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Las cinco águilas Blancas

Caribay, el genio de los bosques aromáticos,


vinieron del cielo primera mujer entre los indios Mirripuyes,
estrellado en una habitantes de los Andes empinados, Era la hija
época muy remota del ardiente Zuhé y la pálida Chía

revolotearon por encima de las crestas


desnudas de la cordillera, y se sentaron al Caribay quería adornar su
fin, cada una sobre un risco, clavando sus coroza con aquel plumaje raro
garras en la viva roca; y se quedaron y espléndido
inmóviles, silenciosas, con las cabezas
vueltas hacia el Norte, extendidas las
gigantescas alas

el silbido del viento en esos días de


páramo es el remedo del canto triste y
monótono de Caribay

Cuando se despiertan furiosas, a


medida que sacuden sus
monstruosas alas el suelo se cubre
de copos de nieve y la montaña toda
se engalana con el plumaje blanco.

Este es el origen fabuloso de las

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