ARICA.
, ret RGA
SUS FORTIPICACIONES, ASALTO, DEFENSA
Y RUINA.
POR
UN TESTIGO Y ACTOR.
SSS
pan BERNARDO (FHILE)—1880 .
LIMA.
IMP. DE “LA PATRIA” OALLE DEL MILAGRO N, 130,
Dirigida por Manuel A. L:
1880./5
tARICA!
Arica! He all{ el nombre que algunos repetirén con admi-
racion, muchos con dolor, todos con respeto.
Arica! esa ‘es la palabra que hade servir en lo aucesivo
durante la presente guerra, para recordar 4los peruanos que
la patria les exije el sacrificio, y la voz que en los campos
de batalla subleve el espfritu del soldado, no permitiéndole
olvidar que, al ser vencido, la muerte descargard sus golpes
revestide/de horrendas formas, al que no sucumba matando. .
4Cémé y por qué se perdié ese positivo baluarte de nues- -
tras provincias del Sur?
Eso es lo que vamos & investigar. en el presente escrito,
anotando los antecedentes desu fortificacion.-
L
Era el 5 de Abril de 1879, y la conocida plaza de Arica,
aguardaba ansiosa que se pensase en ella para trasformar-
la en el punto que habia de servir de apoyo & Jas fuerzas
que por mar y por tierra habian de defendernos de la inva-
gion chilena en esa parte de nuestro territorio. El Morro, el
famozo Morro, la playa del Norte y la Isla conservaban, ape- _
nas, los despojos que manifestasen la intencion que alguna
vez se tuvo de fortificarlos,.
855—4~
Por fin, el 9 de Mayo salié del Callao ef Contra-almirante
Montero Nevando consigo un puiado desordenado de ele-
mentos de defensa y un grapo de jévenes entusiastas, que
debian ayudarlo en ln importante tarea que iba 4 empren-
der; con la actividad que permitian los elementos de que se
podia disponer se comenzé 4 montar caifiones de menor ca-
libre en el Morro y tres mayores en la playa, los primeros
en plataformas de madera y con eurefas de mar, y los se-
gandos en construcciones provisionales de mamposteria y
madera. so oe ae ‘
Los esfuerzos del Comandante Meew y del Coronel Pani-
zo, encargados de los trabajos en una y utra parte respecti-
vamente, permitieron que 4 la Negada del General Prado
el 19 de Mayo, estuvieran listos para hacer fuego, 3 cafones
Voruz de &70y dos Parrot de 4 100 en el Morro, asi como
(_ L4e & 150 en 1a baterin do San José.
Se encontraba en la plaza el ingeniero D: A. Elmore, que’
prestaba sus servicios en una y otra parte.
yPor qué los trabajos eran morosos? yPor qué no se eje-
eutaban completos?—Porque no solo eran escasos los ele-
mentos sino porque los que habian sido enviados [todos por
la Comandancia General de Marina,] estaban equivocados 6
incompletos.
4A qué plan general obedeeia 1a defensa?
jHabia unidad y organizacion en los trabajos?
4Se tenia estudiadas las necesidades de cada obra para en
au érden satisfacerlast
—Podemes decir quese hacia lo.que se podia y que las
exijencias.se llenaban 4 medida que se presentaban.
Llegado. el General Prado trajo gran parte de lo que fal-
taba [1]; mucho de lo que era necesario y, sobre todo, el pu- -
(1) Hizo desmontar uno de los cafiones de las baterfas del Ca-
lao (ung de los Vabreur del torreon Msnc. Capac) que corrie/s
cargo del ingeniero don T. Elmore, para traer algunas de sus ple-
gas mientras se fundian las de repuesto. :
me—~5—
der y la posibilidad parala consecucion de los elementos de.
ejecucion. Junto con él vino el joven ingéniero D. T. Elés-
pura. . : ,
Desgraciadamente las cosas no solo continuaron en el mis-
tho estado, sino que se dispuso de los dos ingenieros; man-
dando al primero 4 colocar el telégrafo del Norte y al segun-
do 4 construir parapetos para Ja guarnicion de Ite.
4Se presenté alguna vez al general Prado el estudio de la
defensa de la plaza, los pliegos de especificacion de sus exi-
gencias y el presupuesto de los gastos necesarios?
yEra nosible concluir la defensa sin un programa fijo, un
6: den légico de ejecucion y un sistema invariable de tra-
bajo?
yConvenia que 4 cada paso se hiciera un pedido, sujeto &
larga tramitacion, para satisfacer én detalle [en que no de_
bia intervenir el Director de la Guerra] las mas apremiane
tes necesidades?
—Evidentemente no. El General Prado ha debido exijir,
el plan general de defensa; el programa de los trabajos y
su presupuesto; asf como autorizar Ampliamente la ejecucion
y los gastos que demandase.
Desgraciadamente hemos visto trascurrir mes tras de mes,
para jamds concluir la baterfa del Morro y las del Norte,
tinicas en que se pensaba hasta el mes de Noviembre.
Defensa entonces:—Hn el Morro; un caifion Vavasseur de
250, bien montado; 2 de 4 100 Parrot y 4 Voruz de 4 70 en la
baterfa baja; 2 cafiones mas Voruz, en la baterfa alta: total
9 cafiones. Plataformas lijeras de madera; montaje de mari-
na, menos el Vavasseur: plataformas y montajes imperfee-
tos 6 incompletos; tiro & barbeta, enteramente descubierto,
campo de id. solo sobre el mar; parapeto, dos.sacos tierra 4&
lo largo-en Jas cortinas; polvorin un depédsito subterrdneo,
pafioles, uno de saquetes; comandancia/lijerag habitaciones
de madera) euartel, un salon estrecho de id. Defensa poste-
rior ninguna; alniacenes de viveres, id.; tanques para agua,—6—
id.; recinto, id.: prevencion, id.; pafiolde bombaa, id.; maes-
tranza, id. Repuestos, id. :
" En el Norte:—1* bateria “San José”—Dos cafiones Pat-,
rot de 150, sobre correderas de & 100; bases de albafileria y
madera & la lijera; tiro 4 barbeta, cnbierto; campo de id.,,
circular, oculto en gran parte por el lado-de tiérra; parapetoy
antigua obra de albaiiilerfa, y champa por la mar; coman-
dancia y cuartel, habitaciones de albafileria subterréneas sin
relleno; polvorin, subterréneo de albaiiilerfa; pafioles, nin-
guno; recinto, id.; defensa posterior, id.; maestranzs, id.; re-
puestos id.
Baterta “2 de Mayo".—Un cafion Vavasseur de 250 regular-
mente montado, tiro 4 barbeta, sobre el mar solamente; pa-
rapeto, provisional de champa por delante; comandancia y
cuartel, de tablas; polvorin subterréneo; pafoles, ninguno;
recinto, id.; eee id.; maestranza, id.; tanques, id.; repues-
tos, id. :
Baterfa “Santa Rosa.”—Un eafion Vavasseur de 250, rem
gularmente montado; tiro circular 4 barbeta; campo de id.
oculto en parte por retaguardia: en todo lo dem4s, como oe
anterior.
Telégrafo y camino cubierto entre baterfas, ningunos.
Como se vé, las construcciones eran provisionales en gran
parte 6 incompletas. El Coronel Panizo y el Comandante
Sanchez que sustituyé al Comandante Mesa, pedian por par.
tes con insistencia, cuanto se les ofrecia; pero el Comandante
General, encontraba una berrera en el Director; quien no
viendo claro toda la exijencia, trataba de.evitar gastos, quer
ex detalle y por partes, parecian supérfluos y muchos; gasto®
que el General Prado no hubiera regateado si se les hubier&
descentralizado de él y obedecido 4un plan y Programa acor-
dados.
El ingenioro Eléspura, de cuya inteligeneia 6 instruccion
nadie dudaré, siguié la misma corriente & su regreso—_7~—
y) las. baterfias quedaron en el mismo estado, con solo lei me-,
jora de sus rellenos mas espesos.
Ir.
‘Antes de retirarse el General Prado, nombré una comi-
sion compuesta del Coronel Panizo, cuyos esfuerzos habian si- :
do notables, del ingeniero indicado y del Mayor Ugarteche,
para llevar 4 cabo la defensa de la poblacion por su reta-
guardia.
La ‘comision ‘acord6: 1° construir dos -baterfas sucesivas en
Jas lomas que siguen 4 Cerro Gordo, por el Este; 2° trasfor- '
maren reduactos los dos panteones; y 3° unir éstos con los ‘
primeros y con “San José” por una Ifnea flanqueada y con- *
tinua. Se escojié para la primera el cerro de Chufio, que do- '
mina la poblacion, el Norte y gran parte del Este dela pam-
pa, y el cerro de Quiani, 82 metros mas alto que el primero,
al 8. O. de él y 1,300 metros mas préximo 4 la cresta del Mor-
ro. En cada una de ellas se habia de colocar tres cafiones, es- |
tableciendo su recinto con sacos de arena. c
El trabajo en los panteones se haria practicando una esca-
vacion en’ su contorno, cuyo desmonte habia de cubrir sus
mures, 4 los que se daria acceso por una banqueta interior.
Por Ultimo la lfuea flanqueada, obedecerfa 4 un trazo-geo-
métrico, sui-géneris y & un perfil conocido ofensivo defen- ::
sivo. :
Desde luego, es, preciso decir que en todos esos estudios 1s
comision partié juiciosamente del supuesto de que la plaza.
habia ide ser defendida por el ejército destinado 4 guarne-
cerla, y.de allf que el desarrollo de la fortificacion fuera tan
extenso. .
Desgraciadamente, Ja comision invirtié el érden de los tra- :
bajos y omitié otros como se verd en lo que sigue.
Llegados 4 Arica los ingenieros Elmore, despues de la pér-.
dida del departamento de Tarapac4, el General Montero or-
ff—3—
dené verbalmente 4 una de ellos que se agregara § Ia comi-
sion. Este, deapues de hacer el reconocimiento de las obras |
en ejecucion, presenté 4 dicho General un memorandum con
las observaciones siguientes, deducidas de una detenida dis-
cusion escrita.
1® El érden de los trabajos no es el que conviene 4 las cir-
ounstancias.
2* No est& proyectado todo lo que se debe.
3" La comision carece de la independencia _y elementos .
necesarios.
Lo primero porque ese érden debia ser: a, reducir 4 reduc-
to cadn baterfa existente; b, construirlas baterias del Este,
haciéndolas reducto tambien; ¢, defender cada uno de esos
reductes con campos atrincherados y foseados; d,. defender
ambos flancos con obras cerradas 6 infranqueables, impi-
diendo el acceso 4 cualesquiera eminencia que las domine
por medio de minas; ¢, trasformar el panteon en reducto; f,
conetruir una linea con intervalos de dificil acceso, entre el
panteon y el Morro, asi como entre el mismo y “San Joaé;”
g, en dltimo lagar, una Ifnea continua que cierre los claros
de. los intervalos.
La segunda observacion se deduefa de la, enumeracion an-
terior,
Y, por dltimo, la tercera, porque carecia de herramientas,
materiales, ete., y porque era mera directora de la ejecu-
cion.
Se hacia, tambien, presente en el memorandum la inconve-.
niente situacion de las nuevas baterfas del Este, debiendo
pasar la primera 4 Cerro-Colorado en vez del Chniio y la se-
gunds 4 Cerro Gordo; las ventajas de cambiar el perfil de las.
zanjas por otro solo defensivo con salidas; y la negesidad de
construir grandes tanques para agua en el Morro,. as{ como,
depésitos de viveres.
Da ese escrito solo se obtuve por ventaja el cambio della“ge
baterfa de Chufio 4 Cerro Colorado, y posteriormente, la com-
pra de un poco de herramientas.
Asf, pues, las baterias quedaron en pampa [una guerrilla
eualquiera podia apagar sus faegos]; los flancos quedaron
descubiertos; las eminencigs sin minas, y la pampa solo in-
terrumpida por jun macizo de tierra que 4 pié 6 4 caballo se
podia flanquear.
‘En este estado sobrevino el caiioneo de 27 de Febrero y
con él la suspension de todos los trabajos.
Conviene fijar qué es lo que existia hasta enténces: 1° En.
el Morro, 9 caiiones con su retaguardia descubierta. 2° En ol
’ Norte, 4 cafiones en pampa. 3° En el Este, [lomage posterior
al Morro], 2 baterfas de 4 3 cafiones, defendidas por una so-
1a fila de sacos parados lenos de arena. 4° En la pampa, los
dos panteones hechos reductos y una linea continua flan-
queable por todas partes.
- TIl.
Trabajo especial del ingeniero T, Elmore habia sido ‘estadiar
el modo de dejar bien puesto el nombre de la patria en ca-
80 de un deacalabro.
Siempre recordaremos 1as palabras del General Montero.
al darle esa delicada comision: “no nos hallames todavia en
estado de decir entre nosotros quela vietoria es la X de una
ecuacion de términos conocidos; las armas nog pueden ser.
adversas y enténces, al perder el poderose baluarte que nos:
ha sido confiado, necesitamos un hecho que, como.el ester--
tor de ta muerte sacuda hasta las ultimas bras del corazon
de la patria: tiene usted 250 quintales de dinamita para ha-.
cer volar Arica. Euténces podré decir yo 4 mis soldados en
el combate: muchachos, adetante teneis la muerte yai no-
la encontrais allf, !a hallareis atrés;” fueron sus palabras,
Hermosa idea, que hubiera hecho imposible, de todo punto
imposible, la pérdida de nuestro dominio en el. Sur!
2—10—
~ El ingeniero de Estado presenté al General Ia planta ‘de
Is poblacion, con las lineas aproximadas de las resistencias
de su terreno y el proyecto de mina. Consistia éste en tres
grandes escavaciones de 10, 12 y 18 metros de profundidad
con 5 galerfas la primera y 7 las otras, cargadas con 5 quin”
tales las primeras, 8 las segundas y 12 1as dltimas, de tal ma-
nera distribuidas qne al estallar pudieran levantar la pobla-
cion fntegra. Para asegurar la destruccvion de Ias baterfas se
habia de colocar una mina de 5 quintales bajo cada una de
ellas; una igual bajo los muelles y aguada y una de 50 quin-
tales em las galerias de la cresta {del Morro para levantaria
toda.
Con estricto sigilo adelanté el trabajo notablemente; euan-
do se iba 4 comenzar las galerfas, se suspendié 4 consecuen”
cia del bombardeo, por érden superior.
Iv.
Circanstancias muy graves que merecen tratarse aparte,
Yentre tas que se encuentran en primera lfnea la falta de
euarteles que abrigaran 4 la guarnicion en su campamento
de la retaguardia del Morro; las enfermedades, 4 que jamés
ge atendié como era debido, y la alimentacion que no se me-
jor6 teniendo4 la tropa verdaderamente escuflida, determi-
naron la salida del ejército 4 Tacna, quedando la plaza defi-
nitivamente entregada al decidido coronel Bolognesi el dia
3.de Abril en que ee trasladé el E. M. G. tambien, 4 Tacna,
para no volver mas, ‘como lo anuncié un esperimentado jefe.
Con el nombramiento del Coronel Bolognesi, se llevé 4 Ia
jefatura del Morro al distinguido Comandante More, en reem-
plazo del Comandante Carrillo, Namado 4 Lima por el go-
bierno. El Coronel Pauizo ocupé su puesto en la Comandan-
cia General de Artillerfa del Ejército de Tacna, dejando con
44 hombres las baterfas del Norte. Se ordené que solo que-
daran de. guarnicion en la plaza, las divisiones 7" y 8° que-h—
sumaban 1,323 hombres nacionales, armados en su mayor
parte con Chassepot. El ingeniero Eléspuru salié con el ejér-
cite, quedando solo el sefior Elmore [T.] nombrado en pri-
mer término para servir al E. M. G., 4 érdenes del jefe de la
plaza.
Nunca olvidaremos la actitud asumida por el Coronel Bo-
lognesi, desde que tomé posesion de su puesto. Resuelto &
defender la posicion que se le confié, & todo trance, atrajo 4
sf 4 todos aquellos que podian ayudarlo en su propésito. Ac-
tivo, apesar de que sus encanecidos cabellos indicaban su
avanzada edad, todo lo emprendié sin arredrarse por la es-
casez del tiempo y su abgoluta falta de elementos. Asi he-
mos visto 4 ese digno anciano organizar sus brigadas para
que cada cuerpo, cada baterfa, se sirviera con independen-
cia; formar dos partidas de caballerfa para vijilar el Norte
y el Sur; mejorar el alimento de la tropa, subiendo 4 libra y
media su racion de carne, y, sobre todo, pensar de una ma,
nera séria en los medios de resistencia.
Empeiioso como pocos, el Coronel Bolognesi leyé con avi-
dez el memorandum que le presenté el sefior ;Elmore, sinte-
sis de los que en otras ocasiones habia presentado al General
Montero. Naturalmente que las obras de defensa y de mina
solo se podian Hevar 4 cabo rudimentariamente, tanto por-
que el tiempo no permitia otra cosa, cunnto porque se care-
cia de lo mas indispensable. Sin embargo, en ese memoran-
dum se establecia lo siguiente: 1° hacer reducto cada una de
las baterfas; 2° defender ambos flancos con parapetos y thi-
nas, cuyo estado era de perfecta descubierta hasta enténces,
3° defender las baterfas con campos atrincherados; 4° defen-
der los desembarcaderos con minas; 5° preparar ninas para
los muelles, aguadas, ete.; 6° disponer que los caiiones, pol-
vorines, etc. ‘sean reventados antes de entregarse; 7° cargar
las minas que en la poblacion estaban preparadas, etc. En el
memorandum se indic aba las necesidades que ese programa
exigia y el érden en que debia llevarse 4 cabo. De advertir--wre—
se-es que siendo Is mina el, arma principal de defense, era
preciso inventar, por decir asf, los elementos que para esta~
blecerlas se necesitaban: pilas, alambres y falminantes, todo’
faltaba gide dénde‘conseguirlo? -Las primeras se obtuvieron’
de Ia seccion de torpedistas; os segundos.se fabricaron com
trozos dealambre de fierro sacados de fragmentos de jarcia
viejaenredada, soldados y envueltos en doble precinta de pa~
pel, especialmente preparado; y los terceros se’ obtuvieron
de diferentes partes, pero en pequefio ntimero.
Iniciados ‘0s trabajos se tropezé siempre‘con el modo de‘
proceder del abnegado anciano, jefe de la plaza: fija suaten-"
cion en un solo punto, no permitia que se procediese de otro”
modo que por detalle; de tal manera que cualquier obstéculo,
cualquier articulo que faltase hacia que se perdiese el tiem-'
po lastimosamente en todo el sistema. De abf que la defen-*
sa del flanco izquierdo faese morosa, por mas que se le diera’
ei cardcter de provisional. .
Afortunadamente el nunca bien lamentado More, presté
todo suapoyo 4 la preparacion del flanco derecho (la reta-—
guardia del Morro) convencido como estaba que era por allf i
por donde habia de embestir el enemigo. Es asf que hemos
visto 4 ese valiente marino acompajiar personalmente al in-
geniero para escojer la posicion de los parapetos, presidir la .
colocacion de las minas, designar los lugares 4 que se habian _
de trasladar algunos cafiones, etc. etc.—Al Comandante Mo-
re-se debe, puede decirse, exclusivamente, que el enemigo en
su ataque, haya encontrado por esa parte alguna resistencia
en materia de fortificacion Iamada formidable por la ver.
sion chilena, * .
Separ4ndonos de mas detalles y de enumerar las dificulta-
des sin cuento que se tuvieron que vencer, (1) indicaremos
solo que, rogandoaqui, arafiando alld y cojeando por todas .
—
(1) A tal punto legs Ia falta de recursos, que no hubo dos res-
les.para comprar una vacija en que manejar los dcidos.=~ 138 —
partes se legs & freparar ambos flancos del modo siguiente,
En el flanco izquierdo un parapeto que cubriera la baterfa
de “San José” en plena pampa todavia; este parapeto habia
de defender el obseryatorio de las minas de ese lado, hecho
con sacos de aren: anzados unos 300 metros cerca del As-
tillero [nombre de ese lugar] se colocé tres parapetos émen
de. unes 40 metros cada uno, que defendieran ese lado de la
pampa del Chinchorro y con él las baterfas del Norte. Esos
parapetos se habian de minar, asf como los claros entre ellos
comprendidos, de modo que al caer en poderde! enemigo, se’
les hiciera saitar, impidiendo que se les utilizara en contra
de los’ defengores.
En el flance derecho se habia de minar las dos eminencias
de Cerro Gordo y' su cachilla inmediata; dofender éstas con’
lijetos parapetes; cerrar la retaguardia del Morre con una
série de 5 parapetos tambien, y constrairdos plataformas pa-
ra trasladar dos cafiones.
Todas estas obras se efectuaron de un modo lijero, sien.
do los parapetos del espesor de un solo saco lleno.
En este estado de cosas y al procederse 4 cargar las mi.
nas, una pequefia divergencia de opinion entre el ingeniero
y el jefe de la plaza, dié lugar 4 que aquel protestara no po-
derla hacer y desechara toda responsabilidad por doble ofi-
cio de 10 de Mayo, en todo trabajo ‘en que interviniera la
electricidad. De allf que se encargé de esa operacian el jéven
entusiasta y resuelto D. Pedro Ureta, jefe de la seccion de
torpedistas desde Ia separacion de D. Leoncio Prado.
El sefior Ureta prosiguié los trabajos en el Norte, llegando
& cargar varias minas colocadas én el trayecto del panteon
al camino Azapa, cerrando el paso por ese lado de la pobla-
cion.
De advertirse es que los trabajos’ se llevaron 4 cabo por
es parte 4 fuerza de la voluntad del Coronel Bolognesi: que
queria impedir un‘ataque por aquel lade, por masque la opi_ ,
nion del ingeniero, manifestada per escritoy verbalmente er-4—
cuantas ocasiones tuvo, era de que precisaba -aproveehar ‘el
tiempo en minar las baterias del Este, todavia enteramente
indefensas.
v.
En este estado de cosas sobrevinola catdstrofe de 26 de
Mayoy con ella los aprestos para resistir 4 todo trance, cual-
quiera que fuera Ia suerte que se eaperase 4 los defensores.
Seguro como era el sacrificio, la decision undnime fué por-
que la cafda se hiciera con estrépito: precisaba hacer al-ene-
migo el mayor dafio 6 impedir que cayera en su poder nin-
guno de los elementos que se tenian: la plaza habia de ser
tomada sobre montones de caddveres y hecha ruinas, El.que
debia dirijir la ejecucion de este plan era el ingenieroy 4
61 le tocaba preparar todopara ese fin. De allf que la Santa
Béarbara de] Morro recibié su fulminante especial, los polvo-
rines de todas las baterfas sus mechas de tiempo, los caiio-
nes sus bombas de dinamita para reventarlos, los muellesy
la aguada cajas de la misma y los parapetos bombas de mano;
En eee estado quedé Arica el 26 en la noche, cuando el se-
fior Elmore salié Ivando 4 cajones de dinamita para destruir |
la linea del ferrocarril, dejada intacta con todos sus carros y
locomotoras en esa localidad. Los inicos puntos que valian
Ja pena de desarreglar eran:el pueute de Chacalluta;terraplen
de la quebrada ‘‘Escritos,” acueducto del Hospicio y puente
de Molle. Todo se llegé & hacer por mas que el dia sorpren-
dié 4 los operadores, quienes tuvieron que ponerse 4 la vista
del enemigo para llegar al ultimo punto y ejecutar ante él
su operacion.
Vi.
La presencia de la primera partida de la caballerfa en Cha-
calluta el 30 de Mayo, sujirié la idea {de minar el lugar que
probablemente servirfa de aguada; eacojido esto se dispuso
Ja colocacion de las cargas 4 darse fuego en dos tiempos. Las—15—
eargas tendrian 10 libras 4 20 metros de distancia, por me-+
tros 1.20 de profundidad. Los elementos de que disponia al
seccion de torpedistas, permitié la terminacion de estos tra>
bajos para el 1°
Este mismo dia por la tarde salia de Arica para Chacallu-
ta el ingeniero con todo la que necesitaba para es tablecer un
carro de manos entre ese punto y el pueblo, y para volver &
destruir la linea hasta la quebrada de ‘‘Escritos.” Dispuestg
el trabajo, las avanzadas del escuadron Liuta anunciaron 18
presencia del enemigo; asf pues, se perdié la noche.
Al amanecer del 2 se observé si en realidad existia ef ene-
migo, cenvencidos de lo cual, se constitnyeron en el obser-
vatorio de las minas el ingeniero y el teniente D. Pedro Ure-
ta, cuya conducta y resolucion en ese trance les harén siem-
pre honor.
El observatorio era un simple matorral de cafia hueca ex
donde estaba la bateria eléctrica 4 unos 500 metros de lad
minas. Preparada ésta se agaardé el momento oportuno.
5Cuaél serfa el contento y la ansiedad de los operadores, cuan-
do despues de muchas vueltas y revueltas del enemigo obser-
van que al fin escojian por bebedero el sitio mismo de las
minas? Al desfilar pueden por primera vez hacerse cargo de
que no era un piquete el presente sino la caballeria entera;
pero yqué importa? la resolucion de morir estaba hecha des-
de que se habia enviado las béstias al pueblo para no ser
descubiertos antes de tiempo.
—Es el grueso de la caballerfa, dice un operador al otro.
_ —Mejor, le contesté éste.
—Enténces: fuego y preparémonos & mo-rir.
“ Ignoramos por qué causa solo hizo explosion una carga
de cada série; el hecho es que asf y con todo, el estrépido, la
tierra y las piedras que silvaban en el aire, introdujeron una
confusion espantoss de que nadie se daba cuenta; los jinetes
por una parte, los caballos por otra, todos corrian desafora-
damente, creyendo que Ja tierra se los iba 4 tragar. Pasada— 16 —
la primera impresion, se repusieron y enviaren & busear 6
los actores. Bien pronto dieron con el matorral que conte
nia el nido infernal y en 61 al seftor Elmore y al j6ven Ureta
que habian ido 4 entregar su existencia para dar el prime?
jatrés! al invasor y levantar la gran figura de Ariea 4 la al-
tura que era debida para que al mirarla tuvieran que retro-
eeder. Asaf sucedié, en efecto. Por confesion de la oficialidad
de la eaballerfa; el ataque debia verificarse el 8; pero Arica
que habia sabido erguirse y repeler & la poderosa fiota ene-
miga cuando ésta osaba acercarse 4 sus playas, se levantaba
tambien como un fantasma, si né para repeler, al ménos pa-
ra imponer con un pufiado de dignos soldados, al ejéreito
victorioso que en el Alto de la Alianza acababa de destrozar
& 8,000 valientes, y que venia ahora & asaltarla por tierra.
Estaba en el interés de los sefiores Elmore y Ureta negar en
lo absoluto su participacion en la colocacion de las minas;
pero el enemigo, explora, estudia y piensa antes de resolver,
de tal manera que, por mas que la palabra de los prisionero8”
llevara el sello de la verdad, pues, en efecto, ellos no ha-
pian ejecutado esos trabajos, ni conocian las minas [todas se
sobrentiende], se resolvié cafienear primero y asaltar despue®
por el camino que el mas miope militar hubiera escojido, to-
mando las disposiciones necesarias para que las ignoradas
minas, al estallar, hicierau el menor dafio.
Al tomar esta resolucion atrevida, los jefes enemigos han
hecho creer & muchos que habian aprovechado de jlos pri-
sioneros para conocer Ia posicion de ellas y evitar sus efectos;
pero hay que reconocerles el tino y arrojo con que han pro-
cedido; pues lo han hecho sin tener el mas minimo detalle de
la defensa del terreno que iban 4 pisar: volvemos 4 decir,
esa es la ventaja de la observacion y el estudio. Verdad es
que al soldado con que cuentan no hay sino lanzarlos 4 la
Sangre, el incendio y el saqueo para que, procediendo por sf,
pase por cuanto obstdculo se le presente si no hay la fuerza
suficiente para repelerlo. Fué asf como procedieron el 7, en
seguida de las operaciones que vamos 4 narrar.Vil.
Desptes ‘que Ja caballerfa lleg6é & Chacalluta, él ejército de
Hnea que no habia peleado en Tacna, vino por trenes, tan
luego que restablecieron los dafios de la via, ménos el dlti-
mo que era justamente en Chacalluta; dafios que contuvieron
al invasor desde el 26 hasta el 2 solamente, pues la natu rale-
za de la linea es tal, que & excepcion del puentecito de Molle,
carece de obras de arte cuya destruccion fuera de dificil re-
medio; asf, pues, seis dias fueron necésarios para reparar ese
Puentecito, cuyo ancho es solo de 6 metros. Con todo, los seis
dias habrian sido suficientes nara que llegéra 4 Arica el ejér-
cito derrotado en Tacna, si se hubiera resuelto traerlo 4 este
punto como se esperaba.
Se componia el ejército de ataque: del Rejimiento Buin, ck
de linea; Rejimiento 3° de id.; Rejimiento 4° id. y Batallon
Bulnes. ‘Trajeron tambien 28 pieras de artillerfa, entre ca-
fiones de montafia, volantes y ametralladoras.
En la noche del 5 se movia el canipamento.quedando solo
en su puesto el 3° Durante ella montaron 1a artilleria donde
mejor creyeron conveniente, 4 3,000 metros unas piezas y 4
5,000 otras; y los rejimientos 1° y 4° ocuparon Buenavista 6
la Hacienda de los Franceses en el valle de Azapa, quedando
- el Bulnes para protejer la. artillerfa.
Claro el dia enviaron 4 la plaza 4 un mayor para que noti-
ficara la rendicion, el mismo que dignamente recibido, volvié
despues diciendo: “la plaza no se rinde; quemard su tltimo
cartucho.” {Hermosas palabras que revelan por si toda la de-
cision, altivez y evergia de ese pequefio grupo de buenos pe-
ruanos, & quienes se habia confiado la defensa de ese impor-
tante baluarte del Sur de nuestra patria, y en el que se de-
bié reunir mejores elementos de defensa.
Enténces fué que se rompié el cafioneo con pobre, muy po-
bre éxito. Desde las 9h. 35 hasta las 10 h. 50 la baterfa ene-
miga situada en la Puntilla, cambiaba aus aan con las ba-— 18 —
terfas del Este y Ja colocada en las lomas del Norte del Wa_
teree con la de San José. De este cafoneo solo resulté que
la iltima bomba de 1a bateria del Este, estallé entre los ea-
fiones enemigos de eu frente, desalojandola. Por esto cam-
b‘aron de lugar, colocando unos 4 mayor distancia y otros 4&
menor, asf que al romper sus fuegos puevamente 4 laa 3h.
40, se encontraban los primeros 4 3,500 metros y los otros &
4,500; pero en este nuevo tiroteo solo disparaban estos que
ocupsban, como ge ha dicho los cerros préximos & Chacallu-
ta, tras del Wateree. Los tires iban 4 la baterfa de San José,
que les contestaba, y sobre la poblacion hasta las 5h. 30 en
que cesaron sin hacer daiio alguno. Ello probard & los chile-
nos que el decantado poder de sus bocas de fuego ser efi-
mero, siempre que su lejendaria prudencia los mantenga 4
distancias m4ximas 4 las cuales si no son ofendidos, no ofen-
den tampoco.
Suspendidos los faegos se puso en marcha el rejimiento 3°
sobre Azapa, llegando 4 las canterfas 4 las 11 h. p. m. por el
faldeo que se hizo de la Puntilla.
El Rejimiento Lautaro habia Negado de Tacna en los mo-
mentos en que partia el 3° & quien reemplazé en el campa-
“mento.
Al amanecer del 6 el 3° estaba bajo los fuegos de la 1* ba-
terfa del Este; pero la actividad de su jefe que lo hizo salir
de alli, asi como Ia escasa claridad de la maiiana y los ar-
bustos que impedian 1a vista, no permitieron que se tes hi-
cetera fuego, aprovechando de esa circunstancia. Incorporado
este Rejimiento al resto del ejército, mas arrriba de Sauca-
che, permanecié con é1, mientras se realizaba un nuevo caiio-
neo, en el que haba de tomar parte la escuadra para dar 4
Arica el tltimo dia de sus glorias y demostrar al mundo que
ese baluarte de nuestra honra sabfa sostener con altivez su
bandera hasta en los tltimos momentos en que se encontra™
ba acosado por una escuadra y un ejército poderosos.
La maiiana pasé tranquilamente, pero 4 las 12 y 50m. p.—19—
m. las baterfas de los cerros del Watteree, rompieron sus fue-
gos,los que fueron contestados por la baterfa San José, ha~
biendo hecho les del Este algunos disparos 4 las tropas que
por los cerras del frente y por la parte del valle se ponian 4
tiro.
Mientras esto sucedia la escuadra comenzé & moverse y
ponerse en disposicion de ataque. El trasporte “Loa” colo”
cado 4 5,000 metros hécia el Norte dela bahfa y escudado
por los buqaes neutrales, rompié sus fuegos poco despues que
los de tierra, sobre el Morro; el ““Covadonga” y la “Magalla-
nes” secundaron al trasporte, entrando 4 tiro y el “‘Cochra-
ne” se encargé de las baterfas Santa Rosa y 2 de Mayo, hi-
riéndolas de flanco para rehuir sus tiros que han sido siem-
pre su pesadilla. Desde este momento se trabé un combate
general 4 cafion sostenido hasta las 4h. p. m. en que fueron
hechos por nosotros les tiltimos disparos.
El “Manco-Capac,” mientras tanto, buscaba la oportunidad
de que se acercaran los buques combatientes para hacer uso
de su artillerfa, cuyo pequefio alcance no le permitis ¢ tirar 4
mas de cierta distancia.
Inttil es decir que las baterfas enemigas de tierra, eran ape-
nas alcanzadas por los Parrot de San José cuando se hacia
uso de elevationes mdximas: puede asegurarse que estaban
faera de tiro; y que los buques se atrevian escasamerte 4 en-
trar Ala lineade faego, siempre tan cantelosos y poco bizar-
ros. jYa se vé, no tienen otre Thompson! Lo que es La-Tor-
re, muy buen jéven, exelente caballero, valiente tambien;
pero fiel intérprete de la consigna chilena: jpara qué expo-
nerse!
Por eso se vefa al Morro, rmajestuoso ¥ displicente, desde-
fiar los faegos de tiempoen tiempo, para reabrirlos tan luego
que los buques se tnimaban un! poquito 4 entrar. No se dejé
de aprovechar de estos momentos. A las 3 h. 40 m. se obser-
v6 aua explosion en la baterfa del “Cochrane,” producida
por una bomba Voruz, que estallé en ano de los portalones,— MW —
6 incendié dos saquetes de pélvora que inutilizaron & 27 hom-
bres matando 4 algunos. Inmediatamente salié dicho blinda-
do de combate, haciendo sefiales 4 los otros que tambien ee
Tetiraéran.
La “Covadonga” no salié asf mismo bien librada; pues lle-
v6 dos tiros bajo la linea de flotacion que Ia hizo salir de la
accion antes que los dem4s buqtes.
En cuanto 4 las baterfas situadas en Ios cerros, solo en una
ocasion se lleg6 & ponerles una bomba (2 h. p. m) obligin-
dolas 4 suspender su nutrido fuego por algunos minutos.
Los dafios en tierra fueron nulos; volvemos 4 decir: la pra-
dencia chilena ser4 nuestra salvaguardia en todos los caiio-
neos.
Las fuerzas que en esta jornada entraron en eombate fue-
ron: por nuestra parte, el Morro, baterfas del Norte y moni-
tor “Manco-Capac” (que hizo 5 tiros); y por parte del ene-
migo, las baterfas situadas en los cerros del Watteroe, el
“Cochrane,” “Magallanes,” ‘“‘Covadonga” y “Loa,” teniendo
éste un cafion de largo alcance, que le permitia conservarse
siempre fuera de nuestros fuegos.
EI némero de tiros faeron:
Artillerfa de campafia enemiga. 186
“Cochrane” ......
“Magallanes” ..
“Covadonga” ..—21—
Iniitil es dear que el resultado fué de animacion y alegrisé
para los defensores abnegados, los mismos que al dia siguien-
te habian de pagar con su vida la ira que causaba al enemi-
go las repetidas veces que fné rechazado por su destreza co-
mo artilleros y serenidad como soldados,
Vill.
Mientras esto sucedia, dos trabajos bien diversos se reali-
zaban 4 la vez; el General en Jefe chileno con los jefes mas
caracterizados verificaban un minucioso reconocimiento de
los caminos que mas convenia seguir 4 sus tropas, y la pla-
za terminaba sus ultimos aprestos para mejorar la resisten-
eia que se habia resuelto hacer: los primeros escudrifiaban.
cual la pantera, la manera mas segura de lanzarse sobre su.
presa; y los segundos buscaban resueltamente y con la fren-
-te levantada, el modo de contener 4 los asaltantes en su ca-
mino.
Durante todo el dia, en efecto, el General Baquedano, el
Coronel Velasquez, el Coronel Lagos y todos los jefes de.
cuerpo, recorrieron por todas partes los caminos que condu-
cian 4 las baterfas del Este, 4 la sombra de una guerrilla del
Buin que habia de lamar la atencion, y examindron los plie-
gues del terreno que habian de ocultar las tropas antes del
asalto; mientras que el Coronel Bolognesi ordenaba la carga.
de una de las grandes minas del pueblo, las de los muelles,
ete., y el Coronel More hacia tender un segundo alambre
4 la Santa Barbara de su baterfa, cambiaba la posicion de
dos cafiones, aprestaba uno nuevo etc.: los dos combatientes
aprovechaban las horas del rado cajioneo para el encuentro
que en otra forma debia de tener lugar bien pronto.
En este estado de cosas acordé el enemigo un ultimo es-
fuerzo para evitar el asalto que tanto le preocupaba: resol-'
vié enviar 4 laplaza al ingeniero prisionero bajo su palabra
para hacer comprender & los defensores lo fatal:de su suerte.—-RW—
por el buen estado en que habia quedado el ejército invasor
despues del 26, la ninguna esperanza que podian tener de
recibir refuerzos y auxilios y el peligro que todos corrian si
las tropas se desenfrena ban. Por lo dems, el honor se ha-
bia salvado con los dos hermosos dias de resistencia, sin
que, por ¢onsiguiente, hubiera nada que perseguir en lo su-
cesivo.
El comisionado manifesté en pleno consejo sus impulsos,
deseos y temores; cumplié con su cometido diciéndoles la
verdad de lo que pasaba en el campamentoenemigo, en me-
dio del que kabia estado 5 dias mortales.
Pero la idea era una, la intencion la misma, la mirada in-
variable entre los defensores: los halagos de la salvacion,
el brillo de la honra adquirida en dos dias de fuego, la pér-
dida de toda esperanza del exterior, los temores del desbor-
damiento del enemigo, nada, absolutamente nada, podia ha-
ber hecho cejar 4 ninguno de esos inflexibles patriotas: to-
dos vefan delante de sf el sacrificio seguro; pero todos se
inspiraban en la necesidad de hacer comprender 4 Chile, que
donde quiera exista un pufiado de peruanos allf encontraré
sn absurda ambicion obstdculos que superar; era preciso de-
cir al Pert: se,pierde Arica, pero se pierde cuando no hubo
sino cadAveres, que no podian combatir; era preciso, por fin,
que esta guerra de matanza y de toda clase de exesos, que-
dase perfectamente caracterizada: era preciso que viniese
el /7 de Junio!! que dijera el Pert: estais combatiendo con
una horda de vandalos y no con tropas del siglo XIX!!
Tx.
Lleg6, pues, el 7 y con é1 la série de hechos espantosos que
vamos 4 tratar de referir.
Las fuerzas enemigas que habian de asaltar por el Este
movieron su campamento de Saucache al oscurecer, pasaron
por Buena-vista y cortaron 4 colocarse tras de una gran
lomada existente al frente de las baterfas de ese lado bajo~3—
Yos foegos de ellas; las otras que habian de atacar por el
Norte, avanzaron hasta la Pantilla en donde pernoctaron:
las primeras habian de ser los rejimientos 3° y 4° con el
Buin y Bulnes por reserva, y las tltimas el Rejimiento
Lautaro, con dos escuadrones de caballerfa: El resto de la
caballeria y la artillerfa quedaban & la espectativa en pre-
vision de cualquiera contingencia.
Antesde pasar adelante recordemos el estado de defensa
de la plaza, para restablecer la verdad tan adulterada por
los chilenos, quienes han agotado el tecnicismo de fortifica-
cion militar para exagerar la exelencia de la de Arica.
Para 1os diaristas, Gibraltar, Sebastopol y cuanta gran
fortaleza ha existido eran nada en comparacion de ese reco-
do de la costa. Lo que sigue har&é comp render & todo juicio
medianamente instruido que la tan formidable defensa era
meramente fantasmagérica y loa cuentos delos cronistas,
simples rapsodias que tocan 4 lo ridicalo. ,
Arica tenia:
Barerfas 4; 1* Morro con 8 cafiones, de los cuales solo dos
defendian la retaguardia.
_ 2% Norte, con 3 secciones; la 1* “San José” con dos cafio-
nes; la 2" “2 de Mayo” con I, y la 3* “Santa Rosa” con uno
tambien. De estos cafiones tres tiraban 4 retaguardia sin
campo de tiro por su baja posiecion. .
3* y 4° Este, con tres cafiones, cada una sobre curefias de
mar. ,
Estas baterfas no tenian abselutamente maros de ninguna
especie, espaldones, parapetos, trinchera, ni nada que las de-
fendiera: los cafiones estaban montados, puede decirse, como
sobre la palma de 1a mano; pues -los -sacos 4 medio llenar
que parados circundaban las del Este, no merecen el nom-
brededefensaa 2
ParaPsetos. En el flanco.is quierdo y cerrando la mér-
gen derecha del rio San José, habiad parapetos de sacos
-de arena parados (0.m50 de espesor]. Estos parapetos esta -~~ Am
ban & unos 400 metros de la baterfa San José, protegiéndola
por ese lado; tenian unos 50 metros de la rgo cada una.
En el flanco derecho existia en Cerro Gordo una sola Ii-
nea defendida en 3 intervalos con sacos en porciones de 10
metros. :
En la eresta del Morro habia otra linea intervalos en 5
porciones de 20 metros que cerraban la retaguardia por allf.
Total parapetado 330 metros eorridos, para defender &
480 hombres maximum.
No se considera las zanjas de los panteones, porque fue-
Ton como si no existieran.
Minas. Habia en el flanco izquierdo 4 séries de 4 6 cargas
& pequefia profandidad; asf, pues su efecto no era temible.
En el flanco derecho 5 séries, 4 3 cargas 4 1 metro 40 de
profundidad en taladros sobre roca, de efecto nulo tambien.
No consideramos las del observatorio de la pampa por las
Mmismas razones que las zanjas: de antemano se sabia serian
nulas,
En cuanto 41as minas del muelle, poblacion etc, eran
meramente destructivas y no de combate.
4A dénde estén, pues, esos elevados muros «scarpados? &
énde aquellos fosos y contrafosos? 4 dénde esas ciudadelas
y toda esa patrafia deque tanto se ha habladof
Ahora bien, si de la fortificacion pasamos 4 la fuerza, es
preciso no olvidar que el enemigo contaba con:
4 rejimientos..... tenercneccs 4,600 hombres.
1 batallon, “ Bulnes”.. 400 ”
28 piezas artilleria. 230 D
Caballeria.........- eeeeeate - 400 ”
5,680 hombres,
que, hayan 6 néentrado en vivo fuego, formaban su efec-
tivo.— 3 —
La plaza solo contaba con 1,651 hombres, artilleros com?
prendidos, de este modo repartidos:
7* Division, Batallon Granaderos deTacna‘N? 31... 218
Batallon “‘Artesanos” de id..... ar 39t
14, “Piérola” [nueva creacion] 196
8* Division, Batallon “Iquique” ntimero 33 202
Batallon “‘Tarapac& nimero 23....----- - 216
Morro... peeeeets ‘160
Artilleros.. { Norte 76
Este . 92
Caballerfa (uo asistié al combate) .....---.----- .
Suman. ..... 2222-222 eee eee eee - 1,651
De esta tropa, sdlo los dos primeroscuerpos estaban bien
armados con Peabody el 1° y Rémington el 2°; los demas te~
nian Chasnot, que como decfa un esperimentado militar,
apenas sirven para matar 4 garrotazos. .
Pesado asf el poder de ambas partes, se ‘podr& compten-
der bien lo que sigue y el mérito de la resistencia que se
presenté.
x.
Ya se sabo cémo es que el enemigo habia llegado 4 avan-
zar sus tropas, valido del reconocimiento que practicé y de
las sombras de la noche, sin ser sentido. yPor qué?—No 10
sabe mos decir; porque el ingeniero antes de regresar 4 don-
de el enemigo, habiadicho al coronel Bolognesi: “las avan-
zadas deben ser enviadas bien léjos, compuestas de compa-
fifas enteras y con un puntero, lejano tambien, que, & caba-
No, descubra el campo.” Se sabe, asf mismo, que el grueso
del ejército habia avanzado por Azapa ypor qué se envié en-
ténces una division al Norte? gpor qué no se siguié el conse-
jo del que habia venido del canipamento ae y dicho:—%—
“por Dios, Coronel, bajo mi responsabilidad no envfe U. un
hombre al Norte; tenga U. unbatallon en Ia I* bateria del
Este, dos en la 2" y el resto de la fuerza en Cerro Gordot*?
Pero.el Coronel Bolognesi, preocupado siempre con qve
el enemigo atacaria por el Norte no solo distrajo un bata-
Hon, sino _que la mejor division, compuesta de gente resuel-
ta y fogueada, se eliminé de Ia defensa principal. Asf,
pues, cuando el enemigo atacé, que lo hizo brusca y rdpi-
damente, solo le resistieron lus batallones Granaderos en
la l* baterfa y Artesanos en la 2°, mandados respectiva-
mente por sus jefes los coroneles Arias y Varela, cuyo valor
ha sido siempre conocido.
-: Se comprende que, puesto en movimiento el enemigo, solo
llegé 4 ser distinguido cuando estaba 4 tiro corto de rifle,
pues comenzé 4 avanzar antes de que aclarase el dia y si-
multéneamente sobrelas dog baterfas; el 3° sobre la l* y el 4°
sobre la segunda. Estas apenas tuvieron tiempo de descar-
gar sus Cafiones encuanto las avanzadas anunciaron el peli-
gro. La tropa se puso en pié en el acto, 6 inmediatamente
rompié sus faegos sobre el enemigo que én guerrilla abier-
ta avanzaba velozmente por temor 4 las minas de que crefa
estaba sembrado el trayecto, hasta ponerse 4500 metros,
desde donde siguié avanzando con lentitud, pues ya comen-
zaba & sentir elefecto de nuestras balas. Podemos decir
que los primeros tiros se hicieron 4 las 53, haciéndose el fue-
go general 4 las 6a. m.
Mientras la lucha se hacia terrible entre los diminutos
batallones de guarnicion y Ios dos poderosos regimientos que
embestian, el Morro permanecia silencioso porque no po dia
ver al enemigo, pero enviaba su gente 4 guarnecer los pa-
rapetos usendo sus armas menores. Cuarenta hombres al
mando del capitan Martinez, tomaron posesion de Cerro Gor-
do; ochenta fueron 4 las trincheras mas préximas y cuarenta
sirvieron los dos tinicos cafiones de retaguardia que comen-
zaron 4 hacer fuego tan pronto como pudieron.—_~7
La 8 Division, entre tanto, dejaba al frente sa colocacion
en el Norte para venir apresuradamente 4 tomar posiciones
en donde debié pernoctar! El muy patriota Coronel Ugarte
& su cabeza, con los valerosos comandantes Zavala y Sanz
Peiia, llegaron 4 subir, & fuerza de dar alientos 4 la tropa,”
que se ahogaba de fatiga, con medio batallon, 4 la cuchilla
de la izquierda del camino 4 la Licera, cuando ya los fuertes
estaban dominados. Los otros medios batallones se quedaron
sin subir, porque sv encontraron flanqueados cuandoc omen~
zaban 4 dominar la cuesta.
En todo esto, ¢l Coronel Bolognesi con su J. de E. M. et
Comandante Latorre y sus ayudantes Itirbide y Cardenas,
asistia personalmente & los lugares en donde el combate era
mas récio, animando 4 la tropa con su ejemplo y llevando
el entusiasmo & todas partes.
El Comandante More, por su parte, encargado de sostener
el iltimo palmo de la plaza, aprovechaba de la pequeiia ¢o-
tacion que 4 sus érdeves tenia para dominar las eminencias
que primero resultaron coronadas. .
Hecho pues, el fuego general desde la primera baterfa has-
ta la cresta del Morro, el lomage que las separa, parecin un
hervidero de humo que esparcia la muerte en esa grande es-
tension.
Por fin! despues de una hora y media de estupenda resis-
tencia, no obstante la sorpresa, cuando gran parte de los de-
fensores habian cafdo heridos por el plomo homicida, cuan-
do habia muerto el animoso jefe de 1a bateria, sarjento ma-
yor Nacarino, cuando el coronel Varela yacfa tendido heri-
do gravemente en el pecho, cuando el coronel Inclan habia
rendido la vida allf mismo, cuando, en fin, la muerte hacia
mposible mayor resistencia, se tocé fuego en retirada, como
se hizo, retrocediendo hasta la falda del Cerro Gordo, en
donde elabnegado Comandante Latorre. siempre tan acer-
tado y activo, traté de orgauizar los restos de artesanos, para
continuar resistiendo desde alli.— 3 —
E1 3° mientras tanto tenia que sufrir mayores pérdidas; los
Granaderos de Piérola & cuyo frente estaba el antiguo 6 in-
trépido Coronel Arias, defendian la posicion. El Coronet’
Arias firme en su puesto, sin retroceder un paso, se batia
euerpo 4 cuerpo con los primeros asaltantes, llegando 4 dar
muerte personalmente con su espada 4 cinco de éstos Con
semejante ejemplo nadie se movia un punto, de tal manera
que la resistencia fué eficaz y positiva, causando al enemigo
muchas, mucbisimas bajas. Fatalmente, conto se_ha dicho,
la baterfa no tenia mas defensa que la fila de sacos que la
eircundabs; es decir, 80 metros de frente, para cubrir 4 100
hombres; los demés se batian 4 pecho descubierto sin: mas
escudo que su noble corazon, que bien pronto habia de ser
destrozado.
Cuando en esta parte la lucha era todavia ruda; cuando el
fuego de la parte alta de ta baterfa, cual corona de muerte,
repelfa 4 los invasores, alguien quae esclama: ya vencieron
arriba, se oye la vigorosa voz del jefe que dice: “Granade-
Tos valerosos, no hay que ceder un paso.” 4Qué importaba
que el 4° hubiese dominado la altura? yNo estaba 4 cada
cuerpo designado el lugar del sacrificio? :
Pero, rodeado por todas partes, cuando ya no existian sino
unoscuantos de los bravos defensores, en los momentos en
que el enemigo iba 4 apoderarse da la baterfa, cumple su
eonsigna un heroico artillero cuyo nombre ignoramos, dan -
do fuego 4 la Santa Barbara conforme 4 las prescripciones
que tenia, haciéndola volar en mil pedazos y arrastrando
& los numerosos enemigos que habian osado subir los pri-
metros. Terrible fué la explosion, como fué grande el espan-
to que se apoder6é de los so'dados que no habian subido atin;
los mismos que, enyueltos en una inmensa nube de polvo y
una lluvia terrible de piedras y fragmentos humanos, corrie-
ron desalados del lugar para refugiarse en la poblacion, que
les preataba indecibles alhagos para saciar sus instintos.
Asf terminéel fuerte mas avanzado de Arica, merced al— 9 —
valor y serenidad del artillero que no hemos podido menos
que calificar de heroico, por mas que esta guerra haya cor-
rompido esa expresion; pues al acto mismo, notable en to-
dos los hechos de la historia, se agrega la circunstancia de
haberse eaperado tranquilamente los ultimos momentos en
que gran parte del enemigo estaba ya arriba y la de haber es-
tado herido de antemano el operador,cuando Hevé & cabo
su arrojada mision y sublime sacrificio. De este fuerte no
sobrevive ni un artillero, ni un solo soldado!
Entre tanto, el 4° que no vefa llegar al 3° con quien debia
embestir sobre la cresta del Morro, aproveché los momen-
tosde confusion que la ‘retirada de los Artesanos producia
para continuar sobre ellos y terminar la accion. Asf sucedié,
en efecto, los pocos soldados que bajaban de Cerro Gerdo,
en donde, en verdad, han debido permanecer 4 pié firme, en-
grosaron ligeramente la diminuta dotacion de la baterfa, re-
sistieron en los parapetos hasta donde les fué posible, acom_
pafiados de los restos de la 8° division que, como hems di-
cho, no alcanzé 4 subir sino en parte. En este momento es
pats ea-dende murié el arrogante Comandante Zavala, jefe del
Tarapacd, quien despreciando la vida brincé sobre las trin-
cheras, desde donde animaba con singular valor 4 sus sol-
dados. : . .
En esos momentos fué herido el representante de las sim-
patias de la Reptblica Arjentina en nuestro ejército, el ca-
balleroso Comandante Saenz Pefia, que daba en todas par-
tes muestras de serenidad singular y resuelto valor.
Fué enténces, tambien, que murié el Comandante O’Dono-
van, que se ocupaba en disponer con decision y entusiasmo
del mejor modo la tropa fara que aprovechara bien sus ti-
Tos,
Los Comandantes Cornejo [Benigno y Francisco] y el de
igual clase Bustamante habian perecido en sus puestos de-
fendiendo con honor el suelo que pisaban,
De los jefes caracterizados solo quedaban, pues, el Coro-—27 —
nel Bolognesi, Comandantes More y Latorre que con el dis-
tinguido Comandante Espinosa y Mayor Blondel, hacian’
sostener los fuegos en el recinto por mas que Ios Chaseepot
no permitian hacerlo vivo con los pocos hombres de que se
disponia.
En esos momentos aparece en el alto que domina 4 la cres-
ta la reserva enemiga,lo que hizo comprender al valeroso
Comandante More que no se podia sostener mas el fuego en*
esa parte y dié la érden de reventar los cafiones que man-
daban en persona el Comandante Espinosa y Capitan Nieto.
Hecho esto, el Coronel Bolognesi hizo retirar la gente al al-"
timo palmo de terreno que le quedaba: jla cortina que limita
con el Mar!! Allf fué el patriota Mayor Blonde! 4 rendir su
vida, quedando los dem4s jefes 4 vanguardia para esperar Ia’
muerte que sabian habian derecibir de los bérbaros que “no
querian prisioneros.”
Tan luego que el enemigo avanzé, la resuelta voz del Co-
mandante More hizo oir la érden de ;fuego dé Santa Bér-
bara! Corre el operador 4 obedecerla; eséste secundado por
el Capitan Nieto, pero sea que el fulminante fallé, seo que.
la precipitacion del momento dejé algun requisito sin Nenar
en el delicado manejo dela electricidad 6, en fin, sea que
el circuito se cerré en el cuerpo de los operadores, pues és-
tos dicen haber sentido la conmocion eléctrica al juntarlos
alambres, lo cierto es que el depésito de pélvora permane-
cia mudo. °
Violento con esto el Coronel More, pide una mecha para
correr 4darle fuego personalmente; pero.........----- ya el
enemigo estaba encima! °
Lo acompafiaba el capitan King, cuya serenidad en los
combates se hizo proverbial, y 4 quien se debe en gran par-
te la dotacion del Morro, trafda en persona por él del Callao
y de cuya moralidad, resignacion y pericia es preciso hacer
una mencion especial. El buen capitan King, recibiéd en esos
momentos una bala en una pierna que le dejé tendido cerca-a—
dean rancho, en donde lo victimaron, como de costumbre,
Jos enemigos, cuando notaron vivia atin.
Cuatro hombres no mas! de nuestra parte solamente sos-
tienen el tiroteo, era imposible luchar cuerpo 4 cuerpo con
la masa enemigal........ alto el fuego! grita elCoronel Bo-
Jognesi;.......... alto el fuego repite el Coronel Ugarte que
corre & contenerlo y cae herido por una bala en el trayecto
eeesesetes y cuando el coronel More iba 4 repetir la misma
voz, una descarga enemiga lleva una bala al medio de su no-
ble pecho que lo mata en el acto, y otra tumba al altivo Bo-
lognesi, que pocos momentos despues fué ultimado como lo
fué Ugarte y todos los demas heridos que no podian mo-
. jMurieron, pues, esos dos jefes valerosos y resueltos, de-
fendiendo palmo 4 palmo hasta su i{mite con el mar, como
dice el 2° jefe del Morro en su parte, el terreno cuya defensa
se les habia confiado!!
jMurié el Coronel Bolognesi, que con tante empefio y tena-
cidad, apoyé la defensa de la plaza!!
jMurié el Comandante More, el valiente marino, el cum-
plido caballero, que dié con solfcito interés cuanta facilidad
estuvo & su alcance para preparar el Morro 4 la resistencia
que se hizo, mereed 4 lo cual pudo encontrar el enemigo al-
‘go que pudiera lamarse defensa y que tanto le habia asus-
tado!! :
Mientras qne se realizaba la titénica lucha de que acaba+
‘mos de dar ana pélida idea, la misma que jamds seré des-
crita con colores suficientemente vivos, para hacer concebir,
& quien no vid, esa escepa terrible, lo tremendo de ella; he-
chos bien diversos se realizaban en el Norte.
Alerta desde los primeros tiros las baterfas “San José,”
“2 de Mayo” y “Santa Rosa,” que, como se ha dicho, estaban
‘descubiertas por su retaguardia, ee preparaban 4 hacer fue-
go sobre los puntos recientemente dominados, cuando no-
tan 4 la distancia la presencia del Rejimiento Lautaro, que— 3=
No se crea que era exentade peligro esta operacion, puesto
que si bien el ingeniero lo habia preparado todo para hacer
la facil, teniendo que estallar el cafion y el polvorin inde-
pendientemente, uno de estos podia llevarse de encuentro 4
los operadores, como casi acontece al capitan Ganesh, li-
brado solo merced 4 su sangre fria.
Al caer Arica, debemos quedar tranquilos, por lo dicho en
cuanto &la terminacion de las baterfas del Norte, mil ve-
ces impoatantes por su fuerza y posicion.
Con lo expuesto hemos dado 4 conocer los acontecimien-
tos que en tierra se pasaron. 4Y en Ja mart
—AIlf contébamos con esa poderosa maquina de guerra la-
mentablemente descuidada, que se llama ““Manco-Capac” y
la lijera lancha “Alianza” cuyos fines son los signientes:
El “Manco-Capac” puesto en movimiento, pasé al salir, al
sesgo de las baterfas del Norte, cusndo se aproximaba 4 ellas
el “‘Lautaro;” aproveché de esta circunstancia y disparé so-
‘bre 61 sus dos cafiones siguiendo su camino.
Inmediatamente que el comandante Lagomarsino vié una
banderola chilena sobre la cortina del Morro, ordenéd 4 sa
gente embarcarse en los botes y lanchas, y dié la érden de
echar el buque & pique abriendo las baélvulas; ignoramos si
oon acuerde 6 né de sii oficialidad.
Embarcados todos, cumplieron la érden los sefiores Ta-
boada, Varandearan y Vidaurre, que se quedaron hastael iil-
timo instante en el buque, que al arrojarse
al agua asidos de una tabla; sintiond que el buque se hun-
dia, tuvieron que luchar tenazmente para no ser arrastrados
por la corriente que la inmersion producfa. La lancha
“Alianza” los ayudé enténdes, merced & lo cual salvaron.
{Los éefiores Bueno y Saldfas cumplieron tambien serena-
“inente su cometido, destruyendo el primero el torpedo y sus
aparatos que existfan 4 bordo, el segundo, bajando arroja-
damente hasta el fondo para dar fuego 4 la caja de dinami-
be
[lantrode
ta preparada bajo la proa, cuando ya estaban las bdélvulas
-abiertas y el buqne se llenaba de agua.
~ La Jancha “Alianza,” por su parte, despues de haber pres-
tado 4 los ndufragos los auxilios que pudo, sin querer aban-
donarlos por mas que algun jefe se lo indicéra, cuando co-
menzé6 4 aparecer la escuadra enemiga, cuotidianamente fu-
gitiva, se lanzé fuera de la bahfa barajando 1a costa y bur-
lando Ios tiros que & muy‘corta distancia se le hacian. Sus
valientes tripulantes, no contentos con el atrevido paso que
daban para salvar su embarcacion, subieron impdévidos so-
pre la cubierta, y allf.de pié, soportaron ciento y tantos ti-
_ros de cafion que se les hizoé innumerables descargas de
ametralladora. Orgullo daba ver 4 esos jévenes hacer uso
de sus armas cuando se encontraron 4 tiro de rifle soste-
niendo combate, si se permite la expresion, con e] podero-
* go blindado y el veloz “Loa.”
Desgraciadamente, la hornilla de la méquina se obstrufa
cada vez mas & medida que que se avivaban los fuegos, y el
famoso ‘Loa” les acortaba la distancia notablemente; asi
pues, se decidié perder la embarcacion barfndola, lo que
consiguieron hacer 4 las inmediaciones del puerto Inglés,
al Sur de Pacocha.
Allf{ los jévenes Mora v Flores [David] dieron 4 conocer
todo aquello de que son capaces. Despues de haber realiza-
do la varada con maestria, tuvieron la tranquilidad de to-
mar uno de los torpedos, colocarlo en la méquina y darle
fuego por medio de la electricidad, consiguiendo destrozarla
por completo.
Los jévenes marinos acompajiados del conatante teniente
Davila, su jefe, emprendieron la marcha & pié, por mas que
vieron destacarse un bote del “Loa” con gente que venia en
su persecucion. Pero despues de caminar nueve leguas, tu-
vieron la fatalidad de ir directamente 4 la Estacion de Sa-
linas de 1a linea de ;Moquegua, en donde el enemigo ‘tenia— 32 —
en guerrilla abierta ayanzaba répidamente sobre ellas. Dis-
parados los primeros tiros, era inttil eontinuarlos; pues, co-
mo se ha dicho, esas baterfas no tenian campo dé mira 4 re-
taguardia, siendo sus fuegos muy lentos; por eso decidié su .
jefe comandante Ayllon, proceder 4 la destruccion de ellas;
conforme & lo que se tenia preparado. “San José” era la ba-
teria mas expuesta, y por lo mismo, aquella por la cual se
debia comenzar. Con toda serenidad se cargan los caiiones
con las bombas de dinamita que al efecto se tenian y saltan
éstos en mil pedazos, sin dejar rastros, siquiera de lo que
fueron; e} polvorin es incendiado tambien, pero queda mu-
do 4 consecuencia, sia duda, de-haber faltado la mecha.
Mientras esto suced{fa, pasaba algo que es preciso no olvi- -
dar. Sereno en un parapeto préximo, se encontraba un in-
dividuo cuyo modesto aapecto oculta & cualesquiera el mé-
rito de su cardcter; impasible vié retirarse 41a dotacion de
Ja baterfa, impasible sintié explosionar los cafiones, que po-_
dian haberlo muerto en el acto, 6 impasible ocupé su pues-
to en el observatorio de las minas, por sobre las que habia
de pasar el ‘“‘Lautaro,” cuando vié aproximarse 4 éste: ese
individuo es el teniente Alvarez, cuyo comportamiento me-
“rece una recompensa. El teniente Alvarez, habia recibido ins-
truccion de no moverse hasta no cumplir eon su deber, y
no le importaba quedar abandonado para ser pasado por las
armas, siera descubierto. Por fortuna, pudo pasarla bien,
sin que el enemigo conociera ser 61 el explosionador de las
minas que acababan de espantar al Rejimiento que impertér-
rito avanzaba.
Este hecho, dié lugar 4 que los comandantes del cafion
4 de Mayo” y “Santa Rosa,” pudieran destrozarlos por com-
pleto y dieran fuego 4 sus respectivos polvorines. En ellos,
el mayor Martinez y el capitan zaibseno olvidaron nin-
gun detalle que pudiera frastrgr’el plan; de tal modo, que~
hoy les cabe Ja alta satisfacoion de no haber dejado al ene-
migo sino un monton dé escombros en vez de los fuertes
que faeron el ouco de las naves que asomaban al puerto. Y
Z
fo . ,p 0— 35 —
un campamento. All{ fueron apresados y levados 4 Pace-
cha.
Los tripulantes de la ‘“‘Alianza” no se escaparon tampoce,
quedando asf completa la obra chilena en Arica; obra que
ser& siempre recordada por los hijos del Pert con la repug-
nancia que causa & todo ser noble, la carnicerfa y devasta-
cion de que fué presa ese desgraciado puerto.
jPobre Arica!. -iTantas veces demolida por los terre-
motes! tantas veces arrasada por las aguas! y hoy presa de
un enemigo que se goza en las llamas y que vive con el olor
de la sangre!!......
Fué nuestra intencion pretender dar una idea de lo que fud
el pueblo despues del combate, pero la pluma se reeiste 4 fi-
jar en el papel lo que es indescriptible! 4Cé6mo dar un bos-
quejo de ese hacinamiento de caddveres que no cabian en las
paterfas? 4Cémo poder manifestar lo horrible de ese campo
de batalla, on donde la sangre daba & los caballos en los nu-
dillos y formaba surco al correr en las lomadas de lo mas al-
to & lo mas bajo?..-.....----------
- Yai fija uno su mirada por un momento en el pueblo en
donde no se vé sino escombros, entre los que, en infernal al-
gazdra rebusca &vido algo de valor una turba ébria de 6,000
soldados, all{ lanzados, que no contentos con arrojar & la ca-
le cuanto encontraron dentro delas casas, sin exceptnar
una, d& fuego 4 todo lo que puede arder formando una iv-
mensa hoguera del pueblo. ...------
Arica! Arica! cudnto hostilizaste al ejército que te defen-
dfal!!... 2.22...
Asf terminé esa plaza fuerte, despues de tres dias de ata
que, en que el enemigo estuvo espantado por la energfa y re-
solucion de los defensores y por la alta idea que se le incul-
6 de sus obras de defensa.
Mientras tanto, conste 4 la historia, que éstas sole existie-
ron momenténeas, provisionales é incompletas. Conste 4 la
historia que despues de catorce meses de guerra, el primer—s6—
baluarte de nuestra defensa en el Sur, ha tenido que con-
trarrestar al enemigo con sus baterfas descubiertas 6 incor-
rectas; conste, en fin, que los pocos elementos conseguidos &
fuerza de busearlos, inventarlos 6 sustituirlog, solo se eo-
menzé 4 disponerlos para la defensa e] 11 de Abril, poco 4n-
tes de la destruecion del ejércite que debié guarnecer la po-
sicion.
Sin embargo, la plaza solo faé tomada despues de tres dias
de ataque, [dos de bombardeo y uno de asalto] merced 4 la
resolucion de sus defensores, y nada mas que 4 esa reaolu-
cion, témese de ello nota.
Todo aquello de sus defensas y fortificaciones son pura pa-
trafia inventada por los enemigos, para‘disculpar la suspen-
sion de sus operaciones al frente de la plaza, por la sorpre-
sa que Jes causé la imponente actitud de ese pufiado de pa-
triotas que con su valor y deeision reemplazaron 1a earencia
absoluta de elementos de que no se le proveyé, por el poco
interés que se manifesté siempre por esta tan importante
posicion militar.
Los nombres de los defensores & que nos referimos son:
Francisco Bolognesi.
M. C. Latorre,
T. Elmore, —[prisionero
el 2
Comd. General
J. G. Moore.
M. J. Espinoza,
Baterfas....¢ J. P. Ayllon.
M. Martinez.
M. Cornejo. _.
aa a nolan.
ees . Varela.
7 Division. 1 5." arias y Aragiiés,
F. Cornejo.—37—
A. Ugarte.
8* Division. { R. Zavala.
R. Saenz Peiia.
R. O'Donovan.
J. de D..... 5 Bustamante.
De ellos, todos muertos! menos el 2°, 8°, 5°, 6° y el co-
ronel Varela, comandante Saenz Peiia’y mayor Martinez, he-
ridos!!..
Arica, Janio 13 de 1880.
J. Perey.