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ISBN: 978-612-00-2517-8

LA PROVINCIA DE HUARAL EN
LA HISTORIA

PIETER D. VAN DALEN LUNA


Promoción 2016, Colegio María Reyna, Huaral.

Plaza e iglesia del histórico pueblo de San Juan de Viscas, distrito de Pacaraos.
LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA
HISTORIA

PIETER D. VAN DALEN LUNA

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La provincia de Huaral en la historia


© Pieter van Dalen Luna (autor)

Tiraje: 500 ejemplares

Autor-Editor:
Pieter Dennis van Dalen Luna
Urb. Julio Colán, Mz. D, Lote 5, Huaral – Huaral – Lima.
Primera edición: Lima, diciembre de 2016
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: N° 2016-17507
ISBN: 978-612-00-2517-8

Diagramación y cuidado de edición: Pieter van Dalen Luna

Diseño de carátula: Pieter van Dalen Luna.

Imagen de carátula: Superior izquierda: Figurina antropomorfa cerámica, Sacachispa.


Superior medio: Vasija Chancay tipo china, Macatón. Superior izquierda: Tejido
Chancay Inca procedente del valle Chancay.

Imagen de contracarátula: Superior: Promoción 2016 de quinto de secundaria del


Colegio María Reyna. Inferior: Plaza e iglesia del histórico pueblo de San Juan de
Viscas, distrito de Pacaraos.

Impresión: JUAN GUTEMBERG, EDITORES E IMPRESORES E.I.R.L.


Av. Bolivia 148, Stand 2069 - Centro Comercial Centro Lima, Lima 1.
Telf.: 99958-1716. E mail: juangutemberg@hotmail.com

Derechos reservados, prohibida la reproducción de este libro por cualquier


Medio, total o parcialmente sin permiso expreso del autor-editor.

VAN DALEN LUNA, Pieter


La provincia de Huaral en su historia. Lima: 2016.
Palabras claves: Huaral, historia, región Lima, norte chico, valle Chancay.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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INDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………….. 5

1 LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY-HUARAL………………………………………..9

2 PROCESO CULTURAL PREHISPÁNICO EN LA CUENCA BAJA DEL RÍO


CHANCAY-HUARAL……………………………………………………………………23

3 PROCESO CULTURAL PREHISPÁNICO EN LA CUENCA ALTA DEL RÍO


CHANCAY-HUARAL……………………………………………………………………71

4 PROCESO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA COLONIA…..91

5 PROCESO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA REPÚBLICA.103

CONCLUSIONES………………………………………………………………………….123

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………….125

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo constituye una obra importante para la provincia de Huaral, pues
aborda la historia de esta provincia, desde la aparición de los primeros grupos humanos
hace más de 10 000 años aproximadamente, hasta la actualidad, haciendo mayor énfasis
en la historia social de sus pueblos y comunidades. Hablar de la provincia de Huaral, es
hablar de una nobel provincia, la penúltima provincia en crearse en la región Lima, antes
de Barranca. Sin embargo, las evidencias arqueológicas e históricas hacen referencia a la
complejidad histórica y cultural que han tenido cada uno de sus pueblos.

En la actualidad, la provincia de Huaral está conformada por treinta y seis


comunidades campesinas, salvo dos, todas altoandinas, donde las principales actividades
económicas de su población actual, es la ganadería y la agricultura, al igual que sus ayllus
de épocas prehispánicas. Estas actividades conjugan en todos los aspectos de su vida
doméstica, cuyo reflejo es visible en las festividades tradicionales que aún hasta hoy se
siguen celebrando cada año.

Al hacer una revisión acerca de los antecedentes de estudio históricos, arqueológicos,


antropológicos, sociológicos, lingüísticos, turísticos, entre otras disciplinas sociales y
humanas; vemos que son pocos los autores que han trabajado la problemáticas social de
esta provincia. Entre los principales trabajos realizados, cabe mencionar al Proyecto
Etnográfico Chancay, dirigido por José Matos Mar desde la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, quien conjuntamente con sus estudiantes e investigadores, desarrollaron
investigaciones antropológicas en una muestra de comunidades campesinas de la cuenca
alta, entre las que figuran: Pacaraos, Huayopampa y Huascoy. Como resultado de estos
trabajos se publicaron una serie de libros a cargo de estos investigadores 1. Casi por los
mismos años, inicios de la segunda mitad del siglo pasado, el mismo José Matos Mar,
dirigía un proyecto de investigación sobre la situación de las haciendas y el yanaconaje en
el valle bajo, analizando aspectos sociales, económicos y culturales. De igual manera,
siguió de cerca el proceso de la Reforma Agraria en estas haciendas de Huaral, Chancay
y Aucallama; y como este proceso dio paso a la conformación de las Cooperativas Agrarias
de Producción, como fue el caso de Huando y muchas otras. En el caso de la cuenca alta
el sistema básico de organización son las Comunidades Campesinas, las cuales están
dirigidas por la Directiva Comunal y la Asamblea Comunal.

Desde la aparición de los primeros grupos humanos en la cuenca, pensamos que hace
10 mil años según los datos de la vecina altipampa de Junín, hasta la aparición de las
sociedades complejas en la cuenca alta, como el caso de los Atavillos, las formaciones
sociales, pasaron por varios estadios desde lo más simple hacia lo más complejo. Entre los
principales acontecimientos debemos señalar el sedentarismo y la domesticación de

1 Revisar en la extensa bibliografía presentada al final del presente trabajo.

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plantas y animales. Hasta el momento los datos arqueológicos indican que la domesticación
de los camélidos (llama, alpaca, vicuña) se dio en la región contigua del Lago Junín, también
conocido como Punas de Junín; pues así lo señalan las evidencias de Telarmachay,
Pachamachay y otros sitios del Periodo Lítico en esta zona. Por tratarse de una zona muy
cercana y que hasta el Tawantinsuyu ha mantenido estrecha relación con la cuenca alta del
Chancay-Huaral, el territorio de mayor elevación de la cuenca (Vichaycocha, Pacaraos,
Santa Cruz de Andamarca, San José de Baños y Santa Catalina) habría estado inmerso en
los procesos y como ruta de tránsito de los grupos humanos trashumantes que se
encontraban experimentando este proceso de domesticación de camélidos en las Punas
de Junín.

La complejización de la sociedad en la cuenca alta dio como resultado la aparición de


varias formaciones sociopolíticas, las que en su conjunto son conocidas como Atavillos.
Como evidencia de esta cultura tenemos complejos asentamientos como: Rupac (C. C. San
Salvador de Pampas), Chiprac (C. C. de San Juan de Uchucuanico), Añay (C. C. Pallac);
Cachirmarca, Culle y Chupas (C. C. San Juan de Viscas); Purunmarca y Ninash (C. C. San
Miguel de Vichaycocha); Araro y Andamarca (C. C. Santa Cruz de Andamarca);
Tamborhuasi (C. C. Pacaraos); Arcotoral y Marca Piche (C. C. San José de Baños), San
Cristóbal (C. C. San Cristóbal de Coto); Yaros (C. C. Lampián), entre otros. Estos
asentamientos están conformados por sectores político – administrativos, domésticos y
funerarios; aunque sus construcciones más representativas son los Kullpis, edificios de
hasta siete metros de altitud, edificados de piedras canteadas con argamasa, con cámaras
internas, donde se desarrollaban múltiples funciones como domésticas, almacenamiento y
funerarias. Estos asentamientos o pueblos estuvieron en uso desde los 800 d.C. hasta
después de la invasión hispana, ya que a partir de 1550 d.C. estos pueblos fueron reducidos
por las autoridades españolas (políticas o eclesiásticas), para la fundación de los nuevos
pueblos hispanos edificados en patrón ajedrezado con manzanas cuadradas o
rectangulares.

Otro pasaje importante de la historia de la provincia de Huaral es la actuación que


tuvieron sus pueblos y comunidades en el proceso de Independencia. En el valle de
Chancay – Huaral se desarrollaron acciones armadas entre las fuerzas de San Martín (que
se hallaban primero dirigidas desde el Cuartel General de Huaura y luego desde el Cuartel
General de Retes en Huaral) en contra de las fuerzas españolas del Virrey Joaquín de la
Pezuela. Un hecho importante y que inclinó la balanza a favor de los independentistas fue
el levantamiento de los integrantes del Batallón Numancia, quienes en las alturas de
Huachoc capturaron a sus oficiales y volvieron marchando hacia el Cuartel General Retes
para integrarse a las fuerzas de San Martín. Se trataba de uno de los batallones españoles
más temidos por el gran poderío militar que tenían, cuya fama se extendía por casi toda
América del Sur.

Durante este periodo de la Emancipación, cientos de pobladores y comuneros


participaron en los enfrentamientos con los españoles, algunos formando parte de los
ejércitos que participaron en la toma de Lima, o posteriormente en las Batallas de Junín y
Ayacucho; mientras que los pobladores de la cuenca alta participaron mayormente en las
montoneras, ejércitos de comuneros que atacaban a las fuerzas realistas cuando pasaban
por cada pueblo, lo que originó cuantiosas bajas entre las fuerzas españolas, debilitándolos
militar y moralmente. Para este periodo son importantes los trabajos del historiador Emilio
Rosas Cuadros, quien cuenta con los inventarios comunales de los aportes a las fuerzas
de San Martín, tanto en bienes, productos comestibles y hombres.

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El valioso apoyo brindado a los ejércitos independentistas, hizo que a inicios de la


República se creen nuevos distritos como Pacaraos, Lampián, Ihuarí, Atavillos Bajo y
Atavillos Alto. De igual manera se creó el nuevo distrito de Chancay que pasó a formar parte
del departamento de La Costa.

Durante la independencia, la provincia de Huaral mantuvo socialmente la misma


condición que en la Colonia, en especial los pueblos de la cuenca alta. El sistema de
explotación laboral de sus habitantes continuó desde el momento que Simón Bolívar
instauró el tributo indígena. El nivel de marginación de estos pueblos fue tan elevado,
situación que se generalizó con el crecimiento del sistema de hacienda en el valle bajo. Así,
hacia inicios del siglo XIX el valle bajo estaba conformada por numerosas haciendas, siendo
las más importantes las de: Huando, Boza, Pasamayo, Caqui, Palpa, Esquivel, Jecuán,
Retes, Jesús del Valle, La Huaca, Chancayllo, Laure, Miraflores, Cuyo, Huayán, Torre
Blanca, entre otros.

Hacia la década de 1970 con la aplicación de la Ley de Reforma Agraria se da la


transformación del campo peruano. Las haciendas desaparecen con sus sistema de
dominación y explotación; creándose Cooperativas Agrarias de Producción. En esta misma
década se inicia un fuerte proceso de migración desde las áreas rurales hasta las crecientes
ciudades. Este fenómeno fue más creciente y acelerado en el valle Chancay hacia finales
de la década de 1980, cuando las grandes ciudades de Huaral y Chancay crecen
poblacionalmente.

Como se ha visto, el proceso histórico de la provincia de Huaral es amplio y complejo.


En este sentido, he querido presentar este libro con la especial ocasión de la celebración
de la Promoción 2016 del quinto de Secundaria del Colegio Parroquial María Reyna,
quienes con mucha estima han pedido al autor del presente libro, que sea su padrino de
promoción, a lo cual he aceptado muy honrosamente.

Por ello, este trabajo está dedicado a cada uno de los integrantes de esta promoción;
futuros ciudadanos que estoy seguro darán grandes alegrías y satisfacciones a nuestra
provincia. Los integrantes de esta promoción, correspondiente al quinto “A” son los
siguientes alumnos: Anny Diana Adrián Rojas, Danian Cárdenas Quispe, Benji Chávez
Rosario, Katherine Nicol Colán Peña, Cristopher De la Sota Peña, Sofia Espinoza Lázaro,
Ana Cristina García Dulanto, Angélica Gonzáles Jara, Ana Guerrero Buitrón, Fabián Lugo
Carbajal, Leslie Manrique Villanueva, María Monteverde Lobatón, Edgar Akira Morán Nicho,
Any Akemy Picón Cruzado, Jeanpool Ramírez Melchor, Rodrigo Raúl Rodríguez Vela,
Rubén Alonso Rosales Osorno, Brandon Saavedra Reyes, Cristian Salas Mazo, Juan
Daniel Sánchez López, Jhon Anthony Valverde Félix y Yuriko Milagros Wong Ruiz. Por su
parte, los integrantes del quinto “B” son: Milagros Isabel Avalos Wong, Marlos Justo Aybar
Capillo, Chelsy Tatiana Calero Chávez, Daniel Casasola Rojas, Renzo Chumpitasi Santana,
Anel Cecilia Colán Herrera, Franco William Díaz Cañedo, Angel Giovani Falcón Falconí,
Sandra Graciano Zorrilla, Angie Sofía Jara Flores, Angie Narumi Maeda Flores, Luis Ángel
Matta Guajardo, Carlos Mauricio Mora Ramos, Marco Martín Nakano Martínez, Keyla
Naupari Vilcachagua, Pablo de Jesús Ojeda Salguero, Bryan Giovanni Pariona Erazo,
Wendy Elena Rojas Chacón, Bryan Javier Torres Reinoso, Ricardo André Wong Ruiz y Ana
Claudia Zerpa Buleje. Quiero aprovechar este último párrafo para agradecer al Dr. Edgardo
Casasola por la confianza depositada en mi persona.

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Este trabajo está dedicado a la


Promoción 2016 del quinto de
Secundaria “A” y “B” del Colegio
Parroquial María Reyna de la ciudad
de Huaral.

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CAPÍTULO 1:

LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY – HUARAL

La cuenca del río Chancay – Huaral2 se encuentra ubicado geográficamente en la


costa central del Perú, perteneciente a la vertiente hidrográfica del Pacífico. Políticamente
se ubica íntegramente en la provincia de Huaral, departamento de Lima, ocupando
territorios de todos los distritos de la provincia como Chancay, Huaral, Aucallama, Ihuarí,
Lampián, San Miguel de Acos, Sumbilca, Atavillos Alto, Atavillos Bajo, 27 de Noviembre,
Pacaraos y Santa Cruz de Andamarca.

La cuenca del río Chancay – Huaral limita por el Norte con la cuenca del río Huaura y
la cuenca de Río Seco de León (Vertiente del Pacífico), por el Sur con la cuenca del río
Chillón (vertiente del Pacífico), por el Este con la cuenca del río Mantaro (Vertiente del
Amazonas) y por el Oeste con el Océano Pacífico. La cuenca se ubica entre las
coordenadas UTM (Sist. PSAD-56) Este: 246 000 y 287 000, Norte: 8 713 000 y 8 742 000.

Esta cuenca tiene en total un área de 3 279 Kms2. Desde el punto de vista altitudinal
se va elevando desde el nivel del mar, en las orillas del océano Pacífico, playas de Chacra
y Mar, Chancay y Chancayllo; hasta las cumbres más elevadas de la cadena occidental de
los Andes Centrales, que actúa también como divisoria de aguas entre los ríos de la
vertiente del Pacífico y del Atlántico. El eje mayor de la cuenca tiene 94.75 Kms., mientras
que el menor tiene 34.75 Kms. El 49 % del total de la cuenca se ubica por encima de los 2
500 metros sobre el nivel del mar.

El lugar más alejado de origen de las aguas del río Chancay–Huaral se ubica en la
cordillera de Antajina o Antajirca, a 3 940 metros sobre el nivel del mar. Las aguas se reúnen
en la planicie de Pishgohuangana, precipitándose por zonas una pequeña quebrada muy
escarpada dando así origen al río Vichaycocha, al recibir las aguas del río Chucupampa. El
río Vichaycocha se desplaza hacia el Oeste hasta cambiar su nombre por el de río
Pacaraos, al unirse con las aguas del río Chungar o Chicrín, que a su vez se origina de los
desagües de un conjunto de lagunas como Ccacray, Chungar, Yanahuin, Yucán, y Soco.
El río Pacaraos hace confluencia con el río Baños en la localidad de Puente Tingo a 2 750
metros sobre el nivel del mar, que a su vez se origina en las lagunas de Aguashman, dando
origen propiamente al río Chancay – Huaral, denominado en este sector río Acos.

El río Chancay – Huaral no presenta claramente diferenciadas sus etapas o sectores


clásicos. La etapa juvenil comprende desde sus orígenes hasta la desembocadura de los
ríos Pacaraos y Baños, en Tingo. La cuenca alta o etapa juvenil del río está conformada

2 Se le denomina Chancay – Huaral para diferenciarlo del río Chancay ubicado en el departamento de
Lambayeque.

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por un área de recepción o captación de aguas, formada por las subcuencas de los ríos
Acos, Baños, Pacaraos, Cárac y Huataya. Todos estos tienen su origen a partir del desagüe
de lagunas de origen glaciar, observándose numerosos circos glaciares en los alrededores
de estas lagunas, como las de Chungar (la más grande de la cuenca), Ccacray, Yanahuín,
entre otras. En esta etapa juvenil, la cuenca se caracteriza por presentar ríos de fuerte
pendiente, descendiendo a medida que se van acercando a la Costa.

La etapa de madurez del río, también llamado valle medio, se caracteriza por el
encajonamiento del valle, aunque el río tiene una pendiente media, no tan pronunciada. El
valle medio se extiende hasta la localidad de Palpa, lugar donde se encuentra el cono de
deyección del valle, donde comienza la ampliación del mismo, en la localidad de El Tres.
La geología del valle medio está formado por depósitos fluviales, producto de la
acumulación fluvial formado por arenas, arcillas, gravas y cantos rodados; así como
depósitos alternos, producto de la actividad fluvial y eólica. Los suelos son alcalinos de
excelente drenaje. La zona en estudio comprende dos zonas fisiográficas distintas: el
paisaje montañoso árido, con un alto nivel de aridez, de relieve moderado a un poco
pronunciado, atravesado por varias quebradas. El otro es el paisaje de valle encajonado,
caracterizado por el angostamiento y encajonamiento del valle, dando lugar a la forma en
“V” en su sección transversal. Esta zona llamada también Chaupi-yunga, cuenta con un
clima muy seco y semicálido, con temperaturas entre 15,9° y 22,9° C. y con una
precipitación anual de 80 mm.

A partir de El Tres, se abre el cono de deyección dando lugar a la deposición de los


materiales y elementos de arrastre, formando la llanura aluvial, valle bajo y la etapa de
senectud del río. En esta zona el río se desplaza en un terreno ligeramente ondulante,
tomando dirección Oeste, hasta desembocar en el Océano pacífico, a unos pocos
Kilómetros al Sur del Puerto de Chancay, en las inmediaciones de Las Salinas. El amplio
valle bajo es apto para la agricultura, especialmente de frutales, principal producto.

La parte baja del cauce del río Chancay, presenta un interfluvio regular de erosión
lineal, dinamizándose ya cerca de su desembocadura, originando la erosión lateral de las
terrazas fluviales.

La humedad relativa es alta en invierno llegando al 100 %, lo que produce lloviznas


conocidas como garúas. La temperatura media anual del valles es entre 18º y 19º C.

El colector truncal de escurrimiento de la cuenca del río Chancay recibe por la margen
derecha los ríos de Cárac y Huataya, y las quebradas de Lumbra y Huerequeque; mientras
que por la margen izquierda al río Añasmayo y la quebrada de Orcón.

Las horas de sol mensual en el valle bajo varía entre una media mensual máxima de
209.2 horas (abril) y una media mensual mínima de 57.4 horas (agosto).

El río Chancay, a diferencia de otros ríos costeños, no forma un cauce sinuoso y


encañonado, ni forma profundas terrazas aluviales, como el caso del Rímac, solo ligeros
meandros; salvo en algunos sectores entre las localidades de Tingo y Acos (como
Ripalchingana), donde se encañona ligeramente para luego volver a su cauce casi llano y
directo.

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Figura 1: Vista del valle del río Huataya, con el pueblo de Ihuarí.

Figura 2: El valle medio del río Chancay donde se cultivan frutales. Alrededores
del poblado de San Miguel.

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Figura 3: Vista de la altipampa de La Viuda en los alrededores de Alpamarca en


San José de Baños, con sus lagunas que sobresalen del paisaje plano.

Figura 4: Vista del humedal de Santa Rosa, Chancay, con su fauna y flora
característica.

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PRINCIPALES AFLUENTES DEL RÍO CHANCAY - HUARAL

La sub cuenca del río Vichaycocha

El río Vichaycocha se constituye en el afluente más lejano de toda la cuenca del río
Chancay-Huaral. Tiene una sub cuenca colectora de 189 Kilómetros cuadrados, y en su
confluencia por la margen derecha con el río Chungar o Chicrín, forman el río Pacaraos, a
su vez afluente principal del río Chancay – Huaral.

El río Vichaycocha se forma a partir de los desagües de las lagunas ubicadas en la


parte mas elevada de la cuenca, los mismos que se encuentran reunidos en dos
agrupamientos: las del grupo Patococha, integrado por las lagunas Patococha, Suerococha,
Aguascocha, y Champahuasi; y las del grupo Purapa, conformado por las lagunas de
Rahuite, Chancán, Aguashumarguna, Puractisho, Chalhuacocha, Huatococha y
Chinicocha. Del total de estas lagunas solo dos se encuentran reguladas, las de Rahuite y
Chancán.

Las principales escorrentías acuíferas que dan origen al río Vichaycocha, son la
quebrada Escalón, formada a su vez por las quebradas de Pacla y Yanahojsha, en la
margen izquierda; y la quebrada de Rahuite. Un afluente principal es la quebrada de Janca
y Shipra.

Se une con el río Chirín, pasando la localidad de Vichaycocha, dando origen al río
Pacaraos.

La sub cuenca del río Chicrín

El río Chungar o Chicrín nace a partir de los desagües de las diferentes lagunas
ubicadas en la cabecera de su cuenca, como son las de Yancán, Ccacray, Yanahuín, Soco,
Chungar y Marca. La cuenca del río Chicrín es de 11 Kilómetros cuadrados, encontrándose
íntegramente dentro de la llamada cuenca húmeda. Del total de lagunas, tres se encuentran
reguladas: Ccacray, Chungar y Yucán, con fines energéticos.

Su confluencia con el río Vichaycocha, por la margen izquierda, origina el río


Pacaraos, afluente principal del río Chancay – Huaral.

La subcuenca del río Pacaraos

El río Pacaraos se forma por la confluencia de los ríos Vichaycocha y Chicrín y a su


vez en la confluencia con el río Baños forma ya propiamente al río Chancay – Huaral. Es
de 9 Kilómetros de largo, descendiendo antes de llegar a la localidad de Colpa, por un
cauce muy sinuoso y encañonado. En la localidad de Tingo se une al río Baños, que viene
por la margen izquierda.

La sub cuenca del río Baños

El río Baños es uno de los principales afluentes que conforman la cuenca del río
Chancay – Huaral. En su confluencia con el río Pacaraos en la localidad de Puente Tingo,
forma propiamente al río Chancay, conocido en este sector con el nombre de río Acos.

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Este río nace a partir de los desagües de las lagunas del grupo Aguashman,
conformadas por las lagunas de Aguashman, Vilcacocha, Yanacocha o Tinyahuarcocha,
Llacsacocha, Santa Ana y Occorusococha3, las cuales son a su vez alimentadas por los
deshielos del nevado Pugianca. La cuenca del río Baños tiene una extensión de 264 Kms.2,
conformando la región más oriental de la cuenca del río Chancay – Huaral.

El principal afluente del río Baños es el río Quiles que es recibido por la margen
izquierda, el cual nace de los desagües de las lagunas del grupo Contadera, conformado
por las lagunas de Quishá, Iscococha, Pucacocha, Yananyac, Uchumachay, Parcas Alto,
Parcas Bajo, Sahuac, Accococha, Patococha, Verdecocha, Llichicocha I, Llichicocha II y
Morococha. De todas estas lagunas solo tres se encuentran represadas4.

Las aguas del río Baños son aprovechadas con fines energéticos, ya que en su cuenca
se encuentran cinco centrales hidroeléctricas. En la parte alta de la sub cuenca se hallan
tierras óptimas para la explotación minera, identificándose la mina Santander.

La comunidad campesina de San José de Baños se encuentra ubicada íntegramente


en la margen izquierda de la cuenca del río Baños, aunque en los últimos años, la
comunidad ha comprado terrenos del fundo San Juan de la ex CAP San Jerónimo de
Huasca, y de la ex hacienda Alpamarca, que corresponden a la cabecera de la cuenca del
río Aguascocha, afluente del río Carhuacayán, ubicado en el distrito de Marcapomacocha,
provincia de Yauli, departamento de Junín.

Desde el punto de vista político, la Comunidad Campesina de San José de Baños


pertenece al distrito de Atavillos Alto, constituyéndose en uno de los cuatro anexos de este
distrito.

Geomorfológicamente el área que ocupa la cuenca del río Baños presenta tres zonas
bien demarcadas:
1.- El fondo del valle, de característica encajonada, muy estrecha, ubicado en la parte
media y baja de la cuenca, con terrenos aprovechados por la agricultura y la ganadería, con
presencia de vegetación arbustiva, arbórea y herbácea.

2.- Los grandes cerros que circundan el valle, con farallones escarpados, quebradas
de gran pendiente, laderas casi verticales, cubiertas de vegetación arbustiva, cactácea y
herbácea. Es una zona muy abrupta. En las zonas accesibles se desarrolla la ganadería.

3.- La puna altoandina, conformado por una extensa pampa ubicada en la cabecera
del río baños, de relieve ondulado, cubierto de una densa vegetación de pasto natural como
el ichu. En esta zona se desarrolla la ganadería, en especial de camélidos y ovinos.
Lagunas: La Cuenca del río Baños presenta un considerable número de lagunas,
todas de origen glaciar, formadas por los deshielos de los nevados y por las lluvias
estacionales. En el extremo Sur este se ubican las lagunas de Aguashman, Pucacocha,
Chaquicocha, Ushcomachay, Templaderas, Paccho, Parcash, Barrosococha, Patococha,
Quisa, Minachacon, Trinchera, Vilcacocha. En la parte central de la cuenca se encuentran
las lagunas de Galajcancha, Halidashauntar, Ocruyoc, entre otros.

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Las tres primeras de estas lagunas se encuentran reguladas, con fines energéticos.
4 Las lagunas represadas son las de Quisha, Yanauyac y Uchumachay.

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La Sub cuenca del río Cárac o río Coto

El río Cárac, tiene una cuenca de 319 Km 2, con una longitud de 33 Kms. Su origen
está formado por los desagües de la 1aguna de Lacsacocha, en la parte superior de la
quebrada de Pachipampa. Su principal afluente es la quebrada de Quimán, por la margen
derecha. Otros afluentes menores son las quebradas de Yanaoco, Calaniyoc y Antahuaca,
por la margen derecha; y las quebradas Altar, Racre, Puyun, Gumo, Darancar, Maure y
Chalay, por la margen izquierda. En sus orillas se encuentran los poblados de Canchapilca;
Cárac, capital del distrito de 27 de Noviembre, a 2611 metros de altitud; y Acos, capital del
distrito de San Miguel de Acos, a 1576 metros de altitud, es en este pueblo que desaguan
sus aguas al río Chancay – Huaral, por la margen derecha.

La Sub cuenca del río Lampián

El río Lampián tiene su origen en la laguna Puyao, en la parte alta de la quebrada


Chaquicocha. Sus afluentes por la margen derecha son la quebrada de Hierba Buena,
Colca, Huichín y Guayabo; y por la margen izquierda la quebrada de Botiche. En su margen
izquierda se encuentra el pueblo de Lampián a 2450 metros de altitud, capital del distrito
del mismo, nombre. Desagua al río Chancay por la margen derecha.

La Subcuenca del río Añasmayo

Es un afluente del río Chancay, que desagua sus aguas por la margen izquierda de
este río. Su origen so encuentra a 4600 metros de altitud. Sus principales afluentes por la
margen derecha son las quebradas de Quipacaca, Huanchán, Huisquillín, Honda,
Ayrancho, Quicar y Tunasirca; y por la margen izquierda las quebradas de Turmanya,
Aqaracha, Marua, Chihui Chihui, Inquirhuay y Curacuasi. Los principales poblados situados
en la margen izquierda son: Rauma, Huandoto, Llancay, La Perla, Pisconoto y Cucapunco;
mientras que por la margen derecha están los pueblos de Chaupir y San Agustín de
Huayopampa, capital del distrito do Atavillos Bajos y ubicado a 1878 metros de altitud. El
río Añasmayo tiene una cuenca de 201 Km2 con una longitud de 29 Km.

La subcuenca del río Huataya

El río Huataya – Ocupampa tiene una cuenca do 134 Km2 con una longitud de 31 Km.
Sus principales afluentes por la margen derecha son las quebradas de Cóyac,
Hualpalomina, Porora y Llanco; y por la margen izquierda las quebradas de Tingo, Socabón
y Tancarán. Los principales poblados ubicados en sus márgenes son los de Ihuarí, Otec,
Huachinga, Yunguy y Ñaupay.

La Sub cuenca del río Pacaybamba - Orcón

Esta cuenca está conformada por un conjunto de quebradas interconectadas


hidrográficamente, como las de Quilca, Orcón y Huachoc; que se unen al valle de Chancay
por la margen izquierda en la localidad de Palpa. Una de estas quebradas, la de Huachoc
se une en la divisoria de aguas con otra quebrada llamada también Quilca, perteneciente a
la cuenca norte del río Chillón, los cuales constituyen entre sí un corredor natural entre
ambas cuencas. Está conformado por cerros y quebradas que se constituyen en los
contrafuertes occidentales más bajos de la cordillera de los Andes, muy cercanos al Océano

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Pacífico. Con una altitud en promedio de 2 000 m. s. n. m. la principal característica es la
aridez, aunque en épocas de invierno se cubre por extensas lomas, cubriendo de verdor
los cerros más elevados. Las quebradas están formadas por depósitos geológicos, cuyos
clastos o detritus son producto tanto de la actividad fluvial como eólica. Los materiales
conformantes litológicamente son arcillas, grava, arena y fragmentos sub angulares,
provenientes de la actividad fluvial y arena fina proveniente de la actividad eólica.

La quebrada de Pacaybamba tiene su origen en la jurisdicción de Sumbilca, recibe el


aporte de numerosas quebradas como las de Llamacuchuramán, Shucllapuquio, Argua,
Huacchupampa, Putaca, Juytuchacha, Chincolo, Cerro Viejo, Carbonera, Silla, Pedregal,
entre otras. Los principales centros poblados ubicados en su cuenca son los de Sumbilca
(capital del distrito del mismo nombre), Marco, Maraynioc Pacaybamba, Hunchoy, cayán,
Pisquillo, entre otros.

PRINCIPALES LAGUNAS DE LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY-HUARAL

La cuenca del río Chancay – Huaral cuenta con una gran cantidad de lagunas,
ubicadas en la parte alta de la cuenca. Estas lagunas se alimentan de los deshielos de los
nevados y alimentan a su vez, a pequeños riachuelos que van a formar luego al río Chancay
– Huaral, así como a sus afluentes. La laguna de mayor tamaño es la de Chungar, que tiene
14’000,000 m3 de agua, y da origen al río Chicrín, confluente con el río Vichaycocha que da
origen al río Pacaraos. Otra laguna ubicada cerca a la de Chungar es la de Ccacray
(4'000,000 m3), Yanahuín, Yuncán (5’000,000 m3) y Saco. De estas lagunas solo se
encuentran represadas las de Ccacray, Chungar y Yuncán. Otros grupos importantes de
lagunas son las del grupo Patococha, formado por las lagunas Patococha, Suerococha,
Aguashcocha y Champahuasi; el grupo Purapa, de la cual la principal laguna es la de
Rahuite, con 4'000,000 m3; además de las de Canchán, Aguashumarguna, Puractisho,
Chalhuacocha (3’000,000 m3), Huatococha y Chinicocha, de las cuales solo están
reguladas las de Rahuite, y Canchán. Otro grupo importante de lagunas es la do
Aguashuman, con 8’000,000 m3, que nace en los deshielos de los nevados Pugianca y está
integrado por las lagunas de Aguashuman, Vilcacocha, Yanacocha (Tinyahuarcocha),
Llacsacocha, Santa Ana y Occorusococha, de las cuales solo las tres primeras están
reguladas y son las que dan origen al río Baños. Otro grupo de lagunas alimentadas por los
deshielos del nevado, Alcoy son las denominadas Contaderas, formadas por las de Quisha,
con 14'000,000 m3, Iscococha, Pucacocha, Yananyac, Uchumachay, Parcos Alta, Parcos
Bajas, Sahuac, Atcococha, Patococha, Verdecocha, Lichiococha I, Lichiococha II y
Morococha, de las cuales solo están reguladas las de Quisha, Yanauyac y Uchumachay.
El área aproximada de las Lagunas de la cuenca del río Chancay – Huaral es de 87’000,000
metros cúbicos. (ONERN, 1969).

NEVADOS, CUMBRES Y MONTAÑAS MAS ELEVADAS DE LA CUENCA

La cuenca del río Chancay – Huaral, cuenta con pocos nevados, ubicados en las
partes más elevadas de la cuenca, en la Región Janca o Cordillera (Pulgar Vidal: 1969).
Los más importantes son: La cordillera de Puagianca, con su pico más elevado a 5 355
metros de altitud, de cuyos deshielos da origen a numerosas lagunas como el grupo
Aguashman; el nevado Alcoy, con 5 350 metros de altitud, que da origen a la laguna de
Quisha; y el nevado de Antajirca, donde nace el tributario más lejano de la cuenca. Las
cumbres más elevadas de la cuenca sobrepasan los 5 000 metros de altitud, entre estas se
puede mencionar: el pico Auquichani, con 5 185 metros; Antahualcán, con 5 094 metros;

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Jancocancha, con 5 020 metros; Cusurucocha, con 5 155 metros; Antacasha, con 5 095
metros; entre otros.

CLIMAS DE LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY – HUARAL

Por su variedad altitudinal, la cuenca del río Chancay – Huaral presenta diferentes
tipos climáticos, siendo los principales los siguientes:

1.- CLIMA MUY SECO Y SEMI-CALIDO.- Correspondiente a toda la región costera


desde la línea de playa hasta los 2000 metros, caracterizada por una extrema sequedad.
La precipitación promedio anual es de 8 mm. La temperatura varía entre 15,9º C. y 22.9º C.
(Huayán), con un promedio anual de 19,2º C. En invierno hay un alto porcentaje de
humedad atmosférica, que varía de 80 a 90 %. A partir de los 1500 m. s. n. m., parece
existir una faja de transmisión con una variante a un clima más fresco. Sin embargo, cabe
señalar que dentro de este tipo climático existen diferencias muy notables, como aquellas
áreas ubicadas junto al mar, las lomas, las quebradas secas y el valle mismo, las cuales
veremos más adelante cuando analicemos los ecosistemas.

2.- CLIMA MUY SECO Y TEMPLADO.- Comprende la zona entre los 2000 y 3000
metros de altitud, caracterizado por un periodo (mayo-setiembre), que no ocurren lluvias y
otro (octubre-abril) de precipitación muy variable. La vegetación es básicamente arbustiva
baja. Existe una marcada estación invernal con temperaturas nocturnas por debajo de los
0º C, producto de las heladas.

3.- CLIMA HÚMEDO Y FRÍO.- Comprende la zona entre los 3000 y los 4000 metros.
Se caracteriza por precipitaciones regulares y temperaturas muy frías. Sus temperaturas
bajan desde Mayo a Setiembre por debajo de los 0º C.

4.- CLIMA MUY HÚMEDO Y FRÍGIDO.- Comprende por sobre los 4000 metros sobre
el nivel del mar, en las cercanías a la divisoria continental de la cuenca, con temperaturas
entre los 6º y 0º C. en el día y que promueven continuas heladas. La precipitación pluvial
media anual es de 700 mm.

PRECIPITACIÓN PLUVIAL EN LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY - HUARAL


La descarga de lluvias en la cuenca del río Chancay - Huaral tiene grandes varíaciones
desde alrededor de los 700 mm., en el sector de la región Puna (entre 4000 y 5300 metros
de altitud), hasta su completa ausencia en la costa misma, en las pampas áridas y
desérticas próximas al litoral chancayano. Los datos sobre las precipitaciones para la
cuenca alta, sobre los 2500 m.s.n.m. (1614 Km.2), se realizó aproximadamente por carecer
de información pluviométrica adecuada (ONREN, 1969). Para el año en que se realizó el
estudio por parte de la ONERN, solo existían los observatorios pluviométricos de Pallac y
Cárac, ubicados entre los 2000 y 2500 metros de altitud, mientras que el de Pirca (3250
m.s.n.m.) no cuenta con ningún año completo de observaciones, siendo imposible su
lectura.

El alto índice pluvial de la cuenca alta es consecuencia de factores geográficos que


actúan directamente sobre la circulación y sobre las descargas pluviales de los vientos
alisios húmedos que proceden del Este, de las pampas de Junín y, por el Sur, con las
nacientes del río Chillón, en la Cordillera de La Viuda. Estos factores geográficos no

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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permiten que los vientos húmedos que afluyen del Este pasen a la cuenca alta del río
Chancay con el integro de su potencial de humedad, pues gran parte de este descarga en
las pampas de Junín. La falta de registros puviométricos por encima de los 4000 metros
(933 Km2) no permite conocer datos, estimando su potencial pluvial en un promedio anual
de 500 a 700 mm. Para el sector situado entre los 3000 y 4000 metros de altitud (Pirca,
Baños y Santander), no se tiene datos, pero so estima que las precipitaciones tienen un
promedio anual de 500 a 700 mm., ampliándose de Setiembre a Abril, alcanzando un
promedio de aproximadamente 45 mm. mensuales. Por encima de los 3 800 metros de
altitud, el intenso frío provoca que la lluvia se convierta en granizada (hielo).

En áreas de la cuenca entre 2000 y 3000 metros (279 Km2), los totales anuales
promedio de lluvias (224.2 y 337.5 mm., respectivamente) demuestran un escaso potencial
pluvial, el cual es común para estas altitudes dentro de las cuencas del Pacífico. El límite
del área desértica es a los 2 000 metros de altitud. El área desértica (1600 Km2) Entre los
2000 y 3000 metros (279 Km2), se extiende la formación Maleza Desértica Montano Bajo.

En la parte baja de la cuenca, a menos de 2500 m.s.n.m. (1665 Km. cuadrados), la


información procede de tres observatorios: Retes, Huayán (ubicados en el valle mismo) y
Pacaybamba (a 1 500 metros de altitud). En esta área las precipitaciones pluviales no
contribuyen a la descarga, puesto que están relacionadas con el fenómeno meteorológico
de las nieblas advectivas que se presentan principalmente durante los meses invernales
(Junio - Agosto), en las llamadas lomas. La zona de lomas con condiciones más perfectas
es la de Cuchicorral, ubicada al noroeste de Huaral, entre los 600 y 800 metros de altitud,
donde la precipitación llega al promedio anual de 80 mm. (el resto de lomas se encuentra
totalmente degradada en cuanto a su vegetación natural).

Sin embargo, cabe mencionar que en el pasado estos datos e índices de precipitación
pluviométrica eran considerablemente más elevados.

TEMPERATURA EN LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY-HUARAL.

La gran variedad de climas en la cuenca del río Chancay - Huaral comprende una
gradual secuencia térmica, conforme se va ascendiendo, descendiendo el índice de la
temperatura.

PISOS ALTITUDINALES DE LA CUENCA SEGÚN LA CLASIFICACIÓN DE JAVIER


PULGAR VIDAL

Desde el punto de vista altitudinal, la cuenca del río Chancay - Huaral presenta seis
pisos ecológicos o regiones naturales (todos los de la región andina), según la clasificación
de Javier Pulgar Vidal:

- Costa o Chala.- Esta región se encuentra comprendida entre el Océano Pacifico, por el
Oeste y la altura de 500 metros, por el este, en las primeras estribaciones andinas. En el
mismo valle es más amplio que en los costados de la cuenca, con una forma en "V",
apuntando la punta hacia el Este. En la parte norte se encuentra la pampa de El Hatillo. En
el mismo valle esta región llega hasta 3 kilómetros de la localidad de Cuyo, en Quiuquín
Grande. En esta región se puede encontrar el valle, pequeñas pampas, algunos tablazos y
numerosas estribaciones andinas, como los cerros Las Salinas, Trinidad, El Hatillo y Pampa
Libre. Esta zona comprende un clima de tipo sub-tropical-árido, que se caracteriza por ser

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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templado-cálido, con abundante humedad y ausencia de lluvias regulares, con una
temperatura media anual de 18.2' C., debido a la frialdad de las aguas del mar del Perú y
al techo do nubes estratos que se localizan en esta zona. Estas condiciones pueden
cambiar en años, en que el fenómeno de la corriente del Niño, de aguas cálidas, se presenta
en el mar peruano. En esta región también se encuentran las lomas, como las de Granados
y Luchiwasi. En esta región se encuentran las ciudades de Huaral (capital de la provincia
del mismo nombre) y Chancay (puerto de la provincia y la cuenca).

- Región Yunga. - Esta región se encuentra ubicado inmediatamente encima de la costa.


Está conformada por los pisos más bajos de la región Andina y ubicada entre los 500 y
2500 metros sobre el nivel del mar. Esta región consta de estrechas y profundas quebradas,
que han sido erosionadas por los ríos y en cuyo fondo se localizan algunas áreas de cultivo,
en las terrazas aluviales. Entre estas se tienen las quebradas de Lumbra, Totoral, Tarayo,
Picoy, etc. También hay estribaciones Andinas de abruptos y empinados flancos, afectados
por el fenómeno de intemperismo o meteorización, entre estos los cerros ubicados entre
las quebradas y a ambos lados del valle; huaycos o cauces secos de gran pendiente,
excavados en la roca, por donde se deslizan en periodos de lluvia, masas de lodo y piedras,
que, caen desde las estribaciones andinas hacia el valle. Esta región posee un clima,
templado-cálido, con temperaturas más altas que en la Costa, con lluvias regulares en
épocas de verano. En las dos márgenes del río Chancay so localizan grandes zonas
frutícolas, como San Miguel de Acos, San Agustín, Huayopampa, etc. Esta región se
extiende en el valle, desde el poblado de Quiuquín Grande, hasta la localidad de Tambillo,
a 10 kilómetros antes de llegar al distrito de Atavillos Alto. Al igual que la Costa, tiene forma
en "V", pero de una forma más pronunciada.

- Región Quechua: Es una región de relieve ligeramente plano, con tierras aptas para la
agricultura, ubicadas en la zona de fondo de valle. Está conformada por los valles
interandinos, recorridos por el río Chancay y sus principales afluentes en sus cauces más
altos. Aquí se encuentran las mejores tierras de cultivo de toda la cuenca alta, donde se
alternan las tierras de secano (producidas por las lluvias) y las áreas destinadas a los pastos
naturales. Esta región comprende entre los 2 500 y 3 500 m.s.n.m. Presenta un clima
templado, con temperaturas que varían entre 12º C. y 15 º C., con descensos de
temperaturas por las noches. En estos flancos de las montañas se encuentran muchas
comunidades campesinas como las de Cormo, Chisque, Huascoy, La Perla, etc. En esta
región se encuentran los pueblos de Santa Cruz de Andamarca, Sumbilca, Pacaraos,
Cárac, y Pirca, capitales de sus respectivos distritos.

- Región Suni: Es una región de relieve abrupto y empinado, conformado por la zona de
cerros laterales a los valles interandinos, muy montañoso, con muros naturales escarpados,
desfiladeros rocosos y cumbres afiladas. Esta región comprende entre los 3 500 y 4 100
m.s.n.m. Presenta un clima templado frío, con descenso de temperaturas durante la noche.
El aire es seco con escasa humedad. Durante las noches se producen algunas heladas. La
temperatura media anual es entre 7º C. y 10º C. Esta región se constituye en el límite para
la actividad agrícola, cultivándose en las zonas bajas algunos productos como la papa.

- Región Puna: Es una región de relieve casi plano, ligeramente ondulado, con montañas
de flancos de suave pendiente, conformado por pequeñas colinas y alternadas con lagunas
de origen glaciar, que contienen una gran variedad de fauna. Aquí se encuentran todas las
lagunas mencionadas líneas arriba. Se extiende entre los 4 100 y 4 800 m.s.n.m. El clima
en esta región es frío y seco, con precipitaciones sólidas como granizo y nieve, en especial

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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en los meses de verano. En esta región se encuentra el centro minero de Santander, con
las grandes concentraciones mineralógicas que presenta.

- Región Janca o Cordillera: Esta región se extiende desde los 4 800 metros hasta las
cumbres más elevadas de la cuenca, cubiertas casi toda su extensión de nieve. El clima es
glaciar, con temperaturas casi siempre inferiores a los 0º C. En esta región no existen
centros poblados.

NOMBRE ARQUEOLÓGICO DEL VALLE CHANCAY - HUARAL


Es necesario acotar pues, sin embargo, que el nombre arqueológico prehispánico de
este río no es el de Chancay, ni de Huaral, ya que estos dos son nombres coloniales, la
nomenclatura Chancay es más tardío aún, ya que hasta casi finales del siglo XVI no existe
registrado en documento alguno este nombre, ni siquiera para denominar al pueblo llamado
hoy “Chancay”, ya que su verdadero nombre de fundación es el de “Villa de Arnedo”,
llamado así en honor al pueblo natal español del virrey que ordenó su fundación: el 4º Virrey
del Perú, Don Diego López de Zúñiga y Velasco, a finales del año de 1562. Por otra parte
el nombre de “Huaral”, es más antiguo que el de Chancay y se remonta al periodo mismo
de la Conquista e invasión española a los andes5. Así, el nombre original de fundación de
la actual ciudad de Huaral fue bajo la advocación religiosa de “San Juan Bautista de Huaral”,
la cual se remonta al cuarto trimestre del año de 1551. El nombre de Huaral se debía a que
el curaca principal de la zona se llamaba Guaral6 Payco, bautizado como Martín Guaral
Payco7.

En todo caso es necesario recalcar que ninguno de estos dos nombres, era el nombre
originario del valle y del río. Los estudios de Julio C. Tello, Villar Córdova y Mármol
Castellanos, permitieron definir que el nombre prehispánico de este valle fue el de
Pasakmayu, el cual traducido significa “Río de la Luna” 8. En esta denominación podemos
encontrar pues dos palabras de diferentes lenguas: La primera en aymara (Pasak) y la
segunda en quechua (Río). Esto evidenciaría pues que a la llegada de los Incas respetaron
antiguas denominaciones de los grupos aymaras que poblaron especialmente las partes
altas y medias de la cuenca del río (actual provincia de Huaral), adecuándole la
denominación “mayu”.

Sin embargo, es muy lamentable que a la fecha esta definición autóctona, de raíces
puramente andinas se halla perdido, y solo se conserve este nombre para denominar a un
centro poblado ubicado en el extremo Sur del valle bajo, muy cerca al litoral, como es el
pueblo de Pasamayo, heredero de la antigua hacienda del mismo nombre de origen
colonial. De igual modo se denomina la extensa estribación andina arenosa ubicado al Sur

5 Sin embargo, María Rostworowski señala que el nombre de Chancay estaba referido a una de las guarangas
prehispánicas del valle.
6 Existen, sin embargo, algunos autores que piensan que el nombre de este curaca local pudo haber sido

Guaril y no Guaral.
7 Sin embargo, algunos investigadores plantean que el nombre del curaca principal no fue Guaral Payco sino

Suculacumbi, haciendo referencia al lugar donde llegaron los españoles al mando de Hernando Pizarro y
registrado por Miguel de Estete, el 1º de febrero de 1533, cuando se dirigían rumbo a Pachacámac,
pernoctando en este pueblo. En todo caso el nombre de Guaral de no haber sido del curaca principal, habría
sido de uno de los más importantes del valle, ya que fue quien dio el nombre al nuevo pueblo y fue uno de
los primeros vecinos de San Juan Bautista de Huaral.
8 De las dos palabras: Pasak = Luna; Mayu = Río, aunque aun así este correspondería a un nombre tardío,

ya que se trata de una palabra aymara (Pasak) y otra quechua (Mayu).

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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del valle, cuyo nombre “castellanizado” es también “Pasamayo”. En la cuenca alta existe
todavía el pequeño pueblo de Pasak, que en periodos prehispánicos se constituyó en uno
de los principales centros de control Tahuantinsuyo para dominar a los Atavillos, hoy
conformado por unas cuantas familias y casas.

LA PROVINCIA DE HUARAL

La provincia de Huaral está ubicada en la región Lima, tiene un área de 3 655.70 Km2,
ubicado en la cadena occidental de la Cordillera de Los Andes. El 11 de mayo de 1976
mediante decreto Ley Nº 21488, se creó la provincia de Huaral, conformándose por cuatro
distritos que antes formaban parte de la provincia de Chancay (Huaral, Chancay, Aucallama
e Ihuarí) y por ocho distritos que hasta ese momento pertenecían a la provincia de Canta,
ubicados en la cuenca alta del río Chancay (Sumbilca, Acos, Lampián, 27 de Noviembre,
Atavillos Bajo, Atavillos Alto, Santa Cruz de Andamarca y Pacaraos).

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PLANO DE LA CUENCA DEL RÍO CHANCAY PROVINCIA
DE OYÓN
CAPITAL DISTRITAL : 11°00´
ANEXOS IMPORTANTES :
RÍOS : HA
C
O
YC
HA
ESCALA : 1: 500000 VIC
IO
R

DIBUJO : P.V.L. PROVINCIA


FECHA : FEBRERO DEL 2007. VICHAYCOCHA DE PASCO
IHUARI

OS
CARAC

RA
SANTA CRUZ DE

CA
PACARAOS

PA
ANDAMARCA

RIO
S
BAÑO
RIO
LAMPIAN
PROVINCIA DE PIRCA
HUAURA
ACOS
HUASCOY
LA FLORIDA PAMPAS
RIO

AS HUAYOPAMPA
M
AY
O

C AY
LUMBRA
AN

22
CH SUMBILCA
O
RI

M BA
BA
HUARAL PALPA AC
AY
11°30'
EP
D AD
RA
EB
QU

CHANCAYLLO
PROVINCIA
CHANCAY
DE CANTA
AUCALLAMA

PROVINCIA
DE LIMA 76°30'
LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna

77°30' 77° 00'

PLANO DE LA CUENCA DEL RIO CHANCAY - HUARAL Y LA PROVINCIA DE HUARAL, CON LA UBICACIÓN DEL PUEBLO DE VICHAYCOCHA.
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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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CAPÍTULO 2:

PROCESO CULTURAL PREHISPÁNICO EN LA


CUENCA BAJA DEL RÍO CHANCAY-HUARAL.

Como señalamos líneas arriba, la cuenca baja del río Chancay-Huaral presenta un
largo y complejo proceso cultural, desde periodos tempranos hasta la llegada de los
españoles y la desestructuración de la civilización andina. Así, las diferentes culturas y
pueblos que ocuparon este territorio supieron aprovechar de gran manera los recursos
naturales que los diferentes ecosistemas les ofrecían, adaptándose; y mediante la
acumulación de experiencias, desarrollaron un conjunto de tecnologías en los diferentes
campos científicos, muchos de los cuales lamentablemente se perdieron para siempre con
la llegada de los españoles y la desestructuración de la civilización local y regional. Así los
periodos culturales desarrollados en el valle bajo del río Chancay-Huaral son los siguientes:

Poblamiento Temprano de la Región. Periodo Lítico


Los primeros grupos humanos que ocuparon el valle en particular, y la región en
general, habrían llegado antes del 12 000 a.C., producto de los continuos desplazamientos
humanos por la Costa Peruana. En este periodo los grupos humanos se hallaban en
constante movimiento, trasladándose de un lugar a otro en búsqueda de los recursos más
favorables para su subsistencia, desarrollando para esto una industria lítica para la caza y
preparación de los mismos. Realizaron la caza de microfauna, como algunos roedores,
zorros, cañanes; recolección de flora silvestre de valle y lomas; y la caza de mamíferos
marinos que llegaban casi a la playa, así como la recolección de mariscos. En aquellos
lugares o ecosistemas que proveían de abundancia de recursos, el hombre se quedaba
mayor tiempo, hasta agotar los mismos, en los cambios estacionales.

Hasta la actualidad no se ha identificado estratigráficamente algún sitio del valle


correspondiente a este periodo, pero se infiere que el valle habría estado inmerso en la
Tradición Lítica Costeña, compartiendo las mismas características en la tecnología lítica de
otros sitios y valles cercanos, así como los mismos patrones de vida. Se presume que las
lomas de Lachay fueron pobladas desde este periodo, y algunos investigadores precisan
(Bueno Mendoza, Alberto: comunicación personal), que esta ocupación estaría asociada a
las pinturas rupestres que se observan en los abrigos rocosos (Echevarría; 2011).

En las quebradas de Río Seco y Doña María, contiguas a las Lomas de Lachay, Rosa
Fung exploró e identificó algunos sitios arqueológicos con ocupación del periodo Lítico, en
especial en los alrededores del Cerro Manquillo entre los 100 y 130 metros sobre el nivel
del mar (León; 2007: 135-136). Al parecer, estos sitios corresponden al Holoceno Medio (7
000 a.C.), conteniendo en superficie una serie de desechos líticos y núcleos de material
basal y andesítico, perforadores líticos (dobles y múltiples), muy similares a los hallados por
Lanning en Ancón y Chauchat en Pampa de los Fósiles. También se han recuperado
percutores, lascas y otros desechos de talla.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Periodo Arcaico (5 000 a. C. – 2 000 a. C.)


Hacia el año 6 000 y 5 000 a. C. los cambios climáticos y el proceso de especialización
laboral, promueven una serie de cambios sociales, que conllevaron primero a la
domesticación de plantas (en la Costa y Quechua) y de animales (en la región Puna),
especialmente camélidos. Esto propicia la aparición primero de la horticultura (el proceso
de experimentación) y luego la agricultura. Esto significó que los pobladores tempranos
tuvieran que asentarse en un lugar casi fijo de residencia. Aunque en algunos lugares esto
sucedió antes de la aparición de la agricultura. Casi al mismo tiempo aparece la
arquitectura, en un inicio de carácter aldeano, y con el paso de los siglos y el fortalecimiento
de la religión, surge la arquitectura monumental con fines suntuarios.

El sitio más temprano del valle Chancay-Huaral es el sitio de Río Seco de León,
ubicado en la playa del mismo nombre, conformado por una extensa aldea de pescadores,
con viviendas de forma ovalada, elaborado a base de pieles de mamíferos marinos (Wendt;
1964). Se ha identificado en la quebrada del mismo nombre (Río Seco), otros sitios
contemporáneos. Esta ocupación correspondería al Arcaico Medio o Temprano. En la
región del Norte Chico en el Arcaico Tardío se desarrolla así una tradición cultural de
carácter religiosa, conformado por sitios ceremoniales con pirámides y plazas circulares
hundidas, algunos de ellos con disposición en “U”.

Existen entre los valles de Fortaleza y Chancay-Huaral numerosos asentamientos de


este tipo, entre los más importantes Caral, Chupacigarro, Era de Pando, Cerro Blanco,
Allpacoto, Lurinhuasi, Piedra Parada, Miraya, Aspero, en el valle de Supe (Shady; 1997);
El Porvenir, Caballete, Huaricanga, Cerro Blanco, Shaura, en el valle de Fortaleza; Potao,
Vinto Alto, Huayco, San José, Punta y Suela y Upaca, en el valle de- Pativilca; y Bandurria,
en el valle de Huaura y Shicras en el valle de Chancay-Huaral. Uno de los sitios más
importantes de esta tradición, considerada por muchos investigadores como una ciudad
como parte de un estado ceremonial sería Caral en el valle medio del río Supe. Estos
asentamientos tenían una economía basada en productos marinos complementado con
productos agrícolas.

En el valle de Chancay-Huaral el representante de esta tradición cultural es el


recientemente descubierto sitio de Shicras. Se ubica en la quebrada de Orcón, casi frente
al sitio tardío de Pisquillo Chico, conformado por dos montículos precerámicos continuos,
cuyos fechados radiocarbónicos han arrojado una antigüedad de entre 4 500 a 4 850 A.P.
(Fuente: El Comercio: sábado 11 de noviembre del 2006, pp. C3.).

En la quebrada de Pacaybamba, a unos cinco kilómetros antes del pueblo del mismo
nombre, está un sitio arqueológico que tiene las mismas características de los sitios de
tradición Caral, conformado por una plataforma con una pequeña plaza circular hundida
frontal de 9 metros de diámetro.

En la parte posterior del pueblo de Pacaybamba, se ha identificado un asentamiento


precerámico con siete estructuras piramidales, de diferentes tamaños, edificados con
grandes piedras, evidenciándose en una de ellas la presencia de escalinatas y plataformas
escalonadas. La falta de mayores investigaciones sobre la problemática de este periodo
cultural no ha permitido conocer más sobre los primeros asentamientos en el valle Chancay-
Huaral y la provincia, siendo un tema aún pendiente.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Figuras 5 (superior) y 6 (inferior): Vistas de los templos en “U” en Huando de San


Jacinto y Huando B, respectivamente. Nótese la orientación (el norte siempre
hacia arriba) y el tamaño (véase la escala gráfica). Fuente Google earth, 2015.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Figuras 7 (superior), 8 (inferior izquierda) y 9 (inferior derecha): Vistas de los templos en


“U” de Miraflores, Casa Vieja y Cuyo, respectivamente. Nótese la orientación (el norte
siempre hacia arriba) y el tamaño (véase la escala gráfica). Fuente Google earth, 2015.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Formativo Temprano – Medio (2 000 a. C. – 800 a. C.)
Casi ya a finales del Arcaico, y contemporáneo durante muchos años con los sitios de
la tradición Caral, aparece otra tradición cultural religiosa de gran importancia, como es la
Tradición de los Templos en “U”. Esta tradición se desarrolla entre los valles de Cañete (por
el Sur) y el valle de Huaura (por el Norte), aunque en los valles de Huaura y Chancay-Huaral
presentan interrelaciones entre estas dos tradiciones culturales (Tradición Caral y Templos
en “U”). Los asentamientos de esta tradición, están conformados por un montículo piramidal
central con un vestíbulo o atrio frontal, y dos montículos laterales alargados, tomando el
sitio la forma de una “U”, con una gran plaza ceremonial central. Los sitios se encuentran
dispuestos en el valle, a razón de dos en oposición, uno en cada margen del valle,
orientados entre sí (William, 1980). En el valle de Chancay-Huaral se encuentran los
asentamientos de mayores dimensiones de toda la costa central, como el sitio de San
Jacinto (Huando), San Ignacio (Huando), Huando A, Huando B, Cuyo, Casa Vieja (Cuyo),
Las Salinas (Chancay), La Pampa (Saume), Miraflores, Polvareda (Cayán), entre otros.
Estos sitios se ubican tanto en el valle bajo como en el valle medio.

El sitio en “U” de mayores dimensiones en toda la Costa Central y el único investigado


en el valle Chancay-Huaral es el de San Jacinto, investigado en la década del 80 por
Lucénida Carrión y Francisco Medina (Carrión; 1998, 2000). San Jacinto se encuentra
ubicado en Huando, a 200 metros sobre el nivel del mar y a 500 metros del río Chancay-
Huaral. Está conformado por tres montículos orientados hacia el noreste. El sector “A” o
brazo derecho, es un montículo alargado conformado por tres niveles superpuestos; el
sector “B” es el montículo central, de 16 metros de alto, de forma piramidal, con muros de
piedras canteadas y cantos rodados unidas con barro de color amarillento; el sector “C”,
conformado por el brazo izquierdo, de 4 metros de alto; el sector D o plaza central, ubicada
en medio de los tres sectores anteriores; los sectores E y F conformado por los vestíbulos;
y los sectores G, H e I, conformados por áreas domésticas. Las excavaciones permitieron
identificar cuatro fases de ocupación, conteniendo cerámica de una tradición bien marcada,
conformada por cerámica monócroma de pasta naranja y negra, con decoración incisa,
relacionada con la cerámica Chavín tanto en su forma y decoración. La fase I corresponde
al Formativo Temprano, con una cronología entre el 1600 y 1200 a.C.; la fase II corresponde
al Formativo Medio, con una cronología entre el 1200 y 900 a.C.; la fase III corresponde al
Formativo Medio, con una cronología entre el 900 y 500 a.C.; y finalmente la fase IV
corresponde al Formativo Tardío, con una cronología entre el 500 y 200 a.C.

Formativo Tardío (800 – 200 a. C.)


Hacia mediados del periodo Formativo decae esta tradición, evolucionando y
apareciendo nuevas formaciones socio políticas. Así en el extremo Sur del valle de
Chancay-Huaral aparece la llamada tradición Blanco sobre Rojo o Baños de Boza,
caracterizado por el estilo cerámico del mismo nombre, una fase “Pre Lima”, con formas de
ollas sin cuello y con cuello incipiente, cuencos de pasta con engobe rojo y sobre esta
pintura blanca, delineando los motivos decorativos. Los asentamientos domésticos se
ubican en la cima de los cerros, de forma irregular. La quebrada de Orcón presenta una
considerable ocupación en este periodo. Posteriormente llega al valle otro estilo Pre Lima,
como es el Interlocking o Playa Grande, caracterizado por sus motivos decorativos
entrelazados (peces, aves o serpientes). La interacción cultural de la población que
elaboraba esta cerámica con su idiosincrasia, conjuntamente con pobladores del valle de

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Lurín y su característica arquitectura de adobitos; da como resultado la aparición del estado
Lima.

El sitio tipo del estilo Baños de Boza o Blanco sobre Rojo es el sitio arqueológico de
Baños de Boza, ubicado en el extremo meridional del valle Chancay, junto al cerro de
Pasamayo en el distrito de Aucallama. Se trata de un asentamiento con arquitectura
monumental pública con ocupación durante el Formativo Tardío e Inicios del Intermedio
Temprano. Se encuentra ubicado junto a un extenso humedal conocido como Baños de
Boza (Maldonado; 1943), está conformado por cerca de diez montículos edificados con
piedras (en menor proporción) y adobes plano convexos, con rellenos de barro y piedras.
Las investigaciones realizadas en este sitio fueron hechas en la década del 60 por Willey
en 1941 (Willey; 1943, 1951) y por Humberto Córdova (2000, 2003). Córdova identifica 10
fases de ocupación, las cuatro primeras conteniendo cerámica del estilo Baños de Boza y
las siguientes correspondientes al Intermedio Temprano.

Intermedio Temprano: Cultura Lima (200 a. C. – 500 d. C.)


Ya en el Intermedio Temprano (200 a.c. – 500 d.c.) las comunidades y ayllus del valle
de Chancay-Huaral forman parte del estado Lima. Este estado regional se desarrolla entre
los valles de Cañete y Huaura y estaba conformado por sitios domésticos y grandes centros
ceremoniales, conformados por estructuras piramidales de gran altura, edificadas
íntegramente a base de adobitos paralelepípedos, dispuestos en los muros en posición
vertical, por ello esta técnica ha sido llamada “la técnica del librero”, por asemejarse a libros
colocados en un librero. Estos complejos ceremoniales presentaban las paredes enlucidas
de color crema y amarillo. Entre los principales sitios de la cultura Lima tenemos en el valle
de Lima: el complejo Maranga (conformado por sitios como Huaca San Marcos, Huaca
Concha, las huacas del Parque de las Leyendas, Potosí, entre otros), Huaca Pucllana,
Cerro Culebras, Huaca Trujillo, Copacabana, Las Uvas, Granados, entre otros; en el valle
de Chancay-Huaral: los sitios de Cerro Trinidad donde existe una extensa aldea de
pescadores delimitada en un gran cuadrángulo, el sitio de Chancayllo o San Cayetano
conformado por más de veinte pirámides de adobitos, el sitio de Cayán en la quebrada de
Orcón, y el complejo de Baños de Boza en Aucallama. Existen otros sitios donde se ha
identificado arquitectura a base de adobitos, pero cabe la aclaración que está técnica
constructiva aún se sigue elaborando de manera muy reducida hasta el Intermedio Tardío
(Chancay).

Las evidencias recuperadas en los asentamientos Lima del valle Chancay evidencian
que a partir de la fase Lima 2 (250 d.C.) se comenzó a elaborar cerámica de estilo Lima en
el valle Chancay, influenciado desde los valles sureños de Lima, predominando desde este
momento sus iconografías en todas las manifestaciones culturales del valle hasta el año
500 d.C. (Fuentes; 2007: 45).

En los alrededores de la quebrada Orcón – Pacaybamba, hay fuertes evidencias de


la ocupación Lima, como en el sitio de Huachoc, ubicado en la divisoria de aguas entre las
cuencas del Chancay y Chillón (van Dalen y Castillo; 2004: 6). Por su parte en el sitio de
Orcón en la margen izquierda de la quebrada del mismo nombre, Fuentes (2007: 40 - 45)
identificó tres montículos piramidales grandes y voluminosos, emplazados en la ladera del
cerro, edificados en tapiales y adobes; y observándose en superficie cerámica de estilos
Lima. Anteriormente, Hans Horkheimer (1965: 47) y Santiago Agurto y Alfredo Sandoval
(1974), describieron otros sitios arqueológicos con cerámica Lima en los alrededores de la

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quebrada de Orcón. Goldhausen (2014) identificó también ocupación Lima en el sitio de
Cayán, ubicado en la misma quebrada.

Otro importante sitio arqueológico Lima en el valle Chancay es el de Chancayllo,


ubicado en el extremo septentrional del valle bajo. El sitio es de grandes dimensiones,
aprox. 30 Hectáreas, presentando una larga ocupación cultural, que va desde la Cultura
Lima (Intermedio Temprano), Cultura Teatino (Horizonte Medio), y cultura Chancay
(Intermedio Tardío). El sitio está conformado por 12 estructuras piramidales, edificados
íntegramente a base de adobes troncocónicos (10 cm. de largo por 8 cm. de alto). El
montículo más cercano a la zona agrícola tiene un muro de contención bien conservado,
edificado a base de este material constructivo (van Dalen; 2005: 61).

Por último, cabe mencionar el sitio arqueológico de Cerro Trinidad, ubicado en la cara
meridional de este imponente cerro, junto a la ciudad de Chancay. Está conformado por
varios sectores que tienen ocupaciones constantes desde el Formativo hasta el
Tawantinsuyu. Predomina un gran cuadrángulo en la ladera del cerro, al interior del cual
estaba una aldea de pescadores; al igual que dos montículos de adobitos ubicados
contiguos a la carretera Panamericana, son de filiación Lima.

Por otra parte, es necesario señalar que por la distancia existente al área nuclear de
desarrollo de la cultura Lima, las diferentes manifestaciones culturales presentan
variaciones tecnológicas y estilísticas, recibiendo influencia de otras formaciones
sociopolíticas, en especial debido a la actividad comercial. Por ejemplo, en los alrededores
del área de ingreso a las Lomas de Lachay, se ha podido identificar en superficie tres
fragmentos de cerámica Moche en su fase V, con asa estribo y cuello tubular recto y
convergente. La base de la economía de subsistencia de la población era la agricultura y la
pesca. Asimismo, la composición y organización de los asentamientos domésticos nos
muestra una gran densidad poblacional, además de una compleja red comercial que ya
existía incluso desde el Periodo Formativo.

Aún en la actualidad es un misterio las causas de la caída y desestructuración de los


estados regionales, entre ellos Lima, Nazca y Moche. Entre las hipótesis más aceptadas se
piensa que un meganiño (Fenómeno del Niño extremadamente fuerte) habría provocado el
colapso de los grandes centros ceremoniales; sin embargo, las secuencias ocupacionales
como en Huaca San Marcos no demuestran abandono por destrucción, sino más bien
reocupaciones hasta el Horizonte Medio. Más aceptable parece pensar que cambios
políticos revolucionarios habrían dado un giro radical, no solo a las estructuras de poder
político, social y económico, sino también cultural, basado en el cambio de la idiosincrasia.

Horizonte Medio: Cultura Teatino (800 d. C. – 1 000 d. C.)


Luego de la caída del estado Lima, aparecen una serie de formaciones sociales, a
razón de cada valle, los cuales al entrar en contacto mediante las interacciones comerciales
y culturales con otros pueblos, en especial sur andinos, dan como resultado la aparición de
nuevos estilos de carácter local (Horizonte Medio 2), como el estilo Pativilca (valle del
mismo nombre), estilo Huaura (valle de Huaura), estilo Teatino (valle de Chancay-Huaral,
llegando su influencia por todo el norte chico), Nievería (valle de Lima), entre otros. La
llegada de estos nuevos patrones culturales se da mediante varios estadíos y de manera
constante, procedente de Huari, Tiahuanaco y Nazca en un primer momento y de
Pachacamac en un segundo momento.

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En el valle de Chancay-Huaral como hemos visto entonces se desarrolla el estilo


Teatino, a cuya población por las características culturales propias vamos a denominar
“cultura Teatino”, ya que consideramos que cultura es el conjunto de manifestaciones y
hechos fenoménicos desarrollados por un conjunto de personas que conviven en un
determinado territorio y que se manifiestan de manera uniforme.

La cerámica Teatino se caracteriza por su monocromía, de color anaranjado mate, de


fino acabado, predominando las formas abiertas (tazones, cuencos, pero también
cántaros), con decoración escultórica y en alto relieve. Los motivos decorativos representan
a seres míticos, antropomorfos y zoomorfos. Los sitios son pocos conocidos, ya que no se
ha realizado ninguna investigación al respecto, salvo los estudios superficiales realizados
por Duccio Bonavía (1962) y Luis Villacorta y Walter Tosso (2000), quienes definen el estilo
Teatino. Sin embargo, contemporáneo con Teatino se desarrolla una cerámica doméstica,
de características toscas, muy abundante en los sitios domésticos. Se nota la supervivencia
de algunos elementos culturales Lima, pero en un estado simplista.

Intermedio Tardío: Cultura Chancay (1 000 d. C. – 1 470 d. C.).


Hacia el año 1 000 d. c. aparece una nueva formación político social llamada Cultura
Chancay, la que en su mayor extensión llegó a desarrollarse entre los valles de Fortaleza
por el Norte, hasta el valle de Chillón por el Sur (margen Norte, ya que el río habría sido el
límite con Ychma). Al parecer Chancay estaría formado por una serie de ayllus agrupados
políticamente a razón de cada valle, y defensivamente entre todos los valles, mediante
confederaciones; compartiendo entre todos los valles la misma tradición cultural y la misma
ideología. En este sentido podríamos hablar de una nación Chancay (van Dalen; 2012d),
ya que presentaba un territorio definido, la misma lengua y religión; pero sobre todo las
mismas manifestaciones culturales como la cerámica (estilo Chancay), las técnicas textiles
y vestimentas, técnicas arquitectónicas, adoraban a las mismas divinidades, desarrollaban
las mismas actividades económicas, tenían un mismo proceso tradicional cultural, tenían
casi los mismos enemigos comunes (en el caso de otros grupos costeños), se hallaban
interconectados por una compleja red vial, habitaban territorios de iguales características,
entre otras características comunes que el sociólogo francés Renán propone para identificar
a una nación.

Asentamientos: En base a los reconocimientos arqueológicos realizados desde hace


varios años en los valles de Chancay-Huaral y Huaura, hemos planteado en anteriores
trabajos (van Dalen; 2008, 2009) una tipología de sitios Chancay según la organización
espacial y las características arquitectónicas. Los sitios arqueológicos generalmente se
encuentran ubicados en los rincones del valle y en las quebradas aledañas. En el caso de
los grandes centros administrativos ubicados en el valle medio y bajo, fueron construidos
en lugares estratégicos, que reunían las condiciones necesarias para su protección y
defensa, ya sea en casos de guerra o de fenómenos naturales, como los huaycos que caen
periódicamente por las quebradas del valle medio. En base a la densidad de sitios
arqueológicos ubicados en los rincones del valle, podemos señalar que los sitios tardíos
presentan un patrón de asentamiento concentrado, ubicados siempre hacia los rincones del
valle (a diferencia de los sitios tempranos en “U” que se ubican en el valle mismo).
Señalamos el patrón concentrado, ya que los sitios son numerosos y se encuentran a poca
distancia entre sí, lo que evidencia una apreciable densidad poblacional en la región en los
periodos inmediatamente previos a la invasión europea. Se calcula que cada 400 o 500

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metros en promedio se encuentra un sitio arqueológico tardío en el valle medio del río
Chancay-Huaral. Los sitios arqueológicos más importantes para este periodo son los de
Lauri, Pasamayo, Cerro Trinidad, Pancha La Huaca, Makatón, Pisquillo Chico, Pisquillo
Grande Andoma, Huando, Sipán, Jecuán, Portillo, Cuyo, Casa Vieja, Chancayllo, Lumbra,
San Miguel, Huataya, Quilca, Lachay, Miraflores, Tronconal, Santo Domingo, Caqui, Torre
Blanca y Chacrimar.

En base a la ubicación, organización arquitectónica y espacial, funcionalidad y


dimensiones de los sitios arqueológicos, nos permitimos clasificar siete categorías de sitios,
los cuales son los siguientes:

1).- Sitios Político – Administrativo.- Son asentamientos de gran tamaño, de más


de 8 Hectáreas. Presentan una arquitectura muy compleja y monumental; además de una
organización espacial muy compleja, con numerosos sectores bien demarcados: sectores
habitacionales (con arquitectura a base de piedra canteada y argamasa); sectores
administrativos con arquitectura monumental, plataformas con rampa, plataformas a
desnivel, recintos de almacenamiento, entre otros rasgos (arquitectura a base de adobes).
Estos asentamientos se ubican en las grandes quebradas laterales que se unen al valle
Chancay (Tronconal, Portillo, Pisquillo Chico, Quilca “A”, Lauri, Macatón y Lumbra), o sobre
las grandes terrazas aluviales adyacentes al valle (Cuyo y San Miguel). En el caso del valle
bajo también se pueden ubicar en las grandes pampas que se ubican en los rincones del
valle (Pasamayo, Pancha la Huaca, Chancayllo, Cerro Trinidad, Tronconal o Huando).
Todos estos asentamientos presentan ocupación durante los periodos Chancay e Inca y al
parecer se habrían constituido como la sede de los ayllus locales de esta zona del valle,
que por referencias etnohistóricas fueron posteriormente reducidos por los españoles en el
pueblo de San Juan Bautista de Huaral.

2).- Sitios Administrativos de mediana jerarquía.- Son aquellos asentamientos de


medianas dimensiones (entre 2 y 5 Hectáreas aprox.). Son sitios que presentan también
una función administrativa, pero de un rango local. Presentan sectores domésticos
conformados por numerosos recintos edificados a base de piedra canteada unida con
argamasa. Estos sitios se ubican generalmente en las quebradas laterales al valle, en las
pequeñas pampas aledañas al valle y sobre las pequeñas terrazas aluviales de los cerros
aledaños. Estos sitios habrían sido centros de función secundaria, dentro de los ayllus que
ocupaban esta zona del valle y habrían estado supeditados a los sitios anteriores. En esta
categoría estarían los sitios de La Cruz, Platanal, Tronconal “B”, Sacachispa, Jecuán,
Puerto Chancay, San Miguel, Santo Domingo, Quisque, Saume, Gallinazo, Miraflores,
Quilca “B”, entre otros

3).- Asentamientos domésticos.- Son sitios pequeños, de hasta 2 hectáreas, de


función doméstico – habitacional y que mayormente se ubican en los pie de monte de los
cerros del rincón del valle. Tienen una técnica constructiva muy simple, edificados a base
de piedras canteadas edificados de manera mampuesta con o sin argamasa. Estos sitios
están conformados por varios recintos y se habrían constituido en las viviendas de los
agricultores o pescadores, donde solo se realizaban actividades domésticas y de vivienda.

4).- Asentamientos aislados.- Son asentamientos conformados por solo entre uno y
cuatro recintos, ubicados en las alturas de los cerros o asociados a los caminos
prehispánicos. Estos sitios habrían cumplido la función de tambos, o de control de los
caminos, o pequeñas unidades domésticas totalmente aisladas.

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5).- Cementerios con arquitectura Funeraria.- Son los cementerios de gran tamaño
y que en su mayoría se encuentran asociados a los grandes sitios administrativos, ya que
se ubican a poca distancia de estos. En el valle medio presentan una arquitectura funeraria
conformada por plataformas a desnivel que le dan la forma de un pequeño “túmulo”
edificada íntegramente a base de una torta de barro. Los entierros eran depositados en
estas grandes cámaras funerarias. En el valle bajo existían grandes y complejas cámaras
funerarias. Por la complejidad en los patrones funerarios observados en estos sitios, aquí
se habría enterrado a los personajes que vivían en estos grandes centros administrativos.
Todos estos cementerios se encuentran totalmente destruidos por la acción destructora de
los huaqueros. Así tenemos los sitios de Sacachispa, Chancayllo, Laure, Chacra y Mar,
Jecuán, Cementerio de Cuyo, los cementerios de Portillo, Carrera, Santo Domingo,
Miraflores B, Lumbra, Pisquillo Grande, entre otros.

6).- Cementerios simples.- Son los cementerios de tamaño pequeño, ubicados


generalmente cerca de los sitios domésticos. No presentan arquitectura Funeraria. Estos
cementerios habrían servido para enterrar a la gente que vivía en los pequeños sitios
domésticos.

7).- Sitios Ceremoniales o adoratorios.- Son los asentamientos de carácter


ceremonial o religioso, ubicados por lo general en la cima de los cerros. Estos sitios
cumplían una función mágica religiosa. Están conformados, en su mayoría, por una sola
estructura, y en otros, asociado a estructuras arquitectónicas de almacenamiento. En
Saume, en la margen izquierda del río, en el valle medio bajo se ha podido identificar
numerosos adoratorios, los cuales en la actualidad presentan en la cima una cruz, como
símbolo de superposición de la religión cristiana sobre la andina. La colocación de estas
cruces se habría realizado a fines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, durante la
extirpación de idolatrías. En el valle medio en las inmediaciones de Lumbra se han
identificado adoratorios a considerable altura con respecto al valle. Hemos creído
conveniente llamar a estos sitios “adoratorios” como una referencia a la función ceremonial
que cumplieron para la población local o para los viajeros.

8).- Instalaciones Agrícolas e hidráulicas.- Son aquellos sitios constituidos por


infraestructura agrícola e hidráulica. Entre estos tenemos aterrazamientos en las laderas
de los cerros, donde se desarrollaba una agricultura de secano, los canales de irrigación,
las áreas de tendales de productos, bocatomas.

9).- Redes viales.- Aquellos caminos que recorrían el valle Chancay y los que se
interconectaban con la cuenca alta y valles vecinos.

Entre los sitios de la cultura Chancay más importantes figuran:

I.- Lauri

Está ubicado en una quebrada de gran tamaño que se une al valle bajo, muy cerca al
mar. Este sitio presenta una ocupación ininterrumpida que va desde el Horizonte medio
hasta los primeros momentos de la época colonial (Teatino, Chancay, Inca, Colonial). El
sitio arqueológico de Lauri (también llamado Pampa Libre), es uno de los cuatro
asentamientos tardíos de mayor importancia en el valle, junto con Pisquillo Chico, Lumbra
y Pancha La Huaca (hoy no existe). Lauri es un cementerio de grandes dimensiones,

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investigado por arqueólogos como Uhle, Tello, Horkheimer, Núñez Jiménez y Cornejo; sin
embargo ninguno de ellos ha realizado un trabajo exhaustivo y lo que se conoce sobre el
material de este sitio es mayormente proveniente de las colecciones privadas y del
huaqueo. Justamente son estos personajes quienes han dividido el sitio en varios sectores:
Rincón de las Ánimas, El Acho, Socavón, Media Baqueta, El Polvo y El Encanto
(Horkheimer; 1965: 43). Sin embargo el sitio es fácilmente sectorizado y definido por las
características estilísticas de los materiales recuperados, en cada uno de los puntos del
mismo. Sin embargo el sitio de Lauri no solo está conformado por extensos cementerios,
presenta cerca de ocho montículos piramidales, los cuales presentan el mismo patrón que
otros sitios importantes Chancay. Los “montículos piramidales”, en el valle Chancay, son
estructuras arquitectónicas, identificadas como típicas de la Cultura Chancay. Estas
estructuras arquitectónicas se hallan presentes en muchos sitios tardíos del valle, como es
el caso de Pisquillo Chico, Cuyo, Tronconal, Lauri, Santo Domingo, entre otros (van Dalen;
2001: 23-24). Son edificados en su totalidad a base de adobes cuadrangulares y
rectangulares. Presenta también grandes recintos encerrados por muros de tapiales los
cuales corresponderían al periodo Tahuantinsuyo. Muchos de los montículos piramidales
de Lauri presentan una rampa de acceso en la parte frontal. La altura de estas estructuras
puede llegar a tener hasta 3 o 4 metros de altura, y presentan relleno constructivo a base
de material vegetal, mezclado con capas de tierra.

II.- Pisquillo Chico

Otro sitio Chancay de gran importancia es Pisquillo Chico. Se ubica a 357 metros de
altitud, ubicado en la margen izquierda de la quebrada de Quilca, cerca de su
desembocadura en el río Chancay, localidad de Palpa, distrito de Aucallama. Ocupa una
extensa explanada y las faldas bajas de una amplia y eriaza quebrada lateral al valle,
aunque en los últimos años se está convirtiendo en zona agrícola. Según algunos
investigadores, este sitio se constituiría en una especie de “capital” de la cultura Chancay.
Esto se debe a que el sitio presenta una gran planificación urbana, que se observa en el
trazado de algunas calles y la separación de los sectores. Sin embargo nosotros pensamos
que más que una capital, se trataría de un asentamiento, uno de los más importantes del
valle, encargado por su ubicación de administrar el comercio a través de la quebrada de
Quilca con la cuenca alta y con el valle Chillón. Se trata de un complejo arquitectónico
planificado, probablemente el mayor del valle, constituido por varias zonas de viviendas,
residenciales, de actividades productivas y montículos piramidales administrativos o
ceremoniales.

Se trata de un extenso asentamiento Político – Administrativo. El sitio de grandes


dimensiones, está conformado por 7 sectores.
1.- Sector A: Ubicado en el extremo occidental del sitio, junto a una pequeña abra que
se comunica con el rincón de la misma quebrada de Orcón y la parte baja del cerro aledaño.
Se le conoce también como Barrio de viviendas occidentales (Van Dalen, 2004). Este sector
está conformado por dos subsectores (A1 y A2). El subsector A1 presenta una disposición
de recintos más ordenados y una arquitectura más especializada, mientras que el subsector
A2 presenta una arquitectura más tosca y sin un aparente orden de los elementos.

- A1: Se ubica en la parte baja del cerro aledaño y Sur del sector, en un terreno plano,
presenta unidades habitacionales de forma cuadrangular y rectangular, con vanos angostos
(de entre 0.80 y 0.55 metros de ancho). Los muros son de adobes y dobles, en algunos
casos con revestimiento de barro sobre el paramento. Se nota restos de enlucido de color

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rojo. La argamasa presenta inclusión de piedrecillas o cascajillo, entremezclado con
fragmentería cerámica. Se utilizó para la argamasa, arcilla rojiza. Las esquinas de los muros
son amarradas. Existen varios vanos clausurados por reocupación. Los muros llegan a
tener hasta 2.20 metros de altura. El patrón arquitectónico supone la edificación de un
recinto rectangular amplio, adosando muros en la misma técnica para subdivisiones
internas rectangulares o cuadrangulares. Conforme las estructuras se van expandiendo
hacia la ladera media del cerro varían en la composición arquitectónica, entremezclando
adobes con piedras canteadas, en tecnología más rústica.

- A2: Se ubica al lado Norte del Sector. Está conformado por un conjunto de recintos
edificados a base de adobes, presentando en algunos casos (en la parte media y superior
del muro), piedras canteadas. Este subsector presenta una aglomeración de 8 recintos de
planta rectangular y cuadrangular, y habría sido edificado mucho después que el otro
subsector, en vista de su aparente desorden. En la parte superior del subsector se aprecian
afloramientos rocosos naturales, conformando espacios abiertos con dispersión de
cerámica doméstica Chancay temprana y Chancay del Horizonte Tardío.

2.- Sector B: Se ubica en la parte frontal (este) del sector A, conformado por recintos
de amplio tamaño de planta rectangular, con muros a base de adobes y abundante
fragmentería de cántaros grandes.

3.- Sector C: Se ubica en el cauce mismo de la quebrada, conformado por estructuras


rectangulares y cuadrangulares de 5.00 x 4.50 metros aprox.. se trata de estructuras
aglutinadas, orientadas hacia el fondo de la quebrada. Las construcciones rectangulares
son edificadas a base de adobes, mientras las cuadrangulares pequeñas de piedras
canteadas. Hacia el lado oriental del sector se aprecia un conjunto habitacional de función
doméstica (con batanes en el interior), con estructuras asociadas de planta rectangular de
amplio tamaño en la parte posterior, que correspondería a depósitos. Hacia el Este del
sector, junto al muro que divide el sector por el lado Norte se aprecia una plataforma con
rampa de planta rectangular y tres niveles. Presenta otros dos montículos. Este sector es
conocido también como Barrio ceremonial sur oeste.

4.- Sector D: Área ceremonial conformado por un total de 16 plataformas elevadas


con rampa frontal, asociados a patios cuadrangulares frontales y áreas de almacenamiento
en la parte posterior. Hacia el sur del sector, entre este y el área funeraria, se aprecia una
estructura rectangular edificada a base de tapiales con base de adobes convencionales.
Esta está edificada sobre una anterior edificación Chancay y sobre una plataforma con
rampa, donde destruyeron la rampa y superpusieron los tapiales. Se trataría de una
kallanka Tahuantinsuyo asociado con la reutilización de la plataforma con rampa Nº 10, la
más grande del complejo.

5.- Sector E: Área Funeraria delimitado por muros de tapiales conformando un


espacio rectangular. Presenta contextos funerarios disturbados, con abundante osamenta
humana, textiles, fragmentería cerámica del estilo Chancay y del Horizonte Medio, así como
restos de camélidos. Hacia el lado Sur del sector existen tendales sobre plataformas
escalonadas en cinco niveles, con un muro de tapial en la parte central. Toda el área
funeraria se extiende a lo largo de una pequeña quebrada lateral que desciende desde el
lado Sur este.

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6.- Sector F: Área residencial. Se ubica hacia el fondo de la quebrada oriental del sitio,
conformado por un conjunto de estructuras de planta cuadrangular y rectangular, edificadas
en su mayoría a base de adobes (adobes convencionales Chancay), con la disposición
característica (dos a soga y uno a tizón). Los recintos presentan divisiones internas,
conformando recintos internos, algunos de las cuales presentan banqueta, en la cuarta
parte del recinto.

7.- Sector G: Cuadrilátero. Se trata de una estructura de planta cuadrangular amplia,


edificada íntegramente a base de tapiales, emplazada sobre la ladera media del cerro
oriental, frente al sector F. Se trata de una construcción Tahuantinsuyo, de función
ceremonial.

La cerámica observada en la superficie de Pisquillo Chico pertenece a los estilos


Teatino, Chancay Negro sobre Blanco, Lauri Impreso e Inca local. El sitio se encuentra en
buen estado de conservación, aunque muchas estructuras han desaparecido por el avance
de la frontera agrícola. Sin embargo, en el área nuclear del sitio, las estructuras se
encuentran en pie. En el área funeraria, se aprecian extensos huaqueos. Las
investigaciones de Guzmán (2011, 2016a, 2016b) de los componentes arquitectónicos en
Pisquillo Chico, permitieron identificar la distribución espacial dual de las plataformas con
rampa, así como el urbanismo de este importante asentamiento Chancay; además de una
gran importancia religiosa identificada en el tinkuy de las plataformas con rampa.

III.- Lumbra.-

Está ubicado en el valle medio del río Chancay. El Complejo Arqueológico de Lumbra
se ubica en el lugar donde la quebrada de Lumbra se une al valle medio del río Chancay,
por su margen derecha, sobre una terraza aluvial de grandes dimensiones, ubicada
inmediatamente por encima y en la margen derecha del cauce de la quebrada. Las
coordenadas UTM emplazada en el sector B son: 8740543N, 0275757E, a 597 metros
sobre el nivel del mar. El complejo arqueológico de Lumbra es de grandes dimensiones
(van Dalen; 2009, 2011d, 2012c: 285, 2014a, 2016b). El sitio está conformado por un
asentamiento de grandes dimensiones que consta de recintos domésticos, estructuras
público– administrativas, grandes canchones (Cancha Tahuantinsuyo), depósitos,
cementerios, aterrazamientos para funciones agrícolas, canales de riego y un complejo
sistema defensivo. El material constructivo es casi siempre la piedra canteada (con
argamasa) y tapiales, lo que evidencia una ocupación en los periodos Chancay e Inca.

Se ha identificado un total de 8 sectores conformantes del complejo arqueológico de


Lumbra, Sector A: ubicado en la parte baja de la quebrada, en el lado sur del complejo.
Está conformado por un sector de función doméstica, ubicado junto a la carretera Huaral-
Acos; Sector B: conformado por el sector político administrativo, ubicado inmediatamente
al norte del sector A, al otro lado de la carretera; Sector C: conformado por un conjunto de
terrazas de función agrícola, ubicadas hacia el norte del Sector B, en medio de la
quebrada de Lumbra; Sector D: conformado por un conjunto doméstico ubicado en el lado
norte del complejo, en la margen derecha de la quebrada de Lumbra, justo en el cono de
deyección, sobre una pequeña terraza aluvial, circundado por un muro perimétrico que
encierra en su interior los recintos de planta cuadrangular y rectangular; Sector E: ubicado
en la parte superior del cerro oriental de la parte media de la quebrada, conformado por un
conjunto de recintos de planta cuadrangular amplios, de función residencial, de arquitectura
más especializada que las edificaciones de los sectores A, D y F; Sector F: emplazado

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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sobre la cima central del cerro, a su vez subdividido en dos subsectores, uno primero
ubicado en el lado sur, en una pequeña abra, conformado por un recinto circular de 7.40 m
de diámetro, con fines de depósito; y el segundo subsector ubicado en el lado meridional,
conformado por un conjunto de 125 recintos cuadrangulares pequeños, muy destruidos,
con muros edificados a base de cantos rodados medianos y pequeños; Sector G: ubicado
en toda la cima del cerro oriental de la quebrada, conformado por numerosas
construcciones de diferentes funciones; y Sector H: conformado por un conjunto de
terrazas consecutivas emplazadas en la ladera occidental del cerro Lumbra.

El sector B se encuentra ubicado en la parte baja del complejo, inmediatamente al


norte del sector A, al otro lado de la carretera. Está conformado por un conjunto de
estructuras de función político-administrativo y ceremonial, que se constituiría en el área
nuclear del asentamiento, con evidencias de constantes remodelaciones en el Intermedio
Tardío y en el Horizonte Tardío. Este sector se empezó a edificar desde el Horizonte Medio
con la introducción de estructuras funerarias pequeñas, de sección semisubterránea, de
planta en “D”, ovaladas y cuadrangulares, edificadas a base de cantos rodados medianos.
Entre las estructuras del Intermedio Tardío destaca una plataforma elevada de planta
cuadrangular, posiblemente con rampa frontal (aún no definida, pero inferimos que lo tenga
por el patrón de estas estructuras en el valle), con muros de contención a base de piedras
canteadas, cantos rodados y adobes, de 3 metros de altura (sin contar las estructuras
superpuestas del Horizonte Tardío). Este edificio se encuentra orientado en un eje noroeste
– sureste, tiene 30 metros en su eje suroeste – noreste por 28 metros en su eje noroeste –
sureste, y está asociada en la parte frontal a un patio rectangular, y este a su vez a un
conjunto de recintos rectangulares. La planta del edificio no es exactamente cuadrada, pues
presenta algunos muros de contención zigzagueantes. Alrededor de este edificio se
aprecian recintos amplios de planta cuadrangular y rectangular edificados a base de cantos
rodados y piedras canteadas unidas con argamasa.

En el extremo Oriental del sector, cuyo límite natural es el acantilado del cauce de la
quebrada de 8 y 10 metros de profundidad, en cuyo borde pasa la primera muralla
perimétrica, se encuentran un conjunto de habitáculos, de función no definida, y entre estos
existen dos cúpulas medianas, piedras con numerosos orificios con posibles fines
astronómicos. La de mayores dimensiones presenta más de 30 orificios circulares de hasta
1 cm. de profundidad.

Durante el Horizonte Tardío, con la llegada del Tawantinsuyu al valle, se nota una gran
variación en la organización espacial del sector. La plataforma elevada y los recintos
aledaños, fueron encerrados en un gran cuadrilátero de planta cuadrangular, con muros
perimétricos hechos a base de tapias, mediante la técnica de paños murarios. El muro
sureste tiene 52.50 metros de largo, y está en regular estado de conservación, con una
altura promedio de 2.90 metros. El muro noreste tiene 46 metros de largo, con una altura
de 2.80 metros y un grosor de 0.70 metros en la parte baja, con más del 60% del muro
destruido. El muro perimétrico noroeste tiene 52 metros de largo y está totalmente
destruido, identificándose con mucho esfuerzo las bases. El muro perimétrico suroeste tiene
42.20 metros de largo,

Las edificaciones ubicadas hacia el oeste del cuadrilátero fueron desmanteladas a fin
de conformar una extensa plaza cuadrangular, asociada a dos Kanchas contiguas hacia el
lado norte y un pequeño Ushnu hacia el lado sur. Existió otra plataforma similar hacia el
lado norte delante de las dos Kanchas, pero hoy se encuentra destruido.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Figura 10, 11, 12 y 13: Textiles Chancay, tipo Negro sobre Blanco. Superior Izquierdo: Paño
en Tela Doble con representación de aves marinas. Superior derecho: Tejido con decoración
listada vertical, en técnica de cara de urdimbre. Inferior izquierdo: Paño en técnica doble tela,
con decoración en paneles de aves y peces, con olas marinas consecutivas en los bordes.
Inferior derecha: Telar con tejido en cuatro bandas verticales con representación de aves
estilizadas. Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Figura 14: Vista de plataforma con rampa, sitio de Pisquillo Chico.

Figura 15: Vista de la foto satelital de Pisquillo Chico, nótese el complejo patrón urbanístico.
Google earth, 2010.
Página siguiente (página 39): Figura 16 (superior): Vista Satelital del complejo arqueológico de
Lumbra, con sus sectores integrantes. Figura 17 (medio derecha): Vista de uno de los recintos
excavados del sector A. Figura 18 (medio derecha): Vista de un recinto con banqueta, excavado
en el sector A. Figuras 19, 20, 21, 22, 23 y 24 (inferior): materiales recuperados en las excavaciones
del sector A de Lumbra: plato de mate, quena, zampoña, figurina cerámica, piruros y peineta.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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I
H
F
C

G B

39
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Cu
M

M P. E.

Cd.

Pl

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Página anterior (página 40): Figura 25 (superior): Foto satelital del sector B del complejo
arqueológico de Lumbra con sus conjuntos arquitectónicos del Horizonte Tardío. Leyenda:
K: Kanchas. P. E.: Plataforma Elevada. Pl.: Plaza. U: Ushnu. Cd.: Cuadrilátero. M: Muralla 1.
Cu: Cúpula. Figura 26 (medio izquierda): vista del ushnu, Lumbra. Figura 27 (medio derecha):
vista panorámica de las dos kanchas Tawantinsuyu, Lumbra sector B. Figura 28 (inferior
izquierda): implementos recuperados de las excavaciones de los recintos domésticos
(cucharas de madera y hueso, porras, piruros, silbatos, manos de moler, figurina
antropomorfa). Figura 29 (inferior centro): vista del quipu recuperado junto al ushnu en el
sector B de Lumbra. Figura 30 (inferior izquierda): vista del documento colonial (inicios siglo
XVII) encontrado dentro del vaso vidriado, recuperado en las excavaciones de la plataforma
del sector B de Lumbra.

La modificación sustancial en este sector durante el Horizonte Tardío se debe al


simbolismo de control de las entidades religiosas locales, primero de encerrar el área
ceremonial con un cuadrilátero de tapiales, como es la plataforma elevada, a la cual se le
dio mayor elevación con arquitectura de tapiales, así como también la ampliación hacia el
lado noroeste y edificación de recintos de planta cuadrangular a base de tapiales. Esta
situación asemeja a lo sucedido en el templo del sol de Pachacámac. Luego el área fue
encerrada en el cuadrilátero.

Por su parte los otros sectores contiguos, de función doméstica no evidencian cambios
sustanciales durante el Horizonte Tardío, pues la organización espacial y el uso de
materiales culturales como la elaboración de cerámica, textilería, siguió manteniendo los
cánones del Periodo Intermedio Tardío, introduciéndose solo algunos ejemplares de Estilo
Inca local o Chancay-Inca. Esto indica que no hubo una intervención directa en las
actividades domésticas de la población local, pues estas siguieron desarrollando sus
manifestaciones culturales propias, símbolos de su identidad nacional Chancay. Se nota
ausencia de elementos Incas en los sectores domésticos. Esto indica además que hubo
una coexistencia entre la población Chancay y los administradores del imperio.

IV.- Cuyo

Es otro asentamiento de gran importancia ubicado en la margen izquierda del valle


medio del río Chancay. Se encuentra ubicado sobre una extensa terraza aluvial de grandes
dimensiones que tiene 40 metros de altura con respecto al fondo del valle, en la margen
izquierda del río Chancay, frente al actual pueblo de Cuyo, a 520 metros sobre el nivel del
mar. El año 2001 realizamos una investigación superficial (van Dalen; 2001, 2004c, 2009,
2011c), determinando que el sitio arqueológico de Cuyo presenta una larga ocupación
cronológica que comprende desde el Intermedio Temprano, Teatino (Horizonte Medio), la
Cultura Chancay (Intermedio Tardío), hasta el momento de anexión de este último al
imperio del Tawantinsuyu (Horizonte Tardío). El sitio de Cuyo es un sitio de regulares
dimensiones, 8 Hectáreas aprox., con sectores de vivienda, administrativos y residenciales.
El sitio en general se encuentra en regulares condiciones de conservación. El sector político
administrativo se encuentra ubicado en la parte central del sitio arqueológico y presenta
características que lo distinguen del resto de sectores del asentamiento. Se encuentra en
su totalidad rodeado por muros de gran tamaño, edificados a base de tapiales, distribuidos
en el muro a modo de bloques o paños, colocados uno sobre otro. Estos muros se
denominan “muros perimétricos” y rodean el sector por los lados Norte, Este y Oeste. Los
tres muros conforman un recinto de grandes dimensiones que encierra al sector por esos
lados. El muro norte presenta un vano de un metro de ancho. Además este sector está

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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conformado por 7 recintos, 3 plataformas con rampa y 3 plazas. Todos estos, menos los
recintos 2, 3 y 4 se ubican dentro del recinto formado por los tres muros perimétricos, que
encierran este sector. Los recintos son en su totalidad de forma rectangular y habrían
cumplido una posible función de almacenamiento, según lo evidenciado por la cantidad de
corontas de maíz y restos de moluscos que se encuentran en el interior de los recintos. Los
muros de los recintos están edificados a base de cantos rodados de tamaño regular, unidos
con argamasa; solo el muro este del recinto 07 presenta una arquitectura a base de adobes
de forma cuadrangular y en algunos casos rectangulares. Además, los muros Norte, Este y
Oeste del recinto 02, los muros oeste y Sur del recinto 03 y el muro este del recinto 04, se
encuentran edificados a base de tapias, pero de una técnica constructiva muy diferente a
los muros perimétricos. El estado de conservación de los muros de este sector se
encuentran en un mal estado, sin llegar a pasar los 0.60 metros de altura. Las plataformas
o “montículos piramidales” presentan rampa de acceso frontal, serán descritos líneas más
abajo en el punto de arquitectura Chancay. Este sector presenta además tres plazas, cada
uno ubicado en la parte frontal de cada montículo Piramidal. El sector Doméstico, por su
parte, se ubica inmediatamente al sur este del sector administrativo. Según la distribución
de los recintos habrían servido como recintos de vivienda. Este sector no presenta
estructuras públicas demarcadas. Los recintos ubicados en el extremo sur del sitio,
presentan una arquitectura más rústica en comparación con los ubicados más cerca del
sector administrativo. Los recintos generalmente presentan forma cuadrangular o
rectangular, aunque hay casos que presentan forma de “L”. Además se tiene el caso del
recinto 15, que presenta grandes dimensiones, es de forma rectangular, tiene en el eje
Norte-Sur 7.80 metros y en el eje Este-Oeste 23 metros de largo. Los muros del recinto 15
están edificados a base de cantos rodados y piedras canteadas unidos con argamasa de
barro. Este recinto se ubica junto a la plataforma Piramidal 03 y ha sido posible hallar en su
superficie algunos restos de corontas de maíz y restos de moluscos. Al parecer habría
cumplido una función de almacenamiento. La mayoría de recintos presentan muros
edificados a base de piedras canteadas dispuestas en hileras horizontales, unidos entre sí
con argamasa. Aunque hay algunos recintos que presentan muros a base de cantos
rodados, como es el caso del Recinto 33, que presenta el muro oeste con este material, al
igual que los muros Norte, Sur y Oeste del recinto 08 y los muros Sur, Este y oeste del
Recinto 03, por mencionar algunos ejemplos También se da el caso de los muros que
presentan dos materiales constructivos a la vez, como es el caso del muro oeste del recinto
39 y el muro oeste del recinto 26, que presentan cantos rodados y adobes. En general los
adobes constructivos de este sector son de forma cuadrangular (12cm. x 10cm. x 8cm.).
Debido al mal estado de conservación, no se observa algún vano que se encuentre en buen
estado de conservación, solo es posible, en algunos casos, observar la base de las jambas,
compuestos por piedras canteadas alargadas, dispuestas de cabeza. El ancho de los vanos
varía entre 0.65 m. Y 1,05 m. No hay muros que presenten hornacinas. El estado de
conservación de los muros es en algunos casos regular y en la mayoría malo. Solo existen
cinco muros que tienen una altura mayor a un metro. Hacia el lado Este del sector político
administrativo se ubica un sector que habría correspondido al área residencial de la élite,
conformado por recintos con muros edificados a base de piedras canteadas con argamasa
con cierta tecnología, de gran altura, llegando hasta los dos metros de altura. Por otra parte,
en el frente del sitio se encuentra el área de almacenamiento, conformado por recintos de
forma cuadrangular, de tamaño pequeño y aglutinados y alineados. Los estilos identificados
en el sitio son: Tricolor Geométrico, Chancay de los tipos Lauri Impreso y Negro sobre
Blanco además del estilo Inca local.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Figura 31: Vista de la foto satelital del sitio de Cuyo, en la margen izquierda del valle medio
del río Chancay. Google earth.

V.- Andoma

Se encuentra ubicado en el valle bajo del río Chancay, en la margen derecha, distrito
de Huaral. Se ubica en la ladera baja del cerro Andoma, una de las estribaciones aisladas
en el valle, frente al imponente cerro de Huando. El cerro de Andoma tiene una altitud de
20 metros aproximadamente, con respecto al fondo del valle y al poblado actual de Huando.
El cerro Andoma se encuentra aislado en medio de las zonas agrícolas de Huando, frente
a los cerros de Sacachispa y Campana. Las estructuras arquitectónicas son de planta
rectangular y cuadrangular y se hallan dispuestas de manera extendida por toda la falda
del cerro, rodeando el mismo. Andoma es un sitio de regulares dimensiones, 5 Has. Aprox.,
aparentemente con sectores de vivienda, administrativos y residenciales. Por sus
características espaciales, funcionales y constructivas lo hemos dividido en tres sectores
(van Dalen; 2013b):

1. Sector “A”: Se encuentra ubicado en el lado Norte del cerro, conformado por un
conjunto de recintos de planta rectangular, con orientación hacia el Norte (valle). En total

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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se trata de 14 estructuras arquitectónicas asociadas entre sí. La técnica constructiva de
estas estructuras es uniforme, a base de piedras canteadas simples unidas con argamasa
de barro, con muros que llegan a tener hasta 1.80 metros de altitud y 0.60 a 0.80 metros de
ancho. Las piedras utilizadas en la construcción son pequeñas y medianas, de forma
irregular. La cerámica que se observa en la superficie es Chancay de los tipos Negro sobre
Blanco, Lauri Impreso y doméstico sin decoración.

2. Sector “B”: Se encuentra ubicado en el lado Nor Oeste del cerro Andoma,
conformado por un conjunto residencial, con construcciones a base de piedras canteadas
y adobes, de delicado acabado superficial, rodeados de muros a base de tapiales
construidos en la técnica de paños murarios, de hasta 3 metros de altitud. El interior
presenta recintos medianamente huaqueados y muros muy dañados. Se aprecia cerámica
en superficie de naturaleza doméstica. Alrededor de este conjunto se aprecian
construcciones asociadas, pero con muros más rústicos, a base de piedra simple unida con
argamasa. Los recintos internos se encuentran interconectados entre sí. Presenta en total
16 estructuras o unidades arquitectónicas.

3. Sector “C”: Ubicado en el extremo Sur y Oeste del sitio. Está conformado por
estructuras de planta rectangular y cuadrangular. Presenta un total de 20 unidades
arquitectónicas. Este al igual que el sector “A” son los que se encuentran en mal estado de
conservación.

El proceso de investigación realizado en el sitio de Andoma nos ha permitido identificar


hasta cinco periodos de ocupación, los cuales son los siguientes:

1.- PRIMER PERIODO DE OCUPACIÓN: Corresponde a una ocupación Formativa


identificada en el lado Norte del sector “B”, conformado por edificaciones de muros gruesos,
a base de piedras labradas, y de considerable altitud.

2.- SEGUNDO PERIODO DE OCUPACIÓN: Corresponde a una ocupación de los


momentos iniciales de la Cultura Chancay.

3.- TERCER PERIODO DE OCUPACIÓN: Correspondiente propiamente a la cultura


Chancay y su estilo característico (con sus respectivos tipos).

4.- CUARTO PERIODO DE OCUPACIÓN: Corresponde al Horizonte Tardío, periodo


Tahuantinsuyo.

5.- QUINTO PERIODO DE OCUPACIÓN: Correspondiente a una ocupación moderna,


periodo Republicano.

Ha sido posible identificar en los tres sectores evidencias de la ocupación Chancay,


en lo que corresponde a los periodos 2 y 3. Los sectores A y C presentan una ocupación
doméstica caracterizada por estructuras de planta rectangular o cuadrangular, con muros
edificados a base de piedras canteadas simples, unidos con una capa de barro,
conformando muros simples o dobles.

La estrategia constructiva Chancay en Andoma, supone la previa elaboración de


terrazas simples y continuas, sobre las cuales se han edificado los recintos,
constituyéndose recintos complejos de dos o más compartimientos. Los muros que se

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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constituyen en la base de los mismos emergen desde los muros de contención de las
terrazas, edificándose posteriormente muros perpendiculares de división de áreas
domésticas diferentes.

Los sectores “A” y “C” presentan características arquitectónicas similares, con


estructuras de planta rectangular y cuadrangular, dispuestos -como ya se señaló- en dos o
más compartimientos ubicados sobre diferentes terrazas verticales, según el
escalonamiento de las mismas. Los muros están edificados a base de piedras canteadas
simples, con las caras planas dispuestas hacia el paramento interno y externo. En otros
casos algunos muros solo presentan paramento interno, ya que, al mismo tiempo de cumplir
la función de muro del recinto, también cumplen la función de muro de contención de las
terrazas. Una considerable cantidad de estructuras presentan pequeñas banquetas,
ubicadas en algunos casos (por lo general en el Sector “A”) hacia el ala izquierda, en la
menor longitud del recinto, mientras en otros en la parte superior interna de los recintos (por
lo general en el sector “C”). El sistema constructivo de las banquetas es a base de piedras
canteadas irregulares de 0.20 m a 0.25 m, con presencia de mortero, las mismas que están
colocadas en forma horizontal disponiendo su cara plana hacia la cabecera para darle un
mejor acabado. Estas banquetas están construidas sobre la roca madre y adosadas a los
muros.

Figura 32: Vista del sector B sitio Andoma

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Figura 33: Vista de foto satelital del sitio de Andoma, Huando. Google earth.

VI.- Macatón

Es otro extenso asentamiento, hoy destruido en un 90 % es otro asentamiento de


control, con muros a base de adobes y tapiales dispuestos ortogonalmente, con presencia
de grafitis y pinturas murales en los muros de tapial. Presenta también áreas de cementerio.
Por encima de este sitio, en la cima del cerro Macatón se aprecia una estructura, el cual
habría pertenecido al “apu Macatón”, paqarina principal del poblador chancayano. en base
a la evidencia material que aún existe en el sitio, y la revisión de las fotografías aéreas de
1982 y la de 1945, podemos definir la división del sitio en los siguientes sectores (van Dalen;
2013b):

Sector “A”: Se ubica en el extremo norte de la estribación de Cerro Macatón


(conformado por el Cerro Macatón y las pampas bajas ubicadas a sus faldas), limitando con
los terrenos agrícolas. Este sector ha sido reducido a su mínima expresión por haber sido
encerrado por la invasión de Asentamientos Humanos como El Ángel y La Florida. Se trata
de una extensa área funeraria de constante ocupación desde el Horizonte Medio hasta el
Horizonte Tardío, sobre el cual, a finales del Intermedio Tardío y Horizonte Tardío, se
edificaron recintos rectangulares a base de tapiales, algunos de forma trapezoidal. Este
sector tiene cerca de 150 recintos, algunos interconectados conformando conjuntos
residenciales, administrativos y artesanales. La revisión de las fotografías aéreas y la

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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descripción de Tarazona (Tarazona; 1997:10) nos hace referencia que existió en este
sector, en su lado noroeste una plataforma elevada, al parecer con rampa, elemento
arquitectónico característico Chancay. En las fotos aéreas de 1945 se aprecia hacia el lado
sur del sector, en la primera elevación ocupada hoy por el centro poblado El Ángel, un
conjunto arquitectónico aislado del resto del sector, conformado por un mínimo de ocho
recintos de planta rectangular y cuadrangular, aglutinados entre sí, edificados
aparentemente en tapiales, lo que conformaría al parecer un área residencial de élite donde
habría residido el curaca local. Tarazona refiere que el área del sector ubicada hacia el lado
este podría ser un área de producción manufacturera (Ibid:6). Hacia el lado sureste, sobre
la estribación ocupada por el centro poblado El Ángel, hay otro conjunto conformado por un
mínimo de dos recintos cuadrangulares contiguos.

La mayoría de los muros están edificados en tapiales, mediante la técnica de paños


murarios, colocando bloques de manera consecutiva uno sobre otro, dejando entre ambos
una capa de barro. Los muros tienen por lo general mayor Ancho en la parte baja y son más
delgados en la parte superior, con un promedio de entre 0.70 y 1.00 m de grosor. Las
esquinas por lo general son adosadas. La estrategia constructiva de este sector, presupone
la edificación de grandes espacios rectangulares (muros primarios), en cuyo interior se
edifican luego subdivisiones internas de planta cuadrangular o rectangular (muros
secundarios), interconectados mediante pasadizos internos. Por su parte los conjuntos se
interconectan mediante calles. Hay un mínimo de edificaciones realizadas con adobes,
dispuestos en los muros principalmente a soga, aunque hay algunos muros que presentan
en cada hilada cada cuatro o cinco adobes a soga, uno a tizón. La altura promedio de los
muros estaba entre 2.50 a 3.00 m de alto. La mayoría de muros presentan tarrajeo, y sobre
estos la decoración muraria. Hay muros que presentan grafitis sobre sus paramentos, y en
la mayoría presentaban pintura blanca, hecho con un material blanquecino parecido al
estuco. Durante las excavaciones se pudo observar que en aquellas áreas de los muros
que se encontraban expuestos al medio ambiente por el huaqueo u otros factores, no se
notaba esta pintura, pero al excavar aquellas áreas contiguas a los paramentos enterrados,
se podía notar las características de los recubrimientos, siendo esta una capa muy delgada
y sensible al tacto. Los grafitis son por lo general, figuras de aves, felinos o peces. Hay
muros que presentan el basamento hecho con piedras grandes, sobre el cual se colocaba
el primer bloque de tapial. La dimensión de los recintos era variada, desde pequeños hasta
grandes.

Se ha encontrado en superficie abundante material cultural, como fragmentería


cerámica de diversos estilos, locales y foráneos, lo que evidencia las interacciones
interregionales de las poblaciones locales chancayanas con otras regiones lejanas. Entre
estos estilos tenemos el Teatino, Huaura, Pativilca-Supe, Pampa de Animas del Horizonte
Medio; Chancay, Lauri Impreso, Huacho, del Intermedio tardío; Inca local, Chimú-Inca,
Chancay del Tawantinsuyu; y Colonial temprano incluyendo un Chancay Colonial del
periodo de transición Tawantinsuyu- Colonial. Se ha identificado además retazos de tejidos
elaborados en diferentes materiales como algodón, lana de camélidos, fibras vegetales y
cabellos humanos; y hechos en diversas técnicas, como tapices, redes, gasas, tejidos
llanos, entre otros. Se observa además numerosos restos óseos humanos, restos de
madera, restos malacológicos, soguillas, restos óseos animales, algunos artefactos líticos,
entre otros. Estos materiales están entremezclados con basura moderna, desmonte,
periódicos, basura quemada, vidrios, ropa actual, entre otros. Justamente antes de
desarrollar las excavaciones y al observar que la población de los centros poblados
modernos aledaños utilizaban el sitio como letrina, botadero de desmonte o de basura,

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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decidimos realizar la limpieza mediante un trabajo de concientización para lo cual se
contrató a 80 personas de estas localidades por un periodo de cinco semanas, para realizar
la limpieza de la basura moderna que se hallaba sobre el sitio arqueológico previa
capacitación y concientización cultural, situación que fue detenida por el Instituto Nacional
de Cultura. Hoy, dos años después de las excavaciones, el sitio se encuentra más destruido
sin que el Ministerio de Cultura haga algo por impedirlo, pues el sitio en su totalidad esté
próximo a desaparecer en los próximos años.

En la actualidad, el 65% de recintos se encuentran destruidos, mientras que el resto


está en proceso de destrucción. El huaqueo y el avance de las invasiones en sus
alrededores, son los principales agentes de deterioro de las edificaciones, las que
provocaron la remoción de grandes cantidades de arena con las cuales algunos muros que
aun quedaron se encuentran cubiertos hasta ser enterrados.

Sector “B”: Este sector se encuentra ubicado hacia el suroeste del sector A y abarca
casi la quinta parte de la extensión del anterior. Está conformado por un área funeraria (se
puede pensar que es la extensión de la anterior), la cual se extiende hasta los primeros
taludes que se elevan hacia los cerros bajos de arena de Macatón. Gran parte de este
sector ha desaparecido por la invasión del centro poblado El Ángel y el avance de los
terrenos agrícolas circundantes. Se aprecia en la superficie actual numerosos hoyos de
huaqueo, con abundante material cultural regado en superficie. No presenta edificaciones,
salvo algunos muros de adobe que conformaban cámaras funerarias Chancay. Se observa
en superficie los mismos materiales culturales que en el sector anterior.

Sector “C”: El sector “C” se ubica en la quebrada ubicada en el lado posterior al


sector “A”, quebrada pequeña en la cual hoy se emplaza el Asentamiento Humano Nuevo
Huaral. Es un sector pequeño, conformado por un área funeraria simple, en la cual los
contextos funerarios se depositan en el interior de pequeñas matrices o fosas cavadas en
el terreno cascajoso. Este sector se ubica en la parte alta de la mencionada quebrada.

En las fotografías aéreas de 1945 se observa un sitio aislado, ubicado hacia el lado
oriental del sector “A”, a casi uno o dos Kms de distancia, frente a la ex hacienda La Huaca,
en el extremo de los terrenos que hoy corresponden al centro poblado Contigo Perú. Se
trata de un sitio con unidades arquitectónicas medianas, de planta cuadrangular y
rectangular, aglutinadas e interconectadas mediante pasadizos. Al parecer, este sitio sería
el mismo que Agurto Calvo y Sandoval (1974) denominaron como Chancay 24I-N° 1 JO3,
cuya descripción citamos en los antecedentes de estudio.

Parece propicia la oportunidad para mencionar que en el mes de setiembre del año
2007 realizamos una prospección en la parte superior del Cerro Macatón, en cuya cima
principal (0257915E, 8723563N, 614 msnm, Sistema WGS-84), en medio de los
afloramientos rocosos existentes, se halló abundante fragmentería cerámica de estilo
predominantemente Chancay, en medio de habitáculos de aparente función ceremonial,
emplazados sobre aterrazamientos continuos.

VII.- Pasamayo

Se encuentra ubicado en el extremo meridional del valle, junto al cerro del mismo
nombre, conformado por un asentamiento con construcciones a base de tapiales y extensas
áreas de cementerio, ambas cubiertas casi en su totalidad por una densa capa de material

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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eólico de arrastre conformado por arena fina. En el lado por donde discurre la carretera
Panamericana Norte (Serpentín) hay un extenso cementerio Chancay que fue afectado por
la carretera durante su construcción, recuperándose numerosos contextos funerarios
Chancay (Vidal; 1969).

VIII.- Castillo de Pasamayo

Se encuentra ubicado en el extremo meridional del valle Chancay, sobre una


estribación aislada. En base a las características de la disposición de los elementos
arquitectónicos y los materiales observables en superficie, hemos procedido a sectorizar el
sitio en tres sectores (van Dalen; 2012):

1. Sector “A”: Este sector se ubica en la cima del cerro y laderas medias. Se
encuentra rodeado por tres murallas. En la parte superior del cerro, está la muralla 3 a su
vez circundada por la Muralla Nº 2, la cual también da la vuelta por toda la extensión del
cerro. Las murallas se encuentran en buen estado de conservación, llegando a tener hasta
3 m de altura, edificadas a base de piedras canteadas unidas entre sí con argamasa de
barro. La parte superior se encuentra encerrada por la tercera muralla, a la cual se
superpone un muro perimétrico que ocupa la mitad septentrional de la cima, que encierra
al conjunto superior. Por su parte en el lado meridional de la cima hay un espacio a modo
de patio de planta irregular y 36,20 m de largo (eje este-oeste, al nivel del vano de acceso
al conjunto superior y el vano de acceso a la muralla 3), por 23,70 m de ancho (eje este-
oeste. Hacia el flanco suroeste del cerro desciende desde la cima hasta su base un
afloramiento rocoso, el cual se constituyó en la cantera desde donde se obtenía las piedras
para construcción, notándose tanto los cortes como los bloques líticos obtenidos por
percusión, algunos de ellos dispersos por encima de la muralla 2.

La muralla 3: Se trata de un muro que cumple la función de muro de contención de


la plataforma superior (cima), y que al elevarse a la superficie de esta se convierte en un
muro de dos caras. Está edificado a base de piedras canteadas medianas dispuestas en
hileras horizontales alternadas con capas de cañas y totora dispuestos en posición
horizontal con las puntas hacia los paramentos. En la actualidad se encuentra en mal estado
de conservación, solo presenta 1,80 m de alto, y bordea toda la cima del cerro; mientras
que tiene un grosor de 2,10 m. Presenta un vano en mal estado de conservación ubicado
al extremo suroeste de la cima, las jambas están definidas por dos piedras canteadas con
las caras planas orientadas hacia el acceso. Este vano tiene 1,20 m de ancho. Hasta este
acceso llega el camino proveniente desde el vano de la muralla 2. La muralla 3 tiene un
largo total de 215,34 m lineales en su sección media.

El conjunto superior: Se encuentra delimitado por el muro perimétrico, de piedras


canteadas, con un adosamiento en la parte interna de una banqueta de adobes
paralelepípedos e irregulares, de 0,25 m de ancho y un largo total de 172,78 m lineales.
Ocupa la mitad septentrional de la cima del cerro. Es de forma irregular, de 50,82 m de
largo (eje norte-sur) por 33,70 m de ancho (eje este-oeste). El acceso es por el lado
suroeste y es mediante un pasadizo en “L” (luego de ingresar en dirección este por 6,10 m
cambia de dirección al norte en un tramo de 8,90 m de largo), de 2,80 m de ancho,
delimitado por muros de 1,40 m de alto, en mal estado de conservación. Estos muros son
de características similares a los de las murallas, y son los mismos muros perimétricos que
se prolongan hacia el interior del conjunto superior. El vano de acceso presenta una rampa.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Camino entre las murallas 2 y 3: Entre las murallas 2 y 3, lado occidental del cerro,
discurre un camino que asciende desde el vano de la segunda muralla al de la tercera,
ascendiendo de manera recta por entre los afloramientos rocosos. Tiene un ancho
aproximado de dos metros y se nota en algunas zonas el corte hecho en estos
afloramientos. Este camino toma dirección ascendente al sur.

La segunda muralla: La segunda muralla se ubica por debajo del nivel de la tercera,
a 15 m por debajo de su nivel, rodea el cerro por todos sus flancos. Está edificado a base
de piedras y vegetales, conformando hileras horizontales alternadas. Tiene 1,30 m de
ancho en promedio, y hasta 3.10 m de alto, así como un largo total de 686,11 m. En algunos
tramos se presenta plano, aunque en el lado norte desciende para ascender por el lado
occidental. Cumple la función de muro de contención y tiene camino epimural. Presenta un
vano de acceso localizado hacia el lado noroeste, de 2,80 m de ancho. Al ingresar por este
vano se asciende por un camino hasta el vano de la Muralla 3. Se aprecia en los alrededores
del vano abundante concentración de Tillandsia s.p. (achupalla).

La primera muralla: se ubica en la parte más baja del cerro, en el límite entre este y
los campos de cultivo, principalmente de algodón y maíz, muy deteriorado y destruido en
algunos tramos (principalmente en el lado septentrional), notándose incluso solo
alineamientos de piedras; sin embargo, en el lado occidental y meridional se encuentra
completo. Presenta una altura de hasta 2,80 m de alto y un grosor de 1,90 m. Por su parte
tiene un largo de 1 729,60 m. Ha sido posible identificar el vano de acceso en el lado
noroeste del cerro, aunque muy deteriorado. La técnica constructiva consiste de hiladas
horizontales de piedras canteadas medianas alternadas con hiladas de hojas de totora
dobladas en posición horizontal con los extremos hacia cada paramento, cubiertos a su vez
por otra hilada de piedras y estas a su vez por una de vegetales, y así sucesivamente. Hacia
el lado oriental de esta muralla, en la parte externa se encuentran los extensos humedales,
de donde se obtenía la totora. La totora observada en el muro se presenta doblada simple,
o trenzada en “Z” y retorsión en “S”.

2. Sector “B”: Ubicado en la parte baja, lado septentrional del cerro, en una pequeña
quebrada que desciende desde elcerro hacia los terrenos agrícolas. Se ubica al interior de
la muralla 1 y se caracteriza por ser un área funeraria, con un recinto de planta rectangular
con muros edificados con tapiales. Se observa en superficie abundante osamenta humana,
así como fragmentería cerámica de pasta roja llana, estilo Chancay en su tipo Negro sobre
Blanco y base crema, así como el estilo Lauri Impreso; textiles llanos 2x2 color marrón y
restos vegetales (maní, pacae, algodón, maíz). En una prospección del año 2006 se
observó una vasija completa de estilo Teatino, olla de cuello mediano. El recinto asociado
se ubica inmediatamente al este del área funeraria, sobre una pequeña elevación, es de
planta rectangular, muy destruido, con muros edificados a base de tapiales con la técnica
de los paños murarios. El recinto tiene 4.50 metros de ancho por 8,75 m de largo, con muros
de hasta un metro de alto (han colapsado). En el interior del recinto se aprecia material
cultural en superficie, conformado por fragmentería cerámica Chancay, restos
malacológicos y botánicos. Por la quebrada asciende un estrecho camino que llega a las
inmediaciones del vano de la muralla 2, cruzando una pequeña abra en la cual se nota que
la roca madre ha sido cortada para descender hacia el lado meridional del cerro en dirección
al vano de la muralla 1. Todo el terreno ocupado por el sector B es de naturaleza arenoso.

Existen en los valles de Chancay y Huaura cerca d etreinta sitios arqueológicos, de


características similares al Castillo de Pasamayo, ubicados en la cima de elevados cerros

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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y con hasta tres sistemas de murallas, como Cerro Colorado, Las Viñas, entre otros
(Krzanowski; 2014).

Figura 34: Vista de la foto satelital del sitio arqueológico Castillo de Pasamayo. Google earth.

Figura 35: Vista de la foto satelital del sitio de Portillo.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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IX.- Chancayllo

ubicado en el extremo norte del valle, recientemente desaparecido por la expansión


de las áreas agrícolas de la irrigación El Hatillo, presentaba recintos amplios edificados con
tapiales y algunas estructuras a base de piedras canteadas unidas con argamasa. La parte
baja del asentamiento ha sido convertida en zona agrícola. El sitio es un asentamiento de
grandes dimensiones, de función administrativa y funeraria. Está conformado por grandes
muros de tapias y adobes rectangulares de aprox. 28 cm. x 13 cm. X 9 cm. de alto. Sobre
las construcciones arquitectónicas se observan restos de vegetales, como cañas y paja,
que habrían servido como cubiertas de las estructuras (techos). Las construcciones se
encuentran muy destruidas debido a que hace algunos años el canal de irrigación moderno
que pasa por encima del sitio se rebalsó arrasando gran parte del sitio, dejando una gran
cantidad de material cultural regado en estado completo e incompleto por la superficie del
sitio. Otras causas de la destrucción del sitio se debe al huaqueo de que han sido objeto.
Esto se debe a que en medio de los recintos se han realizado entierros en épocas
prehispánicas tardías. En la actualidad este sitio ya no existe debido al avance de las
chacras del lado Este, sin que las autoridades pertinentes hagan algo por evitarlo. Al
parecer al momento de la desocupación del sitio, este habría sido enterrado, lo que explica
la gran cantidad de arena que cubre el asentamiento, hecho que se incrementó por acción
del viento al trasladar la arena. La cerámica observada en la superficie pertenece a los
estilos Teatino, Tricolor Geométrico, Lauri Impreso, Chancay Negro sobre Blanco y Pasta
Roja Llana, característicos de la cultura Chancay. Al parecer este asentamiento se habría
constituido en la sede del ayllu local, que mencionan los documentos históricos.

X.- Pancha la Huaca

Es otro asentamiento que ha desaparecido por acción de la frontera agrícola,


conformado por sectores político, doméstico y de cementerio, con estructuras a base de
piedras canteadas y adobes correspondientes al Intermedio tardío y tapiales del Horizonte
Tardío.

XI.- Tronconal

Es otro asentamiento importante ubicado en la localidad de Huando. El sitio está


conformado por un asentamiento de grandes dimensiones que consta de dos sectores:

1. Sector “A”: Conformado por una extensa área funeraria, con estructuras a base de
muros de tapiales (edificado en técnica de paños murarios) y adobes. La disposición de las
estructuras es en patrón ortogonal. Se aprecia abundante material cultural en superficie,
producto del intensivo huaqueo al que ha sido expuesto. Algunos muros presentan
enlucidos.

2. Sector “B”: Se trata de un área habitacional, ubicado a 800 metros de distancia del
primero, conformado por un conjunto de recintos de planta rectangular y cuadrangular, con
pasadizos que los interconectan entre sí, y algunos patios asociados. Este sector se ubica
en la ladera de media pendiente del cerro Tronconal y en una pequeña quebrada seca,
aunque con huellas de haber tenido escorrentía acuífera en algún momento. En la parte
superior presenta un montículo piramidal con rampa de tres niveles. Se aprecia en
superficie material cerámico correspondiente al estilo Chancay.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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XII.- Portillo

Se ubica en la margen derecha de la quebrada de Portillo, debajo de los cerros de


Puerco Grande (margen derecha del valle medio del río Chancay), localidad de Hornillos a
420 m. s. n. m. El sitio comprende un sector administrativo y dos grandes cementerios,
además de algunas estructuras dispersas. El sitio de Portillo habría sido de grandes
dimensiones y de gran importancia lo que es evidente por la complejidad de sus estructuras
arquitectónicas, basado en una diversidad de técnicas de construcción: mampostería con
argamasa, mampostería simple, tapiales, terracería y muros a base de adobes
rectangulares. El sector administrativo está compuesto por recintos de planta cuadrangular,
canchones y pasadizos; en muchos casos los muros están dispuestos ortogonalmente.
Muchos muros presentan hornacinas cuadrangulares. Hay recintos que muestran vanos
clausurados (señalando una remodelación), con rellenos de barro, basura orgánica,
fragmentos de cerámica y pequeñas piedras. En la parte central del sitio se puede observar
grandes muros a base de tapiales, que por sus características serían del periodo Inca, pero
que presentan en el interior del recinto evidencias de entierros. En el lado norte del sitio hay
tres terrazas de forma escalonada que habría servido para el procesamiento de productos
agrícolas. Por el centro del sitio pasa un canal, que continúa hacia el sector del cementerio,
hasta desaparecer en la quebrada norte. Este canal se amolda perfectamente a la
topografía del terreno. En la parte alta del sitio hay dos grandes canchones de forma
rectangular, aislados de las demás estructuras, conformado por muros de gran tamaño,
posiblemente del periodo Tahuantinsuyo. El sitio se encuentra en mal estado de
conservación, destruido por el avance de la frontera agrícola y principalmente por el
huaqueo: se observa una gran cantidad de material cultural regado por la superficie de los
cementerios, debido al uso de maquinaria pesada. En las varias veces que se pudo visitar
este sitio se nota claramente el avance de las chacras aledañas. El material cerámico
observado en la superficie pertenece a los estilos Teatino, Tricolor Geométrico, Chancay
(de los tipos Negro sobre Blanco y Lauri impreso) e Inca local, lo que evidenciaría una
ocupación constante del sitio desde el Horizonte Medio hasta la época Inca.

XIII.- Quilca

Ubicado en medio de la quebrada de Orcón, a 775 metros de altitud, en el lugar donde


la quebrada de Huachoc se une a este por la margen izquierda, justo donde termina la zona
agrícola, junto a un puquial en el lado Nor Oeste. El asentamiento ocupa casi toda la
superficie de la quebrada y se extiende hasta todo el fondo de una pequeña quebrada lateral
en la margen derecha. En esta quebrada se observan estructuras hasta la ladera del cerro,
así como muros de contención y abundante fragmentería cerámica de carácter doméstico.
Es un asentamiento que presenta sectores bien definidos: administrativo, y domésticos.
Presenta hasta tres montículos Piramidales identificados, los cuales presentan las
características comunes de la Cultura Chancay, aunque a diferencia de estos, el material
constructivo base no es el adobe, sino la piedra canteada unida con argamasa; sin embargo
en la parte superior se puede observar algunos muros a base de adobes rectangulares,
aunque en mínima proporción. El montículo piramidal de mayores dimensiones y mejor
conservado se ubica en la parte delantera del sitio (lado norte), con una altura aproximada
de 3.50 metros. El sector doméstico está compuesto por recintos cuadrangulares y
rectangulares, edificados a base de piedras canteadas unidas con argamasa. Algunos
muros presentan enlucido. En el sector administrativo se aprecia depósitos de forma
cuadrangular, edificados a base de adobes rectangulares de 50 cm de largo x 25 cm de

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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ancho y 22 cm de alto. Hacia el lado este del asentamiento se puede observar un recinto
rectangular de 20 metros de largo aprox., cuyos muros aunque en la actualidad miden 0.50
metros con respecto a la superficie, en su momento debió alcanzar los dos metros de altura.

Arquitectura: Los asentamientos Chancay están conformados por muros de adobes,


piedras canteadas mampuestos con argamasa y cantos rodados unidos también con
argamasa. Además, en el Horizonte Tardío se introduce la arquitectura a base de tapiales,
elaborados con la técnica de los paños murarios, como veremos más adelante. La
arquitectura de adobes está asociada en casi todos los casos a los sectores político –
administrativos y residenciales de élite, mientras que los juros de piedras canteadas en
tecnología tosca, corresponden a los sectores populares.

Otra característica de gran importancia en la arquitectura de la región son los mal


llamados “montículos piramidales” -ya que su nombre debería ser “plataformas” con o sin
rampa-, que son estructuras arquitectónicas, identificadas como típicas de la Cultura
Chancay. Estas estructuras arquitectónicas se hallan presentes en muchos sitios políticos
Chancay en los valles de Chancay-Huaral y Huaura, como es el caso de Tronconal, Lauri,
Pisquillo Chico, Santo Domingo, Lumbra, Cuyo, en el valle de Chancay-Huaral; Hualmay y
Cañas en el valle de Huaura. Son edificados en su totalidad a base de adobes
cuadrangulares y rectangulares. Muchas de estas estructuras arquitectónicas presentan
rampa de acceso frontal, asociados a un patio frontal, y está edificado hasta en tres
momentos constructivos, observándose diferentes plataformas superpuestas. Los
montículos piramidales de mayores dimensiones son los de Pisquillo Chico en el valle de
Chancay.

Otra característica muy importante de la arquitectura Chancay es la presencia de


pinturas murales, como las identificadas en el sitio de Cañas, cerca de Sayán, en el valle
medio de Huaura, donde se ha identificado dos paneles con representaciones de figuras
antropomorfas, delineados en color negro sobre fondo crema; o en Pampa de Animas (van
Dalen; 2012c), donde se han encontrado fragmentos de pinturas murales. Además, se han
encontrado evidencias de grafitis en sitios como Macatón (van Dalen; 2013a), Pampa de
Animas (van Dalen; 2012c) y Hualmay en el valle de Huaura (van Dalen; 2010c), con
representaciones de felinos, elementos astronómicos y personajes antropomorfos.

Los muros de los asentamientos Chancay son dobles y con relleno en medio
(Guzmán; 2016: 249, Negro; 1991); solo aquellos de los sectores residenciales de élite
presentan enlucido y tarrajeo.

Actividades Económicas: Las actividades de subsistencia más importantes de la


cultura Chancay eran la agricultura y la pesca. Los principales productos agrícolas
cultivados eran el maíz, la papa, el algodón (con fines textiles), los frijoles, el ají, la calabaza,
entre otros productos como los frutales. En cuanto a la pesca, las fuentes etnohistóricas
señalan que la línea litoral se hallaba conformada por una gran cantidad de aldeas de
pescadores que se dedicaban exclusivamente a esta actividad. Los productos marinos
explotados consistían de los peces comunes en esta zona del Océano Pacífico y una gran
variedad de moluscos. Las evidencias arqueológicas señalan que algunos pobladores de
los ayllus del valle medio se habrían dedicado a la pesca. Otra actividad muy difundida fue
el comercio. El comercio fue una actividad muy difundida entre los Chancay. Las evidencias
señalan que mantenían contactos con la región Amazónica, según el hallazgo de tejidos
plumarios elaborados a base de plumas de guacamayo encontrados en tumbas Chancay y

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Página 55: Figura 36 (superior izquierda): Vista de una plataforma con rampa, sitio de
Tronconal B. Figura 37 (superior derecha): Vista de la aplicación de una vasija Chimú Inca
procedente de las excavaciones en Lumbra, representando una mazorca de maíz. Figura 38
(medio izquierda): Vista de una vasija Tricolor Geométrico, perteneciente a la cultura
Chancay, inicios del Intermedio Tardío, procedente de Sacachispa, Huando (PEA
Sacachispa: 2006). Figura 39 (medio derecha): Vista parcial del sitio arqueológico de
Pisquillo Chico, ubicado en medio de un ambiente desértico, con formación de ralas lomas
estacionales. Figura 40 (inferior izquierda): Gasa (textil) de la cultura Chancay. Figura 41
(inferior centro): Vista de una sandalia Chancay, elaborado de soguillas de maguey. Figura
42 (inferior derecha): Cuatro tipos diferentes de maíz cultivados en periodos prehispánicos
tardíos en el valle Chancay, recuperados de las excavaciones en el sitio de Lumbra.

Página 56: Figuras 43, 44 y 45 (superior); Figuras 46, 47 y 48 (medio superior): fragmentos
cerámicos de estilo Lauri Impreso, recuperados de las excavaciones en el sitio arqueológico
de Lumbra. Figuras 49, 50, 51 y 52 (medio): fragmentos de cerámica Inca local o Chancay –
Inca, recuperados de las excavaciones en el sitio arqueológico de Lumbra. Figuras 53, 54 y
55 (medio inferior): fragmentos de estilo Chancay del tipo Negro sobre Blanco, recuperados
de las excavaciones en el sitio arqueológico de Lumbra. Figuras 56, 57, 58 y 59 (inferior):
restos de productos agrícolas recuperados de las excavaciones en el sitio arqueológico de
Lumbra (pacae, frijol negro, algodón y lúcuma, respectivamente).

que se conservan en el Museo Amano, así como otras recuperadas de Cerro Colorado en
Huacho; Además, mantenían contactos con la costa norte, ya que hemos hallado restos de
Spondyllus en la superficie de varios sitios del valle de Chancay-Huaral, molusco que solo
se encuentra en las costas del Ecuador. Además, vale señalar que hubo una gran
integración comercial entre los Chancay y los pueblos de la cuenca alta, en el cual el valle
medio cumplía una función de ente dinamizador y centro de acopio de los comerciantes con
productos de la costa y la sierra para realizar el trueque. Se ha identificado material
cerámico de estilo Chancay, del tipo Negro sobre Blanco en las alturas de Cerro de Pasco.

La Cerámica: Los Chancay también desarrollaron un estilo cerámico muy


característico, como es el estilo Chancay. Este estilo presentaba 4 amplios tipos, que se
diferenciaban únicamente por la decoración, compartiendo las mismas formas y
manufactura. Las formas de este estilo son cántaros, ollas con y sin cuello, vasos tipo keros,
cuencos, tazones, y figurinas antropomorfas, entre los que tenemos los “cuchimilcos”, las
“chinas” y otras figurinas de animales. Estas figurinas habrían cumplido una función
funerario-ceremonial ya que generalmente se le encuentra en las tumbas y presentando los
brazos extendidos como saludando a la nueva vida. La función de la cerámica habría sido
para la vida doméstica, para comer los alimentos y beber los líquidos, en la vida diaria;
función ceremonial, durante las ceremonias y rituales; y función funeraria, para acompañar
a los muertos a la otra vida. La manufactura era modelada a mano o moldeada con moldes
bivalvos (de dos valvas). El tipo de cocción era en atmósfera oxidante, es decir, el horno
tenía ventanas que permitían que ingrese oxígeno, lo que le da a la superficie un color claro.
La elaboración de la cerámica se realizaba en grandes talleres artesanales donde
exclusivamente se fabricaba cerámica.

Entre los tipos de mayor densidad tenemos el Negro sobre Blanco, llamado así por
presentar un engobe de color blanco, sobre el cual va la pintura negra, delineando y
formando los motivos decorativos. Los motivos decorativos de este estilo son geométricos,
ondulados y lineales, con representaciones de peces, monos, lagartijas, entre otros
animales; olas marinas, cerros, paisajes, plantas, tubérculos y frutas. Los otros dos tipos de

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la cerámica Chancay son el tipo base crema y el tipo sin decoración. Este último es de
función doméstica y está asociado a los sitios domésticos y a los cementerios simples.

Otro estilo cerámico Chancay es el Lauri Impreso. Se denomina así porque fue
descubierto para la arqueología por primera vez en el gran sitio arqueológico de Lauri por
el arqueólogo Hans Horkheimer, y por presentar como decoración una gran cantidad de
impresiones alrededor del gollete o cuello de las vasijas. En algunos casos la decoración
se ubica un poco más abajo, esto es cerca de la parte media de la vasija, pero siempre se
da en la mitad superior de la vasija, nunca en la inferior. Las impresiones habrían sido
elaboradas con cañas o con punzones. Estas vasijas son elaboradas con moldes bivalvos
y en pocos casos con modelado a mano. Al parecer por las características de la
manufactura y el acabado tan tosco de estas vasijas, habrían tenido una función doméstica,
además que varios ejemplares presentan huellas de hollín. Krzanowski (Krzanowski; 1986,
1991) identificó este estilo en la cuenca alta del río Checras, afluente del Huaura,
denominándolo estilo Quillahuaca. Las principales formas de este tipo son cuencos y ollas
medianas sin cuello o con cuello corto. En el Museo de Chancayllo y en las excavaciones
en Cerro Colorado, ha sido posible identificar un ejemplar del tipo Chancay Negro sobre
Blanco que presenta dicha decoración a base de círculos impresos en el gollete de la vasija
lo que evidencia la relación entre los dos estilos. Sin embargo este tipo de decoración es
muy extendido en los periodos tardíos en el área andina, habiéndose identificado en
Cajacay (alto Fortaleza), en Chiquián (alto Pativilca), en el alto Huaura (estilo Quillahuaca),
en el alto Chancay-Huaral en sitios como Rúpac, Chiprac, Araro, entre otros; en el alto
Chillón, en Canta Marca; en el alto Santa Eulalia y Rímac (sitios de Huayllaringa, Chaclla y
San Juan de Iris), en el alto Lurín (Llaquistampu de San Damián), en Yauyos, en sitios como
Ñaupahuasi, Huamanmarca de Carania, Huamani de Huangascar, entre otros; en la Costa
de Cañete y Mala, en Huancavelica, en la costa de Huarmey y Casma; es decir de manera
muy extendida, siempre hecho en manufactura local; aunque sin esclarecer hasta la
actualidad su función y contexto, como tipo cerámico dentro de cada uno de los estilos
locales.

La Textilería: Una de las actividades en la que tuvo un notable desarrollo la cultura


Chancay fue la Textilería. Se puede decir que conjuntamente con la Cultura Huari, fueron
los que elaboraron los más finos tejidos del Perú prehispánico. Los Chancay fueron
expertos tejedores, entre las principales técnicas que elaboraron figuran los tapices Kelim,
los tejidos de doble cara, las gasas, los brocados, los bordados, los tejidos anillados, los
entrelazados, entre otros. Utilizaron una gran variedad de colores, producto de diversos
tintes naturales que utilizaron, como la cochinilla para el color rojo, el añil, el índigo y muchos
otros productos vegetales. La materia prima utilizada para la elaboración de los tejidos era
el algodón y la lana de camélidos. Generalmente el primero era más utilizado en zonas
cercanas al litoral donde se cultivaba abundante algodón, mientras que el segundo era más
utilizado en el valle medio, donde era obtenido por comercio con las zonas altas. Además,
los Chancay utilizaron una gran variedad de instrumentos textiles como palos de tejer,
ruecas, piruros, entre otros.

Patrones Funerarios: Los Chancay desarrollaron características propias en el patrón


de enterramiento, a través del cual representaban su idiosincrasia. Los funerales podían
durar varios días y el individuo era enterrado con sus mejores indumentos e instrumentos
laborales. Las estructuras funerarias podían ser hechas a base de adobes o simplemente
cavando en el suelo. Los Contextos Funerarios de la cultura Chancay son de diversas
formas, según sea los cambios en la función ritual y el status social del difunto. Las

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dimensiones y complejidad de los contextos son variable, va desde muy simples y
pequeñas hasta complejas y grandes en dimensiones. La profundidad también es variable,
desde medio metro de profundidad hasta los 10 metros de profundidad aproximadamente.
Las dimensiones de los contextos no guardan un patrón regular. Hay contextos con
arquitectura funeraria, mientras hay otros que no presentan arquitectura, están hechas
modelando y compactando el terreno. En el valle de Huaura se han identificado cuerpos
con tatuajes corporales, principalmente en el sitio de Cerro Colorado.

Figura 60: Vista de una estructura Arquitectónica funeraria en el Cementerio de Cuyo, valle
medio del río Chancay-Huaral.

Miguel Cornejo Guerrero (1991, 1992: 84, 1999) realizó una tipología morfológica de
los contextos funerarios Chancay, basándose en una muestra de 18 contextos Funerarios
del sitio arqueológico de Lauri, excavados por Hans Horkheimer en 1963. Los contextos
funerarios estudiados presentan algunas características comunes; en primer lugar, no
presentan estructuras funerarias, están hechas básicamente modelando y compactando el
terreno. En segundo lugar, las dimensiones nunca guardan un patrón regular, las relaciones
entre largo, ancho y altura son variables y no se ajustan a ninguna referencia registrada
aún. En base a la clasificación de los contextos Cornejo ha elaborado una secuencia
cronológica de tres fases de ocupación, las cuales guardan relación con los tipos
propuestos. Así en las fases 3A y 3B, encontramos la presencia de tres tipos de contextos:
A, B, y C. Estos tres tipos de contextos funerarios presentan características comunes, pero
presentan también elementos diferentes.

Hans Horkheimer describe un fardo Chancay de la siguiente manera: “Quitando la


cubierta textil exterior se observa la primera capa de protección, que puede ser de hojas de
pacae o de grama salada, mientras las capas interiores están formadas por dichos
materiales o por gravilla o por algodón crudo o desmontado. La mayoría de los fardos lleva
una o dos cabezas falsas, una exterior separada del bulto principal y la otra cocida sobre el

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núcleo del fardo. Dicha cabeza se compone de un centro de hojas rodeado por gasas y
turbantes: a veces sobre la parte delantera están cocidas plaquitas de cobre que marcan el
rostro. Abriendo el núcleo del fardo, topamos con algunos palos fuertes, que dan estabilidad
al paquete. Aparecen telas burdas o finas, cuyas puntas están unidas por una costura o
que están amarradas por cintas. A menudo cuelgan de las cintas, bolsitas o crucetas. Más
al interior se observan muchos trapos, uncus rotos, saquitos y tejidos. En el interior de los
fardos se ve fragmentos de gasas muy deteriorados, hondas y sogas puestas solo con la
finalidad de dar forma al bulto del fardo. En medio de esta masa amorfa salen objetos que
determinan la función del muerto que ha vivido en la sociedad Chancay. Finalmente, al
quitar la última envoltura nos hallamos ante el cadáver con las manos cruzadas delante del
abdomen o sosteniendo las mandíbulas y con las piernas cruzadas o en cuclillas.”
(Horkheimer; 1970: 376).

Periodo Tawantinsuyu (1 470 d. c. – 1 533 d. c.)


Se plantea la hipótesis de que poco antes de la llegada de los Incas a la costa central,
los Chancay habrían mantenido relaciones con la nación Chimú, tal como lo evidencia el
abundante material cerámico Chimú hallado en este valle. Es posible que estas relaciones
hayan sido forzadas por medio de conflictos o guerras. Lamentablemente las pocas
excavaciones arqueológicas realizadas en estos valles, no pueden probar esta hipótesis,
pero es posible que futuras investigaciones esclarezcan este tema. En el momento que los
Incas llegan a la costa nor-central, se encontraron con un expansivo estado Chimú que
ponía en peligro la libertad de los estados de la costa central. El estado Inka para hacerle
frente desarrolló numerosas estrategias, como el crear alianzas con algunos señoríos de la
costa nor-central; quienes por buscar deshacerse de los Chimú, aceptaron estas alianzas.
Este habría sido el caso de Chancay. Luego de algunas batallas, como la de Carabaillo,
donde los Chancay participaron casi desapercibidamente como auxiliares de campo – las
evidencias arqueológicas no señalan que los Chancay se hayan desempeñado en la
guerra- los Chimú fueron replegándose hacia el norte, hasta que luego de la derrota de
Paramonga, los Incas siguieron solos hasta la última batalla desarrollada en la misma
ciudadela de Chan Chan. Sin embargo luego de la derrota Chimú, la cultura Chancay y todo
este vasto territorio fue anexado de todas maneras por los Incas al Tahuantinsuyo, aunque
manteniendo ciertos privilegios por el apoyo dado en contra de los Chimú. Cada región que
era anexada al imperio Inca recibía por parte del Cuzco diferentes estrategias de
dominación.

Las estrategias de dominación que utilizaron los Incas en cada región conquistada
fueron diversas. La dominación podía ser directa, cuando los incas intervenían radicalmente
en los patrones socio culturales locales, eliminando por completo las manifestaciones
culturales; mientras que la dominación podía ser indirecta cuando los incas respetaban los
patrones locales, permitiendo su desarrollo dentro del imperio, interesándose solo en la
administración y control poblacional a favor del estado. En regiones de la Sierra Central,
por ejemplo, los Incas desarrollaron un control directo, como es el caso de la nación de los
Atavillos de la cuenca alta del río Chancay-Huaral, quienes fueron conquistados por los
Incas luego de cruentas y feroces batallas. Es por esto que luego de su sometimiento,
fueron divididos en dos parcialidades: Hanan Atavillo y Hurin Atavillo, parcialidades que se
conservan hasta la actualidad y que conforman los actuales distritos de Atavillos Altos y
Atavillos Bajos. En la costa Nor Central en cambio, más específicamente en los valles de
Huaura y Chancay-Huaral, la dominación Inca no fue tan marcada, siendo esta más escasa
aún en los valles medio. Es decir, se dio una dominación indirecta.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Es de esta manera, como el territorio que ocupaba la nación Chancay pasó a


conformar una provincia del Chinchaysuyo. Debido -como se mencionó- a las relaciones
pacíficas que mantenían los Incas con los Chancay, no se edificaron grandes
asentamientos políticos- administrativos, como es el caso de otros valles cercanos donde
las relaciones eran más violentas: (Lurín: Pachacámac; Nazca: Paredones; Cañete:
Incahuasi; Chincha: Tambo de Mora; Mala: Salitre; Chillón: Tambo Inga; Paramonga:
Fortaleza y Cerro La Horca; entre otros); donde los Incas edificaron grandes asentamientos,
a base de una arquitectura típicamente del estilo Inca, como símbolo de supremacía y
poder.

Para conocer más a fondo las características de la presencia inca en el valle de


Chancay-Huaral debemos analizar algunas categorías como: los asentamientos, la
arquitectura, la cerámica, la textilería, el sistema vial y otros materiales culturales.

Los Asentamientos: En el valle de Chancay-Huaral, no existen asentamientos


típicamente inca, como si ocurre en otros valles costeños. Los incas no fundaron nuevos
sitios, al neto estilo Tahuantinsuyo, que servirían para el control de todo el valle o como
centro de avanzada militar en el apoyo de las campañas de conquista en la costa norte. Los
Incas solo reacondicionaron algunos sectores de los grandes asentamientos
administrativos del Periodo Intermedio Tardío, para que funcionen como el centro del poder
estatal cuzqueño y que tenían la función de recolectar los tributos para el estado; y de actuar
como un ente dinamizador entre la población y el estado, mediante la redistribución y la
donación de regalos a nombre del estado al curaca, a la elite local o a pobladores
campesinos que hayan realizado méritos. Es posible que los encargados de realizar estas
actividades y estas funciones administrativas, haya sido un personal especializado enviado
por el Cusco; aunque en algunos casos eran los mismos curacas los encargados de
desempeñar estos cargos.

Esto es lo que ocurre en varios sitios administrativos Chancay, donde sobre el sector
político-administrativo del período Intermedio Tardío, se reacondicionó y construyó algunas
estructuras arquitectónicas que servían para el control estatal y para señalar la supremacía
del imperio cuzqueño. Pero si bien es cierto que los sectores político-administrativo
sufrieron algunas modificaciones tras la conquista inca; la información arqueológica señala
que los sectores domésticos, no sufrieron variación alguna. Al parecer la estrategia inca en
esta zona, no permitía interferir con las actividades domésticas. A los incas solo les interesó
administrar y recoger los tributos, más no la vida doméstica. Debido a esto se plantea que
durante el Horizonte tardío, la población Chancay continuó con su vida cotidiana y sus
actividades de manera normal, produciéndose una coexistencia con el poder inca. De este
modo se da una coexistencia y convivencia entre las ocupaciones Chancay e incas en los
asentamientos del Horizonte Tardío del valle. Es decir la cultura Chancay continúa con su
desarrollo bajo el dominio Inca, hasta la invasión española del Tahuantinsuyo. Este
fenómeno se da también en todo el valle medio, donde en lugar de muestras de
innumerables sitios expresamente fundados y construidos en neto estilo Inka, la mayor
parte de la región yunga continuó levantando construcciones en puro estilo local.

Sobre el desinterés del estado inca en interrumpir la vida doméstica de la población


local, Silva señala algo parecido para el valle Chillón: "Los materiales Inka se superpone a
los locales, pero no se encuentra una variación significativa en estos asentamientos (al
menos visibles en la superficie), en cuanto se refiere a la organización interna. Quizás esto

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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refleje el interés de los Incas por controlar el valle sin interferir en los niveles domésticos
sustancialmente. De manera que los asentamientos del Intermedio Tardío continuaron en
uso sin que se produzca una drástica modificación en las viviendas. El dato arqueológico
concuerda con el interés Inka por el tributo y la fuerza de trabajo para el estado, sea
mediante control directo o indirecto, permitiendo mayor autonomía en el nivel doméstico de
las comunidades incorporadas al imperio" (Silva; 1991: 59).

Sin embargo, un sitio del valle medio, en la localidad de Sayán, como es el sitio
arqueológico de Quintay, si presenta características arquitectónicas inca, ya que por su
ubicación era estratégico para el control de los grupos Checras y Cajatambo, ubicados a
unos cuantos kilómetros, habiendo sido Sayán en el Intermedio Tardío zona limítrofe entre
los tres grupos. De igual manera en el sitio de Lumbra se ha identificado un conjunto de
edificaciones en la parte central del asentamiento, conformado por una Kancha, y una
estructura que podría representar un pequeñó ushnu, por su ubicación en medio de una
gran plaza, a modo de altar pequeño. Sin embargo, las estructuras mencionadas de
Lumbra, están edificadas en una tecnología constructiva netamente Chancay.

La Arquitectura: Según lo expuesto en el punto anterior, los incas solo


reacondicionaron los sectores político administrativos tardíos, construyendo algunos
nuevos recintos, remodelando otros, clausurando vanos y construyendo otros. Según el
análisis realizado en el valle notamos en los sectores políticos administrativos, ciertas
remodelaciones en el Horizonte Tardío. Los cambios estilísticos arquitectónicos señalan la
introducción de una arquitectura conformada por muros a base de tapiales, edificados
mediante la técnica de los paños murarios, en varios momentos constructivos.

De esta manera podemos afirmar como conclusión que la arquitectura introducida en


el valle por los Incas está constituida por muros de tapias conformando grandes estructuras
de planta cuadrangular que encierran en su interior la totalidad o parte de los sectores
administrativos tardíos en cada uno de los sitios de mayor importancia en el valle. Estas
estructuras Tahuantinsuyo son denominados en algunos casos como en Pisquillo Chico en
Huaral, cuadriláteros. Se ha identificado este tipo de estructuras en Pisquillo Chico, Lauri,
Lumbra, Cuyo, Portillo, Chancayllo, Cerro Colorado, Pampa de Animas, entre otros.

La Cerámica Tawantinsuyu: El análisis de la cerámica Tahuantinsuyo en los valles


de Chancay-Huaral y Huaura es de gran importancia para conocer el panorama en este
periodo cultural. Sin embargo señalaremos que este es otro aspecto que señala la leve
imposición del Tahuantinsuyo en el valle, debido a la poca homogeneidad en cuanto a la
muestra y a los patrones culturales que presenta. Se nota en base a los materiales
observados, la poca presencia de vasijas del estilo Inca Imperial. La mayoría de los
ejemplares observados pertenecen al tipo Inca local o Chancay - Inca. La elaboración de la
cerámica inca local habría sido elaborada por pobladores Chancay, como una muestra de
identificarse dentro del imperio inca. Este estilo se caracteriza por presentar, por lo general,
formas Tahuantinsuyo: formas aribaloides, vasos tipo Kero, cántaros, vasijas de borde
evertido y base apuntada, con asas verticales laterales y de tamaño pequeño, con algunas
protuberancias o apéndices en la parte superior del cuerpo; pero con una decoración local,
es decir decoración Chancay del tipo Chancay Negro sobre Blanco, conformado por líneas,
bandas y motivos en color negro sobre un engobe de color blanco o crema. De esta manera
podemos afirmar que el estilo Inca local corresponde a un estilo híbrido, donde se
yuxtaponen las formas incas imperiales con la decoración Chancay local, señalando una

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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imposición imperial, pero a la vez una autonomía de los patrones culturales propiamente
locales.

Por otra parte, también se identifica en el valle una muestra de cerámica Chimú – Inca,
la cual al igual que el anterior presenta formas imperiales Tahuantinsuyo con un acabado y
decoración típicamente Chimú. Sin embargo, algunas de estas vasijas Chimú - Inca habrían
sido elaboradas en el mismo valle de Chancay-Huaral, mientras que el resto habrían llegado
al valle, sea por intercambio u otras formas. Al parecer la elaboración de las vasijas de este
estilo Chimú – Inca en el valle de Chancay-Huaral, habrían sido elaborados por grupos de
mitqmas Chimús que fueron trasladados desde regiones norteñas y que según los
documentos etnohistóricos, uno de ellos se habrían ubicado cerca al ayllu de Végueta
(Huaura) y otro en Chancayllo en Chancay. Miguel Cornejo (Cornejo, 1999). señala que
“…la presencia de bienes Chimú en las tumbas Chancay puede ser tomada como una
evidencia arqueológica para demostrar la presencia de mitimaes Chimú en el valle
Chancay…”
Por otra parte, Rostworowski basándose en un documento del Archivo General de
Indias (AGI, Justicia 394) narra acerca de la presencia de un ayllu de pescadores mitqmas
procedentes de la costa norte, trasladados al valle de Chancay-Huaral para obtener
pescado y machas para el inca:
“En 1549 Jerónimo de Aliaga sostenía un juicio, ante el Consejo de Indias, contra Rui
Barba Tinoco Cabeza de Vaca. El litigio entre los dos encomenderos giraba en torno a
la posesión de Barroco o Parpo, jefe de unos 30 a 35 pescadores. Todos eran mitqmas
mochicas9 oriundos de Santa y Casma, y estaban sujetos a Guachapayco, curaca
principal de Huaura. Este señor los había enviado antes de la llegada de los españoles,
a vivir a Chancay con el objeto de atender al Inca con pescado y machas (Mesodesma
donacium), cuando pasara por el lugar.

Después de la conquista fueron obligados a abastecer el tambo10, situado sobre el


camino real. Entonces los pescadores, duramente afectados por el vaivén de las tropas
cuando las guerras civiles, desampararon el lugar y, huyendo del litoral, se refugiaron
en el convento de los dominicos tierra adentro11 (….).

En el juicio que siguió, una vez restablecida la paz, se presentaron numerosos testigos
de ambas partes, entre ellos Fray Domingo de Santo Tomás, que a la sazón era prior
del convento y tenía 39 años.”

La declaración de Fray Domingo destaca de las demás por sus conocimientos. Su


testimonio, aunque corto, contiene rica información. Santo Tomás afirmó que el valle bajo
de Chancay-Huaral comprendía tres guarangas, es decir en principio tres mil hombres12
establecidos en distintos lugares. Una de ellas se hallaba: “(….) junto con la sierra de la
arena a la subida de ella llendo de esta ciudad de la otra parte la cual por salida se llamaba
Pasamayo que es un valle en el cual ningún indio se hay ahora y está seco todo (Fol.

9 Se les denominaba mochicas por ser naturales de la costa, hablar lengua Mochik, y pertenecer a territorios
Chimú.
10 Es muy posible que se refiera al llamado Tambo Pintado, ubicado en lo que hoy es la ciudad de Chancay,

del cual se puede apreciar hasta la actualidad algunos restos junto al centro poblado Señor de la Soledad,
frente a Cerro Trinidad, conformado por muros de adobes pintados de color amarillo en tonalidad bien
llamativo.
11 Este convento debe ser el de Santo Domingo de Palpa o Aucallama, las primeras encomiendas del valle

Chancay.
12 Debe ser familias, ya que la organización decimal se basaba no en personas sino en familias.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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119v; las otras guarangas se decían Sullatambo y Chancay, Rostworowski 1978)”
(Rostworowski; 2005: 41 – 42).

Este último párrafo de la cita de Rostworowski nos hace ver que antiguamente el cerro
de Pasamayo estaba densamente poblado y con vegetación, la cual fue despoblada en los
primeros años de la Conquista, así como se fue desertificando paulatinamente.

Otro documento que refiere la presencia de mitqmas en el valle Chancay-Huaral es el


que hace referencia Maria Rostworowski acerca de pescadores procedentes de Chilca que
hasta fines del siglo XVIII aún pescaban en las playas del litoral chancayano. En este
documento se hace referencia que el límite entre los pescadores de Huacho con los de
Chancay era a la altura del cerro Guacchan, cerca de Las Salinas. Desde aquí se extendían
las playas de propiedad de los chancayanos, siendo las principales las de Tomacalla,
Chancayllo, Chancay, el rincón de Pasamayo, Caleta Honda hasta la ensenada grande de
los Lanconeros. El documento hace referencia que en estas playas pescaban también
pescadores de Chilca, quienes alegaban tener un derecho “inmemorial” para pescar en esta
parte del litoral, sin tener chacras ni tierras en la zona, alegando que las playas les
pertenecían. (Rostworowski; 2005: 123). El derecho al que aduce el gremio de pescadores
de Chilca podría haber sido dado en el Tahuantinsuyo, al ser trasladados en calidad de
mitqmas a esta zona, de manera similar a los antes mencionados mochicas (líneas arriba);
cabe la posibilidad que al momento de la conquista, estos pescadores hayan regresado a
sus tierras de origen volviendo cada cierto tiempo para obtener pescado fresco para su
consumo. El hecho de que hayan regresado a sus lugares de origen, sería un indicador que
fueron trasladados solo pocos años antes de la conquista, quedando aún latentes las
relaciones étnicas con su tierra de origen.

Miguel Cornejo (Cornejo; 1999: 40) señala la presencia de tres tipos morfológicos y
funcionales de cerámica Inca, básicamente arríbalos y jarras; vasijas de uso ceremonial.
Además señala que la presencia de este material en tumbas del valle se relaciona con
personajes premiados por el estado inca por servicios prestados.

Sin embargo, debido a que como se señaló líneas más arriba, al control indirecto
aplicado por los incas en el valle, estos permitieron que la población Chancay continúen
desarrollando sus patrones culturales, entre estos la cerámica local. Es de esta manera que
de manera paralela a la introducción en el valle del estilo Inca local, el estilo Chancay
continuó con su desarrollo incluso hasta después de la conquista Inca, manteniendo los
mismos motivos decorativos que en el Intermedio tardío, aunque en algunos casos con
ciertas variaciones morfológicas, ya que algunos ejemplares presentan el borde ligeramente
evertido.

La Textilería: La textilería tardía procedente del valle Huaura es otro indicador sobre
la presencia inca en el valle. La muestra textil del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú de Pueblo libre, contiene textiles procedentes de los valles
de Huaura y Chancay-Huaral que presentan si bien es cierto técnicas textiles Chancay,
como brocados, tapices e incluso gasas; pero que presentan una decoración típicamente
Tahuantinsuyo. Es decir a diferencia de la cerámica en que los motivos y diseños son
locales y la forma es imperial, en los textiles los motivos y diseños son imperiales y la
tecnología local. La presencia de estos tejidos que presentan una yuxtaposición en los
patrones Tahuantinsuyo y Chancay lo denominaríamos al igual que la cerámica como
pertenecientes al estilo Inca Local. Kaulicke señala que “…en el Intermedio tardío y el

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Horizonte Tardío y el Horizonte Tardío las herramientas que se relacionan con la textilería
son bastantes frecuentes, especialmente en forma de cestos de mimbre que contenían a
todas las otras herramientas, necesarias para esta actividad, como husos, piruros, ovillos
de algodón, manojos de algodón, restos de hilos de diferentes colores y tejidos, piedras
pequeñas y objetos de metal, varillas de madera, pigmentos de color y conchas.” (Kaulicke;
1997).

El Sistema Vial inca: El Qhapaq Ñan: Otro aspecto importante perteneciente a este
periodo es la instalación de una compleja red vial, constituido por caminos que recorren la
cuenca integrada a la red vial del Qhapaq Ñan. Esta red vial en la cuenca del río Chancay-

Huaral estaba conformado por caminos principales o primarios, ramales secundarios


y caminos domésticos. El principal era el camino de penetración, que comunicaba la región
costeña con la zona altoandina de la cuenca (Atavillos) y la Sierra Central (Pumpu), vía
Huayllay. Otro camino principal era el llamado “camino de los llanos”, el cual integraba toda
la costa Peruana, ingresando al valle de Chancay por las Lomas de Lachay, para luego
pasar por las inmediaciones de la actual ciudad de Huaral, y dirigirse por las quebradas de
Orcón y Huachoc hacia el vecino valle meridional de Chillón.

Otros indicadores culturales Tahuantinsuyo: Además de los indicadores señalados


existen en el valle Chancay-Huaral, otros materiales que tienen una datación del periodo
Tahuantinsuyo y que nos pueden dar datos sobre la problemática cultural y político social
en este periodo. Entre estos materiales tenemos los quipus. Uno de estos es un quipu
procedente del sitio arqueológico de Lauri, ubicado inmediatamente hacia el norte de la
ciudad de Chancay, uno de los más importantes de todo el valle, el cual tiene la
representación de una coronta de maíz tallado en madera de huarango, del cual afloran
numerosos hilos; mientras que otro procede del sitio de Cerro Colorado en Huaura.

La invasión española y la desestructuración socio cultural del valle


En 1532 los españoles capturan al inca Atahualpa y toman Cajamarca, iniciándose así
el proceso de desestructuración de la civilización andina. Los primeros españoles en llegar
al valle de Chancay-Huaral fueron Hernando Pizarro y Miguel de Estete, junto con trece
caballeros y nueve soldados españoles de pie, quienes llegaron al pueblo de Suculacumbi
el sábado 1º de febrero de 1533, cuando se dirigían hacia Pachacámac para recabar oro y
plata para el rescate de Atahualpa., pero sobre todo para conocer de cerca los territorios
del imperio que estaban conquistando. Así el viernes 31 de Enero de 1533 llegaron al
pueblo de Lachay (Llachu), el cual bautizaron con el nombre de Pueblo de Las Perdices,
ya que la población criaba en demasía estas aves. Esa noche los españoles se quedaron
a dormir en Lachay, para reiniciar el día siguiente, el Sábado 1º de Febrero su travesía
hacia el pueblo de Suculacumbi, ubicado en la margen norte del valle de Chancay-Huaral,
que podría corresponder a la actual localidad de Chancayllo, donde los españoles
almorzaron y continuaron hacia otro pueblo luego de cruzar el río donde pernoctaron,
pueblo que por la descripción podría corresponder al ayllu de Pasamayo. Al día siguiente,
los españoles siguieron su camino hacia Pachacamac (Ipinze; 2005: 57 - 61).

El año 1532 se inició la invasión hispana al Tawantinsuyu con la matanza de


Cajamarca y la captura del Inca Atawallpa, dando como consecuencia el establecimiento
de la dominación hispana. Sin embargo, debido a la resistencia de las primeras décadas de
esta nueva etapa colonial, la dominación no fue total al interior del territorio andino.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Son pocos los autores que han tratado sobre este periodo cultural, en el cual los
asentamientos del Horizonte Tardío van a seguir siendo poblados, aunque se nota también
la presencia de elementos culturales hispanos o la hibridación de estos con los elementos
locales. Este periodo comienza con la llegada de los hispanos (1532-1533) y culmina con
la reducción de pueblos, por lo cual su culminación es variable en un lapso aproximado de
25 años, esto según el año de las reducciones, sean pre toledanas, toledanas o post
toledanas (1565-1610). Este periodo ha sido definido por algunos autores como periodo de
desestructuración (Wachtel; 1973) o de transición Tawantinsuyu – Colonial (Casaverde;
2007).

En los primeros años de presencia hispana en los Andes, a la vez que se re-fundaban
pueblos hispanos sobre antiguas markas y llaqtas, con el típico patrón en damero alrededor
de una plaza cuadrangular central rodeada por la iglesia y un conjunto de solares donde se
emplazaba el ayuntamiento o cabildo, la casa del encomendero, de los españoles que
participaron en la conquista de esos territorios y de los curas; se va a ocupar también los
principales centros político administrativos del Tawantinsuyu por todo el ámbito del territorio
andino, esto con el objetivo de controlar a la población, recolectar el tributo personal y
económico e iniciar el violento proceso de evangelización. Es en este periodo donde se
propicia el cambio organizacional de la sociedad andina, pues si durante el Tawantinsuyu
la base de la economía era la agricultura, y esta al igual que las otras estructuras giraban
en torno al sistema religioso, con la invasión hispana y la evangelización se va a iniciar la
desestructuración religiosa, siendo este sistema ancestral reemplazado por la nueva
religión católica, esto aunado al despojo de tierras de la población andina por los
encomenderos, el violento sistema de tributo, la despoblación por las guerras de resistencia
y civiles hispanas, el maltrato y las epidemias, y el incremento de la actividad minera, van
a dar como resultado un acelerado proceso de desestructuración de la civilización andina
con todas sus instituciones. Así la invasión hispana dio como resultado el desposeer a la
población andina de los medios esenciales de producción (Wachtel; 1973: 81-85). La
violencia que trajo este proceso se fue incrementando aceleradamente conforme avanzan
las décadas del siglo XVI, llegando a su máxima expresión durante el gobierno de Francisco
de Toledo, quinto virrey del Perú (1569-1581). Fue justamente este virrey el que
institucionalizó las reducciones de pueblos, con el objetivo de despoblar los asentamientos
de origen prehispánico y su población trasladada y asentada en nuevos pueblos hispanos,
donde eran “reducidas” poblaciones de varios lugares contiguos. Con este hecho las
poblaciones debían amoldarse al nuevo estilo de vida hispano y sobre todo estar bajo el
control directo del encomendero y del cura quienes los obligaban forzosamente a adherirse
a la creencia católica y por ende cristiana. Este proceso significó la ruptura de las antiguas
estructuras poblacionales locales, variando de ayllus y naciones a un nuevo sistema
organizacional que comprendía: corregimiento, curato, anexo, ayllu (Huertas; 2008: 35).

Luego de las reducciones, el mismo virrey Toledo coordinó el inicio de las llamadas
campañas de extirpación de idolatrías, las cuales tenían por finalidad erradicar cualquier
tipo de manifestación religiosa andina, destruyendo ídolos, santuarios y adoratorios y
castigando a los encargados de practicar y dirigir este culto, sin embargo, como ya se
señaló, estas se van a llevar a cabo con más fuerza desde inicios del siglo XVII. Los
procesos de extirpación de las dos últimas décadas del siglo XVI e inicios del siglo XVII,
significaron los acontecimientos que fortalecieron el proceso de desestructuración de la
civilización andina, destruyendo totalmente el aspecto ideológico sobre el cual giraban
todos los aspectos de la vida diaria: la religión andina. Los extirpadores visitaban diferentes

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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doctrinas, pueblo por pueblo, identificando aquellos lugares donde aún los pobladores
seguían manteniendo su sistema de culto, tanto a las divinidades, a las wakas, como a los
mallquis (momias de sus antepasados). Luego de identificar los lugares de culto, procedían
a destruirlo, destruyendo sus estructuras y trasladando las piedras constitutivas para la
edificación de nuevas iglesias cristianas, o construían una de estas encima del centro
ceremonial andino. Colocaban cruces sobre estos sitios, saqueaban y quemaban los
objetos suntuarios de culto, y quemaban los cadáveres de los mallquis, y a los inculpados
los hacían caminar desnudos por todo el pueblo, eran azotados y sometidos a proceso
judicial. Los extirpadores iban acompañados en estas campañas de notarios, fiscales y
soldados, y procedían a describir (a su conveniencia) todo el proceso de extirpación, en
documentos oficiales, donde nombraban wakas, cerros, pueblos y personas. Estos
extirpadores conciben la idea que la chicha, la coca y otros productos utilizados en las
ceremonias religiosas andinas eran el nexo de contacto con el demonio, por lo que debía
prohibirse su uso. Son muchos los autores que han estudiado este periodo (Arriaga; 1968,
Estenssoro; 2003, Gareis; 2007, Huertas; 1981; 2008, Taylor; 1987).

Existe por todo el territorio andino numerosos asentamientos tardíos que presentan
una última ocupación correspondiente a este periodo. Estos sitios conocidos comúnmente
como “pueblos viejos”, se caracterizan por presentar una marcada ocupación
Tawantinsuyu, con sus edificaciones típicas del periodo como Ushnus, Kanchas, Kallankas,
entre otros, y presentan algunas de estas remodeladas con otros materiales constructivos
(por lo general en adobes), emplazando sobre recintos Tawantinsuyu iglesias o residencias
de los gobernadores hispanos. Son fácilmente identificables las iglesias de este periodo, de
tamaño mediano y pequeño, con su altar, sacristía y su campanario aislado del resto de la
edificación.

Así, los indicadores materiales que permiten identificar este corto periodo cultural son
los siguientes:

- La arquitectura: Hay una tendencia por reutilizar edificios del Horizonte Tardío, aunque
solo aquellos de planta rectangular, modificando la funcionalidad de los mismos. Sobre
la tercera parte del muro principalmente de piedra, se va a superponer la arquitectura
de adobes en estilo hispano (paralelepípedos y de tamaño grande). Estas edificaciones
van a funcionar como iglesias, residencias estacionales de los encomenderos o
autoridades religiosas.

- La cerámica: Si bien es cierto que generalmente se va seguir fabricando la cerámica


con las mismas características (manufactura, composición y decoración) como en el
Horizonte Tardío, la cocción a mayor temperatura va a hacer que las vasijas tengan
naturaleza vidriada. Las formas también van a ir variando significativamente conforme
van avanzando las décadas desde la invasión.

- Los Documentos y restos de papel: A pesar de la limitación existente en la


documentación escrita de los hechos y acontecimientos acaecidos en el proceso de
consolidación del poder colonial hispano, sea por la difícil comunicación con las
ciudades coloniales de Centroamérica, o por las guerras civiles entre los invasores, lo
que no facilitaba la adquisición de papel, hay algunos sitios donde se han encontrado
entre los estratos arqueológicos de este periodo, restos de papel, por lo general en mal
estado de conservación.

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- Los textiles: Puede encontrarse restos de algunas prendas utilizadas y desechadas por
los mismos invasores, como textiles elaborados por población andina, pero en la cual
se observan elementos decorativos y representativos de este periodo, con presencia
de caballos, batallas, u otros elementos figurativos que representan el proceso
traumático de la invasión y desestructuración de las instituciones andinas.

- Artefactos de fierro, sean domésticos (cuchillos, hebillas, etc), o de guerra, sean restos
de arcabuces, casquillos de bala, entre otros.

- Otros restos materiales no andinos hallados en estos estratos arqueológicos.

Sin embargo, debemos considerar que los materiales de mayor densidad en los sitios
con ocupación de este periodo, corresponden a materiales domésticos andinos.

En el valle Chancay- Huaral este periodo también es identificable en algunos sitios


arqueológicos. Los primeros españoles que llegaron al valle lo hicieron el 1 o de febrero de
1533 cuando se dirigían a Pachacámac al mando de Hernando Pizarro (en compañía de
Miguel de Estete y nueve soldados españoles de pie) a recolectar los metales ofrecidos por
Atawallpa para su rescate. Posteriormente en 1535 se instala la primera encomienda del
valle en Santo Domingo de Palpa. En 1536 los españoles masacran a miles de naturales
Chancay y Atavillos que apoyaron a Manco Inca en el sitio de Lima. En el siglo XVI gran
parte del valle estuvo encomendado a los curas de la Orden de los Dominicos. En el primer
semestre de 1551, bajo ordenanza del virrey Antonio de Mendoza, se fundó el pueblo de
San Juan Bautista de Guaral, para lo cual se redujeron las poblaciones de los antiguos
ayllus de Huando, Tronconal y Macatón, reducidos en el barrio de La Huaquilla
inmediatamente al sur de la plaza mayor; mientras que los ayllus de Guaral Viejo, Sipán,
Guayán, Cuyo, Lumbra y Quisque fueron reducidos al nuevo barrio de “Los Naturales” al
noreste de la plaza mayor y la iglesia. Ese mismo año y solo dos meses antes se había
fundado el primer pueblo hispano del valle: Santo Domingo de Real Aucallama, para lo cual
se redujo a las poblaciones de los ayllus de Palpa, Caqui, Pasamayo, Quilca, Aucallama,
entre otros (Rosas; 1976: 57). En noviembre de 1562 por ordenanza del virrey Diego López
de Zúñiga y Velasco, Conde de Nieva, se fundó la Villa de Arnedo (posteriormente conocido
como Chancay), con el objetivo de trasladar aquí a la Universidad San Marcos y aislar a los
estudiantes del ruido de Lima, para lo cual se redujeron los ayllus naturales de Chancayllo,
Chancay, el hoy conocido como Lauri, Jecuán, Quipipampa, entre otros (van Dalen; 2014a:
32-33, Rosas; 1992).

Por su parte la cuenca alta del río Chancay fue conocida por los invasores desde los
primeros años de su presencia en los Andes. Las cuantiosas riquezas obtenidas de las
numerosas minas ubicadas en el ámbito de los diferentes ayllus Atavillanos fueron
exploradas y explotadas por los hispanos desde los primeros años. Conocedor Francisco
Pizarro de estas riquezas se adjudicó estos territorios como encomienda personal,
convirtiéndose en Marqués de los Atavillos. Sin embargo, estos pueblos siguieron siendo
leales al Tawantinsuyu, pues su participación densa e inmediata y activa en el sitio de la
recién fundada y reducida “Ciudad de Los Reyes” de parte de Manco Inca, así lo demuestra
(Cajavilca; 1997, van Dalen; 2014a).

Sobre la evidencia arqueológica de este periodo existen escazas referencias. Javier


Tarazona (2000) excavó en 1995 un horno colonial temprano en el sitio de Lauri, horno
edificado a base de adobes moldeados rectangulares, de planta rectangular con presencia

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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de fragmentos de cerámica vidriada. Este horno habría funcionado antes de la fundación
de la villa de Arnedo (Chancay), aprovechando una cantera de arcilla ubicada debajo del
cerro La Mina y las cumbres y ladera del cerro La Calera (Tarazona; 2000). En el sitio de
Quipullín, ubicado en la otra margen del río Chancay, casi frente a Lumbra, encontramos el
año 1999 en un hoyo de huaqueo junto a un muro de adobes, tres fragmentos de cerámica
vidriada con pintura crema, asociado a una espuela de caballo. A inicios del año 2013 el
investigador local huaralino Andrés Yntusca García (comunicación personal) observó en la
localidad de Quepepampa, como los dueños de un terreno agrícola excavaron un horno
colonial en su chacra, descubriendo una construcción de adobes coloniales en forma de
arco, ubicado a 350 metros de la plazuela de este centro poblado, apreciándose en los
alrededores restos de batanes, acumulación de ceniza y de relaves mineros en un área de
150 metros de diámetro. En el interior del edificio de cubierta en arco, al parecer el acceso
a la mina, había restos de tablones de madera. Un canal llegaba a la edificación desde la
Pampa del Inca. La edificación fue cubierta con tierra y sobre esta se ha sembrado algodón.
En el interior de la construcción se halló un cuchillo de bronce cuya foto fue proporcionada
por el Sr. Andrés Yntusca. Esta mina dataría del Periodo Colonial Medio. Otra mina muy
conocida y explotada en la colonia fue la de Huachoq, cerca de Quilca, cuya explotación
continuó hasta la República (van Dalen y Castillo; 2004).

VÍAS DE COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN PREHISPÁNICA


Las relaciones e interacciones culturales multirregionales, en periodos prehispánicos,
se dieron de manera compleja; amparados por un complejo sistema vial de comunicación.
El poblador andino, en espacial los yungas de la costa, no tuvo una concepción como la
tenemos hoy: es decir comunicaciones a través de toda la costa, comunicándose con los
pueblos altoandinos solo mediante las vías de penetración emplazados en los valles
costeños.

Los pobladores chancayanos supieron utilizar las diferentes quebradas como vías de
comunicación, tanto para llegas a las zonas altoandinas o a los valles contiguos. Así, por
ejemplo, para llegar a Lachay, se podía tomar el camino longitudinal de la costa; para llegar
a Sayán, existía un corredor natural que ingresaba por la extensa quebrada de Lumbra,
llegaba a la divisoria de cuenca con el Huaura, para luego descender a Sayán; para llegar
a canta se tomaba el camino que ascendía por Orcón y Pacaybamba; para llegar al valle
de Lima, existían varias rutas, una que ascendía por el cerro de Pasamayo y otra que
ingresaba por la quebrada de Huachoc, donde a inicios del siglo XX se emplazó la primera
carretera a Lima.

De igual manera existían numerosas vías que se bifurcaban desde los dos caminos
principales que se dirigían a Pasco, uniendo e integrando los diferentes pueblos y ayllus de
las zonas altoandinas y permitiendo diferentes tipos de relaciones de carácter comercial y
por lo tanto cultural, entre pueblos altoandinos y yungas.

El camino Longitudinal de la Costa, conocido también como “Camino de los Llanos”,


se orientaba de Norte a Sur y comunicaba las regiones de la Costa Norte con Pachacamac.
Bernabé Cobo nos refiere al respecto: “El camino por estos llanos es mas usado en invierno que
de verano, por la frialdad del tiempo y las neblinas y garúas que en el hay, adonde alcanzan, con
que no ofenden tanto los soles como de verano, en el cual tiempo son intolerables en estos arenales,
por lo cual los que caminan de verano, hacen las jornadas de noche o de madrugada, de modo que

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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no los tome la fuerza del sol caminando”. (Bernabé Cobo: Historia del Nuevo Mundo, Primera
Parte, Libro Segundo, Capítulo XIII).

CUADRO CRONOLÓGICO CULTURAL DEL VALLE DE CHANCAY-HUARAL


FECHA PERIODO CULTURA REPRESENTATIVA SITIOS DEL VALLE DE
APROX. CULTURAL EN EL VALLE DE CHANCAY ESTILO CERAMICO CHANCAY –HUARAL Y
REPRESENTATIVO ALREDEDORES
12 000 A.C. PERIODO CAZADORES – Lachay
LÍTICO RECOLECTORES. ------------------ Iguañil
5 000 A.C. Río Seco de León
PERIODO ----------------- Shicras
ARCAICO
Shicras,
2 000 A.C. TRADICIÓN TRADICIÓN DE San Jacinto
2 000 A.C. CARAL TEMPLOS EN Huando, Las Salinas
“U”
Estilo Formativo. Cuyo, Casa Vieja
PERIODO
200 A.C. FORMATIVO BAÑOS DE BOZA Estilo Blanco Baños de Boza, Cayán.
sobre Rojo
200 A.C. CULTURA Cerro Trinidad, San
-- 0 INTERMEDIO LIMA Lima Cayetano, Cayán.
500 D.C. TEMPRANO
500 D.C. Lauri, Teatino, Pisquillo
HORIZONTE TEATINO Teatino Chico, Chancayllo, entre
1 000 D.C. MEDIO otros.
1 000 D.C. Tricolor Geométrico Cuyo, Lumbra, Cerro
Trinidad, Portillo, Pisquillo
Chico, Lauri, Andoma,
INTERMEDIO CULTURA Chancayllo, Quilca,
TARDÍO CHANCAY Estilo Pasamayo, Makatón,
Chancay Huando, Sacachispa,
Tronconal, Pancha La
1 4 70 D.C. Huaca, etc.
1 470 D.C. Lauri, Pisquillo Chico,
HORIZONTE IMPERIO TAWANTINSUYU Estilo Estilo Inca Cuyo, Lumbra, Huando,
TARDÍO Chancay Local Pasamayo, Lachay
1 533 D.C.

ENERO DE 1533: LLEGADA DE LOS PRIMEROS ESPAÑOLES AL VALLE.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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CAPÍTULO 3:

PROCESO CULTURAL PREHISPÁNICO EN LA


CUENCA ALTA DEL RÍO CHANCAY-HUARAL.

LOS PRIMEROS PERIODOS


Se han identificado asentamientos muy tempranos, del periodo Precerámico (Lítico y
Arcaico), correspondientes a sitios con pinturas rupestres, algunos en farallones rocosos
ubicados casi en el fondo del valle en San José de Baños, donde este se encajona, como
los sitios de Baños I, Baños II y Baños III; sitios que presentan predominantemente figuras
muy simples: circulares pequeñas y medianas, con alternancias de algunas figuras
geométricas; mientras que otros sitios se ubican en los cerros elevados, conformados por
cuevas y abrigos rocosos, como el sitio de Waracancha, abrigo rocoso con pinturas
rupestres asociadas que representan círculos, camélidos, el sol, y figuras antropomorfas.
Este sitio de Waracancha sería de periodos posteriores a los de Baños I, II y III, ya que está
asociado a un muro pircado y presenta en el lado lateral osamentería humana depositada
en las estrechas concavidades rocosas. Otro sitio que presenta ocupación precerámica
corresponde al sitio de Pahuamayo, conformado por una cueva ubicada en la parte media
de los cerros que circundan el valle, con acumulación de ocupación cultural en superficie.

Por su parte en el sitio de Araro (Santa Cruz de Andamarca), en la divisoria de aguas


de las cuencas de Santa Cruz y Baños, se han identificado también pinturas rupestres en
una pequeña quebrada que desciende desde la cima del cerro (de ocupación) tardía hacia
el pueblo. Estas pinturas representan figuras zoomorfas y antropomorfas. Con el análisis y
estudio de estos sitios estamos observando que los sitios más antiguos de la cuenca se
están asentando en el fondo del valle, en las zonas encajonadas, así como en cuevas y
abrigos rocosos ubicados en las partes altas de la cuenca, siendo sin embargo más
antiguos los primeros. Al parecer los primeros habitantes que poblaron la cuenca habrían
sido cazadores de camélidos y recolectores de productos del valle. Estos sitios se habrían
constituido en sitios base de residencia casi perenne, debiendo existir otros sitios de
ocupación secundaria o temporal. Se han identificado sitios tempranos también en los
alrededores de la laguna Chungar en San Miguel de Vichaycocha. Es posible que en las
partes más altas de Vichaycocha, en los límites con Huayllay, en los alrededores de las
lagunas Chalhuacocha y Paclla, existan más sitios tempranos, ya que en Huayllay se han
encontrado numerosos sitios ubicados en cuevas y abrigos rocosos, asociados con pinturas
rupestres.

Sobre los siguientes periodos Formativo e Intermedio Temprano, no se han hallado


casi datos. Se halló el sitio de Jatumpata I, conformado por corrales que datan de este
periodo Intermedio Temprano. Para estos periodos los sitios se estarían ubicando en las

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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partes elevadas, y estarían conformados por asentamientos pequeños, de pequeños
núcleos familiares. En Vichaycocha, se ha encontrado dos sitios correspondientes al
Intermedio Temprano, los cuales no presentan mayor complejidad, conformado por
corrales. El sitio de Carampay está conformado por un conjunto de aterrazamientos,
espacios abiertos, corrales y áreas ceremoniales asociados a pequeños altares. Los
espacios son de forma irregular y cuadrangular. Presenta también en una roca de gran
tamaño, un abrigo rocoso, delimitado con un pircado simple. El otro sitio ubicado cerca de
este es el de Pampa Cancha, un sitio funerario que está conformado por un conjunto de
aterrazamientos, que presentan afloramientos rocosos naturales de gran tamaño,
conteniendo concavidades tapadas con pircados, asociado al camino prehispánico. Estas
tienen en su interior restos óseos. Estos sitios presentan en superficie material cerámico de
estilo San Blas Temprano, con su característica pasta anaranjada, decorada; lo que nos
hace deducir que esta región de Vichaycocha estuvo ligada, posiblemente por vía comercial
a la región de Cerro de Pasco y Junín (Chinchaycocha). Sin embargo, esta relación se
limitaría por su cercanía solo a los alrededores de Vichaycocha, mas no a los otros.

DESARROLLOS LOCALES TARDÍOS EN EL ALTO CHANCAY – HUARAL:


LOS ATAVILLOS
Es muy posible que los primeros asentamientos complejos hayan aparecido hacia
finales del Intermedio temprano (300 – 500 d.c.). El desarrollo de estos grupos sociales se
habría consolidado ya en el Horizonte Medio (600 d.c.) en desarrollos socio-culturales, de
carácter local, que en su conjunto son mal denominados como Atavillos (van Dalen; 2007a).

La denominación Atavillos es una denominación incaica. Los incas conquistaron la


región con muchos problemas, ya que los pueblos locales se mostraron muy rebeldes a ser
sometidos y le hicieron frente, siendo finalmente derrotados. Los incas agruparon a todos
los pueblos de la región y los clasificaron en dos grandes grupos, con fines de control de la
población, adaptándolos al sistema de organización decimal. Según las informaciones de
los documentos los incas lo habrían dividido en dos parcialidades: Los Hanan Atavillo
(Parcialidad de Atavillos alto) y Lurin Atavillo (Parcialidad de Atavillos Bajo).

Otra equivocación muy difundida es el hecho de que muchos investigadores al hablar


sobre este conjunto de pueblos los llaman “Reino de los Atavillos”. Denominar a estos
grupos con la categoría de análisis “Reino”, es algo que no va acorde con la realidad, ya
que en el área andina, al igual que en toda América Prehispánica, no existieron reyes, ni
mucho menos reinos. El concepto de “reino” es una concepción occidental, traída por los
españoles, y que tiene su origen en la Europa Feudal y se consolidó con las monarquías
absolutistas y despóticas de la edad moderna. En los Andes, los gobernantes no eran reyes,
sino curacas, con toda una concepción ideológica y parafernalia compleja, en la cual eran
vistos como un poblador, descendiente directo del primer antepasado común que fundó el
ayllu, lo que le daba derechos de posesión de bienes, deberes de protección del resto del
ayllu, y administración y control del excedente productivo de todo el ayllu, con fines
redistributivos.

Antes de la llegada de los incas a la región existía una gran cantidad de pequeñas
formaciones socio políticas de carácter local, las cuales tenían una identidad propia, cada
una de ellas con un conjunto de sitios ubicados en diferentes ecosistemas, logrando
aprovechar recursos de diferentes pisos ecológicos. Así, un grupo social; por ejemplo, podía
explotar y aprovechar, tanto productos de la puna producto del pastoreo de camélidos,

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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como de la explotación de sal o de la cal. Asimismo, podían aprovechar los variados
recursos faunísticos que ofrecían las diferentes y diversas lagunas altoandinas, como peces
y aves. De igual manera, aprovechaban productos cultivables en las partes medias, en la
región quechua, como la papa, la oca, la mashua, el maíz, entre otros. Al igual
aprovechaban los recursos de las partes bajas, en el fondo mismo del valle Chancay, como
la coca, algodón y maizales. La explotación de diferentes recursos obedecía, pues al control
vertical de diferentes ecosistemas o pisos ecológicos, de tal manera que los asentamientos
más importantes o asentamientos nucleares se hallaban en las partes de media altura,
mientras que en las partes bajas o en las partes altas, existían asentamientos periféricos
con fines de explotación de recursos, de tal manera que cada cierto tiempo se intercalaban
entre diferentes integrantes de las comunidades o ayllus para la realización de los diferentes
trabajos. Es por ello que casi todas las actuales comunidades campesinas de la región,
herederas culturales de los antiguos ayllus prehispánicos, tienen emplazados sus territorios
en diferentes ecosistemas que se extienden desde el fondo del río Chancay, hasta las
cumbres más elevadas. Sin embargo, había otros grupos que tenían archipiélagos o
enclaves ecológicos, de tal manera que tenían dominio de recursos en tierras ubicadas
fuera de su territorio, que podía ser en territorios de otros grupos sociales. Así, por ejemplo,
hasta la actualidad la comunidad de Santa Cruz de Andamarca tiene maizales en el fondo
del valle. Justamente hace más de veinte años sucedió algo insólito, cuando miembros de
la comunidad de Ihuarí demandaron como suyas las tierras del nuevo centro poblado de
Lumbra en el valle medio del río Chancay, sustentándolo con documentos coloniales, donde
se aducía que estas tierras les pertenecían desde épocas inmemoriales. Al recibir la
negativa de los pobladores de Lumbra se produjo un enfrentamiento, que terminó con más
de una veintena de muertos. De igual manera, la comunidad campesina de Rauma, era
propietaria desde épocas muy antiguas de dos maizales, uno de ellos el de Capia, los
cuales se encontraban fuera de los territorios de la Comunidad de Rauma, teniendo en
medio a la Comunidad de Huándaro; sin embargo en los últimos años la comunidad de
Huándaro los ha denunciado ante el Ministerio de Agricultura a estos maizales como suyos,
originándose un litigio entre ambas comunidades13. De igual manera la Comunidad de
Vichaycocha tenía propiedad del maizal de Mayu, casi junto a la central de Tingo 14, lejos
de su territorio, entre los distritos de Atavillos Alto y Pacaraos, la cual en los últimos
años ha pasado a pertenecer a la Comunidad de Ravira. La comunidad de Viscas 15 también
tiene hasta la actualidad, propiedad sobre el maizal de Rapacán, en el fondo del valle
Chancay. Pero un caso muy resaltante, es el de Huayopampa, que antiguamente era un
maizal de la Comunidad de San Agustín de Pariak. Huayopampa y Pariak se hallaban
separados por los terrenos de la Comunidad de Pallak; sin embargo, Pallak le quitó los
terrenos de Huayopampa a Pariak. Con el paso de los años se formó la comunidad de
Huayopampa, la que desplazó y absorbió a la de Pallak, llegando a desaparecerla, hasta
que en la actualidad Huayopampa se constituye en la capital del distrito, la cual tiene como
uno de sus anexos a Pariak. El gran crecimiento que logró, en tan poco tiempo

13 Huandaro y Rauma son anexos del distrito de Sumbilca, en la margen izquierda de la cuenca Chancay – Huaral.
Huandaro se ubica en los contrafuertes elevados de la margen izquierda del río Añasmayo, al igual que Rauma,
que se encuentra cuenca más arriba.
14 Tingo, es un paraje ubicado justo en la confluencia del río Baños con el río Chancay – Huaral, en la margen

izquierda del mismo. En la actualidad se ha construido una central hidroeléctrica, captando las aguas del río
baños con fines energéticos. Justamente en Tingo se encuentra la bifurcación de la carretera que se dirige a
San José de Baños, mientras que un Kilómetro antes lo está el que se dirige a Pirca. El nombre de “Tingo” es
muy recurrente en el área andina y se refiere a un lugar medio de confluencia de ríos, de gran importancia en
la cosmovisión e ideosincracia andina.
15 Viscas es una de las tres comunidades y anexos del distrito de Pacaraos, ubicado en la margen derecha de la

cuenca alta del río Chancay.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Huayopampa, se debe a su ubicación, en terrenos más accesibles, logrando fácilmente
comercializar sus productos agrícolas16. En todos estos casos, de origen prehispánico, los
maizales se constituían en enclaves o archipiélagos ecológicos, ubicados lejos del territorio
mismo del grupo social.

La denominación de cada uno de estos grupos que poblaron la cuenca alta del valle
Chancay, en los periodos arqueológicos tardíos, no es posible precisarlos, pero es posible
que algunos de los sitios arqueológicos conserven aún en la actualidad sus nombres
originarios, aunque la gran mayoría han sido modificados durante el incanato, la colonia o
en la república. Es posible también que la jurisdicción de cada una de estas haya estado
en relación con las micro cuencas del Chancay. Un completo estudio de patrón de
asentamiento en la región podrá precisar esto. Pero si bien es cierto se trataba de unidades
políticas diferentes, con identidades propias, presentaban alianzas para hacer frente a
enemigos externos, como los Huancas; siendo posible que, mediante la religión y
divinidades comunes, presentaran intereses comunes de sobrevivencia. Estos pueblos
llamados comúnmente en conjunto “Atavillos”, se desarrollaron, como ya señalamos, desde
el Horizonte Medio, posiblemente antes, esto será dilucidado con futuras intervenciones
físicas en los sitios. Así, uno de estos grupos, serían los Piscas, que poblaron la cuenca
alta del río Chancay, en su margen derecha, en lo que en la actualidad corresponde al
distrito de Pacaraos, cuyo centro principal sería el sitio de Cachirmarca, sitio de gran
complejidad espacial, ubicado en los terrenos de la actual comunidad campesina de Viscas,
cuyo nombre deviene del antiguo nombre arqueológico de Piscas. Otro grupo social se
ubicaba en las márgenes del río Vichaycocha, siendo su límite la margen derecha del río
Chicrín, es posible que su nombre arqueológico haya sido Vichaycocha, ya que
antiguamente los terrenos bajos donde actualmente se emplaza el pueblo del mismo
nombre era una laguna, siendo el sitio de mayor importancia el sitio de Purunmarca. Una
tercera formación social se ubicaría entre la margen izquierda del río Chicrín y la margen
derecha del río Baños, siendo el sitio de mayor importancia el sitio de Araro,
desconociéndose por completo su antigua denominación. Una cuarta formación se
encuentra ubicado entre la margen izquierda del río Baños hasta las inmediaciones de
Huaroquín, incluyendo los territorios de Baños y Pirca, siendo sus sitios de mayor
importancia Marca Piche y Puchuni, presentando por su estratégica ubicación y por
presentar un amplio territorio, sitio de control militar de gran importancia como el sitio de
Huampón, ubicado sobre un elevado e inaccesible peñón, junto al mismo valle medio de
Chancay. En cuanto al nombre de este cuarto grupo, es posible que haya sido Pirca. Una
quinta formación social se ubicaría entre las inmediaciones de Huaroquín y el río
Añasmayo, representado por los sitos de Rúpac, Chíprac y Añay. Otra formación se habría
ubicado en los territorios del actual distrito de Sumbilca.

Cada uno de estos grupos estaba conformado por uno o más ayllus, los que eran
mayoritariamente ayllus “llacuaces” o de pastores de altura (también llamados yaros),
quienes complementaban su economía con las interacciones que realizaban con el resto
de ayllus que eran “huaris” o agricultores de zonas medias y bajas. Aún en la actualidad es
muy común denominar despectivamente a las personas ganaderas de las alturas como

16 Los antiguos maizales de Huayopampa han sido reemplazados por frutales, como durazno, palta, chirimoya y
manzana. En la actualidad San Agustín de Huayopampa es capital del distrito de Atavillos Bajos, teniendo
como anexos a San Agustín de Pariak, La Perla, Pampas, Chaupis, La Florida y Pallak. Huayopampa se halla
situada a 71 Kilómetros de distancia de la ciudad de Huaral, a 1 881 metros sobre el nivel del mar. En el ámbito
de este distrito de Atavillos Bajo se ubican sitios de gran importancia como Rúpac y Añay. Huayopampa se
encuentra ubicado en la margen derecha del río Añasmayo, cuenca izquierda del alto Huaral.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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“llacuacos”17. El pastoreo de camélidos (llamas, alpacas y vicuñas) en las zonas
altoandinas, en la región puna, fue una actividad muy difundida. Estos camélidos fueron de
gran importancia para el desarrollo de estos pueblos, como sostén económico innato,
proporcionándoles productos altamente valorizados y productivos. El pastoreo es un tipo
de economía desarrollado en aquellas regiones que no presentan áreas de posible
potencial para el desarrollo de la agricultura, y la cuenca alta del río Chancay – Huaral, en
las sub cuencas tributarias, presenta mínimas zonas aptas para esta actividad, por lo que
fue más generalizada la actividad ganadera a partir de los 3 800 metros de altitud, lo que
corresponde a un 80% del territorio en cuestión. Es así, que desde los orígenes de la
domesticación de camélidos en el área andina, hacia el año 7 000 u 8 000 a.c., en el proceso
de transición de la caza indiscriminada al pastoreo intensivo, hasta la llegada de los
españoles, el desarrollo del pastoreo permitió incluso mejoramientos genéticos y selección
e hibridación, logrando como resultado, numerosas variedades que se conocen hasta la
actualidad. Los principales beneficios que adquirían los pastores de estos camélidos, eran
pues, de carácter alimenticio y nutricional, obtención de fibras textiles de su lana, y como
medio de transporte (van Dalen, Altamirano, Grados y Castillo; 2013). Los asentamientos
de estos grupos Llacuaces, en la puna alta era, en general dispersos, con pocas unidades
habitacionales (unifamiliares extensas) y amplios corrales, ubicados cerca de las
escorrentías de agua, manejando un amplio terreno para la dispersión de los animales.

La otra parcialidad o el resto de la población que integraba estos grupos sociales del
alto Huaral eran agricultores o grupos “huaris”. Los principales productos cultivados eran
pues, la papa, el maíz, la oca, el ulluco, mashua en las zonas medias; así como frutales y
coca, en las zonas más bajas y cálidas en la región yunga. En periodos prehispánicos se
utilizó y cultivo, de tres a cinco veces más, de la cantidad de tierras que se cultivan en la
actualidad en la cuenca alta del río Chancay – Huaral. Se construyó para ello numerosos
canales de irrigación que permitía llevar agua a lugares casi inaccesibles. Asimismo, la
construcción de grandes extensiones de andenes en ambas márgenes del río Chancay y
los ríos tributarios, permitió convertir en zonas agrícolas, terrenos de gran pendiente, que
de por sí sería imposible cultivar en ellas. En la actualidad se puede observar grandes
andenes abandonados entre Acos y Tingo, que se elevan desde el cauce mismo del río
Chancay hasta las partes altas de los cerros, en estado de abandono.

Sin embargo, la economía complementaria de “Llacuaces” y “Huaris” era


complementada aún con productos procedentes de los grupos “Yungas” que poblaban los
llanos, que formaban parte de la cultura Chancay. Así mediante el intercambio de
productos, que se efectuaba en el valle medio del río Chancay (Cuyo, Lumbra, hasta Acos,
en el mismo fondo del valle), se podía obtener pescado seco, coca y frutales, que se
cultivaban en el ecosistema costeño o yunga, además de bienes suntuosos hechos con
conchas marinas. Así, el valle medio se constituía en un ente dinamizador e integrador, en
la compleja red comercial que había entre los grupos “huaris” y “yungas”; luego los “huaris”
hacían lo mismo con los “Llacuaces”. Sin embargo, el comercio no solo se dio en este eje
geopolítico, ya que también existía otra compleja red comercial de intercambio con los

17 El término “Llacuaco” o “Lájuash”, en Vichaycocha, es un gentilicio para denominar a personas que viven en
las punas, en estado “torpe” y “rústico”, así se denominan a los pastores de la puna. El término “Llacuaco”
sería una variación dialéctica de la palabra “Llacuaz” o “Llacuaces”. Al decir comúnmente: “Pareces Llacuaco”,
se refiere a que la persona parece rústico o torpe. El hecho de llamarse así entre los pobladores de
Vichaycocha lo toman como una ofensa. En el pueblo de Pirca se les llama solo “Lájuash”, término que también
devendría en degeneración de la misma palabra.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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pueblos de las punas de Junín y Pasco, siendo la sal, el principal producto que llegaba a la
región Atavillos.

Con la llegada de los Incas la división y oposición económica y social de estos dos
grupos “Llacuaces” y “Huaris”, fue más marcada, convirtiéndose notoriamente en una
oposición dual. Los miembros de una formación político social se autoidentificaban como
integrantes de una misma categoría social, organizado en torno a características culturales.
Esto se reflejaba en la conducta, religión, ornamentos, cerámica, patrones de
enterramiento, arquitectura, etc. Sin embargo, a nivel de los dos grupos (Huaris y
llacuaces), había ciertas diferencias notorias.

Por otro lado, cabe señalar que la mayoría de los actuales pueblos del alto Chancay
– Huaral, se encuentran emplazados sobre antiguos asentamientos prehispánicos,
produciéndose una reocupación cultural. Así, por ejemplo, el pueblo de San José de Baños
se ubica sobre un sitio arqueológico, comprobado además de observar la base de
edificaciones antiguas superpuestas por las viviendas actuales, por la disposición de las
calles y la ubicación; así como por el hecho de hallar cerámica prehispánica en algunos
cortes y pozos que se observan en las calles. Lo mismo sucede en San Pedro de Pirca,
donde al momento de realizar zanjas para obras de agua y desagüe, apareció numerosas
vasijas cerámicas y entierros simples. De igual manera en Vichaycocha, se aprecia material
cerámico prehispánico, además que el patrón espacial es típico atavillano, con calles
sinuosas y zigzagueantes. Al parecer las reducciones de pueblos se habrían realizados en
emplazamientos humanos ya preexistentes. Vichaycocha, tiene dos barrios Marca (arriba)
y Pampas (Abajo), aunque el emplazamiento de este último corresponde a periodos tardíos.
Santa Cruz de Andamarca tiene 4 barrios: Churcag (debajo de la iglesia), Lata Wajta (por
el cementerio), Casacancha (parte superior del pueblo), y Patahuay o San Andrés (lado
Oeste) el cual tiene un puquio. Esta cuatripartición del pueblo obedecería a la reducción de
cuatro pueblos o ayllus, para la formación de Santa Cruz.

Patrón Arquitectónico

En cuanto a los restos materiales se nota una uniformidad en los patrones


arquitectónicos en toda la cuenca alta del río Chancay. En realidad, en toda la sierra del
departamento de Lima, se nota patrones arquitectónicos muy similares, como la presencia
de edificaciones elaboradas a base de piedras, con un vano pequeño de acceso y cámaras
funerarias. Sin embargo, un tipo de construcción que caracteriza a la cuenca alta del río
Chancay – Huaral es la presencia del llamado “Kullpi”, construcción que llega en algunos
casos a tener más de cuatro metros de altura, de gran solidez, elaborado a base de piedras
talladas de gran tamaño unidas entre sí con argamasa de barro e inclusiones de paja,
cerámica y piedras pequeñas a modo de “pachillas”.

En cuanto a la arquitectura identificada en la cuenca alta del río Chancay se han


definido los siguientes tipos arquitectónicos:
1.- En primer lugar, se encuentran los típicos “Kullpis”, estructuras arquitectónicas
características de la cuenca alta del río Chancay, correspondiente a los grupos culturales
Atavillos. Se caracterizan por presentar planta cuadrangular y de una altura de más de 3.50
metros. La altura de estos Kullpis puede llegar hasta los 4.50 metros. Son estructuras que
por su altitud se le podría considerar como “edificios”, totalmente cerrados, con un pequeño
vano de entre 0.50 metros a 0.80 metros de altura, 0.50 metros de ancho, ubicado en la
parte media del paramento externo, ubicado a la superficie del suelo, que comunica el

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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exterior con una cámara central de forma ovalada o cuadrangular. En esta cámara se
observan hasta tres pequeños vanos que comunican con cámaras y galerías internas, con
compartimientos en varios niveles superpuestos de no más de 0.80 metros de altura cada
uno. Estas edificaciones presentan varios niveles constructivos. En la parte interna frente
al vano se observan uno o dos vanos, que comunican con cámaras pequeñas (pero donde
puede introducirse una persona), que va rodeando alrededor de la cámara principal,
presentando otras cámaras que comunican con niveles superiores. Se ha podido identificar,
en algunos casos, hasta 10 niveles horizontales, presentando en su interior pequeñas
ventanas que comunican con las partes elevadas de la cámara central. En estas cámaras
se hallaban depositadas las momias de los individuos que vivieron en ellas, mientras que
otras servían para almacenamiento de productos. En una esquina de la cámara central,
presenta un conducto vertical, que comunica la superficie con el exterior de la cubierta de
la estructura. En el vecino valle de Chillón, como Cantamarca se ha identificado
edificaciones similares, que también se han denominado Kullpis, sin embargo, estas difieren
de las de Huaral, por presentan forma y planta ovalada, y no tienen más de dos metros y
medio de altura, además de estar emplazados sobre una sola columna de soporte, ubicada
en la parte media de la estructura.

2.- En segundo lugar, tenemos las estructuras administrativas y domésticas, de


características muy similares a los Kullpis, pero no son cerradas, sino abiertas, con
pasadizos amplios y espaciosos que comunican diferentes recintos.

3.- En tercer lugar, tenemos las estructuras funerarias a modo de túmulos funerarios,
las cuales pueden llegar a tener hasta 1.50 metros de altura y hasta tres niveles
superpuestos, conteniendo en su interior una serie de cámaras funerarias.

4.- En cuarto lugar, encontramos las estructuras de planta circular, que datarían del
periodo Tahuantinsuyo, y se trataría de estructuras administrativas de control incaico,
identificado en los principales sitios.

5.- En quinto lugar, tenemos los corrales, de forma irregular, para camélidos,
delimitado por muros simples pircados sin argamasa o con argamasa simple.

6.- En sexto lugar, tenemos las plazas y patios. Los primeros más amplios y con fines
ceremoniales. Los segundos más pequeños, ubicados entre Kullpis domésticos, con fines
puramente domésticos.

Además de estos tipos de estructuras, los sitios presentan calles y pasadizos, que
interconectan los Kullpis, los que se ubican hacia los lados de estas. Las formas no son
rectas sino sinuosas, adaptándose a la topografía del terreno.

Características de las Técnicas y Elementos arquitectónicos de los Kullpis: Los


Kullpis identificados en la cuenca alta del río Chancay, presentan características similares
y comunes, las cuales analizaremos a continuación (van Dalen; 2014b):

Materiales Constructivos: Los materiales constructivos utilizados fueron la piedra, la


cual era obtenida de canteras ubicadas en los cerros circundantes. Las piedras eran
labradas, en formas adoquinadas o rectangulares; mientras que otras eran labradas de
forma alargada, elaborando lajas para las cubiertas. Además, se utilizó tierra, la cual tiene
en algunos casos composición arcillosa.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Técnicas Constructivas: Como señalamos las piedras eran labradas o talladas y eran
mampuestas una sobre otra en los muros, de tal manera que las caras planas eran
colocadas en el paramento interno o externo y las caras irregulares iban hacia la argamasa,
para unirse con las otras piedras. Las piedras se colocaban en hiladas horizontales, a su
vez superpuestas entre sí. Para dar la forma de los elementos se adecuaba a los tamaños
y formas de las piedras. Así para la techumbre, se utilizaba las piedras alajadas, de tal
manera que una parte quedaba incrustada en el muro y la otra quedaba como saliente,
parte que servía como soporte para colocar otra piedra encima, e ir cerrando el espacio. La
argamasa era una preparación de tierra, con incrustaciones de piedras pequeñas, paja y
cerámica fragmentada. Entre las piedras grandes se colocaban pequeñas piedras
(pachillas), con la finalidad de dar estabilidad, y rellenar los espacios faltantes.

Planta: La planta de los Kullpis era cuadrada o rectangular, con medidas que variaban
según la importancia que estás tenían. Podían tener hasta 8 metros por lado.

Forma: la forma dependía de la planta y podía ser cuadrada o rectangular.

Basamentos: Para la edificación de los basamentos o cimientos se excavaba hasta


llegar a la roca madre geológica. Aquí se iniciaba la construcción con muros gruesos,
edificando sobre estas una serie de galerías, por debajo del nivel superficial normal.

Paramentos: Los muros podían llegar a tener hasta 5 o 6 metros de altitud, de gran
solidez, de 0.60 a 0.80 metros de grosor. En los muros se podía elaborar motivos
decorativos, con los mismos elementos constructivos. Las esquinas de los muros eran
amarradas. Por lo general los muros externos eran rectos, pero en el caso de los internos
eran curvos, con esquinas curvas. La mayoría de muros presentan una muy ligera
inclinación hacia fuera.

Cubierta o Techumbre: Las techumbres de las estructuras eran en la parte interna de


forma abovedada, elaborado mediante lajas consecutivas salientes, que hace que el
espacio se vaya volviendo más angosto. La cubierta externa es plana, con una gruesa capa
de barro mezclado con paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger a
la edificación de las lluvias. Las lajas que forman el techo tiene como soporte a los muros
mismos, y en pocos casos columnas y vigas.

Aleros o Cornisas: En varios casos los Kullpis presentan en el paramento externo,


parte superior, una saliente del muro, de 0.40 metros, la cual sirve para proteger a los muros
en caso de lluvias y como elemento ornamental. En otros casos es la misma techumbre la
que cumple esta función.

Vanos: Los vanos (puertas), tanto de acceso principal (que es el que comunica el
exterior con la cámara principal), como las de acceso interno, son de tamaño pequeño, y
son de forma rectangular. La altura promedio de los vanos es de 0.50 a 0.60 metros, y un
ancho variable, de hasta 0.60 metros. En algunos casos, el vano principal se encontraba
en la parte inferior de un nicho rectangular o “falso pórtico” o “Huayrona”. En el caso de las
edificaciones del periodo Tahuantinsuyo, estas tienen forma trapezoidal, es decir son más
anchas en la parte inferior y más delgadas en la parte superior. El vano principal casi
siempre está orientado con el vano interno. Había también vanos de forma cuadrangular.
Algunos vanos presentan bien definido la jamba, habiéndose identificado en Chíprac, vanos

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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con doble jamba de periodo Tawantinsuyu. El dintel está conformado por una laja que se
ubica sobre los dos lados del muro, su tamaño está en relación con el ancho del vano, pero
siempre es más largo que el ancho del vano. En el interior de las edificaciones se aprecian
numerosas ventanas de forma cuadrangular, ubicadas a diferentes niveles, que comunican
la cámara principal con las cámaras secundarias. Muchas de estas ventanas sirven también
incluso como vanos.

Cámara Principal: Luego de ingresar desde el exterior por el vano principal, se aprecia
una amplia cámara principal, desde donde se comunica con todas las cámaras y
compartimientos internos tiene casi la misma altura de la estructura. El techo es abovedado.
Frente al vano principal se aprecia un vano secundario, que comunica con una cámara
pequeña, donde se ingresa a las cámaras subterráneas, que se ubican debajo de esta
cámara principal. Una persona puede estar parada en el interior de esta cámara principal.
Se aprecian a diferentes alturas pequeños vanos, ventanas y ductos de ventilación que
comunican con las cámaras superiores, accediéndose a estos mediante voladizos
consecutivos. Algunos Kullpis tienen antes de esta cámara principal un descanso pequeño.

Cámaras y Galerías Secundarias: Como señalamos, a partir de esta cámara principal


se interconectan numerosas cámaras secundarias, ubicadas hasta en siete niveles
superpuestos, comunicadas entre sí por galerías que rodeaban la cámara principal. Algunas
cámaras cumplen función de almacenamiento de productos, ya que la temperatura interna
de las estructuras regula y permite su conservación. Así en las cámaras superiores se ha
identificado restos de semillas y granos de maíz. En cambio, en las inferiores se
depositaban entierros individuales o múltiples. Solo en algunos casos se depositaban
entierros en la parte superior. La superficie de las cámaras presenta una capa de tierra
producto de la acumulación de sedimentos por la realización de diferentes actividades.

Columnas: Los Kullpis presentaban columnas de forma cuadrangular y rectangular.


Son más gruesas en la parte superior, por su forma trapezoidal invertida. Sirve de soporte
a las cámaras superiores y a la techumbre.

Ménsulas: Son elementos conformados por salientes consecutivas escalonadas, que


cumplen la función de servir como soporte estructural a la techumbre, de forma semi
triangular, formando un ángulo entre el muro y el techo.

Vigas: Son refuerzos horizontales, conformado por dos o tres hileras horizontales
salientes del muro, en el paramento interno, que sirve como soporte del techo.

Chimeneas: Existen conductos verticales que salen desde la superficie misma, en una
esquina de la estructura hasta la parte superior de la techumbre, comunicándose con el
exterior por una pequeña ventana cuadrangular. Se trata de un conducto de ventilación,
que en algunos casos se podía utilizar como chimenea, con fines domésticos, asociados a
los fogones.

Voladizos: Son piedras alargadas que se disponen perpendicularmente al muro y se


encuentran empotradas en este, mientras que la otra mitad está en el aire. Se hallan
dispuestas de tal manera que una está por encima de otra a manera de escalinatas.

Decoración Muraria: La mayoría de los muros presentan cierta coloración rojiza, de


origen natural, lo que se debe a que las piedras presentan una alta composición química

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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de hierro, lo que, al contacto con los diferentes agentes ambientales, provoca su oxidación,
obteniendo de esta manera una coloración rojiza en la pátina de la piedra. Sin embargo, en
el interior de un Kullpi de Araro, se identificó un dibujo, sobre el dintel, con representaciones
de escenas de caza de camélidos, en color negro. Además, existe decoración en alto
relieve, hecha con las mismas piedras constitutivas de la estructura arquitectónica, tanto en
la fachada como en el interior del mismo.

Patrón de Asentamiento

El patrón de asentamiento de los sitios “Atavillos” es un patrón disperso. Los sitios se


ubican en la cima de los cerros más elevados, en zonas casi inaccesibles, con fines
defensivos y de control. La vigencia de estos sitios duró en muchos casos hasta las
reducciones coloniales. En base a las características espaciales y arquitectónicas hemos
realizado una tipología de sitios los cuales corresponden de la siguiente manera:
- Sitios político administrativos: Corresponden a los sitios de control político más
importantes de cada micro cuenca. Son sitios que presentan grandes dimensiones, una
complejidad espacial conformada por diferentes sectores. Se ubican en la cima de los
cerros intermedios, no en los más elevados, pero desde donde se tiene una visión
panorámica de la región, cumpliendo una función de sitios nucleares en el control vertical
de pisos ecológicos. Presentan edificaciones tipo Kullpi y estructuras funerarias
pequeñas, plazas y patios; así como áreas de almacenamiento.

- Sitios domésticos: Se trata de sitios pequeños de carácter local y doméstico, ubicados


en las laderas de los cerros, tanto en las partes altas como en las partes bajas. Están
asociadas a las áreas de producción: chacras o corrales.

- Sitios funerarios: Por lo general se encuentran ubicados en las zonas elevadas, en


farallones rocosos de difícil acceso. Son sitios que presentan edificaciones de tamaño
pequeño de función funeraria. En su interior presenta varias cámaras asociadas
conteniendo entierros múltiples.

- Sitios aislados: Asociados a los caminos, en su mayoría correspondientes al Horizonte


Tardío

- Sitios ceremoniales o adoratorios: Está conformado por antiguos adoratorios o


“pacarinas” de gran valor religioso y ritual, ubicados en zonas casi inaccesibles y
elevadas, hasta donde llegaba la población en peregrinación llevando sus ofrendas.

- Canales y acueductos: Son de gran amplitud y cumplían la función de trasladar el agua


desde zonas altas y desoladas hacia aquellas zonas donde no era posible obtener este
líquido elemento. Estas obras de ingeniería hidráulica permitieron ampliar las zonas de
cultivo, así como abastecer de agua a los asentamientos humanos atavillanos. Estaban
asociadas a represas ubicadas en las altas punas.

- Andenes: Se ha identificado en la cuenca alta del río Chancay – Huaral grandes


extensiones de andenes, hoy en estado de abandono, los cuales se extendían desde el
fondo mismo del valle, hasta las partes más elevadas, cultivando una gran variedad de
productos de diferentes ecosistemas y altitudes en una misma estructura agrícola. La
recuperación de estos sistemas de andenes permitirá ampliar la frontera agrícola actual
y el límite superior de cultivo actual.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La Cerámica

Con respecto a la cerámica, esta era mayormente monócroma, de pasta color roja y
griss, predominando la decoración escultórica con representaciones antropomorfas y
zoomorfas. Los temperantes que presenta, por lo general es mica, cuarzo, roca molida y
cerámica molida. Presenta un acabado de superficie alisado, no tan fino. Las formas son:
cántaros medianos de cuello corto, ollas con cuello corto, ollas sin cuello, platos, cuencos
con y sin cuello, y cántaros en miniatura. Las vasijas de estas características son muy
comunes, pero se presentan muy escasas en los sitios arqueológicos de la región. Se
plantea la posibilidad de definirlos preliminarmente como “Estilo Atavillos”, aunque es
simplemente una tentativa muy preliminar, dependerá de futuras investigaciones definir al
detalle este estilo.

Se han identificado escasos fragmentos de estilo Quillahuaca o Lauri Impreso, la cual


se caracteriza por presentar una decoración a base de círculos impresos en el cuello de la
vasija o en la tercera parte superior de la vasija. En la localidad de Baños, un poblador nos
enseñó una vasija entera, que decía era proveniente del sitio de Marca Piche, la cual era
un cuenco de cuello medio semirrecto divergente, achatado en los polos y el ecuador
anguloso, con notoria división entre el cuerpo superior y el inferior. Presentaba decoración
escultórica, con un asa que representa una cabeza antropomorfa, con decoración pintada,
en motivos lineales escalonados en color negro y rojo, con puntos negros en medio de los
cuadros. Las figuras estarían representando culebras bicéfalas.

Sin embargo, en la cuenca del río Vichaycocha se ha identificado una considerable


proporción de fragmentería cerámica San Blas en los sitios tardíos, procedente de
Chinchaycocha, producto de interrelaciones mediante el intercambio.

LA OCUPACIÓN TAWANTINSUYU

El año exacto en que se produjo la anexión de estos territorios al Tahuantinsuyo, no


se puede conocer, pero si se puede tener un acercamiento hacia la década de 1 450 d.c.;
pero si se sabe que fue realizado por Túpac Yupanqui, en la misma campaña que conquistó
toda la sierra central. Las incursiones cuzqueñas en la región se produjeron desde Canta y
Chinchaycocha, luego de dominar a estos grupos. Las estrategias de dominación que
utilizaron los Incas fueron diversas, para cada región que conquistaban. Los incas aplicaron
una estrategia de dominación directa y violenta en la región, ya que los pueblos Atavillos
no se dejaron sojuzgar fácil y rápidamente. Muchas familias y ayllus enteros fueron
trasladados a otras regiones del imperio en calidad de mitqmas a realizar trabajos a favor
del estado imperial, ya sea con mano de obra, como artesanos o en los ejércitos de
conquista. El estado cuzqueño instaló en los principales pueblos locales, administradores y
funcionarios traídos desde el mismo Cuzco, quienes controlaban al mínimo detalle a los
curacas locales (en el caso de que hayan conservado su cargo dentro del imperio) y a la
población local. Además, los incas trajeron a la región grupos de mitqmas procedentes de
otras regiones conquistadas para los fines de control.

En los sitios locales se observa en el sector político que los incas construyeron nuevas
edificaciones o remodelaron otras existentes. En Añay y Chíprac por ejemplo, ubicados en
las comunidades de San Agustín de Huayopampa y de San Juan de Uchucuanico,
respectivamente; Cáceda Guillén reportó el hallazgo de edificaciones en doble jamba: “

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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…en la estructura 3C de Añay, existe evidencia de una clara remodelación en el vano para
obtener una doble jamba hacia el interior de la estructura; así mismo la presencia de una
chullpa con vano de doble jamba de forma trapezoidal ubicada en la esquina interior NE de
un Kullpi en el barrio 1 de Chíprac y otros rasgos como vanos trapezoidales en la estructura
rectangular del barrio 1, cuyo frontis da hacia la Plaza Mayor; hace suponer que los cánones
constructivos incaicos se amalgamaron con la arquitectura local.” (Cáceda; 2005: 43).

Las investigaciones con excavaciones que hemos desarrollado en los últimos años en
los sitios de Rupac (van Dalen, Grados, Medina y Malpartida; 2016), en Purunmarca (van
Dalen; 2016a) y en Marca Piche, han permitido recuperar fragmentería cerámica de estilo
Atavillos – Inca; recuperados del interior de edificios construidos durante el Tawantinsuyu,
como en Rupac donde se identificó construcciones que datan de este periodo, conformados
por Kallankas y el denominado “cabildo”.

Se observa también una regular cantidad de material cerámico del tipo Inca Provincial
e Inca local. La cerámica de estilo Inca imperial es aquella que presenta formas imperiales
(sea aribaloides u otras formas incas). Presenta una fina pasta y un fino acabado de
superficie. La decoración es lineal, en bandas y polícroma. Por otra parte, la cerámica Inca
Local, se caracteriza por presentar formas aribaloides, pero la pasta y la decoración
obedece a patrones puramente locales. Así pues, llamaríamos a este último como Estilo
Atavillos – Inca.

Los Incas unificaron a todos los grupos locales, denominándolos en conjunto como
“Atavillos” y “Piscas”, el primero en la margen izquierda de la cuenca alta y el segundo en
la margen derecha. Previamente se había trasladado numerosos ayllus como mitqmas a
regiones lejanas, en especial a los más duros de conquistar. Posteriormente los dividieron
en dos parcialidades: Hanan Atavillos y Lurin Atavillos; Hanan Piscas y Lurin Piscas,
subdividiendo a su vez a estos en otras dos parcialidades según su origen (Llacuaces y
Huaris). Así, los incas denominaron esta provincia inca como Atavillos Huamaní (Provincia
de Atavillos), la cual estaba conformada por estas cuatro parcialidades. Es muy posible que
en uno de estos cuatro, se haya introducido grupos mitqmas traídos por los Incas desde
otras regiones, con fines de controlar a la población en favor del estado.

La población estuvo obligada a tributar al estado, entregando básicamente camélidos


(llamas y alpacas) y ropas tejidas con lana de camélidos. Esto ya que era el principal
producto, los Atavillos tenían cientos de miles de cabezas de ganado. A cambio, el inca les
redistribuía productos procedentes de otras regiones, como pescado costeño, coca de la
yunga o la selva alta; además de entregar numerosos regalos suntuosos, como el mullu, a
los curacas para mantenerlos contentos y evitar que se subleven.

Las Vías de Comunicación

Desde periodos muy antiguos la región de Atavillos estuvo interconectada entre sí y


con otras regiones, mediante una compleja red vial, la que permitía las interacciones e
interconexiones al nivel regional, no solo con la Costa, sino también hasta con la región
Amazónica; pues en el valle bajo se ha identificado entierros Chancay que presentaban
tejidos elaborados a base de plumas de loro y guacamayo de diferentes colores. Estos
productos eran obtenidos mediante el comercio, traídos desde la región amazónica. La ruta
de tránsito para obtener estos productos era por el camino principal de penetración que
ascendía desde la Costa por el valle medio, hasta llegar a las alturas de Vichaycocha,

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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dirigiéndose a Huayllay, cruzando la cadena central de los Andes para descender a territorio
Amazónico. Así, el cauce mismo del río Chancay – Huaral se constituyó en un corredor
natural, donde en poco tiempo de camino se llegaba hasta la región Amazónica. Existía un
camino en cada margen, que iba uniendo los diferentes centros poblados que existía en la
zona, ubicados a la vera del río Chancay. Sin embargo, de estos caminos principales se
bifurcaban numerosos caminos secundarios, que ascendían por los ríos tributarios y sub
cuencas, integrando todos los demás pueblos, y dirigiéndose hacia otras regiones, como
Canta, Pasco y Oyón.

Los caminos presentaban asociados numerosos adoratorios y santuarios, donde el


viajero tenía que dejar ofrendas y “pagapus”. Aún en la actualidad, pudimos observar en el
camino que baja del sitio de Araro hacia Santa Cruz de Andamarca a dos viajeros cachando
coca, fumando cigarro y tomando caña, junto a un pequeño puquial, que presentaba a un
lado una cruz. Se trataba de arrieros que se dirigían a las alturas y se habían detenido
media hora a realizar el ritual.

La Religión

En la región Atavillos, al igual que en toda el área andina, la religión jugó un papel muy
importante, en todos los ámbitos de la vida diaria, en lo político, lo militar, lo social, lo
cultural, lo folclórico y lo ideológico.

Todo ayllu tenía su Pakarina, que era considerado el lugar de donde salieron los
primeros antepasados comunes para fundar el ayllu. Este lugar podía ser una laguna, un
cerro elevado, un nevado o una cueva. Por ejemplo, uno de estos es el de Cerro Manco
Cápac, ubicado entre Rúpac y Chíprac, cerro de gran altura, que presenta edificaciones
ceremoniales en su cima.

Otro lugar de gran adoración, al igual que en toda el área andina, eran los nevados,
donde posiblemente también se pueda haber realizado rituales de la Capachota, con
sacrificios humanos durante la época Tahuantinsuyo.

El antiguo poblador andino trataba de explicar sobre sus orígenes y sobre aspectos
característicos de su comunidad mediante mitos y leyendas. Así, por ejemplo, existe un
mito sobre el origen del agua de Pirca en Sancocha. “Se cuenta que hace muchísimo tiempo
atrás había un hombre muy hermoso y de muchos bienes que vivía en Rankocha y que se
enamoró de la hija del curaca de Pajamarcá, de tal manera que siempre se encontraban a
escondidas para amarse. Entonces, un día quisieron formalizar su relación, para lo cual
conversaron con el padre de la chica, y este le pidió como prueba de amor, el construir un
canal para hacer llegar el agua desde Rancocha hasta Pajamarcá, creyendo que esto era
imposible. Así el muchacho construyó el canal hasta el lugar indicado, logrando el objetivo
trazado. Sin embargo, el padre no aceptó la ceremonia de matrimonio. Ante la furia del
engaño, el muchacho destruyó el canal a la altura de Pirca, haciendo que el agua se filtre
en este lugar. Es por esta razón que Pirca siempre tiene agua.”

Así otra leyenda narra acerca del puquial de Araro: “Cuenta la historia que había un
matrimonio, la señora era de Santa Catalina, y el señor era de San Juan de Chauca. Tenían
un maizal en Quishantama. Un día la señora le llevó el almuerzo a su esposo y lo encontró
regando la chacra de la querida. Al ver esto la señora, molesta votó el almuerzo a la acequia
y se fue subiendo a pie por la acequia hasta el puquial de Araro, donde sale el agua de la

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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laguna de Conchas. Hincándole con su pushca de hilar, siguió caminando hasta la laguna
de Concha, donde hincó a la laguna para que salga el agua en dirección a Copá en Santa
Catalina, saliendo agua en Copá y quedando la señora encantada, cuya huanca se
observaba hasta hace poco. De esa agua Santa Cruz riega 15 días y Santa Catalina 15
días.”18 También se nos hizo una referencia de un mito sobre la laguna de Concha y el
origen de los minerales en Cerro de Pasco: “El toro encantado pasó por la laguna Concha,
pero pasó de frente hasta Cerro de Pasco, donde hizo su estiércol, dando origen a todos
los minerales.”19Así también hay un mito sobre una pelea entre un sapo, un pato, una
tortuga y un león, donde ganó el león y se quedó encantado, dando origen al agua. 20

Las festividades en honor a las divinidades eran pomposas y podían durar varios dias.
Dentro del ritual, al igual que en todos los aspectos de la vida cotidiana, la coca jugaba un
papel fundamental, el cual se obtenía mediante intercambio.

Etimología: Es muy difícil para los lingüistas esclarecer la lengua hablada en toda la
extensión del departamento de Lima antes de la llegada de los Incas. Para ello se deben
basar en estudios etimológicos y toponímicos. Lo que sí es claro es que, durante el
Tahuantinsuyo, el estado imperial obligó a la población local a hablar el quechua o “runa
simi”, pero en algunos casos permitía que de manera interna algunos pueblos sigan
manteniendo sus lenguas locales. Es por ello que muchas lenguas habían logrado
sobrevivir hasta la época colonial e incluso la República. Según los diversos estudios
realizados, se conoce que las lenguas que fueron habladas por los diversos pueblos en los
diferentes periodos culturales en el ámbito del departamento de Lima, en las diferentes
cuencas, fueron la lengua muchic o yunga, que era hablada en los llanos bajos de la costa;
el J’aqaru, que se hablaba en la actual provincia de Yauyos y parte de Huarochirí, el
quechua y el Aymara. De estos dos últimos no se ha esclarecido muy bien su área de
expansión.

Pedro Villar Córdova hace referencia de que en los periodos más antiguos toda la
zona alta de la provincia de Huaral, al igual que en Oyón, Cajatambo y Canta la población
hablaba el aymará. Estos grupos se asentaron en la región producto de una masiva
migración desde el Sur, desde el altiplano del Collao, señalando que fueron justamente
pobladores de la tribu de los Huallas quienes ocuparon la región.

Sin embargo, el Quechua de Pacaraos, fue considerado por Alfredo Torero, como uno
de los cinco dialectos del quechua II-B, (Subconjunto Limay), de gran importancia en toda
el área andina del departamento de Lima, lamentablemente en los últimos años la población
local ha dejado de hablar quechua. De todos los dialectos del quechua, el de Pacaraos es
el que más similitudes tiene con el Quechua I (Huanuco, Pasco y Junín), lo que no es raro
teniendo en cuenta las cercanías geográficas. El quechua de Pacaraos era hablado
antiguamente en toda la cuenca alta del río Chancay.

Lo que si llama la atención es el observar que en la región existen numerosos nombres


que empiezan con “hua”, como Huaral, Huando, Huayán, Huayopampa, Huaroquín,
Hualparupina, Huachinga, Huandaro, Huataya, Huayo, Huancaray, Hualpac, Ihuarí,

18 Fuente: Sr. Dadio Ventocilla Morales y Felix Avendaño Raymundo. Entrevista el día 19 de Abril del 2003
(10:30 a 11:00 a.m.), en el puquio de Araro, mientras realizaban su “pagapu”, al puquio, con coca, cigarro y
trago.
19 Misma fuente.
20 Al parecer este mito ha tenido variaciones a través del tiempo, ya que narra sobre animales occidentales.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Huashcay, Huarpas, entre muchos otros. Corresponderá a los lingüistas responder esta
inquietud.

LOS ATAVILLOS EN LA COLONIA

Luego de la invasión española y el asentamiento del poder colonial español en Lima,


se comienzan a instalar las encomiendas. Así en el valle bajo, en 1539 se creó la primera
encomienda del Perú, en Santo Domingo de Palpa, llamada así ya que fue entregada a la
orden de los dominicos. Sin embargo, ya en 1533, el mismo Francisco Pizarro había
recorrido el territorio Atavillo, cuando se desplazaba desde Cajamarca a Jauja con
Calcuchimac, notando las peculiares toquillas amarillas y coloradas que portaban los
habitantes de la región, muy similar a los Taramas, y observando también sus grandes
riquezas en minerales.

En 1534, un año antes de la fundación de Lima, Nicolás de Rivera el Mozo, recorrió


también la zona por orden de Pizarro, para conocer las posibilidades de asentamiento de
poblaciones mineras. En 1535, la antigua provincia incaica de Atavillos, era administrada
directamente por Francisco Pizarro, como encomienda personal. Los tributos que entregaba
la población en un primer momento, fue igual que la que entregaban al Inca dentro del
Tahuantinsuyo, con llamas y alpacas, ropas de lana, papa y maíz, desarrollando
rápidamente las aves traídas de occidente. En 1536, la población Atavillana tuvo destacada
participación en el sitio de la recién fundada Lima “Ciudad de Los Reyes”, realizada por
Manco Inca.

Entre 1540 y 1570 se ejecuta en la región, las nuevas leyes de reducciones de


pueblos, despoblando los grandes asentamientos Atavillos, siendo toda su población
trasladada para la fundación de los nuevos pueblos, que suman más de 40. Los pueblos
restantes fueron reducidos después de esa fecha, como Vichaycocha, que fue reducida
recién entre 1590 y 1616.

LA CULTURA IGUARÍ
Otra cultura prehispánica tardía (1000 – 1550 d.C.) que se desarrolló en la región
altoandina de la actual provincia de Huaral fue la cultura Iguarí (van Dalen; 2011e), la cual
se desarrolló en toda la cuenca del río Huataya, territorio que actualmente corresponde al
distrito de Ihuarí, con sus comunidades como son Huachinga, Otec, Ñaupay, Ihuarí,
Yancao, Yunguy, entre otras. Las caracte5rísticas culturales de esta cultura o nación Iguarí
fueron las siguientes:

Patrón Arquitectónico

En cuanto a los restos materiales identificados en los sitios Iguarí, estos muestran una
diferencia significativa con respecto a la cultura material de los otros distritos altoandinos
de la provincia. No ha sido posible identificar Kullpis, edificios característicos de los grupos
Atavillos, construcción que llega en algunos casos a tener más de cuatro metros de altura,
de gran solidez, elaborado a base de piedras talladas de gran tamaño unidas entre sí con
argamasa de barro e inclusiones de paja, cerámica y piedras pequeñas a modo de
“pachillas”.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La arquitectura Iguarí está conformada por unidades arquitectónicas de función
pública de planta rectangular y cuadrangular, así como recintos domésticos de planta
ovalada e irregular, de patrón concentrado. Todos los muros están edificados con piedras
canteadas, unidas con argamasa, hay muros simples y dobles. La mayoría de los sitios
investigados presentan muros dobles perimétricos que los encierran totalmente de 1.80
metros de alto y 0.80 metros de ancho en promedio.

En el interior de los sitios se ha identificado plazas de medianas dimensiones,


encerradas por muros perimétricos o recintos, de planta rectangular, y en algunos casos
con huancas en la parte media.

La estrategia constructiva de los sitios, está en relación a la construcción de


plataformas con la finalidad de darle cierta horizontalidad al terreno, conformado
mayormente por afloramientos rocosos, sobre los cuales se emplazan los recintos. Estas
plataformas llegan a tener hasta 2.50 metros de alto.

Los elementos arquitectónicos son simples, los vanos son rectangulares de hasta 1.80
metros de altura y 1.20 metros de ancho en promedio. Algunos muros presentan nichos
cuadrangulares medianos y pequeños.

Los recintos de función doméstica se encuentran concentrados y están conformados


por hasta tres compartimientos internos, presentando en su interior incluso estructuras
funerarias tipo chulpas, como en el sitio de Culcuymarca en Huachinga y en Gildamarca de
Otec.

Los Contextos funerarios:

Las edificaciones de función funeraria identificadas en los sitios arqueológicos de la


cultura Iguarí son de dos tipos:

1.- Estructuras funerarias tipo chulpas, de planta cuadrangular, edificados en piedras


canteadas unidas con argamasa, con un vano de acceso pequeño de forma cuadrangular
que comunica el exterior con una cámara principal de forma ovalada desde donde se
accede a otras cámaras más pequeñas. La cubierta es a base de lajas grandes colocadas
en eje horizontal sobre las cuales se colocó una torta de barro mezclado con gravilla.

2.- Estructuras funerarias ubicadas en el interior de oquedades y cavidades de los


afloramientos rocosos. Pueden ser de planta ovalada, en media luna, rectangular o
irregular, pues se adecuan a las características del terreno. En el interior de estas
oquedades se colocaba al individuo y la estructura era sellada totalmente por un muro de
piedras canteadas.

En los dos casos los entierros eran individuales o múltiples. El individuo era colocado
en el interior en posición sentado. Se ha encontrado en el interior de estas estructuras
numerosos restos óseos. El sector A de Chuquimarca (Huachinga), por ejemplo, presenta
numerosas estructuras funerarias del segundo tipo, en cuyo interior se encontró abundantes
cráneos, con evidencia de trepanación y deformación.

Entre los materiales asociados a los individuos, se ha encontrado abundante


fragmentería cerámica, de naturaleza doméstica.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Patrón de Asentamiento

Los sitios arqueológicos investigados presentan un patrón disperso, ubicados en las


partes bajas, medias o elevadas de la cuenca, siempre emplazados sobre cimas rocosas,
desde donde se tenía una visión panorámica del valle.

La Cerámica

Se ha identificado durante las exploraciones un total de 140 fragmentos cerámicos,


de los cuales 65 fragmentos son diagnósticos. Del total, 140 fragmentos, 28 corresponden
al estilo Inca local, principalmente procedentes del sitio de Chuquimarca. El resto de
fragmentos presentan características similares. En cuanto a la morfología, predominan los
cántaros y ollas de cuello corto y mediano, así como platos pequeños.

De manera preliminar denominamos a las vasijas que presentan estas características


como “Estilo Iguarí”. Futuras investigaciones deberán definir con mayor detalle y clasificar
en tipos los ejemplares conformantes de este estilo cerámico. Se trata de fragmentos de
pasta medianamente gruesa, cocción oxidante, temperantes conformados por mica,
cuarzo, roca molida, entre otros. El acabado de superficie es alisado y en algunos casos
ligeramente pulido. En las páginas siguientes presentamos algunas formas pertenecientes
a este estilo.

En los sitios locales se observa en el sector político que los incas construyeron nuevas
edificaciones o remodelaron otras existentes. El sitio de control Tawantinsuyu en la zona
fue el sitio de Chuquimarca, pues su sector “C” presenta edificaciones Tawantinsuyu local,
y en superficie se aprecia abundante dispersión de cerámica Tawantinsuyu local y
Provincial. Una característica de este sector es la presencia de pintura blanca sobre los
paramentos murarios, algo que no se ha observado en los otros sitios. La cerámica de estilo
Inca imperial es aquella que presenta formas imperiales (sea aribaloides u otras formas
incas). Presenta una fina pasta y un fino acabado de superficie. La decoración es lineal, en
bandas y polícroma. Por otra parte, la cerámica Inca Local, se caracteriza por presentar
formas aribaloides, pero la pasta y la decoración obedece a patrones puramente locales.
Así pues, llamaríamos a este último como Estilo Iguarí – Inca.

La población estuvo obligada a tributar al estado, entregando básicamente productos


agrícolas, camélidos (llamas y alpacas) y ropas tejidas con lana de camélidos. A cambio, el
inca les redistribuía productos procedentes de otras regiones, como pescado costeño, coca
de la yunga o la selva alta; además de entregar numerosos regalos suntuosos a los curacas
para mantenerlos contentos y evitar que se subleven.

LA CHAUPI YUNGA: LA CULTURA VILCA

La Chaupi yunga es el sector medio del valle medio, de mayor encajonamiento,


caracterizado por presentar un calor extremo, rodeado de elevados y agrestes cerros, de
valle muy angosto, y de clima muy cálido. La Chaupi yunga del río Chancay – Huaral, abarca
desde Acos hasta la localidad de Huataya (van Dalen; 2012a). En este territorio se
desarrolló otra cultura en periodo prehispánicos tardíos, conocido como cultura Vilca.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Con respecto a la Chaupi yunga, el cronista colonial Bernabé Cobo en su obra Historia
del Nuevo Mundo señala lo siguiente:
“Al temple del quinto grado de la sierra llamamos chaupiyunca, en que quiere decir
“medio yunca”, por ser tan blando y apacible que no se siente en el frio ni calor; si bien
es verdad que podemos decir que inclina mas a caliente que a frio, por sentirse a cierto
tiempo del año moderado calor, mas no de manera que de congoja ni deje de estar el
agua bien fria en todos tiempos. Nace en esta quinta region y temple todas las semillas,
legumbres, frutas y animales que en la cuarta, todas las frutas de Castilla que hasta
ahora se han traido a indias, como son migos, uvas, naranjas, limas y toda fruta de
zumo; paltas, pacaes, papayas y muchos otros de la tierra; pero no maduran del todo
los dactiles y algunas otras frutas, asi de Europa como de la tierra. (….) Es la vivienda
de este quinto temple como la del cuarto la mas apacible deleitosa y regalada, no solo
de las Indias sino de todo el mundo, por la perpetua y amena primavera que siempre
aquí se goza sin variedad de calor y frio.

El sexto y ultimo grado de sierra incluye los mas hondos y profundos valles que hay en
ella y las laderas del mismo temple, que es con extremo caliente y tanto mas que la
tierra yunca y moderadamente húmedo. La causa de ser tan caliente esta región y
postrero andén de la sierra es porque esta en igual peso y altura del centro de la tierra
que los llanos, del que luego trataremos y de las tierras yuncas que son las mas bajas
del Perú; porque desde los valles de este sexto grado, llevan ya los rios muy poca
corriente hasta entrar en las tierras yuncas. Acreciéntase mucho su calor por ser
cóncavos y quebradas muy profundas cercadas de altísimas sierras, por donde es muy
grande la repercusión que en ella tienen los rayos del sol; los vientos que corren pocos
y no tan frescos como los que bañan los altos; a cuya causa es la tierra menos sana de
la sierra.

Aunque del temple deste postrero grado de sierra se asemeja mucho a la tierra yunca
en el calor, difiere mucho de el al no ser tan húmedo y en otras cualidades, y así se dan
abundantemente en esta región todas las frutas, legumbres y animales, que en la quinta,
y las plantas de la tierra y de Castilla que en la tierra yunca, con los animales, sabandijas,
y copia de mosquitos que nacen en ella….” (Cobo: Historia del Nuevo Mundo,
Primera Parte, Libro Segundo, Capítulo XI).

A partir del reconocimiento arqueológico desarrollado en esta zona y la característica


de los sitios podemos deducir la importancia geopolítica que tuvo esta zona, como ente
dinamizador en las interacciones e interrelaciones culturales y comerciales entre los ayllus
de la cuenca baja (Chancay) y los de la cuenca alta (Atavillos), relaciones entabladas a
través de los caminos prehispánicos, que en razón de dos se encuentran discurriendo por
esta zona, una a cada margen, además de los caminos de penetración hacia las
subcuencas, como los de Huataya y Añasmayo, que se unían a los caminos principales en
nuestra zona de estudio, en las localidades de Huataya y puente Añasmayo,
respectivamente.

Los materiales culturales identificados en los sitios de esta zona, así como los
materiales, técnicas y elementos constructivos, señalan que estos sitios tardíos, no
corresponden a la cultura Chancay, aunque hayamos identificado algunos fragmentos
cerámicos de estilo Chancay (algunos elaborados en el valle medio), ni tampoco a los
grupos Atavillos o Iguarí. Se trata de un grupo socio político local (de la Chaupi yunga),
cuyo nombre desconocemos (posiblemente Acos), que presenta uniformidad en las
técnicas y elementos constructivos, con recintos de planta rectangular o cuadrangular
edificados a base de piedras canteadas, emplazados sobre plataformas consecutivas,
edificadas a fin de dar horizontalidad a las laderas de cerros donde se ubican los sitios. Se

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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ha identificado en el sitio de Tarayo una plataforma con rampa, similar a las plataformas de
la cultura Chancay ubicadas en sitios del valle medio como Cuyo, Santo Domingo o Lumbra;
pero en este caso con características propias de esta zona. El sector C del sitio Tarayo se
caracteriza por presentar aproximadamente 80 recintos aglutinados, con muros de gran
solidez y altitud, y presentando en el interior de los recintos, cistas funerarias, como es
común en esta área de estudio, de planta ovalada o cuadrangular, con cubierta de grandes
lajas, algunas con las paredes revestidas con piedras canteadas. Este es uno de los dos
patrones funerarios de la zona, al igual como el colocar a los individuos entre las oquedades
de los afloramientos rocosos.

El material cerámico identificado en los sitios es de pasta roja oscura, de función


doméstica. En el sitio arqueológico de Hurin Vilca ubicado en la margen derecha,
conformado por terrazas consecutivas que contienen en su interior estructuras funerarias
subterráneas de planta ovalada, de diferentes diámetros y con cubiertas de grandes lajas
cuadrangulares, se ha identificado en superficie abundante fragmentería cerámica de estilo
Chancay, Lauri Impreso, Tawantinsuyu local y Tawantinsuyu Imperial. Este sitio, asociado
directamente al camino prehispánico, es uno de los pocos donde se ha encontrado
fragmentería Tawantinsuyu Imperial en toda la cuenca, al igual como Lumbra, Chuquimarca
(Huachinga) y la quebrada de Pacaybamba. Se nota a partir de ello, una supervivencia de
las tradiciones culturales locales del Intermedio tardío hasta el Horizonte Tardío. Como se
ha señalado en anteriores publicaciones (van Dalen; 2004, 2008, 2009, 2010a, 2011b), el
único sitio del valle Chancay (tanto valle bajo como valle medio) que presenta arquitectura
Tawantinsuyu, representado por dos Kanchas y un Ushnu, es el sitio de Lumbra, en el valle
medio, cuya función radicaba en controlar, no tanto a los Chancay del valle bajo y medio,
sino a los grupos sociopolíticos de la cuenca alta.

Otro aspecto importante es la presencia de aterrazamientos consecutivos extensos o


medianos en las laderas de los cerros hoy áridos. En estas terrazas se habría desarrollado
una agricultura de secano, esto considerando los cambios climáticos a través de los siglos,
hacia una tendencia ascendente en el calentamiento climático, lo que quiere decir que en
el pasado el clima fue más húmedo y lluvioso. Además, en la cima de los cerros más
elevados se ha identificado sitios conformados por entre uno y cinco recintos de planta
rectangular, de posible función ceremonial, hallándose en superficie fragmentería cerámica
doméstica. Desde algunos de estos sitios se extienden caminos que ascienden hacia los
cerros más elevados, donde posiblemente existan sitios más complejos.

Con respecto a las actividades de subsistencia, la agricultura era la principal,


complementada con la intensa actividad comercial que se desarrollaba en esta zona,
articulada por los caminos de penetración costa – sierra ya descritos líneas arriba. Los
principales cultivos de la zona fueron, al igual que el valle medio bajo: la coca, el maíz y los
frutales (van Dalen; 2008, 2011a).

LA CULTURA PACAYBAMBA

La cultura Pacaybamba es la cuarta formación sociopolítica prehispánica tardía que


se desarrolló en la cuenca alta y media del valle Chancay, en la provincia de Huaral. Su
área de desarrollo fue la parte media y alta de la quebrada de Orcón – Pacaybamba, actual
distrito de Sumbilca, teniendo el área con mayor densidad de asentamientos en los
alrededores de Pacaybamba. El sitio de mayor importancia es el de Ayacoto, ubicado en la
margen derecha de esa quebrada, conformada por cuatro sectores bien definidos,

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emplazados en la ladera y primera cima del cerro, en cuya cima se hayan un conjunto de
cuatro chullpas de planta rectangular en buen estado de conservación, donde fueron
depositados los ancestros.

La base de la economía de subsistencia de los Pacaybambas era la agricultura y la


ganadería, actividades complementarias entre sí. La arquitectura doméstica son recintos
de planta rectangular o cuadrangular, con muros edificados a base de piedras canteadas
unidas con argamasa, con pequeñas pachillas. No hay evidencias de techumbres, los
cuales fueron hechos con esterillas y barro. La cerámica es de pasta crema o naranja, sobre
la cual se aplicó pintura roja en zonas o delineando motivos lineales.

Figura 61: Estructura funeraria tipo chullpa de Ayacoto, cultura Pacaybamba.

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CAPÍTULO 4:

PROCESO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE


HUARAL EN LA COLONIA.

LA COLONIA
Los primeros españoles en llegar al valle de Chancay fueron Dn. Hernando Pizarro,
Miguel de Estete, junto con trece caballeros y nueve soldados españoles de pie.
Posteriormente, en el mes de marzo del mismo año, los mismos españoles regresaban
hacia Cajamarca. Entre 1533 y 1535, numerosos contingentes de españoles pasaron por
aquí rumbo a Lima, Cusco y Jauja, incluso durante las guerras civiles. Los primeros
españoles en explorar sistemáticamente el valle de Chancay fueron Jerónimo de Aliaga y
Ruy Barba, así como los padres de la orden de los dominicos.

El establecimiento y la implantación del nuevo poder español en el valle de Chancay


se da hacia 1535, cuando se instala en el valle, la primera encomienda del Perú, la de Santo
Domingo de Palpa, otorgada a los padres Dominicos, quienes ese mismo año comenzaron
la plantación de caña de azúcar, reemplazando a los cultivos naturales locales. En 1548 fue
designado por el Capítulo Provincial del Convento de Santo Domingo, el padre Prior Fray
Domingo de Santo Tomás, para que adoctrinase a los naturales de Chancay. La fuerte
influencia dominica en el valle en los primeros años de la conquista se evidencia en la
creación de las advocaciones de Nuestra señora del Rosario de Aucallama, Santo Domingo
de Aucallama, Santa Catalina Mártir de Palpa, Santo Domingo de Palpa, Vicaria de Santo
Domingo de Lumbra y San Juan Bautista de Huaral. Así para fines de la década de 1530,
las tierras del valle habían sido entregadas por el mismo Francisco Pizarro, primero como
repartimientos y luego como encomiendas, a Don Jerónimo de Aliaga y a Ruy barba,
correspondiendo al primero las tierras de Huaral, y al segundo las de Chancay; españoles
que a la vez eran también vecinos fundadores de la Ciudad de Los Reyes. Es por ello que
muchos indígenas fieles y muchos esclavos que trabajaban en sus campos de Huaral, se
trasladaron a la recién fundada “Lima” para defenderla de los ataques de Manco inca en
1536, mientras que en oposición fueron los indígenas de Atavillos y Canta, quienes
apoyaron a Manco Inca en los ataques contra la nueva urbe.

Así pues las nuevas leyes de Indias, contemplaban la reducción de todos los pueblos
“naturales” para la fundación de nuevos pueblos de origen y patrón español. Así todos los
antiguos pueblos y ayllus Chancay, fueron desocupados y su población trasladada para
fundar los nuevos pueblos.

De esta manera el año de 1551, el segundo virrey del Perú Don. Antonio de Mendoza,
Marqués de Modejar, dio las ordenanzas (Real Ordenanza española del 21 de Marzo de
1551) para la fundación del pueblo de San Juan Bautista de Huaral, como “asiento de

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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naturales”, reduciendo en el a los ayllus de Guaril, Huando, Jecuán, Acután, Huaca-Puquio,
Huayán, Cuyo y otros. La fundación se hizo efectiva el cuarto trimestre de ese mismo año.
La fundación del nuevo pueblo se hizo en patrón urbanístico español, es decir, con un plano
ajedrezado, con la plaza mayor en la parte central, con su catedral y su cabildo, con grandes
solares de propiedad de los españoles, rodeado de dos barrios naturales: La Huaquilla,
ubicado inmediatamente al sur de la plaza y un poco más alejado, el barrio de “Los
Naturales”, hacia el este, donde se asentaron los ayllus reducidos de toda la margen
derecha del río Chancay. La distribución se dio de tal manera que los ayllus mitqmas
foráneos se reubicaron en la Huaquilla, mientras que los ayllus naturales fueron ubicados
en Los Naturales.

Todos territorios de la encomienda del capitán español Don Jerónimo de Aliaga. Existe
una escritura del 19 de Agosto de 1567, donde el cacique don Martín Guaral Paico,
conjuntamente con los indios principales Juan Cancha y Domingo Jullca Paico señalan
vender cuatro fanegadas de tierras al encomendero.

El año de 1570 llega a la localidad el Licenciado Juan Martínez de Rengifo y Fray


Bartolomé Martínez, visitadores civil y religioso, enviados por el Virrey Francisco de Toledo,
para indicar a todos los pobladores reunidos la nueva “refundación” del pueblo, para “que
sean mejor adoctrinados y mantenidos en justicia, y tengan sus repúblicas (pueblos)
fundadas y se gobiernen entre sí, dándoles ordenanzas y maneras de vivir” (Rosas; 1992:
37). Ese mismo año se estableció el Cabildo de Indios de Huaral.

En los primeros años de la fundación de Huaral, la población natural tenía grandes


extensiones de tierras, cosa que era respetada hasta cierto punto por el encomendero, pero
en los años siguientes, las autoridades hispanas comenzaron el proceso de enajenación de
tierras, usurpando violentamente maltratando a sus dueños originales. Sin embargo, no solo
fueron las autoridades españolas quienes hicieron esto, también los mismos curacas,
aprovechándose de su condición casi privilegiada en comparación a sus hermanos, también
usurpaban estas tierras. Así en 1590 el visitador Fray Domingo de Valderrama, ordenó el
remate de 208 fanegadas de tierras en beneficio de la Real Corona, comprado por Don
Francisco de Cárdenas y Mendoza, encomendero del Repartimiento de Checras. En 1643
se remataron las tierras de Huayán, perteneciente a los nativos del pueblo de Huaral, siendo
adjudicados a Don Pedro de Santillán.

Por otra parte el pueblo de Chancay fue fundado, al parecer, en Diciembre de 1562,
luego de las dos providencias para la fundación, emitidas por el Cuarto Virrey del Perú, Don
Diego López de Zúñiga y Velasco, Conde de Nieva; la primera emitida el 16 de Noviembre
y la segunda el 14 de Diciembre de 1562. Así a mediados de Diciembre de ese año se
realizó la fundación del mismo con el nombre de “Villa de Arnedo”, en el lugar denominado
Tambo Pintado o Tambo Blanco. El virrey había parado en este lugar a descansar cuando
venía desde el Norte para asumir el gobierno virreynal, y se había quedado maravillado por
su paisaje, pensando que era el lugar propicio para la fundación de un pueblo, que por su
cercanía de Lima, podía ser la sede de la nueva Universidad Real de San Marcos. Entre
las ordenanzas y recomendaciones del virrey para la fundación, figura: “Yten procurais que
la traza de la dicha villa sea como la de esta ciudad de los Reyes y si pareciere convenir
que la plaza sea algo más pequeña la hareis y en lo de las calles las dejareis de suerte que
puedan pasar juntas dos carretas.” ….”Ytem los solares que señalareis para los vezinos de
dicha villa procurareis que tengan a ciento y cinquenta pies y doscientos de frente y cuadra,
trazando las calles derechas y de la anchura que esta dicha” (Rosas; 1992: 66).

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La fundación del pueblo se hizo siguiendo los requerimientos técnicos del nuevo
patrón urbanístico español, con mayor exactitud que San Juan Bautista de Huaral, con un
plano ajedrezado, con una majestuosa iglesia matriz y otros cánones de la época.

Así se denominó al nuevo pueblo como Villa de Arnedo, en razón al pueblo de donde
era originario el virrey en España. Los primeros pobladores de la naciente villa fueron veinte
y dos personas de origen español que habían tenido participación en los primeros
veinticinco años de conquista, siendo encabezados por el mismo fundador Don. Luis Flores;
además de 80 nativos del valle para su servicio, procedentes de Chancayllo (Chancay
ayllo), quienes cada diez años irían rotando, a razón de cuarenta adultos y cuarenta
menores de edad. Para la construcción del nuevo pueblo se ordenó se traiga cien
pobladores de las encomiendas de Checras, Cajatambo y Pacaraos; así como 62 de las
encomiendas de Végueta, Huaura y Huaral. El año siguiente se construyó el Hospital en el
nuevo pueblo.

En 1569 la Villa de Arnedo, fue designada como cabeza del Corregimiento de


Chancay, comprendiendo los pueblos de La Barranca, Supe, Végueta, Huacho, Aucallama,
Ihuarí, Paccho, Sayán, Huaral y Santiago de Maray o Checras. Recién en 1757 el Cabildo,
Justicia Mayor y Regimiento de Lima dio el nombre de Chancay a esta Villa de Arnedo.

Pero once años antes de la fundación de esta Villa de Arnedo, es decir el año de 1551,
casi al mismo momento que San Juan Bautista de Huaral, la villa de Santo Domingo de
Real Aucallama, en el lado Sur del valle Chancay. El último trimestre de 1551 se procedió
a la reducción de los antiguos ayllus de la margen izquierda del valle Chancay, como los de
Palpa, Pasakmayu, Caqui, Aucallama, Quilca, entre otras. Algunos especialistas señalan
pues, que en el recién fundado pueblo había por lo menos dos mil indígenas, cuyo número
se redujo significativamente en los años siguientes, producto de la desestructuración social
y religiosa.

Fueron los padres de la orden dominica, quienes se encargaron del proceso de


evangelización de la población, desde que asumieran la encomienda de Palpa en 1539,
dominando los fundos más extensos del valle, que se extendían hasta Lumbra, edificando
varias parroquias para la evangelización de los pobladores locales.

El proceso de reducción en el valle de Chancay y la fundación de nuevos pueblos en


patrón español, significó, pues, además de acelerar el proceso de desestructuración andina,
el cambio rotundo y radical en el patrón de poblamiento en el valle, ya que si bien es cierto
que antiguamente los asentamientos se hallaban conformando un patrón disperso en el
valle, en todos los sectores del mismo, aprovechando los diversos recursos que la
naturaleza les ofrecía y tratando de aprovechar al máximo las áreas de cultivo,
ampliándolas en muchos casos con refinadas obras de ingeniería hidráulica; con la llegada
de los españoles y la implantación de la reducción de pueblos, el patrón cambió por uno
concentrado, con asentamientos ubicados solo en el valle bajo, en medio del valle mismo,
en áreas propicias para la comunicación, sea terrestre o marítima. La finalidad de estas
leyes de reducción de pueblos era básicamente, el agrupar a los pobladores indígenas, el
tener un control de la población con fines de tributación, la evangelización, entre otros.

Cabe señalarse que desde los primeros momentos que se implantó el sistema de
encomienda y más tarde el sistema de hacienda en el valle Chancay, comenzaron a llegar

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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en grandes cantidades esclavos, procedentes de África (Guinea, Congo, Senegal), con la
finalidad de realizar trabajos en los campos de cultivo y trabajos de servidumbre en las
casas de los vecinos españoles. Esto significó, el inicio del proceso de mestizaje cultural,
donde las mezclas raciales produjeron el resultado de nuevos grupos raciales como el
mestizo, el zambo o el mulato, producto del entrecruzamiento racial. El número de esclavos
que llevaban se iba acrecentando, conforme la región se iba despoblando.

Hacia fines del siglo XVI se produce en el valle de Chancay la implantación del sistema
de hacienda, tierras obtenidas producto de la enajenación de las tierras de la población
natural, apareciendo en un primer momento como fundos. Los más importantes eran los de
García Alonso, Retes, Acután, Huando, Jecuán, Esquivel, Palpa, Chancayllo, Pasamayo,
Boza, entre otros; aunque muchos de ellos con otros nombres.

En los años siguientes a la caída de Cajamarca, un conjunto de enfermedades y


epidemias azotaron la región provocando numerosas muertes, entre las más graves figuran
las de 1546, la de 1558-1559 (viruela), y la más grave la que asoló los Andes entre 1585-
1591. Existen documentos referentes a este tema en la vecina provincia de Huaura. Así en
1583 había en Huaura más hombres que mujeres, mientras en 1591 y 1603 había si una
población femenina más numerosa. En 1583 el 41.7 % de la población eran niños, mientras
que el número de ancianos era de 1.41 %. Esto provocó la gran catástrofe demográfica en
la región. Otro factor fue el maltrato de la población. Según la visita de 1583 de Huaura
hecha por el corregidor Diego Muñoz Ternero, señala que: “…. Los indios trabajaban en las
tierras del encomendero Jvan Bayón de Campomanes hasta los domingos y días de fiesta y ademas
cvltivan sus propias chacaras para recolectar el tributo que deben pagar al corregidor, ademas
cvltiban las tierras del cvraca Pedro Paico, sirven en el albergue de Arnedo y son objeto de alquiler
en Arnedo y Lima. Al terminar una mita y regresar agotados a casa, vuelven a buscarlos a golpe de
latigo para otra mita….”

Un documento de un año anterior nos muestra el descontento de la población local


por los maltratos: “….unos se ahorcan, otros se dejan morir de hambre, otros toman yerbas
venenosas y muchas mujeres matan a sus hijos al nacer para librarlos de los trabajos que ellas
padecen….”.

Durante los siguientes siglos, Chancay, “Villa de Arnedo” adquirió gran poder
comercial y estratégico, como punto de paso en las comunicaciones entre Lima y las
ciudades del Norte, mientras que Huaral y Aucallama, se mantuvieron como pueblos
pequeños, locales de una subsistencia puramente agrícola de abasto.

Poco después de la fundación de los nuevos pueblos se produce en el valle la segunda


gran transformación del sistema de tenencia de la tierra, estableciéndose el sistema de
hacienda, primero cultivando productos autóctonos como el maíz, fríjol y pan llevar; y luego
a gran escala la caña de azúcar.

Durante la Colonia, el valle de Chancay perteneció al partido de Chancay,


conjuntamente con el valle de Huaura. Los límites de dicho partido eran: “Empezando por la
actual jurisdicción de Huaura, los poblados de Ámbar y Maray. Seguimos con el poblado de Acos,
en el actual poblado de San Miguel de Acos, en el caudal superior del río Chancay; de allí hasta
San Agustín de Huayopampa, formando una línea recta hasta el Cerro Aucallama (cuyo poblado
del mismo nombre se ubica a sus faldas); finalmente una línea recta hasta el mar, incluyendo el
poblado de Pasamayo” (Huaraj; 2003: 8).

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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El valle Chancay, durante toda la Colonia, fue uno de los más codiciados por las
grandes personalidades y hacendados, por la cercanía a Lima, la alta productividad de sus
tierras para cultivos permanentes, trigo en los siglos XVI y XVII, y azúcar en el siglo XVIII.
Muchas haciendas fueron subastadas a elevados precios por las temporalidades, como
Santa María de Puquio, y Jesús del Valle. Los propietarios de las Tierras del valle
(Haciendas) eran particulares, religiosos de la orden Dominica, y Jesuitas.

Tabla 2: Principales Haciendas Privadas de la doctrina de Chancay 1750 – 1800 (Huaraj;


2003).

Hacienda Propietario Originario Administra


de
Salinas Félix Vásquez de Lima Hacendado y
Velasco dueño
Pasamayo Tomás Muñóz de Lima Hacendado y
Oyague. Marqués dueño
de Villafuerte
Huando Conde de San Lima Gabriel Cosio
Juan de arrendatario
Lurigancho
Palpa José Bacuno
Chacaca Victoriano España Sargento
Cabezas Hacendado y
dueño
Chancayllo Lorenzo Joseph Lima Hacendado y
de Aparicio. dueño
Conde de San
Donáis
Esquivel Josefa de Lima Hacendado y
Alzamora. Esposa dueño
de Lorenzo J.de
Aparicio
Jecuán Jacinto Rojas Lima
Retes Conde de Villar de Lima Francisco Lazarte
Fuente Gonzáles arrendatario
San José ¿?
Boza Francisco Dulanto Lima
Villavicencio Ídem
Corralones Alonso Ortíz Lima
Santo Comunidad de de la Comunitario
Domingo de Indios doctrina de
Aucallama Chancay

Por lo general se notaba una continuidad familiar en la propiedad de las haciendas


coloniales, debido al matrimonio entre las familias mismas, dueñas de estas. Las haciendas
tenían numerosos esclavos, peones e indígenas en condición de yanaconas.

Los años en que se desarrollaron las guerras por la independencia nacional, conocido
como Emancipación, tuvo cuatro etapas: 1.- Se inició con la Revolución de Tupac Amaru

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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(1780 – 1785), aunque ya antes hubo otros levantamientos como la de Francisco Inca en
Huarochirí y Lahuaytambo; 2.- Otros levantamientos indígenas y de criollos – mestizos
(1790 – 1819), como los de Mateo Pumacahua, Manuel Ubalde, Francisco de Zela, entre
otros; 3.- La corriente Libertadora del Sur, encabezada por José de San Martín (1820-1822);
4.- La Corriente Libertadora del Norte, encabezada por Simón Bolívar (1823-1826).

Hacia finales del siglo XVIII, la doctrina de Pacaraos pertenecía a la provincia de


Canta, junto a otras doctrinas como las de Atavillos Alto, Atavillos Bajo, Lampián, entre
otros. El sistema de explotación colonial también afectó grandemente a la población de
estas doctrinas, quienes eran obligados a trabajar en las mitas, los obrajes y realizar otro
tipo de trabajos en favor de las autoridades políticas españolas y eclesiásticas. Una muestra
de ello es la solicitud del curaca del repartimiento de Atavillos, quien en 1771 (un año
después de la captura y muerte de Tupac Amaru II en el Cusco) solicita mediante autos a
las autoridades virreinales que se exonere del servicio de la mita a la población del pueblo
de Carhuacayán (colindante al de Vichaycocha), debido a la despoblación que ha sufrido
este pueblo por los abusivos trabajos en las mitas, quedando pocos habitantes que están
adscritos al servicio de la iglesia:
“Don Manuel Tello Casique y Governador de los repartimientos de Atavillos altos y bajos,
y del comun de Yndios del Pueblo de Carguacayan, a los pues de Vuestra Excelencia
con su mayor rendimiento dice que el referido Pueblo ha venido oy a tal decadencia de
vecinos y havitantes que solo se compone de ocho indibiduos, el número de estas,
varones que existen en edad de poder ser utiles en el servicio. Ha demandado esta
disminucion del execibo trabajo en que han sido destinados en todos tiempos, ya en el
entero de mitas a las estancias de temple frigidisimo y por tanto muy nosivo a sus
personas, como en otros ministerios con que no han logrado interbalo alguno de
descanso en toda la estacion del año. En el numero referido a ninguno se exeptua hoy
del servivio personal y como se reconose por al informe del actual correxidor que se
demuestra con la solemnidad necesaria no solo es cierto que existen ocho, sino tambien
que trabajan en las haciendas en qualidad de mitayos y en acudir a los conductores de
valijas y correos que poir ay giran y quienes son obliagados de asistir y sufragar en
Abios (sic), mulas y quantose les ofrece demas de eso siendo necesario constituir como
informa dicho corregidor y corresponde por ordenansa un sacristan, un cantor, un
Alcalde alguasil, dos hombres desembarasados para el servicio de los correos, pero sin
embargo todos echos se destinan a las Mitas de manera que ni pueden ser utiles en
aquellos empleos por ser incompatibles con las ocupasiones de las Estancias distantes,
ni se les deja en el pribilegio y execpcion que por ellos les compete. Suma estos infelices
yndios despues de sufrir las ordinarias cargas; y no tener contra el espiritu de las Leyes
interbalo en el trabajo, estan grabados con unos servicios duplicados haciendo cada
uno vezes de tres individuos” (A.G.N. Derecho indígena, Legajo 15, Cuaderno 284,
9 Folios).

Un documento del año 1789 (A.G.N. Derecho indígena, Legajo 24, Cuaderno 439,
1789, 7 fs), hace referencia a tierras que un vecino del pueblo de Pacaraos poseía en el
valle medio (tierras comunales denominadas Quillachaca y Quillapampa), en la quebrada
de Rauri, actualmente en poder de la Comunidad Campesina de Sumbilca, donde entre
otros productos, se cultivaba coca. Estas tierras, que se encontraban sin trabajar, fueron
tomadas por un poblador del pueblo de Lampián, Alonso Pariasca. Finalmente, Juan
Garces, Coronel de Dragones y Subdelegado del Partido de Canta, le da la razón a
Pariasca, adjudicándole dichas tierras. Este documento evidencia como hasta finales del
siglo XVIII aún los pueblos y comunidades seguían poseyendo tierras en el valle medio,
fuera de sus linderos comunales como enclaves o archipiélagos ecológicos (Murra; 1975),

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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sistema preincaico que se ha mantenido en la provincia de Huaral hasta la primera mitad
del siglo XX (van Dalen; 2007: 117-120).

Las relaciones entre algunas comunidades y la iglesia católica se habían


resquebrajado para finales del siglo XVIII, debido principalmente a los maltratos sufridos y
a los aportes que debían entregar a la iglesia en cada pueblo. Un caso de esto es el litigio
que tuvieron dos pobladores del pueblo de Pasac (Atavillos Alto) en contra del Presbítero
don Lorenzo Rodríguez de aquella doctrina, por las vejaciones y abusos que sufrieron de
parte del párroco (A.G.N. Derecho Indígena. Leg. 27, Cuad. 576, Año: 1796, fs.5).

En el año de 1813 se realizó un censo en Huaral que dio como resultado una población
de 442 habitantes: 49 entre españoles americanos y europeos, 37 mestizos, 162 pardos y
negros libres, 194 aborígenes y 40 esclavos. En las nueve haciendas de su jurisdicción
había una población de 805 habitantes: en la hacienda de Esquivel había 85 entre criollos,
esclavos negros, chinos e indios; en la hacienda de Retes había 126 personas, entre
mestizos y esclavos; en Jecuán, 56 personas, entre criollos, pardos libres, chinos, mestizos
y esclavos; en la hacienda de García Alonso, 20 esclavos negros; en la hacienda de Santa
maría del Puquio (La Huaca) había 223 entre españoles, negros esclavos y mestizos; en la
hacienda de Huando, 53 esclavos; en la hacienda de Cuyo había 128 personas entre
españoles, mestizos y esclavos; en la hacienda de San Miguel y Lumbra, 43 personas
(Rosas; 1992: 40).

Hacia el año 1818 se culmina otro censo eclesiástico general a nivel de la provincia
de Canta (A.A.L., Estadísticas, 1815 – 1818, doctrina de Canta, Legajo, LIII, 5 f.),
enumerando la cantidad de iglesias, sacerdotes y feligreses de cada doctrina, figurando en
la doctrina o curato de Pacaraos un total de 11 pueblos, entre los que se contaron cuatro
pueblos de la actual provincia de Yauli, como los de Pari y Ondores. El resultado presentado
muestra el siguiente cuadro:
Curales Pueblos Yglesias Sacerdotes Feligrecia Oratorios Extensión* en
Haciendas
Canta 5 5 2 1600 // 3
Pomacocha 3 3 1 800 3 6
San Buenaventura 6 6 2 500 // 5
Atavillos – Altos6 6 1 800 // 8
Atavillos – Bajos8 8 2 1800 // 8
Pacaraos 11 11 3 2000 5 11
Lampian 4 4 1 800 // 3
Araguay 10 10 3 1900 1 7
Huamantanga 8 8 3 2000 2 8
Resumen Total 61 61 18 12200 11

El día 10 de noviembre de 1820, la escuadra de José de San Martín desembarcó en


el puerto de Huacho. Desde este día hasta el 12 de julio de 1821 en que San Martín ingresa
a la ciudad de Lima tras la huida del Virrey La Serna, San Martín dirigió los ataques
destinados a debilitar a las fuerzas coloniales que defendían la capital, primero desde el
valle de Huaura y después desde el valle de Chancay; estableciendo para ello primero su
cuartel general en Huaura, y luego en la hacienda Retes (Huaral). Para el mes de enero de
1821, San Martín y su ejército se hallaba ya desplazado en el valle de Chancay, formando
una línea que abarcaba Chancay – Huaral – Palpa y Cuyo.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Uno de los acontecimientos más importantes desarrollados en Huaral fue la rendición
del batallón español Numancia, producida el 3 de diciembre de 1820 en las alturas de
Huachoc (Rosas; 1976: 163-179), paraje ubicado entre las actuales Comunidades
Campesinas de Quipán y Sumbilca, cuando se retiraban a Trapiche y luego a Lima. En la
noche de aquel día, más de 900 soldados dirigidos por Tomás de Heres capturaron al
coronel español Ruperto Delgado mientras dormía y regresaron hacia Retes pasando por
el pueblo de Huaral, ante la algarabía popular (Buenaño; 2014: 225). Los días anteriores a
esta rendición, se produjeron enfrentamientos por todo el valle entre las fuerzas realistas
dirigidas por el Coronel Valdés y las fuerzas de San Martín. Una de estas acciones fue el
combate de Torre Blanca cerca al pueblo de Chancay, donde el 4 de noviembre de 1820 la
división del mayor chancayano Andrés Reyes Buitrón había tomado la villa de Chancay,
siendo atacado en Torreblanca por las fuerzas del español Jerónimo Valdés, siendo estos
últimos derrotados. De igual manera, el 27 de noviembre del mismo año, se produjo otro
enfrentamiento en la caleta chancayana de Pescadores donde fue derrotado el teniente
Juan Pascual Pringles, miembro del Regimiento de Granaderos a Caballo.

Entre el 15 de enero de 1821 y por casi un mes, el valle de Chancay fue nuevamente
ocupado por los realistas, para finalmente retirarse del valle hacia Lima. Cabe destacar
además, la Conferencia de Torreblanca, desarrollada en esta hacienda chancayana el 19
de febrero de 1821 se reunieron los delegados de San Martín y La Serna para buscar una
solución al conflicto, la cual culminó sin ninguna solución.

Durante la estadía del ejército de San Martín en el valle de Chancay, recibió gran
apoyo no solo de la población de los pueblos de Huaral, Chancay y Aucallama, sino de sus
haciendas y comunidades; muchos pobladores se enrolaron en las filas de San Martín, en
especial en aquellos días en que una epidemia de paludismo generó la muerte de oficiales
y soldados sanmartinianos en el valle de Huaura entre febrero y junio de 1821, muchos de
los cuales fueron enterrados en la Casa Hacienda El ingenio de Huaura (Ingunza; 2007:
328). Además, los hacendados y pobladores del valle bajo entregaron cuantiosos
productos, como: víveres, caballos, reses, dinero, joyas, objetos de hierro para la
fabricación de armas, entre otros; así como ofreciéndose como guías en los avances y
repliegues de las fuerzas en este valle.

El apoyo brindado a las fuerzas de San Martín, no fue exclusivo de los pueblos de la
cuenca baja del río Chancay. Todos los pueblos de la cuenca alta, las 34 comunidades de
indígenas del alto Huaral, colaboraron decididamente en este proceso independentista.
Durante la estadía de San Martín en el pueblo de Sayán (valle de Huaura), las comunidades
del actual distrito de Ihuarí colaboraron con entregar diez cargas de cecina, 280 pesos y
ganado lanar, para la alimentación de las tropas. El fervor patriótico de los pueblos de Ihuarí
se demostró cuando el 25 de noviembre de 1821, la población de la capital del distrito
(recientemente creado el 12 de febrero de 1821), juró la independencia en su plaza, acto a
cargo de su párroco Dr. Blas de la Encina y Ruy Díaz, después de una misa; teniendo como
firmantes a representantes de los pueblos de Iguarí, Llancao, Otec, Acotama, Huachinga y
Huaycho (Rosas; 1976: 207-210).

Las comunidades de los otros distritos también apoyaron invaluablemente, como el


caso de Lampián y sus cinco pueblos (Lampián, Cárac, Coto, Canchapilca y Acos), quienes
entregaron todo el dinero y 167 ganados que tenían las cofradías de cada pueblo, 153 toros,
20 cargas de maíz, 21½ cargas de papas, 31 caballos, 29 mulas y caballos, 10 toros, 1291
pesos y cuatro onzas, 215 cabezas de ganado mayor, 135 hombres para el batallón Nº 11

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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y para las montoneras locales; además de haber auxiliado y servido ocho veces a las tropas
patriotas en su paso por el distrito.

Otro aspecto importante en que apoyaron las comunidades del Alto Huaral durante la
estadía de San Martín, antes de la toma de Lima, fue la conformación de montoneras, estas
eran miembros de comunidades indígenas, agrupados por su curaca o líder, a fin de atacar
y hostigar a los españoles en su tránsito por el territorio andino, siempre bajo la supervisión
de las fuerzas de San Martín. Los montoneros de la entonces provincia de Canta se
agruparon en dos grandes bloques (uno en cada cuenca: Chillón y Chancay), bajo las
órdenes del Teniente Coronel Toribio Dávalos, Comandante General de la Provincia de
Canta. En el alto Chancay hubo varios grupos de montoneros en los pueblos de: Lampián,
dos grupos, el primero de 80 hombres y el segundo de 70 hombres; Atavillos Bajo, otros
dos grupos, el primero de 60 hombres y el segundo de 65 hombres; en San José de Baños,
un grupo de 75 hombres; en el pueblo de Rauma, un grupo de 75 hombres; en el pueblo de
Sumbilca, un grupo de 80 hombres; en el pueblo de Huaroquín, un grupo de 75 hombres.
Cabe destacar la montonera de Huaroquín, quienes de forma activa se desplazaban entre
el alto Chancay y el alto Chillón, coordinando conjuntamente con las montoneras de Canta
a cargo de Quirós, quienes incluso llegaron a enfrentarse a las fuerzas españolas de
Carratalá en Huampaní, además de sitiar varias veces a la ciudad de Lima (Roel; 1980:
199-225). Entre los pueblos de Ihuarí, Paccho y Checras se conformó una montonera de
alrededor de 200 hombres, cuya área de acción era la Villa de Chancay, Sayán, Huacho y
la Villa de Huaura (Rosas; 1976: 210).

Por su parte, en el recién creado distrito de Pacaraos, algunos de los pueblos se


hallaban divididos, como el caso de los pueblos de San Miguel de Vichaycocha y Santa
Catalina, debido a litigios de tierras, por la posesión de las tierras de Chungar (alrededor de
la laguna del mismo nombre). Este litigio que venía desde finales del siglo anterior, provocó
varios enfrentamientos entre comuneros, provocando algunos muertos de ambas partes,
dando como resultado que las autoridades coloniales dieran la razón y posesión de estas
tierras a la comunidad de San Miguel de Vichaycocha, ante el constante reclamo de Santa
Catalina (Archivo Comunal de Vichaycocha, expediente 1). Es por ello, que a nivel del
distrito de Pacaraos se conformaron dos grupos de montoneros, uno en el mismo pueblo
de Pacaraos, a cargo del capitán Tomás Cuadros y el teniente José María Cuadros con 80
hombres; y el segundo en el pueblo de Santa Cruz, a cargo del capitán Miguel Bruno y el
teniente Miguel Corbacho, con otros 80 hombres (Rosas; 1993: 147).

El enfrentamiento entre comunidades por posesión de tierras no fue exclusivo entre


Vichaycocha y Santa Catalina. Las comunidades de Santa Cruz de Andamarca y San Juan
de Chauca también tuvieron un largo litigio por la posesión de las tierras de Marallán y
Tacmanca que tenía en posesión el pueblo de Chauca y que el de Santa Cruz de
Andamarca quería quitarle (A.G.N., Legajo 26, Cuaderno 476, 1792, 56 Fs). Santa Cruz
aducía que su pueblo estaba conformado por casi sesenta familias, mientras que Chauca
tenía solo diez u once, y sin embargo, poseen tierras junto al mismo río, mientras que las
tierras de Santa Cruz se encuentran en altura, por lo cual piden se les entregue la posesión
de las referidas tierras, las cuales fueron trabajadas por sus abuelos en el pasado. El
representante de Chauca señala que si los de Santa Cruz tuvieran escasez de tierras no
arrendarían varias de ellas a particulares (como las de Mayo y Cruzpata), además que
utilizan las aguas de las lagunas, estanques y manantiales de Carpacocha, Guachacocha,
Coricocha, Guanpuyo y Manacocha. Luis Bernal, Teniente de Milicias del Regimiento de
Caballería de Dragones dispone que las tierras de Marallán pasen a poder de Andamarca,

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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y las de Tacmanca a los de Chauca. Otro conflicto cercano y que duró varios años fue el
suscitado entre los pueblos de San José de Baños y San Pedro de Pirca, alrededor de
1773, por la posesión de terrenos agrícolas y ganaderos, litigio que fue ganado por la
comunidad de Baños (Van Dalen; 2012).

La participación de las montoneras fue decisiva, por cuanto fue el motivo por el cual
el Virrey La Serna asediado por estos grupos, donde interactuaban las montoneras del alto
Chancay, el alto Chillón, el alto Rímac y de Huarochirí, atacaban constantemente a las
fuerzas realistas al ingreso o salida de la ciudad de Lima; además de mantener
desabastecida a la ciudad de productos comestibles. Todo esto se realizaba, ante la
expectante y pasiva atención de San Martín y sus soldados, quien ordenó a las montoneras
replegarse para permitir la huida de La Serna, antes de ordenar atacarlo.

Mientras los varones de las comunidades del distrito de Pacaraos participaban en las
montoneras, las mujeres y niños seguían desarrollando sus actividades cotidianas, tanto a
nivel del pueblo como a nivel de las áreas agrícolas y ganaderas; manteniéndose siempre
expectantes ante la llegada de las fuerzas realistas que podían tomar represalias en contra
de ellos.

Luego de la toma de Lima por San Martín y la jura de la Independencia, muchas de


estas montoneras de desarticularon; sin embargo, muchos pacareños, vichaycochanos y
de otras comunidades, pasaron a formar parte del Nuevo Ejército Regular Peruano,
formado por San Martín, participando en posteriores batallas como Junín y Ayacucho.

Durante el proceso de la Emancipación, el valle de Chancay fue un centro estratégico


para la derrota de las fuerzas españolas. Fueron muchos los patriotas de Chancay, Huaral
y Aucallama que participaron decididamente en esta gesta emancipadora, apoyando a San
Martín primero, y luego a Bolívar.

En el mes de Noviembre (los últimos días) de 1820, momentos en que acababa de


arribar las fuerzas de San Martín al valle de Huaura y comenzaban a desplegarse
tácticamente hacia la Sierra Central (Arenales) y Sayán (Necochea), el coronel realista
Valdés organizó la ofensiva desde Chancay y Chancayllo.

El 27 de Noviembre del mismo año, posos días después de la batalla de Torre Blanca,
se produjo la acción en la Caleta de Pescadores, donde un pequeño grupo dirigidos por el
oficial Pringles, se enfrentaron a las fuerzas de Valdés y Bustamante, replegándose luego
los realistas, a Chancay y luego a Jecuán; mientras que ese mismo día el coronel Alvarado
con más de 700 hombres llegaban a Chancay. Ese mismo día las fuerzas de Alvarado se
avisaron con las fuerzas del poderoso batallón Numancia21, sin que ninguna de las dos
fuerzas se animara a disparar. En la noche las fuerzas de Alvarado se retiraron a Sayán.
Por su parte las fuerzas de Valdés se replegaron el día 28 a Palpa. En la tarde del día 30
de Noviembre las fuerzas retornaban a Chancay, tomando el control del pueblo, ingresando
en la noche del mismo día a la Hacienda Retes.

El día 3 de diciembre Valdés decide retirarse al cuartel general de Aznapuquio en el


valle de Chillón, iniciando la travesía por la ruta de Quilca – Huachoc, dejando en la
retaguardia al batallón Numancia, ordenándole que hiciera lo mismo el día siguiente,
21 El batallón Numancia era en esos momentos el más fuerte y disciplinado regimiento español en el Perú,
conformado en su mayoría por Colombianos, venezolanos y peruanos.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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dejando de esta manera al valle de Chancay, en poder absoluto de las fuerzas del General
San Martín.

Fue justamente en la madrugada del 3 de Diciembre de 1820, en las alturas de la


quebrada de Huachoc, donde el poderoso batallón español Numancia, con más de 900
hombres, luego de apresar a su comandante, el Coronel Ruperto Delgado, se sublevaron y
retrocediendo hacia Retes se pasaron a las filas del ejército sanmartiniano.

San Martín concibió una estrategia para derrotar a las fuerzas realistas, para ello
pensaba atraerlos nuevamente hacia el valle Chancay. En tal sentido optó por trasladar su
cuartel general a la Hacienda Retes, donde llegó, donde llegó el 31 de Diciembre de 1820.
El 1º de Enero de 1821 visitó con su plana mayor la Villa de Chancay y el pueblo de Huaral.
El 13 de Enero volvieron a tomar sus posiciones en el valle de Huaura, ante un supuesto
ataque del virrey Pezuela. En Huaral, la adhesión de numerosos huaralinos permitieron
formar dos compañías de milicias, una en la hacienda Cuyo y otra en el mismo pueblo de
Huaral.

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CAPÍTULO 5:

PROCESO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE


HUARAL EN LA REPÚBLICA.

LA REPÚBLICA
Al iniciarse la República, el mismo Don José de San Martín, dio las leyes para la
elevación a la categoría de distritos a los pueblos de Aucallama, Pacaraos, Lampián,
Atavillos Alto, Atavillos Bajo, Ihuarí y Chancay, mientras que Huaral tendría que esperarse
hasta 1890. La elevación a distritos de estas villas, correspondía al poder geopolítico,
económico y comercial en la región; pero sobre todo al destacado papel cumplido durante
la Emancipación.

Desde 1840 y 1850 llegaron numerosos trabajadores de origen Chino al valle, a


trabajar en las Haciendas. Sin embargo la situación de los chinos se volvió muy incierta,
con explotadoras jornadas de trabajo, en las cuales muchos murieron, mientras que otros
lograron ahorrar divisas, para luego dedicarse a la actividad comercial.

Durante la guerra con Chile, el valle de Chancay tuvo destacada participación. Muchos
huaralinos y chancayanos participaron en la defensa de Lima (Chorrillos y Miraflores) y
como guerrillas, tuvo la presencia en 1980 al mismísimo Mariscal Andrés Avelino Cáceres,
preparando la resistencia de Lima. Asimismo, el 13 de Setiembre de 1980, un grupo de
montoneros chancayanos, lograron hundir con un torpedo al gran buque chileno “La
Covadonga”, frente a las costas de la hoy ciudad de Chancay Muchos huaralinos, en
espacial de las comunidades altoandinas como Vichaycocha, Pacaraos, Viscas y
especialmente Cárac, murieron combatiendo en las batallas de San Juan, Miraflores y
Chorrillos, por la defensa de la capital al lado del mariscal Andrés Avelino Cáceres. Ya en
las campañas del Sur, muchos comuneros de la actual provincia de Huaral murieron en las
batallas de San Francisco y Tarapacá, motivo por el cual se denominó en 1957 al nuevo
distrito con su capital Cárac como distrito de 27 de Noviembre, en honor a la batalla de
Tarapacá donde murieron muchos caraqueños.

Hacia 1900, el valle era un gran productor de caña de azúcar y algodón, basando su
actividad comercial en la venta de sebo y jabón, así como la venta de maíz para el engorde
del ganado porcino de Lima y Callao. A inicios del nuevo siglo, el algodón, principalmente
el Tangüis, reemplazó a la caña de azúcar, como el principal cultivo del valle.

Desde inicios del siglo XX, las haciendas del valle fueron adquiriendo gran poder
económico y político, a tal punto que en muchas oportunidades sus dueños, dirigieron en
diferentes cargos, el destino del país. Así, antes de la Reforma Agraria, el valle era uno de
los mayores productores nacionales en algodón, en frutas como naranjas, mandarinas,

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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duraznos y manzanas (Huando, Palpa, San Miguel); así como primer productor nacional de
aves de corral y huevos.

En la primera mitad del siglo XX el Perú se caracterizó, por el gran poder económico
de los grupos oligárquicos, por ello a las primeras tres décadas se denomina Periodo del
“Estado Oligárquico”. El “Estado Oligárquico” se caracterizaba por 4 principios
fundamentales:

1. La Forma de Dominación se caracterizaba por la Raza, la Cultura y el Status. Los


que dominaban, tanto a nivel nacional, como a nivel del valle Chancay, eran los criollos y
los bien allegados a ellos. Esto es, los dueños de las Haciendas y gamonales, eran criollos,
salvo los japoneses que hacia la década del 30 adquieren gran poder en el valle Chancay.
Las clases indígenas eran excluidas políticamente, sin poder ejercer ningún cargo público
y considerados “ajenos” y excluidos a la sociedad.

2. Es un estado que no ejerce una autoridad directa sobre las personas (“individuos”),
sino que es una autoridad mediada por los “gamonales” 22, quienes eran un estado dentro
de otro estado. Así, el gamonal tenía una relación con el campesino, pero los campesinos
no podían tener relaciones entre sí. No había una relación directa con las Personas.

3. No hay una atención individualista. El Estado no tiene relaciones individualistas con


la sociedad. No hay idea de individuos, el estado solo trata con grupos. Las relaciones era
con la comunidad, la casta, mas no con las personas.

4. Era un estado que no monopolizaba el uso legítimo de la violencia, sino que vive
en luchas fraccionales permanentes. Es un estado que estaba permanentemente
pensionado por luchas entre diversos grupos gamonales, desde el siglo XIX hasta 1930
aprox., luchas entre ejércitos o bandas armadas de los gamonales. El Estado no tenía
autoridad en todo el territorio. El ejército tenía constantes enfrentamientos con estos grupos
armados, especialmente en áreas lejanas de la capital. El gamonal tenía una autoridad
paternalista sobre el campesino. Esta última forma de dominación desapareció con la
Reforma agraria, pero culturalmente aún continúa hasta la actualidad. Recién durante el
Gobierno del “oncenio“ de Augusto B. Leguía, el Estado monopoliza la violencia, cuando el
ejército asume el control del país.

La Sociedad durante el estado Oligárquico se basaba en dos ejes principales:


1. El eje de Castas: De valores tradicionales, donde prima el apellido, la “cuna” el
estilo de vida, el patrón de consumo. Se busca siempre el prestigio. La clase media quiere
ser como la oligarquía, pero no tenía recursos para ello23.
2. El eje de Clases: Comienza a emerger un elemento económico de diferenciación
que entra con la explotación capitalista de la tierra, creando diferenciaciones de clases,
mezclado con castas. Aparecen las plantaciones capitalistas hacia 1930, pero con
elementos cásticos.

Hacia 1920 más de un millón de campesinos eran dueños de menos de 1 hectárea de


tierra.

22 Los gamonales, podían ser mestizos, dueños de Haciendas, tenían la propiedad de la tierra. Ejercían el
autoconsumo. El Oligarca, en cambio era dueño de grandes haciendas, era criollo y desempeñaba altos cargos
en el Estado.
23 Este hecho da origen al llamado “Huachafo”, que se copiaba del oligarca alienadamente.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La sociedad durante el Estado Oligárquico también tenía sus rasgos característicos,


siendo los principales:

1. Es una sociedad poco poblada, con una demografía en transición, de alta


mortalidad y morbilidad, en especial en los infantes.

2. El País se hallaba desintegrado y desarticulado. No había una comunicación,


articulación y relación vertical, entre por ejemplo, pueblos de la misma sierra o pueblos de
la misma selva. La incomunicación se debía a la falta de centralismo estatal y falta de
mercado interno.

3. Había un bajo nivel de educación, era una sociedad analfabeta, ya que no había un
fácil acceso a la educación en el campo.

4. No existía un sistema de relación entre ciudades, que se comuniquen entre sí.


Todas las relaciones tenían que ser mediadas.

5. La población predominantemente vivía en la Sierra, hablaba quechua y era


mayoritariamente rural.

Por su parte, la economía Oligárquica era principalmente tradicional, organiza la


producción y el consumo en base al principio del hogar, para el autoconsumo. Las
principales “instituciones” son:
1. La Hacienda.
2. La Comunidad Campesina.

A inicios de la década del 30 se inicia la crisis del “Estado Oligárquico”. La primera


gran crisis se dio en 1930, producto de la recesión internacional del sistema económico y
la emergencia de las clases medias que piden un lugar en la sociedad; así como el
surgimiento del APRA y el Partido Comunista del Perú (PCP). A partir de este año se da
una repartición en los poderes: la Oligarquía pasa a controlar la economía nacional, y el
ejército la política. Esto origina un enfrentamiento de estas dos fuerzas contra el APRA
(1930 – 1956). En 1930 solo podía votar el 7 % de la población peruana 24 (ni las mujeres,
ni los analfabetos).

En 1956 la oligarquía acepta la inclusión del APRA en la vida política del país. Ya en
este año, el Gamonalismo como sistema de explotación en el campo ya no funciona.

Modernización, Migración y Movilización Social en el Perú (1940 – 1970)


El proceso de migración, en el Perú en general, y en el valle Chancay en particular,
está íntimamente relacionado con el proceso de movilización social, al cambio de ubicación
en el hábitat y a los movimientos sociales de protesta campesina. La Movilización social es
el conjunto de cambios que acompaña al Proceso de Modernización, como la Migración, la
Urbanización y el Desarrollo de la Opinión pública, entre otros.

24 Recién en 1956 Odría otorgó el voto a las mujeres que eran alfabetas, llegando a votar ya el 22 % de la población.
En 1980 con la Constitución de 1979, se da el voto universal.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Los orígenes del concepto de Modernidad se remontan al Periodo del Renacimiento
Europeo, con el “renacer” de los ideales greco romanos de libertad y se desarrollan hasta
la actualidad. Las principales características actuales de la Modernidad son:
1. Desarrollo del Individuo como protagonista mismo de su Historia. El individuo
considerado como persona humana, ya no visto como grupos humanos, sino de forma
individual. Esta tendencia se da en el siglo XIX en Europa.
2. Desarrollo de la Racionalidad. En este contexto entra en acción la confianza en
la razón y en la ciencia, para protagonizar adelantos tecnológicos y científicos.
3. El Proceso de Diferenciación Estructural de las sociedades unitarias en un
sistema político. Aparece también en el siglo XIX. Está relacionado con el Control legítimo
del Poder. Esta tendencia nace de la producción de sentido que le damos a las cosas.
4. La Modernidad es universal. La modernidad se abre camino a la globalización.

La Modernización es el proceso por el cual una sociedad va adquiriendo factores


modernos, favoreciéndose de la educación e inclusión social. La Movilización social que
acompaña la modernidad y la Modernización comprenden las siguientes características
principales:
1. El Proceso de Migraciones.
2. El proceso de Urbanizaciones.
3. Desarrollo del Alfabetismo y la Educación.
4. Desarrollo de la Opinión Pública.
5. Proceso de Industrialización.

La Movilidad social es el cambio de status, producto de cambios estructurales, sobre


todo culturales. Es producto de la Modernización y la Democratización. Sin embargo, en
una sociedad tradicional, como la sociedad oligárquica peruana, no existía la movilidad
social; se trataba de una sociedad estancada, donde ninguna población se movía del lugar
donde nacía. Así, en 1940 solo 7 de cada 100 peruanos vivía en un lugar distinto al que
había nacido. Se trataba de una sociedad no movilizada, muy enraizada, donde no había
cambios de status.

Entre las décadas de 1950 y 1960, con la crisis del estado Oligárquico se abren los
status para todos. Desde 1960 los peruanos comienzan a movilizarse geográficamente con
más fuerza. Aunque ya desde 1920 se habían dado pequeñas migraciones y movilizaciones
solo en el extremo norte del Perú (Piura).

El proceso de migración es una acción de aventurarse a un lugar, por lo general


desconocido, para rehacer una nueva vida, buscando mejores oportunidades de vida y de
desarrollo mismo. Significa romper con la tradición cultural propia, con las relaciones
económicas propias, con la comodidad del hogar y la comunidad tradicional. Así, migrar se
constituye en una actitud propia de la modernidad (esto cuando se trata de un fenómeno
de migración voluntaria). A mayor modernización, hay mayor grado de migración, mientras
que a menor modernización, hay menor grado de migración. La población busca migrar a
lugares donde pueda encontrar mayores y mejores oportunidades. Pero, la migración, no
debe solo ser vista como una acción, sino también como un proceso y una experiencia. La
migración crea una “ruptura”, la culminación de un tiempo y el inicio de otro, para los
migrantes; culminación y salida de una sociedad tradicional a una más moderna. Un factor
muy importante que condicionó también el proceso de migración es la explosión
demográfica, lo cual se da aceleradamente, no porque las familias tengan mayor cantidad
de hijos que antes, sino porque la mayoría de personas logran sobrevivir hasta llegar a la

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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edad reproductiva, disminuyéndose considerablemente la mortandad infantil. Se eleva la
esperanza de vida en el Perú de 36 a 52 años.

A partir del año de 1940, en el Perú, especialmente en las regiones altoandinas del
Sur del Perú, los movimientos de protesta campesina, se convierten en Movimientos
sociales, anteriormente se trataban de estallidos esporádicos o movimientos milenaristas,
que buscaban básicamente el retorno a la identidad primaria andina (el imperio Inca). La
organización de estos Movimientos sociales campesinos, obedecen a luchas en torno a la
demanda de la tierra, como elemento fundamental de la clase social campesina. Así, desde
1940 se producen invasiones de haciendas, toma violenta de tierras, entre otros. Existen
tres tipos de Movimientos Campesinos:

1. Movimientos Campesinos Comuneros. Son los más numerosos, con


propiedades en común de la tierra. Su lucha se inicia en la Colonia y demandan que s eles
devuelva las tierras usufructuadas por las haciendas.

2. Pequeños propietarios. Luchan por alcanzar el agua.

3. Campesinos de Haciendas. Quienes viven relación de servidumbre, buscando


reivindicar la propiedad de la tierra. En respuesta a las demandas del campesino, por lo
general el patrón busca botarlo de la hacienda.

Los campesinos al invadir las haciendas para recuperar tierras o manejar las mismas,
provocan el agotamiento de la “Hacienda tradicional”. Los hacendados comienzan a migrar
a Lima, parcelando las haciendas, por venta o por la fuerza.

El movimiento campesino fue un ente central en el proceso de desestructuración del


Orden Oligárquico. Las masas de la sociedad cambia de Sociedad indígena a una clase
social campesina, es decir de “indios a campesinos”.

En el Sur del Perú, los movimientos campesinos fueron más radicales, porque eran
más despreciados y oprimidos (Burga y Galindo; 1991), buscando su reivindicación como
campesinos. En el Norte en cambio, trataban de negociar las tierras. Con la llegada de la
educación, la creación de sindicatos, se comienza a crear una identidad entre los
campesinos, surgiendo líderes campesinos. El resultado de todo esto es:
1. La crisis del orden oligárquico.
2. El cambio del sector político de la oligarquía a las clases medias.
3. La desestructuración de las haciendas.
4. La Reforma Agraria.

Cambios Socio-Culturales en el Perú en el siglo XX

Otro factor de gran importancia en los cambios sociales en el Perú, a inicios de la


segunda mitad del siglo XX, fueron los cambios socio culturales de la población. A inicios
del siglo XX, eran los criollos herederos del antiguo sistema colonial, los que dominaban
todos los estamentos del estado (en Lima) y de la sociedad oligárquica (en el campo).

Hacia 1930 era la clase oligárquica la que regía los patrones de vida de la población
campesina, los patrones de consumo, entre otros. Hacia mediados de la década del 30 se
produce una ruptura entre las clases oligárquicas y la clase media.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La situación del indio fue cambiando con el transcurrir de las décadas en la primera
mitad del siglo XX. En el siglo XIX el indígena tenía una situación jurídica, con una relación
de dependencia, con una relación de compra y venta de sus propiedades (según el Derecho
Civil de Bolívar), sin mayores libertades. Con el acercamiento de las relaciones entre los
oligarcas y los indígenas, comienza a cambiar la situación de los últimos, amparándose en
la educación. Sin embargo el desarrollo de la educación en el campo propicia el
desplazamiento de maestros al campo, quienes muchas veces se convertían en “mistis”
(opresores del campesino) y en otras de entes concientizadores siguientes para la
liberación de la explotación de las masas indígenas. Sin embargo, la educación significó la
castellanización forzada del campo, ya que para poder acceder a la educación, se tenía
que hablar solo castellano, dejándose de lado el quechua. Recién en 1945 con la influencia
de Arguedas se dan las leyes sobre el bilingüismo de la educación, cosa que no se hace
efectivo hasta 1972, con el gobierno del general Velasco.

El complejo y radical proceso de educación en el campo, así como el proceso de


migración del cual es objeto el indígena, da como resultado el proceso de “Cholificación”
(Quijano; 1980), proceso sociológico, que supone el cambio de patrones culturales, de indio
a cholo. Es decir, el indígena, buscando inclusión social en la sociedad, migra dejando sus
comunidades campesinas tradicionales hacia las ciudades para vivir en urbanizaciones,
deja de hablar quechua para hablar español, deja de usar su vestimenta típica tradicional
para vestirse criollamente con ropa occidental, en las ciudades se mezcla con gente venida
de otras regiones con otras manifestaciones culturales propias, dejando en el pasado sus
raíces culturales; aunque todavía mantienen ciertos valores, como la alimentación, música,
entre otros. Este proceso podía se forzado o voluntario, el primero cuando eran los
gamonales y oligarcas los que en las mismas comunidades prohibían desarrollar las
tradiciones culturales propias y dejar de hablar quechua; mientras que el segundo se da por
voluntad propia en el proceso de migración del campo a la ciudad. El proceso de
cholificación, está íntimamente ligado con el proceso de urbanización, se trata de la
ruralización de las ciudades.

La Urbanización y el crecimiento de las ciudades en el Perú


Entre los años de 1940 a 1960 se produce en el Perú un lento proceso de
urbanización, producto de las migraciones desde el campo. Este proceso de acelera en
1960 con la crisis del estado oligárquico y los movimientos de protesta en el campo. Se
forma así en las ciudades una sociedad poliétnica, con pobladores de diferencias culturales
y diferentes culturalidades. El proceso de desarrollo urbano, como fenómeno de
concentración poblacional en áreas urbanas, está íntimamente ligado al fenómeno
migracional.

En la década del 40, el proceso de migración fue regulado y organizado por las élites
aristocráticas y las clases medias criollas, así como del proceso de urbanización (usos y
significados del espacio urbano). Hasta esta década, la migración era selectiva: migraban
los hombres más que las mujeres, los jóvenes más que los adultos, los habitantes de las
ciudades internas más que los campesinos, y los que tenían mayor nivel educativo (los que
podían adaptarse más fácilmente al mundo criollo urbano) (López; 1997: 146). Según el
censo de 1940, solo 7 de cada 100 peruanos vivía en un lugar distinto al de su nacimiento.
Para los migrantes, el hecho de migrar suponía también, el rompimiento de los mecanismos
de dominación en torno a la tierra.

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En la década del 50 y con más fuerza en la del 60, la migración se vuelve más
“desordenada” para la oligarquía y las clases criollas, quienes pierden el control de la
urbanización en las ciudades. En estas décadas los migrantes son en grandes masas,
provenientes de las comunidades campesinas, siendo familias de siervos, peones o
yanaconas de las haciendas de las provincias más pobres y más altas del Perú y
preferentemente esta migración se da hacia Lima. Se trata también de una migración
continua, masiva y global. Este proceso fue hasta cierto punto favorecido, por la
construcción de nuevas vías de comunicación, como las carreteras de penetración, esto
hacía que los migrantes vean su destino mucho más cerca del que lo veían antes.

Carlos Franco (1993: 91), define los siguientes criterios para entender a la migración,
como experiencia fundadora de la modernidad:
1. En su carácter de ruptura con la sociedad rural.
2. En la liberación que produjo de la subjetividad de millones de peruanos del
determinismo de la tradición.
3. En su construcción de un nuevo sentir del espacio y del tiempo.
4. En el cambio de las orientaciones de valor, patrones conductuales y estilos
culturales de sus protagonistas.
5. En su capacidad para producir o, mejor dicho, coproducir los procesos de
urbanización, la economía informal, la cultura chola, y la organización popular del Perú
actual.

La migración optó por cambiar radicalmente la relación de los peruanos con su


territorio. La migración también significó para el migrante, un cambio en la noción del
tiempo. Estos cambios tuvieron drásticas consecuencias en el cambio de los “valores”,
actitudes y motivaciones de los migrantes, en sus estilos cognitivos y operaciones
intelectuales y en la orientación de sus estrategias conductuales (Franco; 1993: 89).

En 1961 el gobierno reconoce los “barrios marginales”, ante la indignación de la


Oligarquía peruana. Estos barrios marginales o Pueblos Jóvenes, se convirtieron en
laboratorios de nuevas y viejas identidades culturales y sociales. Así, gente venida de
diferentes partes del país: Costa, Sierra y Selva, se unen y forman un nuevo espacio urbano
y una nueva comunidad, constituyéndose las ciudades como un espacio de construcción
de identidades. Entre 1940 y 1961 la población de Lima casi se triplicó.

Tabla 3: TOTAL POBLACIÓN PERUANA según censos de 1940, 1961, 1972, 1981, 1993 y
2005.

Población Peruana (Por Habitantes)


1940 1961 1972 1981 1993 2005
7 023 111 10 420 357 14 121 484 17 762 231 22 639 443 27 219 264

Tabla 4: POBLACIÓN URBANA PERUANA.

1950 1961 1972 1993


26.9 % 40 % 53 % 70 %

El crecimiento urbano se da producto de la migración, en especial en la década de los


60, aunque con periodos de lenta migración. En la década de los 80 disminuye la migración
voluntaria y se intensifica la migración forzada, producto de la violencia política en el campo,
en especial de la Sierra Sur (Ayacucho).

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Un caso interesante de analizar es el de la ciudad de Chimbote, la cual en 1920 era


solo una pequeña caleta de pescadores de no más de 1 200 Habitantes. Sin embargo, en
1960, debido al boom de la anchoveta, crece a 200 000 habitantes. La tasa de crecimiento
es de 25 %.

Otro caso peculiar es el de Huancayo, en el centro del Perú, donde producto de la


migración desde las comunidades, hoy tiene más de un millón de habitantes,
constituyéndose en casi una metrópoli, que interactúa con los diferentes centros poblados
del valle del Mantaro.

Tabla 5: TASA DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN PERUANA.

TASA DE TASA DE
CRECIMIENTO CRECIMIENTO
1940 - 1931 1961-1972
URBANA 4.2 5.4
RURAL 1.3 0.6

El proceso de urbanización es un fenómeno desigual, no existe un proceso


homogéneo de urbanización a nivel nacional. Las ciudades de la Costa sufren un proceso
más acelerado de urbanización que las ciudades de la sierra. Incluso las ciudades de la
Región Amazónica tienen un mayor índice de urbanización que las ciudades de la sierra
(caso de Iquitos, Pucallpa y Puerto Maldonado). Sin embargo este fenómeno desigual al
nivel regional, se nota también entre las mismas ciudades costeñas, donde el desarrollo y
crecimiento de las mismas es también heterogéneo. Así el crecimiento urbano de Lima y
Chimbote es desigual al de Tumbes, Piura o Moquegua.

Es hacia fines de la década del 60 cuando por primera vez surge un sistema urbano
en el Perú, producto de la explosión de las urbanizaciones. Se interconectan las ciudades
entre sí, por mecanismos políticos, sociales, culturales y económicos; relacionándose y
comunicándose entre sí, gracias a la construcción de nuevas vías de comunicación
(carreteras, caminos, rutas aéreas). Antes de esto, no había acciones colectivas entre las
ciudades, ni relaciones económicas (intercambio de bienes a gran escala) entre las
regiones. Todo esto cambia con el centralismo del poder y la autoridad en las ciudades.
Tabla 6: CRECIMIENTO DE CIUDADES EN EL PERÚ, SEGÚN NÚMERO DE POBLACIÓN.

1940 1972
10 mil habitantes. 43 110
De 20 mil a 100 mil habitantes. 10 27
De 100 mil habitantes a más. 1 8

El proceso de migración en el Perú se antecede ligeramente al proceso de


industrialización, opuestamente a lo que sucede en Europa donde primero es la
industrialización, la que a su vez atrae a la población del campo mediante la migración. El
proceso de migración en el Perú, trajo como consecuencia la existencia de mayor mano de
obra que puestos de trabajo, es decir mayor demanda que oferta de trabajo. Este conjunto
se denomina Masa Marginal. La marginalidad viene de las masas migratorias que llegan a
las ciudades y se integran al lento proceso de industrialización. Lima se convierte así, en
una ciudad que crece sin tener ejes económicos.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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El proceso de migración del campo a la ciudad, conllevó a la formación en Lima de


nuevos asentamientos, llamados en un primer momento “barriadas” (1940 – 1960). Es así
como surgen los distritos de La Victoria, San Martín de Porres, El Agustino, El Callao,
poblando en primera instancia las zonas descampadas y los cerros aledaños a la misma
ciudad de Lima. Vitarte se forma asimismo, por los grupos que llegaban desde le Sierra
Central, y por la existencia de las fábricas de la industria textil. Esto provocó que la
aristocracia limeña y la oligarquía se desplacen hacia Miraflores y San Isidro. Sin embargo,
posteriormente, la masiva migración hace, pues que los primeros grupos de migrantes, ya
acomodados económicamente, comiencen a urbanizar otras zonas intermedias entre
Miraflores y Lima, terrenos que eran pues de naturaleza agrícola.

Las Barriadas o Barrios marginales, deben ser entendidos como parte del proceso de
urbanización acelerada que experimentó el Perú en la década del 60, originadas como parte
significativa del proceso de cambio integral y estructural de la organización social peruana.
Se constituyen asimismo, en escenarios ecológicos donde se desarrolla un profundo
proceso de resocialización que afecta a grupos considerables de población, que por primera
vez tienen experiencia de vida en ciudades.

En la década del 70 el proceso de migración en el Perú se intensifica, ya que muchos


de los antiguos migrantes vuelven a sus comunidades de origen con nuevos patrones
culturales, inmersos en la “modernidad” y el desarrollo, creando expectativas de similitud
entre la población campesina, en especial entre los más jóvenes. Esto hace que muchos
imiten y se desplacen a las ciudades. Este segundo proceso migratorio, que se inicia en la
misma década del 60, hace que la población se instale en las zonas periféricas de Lima,
apareciendo los nuevos centros poblados de Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, San
Juan de Miraflores, Independencia, Comas, ocupando las pampas y zonas desérticas, así
como algunos cerros circundantes al valle de Lima. Ya a finales de la década del 70, la
oligarquía comienza a ocupar Surco, San Borja y Monterrico.

En la década del 80 las nuevas olas migratorias, en especial provenientes de la Sierra


Central, producto de la violencia política de Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas,
provocan el surgimiento de nuevas áreas de población, poblando todo tipo de terreno que
sea apto para la instalación de chozas, cabañas o casas de madera. Es así que surgen los
nuevos asentamientos Humanos, ubicados en Villa El Salvador (áreas periféricas), Villa
María del Triunfo, Pamplona, Carabayllo, Ventanilla, Puente Piedra, entre otros. Este nuevo
proceso de asentamiento se produce invadiendo cerros y pampas eriazas o invadiendo
propiedades ubicadas en los extremos del valle de Lima. También se inicia el proceso de
urbanización de las tierras agrícolas ubicadas en el valle de Lima, uniéndose así Miraflores,
Chorrillos, Lima y El Callao. Por su parte los herederos de la antigua oligarquía peruana,
las clases altas y clases empresariales se instalan en Las Casuarinas, Monterrico, San
Isidro y La Molina, edificando grandes casonas, edificios y condominios.

Este proceso continuó hasta inicios del presente siglo, con la aparición de nuevos y
más alejados Asentamientos Humanos, a tal punto que en la actualidad Lima, Ancón,
Cocachacra y Chilca se encuentran unidos, conformando así una gran aglomeración
urbana, constituyéndose la ciudad de Lima en una de las ciudades más pobladas y extensas
de Latinoamérica y del mundo.

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Tabla 7: POBLACIÓN PERUANA SEGÚN LOS CENSOS DE 1993 Y 2005, POR DEPARTAMENTOS.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

TOTAL POBLACION PERUANA POR


DEPARTAMENTOS
SEGÚN CENSOS DE 1993 y 2005.
DEPARTAMENTO 1993 2005
AMAZONAS 354 171 Hab. 406 904 Hab.
ANCASH 983 546 Hab. 1 086 604 Hab.
APURIMAC 396 098 Hab. 437 128 Hab.
AREQUIPA 939 062 Hab. 1 172 959 Hab.
AYACUCHO 512 438 Hab. 650 817 Hab.
CAJAMARCA 1 297 835 Hab. 1 412 262 Hab.
CALLAO 647 565 Hab. 840 813 Hab.
CUSCO 1 066 495 Hab. 1 208 821 Hab.
HUANCAVELICA 400 376 Hab. 463 250 Hab.
HUÁNUCO 678 041 Hab. 761 216 Hab.
ICA 578 766 Hab. 695 489 Hab.
JUNIN 1 092 993 Hab. 1 182 649 Hab.
LA LIBERTAD 1 287 383 Hab. 1 596 930 Hab.
LAMBAYEQUE 950 842 Hab. 1 122 421 Hab.
LIMA 6 478 957 Hab. 8 153 618 Hab.
LORETO 736 161 Hab. 915 138 Hab.
MADRE DE DIOS 69 854 Hab. 101 644 Hab.
MOQUEGUA 130 192 Hab. 164 105 Hab.
PASCO 239 191 Hab. 274 568 Hab.
PIURA 1 409 262 Hab. 1 679 899 Hab.
PUNO 1 103 689 Hab. 1 290 052 Hab.
SAN MARTIN 572 352 Hab. 695 106 Hab.
TACNA 223 768 Hab. 286 810 Hab.
TUMBES 158 582 Hab. 201 336 Hab.
UCAYALI 331 824 Hab. 418 725 Hab.
TOTAL: 22 639 443 Hab. 27 219 264 Hab.

Sin embargo el proceso de migración y urbanización, además de traer consigo la


aparición de centros poblados y asentamientos humanos marginales, de gran precariedad;
también la inexistencia de un plan de desarrollo urbanizacional, por parte del Estado, para
poder realizar el saneamiento físico legal y el proceso de formalización de las propiedades,
ni siquiera en aquellas ubicadas en antiguos terrenos eriazos del Estado. Todo este proceso
ha tenido que hacerse por obra de los mismos pobladores, con el transcurrir de muchos
años.

En la actualidad Lima es una gran ciudad, donde las dos quintas partes es informal,
cuya población demanda mayor interés de parte del Estado para dar solución a sus
problemas centrales básicos, como agua, desagüe, luz, centros de salud, centros
educativos, y titulación de sus propiedades. Los gobiernos de turno pasan, sin solucionar
estos problemas, ante una situación de inseguridad ciudadana y violencia social, como la
delincuencia, adicción a las drogas, prostitución, entre otros; que cada vez llevan más a la

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juventud hacia la perdición, violando los derechos ciudadanos. Esto ha hecho que no exista
credibilidad en el Estado, de parte de la población peruana, por considerarlo indiferente,
inepto y corrupto, para solucionar sus problemas. Así, más del 85 % de los limeños no creen
en el Estado y lo consideran corrupto, sobretodo la policía, las Fuerzas Armadas y el Poder
Judicial, considerando que en la realidad no existe la justicia en el Perú.

Proceso de Migración y Urbanización temprana en el valle de Chancay -


Huaral
El primer gran fenómeno de migración en el valle de Chancay se produjo a inicios del
siglo XX, cuando los primeros grandes contingentes de japoneses llegaron a trabajar en las
haciendas del valle en calidad de peones, buscando nuevas oportunidades de vida. Ya
anteriormente, en el siglo XIX habían llegado migrantes chinos al valle. La presencia de los
japoneses en el valle Chancay tuvo sus antecedentes en el nuevo intento por conjurar la
crisis de mano de obra que afrontaban las haciendas, lo cual fue gestionado inicialmente
por los cónsules peruanos en Japón. De esta manera el 3 de Abril de 1899 llegó al callao
832 colonos japoneses, primer gran contingente contratado por las haciendas costeñas, en
especial las azucareras. El contrato con estos japoneses era por cuatro años. Desde Lima
fueron trasladados hacia Ancón, Chancay, Supe, Chimbote y Salaverry, desde donde se
les condujo a las haciendas contratantes. En 1903 llegó un segundo contingente de 894
trabajadores; mientras que en 1906 llegó un tercer contingente de 800 trabajadores. El
eficiente trabajo desarrollado por los japoneses en el valle, incrementó la demanda por parte
de los hacendados.

Los migrantes eran en su mayoría de condición muy pobre, generalmente familias o


grupos de pequeños propietarios de distintas zonas del Japón, que ante su precaria
situación económica deciden emigrar. Así, hasta 1922 habían ingresado al Perú 83
contingentes, con más de 20 000 personas.

Con el paso de los años, algunos de estos migrantes japoneses fueron adquiriendo,
gracias a su constante y eficiente trabajo, un fuerte poder económico, lo que les permitió
arrendar tierras y hasta haciendas, dominando económicamente el valle. Un claro ejemplo
es el caso de Nikumatzu Okada, quien entre 1924 y 1941 adquirió paulatina importancia en
el valle. Él llegó al valle de Chancay como peón regador en la hacienda de Palpa en 1909,
donde se desempeñó hasta 1923. El ascenso de Okada fue lento pero regular, dedicándose
a la actividad comercial. En 1923 tomó en arriendo por 10 años la Hacienda La Huaca. En
1923 arrendó la hacienda Caqui, en Marzo de 1931 la hacienda de Miraflores, en junio del
mismo año Jesús del Valle y en 1932 la de Jecuán; creando de esta manera la “Negociación
Agrícola N. Okada”, llegando a ser el hombre más poderoso del valle. A comienzos de la
década del 30, además de las haciendas mencionadas, las haciendas de Palpa, Pasamayo
y García Alonso eran conducidos por arrendatarios japoneses.

Debido a la fuerte presencia de trabajadores extranjeros en la agricultura costeña y


por la fuerte presión de los terratenientes nacionales, en 1932 se promulgó la ley 7 505, por
la cual las empresas debían contar con un mínimo de 80 % de mano de obra nacional. En
1936 el gobierno oligárquico limitó la inmigración a un tope de 2/1000 sobre la población
total del país. Pero estas medidas no frenaron la expansión nipona en el valle. En Octubre
de 1937, el diario “El Eco del valle” denunciaba que “… solo seis de las veintidós haciendas
del valle cumplían con el tope de trabajadores extranjeros” (Matos; 1976: 91).

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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El posterior ingreso del Japón a la Segunda Guerra Mundial, en contra de Estados
Unidos, provocó que el gobierno peruano, dispusiera una serie de medidas represivas en
contra de los ciudadanos de origen japonés, lo cual terminó con su expulsión del valle
Chancay, la intervención de sus empresas y confiscación de sus bienes, para ser luego
entregadas a empresarios nacionales. Esto se hizo más que todo por la presión de los
terratenientes peruanos, dueños de las otras haciendas del valle, quienes luego de la
expulsión, retomaron el control económico del valle. Solo un mínimo porcentaje de los
japoneses expulsados durante la guerra retornaron luego de la finalización de la misma,
pero no pudieron recuperar sus bienes. Sin embargo, quedaron en el valle, numerosos
descendientes de japoneses, conocidos como “niseis”, una especie de mestizaje racial y
cultural.

Luego de la enajenación de los bienes de los japoneses, los nuevos propietarios


aplicaron duras medidas en contra de los trabajadores de las haciendas, en especial en
contra de los yanaconas25. Esto provocó, con la motivación del APRA y del Partido
Comunista del Perú, la creación de sindicatos entre los trabajadores, quienes organizaron
movimientos de protesta, en demanda de mejoras salariales y de beneficios personales
como trabajadores. Así, por ejemplo, en 1945 los yanaconas de Boza reclamaron la libre
comercialización de su producción de algodón la rebaja del arriendo. En Jecuán, el sindicato
de los trabajadores despedidos por la hacienda exigían se les diga cuál era el monto de sus
liquidaciones de trabajo. En la Huaca, los trabajadores lograron el derecho a comprar
libremente sus productos en Huaral. Sin embargo hubo casos como los de Huayán, Retes,
Cuyo, Palpa y Caqui, donde los reclamos se hicieron con mucha fuerza.

En la década del 50 los movimientos sociales en el valle se acrecentaron, a modo de


protestas en contra del abuso de los hacendados. Esto produjo que en muchas haciendas
del valle se expulse a numerosos trabajadores, en especial los sindicales que motivaban a
la gente a pronunciarse en contra de la Hacienda. Con las nuevas leyes de los trabajadores,
dadas por el gobierno, los trabajadores comenzaron a obtener ciertos beneficios laborales,
en el interior de la misma hacienda, como es el caso de Huando.

En la primera mitad del siglo XX, a inicios de la década del 40, se dio una regular
proporción de migración interna en el valle para trabajar en las haciendas, en especial
provenientes de las comunidades campesinas altoandinas26 o de otros lugares de la Costa
Peruana. Por otra parte, se desarrolló, en gran medida una pequeña clase comerciante en
el valle, quienes dedicándose exclusivamente al comercio fueron acumulando divisas. El
comercio lo realizaban en el mismo pueblo de Huaral, como podían realizarlo a través de
las Comunidades campesinas altoandinas, desarrollando el intercambio de productos,
llevando mercaderías industriales o propios de la costa, para intercambiarlo con productos
altoandinos, principalmente ganado, los cuales eran traídos a la Costa para ser luego
vendidos.

25 Los yanaconas eran arrendatarios de pequeñas extensiones de tierra de las haciendas para trabajo particular
y consumo propio, lo cual era pagado con dinero o con fuerza de trabajo en las Haciendas.
26 Las Comunidades campesinas altoandinas es un tipo de organización social, que hasta hoy sobreviven en las

regiones andinas de la provincia de Huaral y casi en todo el Perú, de una considerable población y una
incipiente diferenciación ocupacional, caracterizados por los lazos de solidaridad interna, considerándose
entre sí como una colectividad particular, presentando identificaciones propias como la vestimenta. En los
últimos años el sistema de tenencia de la tierra, de trabajo y de organización de los comuneros ha ido variando
según los desafíos contemporáneos. En la provincia de Huaral existen 38 Comunidades Campesinas. Antes
de la Reforma Agraria, estas comunidades eran el antagonismo y a la vez complemento socio político de las
Haciendas en el valle.

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En la década del sesenta se acrecienta el proceso de migración hacia el valle


Chancay, provenientes mayormente de diferentes valles de la costa peruana. Un caso
peculiar es la formación del primer gran centro poblado en el valle, el cual paradójicamente
hasta la actualidad no logra obtener todos los servicios básicos, como es Pampa Libre en
Chancay. Este centro poblado se forma producto de la agrupación de ex trabajadores de
las ex haciendas de Laure y Chancayllo, quienes fueron expulsados de su trabajo durante
protestas laborales solicitando mejoras salariales y derechos sindicales. Estos
trabajadores, la gran mayoría proveniente de regiones lejanas como Trujillo, Cajamarca,
Ayacucho, Ancash, etc., no tenían propiedades en el valle, donde poder vivir, ni recursos
económicos para regresar a sus lugares de origen. Es así que el 13 de Agosto del año 1962
invaden un terreno eriazo (Arenal) ubicado entre los límites de las dos ex haciendas,
reclamándolo ante el Ministerio de Vivienda y Fomento de Lima, naciendo como Asociación
de Pobladores. En 1982 Pampa libre fue reconocido oficialmente como Pueblo Joven por
el estado peruano y en esa década se inicia el proceso de saneamiento físico legal, lo que
termina con la parcial titulación.

Al momento de la ejecución de la Reforma Agraria en el valle de Chancay, existían


veintidós haciendas en el valle bajo de Chancay, siendo las más importantes las de Palpa,
Retes, Esquivel, Huando, Chancayllo, Boza, Pasamayo, Cuyo - Hornillos, La Huaca, Jesús
del Valle, Laure, Torreblanca, San José, Miraflores, Caqui, las Salinas, Jecuán y Huayán.
Con el lema “Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza” y “La tierra es para quien
la trabaja”, el General Juan Velasco Alvarado, a la cabeza del Gobierno Revolucionario de
las Fuerzas Armadas, aplicó la Ley de Reforma Agraria en todo el Perú, produciéndose la
desestructuración del Sistema de Hacienda en el Perú, en general, y en el valle Chancay,
en particular. El proceso de Reforma Agraria se dio de forma violenta en algunas haciendas
del valle, con invasiones e incendios de las instalaciones administrativas.

Sin embargo, en un primer momento la Reforma Agraria fue mal enfocada, ya que la
repartición de tierras se realizó mayormente entre el personal administrativo y especializado
de la hacienda, haciéndose posteriormente una nueva repartición, ya entre todos los
trabajadores. La mala orientación técnica del estado y las instituciones encargadas del
proceso de cambio “revolucionario”, además de la “contrarrevolución”27 de la segunda fase
del gobierno de las Fuerzas Armadas del general Morales Bermúdez, no permitió el
aprovechamiento de estos cambios en el campo peruano, desarrollando más bien un
proceso de “desmontaje” de las reformas velasquistas. Con el paso de los años, muchas
de las chacras adquiridas por la reforma fueron vendidas o arrendadas. La gente no
aprovechó la propiedad de las tierras, no las cultivaban, obtenían préstamos de los bancos
nacionales en nombre del trabajo agrícola malgastando dicho dinero en vanidades
personales. Esto terminó por desplomar el campo peruano y del valle de Chancay.

Con la finalidad de apaciguar hasta cierto punto la ruptura rural se procedió a crear
las Cooperativas Agrarias de Producción (CAP). A mediados de 1974, las ex haciendas de
la jurisdicción de Aucallama, como son las de Pasamayo, Caqui, Palpa, Boza, San José y
Miraflores aparecen como cinco Cooperativas Agrarias de Producción28 (CAP), al igual que
la de Huando.

27 También llamado Contrarreforma.


28 Las ex haciendas de San José y Miraflores se habían fusionado.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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La venta o arriendo de las chacras obtenidas durante la reforma y el bajo nivel de los
nuevos cultivos introducidos, produjo que la población comience a migrar hacia Huaral,
núcleo que paso de ser un pequeño pueblo a una ciudad. Así Huaral comenzó a urbanizarse
rápidamente en dirección opuesta a la plaza de armas.

De esta manera el campo quedó a la deriva, sin un norte o una brújula, sin que las
autoridades de la segunda etapa del gobierno militar, sepan que estrategias utilizar,
situación que favorecía a la antigua oligarquía, en su afán de recobrar sus antiguas
propiedades, símbolo del poder terrateniente y la explotación laboral de tipo semi feudal en
el valle Chancay-Huaral; afán que era hasta cierto punto apoyado y consentido por el nuevo
gobierno de Morales Bermúdez, tratando de desarticular las reformas del anterior gobierno
Velasquista.

De otra parte, el desarrollo de la ciudad de Chancay desde la década de los sesenta


se vio favorecida y propiciada por el boom y auge de la pesca, en especial de la anchoveta,
lo que conllevó al Perú a situarse en el primer lugar como productos mundial de anchoveta,
teniendo frente a las costas peruanas a la flota pesquera más poderosa del planeta. Esto
permitió la instalación de numerosas fábricas de procesamiento de aceite y harina de
pescado en los principales puertos, uno de ellos el puerto de Chancay, propiciando
numerosos puestos de trabajo entre la población. Esto propició que mucha gente
provenientes de diferentes lugares del Perú (Costa, Sierra y Selva; Norte, Centro y Sur),
lleguen a Chancay buscando trabajo, logrando quedarse a trabajar tanto en las fábricas y
grandes embarcaciones, como de manera artesanal en botes y lanchas.

Las nuevas personas que llegaron a Chancay se fueron asentando siempre en las
periferias o cerca al puerto. Esto motivó que otros segmentos de la población, sean
naturales de Chancay o también foráneos, desarrollen diferentes actividades comerciales,
como la venta de comida, el alquiler de cuartos, instalación de cantinas, entre otros. Por su
parte, la aristocracia chancayana residía tanto en el centro de la ciudad, en las calles
alrededor de la plaza de armas o en el Puerto de Chancay, donde tenían grandes casas de
campo, siempre manteniendo relaciones económicas o educacionales con Lima.

En el caso de Aucallama, se mantuvo a través de la década del 70 como un pequeño


pueblo, de subsistencia basada en la actividad agrícola y comercial, sin mayor cambio en
el patrón de establecimiento urbano.

El desarrollo de las ciudades en el valle de Chancay – Huaral, supuso la instalación


de nuevas dependencias, como la creación de nuevos centros educativos, centros de salud,
entre otros; así como la formación de un nuevo sistema social, político y cultural en el valle,
producto de las masivas interacciones y relaciones interregionales.

PROCESO DE URBANIZACIÓN EN HUARAL (1980-1995)

El proceso de desestructuración del campo en el valle de Chancay, provocó la


migración esporádica y masiva después de la población del campo a la emergente ciudad
de Huaral. Esto provocó el rápido proceso de urbanización, creándose nuevos barrios como
San Juan, expansión de Buenos Aires, expansión de El Palmo, El Rosario, Fonavi,
expansión de Los Naturales, El Milagro, entre otros; todos estos formados en la década de
los 80. Así, para finales de la década de los 80 todas las personas que vivían y tenían

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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propiedades en las zonas rurales de Huaral, tenían también sus casas en la ciudad de
Huaral.

El aumento demográfico de la ciudad de Huaral y el auge en la actividad comercial,


propició que Huaral sustituya a Chancay como capital de la provincia y como centro de
poder provincial. Ya desde el 11 de Mayo de 1976 se había creado la nueva provincia de
Huaral, cercenando territorios de la antigua provincia de Chancay que abarcaba las hoy
provincias de Huaral, Huaura y Barranca. La nueva provincia abarcaba los tres distritos
tradicionales de Chancay, Huaral y Aucallama y se integraban un distrito de la cuenca alta
de Huaura como es Ihuarí, y ocho distritos de la provincia de Canta, ubicados en la misma
cuenca alta del río Chancay: Acos, Lampián, Atavillos Bajo, Atavillos Alto, Sumbilca,
Pacaraos, 27 de Noviembre y Santa Cruz de Andamarca.

La presencia de nuevas instituciones gubernamentales nacional y provincial en la


ciudad de Huaral, propició también la llegada de personas de todo el ámbito de la nueva
provincia, muchos de los cuales paulatinamente se fueron quedando en la ciudad. Un factor
muy importante que propició la migración desde las comunidades altoandinas de los nuevos
distritos de la provincia fue la educación. En muchas de las comunidades hasta 1995 no
existía colegio alguno, en otros solo había centros educativos de primaria por lo que, los
jóvenes que deseaban continuar con sus estudios debían necesariamente migrar a la
ciudad de Huaral, para estudiar en el Colegio Nuestra Señora del Carmen o en el Andrés
de Los Reyes, o en el mejor de los casos en cualquiera de los colegios particulares. Pero
es necesario afirmar, que si bien es cierto, la migración desde las comunidades altoandinas
hacia Huaral fue acelerada, lo fue aún más desde estas comunidades hacia la ciudad de
Lima. Fueron numerosos los migrantes que se movilizaron directamente a Lima, incluso
muchos pasando por Canta, no por Huaral, a través de las quebradas interconectadas que
comunican la cuenca alta de Huaral con la cuenca alta del Chillón.

Sin embargo, cabe señalarse que en la década del 80 e incluso hasta 1995 era todavía
una travesía llegar por ejemplo de Santa Cruz, de Pacaraos o de Vichaycocha a la ciudad
de Huaral. Primeramente por la falta de unidades de transporte adecuadas; ya que en la
mayoría de los casos eran camiones de carga los que cumplían esta función, adecuando
asientos en la parte trasera, al igual que ventanas. En segundo lugar estos carros no salían
diariamente como lo hacen hoy, salían una o dos veces por semana. En tercer lugar la
carretera de penetración no presentaba buenas condiciones, tanto al nivel estructural, como
en conservación. Además, la carretera solo pasaba por el fondo del cauce del río Chancay,
no existiendo todavía biparticiones que llegaban hasta los mismos pueblos, teniendo que
realizar largas caminatas por los amplios caminos, en su mayoría de origen prehispánico.
Por otra parte los medios de comunicación eran todavía rudimentarios, para llamar de
cualquier comunidad a Huaral, tenían que pasar varias horas para que pueda ingresar la
llamada. Así pues, se puede observar que la Provincia se hallaba totalmente desarticulada,
por falta de vías y medios de comunicación.

Otro aspecto de gran importancia que motivó la migración desde el campo hacia la
ciudad en la provincia de Huaral fue la violencia política. Desde fines de la década de 1980
el Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso (PCP-SL) inicia sus actividades militares
armadas en el ámbito de la provincia de Huaral, desarrollando primero un gran despliegue
ideológico en las zonas rurales, y luego actividades militares. Esto significó que en un primer
momento sendero llenó el vacío que dejaba el Estado, pasando a reemplazarlo
orgánicamente, inicialmente con una visión carismática y romántica. Con el paso de los

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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años y la actuación de las Fuerzas Armadas, los militantes senderistas se endurecen en su
accionar, radicalizando sus actividades, castigando severamente a las autoridades
estatales “que no cooperaban con la revolución”. Esto provocó que muchas personas que
vivían en las partes altas de la cuenca, migren hacia la ciudad.

Para Sendero Luminoso, el tener el control de la Provincia de Huaral, era de gran


importancia estratégica en su consigna y proyecto de “cercar Lima”, buscando con esto
rodear a la ciudad capital con “zonas liberadas”, cerco que cada vez debía irse acortando,
en un proceso de “estrangulamiento”. A su vez, el valle de Huaral era un corredor natural,
que permitía el traslado de “columnas” y armamento desde la Sierra Central, abasteciendo
igualmente a estas regiones, constituyéndose en zona de Emergencia por parte del Estado,
conjuntamente con los vecinos valles de Huaura, Supe, Pativilca y Paramonga.

Sin embargo, ya para fines de 1988 y 1989 Sendero aparece con fuerza en la misma
ciudad de Huaral, dirigiendo su accionar en las urbanizaciones recientemente formadas,
ubicadas siempre en las periferias de la ciudad. Las actividades de Sendero se orientaron
básicamente en el enfrentamiento con las Fuerzas Armadas; el asesinato de delincuentes,
homosexuales y meretrices, así como de autoridades gubernamentales; así como la
recepción y recolección de “cupos” para financiar su “lucha armada”. De esta manera hacia
inicios de la década del 90, desde Huando hasta las inmediaciones de Acos era
considerado por Sendero como “Zona liberada”, es decir territorio controlado por Sendero,
mientras que para las Fuerzas Armadas era considerada Zona Roja o Zona de Emergencia,
al igual que muchas urbanizaciones de la misma ciudad de Huaral. Esto propició la creación
de la base contrasubersiva en Acos, además de la ya existente en la ciudad de Chancay.

Por su parte, en las comunidades altoandinas, muchas fueron las comunidades


consideradas como Zonas de Emergencia, mientras que en otros casos fueron los mismos
comuneros quienes se enfrentaron a Sendero, en un inicio de forma aislada (caso de Ihuarí)
y luego conformando los comités de autodefensa o Rondas Campesinas, propiciadas por
el mismo estado para contrarrestar los ataques senderistas.

La formación de estas rondas o comités de autodefensas, armados por el ejército


conllevó a la derrota de Sendero en la cuenca alta del valle de Chancay, privando a Sendero
de un perfecto corredor natural que le permitía comunicar la Sierra Central (Pasco, Junín y
Huayllay) con la costa de la provincia de Huaral, a solo dos horas y 85 Kilómetros de la
ciudad de Lima; corredor que no solo comunica la Costa Central con la Sierra Central, sino
también con la Amazonía Central.

En el caso de la ciudad de Huaral hacia 1994 Sendero se había replegado, con la


captura de importantes mandos políticos y militares locales, reduciendo su cédula a unos
cuantos militantes que actuaban desde mayor clandestinidad. Además con la firma del
tratado de Paz de Abimaél Guzmán el año 1992, muchos militantes senderistas optaron por
acogerse a la Ley de arrepentimiento, dejando de lado las acciones armadas. Si bien es
cierto, que en las zonas altoandinas de Huaral, la derrota de Sendero se debió a las
acciones de los Comités de Autodefensa; en el valle bajo, tanto en el campo como en la
misma ciudad de Huaral, esto se debió a las estrategias tácticas de las Fuerzas Armadas,
tanto el Ejército como la Policía Nacional. En ambos casos fueron numerosas las muertes
producidas en el ámbito de la provincia, tanto del lado de Sendero, como de las Fuerzas
Armadas y las Rondas Campesinas, proceso y cifra que la Comisión de la Verdad y
Reconciliación Nacional no ha tomado en cuenta en sus investigaciones.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Este proceso de violencia política detuvo y paralizó el proceso de desarrollo de las


urbanizaciones en la ciudad de Huaral. Sin embargo, surgieron a lo largo de la década de
los 90 nuevas urbanizaciones y Asentamientos Humanos, como Angélica Morales, Julio
Colán, Aparicio, Santa Elena, Mariscal Castilla, José Carlos Mariategui, Antonio Graña,
entre otros; todos estos ubicados en la misma ciudad de Huaral, en las áreas periféricas de
la misma, con un crecimiento hacia fuera (expansión centrífuga: del centro a la periferia).
En todos estos casos los nuevos terrenos se obtuvieron a partir de la compra de lotes,
producto de la lotización de chacras ubicadas en los límites de la ciudad. Los precios eran
hasta cierto punto módicos, no pasaban, por lo general de S/. 10 el metros cuadrado.

Sin embargo, en esta década del 90, aparecen otros asentamientos humanos,
producto de la invasión violenta de terrenos eriazos, por lo general ubicados en cerros
improductivos, zonas arqueológicas o pampas eriazas. En algunos casos, estos nuevos
asentamientos humanos se localizan a ciertas distancias desde el centro de Huaral,
separados de la ciudad por zonas agrícolas. Este es el Caso de El Ángel, Contigo Perú,
Cerro La Merced, La Candelaria, entre otros. Estos pobladores empezaron a poblar sus
nuevos terrenos, en un estado deplorable, sin recursos básicos para la vida, como son el
agua o servicios higiénicos, en un constante temor de ser desalojados cualquier día o peor
aún cualquier noche. Este temor hizo que psicológicamente, la población se vuelva unida,
con una sola consigna, como es el de defender sus chozas a cualquier precio. Así en un
primer momento se crean rondas de vigilancia nocturna entre los mismos pobladores,
comisionando delegados para averiguar los trámites necesarios para formalizar sus nuevas
propiedades. Otro problema que tienen que afrontar estos pobladores, es la falta de trabajo,
tendiendo a desarrollarse básicamente en la agricultura.

Una dificultad que afronta la población recién llegada producto de la migración, es la


marginación o discriminación social. Por lo general, las personas que son propias de un
lugar determinado, marginan a las recién llegadas a este lugar producto de la migración.
Esto sucede en todos los ámbitos sociales y culturales, no solo en la provincia, sino a nivel
nacional.

En el caso de la ciudad de Chancay, el proceso de migración y urbanización continuó


similar al de la década de los 70. Siempre el principal factor que propició la llegada de miles
de personas a este apacible puerto, fue el de tener mejores oportunidades laborales. La
actividad laboral fue siempre, la pesca y el comercio. La población llega a Chancay
principalmente del departamento de Ancash, notándose que las personas llegadas y
establecidas aquí, buscan traer a sus familiares cercanos. El desarrollo de los ancashinos
en Chancay y Huaral, obedece a la rápida acumulación de divisas de manera progresista.
La gran mayoría llega a realizar trabajos como peones en las chacras, pero rápidamente
invierten el dinero ganado en el establecimiento de negocios comerciales, lo que multiplica
en proporción geométrica sus divisas. Un ejemplo claro es el pueblo de Chancayllo, donde
la gran mayoría son procedentes de este departamento, muchos de los cuales han llegado,
incluso cuando existía todavía la hacienda Chancayllo, quedándose a radicar hasta hoy en
esta localidad, teniendo hoy restaurantes y modernas casas. Sin embargo, el caso de los
ancashinos migrantes es muy característico, ya que siempre siguen teniendo contactos con
sus lugares de origen, viajando cada cierto tiempo a sus pueblos. La mayoría procede de
las provincias de Huari, Yungay, Carhuaz y Huaraz. En segundo lugar, en cuanto a
cantidad, están los migrantes procedentes del departamento de Huánuco, específicamente
de las Provincias de La Unión y Lauricocha, limítrofe con el departamento de Ancash,

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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quienes a pesar de haberse quedado a radicar definitivamente en el valle de Chancay,
mantienen aún sus tradiciones culturales propias. Tanto los Huanuqueños como los
Ancashinos, han formado clubes y asociaciones propias de sus lugares de origen.

En la década del 80 se formaron en la jurisdicción de Chancay numerosos


Asentamientos Humanos, producto de la invasión de terrenos eriazos, como es el caso de
los numerosos asentamientos que se hallan superpuestos a la zona arqueológica de Cerro
Trinidad, desde Juan Velasco hasta Peralvillo, lo que hoy se constituye en el Cono sur de
la Ciudad de Chancay y que en esa década se hallaba notablemente separada de la ciudad
de Chancay. Por otra parte la misma ciudad de Chancay ha sido también objeto de la
expansión urbana en esta década, apareciendo numerosas urbanizaciones, de manera
similar que Huaral, en un desarrollo centrífugo. Sin embargo, el colapso de las actividades
pesqueras, por la crisis política de fines de la década del 80 e inicios del 90, provocó que
grandes masas de pobladores chancayanos, se queden sin trabajo, lo que trajo consigo el
malestar general y la ocupación en otras actividades económicas de “sobrevivencia”, como
la agricultura, el comercio y hasta el “huaqueo”.

En la década del 90 la explosión urbana de Chancay se da preferiblemente hacia el


cono norte, en el gran cinturón poblado formado a continuación del centro poblado de
Pampa Libre en las laderas y pampas eriazas del cerro la Mina, como son los centros
poblados de Virgen de la candelaria, Estrella de La Mañana, y recientemente Providencia,
en secuencia de ubicación de Sur a Norte. Por lo general estos nuevos pobladores son
familiares de la antigua oleada de migrantes que llegan en la década del setenta y ochenta,
procedentes como ya vimos, de Ancash y Huánuco, preferentemente.

En el caso de Aucallama, el crecimiento se ha dado de manera más lenta y hasta


cierto punto organizada, proceso que en los últimos años se ha visto más acelerado. Así,
la expansión urbana de Aucallama se viene dando hacia el Este, hacia el rincón del valle,
con la formación de nuevas urbanizaciones como San Graciano. El desarrollo comercial de
Aucallama se viene acrecentando en los últimos años, con la instalación de un Penal de
Máxima Seguridad, lo que ha creado una mayor afluencia de personas foráneas en el
distrito; pero que sin embargo ha acrecentado alarmantemente los niveles delincuenciales
en el ámbito de todo el valle de Chancay – Huaral.

En general, fue después del año 1995, durante el segundo Gobierno de Alberto
Fujimori, cuando se amplía el desarrollo y “modernidad” de la provincia, producto de los
nuevos desafíos del mundo globalizado. Esta modernización, fue tanto de las ciudades
como del campo huaralino; ambos producto del ingreso radical del imperialismo en el
sistema nacional. Es pues en este periodo cuando se afirma la carretera hasta Vichaycocha,
ampliando su tramo considerablemente hasta para el tránsito de dos carros, afirmando el
paso por la Esperanza Alta, disminuyendo considerablemente los tiempos de viaje. Además
se instalan servicios telefónicos en todos los pueblos, pudiendo comunicarse en cuestión
de segundos con cualquier lugar del país. De igual manera, la mayor parte de pueblos
altoandinos, obtienen sistema eléctrico, así como agua potable. Pero, a pesar de los
avances en servicios básicos que permitirán hasta cierto punto elevar los niveles de vida
de la población altoandina, además de muchos otros beneficios29, como el PRONA, por
ejemplo.

29 La provincia entera de Huaral, estuvo siempre apoyando favorablemente al gobierno del presidente Alberto Fujimori,
es por esta razón que el gobierno los favoreció notablemente, en el prona, con la carretera y con la instalación de
recursos básicos. Tan es así que se optó por denominar a la carretera de Penetración con el nombre del mismo

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Cabe señalar que a inicios de la década del 90, Japón abrió sus puertas a los
descendientes japoneses, otorgándoles grandes beneficios laborales. Es por ello que
grandes cantidades de personas, que hasta en tercer grado eran familiares de “niseis”
migraron a Japón, procedentes de Chancay, y principalmente de Aucallama y Huaral. Pero
muchas otras personas obtuvieron esta oportunidad, haciéndose “adoptar” por familias de
descendencia nipona, o mediante la falsificación de documentos. Muchos de estos
migrantes viajaron al Japón a trabajar durante varios años, para luego regresar a Huaral y
establecer productivos negocios comerciales o empresariales, mientras que muchos otros
se quedaron a vivir para siempre en Japón. La migración a Japón, no fue exclusiva en el
valle de Chancay, sino también del valle de Huaura y Supe, entre otros. Pero, Japón no fue
el único destino de la migración de huaralinos al extranjero. Muchas personas migraron a
otros países, siendo los principales: Chile (especialmente a Santiago), Argentina, Estados
Unidos, España e Italia.

Otro aspecto que es de resaltar en el ámbito de la provincia en general y en las


ciudades del valle en particular, es el aumento en los últimos años de la delincuencia y
violencia social. Esto no solo se limita al ámbito de las ciudades más grandes, como Huaral
y Chancay, sino que se halla inmerso en todos los ámbitos de la provincia, incluso en las
comunidades altoandinas. Este hecho deriva de varias causas:

1. En primer lugar el incremento de la violencia en los últimos años se origina del


rápido proceso de urbanización en Huaral y Chancay, en el cual la nueva aculturación de
diversidad de personas llegadas de diferentes lugares hace que no exista una familiaridad
entre los habitantes de un mismo ecosistema cultural. Esto, junto con presiones familiares,
laborales, sociales hace que la población se vuelva más violenta.

2. Un segundo factor es la influencia dejada después de tantos años de violencia


política entre Sendero y las Fuerzas Armadas, apareciendo luego de la derrota de Sendero:
bandas de asaltantes, grandes cantidades de drogadictos, prostitución a gran escala,
secuestradores al paso, pandillaje juvenil, homosexualidad libertina, entre otros. Es decir,
se utiliza el libertinaje como medio de transporte hacia la delincuencia.

3. Una tercera causa es la instalación del penal de máxima seguridad de Aucallama.


Muchas de las bandas que operan en la ciudad de Huaral y Chancay, son dirigidas desde
el mismo penal de máxima seguridad. Son muchos los delincuentes, que luego de cumplir
su condena y salir en libertad, optan por quedarse a practicar el robo, salto o secuestro en
estas ciudades o en las áreas rurales, muchas veces con el consentimiento o complicidad
de los mismos integrantes de la Policía Nacional.

4. Una cuarta causa es la falta de puestos de trabajo y la mala orientación de la


juventud, quienes al no tener la alternativa de seguir estudios profesionales o técnicos, ante
la falta de instituciones educativas estatales, optan por los vicios, y luego de estos por la
delincuencia.

Alberto Fujimori Fujimori, motivo por el cual los siguientes gobiernos de Turno (de Valentín Paniagua, Alejandro
Toledo y hoy de Alan García Pérez) no han hecho nada por mejorar las condiciones de la carretera (asfaltado de la
vía), o siquiera darle mantenimiento; optando incluso el gobierno actual de destinar el presupuesto que era para su
asfaltado hasta Acos, para el asfaltado de la carretera a Oyón en la vecina provincia de Huaura.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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Las leyes penales actúan de manera benigna ante la delincuencia en el Perú, y en el
caso de la provincia de Huaral, más aún, actuando con la complicidad de las autoridades
policiales y con el consentimiento de las políticas. Son comunes, por ejemplo, los asaltos
en la carretera de penetración a partir de las seis de la tarde, por bandas procedentes de
Palpa, Huayán o Cuyo, desvalijando a los pasajeros que transitan por esta vía, ya de por sí
sin resguardo policial. Otra forma de asalto es mediante mototaxis y taxis. En las ciudades
no hay garantías personales, ni en horas de día, ni mucho menos en horas de la noche,
exponiéndose a un asalto. La inseguridad ciudadana se refleja en todos los barrios y
urbanizaciones de Huaral. En este sentido, la Municipalidad Provincial tratando de disminuir
la delincuencia, puso en funcionamiento un cuerpo de Serenazgo, cuyos miembros sin
embargo, en algunos casos eran antiguos delincuentes y adictos del barrio de La Huaquilla
y otros, muchas veces cómplices de la delincuencia. En el caso de Chancay, existen
también elevados índices delincuenciales, pero siempre son inferiores a los de Huaral.

En la actualidad los centros poblados urbanos del valle bajo de Chancay, es decir, de
los distritos de Chancay, Huaral y Aucallama; pueden ser definidos como desarrollos sub
urbanos producidos en las periferias de estas ciudades o dentro del mismo casco urbano,
que tienen como característica común: el desorden físico, el desorden legal y la presencia
de construcciones precarias. Sin embargo, se trata también de asentamientos
residenciales, pero consideradas por el Estado y el Sistema en el nivel de formaciones
urbanas sub desarrolladas, algunas de las cuales se hallan en vías de desarrollo en el
proceso dinámico de desarrollo urbano. El rígido y estrecho sistema social peruano,
determina que el éxito social pueda alcanzar, solo a un grupo mínimo de individuos, mas
no a estos centros poblados.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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CONCLUSIONES

A través del presente trabajo se ha expuesto la historia de la provincia de Huaral,


desde la llegada de los primeros grupos humanos hace más de 10 000 años hasta la
actualidad, basándonos en la historia social; es decir, la historia de las poblaciones que
ocuparon el territorio de la actual provincia de Huaral. Estos primeros grupos, procedentes
de la Sierra Central, aprovecharon los recursos que los diferentes pisos ecológicos les
proveía, adaptándose fácilmente a este territorio de difícil topografía. La interacción con el
medio circundante, permitió que la sociedad se complejice y poco a poco vaya
desarrollando nuevas tecnologías para facilitar su forma de vida.

En la Costa se desarrolla durante el periodo Formativo la tradición religiosa de


Templos en “U” y luego de esta hacia el año +/-0 se desarrolla la cultura Lima, la cual llega
influenciada desde los valles sureños de Lima. Hacia el año 1000 d.C. tenemos en el
territorio de la actual provincia de Huaral por lo menos cinco grandes e importantes culturas:
la cultura Chancay en el valle bajo, con sus grandes asentamientos como: Pisquillo Chico,
Macatón, Pancha La Huaca, Lumbra, Lauri, Cuyo, Huando y Guaral Viejo. De estos, el de
mayor complejidad es el sitio de Pisquillo Chico, ubicado en la localidad de Palpa,
conformado por sectores diferenciados y con 16 plataformas con rampa frontal, de clara
función ceremonial.

Por su parte en ese mismo tiempo, en la región altoandina de Huaral había cuatro
culturas, siendo la más extensa la de Atavillos, con asentamientos emplazados en la cima
de los cerros y con grandes edificios kullpis, de planta cuadrangular o rectangular y de hasta
siete metros de altura, siendo los más importantes los de Rupac, Chiprac, Añay,
Purunmarca, Cachirmarca y Marca Piche. Además, hay otros sitios funerarios, agrícolas,
caminos, administrativos, etc. Otra cultura es la de Iguarí, la cual se desarrolló en toda la
cuenca del río Huataya, conformado también por asentamientos ubicados en las partes
altas, siendo los más importantes los de Chuquimarca, Condorcoto y Gildamarca. Otra
cultura fue la de Vilca, que se desarrolló en el valle medio del mismo río Chancay – Huaral,
entre Huataya y Acos, conformado por pequeños asentamientos de poca complejidad
espacial, asociados al camino de penetración prehispánico y a la actividad agrícola que
tenía como principal cultivo a la coca. Por último, la cuarta cultura altoandina fue la de
Pacaybamba, que se desarrolló en la parte media y alta de la quebrada del mismo nombre,
tuvo como asentamiento de mayor importancia el de Ayacoto, con sus edificaciones de
planta cuadrangular y cubierta de palos y esteras.

Hacia el año 1470 d.C. estas entidades nacionales fueron dominadas y conquistadas
por el Tawantinsuyu, pasando a formar parte del Chinchaysuyu. Las estrategias que
aplicaron los Incas para dominarlos fueron diversas. En el caso de los Chancay, utilizaron
la vía diplomática y pacífica para someterlos; mientras que para los grupos altoandinos se
dio mediante cruentas batallas. Una vez dominados, los incas interfirieron en la vida
doméstica de los grupos altoandinos, principalmente en los Atavillos, lo cual es corroborable
a través de las evidencias arqueológicas, edificando nuevos edificios en los sectores político
- administrativo.

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LA PROVINCIA DE HUARAL EN LA HISTORIA – Pieter D. van Dalen Luna
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El 1º de febrero de 1533 llegaron al valle Chancay los primeros españoles que


acompañaban a Hernando Pizarro en su viaje hacia Pachacamac, con el objetivo de
recoger oro y plata para el rescate de Atahualpa, quien se encontraba ya preso en
Cajamarca. Estos españoles pernoctaron en el pueblo de Suculacumbi para continuar al
día siguiente su camino hacia Pachacamac. En 1535 se establece en Huaral la primera
encomienda del Perú en Santo Domingo de Palpa que fue entregada a los curas de la orden
Dominica. Dos décadas después se fundan los primeros pueblos hispanos en el valle bajo,
siendo el primer pueblo fundado Santo Domingo de Real Aucallama, seguido por San Juan
Bautista de Huaral. Para la fundación de estos pueblos se redujo y trasladó a los antiguos
ayllus Chancay, que en el caso del nuevo pueblo hispano de Huaral, fueron instalados en
los nuevos barrios de La Huaquilla y Los Naturales. Unos años después se fundó la Villa
de Arnedo, fundada para que sea la futura sede de la Pontificia y Real Universidad de San
Marcos.

De igual manera, hacia 1550 comienzan a fundarse los nuevos pueblos en la cuenca
alta del río Chancay como Pallac, Pasak, Pacaraos, Ihuarí, entre otros; también a partir de
la reducción de pueblos prehispánicos, asignándole a un cura la labor de evangelización de
las poblaciones locales. Durante la Colonia, la situación de las comunidades tanto
altoandinas como del valle bajo fueron similares, basadas en la explotación y maltrato de
parte de las autoridades políticas y eclesiásticas españolas.

Con la Revolución de Túpac Amaru II (1780) se inicia el proceso de la Emancipación


Nacional, el cual culminó con la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. En este
proceso los pueblos y comunidades de Huaral tuvieron una participación decidida y activa,
apoyando a las fuerzas de San Martín y Bolívar con víveres, dinero y soldados. De igual
manera, conformaron montoneras encargadas de atacar a las fuerzas realistas en cada
localidad por donde pasaban, llegando incluso las montoneras de Huaroquín a atacar la
ciudad de Lima conjuntamente con otras montoneras de la actual provincia de Canta.

Durante la Guerra con Chile muchos pobladores de las comunidades y pueblos de la


actual provincia de Huaral participaron en las campañas del sur y en la defensa de la Capital
(Lima); en especial pobladores de las comunidades altoandinas que conformaron el batallón
Canta. Por ejemplo, muchos pobladores de Carac lucharon y murieron junto al mariscal
Andrés Avelino Cáceres en la Batalla de Tarapacá, motivo por el cual décadas después
llamaron a su distrito como 27 de Noviembre, fecha en que se desarrolló dicha batalla.

El siglo XX se inicia con el crecimiento de las Haciendas en el valle bajo, las cuales
hacia la década de 1930 llegaron a estar en su mayoría, en poder de los japoneses que
décadas atrás habían llegado al valle en calidad de trabajadores de las haciendas. Tras la
II Guerra Mundial estas haciendas fueron despojadas a los japoneses y entregadas a los
hacendados locales de mayor poder, hasta que con la Reforma Agraria del Gobierno de
Juan Velasco pasaron a parcelarse y fueron entregadas a los trabajadores. Desde la
década de 1980 se dio un proceso acelerado de urbanización, producto de la llegada
masiva de migrantes de Ancash, Huánuco y de las Comunidades Campesinas Altoandinas,
conformándose nuevas urbanizaciones, Centros Poblados y Asentamientos Humanos.

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Pieter Dennis van Dalen Luna


(22 de octubre de 1979).
pvandalen2@hotmail.com
Arqueólogo, egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha
realizado estudios de maestría en Arqueología Andina, maestría en Estudios
Amazónicos, maestría en Gestión del patrimonio Cultural; así como Doctorado
en Ciencias Sociales, todo en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. Estudió educación en la Universidad nacional de Educación Enrique Guzmán y
Valle “La Cantuta”. Se ha desempeñado como docente en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos en la E.A.P. de Arqueología (2002-2004), y en las Escuelas Profesionales de Turismo y
Hotelería y Educación en la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión de Huacho (2004-
2007, 2009-2015). Desde el año 2009 es docente nombrado auxiliar de la EAP de Arqueología de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Ha realizado múltiples investigaciones en los departamentos de Pasco (2002), Junín (2002), Ancash
(2001– 2007), Apurímac (2007), Cajamarca (2004), Piura (2002-2003), Apurímac y Cusco (2007),
San Martín (2008-2009), Selva de Junín (2010), Selva de Huánuco (2011) y especialmente en la
región del norte chico, en las provincias de Huaral y Huaura, definiendo desde hace casi 12 años
las características culturales de la cultura Chancay, con excavaciones en diferentes asentamientos
prehispánicos. Se ha desempeñado como supervisor del Instituto Nacional de Cultura en el proyecto
de Inventario y catastro de sitios arqueológicos en las provincias de Huarochirí y Yauyos (2005-
2006).
Ha dictado numerosas conferencias en congresos nacionales e internacionales, seminarios y otros,
en diferentes universidades del país, como en las Universidades San Marcos, Villarreal, Faustino
Sánchez Carrión de Huacho, La Cantuta, San Luis Gonzaga de Ica, de Huancavelica, San Antonio
Abad del Cusco, Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco, San Cristóbal de Huamanga, entre
otras. Ha publicado numerosos artículos científicos en revistas especializadas. Es director y editor
de la Revista Cultural: “Kullpi: Investigaciones culturales en la provincia de Huaral y el Norte Chico”,
publicación periódica que reúne un conjunto de artículos de arqueología, antropología e historia de
esta región.
Entre los libros que ha publicado figuran: “La primera Guerra del siglo XXI” (2005), “Los ecosistemas
arqueológicos en la cuenca baja del río Chancay-Huaral: Su importancia para el desarrollo de las
formaciones sociales prehispánicas” (2008), “Arqueología Prehispánica tardía de Caraybamba,
Aymaraes, Apurímac. Asentamientos y Andenerías” (2011), “Arqueología prehispánica e historia
colonial temprana de la Comunidad de Huachinga, distrito de Ihuarí, provincia de Huaral” (2012),
“Apuntes para el estudio de la Arqueología e Historia de la comunidad campesina de San José de
Baños, distrito de Atavillos Alto, provincia de Huaral” (2014), entre otros. Ha editado los libros: “Lima
subterránea. Arqueología histórica. Criptas, bóvedas, canales virreinales y republicanos” (2014) y
Arqueología de las cuencas alto y medio andinas del departamento de Lima (2014).
Actualmente está preparando la publicación de otros libros, como: “La cultura Chancay en el valle
de Huaura-Huacho”, “Huaral: los apus marginados. Demanda de inclusión social entre los centros
poblados de Huaral, Chancay y Aucallama”, “Investigaciones en la cuenca medio-alto del río Mayo,
Moyobamba”, “Introducción al estudio y análisis de la arquitectura arqueológica”, ” Arqueología del
valle medio del río Cañete”, entre otros.
Actualmente es director del Museo de Arqueología y Antropología de San Marcos (2012 – 2016) de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El año 2013 recibió el Premio al mérito científico
2012 por ser el docente en toda la universidad con mayor cantidad de publicaciones e
investigaciones.

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