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Corrupción

La corrupción, considerada en general, es el aprovechamiento indebido de la


administración de un patrimonio común. La corrupción gubernamental es la desviación
de los fines de la función pública en beneficio particular.
La corrupción posterga el desarrollo de los pueblos, carga a la comunidad con costos
injustos, destruye la competencia comercial, demanda esfuerzos innecesarios de los
sistemas de ayuda internacional, desacredita a la autoridad y altera la paz de las
naciones.
Por todas esas razones, la corrupción ha dejado de ser considerada un problema
exclusivamente doméstico y constituye hoy uno de los principales desafíos de la
agenda global.

Topografía de la corrupción
Investigaciones en una perspectiva
comparativa
Arnold J. Heidenheimer

Los recientes estudios realizados por empresarios y funcionarios expertos sobre


las relaciones entre empresas y gobierno en numerosos países desarrollados y
menos desarrollados, confirman que las ideas preconcebidas sobre los países
donde es más aguda la incidencia de la corrupción política han experimentado
ciertos cambios. Los europeos que creían que la corrupción era un fenómeno más
habitual en Estados Unidos han tenido que reconsiderar su visión del mundo. Las
élites políticas de Alemania, que solían creer que la característica entereza de sus
funcionarios los inmunizaba contra la vulgar corrupción, han visto cómo muchos
funcionarios de gobiernos locales y directivos de empresas de primer rango eran
sometidos a minuciosas investigaciones por sobornos continuos y generalizados.
En Francia, se ha encarcelado a alcaldes y funcionarios del gabinete por
infracciones similares. Las repercusiones de mayor amplitud se han producido en
Italia, donde muchos ciudadanos de Milán y Turín han tenido que reconocer que la
corrupción no estaba concentrada únicamente en torno a la mafia siciliana.

Un reciente trabajo sobre cómo los empresarios evalúan el grado de corrupción en


los servicios públicos en unos cuarenta países constituye la base de una
cartografía inicial, ilustrada en el Cuadro 1. Señalemos algunos de los aspectos
más evidentes de estas agrupaciones, empezando por el grupo "menos corrupto".
Los países que ahí figuran son básicamente los países europeos más pequeños
que comparten una herencia predominantemente protestante, seguidos de Gran
Bretaña. Por contraste, se percibe a la mayoría de los países europeos más
grandes, junto a Estados Unidos, como pertenecientes al segundo grupo, con
servicios públicos "algo corruptos". Destaca Gran Bretaña porque su clasificación
la sitúa mucho más cerca de países pequeños, como Noruega y Suiza, que de
otros países del mismo tamaño, como Alemania y Francia. Sin embargo, Italia,
otro de los grandes países europeos, destaca por ser clasificado entre los más
corruptos -situado muy por debajo de otros países de la región mediterránea,
como España y Grecia- y por ser el único país desarrollado de Occidente que
pertenece a la liga de países muy corruptos.

CUADRO 1. Países clasificados según la reputación de corrupción de los servicios


públicos

Menos corruptos Algo corruptos Muy corruptos

País Puntuación País Puntuación País Puntuación

Nueva 9,55 8,14 4,35


Zelanda (00,7) Alemania (0,63) España (2,57)

Dinamarca 9,32 7,94 4,29


(0,01) (0,97) (1,29)
Chile Corea del Sur

Singapur 9,26 7,79 4,12


(0,21) (1,67) (0,69)
E.E.U.U. Hungria

Finlandia 9,12 Austria 7,13 Turquia 4,10


(0,07) (0,36) (1,33)
Canadá 0,07 7,12 4,04
(0,44) (0,48) (1,65)
Hong Kong Grecia

Suecia 8,76 7,00 3,18


(0,11) (3,32) (0,06)
Francia México

Australia 8,80 6,85 2,99


(0,54) (3,08) (6,92)
Bélgica Italia

Suiza 8,76 6,72 2,79


(0,52) (2,73) (1,69)
Japón Tailandia

Holanda 8,69 2,78


5,62
(0,63) Suráfrica (1,63)
(2,35) India
Noruega 8,61 5,56
2,25
(0,78) (0,66) Paquistán
Portugal (1,62)

Irlanda 8,57 5,28 2,16


(0,61) (0,36) (0,08)
Malasia China

Gran Bretaña 8,57 5,08 1,94


(R.U.) (0,17) (1,03) (0,26)
Taiwan Indonesia

Fuente: Cuatro encuestas sobre las percepciones de la corrupción en los servicios


públicos realizadas por varios miles de directivos de empresa. La puntuación fue
elaborada por Johann Graf Lambsdorff y Transparency International, julio, 1995.
La puntuación fluctúa entre 10 para Muy limpio y 0, Muy corrupto. Las cifras entre
paréntesis son medidas estadísticas de la variancia de la distribución de la El
cálculo de las evaluaciones nacionales de la reputación de corrupción en los
servicios públicos a nivel nacional puede servir como punto de partida útil para
desarrollar una topografía de la incidencia de la corrupción a nivel europeo o
mundial. Sin embargo, la imagen que surge a partir del intento de calcular
promedios nacionales se vuelve más compleja cuando investigamos los
antecedentes de regiones específicas, de industrias o de los intereses comerciales
y burocráticos. A pesar de destacar de forma especial las variaciones regionales
en Italia, sería posible detectar diferencias similares en otros países, sobre todo en
Estados Unidos. Finalmente, la rápida aceleración de la participación en la
economía global ha dado una mayor importancia a la detección y lucha contra el
soborno, practicado particularmente por las empresas occidentales en regiones
del mundo menos desarrollado.
clasificación presente en las respuestas de los encuestados.

ESTRATEGIAS PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN

  

Las medidas recomendadas para hacer frente a la corrupción, tanto dentro del
sector público como del privado son: 
 
1.- Autolimitación convenida de los gastos de los partidos, especialmente de los
gastos electorales. 
 
2.- Facilitación pública, en condiciones de igualdad y de proporcionalidad, de los
medios financieros, incluso con adelantos de subvenciones y de publicidad de
campañas electorales. 
 
3.- Establecimiento de un sistema de contabilidad de los partidos políticos, con
estados contables consolidados que diferencien nítidamente las aportaciones
regulares de sus afiliados de los ingresos por aportaciones voluntarias. 
 
4.- Mejora de los incentivos de los funcionarios públicos. En muchos países los
niveles de ingresos de los funcionarios han caído tan bajo que éstos no pueden
alimentar a sus familias sin acudir al pluriempleo o sin aceptar compensaciones. 
 
5.-Aumento de las sanciones efectivas por corrupción. 
 
6.- Limitar el monopolio, dado que muchos creen que la corrupción es fruto de:
C=M+D-T. Es decir, la Corrupción es igual al Monopolio más la Discrecionalidad
de los Funcionarios, menos la Transparencia. 
 
7.- Clarificar la discrecionalidad de los funcionarios. Simplificar normas y
reglamentaciones, delimitando lo que está permitido y lo que no lo está. 
 
8.- Aumento de la responsabilidad y de la transparencia. La promulgación de
normas de conducta y reglas de juego claras hacen más fácil la responsabilidad. 
 
9.- Modificación o revisión de las leyes criminales y su aplicación a los sobornos a
funcionarios extranjeros. Examen de las leyes civiles, comerciales y
administrativas y reglamentos que condenen el soborno. Modificación de los
reglamentos y prácticas fiscales que pudieran favorecer directamente los
sobornos, así como examinar los requisitos y practicas contables de las empresas,
de tal forma que se garantice la anotación adecuada de los pagos relevantes,
junto con una revisión de las normas bancarias, financieras o de otro tipo que se
consideren relevantes para llevar libros adecuadamente y que éstos estén
disponibles para su inspección e investigación. 
 

Luis Ordóñez Gonçalves <g027271002@abonados.cplus.es

CAUSAS DEL COMPORTAMIENTO FRAUDULENTO

  

El fraude es una forma de incumplimiento consciente de la norma que supone la


obtención de un beneficio, generalmente económico, para el transgresor, en
perjuicio de aquellos que cumplen honestamente con sus obligaciones respecto a
la economía pública. 
 

Esta transgresión de la norma se produce fundamentalmente en dos órdenes: en


el campo de los ingresos, a través del fraude fiscal y de las cotizaciones sociales,
y en el campo de los gastos, a través de la percepción indebida de subvenciones y
del abuso de prestaciones. 
 

Las causas que motivan que el individuo defraude son un conglomerado de


procesos económicos, jurídicos y ético - sociales que se resumen a continuación. 
 
 

· Percepción de la Relación de Intercambio. 

A la hora de cumplir con sus obligaciones tributarias, al pagar el impuesto del


IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), por ejemplo, los
individuos de forma más o menos consciente tienden a comparar la desutilidad
de los pagos, o prestaciones que personalmente tiene que realizar a la economía
pública, con la utilidad que les reporta lo que reciben de la misma. 
 

Si los sujetos en cuestión adoptan el papel de "compradores" de bienes y servicios


públicos, perciben que el intercambio está desequilibrado en su perjuicio y, por lo
tanto, surge la legitimación subjetiva de su comportamiento fraudulento. 
 

A este aspecto cabe señalar que, en España, cerca del 80% de los ciudadanos
considera que el sistema fiscal es injusto y que pagan mucho más de lo que
realmente reciben del estado. 
 
Los factores subjetivos que influyen en esta percepción de una (des)equilibrada
relación de intercambio son: 
 

1.- Desutilidad personal de los pagos a realizar, en función del nivel de los tipos
impositivos y las cotizaciones, y la capacidad económica del sujeto. 
 

2.- La desutilidad personal derivada de los costes indirectos -costes de


dinero, de tiempo o psicológicos- asociados al cumplimiento de la obligaciones de
la economía pública, como consecuencia de la complejidad y variabilidad de las
normas. 
 

3.- La utilidad del gasto individual disfrutado, en función del grado en que el
gasto público se ajusta a las necesidades y demandas concretas de los
ciudadanos. 
 

4.- La valoración económica del gasto individualmente disfrutado, en base


tanto a la correcta percepción por parte de los individuos del conjunto de bienes y
servicios públicos de los que directamente se benefician, como el conocimiento del
coste efectivo de los mismos. 
 

5.- La percepción individual sobre la eficiencia del gasto, en función de la


honestidad y ejemplaridad manifiesta en la administración de caudales públicos. 
 

Son dos las circunstancias que influyen en la comparación de utilidad y


desutilidad, y en la valoración económica del gasto individual beneficioso. 
 

Por un lado, el individuo carece de plena conciencia sobre el gasto público del que
puede disponer. Por otro lado, al sujeto le resulta difícil conocer el coste efectivo
de los servicios que percibe. 
 

Si, además, el individuo compara su capacidad económica y el esfuerzo directo o


indirecto que le supone cumplir, con los supuestamente inagotables recursos de
los que dispone la administración para financiar el gasto público, le conducen
claramente a la opción de defraudar al sistema. 
 
 
· Percepción de Equidad en el Sistema. 
 

Los individuos respetan más fácilmente las normas a que se ven sujetos si
perciben que el sistema que las determina es equitativo, al atribuir unas
obligaciones y derechos comparables entre distintos individuos en función de su
nivel de ingresos, su grupo social, su localización geográfica, etc. Sin embargo hay
varias causas que pueden hacer que esta percepción varíe, son las siguientes: 
 

1.- Los criterios de asignación de obligaciones y prestaciones, cuando sitúan a los


individuos en una situación objetiva y/o subjetivamente desventajosa frente a otros
individuos. 
 
2.- El grado de generalidad fraudulenta conocido o sospechado en el entorno
social del individuo. 
 
3.- El comportamiento más o menos honesto e incorrupto llevado a cabo por
quienes desempeñan tareas de liderazgo político o de referencia social. 
 

· El Principio de Solidaridad. 

Dado que el fraude es un comportamiento intencionado que, siendo contrario a la


norma, beneficia a unos pocos individuos perjudicando directa o indirectamente a
la mayoría restante, su realización responde claramente a un sistema de valores
claramente insolidario. El individuo recorre al comportamiento fraudulento para
restablecer su particular y subjetiva visión de la relación de intercambio y de
equidad del sistema, ignorando o despreciando las consecuencias negativas que
para los demás pueda tener su conducta fraudulenta. 
 
· Las causas de esta insolidaridad pueden resumirse en: 
 

1.- Un reducido sentimiento de grupo en el ámbito nacional. Si el individuo no se


identifica con la sociedad a la que pertenece, difícilmente podrá sentirse solidario
con los demás. 
 
2.- Un proceso de socialización en el se presta poca atención a los valores cívicos
y que, sin embargo, subraya la importancia del beneficio económico personal por
encima de cualquier otro tipo de valoraciones. 
 
3.- Un tipo de vida que no fomenta la convivencia entre los ciudadanos o que
deriva en relaciones fuertemente conflictivas y competitivas, reforzando el
desarrollo de actitudes favorables al fraude que se agudizan al intensificarse la
sensación de inseguridad o incertidumbre respecto al futuro. 
 
4.- Una baja implicación de los ciudadanos en las decisiones colectivas. 
 
5.- Un desconocimiento del daño que la propia conducta puede ocasionar a los
demás. 
 
 
· Factores de Oportunidad al Fraude. 

El factor oportunidad permite a los individuos aprovechar fallos o deficiencias en el


sistema para obtener resultados contrarios a los previstos por el mismo. Para que
esto se origine, el defraudador, debe percibir que éstas oportunidades están a su
alcance. 
 
 
· Factores de Decisión. 
 
Dada una propensión al fraude y un esquema de oportunidades, la decisión de
defraudar responde a la valoración que hace el individuo de las ventajas e
inconvenientes que le reporta esta conducta. 
 
 
La Corrupción Dentro de las Administraciones Públicas. 
 
Básicamente podemos definir la corrupción de la siguiente manera: existe
corrupción cuando un agente al que se le ha otorgado capacidad de decisión
utiliza ésta en perjuicio de su principal, beneficiando a un tercero -el corruptor-,
con el que su actividad le lleva a relacionarse, motivado porque el tercero
beneficiado le ofrece algún tipo de recompensa personal. La corrupción es, pues,
una traición del agente a su principal. 
 
En el caso de las administraciones públicas el corrupto sería el funcionario público,
cualquiera que sea su cargo, el cual perjudicaría al conjunto del sector público, por
extensión a todos los ciudadanos, traicionando la confianza y la labor que de él se
espera -servir a todos por igual-, beneficiando a un tercero, -un particular-, a
cambio de una recompensa personal (económica, moral, sexual, etc.). 
 
 
 

ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS CORRUPTOS

La corrupción tiene una serie de características concretas: 


 
1.- Los derechos de propiedad han de estar disgregados entre dos o más
personas físicas o jurídicas. No puede existir corrupción si la propiedad privada, en
su sentido pleno, recae sobre un único individuo. 
 
2.- Para que exista corrupción debe existir información asimétrica. Es decir, el
agente debe poseer información de la que no dispone el principal. Esa información
vendrá referida a veces a las actividades que el agente lleva a cabo, pero sobre
todo a la calidad con la que el agente sirve al principal. En términos sencillos, el
agente sabe mejor que el principal -las Administraciones Públicas-, lo que a éste le
conviene. 
 
3.- Para que las prácticas corruptas aparezcan debe existir una relación de poder
del corrupto sobre el corruptor. Esto quiere decir que el corrupto está en posesión
de la decisión que puede provocar una perdida o un beneficio al corruptor. 
 
4.- Para que la corrupción se produzca, la fuerza del sistema de incentivos del
corruptor tiene que ser superior a la del corrupto. Es decir, el corruptor debe ser
capaz de proporcionarle un beneficio superior, cualquiera que este sea, al que
hasta ese momento tiene el corrupto. 
 
 
· Efectos de la Corrupción en el Sector Privado 

Existe una justificación para la corrupción dentro del sector privado de la


economía y que considera lo siguiente: si por ejemplo un jefe de compras está
dispuesto a comprar al precio más barato posible y de igual calidad, con el fin de
no ser descubierto, aceptará el soborno más alto que provendrá de aquella
empresa suministradora que tenga los costes de producción más bajos y, por lo
tanto, que pueda pagar el soborno más alto. Con esto se estaría favoreciendo a la
empresa con menores costes y mayor productividad y, a la vez, no se estaría
produciendo ineficacia ni distorsiones en el mercado. 
 
Sin embargo, son varios los puntos en contra: 
 
1.- No es seguro que todas las empresas acaben siendo corruptas. Habrá
algunas, al menos inicialmente, que quieran competir en el mercado ofreciendo
una relación calidad-precio favorable y sin sobornar a sus clientes. En este caso
podría producirse una especialización de empresas corruptas ineficaces y otras
honestas y eficaces y, las primeras tendrían ventajas y acabarían por prevalecer
sobre las segundas. 
 
2.- Si no existe competencia en el mercado, algunas empresas obtendrán, por
corromperse, una renta diferencial que sería la diferencia positiva entre el menor
coste, por la peor relación calidad-precio que ofrecen y el soborno que tienen que
pagar; renta positiva que no estaría justificada por ninguna aportación o mérito
económico. Además, la corrupción, por sí misma, reduce el grado de competencia
entre empresas. 
 
3.- La corrupción reduce la tasa de beneficio y, por tanto, la inversión y el
dinamismo general de la economía. 
 
4.- La corrupción crea ineficiencia cuando se promueven a individuos a puestos de
responsabilidad, no por su capacidad de gestión o decisión, sino por los favores
recibidos (sean estos cuales sean). Como por ejemplo Camilo José Cela, como
consejero de Renfe, Ramón Mendoza, eterno consejero del Banco Exterior de
España, o Máximo Cajal, que compaginaba su trabajo de embajador en París con
su puesto de consejero de Iberia. 
 
5.- Finalmente, la corrupción no es perjudicial sólo porque transfiera renta del
principal a los implicados o porque reduzca la competencia de los mercados, sino
porque además erosiona la confianza del individuo en que los demás van a
cumplir los compromisos contraídos. 
 

· Efectos de la Corrupción en el Sector Público 

Entenderemos por corrupción pública la que se produce cuando el principal es el


Estado o algún organismo público y el agente corrupto es un funcionario público.
La corrupción conlleva un incumplimiento por parte del agente de las leyes o de
los criterios u objetivos que el gobierno le haya asignado, recibiendo a cambio
recompensas personales de algún particular, que sería el corruptor. 
 
En este caso no sólo el sector privado puede ser el corruptor, también lo puede
ser el Estado, cuando promueve o bonifica de alguna mera, a determinadas
personas, funcionarios públicos o particulares, a determinados puestos u honores,
en pago por los favores y servicios dispensados. 
 
Por ejemplo, en España, existían en la época del gobierno socialista 340 altos
cargos de la administración que se repartían por los consejos de administración de
las mayores empresas públicas, en el peor de los casos esto les suponía un millón
de pesetas más al año, además de su sueldo de funcionario y, en algunos casos,
este mínimo anual era de más de 12 millones, como es el caso de Rafael Cortés
Elvira, Presidente del Consejo Superior de Deportes (Aviaco, Transmediterránea),
Santos Castro Fernández, Sub. Ministro de Agricultura (Telefónica, Grupo INI,
Tabacalera, Bazán), Carlos Westendorp, Ministro, en funciones, de Exteriores
(Telefónica, INH) o Antonio Zabalza, Director del Gabinete de Presidencia del
Gobierno (Grupo INI, INH). 
 
Algunos de los puntos donde pueden darse casos de corrupción, desvirtuando la
asignación de recursos son: 
 
1.- Favoreciendo a determinado contribuyentes que pueden reducir sus
obligaciones tributarias debido al trato especial recibido por parte de los
inspectores de Hacienda. 
 
2.- Mediante la aplicación arbitraria de las normas y disposiciones, dando así
preferencia a ciertas personas sobre otras. Esto cobra importancia en los casos de
concesión de licencias de importación/exportación, créditos subvencionados,
permisos sobre el uso del suelo, etc. 
 
3.- Mediante la concesión de contratos de obras públicas o de suministros de
empresas, que obtienen el concurso no porque puedan realizar la obra o servicio a
un menor coste, sino debido a sus contactos y a los sobornos que pagan. 
 
4.- Utilización, por parte de los funcionarios públicos, de útiles, medios de
transporte o recursos públicos, para un uso particular en lugar de usarlos para
realizar, estrictamente, su cometido laboral. 
 
4.- Algunas personas se inclinarán hacia actividades que les permitan obtener
mayores ingresos, y no hacia aquellas en las que puedan utilizar su capacidad de
forma más productiva. La corrupción estimulará un comportamiento que sólo
contemple la obtención de ingresos. 
 

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