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El Derecho agrario es "el orden jurídico que rige las relaciones sociales y económicas,
que surgen entre los sujetos intervinientes en la actividad agraria. La expresión
Derecho Agrario implica, la conjunción de dos conceptos fundamentales: el de
derecho y el de agrario. Por derecho se entiende a todo orden normativo y coactivo,
tendiente a regular la conducta humana dentro del grupo social, y agrario, significa, la
tierra con aptitud productiva y a toda actividad vinculada con la producción
agropecuaria".
La agricultura tiene un gran impacto en el medio ambiente. En los últimos años,
algunos aspectos de la agricultura intensiva a nivel industrial han sido cada vez más
polémicos. La creciente influencia de las grandes compañías productoras de semillas y
productos químicos y las procesadoras de comida preocupan cada vez más tanto a los
agricultores como al público en general.
EL DERECHO AMBIENTAL
Pertenece a la rama del derecho social y es un sistema de normas jurídicas que
regulan las relaciones de las personas con la naturaleza, con el propósito de preservar
y proteger el medio ambiente en su afán de dejarlo libre de contaminación, o
mejorarlo en caso de estar afectado. Sus objetivos son la lucha contra la
contaminación, la preservación de la biodiversidad, y la protección de los recursos
naturales, para que exista un entorno humano saludable.
e. La creación de nuevos mercados a través de una justa distribución del ingreso que incremente el
poder adquisitivo de la población marginada.
LA TIERRA EN EL INCANATO
DISTRIBUCIÓN DE LAS TIERRAS DE PROPIEDAD SOCIAL
El usufructo de las tierras era para el bienestar de todos y para todos distribuido de la
siguiente manera:
Las tierras eran distribuidas en tres clases: las tierras del Sol, las tierras del Inca y las
tierras del pueblo o de los ayllus:
Las Tierras del Pueblo: No hay duda que en el reparto de la tierra se daba preferencia
a la comunidad o al ayllu.
Cada individuo recibía una parcela de tierra o tupu, es decir la superficie necesaria
para el sostén de una familia de modo que nadie padeciera hambre ni penuria. Esta
extensión podía variar de acuerdo a la mayor o menor fertilidad del suelo, el clima y la
región. A un varón le correspondía un tupu y a cada mujer medio tupu.
La diferencia RADICABA EN QUE EL VARÓN, POR LAS TAREAS PESADAS QUE
COTIDIANAMENTE REALIZABA, DESPLEGABA MAYOR ENERGÍA. En consecuencia,
necesitaba mayor alimento, lo que no era posible con una pequeña extensión de
tierras. No sucedía igual con la mujer, que por dedicarse a tareas más livianas
desgastaba menos energía, y, por tanto, recibía una menor extensión.
LA AGRICULTURA EN EL VIRREYNATO
AGRICULTURA EN EL VIRREINATO: Se caracterizó por la aparición de grandes
haciendas o latifundios, que eran los pilares básicos de la agricultura en el virreinato.
La mano de obra en la costa fue proporcionada por los esclavos, en la sierra los
yanaconas fueron la mano de obra explotada.
Aunque la minería era la fuente más buscada de riqueza, la mayoría de los habitantes
de Nueva España se dedicaba a la agricultura y la ganadería. De ellas se obtenían
alimentos para la población y productos para comerciar con Europa y Oriente.
Había grandes diferencias entre la agricultura practicada por los españoles y la de las
comunidades indígenas. Los españoles explotaban grandes extensiones, las haciendas,
compradas o recibidas como donación del monarca. Al principio de la Colonia los
grandes propietarios hacían trabajar sus tierras a grupos de indígenas recibidos en
encomienda, a quienes supuestamente debían proteger y educar cristianamente, a
cambio de tributos y trabajo gratuito. Cuando a mediados del siglo xvi se suprimió la
encomienda y se prohibió la esclavitud de indios, los propietarios obtenían
trabajadores por salarios muy bajos.
LA REFORMA AGRARIA
La reforma agraria fue un proceso político social ejecutado a nivel mundial. Muchos
países, básicamente los del llamado Tercer Mundo, se sumaron a la nueva forma de
distribución de la riqueza.
Entre los años 1900 y 1918 más de mil ciento catorce haciendas que representaban el
49 % de la superficie agrícola del país fueron adquiridas por tres gigantes de la
industria: los hermanos Larco (relacionadas con la familia de José A. Larco), Rowe and
Co y los Gildemeister (familia de origen judío de Polonia). En total estos tres trust
pertenecientes a cinco familias poseían más de once millones de hectáreas.
Entre junio de 1969 y junio de 1979 se expropiaron más de nueve millones de
hectáreas de tierra, que representaron unos 15,826 lotes, con las cuales se
beneficiaron unas 370,000 familias. Los propietarios de las tierras expropiadas fueron
obligados a aceptar a cambio Bonos de la Reforma Agraria, de tres clases: a pagar en
20 años (clase A), 25 años (clase B) y 30 años (clase C), que se pagarían con un interés
anual del 4 al 6% al rebatir. En la actualidad, se discute en los tribunales el actual valor
de dichos bonos, cuyos principales propietarios son el Gramercy Funds Management
(USA) y el Banco de Crédito del Perú.