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República de Colombia

Juzgado Primero de Familia


Palacio de Justicia, Oficina 106 C. Cúcuta
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Acción de Tutela. Rad. No 54001 312 213 504 2016 00104 00


Accionante: GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO
Accionado: COLPENSIONES

JUZGADO PRIMERO DE FAMILIA


Cúcuta, veintisiete (27) de Octubre de dos mil dieciséis (2016)

Se encuentra al Despacho las presentes diligencias correspondientes a la ACCIÓN DE TUTELA,


formulada por la señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, identificada con cédula de
ciudadanía No. 37.240.267 quien actúa a través de apoderado judicial por la ROS MARY NOSSA
MANRIQUE, identificada con cédula de ciudadanía No. 37.505.394 de Villa del Rosario y tarjeta
profesional No.196.632 del C. S. de la Judicatura, contra COLPENSIONES representada
legalmente por su gerente o quien haga sus veces o le corresponda, por la presunta violación a los
derechos constitucionales fundamentales al MÍNIMO VITAL Y MÓVIL Y A LA SEGURIDAD SOCIAL
INTEGRAL, como es la oportunidad a decidir a lo mismo se procede, según el artículo 29 del
Decreto 2591 de 1991.

SÍNTESIS DE LA PETICIÓN

Que la señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, se encuentra incapacitada desde el día
veintiséis (26) de abril del 2015, por cuanto padece artrosis degenerativa de ambas rodillas y de la
columna lumbo-sacra, enfermedades de origen común, que la tuvieron en incapacidad temporal.

Que la señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, ha radicado cinco solicitudes en las siguientes
fechas: 12 de junio del 2015, 22 de julio del 2015, 24 de agosto del 2015, 10 de marzo del 2016 y 5
de agosto del 2016 ante COLPENSIONES, solicitando el pago de las incapacidades superiores a los
180 días.

Mediante Resolución GNR287144 del 26 de septiembre del 2016, COLPENSIONES pago a la


accionante las incapacidades referidas entre el 3 de abril del 2015 hasta el 21 de agosto del mismo
año, como consecuencia del fallo de tutela proferido por el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas
y Medidas de Seguridad de Cúcuta.

Debido a los quebrantes en la salud de la señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, el médico
tratante le continuo emitiendo incapacidades, por lo tanto la entidad accionada le adeuda las
incapacidades que iniciaron el 22 de agosto del 2015 hasta el 30 de abril del 2016.

Que la señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, se ha comunicado vía telefónica con la entidad
accionada, y le manifiestan que dichas solicitudes se encuentran en trámite, por lo que la accionante
requiere el pago en forma efectiva y oportuna, teniendo en cuenta su precaria situación económica al
no poder trabajar.

DERECHOS FUNDAMENTALES VULNERADOS

Considera la peticionario que se le están violando los derechos constitucionales fundamentales al


MÍNIMO VITAL Y MÓVIL Y A LA SEGURIDAD SOCIAL INTEGRAL.
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COMPETENCIA

En virtud de lo consagrado en el artículo 37 del Decreto 2591 de 1991 y Decreto 1382 de 2000,
inciso 2, numeral 1, articulo 1, existe competencia para conocer de este asunto.

PRUEBAS RECAUDADAS

Para fundamentar la acción impetrada la peticionaria aportó copia simple de los siguientes
documentos:

1. Certificación de incapacidades SICSO 3862925 de fecha 01 de agosto del 2016 (folios 8 al


11).
2. Solicitudes de pago de incapacidades superiores a los 180 días ante COLPENSIONES de
fechas: 12 de junio del 2015, 22 de julio del 2015, 24 de agosto del 2015, 10 de marzo del
2016 y 5 de agosto del 2016 (folios 12 al 16).
3. Historio clínica (folios 17 al 58).
4. Respuesta a la solicitud de fecha 05 de agosto del anuario Rad. 2016_8977992 emitido por
COLPENSIONES el 03 de octubre del 2016 (folios 59 y 60).

En cuanto al SINDICATO DE PROFESIONALES Y OFICIOS DE LA SALUD se pronunció dentro del


término señalado, expresando que han cancelado oportunamente su obligación correspondiente al
pago de seguridad social de la señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, y que se encuentran al
día en los pagos hasta la fecha, tal y como se observa en los certificados de aportes, vistos desde el
folio 78 al 116 del expediente.

La entidad COLPENSIONES allega escrito donde indica que ya procedieron a cancelar las
incapacidades superiores a 180 días, mediante Acto Administrativo No.114 de 2016. Que respecto al
subsidio económico por incapacidades informan que solo están obligados al pago de subsidios por
incapacidad posteriores al día 180 hasta el día 540, reconociendo máximo 360 días de
incapacidades siempre y cuando cuente con un concepto de rehabilitación favorable lo que conlleva
a que el trámite de calificación de pérdida de capacidad laboral sea postergado hasta 360 días o
reconociendo tal subsidio hasta la fecha de la calificación de PCL en primera oportunidad por
Colpensiones. Manifiestan que el reconocimiento y pago de subsidios económicos por concepto de
incapacidades es improcedente debido a que el afiliado cuenta con la respectiva calificación en
primera oportunidad. Así mismo afirman que su petición fue resuelta mediante oficio del 08 de
octubre de 2016, enviado mediante guía No.GN0367014330832, en el cual se le señala los
fundamentos de derecho por los cuales no es procedente el pago de las incapacidades solicitadas
toda vez que ya se encuentra en curso su proceso de calificación. Que la accionante presentó
solicitud de pensión de invalidez el 28 de julio de 2016 la cual fue resuelta mediante la GNR 287144
de 26 de septiembre de 2016, la cual ya le fue notificada y en la que se le reconoció el respectivo
retroactivo. Por lo tanto indican que el pago de las incapacidades no es procedente, toda vez que ya
reconocida la pensión de invalidez se estaría frente a un doble pago por retroactivo e incapacidades.
Po todo lo anterior solicitan se declare la improcedencia de la presente acción.

FUNDAMENTOS

La Acción de Tutela que tiene como venero constitucional el artículo 86 desarrollado por los
Decretos 2591 de 1991 y 306 de 1992, ha sido definida como aquella que tiene toda persona para
reclamar ante la Jurisdicción en todo momento y lugar, la protección inmediata y concreta de los
derechos fundamentales, en los casos en que no exista otro medio judicial, siempre que tales
derechos resulten vulnerados o amenazados por la acción u omisión de cualquier autoridad pública,
o de los particulares en los casos expresamente señalados en la ley.
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La Constitución Nacional en su artículo 86, condiciona la procedencia de la Acción de Tutela al punto


que "El afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como
mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable". Igualmente, el artículo 6 del Decreto
2591 de 1991, reglamentario de la Acción de Tutela, ratifica su improcedencia cuando existen otros
recursos o medios de defensa judicial.

Dentro de los parámetros señalados en esos lineamientos que protegen los derechos
constitucionales fundamentales, se estableció, que la Acción de Tutela, no puede ser utilizada para
hacer respetar derechos que solo tienen rango legal, ni para hacer cumplir leyes, reglamentos o
cualquier otra norma de rango inferior.

Revisado la presente acción y no encontrándose causal de nulidad alguna que invalide lo actuado,
procede el despacho a resolver lo planteado previas las siguientes

ACTUACIONES DEL DESPACHO

Este despacho mediante auto de fecha catorce (14) de Octubre de los corrientes admitió la presente
acción de tutela y oficio a la entidad accionada para que en el término de 48 horas se pronunciara
sobre las pretensiones incoadas. Así mismo considero necesario vincular como litis consorcio
necesario por pasiva al SINDICATO DE PROFESIONALES Y OFICIOS DE LA SALUD DE NORTE
DE SANTANDER y a la NUEVA EPS.

CONSIDERACIONES DEL DESPACHO

De los hechos de la presente acción y del caudal probatorio recaudado, se tiene que la parte actora
considera que COLPENSIONES le adeuda las incapacidades superiores a 180 días que van entre el
03 de abril de 2015 hasta el 21 de agosto del mismo año.

Es así como este despacho procede a hacer un análisis de los hechos para llegar a una conclusión
que en últimas redunde en beneficio de la protección de los derechos fundamentales alegados.

Corresponde aquí al Juez tutelar, observar si ha habido o no violación a los derechos fundamentales
alegados por parte de la accionante, y si le asiste razón para obtener el reconocimiento de los
derechos invocados.

Preciso resulta analizar, si es este el estadio procesal y el medio para definir la situación de la
señora GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, frente a los derechos patrimoniales que le puedan
corresponder, en virtud de la calidad que dice haber probado frente a la entidad accionada para
obtener el derecho en controversia.

La Carta Política de 1991 constitucionalizó la seguridad social en los artículos 48 y 49 y la define


como un derecho público e irrenunciable, de carácter obligatorio y a cargo del estado.

Obligatorio resulta, para este despacho analizar el Derecho a la Seguridad Social, ya que en el
fondo, el objetivo principal de la presente acción recae en la consecución de las incapacidades
derivadas de una enfermedad catalogada como profesional, como quiera que la Seguridad Social
está integrada por el sistema general de salud, el sistema general de pensiones, el sistema general
de riesgos profesionales y los servicios sociales complementarios.
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Ha reiterado la Honorable Corte Constitucional lo siguiente “ El artículo 86 de la Constitución Política


establece que la acción de tutela es un mecanismo preferente y sumario para la protección
inmediata de los derechos fundamentales de las personas en Colombia, el cual solo procede cuando
el afectado no cuente con otro medio de defensa judicial idóneo y eficaz. De igual manera, el artículo
6º del Decreto 2591 de 1991 dispone que es causal de improcedencia de la acción la existencia de
otros recursos o medios judiciales (numeral 1º).”
 
Lo expuesto en líneas anteriores encuentra fundamento en el principio de subsidiaridad, el cual
implica que, la acción de tutela no puede desplazar los recursos judiciales ordinarios de defensa de
derechos fundamentales, en tanto son los jueces naturales, los competentes para conocer y
determinar los litigios propios de las jurisdicciones ordinarias.

 
Ahora bien, existe otro principio que debemos tener en cuenta al analizar un caso de relevancia
constitucional el cual es el de INMEDIATEZ previsto también en el referido artículo 86 Superior, el
cual es un límite temporal que utiliza para evaluar la procedencia de la acción de tutela.
 
En esa medida, la naturaleza misma de la acción de tutela –sumaria y preferente– implica una doble
imposición de diligencia, que lleva a la administración de justicia a actuar ágilmente a través de la
fijación de términos procesales perentorios para su decisión, con las sanciones disciplinarias que
acarrea su desconocimiento, y prioriza este tipo de procesos frente a otros; y al mismo tiempo exige
del afectado diligencia en la invocación de la protección.
 
Por tanto, cualquier acción de tutela debe interponerse en un término razonable y próximo a la
conducta que se señala como causa de la vulneración de los derechos fundamentales, sobre los
que se busca protección. De lo contrario, ese desconocimiento injustificado de este deber, implica la
improcedencia de la acción de tutela.
 
Ha reiterado la Corte Constitucional que “la estimación del plazo razonable para la formulación de
la acción de tutela debe verificarse caso a caso, a partir de un ejercicio de interpretación judicial
sobre sus particularidades. Para comprobar si el término en que el accionante acudió a la
jurisdicción constitucional es congruente con el principio de inmediatez es necesario valorar, lo
siguiente:

  “i) Que existan razones válidas para justificar la inactividad de los accionantes. Pueden ser
situaciones de fuerza mayor, caso fortuito y en general la incapacidad del accionante para ejercer la
acción en un tiempo razonable.

ii) Que la amenaza o la vulneración permanezca en el tiempo, a pesar de que el hecho que la originó
sea antiguo.

iii) Que la carga de la interposición de la acción de tutela en un plazo razonable, resulte


desproporcionada por una situación de debilidad manifiesta del accionante, por ejemplo, en casos
de interdicción, minoría de edad, abandono, o incapacidad física.”
 
La ocurrencia de cualquiera de estos eventos se traduce en la satisfacción del principio de
inmediatez, por más alejada que se encuentre la instauración de la acción de tutela del momento en
que ocurrió la conducta de la que surge la vulneración de los derechos que se pretende proteger.
 
Colorario de lo anterior y adentrándonos en el caso concreto, frente a la reclamación del pago de
incapacidades, se tendría que tener en cuenta que las mismas fueron expedidas mucho antes de la
instauración de la acción de tutela, es decir, las incapacidades reclamadas datan desde el mes de
agosto de 2015 hasta el 30 de abril del año en curso, pero al analizar el material probatorio se nota
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que la actora ha sido diligente en la solicitud de pago de las mismas, ya que en varias
oportunidades ha realizado la solicitud a la entidad accionada.

Teniendo en cuenta ese panorama, ha de destacarse que es evidente que señora GILMA MARIA
SANCHEZ BORRERO permaneció activa, en la medida de sus posibilidades, en cuanto a lo
referente a la solicitud de los desembolsos no efectuados por COLPENSIONES, por lo que se
considera que no podría aplicarse el principio de INMEDIATEZ para el presente evento.

Ahora bien,  continuando con el estudio del presente evento se pone de presente lo expuesto por la
Corte tal y como sigue: “si la fecha de estructuración de la invalidez coincide con el momento en
que las incapacidades laborales se causan, se debe reconocer el derecho pensional y como éste se
paga retroactivamente, no hay lugar al pago simultáneo de la prestación por concepto de
incapacidad y por concepto de pensión según lo establecido en el artículo décimo de la ley 776 de
2002”.

Por lo anterior y al realizar el análisis del caso concreto vemos como en el presente caso a la señora
GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, le fueron canceladas varias incapacidades mediante el Acto
Administrativo No.114 de 2016, de acuerdo a lo manifestado por la entidad accionada en el escrito
visto al folio 117 al 119, así mismo se indica que a la actora le fue calificada una pérdida de
capacidad laboral de 57.03% con fecha de estructuración del 31 de mayo de 2016, por lo que la
accionante solicitó su pensión de invalidez, la cual fue resuelta el 28 de julio de 2016 mediante la
GNR 287144 del 26 de septiembre del año que avanza reconociéndose la misma así como el
respectivo retroactivo.

Sobre la base de lo expuesto, en los casos en que se solicite la autorización de pago por vía de
tutela de prestaciones laborales contempladas en el Sistema de Seguridad Social Integral, tales
como incapacidades, una vez se haya configurado la calificación de una incapacidad permanente o
invalidez, más aun cuando en el presente caso ya se reconoció pensión de invalidez con su
respectivo retroactivo, si no se presenta o se prueba la configuración de un perjuicio irremediable, la
acción de tutela no es el mecanismo adecuado para ordenar el pago de acreencias a dicha época,
siendo los jueces ordinarios competentes los que deberán definir el respectivo derecho, pues se
trata de controversias legales que deben ser resueltas por ese medio judicial. 

En consecuencia, de conformidad con lo enunciado por la Corte Constitucional (T-580 de 2006) se


tiene que: “La naturaleza subsidiaria y excepcional de la acción de tutela, permite reconocer la
validez y viabilidad de los medios y recursos ordinarios de protección judicial, como dispositivos
legítimos y prevalentes para la salvaguarda de los derechos. Al existir tales mecanismos, los
ciudadanos se encuentran obligados a acudir de manera preferente a ellos, cuando son
conducentes para conferir una eficaz protección constitucional. De allí que quien alega la
vulneración de sus derechos fundamentales deba haber agotado los medios de defensa disponibles
por la legislación para el efecto. Exigencia que se funda en el principio de subsidiariedad de la tutela
descrito, que pretende asegurar que una acción tan expedita no sea considerada en sí misma una
instancia más en el trámite jurisdiccional, ni un mecanismo de defensa que reemplace aquellos
diseñados por el legislador, y menos aún, un camino excepcional para solucionar errores u
omisiones de las partes en los procesos judiciales.”

Bajo estos supuestos, la tutela no puede ser percibida como un medio para desplazar otros
mecanismos jurídicos de protección o para usurpar competencias ordinarias, sino que resulta ser
una acción que puede “fungir como recurso orientado a suplir los vacíos de defensa que en
determinadas circunstancias presenta el orden jurídico en materia de protección de derechos
fundamentales”. El juez de tutela, en consecuencia, no entra a reemplazar a la autoridad competente
para resolver aquello que le autoriza la ley, especialmente si los mecanismos no han sido utilizados
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ni ejercidos por las partes, conforme a las atribuciones y competencias legales. Por lo que, en
conclusión, ante otro medio de defensa idóneo y efectivo, la acción de tutela resulta improcedente.

En lo correspondiente al amparo constitucional como mecanismo transitorio, el perjuicio irremediable


exigido se refiere a un grave e inminente detrimento de un derecho fundamental, que deba ser
contrarrestado con medidas urgentes, de aplicación inmediata e impostergables que neutralicen,
cuando ello sea posible, la violación del derecho; en este caso concreto no se estructura la
existencia de un comprobado perjuicio irremediable derivado de los hechos de la acción, en la
medida que la actora no prueba las razones por las cuáles la falta de pago de las incapacidades
reclamadas le constituye una afectación grave a sus derechos fundamentales, toda vez que ya le fue
reconocida su pensión de invalidez con su respectivo retroactivo, o que se encuentre en alguna
situación de especial protección constitucional, motivo por el que no se considera probada la
existencia de un perjuicio irremediable o una vulneración al mínimo vital, situación fáctica cuya carga
de la prueba corresponde a quien la enuncia y esta no aporta prueba alguna en este sentido, ni
sobre de qué manera se produciría esta afectación.

En este sentido, el Despacho declarará improcedente la acción de tutela presentada por la señora
GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO contra COLPENSIONES, por tratarse de una pretensión con
evidente carácter económico, por la existencia de otro mecanismos de defensa ante la
JURISDICCIÓN ORDINARIA y por no encontrarse probado un perjuicio irremediable ni vulneración
al mínimo vital de la misma.

La decisión que acá se adopte, será notificada a las partes en contienda, en la forma contemplada
por los artículos 16 y 30 del decreto 2591 de 1991, advirtiendo a los intervinientes, que pueden
impugnarla dentro de los tres (3) días siguientes a su notificación, haciendo claridad que por el
hecho mismo de ser impugnada, exima de cumplimiento a lo resuelto.

Sin más consideraciones por hacer, este JUZGADO PRIMERO DE FAMILIA DE CUCUTA,
ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA Y POR
AUTORIDAD DE LA LEY,

R E S U E L V E:

PRIMERO: DECLARAR IMPROCEDENTE la presente acción de tutela impetrada por la señora


GILMA MARIA SANCHEZ BORRERO, conforme lo expuesto en la parte motiva de la presente
providencia

SEGUNDO: Notificar este fallo a las partes intervinientes de conformidad con lo preceptuado en el
Art. 16 del Decreto 2591 de 1.991.

TERCERO: En caso de no ser impugnado el presente fallo, en su oportunidad, envíese el


expediente a la Honorable Corte Constitucional para su eventual revisión.

NOTIFIQUESE Y CUMPLASE.

El Juez,
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JUAN INDALECIO CELIS RINCON

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