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Universidad Pedagógica Nacional

Facultad de Humanidades
Dpto. Ciencias Sociales
Historia y Epistemología de la Pedagogía

UNA ENSAYO A LA RESPUESTA ¿CUÁL ES MI SABER PEDAGÓGICO?

El siguiente escrito hace parte de una reflexión personal sobre el saber pedagógico, teniendo
como punto de partida algunos aspectos del documental “La educación prohibida”, en el cual a
primera instancia nos muestra un panorama actual y desolador de la educación, en donde esta es
el medio para fortalecer las distintas brechas sociales de desigualdad e injusticia que se presentan
en la actualidad, y que además son legitimadas, al ser la escuela ese principal ente de
reproducción de una serie de valores y normas. Parece ser que en los 11 o más años de colegio lo
único en que la mayoría de nosotros los estudiantes, salimos preparados fue en obedecer y callar.

A lo largo de documental intervienen varios profesores, de diferentes países, instituciones


educativas y especialidades pero con algo en común, y es que todos le apuestan a una educación
alternativa, que sea capaz de cumplir su finalidad máxima y es la de dar libertad al ser, de dotarlo
cada día de herramientas que le ayudaran a crear diferentes marcos con los que puedan observar
la vida y llegue incluso a transformarla.

Y es precisamente esta parte de la mirada que quiero resaltar del video, en donde se nos muestra
que en el acto de educar, lo que menos importa son los materiales, la metodología que se va a
utilizar o el lugar en donde se va a realizar, contrario a esto es la mirada que debe tener el maestro
con sus alumnos, y no se refiere a una expresión física, sino más bien simbólica que hace alusión
a el horizonte que tendría cada educador y que hace parte de la finalidad de la educación.

Vemos pues que la educación cobra un carácter especial, diferente a la formación que podemos
recibir en nuestra casa o por cualquier persona que no se halla preparado para ser educador, en el
sentido de que la educación tiene toda una preparación y finalidad que es previamente
determinada, en donde se puede comenzar a hablar de pedagogía y preguntarse ese ¿Cómo?,
¿porque? y ¿paraqué? se enseña.

No me refiero a que la formación que recibimos fuera del “escuela” (y me refiero a la escuela
entre comillas, ya que esta no se da en un lugar físico determinado) sea mala o buena, o sea de
mayor o menor relevancia, antes bien pienso que esa formación que recibimos en nuestro núcleo
familiar, es decisiva para el desarrollo integral de la persona. Solo digo que no se ejerce desde
una manera tan elaborada como lo hace un educador, y es aquí en donde puedo dar mi aporte al
debate de que no cualquier persona puede ser considerada educador.

Así que pienso que la mirada del maestro hace parte de su saber pedagógico, que claramente no
es un método, ni tampoco una teoría única y verdadera, es en cambio y con la intención de
acercarme a una posible definición del saber pedagógico, el conjunto de experiencias y
conocimientos que se ganan a través de la práctica, y que dan ese carácter especial a la educación.

Lo que me hace preguntar en mi posición actual de profesor en formación, en donde aún no tengo
ninguna clase de experiencia en la labor, ¿tengo yo un saber pedagógico?

Mi respuesta es que si, el hecho de que haya elegido una carrera para ser educador y que
frecuentemente en la academia me esté preguntando el ¿cómo?, ¿Por qué? y ¿paraqué? enseñar
ya componen una pequeña experiencia y conjunto de conocimientos.

En la actualidad hay una gran variedad de maestros y es normal ver muchas posiciones
contrarias, en las cuales el saber pedagógico no hace parte de un único y verdadero saber, ya que
pienso que debe partir desde un principio, y desde allí a pesar de las diferencias de maestros el
saber pedagógico se puede ejercer.

En el documental se podía observar la historia de la educación que se ubicaba en diferentes


momentos de la historia, uno de ellos refería a Atenas en la cual la educación se incentivaba de
una manera autónoma en el que cada sujeto tenía el deber y a la vez la libertad de instruirse a sí
mismo. En Esparta la educación se dio de manera contraria ya que era casi obligatoria y
supremamente estricta. Otro momento sería en Prusia con el despotismo ilustrado y los primeros
procesos de industrialización, las cuales daban un carácter mecánico y de mera instrucción a la
educación.

La cuestión es que en cada uno de estos momentos no se puede hablar de un saber pedagógico
sino de diferentes saberes de la educación en su forma mecánica, autónoma, técnica o demás
como, el hecho de saber que una persona por medio de la repetición podrá gravar en su mente un
término, o que una persona pone atención las primeras dos horas. Pero cada uno de estos
conocimientos productos de la práctica educativa al no estar bajo el marco de la pedagogía, es
decir, el que fueran producidos fuera de la intención disciplinar de la pedagogía no se les puede
considerar como tal.

Otro aspecto que veo prudente considerar es que el saber pedagógico no obedece a tiempo o
espacio, en el documental me llamaba la atención los diferentes discursos y las diferentes edades
de cada uno de los que intervenían, y pensaba que cada uno de ellos a tenido un proceso
diferente de formación y de práctica, pero que a su vez a arrojado un saber pedagógico, que más
que un cumulo de conocimientos que cada vez se hacen más grande por los años en práctica del
ejercicio docente, se hacen más por el sentido reflexivo e intencionalidad crítica que se tenga.

Lo que también me hace preguntar ¿si el saber pedagógico solo es ese cumulo de experiencias y
conocimientos que se hacen más grande dependiendo a la intencionalidad de cada persona?

Y pienso que más que un cumulo de conocimientos y experiencias que se pueden archivar o
incluso sistematizar, son saberes prácticos de los cuales el maestro se vale de ellos para ejercer su
labor, para dinamizar el acto de enseñar y recrear una educación apropiada para cada contexto.

Y ya para terminar y dar conclusión a la pregunta inicial, puedo decir que mi saber pedagógico
hace parte de lo que intencionalmente me propongo, para ejercer a futuro mi profesión de
maestro, es decir, hace parte de cada una de mis experiencias que son puestas en reflexión y
crítica, y de los diferentes saberes prácticos que no refieren al área que me propongo enseñar,
sino al eje trasversal a la hora de enseñar desde cada área, sin importar cuál sea, refiriéndome a la
pedagogía y a su saber hacer y saber ser.

Germán A. González P.

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