Está en la página 1de 3

20 Pruebas de Sanidad Divina

Fuente: http://morandoenlasalturas.blogspot.com

Tomado del libro “Jesucristo el Sanador” por T.L. Osborn ed. Clie/CLC. Cap. 8 página. 142.

La merced de la sanidad divina se halla revelada en la Palabra de Dios:

1. Por el nombre redentor del Pacto, Jehová-Rapha. Traducido: “yo soy Jehová tu Sanador” (Éxodo 15 26).

2. Por los símbolos de la expiación del Antiguo Testamento dados en conexión con la sanidad del cuerpo que Cristo así

mismo y a su expiación

3. Por las actividades sanadoras de Dios en todo el Antiguo Testamento.

4. Por la expiación de Cristo la cual fue a favor de todos los que viven sobre la tierra mientras él esté en el cielo, porque está

escrito “El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias” (Mateo 8:17).

5. Cristo, durante su tiempo. El sanaba a “todos los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38); mientras El estaba haciendo y

revelando la verdad inmutable de Dios (He 10:9; Juan 5:30, 6:38).

6. Por el hecho de la compasión invariable de Cristo, la cual en todas las ocasiones le movía a sanar a todos los que venían

a EL por la sanidad.

7. Por la promesa de Cristo de continuar y aumentar sus obras de misericordia por medio de nuestras oraciones mientras El

es glorificado a la diestra de Dios (Juan 14:12-14).

8. Por la gran comisión de Cristo a la iglesia, que nos manda a predicar todo el evangelio, lo cual incluye la sanidad, en todo

el mundo, a todas las naciones, a toda criatura, con todo poder, durante todos los días, hasta el fin del mundo. Esta

comisión contiene la promesa de Cristo, “Sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán (Marcos 16:18).

9. por el mandamiento Bíblico a cualquier enfermo en la Iglesia, durante la edad de la Iglesia a ser ungido por la sanidad.

(Santiago 5:14).

10. Por el hecho que Cristo “puso” o estableció en la Iglesia, después que el fue glorificado; los dones de sanidad, de fe y de

milagros (I de Corintios 12:9-10).

11. Por el propósito por el cual la Biblia dice que Cristo fue manifestado, es decir “para destruir las obras de Satanás”

(I de Juan 3:8); algunas de sus “obras” fueron afligir sobre los cuerpos humanos toda clase de enfermedad y

dolencia (Job 2:7; Lucas. 13:16; hechos. 10:38).

12. Por el hecho que cada creyente puede ser “enteramente preparado para toda buena obra” (2 de Ti 3:17). Pablo oraba que

los creyentes fuesen hechos “aptos en toda buena obra” (Hebreos 13:21) El instruía a Tito que debía “Afirmar

constantemente” que los creyentes debían “aprender a gobernarse en buenas obras”. Afirmaba que el solo propósito de la

obra de Cristo era para que él tuviera “un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:14). El exhortaba a los creyentes

a “Crecer en la obra del Señor siempre” (I de Corintios 15:58). Y una de las últimas y más grandes promesas del Señor
fue hecha “Al que hubiera vencido y hubiera guardado mis obras hasta el fin” (Ap. 2:26). Estos andamientos no los

pueden obedecer, ni tampoco pueden gozar de estos privilegios los innumerables millares de enfermos y afligidos si no

han sido sanados primeramente por el poder divino.

13. Por el hecho que en el calvario Cristo nos redimió de la maldición de la Ley que incluía toda enfermedad conocida por la

raza humana, (Gálatas 3:13; Deuteronomio 28).

14. Por las palabras “salvación” y “salvado”, que significan ser hecho sano; las dos palabras siendo a veces aplicadas al

cuerpo, y otras veces al alma.

15. Por el hecho que estamos viviendo en la edad del obrador de milagros, la dispensación del Espíritu Santo, durante la cual

Dios ha dado el Espíritu para que sean hechos milagros: “Aquel pues que os suministraba el espíritu y hace maravillas

(milagros) entre vosotros (Gálatas 3:5).

16. Por las muchas promesas de Dios por todas las escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

17. Por el cumplimiento, en todo el libro de los Hechos de los Apóstoles, de las promesas de Cristo de perpetuar sus obras

desde la diestra de Dios mientras El esté en el cielo.

18. Por los hombres y movimientos grandes de la edad de la Iglesia.

19. Por el hecho de que Jesucristo “es el mismo ayer hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8), y que El siempre “sanaba a todos”,

“sanaba a cada uno de ellos”, “y cuando le tocaron cada uno de ellos quedaron sanos”.

20. Por el hecho que miles y miles de personas sufriendo toda clase de enfermedad y dolencia, e imperfección física han sido

sanadas por la gracia del Señor en nuestras campañas.

¿Por qué no reciben algunos la sanidad? Puesto que es tan claramente revelado por todas las escrituras que el padre

celestial desea nuestra sanidad

¿Por qué en nuestros días hay algunos que buscan la sanidad y no la reciben? Esta pregunta está en la mente de

muchos investigadores sinceros. Hay varias respuestas a esta pregunta, las cuales mencionaremos brevemente.

1. Ignorancia en cuanto al poder sanador del Evangelio. Tenemos que conocer la promesa de Dios antes de

tratar de ejercitar fe por el cumplimiento de la promesa.

2. La incredulidad de los que nos rodean a veces impide en algunos casos (Marcos 6:5-6).

3. El quebrantamiento de las leyes naturales.

4. Incredulidad de parte del anciano o del ministro que ora por los enfermos (Santiago 5:15-17).

5. La Aflicción a veces es la obra de un espíritu maligno que tiene que ser echado fuera (Mateo 9:32-33;

Marcos 9:25-27).

6. Algunos miran hacia la iniquidad en su corazón (Salmo 66:18; Proverbios 28:13).

7. En este período de La odisea de la Iglesia, la tibieza es uno de los grandes impedimentos de la sanidad.

(Ap. 3:15-16).

8. Un espíritu no perdonador. (Marcos 6:15).

9. Males por arreglar (San Mateo 5:23-24).


10. Algunos no tienen ningún propósito fijo ni diligencia en buscar a Dios por la sanidad, en tal caso nunca se

manifiesta una fe persistente (San Lucas 18:1-8, hebreos 11:6).

11. Muchos procuran limitar a Dios a hacer milagros, y por lo tanto no reciben su sanidad.

12. Algunos se ponen débiles en la fe mirando sus síntomas, o haciendo caso y

continuamente confesando lo que “sienten”. Romano. 4:18-21).

13. Otros no reciben sanidad por cuando no actúan en su FE. (Santiago 2:14, 17, 18, 20, 22, 26).

14. Otros, cuando son probados, echan fuera su confianza, no ven que, como en el caso de Abraham, por la

prueba de su fe debería ser perfeccionada, no destruida. (Hebreos 10:35).

15. Algunos no reciben al Espíritu Santo, el cual ha sido enviado para impartirnos las bendiciones de la

redención (Romano 8:11; Gálatas 3:5).

16. Otros sustituyen su creencia en la doctrina de la Sanidad Divina por la fe personal para ser sanados.

17. Algunos no reciben las promesas escritas de Dios como su palabra directa a ellos (Salmo 105:6-9;

Jeremías 1:12; 2 de Corintios. 1:20).

18. Algunos no creerán que su oración por la sanidad ha sido oída hasta que hayan experimentado y visto la

respuesta (Marcos 11:24; 1 Juan 5:14-15).

19. Muchos impiden a Dios, basando su fe sobre su mejoría después de la oración, más bien que sobre Sus

promesas.

20. La parte de la sanidad del Evangelio es impedida y muchas veces hechas sin ningún efecto por las

“tradiciones de los hombres” (Mr. 7:13).

También podría gustarte