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Matrimonio igualitario
Todas las personas, sin distinción de sexo, tenemos derecho a una vida libre de discriminación
basada en el sexo, género, raza, etnia, orientación sexual u otra condición; tenemos derecho al
goce de derechos iguales.
En la actualidad, el debate sobre matrimonio entre personas del mismo sexo es uno de los que
más revuelo causa en la sociedad. Quienes se oponen opinan que el matrimonio debe basarse en
la unión de un hombre y de una mujer y que su fin es la reproducción en un principio de “orden
natural”, es decir, que la reproducción posibilita la continuidad de la especie y que esto es bueno
para la sociedad.
Las siguientes tablas son de elaboración propia de la CNDH, desarrolladas a partir de búsquedas
hemerográficas de noticias web, de notas periodísticas del tema:
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PAÍS DÍA Y MES AÑO
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PAÍS DÍA Y MES AÑO
De acuerdo con la SCJN, limitar este derecho es discriminatorio y responde en muchas ocasiones a
homofobia basada más en un prejuicio religioso que en el marco de la ley. El matrimonio igualitario
es un tema de igualdad ante la ley, es decir, que personas heterosexuales y homosexuales tengan
los mismos derechos. Crear leyes alternativas para las uniones de personas del mismo sexo es
discriminatorio, ya que establece una distinción basada en la orientación sexual prohibida por
nuestra Constitución. En muchos sectores del país sigue predominando una visión basada en
la heteronormatividad, esto es, una manera en la cual muchas instituciones políticas, legales y
sociales refuerzan ciertas creencias, como que los seres humanos caen en dos categorías distintas
y complementarias: hombre y mujer. También, que las relaciones sexuales y maritales son normales
sólo cuando son entre dos personas con sexos diferentes y que cada género tiene ciertos roles
en la vida, así como la consideración de la heterosexualidad como única orientación sexual. Las
instituciones heteronormativas bloquean el acceso a la educación, participación legal, política y
laboral de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género distintas.
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Revise las siguientes tablas de elaboración propia.
3 Coahuila 2014
4 Nayarit 2015
5 Colima 2016
6 Campeche 2016
7 Morelos 2016
8 Michoacán 2016
2 Chiapas 2016
8 Puebla 2017
En Sonora y Chihuahua se otorgó por decisión ejecutiva, sin embargo, en Sonora fue revocado por
la actual gobernadora. Por otro lado, en todo el país se han celebrado matrimonios por amparos
individuales. En el país también se cuenta con una figura denominada “Figura de unión civil”.
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Figura de unión civil
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 7.° establece que todas las
personas somos iguales ante la ley y que, por lo tanto, tenemos, sin distinción alguna, derecho
a igual protección de la ley. “Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación
que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación” (ONU, 1948). El
artículo 16.° establece que los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho,
sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia,
y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de
disolución del matrimonio.
Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el artículo 23-2 reconoce el
derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para
ello. En la Observación General Nº 20 del Consejo Económico y Social de la ONU referente a la no
discriminación y los derechos económicos, sociales y culturales, especifica que la discriminación
dificulta el ejercicio de dichos derechos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Los
principios de no discriminación e igualdad están reconocidos en el Pacto, pues en el preámbulo se
destacan los “derechos iguales e inalienables” de todos, y se reconoce expresamente el derecho de
“todas las personas” al ejercicio de los distintos derechos previstos, por lo que la no discriminación
es una obligación inmediata para los estados y de alcance general. Dicho pacto establece que
en derecho internacional se infringe el pacto al no actuar de buena fe para cumplir la obligación
enunciada en el artículo 2.2 de garantizar que los derechos reconocidos en el Pacto se ejerzan sin
discriminación. De acuerdo con esta misma observación general, el artículo 2.2 menciona que
“se enumeran como motivos prohibidos de discriminación la raza, el color, el sexo, el idioma, la
religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional o social, la posición económica, el
nacimiento o cualquier otra condición social”.
Entonces ¿dónde entra la orientación sexual e identidad de género? Acorde con la Observación
General 20, este tema se incluye en “cualquier otra condición social, tal y como se recoge en el
artículo 2.2 del Pacto”. Los Estados que forman parte de la ONU deben estar seguros de que la
orientación sexual, o la identidad o expresión de género de las personas no constituya un obstáculo
para ejercer los derechos que reconoce el Pacto; en esta observación general se reconoce a las
personas transgénero, los transexuales o intersexuales como víctimas de graves violaciones a los
derechos humanos.
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En este panorama internacional para la CNDH, la orientación sexual, identidad o expresión de
género de las personas se encuentran protegidas tanto por los tratados internacionales, así como
por el orden jurídico mexicano, lo que debería traducirse en el hecho de que nadie debe ser objeto
de discriminación por estos motivos.
Su aplicación es obligatoria a partir de esta fecha para todos los operadores jurídicos del
país: Matrimonio. La ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que
la finalidad de aquél es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre
un hombre y una mujer, es inconstitucional. Considerar que la finalidad del matrimonio
es la procreación constituye una medida no idónea para cumplir con la única finalidad
constitucional a la que puede obedecer la medida: la protección de la familia como realidad
social. Pretender vincular los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales de
quienes pueden acceder a la institución matrimonial con la procreación es discriminatorio,
pues excluye injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas homosexuales
que están situadas en condiciones similares a las parejas heterosexuales. La distinción es
discriminatoria porque las preferencias sexuales no constituyen un aspecto relevante para
hacer la distinción en relación con el fin constitucionalmente imperioso. Como la finalidad
del matrimonio no es la procreación, no tiene razón justificada que la unión matrimonial
sea heterosexual, ni que se enuncie como “entre un solo hombre y una sola mujer”. Dicha
enunciación resulta discriminatoria en su mera expresión. Al respecto cabe recordar que está
prohibida cualquier norma discriminatoria basada en la orientación sexual de la persona.
En consecuencia, ninguna norma, decisión o práctica de derecho interno, tanto por parte
de autoridades estatales como de particulares, pueden disminuir o restringir los derechos
de una persona a partir de su orientación sexual. Así pues, en ninguna circunstancia se
puede negar o restringir a nadie un derecho con base en su orientación sexual. Por tanto,
no es factible hacer compatible o conforme un enunciado que es claramente excluyente
(SCJN, 2015).
Con base en un minucioso análisis de la situación que guarda el acceso al matrimonio por parte
de las personas del mismo sexo, tanto a nivel federal como en las distintas entidades federativas,
este Organismo Nacional enfatiza que la orientación sexual no puede ser un criterio relevante
para diferenciar el acceso al disfrute del derecho de protección a la familia que se encuentra
consagrado en nuestra Constitución, el cual puede ser el mismo, tanto para las parejas del mismo
sexo como las heterosexuales.