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presenta un lógico desnivel en la línea de hombros y caderas, rompiendo definitivamente con la ley

de la simetría arcaica, y el Efebo rubio, semejante a la Kore de Euthydikos.

Los bronces arcaicos: existe un gran número de exvotos de bronce, generalmente pequeños, fabricados por el método
elemental de la cera perdida. Hasta fines del siglo VI a.C. no contamos con la fundición en hueco, técnica atribuida a
Roicos y Theodoros de Samos y que corresponde a la del Apolo del Pireo.

CERÁMICA

Cerámica Ática de figuras negras


A finales del siglo VII a.C. la técnica de las pinturas miniaturistas en los alfares de Corinto desembocó en la famosa
cerámica de figuras negras. Como colores complementarios se utilizaron a veces el castaño y el blanco. A la cabeza
de la nueva industria se colocaron pronto los talleres atenienses, que acabaron por desbancar a los productos corintios.
Los temas más utilizados eran mitológicos, épicos, dionisiacos, escenas de banquetes y de la vida cotidiana.
En los últimos años del siglo VII y comienzos del VI a.C. los temas preferidos fueron el episodio vivido por Odiseo
y sus compañeros en el antro de Polifemo y los protagonizados por las tres veloces y aterradores Gorgonas
persiguiendo a Perseo y viceversa.

La pieza capital es el vaso François, una crátera de volutas. La ornamentación del base es la expresión de un himno
épico en honor a Aquiles y Teseo.
A partir de mediados des siglo VI a.C. se produjo una bifurcación en los estilos ornamentales. Por un lado, la corriente
miniaturista, empleándose en la decoración de los cálices áticos (copas de Siana, cálices de labio). Por otro lado, el
estilo monumental. Destaca el ánfora del Vaticano, decorada con dos famosas composiciones, Aquiles y Ayax jugando
a las damas y la visita de los Dióscuros a sus padres, Leda y Tíndaro.

Cerámica de figuras rojas


A finales del siglo VI a.C. se produce un cambio en el estilo y técnica decorativa, dando paso a la cerámica de figuras
rojas. Se trata de vasos totalmente recubiertos de barniz negro, respetándose únicamente el rojo de la arcilla para las
figuras cuyos detalles interiores se realizaron por medio de finas pinceladas. Su aspecto general se hizo más sobrio y
severo.

Destacan dos vasos con un tratamiento especial: las ánforas panatenaicas, otorgadas como premio a los vencedores
de las distintas competiciones atléticas en las famosas Panateneas, y los lequitos, vasos funerarios, destinados a
contener los ungüentos y perfumes con que se ungía el cuerpo del difunto.

LA GRECIA CLÁSICA (480-323 a.C.)

El período clásico abarca los siglos V y IV a.C. desde el 480 a.C. en el que tuvo lugar el incendio de la Acrópolis por
las tropas de Jerjes en el transcurso de las guerras médicas, al 323 a.C., fecha de la muerte de Alejandro Magno.
Roma elevó a la categoría de clásicos a estos dos siglos cuyas manifestaciones artísticas y culturales se convirtieron
en sus modelos, mientras despreciaba el mundo helenístico. En esta época Atenas tuvo su mayor esplendor. En el siglo
V, llamado siglo de Pericles, alcanzó su primacía política y cultural, mientras que en el siglo IV, a pesar de haber sido
derrotada militarmente por Esparta, conservó su prestigio como foco cultural del mundo griego.
A partir del 480 a.C. Atenas se erigió en la ciudad gestora de la confederación de Delos. En el 454 a.C. el tesoro de la
Confederación pasó de Delos a Atenas, empleándose parte de los fondos al embellecimiento de la ciudad.
Después de la firma de la paz de Calias en 449 a.C. con los persas, el poderío ateniense avivó la rivalidad de Esparta,
a la que se unieron en la denominada Liga del Peloponeso algunas ciudades.
Pericles gobernó Atenas desde el 443 al 429 a.C. Se rodeó de los mejores intelectuales y artistas de la época y supo
conseguir de la ecclesia o asamblea popular una plena confianza, que le otorgó un poder prácticamente ilimitado
(autokrator strategós). Sin embargo, la expansión industrial y comercial de Atenas mediante la política agresiva de
Pericles, fue la causa de que otras ciudades apoyaran a Esparta en las guerras del Peloponeso, desde el 466 a.C. hasta
la derrota ateniense en el 404 a.C. Después de ese año, Atenas fue regida por un gobierno impuesto por Esparta (los
“treinta tiranos”). El poder de Esparta se mantuvo hasta el 371 a.C. fecha en la que sus ejércitos fueron derrotados por

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