Está en la página 1de 4

Un nuevo material de construcción ahorra

energía
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han patentado unos paneles de yeso
que almacenan energía térmica. Los edificios donde se instalen pueden reducir hasta un
40% su consumo energético.

Imagen de un panel de yeso con PCM instalado en un local. Imagen: ©UPM.

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han


desarrollado y patentado paneles de apariencia similar al yeso capaces de almacenar energía
térmica. Los paneles, combinados con estrategias pasivas (como el soleamiento o la
ventilación natural) reducen el consumo energético de los edificios hasta en un 40%. El
avance contribuye a paliar el problema de la crisis energética, según sus promotores,
especialmente en España donde se importa el 80%.

La investigación del grupo de Construcción y Tecnologías Arquitectónicas de la ETS de


Arquitectura de la UPM se basa en la incorporación de materiales de cambio de fase o PCM
(del inglés: Phase Change Materials) a los paneles. Este nuevo elemento constructivo es
capaz de almacenar, en 1,5 cm de espesor, cinco veces la energía térmica de un panel de
yeso convencional con el mismo espesor. Así, logra mantener la temperatura del local
donde se instala en el rango de confort (20-30ºC) sin necesidad de sistemas de
climatización. Además, el plazo de amortización de la inversión es corto, entre uno y dos
años.

Son muchas las aplicaciones de los PCM en diversos campos, como el sanitario, botánico o
deportivo. En construcción, desde inicios de los años 80, se investiga para integrarlos en
diferentes elementos constructivos (hormigón, yeso, cerámica, vidrio…).

Los PCM son sustancias que almacenan o liberan energía térmica, en forma de calor
latente. Durante el día los 'excedentes energéticos' (procedentes de la radiación solar,
electrodomésticos, usuarios,…) favorecen su licuado, evitando el sobrecalentamiento del
local. Por la noche, cuando la temperatura exterior baja, se solidifican liberando la energía
acumulada al ambiente, evitando el subenfriamiento. El efecto es el de un muro grueso y
pesado de gran inercia térmica.

Para el desarrollo del nuevo material, los investigadores de la UPM eligieron el yeso dada
su disponibilidad, profusa utilización en la edificación y bajo coste, así como la facilidad de
integración de nuevos aditivos. Además, su posición es siempre del lado interior del
aislamiento, lo que asegura un aprovechamiento de su capacidad teórica de almacenamiento
térmico de un 90-95% (capacidad térmica útil), frente a un aprovechamiento del 10-15 %
que se consigue cuando se coloca al exterior del aislamiento.
Incorporar hasta el 45% de PCM

Esto no es nuevo, ya que desde los años 90 se investiga la integración de PCM en yeso,
incluso existe un producto comercial. Sin embargo, hasta ahora el máximo porcentaje de
PCM incorporado en paneles de yeso era de un 26%, frente al 45% que se ha conseguido en
esta investigación. Esto es debido a que estas sustancias merman la capacidad mecánica del
elemento constructivo.

Para evitar problemas con el yeso durante la fase líquida se han elegido como PCMs,
parafinas microencapsuladas, fabricadas por BASF. Además, para conseguir un porcentaje
elevado de PCMs en el panel y, a la vez, garantizar el cumplimiento de la normativa en
cuanto a prestaciones físicas y mecánicas, se han incorporado otros dos aditivos a la
mezcla: fibras y fluidificante.

Experimentalmente se han combinado los agregados entre sí -yeso, PCM, fibras y


fluidificante-, variando las proporciones para obtener diferentes compuestos. Éstos se han
ensayado para conocer sus propiedades físicas (densidad, porosidad, trabajabilidad, tiempo
de fraguado,…), mecánicas (dureza, resistencia, flexibilidad,…) y estéticas.

Se ha elegido la combinación que contiene mayor porcentaje de PCMs -45%- cumpliendo


con la normativa de aplicación, y se ha ensayado térmicamente. Así se ha conseguido un
nuevo elemento constructivo capaz de almacenar, en 1,5 cm de espesor, 5 veces la energía
térmica de un panel de yeso convencional con el mismo espesor, y la misma cantidad que
una fábrica de ½ pie de ladrillo, en el rango de temperaturas de confort (20-30 ºC). Otra
gran ventaja es el corto plazo de amortización de la inversión inicial, de uno a dos años.

TECNOLOGÍAS: Tecnología de materiales

Un material con nanopartículas consolida


la piedra en edificios deteriorados




Investigadores de la Universidad de Cádiz han comprobado, tanto en el laboratorio como en


condicones reales, que las nanopartículas de sílice cohesionan los granos de roca. El avance
ha permitido desarrollar un material para ayudar en la restauración y conservación de
monumentos del patrimonio cultural.

Más información sobre:


sílice
consolidante
nanomateriales
piedra

Fundación Descubre | | 24 junio 2015 10:00

1/1

El grupo de investigación Tamices Moleculares y otros Nanomateriales de la Universidad


de Cádiz ha desarrollado el nuevo material consolidante. / Fundación Descubre

El grupo de investigación Tamices Moleculares y otros Nanomateriales de la Universidad


de Cádiz ha demostrado la efectividad de un nuevo material consolidante de la piedra de
edificios históricos deteriorados por el paso del tiempo, la contaminación ambiental o la
polución.

La novedad de esta fórmula consiste en la utilización de nanopartículas de sílice, un


compuesto que, debido al tamaño nanométrico de los granos que lo integran, penetra en
profundidad en las estructuras. Los expertos han comprobado ya estas ventajas tanto en el
laboratorio como en restauraciones arquitectónicas y arqueológicas.

Para desarrollar el nuevo material, los investigadores se han basado en la nanotecnología.


Esta permite el diseño de materiales que, reducidos a escala microscópica, casi molecular,
muestran propiedades muy diferentes a las que habitualmente exhiben en su formato
normal.

La novedad de la fórmula consiste en usar nanopartículas de sílice que penetra en


profundidad en las estructuras

En esta ocasión, el nanomaterial consigue una mejor consolidación de los edificios. Este
proceso consiste en la aplicación de una sustancia que, al penetrar en profundidad en el
material de construcción, en este caso piedra, mejora su cohesión, es decir, permite que la
roca degradada se adhiera a la que está ‘sana’.

Con este objetivo ya se comercializan nanomateriales que –indican los expertos– a pesar de
su efectividad, presentan un inconveniente: la aparición de fracturas en los poros de la
piedra durante la fase de secado del producto. “El consolidante se aplica en líquido y
solidifica de forma espontánea y a temperatura ambiente en el interior de la piedra. En este
proceso, se producen una serie de reacciones químicas que provocan diferentes tensiones
que, al final, conducen a la rotura del material”, explica la investigadora principal de este
proyecto, María Jesús Mosquera, de la Universidad de Cádiz.

Para evitar la formación de esas fracturas, los expertos añadieron a los monómetros de
silicio un agente químico destinado a reducir esas diferencias de tensiones. De este modo,
se consigue que el consolidante, al convertirse en sólido, no fracture el interior de la roca.
Junto a ésta, otra de las ventajas del nanomaterial es que funciona bien en todo tipo de
piedra. “Los productos comerciales muestran escasa eficacia en rocas carbonatadas, sin
silicio. Son consolidantes que, químicamente, no enlazan bien con esta variedad. Para
mejorar esta deficiencia hemos añadido el surfactante”, comenta la investigadora.

Consolida en granito y en caliza

De esa forma han conseguido que el material consolide en granito, utilizado en la mayoría
de edificios que forman parte del patrimonio cultural en Galicia y otras zonas del norte de
España, o en caliza, una clase de roca carbonatada muy abundante en Andalucía con la que
se construyó, por ejemplo, la Cárcel Real de Cádiz.

Se han efectuado pruebas en la restauración de la iglesia románica Santa María del Campo,
en Galicia

Las pruebas realizadas para comprobar la efectividad de este nuevo nanomaterial


consolidante se recogen en un estudio publicado en la revista Construction and Building
Materials, que presenta la restauración real de la iglesia románica Santa María del Campo,
en Galicia.

Para ello, los investigadores realizaron ensayos con piedra extraída de la propia cantera con
la que se construyó el edificio. Sobre ella aplicaron el consolidante líquido con ayuda de un
rodillo, brocha o espray, la misma metodología que posteriormente se utiliza en el edificio.

“Las nanopartículas, al solidificar en el interior de los poros de la piedra, se van uniendo


unas a otras y forman un polímero, es decir, una especie de estructura que consolida el
grano”, aclara la autora del estudio, quien indica que es necesario que transcurran unos 15
días desde la aplicación para que el producto tenga efecto.

Los expertos también hicieron pruebas con otros dos consolidantes comerciales para
comparar los resultados y confirmar la efectividad del nuevo nanomaterial. Sólo entonces
se aplicó en el edificio original. Por otra parte, los efectos del consolidante han sido
evaluados igualmente en tres yacimientos arqueológicos de Andalucía: Carteia (Cádiz),
Baelo Claudia (Cádiz) y Acinipo (Ronda, Málaga).

La siguiente fase de este proyecto, financiado por la Consejería de Economía y


Conocimiento, consiste en el desarrollo de otros nanomateriales que, sobre la misma base
de sílice, tengan otras aplicaciones. Por ejemplo, autolimpiantes, que permiten borrar de la
fachada de un edificio pintadas o grafitis por efecto de la luz solar o nanomateriales con
efecto biocida, destinados a eliminar aquellos microrganismos (hongos, algas) que crecen
en la piedra.

http://es.euronews.com/2015/04/29/el-geopolimero-inorganico-un-nuevo-material-casi-tan-
resistente-como-el-granito/

También podría gustarte