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7- Aditivos y Adiciones

TEMA 7 : ADITIVOS Y ADICIONES PARA


MORTEROS Y HORMIGONES

a) DEFINICIONES Y OBJETO DE SU EMPLEO

A los aditivos se los puede considerar hoy en día como el cuarto componente del
hormigón y, en algunos casos, a las adiciones como el quinto.
Los aditivos pueden definirse como los productos que añadidos al hormigón, en el
momento de su elaboración, en las condiciones adecuadas, en la forma conveniente y en la dosis
precisa, tienen por finalidad modificar en sentido positivo y con carácter permanente, las
propiedades del hormigón de buena calidad, en todos o en algún aspecto, tanto en estado fresco,
como una vez que el hormigón ha fraguado y endurecido.
Tradicionalmente el hormigón estaba compuesto por: cemento, agua y agregados;
sin embargo, los avances de la técnica han introducido a los aditivos químicos y a las adiciones
minerales como el cuarto y quinto elemento, que tienen por objeto perfeccionar las
características de ese material.
Los aditivos se utilizan cada vez más en los morteros y hormigones, por los
siguientes motivos:
 Los aditivos se perfeccionan incesantemente. Al principio se usaban, sin purificarlos,
determinados subproductos de la industria papelera o petrolífera, de lo que resultaban
variaciones de composición química. Actualmente, la orientación se dirige cada vez más
hacia un control de calidad de esos subproductos, y a una corrección de sus composiciones
gracias a tratamientos y adiciones. Al empirismo inicial han sucedido investigaciones
sistemáticas que han conducido a la fabricación de productos básicos especiales.
 Los constructores recurren cada vez más a su empleo. Estos productos, bien utilizados,
permiten eficazmente modificar o mejorar:
• la reología del hormigón fresco (trabajabilidad, segregación y exudación);
• el fraguado y endurecimiento (aceleradores y retardadores);
• las resistencias mecánicas en ciertas edades;
• las resistencias a las acciones físicas, mecánicas y químicas.
 Permiten una mejor organización de la obra en su construcción, una mayor regularidad de
ejecución y de calidad de los hormigones. Su utilización puede algunas veces rebajar el coste
total de la obra (por mejora del rendimiento, facilidad de puesta en obra o ganancias de
tiempo). En cambio, no permiten disminuir la dosis de cemento, porque sigue siendo válido
que las resistencias mecánicas dependen de la relación agua / cemento.
 Las publicaciones de investigaciones, las conferencias y coloquios, y la publicidad, atraen
cada día más la atención de los interesados.
 Los organismos de control dan seguridades a los usuarios acerca de las verdaderas cualidades
de los productos presentes. La utilización de los aditivos supone:
• que los ingenieros civiles, arquitectos y contratistas conozcan suficientemente bien las
posibilidades ofrecidas por estos productos.
• que la mano de obra haya recibido a pie de obra la formación necesaria.
A veces el empleo de un aditivo de características adecuadas puede impartir al
hormigón ciertas propiedades que no podrían obtenerse de otra forma o con medios más
económicos. En otros casos, el empleo de un aditivo es una necesidad impuesta por la estructura
o por el medio que se pondrá en contacto con ella.

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TECNOLOGIA DEL HORMIGON

Las posibilidades que ofrecen los aditivos en relación a la construcción de


estructuras de hormigón simple, hormigón armado y hormigón pretensado, se vinculan tanto con
las ventajas que ofrecen para facilitar la etapa del proceso constructivo, como con las
características y condiciones del hormigón y de la estructura después del moldeo, ya sea
mejorando la calidad del hormigón endurecido, o posteriormente, prolongando su período de
vida útil, especialmente si la estructura está expuesta a la acción de un clima severo o al ataque
de un medio ambiente perjudicial.
Ante un problema concreto, el ingeniero constructor tendrá que plantearse la
cuestión de saber si se debe utilizar un aditivo; luego, saber cuál deberá usar, y finalmente, cómo
y con qué dosis debe usarlo. Tendrá que consultar las instrucciones de los fabricantes y remitirse
a las reglamentaciones oficiales. Deberá saber eventualmente qué ensayos de control ha de
efectuar a pie de obra para precisar la dosificación óptima a emplear, ya que los efectos de un
aditivo pueden variar con gran número de factores y, en particular, con la naturaleza del
cemento. Finalmente, tendrá que comprobar que su personal respete cuidadosamente los métodos
operativos prescritos, vigilando incluso al operario que maneja la hormigonera, que a fin de
cuentas, es el que efectúa la dosificación del aditivo.

Definiciones según normas IRAM N° 1.569 e IRAM 1.660


 Aditivo: Es el material que, aparte del cemento, el árido y el agua empleados normalmente en
la preparación del mortero u hormigón, puede incorporarse antes o durante la confección del
pastón, con el objeto de modificar alguna de sus propiedades en la forma deseada.
 Acelerador: Es el aditivo que se incorpora al pastón con el fin de apresurar la iniciación y / o
reducir la duración del proceso de fraguado.
 Aire intencionalmente incorporado: Es el volumen de aire cuya incorporación se logra
mediante el empleo de un aditivo o de un cemento que contenga un aditivo.
 Hidrófugo: Es el aditivo destinado a conferir al mortero propiedades tales que reduzcan la
absorción de agua y la permeabilidad.
 Incorporador de aire: Es el aditivo que puede agregarse durante la preparación del
hormigón, con el propósito exclusivo de incorporar aire en forma de burbujas diminutas,
esferoidales, no coalescentes, uniformemente distribuidas en la mezcla.
 Plastificante: Es el aditivo que modifica la consistencia aumentando el asentamiento,
medido según la norma IRAM 1.536, y/o reduce la cantidad de agua para una consistencia
determinada.
 Retardador: Es el aditivo que se incorpora al pastón con el fin de postergar la iniciación y / o
de alargar la duración del proceso de fraguado.
 Adiciones minerales pulvurentas: Las adiciones minerales pulvurentas están constituidas por
partículas de pequeño tamaño, que se agregan para modificar ciertas propiedades del
hormigón y que deben ser tenidas en cuenta como constituyentes volumétricas (por ejemplo,
materiales potencialmente hidráulicos, puzolanas, pigmentos).

Reseña histórica
En la antigüedad, los romanos solían agregar a sus hormigones puzolánicos:
tocino, sangre, clara de huevo, leche y otros productos orgánicos, porque notaron que esas
sustancias mejoraban la trabajabilidad, sin pensar, que la sangre, por ejemplo, actuaría
rudimentariamente como un incorporador de aire, lo que mejoraría la durabilidad del hormigón.
La fabricación del cemento Portland es relativamente reciente y se sitúa hacia los
alrededores de 1850. Poco tiempo después, y con el fin de obtener fraguados más regulares del
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cemento, se utilizó el yeso, que se adicionaba al cemento al fabricarlo o al hormigón en el
momento de su preparación; de las dos posturas, la primera es utilizada actualmente. La
incorporación de esos productos se remonta a los años 1880. Candlot, en 1888, efectuó
investigaciones acerca de la acción de este producto y demostró que, según la dosis, podía ser
utilizado como acelerador (mayor del 5% del cemento) o como retardador del fraguado.
A fines del siglo XIX, ya se habían empleado el cloruro de calcio y los
hidrófugos. La comercialización de productos que mejoran algunas de las cualidades del
hormigón, data de 1910. En 1909 se conoce el efecto retardante del azúcar por casualidad; en
1929 al mezclar mortero sobre una mesa recubierta de zinc, se notó que este material también
produjo el mismo efecto. En la década de 1930, fábricas norteamericanas utilizaron como
dispersantes para mejorar el rendimiento de la molienda del clinker, sustancias aceitosas, grasas
y resinas. Se comprobó entonces, que los hormigones producidos con esos cementos, se
comportaban mejor ante las heladas. Hechas las investigaciones del caso, se constató la
existencia, en la masa de esos hormigones, de pequeñas esferas de aire, de tamaño uniforme y
homogéneamente repartidas. Fue así como surgieron los aditivos incorporadores de aire.
En la Argentina comenzó a desarrollarse francamente la industria del aditivo, a
principios de 1950. En 1959 en Estado Unidos se moldeaban millones de metros cúbicos de
hormigón con su fragüe inicial retardado; en 1960 Alemania tenía 340 aditivos de distintas
marcas y en Inglaterra ya eran 280 en 1964, mientras que Francia en 1966 pasaba el centenar.
Con anterioridad al empleo masivo hubo mucha resistencia al uso de estos
productos por parte de diversos sectores. El gradual conocimiento y la constante difusión de sus
propiedades y aun de sus limitaciones, produjo gradualmente la adopción general. Actualmente,
la industria de los aditivos está evolucionando en forma creciente, principalmente en cuanto a los
superfluidificantes o reductores de agua de alta eficiencia, los cuales permiten obtener
hormigones de excelente trabajabilidad, para relaciones agua / cemento tan bajas como 0,20;
siendo un componente obligado en los hormigones de alta resistencia.
También ha evolucionado mucho la industria de las adiciones minerales
pulvurentas, desde que los romanos utilizaran algunos elementos puzolánicos en sus hormigones;
hoy en día la tecnología del hormigón cuenta con una amplia gama de adiciones de alta
eficiencia, como lo son la microsílice y las cenizas volantes, las cuales no sólo tienen el
mencionado carácter puzolánico, sino que aumentan la compacidad del hormigón, elevando su
resistencia a valores de hasta 120 MPa y haciéndolo mucho más durable.

Calidad y funciones de los aditivos


La uniformidad de calidad en las distintas partidas y el control en la elaboración
de los aditivos es esencial y sin embargo, suele haber productos que no reciben el más mínimo
cuidado. Por eso, es conveniente recurrir a firmas responsables y acreditadas, que brindan
asesoramiento técnico para decidir la elección más adecuada en cada caso y la dosificación más
conveniente, ofreciendo a veces, cuadros de indicaciones y cuadros de contraindicaciones.
Así como ocurre en la medicina, también en el hormigón se receta el aditivo que
corresponda al mejoramiento de la calidad o el que sea el adecuado para satisfacer necesidades
de la elaboración o mejorar ciertas propiedades, utilizando la dosis más adecuada y precisa. Si
bien el efecto que produce suele ser el previsto en la elección, también pueden existir acciones
secundarias a veces favorables y otras no.
Todos los aditivos deben ser utilizados con las debidas precauciones, dando
importancia a la calidad y a la forma correcta de su uso. A fin de evitar efectos perjudiciales al
hormigón y / o a las armaduras, se enumeran a continuación, algunas de las principales
precauciones que se aconsejan:
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TECNOLOGIA DEL HORMIGON
 Para la mayoría de los aditivos, existen límites críticos, más allá de los cuales no puede
aumentarse la dosis sin detrimento del hormigón (hasta el 6% en peso del cemento).
 Es fundamental una precisa medición de la cantidad de aditivo que se agregue a la mezcla
según la dosis establecida.
 La distribución del aditivo, dentro de la masa del hormigón, debe ser uniforme.
 Para establecer la dosis, no debe partirse de extrapolaciones, suponiendo por ejemplo, que a
doble dosis se tiene doble efecto, porque el resultado podría ser contrario a lo pretendido o
que produzcan efectos perjudiciales.
 Es muy recomendable y así se establece en los reglamentos, que los aditivos ingresen al
tambor de la hormigonera, diluidos en el agua de mezclado.
 Puede darse el caso de que exista incompatibilidad de algunos aditivos con el conglomerante
empleado, por lo que es conveniente tener en cuenta esa posibilidad.
 Cuando deba emplearse más de un aditivo en un pastón, será necesario averiguar que no sean
incompatibles; y su medición debe realizarse separadamente, como así también su
introducción en la hormigonera.
El A.C.I. enumera los efectos posibles que pueden tener los aditivos sobre el
hormigón, siendo los 5 primeros los más ampliamente buscados, y algunos de los restantes sólo
se utilizan excepcionalmente. También existen algunos aditivos que cumplen más de una de las
funciones que se expresan a continuación.
 Incremento de la trabajabilidad.
 Aceleración del endurecimiento.
 Incremento de la resistencia.
 Retardo o aceleración del fraguado.
 Incremento de la durabilidad (por aire incorporado u otro aditivo).
 Modificación de la exudación.
 Control de la expansión por reacción álcali - agregado.
 Retardo o reducción del calor de hidratación.
 Reducción del flujo capilar.
 Reducción de la permeabilidad.
 Disminución del peso específico con productos para elaborar hormigones celulares.
 Facilidad de bombeo de un hormigón.
 Reducción de la segregación.
 Reducción de la contracción.
 Incremento de la adherencia entre el hormigón y el acero.
 Incremento de la adherencia entre hormigones.
 Coloración mediante pigmentos colorantes.
 Protección con productos fungicidas, insecticidas o germicidas.
 Inhibidor de la corrosión de los metales.
 Disminución del costo unitario del hormigón.

Condiciones generales de empleo


A los efectos de obtener resultados satisfactorios en obra, tan importante como la
calidad del producto y la responsabilidad del fabricante. son la elección del aditivo adecuado
para cada necesidad y conjunto de condiciones de obra y el conocimiento de las condiciones de
un correcto empleo.
Respecto a la elección del aditivo adecuado, si el fabricante cuenta con el
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personal profesional técnico capaz, y de jerarquía reconocida en el campo de la especialidad, su
asesoramiento en el sentido indicado debe ser aprovechado. Este es el primer paso necesario para
asegurar el éxito. En ese caso el asesoramiento incluirá también las condiciones de un correcto
empleo. Al respecto es necesario destacar:
 La necesidad de conocer la dosis adecuada del aditivo para que pueda alcanzarse el fin
deseado.
 La necesidad de una medición precisa de la dosis que debe introducirse en la hormigonera.
Respecto a la dosis adecuada, como primera tentativa podrá emplearse la dosis
normal recomendada por el fabricante. En obras de gran volumen e importancia estructural, la
mencionada dosis medio convendrá que sea ajustada de acuerdo a las condiciones y
características de los materiales componentes del hormigón, y demás condiciones de la estructura
y ambientales correspondientes al momento de ejecución.
En cuanto a la medición precisa de la cantidad de aditivo a emplear, éste es uno
de los requisitos fundamentales para la obtención de resultados satisfactorios. Los aditivos, como
los demás materiales componentes del hormigón, deben ser empleados en la dosis precisa que
corresponda, siendo necesario además controlar permanentemente las mediciones. Proceder en
otra forma es exponerse a disgustos y a la obtención de resultados no satisfactorios.
El empleo de los aditivos debe ser al mismo tiempo cuidadoso e inteligente para
aprovechar al máximo las ventajas que permiten obtener dichos productos, y también para evitar
posibles inconvenientes. Debe tenerse en cuenta que la misma dosis de producto, empleada en
distintas condiciones o con diferentes materiales componentes del hormigón, principalmente
distintas marcas de cemento, distintos áridos o temperaturas, pueden dar resultados diferentes.
En lo que se refiere a los resultados que cabe esperar del empleo de los aditivos
en obra, convendrá recordar que estos productos, como cualquiera de los demás componentes del
hormigón, influyen sobre los resultados no sólo por las condiciones que dependen de la
naturaleza misma del aditivo y de los cuidados de su fabricación, sino también, por la forma en
que son empleados. Un aditivo de buena calidad, lo mismo que un cemento o cualquier material
de buena calidad, puede conducir a resultados inferiores si se los emplea mal.
Respecto a lo que acaba de indicarse cabe destacar que por error, ignorancia o
negligencia del usuario, en algunas obras se han producido inconvenientes que en un primer
momento se atribuyeron a los aditivos, cuando en realidad dichos inconvenientes no tenían nada
que ver con la naturaleza, fabricación o calidad del producto, sino con uno o más de los hechos
que siguen, que son de responsabilidad directa del usuario y que, en todos los casos, se
relacionan con un inadecuado empleo del aditivo. Ellos son:
 Inadecuada elección del tipo de aditivo.
 Desconocimiento de sus propiedades, efectos y limitaciones.
 Medición poco precisa o descuidada de la dosis adecuada.
 Deficiencia o pérdidas en el equipo de medición.
 Falta de cumplimiento de las indicaciones de empleo.
 Distribución no uniforme del producto en la masa del hormigón por un mezclado deficiente.
En resumen, la calidad del aditivo es un factor muy importante para asegurar
buenos resultados, pero si las condiciones de empleo en obra no son adecuadas, no sólo deben
esperarse resultados inferiores a los óptimos, sino que también pueden sobrevenir
inconvenientes. Por otra parte, como se ha indicado anteriormente, los cuidados y precauciones
necesarios para asegurar condiciones de empleo adecuadas, son los comunes y corrientes para el
correcto empleo de cualquier material de uso diario.

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TECNOLOGIA DEL HORMIGON
Ensayos y control de calidad
Los ensayos pueden efectuarse por el mismo fabricante, por laboratorios
especializados (para investigaciones más generales, a petición de los fabricantes o de organismos
de control) y por los usuarios. Los objetivos y, por consiguiente, los métodos de ensayo, pueden
ser bastante diferentes.

Caso del fabricante:


El fabricante controla de una manera permanente:
 La naturaleza y la calidad de los productos base que adquiere. Después de la toma de
muestras y de los ensayos, puede: rechazar el lote; o aceptarlo y prever eventualmente los
retoques necesarios para obtener un producto análogo a los suministros precedentes.
 La constancia de la calidad y la eficacia de los aditivos.
A veces efectúa investigaciones con objeto de encontrar nuevos productos o
mejorar los existentes. Aporta su ayuda técnica y sus consejos al usuario con el fin de emplear en
la obra el producto más adecuado posible, con su dosificación óptima. Es indispensable que
posea un laboratorio con un mínimo de medios. Este laboratorio puede también serle útil para la
formación del personal, y constituye una prueba de la seriedad del fabricante.

Caso de laboratorios especializados:


Estos laboratorios están destinados a emprender investigaciones básicas con el fin
de explicar mejor la acción de ciertos tipos de aditivos. En efecto, los productos adicionados
pueden modificar el proceso de hidratación de los cementos, cambiando, por ejemplo, las
velocidades de disolución de algunos de sus constituyentes (aunque los efectos de los aditivos
sean conocidos, no siempre es posible explicarlos). Los laboratorios que investigan los medios
de mejorar las cualidades y la durabilidad o vida útil de las obras de hormigón se ven,
naturalmente, conducidos al estudio de los aditivos.
Finalmente, ciertos laboratorios, realizan esencialmente ensayos de:
 Identificación del producto y constancia del tiempo de fabricación.
 Control de la limitación del contenido o porcentajes de ciertos elementos, como los cloruros.
 Control de la eficiencia del producto en condiciones bien definidas, las cuales pueden ser
esencialmente muy diferentes de las existentes en una obra particular.
 Determinación de efectos secundarios favorables o indeseables.

Caso de los usuarios:


En la obra y en las centrales hormigoneras, se procede a ensayos de rutina en
número bastante limitado, que pueden tener por objeto:
 Elegir uno o dos aditivos entre la gama de los que fueron previamente seleccionados.
 Determinar las condiciones mismas en que se construye la obra, la dosis óptima a utilizar
dentro de la medida en que lo permiten las especificaciones y catálogos.
 Controlar regularmente algunas de las características del hormigón adicionado con aditivo,
como el contenido de aire ocluido.
Finalmente, los ensayos de laboratorio son indispensables porque permiten:
 La puesta a punto de la dosificación de los aditivos.
 Una mejor compresión de la manera cómo actúan.
 Control de la calidad y de la constancia de las propiedades a lo largo del tiempo.
Los resultados no son rigurosamente válidos más que para el mortero o el
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hormigón del tipo ensayado. En el caso de un hormigón amasado a pie de obra, el efecto puede
ser algo diferente, ya que los factores de variación de un hormigón a otro pueden ser de mucha
importancia.

Tipos de ensayos:
Los ensayos a efectuar pueden ser diferentes, según se trate de adiciones en polvo
(más o menos solubles en el agua) o de un aditivo líquido. A continuación, se mencionan las
propiedades más importantes a estudiar en cada uno de los dos casos.
 Adiciones minerales:
• Análisis químico (buscando azúcares, sulfuros, cloruros y sulfatos).
• Análisis con rayos X, difracción electrónica, análisis térmico diferencial.
• Pérdida al fuego o por ignición.
• Solubilidad en agua.
• Masas volumétricas: aparente y absoluta (picnómetro).
• Granularidad: superficie específica (Blaine), curva granulométrica, vista al microscopio.
• Conservación: higroscopicidad, aptitud de agrumado.
 Aditivos líquidos:
• Idem a adiciones en los 4 primeros puntos.
• Color y pH.
• Punto de congelación y de ebullición.
• Temperaturas de transformación y estabilidad frente a cambios de temperatura.
• Conservación: espesor decantado en reposo, aspecto luego de su almacenamiento.
Además, las características de los morteros y hormigones elaborados con aditivos
y/o adiciones, deben ser ensayados mediante todos los procedimientos y ensayos descriptos en
los capítulos anteriores, para verificar realmente la aptitud del aditivo o adición, para el conjunto
de cemento, agua y áridos que se empleará en la obra. Entre ellos se pueden mencionar: tiempo
de fraguado inicial y final; evolución de la resistencia a diferentes edades; trabajabilidad (cono
de Abrams); retracción por fraguado y cambios volumétricos; calor de hidratación; resistencias
mecánicas; permeabilidad; resistencia al congelamiento y deshielo; resistencia a la abrasión y
posibles reacciones con los componentes de cementos y/o agregados, entre otros.
Las normas de ensayo IRAM y las disposiciones del CIRSOC 201, en lo referente
a aditivos y adiciones, serán estudiadas en el último apartado del presente Tema.

Conclusiones
Tanto los estudios e investigaciones de laboratorio, como la experiencia recogida
en importantes obras ejecutadas en el país, han puesto de manifiesto que el empleo juicioso,
inteligente y controlado de los aditivos, lleva consigo innegables ventajas, que son las que sin
dudas han contribuido en forma preponderante para que el empleo de estos productos se haya
extendiendo rápidamente en nuestro medio. Por tal razón, y como contribución al uso racional de
los aditivos, condición imprescindible de su empleo, se presentan las recomendaciones
generales, que resumen lo expuesto en los apartados anteriores:
 El progreso de la construcción de las pequeñas y grandes estructuras de hormigón, y la
complejidad de las grandes obras que el país necesita, exigen cada día más, que tanto los
cuerpos técnicos de las Reparticiones Públicas como de las Empresas Constructoras, se
interioricen de las grandes posibilidades y ventajas, como asimismo las limitaciones, que los
aditivos ofrecen para modificar en forma favorable las propiedades del hormigón.
 Es necesario tener en cuenta que un aditivo no es un medio milagroso que permite
transformar un hormigón de mala calidad en otro de buena calidad, sino un producto que
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TECNOLOGIA DEL HORMIGON
puede mejorar las características, propiedades y condiciones de un hormigón de buena
calidad, y a menudo también reducir los costos de la construcción.
 Los aditivos deben ser empleados previo conocimiento de sus características y resultados.
Estos deben ser ofrecidos por su fabricante, o deben ser determinados experimentalmente en
un laboratorio especializado, empleando materiales tipo, o preferentemente los materiales de
obra, en condiciones que contemplen las que prevalecerán en el momento de ejecución.
 Sólo deben emplearse aditivos de marcas y resultados conocidos. Además, para seleccionar
un producto de determinado tipo, dentro de los de distinta marca, es condición muy
importante que además de las especificaciones técnicas, que deben satisfacer los
requerimientos establecidos, se tengan en cuenta la seriedad, honestidad y responsabilidad
técnica y moral del fabricante. El costo del producto, aunque no es un factor despreciable, no
debe tomarse como único factor determinante. Deben cumplir con las normas vigentes en
nuestro país, que se describirán en el último apartado del presente Tema.
 Debe tenerse presente que para la obtención de buenos resultados, se requiere, lo mismo que
para cualquier otro de los materiales componentes del hormigón, una dosis adecuada y una
medición precisa del producto.
 El efecto que produce un determinado aditivo sobre el hormigón, depende de varios factores
y principalmente del tipo y marca del cemento, del mayor o menor contenido unitario de
cemento, de la temperatura ambiente, entre otros.
 El empleo de aditivos no exime de la necesidad de adoptar las precauciones normales y
corrientes a la adecuada selección y control de calidad de los materiales componentes del
hormigón, de emplear una adecuada dosificación de los mismos, de medirlos adecuadamente
y mezclarlos perfectamente, y de observar las prácticas más convenientes en las etapas de
transporte, colocación, protección y curado de dicho material.
 Por último es conveniente recordar que el empleo de los aditivos exige prudencia,
información suficiente en el capataz de obra (sin excesiva información técnica que estaría
fuera de lugar), e indicaciones prácticas claras y precisas para el personal obrero encargado
del manipuleo y medición.
La realización de ensayos para determinar las características y calidad del
hormigón a medida que se desarrolla el proceso constructivo, es el único medio que dispone el
ingeniero para verificar si el material con que se ejecuta la estructura reúne las condiciones
previstas en el proyecto. Esto, que es una verdad indiscutida para cualquier tipo de hormigón y
de estructura, mantiene su total validez también en el caso del empleo de aditivos.

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