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ORACIÓN Al EMPEZAR LA REUNION

Rogamos al Señ or Todopoderoso que nos envíe buenos espíritus para asistirnos ,
alejen a los que pudieran inducirnos en el error, y que nos de la luz necesaria para
distinguir la verdad de la impostura. Separad también a los espíritus malévolos,
encarnados o desencarnados, que podrían intentar poner la discordia entre nosotros y
desviarnos de la caridad y el amor al pró jimo . Si alguno pretendiera introducirse aquí,
haced que no encuentre acceso a ninguno de nosotros.
Espíritus buenos que os digná is a venir aquí a instruirnos, hacednos dó ciles a
vuestros consejos y desviad de nosotros el egoísmo , la envidia y los celos, inspirando
indulgencia y benevolencia para nuestros semejantes presentes y ausentes, amigos y
enemigos, haced en fin, que en los sentimientos de caridad, humildad y abnegació n de
que nos sintamos animados , reconozcamos vuestra saludable influencia.
A los médium a los que encarguéis de transmitirnos vuestras enseñ anzas, dadles la
conciencia de la santidad del mandato que les ha sido confiado y de la gravedad del
acto que van a cumplir, con el fin de que tengan el fervor y el recogimiento necesarios.
Si en esta reunió n se encontrasen personas que fuesen atraídas por otros
sentimientos que no sea el del bien, abridles los ojos a la luz y que Dios les perdone si
vienen con malas intenciones. Rogamos muy particularmente al espíritu de nuestro
guía espiritual , que nos asista y vele sobre nosotros .

PARA LOS ESPIRITUS ENDURECIDOS


Señ or, dignaos mirar misericordiosamente a los espíritus imperfectos que está n en las
tinieblas de la ignorancia y os desconocen , particularmente sobre ...
Espíritus buenos, ayú danos para que le hagamos comprender, que induciendo los
hombres al mal, obsesioná ndolos y atormentá ndolos, prolonga sus propios
sufrimientos: haced que el ejemplo de la felicidad que vosotros gozá is sea un estimulo
para él. Espíritu que te complaces en el mal; acabas de oír la oració n que aun hacemos
por ti ; debe probarte que deseamos hacerte bien , aunque tu hagas mal.
Eres desgraciado, porque es imposible ser feliz siendo malo. ¿Por qué, pues, te
detienes en este estado, cuando de ti depende salir de él ¿Echa una mirada sobre los
buenos espíritus que te rodean ; mira cuan felices son y si no seria mucho má s
agradable para ti gozar de la misma felicidad. Dirá s que te es imposible, pero nada hay
imposible para el que quiere, porque Dios te ha dado, como a todas las criaturas , la
libertad de elegir entre el bien y el mal, entre la felicidad y la desgracia , y nadie esta
condenado al mal. Si tiene la voluntad de hacer este ultimo , podrías también tener la
de hacer el bien y ser feliz.
Vuelve tus ojos hacia Dios, elévate un solo momento hacia El con el pensamiento , y un
rayo de luz divina te iluminará . Di con nosotros estas sencillas palabras “Dios mío me
arrepiento , perdó name “Prueba arrepentirte y hacer bien en vez de hacer mal , y
verá s como al mismo tiempo se extenderá sobre ti su misericordia, un bienestar
desconocido vendrá a reemplazarte las angustias que sufres.
Una vez que hayas dado un paso en el buen camino, el resto te será fá cil. Entonces
comprenderá s cuanto tiempo has perdido por tu culpa para alcanzar tu felicidad; pero
por un porvenir radiante y lleno de esperanzas se abrirá delante de ti, y te hará
olvidar tu miserable pasado, lleno de turbació n y tormentos morales, que para ti
serían el infierno si hubiesen de durar eternamente. Vendrá el día en que esos
tormentos será n tales, que quisieras a todo precio hacerlos cesar, pero cuanto má s
desesperes, má s difícil te será . No creas que permanecerá s siempre en estado; no, es
imposible.
Tienes delante de ti dos perspectivas: la una , de sufrir mucho má s de lo que sufres
ahora; la otra, la de ser feliz como los buenos espíritus que te rodean; la primera es
inevitable si persistes en tu obstinació n , un simple esfuerzo de voluntad basta para
sacarte del mal paso en que está s. date prisa , pues porque cada día que retardas es un
día perdido para tu felicidad Espíritus buenos, haced que estas palabras encuentren
acceso en esa alma aun atrasada, a fin de que lo ayuden a acercarse a Dios. Así os lo
suplicamos en nombre de Jesucristo, que tan grande poder tuvo sobre los espíritus
malo.

“TORNA TU VISTA DIOS MÍO,


HACIA ESTA INFELIZ CRIATURA
NO ME DES SEPULTURA ENTRE LAS OLAS DEL MAR.
DAME LA FUERZA Y VALOR
PARA SALVAR EL ABISMO,
DAME GRACIA POR LO MISMO
QUE ES TAN GRANDE TU BONDAD.
SI YO CUAL FRÁ GIL BARQUILLA,
POR MI SOBERBIA HALAGADO,
EL MAR HUMANO HE CRUZADO,
TAN SÓ LO TRAS EL PLACER;
DÉ JAME SEÑ OR QUE VUELVA
A PISAR EL CONTINENTE,
HACIENDO VOTO FERVIENTE
DE SER CRISTIANO CON FÉ .
SI YO  CON MI TORPE FALTA
ME HE MECIDO ENTRE LA BRUMA
DESAFIANDO LA ESPUMA
QUE LEVANTA EL TEMPORAL,
TE OFREZCO QUE EN ADELANTE
NO TENDRÉ EL ATREVIMIENTO
DE ENSORDECER EL LAMENTO
DE AQUEL QUE SUFRE EN EL MAL.
Y SI SIGUIENDO MI RUMBO,
HE TENIDO HASTA EL DESCARO
DE BURLARME DE AQUEL FARO
QUE PUERTO ME DESIGNÓ ;
YO TE PROMETO DIOS MÍO,
NO BURLARME DE ESA LUZ
QUE BRILLA SOBRE LA CRUZ
POR EL HIJO DE TU AMOR.
¡OH! TU PADRE DE MI ALMA,
QUE ESCUCHAS AL AFLIGIDO,
Y ME VES ARREPENTIDO
DE LO QUE MI VIDA FUE.
SÁ LVAME DIOS MIO,SÁ LVAME
Y DAME ANTES QUE DE CUENTA,
PARA QUE ME ARREPIENTA
EL TIEMPO PRECISO. AMÉ N.”

Oració n al Justo Juez

Santísimo Justo Juez. Hijo de Santa María, que mi cuerpo no se asombre ni mi sangre
sea vestida, donde quiera que vaya y venga, las manos del Señ or delante las tenga, de
mi Señ or San Andrés, antes y después, las de mi Señ or San Blas, delante y detrá s, las
de la Señ ora Virgen María, que vayan y venga mis enemigos, salgan con ojos y no me
vean, con armas y no me ofendan, justicia y no me prendan, con el pañ o que Nuestro
Señ or Jesucristo fue su cuerpo envuelto sea mi cuerpo, que no sea herido ni preso, ni a
la verguenza de la cá rcel puesto. Si este día hubiese alguna sentencia en contra mía,
que se revoque por la bendició n del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

La compañ ía de Dios sea conmigo y el Manto de Santa María, su madre, me cobije y de


malos peligros me defienda. Ave María Gratia Plena, Dominus Tecum, me libre de todo
espíritu no bautizado y por bautizar. Cristo vence, Cristo reina, Cristo de todos los
peligros me defienda... El Señ or y Justo individual hijo de Santa María Virgen, Aquel
que nació en aquel solemne día, que no pueda ser muerto ni me quieran mal.
ORACIÓN: San Marcos de León, que amaste la Draga y el Dragón, amansa los toros
bravos, que también del monte son; amánsame los enemigos fervorosos,
humíllales ante mí, como se humillo Cristo delante de Pilatos, que sin necesidad
de malos tratos, como ovejas símbolo de humildad, lleguen a mí; envíales sin
distinción de clases o de nación y ya arrepentidos, obtengan el perdón. Déjalos si
increyentes dudan de la verdad, de los rumores de la fuente cristiana con
suavidad divina hacia la realidad. Hazle venir, Señor Omnipotente, a tomar en mi
fuente agua de humildad. Amén.

Oh Glorioso príncipe de la Hueste Celestial, San Miguel Arcá ngel, defiéndenos en la


batalla y en el terrible combate que estamos librando contra los principados y
Potestades del aire, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, en contra de
todos los Espíritus del Mal. Ven en ayuda del hombre, a quien Dios Todopoderoso creó
inmortal, hecho en ayuda del hombre, a quien Dios Todopoderoso creó inmortal,
hecho a su imagen y semejanza, y redimido por un gran precio, de la tiranía de
Sataná s.

Pelea en este día la batalla del Señ or, junto con los santos á ngeles, igual que
combatiste al líder de los orgullosos á ngeles, Lucifer, y a su hueste apó stata, quienes
no tuvieron poder para resistirte y tampoco hubo ya lugar para ellos en el cielo. Esa
cruel serpiente antigua, llamada el diablo o Sataná s, que seduce al mundo entero, fue
arrojada al abismo junto con sus á ngeles. Mira, este enemigo primitivo y asesino del
hombre ha tomado fuerza. Transformado en un á ngel de luz, anda alrededor del
mundo con una multitud de espíritus perversos, invadiendo la tierra para borrar el
nombre de Dios y de Jesucristo, apoderarse, asesinar y arrojar a la eterna perdició n de
las almas destinadas a la corona de la gloria eterna. Este malvado dragó n vierte, como
la inundació n má s impura, el veneno de su malicia en los hombres de mente
depravada y corrupto corazó n; el espíritu de mentira de impiedad, de blasfemia, y de
aire pestilente de impureza, y de todo vicio e iniquidad.

Estos astutos enemigos han llenado y embriagado con hiel y amargura esta Iglesia, la
esposa del Inmaculado Cordero, y han puesto sus manos impías en sus má s sagradas
posesiones. En el Santo Lugar, en donde la sede de San Pedro y el asiento de la verdad
han sido colocados como la luz del mundo, ellos han levantado el trono de su
abominable impiedad, con el designio inicuo de que cuando el Pastor sea herido,
también las ovejas pueden ser heridas.
Entonces levá ntate, oh Príncipe invencible, dale ayuda al pueblo de Dios en contra de
los ataques de los espíritus perdidos. Dale la victoria al pueblo de Dios: Ellos te
veneran como su protector y patró n; en ti la gloriosa Iglesia se regocija con tu defensa
contra el maligno poder del infierno; a ti te ha confiado Dios las almas de los hombres
para ser establecida en bienaventuranzas celestiales. Ora al Dios de la paz, para que
ponga a Sataná s bajo nuestros píes, derrotado para que no pueda má s mantener al
hombre en cautiverio y lastimar a la Iglesia. Ofrece nuestras oraciones a la vista del
Altísimo, para que pronto pueda encontrar misericordia a los ojos del señ or; y
venciendo al dragó n la antigua serpiente que es el diablo y Sataná s, tú nuevamente lo
pongas cautivo en al abismo, para que no pueda ya má s seducir a las naciones.

Amén.

L: Miren la Cruz del Señ or; y sean dispersos los poderes enemigos.R: El Leó n de la
tribu de Judá ha conquistado la raíz de David.L: Qué tu misericordia esté sobre
nosotros, oh Señ or.R: Así como hemos tenido esperanza en Ti.L: Oh Señ or, escucha
nuestra oració n.R: Y deja que mi llanto llegue a Ti.L: OremosOh Dios, Padre nuestro,
señ or Jesucristo, invocamos a tu Santo Nombre, y suplicantes imploramos tu
clemencia, para que por la intercesió n de la siempre Virgen María, Inmaculada Madre
nuestra, y por el glorioso San Miguel Arcá ngel, Tú te dignes ayudarnos contra Sataná s
y todos los demá s espíritus inmundos, que andan por el mundo para hacer dañ o a la
raza humana y para arruinar a las almas.

Amén.

Al finalizar la reunió n se hace otra oració n

Agradecemos a los buenos Espíritus que han querido venir a comunicarse con
nosotros, y les rogamos que nos ayuden a poner en prá ctica las instrucciones que nos
han dado, y que hagan que al salir de aquí, cada uno de nosotros se sienta fortificado
en la prá ctica del bien y del amor al pró jimo. Deseamos, igualmente que estas
instrucciones sean provechosas a los Espíritus que sufren, ignorantes o viciosos que
hayan asistido a esta reunió n y sobre las cuales imploramos la misericordia de Dios.

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