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Una vitrina para el patrimonio cultural inmaterial

Con la receta del Tigrillo de Zaruma suman 18 los patrimonios culturales

inmateriales que han recibido un certificado por parte del Ministerio de Cultura, un

documento que tiene un valor simbólico, pero que ayuda a darle más visibilidad y

un posicionamiento público a la manifestación cultural.

Para que un patrimonio cultural inmaterial reciba este certificado debe pasar un

proceso que se inicia con la petición al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural

(INPC). Esta entidad es la encargada de revisar la ficha técnica y si es necesario

realizar una actualización, con visitas de campo.

Joaquín Moscoso, director del INPC, explica que uno de los requisitos

indispensables para que se considere la entrega de este certificado es que la

petición provenga de la sociedad y no de alguna institución pública o privada. “Lo

que sí pueden hacer estas instituciones -dice- es apoyar para que se hagan

investigaciones o estudios sobre ese patrimonio”.

En el caso del tigrillo de Zaruma la petición fue realizada por los miembros del

Club Rotario de Zaruma. Jhansy López, alcalde de esta ciudad, cuenta que el

tigrillo es parte importante de su tradición gastronómica. “Nuestras abuelas y

nuestras madres lo preparaban pensando en un desayuno que le genere fuerzas

a los hombres que trabajan en el campo y en el sector minero”.


En la norma aprobada por la Ley de Cultura se establece que serán reconocidos

como patrimonio cultural inmaterial todas las manifestaciones que descansen en

una comunidad, es decir que no dependan de ninguna institución; que se hayan

transmitido de generación en generación; que esa manifestación sea

representativa de la comunidad; que no violente los derechos humanos y que no

atente contra los derechos de la naturaleza.

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