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El ejército mexicano es el ejército de los capitalistas

El ejército mexicano es ejército de los capitalistas y ha sido el responsable


de perseguir, asesinar y encarcelar a los principales líderes campesinos,
estudiantiles, obreros y populares a lo largo de nuestra historia. Ahora, en tiempos
de la 4T, Marina, Ejército o Guardia Nacional se han convertido en el perro
guardián de los proyectos de despojo de tierras a indígenas y campesinos (Tren
Maya, Corredor Transístmico, Nuevo Aeropuerto, Sembrando Vida, etc.). A pesar
de su intento de engañar al pueblo y embellecer a la institución militar, AMLO
olvida que el pueblo tiene memoria.
Después de la renuncia de Porfirio Diaz, Madero asume el gobierno. Madero y su
grupo deciden no desintegrar al ejercito de Díaz, deciden aliarse con él para
acabar con la resistencia campesina en el sur y con las exigencias obreras en el
centro y norte del país. El gobierno de Estados Unidos al ver sus intereses
trastocados decide pagarle al ejército para que derroque y asesine a Madero, esto
fue encabezado por el general Victoriano Huerta. Después de un año y gracias a
la integración de miles de campesinos y obreros a la lucha contra Huerta, este es
derrocado. La cuestión era que había dos proyectos de nación distintos: el de
Zapata y Villa y, por otro lado, el de Carranza, Obregón y los capitalistas. Triunfan
los capitalistas. Así, el ejercito que se institucionaliza a nivel nacional es el de
ellos. A partir de ese momento los militares eran parte de los capitalistas. Eso
significó que el ejército “mexicano” defendería únicamente los intereses de los
capitalistas y así fue. Decidieron asesinar a Zapata por ser el líder del Ejército
Libertador del Sur y a Villa por ser el líder de la División del Norte, ambos, ejércitos
de campesinos que luchaban por tierra y trabajo. El 10 de abril de 1919 los
capitalistas asesinaron a Zapata y el 20 de julio de 1923 a Villa.
El ejército de los capitalistas tomará cada vez mayor poder, tanto que los
presidentes del país eran sus generales: Carranza, Obregón, Calles, Cárdenas,
Ávila Camacho. Por decisiones políticas de los capitalistas, los generales del
ejército no participarán en la vida pública. Sus labores serán perseguir, encarcelar
o asesinar a los que se opongan a los intereses de los capitalistas. Uno de los
más significativos asesinatos fue el 23 de mayo de 1962. Ese día, la esposa, hijos
y el ex integrante del Ejército Libertador del Sur, Rubén Jaramillo fueron
ejecutados. Las balas del ejército de los capitalistas no pararon el derramamiento
de sangre: asesinaron estudiantes en Tabasco, Oaxaca, Chihuahua, Michoacán,
Chiapas, Puebla, Sonora, Sinaloa y Guerrero. Una de las más sangrientas
matanzas de estudiantes en manos del ejército de los capitalistas fue el 2 de
octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco. Desde 1968 el ejército de los
capitalistas decidió formar en tácticas militares a grupos especiales, que actuarían
sin el uniforme militar, pero responderían a sus órdenes: LOS PARAMILITARES.
Fueron estos grupos los encargados de perseguir, torturar y asesinar a los
opositores de los capitalistas, fueran de organizaciones armadas, estudiantiles,
campesinas, obreras o populares, a todos por igual. Así, cuando en 1994 el EZLN
se levantó en armas, primero apareció el “ejército mexicano” y, después del cese
al fuego, vinieron los PARAMILITARES.
Por todo lo anterior no hay que caer en el engaño que intenta AMLO y la 4T
diciendo que el ejército mexicano es un ejército del pueblo. Las fuerzas armadas
de México están al servicio de los capitalistas y, ahora, ese mismo ejército está
coludido con los narcos actuando con y sin uniforme, al final siempre buscando un
objetivo: cuidar los intereses capitalistas. Su presencia en tareas de “seguridad” es
un paso más para mantener el control en zonas donde la lucha popular avanza. El
objetivo de los capitalistas es avanzar con sus proyectos de destrucción y para ello
utilizarán todo el poder militar que tienen. Como ejemplos: ataques al EZLN, a
organizaciones indígenas, campesinas, populares y obreras. Nuestra tarea es no
permitir que el pueblo caiga en el canto de las sirenas y se crea el cuento del
ejército del pueblo. La consciencia del pueblo es la posibilidad de construir un
futuro no capitalista.

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