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Placencia, Luis - El Silogismo Práctico. Un Motivo Aristotélico en La Filosofía Práctica de Kant
Placencia, Luis - El Silogismo Práctico. Un Motivo Aristotélico en La Filosofía Práctica de Kant
LUIS PLACENCIA
Instituto de Filosofía
Pontificia Universidad Católica de Chile
leplacen@uc.cl
Resumen
Tradicionalmente la filosofía práctica de Kant es considerada como opuesta totalmente
a la de Aristóteles, representando ellas de esta manera los dos referentes principales en
este campo. En este artículo intento analizar hasta qué punto es posible pensar la estruc-
tura del así llamado "silogismo práctico" como un punto de contacto entra la filosofía
práctica de Aristóteles y la de Kant.
Palabras clave: Silogismo práctico, filosofía práctica, m á x i m a , imperativo, regla
práctica.
Abstract
Traditionally, the philosophy of Kant is considered as completely contrary to that of
Aristotle, both representing the main referents in this field. This article attempts to analyze
to what extent it is possible to think the so-called structure "practical syllogism" as a
contact point between the practical philosophy of Aristotle and that of Kant.
Key words: Practical syllogism, practical philosophy, maxim, imperative, practical
rule.
1
Para esta definición de la ética deontológica cfr. Cooper (1975) p. 87-88, Frankena
(1963) p. 15 y Rawls (1970) p. 24 y 30. Otras definiciones convencionales se pueden
hallar en Höffe (1977) p. 220 y Honderich (1995) pp. 187-188.
2
Las éticas teleológicas podrían ser definidas como aquellas que plantean una estra-
tegia de fundamentación de la ética que está basada en la identificación de un cierto
fin supremo en las acciones humanas y en los actos morales en particular. Tomo esta
definición de Vigo (1997) p. 16 y Höffe (1977) p. 220. Esta definición a diferencia
de, por ejemplo, aquella de Rawls (1970) p. 24, que señala que la ética teleológica:
1) define el bien independientemente de lo correcto y 2) define lo correcto c o m o
lo que maximiza lo bueno. A diferencia de esta última, la caracterización que cito
primero permite hacer lugar a la ética aristotélica dentro de la ética clásica pudién-
dose así distinguir entre al menos dos tipos de éticas teleológicas, sc. las de tipo
consecuencialista y aquellas de inspiración aristotélica (que llamo aquí clásicas). Por
el contrario hay quienes, con buenas razones, han negado que la ética aristotélica
quepa en la definición de "ética teleológica" que da Rawls. Cfr. Cooper (1975) p. 87
y Gómez-Lobo (1998), en especial intentando mostrar la diferencia que hay entre la
ética aristotélica y las éticas de corte utilitarista y/o consecuencialista. De todos m o -
dos, incluso bajo esta última idea de la ética aristotélica, es ella siempre considerada
como opuesta a la propuesta kantiana. Cfr. G ó m e z - L o b o (1998), que sostiene la ya
mencionada posición para tratar de mostrar justamente que la ética aristotélica sería
un tertium quid entre la ética "teleológica" (tal como la entiende, por ejemplo Rawls)
y la ética "deontológica".
3
Dejaré de lado en este texto deliberadamente las oposiciones y comparaciones que
se podrían hacer entre Kant y la ética consecuencialista.
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4
Cfr. v.gr. Gómez-Lobo (1998) p. 312, según el cual la ética aristotélica "es ante todo
una ética prudencial, pues sostiene que lo que debe hacerse está determinado por lo
que en circunstancias concretas aparece c o m o el bien digno de perseguirse". Es por
esta razón por la cual Aristóteles m i s m o renuncia a ideales de exactitud propios del
saber "teórico" en el campo de la filosofía práctica, tal c o m o expresa en el célebre
pasaje de EN I I 2 1104al. En efecto, tal como señala Wieland (1999) p. 108 "la filo-
sofía práctica debe renunciar a la exactitud también por el hecho de que, a diferencia
del conocimiento, el obrar tiene que vérselas siempre con situaciones individuales y
casos particulares concretos".
5
El punto podría ser puesto también de la siguiente manera. Aun cuando las diferen-
cias en el plano de la fundamentación de la moral sean grandes (este punto no será
discutido aquí, aunque me parece que la presentación tradicional que sitúa a Aristóte-
les y a Kant como dos modelos absolutamente opuestos es, tal como ya he sugerido,
al menos parcialmente errónea), existen importantes coincidencias en el plano de la
filosofía de la acción, elemento sobre el que se montan las éticas de ambos autores.
40 LUIS PLACENCIA / EL SILOGISMO PRÁCTICO: UN MOTIVO ARISTOTÉLICO
inicio que, el que Kant haya tenido en mente al silogismo práctico como un
elemento que formaba parte de su "filosofía de la acción" es una discusión
histórica que ha ocupado a algunos pocos intérpretes de la filosofía práctica
de este autor y sobre la cual no ha habido consenso entre los estudiosos
6
del filósofo de Königsberg . Por cierto, no intentaré aquí resolver este pro-
blema, en primer lugar porque no creo tener los medios para hacerlo, pero
además, en segundo lugar, porque no se trata en este texto de mostrar una
conexión histórica, sino que más bien sistemática. Dicho de otra manera,
quisiera intentar mostrar las similitudes estructurales que pudieran existir
entre el así llamado "silogismo práctico" en Aristóteles y ciertas estructuras
que Kant pareciera tener en mente a la hora de introducir lo que podría ser
denominado como su "teoría de la acción", y no pretendo por tanto mostrar
que Kant tomó el modelo del "silogismo práctico" de Aristóteles, autor
que, por lo demás, Kant no conocía particularmente bien. Con lo anterior
tampoco pretendo sugerir que lo que debe ser entendido bajo el término
"silogismo práctico" (término que no es utilizado en sentido técnico por
ninguno de los dos autores que aquí me ocupan, como ya se verá en lo que
sigue) es exactamente lo mismo en el caso de ambos autores, sino que tan
sólo me gustaría poder dejar en claro que tanto Kant como Aristóteles pa-
recen apelar a un modelo similar, al menos en cierto sentido, de explicación
de la acción humana.
Para ello entonces intentaré, en primer lugar, proveer una explicación
sucinta de los elementos fundamentales del "silogismo práctico" en Aristó-
teles. Luego de ello intentare mostrar cómo algunas de las ideas centrales de
la "teoría de la acción" de Kant pueden ser interpretadas de mejor manera
si se piensa en que Kant podría haber tenido en mente una explicación de
la acción humana del tipo del "silogismo práctico".
6
Algunas referencias sobre los hitos más importantes de esta discusión se pueden ver
en Schwarz (2006) pp. 26-27.
7
El término "silogismo práctico" no es un término técnico de la filosofía Aristotélica,
tal como han destacado Hardie (1968) p p . 241 y ss. y K e n n y (1979) p. 111. Existe
sólo un pasaje en el que Aristóteles pareciera darle tal uso (aunque en rigor tampoco
utiliza aquí una expresión como silogismo práctico, sino que más bien "razonamiento
de las cosas prácticas", syllogismoì tôn praktôn). Cfr. ENW 12 1144a29-bl.
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8
por el estagirita principalmente en MA 6-7 y en DA III 9-13 . En lo que
viene intentaré dar cuenta, a fin de mostrar cuáles podrían ser los puntos
en común entre Aristóteles y Kant en este plano, de los aspectos centrales
de la versión aristotélica del silogismo práctico. Con ello no pretendo ni
1) dar una interpretación que esté más allá de discusión a este respecto ni
2) ofrecer una explicación detallada de la gran cantidad de problemas que
la interpretación de este modelo presenta, sino que tan sólo me interesa
proveer una presentación esquemática, consistente y hasta donde se pueda,
lo menos comprometida con interpretaciones novedosas o arriesgadas, de
manera tal que después de eso pueda mostrar cómo podría coincidir este
modelo de explicación de la agencia racional humana y del movimiento
9
animal, con la teoría de la acción de Kant .
Ante todo, cabe destacar que el silogismo práctico es un modelo formal
que provee, por medio de una cierta arquitectura que posee cierta simetría
estructural con aquella del silogismo teórico, un intento de explicación de
cómo se produce la acción humana y el movimiento animal (de hecho por
esa razón hallamos en Aristóteles un tratamiento de este tópico en uno de
sus así llamados "escritos biológicos", sc. MA). Uno de los ejemplos que
provee Aristóteles podría ayudarnos a ilustrar la analogía con la forma silo-
gística: "El apetito dice 'debo beber'. Esto es agua, dice la senso-percepción
o la imaginación o el intelecto. Al punto, bebe" (MA 7 701a32-33). Ejem-
plos de este tipo, suelen ser reinterpretados a la luz de la regla inferencial
llamada modus ponens de la siguiente manera:
Que se lee como: 1) "cada una de mis acciones que consista en probar
algo dulce, es digna de ser hecha", 2) probar esta barra de chocolate es pro-
bar algo dulce, 3) luego, probar esta barra de chocolate es algo digno de ser
10
hecho . Ya esta presentación del silogismo práctico nos muestra varios de
los aspectos más interesantes de este modelo. El primero de ellos consiste
8
Aristóteles recurre también al silogismo práctico para tratar con el problema de la
incontinencia en EN VII 3. De todos modos debe destacarse que el texto de MA es lo
único en el cual Aristóteles explica de manera relativamente detallada la estructura
del "silogismo práctico" (más allá de que haga uso de esta estructura para tematizar
otros fenómenos en el plano de la filosofía moral).
9
Para la explicación del silogismo práctico seguiré de cerca en general las interpreta-
ciones disponibles en N u s s b a u m (1978) y Vigo (2006).
10
Cfr. Davidson (1980), Glüer (1993) p. 84.
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11
Para la distinción entre una "premisa del bien" y una "premisa de lo posible" vid. MA
7 701a23-25.
12
Para esta noción se puede ver, entre otros textos, Davidson (1963) p. 4, donde el
filósofo norteamericano define el término proactitud de la siguiente manera: "deseos,
voliciones, consejos, motivaciones, y una gran variedad de visiones morales, prin-
cipios estéticos, prejuicios económicos, convenciones sociales, y objetivos públicos
y privados en la medida en que ellos pueden ser interpretados como actitudes de un
agente dirigidos a acciones de una cierta clase". Sin embargo sobre este punto es de
destacar que no hay consenso entre los intérpretes.
13
Aristóteles no menciona explícitamente cuáles serían aquellas variables que podrían
impedir tuviera lugar, lo cual ha dejado lugar, como es obvio, a las especulaciones
de los intérpretes. Cfr. N u s s b a u m (1978) p. 190.
14
Para este punto cfr. MA 7 701a6-13.
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15
No obstante ello, el hecho de que la conclusión del silogismo práctico sea una ac-
ción es algo que no queda reflejado en la interpretación formal ofrecida más arriba
siguiendo la regla del modus ponens, lo cual no hace sino mostrar, tal y c o m o se en-
fatizará más adelante, que en el caso del silogismo práctico no se trata de un proceso
inferencial de orden deductivo al m o d o del "silogismo teórico".
16
Este punto es destacado por varios intérpretes, aunque como destaca Nussbaum, hay
muchos comentaristas de Aristóteles que no han tomado esta idea seriamente. Para
autores que apoyan y defienden en detalle la interpretación aquí dada, cfr. v.gr. Hardie
(1968) pp. 240-241, Nussbaum (1978) p. 186 y Vigo (2006). Es de destacar, de todos
modos, la existencia de pasajes en los cuales Aristóteles pareciera sostener o implicar
que la conclusión no es una acción, v.gr. EN Vil 5 1147a26-31. Lamentablemente
no puedo abundar aquí en las razones que me mueven a considerar que la lectura
Hardie, Nussbaum, Vigo entre otros, es la mejor, pero a mi manera de ver es claro,
tal y como sostiene este último, que justamente el silogismo práctico es práctico
porque la conclusión es una acción. No obstante ello autores como Kenny (1979)
p. 123, sostienen que es un error afirmar que la conclusión debe ser una acción, y
que la marca que sirve para oponer al razonamiento práctico del teórico no es el que
culmina en una acción, sino el hecho de que el mismo sentido en que el razonamiento
teórico busca pasar de lo verdadero a lo verdadero, el razonamiento práctico busca
pasar de lo bueno a lo bueno". Kenny (1979) p. 128.
17
Como destaca Nussbaum (1978) p. 204 el punto central para comprender bien este
asunto es notar que Aristóteles sostiene que la conclusión se sigue una vez que se
han actualizado ambas premisas y se las ha combinado de manera correcta. Sobre la
relevancia del concepto de proaíresis en la labor de actualización de las premisas, se
pueden ver los interesantes trabajos de Vigo (2006).
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18
Para la definición aristotélica del silogismo, cfr. An.pr. I 2 4 a l 8 .
19
De esta manera es importante destacar que el silogismo práctico no es un silogismo,
si se toma este término sensu stricto. Tampoco puede corresponder a una regla infe-
rencial del tipo del modus ponens.
20
Es el caso, v.gr. de N u s s b a u m (1978) y Vigo (2006).
21
Los elementos fundamentales de esta poco estudiada teoría se hallan fundamental-
mente en KpV§§ 1-7 y GMS; Ak. IV, 387 y ss.
22
Cfr. Willaschek (1992) y en menor medida (2006).
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23
Ha de decirse en realidad que para Kant la ambigüedad lingüística no sólo está refe-
rida al uso de los términos bonus y malus en la lengua latina (uso que por lo demás
según Kant en su Kähler Moral (cfr. Kähler Moral, 28) puede tener incluso más de
dos sentidos) sino también en otros aspectos de la máxima escolástica. En efecto,
el filósofo de Königsberg también protesta por la posible ambigüedad que se puede
hallar en el giro sub ratione boni, debido a que éste puede ser interpretado como
queriendo decir que deseamos algo porque es bueno, o bien que nos representamos
algo como bueno porque lo deseamos. Cfr. KpV; Ak. V, 59.
24
En efecto, este principio posee, al menos según como creo que debe ser interpretado,
también en la filosofía práctica de Aristóteles, un carácter neutral desde la perspectiva
normativa, ya que sólo describe las condiciones mínimas sobre las cuales opera un
agente racional de praxis.
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Sin embargo, ese pasaje de GMS no introduce una serie de elementos y caracteri-
zaciones muy importantes que sí están en KpV, en particular el crucial concepto de
regla práctica no está en ese pasaje de la obra de 1785.
También se puede ver una definición similar en GMS; Ak. IV, 400 n. "La máxima
es el principio subjetivo de la voluntad; el principio objetivo (es decir, aquel que les
serviría como principio práctico a todos los seres racionales si la razón tuviera poder
total sobre la facultad de desear) es la ley práctica". También GMS; Ak. IV, 420-421:
"la máxima es el principio subjetivo del obrar, y debe ser distinguido del objetivo,
a saber, la ley práctica. Aquella contiene la regla práctica que determina la razón de
acuerdo a las condiciones del sujeto (la mayor parte de las veces, la ignorancia o
también las inclinaciones del mismo), y es por lo tanto el principio según el cual el
sujeto obra, pero la ley es el principio objetivo, válido para cada ser racional, y el
principio según el cual se debe obrar, i.e. un imperativo"; R. 2664 "La máxima es un
principio práctico subjetivo".
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" M e h e h e c h o l a m á x i m a d e a u m e n t a r m i p a t r i m o n i o p o r t o d o s los
m e d i o s seguros. A h o r a , t e n g o e n m i s m a n o s u n d e p ó s i t o c u y o d u e ñ o h a
m u e r t o , y no ha dejado n i n g ú n escrito c o m o t e s t i m o n i o de ello. N a t u r a l -
m e n t e es este el c a s o de mi m á x i m a " (KpV§ 4; A k . V, 2 7 ) .
El caso que propone Kant podría ser puesto como un silogismo práctico
de la siguiente manera:
A u m e n t a r m i fortuna p o r t o d o s los m e d i o s s e g u r o s e s l o q u e t e n g o p o r
propósito (Máxima).
Q u e d a r m e con este d e p ó s i t o m e a y u d a a a u m e n t a r d e m a n e r a segura m i
fortuna ( R e g l a ) .
M e q u e d o c o n este d e p ó s i t o ( C o n c l u s i ó n ) .
El ejemplo está tomado del modelo que usa Kant para explicar la posi-
bilidad de que una máxima sea susceptible de ser universalizada (Kp V § 4;
Ak. V, 27-28), por lo tanto Kant mismo hace poco caso de lo que sería la
conclusión del silogismo anteriormente dado (más bien discute sobre si la
máxima que da origen a este silogismo es moral o no). El mismo Kant unas
líneas después de que realiza sus definiciones recién citadas (de máxima,
principio práctico y ley práctica) da otro ejemplo, que consiste en una
situación donde alguien se da la máxima de vengar todas las ofensas que
se le hagan y que podría expresarse de manera semejante a lo que se ha
28
hecho aquí con el ejemplo del depósito . Lamentablemente este ejemplo
contribuye a oscurecer las distinciones kantianas, ya que ahí el filósofo de
Königsberg no se refiere a las reglas prácticas que caen bajo la máxima
en cuestión (por ejemplo, X me ofende y estoy en condiciones de vengar-
27
De hecho, sin ir más lejos, en las formulaciones más conocidas del "imperativo ca-
tegórico", hay siempre una alusión al concepto de máxima, definido en los pasajes
ya mencionados.
28
Este ejemplo es, de hecho, llevado a la estructura del silogismo práctico por Beck
(1960) p. 8 1 .
48 LUIS PLACENCIA / EL SILOGISMO PRÁCTICO: UN M O T I V O ARISTOTÉLICO
me), sino que tan sólo utiliza el ejemplo para mostrar la diferencia entre
una máxima y una ley práctica. Ello no ocurre, sin embargo, con el primer
ejemplo citado. Un nuevo vistazo a este primer texto de Kant mencionado
más arriba podrá mostrar que él pareciera estar pensando en un modelo
de explicación de la acción del tipo del silogismo práctico. Dice ahí Kant,
discutiendo si una máxima puede ser universalizada: "Me he hecho la máxi-
ma de aumentar mi riqueza por todos los medios seguros, ahora tengo en
mis manos un depósito cuyo propietario ha muerto y no ha dejado ninguna
escritura sobre él. Naturalmente es éste el caso de mi máxima". Como se
ve, en el caso recién señalado el sujeto en cuestión se enfrenta a un caso
(regla) que responde a un tipo de situación que satisface el principio (i.e.
la máxima) que él se ha puesto, sc. aumentar la propia fortuna por todos
los medios seguros. Tanto el principio (máxima) como la regla hacen las
veces de las premisas de un "silogismo", que tiene como consecuencia una
"determinación de la voluntad".
Que la estructura del silogismo práctico debe ser aquella en la que está
pensando Kant en estos casos se ve de manera clara a partir del siguiente
pasaje tomado del comienzo de la Observación a la analítica de la razón
pura práctica, donde Kant intenta hacer algunas observaciones a modo de
aclaración respecto de la estructura expositiva de esta parte del texto (sc. la
Analítica de la razón pura práctica): "Así la división de la Analítica de la
razón pura práctica debe tener lugar de modo similar a lo que ocurre en un
silogismo (Vernunftschluss), a saber, pasando de lo general en la premisa
mayor (el principio moral), a una subsunción de una acción posible empren-
dida en una premisa menor (como buena o mala), a aquella conclusión, a
saber, la determinación subjetiva de la voluntad (un interés en los bienes
prácticos posibles y en la máxima fundada en él)" (Ak. V, 90). Además,
como se puede ver claramente, en la estructura propuesta por Kant para
explicar la relación máximas - reglas, se ve claramente la vinculación en-
tre un factor desiderativo y un factor cognitivo que existe en el silogismo
29
práctico aristotélico . En efecto, en el caso de Kant, la premisa mayor o
premisa del bien como tradicionalmente se ha llamado a este elemento del
silogismo práctico, y que corresponde en Kant a la máxima, representa al
igual que en el modelo aristotélico de explicación de la acción humana, el
factor desiderativo, que es el que corresponde al fin que se desea alcanzar
(en el caso del ejemplo aumentar mi riqueza por todos los medios seguros
que haya para ello). En este caso lo que tenemos en la premisa mayor es
un determinado 'contenido preposicional' (ahorrar por todos los medios
seguros) más una proactitud ('deseo'), donde la confluencia de estos dos
elementos tiene como resultado la máxima misma, que básicamente es la
29
La confluencia entre un acto desiderativo y otro cognitivo que se da en el querer en
el caso de la teoría kantiana es hecha notar por Sala (2004) p. 8 1 .
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30
Por cierto, la premisa del bien, puede perfectamente ser ubicada en la posición de
la que en el silogismo teórico es llamada premisa menor. Dado que en el caso del
silogismo práctico no se trata de una inferencia posibilitada por la relación de inclu-
sión y exclusión entre tres términos (relaciones que son expresadas en el silogismo
teórico por la posición de los términos en el silogismo), pueden entonces las premisas
ordenarse de cualquier manera sin que ello implique que la conclusión cambie.
31
De hecho, han existido, tal como lo hace notar Beck, autores que propusieron enmen-
dar ese texto cambiando Bedingung por Bestimung. Cfr. Beck (1960) p. 81 n. 15.
32
"Ahora, todos los imperativos mandan o bien hipotética o bien categóricamente.
Aquellos representan la necesidad de un acción posible como medio para conseguir
alguna otra cosa que se quiere (o que es posible que se quiera), el imperativo categó-
rico sería aquel que representa una acción por sí misma como objetiva necesaria, sin
relación a algún otro fin. De esta suerte, como se sabe, los imperativos hipotéticos
tendrían la forma lógica de un condicional, mientras que el imperativo categórico,
50 LUIS PLACENCIA / EL SILOGISMO PRÁCTICO: UN M O T I V O ARISTOTÉLICO
que es la ley práctica, posee una forma, como su nombre lo indica, categórica". GMS;
Ak. IV, 414. Es usual sostener que la diferencia aquí expresada entre imperativos
categóricos e hipotéticos tiene que ver con el hecho de que el imperativo categórico
no tiene la forma de un enunciado condicional, mientras que el imperativo hipoté-
tico por el contrario sí la posee. No obstante ello, es fácil hallar contraejemplos de
esta idea. Así, por ejemplo " D e b e s practicar piano", es un ejemplo de lo que Kant
llamaría un "imperativo hipotético" (en efecto, no pareciera poder ser una obligación
incondicionada para nadie el tocar piano), y que no obstante está expresado en la
forma de un enunciado imperativo. Por el contrario, la proposición "Si un hombre
está en una emergencia, debes ayudarlo", está expresada en forma condicional, pero
pareciera expresar un mandato que para Kant sería categórico. Tomo los ejemplos
de Horn, Mieth & Scarano (2007) p. 211
33
Cfr. Jäsche Logik §§ 57-58; Ak. IX, 120-121. Ahí Kant establece, entre otras cosas,
la siguiente regla, que él llama Principio general de todos los silogismos: "lo que
está bajo la condición de una regla, también esta bajo la regla misma". Esto, por
cierto coincide con la definición del silogismo que da Aristóteles donde la 'regla' es
el término mayor y 'condición' es el medio (ie. el predicado de un silogismo de la
primera figura). Esto queda aclarado por la siguiente definición del silogismo que da
Kant en su R. 3 2 0 1 : "Un silogismo (Vermmftschlus) es el conocimiento de la nece-
sidad de una proposición por medio de la subsunción de su condición bajo una regla
general dada. Lo que está bajo la condición de una regla (el sujeto de la conclusión),
eso está también bajo la regla m i s m a (el predicado de la conclusión)". Cfr. también
KrVA 322/B 378; A 300/B 357. Es de destacar que lo que Kant entiende por regla en
su descripción del silogismo no coincide con lo que en KpVllama 'regla práctica'.
34
L. W. Beck intenta también a partir de aquí comprender el origen del término
maxima. Según él, Kant toma este término de la lógica de la época, donde sententia
maxima es el nombre de la premisa mayor de un polisilogismo. Beck (1960) p. 81.
No obstante, no es esta la única conjetura respecto de este tema. Un resumen breve
de las diferentes posiciones al respecto se puede ver en Schwarz (2006) pp. 25-26.
35
Este hecho ha sido destacado por Beck (1960) p. 8 1 . De todos modos es claro que el
término máxima posee en Kant varios sentidos, y que no es susceptible de ser com-
prendido en todos los usos que Kant le da a partir de una sola definición, tal como se
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ha estudiado en la literatura reciente. Cfr. Schwarz (2006) pp. 19-24. Esta aclaración
es probablemente aplicable a buena parte del vocabulario clásico de la filosofía moral
de Kant.
36
Por lo demás, Kant pareciera ser uno de los primeros filósofos de la modernidad en
volver a reconocer la especificidad de lo práctico y en darle a la razón práctica un
estatus que no la subordina directamente a la teórica. La revolucionaria actitud de
Kant en este sentido está incluso documentada de entrada en el plano terminológico.
En efecto, tal como han hecho notar algunos intérpretes (cfr. Beck (1960) y Willas-
chek (2006) p. 126), Kant rescata el giro "razón práctica", que no es utilizado por
sus predecesores en el s. XVIII.
37
Lamentablemente el concepto de "determinación de la voluntad" es lo suficientemen-
te equívoco (lo que se suma que ha sido m u y poco tratado en la literatura, sc. Beck
(1960) p. 78, Horn (2002) pp. 44-49 y Horn, Mieth & Scarano (2007) p p . 204-205)
como para no dejar en claro la cuestión.
52 LUIS PLACENCIA / EL SILOGISMO PRÁCTICO: UN MOTIVO ARISTOTÉLICO
cita nos una idea del hecho de que Kant ve en el silogismo práctico, tal
como ha hecho notar Willaschek (2006) p. 126, el trabajo de la voluntad, en
tanto no sólo es un principium dijudicationis, sino también un principium
executionis, i.e., no se trata en la esfera de la voluntad (que no es otra cosa
que la "razón práctica", tal como asevera Kant en GMS) tan sólo reconocer
principios de praxis, sino que sobre todo, se trata de actuar.
Con esto no quiero decir, por cierto, que las "teorías del silogismo
práctico" en Kant y Aristóteles sean idénticas. Más bien creo que existen
importantes diferencias entre ambas (que no puedo tratar, por razones de
tiempo y espacio aquí), pero algunas de las cuales menciono brevemente: 1)
no se recurre en Kant al modelo del silogismo práctico como un modelo de
explicación del movimiento animal, sino sólo de acciones humanas. Esto es
sumamente interesante, por cuanto el hecho de que la teoría aristotélica del
silogismo práctico esté orientada a partir de una "nivelación" de la acción
humana y el movimiento animal es índice de ciertas peculiaridades de lo
38
que Aristóteles quiso tematizar bajo el nombre de "silogismo práctico" 2)
no se utiliza en Kant, como sí en Aristóteles la teoría del silogismo práctico
para una de sus principales virtualidades, sc. tratar con el problema de la
incontinencia o akrasía.
Estas diferencias no obstante no dejan sin efecto el hecho de que hay una
coincidencia de fondo en el plano de la teoría de la acción de estos autores
al menos en los siguientes aspectos:
1) Tanto Kant como Aristóteles poseen una teoría de la acción en la cual
los diferentes agentes racionales son representados como actuando por mor
de deseos, sean ellos racionales o irracionales, y donde estos deseos cum-
plen una función explicativa en relación a la acción.
2) Tanto en Kant como en Aristóteles, contiene la esfera de la teoría de
la acción, en tanto se intenta dar en ambas una explicación de este fenó-
meno, no sólo referencia a un componente desiderativo, sino que también
a un componente cognitivo, siendo ambos elementos necesarios para la
producción de una acción.
3) Lo que hay, en suma, tanto en Aristóteles como en Kant es el reco-
nocimiento de un campo de racionalidad que posee cierta especificidad, sc.
el de lo práctico, campo que es reconocido en estos casos por medio de un
modo de razonamiento práctico, que es aquel vinculado con la producción
de acciones. Este campo, es siempre presentado por medio de comparacio-
nes con el ámbito de la racionalidad teórica, más de ello no se sigue que
sea reductible a ella.
Todo esto trae como consecuencia el hecho de que parecieran haber bue-
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Este hecho ha sido enfatizado especialmente por A. Vigo (2008), quien se hace cargo
de esas peculiaridades.
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 34 [ S E M E S T R E II / 2 0 0 8 ] 53
nos motivos para sostener que Kant tuvo en mente una teoría de explicación
de la acción humana que apela a estructuras al menos similares a aquella
que en Aristóteles es identificada bajo el nombre de "silogismo práctico".
Suponer esto, no sólo nos reporta importantes réditos a la hora de interpretar
conceptos básicos de la teoría moral de Kant tales como aquellos de máxi-
ma o regla práctica, sino nos provee además, al igual que aquella vinculada
con algunos otros aspectos de la filosofía moral de Kant (que lamentable-
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mente no he podido tratar aquí ), al menos según me parece, de buenos
medios para acercar la filosofía práctica de Kant a aquella que siempre ha
sido presentada como su opuesta, sc. la de Aristóteles. Y esto no puede sino
ser un gran desafío, desafío por lo demás digno de emprenderse.
Bibliografía
a) Aristóteles:
b) Kant:
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Pienso en concreto en el tratamiento de la facultad de juzgar (Urteilskraft) en el
plano de la filosofía práctica. Un magistral tratamiento de los "rendimientos" de la
facultad de juzgar en el plano práctico se puede encontrar en la sección 9 de Wieland
(2002).
54 LUIS PLACENCIA / EL SILOGISMO PRÁCTICO: UN M O T I V O ARISTOTÉLICO
R a w l s , J. ( 1 9 7 0 ) : A theory of justice. C a m b r i d g e U n i v e r s i t y P r e s s . C a m b r i d g e .
1970.