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ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS

BORBONES (1700-1788).

GUERRA DE SUCESIÓN, 1701-1713

Tras la muerte del último rey de la dinastía Austria/Habsburgo, Carlos II, en 1700, sin hijos
y sin heredero, se desencadenará la Guerra de Sucesión en España. La dinastía Austria quería
seguir reinando y propone como candidato al archiduque Carlos de Habsburgo, la dinastía
Borbón propone otro candidato, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y que había dejado en su
testamento Carlos II. El acceso de un Borbón al trono español significaba una ruptura del
equilibrio político europeo a favor de Francia. La mayor parte de España estaba de parte del
candidato francés, el apoyo popular fue importante pues parte de la aristocracia temía las reformas
y el absolutismo del rey francés, respaldó al archiduque Carlos como también lo harían Aragón,
Valencia, Cataluña, Inglaterra (no veía con buenos ojos que los Borbones reinaran en Francia y en
España), lo mismo pensaban en Holanda, Saboya, Portugal y Austria que estarían del lado
austriaco, Carlos estableció su corte en Barcelona y Felipe en Madrid.

La muerte del emperador alemán, José I, supuso que Carlos renunciara a ser rey de España
para ser emperador. Felipe tomará Barcelona y se
proclamaría Felipe V de España el 11 de septiembre de
1714. En 1713-1714 se firmaron los acuerdos que
acababan con la guerra: el Tratado de Utrecht y el
Tratado de Rastadtd, estos acuerdos tuvieron una gran
importancia en la política internacional del siglo XVIII,
pues establecieron un sistema de relaciones
internacionales que se mantuvo durante todo el siglo
XVIII. España entregará a los aliados de los Austrias
posesiones para que la guerra llegara a su fin, así, por
ejemplo, se le cede a Inglaterra Sicilia, Menorca (que
después España recupera) y Gibraltar, a Austria cederá
Flandes y los principales intereses españoles se centrarán
en preservar América. Felipe V comenzaría a reinar
como el primer Borbón en España. Reino Unido se
confirmó como la principal potencia marítima del
mundo, consiguió introducirse en el comercio americano
con el navío de permiso por el que la corona española
daba permiso a Inglaterra para enviar barcos a América y Felipe V
el monopolio del tráfico de esclavos africanos hacia
América, en Europa se impuso la política de equilibrio que pretendía evitar el predominio de
cualquier potencia sobre las demás.

LOS PRIMEROS BORBONES

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 España pasará de ser un Estado federal, como era con los Habsburgo, a centralista como
intento de modernización y equiparación con Francia. Así se decide que Castilla será la base de la
nueva España. Con los Decretos de Nueva Planta (1707 a 1716) todo el territorio de la monarquía
española pasaba a tener un sistema uniforme de gobierno, con excepción de Navarra y el País
Vasco, que por su apoyo a Felipe V pudieron conservar sus fueros. Por tanto se suprimieron los
fueros y las instituciones de los reinos de la Corona de Aragón y Valencia que pasaron a ser
gobernados por las leyes castellanas, el más estricto fue el de Valencia, pues en él se suprimió
incluso el uso del derecho civil, aspecto que se respetó en los restantes. Castilla sería el modelo
político, económico y jurídico para el resto de España. Se integraron los consejos territoriales en el
de Castilla, que pasó a ser el centro del gobierno interior de España. Todo iba a estar controlado
por la Secretaría de Despacho Universal dividida en secretaría de Estado, Guerra, Marina,
Hacienda, Gracia y Justicia. Estas secretarias fueron los antecedentes de los actuales ministerios.
El castellano sería el idioma oficial.

También se llevó a cabo una nueva organización provincial, así con los Decretos de
Nueva Planta se eliminarían los virreinatos (sólo persistieron en América), Se crearon Reales
Audiencias con la extensión de la figura del corregidor, su función era controlar la ciudad,
también se creará la figura del intendente, que fue copiada de Francia, era un observador mandado
por el rey para que se cumpliera la ley además tenía funciones administrativas, judiciales y
hacendísticas (recaudaba impuestos).

Sobre Hacienda, con los Decretos de Nueva Planta se intentó que se pagaran los impuestos
según el dinero que se ganara, en Valencia existía el equivalente, en Aragón la única
contribución, en Baleares la talla y en Cataluña el Catastro, este último recaudaba mucho dinero,
el marqués de la Ensenada lo quiso extender a toda España pero fue rechazado por la nobleza del
resto de España pues se le obligaba a pagar impuestos.

En política exterior, fue el siglo XVIII, un siglo de paz relativa, buscando aliados mediante
los Pactos de Familia que eran alianzas con Francia en guerras europeas.

Otra de las facetas de la política absolutista de los Borbones sería el control de la Iglesia
mediante el regalismo por el que los reyes podían intervenir en algunos aspectos de la vida interna
de la Iglesia. Los objetivos de Felipe V eran el reconocimiento del derecho a designar los cargos
eclesiásticos en España y recaudar las rentas de la Iglesia. En 1737 se firmó un Concordato con
El Vaticano consiguiendo que la Iglesia pagara algunos impuestos. La política regalista se
mantuvo con los sucesores de Felipe V. En el reinado de Carlos III se produjo otra manifestación
del choque entre la monarquía y la Iglesia: la expulsión de los jesuitas en 1767 y la confiscación
de todos sus bienes.

El reinado de Felipe V contaría con dos periodos, el primero de 1713 a 1724 cuando abdicó
en su hijo Luis I que sólo fue rey durante 8 meses pues murió a causa de un ataque de viruelas, sin
heredero la corona volvería a su padre que sería de nuevo rey de 1724 a 1746 llegando a su muerte,
al trono, su hijo Fernando VI siendo una época de neutralidad en política exterior con el objetivo
de mejorar y racionalizar la administración y el comercio colonial, tarea que llevaría a cabo el
marqués de la Ensenada, Fernando VI sería rey hasta 1759. Le sucedería su hermano Carlos III que
sería rey hasta su muerte en 1788.

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 Carlos III es el rey reformista e ilustrado, su reinado
es la etapa más interesante de la historia de España del
siglo XVIII. Conocía las ideas ilustradas de su etapa
de rey de Nápoles. Era el ejemplo más claro del
Despotismo Ilustrado su lema o frase era “Todo
para el pueblo pero sin el pueblo”, eran reformas
encaminadas a mantener el poder absoluto del rey y
no las que el pueblo realmente necesitaba. Era una
adaptación de la Ilustración a las monarquías
absolutas. Carlos III conciliaba el absolutismo
monárquico con el espíritu reformista de la
Ilustración que era la protesta de la burguesía ante el
Antiguo Régimen con una defensa de la razón que
garantizaba el progreso, el saber, la cultura y la
tolerancia religiosa. Los ilustrados deseaban tener
importantes puestos en la administración pero al no
ser clero o nobleza no podía acceder a ellos, por ello
piden nuevas formas de Estado, libertad de
expresión, de comercio, de prensa, religión,
constituciones, igualdad ante la ley. Así los ilustrados franceses del momento serían, entre otros,
Rousseau, Voltaire, Montesquieu y en España Jovellanos, Aranda, Floridablanca, Feijoó.

Gaspar Melchor de Jovellanos José Moñino Floridablanca

Tras la muerte de su hermano, Fernando VI, Carlos III, que ya era rey de las Dos Sicilias,
renunció a ese trono y volvió a España como rey, ocupó el trono español desde 1759 a 1788. En
los primeros años de su reinado se apoyó en ministros italianos, esto produjo oposiciones que
estallaron en el Motín de Esquilache (1766) donde se enfrentó a la oposición de privilegiados a
sus reformas, unido al malestar popular por la carestía y la elevación de los precios y la oposición a
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la presencia de extranjeros en altos cargos del gobierno. Estas revueltas también dejaron de
manifiesto la oposición del pueblo a las medidas sobre saneamiento y orden público dictadas por
Esquilache, como eran la limpieza urbana, prohibición de los juegos de azar, de usar capas largas,
recorte de los sombreros para poder identificar a las personas que cometieran algún delito. Carlos
III destituyó a Esquilache, frenó algunas reformas, bajó los precios e introdujo ministros españoles
iniciando una etapa de reformas, las más importantes fueron:

En el aspecto religioso el regalismo se acentuó, el rey quería nombrar a los cargos

eclesiásticos, controlar la Inquisición. En 1767 el rey ordenaba la expulsión de los jesuitas bajo la
acusación de haber sido los instigadores de los motines populares. En el apartado de política
exterior, se firmó el Tercer Pacto de Familia con Francia, así España y Francia lucharán en
América contra Inglaterra y ayudaría a EEUU en su guerra de Independencia.

En el ámbito económico, ayudado por Campomanes, Floridablanca y Aranda, se pondrían

en marcha una serie de medidas como fue el apoyo a la industria mediante un menor control del
Estado, desarrollo de la industria privada, aplicación de aranceles para defender la industria
nacional frente a la extranjera, libre circulación de cereales y vinos, mejora de infraestructuras para
impulsar el comercio, la liberalización del comercio con América que sería muy importante en el
reinado de Carlos III. Se crearía la Lotería Nacional y el Banco de San Carlos con una creciente
influencia del liberalismo. También se reducirían los impuestos, así como, los privilegios de la
ganadería (Mesta).

En la parcela militar, estableció el servicio militar obligatorio con un sistema de quintas,

reorganizó la estructura del ejército creándose la Marina, cuerpos de tierra y se promulgaron unas
ordenanzas que perduraron hasta el siglo XX. En reformas sociales, destacan las regulaciones de
las corridas de toros o el control de los grupos marginados (vagabundos, gitanos). Por último, las
reformas institucionales, introduciendo en los gobiernos municipales cargos elegidos por la
población: los síndicos y los diputados del común, esta medida contó con la hostilidad de los
privilegiados.

En el reinado de Carlos III se crearán las Sociedades Económicas de Amigos del País,
para el fomento de la agricultura, comercio e industria, el objetivo era difundir las ideas y
conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración. Carlos III las puso bajo protección real para
que fueran un instrumento del reformismo borbónico. Se traducirían y publicarían libros
extranjeros con impulso a la difusión de las ideas fisiocráticas (teoría de Quesnay) que defendía
que un país es más rico cuando más importante sea su agricultura y su ganadería. Así Jovellanos
elaborará el Informe Jovellanos o Expediente sobre la Ley Agraria que daba cuenta de las trabas
y los problemas de la agricultura española unido a un mal reparto de
la tierra.

En la etapa de Carlos III, se crearon colonias de

poblamiento, política puesta en marcha por Pablo de Olavide, en
Sierra Morena, con extranjeros que venían de Alemania, así
surgieron las localidades de La Carolina en Jaén, La Carlota, en
Córdoba y La Luisiana en Sevilla.

El despotismo de Carlos III presenta un balance positivo

con reformas económicas, saneamiento de ciudades, le quitó poder a
la Iglesia y fomentó el comercio y a la burguesía. Se produjo un
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crecimiento demográfico, con un impulso de las manufacturas, por ejemplo en Valencia, País
Vasco o Cataluña, la creación de las Reales Fábricas como la de Tapices en Madrid o la Real
Fábrica de Tabacos en Sevilla, se liberó el comercio colonial, aunque el problema agrario
persistiría con intentos de solución por medio de las desamortizaciones en el siglo XIX de
Mendizábal (1836) y luego de Madoz (1855).

Carlos IV accedió al trono en 1788, a la muerte de su padre Carlos III, su reinado

supondría la puesta en marcha de la crisis del Antiguo Régimen y estaría marcado por la sumisión
con respecto a Francia como fue la Paz de Basilea, el Tratado de San Ildefonso o el Tratado de
Fontainebleau. Esta situación acabará con el Motín de Aranjuez en 1808 que supondrá el apoyo al
príncipe Fernando, futuro Fernando VII, y la Guerra de la Independencia española que daría
lugar a la Constitución de Cádiz de 1812.

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