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SOCIEDAD ARGENTINA DE

MEDICINA ANTROPOLÓGICA

Teoría y Práctica de la

Medicina Antropológica

Derivaciones Éticas y Políticas

© Sociedad Argentina de Medicina Antropológica


Tte. Gral. J. D. Perón 2120 2o D (1040)
Capital Federal - Bs. As. - Argentina

ISBN 950-895-081-1

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723


Impreso en Argentina / Printed in Argentina

Este libro se terminó de imprimir en


GRÁFICA VIEL
en Julio de 2004

Este material se utiliza con fines


exclusivamente didácticos

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TABLA DE CONTENIDO

ATORIDADES DE LA INSTITUCIÓN........................................ 7

TEMARIO....................................................................................... 9

DETALLE DE LOS AUTORES...................................................... 11

PREFACIO......................................................................................15

INMEMORIAMALDR. MARCOS MEEROFF..............................17

“Cambio de Modelo Médico. De la Medicina Biológica a la


Medicina Bioantropológica”. Dr. Marcos Meeroff..........................19

“Medicina Asistencial. Investigación Clínica”.


Dra. Alicia Miranda........................................................................... 40

“Medicina Preventiva. Medicina Comunitaria”.


Dr. Eduardo del Caño........................................................................ 52

“Aportes de una disciplina humanista en el contexto de la


medicina actual: el caso de la antropología”.
Lic.. Leila Mir Candal......................................................................... 63

“Enfermedad laboral del equipo de salud”. Dr. Marcos Meeroff ... 70

“Las mil maneras de curar para prolongar la vida”.


Dr. Fiz Antonio Fernández.................................................................79

“Muerte y eutanasia. Aspectos antropológicos, éticos y legales.


Dres. Francisco Maglio e Ignacio Maglio.......................................... 90

“Cultura y magia en el uso de antibióticos. Hacia una ética en


antibioticoterapia”. Dr. Francisco Maglio........................................107

“Genética y ética”. Dr. Marcos Meeroff...........................................119

“Una aproximación de la medicina antropológica a los


cuidados de enfermería”. Lic. Blanca Moretti.................................130

“Medicinas alternativas como medicinas complementarias”.


Dres. Eduardo del Caño y Jorge Alonso............................................143

“Salud mental y medicina antropológica”. Dra. Alicia Losoviz......161

“Visión antropológica de los fármacos y de la farmacoterapia”.


Dr. Rubén Quijano............................................................................185

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Medicina Asistencial
Dres. Alicia Miranda y Marcos Meeroff

Introducción

El lugar donde podemos decir que la medicina es “arte y ciencia” es donde ocurre el
acto médico, que es quizás el único momento donde la ciencia es superada por su práctica
misma. El momento del encuentro del médico y del paciente.
Decía Armand Trousseau a mitad del siglo XIX:
“Toda Ciencia toca al arte en ciertos puntos, y todo arte presenta un aspecto
científico. El peor hombre de ciencia es aquel que nunca ha sido artista, y el peor artista el
que no conoce la ciencia”.
El médico y el paciente, un encuentro de dos semejantes pero no iguales, con una
idéntica naturaleza, pero diferentes, con una tradición histórico - cultural a veces opuestas,
que coinciden en una circunstancia temporal.
Dos desconocidos que compartirán lo más profundo del ser humano que es su
intimidad. Un momento que probablemente no tenga parangón en ninguna otra situación.
Un encuentro entre dos seres definidos como humanos entendiendo la existencia
humana como decía Laín Entralgo (1956):
“En su raíz misma, la existencia humana posee una estructura a la vez “pística”
(pistis, la fe, la creencia), “elpídica” (elpis, la esperanza) y “fílica” (philía, la amistad, el
amor). Porque la necesidad de creer, esperar y amar pertenece constitutiva e
ineludiblemente a nuestro ser, “somos” nuestras creencias, nuestras esperanzas y nuestras
dilecciones, y con ellas contamos, sabiéndolo o no, en la ejecución de cualquiera de los
actos de nuestro vivir personal, el acto de pensar, el de comer o el de crear una obra exterior
a nosotros”.
Todo, puesto en esta relación de dos.
La medicina es un acto simple y complejo que excede la visión biológica pura y que
podemos definir según las palabras de Florencio Escardó así.....
“La medicina es una actividad regulada estrictamente por la necesidad individual
pero también por la necesidad cultural; un ejercicio que marcha con los procesos globales
del ser humano.
La medicina es un menester cultural aplicado, que hecha mano para lograr sus fines
de cuanto pueda serle útil; así, se alía la tradición al empirismo, a la física, a la química, a la
psicología, a la sociología en sus formas más concretas como la óptica, la métrica, la
fotografía, la balneoterapia, la mecánica, etc., etc., sin desdeñar la música, el gesto o la
palabra. Ese desapego frente al origen de sus recursos es la razón última de su grandeza.
Su debilidad surge, en cambio, cuando deja limitar o reducir el campo de la elección
por factores que no pertenecen a su finalidad intrínseca (curar, aliviar, restituir) sino a los
intereses sociales dominantes.
Lo que hace a la majestad de la medicina no son sus instrumentos sino su objeto de
aplicación o sea el “Ser Humano”, lo que obliga a una inexcusable disposición amorosa.

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La medicina es una actividad regulada estrictamente por la necesidad individual
pero también por la necesidad cultural; un ejercicio que marcha con los progresos globales
del ser humano".
Por lo tanto.....
El enfermo es un todo, la medicina es una sola y porque el enfermo presenta facetas
espirituales, biológicas, psíquicas y sociales la Medicina las encara.
Entonces......
- Porque lo que le sucede tiene carácter individual, la medicina lo considera
como persona.
- Porque pertenece a un grupo social y vive en un determinado ambiente, la
medicina lo enfoca desde los puntos de vista comunitario y ecológico.
- Porque la causa, la fisiopatología, el diagnóstico o el tratamiento de su
enfermedad son parcial o totalmente desconocidos, la medicina investiga.
La relación con el enfermo es individual e integral, es el encuentro de una
confianza y una conciencia.
Teniendo en cuenta que el hombre es un complejo somatopsicosociocultural.
Es decir: “El hombre vive en una sociedad y con la sociedad, vive en la Historia”.....
¿Como actuamos frente a él?...... como se establece la relación médico/paciente

Debemos entender que no es sólo tratarlo bien, es mucho más, es tratarlo desde un
punto de vista integral, tratando de conocer su biografía, su ámbito cultural y su estatus
social.
En este sentido adquiere relevancia el “Lenguaje”, es decir, la palabra, lo gestual, lo
emocional......, tenemos que lograr comprender que es la enfermedad en él, su
simbolización.
El médico no debe sólo saber de sus “operaciones anteriores” sino de su biografía y
muchas veces de las circunstancias que rodearon sus enfermedades.
Pero nuestra razón puede penetrar parcialmente en estas cosas. El médico debe
saber quizás sobre ese saber sensible, e irracional, que acompaña la enfermedad y la
curación, es decir, debe saber respetar la “magia”, no debe obstinarse a fuerza de su
racionalidad en negar su existencia, lo mágico es nada menos que una posibilidad humana.
Y puede de esta manera penetrar en el conocimiento de la enfermedad, tanto en lo
biológico, (cuerpo) como en lo espiritualidad (alma), por lo tanto en la simbolización que
este tenga de su padecimiento muchas veces están los signos que nos orientan hacia su
enfermedad, que muchas veces tiene como causa un acontecimiento psicosomático.

“La unidad cuerpo-alma implica ciertamente también que todo lo espiritual y


psíquico, aunque se encuentre con forma no sustancial, tiene un relato corporal”.
Atravesamos una medicina biologista, positivista, basada en la evidencia, que
obviamente se “evidencia” en el cuerpo, pero recordemos como reflexionaba sobre él Jean
Paul Sartre:

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“Cuando un médico toma mi pierna enferma y la examina, mientras, incorporado a
medias lo veo hacer, no hay ninguna diferencia de naturaleza entre la percepción visual que
tengo del cuerpo del médico y la que tengo de mi propia pierna. Sin duda, cuando me toco
la pierna con el dedo, siento que mi pierna es tocada. Pero ese fenómeno de doble sensación
no es esencial: el frío, o una inyección de morfina pueden hacerlo desaparecer; esto basta
para mostrar que se trata de dos órdenes de realidad esencialmente diversos.
Tocar y ser tocado, sentir que se toca y sentirse tocado, dos especies de fenómenos
que se intenta en vano reunir con el nombre de doble sensación. En realidad, son
radicalmente distintos y existen en dos planos incomunicables”.
Así pues si queremos reflexionar sobre la naturaleza del cuerpo, es preciso
establecer en nuestras reflexiones un orden que sea conforme al orden del ser: el cuerpo en
tanto ser-para sí y en tanto ser-para otro.
El ser-para sí debe ser íntegramente cuerpo e íntegramente conciencia: no puede
estar unido a un cuerpo. Realidad no humana.
Analógicamente el ser-para otro es íntegramente cuerpo, no hay nada detrás del
cuerpo, es la existencia exclusivamente humana. Una forma de conciencia abierta al
pasado, el presente y el futuro, y que se considera a sí misma como posibilidad más que
como un hecho concluido.
Si aceptamos la unidad cuerpo-psiquis, constituyendo el todo que es la persona, la
medicina antropológica, basada su labor en la racionalidad, estudia los procesos mórbidos
que padece el hombre, comprendiéndolo, según Baruk, en cuanto una noción concreta,
real, viviente, sensible y emocionante.
Por lo tanto nos encontramos con enfermedades, procesos y actitudes “en una
persona” que necesitan ser estudiados con más amplitud y profundidad, en lo que son para
Jores y Teilhard de Chardin procesos misteriosos, efectos de milagros que, como tales,
pueden escapar al juicio humano, que además de ser aceptado y respetado, el milagro puede
ser usado “conscientemente, siempre que esté prendido en alguna forma a lo mágico
todavía”, y colaborar en el correcto diagnóstico de la enfermedad y en un tratamiento
integral de la persona y no sólo de la enfermedad.

Si esto es así,
Es de vital importancia la confección de una historia clínica orientada a la Persona
y no sólo a la enfermedad.
Una “Historia” que construye el paciente y el médico, en un momento donde el
relator y el receptor tienen sensaciones distintas, vivencias distintas y cuya construcción
tendrá un análisis crítico con diferentes objetivos. Que provocará distintas reacciones, en
tanto que lo que sea importante de relatar al enfermo no le sea “útil” escuchar al médico
para la elaboración de su diagnóstico..
No obstante el marco histórico cultural y social del paciente que encontraremos en
su relato, creemos nos aproxima a la realidad más concreta del “Sentirse en enfermedad”.
En una breve historia que relatamos a continuación intentamos reflexionar con
ustedes acerca de la complejidad y de los distintos aspectos que tiene la relación médico
paciente y las dificultades más halla del acto médico que debemos sortear como
profesionales (persona).....
“Mujer de 85 años, que llama a su domicilio a un médico explicándole que no
puede concurrir a su consultorio pues tiene imposibilidad en la marcha, si por favor lo

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puede ir a visitar, aclarándole, que sabe que es una persona muy humanitaria y que tal vez
no le cobre mucho porque no le puede pagar......
Al llegar al domicilio, la paciente dice que arrojará la llave por la ventana, vive en
el primer piso, vive sola y en ese momento no la acompaña nadie.....
En la consulta se la observa con una franca dificultad en la marcha, por una
situación probablemente mecánica, ya que padece la enfermedad de Paget y una
osteoartrosis severa que afecta su cadera, pero en el diálogo deja ver fundamentalmente su
malestar, porque si bien no tiene dolores, no puede “trabajar”, es cosmetóloga..... Desde
lo relacionado a sus síntomas no relató más nada...... por lo tanto uno podría decir que
con sólo un “vaya al traumatólogo” “tome un calmante” acababa la consulta pero ella
comentó, “ya vi al traumatólogo, me dijo que realizara unos ejercicios y me dio unos
calmantes y que volviera en tres meses, ...... Refiere tener un hijo de 60 años que estaba
muy ocupado y que no lo podía molestar....., y lo que más la preocupaba era ser una mujer
muy preparada, que había estudiado mucho y a continuación agregó: “esta realidad me
roba mi esencia, mi cultura, mi preparación cerebral”, me perturban algunas cosas ¿se
estará alterando mi cerebro?
Decía cosas como.... Doctor, “El Hombre”....., hay muy pocas personas que
conocen la esencia del Hombre. Me preocupa que hay mucha “Miseria de alma”.
De mi mente estoy contenta, de mi alma estoy contenta, no estoy contenta de mi cuerpo, Yo
este mes cumplo 86 años, y Yo así no puedo trabajar, ¡¡¡cómo una cosmetóloga se va a ver
mal, como van a ver a una mujer así, Yo tengo que trabajar!!!!......
Bueno al final de la consulta, se le sugirió que era importante llevarla al hospital para
realizar algunas radiografías y ver allí cual era el motivo de su dificultad en la
marcha ...... él profesional se ocupó de llamar a su Hospital para que se realizara el
traslado, y fuera acompañada por una asistente social.
El médico bajó, abrió la puerta con la llave, luego la colocó en una cuerdita que la
paciente pasó por la ventana y ella la subió...... Ella pagó lo que pudo......

En este relato como vemos lo que más la afectaba no eran los dolores, si bien los
tenía, sino que la imposibilidad en su marcha la limitaba en sus tareas, y en este caso a
pesar de su edad no la podíamos tratar como a una “viejecita”, con calmantes y diciéndole
que mire la televisión.... no podríamos de ninguna manera subestimar su lucidez, o decirle
simplemente vaya al especialista, pues esto no solucionaba el problema, pues en su soledad
no podría resolverlo, y era importante acercarle alguna solución desde lo médico pero sobre
todo desde lo social...... es decir, nuestra consulta no sería realmente efectiva sino
pudiéramos ver cuales son sus imposibilidades concretas: físicas y sociales. Pues la
sumiríamos en una angustia más. No es suficiente hacer sólo el diagnóstico o indicar una
solución terapéutica acertada, si no comprobamos que la puede realizar sería un acto
médico incompleto.

En esta paciente había que pensar que decirle con respecto a las posibilidades para
llevarla al Hospital, y plantear quizás un cambio de vida y de circunstancias, hablar sobre
las posibilidades de una internación en un lugar especializado para enfermos crónicos, etc.,
“todo era para ella más insoportable que los dolores”, su problema y su requerimiento de
soluciones pasaban por su trabajo y por poder abastecerse a sí misma como lo había hecho
durante 85 años.

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Será condición entonces que haya un médico integrador de los distintos enfoques
para evitar el fraccionamiento del paciente. Un médico orientador que sepa trabajar
conjuntamente con los especialistas y con los actores de las áreas sociales, entendiendo la
necesidad de incorporar en su equipo a antropólogos, sociólogos, psicólogos, etc.
En la realización de la Historia Clínica del paciente el médico tendrá que
puntualizar como describimos ante todo lo que es relevante a su entorno, y para el análisis
de la enfermedad no debe ser lo decisivo sólo el aporte de la bibliografía, recordemos
siempre que el enfermo no es según la estadística, el individuo tiene su propia estadística.

Es fundamental recordar que antes la relación era entre el médico y el paciente, ésta
era una relación preponderantemente monárquica, paternalista, luego cuando surge el
humanismo esa relación se horizontalizó, acentuándose desde el surgimiento de la bioética.
Esa relación ahora la comparten con las directrices institucionales, y gubernamentales
(empresas de salud, obras sociales, pre-pagos, el Estado) y es lo que lleva a esa relación a
una complejidad mayor, relativizando los aspectos fundamentales que en ella se establecen,
uno de ellos el secreto profesional.
No obstante deberíamos ir nuevamente hacia una relación médico - paciente
horizontalizada y que ésta regule las instituciones, así como el Estado debería actuar sólo
como regulador, auditando también las instituciones, sin penetrar en la intima relación del
profesional y el enfermo para defender la intimidad del acto médico que lleva al paciente a
depositar su confianza en algo tan trascendente como su salud.

Podríamos esquematizarlo de la siguiente manera

Médico Institución

Médico Paciente
Paciente Paciente Médico

Sociedad
(Estado)

Institución

Paciente Médico

Sociedad
(Estado)

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Es importante aquí comentar como interviene en esta relación el Equipo de salud
y cual es el valor de la interconsulta
El equipo de salud debe tener como valor ético fundamental el conocimiento
técnico, y una formación profesional de excelencia.
Los clásicos decían “buen hombre y buen médico”, médico formado e informado.
Así, desde esta concepción debe formarse el equipo de salud.

Como es de pensar para tratar a esta “persona” enferma, la relación entre el equipo
de salud debe ser transdisciplinaria, que a diferencia de la multidisciplinaria requiere de
una comunicación estrecha, de una deliberación sobre el tema entre los consultados, más
allá del simple diagnóstico, sino intentando una verdadera solución a los problemas
suscitados en ese paciente.... Es decir, no una consulta realizada por el especialista en
aislamiento y dejando constancia de la misma en la historia sin que medie el más mínimo
intercambio de ideas, que como sabemos en medicina es fundamental, pues muchas veces
de la discusión surge el diagnóstico más preciso.
Debemos considerar que la relación de los especialistas y el paciente varían según la
especialidad....
- En pediatría la relación es con el paciente y con la madre.
- En geriatría, se trabaja con la familia para su adaptación.
- En oncología, para atender al enfermo terminal se debe también entrenar al entorno.
- Y en el caso del SIDA se debe trabajar sobre todo como cosa particular en el
respeto de la intimidad del enfermo.

Las reglas del juego han convertido al médico y demás miembros del equipo de
salud en empleados u obreros en relación de dependencia de una Institución, que marca a
unos y a otros la manera de actuar.
Los integrantes del equipo de salud somos la variante sobre la que descansa el plan
de conducción de la institución. Como éstas están siempre en crisis, somos el fusible
regulador de sus déficit.
Se nos impone trabajar de manera que el costo del accionar del médico no
perjudique el negocio en el que actúa. Ésta es una realidad que a veces o siempre modifica
esa relación que hemos enunciado, pero estará en la voluntad del profesional resistir,
consensuando en su comunidad esos valores por los que hemos alguna vez bregado y que
marcan la ética médica. Es decir, tampoco hay cambios si no es en el conjunto de la
Sociedad, esto incluye a todos los miembros de la comunidad y a los dirigentes en
particular. No es posible un cambio sólo a expensas del área profesional.
La relación entre los distintos profesionales, es decir cuando se establece la
interconsulta, debería ser personalizada, las reglas del juego están dadas para que los
especialistas no se encuentren nunca o casi nunca en el mismo momento frente al enfermo,
en general lo hacen a través de las historias, eso relativiza el interés del consultante, muchas
veces se contesta otra pregunta que no es la realizada, pues si es difícil comunicarse, es
decir comprenderse personalmente, pensemos que no es difícil que esa comunicación se
vea trastornada por el desencuentro, inclusive, puede ser que los especialistas no se
conozcan, esta situación a veces es lo que provoca irascibles respuestas, que no conducen al
alivio del enfermo que en definitiva es el fin último de la atención.

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Es decir no hay posibilidad de interconsulta transdisciplinaria sino realizamos la
misma en forma personalizada entre los consultantes, con el fin de consensuar los
resultados del estudio de ese enfermo para un fin único.

En ese “acto médico” que nos ha permitido realizar un diagnóstico, realizamos una
indicación terapéutica de la que forma parte La rehabilitación del paciente.....

La rehabilitación integra el tratamiento. Y éste es conceptualmente lo necesario.


Y para el tratamiento debe tenerse en cuenta el estudio de la enfermedad (estudio
somático), el estudio del padecimiento (el sentir de la enfermedad), y el estudio del
predicamento (los elementos sociales)
Recordemos el significado de ......
- Sickness...... es enfermedad en el concepto biológico = Disease se caracteriza por
ser reconocible mediante elementos físicos; presenta por consiguiente signos; es
objetiva, verificable y reproducible, afecta a partes del organismo, el portador está
mal y su enfermedad puede medirse cuantitativamente; tiene tratamiento objetivo y
puede ser causa de muerte.
- illnes traduce la experiencia del paciente, que expresa por medio de síntomas, es
subjetiva y afecta a toda la persona, no es directamente verificable, el enfermo se
siente mal generador de sufrimientos y necesita de tratamiento, “Compassionate”
(afectuoso)
Cualquier fenómeno manifiestamente médico (una intervención quirúrgica por
ejemplo) es siempre un “fenómeno social total”, que requiere el enfoque de la antropología
médica, religioso, político, económico, etc., cuyas pertinencias, o como dice Devereux
“rentabilidades” respectivas conviene articular en cada caso.

La rehabilitación como parte del tratamiento significa recuperar a ese individuo en


sus potencialidades, y en sus capacidades máximas, por lo tanto la tarea médica no acaba en
la simple prescripción o cirugía o “el alta de internación de un paciente” va mucho más
allá, incluye la rehabilitación física, psíquica y social.

La Investigación, donde interviene la Ciencia y la Técnica está presente en


ocasiones de diagnóstico y de tratamiento.
Debemos entender la importancia de conocer los alcances de la investigación
clínica, en su realización propiamente dicha y en sus objetivos.

Decía Hipócrates...
“El hombre debe ayudar a la naturaleza y no tratar de dominarla”
Portnoff...
“Ojo con anteponer las máquinas a los hombres.....”.
Nobel B. Houssay
“Libertad de buscar la verdad, libertad de exponerla, libertad de examinarla.
Respeto a la dignidad y a la libertad del hombre y no reduciendo la humanidad a un
rebaño de seres temerosos y esclavizados. La ciencia adelanta más en épocas de paz,
de estabilidad social y de respeto por la democracia”.
Entonces ......

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En que condiciones el médico asistencial investiga actualmente?
El clínico puede investigar pero....
¿Qué condiciones debe aceptar?
¿Qué observaciones debe realizar?
¿Qué debe mediar para su aceptación?
¿Cuál es el valor de la estadística en la investigación clínica?
¿Cuál es el punto de vista técnico?
¿Cuales son las relaciones en este punto con los establecimientos donde se
realizan las investigaciones?

La ciencia no es una opción, sino una necesidad., pero es necesario el debate de que
ciencia y que técnica son adecuadas y cuales son sus fines para el bien de la Humanidad.
Hay que tener en cuenta de no caer en el abuso de la telemedicina.....
Alguien “soñó”
Una Medicina a botones
Pero adherimos a las palabras de Diego Gracia Guillen
“El médico sólo llega a ser bueno y perfecto cuando ha convertido su virtuosidad
técnica y su virtud moral en una especie de segunda naturaleza, en un modo de vida.
El médico perfecto es el médico virtuoso”

En la actualidad es un desafío en la relación asistencial y en la investigación clínica


el manejo de la autonomía del paciente que a través del consentimiento informado a puesto
en tensión el paternalismo médico, adquiriendo relevancia con el mismo la confidencialidad
y la privacidad del acto médico.

El paciente tiene derecho a realizar o nó las indicaciones médicas según sus


necesidades y costumbres. La dignidad de la persona humana ha sido puesta como
fundamento de cualquier relación y entendimiento.

Para una microética en la relación asistente-asistido, se requiere una información


completa adaptada al paciente, a su libre elección y a la búsqueda de cierta pertenencia.
Los valores humanos provienen de fuentes diversas, religiosas, culturales,
filosóficas, que permanecieron formales durante mucho tiempo, a veces controvertidas y se
encuentran sometidas al examen de los avances terapéuticos y biotecnológicos.

Por el pensamiento el hombre toma conciencia de su diferencia de los demás seres y


de su irrepetibilidad, lo que revela a su conciencia que tiene conciencia. Este tener
conciencia, también le manifiesta como persona.
El respeto al otro y el respeto hacia sí mismo, el respeto consiste en dejar ser la otro
tal y como es, en tanto que otro.
El paciente debe ser querido por sí, y no para sí, por el médico. Es decir que el
paciente es querido y respetado por el hecho de ser persona y no porque se realicen en él
esta o aquella cualidad que para sí el médico considera como agradable, placentera o
valiosa. Por eso lo que fundamenta el comportamiento ético del médico no es el
distanciamiento o la fría imparcialidad de un experto hacia su cliente, sino más bien en la
percepción de la realidad del otro.

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Debe tratarse al otro como “alguien” y no como “algo”, se debe aceptar al otro
como es. De aquí que si no se le acepta tampoco sé le entenderá por muy brillante e
ilustrado que sea su discurso o por mucha que sea la atención que él médico le preste.

La medicina no puede continuar despersonalizando la relación entre el médico y el


paciente, y no debe olvidar que es una relación de amistad y respeto.
La pérdida de respeto al paciente implica la pérdida de respeto a sí mismo.

Otro parámetro antropológico sin el que no podría ser posible la ética, y la


interpretación de la autonomía, es el de la libertad del hombre, entendida ésta como
interdependencia humana.
La libertad es indispensable para el desarrollo personal. Y el desarrollo hace
positiva o negativamente interdependientes a unos y otros hombres también en lo que
respeta a su salud y sus libertades personales.
El mal uso de la libertad puede generar interdependencias negativas entre el médico
y el enfermo, hasta el extremo de situar a uno en relación de casi absoluta dependencia y
falta de solidaridad respecto del otro. En otras circunstancias, el mal uso de la libertad
también puede generar la absoluta independencia y falta de solidaridad del médico respecto
de su paciente.
Tanto la dependencia como la independencia, cuando son llevadas a su extremo,
manifiestan una patología de la libertad, por cuanto que, cada una a su modo, asfixia al
hombre sin que pueda darse ese juego ágil de las interacciones libres, responsables y
solidariamente interdependientes.

Es decir no debe olvidarse el parámetro antropológico de la libertad humana


entendida como mutua interdependencia.
El médico debe reflexionar sobre el carácter ético de la interdependencia con sus
enfermos. Lo que realmente importa para el médico y para su dignidad es que él sea
solidario. La solidaridad entre el médico y el enfermo es consecuencia y está inspirada por
la lucha contra la enfermedad.

La solidaridad en esa interdependencia es lo que fundamenta la


comprensión y la tolerancia de la diferencia de las decisiones del enfermo
frente a la aceptación o no, de una indicación, o frente al consentimiento en
una investigación científica.

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Bibliografía

1) Meeroff M. “Medicina Antropológica” SAMA, Bs. As., 1992.


2) Meerof M. “Medicina Integral. Salud para la comunidad”. Catálogos. 1999.
3) Polaino-Llorente A. “Manual de bioética general”. Ed. Rialp, SA. 1997.
4) Asamblea General de las Naciones Unidas. 1959.
5) Gracia D. Fundamentos en bioética. Madrid. Eudema universidad, 1989.
6) OPS. Organización panamericana de la salud. “La salud y los Derechos Humanos.
Aspectos Éticos y Morales". Washington. E.U.A. 1999.

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