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A1.3 NOCTURLABIO
TEST DE EVALUACIÓN
SOLUCIONES DE LAS ACTIVIDADES
1.1 PRIMER ITINERARIO CELESTE: PASEO DE RECONOCIMIENTO POR LA
ESFERA CELESTE (NUESTRA ZONA CIRCUMPOLAR)
[vídeo 1.1]
Osa Menor.
Antes de continuar con nuestra marcha celeste, sentémosnos a reflexionar sobre algunos fenómenos
importantes que vamos observando:
Puntos cardinales
El punto de nuestro horizonte que cae bajo la Estrella Polar es el punto cardinal Norte. Mirando
hacia él tendremos el Este a nuestra derecha, el Oeste a nuestra izquierda y el Sur a nuestra espalda.
Es muy importante no confundir Este y Oeste y saber situarlos tanto de noche como de día.
En el hemisferio sur, si miramos hacia el Polo Sur Celeste, la bóveda celeste gira aparentemente en
sentido horario pero, al tener ahora el sur delante, el Este a la izquierda y el Oeste a la derecha, los
astros siguen saliendo por el Este y poniéndose por el Oeste: esto sí es universal; lo de que la
sombra de un gnomon (en la que se basaron las agujas del reloj) siga el sentido llamado
convencionalmente horario sólo ocurre en el hemisferio norte. No te preocupes si aún no dominas
los sentidos de giro y las orientaciones: volveremos sobre ellas con más detalle en el módulo
siguiente.
Separaciones aparentes en grados: pulgar/puño/palmo
Cuando hemos hablado de estrellas cercanas o lejanas a Polaris, evidentemente nos referíamos a su
separación aparente sobre la bóveda celeste (proyección bidimensional de un cielo que realmente es
tridimensional), no a su distancia real tridimensional (de ese tipo de distancias hablaremos en el
Módulo 3). Para medir separaciones en la bóveda celeste usamos separaciones angulares: por
ejemplo, con el brazo estirado, el ángulo bajo el que vemos nuestro pulgar es de 2º; nuestro puño,
10º; y un palmo, 20º (*). Algunos tamaños o separaciones angulares a recordar:
• diámetro luna o Sol: medio grado (30'), se cubre de sobra con pulgar;
• desplazamiento Luna sobre bóveda de un día para otro: 12º, aproximadamente un puño.
* Tomando 10 cm como anchura del puño y 55 cm como longitud del brazo estirado, el ángulo
subtendido por el puño es: ángulo = arco / distancia = 10 / 55 = 0.18 radianes = 10º.
Hito 3: Casiopea
Siguiendo con nuestra visita a la zona circumpolar de la bóveda (vista desde un lugar típico de
España), al lado contrario de la Osa Mayor con respecto a Polaris encontraremos Casiopea, una
constelación –mejor dicho, un asterismo– con forma de W (o de número 3, letra M o letra E, según
cambia su posición a lo largo de la noche). En esta constelación se encuentra la famosa Supernova
de Tycho, cuya explosión ocurrió en 1572.
La leyenda mitológica nos habla de que Casiopea, la esposa de Cefeo (rey de Etiopía), se
vanagloriaba de su innata belleza. Este exceso de vanidad por cualidades no conquistadas no gustó a
Poseidón, dios de los mares, que envió a Cetus, monstruo marino, a inundar sus tierras. Consultado
el oráculo para salvar el reino, Cefeo debía sacrificar a su hija Andrómeda pero Perseo, enamorado
de la joven, se ofreció a luchar contra el monstruo marino que la iba a devorar. Usando el poder
petrificador de la cabeza de Medusa, ganada en una batalla anterior, Perseo venció a Cetus y
desposó a Andrómeda. Casiopea, no obstante, fue castigada por su vanidad, condenada a dar vueltas
eternamente alrededor del Polo Norte Celeste, la mitad del tiempo boca abajo.
Hito 4: Cefeo
En esa misma zona del cielo encontraremos a Cefeo, constelación o asterismo con forma de lápiz o
de casita. A su estrella principal, Alderamín (estrella alfa de Cefeo, Cep) se llega prolongando el
último lado de la W de Casiopea (donde está el ángulo agudo, no el obtuso). En esta constelación
podemos encontrar las famosas variables cefeidas, estrellas que luego resultaron ser útiles en la
medida de distancias intergalácticas (busca la biografía de Henrietta Leavitt).
El asterismo de la constelación, cuyo nombre hace honor al legendario rey de Etiopía, esposo de
Casiopea y padre de Andrómeda, recuerda a todo menos a una figura humana, pues ha sido
comparado, como hemos dicho, con una casita de las dibujadas por un niño o con una tienda de
campaña de tipo canadiense e incluso con la punta de un lápiz de tamaño descomunal.
Hito 5: Dragón
Entre las dos osas, la mayor y la menor, serpentea una constelación llamada Dragón. En su cabeza
encontramos las estrellas Etamin y Rastabán. Recordemos que Ras en árabe significa cabeza;
encontraremos muchas estrellas con este prefijo. Otra curiosidad es que Thuban, una de las estrellas
del Dragón, cercana a la Osa Menor, fue estrella polar norte en época de los egipcios y volverá a
serlo dentro de muchos miles de años.
Hito 6: Jirafa
Terminamos este primer recorrido con tres constelaciones, denominadas la Jirafa, el Auriga o
Cochero y Perseo. En la constelación de la Jirafa, que se encuentra entre Polaris y Capella (la
estrella más importante del Cochero) podemos encontrar la famosa Cascada de Kemble, una cadena
de estrellas con forma de pierna: tiene tres estrellas muy brillantes en el muslo, otra muy notable en
la espinilla y un cúmulo estelar en el pie (NGC1502). Para verlas será necesario el uso de unos
prismáticos o de un telescopio.
Hito 8: Perseo
Dirijámosnos finalmente hacia Perseo, por su relación mitológica y de posición en el cielo con
Casiopea y Cefeo, que podríamos extender a las constelaciones de Andrómeda y Pegaso (este
último nació de la sangre de la cabeza de Medusa cortada por Perseo).
La constelación de Perseo está situada entre la de Casiopea y Tauro. Su segunda estrella más
importante, Algol, es conocida por su gran variabilidad. Su brillo se intensifica y se debilita con un
período de unos tres días. En esta misma constelación podemos encontrar cúmulos de estrellas
como el Doble Cúmulo de Perseo o el que rodea a Mirfak.
El nocturlabio que presentamos es un reloj nocturno que se puede usar en el hemisferio norte
cualquier noche del año.
Construcción: recorta las tres piezas circulares [1.nocturlabio.pdf] y colócalas una sobre otra, la
menor arriba y la mayor abajo, unidas por el centro (por ejemplo, con una chincheta pinchada en un
corcho).
Uso: haz circular la pieza intermedia hasta que la fecha seleccionada quede alineada con la flecha
del círculo mayor, que está debajo; después haz circular la pieza menor hasta que su flecha marque
la hora deseada en la pieza de debajo (círculo interior de 1 a 24). La hora debe ser GMT
(Greenwich Mean Time): por tanto, habrá que restar una hora a la hora peninsular española si
estamos en horario de invierno (del último domingo de octubre al último domingo de marzo) o dos
si estamos en horario de verano. Para leer el nocturlabio debes poner el “mango” de la pieza mayor
mirando al norte (papel en plano vertical con el mango hacia abajo y luego levantarlo un poco como
si quisieras leerlo apoyándolo en el cielo). Si vives en el hemisferio sur, puedes substituir la línea de
referencia Dubhe-Polaris por la línea Gacrux-Acrux-Polo Sur y poner el “mango” mirando al sur.
En futuras ediciones adjuntaremos un nocturlabio para el hemisferio sur con actividades adaptadas.
1) Conocer la orientación del asterismo de la Osa Mayor en cualquier momento o viceversa (para
una posición determinada, moviendo el disco del medio, saber en qué fechas y horas se ve así).
Como comprobación, encuentra la posición de la Osa Mayor el 1 de mayo a las 23h (21h GMT).
2) Medir intervalos de tiempo. El nocturlabio es como si fuera un reloj imaginario con centro en
Polaris y una sola aguja: la línea que une Dubhe, Merak y Polaris. Si piensas en un reloj clásico de
12 números, cada 2 horas la aguja avanza un número en sentido antihorario (24h/12=2). Ejemplo: si
una noche de campamento sales a buscar gamusinos y ves el cielo como en la imagen de la
izquierda y cuando regresas lo ves como a la derecha, ¿cuánto tiempo habrá transcurrido?
(Nota: por si no ves bien las imágenes, en la primera la línea Polaris–Dubhe–Merak apunta hacia el
número 9 de un reloj imaginario y en la segunda, hacia el 5.)
3) Usar el cielo como calendario (este uso más avanzado lo veremos en el siguiente módulo).
ACTIVIDAD 1.4 FOTOGRAFÍA DE LA ROTACIÓN TERRESTRE
Plasma en una fotografía el giro de las estrellas con respecto a Polaris, que no es más que el efecto
aparente causado por nuestra propia rotación. Para ello debes dejar abierto el obturador de la cámara
(tiempo de exposición largo). Midiendo el arco descrito por las estrellas, quien reciba tu foto podría
calcular el tiempo de exposición (24 horas para un arco de 360º o la parte proporcional en otro
caso).
Algunos consejos para la toma fotográfica (cortesía de Ramón Álamo desde Sevilla, España):
NOTA: Si estás en el hemisferio sur, evidentemente, puedes apuntar al Polo Sur, situado en la
prolongación de la Cruz del Sur (línea Gacrux-Acrux).
ACTIVIDAD 1.5 CAMBIO DE LATITUD
1) Busca una constelación que siempre esté por encima del horizonte en tu localidad. Después
encuentra otra que salga y se ponga por el horizonte. Finalmente busca –en un planisferio, en
Stellarium, etc.– una que siempre sea invisible.
2) Ahora sitúate virtualmente en Punta Arenas (Chile, latitud 53º sur) y haz lo mismo allí.
Comprueba si se ponen por el horizonte:
• Sirio (declinación DEC = - 17º, es decir, a 73º del Polo Sur Celeste, PSC)
• el aguijón del Escorpión (Girtab, Shaula, … están a entre 53º y 47º del PSC)
3) Los siguientes diagramas representan el movimiento estelar aparente a lo largo de 24 horas para
diferentes observadores pero están desordenados:
• a) observador en Murcia (latitud 38º norte);
• b) observador en Punta Arenas, Chile (latitud 53º sur);
• c) observador en el ecuador (latitud 0º),
• d) observador en el Polo Norte (latitud 90º norte).
Numeración de los diagramas para dar la solución: arriba el 1 (izquierda) y el 2 (derecha), abajo el 3
(izq) y el 4 (dcha).
PNC, PSC: polos celestes Norte y Sur. Z: cénit.
Asocia cada diagrama (1,2,3,4) a uno de los observadores (a,b,c,d) y a cada una de las siguientes
afirmaciones:
• P) las estrellas están siempre a la misma altura sobre el horizonte; la mitad de ellas queda
siempre vedada a la observación;
• R) las estrellas cercanas al Polo Sur Celeste están vedadas a la observación (siempre por
debajo del horizonte) y Polaris se ve pero no en el cénit;
• S) las estrellas salen por la mitad Este, después se alejan del Sur y se ponen por la mitad
Oeste; las más cercanas al Polo Sur Celeste (como la Cruz del Sur) están siempre sobre el
horizonte.
• Q) todas las estrellas están por encima del horizonte en algún momento; las estrellas salen y
se ponen “a plomo” y por ello los amaneceres y atardeceres serán muy rápidos (el Sol sale y
se pone verticalmente);
Puntos fijos
La mayoría de los puntos luminosos individuales y fijos que ves a ojo desnudo son estrellas. Se
caracterizan por titilar o parpadear ligeramente debido a las turbulencias de nuestra atmósfera (*).
Su color suele ser blanco, azulado o rojizo y se suelen clasificar en seis o siete familias según su
brillo aparente, medido en magnitudes del 0 (las más brillantes) al 6 (las más débiles que el ojo
puede detectar). Todas ellas están en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, y en general son las más
cercanas. Las tremendas distancias a otras galaxias hacen que no podamos distinguir en ellas
estrellas individuales como en la nuestra. De hecho, una galaxia lejana entera puede aparecer como
un sólo punto hasta en los mejores telescopios. A simple vista no la veremos; sólo apreciamos, a
duras penas, las más cercanas (Andrómeda, las Nubes de Magallanes) como pequeñas manchas
nebulosas.
* La dispersión de los rayos luminosos producida por las moléculas de aire de nuestra atmósfera
produce pequeñas pero constantes desviaciones de la dirección aparente de llegada al ojo causando
la impresión de parpadeo. La sensación es la de un punto que no es fijo sino que baila ligeramente.
Planetas: su cercanía relativa a la Tierra, en comparación con las estrellas, hace, por un lado, que se
vayan desplazando a lo largo de los días, semanas o meses con respecto al fondo de estrellas
(bóveda) y, por otro, que no titilen. Aparecen al ojo como pequeños discos o “puntos gordos”. La
mayor parte de los rayos luminosos provenientes de ellos, aunque sean ligeramante desviados por la
turbulencia atmosférica siguen cayendo dentro del mismo disco aparente y no producen, por tanto,
la sensación de parpadeo o baile de luz.
Manchas nebulosas
La más grande e impresionante que recorre todo el cielo como una larga banda blanquecina es la
Vía Láctea, compuesta por millones de estrellas que forman el disco o región más poblada de
nuestra propia Galaxia. Su gran distancia y concentración hace que estos millones de puntos débiles
aparezcan como una banda lechosa –de ahí su nombre.
Las manchas nebulosas que, como pequeñas nubes de gas, se ven, generalmente con prismáticos o
telescopios, en zonas dispersas de la bóveda celeste tuvieron en jaque a los astrónomos hasta el
segundo tercio del siglo XX. ¿Estaban todas en nuestra galaxia y era ésta la única o existían otras
galaxias? Ahora sabemos que algunas de esa manchas borrosas son cúmulos de estrellas –grupos o
camadas de estrellas con un origen común– que están en nuestra Galaxia pero demasiado lejos
como para distinguirlas todas individualmente (Pléyades, Hyades, Pesebre, Cúmulo Doble de
Perseo, etc.). Otras son lo que parecen: auténticas nubes de gas, también en nuestra Galaxia, que por
una razón u otra (emisión de luz propia, reflexión de luz exterior, nacimiento de estrellas cercanas,
expulsión de capas externas de una estrella moribunda, etc.) están suficientemente iluminadas y
para las que se reserva con propiedad el nombre de nebulosas. Finalmente, otras son realmente
otras galaxias, cada una con sus cientos de miles de millones de estrellas, literal y típicamente.
Puntos móviles
Los puntos luminosos que se mueven con velocidad apreciable en el cielo pueden ser aviones,
satélites artificiales o meteoros. El desplazamiento aparente de las aeronaves suele ser rápido, pues
su altitud de vuelo no supera apenas los 10 km, y es fácilmente distinguible por la existencia de
varias luces (alas, cola, frente) y por la intermitencia o el color rojo de alguna de ellas. Los satélites
artificiales surcan el cielo a un ritmo más regular y sin intermitentes. Posiblemente el más
impresionante de ellos, la Estación Espacial Internacional, orbita a unos 400 km de altitud. De los
puntos luminosos que se mueven rápidamente, los únicos de origen natural son los meteoros,
comúnmente llamados “estrellas fugaces”, estelas luminosas causadas por la fricción de pequeñas
partículas de polvo interplanetario (generalmente no superan el milímetro) contra las moléculas de
aire atmosférico. La entrada en la atmósfera de objetos mayores (se consideran meteoroides a
objetos de hasta unos 50 metros) suele producir su fragmentación progresiva hasta pulverizarse en
plena atmósfera; cuando algún fragmento sobrevive a este proceso impactando con el suelo se le
llama meteorito.
Hay otros objetos cuyo movimiento aparente no es apreciable en cuestión de minutos, sino de horas
o días: es el caso de cometas y asteroides que se acercan a la Tierra a distancias intermedias entre
las de los meteoros y los planetas (recordemos que el movimiento de aquéllos se detecta en
fracciones de segundo y el de éstos en cuestión de días, semanas o meses). Que sean o no visibles a
simple vista depende de muchos factores, fundamentalmente distancia, tamaño y albedo o
capacidad de reflejar la luz solar, que a su vez depende de su composición (contenido en hielo,
carbón, metales, etc.). Los cometas, con tamaños típicos entre 1 y 10 km, suelen desarrollar una
cola o cabellera muy característica que, junto con su mayor contenido en hielo reflectante, los hace
más facilmente visibles. Los asteroides, con dimensiones típicas entre 50 m y 500 km, son cuerpos
más rocosos que los cometas; generalmente son más oscuros y orbitan alrededor del Sol siguiendo
trayectorias menos elípticas y distantes.
Clasifica los objetos celestes de las quince imágenes del fichero [1.whoiswho.pdf] según las
siguientes categorías: planeta, estrella, satélite natural, satélite artificial, meteoro (estrella fugaz),
cometa, asteroide, cúmulo estelar, nebulosa, galaxia, otros objetos. Si además sabes el nombre del
objeto, date “puntuación doble”.
1.3 SEGUNDO ITINERARIO: RECORRIDOS ESTACIONALES BOREALES [vídeo 1.3]
Salgamos de nuevo a observar el cielo. Según la estación del año en la que estemos en el hemisferio
boreal, nuestros primeros objetivos pueden ser recorrer el Hexágono Invernal (otoño/invierno), el
Diamante de Primavera o el Triángulo Estival. Todos ellos son asterismos gigantes muy fáciles de
reconocer y, por involucrar varias constelaciones, muy adecuados para empezar a desentrañar el
cielo nocturno. Además, utilizaremos la sesión de planetario virtual del vídeo para iniciarnos o
conocer mejor el manejo de este tipo de programas, muy útiles ya sea a la hora de preparar una
salida a observar (o susbstituirla si no hace bueno) o de enseñar a conocer el cielo a otros. En este
caso utilizaremos Stellarium (ver Ventana de ayuda en menú izquierdo para resumen de comandos).
• A partir de Orión:
• En el hemisferio sur conviene partir de la Cruz del Sur: prolongando su palo mayor (de
Gácrux hacia Ácrux) se llega al polo sur celeste (Ps en la figura); prolongando el menor por
el lado de Mimosa pasamos por Hadar y Rigel del Centauro, rodilla y pata, respectivamente;
al otro lado del polo sur con respecto a la Cruz tenemos Achernar, el final del río Erídano,
centro de un segmento cuyos extremos son Fomalhaut y Canopo ( de Carina, la quilla del
barco sureño); por último, desde Ácrux se puede llegar, pasando por Mimosa a Spiga
(espiga, de Virgo) y pasando por Hadar a Antares ( del Escorpión).
• Desde la Osa Mayor hacia el Diamante de Primavera (Arturo, Espiga, Denébola y Cor
Caroli): como hemos dicho, prolongando el mango se llega primero a Arturo (alfa del
Boyero) pero siguiendo con la misma curvatura más allá se llega a Espiga (en francés, Épi ,
la estrella alfa de Virgo); Denébola, ya en Leo, forma un triángulo casi equilátero con Arturo
y Espiga; también puedes encontrar Leo buscando su estrella más brillante, Régulo, en la
otra prolongación del mango de la Osa Mayor, la que sigue el lateral del cazo; el cuarto y
último vértice del diamante, Cor Caroli (Perros de Caza) se puede encontrar completando el
rombo a partir del triángulo Arturo-Espiga-Denébola o directamente desde la base de la Osa
Mayor.
2. En el hemisferio norte, a lo largo de la noche las estrellas de la bóveda celeste parecen girar:
a) en sentido horario
b) en sentido antihorario
c) en un sentido o en otro según la latitud del observador
d) en un sentido o en otro según sean circumpolares o no
6. Si ahora ves Casiopea con forma de E, ¿dentro de cuánto tiempo la podrás ver con forma de M?
a) 6 horas b) 9 horas c) 12 horas d) 18 horas
A1.1
Distancia Dubhe – Merak (Osa Mayor, extremo del cazo): unos 5º, es decir, dos o tres pulgares o
medio puño.
Distancia Dubhe – Polaris (de Osa Mayor a Osa Menor): entre 25º y 30º, algo más de un palmo.
A1.2
Comprueba que has situado bien los puntos cardinales Este y Oeste.
El Sol sólo sale exactamente por el Este en los equinoccios de marzo y septiembre. El resto del año
sale un poco al sureste (SE) o al noreste (NE). La situación es simétrica en la zona Oeste.
A mediodía estará en lo más alto, dando lugar a sombras cortas (ciprés solitario); mientras que a
primeras horas de la mañana y a últimas de la tarde estará bajo, produciendo sombras más largas
(bosquecillo y casita). La dirección de éstas es siempre opuesta a la del sol con respecto al objeto
que las proyecta.
A1.3
1) La Osa Mayor estará situada por encima de Polaris. La “aguja” imaginaria estaría vertical y hacia
arriba, apuntando al número 12 del reloj imaginario.
2) Habrán transcurrido 8 horas pues la aguja Dubhe – Polaris ha pasado de apuntar al número 9 del
reloj imaginario (aguja en posición horizontal hacia la izquierda de Polaris) a apuntar
aproximadamente al número 5, recorriendo así un total de cuatro números que, a dos horas por
número, hacen ocho horas.
A1.4
Midiendo el ángulo barrido por cualquiera de las estelas vemos que es de unos 15º, es decir, un
veinticuatroavo de vuelta (360/24=15), por lo que la exposición fue de aproximadamente una hora.
A1.5
• 1bS Diagrama 1: observador b (Punta Arenas), afirmación S
• 2dP Diagrama 2: observador d (Polo Norte), afirmación P
• 3aR Diagrama 3: observador a (Murcia), afirmación R
• 4cQ Diagrama 4: observador c (ecuador), afirmación Q
A1.6
Página Objeto celeste
1 planeta (enano, Ceres)
2 satélite artificial (Estación Espacial Internacional, ISS)
3 asteroide (Gaspra)
4 cometa (McNaught)
5 meteroro (bólido)
6 estrella (doble)
7 cúmulo estelar (abierto, Pléyades)
8 cúmulo estelar (globular, M80)
9 nebulosa (Trífida)
10 galaxia (Andrómeda, M31)
11 satélite natural (la Luna)
12 estrella (el Sol en filtro ultravioleta)
13 planeta (Júpiter con una de sus lunas en tránsito)
14 meteoro (lluvia de las oriónidas)
15 otros (mapa de contaminación lumínica en la noche peninsular)