Está en la página 1de 7

¿Cuáles son las causas de la contaminación ambiental?

Estas se producen como consecuencia del aumento de la población


humana y del incontrolable desarrollo industrial. Se provoca un desequilibrio
en el medio ambiente ante la presencia de agentes contaminantes físicos,
químicos o biológicos:

 Contaminantes químicos: proceden de la industria química, donde


se generan productos tóxicos como ácidos, disolventes orgánicos,
plásticos, derivados de petróleo, abonos sintéticos y pesticidas.
 Agentes físicos: provienen de acciones causadas por la actividad del
ser humano como el ruido, la radioactividad, el calor y la energía
electromagnética.
 Contaminantes biológicos: provocados por la descomposición y la
fermentación de los desechos orgánicos como excrementos, serrín de
la industria forestal, papel, desperdicios de las fábricas o los
desagües.
Todos estos contaminantes marcan las causas de la contaminación del
medio ambiente en cualquier entorno; sin embargo, las causas y factores se
especifican dependiendo de si afectan al agua, al aire o al suelo

¿Qué es la contaminación del aire?

La contaminación atmosférica consiste en la presencia de materias o


formas de energía en el aire que pueden suponer un riesgo, daño o molestia
de diferente gravedad para los seres vivos. Entre las consecuencias
directas de la contaminación atmosférica, se podría destacar el desarrollo
de enfermedades y afecciones en los seres humanos y la biodiversidad.
También la pérdida de visibilidad en zonas de grandes concentraciones o la
aparición de olores desagradables.

¿Qué tipos de sustancias producen la contaminación del aire?

La contaminación atmosférica se presenta en diferentes sustancias que se


derivan fundamentalmente de cinco focos de actividades humanas. La
concentración de estas sustancias químicas es es altamente nociva para la
salud del ser humano y de animales. Estas sustancias son:

 El monóxido de carbono
 El dióxido de carbono
 El dióxido de nitrógeno
 El óxido de nitrógeno
 El ozono a nivel del suelo
 El material particulado
 El dióxido de azufre
 Los hidrocarburos
 El plomo
¿Dónde se produce la contaminación del aire?

Estas emisiones tienen cinco focos básicos producidos por el ser humano:

Industrias
En muchos países, la producción de energía es la fuente principal de la
contaminación del aire, aunque no la única. La quema de carbón por parte
de centrales eléctricas o aquellas plantas basadas en diésel, son dos de las
fuentes de emisión más frecuentes y nocivas. De la misma manera, aunque
en menor medida en comparación con las anteriores, los procesos
industriales y el uso de solventes en industrias químicas contribuyen a la
contaminación del aire y el calentamiento global.

Frente a esta problemática, se incentiva globalmente a las industrias por


medio de políticas y programas a nivel internacional  para que realicen un
uso eficiente de energía e inviertan en fuentes renovables de energía. Con
ello, se contribuye a que la actividades industriales logren una producción
de energía más limpia, una mayor eficiencia energética y una reducción de
los efectos de la contaminación atmosférica.

Transporte
Cerca de 25% de todas las emisiones de CO2 (dióxido de carbon)
relacionadas con la energía provienen del transporte. Estas emisiones
producen aproximadamente cerca de 400.000 muertes prematuras al año
por la mala calidad del aire. La mitad de ellas son consecuencia de la
emisión de diésel. En las áreas urbanas con grandes concentración de
población resulta imprescindible trabajar en políticas de que contribuyan a la
reducción de la contaminación del aire mediante. Por ejemplo, mediante el
uso de combustibles más limpios o la implementación de medios de
transporte movidos por medio de energías renovables que no sean nocivas
para las personas.
Residuos
Se calcula que el 40% de los residuos generados en el mundo y los
desechos orgánicos se queman al aire libre, lo que genera emisiones a la
atmósfera de dioxinas nocivas, furanos, metano y carbono negro. Una
problemática que afecta especialmente a aquellas regiones o zonas que
están en proceso de urbanización o a países en vías de desarrollo.

Entre las estrategias para evitar los efectos de este tipo de contaminación
atmosférica se encuentra la mejora en la recolección, separación y
eliminación de desechos sólidos. Con ello podría reducirse la cantidad de
materiales depositados en vertederos y posteriormente quemados al aire
libre.

Al igual que en el sector agrícola, un menor desperdicio de alimentos


ayudaría a reducir la cantidad de deshechos orgánicos que hay que
gestionar. Del mismo modo, una separación de estos y su conversión en
compost o bioenergía ayudaría a la mejora de la fertilidad y la calidad del
suelo, generando además una manera de crear una fuente de energía
alternativa, más limpia y sostenible para el aire.

Hogares
La contaminación del aire desde el ámbito doméstico es nociva en dos
maneras. Por un lado, porque es el aire que las personas respiran en sus
hogares de manera directa, produciendo a medio y largo plazo
enfermedades respiratorias; por otro lado, porque repercute en el aire
exterior. La fuente de esta contaminación proviene de la quema de madera
y combustibles fósiles para actividades como cocinar, calentar o iluminar los
hogares.

Aunque en términos generales, el 85% de los hogares tienen acceso a


fuentes de energía más limpias, al menos en 97 países del mundo, lo cierto
es que se estima que aproximadamente 3.000 millones de personas
continúan usando combustibles sólidos, lo cual es una cifra muy elevada
que produce una gran cantidad de emisiones contaminantes al aire.

Mantener la calidad en el aire es fundamental para la supervivencia de las


personas y las especias que viven en la Tierra. Los efectos de la
contaminación atmosférica pueden ser fatídicas para las especies, puesto
que la polución afecta de manera negativa en su salud, propiciando el
desarrollo de enfermedades y afecciones de diferentes tipos, como la
respiratoria. Como siempre, existen una serie de consejos que podemos
seguir y que pueden tener un gran impacto en la protección de la calidad del
aire que respiramos.
El agua es el recurso básico para garantizar la vida de todos los seres vivos del
planeta. Sin embargo, su escasez y la contaminación provocan que millones de
personas tengan un acceso deficiente a este bien tan necesario. Aunque existen
técnicas de tratamiento de agua como la depuración o la desalación que
facilitan el uso y el consumo de agua en zonas con problemas de calidad o
abastecimiento, en primer término es necesario evitar su contaminación.

En este vídeo te mostramos cuáles son las principales causas y


consecuencias de la contaminación del agua:

Causas de la contaminación del agua

El ser humano es el principal causante de la contaminación del agua, que


puede verse afectada de muchas maneras: con el vertido de desechos
industriales; por culpa del aumento de las temperaturas, que provocan la
alteración del agua al disminuir el oxígeno en su composición; o a causa de la
deforestación, que origina la aparición de sedimentos y bacterias bajo el suelo
y la consiguiente contaminación del agua subterránea.

De la misma manera, los pesticidas utilizados en los campos de cultivo


agrícola se filtran por los canales subterráneos y llegan a las redes de
consumo; y también con el vertido accidental de petróleo.

Consecuencias de la contaminación del agua

¿Qué efectos provoca la contaminación del agua? En primer lugar, la


desaparición de la biodiversidad y los ecosistemas acuáticos. También el ser
humano se ve muy perjudicado a causa de la alteración en la cadena
alimentaria y contrae enfermedades al beber o utilizar el agua contaminada.

Por todo ello, debemos garantizar la disponibilidad de agua, su gestión


sostenible y el saneamiento para todos, tal y como recoge el sexto de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por Naciones Unidas en la
Agenda 2030.
El suelo es un recurso finito, lo que significa que su pérdida y degradación no
es recuperable en el transcurso de una vida humana. Los suelos afectan a los
alimentos que comemos, al agua que bebemos, al aire que respiramos, a
nuestra salud y la de todos los organismos del planeta. Sin suelos sanos no
podríamos producir nuestros alimentos. De hecho, se calcula que el 95% de
nuestros alimentos se producen directa o indirectamente en los suelos.

Unos suelos sanos son la clave para la seguridad alimentaria y para un futuro
sostenible. Ayudan a mantener la producción de alimentos, a mitigar y
adaptarse al cambio climático, filtrar el agua, mejorar la resiliencia ante
inundaciones y sequías y mucho más. Sin embargo, una amenaza invisible
está poniendo en peligro los suelos y todo lo que nos ofrecen.

La contaminación del suelo provoca una reacción en cadena. Altera la


biodiversidad del suelo, reduciendo la materia orgánica que contiene y su
capacidad para actuar como filtro. También se contamina el agua
almacenada en el suelo y el agua subterránea, provocando un desequilibrio
de sus nutrientes. Entre los contaminantes del suelo más comunes se
encuentran los metales pesados, los contaminantes orgánicos persistentes y
los contaminantes emergentes, como los productos farmacéuticos y los
destinados al cuidado personal.

La contaminación del suelo es devastadora para el medio ambiente y tiene


consecuencias para todas las formas de vida a las que afecta. Las prácticas
agrícolas insostenibles reducen la materia orgánica del suelo y pueden
facilitar la transferencia de contaminantes a la cadena alimentaria. Por
ejemplo, el suelo contaminado puede liberar contaminantes en las aguas
subterráneas que luego se acumulan en los tejidos de las plantas y pasan a
los animales que pastan, a las aves y finalmente a los humanos que se
alimentan de las plantas y los animales. Los contaminantes en el suelo, aguas
subterráneas y en la cadena alimentaria pueden causar diversas
enfermedades y una excesiva mortalidad en la población, desde efectos
agudos a corto plazo –como intoxicaciones o diarrea–, hasta otros crónicos a
largo plazo, como el cáncer.

Más allá del impacto en el medio ambiente, la contaminación del suelo tiene
también un elevado coste económico, debido a la reducción de los
rendimientos y la calidad de los cultivos. La prevención esta contaminación
debería ser una prioridad en todo el mundo. El hecho de que la gran mayoría
de los contaminantes sean resultado de la acción humana significa que
somos directamente responsables de realizar los cambios necesarios para
garantizar un futuro con menos contaminación y más seguro.

Los suelos deben ser reconocidos y valorados por su capacidad productiva,


así como por su contribución a la seguridad alimentaria y al mantenimiento
de servicios ecosistémicos clave. He aquí algunas razones por las que la
contaminación del suelo no puede subestimarse:

1. La contaminación del suelo afecta a todos los ámbitos. Los alimentos que
comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, nuestra salud y la de
todos los organismos del planeta dependen de un suelo sano. El contenido
de nutrientes de los tejidos de una planta está directamente relacionado con
el contenido de nutrientes del suelo y su capacidad para intercambiar
nutrientes y agua con las raíces de esa planta.

2. La contaminación del suelo es invisible. Hoy en día, un tercio de nuestros


suelos están moderadamente o muy degradados debido a la erosión, la
pérdida de carbono orgánico, la salinización, compactación, acidificación y la
contaminación química. Se necesitan aproximadamente 1 000 años para
formar 1 cm de capa arable superficial, lo que significa que no podremos
producir más suelo en el transcurso de nuestras vidas. El suelo que vemos es
todo el que hay disponible. Sin embargo, los suelos se enfrentan aún a más
presión debido a la contaminación. La tasa actual de degradación del suelo
amenaza la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus
necesidades más básicas.

3. La contaminación del suelo afecta a su capacidad de filtrado. Los suelos


actúan de filtro y amortiguador para los contaminantes. Pero el potencial del
suelo para hacer frente a esta presión es finito. Si se supera la capacidad del
suelo para protegernos, los contaminantes se filtrarán (y se filtran) a otros
elementos del entorno, como nuestra cadena alimentaria.

También podría gustarte