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Antecedentes Históricos

La investigación comienza de forma general hasta llegar al objetivo y

significativo del pequeño detalle, por esto en la búsqueda de indicios el

investigador ha de saber que un detalle, por insignificante que parezca, colectado,

tratado y conservado hasta someterse a los estudios científicos correspondientes,

puede constituirse en una prueba que coadyuvará aclarar la cortina que se ha

tratado de tejer alrededor de un hecho delictuoso por parte del autor, para evadir a

la justicia.

La evidencia, tal como lo establece Montiel Sosa (ob.cit), en la obra manual

de criminalística, se asemeja al material o indicio localizado en el lugar del

suceso, ya que por material o indicio se dice que es todo objeto, instrumento,

huella, marca, rostro, señal o vestigio que se usa y se produce respectivamente en

la comisión de un hecho punible, es decir, toda evidencia física que tiene estrecha

relación con la comisión de un hecho presuntamente delictuoso.

Para Borjas (1947) en su obra exposición del código de enjuiciamiento

criminal venezolano, Tomo I, a finales del año 1947 no existía en Venezuela

órgano de policía alguno especialmente destinado a colaborar con la labor de los

jueces penales en la persecución, represión de los delincuentes y consiguiente

resguardo del escenario del crimen, recolección tratamiento y conversación de

evidencias de interés criminal, bastaba hasta la fecha, la simple participación de la

policía municipal para prestar a la justicia punitiva los servicios que ésta pudiera

demandar.
En esa época la labor del Ministerio Público era la promoción del

enjuiciamiento de los hechos delictuosos de acción pública, acusando o

denunciando según el caso a los presuntos delincuentes responsables de ello,

colaborar con los funcionarios de instrucción en la formación del sumario,

formular, en la formación del sumario, formular los cargos que resultarán de autos

contra el procesado, asistir a la audiencia pública de éste, promover las pruebas

conducentes, intervenir en su evacuación e informar para la sentencia definitiva,

evitar otras actividades inherentes a su cargo como puede evidenciarse de lo antes

expuesto, nada se decía respecto a que las evidencias debieran ser remitidas al

Ministerio Público, pues este se trasladaba al tribunal, revisaba los expedientes y

se imponía de sus actuaciones.

Con el correr de los años la delincuencia en Venezuela tomo un auge

inesperado y la colaboración prestada por los funcionarios de policía municipal no

era suficiente para auxiliar a los jueces en su labor instructiva y punitiva, por lo

que imperaba la necesidad de la creación de un órgano de policía judicial que si

bien no tenía la preparación especial con la que contaban otros países como

Francia, Inglaterra o España, fuera integrada por funcionarios capaces no solo de

recolectar las evidencias de forma efectiva, sino que supieran además como

tratarlas y conservarlas para luego ser sometidas a estudios o experticias por parte

de los expertos quienes pudieran contar con la pureza de dicha evidencia para

arrojar un resultado efectivo y sin alteración alguna hecho significativo de la recta

administración de justicia.
Es entonces que por disposición del Código de Enjuiciamiento Criminal de

1962 asume el rol de la investigación el Cuerpo Técnico de Policía Judicial y por

consiguiente la responsabilidad de recolectar, tratar y conservar las evidencias

para someterlas a estudios.

Dicho código indica a su vez que son órganos de policía judicial, además

del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, los órganos de las fuerzas Armadas de

Cooperación, las autoridades que las leyes de tránsito señalan en materia de su

competencia y de más autoridades reguladas por la ley en cuanto a su competencia

dejando de esta forma ciertas lagunas en cuanto a la interrupción de los

funcionarios de las Fuerzas Armadas Policiales en el proceso, quienes que con

antelación tenían la responsabilidad de perseguir y detener a los delincuentes,

resguardar el escenario del crimen, recolectar, tratar y conservar las evidencias de

interés las evidencias de interés criminal evitando la contaminación de esta.

Se mantenía el hecho que sus actuaciones se basaban en las actas que

contenían los expedientes, los resultados de las experticias que se practicaban a

las evidencias recabadas en el lugar del suceso, por tanto, ni la representación del

Ministerio Público ni su personal tenía contacto directo con estas, por ello no era

imperante que el fiscal del Ministerio Público ni su personal recibieran

adiestramiento alguno en cuanto a la protección, recolección, tratamiento para la

conservación de evidencias de interés criminal.

En cuanto a la protección para evitar la conservación en la recolección,

tratamiento y conservación de ellas, en los años sesenta no se contaba con


sofisticados equipos que permitieran someterlos a estudios o peritaje con los

cuales se pudieran obtener resultados óptimos con respecto a la veracidad o

efectividad de las pruebas, por ello en muchas ocasiones se apelaba más al

parecer, a la máxima de experiencia de los jueces, pues se encargaban de darle el

valor que ellos consideraban, respecto a las experticias era cas de imposible

realización, dado lo elevado de su costo y el hecho que solo en el exterior se

contaba con los equipos necesarios, rayan por la cual en ocasiones se hacía venir

expertos de otros países por no contar con profesionales el algunas materias en el

país.

En el año 1975 y dada la necesidad de aclarar la laguna existente en el

código de Enjuiciamiento Criminal de 1962 con respecto al papel que

desempeñaban los funcionarios adscritos a las fuerzas armadas policiales, entre

otros organismos de la fuerza pública, en el proceso penal, se creó la ley de policía

judicial, la cual los coincidía el carácter de órganos auxiliares de policía judicial,

limitando su actuación a la realización solo las averiguaciones iníciales

encaminadas a impedir que las huellas del hecho desaparezca y que el estado de

los lugares sea modificado, debían a su vez, lograr el aseguramiento de los

presuntos culpables y de los objetos activos y pasivos de la perpetración del

hecho, y a la identificación de las personas que tengan conocimiento del mismo,

igualmente estaban obligados a participar sin dilación al cuerpo técnico de policía

judicial las averiguaciones iniciales que practicaban relacionadas con delitos

comunes y a tomar las providencias necesarias e inapagables hasta el momento en

que interviniera dicho cuerpo.


El 11 de septiembre de 1998, entro en vigor la ley de Policía de

Investigaciones penales la cual enuncia los órganos de policía de investigaciones

penales y regula la organización, competencia y funcionamiento del entonces

judicial y establecía a su vez, que la función de policía de investigaciones penales

corresponde a las fuerzas y cuerpos policiales, cualquiera de su naturaleza y

dependencia en la medida que fuera requerida por el ministerio público, con

estricta sujeción al ámbito de sus competencias, sigan lo establecido en los

ordenamientos respectivos para lo cual el Ministerio Público atenderá las

naturaleza del delito o las circunstancias de su perpetración.

La ley de policía de investigaciones penales de 1998, en su Art. 9, señala,

señala como órgano de policía de investigaciones penales, entre otros al cuerpo

técnico de policía judicial, los órganos de las Fuerzas Armadas de Cooperación,

en materia de su competencia, las autoridades que las leyes de tránsito señalan en

materia de su competencia y las autoridades de policía Estadal y Municipal,

cuando sean requeridas por el fiscal del Ministerio Público.

En este caso, se presentaba el inconveniente de que las autoridades de

policía Estadal o Municipal no contaban con lo preparación suficiente para

realizar el tipo de actividades inherentes a los órganos de investigaciones penales,

por cuanto el conocimiento que tenían en materia Procesal Penal en cuanto a la

recolección y conservación de evidencias de interés criminal, era y en cierta forma

continua siendo, labor exclusiva de los órganos de investigación científica,


penales y criminalísticas, ante cuerpo técnico de policía judicial, organismo que

efectivamente cuentan con expertos en la materia de investigación penal.

El 1º de Julio de 1999, entró en vigencia el Código Orgánico Procesal Penal,

contenido entre sus artículos varias innovaciones que van desde las garantías

procesales, alternativas en el proceso, la oralidad, los órganos encargados de

administrar justicia y el rol a desempeñar por la policía de investigaciones

penales, antes Cuerpo Técnico de Policía de investigaciones penales antes Cuerpo

Técnico de policía judicial los tribunales de justicia del país

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