vulnerabilidad (incorrectamente asentados) y
considerará dos aspectos principales: por un lado, propender por el aumento de
conciencia y diseño de planes de emergencia y contingencia por parte de las instituciones
prestadoras de servicios y los industriales, por otro, adecuar el ordenamiento urbano
previniendo la mezcla de actividades generadora de riesgos ambientales.

Por último, los riesgos biológicos son hoy un tema emergente en la gestión ambiental, con
desarrollos normativos y técnicos recientes. A pesar de su poca difusión pública, el tema
es de gran importancia, dado el incremento en la manipulación de material biológico y la
alta vulnerabilidad de los grandes asentamientos a estos factores.

IV.B.4 Monitoreo y control de la calidad ambiental

Resultante del metabolismo urbano-regional, y en función de la calidad de los espacios


creados por el mismo y el destino de los residuos de los procesos, es necesario
monitorear el estado de los medios en su relación con los valores meta determinados por
la exigencia normativa y las recomendaciones técnicas relativas a cada uno de sus
componentes, son objetivos de esta estrategia monitorear y controlar la calidad del aire,
del agua y del suelo.

La calidad del aire es uno de los aspectos de mayor sensibilidad social en la gestión
ambiental urbana, con una alta repercusión en la calidad ambiental real y percibida. Su
comportamiento espacial se distingue de otros parámetros por su rápida y extensa

128
difusión a través de la ciudad, si bien se concentra problemáticamente en determinadas
áreas.

Esta estrategia implica tanto el control de las emisiones de las fuentes móviles y fijas,
como el de la calidad del aire resultante de la interacción de estos factores con los
procesos meteorológicos en la atmósfera.

El agua es el recurso ordenador de la gestión ambiental y en el cual se concretan muchas


de las acciones que realizan, en forma individual y/o concertada, diferentes actores y
autoridades locales, regionales y nacionales. La concentración de los flujos de materiales
en una ciudad hace que la calidad del agua sea uno de los aspectos más difíciles en la
armonización entre el desarrollo urbano y la conservación de la estructura ecológica
principal. Por lo mismo, es uno de los aspectos más relevantes en la definición de la
huella ecológica de la ciudad en la región.

La importancia del recurso determina la formulación de un programa específico dentro de


cualquier Plan de Gestión Ambiental, que contempla el monitoreo de los distintos
parámetros, el control de los vertimientos y la aplicación de distintos instrumentos para
orientar el manejo del agua por los particulares.

Esta estrategia debe estar estrechamente relacionada con acciones de recuperación


hidráulica, sanitaria y biológica de los ecosistemas acuáticos deteriorados por décadas de
contaminación y otros impactos típicamente urbanos.

El término “suelo” suele emplearse indistintamente como recurso espacial(“usos del


suelo”), como soporte de la vida vegetal (“calidad agrológica”), como soporte físico de las
construcciones (“capacidad portante”), como receptáculo de residuos sólidos y otros
contaminantes (“contaminación del suelo”), como ecosistema o compartimiento de un
ecosistema (el “suelo viviente” de la edafología y la microbiología) y hasta como un
sinónimo anómalo de “subsuelo” en algunos textos relacionados con minería o de
“pavimentos” en arquitectura.

129
Aquí se restringe su acepción a la de soporte ecológico de la vegetación, los procesos
biogeoquímicos y, en general, de los ecosistemas terrestres, al tiempo que soporte físico
de las construcciones y los asentamientos. Por tanto, el objetivo atiende a las propiedades
físicas, químicas y biológicas del suelo que le permiten cumplir con tales funciones y los
servicios ambientales derivados.

Aunque dichos atributos son afectados prácticamente por toda actividad y factor en la
ciudad-región, determinados problemas, como erosión, inestabilidad y contaminación, se
concentran en áreas y actividades precisas. En tales áreas, dichos problemas tienen
efectos profundos sobre la seguridad y la salubridad de los asentamientos, así como en el
funcionamiento de los ecosistemas agrícolas y silvestres.

Así como en cuanto al aire, se destaca la extensa difusión de las alteraciones y en cuanto
al agua, su amplio encadenamiento espacial de todos los actores e impactos urbanos, en
el recurso suelo son notorias la difícil reversibilidad del deterioro y las drásticas
consecuencias del mismo. Es, por tanto, un tema en el que la prevención juega un papel
preponderante.

IV.V.5 Incorporación eficiente de los espacios de borde y frontera

Asegurar que la incorporación de áreas a nuevos usos dentro del territorio urbano-rural y
los entornos de competencia por el uso de la tierra optimice el aprovechamiento de la
oferta territorial en términos de la diversidad de modos de vida, paisajes y ecosistemas y
el manejo prudente de las limitantes de cada área, generando asentamientos seguros y
con una alta calidad ambiental, es el objetivo de esta estrategia.

La ciudad crece, básicamente, sobre tres tipos de áreas: áreas naturales (generalmente
deterioradas), áreas rurales (con algún nivel de urbanización socioeconómica) y áreas
degradadas (usualmente, fuentes de materiales de construcción vecinas de los bordes del
crecimiento urbano). La forma como la ciudad incorpora la oferta y las restricciones de las
distintas áreas a su propia estructura y funcionamiento, es un aspecto fundamental de la
ecoeficiencia del crecimiento urbano o, con más exactitud, del desarrollo físico del sistema

130
ciudad-región, el cual puede estar más o menos concentrado en uno o más centros
urbanos.

Una adecuada planificación y manejo del crecimiento y funcionamiento de las estructuras


urbanas pueden incrementar la riqueza no solo paisajística sino biológica en todo el
gradiente territorial. Junto al manejo de las transformaciones físicas del entorno urbano-
regional, esta estrategia tiene un aspecto adicional: el control de las actividades de
explotación directa de la biodiversidad y, particularmente, la lucha contra el deterioro
ambiental y paisajístico de los bordes urbanos.

131
11.3 MATRIZ DE ESTRATEGIA TERRITORIAL AMBIENTAL

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